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Literatura Española en la Edad Media

Este documento resume el contexto histórico, social y cultural de la literatura española de la Edad Media. Durante este período convivieron tres culturas principales - andalusí, judía y cristiana - que contribuyeron al desarrollo de la literatura. La poesía lírica de este período incluyó las jarchas y la lírica popular anónima. La poesía narrativa más destacada fue el Poema de Mío Cid, escrito en el siglo XII y considerado la primera gran obra maestra de la literatura española.

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Literatura Española en la Edad Media

Este documento resume el contexto histórico, social y cultural de la literatura española de la Edad Media. Durante este período convivieron tres culturas principales - andalusí, judía y cristiana - que contribuyeron al desarrollo de la literatura. La poesía lírica de este período incluyó las jarchas y la lírica popular anónima. La poesía narrativa más destacada fue el Poema de Mío Cid, escrito en el siglo XII y considerado la primera gran obra maestra de la literatura española.

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LITERATURA ESPAÑOLA EN LA EDAD MEDIA

1.-CONTEXTO HISTÓRICO, SOCIAL Y CULTURAL

Como periodo histórico la Edad Media dura unos diez siglos (del V al XV). Pero el periodo histórico y el literario no coinciden
exactamente. En España, durante mucho tiempo se venía considerando el punto de arranque de nuestra literatura el año 1140, fecha
aproximada de la redacción del Poema de Mío Cid. Pero el descubrimiento de unas cancioncillas mozárabes (Jarchas) nos ha
permitido conocer que nuestra literatura comenzó mucho antes.

 Contexto socio-cultural

El ambiente bélico (Reconquista y las Cruzadas) en la Edad Media condiciona la estructura social, en la que la nobleza alcanza un
gran poder económico y político. La sociedad estaba establecida sobre la base de tres órdenes fuertemente jerarquizados: los
defensores (nobles que dirigen la guerra), los oradores (clérigos), y los labradores.

 Los defensores (el rey, los nobles y los caballeros) se ocupan de la lucha contra los invasores musulmanes y de la
defensa de los débiles e indefensos. El rey y los nobles poseen las tierras y dominan a quienes viven en ellas. El rey, en un
principio, es un noble más; por ello, son frecuentes los enfrentamientos militares entre monarquía y nobles en general.

 Los oradores (el clero) son los encargados de difundir y mantener los ideales cristianos, enseñar el cultivo de la tierra, y
atesorar y difundir la cultura. El clero difunde la idea de que la vida y los sufrimientos son una prueba que el ser humano ha
de soportar para lograr la salvación eterna.

 Los labradores (el pueblo) viven en su mayor parte en zonas rurales, trabajan la tierra y entregan una gran parte de la
cosecha a los propietarios de ésta, los señores feudales (rey, nobles o clero); poco a poco se van incorporando a las
ciudades. Con el crecimiento e importancia de las ciudades, surgen la burguesía y los gremios artesanales (siglo XIV).

Esta organización social, que llega hasta finales del XIV, tenía un marcado carácter religioso; es decir, cada individuo acepta su
condición como impuesta por Dios y nada puede igualar a unos y a otros sino la Muerte. Sin embargo, a medida que nos acercamos
al final de la Edad Media se van produciendo conflictos sociales y la sociedad se hace más variada y compleja.

Durante la Edad Media conviven en la Península tres grandes culturas: andalusí, judía y cristiana.

 Cultura andalusí. En las escuelas musulmanas se traducen al árabe obras científicas y médicas del mundo antiguo griego, del
indio, del persa o del chino.

 Cultura judía. Los judíos viven en la zona de dominio musulmán y en la zona cristiana. Colaboran en la traducción de las grandes
obras del saber.

 Cultura cristiana. Se produce en tres importantes focos de producción y difusión:

- La Iglesia. Los monasterios se convierten en los centros culturales por excelencia. En ellos los monjes copistas reproducen y
comentan textos clásicos y sagrados. Es una cultura fuertemente teocéntrica.

- Los juglares, que en su repertorio incluyen poemas épicos acerca del pasado histórico o legendario de España.

- La corte, a raíz de la acción cultural de Alfonso X (siglo XIII).

Por otra parte, el fervor religioso que caracteriza esta época se refleja en las peregrinaciones a Santiago de Compostela, lo cual
supuso un medio importante de intercambio cultural con Europa.

Por último, el pueblo canta también canciones líricas de amor, de trabajo, de fiesta etc.

Dos tipos de poesía se cultivan: la lírica (popular y culta) y la narrativa (popular y culta).
 Características generales de la literatura medieval

 La importancia de la transmisión oral: Gran parte de la literatura se difundía mediante la recitación, dado que la población era
analfabeta en su mayoría.

 El carácter anónimo de sus autores: Al principio, sobre todo, la literatura surge de la colectividad y luego va siendo modificada
por los juglares o quienes la transmiten.

 La finalidad didáctica o moralizante: La influencia religiosa determina que, en muchos casos, la literatura se utilice para influir
en los oyentes. Otras veces, la literatura sirve de propaganda de los valores de un rey o de un pueblo, como ocurrirá con los cantares
de gesta.

 El uso del verso: Hasta bien entrada la Edad Media (siglo XIV), el verso será el modo usual de escribir, dada su facilidad para la
recitación.

2.- LA POESÍA LÍRICA: LAS JARCHAS Y LA LÍRICA POPULAR

La poesía lírica surge como algo natural en la vida de los pueblos, porque está ligada al canto. Por tanto, es anónima y colectiva y se
transmite de forma oral de generación en generación desde tiempos muy remotos. El tema más constante en las composiciones es el
amor en todas sus manifestaciones. Existen en nuestra península tres grandes núcleos líricos: arábigo-andaluz, gallego-portugués y
castellano. Los tres presentan coincidencias en el contenido (lamento por la ausencia, pérdida o tardanza del amado), en el
confidente (madre, hermanas o elementos de la naturaleza) y estructura estrófica (zéjel o pareados).

 Lírica arábigo-andaluza. Constituye la primera manifestación en cuanto a documentos escritos conservados y


corresponde a las jarchas, cancioncillas en lengua mozárabe que se incluían al final de un poema culto llamado moaxaja
(árabe o hebreo) y que servía de motivo para dicha composición. Estaban compuestas de dos a seis versos, de estructura
paralelística y de tema amoroso.

 Lírica gallego-portuguesa. Aunque en su mayoría de carácter refinado y culto, tiene en las cantigas de amigo los rasgos
de la lírica popular (paralelismos, estribillos, contenido).

 Lírica castellana. Es la más tardía y su composición más representativa es el villancico cuya temática y estructura
coincide con las anteriores.

Además de éstas, hay otros tipos de canciones tradicionales, que reflejan la riqueza temática de la lírica popular: canciones de amor,
de boda, siega, romería, de serrana, de albada.

La lírica culta de la Edad Media está escrita en gallego, normalmente de autor conocido, y tiene su origen en la poesía provenzal. Las
composiciones reciben el nombre de cantigas de amor, y en ellas los caballeros se lamentan del desdén de la amada. El poeta o
trovador adopta la posición del vasallo ante su señora (una dama casada) y recoge una serie de elementos como el amor frustrado y
encubierto, generalmente trágico, el carácter noble de los personajes y la imagen de la amada como un ser superior al que se adora y
se rinde vasallaje. Estas características dan lugar al denominado amor cortés.

3.- LA POESÍA NARRATIVA

3.1. El Mester de Juglaría: El Poema de Mio Cid.

La épica medieval se desarrolla en un contexto de guerras y hazañas militares que la comunidad social está interesada en conocer.
Al mismo tiempo, se va fraguando una identidad común y nacional vinculada al espíritu heroico. Podemos definir, por tanto, la épica
como una narración histórica en verso de las hazañas de un héroe convenientemente literaturizadas cuyo objeto esencial es la
persecución del honor a través del riesgo.

La épica heroica estaría compuesta y difundida oralmente por medio de juglares que deambulaban por la España medieval.
Posteriormente surgirían los autores que compondrían poemas épicos por escrito y los darían a juglares para su transmisión. Estas
composiciones heroicas son llamadas cantares de gesta, que tenían como objeto la vida de personajes importantes, sucesos notables
o acontecimientos de la vida nacional que merecieran ser difundidos. Estaban destinados al canto o la recitación y no a la lectura y
compuestos en un lenguaje sencillo.

Los autores de gran parte de la épica fueron los propios juglares y, aunque gozaban de gran libertad a la hora de componer,
respetaban una serie de normas y rasgos propios del género que nos permiten hablar de la escuela del mester de juglaría.

Las características generales de la épica castellana serían las siguientes:

 Anonimia. Pertenece a la colectividad.

 Realismo o historicidad. Los datos históricos dan verosimilitud artística al texto.

 Tradicionalidad. Los temas tratados han perdurado en el tiempo.

Los rasgos formales:

 Rima asonante. Opuesta a la consonante francesa.

 Metro irregular o anisosilábico. No hay estrofas sino tiradas o series de versos de entre 12 (dodecasílabos) a 16
(hexadecasílabos) sílabas, que comparten la misma rima asonante. Por lo general, la tirada forma una unidad temática o de
acción.

 Empleo de fórmulas orales. El estilo oral formulario está formado por una serie de recursos o fórmulas lingüísticas
preestablecidas que facilitarían la composición y transmisión orales de una obra; que se repetirían constantemente a los
largo del texto y que facilitarían la tarea de composición al autor.

Los más frecuentes serían:

- Epítetos. "el buen campeador"

- Fórmulas de la voz narradora. Empleadas por el autor para dirigirse a su público con diversos fines (llamar la
atención, expresar su opinión de los hechos...).

Solo tres poemas han sido conservados: El Cantar de Mío Cid, el Cantar de las Mocedades de Rodrigo y un fragmento del
Cantar de Roncesvalles.

EL CANTAR DE MÍO CID

 Fecha y autoría. El Cantar de Mío Cid se conserva en un manuscrito de la Biblioteca Nacional copiado en el siglo XIV. Consta
de 3730 versos y desconocemos el comienzo pues falta el primer folio. Es una copia del original de 1207, escrita por Per Abbat.

 Tema y estructura. El tema central de la obra es el restablecimiento de la honra del héroe. Se ha hablado de una doble deshonra:
deshonra militar en el plano público, debida a una falsa acusación que provoca la situación de destierro; y una deshonra doméstica en
el plano familiar, que se produce con el casamiento de las hijas del Cid con los infantes de Carrión y la posterior afrenta.

En cuanto a la estructura, se acepta de forma general la propuesta de distinguir tres partes, «Cantar del destierro» (vv. 1-1086),
«Cantar de las bodas» (vv. 1087-2277), y «Cantar de la afrenta de Corpes» (2278-3730).

 Personajes. El Cid encarna las más altas virtudes caballerescas (hombría, lealtad, caballerosidad, cortesía, moderación,
religiosidad, mesura...) y está caracterizado como guerrero fiero, valiente y, al mismo tiempo, sensible, buen esposo y perfecto padre.

El rey es, indirectamente, el personaje que desencadena la acción y evoluciona a lo largo de la obra.
Los enemigos intervienen decisivamente en la deshonra y en el posterior encumbramiento del héroe. De ellos son los infantes de
Carrión los que ofrecen mayor interés. Son cobardes, carecen de madurez y dependen el uno del otro de forma siniestra.

Por otro lado, los moros contribuyen a aumentar la honra del Cid.

Doña Jimena, Doña Elvira y Doña Sol cumplen el tópico medieval de mujeres sumisas, al servicio del héroe y sin personalidad.

Por último, los acompañantes del Cid comparten el deshonor y colaboran en las acciones de recuperación de la honra. De ellos
destaca Álvar Fáñez, brazo derecho del Cid, es leal, pero también de criterio propio.

 Versificación y estilo Los 3.730 versos que componen el Poema de Mío Cid tienen como característica métrica el anisosilabismo,
es decir, sin medida fija (entre 10 y 20 sílabas), y la división interna en hemistiquios, también con un número irregular de sílabas.
Estos versos se agrupan en “tiradas” y son de rima asonante.

La lengua se caracteriza por la claridad y simplicidad.

3.2. EL MESTER DE CLERECÍA: Gonzalo de Berceo y el Arcipreste de Hita

Durante los siglos XIII y XIV comienzan a producirse cambios en la vida política y social que desembocarán en el Renacimiento.
Entre los reinos cristianos de la Península, Castilla se convierte en un centro intelectual de gran prestigio gracias a Alfonso X y a la
Escuela de Traductores de Toledo que impulsan el castellano como lengua habitual en escritos literarios y no literarios, con lo que
adquiere rango de lengua transmisora de cultura y comienza a ser utilizada por los escritores y eruditos en detrimento del latín. En
cuanto a las clases sociales, asistimos a una toma de poder, cada vez mayor, por parte de los nobles que, a cambio de posesiones
arrebatadas a pequeños campesinos, ofrecían su apoyo militar a los monarcas, quienes se veían obligados a aceptar sus condiciones.

La población rural vive una etapa de declive: le afectan las sucesivas pestes, el hambre, las guerras entre los señores… Una de las
consecuencias de esta situación es la afluencia de gentes del campo a las ciudades donde las condiciones de vida, sin ser mucho
mejores, se desarrollan entre actividades artesanales y mercantiles que desembocarán a finales del siglo XIV en cierta recuperación
económica.

Los nobles y caballeros dedicados a la guerra, y los campesinos y habitantes de las ciudades, preocupados por sus actividades
cotidianas, no tenían tiempo, posibilidades ni necesidad de acceder al mundo cultural, que estaba en manos de los clérigos, quienes
servían de enlace entre el pueblo y la tradición literaria.

El clero fue, durante siglos, depositario del “saber”. Las ocupaciones de los clérigos dentro del monasterio se dividían entre rezar,
cuidar los campos del convento y traducir, leer y copiar las obras escritas en latín, griego, hebreo, que recopilaban en los monasterios.

Sin embargo, con el retroceso del latín como lengua del pueblo y el fuerte avance del romance, comienzan a utilizarlo no sólo para
los intercambios orales sino también como lengua escrita aunque, conscientes de que se dirigen a un público iletrado, escriben sus
obras para ser leídas en voz alta, a modo de discursos y sermones, con los recursos propios de los juglares que gustaban a gente del
pueblo.

Así, frente al Mester de Juglaría, surge una escuela narrativa de carácter culto: el llamado Mester de Clerecía. Esta denominación
alude a dos conceptos: por una parte se refiere al oficio de clérigo, por otra, designa a la escuela poética y a las obras compuestas por
clérigos.

Los rasgos esenciales que definen el mester de clerecía son los siguientes:

 Autoría: obras, en general, de autor conocido (tienen conciencia de autor).

 Intención: la finalidad es enseñar y adoctrinar a través de los relatos.

 Fuentes: el saber acumulado en las bibliotecas sirve de punto de partida.

 Difusión: la obra se crea para ser leída, individual o colectivamente. Es escrita.

 Temática: religiosa y erudita.


 Métrica: estrofas de cuatro versos alejandrinos (de catorce sílabas, divididos en dos hemistiquios de siete), con una sola
rima consonante, que reciben el nombre de tetrástrofo monorrimo o cuaderna vía.

 Lenguaje literario: cuidado y selecto, con recursos más complejos (metáforas, símbolos y alegorías).

Cronológicamente el mester de clerecía se prolongó desde mediados del siglo XIII (su autor más representativo es Gonzalo de
Berceo) hasta finales del XIV( el Arcipreste de Hita) .

 Gonzalo de Berceo es el primer poeta conocido de la literatura castellana. Dedicó su vida al servicio de su orden y a la
propagación de su fe, finalidades a las que también dedicó sus esfuerzos como escritor. Por ello el tema de sus obras es
exclusivamente religioso, vidas de santos y dedicadas a la Virgen. Su obra más importante es Milagros de Nuestra
Señora, colección de veinticinco relatos en los que se cuenta un milagro realizado por la Virgen.

 Juan Ruiz, Arcipreste de Hita. La obra del Arcipreste de Hita, el Libro de Buen Amor, en pleno siglo XIV, es la
culminación del arte de clerecía. Se cree que nació en Alcalá de Henares hacia 1283 y que desempeñó el cargo eclesiástico
de arcipreste en Hita, localidad cercana a Alcalá. Los ideales son el bienestar material y los goces y placeres de la vida
cotidiana. Esta nueva mentalidad burguesa exige una visión realista de los hechos y orienta el carácter didáctico a
adoctrinar para la vida terrenal (no para la eterna) con un tono realista y satírico. En su mayor parte utiliza la cuaderna vía
en esta obra. Aunque escrita en primera persona, no es una autobiografía real, sino literaria. Juan Ruiz se presenta como
galán en una serie de aventuras amorosas que terminan en fracaso.

Estructura:

 Preliminares: oración inicial y prólogo (sermón) en prosa.

 Cuerpo: relato amoroso autobiográfico, fábulas de tradición clásica u oriental, episodio de don Melón y doña
Endrina con la participación de Trotaconventos, digresiones morales o satíricas, paisajes alegóricos (don Carnal y
doña Cuaresma)

 Final: Composiciones líricas y juglarescas (religiosas y profanas)

En su obra Juan Ruiz sigue la fórmula de clerecía: “enseñar deleitando”. La fórmula autobiográfica posibilita la enseñanza
y al mismo tiempo refleja la fuerte personalidad del autor (ironía, parodia, sátira, alusión a lo profano). Por otra parte, se
pone de manifiesto la lucha espiritual del hombre medieval entre el “loco amor” y el “buen amor”, la tensión entre el
vitalismo lleno de amor a la vida y la angustia por el temor a la muerte.

4.- LA PROSA MEDIEVAL

En España, como en toda Europa, la prosa literaria aparece más tarde que la poesía en verso. La prosa se escribía en latín, lengua
exclusiva durante mucho tiempo. Fue Alfonso X el Sabio quien otorgó al castellano la categoría de lengua adecuada para la
transmisión de la cultura y los saberes humanos. Su precedente en esta labor fue la Escuela de Traductores de Toledo. En ella se
reunían eruditos árabes, cristianos y judíos para traducir al latín las grandes obras (científicas, filosóficas) existentes en lenguas
árabes y griegas. Posteriormente, dichas obras se tradujeron también al castellano. Alfonso X se ocupó especialmente de dignificar la
lengua castellana cuidando su sintaxis, estableciendo el léxico, limando las vacilaciones y fijando la forma de las palabras. Todo en
un proceso de trabajo que él mismo supervisaba.
El género más importante de la época es el didáctico. A partir de relatos en los que participan personas, animales, personajes
fantásticos…, se presenta un caso sobre el que después se desprenderá una lección o consejo moral. Este género llega a su
culminación con don Juan Manuel y su obra más conocida: El Conde Lucanor.

En general, sus obras están escritas con un objetivo didáctico y moralizador. En El Conde Lucanor se pone de manifiesto esta
condición didáctico-moral. Consta de cinco partes, y la primera, de más interés, contiene 51 ejemplos o cuentecillos de temas
variados (fábulas griegas, parábolas bíblicas, relatos orientales…, y de propia invención). Cada uno de los 51 ejemplos presenta una
misma estructura formal:

 El conde Lucanor consulta a su ayo o preceptor Patronio sobre un asunto.

 Patronio relata una historia, un caso o un cuento que sirve de ejemplo para la situación planteada.

 Se pone en relación el tema del cuento explicado con el problema propuesto por el conde.

 Don Juan Manuel resume mediante un pareado (proverbio) la enseñanza que deseaba transmitir.

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