debió a un acto voluntariamente adoptado por el accionante, sino que el mismo le fue
impuesto. Por otra parte, la imposición de la exigencia de revestir el ultimo cese en la
docencia universitaria (ley 26.508, publicada en B.O. 20/8/2009), resulta posterior a la fecha
de baja del actor, que data del 15/11/2000.
VISTOS: los presentes N° 6142/2020, caratulados: “CHAMBOULEYRON, JORGE LUIS c/
ANSES s/REGIMENES ESPECIALES (Judic-Docentes-exSOMISA-INTA-Pers Domést)”, de
cuyo estudio,
RESULTA:
I.- Que, el actor interpone demanda contra la Administración Nacional de la Seguridad Social
(A.N.Se.S.), con el objeto de que se encuadre su beneficio jubilatorio en la prestación docente
universitaria que establece la ley 26.508, ello sin perjuicio del derecho al régimen especial
investigador científico, cuyos requisitos reúne en forma concomitante y simultánea.
Solicita se ordene al Organismo demandado, la liquidación y pago del haber correspondiente a la
remuneración y cargo revestida al cese, con los retroactivos que en consecuencia surjan, más los
intereses legales, los que entiende han de devengarse desde la fecha de la primera petición
formulada en sede administrativa, esto es, 03/01/2019.
En particular, pide se declare la inconstitucionalidad del apartado 3°, inc. 1° del artículo 1° de la ley
26.508.
Relata que se desempeñó como docente universitario durante 41 años y 15 días, como titular de
catedra, con dedicación semiexclusiva ante la Universidad Nacional de Cuyo- Facultad de
Ciencias Agrarias, en forma ininterrumpida hasta la fecha de cese ocurrida el 15/11/2000. Destaca
que al momento de producirse la misma, regían las regulaciones estatutarias que establecían la
baja automática y directa de todo el personal una vez alcanzados los 66 años de edad.
Siguiendo esta idea, expone que el cese en la docencia no se produjo por su voluntad, sino que
fue dispuesta unilateralmente por el empleador en virtud de la normativa vigente, que a diferencia
de la actual, no permitía continuar en la docencia hasta los 70 años (según ley 26.508).
Señala que de forma totalmente apartada, cumplía tareas ante el Instituto Nacional del Agua,
encuadrando dicha situación de revista en el régimen especial previsto para los Investigadores
Científicos (ley 22.929), y es por éste que obtuvo la prestación previsional.
Continúa diciendo que en fecha 03/01/2019, solicitó a la demandada la aplicación del Régimen
Especial Universitario, que en razón de su amplia trayectoria laboral le corresponde, que tramitó
en el expediente 024-20-06861863-1-371-1. Manifiesta que el mismo se mantuvo estanco, y sin
resolver, motivo por el cual tuvo que promover acción de amparo por mora a efectos de obtener
pronunciamiento respecto de su pedido.
Finalmente, la demandada dictó resolución denegatoria, basándose en la exigencia del último
cese en la docencia universitaria, que establece el art. 1° de la ley 26.508, que entiende no se
cumple por cuanto frente a la baja automática dispuesta por el Estatuto de la UNCuyo, continuó
trabajando ante el INA.
Funda en derecho. Cita jurisprudencia y reserva el caso federal.
II.- Conferido el traslado de rigor, la demandada contesta demanda y solicita el rechazo de la
misma.
Efectúa una negativa general y particular de los hechos invocados por la actora.
Relata que la actora peticionó ante su mandante, el otorgamiento del beneficio de jubilación, que
tramitó en el expediente N° 024-20-06861863-1-004-2.
Que realizados los trámites de estilo, se le otorgó el beneficio conforme los términos de la Ley
24.241. Luego, inicio juicio de reajuste por ley general, en el cual obtuvo sentencia favorable que
fue cumplida por su mandante.
Más tarde, solicitó el suplemento por INVESTIGADOR CIENTIFICO establecido para el régimen
especial, en el expediente n° 024-2006861863-1-948-1, el cual también le fue otorgado.
Finalmente efectuó pedido de transformación conforme ley 26.508, que tramitó en el expediente
N° 024-20-06861863-1-371-1, petición que fue denegada fundadamente mediante el dictado de la
resolución respectiva, y que motiva la presente.
Particularmente refiere que calcular por separado cada uno de los haberes previsionales, de la
manera pretendida por la actora, violaría el principio de beneficio único.
Cita jurisprudencia. Ofrece prueba y reserva el caso federal.
III.- Que este Tribunal, dictó medida para mejor resolver solicitando a la demandada la producción
de la prueba ofrecida, y necesaria a efectos de dictar sentencia, por lo que lucen agregadas en
estos autos las partes pertinentes de los expedientes administrativos de titularidad del actor.
IV.- Que pasan los autos a despacho a fin de dictar sentencia.
CONSIDERANDO:
Liminarmente, cabe señalar que de la totalidad de cuestiones planteadas por las partes habré de
tratar sólo aquellas que considero conducentes para componer el litigio. Ello en virtud de lo
resuelto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación: “Los jueces no están obligados en la
sentencia a seguir y decidir, paso a paso, todas las alegaciones de las partes” (CSJN, 24/3/88, LL,
1988-D-63), es decir, a considerar todas las cuestiones planteadas por los litigantes “...sino sólo
en aquéllas que estimen conducentes para la correcta solución del litigio” (Fallos: 287:230 y
294:466). El límite impuesto a la apreciación judicial está dado por la preservación de las garantías
de “defensa en juicio” y “debido proceso legal” (art. 18 de la Const. Nacional).
I.- Del relato de la causa, advierto que el “thema decidendi” se circunscribe a determinar si asiste
derecho al actor a que se liquide y abone la prestación universitaria de forma conjunta con la que
actualmente percibe, otorgada conforme el Régimen Especial previsto para Investigadores
Científicos, instaurado por ley n°22.929.
Así, entrando en análisis de la cuestión de fondo, corresponde en primer término dejar sentado
que de la instrumental incorporada a la causa surge que el Sr. Chambouleyron revistió durante su
vida laboral, una situación de revista particular. Ello así, por cuanto trabajó desde el 11/11/1959 y
hasta el 30/04/2000, en la Universidad Nacional de Cuyo, cumpliendo la tarea de Profesor con
Dedicación Semi-exclusiva, y reuniendo un total de 40 años y 5 meses de servicios con aportes. A
su vez, prestó servicios ante el Instituto Nacional del Agua y el Departamento General de
Irrigación (ver certificaciones de servicios y remuneraciones).
En virtud de labor desarrollada, logró acreditar los requisitos para acceder al beneficio jubilatorio,
con fecha inicial de pago al 30/03/2000, en los términos de la ley 24.241.
Posteriormente, solicitó la aplicación de la ley 22.929 y decreto 160/05 “Suplemento Investigador
Científico”, pedido que fue acordado por la demandada en el expediente n° 024-20-06861863-1-
371-1, el cual actualmente se encuentra percibiendo (ver bono obrante a fs. 2).
Finalmente, solicitó al Organismo Previsional la adición de la prestación ordinaria correspondiente
al Régimen Especial de Universidades Nacionales (ley 26.508/), en virtud de los servicios
docentes universitarios al frente directo de alumnos, desarrollado ante la UNCuyo. En el mismo
acto, pidió la revisión de los topes aplicados sobre la liquidación mensual del haber.
II.- A efectos de adentrarme en el análisis de la cuestión de fondo, he de mencionar que la ley
26.508, cuya aplicación solicita el actor, fue sancionada el 20/8/2009 y amplía al personal docente
de las universidades públicas nacionales, no comprendidos en las leyes 22.929, 23.026 y 23.626,
el beneficio instituido en la ley 22.929 (Régimen previsional para investigadores científicos y
tecnológicos) con los requisitos que allí se establecen (art. 1°).
En particular, la norma dispone que: “El haber mensual de las jubilaciones ordinarias del personal
docente no podrá ser inferior al ochenta y dos por ciento (82%) del cargo o sumatoria de cargos, y
dedicaciones de acuerdo a lo establecido por el decreto 1470/98, desempeñados al cese durante
un período mínimo de sesenta (60) meses continuos o discontinuos de su carrera docente
universitaria.
La prestación por simultaneidad a la jubilación ordinaria del régimen previsional general, se
abonará en aquellos casos en que el docente no supere una dedicación máxima de veinte (20)
horas. Correspondiendo en estos casos adicionar el 2.7333% del 82% del mejor cargo
desempeñado durante sesenta (60) meses en toda la carrera de servicios universitarios, por cada
año de servicios simultáneos docentes, hasta el máximo del porcentual señalado. La
simultaneidad estará a cargo del Fondo Especial Docente Universitario. La prestación por
simultaneidad no corresponderá cuando los servicios fueran simultáneos con otros desempeñados
en regímenes especiales" (v. inciso b) del artículo 1°).
Asimismo, agrega en el último párrafo del artículo 1° que, “Los Docentes Investigadores
comprendidos en la ley 22.929 podrán optar por lo establecido en el párrafo primero de este
inciso, obteniendo un haber mensual de acuerdo a lo establecido por la presente ley”.
La opción a que alude el párrafo anterior podrá ser ejercida, asimismo, por los docentes
universitarios con dedicación exclusiva, plena o de tiempo completo que hayan realizado
directamente y con continuidad tareas de investigación, en cuyo caso, la prestación será otorgada
conforme las disposiciones de la Ley N° 22.929 y el Decreto N° 160/05.
Ahora bien, el mismo artículo establece los requisitos necesarios para acceder a la jubilación
docente universitario, entre los cuales señala:
Tener 25 años de servicios docentes de los cuales diez (10) como mínimo continuos o
discontinuos deben ser al frente de alumnos.
Haber cumplido los sesenta (60) años de edad en el caso de las mujeres y sesenta y cinco
(65) años de edad en los varones.
Registrar el último cese de su actividad laboral en la docencia universitaria.
En su decreto reglamentario (33/2009), en el art. 4 se establece que: “ Los docentes universitarios
y sus causahabientes, beneficiarios de prestaciones previsionales otorgadas por las leyes N°
18037 y 24241, sus complementarias y modificatorias, podrán solicitar la transformación en
jubilación ordinaria o en pensión según las previsiones de la ley N° 26.508, siempre que a la
fecha de su expresa petición acrediten el cumplimiento de los requisitos para tener derecho
a la misma, sin que ello genere cargo alguno por el aporte adicional establecido en el art. 2 de
dicha ley." (lo resaltado me pertenece).
En este sentido, se encuentra acreditado en autos, conforme surge de las constancias
acompañadas, que si bien le Sr. Chambouleyron, cumple con algunos de estos recaudos (edad y
total de servicios con aportes), no registra el último cese de su actividad laboral en el ámbito de la
docencia universitaria nacional, sino que por el contrario, este se produjo en el Instituto Nacional
del Agua (INA), comprendido en el régimen Investigador Científico.
Lo expuesto, es justamente lo que motivó el dictado de la resolución denegatoria emitida por el
demandada y que por la presente se impugna, toda vez que teniendo en cuenta los requisitos de
ley, el Organismo entendió que el actor, por no presentar el último cese en la docencia
universitaria, no acreditó derecho para acceder a lo peticionado.
Como corolario de esto, la actora pide se declare la inconstitucionalidad del art. 1°, apartado 3°,
inc. 1° de la ley 26.508, por resultar en el caso concreto violatorio de garantías y principio
constitucionales rectores en materia de seguridad social.
Sin embargo, y en mi carácter de juzgador, a efectos de resolver el planteo esgrimido, debo tener
especialmente en cuenta que la declaración de inconstitucionalidad de normas legales o
reglamentarias constituye una de las más delicadas funciones susceptibles de encomendarse a un
tribunal de justicia; es un acto de suma gravedad institucional y debe ser considerado como la
última “ratio” del orden jurídico.
La atribución de decidir la inconstitucionalidad de preceptos legales sólo debe ejercerse cuando la
repugnancia con la cláusula constitucional es manifiesta y la incompatibilidad inconciliable.
Al respecto, la Corte federal ha sostenido: “La declaración de inconstitucionalidad, al importar el
desconocimiento de los efectos, para el caso, de una norma dictada por un poder de jerarquía
igualmente suprema, constituye un remedio de ultima ratio que debe evitarse de ser posible
mediante una interpretación del texto legal en juego compatible con la Ley Fundamental, por lo
cual, al ser la más delicada de las funciones susceptibles de encomendarse a un tribunal, sólo es
practicable como razón ineludible del pronunciamiento que la causa requiere, cuando ello es de
estricta necesidad" (Corte Suprema de Justicia de la Nación Rodríguez Pereyra, Jorge Luis y otra
c. Ejército Argentino s/daños y perjuicios. 27/11/201. LA LEY 30/11/2012. LA LEY 2012-F, 559. LA
LEY 11/12/2012, 7. LA LEY 19/12/2012 , 2 con notas de María Angélica Gelli, Néstor P. Sagüés,
Andrés Gil Domínguez y Jorge Reinaldo Vanossi. LA LEY 2013-A, 26 con notas de María Angélica
Gelli, Néstor P. Sagüés, Andrés Gil Domínguez y Jorge Reinaldo Vanossi Sup. Adm. 2013
(febrero), 65 con nota de Juan Pablo Falcón. LA LEY 2013-B, 54 con nota de Juan Pablo Falcón
DJ 13/03/2013, 17 con nota de Andrea F. Mac Donald RCyS 2013-IV, 132 con notas de Carlos A.
Ghersi y Marisa Gabriela López Bravo Sup. Const. 2013 (abril), 29 con nota de Luis Fernando
Velasco. LA LEY 2013-B, 426 con nota de Luis Fernando Velasco JA 2013-II, 133. JA 24/04/2013,
18 DJ 05/06/2013, 9 con nota de Eduardo R. Olivero. AR/JUR/60694/2012).
Asimismo, que “La invalidez de una norma es siempre la última ratio de la interpretación, a la que
solo debe acudirse cuando no exista alternativa de mantenerla dentro del sistema normativo pues
siempre debe estarse a favor de la validez de las normas (Fallos: 14:425; 147:286 y 335:2333,
entre otros). (Castillo, Carina Viviana y otros c/ Provincia de Salta Ministerio de Educación de la
Prov. de Salta s/ AMPARO, CSJ 001870/2014/CS001, 12/12/2017, Fallos: 340:1795)
Entendido de esta manera, la declaración de inconstitucionalidad constituye la última ratio del
orden jurídico, por lo que un planteo de tal índole debe contener, necesariamente, un sólido
desarrollo argumental y contar con no menos fundamentos razonables para que pueda ser
atendido, no bastando la invocación genérica de derechos afectados.
En el caso del actor, entiendo que la aplicación de la norma de acuerdo a su literalidad, implica un
flagrante desconocimiento de principios imperantes en materia de seguridad social. Negarle al Sr.
Chambouleyron la posibilidad de acogerse a las disposiciones de la ley 26.508, de manera tal que
su beneficio refleje la verdadera situación de revista desarrollada durante su vida laboral, por no
cumplir con el requisito del último cese en la docencia universitaria, afecta seriamente derechos y
garantías tutelados en nuestra Carta Magna.
Así, corresponde en el caso de marras, sin declarar la inconstitucionalidad, establecer la
inaplicabilidad del art.1°, apartado 3°, inc.1°, de la ley 26.508, en razón de los fundamentos que a
continuación paso a exponer.
En primer lugar, motiva mi decisión, el hecho de que la demandada no desconoce que el actor
trabajó durante 40 años en la docencia universitaria. Que al cumplir los 66 años de edad, y en
virtud de las reglas vigentes a la fecha, el empleador (UNCuyo) procedió a su baja automática. Es
decir, que el cese en la docencia no se debió a un acto voluntariamente adoptado por el
accionante, sino que el mismo le fue impuesto. Que además, no existía la posibilidad de continuar
en la labor docente, tal como autoriza la legislación actualmente vigente.
Por otra parte, y esto es fundamental, la imposición de la exigencia de revestir el ultimo cese en la
docencia universitaria (ley 26.508, publicada en B.O. 20/8/2009), resulta posterior a la fecha de
baja del actor, que data del 15/11/2000, y que como ya dije operó de manera automática por orden
del empleador.
De los antecedentes reseñados se desprende que el caso en trato presenta características
peculiares que imponen al juzgador extremar la cautela en la interpretación y aplicación de las
normas, a fin de evitar la absoluta desprotección previsional a que llevaría una comprensión literal
del régimen normativo vigente respecto de quien trabajó por un período prolongado y contribuyó
en forma efectiva con aportes al régimen de la seguridad social.
La Corte Federal ha rechazado el criterio meramente hermenéutico por considerar que desatiende
importantes aspectos que, particularmente en materia previsional, deben ser ponderados para
evitar que el rigor de los razonamientos lógicos pueda privar del acceso a la jubilación a las
personas en condiciones de obtenerla, sobre todo cuando media un respeto sustancial de los
objetivos primordiales de las normas aplicables.
Por otro lado, no puedo perder de vista que la extensa carrera desarrollada por el actor, durante
poco más de 40 años, implicó para éste aportes mayores al sistema contributivo previsional que
rige en nuestro país. El Sr. Chambouleyron aportó en forma concomitante y simultánea, por la
labor docente universitaria, como así también por las tareas desarrolladas en el INA y en la
Dirección General de Irrigación. Todo ello a fin de lograr una situación de mayor estabilidad
económica y tranquilidad durante la vejez, por lo que ese esfuerzo debe verse reflejado
obviamente en el monto del haber.
Negarle al actor la integración conjunta de su haber jubilatorio, de manera tal que se vea reflejado
en él, el esfuerzo contributivo efectuado por este durante su vida laboral activa, resultaría violatorio
de las garantías constitucionales previstas en los arts. 14 bis y 17, al impedir que el haber
previsional conserve su naturaleza sustitutiva, que es uno de los pilares fundamentales en que se
apoya la materia previsional.
No puedo soslayar, que la fuente más encumbrada del derecho positivo, en su artículo 14 bis
prescribe en forma expresa que el Estado otorgará los beneficios de la Seguridad Social con
carácter de integrales e irrenunciables. Directivas categóricas, que por la supremacía que revisten,
obligan a los jueces de la seguridad social a velar por la inmutabilidad e integridad de tales
derechos, fulminando toda norma o acto del Estado o de los particulares que en forma actual o
inminente los lesione, restrinja, altere o amenace con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta (CN, art.
43).
Coherentes con estas prescripciones, el Tribunal Cimero ha destacado lo siguiente: “Esta Corte ha
sostenido, desde sus orígenes, que las jubilaciones y pensiones no constituyen una gracia o un
favor concedido por el Estado, sino que son consecuencia de la remuneración que sus
titulares percibían como contraprestación laboral y con referencia a la cual efectuaron sus
aportes y como débito de la comunidad por dichos servicios, por lo que una vez acordadas
configuran derechos incorporados al patrimonio y ninguna ley posterior podría abrogarlos más allá
de lo razonable, pues encuentran como valla infranqueable expresas garantías de orden
constitucional" (Fallos: 289:430; 292:447; 293:26, 94; 294:83; 310:991; 311:530)-el resaltado me
pertenece.
El aludido carácter integral que le atribuye la Constitución Nacional a las prestaciones de la
seguridad social, indica que la protección que otorga a sus titulares debe ser acorde con sus
necesidades económicas, sociales y asistenciales. Es este el propósito que procura el art. 25 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, cuando prescribe lo siguiente: “Toda persona tiene
derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar,
y en especial, la alimentación, vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales
necesarios (...).”
Respecto de esta cualidad primaria, que distingue a las prestaciones previsionales, la Corte
Suprema de Justicia de la Nación, también ha puntualizado en la causa “Sánchez, María del
Carmen c/ANSeS s/reajustes varios”, que: “(...) la necesidad de mantener una proporción justa y
razonable entre el haber de pasividad y la situación de los activos, es consecuencia del carácter
integral que reconoce la Ley Suprema a todos los beneficios de la seguridad social y de la íntima
vinculación que guardan las prestaciones aseguradas al trabajador, con aquellas de naturaleza
previsional, que son financiadas primordialmente con los aportes efectuados durante el servicio.
Los derechos a una retribución justa y a un salario mínimo vital y móvil dirigidos a garantizar
alimentación y vivienda, educación, asistencia sanitaria y, en definitiva, una vida digna, encuentran
su correlato en las jubilaciones y pensiones móviles que deben ser garantizadas a los trabajadores
cuando entran en pasividad. Cualquier situación que impidiera el goce efectivo de los beneficios
de la seguridad social, tal como han sido creados por el legislador siguiendo el mandato
constitucional, ya sea disminuyéndolos o aniquilándolos, tornaría irrisoria la cláusula constitucional
y vacíos de contenidos los principio que ella consagra.” (sent. del 17 de mayo de 2005,
Considerando N° 5)
El ejercicio de la jurisdicción protectora que le compete al fuero de la Seguridad Social exige,
conforme criterio sentado por el Alto Tribunal de la Nación: “...una consideración particularmente
cuidadosa a fin de que, en los hechos no se afecten los caracteres de “integrales” e
“irrenunciables” de los beneficios de la seguridad social, ya que el objeto de éstos es la cobertura
de los riesgos de “subsistencia” y “ancianidad”, momentos en la vida en los que la ayuda se hace
más necesaria. Sus titulares -concluye el Tribunal Cimero- son ciudadanos y habitantes que al
concluir su vida laboral supeditan su sustento, en principio absolutamente, a la efectiva percepción
de las prestaciones que por mandato constitucional le corresponde" (C.S.J.N., en autos “Rolón
Zappa, Victor Francisco s/ Queja”, sentencia del 25/08/88, Considerando 4°).
Por todo lo expuesto, y en resguardo de las garantías constitucionales involucradas en el
presente, corresponde declarar la inaplicabilidad para el caso del actor, de la exigencia prevista en
el art. 1°, apartado 3°, inc. 1°, de la ley 26.508, por cuanto exige “registrar el último cese de su
actividad laboral en la docencia universitaria”, y en consecuencia revocar la resolución denegatoria
emitida por el Organismo previsional.
En consecuencia, deberá dictar un nuevo acto administrativo, entendiendo que el actor, cumple
con los requisitos de otorgamiento exigidos en el régimen docente universitario (edad y años de
aportes), como así también aquellos que requiere el régimen de la ley 22.929, que actualmente
rige el haber del actor. En efecto, realizó aportes en relación de dependencia al régimen común
(24.241 y decreto 160/05), y se desempeñó como docente universitario por un período superior al
que exige el art. 1 de la ley 26.508.
En síntesis, la liquidación del haber mensual debe practicarse conforme los requisitos y las pautas
de cada régimen por separado adicionando al haber que actualmente percibe, correspondiente al
régimen “especial Investigador científico”, el que resulte para los servicios “docentes
universitarios” que deberá cacularse conforme las pautas de la ley 26.508. Ello habrá de reflejar
apropiada y proporcionalmente la composición del haber integrado. A la suma que surja del haber
así integrado se le aplicará la escala de deducciones prevista en el inciso 2 del artículo 9 de la ley
24.463 con la modificación introducida por la ley 25.239 y lo dispuesto por las resoluciones
reglamentarias.
Es decir que la demandada, deberá aplicar el tope especial del 15% de la diferencia entre el haber
total bruto y el haber máximo para el régimen general. Esto último, se resuelve en consonancia
con lo dispuesto por la Sala B de la Excma. Cámara Federal de Apelaciones de Mendoza, en
sentencia interlocutoria del 23/06/2021, dictada en estos autos, por la cual se hizo lugar a la
medida cautelar impetrada por el actor.
La decisión que adopto, conforme ya expuse, sigue los lineamientos de la ley 26.508 (B.O.
4/9/2009) y su reglamentación.
Es que, en definitiva, en este caso particular, lo relevante para decidir es que la pretensora registra
servicios con aportes simultáneos en ambos regímenes, por lo que practicar la liquidación del
haber inicial teniendo en cuenta sólo una parte de la línea de servicios, vulnera a las claras la
proporcionalidad que debe existir entre el haber de pasividad y el de actividad, al no computar,
insisto, más de 40 años de remuneración como docente universitario en los que el actor percibió
los haberes correspondientes y efectuó los respectivos aportes.
III.- Corresponde determinar como fecha inicial de pago, del haber que resulte por aplicación de lo
dispuesto en la presente, aquella en la cual el actor formuló la petición ante la demandada, esto es
03/01/2019.
Deberá el organismo Previsional, reconocer a tal fecha, el derecho del actor para acceder a la
prestación docente universitaria, que deberá ser calculada sobre la base de la remuneración
actualizada correspondiente al cargo revestido al cese por el titular, con más los aumentos por
movilidad que se hubieran producido en el régimen especial.
IV.- En relación a prescripción, corresponde estar a lo dispuesto por el art. 82 de Ley 18.037,
ratificado por arts. 14 inc. e y 168 de Ley 24.241, que establece la prescripción de las diferencias a
pagar anteriores a los dos años previos al reclamo administrativo.
V.- En cuanto a los intereses aplicables, considero que la totalidad de las diferencias retroactivas
adeudadas devengarán intereses desde que cada una fue debida y hasta su efectivo pago,
aplicándose la tasa pasiva promedio mensual que elabora el Banco Central de la República
Argentina atento el criterio expuesto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación in re: “Spitale,
Josefa Elida s/ impugnación de resol. Administrativa” sent. del 14/09/04, fallos 325:1185,
entre muchos otros fallos.-
VI.- En cuanto a la improcedencia del descuento del impuesto a las ganancias sobre el retroactivo
a abonar en cumplimiento de la presente, comparto los fundamentos vertidos por las salas I y II de
la Cámara Federal de la Seguridad Social que declararon exentas del pago del impuesto a las
ganancias a las retroactividades emergentes de la sentencia y los intereses que se aplican sobre
ellas, por considerar, que en casos como el presente corresponde aplicar el inciso v) del artículo
20 de la Ley de Impuesto a las Ganancias.
Entre sus fundamentos manifestó “Amén de estas consideraciones, desde el punto de vista legal
corresponde señalar que, si bien el art. 20 inc. i) de la ley 20.628 en su tercer párrafo establece
que no estarán exentas del impuesto a las ganancias, entre otras, las jubilaciones, las pensiones y
los retiros tal como lo dice el juez a-quo, una atenta lectura de la norma aplicable conduce a
aplicar el inc. v) del artículo mencionado. En éste se ha establecido que los montos provenientes
de actualizaciones de créditos de cualquier origen o naturaleza están exentos del pago del
impuesto a las ganancias. En ”Impuesto a las Ganancias" Luis Omar Fernández, analizando este
inciso, señala que la razón subyacente de esta disposición es que para el acreedor no existe
ningún tipo de ganancia, sino solamente el recupero en valores constantes de su acreencia.
Señala también que la ley se refiere fundamentalmente a la repotenciación de créditos o deudas,
de modo de expresarlos en poder adquisitivo de un determinado momento posterior a su
disposición (La Ley, junio de 2005, Buenos Aires)." (Cámara Federal de Apelaciones de la
Seguridad Social, sala I, Galliano, Gregorio c. Anses, 04/04/2008, Cita online:
AR/JUR/1405/2008), y “...Esta norma debe relacionarse con el inc. v) del mencionado artículo que
prescribe ”Que se hallan exentos los montos provenientes de actualizaciones de créditos de
cualquier origen o naturaleza...". Así las cosas, no corresponde afectar impositivamente el saldo
retroactivo, pues ninguna duda cabe que la percepción de las acreencias de esta naturaleza no
pueden constituir nunca un hecho imponible y menos todavía ser pasible de gravamen alguno, sin
colocar en serio riesgo el principio de integralidad del que gozan las prestaciones
previsionales." (Cámara Federal de Apelaciones de la Seguridad Social, sala II, Bunge, Héctor J.
D. R. c. ANSeS s/ reajustes varios, 31/03/2014, Cita online: AR/JUR/17389/2014).
Conforme esas consideraciones cabe afirmar que, en el sub-lite, lo que debe percibir el actor no
es un haber previsional -regulado por el art 79 inc. c) de la Ley de Impuesto a las Ganancias-, sino
un monto proveniente de actualizaciones de créditos de cualquier origen o
naturaleza (incluidos los haberes previsionales), los cuales están exentos, conforme los
términos del inciso v) del art. 20 de la ley citada, del pago del impuesto a las ganancias.
Por lo expuesto, corresponde declarar exento del pago del impuesto a las ganancias a las
retroactividades y los intereses que ANSeS debe abonar al actor.
A mayor abundamiento y sin perjuicio de lo señalado, recientemente, la Corte Suprema de Justicia
de la Nación, resolvió: “... se ordena a la demandada que proceda a reintegrar a la parte
actora los montos retenidos en concepto de impuesto a las ganancias sobre el retroactivo
reconocido por el reajuste de su haber previsional.” (CSS 23339/2009/CS1 García Blanco
Esteban c/ ANSeS s/ reajustes varios, sent. del 6 de Mayo de 2021).
Al pedido de inconstitucionalidad del art- 79 de la ley 20.628, atento lo resuelto precedentemente,
difiérase su tratamiento al momento de la ejecución de sentencia.
La declaración de inconstitucionalidad de normas legales o reglamentarias constituye una de las
más delicadas funciones susceptibles de encomendarse a un tribunal de justicia; es un acto de
suma gravedad institucional y debe ser considerado como la última “ratio” del orden jurídico.
La atribución de decidir la inconstitucionalidad de preceptos legales sólo debe ejercerse cuando la
repugnancia con la cláusula constitucional es manifiesta y la incompatibilidad inconciliable.
VII.- En cuanto a la regulación de honorarios corresponde señalar que al caso debe aplicarse la
nueva ley arancelaria n° 27.423, toda vez que la demanda se inició con posterioridad a su
sanción, de conformidad a lo establecido por el Máximo Tribunal en fecha 4 de setiembre de 2018,
en autos “Establecimiento Las Marías SACIFA”.
Así, la determinación habrá de relacionarse con la complejidad de la tarea llevada a cabo como
asimismo con la responsabilidad asumida por los abogados intervinientes y la trascendencia
moral, jurídica y económica que tuviere el juicio en el futuro, para el cliente y para las partes. (art.
16 de la ley 27.423).
En relación a la Dirección Letrada de la A.N.Se.S., debe tenerse en cuenta lo dispuesto en el art.
2° de la ley 27.423.
VIII.- En cuanto a las costas, atento la forma en que quedó trabado el litigio, deben imponerse en
el orden causado de conformidad con lo dispuesto en la ley 24.463.
Por lo expuesto y normas legales citadas,
RESUELVO:
1°) HACER LUGAR a la demanda deducida por Jorge Luis Chambouleyron y, en consecuencia,
REVOCAR la resolución dictada en el expediente n°024-20-06861863-1-371-01, por UDAI
Mendoza NM.
2°) DECLARAR la inaplicabilidad, para el caso concreto, de la exigencia contenida en el art. 1°,
apartado 3°, inc. 1° de la ley 26.508, y en consecuencia ORDENAR a la demandada que en el
término de 30 días dicte nuevo acto administrativo, reconociendo el derecho del actor para
acceder a la prestación docente universitaria.
3°) ORDENAR a ANSeS liquidar desde la fecha inicial de pago fijada en la presente, el haber
mensual del actor conforme los requisitos y las pautas de cada uno de los regímenes aplicables
por separado (leyes 22.6929 y 26.508) sin necesidad de integración de aportes. A la suma que
surja del haber así integrado, debe aplicar la escala de deducciones prevista en el inciso 2° del
artículo 9 de la ley 24.463 con la modificación introducida por la ley 25.239 y lo dispuesto por las
resoluciones reglamentarias, por lo cual deberá aplicar el tope del 15% de la diferencia entre el
haber total bruto y el haber máximo para el régimen general.
4°) ORDENAR que las diferencias retroactivas adeudadas devenguen intereses, desde que cada
una fue debida y hasta su efectivo pago aplicándose los intereses correspondientes a la tasa
pasiva promedio que publica el Banco Central de la República Argentina hasta su efectivo pago
(conf. CSJN in re: “Spitale, Josefa Elida s/ impugnación de resol. Administrativa del 14/09/04,
fallos 325:1185, entre muchos otros).
5°) ORDENAR pagar a favor de la reclamante las diferencias entre los haberes percibidos y los
recalculados con más los intereses a la tasa pasiva, conforme las pautas precedentes, dentro de
los ciento veinte (120) días hábiles contados a partir de la efectiva recepción del expediente
administrativo correspondiente, o copia certificada de la sentencia (art 22 de la ley 24.463).-
6°) ESTAR a lo dispuesto por el art. 82 de Ley 18.037, ratificado por arts. 14 inc. e y 168 de Ley
24241, en cuanto a la prescripción.
7°) DECLARAR exento del pago del impuesto a las ganancias a las retroactividades y los
intereses que ANSeS debe abonar al actor. (inciso v) del art. 20, ley 20.628).
8°) IMPONER las costas por su orden (art. 21 ley 24463).
9°) REGULAR los honorarios de la Dirección Letrada de la parte actora, en el 13% del importe
neto del crédito que por todo concepto resulte en favor de la reclamante en ocasión de practicarse
la liquidación respectiva (conforme art. 1255 del CCyCN) con más el IVA en caso de corresponder.
Se aclara que el monto de honorarios resultante no puede ser inferior al porcentaje mínimo sobre
15 UMA que fija la ley 27.423. Tener en cuanta, en relación a la Dirección Letrada de la A.N.Se.S.,
lo dispuesto en el art. 2° de la ley 27.423.
PROTOCOLÍCESE Y NOTIFÍQUESE.
María Florencia Llano. Susana Beatriz Pravata.