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Medidas Cautelares en Rendición de Cuentas

Este documento describe una solicitud de medidas cautelares ante un tribunal. El solicitante pide que se designe un veedor judicial para supervisar los activos y operaciones de una sociedad mercantil mientras se resuelve un caso de rendición de cuentas, para evitar la dilapidación de los bienes y proteger el patrimonio representado por las acciones. Argumenta que se cumplen los requisitos legales como peligro evidente, fumus boni iuris y periculum in mora.

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Medidas Cautelares en Rendición de Cuentas

Este documento describe una solicitud de medidas cautelares ante un tribunal. El solicitante pide que se designe un veedor judicial para supervisar los activos y operaciones de una sociedad mercantil mientras se resuelve un caso de rendición de cuentas, para evitar la dilapidación de los bienes y proteger el patrimonio representado por las acciones. Argumenta que se cumplen los requisitos legales como peligro evidente, fumus boni iuris y periculum in mora.

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CIUDADANO

JUEZ OCTAVO DE LOS MUNICIPIOS MARACAIBO, JESUS ENRIQUE LOSSADA Y SAN


FRANCISCO DE LA CIRCUNSCRIPCION JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA.

SU DESPACHO-.

Yo, xxxxxxxxx, ante Usted ocurro muy respetuosamente para exponer:

Cursa por ante este digno Tribunal formal demanda que por Rendición de Cuentas ha
intentado el Ciudadano xxxxxxxx en contra de la Sociedad Mercantil xxxxx (IDENTIFICAR).

Tanto la doctrina patria como la extranjera han considerado la necesidad de otorgar


un Poder Cautelar General al Órgano Jurisdiccional Subjetivo, pues existen situaciones de
peligro evidente y cierto en la demora, no contemplados en ninguna disposición legal y por
tanto, debe establecerse un radio de acción amplio para el Órgano Jurisdiccional que
permita mitigar esas situaciones consideradas de verdadero peligro, donde el campo de
procedencia de las medidas preventivas típicas no son suficientes ni eficaces para
resguardar los vienes o acciones que en forma directa o indirecta constituyen la garantía del
accionante al quedar el fallo definitivamente firme y satisfacer su pretensión, siempre que
haya inminencia de un daño derivado del retardo y el cumplimiento impretermitible de las
condiciones exigidas por la normativa adjetiva contenido en el articulo 585 del Código de
Procedimiento Civil, como lo constituyen los elementos: “pendente litis”, “fumus bonis iuris”,
“fumus periculum in mora” y en el presente caso especifico “periculum in damni”, extremos
legales que serán esgrimidos con absoluta fehaciencia en el cuerpo de la presente solicitud
de medidas cautelares, en concordancia con las otras formalidades exigidas por la normativa
adjetiva, específicamente el poder cautelar del Juez, consagrado en el articulo 588 ejusdem.

En este sentido, la disposición contenida en el articulo anterior refleja la inquietud


doctrinaria al instaurar en nuestra legislación adjetiva el Poder Cautelar General, en
beneficio de una mayor efectividad en la administración de justicia, al establecer: “Además
de las medidas anteriormente enumeradas y con estricta sujeción a los requisitos previstos
en el articulo 585, el Juez podrá decretar las providencias cautelares que considere
adecuadas…”
Con respecto a la potestad discrecional del Juez para decretar tales providencias
cautelares, expresa el insigne procesalista italiano Piero Calamandrei (1984, Pagina 42), en
su obra Providencias Cautelares, lo siguiente:

“También la tutela ordinaria puede tener un objeto preventivo; también la providencia


definitiva (no cautelar), puede en ciertos casos, dictarse con carácter de urgencia,
consiguiendo de este modo que la tutela ordinaria llegue sin retardo. Pero, para que
surja el interés especifico en reclamar una medida cautelar, es necesario que a éstos
dos elementos (prevención y urgencia) se añada un tercero que es en el que
propiamente reside el alcance característico del periculum in mora; esto es, hay
necesidad de que para obviar oportunamente el peligro de daño que amenaza el
derecho, la tutela ordinaria, se manifieste como demasiado lenta, de manera que, en
espera de que se madure a través del largo proceso ordinario la providencia definitiva,
se deba proveer con carácter de urgencia a impedir con medidas provisorias que el
daño temido se produzca o se agrave durante aquella espera”.

La calificación de “cautelares” es la mas apropiada para indicar estas providencias,


porque es común a todas la finalidad de constituir una cautela o aseguración preventiva
contra un peligro que amenaza; pero en ocasiones cuando se trata de que la futura
providencia principal constituya nuevas relaciones jurídicas o bien ordene medidas
innovativas del mundo exterior, la providencia cautelar, para eliminar el daño que podría
derivar del retardo con el que la providencia principal podrá llegar a constituir tales efectos,
debe tender no ya a conservar el estado de hecho existen, sino a operar, en vía provisoria o
anticipada, los efectos constitutivos e innovativos, que diferidos, podrían resultar ineficaces,
en base a lo cual se pueden diferenciar las providencias cautelares en conservativas e
innovativas.

En este sentido el autor Sánchez Noguera, citado por Ortiz Ortiz, R. (1.999) en su
obra LAS MEDIDAS CAUTELARES INNOMINADAS, Estudio Analítico y Temático de la
Jurisprudencia Nacional, tomo I, expresa:

“… se deriva para el Juez la discrecionalidad para acordarlas, que constituye un


marco de libertad para señalarlas y determinarlas dentro de los limites de la ley;
admite el ilustre colega que la discrecionalidad del Juez encuentra sus limites en la
Ley, la precisión de estos limites nos debe hacer caer en cuenta que tal
discrecionalidad no es pura sino dirigida por el legislador, de donde el Juez esta
sometido por ejemplo a los requisitos de procedencia (periculum in mora, fumus bonis
iuris y periculum in damni) de donde se desprende que no es correcto decir que el
Juez tiene libertad para señalarlas y determinarlas, porque al estar sometido al
principio dispositivo como todas las medidas cautelares, es a las partes a quien
corresponde tal facultad; ciertamente el Juez participa en la verificación de los
requisitos, la proporcionalidad de la medida y sobre todo en la pertinencia y
adecuación entre la medida solicitada y el daño o la lesión de lo cual debe haber
fundado temor”

Ciudadano Juez, como lo comenta el citado autor al indagar sobre la categoría


jurídica de aquellas normas que prevén las medidas cautelares, deducimos que las mismas
no están dirigidas al Juez sino a las partes, y que, según el análisis efectuado, las MEDIDAS
CAUTELARES INNOMINADAS no pueden conceptuarse como carga procesal, pues no
constituyen ningún tipo de obligación. En cuanto a su finalidad recordaremos que no solo
protege el interés particular de las partes sino la misma majestad de la justicia, en
consecuencia, las medidas cautelares solo pueden ser visualizadas bajo la óptica de un
verdadero derecho subjetivo de las partes cuya finalidad preponderante es procurar que se
proteja su interés en el litigio.

Otro de los requisitos que impretermitiblemente deben ser cumplidos por el solicitante
de la medida innominada es el cumplimiento de la condición de que “haya fundado temor
de que una de las partes pueda causar lesiones graves o de difícil reparación al
derecho de la otra”, por remisión expresa del articulo 585 del Código de Procedimiento
Civil, sin posibilidad alguna de prescindir de los requisitos del articulo citado mediante la
constitución de una caución o fianza.

En el caso que nos ocupa, mi representado no ha recibido cantidad de dinero alguna


por su participación accionaria en la empresa de la cual actualmente se pide la Rendición de
Cuentas detectándose una serie de irregularidades circunstancias por las cuales mi
mandante se ha visto en la necesidad imperiosa de intentar la presente acción, advirtiéndole
a este Órgano Jurisdiccional que la persona que actualmente desempeña la administración
de la empresa como presidente de la misma esta incurriendo en irregularidades aun mas
graves como la de utilizar dinero de la Sociedad Mercantil para cubrir sus gastos personales
y todas las circunstancias denunciadas en el cuerpo libelar, siendo que la parte demandada
esta realizando actividades en detrimento del patrimonio de la empresa, dañando
severamente el valor de las acciones de los socios, fatal en la actividad propia del mercado.

En virtud de lo anteriormente expuesto, se hace necesaria e imperiosa la solicitud de


una medida preventiva adicional que resguarde los activos pertenecientes a la empresa, así
como también a su desenvolvimiento y operatividad cotidiana, para que en la sentencia que
dilucide la presente controversia exista una garantía concreta que garanticen las resultas del
juicio no quedando ilusoria la ejecución del fallo, razón por la cual y de conformidad con lo
establecido en el articulo 585 en concordancia con el Parágrafo Primero del articulo 588 del
Código de Procedimiento Civil, solicito muy respetuosamente que a los fines de evitar la
dilapidación o sustracción de los bienes propiedad de la Sociedad Mercantil IMPERVAL,
C.A., ampliamente identificado en el cuerpo libelar, así como las ganancias o utilidades que
se generen hasta la finalización del presente juicio, y en consecuencia proteger el patrimonio
representado en este caso por la titularidad de las acciones suscritas por mi demandante en
la precitada Sociedad Mercantil, solicito muy respetuosamente se sirva designar un
VEEDOR JUDICIAL a los efectos de determinar: la situación patrimonial de la empresa, en
particular activos y pasivos; títulos mercantiles, circulatorios (letras, pagares, cheques, cartas
de crédito, etc.); activos y pasivos existentes, así como situación de los Libros de
Accionistas, Actas de Asambleas, Mayor, Diario e Inventario.

Por su parte, Ortiz-Ortiz, Rafael (1999, Pagina 17) en su obra “LAS MEDIDAS
CAUTELARES INNOMINADAS”, expresa sobre la naturaleza y entidad del daño o la lesión
temida, lo siguiente:

“Supone la materialización de un peligro o una lesión o a la expectativa de un daño


inminente, o de carácter continuo. A diferencia de otras legislaciones, en las cuales se
permite que a través de las medidas genéricas puedan retrotraerse las cosas al
estado anterior a la lesión, en nuestro derecho a la lesión consumada o el daño
consumado no puede ser objeto de modificación a través de una medida cautelar
pues solo una acción de daños y perjuicios pueda conseguir tal propósito; salvo
-como se ha dicho- que la lesión sea continua en el tiempo, en cuyo caso, la ley
procesal faculta al Juez para hacer cesar esa continuidad. Se requiere, a nuestra
manera de ver, que la lesión sea inminente pero no actualizada; o que en todo caso
sea una lesión continua en el tiempo para que tenga sentido la expresión utilizada por
el Código, esto es, “hacer cesar la continuidad de la lesión”. Cuando el artículo 588 en
su Parágrafo Primero establece: En estos casos para evitar el daño, el Tribunal podrá
autorizar o prohibir la ejecución de determinados actos, y adoptar las providencias
que tengan por objeto hacer cesar la continuidad de la lesión esta señalando la
posibilidad de imponer un hacer o un no hacer pero con vistas a “evitar el daño” o, al
menos, su “continuidad” de donde no puede inferirse que pueda retrotraer situaciones
de hecho “después de la lesión”.

Con respecto a la idoneidad de la medida, referida esta a la adecuación y pertinencia,


el citado autor en la obra antes señalada, establece:

“… idoneidad es la aptitud de la medida cautelar para cumplir su finalidad preventiva,


esto es, que se presente de tal manera que pueda precaver la futura ejecución del
fallo o la efectividad de la sentencia dictada y, al mismo tiempo, que sea suficiente
para garantizar que el daño temido, denunciado y probado no se concrete en la
realidad fáctica o jurídica de las partes en el proceso. Esta aptitud o idoneidad puede
ser de dos tipos:

-Cuando la medida es lo suficientemente apta como para prevenir la ocurrencia de


daños o lesiones irreparables en la esfera subjetiva de las partes, en cuyo caso puede
denominarse “adecuación de la medida”.

-Cuando la medida es suficiente para garantizar las resultas del proceso (ejecución
del fallo y efectividad de la sentencia) garantía esta que se refiere a la vinculación
entre la medida cautelar solicitad y los derechos debatidos en el proceso principal, en
cuyo caso bien se denomina “pertinencia de la medida”.

Esta diferenciación es importante por cuanto la medida puede ser adecuada para
evitar el daño, pero no tiene vinculación con los derechos o relaciones jurídicas
debatidas en el proceso; otra situación se da en el caso de pertinencia de la medida
pero es inadecuada para evitar el daño, y puede darse el caso de que la medida sea
tan impertinente como inadecuada”

En el caso objeto de la presente solicitud, en virtud de la cual se pide al Tribunal, que


mientras dilucide la controversia principal en el proceso ordinario de cognición el
nombramiento del VEEDOR JUDICIAL hasta tanto se determine con precisión la pertinencia
de los demandados, cumple a cabalidad los extremos legales exigidos, razón por la cual la
solicitud de la medida innominada es idónea, en el sentido de que reúne a la vez los
requisitos de adecuación y pertinencia, ya que no se pretende la ejecución de una medida
típica, que acarrearía daños y perjuicios altamente honerosos que no podían ser resarcidos
en la sentencia principal.

Es evidente en la presente solicitud de medida cautelar innominada el hecho de que


se puedan ejercer acciones preventivas por ser la compañía un tercero, situación fáctica que
hace procedente la medida solicitada y que constituye la necesidad de la presunción del
buen derecho (fumus bonis iuris), es decir, la apariencia de certeza o de credibilidad del
derecho invocado por parte del sujeto que solicita la medida.

Con la finalidad de llevar a este honorable Órgano Jurisdiccional la certeza


psicológica en la procedencia de la medida solicitada, se transcriben algunas de las
menciones aplicables a nuestro caso, realizadas por el ex magistrado Jesús Eduardo
Cabrera Romero en ponencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia:

“...El limite de estas medidas innominadas y de la creatividad judicial para otorgar la


cautela, viene dado porque con ellas no se violen leyes vigentes y menos la
Constitución. Lo importante en estos casos es que al Juez se le faculta para investigar
la verdad y que no se dicte resolución alguna sino después de hallarse en perfecto
conocimiento de la causa.

...El Juez puede “dictar provisionalmente las medidas siguientes:... 3º Ordenar que se
haga un inventario de los bienes comunes y dictar cualesquiera otras medidas que
estime conducentes para evitar la dilapidación, disposición u ocultamiento fraudulento
de dichos bienes. A los fines de las medidas señaladas en este articulo el Juez podrá
solicitar todas las informaciones q considere convenientes”.

...Suele argumentarse que en el proceso civil, siendo las personas jurídicas diferentes
a sus socios, ellas no pueden ser objeto de medidas cautelares de ninguna clase en
un juicio en que no son partes. Ello es parcialmente cierto, sus bienes, su patrimonio,
no puede ser objeto de medidas en una causa en la que no son litigantes, ya que la
ilusoriedad del fallo cuya ilosoriedad se precave con las medidas, no podría ir contra
ellos.

…En este sentido, los terceros, de ser personas jurídicas, no pueden impedir que el
verdadero accionista, así sea indirecto de ellas, pueda acceder a la información, y a
pesar de que se trate de una pesquisa, ella no transforma lo alegado, ni se sale de los
límites de los hechos controvertidos. Las compañías de comercio, como personas
jurídicas carecen de vida privada, pueden gozar de derechos al secreto comercial o
industrial, a la reserva de los datos de su contabilidad, a que su domicilio no sea
arbitrariamente violado, pero no negarse a mostrar los libros de accionistas para que
se conozca quienes son los socios, y cuales dividendos obtuvieron esas acciones, si
se trata de procesos donde estén involucrados acciones o cuotas de participación.

…La Juez de Primera Instancia tampoco exageró las facultades del funcionario
localizador de propiedades cuando el ordeno analizar las operaciones mercantiles
realizadas por el cónyuge administrador de los bienes comunes en esas sociedades y
a tal fin, y en protección a esos bienes comunes, lo autorizo que revisara los libros, ya
que podrían existir dividendos de las acciones que eran propiedad de la comunidad
conyugal.

Conforme al texto del auto que decreto la medida, la actuación del “administrador”
nombrado por la Juez de familia, en ningún momento desarraigaba al administrador
legítimo de las sociedades, ni sustituía los derechos de los accionistas o de los
órganos sociales.

…Lo que no puede, en principio, la medida cautelar es sustituir los órganos


societarios, destituir a un administrador, y violar las normas del derecho mercantil…”

Para finalizar y a fin de asegurar la legitimación de la medida solicitada es pertinente


traer a colación la opinión del profesor Roland Arazi (1997, pagina 195-196) en su obra
MEDIDAS CAUTELARES:

“VEEDOR: Este no cambia al órgano administrador de la sociedad; solo tiene por


finalidad el control de dicha administración y la información al Tribunal de las
circunstancias que comprobare. Se ha establecido que las funciones del interventor
veedor no obstan al normal desenvolvimiento de la empresa, ya que sus facultades se
circunscriben a la fiscalización y contralor diario de las operaciones comerciales. No
integra el órgano de administración, solo fiscaliza y, para ello, tiene acceso a la
documentación de la sociedad. Asiste a las reuniones, y los administradores naturales
le deben suministrar la información y documentación que solicita en orden a cumplir
con su misión de control. Todo ello surge de las directivas que el Juez le imparta, lo
que debe cumplir personalmente, sin perjuicio de nombrar a auxiliares en caso
necesario, con autorización judicial…”
Por ultimo solicito muy respetuosamente que para la ejecución de la medida
solicitada, se comisione suficientemente a uno cualquiera de los Juzgados Especiales
Ejecutores de Medidas de los Municipios Maracaibo, Jesús Enrique Lossada, San Francisco,
Mara, Páez y Almirante Padilla de esta Circunscripción Judicial, para llevar a efecto la
misma, habilitando para su ejecución todo el tiempo que fuere necesario dada la urgencia
del caso que juro por ser justicia que espero en Maracaibo a la fecha de su presentación.

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