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Popol Vuh

El documento resume el Popol Vuh, un libro sagrado de los mayas quichés que narra la creación del mundo y del hombre según sus creencias. Explica que los dioses crearon primero la tierra, los animales y un primer hombre de barro que no funcionó, luego uno de madera que se reveló y fue destruido. Los dioses finalmente crearon al hombre de maíz, que pudo sobrevivir y multiplicarse. También menciona la importancia de este libro para la cultura e identidad de los pueblos mayas.

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Popol Vuh

El documento resume el Popol Vuh, un libro sagrado de los mayas quichés que narra la creación del mundo y del hombre según sus creencias. Explica que los dioses crearon primero la tierra, los animales y un primer hombre de barro que no funcionó, luego uno de madera que se reveló y fue destruido. Los dioses finalmente crearon al hombre de maíz, que pudo sobrevivir y multiplicarse. También menciona la importancia de este libro para la cultura e identidad de los pueblos mayas.

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Francisco Ximénez, Celso A.

Lara Figueroa, Fundación Guatemalteca para las


Letras
1 Reseña
Librerias Artemis Edinter, 1998 - 155 páginas

INTRODUCCIÓN
Este libro es una recopilación de varias leyendas provenientes de los diversos
grupos étnicos que habitaron la tierra Quiché, es decir el sur de nuestro país y
parte de centro América; que más que un sentido histórico tiene un valor e
importancia hablando de lo religioso.
Es una narración que trata de explicar o contar de alguna manera su origen y
los diversos fenómenos que ocurren en la naturaleza.
A la llegada de los españoles todos estos libros fueron quemados o destruidos
ya que sólo querían imponer su religión y no respetaban la cultura y tradiciones
de estas étnias. Aún así muchos de estos libros tienen demasiada importancia
en sus culturas, tradiciones y formas de vida. Además relata que según el
Popol Vuh, el mundo era nada hasta que los dioses, el Gran Padre (creador) y
la Gran Madre (hacedora de formas) decidieron generar la vida. La intención de
ambos era ser adorados por sus propias creaciones. Primero crearon la Tierra,
después los animales y, finalmente, los hombres. Éstos fueron inicialmente
hechos de barro, pero como el intento fracasó, el Gran Padre decidió extraerlos
de la madera. No obstante, los nuevos hombres eran altivos, vanidosos y
frívolos, por lo que el Gran Padre los aniquiló por medio de un diluvio. Pese a
este suceso los dioses no desistieron y en una última tentativa crearon a los
hombres a partir de granos de maíz molidos y de los cuerpos de aquellos a
cuatro mujeres. Una vez constituidas otras tantas familias, los dioses,
temerosos de que a sus criaturas pudiera tentarlas la idea de suplantarlos en
sabiduría, disminuyeron la vista e inteligencia de los ocho. El Popol Vuh
también relata las hazañas de dos hermanos gemelos, Hunahpú e Ixbalanqué,
vencedores de las fuerzas malignas e hijos de una de aquellas mujeres que,
pese a su virginidad, los concibió de manera milagrosa.
RESUMEN
Capítulo I.-
LOS ABUELOS
Los dioses Tepeu, Gucumatz y Hurakan conversaron entre sí y decidieron
crear a alguien que habitara la tierra así que crearon la luz, la tierra que regada
por el agua haría florecer árboles los cuales darían frutas y semillas, también
crearon el aire, resuelto el problema de donde vivir crearon a los animales, pero
al ver que estos permanecían inmóviles le dijeron para todo lo que servían y
todo lo que harían durante su vida y así estos se comenzaron a mover. Los
dioses se reunieron al ver tanta armonía y decidieron darle un sonido a cada
animal así que les ordenaron que cada uno dijera su nombre como los
animales no hablaban el mismo idioma los dioses les castigaron
condenándolos a no vivir en armonía una especie y otra, entonces los dioses
crearon unos nuevos seres los que poblarían la tierra éstos eran de barro por lo

1
cual se desbarataban fácilmente y con el sol se endurecían pero ellos podían
hablar auque no tenían entendimiento, los dioses les dieron vida mientras
creaban otro ser mejor. Posteriormente crearon a unos nuevos, estos eran de
madera caminaban, hablaban y sus palabras tenían sentido, pero no tenían
corazón por lo que no reconocían que los dioses los habían creado y por este
motivo nunca les rindieron tributo por lo cual los dioses los condenaron a morir
cayó sobre ellos una lluvia de cenizas, más tarde toda la tierra seca fue
cubierta por agua. Después de esto los dioses hicieron un nuevo hombre de
“Tzite”, es decir que fueron hechos con la madera de este árbol, pero también
decepcionó a los dioses por lo que mandaron al pájaro “Xecoctouah” quien les
sacó los ojos, luego vino Cotzbalam el jaguar
quien hurgó sus cuerpos rasgó sus venas y masticó sus huesos, los
sobrevivientes espantados por las acusaciones que los animales les hicieron
huyeron, unos murieron ahogados, otros aplastados o despedazándose entre
sí, los que quedaron se convirtieron en monos por eso son los animales que
más se parecen a nosotros. Se Volvieron a juntar los dioses pero esta vez
crearon seres de carne y hueso, los bendijeron al amanecer, estos hombres
eran de maíz y fueron capaces  de sobrevivir.

Pasajes populares

Página 5 - Creación no había hombres, ni animales, pájaros, pescados,


cangrejos, árboles, piedras, hoyos, barrancos, paja ni bejucos y no se
manifestaba la faz de la tierra; el mar estaba suspenso y en el cielo no había
cosa alguna que hiciera ruido. No había cosa en orden, cosa que tuviese ser, si
no es el mar y el agua que estaba en calma y así todo estaba en silencio y
obscuridad como noche. Solamente estaba el Señor y Creador...
Aparece en 21 libros entre 1929 y 2006
Página 9 - Los adivinos echaron sus suertes con maíz y granos de tzité, el frijol
rojo del pito, y dijeron: — "¡Ea, Sol! ¡Ea, Luna! Júntense y declaren si sería
conveniente que el Creador forme al hombre de madera y si es éste el que ha
de ser sustentado después de ser formado. ¡Ea, habla Maíz! ¡Ea, habla tú,
Tzité; tú, Sol; tú, Formadura! ¡Ea, Maíz! ¡Ea, Tzité!
Aparece en 11 libros entre 1929 y 2001
Página 6 - Y apenas lo dijeron cuando fueron criados los animales, los venados
y los pájaros y se les fue repartidas sus casas y habitaciones. ¡Tú, venado,
habitarás y dormirás — dijeron — , en las barrancas y en los caminos del agua,
andarás entre la paja y las yerbas y en el monte te multiplicarás, andarás y te
pararás en cuatro pies!
Aparece en 10 libros entre 1929 y 2003
Página 2 - Habiéndose echado las líneas y paralelas del cielo y de la tierra, se
dio fin perfecto a todo, dividiéndolo en paralelos y climas. Todo puesto en orden
quedó cuadrado repartido en cuatro partes como si con una cuerda se hubiera
todo medido, formando cuatro esquinas y cuatro lados. Todo esto se
perfeccionó y acabó por el Creador y Formador de todo, que es Madre y Padre
de la Vida y de la Creación, y que comunica la respiración y el movimiento, y el
que nos concede...
Aparece en 8 libros entre 1929 y 2001

2
Página 103 - Solo estos eran las ramas principales de los pueblos, porque solo
hemos referido los principales, aunque fueron muchos más los que salieron con
las familias o tribus cuyos nombres no escribimos y se multiplicaron en el
Oriente. Muchos se multiplicaron aun en el tiempo de las tinieblas antes que el
Sol aclarase y hubiese luz: todos estuvieron juntos sin desparcirse donde
hicieron muchas cosas, no sabían de...
Aparece en 8 libros entre 1929 y 2001
Página 5 - Antes de la Creación no había hombres, ni animales, pájaros,
pescados, cangrejos, árboles, piedras, hoyos, barrancos, paja ni bejucos y no
se manifestaba la faz de la tierra; el mar estaba suspenso y en el cielo no había
cosa alguna que hiciera ruido. No había cosa en orden, cosa que tuviese ser, si
no es el mar y el agua que estaba en calma y así todo estaba en silencio y
obscuridad como noche.
Aparece en 15 libros entre 1929 y 2004
Página 48 - ... solo enterraron su cuerpo con el otro su hermano, y mandaron
poner aquesta cabeza en el camino en un horcón; pero apenas fue allí puesta
cuando el árbol fructificó, y el fruto que dio fue lo que llamamos ahora jícaras, y
llenándose todo el árbol de ellas ya no se supo cuál era la cabeza de...
Aparece en 6 libros entre 1929 y 2001
Página 74 - A lo que respondió el piojo: Llevo un recado a los muchachos que
están jugando a la pelota en la plazuela. Y díjole el sapo: ¡Veo que vas
cansado y que no puedes correr, si quieres que te trague os llevaré corriendo,
¡mira cómo corro yo!
Aparece en 7 libros entre 1952 y 2001
Wikipedia

Se desconoce la existencia de una versión original del Popol Vuh. Según Delia
Goetz:

"Deberíamos suponer que sería un libro de pinturas con jeroglíficos que los
sacerdotes interpretaban al pueblo para mantener vivo el conocimiento del
origen de su raza y los misterios de su religión."

Según Fray Francisco Ximénez la primera versión escrita fue elaborada en


lengua quiché, utilizando caracteres del alfabeto latino, a mediados del siglo
XVI. Según él dicha versión permaneció oculta hasta 1701, cuando los mayas
quiché de la comunidad de Santo Tomás Chuilá (hoy Chichicastenango,
Guatemala) le mostraron la recopilación de sus historias y mitología.

Se desconoce el nombre del autor de esta primera versión pero Fray Francisco
Ximénez, al notar la importancia del documento, decidió traducir el texto al
idioma español, asegurando la fidelidad del escrito. Su versión está
estructurada en 2 columnas, en una estaba la versión quiché; y en la otra la
traducción de Ximénez. La primera versión fue una traducción demasiado literal
y resultó muy confusa y oscura. Luego escribió una segunda versión menos
literal que incluyó en su "Historia de la Provincia de Santo Vicente de Chiapa y
Guatemala" que terminó en 1722.

Los trabajos de Ximénez permanecieron archivados en el Convento de Santo


Domingo hasta 1830 cuando fueron trasladados a la Universidad de San Carlos

3
de Guatemala. En 1854 fueron encontrados por el austriaco Dr. Charles
Scherzer, quien en 1857 la publicó en Viena bajo el título primitivo "Las
Historias del origen de los indios de esta provincia de Guatemala".

El sacerdote y misionero Charles Étienne Brasseur de Bourbourg sustrajo el


escrito original de la universidad, lo llevó a Europa y lo tradujo al francés. En
1861 publicó un volumen bajo el título de "Popol Vuh, Le livre Sacré et les
mythes de l'antiquité Américaine". Él fue quien le dio el nombre.

El libro original fue vendido al coleccionista Alfonso Pinart, más tarde su viuda
lo vendió a su vez al etnólogo Otto Stoll, posteriormente fue comprado por
Edward E. Ayer, quien lo devolvió a América. Actualmente la primera
traducción de Ximénez al castellano y su "Manuscrito de Chichicastenango" se
encuentran en la Biblioteca Newberry, en Chicago, Estados Unidos.[2] El
facsimilar del manuscrito está disponible en la edición en línea hecha en
colaboración por la Biblioteca Newberry y las Biblioteca de la Universidad
Estatal de Ohio, en un proyecto dirigido por el Dr. Carlos M. López. [3] El
facsimilar también está accesible desde el sitio Archivos del Popol Wuj y las
culturas mayas,[4] en el que además se incluyen documentos y materiales
relacionados al manuscrito.

La localidad de Santa Cruz del Quiché, fue fundada por los españoles que
sustituyeron a Q’umar Ka’aj, la capital del reino k’iche’. Juan de Rojas y Juan
Cortés, aparecen citados en el libro como los últimos integrantes de la
generación de los reyes k'iche'.[5]

Originalidad del Popol Vuh como texto maya

Algunos arqueólogos se han esforzado en encontrar las narraciones del Popol


Vuh en los jeroglíficos mayas del período prehispánico; otros aseguran que fue
escrito en lengua maya con caracteres latinos con base en la tradición oral en
el siglo XVI o XVII. El texto de Ximénez procede ciertamente de la época
colonial.

Estudiosos como René Acuña han puesto en duda que el contenido reflejado
en el Popol Vuh sea realmente maya, pues señala: «el Popol Vuh es un libro
diseñado y ejecutado con conceptos occidentales. Su unidad de composición
es tal que da pie para postular un solo recolector de las narraciones. Y no
parece que éste haya sido un autodidacta espontáneo nativo, que se puso a
redactar las memorias de su nación».[6] Se debe tener en cuenta que el libro fue
utilizado para evangelizar a los indígenas en su momento.

Para apoyar esta teoría se basa en ciertos errores de transcripción que comete
Ximénez al trasladar el texto, lo cual revela su desconocimiento de la lengua
quiché. Señala categóricamente Acuña: «si la fidelidad con que Ximénez copió
y tradujo el texto quiché fuera el criterio para establecer la autenticidad del
Popol Vuh, habría, de inmediato, que declararlo falso. [...] Enumerar a detalle
todos los desfiguros que Ximénez introdujo podría justificar un trabajo de
páginas cuyo número no se puede cuantificar. [...] Ante la imposibilidad de
efectuar aquí un examen pormenorizado de las traducciones que hizo Ximénez

4
del Popol Vuh, tendré que limitarme a decir que son desiguales y muy infieles,
y que el fraile omitió traducir un elevado porcentaje del texto. Mi apreciación se
basa en el minucioso análisis comparativo que he realizado de las primeras
1180 líneas del Popol Vuh con las dos versiones españolas de fray Francisco.
Pero mi intención no está dirigida a desacreditar la competencia lingüística de
este religioso, sino a hacer manifiesto que, con el escaso conocimiento de la
lengua quiché que poseía, resulta natural que haya desfigurado la obra al
copiarla».[7] Al poner en duda la capacidad de Ximénez de manejar la lengua
mayense se abren una serie de interrogantes: ¿qué tan seguros podemos estar
de que el Popol Vuh es un texto original maya, si sólo tenemos actualmente la
versión de Ximénez?

Es posible plantear cuestionamientos acerca de la existencia de un libro


original de procedencia prehispánica.[8] O bien que fue escrito apoyados en la
tradición oral. Su muy cercana analogía con el Génesis de la biblia hace pensar
que su escritura estuvo dirigida por los frailes. Así mismo, la aparición de las
genealogías que se extienden hasta la época colonial hacen imposible que el
original que copió Ximénez pertenezca al período prehispánico.

Contenido del Popol Vuh

I. Creación referida

1. Los dioses crean el mundo, crean los valles y las montañas.


2. Los dioses crean a los animales, pero como no los alaban los condenan
a comerse unos a otros.
3. Los dioses crean a los seres de barro los cuales son frágiles e inestables
y no logran alabarlos.
4. Los dioses crean a los primeros seres humanos de madera, éstos son
imperfectos y carentes de sentimientos.
5. Los dioses destruyen a los primeros seres humanos, los cuales se
convierten en monos.
6. Los dioses gemelos Hunahpú e Ixbalanqué destruyen al arrogante ser
Vucub-Caquix, y luego a sus hijos Zipacná y Cabracán...

II. Historias de Hunahpú e Ixbalanqué

1. Ixpiyacoc e Ixmucane engendran dos hermanos.


2. Hun-Hunahpú y Xbaquiyalo engendran a los "gemelos mono" Hun-Batz
y Hun-Chouen.
3. Xibalbá mata a los hermanos HunHunahpú y VucubHunahpú, colgando
la cabeza de Hun-Hunahpú en un árbol.
4. Hun-Hunahpú e Ixquic engendran a los "héroes gemelos" Hunahpú e
Ixbalanqué (la cabeza de Huh-Hunahpu escupe a la mano de Ixquic,
embarazándola).

5
5. Nacen los héroes gemelos y viven con su madre y su abuela paterna
Ixmucane, compitiendo con sus medios hermanos Hun-Batz y Hun-
Chouen.
6. Los "Héroes Gemelos" derrotan a Xibalbá, casa de la penumbra, los
cuchillos, el frío, el jaguar, el fuego y los murciélagos.

III. Creación de los hombres de maíz. Descripción de comunidades

1. Los primeros cuatro hombres reales de maíz son creados: Balam-


Quitzé, el segundo Balam-Acab, el tercero Mahucutah y el cuarto Iquí-
Balam.
2. Las primeras cuatro mujeres son creadas.
3. Tribus descendientes. Hablan el mismo lenguaje y viajan a Tulan-Zuiva.
4. El lenguaje de las tribus se confunde y éstas se dispersan.
5. Tohil es reconocido como un dios y exige sacrificios humanos.

IV. Listado de generaciones

1. Tohil convence a los señores de la tierra a través de sus sacerdotes


pero su dominio destruye el Quiché.

Fragmentos

I. Creación del mundo y los primeros intentos por crear a los hombres

El Popol Vuh relata la inexistencia del mundo hasta que el creador y formador
decidió generar la vida. La intención era que sus propias creaciones le pudieran
hablar y agradecer por la vida. Primero crearon la Tierra, después los animales
y finalmente, los hombres. Éstos fueron inicialmente hechos de barro, pero
como el intento fracasó, el gran creador y formador decidió extraerlos de la
madera. Una vez constituidas otras tantas familias, el creador y formador,
temeroso de que a sus criaturas pudiera tentarlas la idea de suplantarlos en
sabiduría, disminuyó la vista e inteligencia de los ocho.

Los dioses gemelos: Hunahpú e Ixbalanqué

El Popol Vuh también relata las hazañas de los dioses gemelos: Hunahpú e
Ixbalanqué, que descendieron a Xibalbá (inframundo) , vencieron a los Ajawab,
y se convirtieron en el Sol y la Luna. He aquí un fragmento de la historia de su
nacimiento:

Cuando llegó el día de su nacimiento, dio a luz la joven que se llamaba Ixquic;
pero la abuela no los vio cuando nacieron. En un instante fueron dados a luz
los dos muchachos llamados Hunahpú e lxbalanqué. Allá en el monte fueron
dados a luz.

6
Luego llegaron a la casa, pero no podían dormirse.

-¡Anda a botarlos afuera!, dijo la vieja, porque verdaderamente es mucho lo


que gritan. Y en seguida fueron a ponerlos sobre un hormiguero. Allí durmieron
tranquilamente. Luego los quitaron de ese lugar y los pusieron sobre las
espinas.

Ahora bien, lo que querían Hunbatz y Hunchouén era que murieran allí mismo
en el hormiguero, o que murieran sobre las espinas. Deseábanlo así a causa
del odio y de la envidia que por ellos sentían Hunbatz y Hunchouén.

Al principio se negaban a recibir en la casa a sus hermanos menores; no los


conocían y así se criaron en el campo. Hunbatz y Hunchouén eran grandes
músicos y cantores; habían crecido en medio de muchos trabajos y
necesidades y pasaron por muchas penas, pero llegaron a ser muy sabios.
Eran a un tiempo flautistas, cantores, pintores y talladores; todo lo sabían
hacer.

Tenían noticia de su nacimiento y sabían también que eran los sucesores de


sus padres, los que fueron a Xibalbá y murieron allá. Grandes sabios eran,
pues Hunbatz y Hunchouén y en su interior sabían todo lo relativo al
nacimiento de sus hermanos menores. Sin embargo, no demostraban su
sabiduría, por la envidia que les tenían, pues sus corazones estaban llenos de
mala voluntad para ellos, sin que Hunahpú e lxbalanqué los hubieran ofendido
en nada.

Estos últimos se ocupaban solamente de tirar con cerbatana todos los días; no
eran amados de la abuela ni de Hunbatz, ni de Hunchouén. No les daban de
comer; solamente cuando ya estaba terminada la comida y habían comido
Hunbatz y Hunchouén, entonces llegaban ellos, Pero no se enojaban, ni se
encolerizaban y sufrían calladamente, porque sabían su condición y se daban
cuenta de todo con claridad. Traían sus pájaros cuando venían cada día, y
Hunbatz y Hunchouén se los comían, sin darle nada a ninguno de los dos,
Hunahpú e lxbalanqué.

La sola ocupación de Hunbatz y Hunchouén era tocar la flauta y cantar.

Primera Parte

Capítulo Primero

Esta es la relación de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma, en


silencio; todo inmóvil, callado, y vacía la extensión del cielo.

Esta es la primera relación, el primer discurso. No había todavía un hombre, ni


un animal, pájaros, peces, cangrejos, árboles, piedras, cuevas, barrancas,
hierbas ni bosques: sólo el cielo existía.

No se manifestaba la faz de la tierra. Sólo estaban el mar en calma y el cielo en


toda su extensión.

7
No había nada que estuviera en pie; sólo el agua en reposo, el mar apacible,
solo y tranquilo. No había nada dotado de existencia.

Solamente había inmovilidad y silencio en la obscuridad, en la noche. Sólo el


Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, estaban en el agua
rodeados de claridad. Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se
les llama Gucumatz. De grandes sabios, de grandes pensadores es su
naturaleza. De esta manera existía el cielo y también el Corazón del Cielo, que
éste es el nombre de Dios. Así contaban.

Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumatz, en la


obscuridad, en la noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gucumatz. Hablaron,
pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus
palabras y su pensamiento.

Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando


amaneciera debía aparecer el hombre.

Entonces dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los bejucos y el


nacimiento de la vida y la creación del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y
en la noche por el Corazón del Cielo, que se llama Huracán.

El primero se llama Caculhá-Huracán. El segundo es Chipi-Caculhá. El tercero


es Raxá-Caculhá. Y estos tres son el Corazón del Cielo.

Entonces vinieron juntos Tepeu y Gucumatz; entonces conferenciaron sobre la


vida y la claridad, cómo se hará para que aclare y amanezca, quién será el que
produzca el alimento y el sustento.

-- ¡Hágase así! ¡Que se llene el vacío! ¡Que esta agua se retire y desocupe [el
espacio], que surja la tierra y que se afirme! Así dijeron. ¡Que aclare, que
amanezca en el cielo y en la tierra! No habrá gloria ni grandeza en nuestra
creación y formación hasta que exista la criatura humana, el hombre formado.
Así dijeron.

Luego la tierra fue creada por ellos. Así fue en verdad como se hizo la creación
de la tierra: -- ¡Tierra! -- dijeron, y al instante fue hecha.

Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la creación, cuando
surgieron del agua las montanas; y al instante crecieron las montañas.

Solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la formación de las
montañas y los valles; y al instante brotaron juntos los cipresales y pinares en
la superficie.

Y así se llenó de alegría Gucumatz, diciendo: -- ¡Buena ha sido tu venida,


Corazón del Cielo; tú, Huracán, y tú, Chipi-Caculhá, Raxá-Caculhá!

-- Nuestra obra, nuestra creación será terminada -- contestaron.

8
Primero se formaron la tierra, las montañas y los valles; se dividieron las
corrientes de agua, los arroyos se fueron corriendo libremente entre los cerros,
y las aguas quedaron separadas cuando aparecieron las altas montañas.

Así fue la creación de la tierra, cuando fue formada por el Corazón del Cielo, el
Corazón de la Tierra, que así son llamados los que primero la fecundaron,
cuando el cielo estaba en suspenso y la tierra se hallaba sumergida dentro del
agua.

De esta manera se perfeccionó la obra, cuando la ejecutaron después de


pensar y meditar sobre su feliz terminación.

Capítulo II

Luego hicieron a los animales pequeños del monte, los guardianes de todos los
bosques, los genios de la montaña, los venados, los pájaros, leones, tigres,
serpientes, culebras, cantiles [víboras], guardianes de los bejucos.

Y dijeron los Progenitores: -- ¿Sólo silencio e inmovilidad habrá bajo los árboles
y los bejucos? Conviene que en lo sucesivo haya quien los guarde.

Asi dijeron cuando meditaron y hablaron en seguida. Al punto fueron creados


los venados y las aves. En seguida les repartieron sus moradas a los venados
y a las aves.

-- Tú, venado, dormirás en la vega de los ríos y en los barrancos. Aquí estarás
entre la maleza, entre las hierbas; en el bosque os multiplicaréis, en cuatro pies
andaréis y os sostendréis--. Y así como se dijo, se hizo.

Luego designaron también su morada a los pájaros pequeños y a las aves


mayores:

-- Vosotros, pájaros, habitaréis sobre los árboles y los bejucos, allí haréis
vuestros nidos, allí os multiplicaréis, allí os sacudiréis en las ramas de los
árboles y de los bejucos --. Así les fue dicho a los venados y a los pájaros para
que hicieran lo que debían hacer, y todos tomaron sus habitaciones y sus
nidos.

De esta manera los Progenitores les dieron sus habitaciones a los animales de
la tierra. Y estando terminada la creación de todos los cuadrúpedos y las aves,
les fue dicho a los cuadrúpedos y pájaros por el Creador y el Formador y los
Progenitores:

-- Hablad, gritad, gorjead, llamad, hablad cada uno según vuestra especie,
según la variedad de cada uno --. Así les fue dicho a los venados, los pájaros,
leones, tigres y serpientes.

-- Decid, pues, vuestros nombres, alabadnos a nosotros, vuestra madre,


vuestro padre. ¡Invocad, pues, a Huracán, Chipi-Calculhá, Raxa-Calculhá, el

9
Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, el Creador, el Formador, los
Progenitores; hablad, invocadnos, adoradnos! -- les dijeron.

Pero no se pudo conseguir que hablaran como los hombres; sólo chillaban,
cacareaban y gramaban; no se manifestó la forma de su lenguaje, y cada uno
gritaba de manera diferente.

Cuando el Creador y el Formador vieron que no era posible que hablaran, se


dijeron entre sí : -- No ha sido posible que ellos digan nuestro nombre, el de
nosotros, sus creadores y formadores. Esto no está bien --, dijeron entre sí los
Progenitores.

Entonces se les dijo: -- Seréis cambiados porque no se ha conseguido que


habléis. Hemos cambiado de parecer: vuestro alimento, vuestra pastura,
vuestra habitación y vuestros nidos los tendréis, serán los barrancos y los
bosques, porque no se ha podido lograr que nos adoréis ni nos invoquéis.
Todavía hay quienes nos adoren, haremos otros [seres] que sean obedientes.
Vosotros aceptad vuestro destino: vuestras carnes serán trituradas. Así será.
Esta será vuestra suerte--. Así dijeron cuando hicieron saber su voluntad a los
animales pequeños y grandes que hay sobre la faz de la tierra.

Luego quisieron probar suerte nuevamente; quisieron hacer otra tentativa y


quisieron probar de nuevo a que los adoraran.

Pero no pudieron entender su lenguaje entre ellos mismos, nada pudieron


conseguir y nada pudieron hacer. Por esta razón fueron inmoladas sus carnes
y fueron condenados a ser comidos y matados los animales que existen sobre
la faz de la tierra.

Así, pues, hubo que hacer una nueva tentativa de crear y formar al hombre por
el Creador, el Formador y los Progenitores.

-- ¡A probar otra vez! Ya se acercan el amanecer y la aurora; hagamos al que


nos sustentará y alimentará! ¿Cómo haremos para ser invocados, para ser
recordados sobre la tierra? Ya hemos probado con nuestras primeras obras,
nuestras primeras criaturas; pero no se pudo lograr que fuésemos alabados y
venerados por ellos. Probemos ahora a hacer unos seres obedientes,
respetuosos, que nos sustenten y alimenten --. Así dijeron.

Entonces fue la creación y la formación. De tierra, de lodo hicieron la carne [del


hombre]. Pero vieron que no estaba bien, porque se deshacía, estaba blando,
no tenía movimiento, no tenía fuerza, se caía, estaba aguado, no movía la
cabeza, la cara se le iba para un lado, tenía velada la vista, no podía ver hacia
atrás. Al principio hablaba, pero no tenía entendimiento. Rápidamente se
humedeció dentro del agua y no se pudo sostener.

Y dijeron el Creador y el Formador: -- Bien se ve que no podía andar ni


multiplicarse. Que se haga una consulta acerca de esto, dijeron.

10
Entonces desbarataron y deshicieron su obra y su creación. Y en seguida
dijeron: -- ¿Cómo haremos para perfeccionar, para que salgan bien nuestros
adoradores, nuestros invocadores?-- Así dijeron cuando de nuevo consultaron
entre sí.

-- Digámosles a Ixpiyacoc, Ixmucané, Hunahpú-Vuch, Hunahpú-Utiú : ¡Probad


suerte otra vez! ¡Probad a hacer la creación! -- Así dijeron entre sí el Creador y
el Formador cuando hablaron a Ixpiyacoc e Ixmucané.

En seguida les hablaron a aquellos adivinos, la abuela del día, la abuela del
alba, que así eran llamados por el Creador y el Formador, y cuyos nombres
eran Ixpiyacoc e Ixmucané.

Y dijeron Huracán, Tepeu y Gucumatz cuando le hablaron al agorero, al


formador, que son los adivinos: -- Hay que reunirse y encontrar los medios para
que el hombre que vamos a crear nos sostenga y alimente, nos invoque y se
acuerde de nosotros.

-- Entrad, pues, en consulta, abuela, abuelo, nuestra abuela, nuestro abuelo,


Ixpiyacoc, Ixmucané, haced que aclare, que amanezca, que seamos
invocados, que seamos adorados, que seamos recordados por el hombre
creado, por el hombre formado, por el hombre mortal, haced que así se haga.

-- Dad a conocer vuestra naturaleza, Hunaphú-Vuch, Hunahpú-Utiú, dos veces


madre, dos veces padre, Nim-Ac, Nimá-Tziís, el Señor de la esmeralda, el
joyero, el escultor, el tallador, el Señor de los hermosos platos, el Señor de la
verde jícara, el maestro de la resina, el maestro Toltecat, la abuela del sol, la
abuela del alba, que así seréis llamados por nuestras obras y nuestras
criaturas.

-- Echad la suerte con vuestros granos de maíz y de tzité. Hágase así y se


sabrá y resultará si labraremos o tallaremos su boca y sus ojos en madera--.
Así les fue dicho a los adivinos.

A continuación vino la adivinación, la echada de la suerte con el maíz y el tzité.


¡Suerte! ¡Criatura!, les dijeron entonces una vieja y un viejo. Y este viejo era el
de las suertes del tzité, el llamado Ixpiyacoc. Y la vieja era la adivina, la
formadora, que se llamaba Chiracán Ixmucané.

Y comenzando la adivinación, dijeron así: -- ¡Juntaos, acoplaos! ¡Hablad, que


os oigamos, decid, declarad si conviene que se junte la madera y que sea
labrada por el Creador y el Formador, y si éste [el hombre de madera] es el que
nos ha de sustentar y alimentar cuando aclare, cuando amanezca!

Tú, maíz; tú, tzité; tú, suerte; tú, criatura; ¡uníos, ayuntaos! les dijeron al maíz,
al tzité, a la suerte, a la criatura. ¡Ven a sacrificar aquí, Corazón del Cielo; no
castiguéis a Tepeu y Gucumatz!

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Entonces hablaron y dijeron la verdad: -- Buenos saldrán vuestros muñecos
hechos de madera; hablarán y conversarán vuestros muñecos hechos de
madera, hablarán y conversarán sobre la faz de la tierra.

-- ¡Así sea! -- contestaron, cuando hablaron.

Y al instante fueron hechos los muñecos labrados en madera. Se parecían al


hombre, hablaban como el hombre y poblaron la superficie de la tierra.

Existieron y se multiplicaron; tuvieron hijas, tuvieron hijos los muñecos de palo;


pero no tenían alma, ni entendimiento, no se acordaban de su Creador, de su
Formador; caminaban sin rumbo y andaban a gatas.

Ya no se acordaban del Corazón del Cielo y por eso cayeron en desgracia. Fue
solamente un ensayo, un intento de hacer hombres. Hablaban al principio, pero
su cara estaba enjuta; sus pies y sus manos no tenían consistencia; no tenían
sangre, ni substancia, ni humedad, ni gordura; sus mejillas estaban secas,
secos sus pies y sus manos, y amarillas sus carnes. Por esta razón ya no
pensaban en el Creador ni en el Formador, en los que les daban el ser y
cuidaban de ellos.

Estos fueron los primeros hombres que en gran número existieron sobre la faz
de la tierra.

Capítulo III

En seguida fueron aniquilados, destruidos y deshechos los muñecos de palo,


recibieron la muerte.

Una inundación fue producida por el Corazón del Cielo; un gran diluvio se
formó, que cayó sobre las cabezas de los muñecos de palo.

De tzité se hizo la carne del hombre, pero cuando la mujer fue labrada por el
Creador y el Formador, se hizo de espadaña la carne de la mujer. Estos
materiales quisieron el Creador y el Formador que entraran en su composición.

Pero no pensaban, no hablaban con su Creador, su Formador, que los habían


hecho, que los habían creado. Y por esta razón fueron muertos, fueron
anegados. Una resina abundante vino del cielo. El llamado Xecotcovach llegó y
les vació los ojos; Camalotz vino a cortarles la cabeza; y vino Cotzbalam y les
devoró las carnes. El Tucumbalam llegó también y les quebró y magulló los
huesos y los nervios, les molió y desmoronó los huesos.

Y esto fue para castigarlos porque no habían pensado en su madre, ni en su


padre, el Corazón del Cielo, llamado Huracán. Y por este motivo se obscureció
la faz de la tierra y comenzó una lluvia negra, una lluvia de día, una lluvia de
noche.

Llegaron entonces los animales pequeños, los animales grandes, y los palos y
las piedras les golpearon las caras. Y se pusieron todos a hablar; sus tinajas,

12
sus comales, sus platos, sus ollas, sus perros, sus piedras de moler, todos se
levantaron y les golpearon las caras.

-- Mucho mal nos hacíais; nos comíais, y nosotros ahora os morderemos -- les
dijeron sus perros y sus aves de corral.

Y las piedras de moler: -- Éramos atormentadas por vosotros; cada día, cada
día, de noche, al amanecer, todo el tiempo hacían holi, holi, huqui, huqui
nuestras caras, a causa de vosotros. Este era el tributo que os pagábamos.
Pero ahora que habéis dejado de ser hombres probaréis nuestras fuerzas.
Moleremos y reduciremos a polvo vuestras carnes, les dijeron sus piedras de
moler.

Y he aquí que sus perros hablaron y les dijeron: -- ¿Por qué no nos dabais
nuestra comida? Apenas estábamos mirando y ya nos arrojabais de vuestro
lado y nos echabais fuera. Siempre teníais listo un palo para pegarnos mientras
comíais.

Así era como nos tratabais. Nosotros no podíamos hablar. Quizás no os


diéramos muerte ahora; pero ¿por qué no reflexionabais, por qué no pensabais
en vosotros mismos? Ahora nosotros os destruiremos, ahora probaréis
vosotros los dientes que hay en nuestra boca: os devoraremos, dijeron los
perros, y luego les destrozaron las caras.

Y a su vez sus comales, sus ollas les hablaron así: -- Dolor y sufrimiento nos
causabais. Nuestra boca y nuestras caras estaban tiznadas, siempre
estábamos puestos sobre el fuego y nos quemabais como si no sintiéramos
dolor. Ahora probaréis vosotros, os quemaremos -- dijeron sus ollas, y todos les
destrozaron las caras. Las piedras del hogar que estaban amontonadas, se
arrojaron directamente desde el fuego contra sus cabezas causándoles dolor.

Desesperados corrían de un lado para otro; querían subirse sobre las casas y
las casas se caían y los arrojaban al suelo; querían subirse sobre los árboles y
los árboles los lanzaban a lo lejos; querían entrar a las cavernas y las cavernas
se cerraban ante ellos.

Así fue la ruina de los hombres que habían sido creados y formados, de los
hombres hechos para ser destruidos y aniquilados: a todos les fueron
destrozadas las bocas y las caras.

Y dicen que la descendencia de aquellos son los monos que existen ahora en
los bosques; éstos son la muestra de aquellos, porque sólo de palo fue hecha
su carne por el Creador y el Formador.

Y por esta razón el mono se parece al hombre, es la muestra de una


generación de hombres creados, de hombres formados que eran solamente
muñecos y hechos solamente de madera.

Segunda Parte

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Capítulo X

(...)

Dijo entonces Ixbalamqué a Hunahpú: -¿Comenzará ya a amanecer? mira tú.


-Tal vez sí, voy a ver, contestó éste.
Y como tenía muchas ganas de ver afuera de la boca de la cerbatana y quería
ver si había amanecido, al instante le cortó la cabeza Camazotz y el cuerpo de
Hunahpú quedó decapitado.
Nuevamente preguntó lxbalanqué: -¿No ha amanecido todavía? Pero Hunahpú
no se movía. -¿A dónde ha ido Hunahpú? ¿Qué es lo que has hecho? Pero no
se movía, y permanecía callado.
Entonces se sintió avergonzado lxbalanqué y exclamó: -¡Desgraciados de
nosotros! Estamos completamente vencidos.
Fueron en seguida a colgar la cabeza sobre el juego de pelota por orden
expresa de Hun-Camé y Vucub-Camé, y todos los de Xibalba se regocijaron
por lo que le había sucedido a la cabeza de Hunahpú.

Capítulo XI

En seguida llamó lxbalanqué a todos los animales, al pisote, al jabalí, a todos


los animales pequeños y grandes, durante la noche, y a la madrugada les
preguntó cuál era su comida.
-¿Cuál es la comida de cada uno de vosotros? pues yo os he llamado para que
escojáis vuestra comida, les dijo lxbalanqué.
-Muy bien, contestaron. Y en seguida se fueron a tomar cada uno lo suyo, y se
marcharon todos juntos. Unos fueron a tomar las cosas podridas; otros fueron a
coger hierbas; otros fueron a recoger piedras. Otros fueron a recoger tierra.
Variadas eran las comidas de los animales pequeños y de los animales
grandes.
Detrás de ellos se había quedado la tortuga, la cual llegó contoneándose a
tomar su comida. Y llegando al extremo del cuerpo tomó la forma de la cabeza
de Hunahpú, y al instante le fueron labrados los ojos.
Muchos sabios vinieron entonces del cielo. El Corazón del Cielo, Huracán,
vinieron a cernerse sobre la Casa de los Murciélagos.
Y no fue fácil acabar de hacerle la cara, pero salió muy buena; la cabellera
también tenía una hermosa apariencia, y asimismo pudo hablar.
Pero como ya quería amanecer y el horizonte se teñía de rojo. --oscurece de
nuevo, viejo!, le fue dicho al zopilote.
-Está bien, contestó el viejo, y al instante oscureció el viejo. "Ya oscureció el
zopilote", dice ahora la gente.
Y así, durante la frescura del amanecer, comenzó su existencia.
-¿Estará bien?, dijeron. ¿Saldrá parecido a Hunahpú?
-Está muy bien, contestaron. Y efectivamente, parecía de hueso la cabeza, se
había transformado en una cabeza verdadera.
Luego hablaron entre sí y se pusieron de acuerdo:
-No juegues tú a la pelota; haz únicamente como que juegas yo sólo lo haré
todo, le dijo Ixbalanqué.

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En seguida le dio sus órdenes a un conejo:
-Anda a colocarte sobre el juego de pelota, quédate allí entre el encinal, le fue
dicho al conejo cuando se le dieron estas instrucciones durante la noche.
En seguida amaneció y los dos muchachos estaban buenos y sanos. Luego
bajaron a jugar a la pelota. La cabeza de Hunahpú estaba colgada sobre el
juego de pelota.
-¡Hemos triunfado! ¡Habéis labrado vuestra propia ruina; ¡os habéis entregado!
les decían. De esta manera provocaban a Hunahpú.
-Pégale a la cabeza con la pelota, le decían. Pero no lo molestaban con esto, él
no se daba por entendido.
Luego arrojaron la pelota los Señores de Xibalba. lxbalanqué le salió al
encuentro; la pelota iba derecho al anillo, pero se detuvo, rebotando, pasó
rápidamente por encima del juego de pelota y de un salto se dirigió hasta el
encinal.
El conejo salió al instante y se fue saltando; y los de Xibalba corrían
persiguiéndolo. Iban haciendo ruido y gritando tras el conejo. Acabaron por irse
todos los de Xibalba.
En seguida se apoderó Ixbalanqué de la cabeza de Hunahpú; se llevó de
nuevo la tortuga y fue a colocarla sobre el juego de pelota. Y aquella cabeza
era verdaderamente la cabeza de Hunahpú y los dos muchachos se pusieron
muy contentos.
Fueron, pues, los de Xibalba a buscar la pelota y habiéndola encontrado entre
las encinas, los llamaron, diciendo:
-Venid acá. Aquí está la pelota, nosotros la encontramos, dijeron, y la tenían
colgando.
Cuando regresaron los de Xibalba exclamaron. -¿Qué es lo que vemos?
Luego comenzaron nuevamente a jugar. Tantos iguales hicieron por ambas
partes.
En seguida lxbalanqué le lanzó una piedra a la tortuga; ésta se vino al suelo y
cayó en el patio del juego de pelota hecha mil pedazos como pepitas, delante
de los Señores.
-¿Quién de vosotros irá a buscarla? ¿Dónde está el que irá a traerla? dijeron
los de Xibalba.
Y así fueron vencidos los señores de Xibalba por Hunahpú e Ixbalanqué.
Grandes trabajos pasaron éstos, pero no murieron, a pesar de todo lo que les
hicieron.

Tercera Parte

Capítulo I

He aquí, pues, el principio de cuando se dispuso hacer al hombre, y cuando se


buscó lo que debía entrar en la carne del hombre.

Y dijeron los Progenitores, los Creadores y Formadores, que se llaman Tepeu y


Gucumatz: "Ha llegado el tiempo del amanecer, de que se termine la obra y
que aparezcan los que nos han de sustentar, y nutrir, los hijos esclarecidos, los
vasallos civilizados; que aparezca el hombre, la humanidad, sobre la superficie
de la tierra." Así dijeron.

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Se juntaron, llegaron y celebraron consejo en la oscuridad y en la noche; luego
buscaron y discutieron, y aquí reflexionaron y pensaron. De esta manera
salieron a luz claramente sus decisiones y encontraron y descubrieron lo que
debía entrar en la carne del hombre.

Poco faltaba para que el sol, la luna y las estrellas aparecieran sobre los
Creadores y Formadores.

De Paxil, de Cayalá, así llamados, vinieron las mazorcas amarillas y las


mazorcas blancas.

Estos son los nombres de los animales que trajeron la comida: Yac [el gato de
monte], Utiú [el coyote], Quel [una cotorra vulgarmente llamada chocoyo] y Hoh
[el cuervo]. Estos cuatro animales les dieron la noticia de las mazorcas
amarillas y las mazorcas blancas, les dijeron que fueran a Paxil y les
enseñaron el camino de Paxil.

Y así encontraron la comida y ésta fue la que entró en la carne del hombre
creado, del hombre formado; ésta fue su sangre, de ésta se hizo la sangre del
hombre. Así entró el maíz [en la formación del hombre] por obra de los
Progenitores.

Y de esta manera se llenaron de alegría, porque habían descubierto una


hermosa tierra, llena de deleites, abundante en mazorcas amarillas y mazorcas
blancas y abundante también en pataxte y cacao, y en innumerables zapotes,
anonas, jocotes, nances, matasanos y miel. Abundancia de sabrosos alimentos
había en aquel pueblo llamado de Paxil y Cayalá.

Había alimentos de todas clases, alimentos pequeños y grandes, plantas


pequeñas y plantas grandes. Los animales enseñaron el camino. Y moliendo
entonces las mazorcas amarillas y las mazorcas blancas, hizo Ixmucané nueve
bebidas, y de este alimento provinieron la fuerza y la gordura y con él crearon
los músculos y el vigor del hombre. Esto hicieron los Progenitores, Tepeu y
Gucumatz, así llamados.

A continuación entraron en pláticas acerca de la creación y la formación de


nuestra primera madre y padre. De maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su
carne; de masa de maíz se hicieron los brazos y las piernas del hombre.
Únicamente masa de maíz entró en la carne de nuestros padres, los cuatro
hombres que fueron creados.

Capítulo II

Estos son los nombres de los primeros hombres que fueron creados y
formados: el primer hombre fue Balam-Quitzé, el segundo Balam-Acab, el
tercero Mahucutah y el cuarto Iqui-Balam.

Estos son los nombres de nuestras primeras madres y padres.

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Se dice que ellos sólo fueron hechos y formados, no tuvieron madre, no
tuvieron padre. Solamente se les llamaba varones. No nacieron de mujer, ni
fueron engendrados por el Creador y el Formador, por los progenitores. Sólo
por un prodigio, por obra de encantarniento fueron creados y formados por el
Creador, el Formador, los Progenitores, Tepeu y Gucumatz. Y como tenían la
apariencia de hombres, hombres fueron; hablaron, conversaron, vieron y
oyeron, anduvieron, agarraban las cosas; eran hombres buenos y hermosos y
su figura era figura de varón.

Fueron dotados de inteligencia; vieron y al punto se extendió su vista,


alcanzaron a ver, alcanzaron a conocer todo lo que hay en el mundo. Cuando
miraban, al instante veían a su alrededor y contemplaban en torno a ellos la
bóveda del cielo y la faz redonda de la tierra. Las cosas ocultas [por la
distancia] las veían todas, sin tener primero que moverse; en seguida veían el
mundo y asimismo desde el lugar donde estaban lo veían.

Grande era su sabiduría; su vista llegaba hasta los bosques, las rocas, los
lagos, los mares, las montañas y los valles. En verdad eran hombres
admirables Balam-Quitzé, Balam-Acab, Mahucutah e Iqui-Balam.

Entonces les preguntaron el Creador y el Formador : -- ¿Que pensáis de


vuestro estado? ¿No miráis. ¿No oís? ¿No son buenos vuestro lenguaje y
vuestra manera de andar? ¡Mirad, pues! ¡Contemplad el mundo, ved si
aparecen las montañas y los valles! ¡Probad, pues, a ver!, les dijeron.

Y en seguida acabaron de ver cuanto había en el mundo. Luego dieron las


gracias al Creador y al Formador : -- ¡En verdad os damos gracias dos y tres
veces! Hemos sido creados, se nos ha dado una boca y una cara, hablamos,
oímos, pensamos y andamos; sentimos perfectamente y conocemos lo que
está lejos y lo que está cerca. Vemos también lo grande y lo pequeño en el
cielo y en la tierra. Os damos gracias, pues, por habernos creado, ¡oh Creador
y Formador!, por habernos dado el ser, ¡oh abuela nuestra! ¡Oh nuestro
abuelo!, dijeron dando las gracias por su creación y formación.

Acabaron de conocerlo todo y examinaron los cuatro rincones y los cuatro


puntos de la bóveda del cielo y de la faz de la tierra.

Pero el Creador y el Formador no oyeron esto con gusto. -- No está bien lo que
dicen nuestras criaturas, nuestras obras; todo lo saben, lo grande y lo pequeño
--dijeron. Y así celebraron consejo nuevamente los Progenitores : -- ¿Qué
haremos ahora con ellos? ¡Que su vista sólo alcance a lo que está cerca, que
sólo vean un poco de la faz de la tierra! No está bien lo que dicen. ¿Acaso no
son por su naturaleza simples criaturas y hechuras [nuestras]? ¿Han de ser
ellos también dioses? ¿Y si no procrean y se multiplican cuando amanezca,
cuando salga el sol? ¿Y si no se propagan? -- Así dijeron.

-- Refrenemos un poco sus deseos, pues no está bien lo que vemos. ¿Por
ventura se han de igualar ellos a nosotros, sus autores, que podemos abarcar
grandes distancias, que lo sabemos y vemos todo?

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Esto dijeron el Corazón del Cielo, Huracán, Chipi-Caculhá, Raxá-Caculhá,
Tepeu, Gucumatz, los Progenitores, Ixpiyacoc, Ixmucané, el Creador y el
Formador. Así hablaron y en seguida cambiaron la naturaleza de sus obras, de
sus criaturas.

Entonces el Corazón del Cielo les echó un vaho sobre los ojos, los cuales se
empañaron como cuando se sopla sobre la luna de un espejo. Sus ojos se
velaron y sólo pudieron ver lo que estaba cerca, sólo esto era claro para ellos.

Así fue destruida su sabiduría y todos los conocimientos de los cuatro hombres,
origen y principio [de la raza quiché].

Así fueron creados y formados nuestros abuelos, nuestros padres, por el


Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra.

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