HAGAMOS HISTORIA
El petróleo significa literalmente aceite de piedra, pero se le ha designado a lo
largo de la historia con diferentes nombres: aceite mineral, nafta, betún, asfalto,
pez de trinidad, etc.
Su conocimiento no es nuevo remontándose su uso a los orígenes mismos de la
humanidad.
En la antigüedad diversas culturas adoraron el fuego que surgía del suelo y se
mantenía permanentemente encendido alimentado por gas natural procedente de
yacimientos profundos. Usaron el petróleo que afloraba naturalmente para
mantener el fuego sagrado en los templos antiguos y las rocas asfálticas para la
construcción de sus viviendas.
Los habitantes del Tigris y el Éufrates perfeccionaron múltiples usos para el
petróleo: combustible, medicina, pintura y decorado de templos, y construcción.
Los egipcios lo usaron para el embalsamiento de los cadáveres, los chinos
llegaron a perforar pozos, con profundidades de hasta 3.500 pies, de los cuales
extraían y conducían por tuberías de Bambú. Los persas y los árabes avanzaron
en el perfeccionamiento de tecnologías que permitían destilar el petróleo en sus
fracciones más ligeras, para emplearlo con fines guerreros. En América, los
pueblos indígenas lo usaron en múltiples oficios inclusive como combustible para
alumbrarse en sus viviendas, para calafatear sus canoas, reforzar sus vasijas, y
diversos fines medicinales. Para la cultura occidental del siglo XIX, la
preocupación por obtener una fuente de energía lumínica la llevaría a establecer
las posibilidades del petróleo en este campo.
Hacia mediados del siglo XIX un abogado de Nueva York, llamado George Bisell,
se preguntaba si una sustancia que se conocía como "aceite mineral" que
resumaba en las colinas de Oil Creek en pennsylvania, se podría explotar en
grandes cantidades como combustible para lámparas. Bisell descubre en el
método de perforación para la obtención de sal la posibilidad de explotar
industrialmente los pozos de petróleo y decide aplicarlo.
Contrata así a E.L Drake para que llevara a cabo las labores de extracción en
titusville (pennsylvania). El "coronel" Drake emprende las actividades de
perforación, aplicando nuevas técnicas y dos años más tarde logra extraer
petróleo de un pozo, convirtiéndose así en el primer y más reconocido perforador
en la industria petrolera. En Abril de 1861 los perforadores dieron con el primer
pozo surgente que expulsaba petróleo a un asombroso ritmo de 3.000 barriles al
día. Así, la producción de Pennsylvania pasó de 45.000 barriles en 1860 a 3
millones en 1862 disipando las preocupaciones respecto al nivel de producción.
Todo esto condujo a una frenética oleada de prosperidad y a un ambiente de
comercialización en el que los precios subían y bajaban a ritmos vertiginosos. Se
inicia así lo que se denominaría "la carrera por el petróleo", que se caracterizaría
por la búsqueda de pozos, la explotación inmediata y la producción acelerada, lo
que conducía al agotamiento prematuro de la producción.
Fue John L Rockefeller, un comerciante del sector de las refinerías, quien dio
inicio al sector petrolero moderno. En 1870, él y otros inversionistas más,
constituyeron la empresa más poderosa y controvertida de finales del siglo pasado
y comienzos del presente, la Standard Oil Company. La idea de rockefeller era
conseguir la estabilización del sector petrolero haciendo que el negocio del
petróleo fuera seguro y rentable pero bajo el control absoluto se su empresa. Así,
la empresa funcionaba de acuerdo a los despiadados métodos de la codicia
desenfrenada del capitalismo de finales del siglo XIX. Para finales de la década
del setenta, la Standard controlaba todos los oleoductos y refinerías dentro y fuera
de las regiones petrolíferas y adquirió el dominio total sobre el comercio petrolero
mundial, arrasando a su paso con cualquier tipo de competencia y absorbiendo a
todas aquellas empresas que ponía en peligro sus intereses.
Sin embargo a finales del siglo XIX, un nuevo y poderoso espíritu de reforma, "El
Progresivismo", se estaba gestando en Norteamérica. Sus principales objetivos
eran la reforma política, la protección del consumidor, la justicia social, mejores
condiciones de trabajo y el control y la regulación de las grandes empresas. Entre
estas, por supuesto estaba la Standard Oil Co; Que había sido acusada de
monopolizar la producción petrolífera. La única manera de controlarlas era a
través del sistema político y los tribunales. Pero la standard se defendió
recurriendo a la figura de los "trustes", esta es la falsa unión de varias empresas
que supuestamente asociadas funcionaban en conjunto y no como una sola
empresa, el monopolio era un hecho. La economía Norteamericana se había
transformado de ser descentralizada y competitiva, compuesta por muchas
pequeñas empresas industriales, en otra dominada política y económicamente por
grandes combinaciones industriales llamadas trustes, muchas de ellas con
inversores y directores compartidos.
Los principales representantes del progresivismo, entre los que destacaban los
medios de comunicación, atacaron fuertemente a la Standard, recurriendo al
gobierno para que reinstaurase la competencia, controlase los abusos y
reintegrase el poder económico y político de los trustes. Así, la problemática fue
llevada a los tribunales y en 1909, el tribunal federal dictó sentencia a favor del
gobierno y ordenó la disolución de la Standard Oil Co. Esta apeló ante el tribunal
supremo quien en 1911confirmó la decisión del tribunal federal.
Así, la Standard se dividió en varias entidades separadas: la mayor fue la antigua
compañía matriz, la Standard Oil of new jersey, con casi la mitad del patrimonio
neto total; con el tiempo pasaría a llamarse EXXON y nunca perdería su posición
de líder. La siguiente fue la Standard de Nueva York que pasaría a llamarse
MOBIL, la de california, llamada después CHEVRON, de las demás surgieron la
SHOIO (que luego será la rama norteamericana de la BP), la AMOCO, la
CONOCO, La ARCO y la SUN. Sin embargo aunque estaban separadas y no
compartían sus consejos de administración, generalmente respetaron los
mercados de los demás y mantuvieron sus antiguas relaciones comerciales con lo
cual la competencia entre ellas se desarrollo con gran lentitud.
En general la empresa petrolera en el mundo se desarrollo igualmente
caracterizada por una fuerte competencia por el dominio de los territorios
petrolíferos y del mercado mundial, en parte promovido por las políticas
despiadadas de la Standard Oil Co.
Como ya se dijo, para 1870 el comercio mundial no solo estaba dominado por un
solo estado (U.S.A) sino por una sola empresa, la Standard. Esta descartaba la
posibilidad de cualquier competencia ya que en ninguna otra parte del mundo se
habían encontrado una fuente de petróleo barata e importante.
A finales de siglo, comenzaron a establecerse empresas en el imperio ruso,
constituyéndose en la mayor competencia a la que tuvo que enfrentarse con
agresividad la Standard sin que pudiera realmente evitar su crecimiento. Las
petroleras rusas abrieron mercados en Europa.
A finales del siglo XIX nace otra de las grandes empresas, la SHELL, que en
ingles significa concha, en honor al padre de su fundador, Marcos Samuel, quien
era un comerciante de conchas.
La rápida subida de la producción rusa, la posición de líder de la Standard Oil, la
lucha por los mercados establecidos y nuevos, son algunos de los factores que
determinaron lo que se llegaría a conocer como "Las Guerras Del Petróleo". Pero
estas no serían las únicas empresas que participarían en esta lucha.
En Estados Unidos, la Standard Oil veía minada su posición dados los nuevos
descubrimientos de petróleo en los campos de la costa del golfo y en la zona
continental en Texas. Estas nuevas fuentes combinadas con los mercados que
nacían con tanta rapidez para el aceite combustible y para la gasolina, abrieron la
puerta a una legión de nuevos competidores entre las que estaban la Gulf Oil
Company de William Mellon y la Texas Oil Company, TEXACO. Aunque los
niveles de venta habían aumentado para la Standard Oil Company, el porcentaje
de participación disminuía al igual que su control sobre la producción del crudo.
Otra empresa petrolera fue la holandesa Royal Dutch, constituida hacia 1890 bajo
el proteccionismo de del propio rey holandés Guillermo III. Un acuerdo de
asociación entre la Royal Dutch, la Shell y la Bnito (rusa), llevaría a la Royal al
puesto de líder frente a las otras empresas europeas. Posteriormente se
fusionarían la Shell con la Royal Dutch.
En el medio oriente, la empresa Anglo-Persian, inicio la explotación petrolera en
1901, gracias a la concesión obtenida en Persia y el apoyo del gobierno británico,
quien demostró su preocupación por que otras firmas extranjeras obtuvieran el
control de la explotación del petróleo en la región, lo cual tendía tanto efectos
comerciales como políticos contrarios a los intereses de la Gran Bretaña en
Persia. La Anglo -Persian compraría más tarde una empresa comercializadora
inglesa cuyo nombre era la British Petroleum, con la cual se daría a conocer
mundialmente.
La preocupación de las grandes potencias respecto a cuestiones estratégicas y
políticas y la posición relativa frente a otras potencias se haría más evidente en el
sector petrolero con la amenaza de la guerra. El petróleo dejó de ser solamente un
rico recurso energético, especialmente para el gobierno ingles que ya iniciaba una
carrera para cambiar sus buques con propulsión a carbón utilizando el petróleo
como fuente de combustible.
Durante la guerra el petróleo se convirtió en un elemento vital que género nuevas
alianzas entre los países comprometidos, en materia de producción y distribución
del petróleo y en una condición estratégica para quien tuviera su control. Las
firmas petroleras que antes eran atacadas por los gobiernos debido a los Trustes,
pasaron a ser importantes socios en las políticas económicas y de guerra de los
gobiernos. Así por ejemplo la antes odiada Standard Oil of New Jersey, en cabeza
de su director, Alfred Bedford, conformo con otras firmas el Comité Nacional de
Servicio del Petróleo en Guerra, encargado de organizar los suministros de
petróleo a la guerra en Europa.
El papel del petróleo durante la guerra fue determinante, los alemanes perdieron
en gran medida por la insuficiencia para suministrar el combustible necesario para
sus aviones y vehículos en tierra. Y los británicos y en general los aliados se
encargarían de cortar las posibilidades de suministro.
Después de la guerra y reconocido ya el nuevo papel del petróleo frente a los
intereses de las potencias, se dio comienzo a la gran lucha por las nuevas fuentes
de petróleo ya no como fuente de riqueza sino de poder. En el futuro, la
competencia por los nuevos terrenos petrolíferos ya no se limitaría a una batalla
entre emprendedores y agresivos hombres de negocios. La gran guerra había
dejado en claro que el petróleo se había convertido en un elemento esencial en la
estrategia de las naciones; Y los políticos y burócratas estaban ahora en el centro
de las luchas arrastrados a la competencia por una idea común: el mundo de la
posguerra iba a necesitar todavía mayores cantidades de petróleo para la
prosperidad económica y el poder de las naciones.
Durante la posguerra los aliados entraron en franca lucha por la repartición de los
posibles centros productores de petróleo. Así por ejemplo los franceses y los
británicos firmaron un acuerdo (el acuerdo de San Remo) que tenia mutuas
concesiones respecto a la explotación del recurso petrolero en la Mesopotamia.
Por supuesto, la solidez de los intereses petroleros de los Estados Unidos se vio
amenazada con este tipo de tratos que lo dejaban fuera del negocio. Aunque
inicialmente se dieron muchas tensiones en las relaciones de los británicos y los
norteamericanos, repentinamente los británicos adoptaron una actitud muy
conciliadora y se mostraron muy abiertos a su participación en Mesopotamia. Los
motivos: Intereses económicos y estratégicos con Estados Unidos y preocupación
por el sentimiento antibritánico que se había generado entonces. La repartición del
planeta en términos petroleros se iniciaba.
La historia de los países latinoamericanos correría la misma suerte que las demás
naciones petroleras, se convertirían en el foco de los intereses de las potencias y
en el centro de sus luchas.
En México, la Mexicana Eagle consiguió las primeras producciones en 1901
comenzando con el fabuloso Potrero del Llano 4, que producía a un ritmo de
110.000 barriles por día y se le consideraba el mayor pozo petrolero del mundo.
México se convirtió pronto en uno de los mayores productores del planeta
alcanzando el segundo del puesto para 1921. Pero el ambiente social y político del
país polarizo los intereses de las partes comprometidas dejando de un lado a los
nacionalistas y revolucionarios, y a las compañías petroleras de otro. El problema
de la soberanía y la propiedad era el tema candente: ¿a quien pertenecían los
beneficios del petróleo?
Hasta 1894 los recursos del subsuelo habían pertenecido primero a la corona y
posteriormente a la nación. El régimen de Porfirio Díaz había alterado la tradición
legal otorgando su propiedad a los propietarios de las tierras superficiales quienes
a su vez aceptaban encantados el capital extranjero que llego a controlar el 90 %
de las propiedades petrolíferas del país. Finalmente la revolución logro que en la
constitución de 1917 se restableciese el principio de propiedad nacional
convirtiéndose en el centro de batalla.
México había reconquistado el petróleo pero no podía extraerlo o comercializarlo
sin capital extranjero, mientras que los inversionistas no querían correr el riesgo
sin tener contratos seguros y la posibilidad de obtener beneficios .Los banqueros
norteamericanos mientras tanto estaban interesados en que México cumpliera con
los pagos de su deuda externa por lo cual apoyaron sus esfuerzos por obtener
mayores beneficios del producto petrolero, en contra de las compañías petroleras
de Estados Unidos, quienes llegaron a pedir al gobierno norteamericano que
aplicara sanciones e interviniera militarmente para proteger las "vitales" reservas
petrolíferas de propiedad norteamericana en México.
Cuando Washington miraba hacia el sur veía inestabilidad, inseguridad, bandidaje,
anarquía, incumplimiento de los contratos y una peligrosa amenaza del tráfico de
un recurso estratégico. En 1934 llegaría al poder el general Lázaro Cárdenas,
hombre de inclinaciones izquierdistas quien fomentó la reforma de las tierras, la
educación y un costoso programa de obras públicas. Después de muchas
confrontaciones con las empresas petroleras, el 18 de Marzo de 1938, Cárdenas
nacionalizó el petróleo mexicano. En su lucha posterior los mexicanos
demostrarían al mundo que las compañías petroleras no eran tan omnipotentes
como se jactaban de serlo y que los países podían manejar con eficiencia las
operaciones petroleras como lo hizo la Compañía Nacional Mexicana de petróleos,
PEMEX, encargada de los yacimientos y refinerías nacionalizados.
El caso de Venezuela sería diferente. Dados los beneficios que se podían obtener,
el temor a la escasez y el nuevo papel del petróleo en el poder de las naciones,
desencadenaron lo que la Royal Dutch/Shell, denominó en su memoria anual de
1920 "la lucha por la nueva producción... no podemos permitir que nos despojen
en esta lucha por obtener nuevos territorios...nuestros geólogos están en todas
aquellas partes donde hay la más remota posibilidad de éxito". Venezuela estaba
en la cabeza de la lista. Bajo la dictadura corrupta del General Juan Vicente
Gómez, quien durante veintisiete años gobernara Venezuela, las compañías
petroleras encontraron un buen ambiente para invertir en exploración. La primera
fue la Royal Dutch/Shell que para 1922, después de nueve años de presencia en
el país y a pesar de las malas proyecciones dadas por los geólogos
norteamericanos a la producción venezolana, comenzaba la explotación del
petróleo en el lago Maracaibo. El descubrimiento del pozo Barroso con una
producción de casi 100.000 barriles por día, inauguró una gran fiebre de petróleo.
Más de 100 grupos principalmente norteamericanos y algunos británicos pronto
estuvieron activos en el país.
Para 1929, Venezuela producía 137 millones de barriles y ocupaba el segundo
lugar después de Estados Unidos en la producción total. El petróleo dominaría
hacia los años treinta el 90% de la economía venezolana, haciéndose necesaria,
después de la caída de Gómez, una regulación del sector y una revisión de los
acuerdos contractuales entre la nación y las compañías que producían su
petróleo. Esto desencadeno enfrentamientos entre las partes. El gobierno
norteamericano intervino directamente para evitar otro México y salvaguardar lo
que en medio de la guerra era un premio estratégico. Venezuela con un fuerte
espíritu nacionalista pero con un sentido práctico de los negocios logro durante el
gobierno de Rotulo Betancourt (1945-1947) y siendo ministro de desarrollo Juan
Pablo Pérez Alfonso, un razonable acuerdo de beneficios con las petroleras del
cincuenta por ciento para ambas partes (aunque ya se había realizado Venezuela
solo recibía el cuarenta por ciento). El gobierno venezolano recibió un siete por
ciento más de los que recibió México con la nacionalización y su producción era
seis veces mayor.
Uno de los ejemplos más claros de lo que podían hacer las empresas petroleras
en el ejercicio de su poder, especialmente frente a débiles y corruptos gobiernos,
fue el desarrollo petrolero en Colombia. Las dos principales concesiones del país
otorgadas hacia 1905 fueron la de Mares y la de Barco. Ambas serían adquiridas
hábilmente durante la década de 1910 por las compañías norteamericanas Exxon
y Gulf Oil Company respectivamente.
La primera explotó ampliamente los yacimientos con el objetivo primordial de
exportación sin preocuparse por las necesidades de combustibles internas, y la
segunda ni siquiera inició la explotación de los yacimientos, sino que los mantuvo
como reservas. Así pues Colombia recibía un escaso 10 % de regalías por ricos
yacimientos que afloraban naturalmente, en contratos que durarían treinta años.
Durante la década de 1920, a pesar de la lucha que algunos dirigentes y de los
trabajadores petroleros, por obtener un miserable 5 % adicional de regalías, las
empresas petroleras se mostraron inflexibles y la elite colombiana incapaz de
confrontarla dada su posición en favor de los Estados Unidos. Esta actitud se
afianzaría aún más durante la década de 1930, cuando asumió Enrique Olaya
Herrera para quien las regalías eran asunto secundario. Creía que la clave para
sacar a Colombia adelante era rehacer la imagen de los Estados Unidos, atraer
la inversión de sus compañías y obtener los necesarios empréstitos de la banca
norteamericana. Y seria esta última conjuntamente con el gobierno
estadounidense quienes determinarían las condiciones de las políticas petroleras,
al condicionar dichos empréstitos a la aprobación de favorables proyectos de ley
hacia las compañías petroleras. En 1931, Olaya Herrera lograba la aprobación de
ley 37 que cubrió a las compañías petroleras con privilegios y beneficios y excluía
las clausulas nacionalistas que aparecían en los proyectos de ley anteriormente
presentados por el ministro de minas Montalvo.
La nueva ley reducía las regalías para nuevos hallazgos, disminuía impuestos,
eliminaba requisitos y no obligaba a las compañías a presentar informes regulares
al gobierno como tampoco a contratar colombianos en cargos ejecutivos. Aún así
algunas compañías norteamericanas no quedaron contentas y crearon un
ambiente hostil que impidió la entrada de los anhelados empréstitos. La reducción
de las exportaciones hacia los Estados Unidos, además obligó a la reducción de
salarios y despidos por parte de la Exxon que tenia un monopolio sobre la
producción, refinación y distribución colombianas. Se negaba así todas las falsas
promesas referentes a la prosperidad que la nueva legislación colombiana habría
de traer al país.
La lucha de los trabajadores petroleros y algunos líderes nacionalistas hizo posible
en la década de 1940 la creación de una empresa estatal que se encargara de la
concesión de Mares cuyo contrato pronto habría de expirar. En 1951, se creó
finalmente la Empresa Colombiana de Petróleos, ECOPETROL, que seria la
encargada de regular la producción petrolífera del país sin desprenderse
completamente de la influencia de las compañías extranjeras y del gobierno
norteamericano.
La historia del petróleo siempre ha estado caracterizada, en términos de Daniel
Yergín por una "lucha voraz por el dinero y el poder", en la que los débiles han
llevado la peor parte.
Las presiones económicas, políticas y hasta militares, el incumplimiento de los
contratos, el fomento de políticas petroleras con beneficios unilaterales y de la
corrupción en la clase dirigente, así como la afectación del medio ambiente, la
cultura y la estabilidad social de los "pequeños" países productores, dejaron
profundas huellas en países como los latinoamericanos, buscaron afanosamente
una salida a sus problemas económicos en la producción petrolera.
TOMADO DE OILWATCH
CURSO TECNICO DE LA INDUSTRIA PETROLERA.
Elaborado en censat agua viva (Colombia)
Por: José Lino Gómez Franco y Tatiana Roa.
Santa Fé de Bogotá, 1999
Generalidades
El petróleo (“aceite de roca”) es una sustancia aceitosa de color oscuro a la que,
por estar compuesta de una mezcla heterogénea de compuesto orgánico,
principalmente de hidrogeno y carbono, se le denomina hidrocarburo. La
composición elemental del petróleo normalmente es: C (84-87%), H (11-14%), S
(0-2%) y N (0.2%).
El hidrocarburo puede estar en estado líquido, al que también se le dice crudo, o
en estado gaseoso, el cual se le conoce como gas natural.
Es de origen fósil, fruto de la transformación de materia orgánica procedente de
zooplancton y algas que, depositados en grandes cantidades en fondos anóxicos
(pobres en oxígeno) de mares o zonas lacustres del pasado geológico, fueron
posteriormente enterrados bajo pesadas capas de sedimentos. Según la teoría
mas aceptada, el origen del petróleo y del gas natural es de tipo orgánico y
sedimentario, y es fruto de la transformación de materia orgánica, denominada
kerógeno, la cual fue sometida a un complejo proceso físico-químico, bajo
condiciones de presión y altas temperaturas.
Tomado de conceptos básicos de geología y geofísica.
ANH.
Historia Petrolera en Colombia:
El petróleo fue descubierto en Colombia por las tropas de Gonzalo Jiménez de
Quesada en 1537, cuando llegaron a la Tora, un caserío indígena del valle del
Magdalena, el cual es hoy en día Barrancabermeja. Sin embargo, los indígenas
usaban este liquido viscoso, el cual manaba por si solo del subsuelo, como un
ungüento medicinal y como combustible para la fabricación de cerámicas, mucho
antes de la llegada de los españoles (Griess, 2008).
En 1905, el gobierno otorgo a Roberto de Mares una concesión para la
explotación de yacimientos de petróleo en el área descubierta por Gonzalo
Jiménez de Quesada, en donde hubo descubrimientos cuantiosos. Después de
varios traspasos, la concesión de mares pasó a manos de la tropical Oil
Company en 1921, la cual le pertenecía a la Standard Oil de New Jersey
(Hernández 2004). En 1951 el gobierno colombiano crea la empresa colombiana
del petróleo y revierte la concesión de mares el 25 de agosto de 1951.
En 1921 se puso en producción el campo la Cira-Infantas. Colombia fue
autosuficiente y exportadora hasta 1974. En 1975 se vio forzada a importar
petróleo para satisfacer las necesidades internas. 1983 se descubrió otro campo
importante para el país, el Caño Limón. Este descubrimiento le permitió a
Colombia en 1985 volver a ser un exportador de petróleo. En 1991 se descubre
el campo Cusiana-Cupiagua, en el 2001 Guando, y en el 2002 Gibraltar y Niscota.
Inicialmente, el proceso de explotación se hacia a través de la otorgación de
concesiones, en donde el gobierno le otorgaba los derechos de explotación otras
compañías a cambio de regalías sobre la producción las cuales oscilaban entre un
7% y un 14%. En 1974 el gobierno abolió este sistema para recuperar el derecho
de controlar sus recursos, surgiendo los contratos de asociación.
El 26 de Junio del 2003 Ecopetrol se convierte en Una Sociedad publica en don de
se libero de las funciones de administrador del recurso petrolero y la Agencia
Nacional De Hidrocarburos fue creada para tal fin. Para darle un nuevo impulso a
la producción en el país, se cambia el esquema de contratos, los cuales se
asignan públicamente, y ahora la compañía interesada corre con todo el riesgo y
los costos de exploración, pero retiene en un 100% los derechos de producción
después de pagar regalías escalonadas.
En Colombia se han identificado u n total de 23 cuencas sedimentarias (ANH
2007): Amagá, Caguán, Putumayo, Catatumbo, Cauca-Patía, Cesar-Ranchería,
Chocó, Chocó offshore, Colombia, Pacífico profundo Colombiano, Cordillera
Oriental, Llanos Orientales, Guajira, Guajira Offshore, Los cayos, Sinú-San
Jacinto, Tumaco, Tumaco Offshore, Urabá, Vaupés-Amazonas. Valle superior del
Magdalena, Valle medio del Magdalena.
Tomado de MANUAL DE PROCEDIMIENTOS SISMICOS TERRESTRES EN
COLOMBIA. ANH Y MUSTAGH RESOURCES LTD ENERO 2010.