EL ARTE EN EDUCACIÓN INICIAL
El arte en la educación inicial Por naturaleza, el ser humano es creador y para
poder comunicar y expresar sus ideas, pensamientos y sentimientos recurre a una
diversidad de lenguajes que emplean diferentes símbolos y códigos que representan,
organizan y agrupan significados y significantes: notaciones musicales, paleta de
colores y alfabetos, entre muchos otros más. A través del arte las ideas, emociones,
inquietudes y las perspectivas de ver la vida se manifiestan por medio de trazos,
ritmos, gestos y movimientos que son dotados de sentido. El arte se hace presente en
la vida de cada persona y se comparte de maneras diversas. Propicia la
representación de la experiencia a través de símbolos que pueden ser verbales,
corporales, sonoros, plásticos o visuales, entre otros. De esta manera, impulsar la
exploración y expresión por medio de diversos lenguajes artísticos para encontrar
aquello que no solo hace únicos a los individuos, sino que los conecta con una
colectividad, resulta fundamental en la primera infancia, puesto que lleva a
establecer numerosas conexiones: con uno mismo, con los demás, con el contexto y
con la cultura. De esta manera, el arte, desde el inicio de la vida, permite entrar en
contacto con el legado cultural de una sociedad y con el ambiente que rodea a la
familia. Contemplar el arte como una actividad inherente al desarrollo infantil
contribuye a evidenciar que posee un carácter potenciador de creatividad,
sensibilidad, expresividad y sentido estético. Al enseñar canciones para que las niñas
y los niños se queden quietos o callados, proponer guías para aprender a colorear sin
salirse de la raya o usar títeres para enseñarles a comer, entre otras, se está
desdibujando el sentido del arte, se instrumentaliza y se convierte en un medio
utilitario para obtener resultados inmediatistas y tangibles que se alejan del sentido
liberador y placentero, lleno de retos personales y grupales que este propicia. El arte
posibilita integrar las experiencias de vida con lo que sucede tanto en el entorno
educativo como en los otros espacios en los que transcurre la vida de las niñas y los
niños. De esta manera, las experiencias artísticas se convierten en formas orgánicas y
vitales de habitar el mundo y contribuyen a evidenciar, por medio de diversas formas
de comunicación y expresión, la necesidad simbólica que hace disfrutar la vida,
contemplarla, transformarla y llenarla de sentido. Por esto la educación inicial se
propone favorecer este contacto a través de acciones en las que se fomente el juego
dramático, el acceso a una gran variedad literaria, el contacto con diversos ritmos y
melodías y la expresión visual y plástica, así como a la participación de las niñas y los
niños en los espacios culturales, de forma tal que el arte en la primera infancia se
convierta en parte sustancial de la experiencia vital, de la construcción de la identidad
y del desarrollo integral.