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La Adoración Familiar

Este documento describe la importancia de la adoración familiar según Deuteronomio 6:1-9. Resalta que los padres tienen la primera responsabilidad de enseñar diligentemente la Palabra de Dios a sus hijos en el hogar, para criar una generación de adoradores. Esto incluye tener un tiempo regular de adoración familiar centrado en la Palabra, para que la fe se desarrolle a través de escuchar y obedecer los mandamientos de Dios.

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La Adoración Familiar

Este documento describe la importancia de la adoración familiar según Deuteronomio 6:1-9. Resalta que los padres tienen la primera responsabilidad de enseñar diligentemente la Palabra de Dios a sus hijos en el hogar, para criar una generación de adoradores. Esto incluye tener un tiempo regular de adoración familiar centrado en la Palabra, para que la fe se desarrolle a través de escuchar y obedecer los mandamientos de Dios.

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LA ADORACIÓN FAMILIAR

“1 Estos, pues, son los mandamientos, los estatutos y los decretos que el SEÑOR vuestro
Dios me ha mandado que os enseñe, para que los cumpláis en la tierra que vais a
poseer, 2  para que temas al SEÑOR tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus
mandamientos que yo te ordeno, tú y tus hijos y tus nietos, todos los días de tu vida,
para que tus días sean prolongados. 3  Escucha, pues, oh Israel, y cuida de hacerlo,
para que te vaya bien y te multipliques en gran manera, en una tierra que mana leche y
miel, tal como el SEÑOR, el Dios de tus padres, te ha prometido. 4Escucha, oh Israel, el
Señor es nuestro Dios, el Señor uno es. 5Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma y con toda tu fuerza.6  Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán
sobre tu corazón; 7  y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas
cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y
cuando te levantes. 8  Y las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre
tus ojos. 9  Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas.”

Deuteronomio 6:1-9 (LBLA)

Si tenemos que llegar a una conclusión luego de leer estos versículos para aplicarla al
matrimonio y a la familia, podríamos decir que lo que el Señor le está pidiendo a la
familia es una vida de adoración. Ese es el gran mandamiento del Señor para el
creyente, y como consecuencia, su familia, y esta sección en la Biblia lleva
precisamente ese título en la RVR60. Es tan importante que precisamente, estos
versículos forman parte de la “Shamá”, el credo del judaísmo. Hay varios verbos que se
usan en estos versículos…

“temas” (v. 2)
“guardes” (v. 2, v. 4)
“escuches” (v. 3)
“cuides de hacer” (v. 3)
“ames” (v. 5)
“enseñes” (v. 7)
“hables” (v. 7)
“ates” (v. 8)
“escribas” (v. 9)

Adorar: Algunos tienden a pensar que adorar consiste principalmente en entonar


canciones en la iglesia, o en mi tiempo personal. Y ciertamente esa es una parte de la
adoración. Pero el concepto esencial en la Escritura tiene que ver con “una vida de
rendición y servicio”, todo esto como consecuencia del nuestro amor a Dios, con una
actitud de temor, asombro y admiración. Muchas veces se piensa que la adoración
tiene que ver exclusivamente con ofrecerle algo a Dios, pero este pasaje nos enseña
que la adoración bíblica, que agrada a Dios también tiene que ver con recibir. Si
volvemos a ver estos verbos, encontramos que casi todos tienen que ver con ofrecerle
algo a Dios…

“temas” (v. 2) ------------ ofrecer


“guardes” (v. 2, v. 4) --- ofrecer
“cuides de hacer” (v. 3) ----- ofrecer
“ames” (v. 5) ------------------ ofrecer

Pero hay uno que tiene que ver no solo con ofrecer a Dios, sino también, con recibir de
Dios.

“escuches” (v. 3, 4) ----------- recibir

Cuando yo temo a Dios, cuando guardo, cuando lo amo, cuando le sirvo, cuando pongo
en práctica su Palabra, estoy ofreciendo a Dios. Le estoy ofreciendo mi servicio, mi
amor, mi obediencia, en otras palabras, mi adoración. Pero hay un verbo más en el
pasaje: “escuchar.”

Creo que todos entendemos que aquí se nos habla de escuchar la Palabra de Dios, no
la opinión de los hombres, no el parecer de la cultura, sino única y exclusivamente se
nos dice: La Palabra de Dios. Pero, ¿para la Biblia que significa esta palabra
“escuchar”? ¿Tendrá ella que ver con la adoración?

Escuchar, Oír: (Deriva justamente de la palabra que se usa para denominar el credo
credo judío: “Shamá”): “Atender, hacer caso, obedecer, entender, ser dócil.”

Pero, para la Biblia, también significa: “Hacer oir, hacer resonar, anunciar, publicar.”
Por eso Moisés, el autor de Deuteronomio nos escribe en los versos 7, 8 y 9 de
“hablar, atar, enseñar, y escribir.”

“enseñes” (v. 7)
“hables” (v. 7)
“ates” (v. 8)
“escribas” (v. 9)
Entonces podemos decir que la verdadera adoración para la Biblia tiene que ver con
“atender la Palabra de Dios”, “hacerle caso”, “obedecerla”, “ser dócil para
practicarla”. Y miren, para la Biblia la idea de obediencia está íntimamente
relacionada con la palabra hebrea shamá, “oír”. Tan entrelazados están el “oír” con el
“obedecer” que los traductores frecuentemente se ven presionados para saber cuándo
deben traducir shamá como “oír” u “obedecer”. En la fe hebrea el genuino oír es
sinónimo de obedecer. Si una persona no obedece, indica que realmente no ha
oído.1Creo que eso lo tenemos claro, hemos hablado y predicado mucho de eso en la
iglesia. Pero, hablando del hogar, ¿cómo mi familia, mi esposa e hijos, atenderán,
obedecerán y llevarán a la práctica la Palabra de Dios, si esta no es oída, si, como dice
la segunda acepción, la Palabra de Dios no resuena en mi hogar, no es anunciada, ni
publicada.?

Estos versículos delinean de forma muy clara, la responsabilidad de los padres, y más
que de los padres, del padre en la instrucción de su familia en los principios de la
Palabra de Dios. ¿Puedo yo obedecer la Palabra de Dios y no enseñarla en mi hogar?,

1 Gray, C. P. (2009). OBEDIENCIA. En R. S. Taylor, J. K. Grider, W. H. Taylor, & E. R.


Conzález (Eds.), E. Aparicio, J. Pacheco, & C. Sarmiento (Trads.), Diccionario Teológico
Beacon (p. 472). Lenexa, KS: Casa Nazarena de Publicaciones.
Para yo ser ese verdadero adorador que la Biblia delinea, necesito no solo darle a Dios,
mis diezmos, servicio, mi tiempo personal con Él, sino primero debo recibir, como
dicen los versos 3 y 4, debo escuchar su Palabra, porque si no la escucho, es imposible
que la ponga en práctica.

A todos nos ha pasado que cuando éramos chicos nuestro padres nos han dado una
instrucción, mientras por ejemplo estábamos jugando, o viendo televisión (hoy en día
sería, mientras los niños están en las redes sociales) y luego no hemos llevado a cabo
esa instrucción, y luego cuando nos han preguntando, ¿Por qué no hiciste lo que te
pedí?. Hemos respondido: “Es que no escuché”, porque verdaderamente no
prestamos atención a la instrucción de papá. Y no lo hicimos porque desconocíamos
cual era su instrucción. Nadie obedecer lo no conocido, así como nadie ama lo que no
se conoce. Y eso nos pasa con el Señor. Así que sí tu y yo queremos ser esos
verdaderos adoradores, primero tenemos que “escuchar” y escuchar que…. Pues la
Palabra de Dios, para luego ponerla en práctica, y estamos llamados a hacer lo mismo
en nuestro hogar, tu y yo necesitamos enseñar la Palabra de Dios, para crear un clima
de adoradores en nuestro hogar. Si eso no sucede entonces no esperemos que
nuestros hijos sean temerosos de Dios. Ellos necesitan oir la Palabra enseñada todo el
tiempo, por eso el verso 6 dice:

“Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7  y diligentemente las
enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes
por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.”

¿Cuál es nuestra primera responsabilidad como padres, esposos? Enseñar en todo


tiempo la Palabra de Dios, y ¿cómo? Diligentemente…

Diligentemente: “Celosamente, con prontitud, con esmero, esforzadamente, con


vehemencia, con ánimo y entusiasmo.” Cuando te sientes en tu casa, en otras palabras,
apenas llegues a ella, cuando estés con ellos fuera de casa, por la mañana, y por la
noche.

Por eso Pablo, (bueno, el Espíritu Santo a través del apóstol Pablo) nos dice en
Romanos 10:17 que “… la fe es por el oir, y el oir la Palabra de Dios.” Pablo está
usando aquí el equivalente griego para “shamá”, esta palabra que significa “atender,
hacer caso, obedecer, entender, ser dócil” pero que también significa “hablar y
enseñar” que es “ἀκοή (akoí)”

Si queremos hacer de nuestro hogar un lugar que verdaderamente sea un altar de


adoración, entonces debemos empezar por la Palabra de Dios. Si los principios de la
Palabra de Dios no son el centro de nuestro hogar, entonces no existe ni existirá
verdadera adoración en nuestro hogar, ni en nuestras vidas.

Y Moisés en estos versículos nos está dando la pauta de como criar hijos adoradores, y
como ser una familia de adoradores:

«Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus
hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y
cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales
entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas» (Dt. 6:6-9).

Y por eso aquí tendríamos que hablar de la necesidad de tener un tiempo de adoración
regular con nuestra familia. Algo que sea planificado, porque de lo contrario, nunca
pasará..

«Criar a los hijos en la disciplina e instrucción del Señor no se logra de manera


involuntaria e incidental. Sí, debería suceder y sucederá a lo largo del día en ocasiones
inesperadas y no planificadas, pero también debería suceder a propósito. Sin cierta
regularidad, estructura y propósito, es una de esas cosas que asumimos que estamos
haciendo, pero que nunca hacemos. La adoración familiar consistente y dirigida por el
padre es una de las mejores, más constantes y más fáciles maneras de medir la crianza
de los hijos en la disciplina e instrucción del Señor».

Don Whitney

Spurgeon decía: «Si queremos criar una familia piadosa, que sean una semilla para
servir a Dios cuando nuestras cabezas estén bajo los terrones del valle, formémoslas en
el temor de Dios reuniéndonos como una familia para adorar».

La primera responsabilidad de la vida espiritual de un miembro no la tiene la iglesia, ni


el pastor de la iglesia, sino el padre, y luego la madre.

Motivos para la adoración familiar.-

1. Para darle gloria a Dios.-

- El primer lugar donde una persona debe aprender a glorificar a Dios, no es la


iglesia, sino en la familia.
- Se aprende a ser adorador en la intimidad personal, pero también en la familia,
luego en la iglesia.
- La mejor manera de enseñar a amar a Dios a tus hijos, además de tu conducta, es
a través de estos tiempos de adoración familiar.
- Si la familia observa que no se brinda adoración alguna a ese Dios de quien ellos
oyen hablar, aún tu mejor instrucción resultará inútil.

2. Para proteger a la familia del pecado.-

- Tus hijos son esos pequeños y/o jóvenes árboles que te han sido confiados. El
hogar es el vivero donde esos árboles deberían crecer y los padres son los
jardineros.
- Si en tu hogar no hay nada que los haga crecer en el conocimiento y amor a Dios,
la tierra donde esos áboles serán plantados será estéril y arenosa. Si Dios no
construye la casa, de nada sirve que se esfuercen los constructores. Salmos 127:1
- Tus hijos un día abandonarán la casa de los padres, pero la Palabra de Dios que les
ha sido enseñada y todas las oraciones elevadas por ellos los protegerán de caer
fácilmente en el pecado. 1 Tim. 5:4: “Si alguna… tiene hijos, o nietos, aprendan
éstos primero a ser piadosos para con su propia familia” 
- Así como estás interesado en el bienestar material de tus hijos, en su felicidad
terrenal, y por ello a tu hijo le das todas las herramientas a tu alcance como
educación, alimento, etc, aún más deberías estar interesado en el bienestar de su
alma, proveyéndole con todo lo que el Señor te ha dado para ello (Biblia, y
oración).

3. La adoración familiar produce paz, gozo, cercanía e intimidad en el hogar.-

-  “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía!
Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de
Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras; como el rocío de Hermón, que
desciende sobre los montes de Sion; porque allí envía Jehová bendición, y vida
eterna” (Sal. 133).
- El verdadero vínculo, el amor de Dios es el que mantiene unida a la familia.
- Además de producir mayor cercanía a Dios, la adoración familiar produce cercanía
e intimidad entre la familia.
- La cercanía a Dios como familiar producirá naturalmente: aceptación, perdón,
amor, comunicación, etc. “Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los
justos” (Sal. 118:15).

4. Para consolar en momentos de prueba.-

- El lugar de refugio natural de un ser humano debería ser la familia.


- Los tiempos de adoración familiar son los mejores para compartir cargas, luchas,
animarse unos a otros, y orar unos por otros.

5. Para influir en la sociedad.-

- Empecemos influyendo en nuestras familias.


- ¿Cómo podemos esperar ver avanzar el reino de nuestro Señor cuando sus propios
discípulos no les enseñan su Evangelio a sus hijos? — Charles Spurgeon

¿Queremos ver una sociedad transformada por el poder de Dios? Empecemos


levantando altares de adoración en medio de nuestras familias a través de la adoración
familiar.

Tus hijos aprenden de lo que ven, no de lo que oyen.


Consecuencias

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