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Beneficios de La Humildad

Este documento describe los beneficios de la humildad a través de tres puntos principales. Primero, la humildad produce una mejor persona ya que cada vez que nos humillamos, Dios perfecciona su obra en nosotros. Segundo, la humildad produce dependencia del Señor ya que aprendemos que es mejor depender de Él que de nosotros mismos. Tercero, la humildad produce resiliencia ante las adversidades pues las pruebas nos hacen más fuertes para enfrentar los desafíos de la vida. La humildad traerá

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Beneficios de La Humildad

Este documento describe los beneficios de la humildad a través de tres puntos principales. Primero, la humildad produce una mejor persona ya que cada vez que nos humillamos, Dios perfecciona su obra en nosotros. Segundo, la humildad produce dependencia del Señor ya que aprendemos que es mejor depender de Él que de nosotros mismos. Tercero, la humildad produce resiliencia ante las adversidades pues las pruebas nos hacen más fuertes para enfrentar los desafíos de la vida. La humildad traerá

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Título: Beneficios de la humildad

Texto: I Pedro 5.6-11

Introducción

La humildad no es sinónimo de debilidad, más bien, es una fortaleza y virtud para ser una persona de
integridad. Pero ser humilde requiere trabajo y, para ser entrenado en esa virtud y alcanzar su máximo
nivel, muchas veces debemos atravesar procesos duros pero necesarios. Jesús dijo “Bienaventurado los
mansos (humildes), porque ellos recibirán la tierra por heredad.

San Agustín dijo “Si me preguntáis que es lo más esencial en la religión y en la disciplina de Jesucristo, os
responderé: lo primero la humildad, lo segundo la humildad y lo tercero la humildad”.

Debemos recordar que la soberbia fue la raíz y la fuente de la maldad humana. La verdadera paciencia y
tranquilidad de alma sólo puede adquirirse y consolidarse con una profunda humildad de corazón.

I. Produce una mejor persona, verso 6

Pedro había atravesado la experiencia del orgullo y la prepotencia. Cuando Jesús quiso lavar sus pies, él
protestó con un rotundo no. Cuando Jesús le dijo que se tranquilizara en la hora de su arresto, él
desenvainó su espada hiriendo a Malco siervo del sumo sacerdote.

Jesús dijo “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y
hallaréis descanso para vuestras almas.”

Pablo dice de Jesús “…y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose
obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”

Cada vez que nos humillamos, Dios va perfeccionando su obra en nuestras vidas. Somos mejores
personas. Analogía del edificio, mientras más grande el edificio, más hondo se debe cavar para los
cimientos.

II. Produce dependencia del Señor, verso 7

Pedro sabía que los hermanos estaban atravesando persecución y, que muchos de ellos lo habían
perdido todo por causa del evangelio. Sin embargo, Pedro fue testigo de la providencia del Señor. Jesús
multiplicó los panes y los peces. Hasta para pagar los impuestos al imperio Romano, Jesús obró a través
de un pez. Pedro una y otra vez, fue testigo de la providencia del Señor. Aprendió que es mejor
depender del Señor que de sí mismo.

La humildad nos enseña que “Todo lo que es bueno y perfecto desciende a nosotros de parte de Dios
nuestro Padre, quien creó todas las luces de los cielos. Él nunca cambia ni varía como una sombra en
movimiento.”

Por muchas riquezas que poseamos, no fuera posible sin la providencia del Señor. Por ello, la humildad
nos enseña a depender totalmente de Él. La Palabra dice “No he visto justo desamparado ni su
descendencia que mendigue pan.”

III. Produce resiliencia ante las adversidades, versos 8-9


Pedro conocía de las estrategias del diablo. Varias veces, frente a las adversidades, Pedro se mostró
orgulloso y altanero. Incluso en un momento quiso intervenir para que Jesús no fuera a la cruz. Pedro
quería que todo saliera a su manera y no a la manera de Dios. Leemos en Lucas 22.31-34 “Dijo también
el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado
por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. Él le dijo: Señor, dispuesto estoy
a ir contigo no solo a la cárcel, sino también a la muerte. Y Él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no
cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.”

Después de esas experiencias vergonzosas, la fe de Pedro se fortaleció. Ya no fue llamado Simón sino
Pedro, es decir, una piedra. Las pruebas, las tribulaciones, preocupaciones nos hacen más resistentes
ante los embates de la vida. El orgullo muchas veces nos hace decir muchas cosas antes de tiempo. Que
la humildad sea la virtud que nos caracterice para enfrentar las adversidades. La humildad llevó al
triunfo a Jesús desde el principio y el final de su ministerio. Al diablo Jesús le contestó con humildad en
el desierto, y humildemente, terminó su misión en la cruz diciendo estas palabras “Consumado es”, la
cuenta está pagada.

Conclusión, verso 10

La humildad al final de cuentas, traerá su recompensa. Solo es cuestión de tiempo para que la humildad,
como la planta, produzca su fruto. La humildad de Jesús le llevó a una cruz, pero al tercer día, su
humillación se convirtió en exaltación y, fue recompensado para estar a la diestra de su Padre
intercediendo por la humanidad para que sea salva. La Escritura dice que Moisés era el hombre más
manso (humilde) de la tierra, pero en un momento de ira y enojo, su orgullo le llevó a decir cosas que le
vedaron el derecho de gozar de los beneficios de la tierra prometida. Moisés murió en paz y lleno de
vigor, pero el sueño de ver la tierra que siempre anheló quedó sin cumplirse. Que Dios nos ayude a
aprender del Maestro de la humildad: “Déjenme enseñarles, porque Yo soy humilde y tierno de corazón,
y encontrarán descanso para el alma.”

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