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Epilogo

El documento analiza la religión de Jesús y cómo esta se expresa en la Eucaristía. Jesús presentó un Dios diferente al esquema religioso judío, cercano y misericordioso. La Eucaristía celebra la comunión de toda la humanidad en el Reino de Dios.
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El documento analiza la religión de Jesús y cómo esta se expresa en la Eucaristía. Jesús presentó un Dios diferente al esquema religioso judío, cercano y misericordioso. La Eucaristía celebra la comunión de toda la humanidad en el Reino de Dios.
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Consideramos que el sacramento de la Eucaristía no se agota en sí misma, sino que se da en la

medida que se produce la unión espiritual entre el ser amado y que ama; por esa razón nos es
conveniente en lo tocante a la Eucaristía, hacer una síntesis de uno de los teólogos que más ha
trabajado el misterio del pan de la vida eterna, como lo es Manuel Díaz Mateos SJ, en su famosa obra
teológica, denominada El Sacramento del Pan.

Como desarrollaremos en el Capítulo 1, puedo decir, que elegí este texto, por el interés que re-
despertó en mi desde Lima la presentación de Manuel sobre el tema y sobre las nuevas maneras de
acceder al mundo de los laicos, donde a veces la participación en la Eucaristía se limita a cumplir con
el precepto dominical. Y se me une con el tema de mi reseña anterior sobre las imágenes
distorsionadas de Dios “coexiste al mismo tiempo con esa hambre de Dios un aburrimiento ante la
celebración central de la fe que es la eucaristía y una desazón incomoda por no saber exactamente
de qué se trata degenerado todo eso en una carga que se arrastra con miedo, moralismo ó rutina”
Me identifico con las preguntas y presupuestos de Manuel sobre su experiencia pastoral: “¿Cómo
hacer significativa la celebración de la eucaristía misterio central de nuestra fe, y cómo hacer
atrayente la imagen de Dios revelada en Cristo pero muchas veces velada en la vivencia personal y
comunitaria de la misma fe… quizá el descubrimiento de una imagen diferente de Dios lo que nos
llevará también a celebrar la eucaristía de una manera diferente” La Eucaristía en nuestra vida con
mucha frecuencia es un acto religioso circunscrito al rito y al templo, pero desconectado de la vida.
Deseamos mirar el sacramento desde otro ángulo. Como creyentes que formamos una comunidad
de pecadores y ajustar tanto nuestra vida como nuestras celebraciones a lo que creemos y queremos
vivir y expresar. Es frecuente que aún participando diariamente en la eucaristía nos falte sensibilidad
social o caridad con las personas que tenemos cerca. Dios esta por un lado y las relaciones humanas
por otro. La vida entonces es: “una negación de la comunión celebrada en la eucaristía. La fidelidad a
los ritos no parece afectar en nada nuestra forma de vivir” LA fe y el culto los vivimos de manera
individualista e intimista. Como Iglesia tenemos la responsabilidad de crecer en mayor conciencia de
la integración de la fe con la vida y las celebraciones. La pregunta que plantea nuestro libre sobre
¿Qué religión es la que se expresa en la eucaristía y qué imagen de Dios hay subyacente en nuestras
celebraciones? Se me hace fundamental con frecuencia veo que la gente estamos en misa de manera
pasiva, inconformes con lo que dice el sacerdote, ó llegando después de la homilía para saltarse el
aburrimiento y cumplir con el precepto ó con solo comulgar como un rito aislado inclusive fuera de la
misa. Es nuestra asistencia al culto la que nos define como cristianos? Cap I: La religión de Jesús. En
este mundo donde la religión puede ser usada y abusada por todos. Se me hizo importante abordar
el tema desde la religión de Jesús. Últimamente me ha llamado la atención el énfasis que se va
haciendo en nuestro mundo sobre el dialogo no solo de culturas sino el interreligioso y el miedo que
existe en algunas culturas a la guerra de religiones, ó como en nombre de Dios a veces se manipula el
tema de la construcción de la paz. “El ser humano ha encontrado miles de formas para expresar la
religiosidad y una de ellas ha sido la violencia contra si mismo y contra los demás” Jesús mismo tuvo
que enfrentarse con el sistema religioso judío y en consecuencia murió como blasfemo. Su condena
fue por hablar de Dios de una manera distinta a como era presentado por los fariseos y de oponerse
a la religión oficial. “Para muchos bautizados, religión es sinónimo de ritos, culto y ceremonias
religiosas todo circunscrito al ámbito sagrado del templo y en el que los sacerdotes son los
responsables y a través de los cuales se acercan a Dios” , quedando separado de lo que implican las
acciones de misericordia tan claramente expresadas en evangelio de Mateo 25 el juicio final. La
religión de Jesús nos invita a establecer la comunión con todos y sentar a la mesa del banquete a los
pobres y excluidos. El misterio de la Encarnación es fundamental en nuestra fe: Dios busca al ser
humano y entra en nuestra historia buscándonos y asumiendo nuestra condición humana. Una
religión que tiene un presupuesto y punto de partida diferentes, debe de ser religión diferente. LA
diferencia es radical en un doble aspecto 1. Se rompe el esquema religioso y 2. Se presenta a un Dios
nuevo 1. Ruptura del esquema religioso: En el esquema religioso del pueblo judío con personas
espacios y tiempos sagrados, donde unos tienen privilegios y otros no, divide a la comunidad, excluye
a unos, fomentando la desigualdad, Jesús llega con una propuesta diferente. “El misterio de la
Encarnación, cambia el esquema religioso, porque al ser Dios el que toma la iniciativa de buscarnos y
acercársenos desaparecen las barreras que estructuraban y dividían la existencia de los hombres y
mujeres. Dios a puesto su tienda (lugar de encuentro) entre nosotros. Jn 1,14, por eso la historia es
sacramento de un Dios escondido que es DIOS CON NOSOTROS. Asumiendo Nuestra condición
humana ha querido hacer del ser humano el lugar privilegiado de su presencia, pues es su templo e
imagen. El templo de Dios se encuentra ahí en donde están dos ó tres reunidos en su nombre Mt
18,20; desde que Dios se hizo humano todo rostro humano refleja a Dios y puede ser lugar de la
experiencia religiosa” 2. Un Dios Diferente: “El misterio de la Encarnación sino lo que es más
importante, aparece un Dios nuevo, diferente. EL Dios de la encarnación es un Dios hecho niño, y
hecho pobre, no es un Dios revestido de poder para asustar sino de debilidad y de ternura para
atraer y crear comunión. Es un Dios solidario y cercano a todos que asume nuestra existencia con su
ambigüedad y sus conflictos para transformarla en una existencia consagrada por el amor de Dios
que crea comunión y nos une en familia” Es acercándonos a Cristo como descubrimos a Dios y como
entendió él la religión. Jesús nos presenta a un Dios cercano, más intimo, cordial, familiar al que nos
acercamos sin miedo, y sin necesidad de meritos para ganarnos su benevolencia. Dios es Padre con
rasgos más maternales que paternales. A muchas personas les resulta difícil dirigirse a Dios como
Padre por la experiencia con frecuencia inhumana de padre, asociada al látigo, golpes ó ausencia. La
religión del Padre: “Para Jesús la palabra Padre es su imagen preferida para hablarnos de ese Dios
diferente. Estamos aquí ante el problema de las imágenes de Dios y las designaciones humanas que
de él hacemos. Dios es Padre, pero también madre, esposos, amigo, hermano… lo que ha detrás es el
misterio de la ternura, el afecto, la compasión, perdón y generosidad incondicional de nuestro Dios.
LA revelación de Dios como Padre es la novedad del Dios de Jesús y no siempre es la experiencia del
cristiano” Con esta revelación, Jesús nos invita a establecer una relación diferente con Dios, en una
relación de afecto y confianza, creando comunión con todos sin discriminaciones ni exclusiones. ¿Esa
es nuestra religión ó sirve la religión para dividirnos? Vivimos en un mundo que no es hogar y somos
extraños unos para otros… no tendríamos que tomarnos más en serio la construcción de la familia
como lo hizo Jesús fomentando la paz y la fraternidad? Nuestro Dios es un Dios que sueña en la
comunión de todo el género humano. “La imagen de la comida, el banquete y la fiesta nos remite e al
eucaristía. Por eso el mejor símbolo de la religión de Jesús es una mesa redonda con sitio y pan
abundantes en la que toda la humanidad pueda sentarse como familia de Dios. La revelación de ese
Dios nos descubre un misterio maravilloso que nos dignifica, involucra y compromete en un proyecto
de comunión y solidaridad. LA eucaristía no es otra cosa sino la celebración anticipada del gran
proyecto de Dios sobre la humanidad: familia de hijos y de hermanos que se reúnen para celebrar el
gozo de lo que son”. La primera actuación pública de Jesús fue en una fiesta, un banquete, una boda
Jn 2, 1-11 y Dios se revela ahí en Caná como el Dios de la fiesta y la alegría, porque se establece una
nueva manera de relacionarse de Dios con las personas, una nueva alianza. Lo que importa para San
Juan es la humanidad que acoge en su seno al novio que trae consigo al vino mejor Jn 2,10, que
entronca con toda la expectativa del AT expresada en el símbolo de la alianza-boda. “El vino es un
símbolo muy humano de la alegría, pero el vino de Caná está en cierto contraste con el agua de la
que procede, se trata del agua que los judíos utilizaban para la purificación y es cambiada en vino.
NO se trata de un milagro, sino sobre todo de un signo. Detrás del agua de las purificaciones está
todo el sistema religioso judío que es cambiado por Jesús. No agua sino vino, no ayuno sino fiesta, no
tristeza sino gozo, no ley sino gracia… lo que está en juego es una imagen diferente de Dios” Se me
hace novedad la insistencia de Díaz Mateos en subrayar la riqueza del signo como camino de
libertad, alegría, cariño, afecto y gozo desbordante al sentirnos parte de la familia de Dios en el
banquete en contraposición con la religión que presentaban los fariseos marcada por las
purificaciones, mortificaciones, ayunos, penitencias y culpabilidad… cielos nuevos y tierras nuevas se
dejan ver. Esta religión distinta de la que hablaba Jesús parece que se opacara frente a la cantidad de
fetiches de Dios controladores de la conducta humana que nos presentan algunos sectores de la
Iglesia, y que crean confusión en personas más criticas que terminan abandonando a la Iglesia, ó
puritanismos en otras que se creen sabedoras de la verdad absoluta, u otras que recurren a un dios
mercantilista para pedir favores y pagarlos con algún sacrificio. La cultura mercantilista y consumista
donde todo se compra parece dejar poco espacio al Dios cuyo amor es gratuito e incondicional. Estas
imágenes de Dios no son cristianas. Nos cuesta creer en la gratuidad de la gracia como Caná nos lo
enseña. Parece que a Dios no le agrada la amistad, la celebración, la armonía con los bienes de la
creación. Lo que nos parece monstruoso aplicado en la relación de un padre humano lo vemos como
normal en nuestra relación con Dios. La religión del hombre: En las controversias de Marcos 2,1 -3,7
con los representantes de este sistema religioso descubrimos desde otra perspectiva la novedad de
la religión de Jesús. El problema de fondo no es la religión, sino el Dios de esta religión y su
preocupación por el hombre. En la primera vemos que “Jesús nunca mostró obsesión por lo sagrado
que para los fariseos era fundamental como expresión de la fidelidad a Dios. Jesús tenía una manera
diferente de entender y vivir a Dios. Los fariseos no se dejan impresionar por el milagro porque no es
el hombre lo que les interesa. Se suben a la teoría y desde ella juzgan la realidad. Mc 2,1-2 Cristo cura
al paralítico de su parálisis del pecado que es la peor de las parálisis. La una es signo de la otra y la
curación de la parálisis es signo del perdón de Dios. De este modo se reintegra a la vida y a la
sociedad. Jesús toma a la persona en serio con todas sus carencias y liberándolo para potenciarle sus
recursos”. En la segunda controversia por la vocación de Leví y por el escándalo por comer junto a
ese tipo de gente Mc 2,13-17. De nuevo estamos frene al problema del hombre y su integración a la
sociedad. Jesús con su comportamiento echa por tierra las barreras religiosas, que impiden a las
personas sentarse para comer juntos. Jesús rompe esquemas religiosos para establecer la comunión
entre las personas. LA tercera Mc 2,18-22 es sobre el ayuno como práctica religiosa agradable a Dios.
La religión de Jesús no es la del ayuno sino la de la comida que incluye a todos. Los enemigos lo
critican por ser amigo de publicanos y pecadores. La cuarta es sobre la sacralizad del templo y del
sábado: Mc 2,23-27. Para Jesús hay una sacralidad más importante que es la de la persona. En el
centro de la religión de Jesús esta la persona que es su máxima preocupación. Ahí en donde todos
ven un milagro, los fariseos ven un pretexto para condenarlo en nombre de Dios. En este mundo de
inhumanidad las seguidores de Jesús debemos ser servidores de la vida. En algunas parábolas de
Jesús podemos descubrir también lo que él defendía, enseñaba y vivía: Samaritano Lc 10,25-37:
“Enmarcada por la pregunta del jurista sobre lo necesario para heredar la vida eterna, condensa las
enseñanzas del camino en la confrontación de actitudes y comportamientos diferentes ante un
hombre caído - al borde del camino -. Podemos decir que se trata de la oposición entre el camino
religioso y el camino cristiano. Por eso no es causal la selección que Jesús hace de los personajes
porque quiere contraponer el comportamiento de dos representantes del sistema religioso vigente
que en su comportamiento no reflejan la religión de Jesús y son antimodelos. Reflejan un
comportamiento insolidario, pues para cumplir sus funciones necesitaban alejarse del caído y medio
muerto. LA novedad de Jesús está en que a la ley que separaba y excluía Jesús contrapone otra ley
que nos acerca y hace prójimos del necesitado. En cambio, del samaritano no se puede esperar nada
bueno. El ser humano y nuestro acercamiento a él define al Dios de Jesús, mientras que el Dios de los
sacerdotes exige dar un rodeo, evitar al caído para acercarse a él. Frente a sus leyes, Jesús propone
otra ley más humana y exigente la de hacerse prójimo para acercarse a la persona en necesidad. En
el encuentro con la persona se produce el encuentro con Dios” Hacerse hermano Mt 25,31-46: “Esta
parábola se realiza en el presente, en nuestras reacciones con el hambre, la desnudez y sufrimiento
del hermano hijo del mismo Padre. Presenta la esencia de la religión y por lo que vamos a ser
juzgados ante Dios. No hay ninguna pregunta sobre las creencias religiosas ó la pertenencia a
determinado grupo de creyentes. Jesús se encuentra en la profanidad de la historia donde se dan el
hambre, la sed, la desnutrición, el abandono, marginación, enfermedades y cárceles. La parábola nos
dice dos cosas importantísimas: La primera, Dios está ahí aunque a nosotros nos cueste creerlo y la
segunda que todos ellos son sus hermanos más pequeños. Cristo se ha hecho prójimo y hermano de
todos comenzando por los últimos y excluidos” En la parábola del Hijo prodigo Lc 15,11-32: Solemos
leerla centrándonos en el hombre y su pecado y no en Dios y su amor gratuito. UN Dios cuyos
comportamientos son más maternales que paternales. “El problema de fondo es la división de la
familia hijos buenos y manos (judíos y paganos) con la consiguiente marginación de unos y otros. Las
divisiones son por razones religiosas. Los fariseos y los letrados representan al hijo bueno y se
mantienen a distancia escandalizados del comportamiento de Cristo que no guarda las normas
previstas, sino que acoge a los pecadores y come con ellos” El camino de conversión no consiste que
la persona de vueltas sobre sí mismo y sobre su pecado, sino que se ponga en camino hacia el Padre,
para sentirse querido, perdonado, buscado, esperado, dignificado. El hijo mayo, el hijo, bueno,
desconoce a su Padre, pues en él está la antítesis de la religión de Jesús, la religión de la ley, del
deber de la moralidad y no la de la gratuidad y la fiesta. Aunque vive en la misma casa, no sabe
comulgar con los sentimientos ni de alegría, ni de dolor de su Padre. “La religión de Jesús consiste en
vivir el gozo y la tarea de ser hijos y hermanos, porque ese es el gozo de nuestro Padre. Celebrar lo
que somos es elemento constitutivo de esta religión” Vamos confirmando que la religión no es un
asunto aislado de la vida sino la vida misma vivida bajo otra perspectiva. NO son ritos, sino nuestra
existencia entera consagrada al Señor. La religión del rito es más cómoda que la de la fraternidad
porque nos dispensa de acercarnos al hermano. Conclusión Me ha gustado mucho hacer mi reseña
sobre este capítulo, pues el libro en general me ha parecido muy interesante, la manera como
aborda al Dios Diferente que es el que buscan muchos de las personas que conozco y que
desgraciadamente no es tan frecuentemente presentado. Me gusta la forma en que lo presenta
desde la experiencia religiosa de Jesús y sus fundamentales que acaba siendo lo que confronta a la
religión de los fariseos. Cuestiona a la farisea que llevo dentro y esta en permanente necesidad de
conversión desde la confrontación con el Dios de Jesús encanado en mis hermanos y hermanas… Me
queda el deseo de abundar más sobre el tema que el mismo Manuel Diaz Mateos presenta en la
segunda parte de su libro sobre el Sacramento del Pan

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