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Reseñas
Tomás de Aquino, Comentario al Libro de los Salmos, trad. y notas
C. A. Casanova, CET-RiL Editores, Santiago de Chile 2016, ISBN
978-956-01-0306-2, 478 p.
El interés por los comentarios bíblicos de santo Tomás, que se ha incremen-
tado notablemente en los últimos años (basta mencionar las traducciones
francesas, inglesas, italianas y polacas), se inscribe en la clara consciencia
de que el interpretar la Sagrada Escritura era una tarea fundamental para el
teólogo medieval, llamado magister in Sacra Pagina. En la tríada de las obli-
gaciones de un maestro medieval, legere-disputare-praedicare, cada una de
ellas tenía que ver con el texto escriturístico: leído, debatido su significado y
luego proclamado o contemplado como palabra viva. En los comentarios en-
contramos a Santo Tomás en su labor diaria en la universidad y, aunque sus
escritos bíblicos durante siglos han permanecido en la sombra de las Sumas,
sin embargo merecen la atención por varios motivos. Uno de ellos es la her-
menéutica bíblica que, fiel a la tradición patrística, establece relaciones entre
el sentido literal y el espiritual, tratando el primero como fundamento del
otro. La técnica exegética del Aquinate –con su enfoque en la división del
texto, precisión terminológica, atención al modo de hablar, contexto etc.– se
caracteriza por su magnífico equilibrio entre “análisis” y “síntesis”. Por otro
lado, los comentarios ofrecen temas principales de teología y filosofía que
arrojan luz sobre los tratados sistemáticos en los que solo se menciona a veces
una cita bíblica. Con esta “vuelta a la exegesis tomista” estamos recobrando
más que una parte de su herencia: entendemos mejor su método de sacra
doctrina y podemos entender mejor la Suma [teológica].
En esta perspectiva hay que valorar el libro publicado por el Centro de Es-
tudios Tomistas de la Universidad “Santo Tomás” en Santiago de Chile, que
ofrece en versión bilingüe la traducción española del comentario del Aqui-
nate al libro de los Salmos, en concreto a los salmos 16 al 27. El traductor,
Carlos A. Casanova, no solo tradujo el texto latino, editado y revisado por
Enrique Alarcón, sino que ofreció una serie de notas a pie de página que
facilitan la lectura, explicando los términos y esbozando las cuestiones his-
tóricas. Es de notar el cuidado que caracteriza esta traducción, que refleja
muy acertadamente la estructura de un comentario escolástico, en el que la
manera de citar otros pasajes bíblicos no sirve como mera confirmación de
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una tesis teológica, sino que abre a la posterior profundización. Tomás lee
la Biblia de manera “holística”, convencido de la unidad de la Escritura. Por
eso, cuando un pasaje resulta oscuro, el exégeta “llama” otro, ganando así una
mejor explicación del texto. Este marco hermenéutico tomista es importante
para comprender una serie de actuaciones y técnicas de interpretación.
Como el comentario del Aquinate a los Salmos pertenece al grupo de es-
critos que se suele denominar reportatio, es decir, proviene de las notas re-
cogidas por el secretario personal de un maestro, esto significa que con este
texto tenemos un acceso al ambiente de las clases de santo Tomás en la época
final de su vida. Como indican la mayoría de los investigadores, la exposición
de los Salmos es fruto de su enseñanza en Nápoles, unos meses antes de su
muerte, y, por este motivo, queda inacabada.
El segundo tomo de Carlos Casanova ofrece la interpretación de este grupo
de los salmos que han marcado la teología y espiritualidad cristiana. Merece
la pena destacar el salmo 21 (22), que trae consigo una carga cristológica
enorme por ser el salmo cuyo fragmento recita Cristo en la Cruz. Santo To-
más interpreta este salmo en clave cristológica, convencido de que literal-
mente trata de Cristo y su Pasión. El lector encontrará también en muchos
pasajes del comentario la resonancia con la idea agustiniana del Christus
totus, pues se entiende algunas frases sálmicas como expresadas en nombre
del Cristo mismo (como cabeza de la Iglesia), y otras como referidas a los
miembros del Cuerpo Místico, con los que Cristo se identifica. Es un tipo
de exégesis que el mismo Aquinate denomina secundum mysterium y que
permite penetrar más en su teología. Por otro lado, puede ser muy útil pres-
tar atención al modo como explica santo Tomás los pasajes de los Salmos
que tradicionalmente provocaban las dificultades a la hora de interpretar
algunas de sus expresiones, como las que suenan como deseo del mal por
parte de Dios. Lo que el Aquinate con maestría transmite es una integración
hermenéutica que no se deja seducir por la fácil apariencia o el sonido super-
ficial, sino que lo completa con una seria reflexión filosófica sobre Dios para
comprender mejor el significado. Llama la atención su apertura hacia otras
interpretaciones del texto, su constante referencia a otras posibles variantes
(se apoya en tres diferentes traducciones del libro de los Salmos) junto con
su conocimiento de las exposiciones de los Padres de la Iglesia –todo esto
muestra su intento de enriquecer al lector con una perspectiva profunda y, al
mismo tiempo, rigurosa científicamente. Siendo una exegesis universitaria,
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ofrece una manera cuidadosa de tratar el texto bíblico para comprender su
significado. Prácticamente cada uno los salmos ofrece un abanico de cuestio-
nes importantes para la fe cristiana, la vida moral y la visión antropológica.
De forma especial en esta parte del comentario aparecen las cuestiones re-
lacionadas con el misterio de la Iglesia. Sorprende la capacidad de Tomás y
su constancia en el método, finura en utilizar las herramientas heurísticas y
respeto al lector, cuyo provecho espiritual es muy importante para él.
Estamos ante una traducción de Carlos Casanova que permite adentrarse a
los grandes temas teológicos y filosóficos de santo Tomás y consigue mante-
ner fielmente el carácter, estructura y ritmo de la exposición tomasiana, lo
cual no siempre es fácil. A veces interviene en la traducción un intento de
aclarar demasiado el texto, introduciendo más que lo la fuente transmite y
dejando así una huella emocional en el texto traducido. No es el caso de la
traducción del profesor Casanova: su rigurosidad y compresión del pensa-
miento tomista, fruto de años de estudio, hacen de este libro una fiel repre-
sentación del estilo exegético del Aquinate.
Piotr Roszak
Universidad “Nicolás Copérnico” en Toruń, Polonia.