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10 NuevotestamentoII Leccion8

El documento presenta tres cartas del Nuevo Testamento: 1) Las cartas de Pedro, que tratan temas como la redención, la salvación de las almas, y consejos pastorales. 2) La primera carta de Juan, que aborda la divinidad de Jesucristo, los anticristos, y la comunión con Dios. 3) La carta de Judas, que exhorta a los creyentes a defender firmemente la fe frente a los falsos maestros.
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10 NuevotestamentoII Leccion8

El documento presenta tres cartas del Nuevo Testamento: 1) Las cartas de Pedro, que tratan temas como la redención, la salvación de las almas, y consejos pastorales. 2) La primera carta de Juan, que aborda la divinidad de Jesucristo, los anticristos, y la comunión con Dios. 3) La carta de Judas, que exhorta a los creyentes a defender firmemente la fe frente a los falsos maestros.
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Nuevo Testamento II

LECCION No 8

 Presentar las cartas de Pedro, con temas como la


redención, “mucha más preciosa que el oro” cuya meta “es
la salvación de nuestras almas”, el linaje escogido, la
exhortación en mantener firme el testimonio de la fe, y
algunos consejos pastorales. La exhortación de Pedro a los
creyentes sobre la base de “la palabra profética más
segura”.

 Identificar en Juan 1, 2, 3 diversos temas como la divinidad


de Jesucristo, la conducta de los anticristos, la comunión
con Dios y el amor fraternal, también la prevención sobre la
enseñanza de ciertos engañadores.

 Analizar en Judas, la exhortación a “contender


ardientemente por la fe” frente a los falsos maestros contra
quienes escribe.

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Nuevo Testamento II

¿Sabía usted que la salvación no cuesta dinero?

¿Sabía usted que la palabra profética más segura es la Biblia?

¿Qué es anticristo, y quienes son los falsos maestros?

Con la frase “Pedro, Apóstol de Jesucristo” (1.1) se presentaba el


autor con plena sencillez a sus lectores. Se dirigía a los ancianos
(en 5.1) como “ancianos también con ellos y testigo de los
padecimientos de Cristo”. Escribía desde Babilonia (5.13),
probablemente apelativo aplicado Roma (como en AP 14.8;
18.210.21). Su amanuense fue Silvano (5.12), posiblemente Silas
de Hechos (c. 15-18), al que se llama Silvano en las epístolas de
Pablo (2 co1.1-19; i Ts 1.1; Ts 1.1). Con El estaba Marcos, a quien
llamaba mi hijo (5.13), probablemente Juan Marcos de los Hechos
y las epístolas de pablo (Hech 12.25; 13; 15.37-39; col14.10;
24;”Tít. 4.11). Pedro se dirigía a los cristianos que vivían de las
provincias romanas de Ponto, Galacia, Capadocia, Asia, Botina
(1.1), todas en la parte norte del Asia menor. Es posible que el
orden de numeración correspondiera a la ruta que seguiría el
mensajero al llevar la carta a las iglesias. Esta carta refleja una
época de sufrimiento y pruebas. Los lectores ya han sufrido
alguna persecución y les espera más (1.6; 3.9.1317;
4.1.2.12.19.10). ¿Cuál era la naturaleza de esta prueba de fuego
(4.12) que les había sobrevenido? No se registra ninguna
persecución generaliza de los cristianos por el gobierno romano
antes del reinado de Domiciano, hacia el fin del siglo I, y la
persecución de Nerón, en la década del 60, se limitó más bien a

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Nuevo Testamento II
Roma sin extenderse a las provincias. Por lo tanto, los sufrimientos
a los que se refiere esta carta, tienen que haber sido los que
surgían, frecuentemente frente a los cristianos, en medio de una
sociedad hostil. No se culpa las autoridades en ningún momento,
más bien se exhorta a los lectores a que se sujeten a ellas y que
honren al emperador (2.13).

Ya que Pedro murió en el 64 o 67 d.C., esta epístola se escribió


probablemente en los primeros años de esta década. Se llama a
los destinatarios “expatriados de la dispersión” (1.1 Cf. Stg 1.1). Lo
cual significa que ellos, como Israel de antaño estaban dispersos
por el mundo. Es probable que la mayoría fueran gentiles y no
judíos, por las referencias que se hacen a su anterior modo de vida
(1.14.18; 2.910; 4.3.4).

El propio escritor dice que su carta es un breve mensaje de


amonestación y testimonio (5.12). Esta epístola de gracia y
esperanza como la ha denominado un escritor moderno, es notable
por el suave tono suave de amonestación y exhortación, que
surge de un pastor que se enseñorea sobre su “rebaño” sino que le
da ejemplo (5.2.3). Los exhorta (Cf. 2.11; 5.1.12) a llevar una vida
de pureza y espiritualidad, absteniéndose de la malicia, de la
envidia, de las detracciones (2.1) y demás pasiones carnales de la
vida pagana (1.14; 2.11; 4.2.3). Son pueblo escogido de Dios
sacerdocio real, nación santa, llamados a proclamar las grandes
obras de Dios (2.9). Deben usar su libertad cristiana para vivir
como corresponde a siervos de Dios (2.16) demostrando con
pasión, amor (1.22;4.8), humildad (5.1-6), hospitalidad (4.9),
finalmente unanimidad, amor fraternal, misericordia, y amistad (3.8
en el sufrimiento han de seguir el ejemplo de Cristo (2.20-
25;3.17.18;4.1.12-19); su “esperanza viva” es la base para su
confianza indestructible en Dios (1.3.21) en toda su aflicción y
sufrimientos habrán de confiar en Dios “porque él tiene cuidado de
Vosotros” (5.6.7).

No hay otro libro en el N.T. que refleje como ésta breve epístola la
verdadera naturaleza y los efectos del amor de Dios en Cristo.

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Nuevo Testamento II

El autor se identifica como Simón Pedro, “siervo y apóstol de


Jesucristo” (1.1). Habla de su muerte inminente de conformidad
con la afirmación de Cristo (1.13.15), lo cual probablemente es una
referencia a Jn 21.18.19. También se refiere a la transfiguración de
Cristo en el “monte Santo” (1.16-18). Habla de una carta anterior
(3.1) y de las cartas de Pablo.

Las primeras referencias a esta carta en los escritos de Orígenes,


Eusebio y Jerónimo muestra que algunos dudaban de la autoría
apostólica, de la epístola que en tanto otros si la aceptaban,
Eusebio por ejemplo no dijo que la carta fuera falsa, pero no estaba
dispuesto a colocarla en plano de igualdad con los demás libros de
canon sobre los cuales no tenía dudas. Tampoco orígenes, dijo
que fuera espuria, sino solo que se disputaba su autenticidad.

Actualmente, muchos estudiosos creen que la carta es seudónima,


y fue escrita en nombre del apóstol por un desconocido líder
cristiano, a mediados del siglo II. Radica su posición
principalmente en la diferencia a las cartas de Pablo como
“escrituras” y en el factor tiempo implícito en 3.4. Los que aceptan
la autoría apostólica, por su parte señalan, la semejanza entre las
dos cartas en el uso de ciertas palabras y frases, en las enfáticas
referencias autobiográficas y en la similitud de la enseñanza. La
fecha de la carta depende obviamente de la opinión que uno tenga,
respecto al autor. Dando por sentada la autoría de Pedro, que es
preferible, diríamos entonces que fue escrita poco después de 1 de
Pedro.

La carta es un recordatorio (1.12; 3.1) de la verdad del evangelio


frente a los ataques perniciosos de los falsos maestros que
llevaban a herejías destructivas. Al igual que los falsos profetas de
Israel, estos falsos maestros eran corruptos e inmorales (2.3.3-10)
se entregaban a orgías y borracheras (2.13.14) eran licenciosos y
estaban corrompidos por el mundo y sus pasiones (2.17-22). En su
enseñanza se mofaba la creencia en el retorno del Señor (3.3-10).

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Nuevo Testamento II
Pero el autor recuerda a sus lectores que el Señor cumplirá su
promesa gracia y el conocimiento de nuestro Señor y salvador
Jesucristo (3.18). Dios castigará a los malvados (2.1.3.9.10.12.17)
al igual que castigó a fin de que los hombres se arrepientan, pero
llegará el día cuando destruirá el universo entero y entonces habrá
cielos nuevos y tierra nueva donde morará la justicia (3.8.13).

Esta carta universal no da el nombre de su autor no identifica a sus


destinatarios. Desde los primeros tiempos de la iglesia se atribuyó
al apóstol Juan sin sugerirse ningún otro autor. El autor escribe
como testigo presencial de la persona y el ministerio de Jesús
(1.1.3), empleando un vocabulario que nos recuerda mucho el del
evangelio de Juan (1.4; 19.3.5; 21.24). El tenor de la carta y en
particular sus referencias a los lectores como “hijitos” (2.1.12.28;
3.7.18; 4.5.21). Dan a entender que ya era un anciano.

Quizás el autor conocía a algunos de sus lectores, pero la


ausencia de referencias personales permite suponer que fuera una
carta general dirigida a todos los cristianos, dondequiera que se
encontrase. A más de hijitos, les escrito los llama también
“hermanos” (3.13) y “amados” (2.7; 3.2.21; 4.1.7.11). Su tono es
cálido e íntimo al escribirles con evidente amor y preocupación.

Calmada y deliberadamente les recuerda los fundamentos de la fe


cristiana y les asegura la realidad de su salvación: “para que sepáis
que tenéis vida eterna” (5.3)

También escribió para prevenir a sus lectores contra una filosofía


peligrosa que despojaría a la fe cristiana de su mensaje distintivo
respecto a Cristo Jesús. Basada en la distinción moral de los
griegos entre materia y espíritu, la filosofía proto-gnóstica considera
que la materia era intrínsecamente mala. Por tal razón, no podía
hablarse de una verdadera encarnación del Verbo de Dios sino
solo de una parte. El Hijo de Dios realmente no se hizo “carne”
sino solo pareció hacerlo. De esto provino el apelativo “docetismo”
(del griego dokeo que significa “parecer”). Otros afirmaban que el
Cristo divino había venido sobre el Jesús humano en el bautismo y

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Nuevo Testamento II
que lo dejó en la cruz, ya que era imposible que el divino Hijo de
Dios sufriera y muriera.

En ambos casos se niega la creencia cristiana de que el nombre


Jesús era también Cristo, el Hijo de Dios. El escritor denuncia a
estos “anticristianos” negaban al hijo y por lo tanto, también al
Padre, (2.18.23). Eran falsos profetas que no confesaban que
Jesús había venido con agua y con sangre (3.6.8). Destaca el
escritor la real humanidad como la verdadera deidad de Jesucristo
(2.22; 4.2.15; 1.15).

Generalmente se data esta carta alrededor del 90 d.C. habiéndole


escrito quizá desde Éfeso.

Este libro se detiene en los grandes temas de la fe y el mensaje


cristianos de un modo que nos recuerda el Evangelio de Juan. El
escritor contrapone la luz a las tinieblas (1.6.7; 2.8.11) el amor al
mundo con el amor a Dios (2.15.17) los hijos de Dios a los hijos del
diablo (3.4-10) el amor con el odio (3.11.18; 4-7.12.16.21) el
Espíritu de Dios a la comunión (1.3.4) de la vida eterna (2.25;
5.11.13.20) y del Espíritu Santo (2.27; 4.12.13). A la destructiva
enseñanza gnóstica de que lo hecho en la carne no puede afectar
al espíritu, el autor contrapone la necesidad de obediencia y de
pureza de vida (1.10; 2.15.17; 3.; 4.10; 5.18) La substancia del
escrito puede asumirse en estas palabras: “Que creamos en el
nombre de su hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como
nos lo ha mandado” (3.23).

El escritor de esta breve carta se autodenomina “el anciano” (v.1,


también 3 jn.1). La semejanza del estilo y contenido de las tres
epístolas constituyen un fuerte argumento en pro de la autoría
común. La mayoría de los eruditos cree que efectivamente el
mismo para las tres, quizás alrededor del 90 d.C. en la ciudad de
Éfeso. La carta estaba dirigida a “la señora elegida y a sus hijos”
(v1) algunos piensas que esto se refería a una mujer “Kyria la
elegida” y sus hijos. Pero la referencia posterior a “algunos de tus
hijos”

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Nuevo Testamento II
(v. 4), los saludos que transmiten de “los hijos de tu hermana, la
elegida” (v. 13) y el tenor general de la carta nos indican que la
destinataria es una iglesia y no una familia en particular.

El anciano escribió para destacar el lugar primordial que ha de


ocupar el amor en la comunidad cristiana: amar significa obedecer
a Dios y obedecer es amarse unos a otros (v 5.6). También
previene a sus lectores contra la herejía de quienes engañan la
encarnación del Hijo de Dios (v.7). Tales engañadores se
constituyen en el anticristo, al pretender de la suya es una
enseñanza “superior”; por sobre el mensaje cristiano ortodoxo (v.9).

Estos falsos maestros no debieran recibirse ni aun en la casa, pues


brindarles hospitalidad significaría participar en sus malas obras.
(vv. 10.11)

La carta manifiesta cierto grado de autoridad cuando el anciano


ataca la falta de cooperación de Diótrefes. Puede haber habido
algo más que el simple choque de dos fuertes personalidades. Es
muy posible (mayormente si entendemos que 2 de Juan fue escrita
a la misma iglesia) que el anciano haya sentido que también
estaban en juego ciertas verdades teológicas y doctrinales (véase 2
Jn 10.11). De cualquier modo, el anciano promete visitar pronto a
la iglesia y tratar el asunto personalmente. (v.10.14).

Esta carta fue escrita por el “anciano”, el autor de 2 de Juan. Es


una carta muy personal, pues todos los pronombres de segunda
persona están en singular. Está dirigida a Gayo, quien es
obviamente líder en una iglesia, sin embargo no se aclara cual es
su posición u oficio. Es posible que la carta anterior escrita a la
iglesia, que se menciona en el verso 9 fuera 2 Juan. Se ser así las
dos cartas fueron escritas desde el mismo lugar, una a la iglesia y
otra a Gayo. No es posible determinar si este Gayo es alguno de
los otros de mismo nombre que se menciona en el Nuevo
Testamento (Hech 19.29, 20.4 Ro 16.23; 1 Cor 1.14).

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Nuevo Testamento II
Esta carta se escribió a fin de resolver problemas que habían
surgido con respecto a los maestros cristianos, o profetas que
viajaban de iglesia en iglesia cumpliendo su ministerio. Aquellos
que enseñaban la doctrina auténtica debían ser recibidos y
ayudarlos en sus viajes. Pero Diótrefes, presumidamente el líder
en la iglesia local, se negaba a recibir a estos hombres, rechazaba
la autoridad del “anciano” y echaba de la iglesia a los miembros
que acogían a esos mensajeros. D ahí que el anciano escriba a
su buen amigo Gayo instándole a que ayude a estos predicadores
itinerantes. Quizás Demetrio (verso 12) haya sido el portador de la
carta a Gayo, o puede haber sido miembro de la misma iglesia que
éste.

Esta breve carta nos permite entrever algo de la vida de la iglesia


en las postrimerías del siglo I, cuando líderes responsables s
esfuerzan por contrarrestar los efectos ruinosos de la falsa
doctrina. Estas enseñanzas debilitaban el testimonio cristiano y
sus efectos se hacían sentir en la vida de los creyentes. La
ortodoxia cristiana no es solamente asunto teórico, es la base
misma del mensaje y de la misión del mensaje y de la misión
cristiana. Aquí el amor del anciano por la verdad y su preocupación
por el bienestar espiritual de sus lectores lo mueven a escribir esta
breve nota a una iglesia cuyos miembros corren verdadero peligro
de abandonar la verdad como ella es un Jesús.

El escritor se identifica como “Judas, siervo de Jesucristo y


hermano de Jacobo” (v.1). Generalmente se ha aceptado que esto
significa que era hermano de Jesús (Cf. Mr 13.55). Hay también
quienes piensan que se trata de otro Judas, desconocido para
nosotros. Una tercera opinión de la carta como seudónima, escrita
en nombre de Judas el hermano de Jesús.

Esta breve carta no fue aceptada inmediatamente dentro del


canon. Todavía en el siglo IV Eusebio de Cesárea informaba que
había quienes disputaban su autoría apostólica. Casi todo el

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Nuevo Testamento II
contenido de la carta se reproduce en 2 de Pedro, pero es probable
que Judas se escribiera primero. Algunos la datan en la década
del sesenta del siglo I, en tanto que otros la ubican alrededor del
150 d.C.

No se identifica a los destinatarios. No parece estar dirigida a


alguna localidad en particular, sino a los cristianos en general.

(v.1). el autor había tenido la intención de escribir a cerca de


“nuestra común salvación” pero al recibir noticias de la herejía
destructora que se estaba enseñando en algunas partes, escribe
para contrarrestar tal situación (v 3.4).

Gracia de Dios en libertinaje y negaban el señorío de Cristo (v.4)


mancillaban la carne, rechazando la autoridad y blasfemando de
las potestades superiores (v.8) esta gente mundana, desprovista
del Espíritu, causaba divisiones en la iglesia (v.19) con sus
inmoralidades y pasiones impúdicas (vv10.13.16). Al negar que
los pecados de la carne pudieran afectar el bienestar del alma,
practicaban y enseñaban una conducta inmoral. Era urgentemente
necesario que fuesen desenmascarados y se condenasen sus
enseñanzas inicuas.

El escritor condena a los herejes en término que no admiten


ambigüedad apelando a su vocabulario más contundente para
describirlos (v 4.8.10.16.18.19). Pronostica su castigo y
destrucción (v 11.13) e insta a sus lectores a que continúen
creciendo en la fe, conservándose en el amor de Dios y la
misericordia de Jesucristo (v 20.21) y ayudando a quienes
maestros habían hecho desviar. (22.23)

Al prevenir a sus lectores contra los peligros de la apostasía, el


autor les recuerda el juicio de Dios que cayó sobre los israelitas
infieles, destruyéndolo luego de haberlos liberado de Egipto (v.5) el
destino de los Ángeles rebeldes (v.6) y la destrucción de las
ciudades de Sodoma y Gomorra (v.7) en Caín, Balaam y Coré
encuentra también ejemplo del castigo impuesto a los
desobedientes (v.11)

En el verso 9 el autor hace alusión a un escrito no Bíblico, “La


asunción de Moisés” una obra judía del siglo I d. C. Y cita la

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Nuevo Testamento II
disputa del arcángel miguel sobre el cuerpo de Moisés. En los v
14.15 cita otro escrito no Bíblico, 1 Enoc refiriéndose a la profecía
de “Enoc”, séptimo desde “Adán” respecto al castigo final de todos
los impíos. Esta cita de Enoc creó problemas en la iglesia
primitiva, pues algunos pensaron que 1 Enoc debía se palabra
inspirada, ya que era citado en un libro canónico. Otros, a su vez
pensaban que ya Enoc no pertenecía al canon, la carta de Judas
no era inspirada, posición que no fue compartida por la mayoría de
la iglesia cristiana.

Para concluir, el escritor recuerda las predicciones de los apóstoles


respecto a lo que ocurriría “en el postrer tiempo” (vv.17-19). Su
consejo apremiante es: ¡conservaos en la fe!

Por tratarse de varias cartas y de tres escritores la diversidad de


temas mencionados son muchos, a continuación algunos de ellos:
Los exhorta a llevar una vida de pureza y espiritualidad. La doctrina
de la redención con la sangre de Cristo. La palabra profética más
segura. El amor fraterno. Los falsos maestros y el anticristo.

Haga un ensayo en donde mencione por lo menos un tema de


cada una de estas cartas correspondientes a esta lección.

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