MONICIONES Y PRECES PARA EL DOMINGO DE
PENTECOSTÉS
MONICIÓN DE ENTRADA
Hoy domingo pasados cincuenta días de la celebración del domingo de
la Resurrección culminamos fiestas pascuales con la solemnidad de
Pentecostés, en la que celebramos que Cristo resucitado y ascendido al
cielo nos ha dado su Espíritu; el Espíritu Santo que los profetas
anunciaron y que el Señor Jesús prometió a sus discípulos. Abramos
nuestros corazones a la acción del Espíritu Santo para que inspire
nuestra oración y nos haga celebrar con los hermanos el sacramento de
nuestra salvación.
ASPERSIÓN DEL AGUA
Al empezar la celebración de la Eucaristía, recordemos por medio de la
aspersión con el agua bendita aquel primer día en que empezamos a
ser cristianos: el día de nuestro Bautismo, cuando sobre nosotros fue
derramada el agua de la vida nueva y el Espíritu de Dios se unió para
siempre a nuestro espíritu.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
A) CUANDO SE HACE UNA PARA TODAS LAS LECTURAS
La Palabra que va a ser anunciada, por la acción del Espíritu Santo,
congrega al pueblo de Cristo y le envía evangelizar, bendiciendo la
bondad y grandeza de Dios. Reconozcamos, por la acción del Espíritu
Santo, la presencia de Cristo en el misterio de la Palabra proclamada.
B) A CADA UNA DE LAS LECTURAS
Monición a la primera lectura y al Salmo
El pueblo judío celebraba la Alianza del Sinaí en la fiesta de
Pentecostés. Esta alianza se ha renovado en la sangre de Cristo que
por la acción del Espíritu ha congregado el nuevo pueblo de Dios.
Como miembros de ese pueblo escuchemos la palabra divina y
pidamos una efusión del Espíritu para renovar todas las cosas.
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Monición a la segunda lectura
a) Cuando se proclama la lectura de Cor 12. 3b. 12-13
La Palabra que proclamamos por la fuerza del Espíritu Santo nos hace
reconocer al salvador y señor de la vida: “Jesús”. Escuchemos la voz
del Padre que obra el bien en todos y nos hace ser miembros de su
pueblo.
b) Cuando se proclama la lectura de Rom 8, 8-17.
Como cristianos no sólo escuchamos las enseñanzas de los profetas y
de los apóstoles, que se narran en las Sagradas Escrituras, anunciadas
en la Iglesia. Y no sólo escuchamos la vida de Jesús en el Evangelio,
también por la fuerza del Espíritu Santo, estas palabras escuchadas,
nos hacen obrar el bien.
ORACIÓN UNIVERSAL DE LOS FIELES
Sabiendo que es Espíritu Santo es quien nos inspira lo que hemos de
pedir, elevemos ahora nuestras súplicas a Dios Padre por las
necesidades de la Iglesia y de toda la humanidad.
1. Por la santa Iglesia; para que impulsada por el Espíritu Santo,
anuncie el Evangelio de la alegría a los hombres. Roguemos al
Señor.
2. Por las vocaciones; para que el Espíritu Santo suscite en el seno
de la Iglesia vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras que
den fe de la salvación universal. Roguemos al Señor.
3. Por los fieles laicos que forman parte de los diversos movimientos
eclesiales; para que sean luz de Cristo en medio del mundo y de
los diferentes ambientes sociales. Roguemos al Señor.
4. Por los que trabajan por la paz y la concordia entre las naciones;
para que consigan reunir a toda la humanidad en una sola familia
y se desaparezcan los odios y enfrentamientos. Roguemos al
Señor.
5. Por nosotros y por nuestros familiares y amigos; para que la fuerza
del Espíritu Santo nos haga crecer todos en la fe y en la unidad.
Roguemos al Señor.
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Dios todopoderoso y eterno, que has derramado tu Espíritu sobre los
hombres, escucha las oraciones de tu Iglesia para que los pueblos,
dispersos por la división de las lenguas, lleguen finalmente a la unidad
en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo nuestro Señor.
PRESENTACIÓN DE DONES: DE LA PALABRA A LA EUCARISTÍA
Llevamos al altar pan, vino y agua, frutos de la tierra y del trabajo de los
hombres que serán renovados en una nueva efusión del Espíritu para
hacernos ser el Cuerpo de Cristo.
ACCIÓN DE GRACIAS
Por el amor de tu Espíritu derramado en nuestros corazones ¡Te
bendecimos, Señor!
R/ Gloria a ti, Padre, misericordioso
Por la unidad de tu Espíritu, en tu Iglesia, ¡Te bendecimos, Señor!
R/ Gloria a ti, Padre, misericordioso
Por la verdad en la libertad, de tu Espíritu, ¡Te bendecimos, Señor!
R/ Gloria a tí, Padre, misericordioso
Por el gozo y la paz de tu Espíritu,
¡Te bendecimos, Señor!
R/ Gloria a ti, Padre, misericordioso