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El Mercado de Bienes

El documento describe el mercado de bienes y la determinación del equilibrio entre la producción y la demanda agregada. Explica que la demanda total de bienes (Z) se compone del consumo (C), la inversión (I), el gasto público (G), las exportaciones y las importaciones. Define las variables como endógenas o exógenas y establece una ecuación de equilibrio entre la producción (Y) y la demanda (Z). Finalmente, analiza el equilibrio desde la perspectiva de la igualdad entre la inversión y el ahorro.
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El Mercado de Bienes

El documento describe el mercado de bienes y la determinación del equilibrio entre la producción y la demanda agregada. Explica que la demanda total de bienes (Z) se compone del consumo (C), la inversión (I), el gasto público (G), las exportaciones y las importaciones. Define las variables como endógenas o exógenas y establece una ecuación de equilibrio entre la producción (Y) y la demanda (Z). Finalmente, analiza el equilibrio desde la perspectiva de la igualdad entre la inversión y el ahorro.
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EL MERCADO DE BIENES

Cuando los economistas analizan las variaciones interanuales de la actividad


económica, centran la atención en la interrelación de la producción, la renta y la
demanda:
Las variaciones de la demanda de bienes alteran la producción.
Las variaciones de la producción alteran la renta.
Las variaciones de la renta alteran la demanda de bienes.
3.1 La composición del PIB
La compra de una máquina por parte de una empresa, la decisión de un consumidor
de ir a un restaurante y la compra de aviones de combate por parte del Estado son
decisiones claramente muy diferentes y dependen de factores muy distintos. Por lo
tanto, si queremos saber de qué depende la demanda de bienes, tiene sentido
descomponer la producción agregada (PIB) desde el punto de vista de los diferentes
bienes producidos y de los diferentes tipos de compradores de estos bienes.
3.2 La demanda de bienes
Representemos la demanda total de bienes por medio de Z. Utilizando la
descomposición del PIB que acabamos de ver en el Apartado 3.1, podemos expresar
Z de la forma siguiente:
Z ≡ C + I + G + X - IM
Recuerde que la inversión en existencias no forma parte de la demanda. Esta
ecuación es una identidad (esa es la razón por la que se expresa utilizando el símbolo
≡ en lugar del signo de igualdad). Define Z como la suma del consumo, más la
inversión, más el gasto público, más las exportaciones, menos las importaciones.
El consumo (C)
Las decisiones de consumo dependen de muchos factores, pero el principal es, sin
lugar a dudas, la renta o, mejor dicho, la renta disponible, es decir, la renta que queda
una vez que los consumidores han recibido las transferencias del Estado y han
pagado los impuestos. Cuando aumenta su renta disponible, compran más bienes;
cuando disminuye, compran menos.
Sea C el consumo e YD la renta disponible. El consumo puede expresarse de la forma
siguiente: C = C(YD)
Los economistas denominan a una ecuación de este tipo ecuación de conducta, para
indicar que refleja algún aspecto de la conducta, en este caso, la conducta de los
consumidores.
La inversión (I)
Los modelos tienen dos tipos de variables. Algunas dependen de otras variables del
modelo y, por lo tanto, se explican dentro de él. Estas variables se denominan
endógenas. Es el caso del consumo que hemos visto antes. Otras no se explican
dentro del modelo sino que vienen dadas. Estas variables se denominan exógenas. Es
así como concebiremos aquí la inversión. La consideramos dada y la expresamos de
la forma siguiente:
I=I
La inversión para simplificar nuestro modelo, pero el supuesto no es inocuo. Implica
que, cuando examinemos más adelante los efectos de las variaciones de la
producción, supondremos que la inversión no responde a esas variaciones. No es
difícil ver que esta implicación puede ser bastante insatisfactoria como descripción de
la realidad.
El gasto público (G)
El tercer componente de la demanda de nuestro modelo es el gasto público, G, que,
junto con los impuestos, T, describe la política fiscal, es decir, la elección de los
impuestos y del gasto del Estado. Consideraremos que G y T son variables exógenas,
al igual que la inversión. Pero la razón no es exactamente la misma que en el caso de
la inversión. Se basa en dos argumentos:

 En primer lugar, el Estado no se comporta con la misma regularidad que los


consumidores o las empresas, por lo que no podemos formular una regla fiable
para G o T como la que escribimos.
 En segundo lugar, y lo que es más importante, una de las tareas de los
macroeconomistas es analizar las consecuencias de las decisiones sobre el
gasto y los impuestos.
3.3 La determinación de la producción de equilibrio
Reunamos los elementos que hemos introducido hasta ahora. Suponiendo que las
exportaciones y las importaciones son ambas iguales a cero, la demanda de bienes es
la suma del consumo, la inversión y el gasto público:
Z;C+I+G
Si sustituimos C e I por sus expresiones de las Ecuaciones (3.3) y (3.4), obtenemos
Z = c0 + c1 (Y - T) + I + G
El equilibrio del mercado de bienes y la relación entre la producción y la demanda. Si
las empresas tienen existencias, la producción no tiene por qué ser igual a la
demanda.En este caso, la inversión en existencias siempre es igual a cero y el
equilibrio del mercado de bienes requiere que la producción, Y, sea igual a la demanda
de bienes,
Z: Y = Z
Los macroeconomistas siempre utilizan estos tres instrumentos:
1. El álgebra para asegurarse de que la lógica es correcta.
2. Los gráficos para entender intuitivamente lo que sucede.
3. Las palabras para expresar los resultados.
El álgebra
Expresemos de nuevo la ecuación de equilibrio (3.7) de la forma siguiente:
Y = c0 + c1Y - c1T + I + G
Trasladando el término c1Y al primer miembro y reorganizando el segundo, tenemos
que
(1 - c1)Y = c0 + I + G - c1T
Hemos examinado un aumento del consumo, pero la Ecuación (3.8) pone de
manifiesto que cualquier variación del gasto autónomo –desde una variación de la
inversión hasta una variación del gasto público o una variación de los impuestos–
produce el mismo efecto cualitativo. Altera la producción más de lo que influye
directamente en el gasto autónomo.
Un gráfico
Caractericemos el equilibrio gráficamente.
Representemos primero la producción en función de la renta: Representar la
producción en función de la renta es sencillo. Recuérdese que la producción y la renta
son exactamente iguales. Por lo tanto, la relación entre las dos es simplemente la
recta de 45°, la línea que tiene una pendiente igual a 1.
Podemos seguir algo más esta explicación y ver otra manera de concebir el
multiplicador:

 El aumento que experimenta la demanda en la primera ronda, representado


por la distancia AB en la Figura 3.3, es igual a 1.000 millones de dólares.
 Este aumento de la demanda en la primera ronda provoca un aumento idéntico
de la producción, o sea, de 1.000 millones de dólares, que también está
representado por la distancia AB.
 Este aumento de la producción en la primera ronda provoca un aumento
idéntico de la renta, representado por la distancia BC, también igual a 1.000
millones de dólares.
 El aumento que experimenta la demanda en la segunda ronda, representado
por la distancia CD, es igual a 1.000 millones multiplicado por la propensión a
consumir, c1, por lo tanto, c1 miles de millones de dólares.
 Este aumento de la demanda en la segunda ronda provoca un aumento igual
de la producción, también representado por la distancia CD, y, por lo tanto, un
aumento idéntico de la renta, representado por la distancia DE.
 El aumento que experimenta la demanda en la tercera ronda es igual a c1
miles de millones de dólares multiplicado por c1, que es la propensión marginal
a consumir; es igual a c1 3 c1 = c1 2 miles de millones de dólares, y así
sucesivamente.
 Supongamos, por ejemplo, que las empresas deciden su nivel de producción al
comienzo de cada trimestre. Una vez que toman la decisión, no es posible
ajustar la producción durante el resto del trimestre. Si, por el contrario, las
compras son menores que la producción, las empresas acumulan existencias.
 Supongamos ahora que los consumidores deciden gastar más, es decir, que
aumentan c0. Durante el trimestre en que eso ocurre, la demanda aumenta,
pero la producción –dado nuestro supuesto de que se fijaba al comenzar el
trimestre– aún no varía. Por lo tanto, la renta tampoco varía.
 Es probable que las empresas, al observar el aumento de la demanda, eleven
el nivel de producción en el siguiente trimestre. Este incremento de la
producción provoca el correspondiente aumento de la renta y un nuevo
aumento de la demanda.
 En resumen, cuando aumenta el gasto de consumo, la producción no se
desplaza al nuevo equilibrio, sino que aumenta con el paso del tiempo de Y a
Y’.
3.4 La inversión es igual al ahorro: otra manera de analizar el equilibrio del
mercado de bienes
Hasta ahora hemos analizado el equilibrio del mercado de bienes desde el punto de
vista de la igualdad de la producción y la demanda de bienes. Existe otra manera
equivalente de analizarlo que centra la atención en la inversión y el ahorro.
Comencemos examinando el ahorro. El ahorro es la suma del ahorro privado y el
ahorro público.

 Por definición, el ahorro privado (S), el ahorro de los consumidores, es igual a


su renta disponible menos su consumo:
S ; YD – C
 Utilizando la definición de la renta disponible, podemos formular el ahorro
privado como la renta menos los impuestos menos el consumo:
S;Y-T-C
 Por definición, el ahorro público es igual a los impuestos (una vez deducidas
las transferencias) menos el gasto público, T - G. Si los impuestos son mayores
que el gasto público, el Estado tiene un superávit presupuestario, por lo que el
ahorro público es positivo. Si los impuestos son menores que el gasto público,
el Estado incurre en un déficit presupuestario, por lo que el ahorro público es
negativo.
 Volvamos ahora a la ecuación de equilibrio del mercado de bienes que hemos
formulado antes. La producción debe ser igual a la demanda, la cual es, a su
vez, la suma del consumo, la inversión y el gasto público:
Y=C+I+G
Restando los impuestos (T) de ambos miembros y trasladando el consumo al
primero, tenemos que:
Y-T-C=I+G-T
El primer miembro de esta ecuación es simplemente el ahorro privado (S), por
lo que: S = I + G - T O
lo que es lo mismo:
I = S + (T - G)
La paradoja del ahorro
A medida que vamos haciéndonos mayores, se nos habla de las virtudes del ahorro.
Las personas que gastan toda su renta están condenadas a acabar en la pobreza. A
las que ahorran se les promete una vida dichosa. Los gobiernos también nos dicen
que una economía que ahorra ¡es una economía que crece fuerte y próspera! Sin
embargo, el modelo que hemos visto en este capítulo nos dice una cosa distinta y
bastante sorprendente. Supongamos que con un determinado nivel de renta disponible
los consumidores deciden ahorrar más. En otras palabras, supongamos que reducen
c0 y, por lo tanto, reducen el consumo y aumentan el ahorro con un determinado nivel
de renta disponible.
La inversión y el ahorro en una economía abierta
El mismo análisis realizado anteriormente se puede extender a una economía abierta.
Es decir que ahora la demanda agregada incluye, además del consumo, la inversión y
el gasto público, a las exportaciones netas (X – IM). Por lo tanto, nuestro nuevo
modelo estará dado por las siguientes ecuaciones:
Y = C + I + G + (X – IM)
Restando los impuestos (T) de ambos miembros, obtenemos:
Y –T – C = I + G – T + (X – IM)
El primer miembro de la ecuación es igual al ahorro, por lo que la ecuación puede
expresarse como sigue:
S = I + G – T + (X – IM)
Reordenando los términos se llega a la siguiente expresión:
(S – I) + (T – G) = (X – IM)
A esta expresión que muestra los equilibrios interno y externo se la denomina modelo
de tres brechas. Algunos autores hacen una distinción entre inversión pública e
inversión privada, así como también entre consumo público y consumo privado2.
3.5 ¿Es el gobierno omnipotente?
Una advertencia La Ecuación (3.8) implica que el gobierno puede elegir el nivel de
producción que desee eligiendo el nivel de gasto (G) o el nivel de impuestos (T). Si
quiere aumentar la producción, por ejemplo, en un millón de dólares, lo único que
necesita hacer es aumentar G en (1 - c1) millones; este aumento del gasto público
dará lugar, en teoría, a un incremento de la producción de (1 - c1) millones
multiplicado por el multiplicador 1/(1 - c1), o sea, un millón. Hay muchos aspectos de la
realidad que aún no hemos incorporado a nuestro modelo y todos complican la labor
del gobierno. Los incorporaremos a su debido tiempo. No obstante, resulta útil
enumerarlos brevemente aquí:

 Modificar el gasto público o los impuestos puede distar de ser fácil. Conseguir
que el Parlamento apruebe los proyectos de ley siempre lleva tiempo y a
menudo puede convertirse en una pesadilla para el Presidente.
 Hemos supuesto que la inversión permanecía constante. Pero la inversión
también es probable que responda. Y lo mismo ocurre con las importaciones.
Parte del aumento de la demanda de los consumidores y de las empresas no
será demanda de bienes interiores sino de bienes extranjeros.
 Es probable que las expectativas sean importantes. Por ejemplo, la reacción de
los consumidores a una reducción de los impuestos probablemente dependerá
mucho de que piensen que es transitoria o permanente.
 El logro del nivel deseado de producción puede producir desagradables efectos
secundarios.
 La reducción de los impuestos o el incremento del gasto público puede
provocar grandes déficit presupuestarios y la acumulación de deuda pública.
Una elevada deuda puede tener consecuencias negativas a largo plazo.

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