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Epistemología en Ciencias Sociales

El documento presenta una introducción a tres corrientes filosóficas: el realismo, el idealismo y el racionalismo. Brevemente describe sus orígenes, características principales y representantes más importantes. Finalmente, aborda el tema de las ciencias sociales y su objeto de estudio.
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Epistemología en Ciencias Sociales

El documento presenta una introducción a tres corrientes filosóficas: el realismo, el idealismo y el racionalismo. Brevemente describe sus orígenes, características principales y representantes más importantes. Finalmente, aborda el tema de las ciencias sociales y su objeto de estudio.
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Introducción a la epistemología de las ciencias sociales

Herly Franco Martínez, 100287847

Myriam Johanna Negro Rodríguez, 100288795

Saray Dayana Medina Osorio, 100288598

Luz Adriana Velásquez Galindo, 100287543

Profesional en gestión de la Seguridad y Salud Laboral

Universidad Politécnico GranColombiano

22 de enero 2022

REALISMO
El realismo es un movimiento artístico y literario, originado en Francia a mitad del

siglo XIX (1840-1880), su aparición y desarrollo fue fruto de la situación política

que protagonizó Francia a raíz del derrocamiento de la monarquía burguesa. A lo

largo de los años se inspiran en nuevos sentimientos sociales e ideas políticas que

influenciaría dejándose sentir en el mundo artístico.

El realismo es un estilo que refleja la realidad histórica que copia objetos

mitológicos, religiosos o alegóricos, los artistas entendían que el realismo como

reacción frente a cada uno de los movimientos que se evadía a la realidad a través

del mundo subjetivo-conceptualizado, una de las metas del realismo no es la

belleza, sino la verdad, y por tanto el conocimiento de la realidad.

Características del realismo

*El realismo permite exactamente como se percibe y como se puede abordar.

*La reproducción exacta y completa de la realidad social, de todos los temas que

pueden ser un objeto de atención al escritor desde temas eróticos hasta temas

humildes.

*Esta posición admite las diversas modalidades del realismo.

El realismo aborda en el conocimiento concluyendo que las cosas existen por si

misma y con independencia del pensamiento.

IDEALISMO
El idealismo es un conjunto de teorías que permite que los diferentes pensadores

tengan una impresión al desconfiar de los sentidos y donde también se comprende

que la realidad no alcanza con el objeto en sí que es percibido por la

interpretación, sino que también puede ser necesario tener en cuenta las ideas

que se proporcionan a su propio pensamiento. Fue de gran influencia el

pensamiento filosófico a lo largo de la historia motivo que se fue desarrollando

para desconfiar de la apreciación de sus propios sentidos para ampliar su

capacidad de comprensión de la realidad.

Las ideas existen por si mismas y solo podemos aprenderlas o descubrirlas

mediante la experiencia, para el idealista el objetivo son las ideas que permiten

alimentar cada uno de los diferentes pensamientos.

Tipos de idealismo

-El idealismo objetivo es aquel donde las ideas existen por si mismas y solo se

puede acceder a ellas por medio de la experiencia.

-El idealismo subjetivo nos permite que las ideas solo existan en la mente del

sujeto, de modo que sin el no existe un mundo externo autónomo.

-Idealismo trascendental para que tenga lugar en el conocimiento es necesario la

ocurrencia de los elementos objeto y sujeto.

El idealismo nos aporta a través del conocimiento ideas que permiten que la

realidad pueda tener existencia en cada una de ellas y así tener en cuenta la

conciencia y pensamiento para su mayor efectividad.

RACIONALISMO
El racionalismo es una corriente filosófica surgida en el siglo XVII, sosteniendo que

la única fuente del conocimiento es la razón humana, así podemos decir que el

interés que se tenia era construir el conocimiento que lo ubicaba como

protagonista de una revolución científica surgiendo el inicio de la filosofía

moderna. Sus principales características se nombraron como racionalismo

cartesiano que pretendía un conocimiento que fuera cierto más allá de la duda,

seguido de la razón que también permite una mayor estructura de ideas.

Sus principales representantes en el racionalismo fueron

-Rene descartes, fundador del racionalismo.

-Baruch Spinoza, su obra fue la ética demostrada en geometría.

-Gottlieb Leibniz, pensador alemán que abarco aspectos múltiples al conocimiento.

El termino racionalismo ha adquirido connotaciones que sirvieron para referir

cualquier postura filosófica que otorgue a la razón como oposición a la única forma

del conocimiento.

El racionalismo aborda el conocimiento de una manera que se puede deducir a

dar la razón y poder presentar similitudes con el sentido, considerado como el

único camino que nos lleva a la verdad.

Ciencias sociales: ciencias sociales, tenían la problemática de que su objeto de estudio

contiene la subjetividad de quien investiga o del observador


Para terminar, hablemos un poco de las ciencias sociales. Ya sabemos que éstas no se

ubican, ni ocupan un lugar en el primer mundo o mundo de los fenómenos naturales, por lo

cual deducimos que estas ciencias no están obligadas a desarrollar un grado de objetividad

como el de las ciencias naturales. (HERLY)

Las ciencias sociales son las ramas de la ciencia relacionadas con la sociedad y el

comportamiento humano. Se las distingue de las ciencias naturales y de las ciencias formales.

Además, es una denominación genérica para las disciplinas y campos del saber que analizan y

tratan distintos aspectos de las relaciones sociales y los grupos de personas que componen la

sociedad. Estas se ocupan tanto de sus manifestaciones materiales como de las inmateriales.

Otras denominaciones confluyentes o diferenciadas, según la intención de quien las utiliza, son las

de ciencias humanas, humanidades o letras.1 También se utilizan distintas combinaciones de esos

términos, como la de ciencias humanas y sociales. Las ciencias sociales estudian el origen del

comportamiento individual y colectivo, buscando comprender y explicar regularidades y

particularidades que se expresan en el conjunto de las instituciones humanas. (ADRIANA)

Las ciencias sociales tienen su origen en el siglo XVIII, aunque anteriormente ya se habían

realizado estudios, dicha fecha es la oficial para considerarlas como tal.

Las ciencias sociales tienen su origen en el siglo XVIII, aunque anteriormente ya se habían
realizado estudios, dicha fecha es la oficial para considerarlas como tal. El objetivo del estudio de
las ciencias sociales es conocer al ser humano y los comportamientos que tiene a nivel social,
individual y como se manifiesta en diferentes situaciones. Dentro de las ciencias sociales existen
diversas ramas como: la economía, la psicología, arqueología, antropología, etc. Una gran va
Las ciencias sociales tienen su origen en el siglo XVIII, aunque anteriormente ya se habían
realizado estudios, dicha fecha es la oficial para considerarlas como tal. (JOHANA)

Objeto de estudio y ciencias sociales: https://concepto.de/ciencias-sociales/


Ludwig Wittgenstein (1889 – 1951), es considerado uno de los grandes pensadores del

siglo XX y, posiblemente, el más reconocido dentro de aquellos que decidieron indagar

alrededor de la naturaleza y la estructura del lenguaje. Según el austríaco, si queremos

conocer los fundamentos y límites del pensamiento científico, debemos indagar por la

naturaleza, la estructura y relación con el mundo del lenguaje humano. Dice Wittgenstein

(1985), “los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo” (p. 116), es decir, si

la realidad existe en el lenguaje, un detallado análisis de la naturaleza de éste, es un

ejercicio necesario para comprender la realidad y el conocimiento humano.(Herly)

Ya mencionamos que reflexionaremos alrededor de dos momentos de la filosofía de

Wittgenstein; en la primera gran obra del austríaco, el tractatus lógico - philosophicus,

encontramos una postura positivista frente al análisis del lenguaje, pues, teniendo en cuenta

el principio de demarcación del empirismo lógico, sólo acepta palabras que tengan una

referencia concreta en el mundo. En su segundo momento, cuando escribe investigaciones

filosóficas, dará un giro de 180 grados, realizando un análisis del lenguaje más cauto y

preciso. Lo que haremos a continuación, será caracterizar dos de las tradiciones del análisis

del lenguaje más importantes a partir de la obra de Wittgenstein: el atomismo lógico y el

análisis lingüístico.

Atomismo lógico: el tractatus lógico – philosophicus En el momento de la publicación de

esta famosa obra, Wittgenstein era un desconocido en el mundo de la filosofía, sin

embargo, Bertrand Russell, uno de los filósofos ingleses más importantes del siglo XX,

fundador de la filosófica analítica, escribió una pequeña introducción en la obra del

austríaco y afirma que “(…) merece por su intento, objeto y profundidad que se le

considere un acontecimiento de suma importancia en el mundo filosófico” (Wittgenstein,


1985, p. 3). La estructura, de este libro, el cual recomiendo que el estudiante observe en

internet, es profundamente compleja. En vez de tener un carácter narrativo, se encuentra

construida en razón de siete proposiciones básicas, numeradas del 1 al 7 y otros párrafos

numerados por expansión decimal. Por ejemplo, el párrafo 1.2 es una mayor elaboración de

la primera proposición. Este, a su vez, contiene al párrafo 1,22 el cual es una elaboración

más profunda frente a su enunciado.

Las siete proposiciones básicas del tractatus lógico – philosophicus son: 1. El mundo es

todo lo que acaece. 2. Lo que acaece, el hecho, es la existencia de los hechos atómicos

(estados de las cosas). 3. La figura lógica de los hechos es un pensamiento. 4. El

pensamiento es la proposición con significado. 5. La proposición es un valor de verdad de

la proposición elemental (la proposición elemental es una función de verdad en sí misma).

6. La forma general de una proposición de verdad es: [-p, -ξ N(-ξ)]. Esta es la forma general

de la proposición. 7. De lo que no se puede hablar, mejor es callarse. Este famoso libro,

aborda los problemas centrales de la filosofía, pues sus tesis se ocupan de todo lo existente,

el pensamiento y el lenguaje, presentando una solución de estos, desde su propia

concepción de la lógica y la naturaleza de la representación. Al abordar una comprensión

total de la realidad, a partir de un análisis lógico del lenguaje, Wittgenstein considerara que

ha resuelto todo problema filosófico presente, pasado y futuro, pues ha aclarado cómo debe

darse un correcto funcionamiento del lenguaje. En esta línea, podemos afirmar que, todo

problema filosófico es el resultado de una mala comprensión o mal uso del lenguaje. Según

Wittgenstein (1985), el mundo se representa mediante el pensamiento, el cual, elabora

proposiciones con sentido, gracias a que tanto el pensamiento como la realidad tienen una

misma identidad, en términos lógicos. En consecuencia, el pensamiento y las proposiciones


que éste elabora, son imágenes de los hechos reales que acaecen en el mundo. Si la ciencia

pretende formular proposiciones científicas, éstas deben ajustarse a la estructura lógica del

mundo. Este es el fundamento del pensamiento de Wittgenstein: debe haber coherencia

entre la estructura lógica del mundo y la estructura lógica de los enunciados que hablan del

mundo y que elabora la ciencia.

Wittgenstein (1985), concibe al mundo como un conjunto de hechos, en otras palabas, el

mundo está conformado por la sumatoria de los hechos que han acaecido. Esto dista de la

concepción tradicional atomista que reconoce que el mundo está formado por los objetos.

Ahora bien, los hechos, según Wittgenstein, pueden ser descompuestos en estados de cosas

existentes y, éstas, a su vez, son combinaciones de objetos. Los objetos pueden encajar

dentro de múltiples posibilidades a partir de sus condiciones físicas; es decir, las

propiedades de los objetos, su forma lógica, determinan sus posibilidades de combinación

con otros objetos. En consecuencia, los estados de las cosas, son inherentemente complejos

y el mundo es, esos estados de cosas que existen. Un hecho es conformado por objetos

simples que tienen una relación específica, real o posible, entre ellos, abriendo una

continuidad infinita de posibilidades de relación entre los objetos, que generan hechos.

Teniendo en cuenta la forma como Wittgenstein concibe la realidad, analicemos sus

comprensiones en relación al pensamiento y el lenguaje. Según el austríaco, los

pensamientos y las proposiciones son figuras. “la figura es un modelo de la realidad”

(Wittgenstein, 1985, p. 22). Las figuras están compuestas por elementos que, en conjunto,

constituyen el modelo de la realidad. Cada elemento, representa un objeto y, la

combinación de objetos de la figura, representa la combinación de los objetos en un estado

de cosas. La estructura lógica de la figura es isomorfa, tanto en el pensamiento como en el


lenguaje, es decir, éstos, tienen la misma estructura lógica del estado de las cosas. Tanto la

realidad, como el pensamiento y el lenguaje, poseen la misma estructura lógica. Para el

filósofo austríaco, una proposición solo tendrá sentido en la medida que esté compuesta por

nombres con significado, es decir, la estructura de la proposición deberá corresponderse

con la forma lógica del hecho que representa y, los elementos de la proposición deben tener

un objeto correspondiente en el mundo que representan. Ahora bien, una proposición solo

tendrá sentido si representa un estado de cosas lógicamente posible, es decir, que puede

haber proposiciones que nos son necesariamente verdaderas, un estado de cosas puede no

haberse dado en la realidad y esto no rompe su estructura lógica. Para que una proposición

sea verdadera, debe darse como un hecho en la realidad, de lo contrario será falsa, mas no

sin sentido, recuerde que, para Wittgenstein, la realidad es la totalidad de los hechos

posibles, los que suceden y los que no. Por último, es importante señalar que, para

Wittgenstein, existe una identidad entre el lenguaje y el pensamiento, es decir, nuestro

pensamiento no puede ir más allá de la lógica que rige al lenguaje. Si algo es pensable,

también es posible, en una proposición con sentido, sin importar si es verdadera o falsa.

Solo podemos hablar con sentido, en la medida que utilicemos un lenguaje para representar

hechos posibles en la realidad. Si hablamos de hechos imposibles, estamos hablando, según

Wittgenstein, de sin sentidos o absurdos. Si en el mundo de la ciencia, sólo podemos hablar

de hechos que acaecen en la realidad, ¿qué pasa con las afirmaciones alrededor de la vida

humana, la libertad o la justicia? Acá, vemos cómo Wittgenstein, en su primer momento,

establece un límite positivista para el uso del lenguaje, que pretende el camino de la

ciencia. 3. Investigaciones filosóficas: una nueva concepción del lenguaje y su naturaleza

En el mundo de la filosofía, se hacen evidentes dos momentos en el pensamiento de


Wittgenstein. El atomismo lógico, de su tractatus lógico – philosophicus, el cual realiza un

análisis lógico de la realidad, el lenguaje y el pensamiento y; su segundo momento,

representado en su famoso libro, investigaciones filosóficas, que navega sobre el carácter

pragmático del lenguaje, veamos. El análisis del lenguaje, que realiza Wittgenstein, se

encuentra fuera del dogmatismo científico, positivista y lógico. Ya no es un conjunto de

proposiciones básicas y sus posteriores desgloses, lo que escribe Wittgenstein, ahora realiza

una narración rica en ejemplos, enfoques y estudios de caso. Lo que se propone

Wittgenstein es elaborar un análisis del uso del lenguaje, es decir, de su pragmatismo. Dice

Wittgenstein (1988): Piensa ahora en este ejemplo del lenguaje: envío a alguien a comprar.

Le doy una hoja que tiene los signos “cinco manzanas rojas”. Lleva la hoja al tendero y éste

abre el cajón que tiene el signo “manzanas”; luego busca una tabla la palabra “rojo” y

frente a ella encuentra una muestra de color; después dice la serie de los números cardinales

– asumo que la sabe de memoria – hasta la palabra “cinco” y, por cada numeral, toma del

cajón una manzana que tiene el color de la muestra. – Así, y similarmente, opera con las

palabras. – “Pero, ¿cómo sabe dónde y cómo debe consultar la palabra “rojo” y qué tiene

que hacer con la palabra “cinco”? – Bueno, yo asumo que actúa como he descrito. Las

explicaciones tienen en algún lugar un final. - Pero ¿cuál es el significado de la palabra

“cinco”? – No se habla aquí en absoluto de tal cosa; sólo de cómo se usa la palabra “cinco”

(pp. 8 – 9).

Con este tipo de ejemplos, pretende Wittgenstein (1988), que el lector construya una

reflexión alrededor del uso del lenguaje, del mundo donde el lenguaje sucede. Su

argumento principal es que el significado es el uso de las palabras. Si observamos el

ejemplo de las cinco manzanas rojas, vemos cómo el lenguaje no se caracteriza por las
referencias a los hechos que representa, ni por las representaciones mentales que uno puede

asociar con las palabras; lo que define a las palabras es el uso que se les da en la

experiencia. Por ejemplo, bajo el positivismo lógico no se podría hablar de la bondad, en

tanto no existe un referente concreto para la bondad en el mundo. Sin embargo, según esta

nueva concepción de Wittgenstein, alrededor del significado del lenguaje, no hay necesidad

de decir que existe algo bueno con independencia u objetivamente. Si lo que define el

lenguaje es el uso de las palabras, cuando digo que la limonada estaba buena, el lector sabrá

de lo que estoy hablando. Para resumir, podemos afirmar que el nuevo Wittgenstein

rechaza la idea de que el significado de las palabras provenga de un referente en el mundo o

una imagen mental. Por el contrario, el significado de la palabra se encuentra en su carácter

pragmático, en su uso, en un momento y contexto determinados. Esta caracterización del

lenguaje, Wittgenstein, la llama los juegos del lenguaje, reconociendo que la palabra juego

no se puede definir simplemente. Veamos el siguiente ejemplo, que plantea Wittgenstein

(1988): El lenguaje debe servir a la comunicación de un albañil A con su ayudante Β. Α

construye un edificio con piedras de construcción; hay cubos, pilares, losas y vigas. Β tiene

que pasarle las piedras y justamente en el orden en que A las necesita. A este fin se sirven

de un lenguaje que consta de las palabras: «cubo», «pilar», «losa», «viga». A la grita — Β

le lleva la piedra que ha de llevar a ese grito. — Concibe éste como un lenguaje primitivo

completo (p. 9). En este ejemplo, vemos que cuando A grita piedra, no se refiere al objeto

sino a la acción de que B le alcance la piedra. El lenguaje adquiere su significado por su

uso en un contexto determinado. Los juegos del lenguaje, están dados por el contexto en el

que se utilizan las palabras. Podemos afirmar, que existen tantos usos del lenguaje como

juegos del lenguaje, es decir contextos donde las palabras se insertan.


Podemos concluir, que cuando Wittgenstein utiliza la palabra juego, no sólo por la

complejidad en su definición, sino porque no hace falta, precisamente, definirla para

comprenderla. Todo el mundo sabe de lo que estamos hablando cuando utilizamos la

palabra juego, a partir de un contexto determinado. Para el austríaco, las definiciones de las

palabras, provienen de lo que él llama formas de vida, es decir, la cultura y la sociedad en

la que la palabra es utilizada. Para saber cómo funciona el lenguaje, lo que tenemos que

hacer es observar la situación en la que está presente. El significado de una palabra, no

proviene de definiciones ostensivas, es decir, lo que la palabra significa no es lo que da

significado a la palabra. Teniendo esto en cuenta, siendo estrictos con el segundo

Wittgenstein, decimos que un diccionario no contiene definiciones verdaderas de las

palabras, pues éste no puede reflejar la diversidad de usos y la multiplicidad de juegos del

lenguaje de la palabra. Para cerrar, piense por un momento en la palabra terrorista. Antes de

los atentados a las torres gemelas en New York, Estados Unidos, en septiembre de 2001,

esta palabra no estaba tan presente en el lenguaje cotidiano y político de occidente; sin

embargo, a partir del discurso del ex presidente George Bush, el cual hace énfasis en esta

palabra, ésta, adquiere un rol protagónico hasta nuestros días. Podemos afirmar, que

incluso, todos los días en algún medio de comunicación se utiliza esta palabra, este nuevo

juego del lenguaje.

Weisteig http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0187-

01732011000300006 (Adriana)

Karl marx: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/marx_karl.htm (adriana)

POSTMODERNIDAD
Postmodernidad como agotamiento del discurso de la modernidad A lo largo de este

módulo hemos partido de una afirmación básica que ha guiado todas nuestras discusiones:

si la epistemología se haya ligada a un discurso sobre el conocimiento, se trata de un

conocimiento sobre la realidad o lo que es la realidad. En ese sentido, la discusión

epistemológica se encuentra ligada a un debate metafísico, o ligada al debate que aborda la

pregunta ¿qué es la realidad? En el marco del materialismo histórico de Marx, podemos

afirmar que a lo largo de las últimas décadas del siglo XX se ha transformado por completo

el sistema de producción en el mundo; luego, se ha transformado por completo la realidad

y, por supuesto, la epistemología. Se trata de cambios en el sistema económico, que hoy día

se encuentra influenciado por la importancia de la información y la tecnología en todos sus

procesos, creando lo que denominamos una economía basada en la información. Esta

economía de la información ha transformado por completo la lógica de producción

mundial, haciendo que, una vez la cultura e instituciones dentro de la sociedad se han

acoplado a este nuevo paradigma productivo, el comercio mundial se vuelve netamente

financiero y los mercados de servicios se amplían, jugando un papel definitivo en la

producción mundial. Estamos en un mundo constituido a partir del conocimiento como

información.

Esta nueva economía de la información le ha dado más movilidad a los capitales, otorgando

más movimiento a las empresas y, de esa manera, desregulando los mercados a una

velocidad sin precedentes. Este proceso ha sido paulatino, pues significó necesariamente un

acomodamiento de las relaciones productivas al interior de las sociedades, iniciando por la

transformación de empresas e industrias que comenzaron a relacionarse a través de la

investigación y producción en informática y telecomunicaciones, para luego inundar el


resto de los sectores productivos. Teniendo lo anterior en mente, es que debemos

comprender las ideas de Jean François Lyotard (1984) acerca de la postmodernidad, en su

célebre obra, La condición postmoderna: informe sobre el conocimiento, considerado por

muchos el manifiesto del postmodernismo. Lyotard se refiere a “la condición postmoderna”

como al carácter que ha adoptado el conocimiento una vez se ha agotado el discurso de la

ilustración y, especialmente, después de la Segunda Guerra Mundial en las sociedades

posfordistas basadas en la información. Según Lyotard, la postmodernidad se caracteriza

porque el conocimiento se ha transformado, a partir de la aparición de las innovaciones

cibernéticas: computadoras, sistemas de telecomunicaciones y de las diversas disciplinas

asociadas del lenguaje y procesamiento de la información, que han llegado a dominar la

sociedad desde la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, los nuevos dispositivos

tecnológicos han aumentado los flujos informativos haciendo de la información el

paradigma del conocimiento actual. Ya no es la época para la reflexión lenta y pausada,

pues los veloces ciclos de tránsito de la información han hecho del conocimiento lo actual,

que entre otras cosas será vigente por unos instantes mientras no se constituya un nuevo

conocimiento que como información desplace al anterior. Así mismo, si en el pasado

podríamos hacer referencias al conocimiento como un asunto de unas clases privilegiadas

que podían acceder a él, en la actualidad el conocimiento se ha democratizado gracias a los

mecanismos cibernéticos; se ha hecho accesible a un mayor número de personas a lo largo

del planeta. En este contexto, Lyotard se pregunta por la legitimidad del conocimiento,

¿cómo diferenciar el verdadero conocimiento de lo que no lo es? Se trata de una pregunta

de orden absolutamente epistemológico: ¿cómo hacer para saber que lo que creemos que es

conocimiento es conocimiento y no es otra cosa? Sostiene el pensador que, si la sociedad

hace uso de algún principio para legitimar el conocimiento del que dispone, para hacerlo
legítimo, debe tratarse también un principio útil para legitimar la toma de decisiones en la

sociedad y el gobierno, así como en el ámbito de las leyes, la educación y muchos otros

aspectos de la sociedad. Lyotard señala que, en la postmodernidad, se pone en tela de juicio

el principio de legitimación del conocimiento. El mundo posmoderno es uno sin

fundamentos, caracterizado por una ausencia de validez.

La posmodernidad surge como respuesta a una crisis de los meta relatos de la modernidad,

como un agotamiento del discurso moderno. La objetividad, la búsqueda de la verdad, la

universalización, la rigurosidad científica y la validez lógica, entran en crisis. Podemos

definir los meta relatos como principios universales que regulan la comprensión que

tenemos del mundo, de la realidad, de lo que consideramos verdad. Los meta relatos

equivalen a los principios dominantes y hegemónicos a través de los cuales, una sociedad

fundamenta sus instituciones, su cultura, sus creencias, entre otras. Por ejemplo, la

búsqueda de una filosofía universalmente válida para la humanidad, es un ejemplo de un

meta relato de la modernidad. Por supuesto, ante la emergencia de nuevas culturas y

contextos sociales distintos, la posibilidad de construir un pensamiento universalmente

válido para todos los contextos entra en crisis. En este contexto, Lyotard afirma que, a

partir de la condición postmoderna que hemos adoptado, hemos perdido la capacidad de

creer en los meta relatos. Luego, los meta relatos que habían tenido la función de legitimar

a las instituciones sociales, los valores éticos y en últimas, la verdad, han perdido toda

credibilidad. Y ahora, ¿cómo legitimamos todos nuestros productos sociales si no

disponemos de meta relatos? Para Lyotard la respuesta está en el pensamiento del segundo

Wittgenstein, quien analiza cómo el lenguaje se pone en escena a partir de pequeñas formas

de vida o subgrupos en donde se establecen reglas de conducta lingüística a partir de


formas de vida concretas. Si hemos rechazado las grandes narrativas, lo que debemos hacer

es retroceder hacia las pequeñas narraciones. Ya no se trata de dar crédito total a un

conjunto de teorías, ideas, o verdades, con la función aparente de prescribir el

comportamiento en todos los aspectos de la vida. Más bien, tenemos un montón de

pequeños contextos, de formas de vida, en los cuales encontramos reglas, códigos, o ideas,

en los cuales se dan los marcos de legitimación. En el marco de la posmodernidad, la

pretensión de universalidad y de conocimiento absoluto se diluye; ahora, lo que interesa, es

que el conocimiento sea útil, en un contexto determinado donde se desarrolla, legitima o

desecha. La postmodernidad, supone entonces la crisis de la universalización. La vida

humana debe ser comprendida entonces a partir de los contextos particulares en los que se

desenvuelve. Por ejemplo, en el ámbito social, la vida y las creencias son leídas de

múltiples maneras, determinadas por el contexto donde se desarrollan e incluso, podríamos

afirmar, que hay tantas formas de ver el mundo como culturas y creencias en el planeta.

Por lo tanto, lo que legitima el conocimiento en la posmodernidad es su carácter pragmático

y útil en un contexto determinado. Este criterio, que llamaremos performatividad,

constituye para Lyotard la base del pensamiento y de la acción. Luego, en una sociedad

caracterizada por la economía de la información, el conocimiento es legitimado por su

capacidad para ser eficaz, para reducir al mínimo el costo requerido para la tarea y a la vez

maximizar los resultados deseados. Actualmente, el conocimiento y la toma de decisiones

ya no se basan en principios abstractos, sino en lo efectivo, que es a la consecución de los

resultados deseados.

La globalización como agotamiento de la categoría estado-nación En el marco de la

modernidad, los estudios de las ciencias sociales adoptaron una dependencia del concepto
de Estado-Nación. Los estudios acerca de las identidades, las culturas y las distintas

sociedades, tomaron el marco comprensivo del Estado para hablar de culturas nacionales e

identidades nacionales. Sin embargo, una de las consecuencias más determinantes de la

posmodernidad y la globalización, ha sido precisamente el agotamiento de la categoría

Estado-Nación como marco de los estudios en las ciencias sociales. Se ha generado el reto

epistemológico de desarrollar un nuevo marco teórico para delimitar el espacio social.

Dicho problema se ha vislumbrado una vez diversos fenómenos han quebrado el modelo de

sociedad nacional-estatal, que antaño contenía todo el conjunto de prácticas sociales como

el mercado, la producción, la cultura, la historia, la educación, etc. La globalización, ha

dado lugar a lo que Beck (1998) llama espacios transnacionales, pues quiebran las

delimitaciones tradicionalmente concebidas del espacio social de acción. Se trata de

espacios que surgen de la avalancha de migraciones a nivel mundial, del auge del sistema

capitalista, de la entrada en escena de las organizaciones transnacionales, de la

globalización de las culturas locales, e incluso el auge de movimientos de carácter

cosmopolita que exceden las fronteras estatales. La característica común de estos espacios

transnacionales es que no se encuentran en un lugar espacial concreto. En ellos la sociedad

rompe los vínculos tradicionales con el espacio para estar aquí y allá, dando origen a

espacios sociales entre naciones sin una ubicación específica.

¿Qué tipo de fenómenos ha suscitado la aparición de estos espacios transnacionales? La

discusión es abordada por Beck (1998), reconociendo dos explicaciones de lo que

llamaríamos globalización: la preeminencia de una lógica netamente economicista y las

explicaciones multicausales que reconocen en la globalización un fenómeno resultante de

procesos sumamente complejos, irreductibles a una única categoría. Immanuel Wallerstein


(1979), a través del concepto de sistema mundial, quiebra por completo la categoría de

Estado Nación para explicar fenómenos sociales, políticos y económicos. Según este autor,

el auge del sistema capitalista ha eliminado el aislamiento de las sociedades y nos ha

introducido en una única translocalización dominada por las lógicas de la producción, es

decir, por el mercado. Adicional a esto, autores como Roseau, han reconocido que el paso

de un modelo estado céntrico a una especie de poder poli céntrico. Este proceso, ha

aumentado la posibilidad de que surjan nuevos actores sociales, políticos y económicos. Es

decir, actores como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la Iglesia

católica, las industrias multinacionales, los carteles organizados del crimen, entre otros,

tienen un campo de acción más allá de las fronteras de los Estados, pues lo hacen en la

medida que inciden o afectan problemáticas o realidades que sobrepasan las fronteras

nacionales (la pobreza, las drogas, la crisis del agua, entre otras). Ahora bien, lo anterior no

significa que las identidades y culturas entren en un proceso de homogenización de carácter

global, en el cual se disuelva la singularidad y la importancia de lo local. La

transnacionalización, antes que llevar a que converjan la multiplicidad de contenidos y

símbolos culturales hacia la univocidad, posee una dialéctica propia que exalta lo local,

llevándolo hacia un escenario global. En resumen, la dialéctica de las relaciones

económicas del mercado a nivel global, antes que anular la localidad de cada forma de vida

y cultura, exalta y se adapta a dicha localidad. En ese sentido se abren también escenarios y

posibilidades para actores locales que se fugan de las fronteras estatales. Por último, es

importante señalar una distinción entre el concepto de transnacionalización y

mundialización. El factor que permite la diferenciación entre los conceptos mencionados

está precisamente en el papel que va a representar en cada una de estas conceptualizaciones

el Estado-Nación. Desde la perspectiva de Wallerstein, la globalización, es inevitable; más


que estar regido por los procesos de desregulación de mercados efectuados por cada Estado,

se trata de una dinámica supraestatal que se impone desde la lógica del capitalismo. Por

otra parte, la transnacionalización hará énfasis en la ampliación del campo social, sin que

ello signifique la ausencia del Estado-Nación ni mucho menos su desaparición.

La transnacionalización, como concepto que pretende explicar la globalización desde

diversos aspectos, señala una dialéctica, un cambio, entre lo local y lo global, entre el aquí

y el allá, que en vez de homogeneizar el mundo abre el espacio para el reconocimiento de la

diferencia. Para concluir, podemos afirmar que la posmodernidad y la globalización, han

abierto las puertas a un sin fin de posibilidades al conocimiento, sacándolo de sus cánones

tradicionales modernos positivistas, llevándolo a un mundo de múltiples verdades y el

reconocimiento de diversas interpretaciones y posturas alrededor de un mismo fenómeno

social. Además, a pesar del intento de la globalización por imponer un sistema de creencias

sobre otro, particularmente la visión occidental del mundo, lo que ha permitido es el auge y

flujo de múltiples visiones de mundo, lo cual, supone el reto, como científicos sociales, de

abrir espacios de dialogo y reflexión que permitan su reconocimiento en múltiples

contextos sociales. los retos del científico social, no son menores, es más, suponen el

desarrollo de habilidades, destrezas y discusiones de carácter epistemológico, como, tal

vez, nunca antes en la historia de la humanidad. Lyotard, J. B. (1984). La condición

posmoderna, Eki. Catedra, Madrid, 115. Wallerstein, I. M. (1979). El moderno sistema

mundial: la agricultura capitalista y los orígenes de la economía europea en el siglo XVI.

Siglo Veintiuno. (HERLY)

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