Coordenadas: 34°36′27″S 58°22′24″O (mapa)
Catedral metropolitana de Buenos Aires
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Este artículo trata sobre una catedral argentina. Para otras catedrales
metropolitanas, véase Catedral Metropolitana.
Catedral metropolitana de Buenos Aires
Buenos Aires-Catedral Metropolitana (exterior).jpg
Fachada principal de la catedral.
Localización
País Bandera de Argentina Argentina
División Buenos Aires
Dirección Ciudad de Buenos Aires
Coordenadas 34°36′27″S 58°22′24″O
Información religiosa
Culto Iglesia católica
Diócesis Arquidiócesis de Buenos Aires
Advocación Santísima Trinidad
Historia del edificio
Construcción 1752-1852
Arquitecto Antonio Masella, Próspero Catelin, Pedro Benoit
Datos arquitectónicos
Tipo Catedral
Estilo neoclasicismo
Sitio web oficial
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La Catedral Metropolitana de Buenos Aires (de la Santísima Trinidad) es el
principal templo católico de Argentina. Se encuentra ubicada en el barrio porteño
de San Nicolás, en la intersección de la calle San Martín y la avenida Rivadavia,
en frente a la Plaza de Mayo.
Índice
1 Historia
1.1 Orígenes
1.2 La catedral actual
1.3 Cota 0
2 Museo del Papa Francisco
3 Estilo
4 Exterior
5 Interior
6 Visitas
7 Imágenes
8 Véase también
9 Referencias
10 Enlaces externos
Historia
Orígenes
Plano del conjunto catedralicio.
Catedral Metropolitana de Buenos Aires, Mausoleo de San Martín.
Cuando Juan de Garay llegó desde Asunción a fundar la ciudad de la Trinidad el 11
de junio de 1580, destinó para la iglesia mayor o catedral el mismo cuarto de
manzana que ocupa hoy en día. En el acta de fundación se lee: "hago y fundo en el
asiento una ciudad la cual pueblo con los soldados y gente que al presente he
traído para ello, la iglesia de la cual pongo por advocación de la Santísima
Trinidad, la cual sea y ha de ser iglesia mayor parroquial". En lo que atañe a la
jurisdicción eclesiástica, la nueva ciudad dependía de la diócesis del Río de la
Plata, creada por Paulo III el 1º de julio de 1547 con sede Asunción.
Vista nocturna de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires
La iglesia parroquial era una modesta construcción con tapias de adobe y madera,
que en 1605 el gobernador Hernandarias mandó demoler por muy vieja e indecente.
Ignoramos qué proporciones tendría la que se levantó en su lugar con madera traída
expresamente del Paraguay. Años más tarde, en 1616, su techumbre amenazaba
desplomarse y la parroquia tuvo que pasar a la iglesia de San Francisco.Y mientras
se hacían proyectos para reformarla, solicitando para ello la contribución
pecuniaria de los fieles, la iglesia acabó de derrumbarse porque estaba mal
edificada y con madera podrida de sauce. Ni el Cabildo, Justicia y Regimiento de la
ciudad perdieron el ánimo y enseguida fletaron una embarcación al Paraguay para
adquirir y traer la madera necesaria para la reedificación del templo. Las obras se
iniciaron en enero de 1618. Según el presupuesto de Pascual Ramírez que las
llevaría a cabo, su costo sería de 1.100 pesos. Sobre la recaudación del dinero
carecemos de información exacta, pero sí sabemos que a finales de aquel mismo año
la obra del templo estaba concluida. Pero se ofrecía una dificultad: este resultaba
más pequeño que el anterior, tanto que en 1621 ya se hablaba de construir otro
destinado a catedral.
Entre tanto, en Madrid y en Roma se llevaban a cabo los trámites para la creación
de la diócesis de Buenos Aires. La bula de erección canónica por Su Santidad Paulo
V está fechada el 30 de marzo de 1620 y su ejecución tuvo lugar el 19 de enero de
1621 por su primer obispo el carmelita Fray Pedro de Carranza, lo cual quiere decir
que en esa fecha tomó posesión de la diócesis. El obispo señaló como catedral la
única iglesia de clérigos que había en la ciudad. Y en su carta de 4 de mayo de ese
mismo año escribía al rey: "está tan indecente (la catedral) que en España hay
lugares en los campos de pastores y ganados más acomodados y limpios; no hay
sacristía, sino una tan vieja, corta e indecente, de cañas, lloviéndose toda con
suma pobreza de ornamentos". Y más adelante: "El Santísimo Sacramento está en una
caja de madera tosca y mal parada". "Y en cuanto toca al edificio, es forzoso el
entablarla y acomodarla, so pena de que dará toda en tierra y nos iremos a una
Iglesia de un convento a hacer catedral". Esta fue, pues, la que podemos denominar
la primera catedral.
Cuando el tercer obispo de Buenos Aires, Fray Cristóbal de la Mancha y Velazco
llegó a su sede el 6 de octubre de 1641, halló a la catedral, si no en estado
ruinoso, por lo menos muy deteriorado. Así que concibió de inmediato la idea de
levantar una nueva catedral y se lo comunicó al rey el 19 de noviembre de 1662.
Según el plano que le adjuntó, el templo iba a tener tres naves; para su
construcción se necesitarían 5.000 pesos, suma que solicitaba del real tesoro. En
la persona del excelente gobernador don José Martínez de Salazar halló el obispo
quien colaboraría en la construcción del templo no solo con su influencia, sino
hasta con dinero de su propio peculio. En 1671 la catedral estaba terminada:
constaba de tres naves, su techo de madera y una torre; era de proporciones
regulares.
Pero he aquí que una obra con tantas apariencias de solidez, al cabo de siete años,
por causa de la calidad inferior de algunos materiales usados en su construcción,
empezó a dar muestra de su ruina inevitable: esta es la segunda catedral.
El año 1678, el nuevo prelado, Antonio de Azcona Imberto se dirigió al rey
haciéndole presente la urgencia en la reparación de la catedral, y solicitando la
suma de 12.000 pesos. Su majestad acudió a la demanda, de tal manera que en octubre
de 1680 se dio comienzo a las obras.Pero aquí surgieron otras dificultades, porque
el techo se desplomó, se destruyó a consecuencia de ello el retablo del altar mayor
y se impuso la demolición de la torre por la gravedad de su deterioro.
Su reconstrucción marchó muy lentamente, sobre todo por razones de orden económico.
A pesar de ello, en 1690 la iglesia con sus tres naves estaba cubierta, aunque
todavía faltaba adecentar su interior y por la parte de fuera sus capillas, la
sacristía y había que elevar la torre que hasta entonces solo contaba del primer
cuerpo. Para hacer frente a todos los gastos se echó mano de todos los medios
disponibles: la real hacienda, el obispo con sus rentas y alhajas, el vecindario
con sus limosnas. La obra siguió adelante, pero por las sólitas dificultades
económicas, al fallecer el obispo en el año 1700 aún no estaba concluida. Esta fue
la tercera catedral.
Púlpito de la catedral
Su sucesor fue el trinitario fray Pedro Fajardo, apostólico y santo prelado, que
como es de suponer puso todo su empeño en la conclusión de las obras de la
catedral. En carta de 20 de agosto de 1721 comunicaba el obispo al rey que ya se
había dado cima a una de las torres y estaba interesado en levantar la segunda.
Pero al año siguiente -1722- la techumbre del templo se iba deteriorando de tal
modo, que se temía su derrumbamiento. Enfermo y en cama, el obispo pidió al Cabildo
Eclesiástico que se hiciese cargo de la obra. Ya se supone que la primera
dificultad que se presentó fue la carencia de recursos económicos. El Cabildo, en
tal coyuntura, dirigió un exhorto a los miembros del Ayuntamiento a quien competía,
también, poner manos en ese asunto. Pero por un motivo u otro –algunos
verdaderamente fútiles- se pasaron dos años sin que se hubiera adelantado nada.
Entonces es cuando surge la figura del arcediano Marcos Rodríguez de Figueroa y con
él las cosas entraron por la vía recta. A su actividad y celo por la causa de Dios
se debe la terminación de la obra de la catedral. Para ese efecto, la real hacienda
puso 1.800 pesos y él 3.000 de sus propios haberes; el arcediano consiguió 1.500
del vecindario e hizo un empréstito de 2.500 y 1.000 provinieron del cabildo
secular. Se terminó el trabajo de las torres, el arreglo de las naves y el del
pórtico; además, en 1725, un tal Tomás Trupp, hizo una donación de 5.000 pesos para
las campanas. Esta fue la cuarta catedral.
Al morir Fray José de Peralta, se reunió el Cabildo y eligió vicario capitular al
Dr. Bernardino Verdún de Villaysán, una de cuyas principales ocupaciones –y las del
Cabildo- fue el mejoramiento de la catedral. Como primera providencia, tanto el
vicario capitular como el Cabildo, hicieron traer de Potosí 400 libras de oro y los
elementos necesarios para hacer dorar el retablo; luego se ocuparon de blanquear la
sacristía mayor, los pilares del cañón principal, de todas sus capillas y del
bautisterio. Además de ello, el Cabildo se ocupó en hacer alargar el presbiterio,
ensanchar la mesa del altar mayor, cuyo retablo compuso en sus dos caras: tampoco
olvidaron los señores canónigos la sala capitular y el archivo, que se preocuparon
de ordenar y componer según las normas de la época de tal manera que no sufrieran
deterioro los documentos y papeles que en él se habían de guardar. El Cabildo tuvo
que sufragar los gastos que traían consigo estos arreglos y adecentamientos. Un
vecino de la ciudad, nombrado Agustín de García, donó 500 pesos para el dorado y
pintura al óleo del coro principal. Esta fue la quinta catedral.
La catedral actual
Interior de la Catedral.
Acuarela de la catedral hacia 1817.
La quinta catedral no fue la definitiva pues a las 9 de la noche del 23 de mayo de
1752 se derrumbó una parte de ella y entre las seis y la diez de la mañana del día
siguiente se desplomaron, según informe del gobernador José de Andonaegui "las tres
bóvedas de iguales naves". El obispo, don Cayetano Marcellano y Agramont informaba
al rey que fue preciso "derribarla enteramente por la poca firmeza de las paredes
que han quedado y empezar su fábrica desde los cimientos con más solidez y
extensión que los de la antigua, que por su cortedad no parecía catedral".
Transcurridos tres años, sin contar con la autorización real y sin haber enviado
los planos para su autorización, y con el total apoyo del Cabildo Eclesiástico,
empezó el obispo a levantar la nueva catedral, la actual, según los planos de un
arquitecto nombrado Antonio Masella, de origen saboyano. El célebre vasco y hombre
de empresa Domingo de Basavilbaso, hombre de confianza del obispo y bienquisto de
la ciudad, en 1754 se hizo cargo de la tesorería y dirección de la obra del nuevo
templo. La nueva catedral, según el plano de Masella, sería de cruz latina, con
tres naves y seis capillas laterales a ambas.
La Catedral hacia 1829, por Carlos Pellegrini.
La catedral se fue edificando con los bienes de la Iglesia y con la cooperación
económica del pueblo. Las obras, de a poco, se iban realizando, tanto que en 1758
se pudo inaugurar la llamada nave de San Pedro, la que se halla a la derecha de la
puerta de entrada, y también el nuevo bautisterio. Pero, aunque un poco tardía, la
ayuda real empezó a llegar en 1760.
Don Cayetano Marcellano y Agramont, que tanto había hecho por la nueva catedral en
1759, tuvo que dejar el gobierno de esta diócesis por haber sido trasladado a la
sede arzobispal de Charcas. Su sucesor, el porteño José Antonio Basurco (1760-61)
ocupó solo un año la sede bonaerense, pero hizo también su obra contribuyendo a la
prolongación del templo al donar el terreno de una casa, contigua a la iglesia, que
pertenencia de su hermana, doña María Josefa Basurco, tasado en 7.500 pesos, que
pagó de su peculio personal.
En este daguerrotipo de 1854 se aprecia la catedral aún sin friso.
Una dificultad sobrevino en 1770, en que al detectarse grietas en la media naranja
o cúpula, fue necesario proceder a su demolición. Al cabo de siete años las obras
tuvieron que suspenderse porque también se había suspendido la ayuda estipulada en
6.000 pesos. En 1778 fue demolido el pórtico porque no concordaba con las
proporciones del edificio de la catedral; también fueron demolidas las torres por
no estar de acuerdo con el estilo del templo.
Fue el penúltimo obispo de Buenos Aires, don Manuel Azamor y Ramírez, quien puso
cima a las obras del templo catedralicio en lo que se refiere a lo principal de él
y lo inauguró el 25 de marzo de 1791, treinta y ocho años después de iniciada su
reconstrucción en 1753. La catedral fue consagrada en 1804 por el último obispo de
la era hispánica don Benito de Lué y Riega, quien se empeñó en agregarle lo que aún
le faltaba: el frontis y las torres. Las obras se comenzaron en 1804, pero en 1807
hubieron de suspenderse por falta de numerario.
La Catedral con su nuevo friso, fotografía de Gonnet, 1864.
Pasados los años, independizado ya el país de España, el gobierno de Martín
Rodríguez en la persona de su ministro Bernardino Rivadavia puso un gran interés en
la conclusión de las obras de la catedral. Al respecto, se sabe con certeza que las
del frontis se comenzaron el mes de enero de 1822. En este punto hay que salir al
paso de un error que ha tomado cuerpo. Se dice que el encargado de terminar, el
francés Próspero Catelin, al levantar la columnata del frontis se inspiró en la
Iglesia de la Madeleine de París. Pero si confrontamos una y otra, constatamos en
seguida que en realidad no fue así. En primer lugar, la Madeleine tiene ocho
columnas y la catedral de Buenos Aires doce. En segundo término, las obras de la
Madeleine se concluyeron el año 1842 y por tanto no podía tomarse como modelo lo
que aún estaba por concluir en 1822. Según el arquitecto Buschiazzo más bien parece
que Catelin "se hubiese inspirado en el Palais Bourbon, cuya fachada tiene también
doce columnas y que acababa de ser terminado por el arquitecto Poyat en 1807". Las
doce columnas, número con el que quiso representar a los doce apóstoles, se
concluyeron en 1823, aunque sin capiteles y sin las esculturas del tímpano. Las
columnas se revocaron tardíamente, en 1862, y ese mismo año, el escultor francés
Dubordieu realizó esculturas del tímpano en que representa al encuentro de José y
sus hermanos, alusión al encuentro de los argentinos después de la batalla de Pavón
en 1861.1 Las columnas son de orden corintio.
La Curia Eclesiástica, a la derecha de la Catedral (ca. 1920)
En 1856, el Gobierno de Buenos Aires dictó una ley para la construcción de la
demorada Curia Eclesiástica. Fue proyectada por Pedro Fossati en estilo
italianizante y se edificó en el terreno lindante hacia el este, dejando el espacio
del camposanto de por medio. Contaba con planta baja y dos pisos y su interior
estaba organizado alrededor de un patio central. Fue concluido por el ingeniero
Charles Pellegrini, y habilitado en 1862.
La Catedral fue declarada monumento histórico el 21 de mayo de 1942. Su curia fue
incendiada en 1955 en respuesta al Bombardeo de la Plaza de Mayo, que ocasionó más
de 308 muertos y alrededor de 800 heridos.2En 1994, comenzó una intensiva obra de
restauración y puesta en valor del templo dirigida por el arquitecto Norberto
Silva. La finalización de los trabajos fue celebrada el 13 de octubre de 1999 con
una misa brindada por el arzobispo Jorge Bergoglio, a la cual asistió entre otros
el presidente Carlos Menem.3
En 2013 en ocasión del Sesquicentenario de la inauguración del alto relieve de la
fachada, el Gobierno de la Ciudad junto a los equipos de la Catedral, restauró el
pórtico en el marco del Plan Microcentro. Asimismo se inauguró una muestra
permanente de Jorge Bergoglio, que fue Arzobispo de Buenos Aires y el encargado de
conducir la Arquidiócesis. Allí el visitante podrá encontrar objetos personales y
litúrgicos que utilizó durante los 15 años de su ministerio pastoral en la Ciudad.
Catedral Metropolitana.
Cota 0
En el suelo del atrio, frente a la puerta central, se halla una estrella de ocho
puntas, que indicaba el punto de apoyo para la nivelación de la ciudad. En efecto,
cuando se efectuó la nivelación de las calles se tomó la altura del peristilo de la
Catedral como "Cota 0". Hay que tener en cuenta que a fines del siglo XIX el
peristilo de la Catedral estaba al ras de la calzada y la altitud de la calle
Rivadavia como la de Plaza de Mayo fue rebajada. Esta rebaja ha quedado evidenciada
por las cinco gradas de la escalinata que fue necesario agregar al umbral del
templo.4 Por decreto del 13 de agosto de 1899 se tomó como nueva cota 0 el nivel
del Riachuelo en su desembocadura, y así el antiguo nivel de la Catedral quedó a
19,0081 m arriba del nuevo cero.5
Museo del Papa Francisco
Francisco, primer Papa americano de la Historia.
En febrero de 2013, se producía un acontecimiento tan extraordinario como
revolucionario: La renuncia de Benedicto XVI. Una vez consumada, otro
acontecimiento importante sacudió a la Iglesia católica: La elección del Papa
Francisco, ex arzobispo de Buenos Aires.
En contexto, se inauguró un museo dedicado a su figura en la Catedral porteña.6
Tiene su museo, una placa recordatoria y una imagen en tamaño natural en la
catedral metropolitana. Con el lema "Buenos Aires con el Papa reza por la Iglesia y
con la Iglesia reza por el Papa", las actividades incluyeron la instalación de una
imagen tamaño natural del Papa, realizada por el escultor Fernando Pugliese, pero
que el propio pontífice pidió que se retirase.
Igualmente, se colocó también en el interior de la iglesia una placa recordatoria,
con referencias históricas a la vida de Bergoglio, al cumplirse ese día el 21er.
aniversario de su consagración episcopal, que recibió en la catedral de manos de
Antonio Quarracino. El 7 de julio de 2013 fue la inauguración del museo del papa,
con objetos personales y litúrgicos que utilizó durante los quince años de su
actividad pastoral en la ciudad. El museo lleva el nombre de "Cardenal Jorge M.
Bergoglio" y está ubicado en el interior de la Catedral situada frente a la Plaza
de Mayo, en unos salones dispuestos a la izquierda de la nave central de la
Catedral.
Estilo
Lateral sobre la calle San Martín
Una de las cosas que sorprende a quien visita la Catedral es la diversidad de
estilos que es posible observar en su interior. No olvidemos que la construcción
del edificio actual fue iniciada en el siglo XVIII y recién pudo ser concluida a
principios del siglo XX, pasando por manos de variados arquitectos y constructores,
quienes, según el momento, fueron cambiando o agregando algo, desde elementos un
tanto barrocos, hasta su estilo fundamentalmente románico [cita requerida]. El
templo impresiona por su volumen y grandiosidad: su nave central está próxima a los
cien metros de largo; su piso, de mosaicos diminutos y especial belleza, tiene una
superficie que se aproxima a los tres mil metros cuadrados.
Es una de las pocas catedrales de Argentina que posee un nártex. Este consiste en
un pórtico de entrada, cerrado, con lo que podríamos llamar "doble pórtico", como
si fuera un gran vestíbulo, anexo a las naves de templo. Se le ve separado, antes
de ingresar a las naves propiamente dichas, por sendas puertas que coinciden en
posición, estilo y volumen con las que, en frente, comunican con el exterior. En
los primeros siglos de la Iglesia el nártex se reservaba para los catecúmenos,
quienes seguían desde allí las ceremonias y predicación, pero al iniciarse el
Ofertorio de la Santa Misa, se retiraban, por no encontrarse autorizados a
permanecer durante la liturgia eucarística.
Por último, contra lo que muchos piensan, la catedral no es de tres naves, sino que
tiene cinco. La principal se encuentra cubierta de una bóveda de cañón corrido y un
crucero cubierto por una cúpula que, sobre un tambor circular, alcanza los 41
metros de altura.
Exterior
La fachada principal, de estilo neoclásico, se inspira en el frontis del Palacio
Borbón de París. Fue diseñada en 1822 por los franceses Próspero Catelin y Pedro
Benoit.
Consta de un frontis y de doce columnas que simbolizan a los Apóstoles. La
ornamentación del frontis y el orden arquitectónico de las columnas fueron
definidos por el escultor francés José Dubourdieu. Quién realizó los capiteles
corintios y el bajorrelieve del frontispicio, trabajos concluidos hacia 1863. El
bajorrelieve representa el encuentro de José con su padre Jacob y sus hermanos en
alusión al encuentro de los argentinos después de la batalla de Pavón en 1861.7
La belleza del la construcción neoclásica se encuentra en la composición armoniosa
de los escenarios, sin caer en los excesos.8
Su configuración es poco usado en las catedrales, dándole un parecido más cercano a
un templo griego –con columnas, arcos, frontispicios triangulares– que al clásico
edificio católico.7 Esta configuración exterior, no se condice con la configuración
espacial, ni el estilo, del interior.
Interior
Mausoleo del General San Martín en el interior de la Catedral.
Lámpara votiva en el frente de la Catedral.
Desde la nave lateral derecha se accede al mausoleo que guarda los restos del
General San Martín, ubicado en su cuarta casilla, que está allí desde 1880, y que
fue obra del escultor francés Carrier Belleuse (inspirado en el eclecticismo
francés, que imperaba en Europa en ese momento).
En el interior, la cúpula, el presbiterio, los brazos del transepto y la nave
central, fueron decorados por el italiano Francesco Paolo Parisi con unos frescos
renacentistas, pero se perdieron a causa de la humedad.
Monumento al Arzobispo León Federico Aneiros
En la capilla San Martín de Tours (ubicada en el ala izquierda) está el monumento
al Arzobispo León Federico Aneiros, una obra del escultor Victor de Pol, que es un
mausoleo en mármol de Carrara y piedra, con la figura del prelado arrodillado en su
centro. Las catorce pinturas del Vía Crucis son obra de Francesco Domenighini, otro
italiano, y originalmente se encontraban en la Iglesia del Pilar.
El piso fue diseñado en 1907, por el también italiano Carlo Morra, y fabricado en
Inglaterra en mosaico veneciano.
El 17 de agosto de 1947 se descubrió sobre la derecha del frente una lámpara votiva
con una leyenda que dice "Aquí descansan los restos del Capitán General Don José de
San Martín y del soldado desconocido de la Independencia. ¡Salúdalos!"
El altar mayor
El altar mayor (dorado y de grandes proporciones) se impone en el medio como el
punto más destacado del centro, y sus formas sinuosas y espiralazas, junto a su
ornamentación de flores y rocalia (piedra), delatan su estilo Churrigueresco.
En el brazo izquierdo hay un altar con una imagen llamada “Santo Cristo de Buenos
Aires” (una escultura de madera de algarrobo policromada que representa al Cristo
crucificado antes de su muerte, en tamaño natural). Al final de la nave izquierda
se llega a un altar dedicado a la Virgen de los Dolores (una de las primeras
traídas al país).
Otra imagen más moderna es la del Cristo del Gran Amor (Luis Álvarez Duarte, 1981),
con la que todos los años, el Viernes Santo, se celebra un vía crucis.
En la catedral se encuentra un mural en conmemoración de las víctimas del
Holocausto, las bombas de la Embajada de Israel y de la AMIA.910
Visitas
El horario de la iglesia es de lunes a viernes de 8 a 19 horas y sábados y domingos
de 9 a 19:30 horas. Dispone de un servicio de visitas guiadas y de audioguías en
diferentes idiomas.
Imágenes
Catedral metropolitana de Buenos Aires.jpg
2 Catedral Metropolitana de Buenos Aires.jpg
Friso Catedral Metropolitana de Buenos Aires.jpg
Catedral Metropolitana de Bs As.jpg
Véase también
Arquitectura en Argentina
Arquidiócesis de Buenos Aires
Referencias
Parise, Eduardo; Las pirámides de la Catedral Diario Clarín, 3/10/2011
Daniel Cichero: Bombas sobre Buenos Aires (pág. 173). Buenos Aires: Javier Vergara
Editor, 2005; ISBN 950-15-2347-0.
La Catedral, a nuevo Diario "La Nación", 14/10/1999
Elisa Casella de Calderón (1988). Al norte la Catedral, al oeste el cabildo.
Revista Buenos Aires nos cuenta n° 16, Ediciones Turísticas. ISBN 987-9473-01-9.
Elisa Casella de Calderón (1992). Barrancas, mucho más que un parque. Revista
Buenos Aires nos cuenta n° 21.
«Copia archivada». Archivado desde el original el 1 de julio de 2013. Consultado
el 27 de junio de 2013.
«Catedral Metropolitana».
Eco, Humberto (2010). «Capítulo X - La razón y la belleza». Historia de la
Belleza. Debolsillo.
http://es.turismojudaico.com/contenido/538/Mural-a-las-v%C3%ADctimas-del-
holocausto---capilla-s.teresa-en-la-catedral-metropolitana
http://www.raoulwallenberg.net/es/prensa/2010-prensa/visita-mural-holocausto-733/
Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Catedral metropolitana de
Buenos Aires.
Sitio web de la Catedral
Guía Cultural de Iglesias de Buenos Aires
1:1BA Catedral Metropolitana de Buenos Aires
Catedral de Buenos Aires Argentina
Inesperado hallazgo en la Catedral Diario "La Nación", 30/01/1997. (Descubrimiento
de parte del retablo original de 1774)
La Catedral tiene fondos retenidos en el BCP Diario "La Nación", 30/09/1997.
(Demora en las obras a causa del conflicto del Banco de Crédito Provincial)
Información de los instrumentos de la Catedral
Control de autoridades
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