Una historia que INSPIRA
La historia del albergue Inspira, está conectada con la interminable vocación de servicio del doctor
Ricardo Pun.
Desde muy pequeño, Ricardo formó parte de las brigadas de labor social del colegio María Reina y de
la parroquia cercana a su hogar. A los 16 años, integró el cuerpo de bomberos Salvadora Lima N°10;
ocupación que tuvo que dejó a petición de su padre, debido a los problemas de violencia por
terrorismo durante la época.
Como estudiante becado del Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA), su vocación por la
ayuda lo llevó a formar parte de la organización de Teletones al interior de la organización. Durante su
vivencia como estudiante de medicina en México, Ricardo fue el único estudiante extranjero que
conformó la brigada de trasplantes de órganos en la ciudad de Jalisco.
Retornó al Perú en 2004 y se desempeñó exitosamente como médico de Medicina complementaria.
Fue en diciembre de 2007 cuando, guiado por una paciente, conoció la realidad de los albergues para
pacientes con cáncer en Lima. Este fue el inicio de su gran aventura. A partir de ahí, el sueño del
albergue, comenzó a forjarse.
En abril del 2008, con el apoyo de 13 amigos entusiastas se creó la primera asociación: Fuente de
Vida PL Lima 50. Una asociación sin fines de lucro que inició con la recaudación de fondos a través de
actividades benéficas. El principal objetivo era conseguir una casa para constituir el espacio del
albergue.
El sueño estuvo a punto de esfumarse, debido a la dificultad de conseguir personas dispuestas a
alquilar un inmueble para que funcione como albergue. El grupo empezó a considerar la posibilidad de
donar el dinero a una asociación ya constituida. No obstante, el destino tenía claro que este proyecto
sería viable.
Fue en noviembre del 2010 cuando la asociación consiguió una persona dispuesta a alquilar un
espacio. Fue así que, después de ocho meses de implementación, en junio del 2011 el albergue
recibió a su primer niño. A partir de ahí, el albergue – ahora llamado Inspira – se ha convertido en un
verdadero oasis entre tanta adversidad.
La institución, recibe a niños con cáncer del interior del país de bajos recursos, proveyendo de hogar,
comida y comodidades mientras reciben su tratamiento en la INEN (Instituto Nacional de
Enfermedades Neoplásicas). Hasta julio del año 2017, el albergue ha llegado a recibir alrededor de
900 familias; sus camas han sido ocupadas más de 50 mil veces; ha servido más de 250 mil raciones
de comida saludable. La apertura del albergue se ha incrementado, actualmente, apoya también la
llegada de cualquier niño con tratamiento asociado a síndrome de down, quemaduras y parálisis
cerebral.
Su fundador, Ricardo Pun, ha sido ampliamente reconocido por su labor social con reconocimientos
como: (ver documento de reconocimiento).
El sueño continúa. Con el apoyo de la Municipalidad de Surco, recibió la sesión en un terreno ubicado
en Surco El siguiente paso: hacer el sueño realidad.
Construir un albergue de más de 600 metros cuadrados que pueda recibir a más de 120 personas de
los lugares más alejados del país y que vienen a Lima a recibir tratamientos.