0% encontró este documento útil (0 votos)
101 vistas4 páginas

ESTEREOTIPOS

Este documento resume los conceptos clave sobre estereotipos presentados en el libro "Psicología Social" de Francisco Morales Domínguez. Explica que los estereotipos son esquemas cognitivos que ayudan a entender la realidad social de forma rápida. Se diferencian de los prejuicios y la discriminación. Los estereotipos se forman por procesos cognitivos, afectivos, socioemocionales y culturales como la categorización y las correlaciones ilusorias. También analiza los estereotipos de géner
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
101 vistas4 páginas

ESTEREOTIPOS

Este documento resume los conceptos clave sobre estereotipos presentados en el libro "Psicología Social" de Francisco Morales Domínguez. Explica que los estereotipos son esquemas cognitivos que ayudan a entender la realidad social de forma rápida. Se diferencian de los prejuicios y la discriminación. Los estereotipos se forman por procesos cognitivos, afectivos, socioemocionales y culturales como la categorización y las correlaciones ilusorias. También analiza los estereotipos de géner
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 4

Morales Domínguez, Francisco (2007). Psicología Social. Pp.

214, 218, 223- 227 y 247- 252

ESTEREOTIPOS
De acuerdo con un autor, los estereotipos son imágenes en nuestras cabezas que reflejan nuestras
tendencias a pensar que las personas o cosas que pertenecen a la misma categoría que comparten
características similares; tendemos a prestar más atención a la información que confirma nuestros
estereotipos, y a hacer menos caso a la que es inconsistente con ellos, o que los estereotipos están
influidos por la cultura. Se dice que son esquemas cognitivos, estos ayudan a explicar la
realidad social, son mecanismo de ahorro de energía y aquellas creencias compartidas sobre un
grupo, es decir, serían las creencias compartidas sobre un grupo que sirven como ahorro de
energía para explicar la realidad social.

Una forma complementaria de saber qué son los estereotipos es diferenciarlos de otros conceptos
similares, y con los que se suele confundir: el prejuicio y la discriminación. La forma más
habitual de concebir la relación entre estereotipos, prejuicio y discriminación es adoptar la
concepción tripartita clásica de las actitudes, según la cual constan de tres componentes:
cognitivo, afectivo y conductual. En el caso de una actitud determinada, el conjunto de creencias
sobre las características que se asignan al grupo sería la parte cognitiva o estereotipo, el afecto
y/o la evaluación sería el prejuicio, y el comportamiento sería la discriminación.

Una de las principales bases de los estereotipos es la apariencia física. En el área de los
estereotipos, podríamos pensar en aquellos rasgos que claramente distinguen unas etnias de otras,
pero también entre hombres y mujeres, en personas atractivas, obesas, con discapacidad, etc. De
hecho, es lo primero que describimos para ayudar a otros a saber si alguien le gustará o no;
habitualmente juzgamos el carácter de los demás por su apariencia. La mayoría de las
explicaciones a la formación de los estereotipos coinciden en que están basados en la percepción
de las diferencias entre grupos, aunque esto no refleje diferencias reales. Por este motivo, la
categorización juega un papel esencial, ya que hace que se tengan en cuenta las diferencias
intergrupales, reales o simplemente percibidas.

Según Mackie y cols., hay cuatro procesos desde los que se puede explicar la formación de los
estereotipos: los cognitivos, los afectivos, los socioemocionales y los culturales. Entre los
procesos cognitivos se incluyen la categorización, el prejuicio correspondiente a la formación de
las representaciones grupales y las correlaciones ilusorias; entre los procesos afectivos señalan el
Morales Domínguez, Francisco (2007). Psicología Social. Pp. 214, 218, 223- 227 y 247- 252

condicionamiento clásico que viene dado por asociar a una persona o un grupo con una emoción
o un grupo de emociones determinadas, y el efecto de mera exposición; como procesos
socioemocionales describen los procesos de identidad social y del contenido del estereotipo y los
estereotipos como un sistema de justificación del estatus; los procesos culturales son el
aprendizaje social del contenido del estereotipo, los procesos de conformidad y de adquisición
del estereotipo, y la influencia de los roles sociales.

En los modelos teóricos que han tratado de explicar cómo y por qué se forman los estereotipos se
describen cinco: la profecía autocumplida, la detección no consciente de la covariación, las
correlaciones ilusorias, el efecto de homogeneidad exogrupal, y la formación de categorías. La
profecía autocumplida se produce cuando las personas mantienen expectativas (sobre una persona
o grupo) que les llevan a alterar su conducta y comportarse de acuerdo a dichas creencias. Por
ejemplo, las expectativas que los profesores tienen sobre el rendimiento de sus alumnos, afecta al
comportamiento que tienen con ellos; otra explicación de cómo y por qué se forman los
estereotipos es a través de la generalización de las conductas del miembro de un grupo al resto de
las personas del mismo grupo. Consistiría en la percepción inconsciente de que existe una
covariación en las características estereotípicas en las personas que forman parte de un mismo
grupo; probablemente la principal teoría que ha tratado la formación de los estereotipos ha sido la
de las correlaciones ilusorias, según la cual los estereotipos se pueden formar incluso aunque no
existan diferencias entre los grupos. Una vez que un grupo se asocia con determinado
comportamiento, esta asociación pasará a formar parte de la representación que las personas
tienen de ese grupo. Las correlaciones ilusorias describen el hecho de que, algunas veces, las
personas consideran que dos hechos están relacionados cuando en realidad no hay ninguna
relación entre ellos; por último, la homogeneidad exogrupal consiste en la creencia de que las
personas que pertenecen a otros grupos distintos al nuestro comparten en mayor medida las
características que les asignamos y que, por tanto, el estereotipo describe con bastante precisión a
cada uno de sus miembros.

Las dimensiones descriptiva y prescriptiva de los estereotipos de género

La influencia de los estereotipos de género es tan penetrante que desde el momento en que un
perceptor categoriza a una persona como hombre o mujer, le aplica de manera casi automática las
características asociadas a su categoría de género. Ahora bien, las características que se adscriben
Morales Domínguez, Francisco (2007). Psicología Social. Pp. 214, 218, 223- 227 y 247- 252

a hombres y mujeres (dimensión descriptiva de los estereotipos) son también las que se
consideran deseables y se esperan de hombres y mujeres. Es decir, existe una segunda dimensión
en los estereotipos de género que indica cómo deberían comportarse hombres y mujeres. Nos
referimos a la dimensión prescriptiva. Los aspectos descriptivos de los estereotipos de género dan
lugar a una forma de discriminación fría que no está tan basada en los prejuicios de género como
la discriminación que se deriva de los aspectos prescriptivos. Es un tipo de discriminación que
suele producirse sin hostilidad y sin que exista una intención abierta de discriminar. En contraste,
los aspectos prescriptivos de los estereotipos de género dan lugar a una discriminación
intencional hacia las mujeres que transgreden las prescripciones de su rol de género. Se trata de
un tipo de discriminación caliente que está relacionada con la amenaza percibida por los hombres
y posee una fuerte carga emocional.

Prentice y Carranza amplían el estudio de la dimensión prescriptiva de los estereotipos de género


con objeto de captar toda su complejidad. En primer lugar, no se centran únicamente en los
rasgos positivos que se supone que las personas tienen en virtud de su género, sino que incluyen
también rasgos negativos. En segundo lugar, distinguen para cada género los rasgos sobre los que
existen fuertes imperativos societales de los rasgos para los que existen imperativos societales
relajados. Para ello, utilizan la deseabilidad general de cada rasgo como base con la que comparar
su deseabilidad específica para cada género.

La estereotipia de rol incluye las actividades que se consideran más apropiadas para hombres y
mujeres. Así, según los estereotipos, tradicionalmente las mujeres están más preparadas para
cuidar de los hijos y realizar tareas domésticas, mientras que los hombres lo están para realizar
actividades fuera de casa. Las ocupaciones también están estereotipadas; por ejemplo, la
peluquería y la estética se consideran actividades típicamente femeninas y la mecánica
típicamente masculina. Finalmente, existen ciertos rasgos físicos que se consideran más
característicos de mujeres (voz suave) y otros de hombres (son más altos, más fuertes, tienen la
voz grave); estos componentes son relativamente independientes, pero basándose en uno de ellos,
las personas extienden sus juicios a los otros tres. Así, una vez asignada una etiqueta de género a
una persona, realizamos inferencias sobre la apariencia de esa persona, sus rasgos de
personalidad, sus conductas de rol y su ocupación. Las diferencias entre hombres y mujeres en
conducta social estarían causadas fundamentalmente por la tendencia de las personas a
Morales Domínguez, Francisco (2007). Psicología Social. Pp. 214, 218, 223- 227 y 247- 252

comportarse de modo consistente con las expectativas asociadas a sus roles de género. Estas
expectativas provocarían que hombres y mujeres se especializaran en distintos aspectos: los
hombres en controlar su ambiente y obtener resultados tangibles, como la finalización de la tarea,
y las mujeres en aspectos orientados a las relaciones sociales, como la preocupación por los
sentimientos de los demás y la armonía del grupo. Por tanto, los estereotipos de género proceden
de la observación de hombres y mujeres en diferentes roles sociales, que les confieren a sus
ocupantes diferentes conductas y rasgos de personalidad.

Según Hoffman y Hurst, la desigual participación de hombres y mujeres en distintos roles (por
ejemplo, sostén económico de la familia y dedicación a la casa y a los hijos, respectivamente) es
un hecho social tan significativo que las personas, e incluso las culturas, necesitan explicarlo,
justificarlo o racionalizarlo. Así, por ejemplo, “las mujeres cuidan de los niños; y esto es así
porque ellas son por naturaleza más amables, delicadas y sensibles que los hombres. Los hombres
se dedican a los negocios y luchan en las guerras; obviamente porque son más lógicos,
independientes y competitivos que las mujeres”; así mismo, los estereotipos de género responden
a la necesidad de encontrar una explicación psicológica a los hechos sociales. De este modo,
racionalizamos las relaciones injustas entre hombres y mujeres aludiendo a diferencias en
características, justificando con ello por qué se dan conductas discriminatorias.

Por tanto, los estereotipos de género, al igual que el resto de los estereotipos, simplifican el
procesamiento de la información a través de la categorización, lo que posibilita una evaluación
rápida sobre una persona, grupo o situación. En este sentido son positivos. Sin embargo, las
interpretaciones pueden ser imprecisas o sesgadas, ya que se pierden características individuales.
Si tenemos en cuenta, además, que a través de los estereotipos de género estamos polarizando a
hombres frente a mujeres, parece estar claro que las diferencias reales entre ambos las estamos
pasando por alto. Por tanto, se convierten fácilmente en un elemento discriminatorio. Así, pueden
considerarse positivos en cuanto a representación esquemática de la realidad, pero no debemos
olvidar que sirven a funciones sociales, como la justificación del statu quo, por lo que se
convierten en elementos discriminatorios y de resistencia al cambio (por ejemplo, posición
subordinada de la mujer).

También podría gustarte