I.
ANTECEDENTES DE LA JUSTIFICACIÓN EN EL PENSAMIENTO PAULINO
Aspectos semánticos hebreos
El vocabulario paulino proviene directamente de la LXX, de la raíz S D Q, cuyo uso primario se
sitúa en el ámbito de la vida socioforense. Raiz que apunta a una conducta que satisface las
exigencias que resultan de las relaciones en que uno se encuentra comprometido, que generan
alguna forma de "comunidad", y que cada una de esas relaciones lleva consigo sus propias y
especificas exigencias. El verbo de esta raíz, en su forma "Qal" (simple o básica), "sadaq", significa
"actuar conforme a las exigencias del papel que a uno le corresponde dentro de un determinado
régimen de relaciones"1.
Los sustantivos "sédeq" y "sedaqah2" (masculino y femenino, respectivamente), traducidos ambos
como dikaiosyne por la LXX, tienen entre si limites poco discernibles; sin embargo, el masculino
(quizá por su mayor brevedad) se usa sobre todo como complemento de un "nomen regens" en
"estado construido", por lo cual equivale en la práctica al adjetivo "justo/a"; en cambio, el
femenino conserva por regla general su valor de sustantivo con el significado de
"acción/conducta/actitud que corresponde a las exigencias de la comunidad a la que uno
pertenece".
Con frecuencia les tocaba a los jueces decidir quién había actuado de acuerdo con las exigencias
comunitarias. Para expresar la acción forense mediante la cual el juez "le daba la razón" a uno de
los contendientes, se usaba la forma verbal "Hifil" (causativa, "hisdiq", traducida en la LXX con el
verbo dikaioun. Quien en un juicio había logrado un veredicto favorable era llamado, con un
sustantivo "deverbal", "saddiq", traducido en la LXX como dikaios; la misma denominación se le
daba, también, al juez que efectivamente vindicada a los oprimidos o acusados injustamente. Ya
que "saddiq" (dikaios) era, en lo concreto, quien había ganado un pleito, se produjo un
deslizamiento semántico de algunos términos de la raíz S D Q hacia la idea de "ganar", no siendo
siempre fácil decidir si la traducción adecuada, en un determinado contexto, es, por ejemplo,
"justo" o "triunfador", "justicia" o "victoria". Cabe señalar, a manera de complemento, que se
relacionan con el significado de S D Q otras raíces, como Y SH R (idea de rectitud), T M M (idea de
perfección) y, sobre todo, SH P T (idea de ayudar a alguien a obtener su derecho), de donde vienen
"shofet" (juez) y "mishpat" (juicio, sentencia). Pero el parentesco más importante es el que tienen
1
A. BONORA, “Justicia”, Nuevo Diccionario de Teología Bíblica, Madrid 1990, P. 980-981
2
CASCIARO, VEGAZO Justicia en la Sagrada Escritura Gran Enciclopedia RIALP, 1986, Tomo XIII, p. 679.
con "sedaqah" los sustantivos "emet" (o "cmunah) y "hésed" 3, con las ideas, respectivamente, de
firmeza/constancia/fidelidad, y de solidaridad, actitudes referidas siempre a quienes están ligados
por un vínculo social (por una "berít", o "alianza").
Usos teológicos del vocabulario centrado en S D Q
El tema surge del afán de reivindicar la justicia de Dios en su acción y providencia sobre el mundo,
la historia y la vida humana: justicia puesta en cuestión por la existencia del mal y sobre todo por el
sufrimiento de los inocentes. El "locus classicus" para el uso en función de este problema lo
proporciona el salmo 51 (LXX, 50), 5-6, donde el salmista, tenido por todos como intachable, al
verse aquejado por una enfermedad que podía llevar a los demás a acusar de injusto a Dios,
reconoce públicamente haber pecado contra Dios, y sólo contra Dios; y le dice a Dios que hace esta
confesión "para que tú (Dios) seas justificado en lo que has hecho y venzas al ser juzgado 4" (LXX:
hópos an dikaio the(i)s en tois lógois sou, kai nikese(i)s en to(i) krínesthai se).
El otro ámbito teológico es el de la "justificación" del hombre ante Dios. En un régimen religioso
concebía las relaciones con Dios en el marco de una "alianza" 5. En este ámbito, aparece usado con
tres matices diferentes, cuya secuencia no es estrictamente cronológica:
a) El matiz "cúltico-forense": determinado por la existencia en los santuarios de una "instancia
divina" de juicio, a la que se recurría en determinadas circunstancias. El "veredicto de Dios" era
dado a través de un "oráculo" dictado por algún miembro del personal sacerdotal o profético del
santuario; los "oráculos proféticos" surgían de inspiración carismática subjetiva, mientras que los
"oráculos sacerdotales" se basaban en la observación e interpretación de fenómenos objetivos
(sobre todo la suerte de los "dados sagrados": Urim y Tummim). En este contexto, "justo" era
quien había recibido un oráculo absolutorio (cf. 1 Re 8, 31-32, y sobre todo los salmos de "acusado
injustamente": 5, 7, 17, etc.).
b) El matiz ético. Aquí, "justo": es el que tiene una conducta apta para ser aprobada por Dios en su
juicio, es decir, una conducta ajustada a los requerimientos de Dios. Naturalmente, ésta era una
apreciación que, en lo concreto, quedaba entregada, durante el tiempo histórico, a la opinión de
los "espectadores", si es que no a la del mismo interesado ...
3
SEEBAS, H. Justicia en Diccionario Teológico del Nuevo Testamento 1990 Vol. I, pág. 794
4
Ibid. p. 794
5
VERKINDÈRE, GÉRARD, La Justicia en e l Antiguo Testamento (Cuaderno Bíblico 105(2001)), pág. 53
c) Matiz "escatológico-forense": Bultmann: "Cuanto más determinada se vio la piedad del
judaísmo por la escatología, cuanto más esperó el justo la sentencia justificante del juicio
escatológico de Dios, tanto más escatológico fue el concepto forense de la justicia"
II. LA “JUSTICIA” EN EL NUEVO TESTAMENTO FUERA DE LOS ESCRITOS DE SAN PABLO
La idea dominante de Justicia en el Antiguo Testamento va a ser reinterpretada a partir de Cristo,
sobre todo, por la obra de Pablo. A sus escritos se debe hacer referencia para ver el significado de
la ―justicia de Dios y su correlato a la ―justificación de la persona. Hay un amplio acuerdo en
señalar que el concepto de justicia de Dios y de la justificación tiene, en ciertos aspectos, su
origen veterotestamentario, en una cierta estructura forense. Pero no podemos interpretar a
Pablo sólo a partir de estas categorías. No se trata de que Dios reconozca a alguien como justo
según lo que se haya hecho o dejado de hacer, sino que justifica al que cree en Jesús. En el Nuevo
Testamento este grupo de palabras presenta sentidos muy dispares; en cuanto al lugar y a la
frecuencia con que aparece cada término, podemos decir que solamente el adjetivo ―justificació
(en griego, dikaíōsis) se encuentra en los escritos neotestamentarios y con máxima frecuencia en
Mateo y Pablo (17 veces en cada uno); mientras que los demás vocablos (justicia, justo, justificar,
precepto y justificación, derivan del sustantivo díkē), pertenecen por lo general, al léxico paulino,
y de un modo especial en Rom.
En los evangelios
Las afirmaciones sobre justicia son propiamente el fundamento de la predicación que aparece en
Mateo. Por eso, ―para cumplir toda justicia (Mt. 3,15), Jesús se sometió al bautismo de Juan. Por
eso son bienaventurados lo que tienen hambre y sed de justicia (Mt. 5, 6); pues ellos son los únicos
que serán justificados por Dios, tanto si son fieles a la ley (Mt. 1,19) como si no. Como
consecuencia de esta justicia, Jesús se dirigía especialmente a los pecadores, no a los justos (Mt.
9,13; cfr. Mc. 2,17), que creían que no necesitarla. Según Mateo, está claro que él no pone en tela
de juicio a estos últimos (en el sentido del cumplimiento de la ley); pues, al igual que la tradición
rabínica, el habla de justos ejemplares de Israel. El conflicto con los escribas y con los fariseos, que
creían andar en el camino de la justicia (Mt. 23,27ss) 6, surgió, ante todo, porque estos no
entendían su justicia como un don gratuito de Dios, por lo cual no se sometían al bautismo de Juan
(Mt. 21,32); ellos se quejaban de que Dios llamase a alguien por su beneplácito y prescindiendo de
sus justos merecimientos (Mt. 20, 1-3). Y, mientras que para ellos se trataba siempre de una
6
BASEVI C, “Introducción a los escritos de san Pablo su vida y su teología” PALABRA, Madrid 2012. p. 252
delimitación entre las personas justas y las que no lo son. Jesús no quiere establecer aún una
separación entre buenos y malos (Mt. 13,49), sino que reserva esta decisión al juicio de Dios 7.
En el evangelio de Mateo aparece la noción de la justicia en relación con el reino de Dios (cfr. Mt.
6,33); se presupone la gracia del reino, base de la justicia que el hombre ha de conseguir 8, esta
noción de justicia se refleja en la mayoría de los evangelios, la justicia por el reino. ―Si su justicia
no sobrepasa la de los letrados y fariseos, no entrarán en el reino de Dios (Mt. 5, 20) 9.
En el evangelio de Lucas se alude especialmente a los judíos piadosos, dikaioi, en relación a la
persona de Jesús (Lc. 1,6: Zacarías e Isabel; 2,25: Simeón; 23,50: José de Arimatea), junto a los
cuales se cita al centurión romano (Lc. 23,47) 10.
El evangelio de Juan emplea el término dikaiosýnē únicamente en un giro significativo: el Paráclito
(intercesor) argüirá al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Jn. 16, 8). La justicia sólo viene del
Padre y está en él11.
a) En Hechos de los Apóstoles.
El término “justicia” tiene lugar en un discurso de Pedro (10,35) y otro de Pablo (17,31). La
expresión que aparece en 10,35 está muy cerca de la comprensión del judaísmo contemporáneo.
El discurso de Pedro está situado en casa de Cornelio en Cesarea Marítima. Se trata de un discurso
misionero o “kerigmático”, como los dirigidos por este mismo apóstol a los judíos, sólo que ahora
el destinatario es un pagano, simpatizante del judaísmo o “temeroso de Dios”. Es el comienzo del
testimonio apostólico dado a los gentiles sin insistir en la obligación de observar la ley mosaica.
Queda así formalmente inaugurada la misión a los gentiles, tema de gran importancia en la
teología lucana. Pedro toma la palabra y la primera frase que pronuncia es ya sintomática: Dios no
hace distinción de personas12. Quiere decir que Dios no sólo favorece a los judíos, sino que tiene en
cuenta a todos los que lo reconocen. Pedro añade: es aceptable para Dios, en todas las naciones,
quien le teme y practica la justicia. El énfasis recae en la frase “en cualquier nación” y en “practicar
7
SEEBAS, H. Justicia en Diccionario Teológico del Nuevo Testamento (1990) Vol. I, pág. 794
8
LADARIA L, Teología del pecado original y de la gracia, BAC, 2001, Madrid, pág. 189
9
. SEEBAS, H. Op. Cit. Pág. 795
10
Ibíd. Pág. 795
11
bíd. Pág. 796
12
Literalmente se traduce como: no “levanta el rostro de alguien”, “no es parcial”. Lv 19,15
la justicia”. La argumentación de Pedro se basa en la fidelidad y rectitud que Dios espera de todos y
cada uno cuando se presenta como juez. Exige a todos el cumplimiento de su voluntad; por eso
ante él, tan justo es el pagano que vive en la rectitud, como el judío fiel. Sin embargo, este pasaje
puede suponer que el cumplimiento de la ley también es posible para el no judío, lo que constituye
un principio judeocristiano.