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Hilario de Poitiers y La Fe de Los Orien

Este documento analiza la influencia del exilio de Hilario de Poitiers en su comprensión de la fe de los obispos orientales. Explica que tras el exilio, Hilario tuvo contacto con corrientes doctrinales orientales y se reunió con obispos en sínodos, lo que le llevó a darse cuenta de que tenían más puntos en común que diferencias. El documento se centra en cómo Hilario argumentó en su obra De synodis que el credo de Ancira de 358 y la doctrina de homoiousios no diferían sustancialmente de la

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Hilario de Poitiers y La Fe de Los Orien

Este documento analiza la influencia del exilio de Hilario de Poitiers en su comprensión de la fe de los obispos orientales. Explica que tras el exilio, Hilario tuvo contacto con corrientes doctrinales orientales y se reunió con obispos en sínodos, lo que le llevó a darse cuenta de que tenían más puntos en común que diferencias. El documento se centra en cómo Hilario argumentó en su obra De synodis que el credo de Ancira de 358 y la doctrina de homoiousios no diferían sustancialmente de la

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ISIDORIANUM 30 / 2 (2021) 11-32

Hilario de Poitiers y la fe de los orientales.


Una reflexión sobre la influencia
del exilio en su comprensión de las
querellas teológicas de su tiempo
Hilary of Poitiers and the Faith of the Easterners.
Reflections on the Influence of His Exile on
His Works and on His Understanding of the
Theological Quarrels of His Time
Almudena Alba López
Universidad Nacional de Educación a Distancia. Madrid, España
[email protected]
https://orcid.org/0000-0002-6406-1262

Resumen: En el presente trabajo abor- Abstract: In this paper I will study the
damos el papel desempeñado por el exi- role played by the exile suffered by Hilary
lio padecido por Hilario de Poitiers y su of Poitiers and his relationship with the
relación con los obispos homeusianos homeousian bishops in his understand-
en su comprensión de la realidad teo- ing of the theological reality of the eastern
lógica del episcopado oriental. Su toma episcopate. His contact with the doctrinal
de contacto con las corrientes doctrinales currents with which he became familiar
con las que se familiariza durante su es- during his stay in the East and the rela-
tancia en Oriente y la relación que traba tionship he forged with the bishops in the
con los obispos en los sínodos a los que synods he attended led him to note that
asiste le llevan a constatar la existencia de they had more points in common than dif-
más puntos en común que divergencias. ferences. Focusing on the explanation he
Centrándose en la explicación ofrecida a offered to his Gallic colleagues in De syno-
sus colegas galos en De synodis de que el dis on the fact that the creed of the council
credo del concilio de Ancira de 358 y el of Ancyra of 358 and homoiousios do not
homoioúsios no difieren sustancialmente differ significantly from the understand-
de la comprensión que tienen los parti- ing of the relationship between the Father
darios del homooúsios de la relación entre and the Son held by the proponents of ho-
Padre e Hijo, aboga por un entendimien- moousios, Hilary advocates a joint under-
to conjunto contra el enemigo común. standing against a common enemy.
Palabras clave: cristología, Basilio de Keywords: Basil of Ancyra, Christology,
Ancira, Hilario de Poitiers, homeusianos, Hilary of Poitiers, Homoeouseans, An-
controversia antiarriana. ti-Arian Controversy.

ISSN: 1131-7027 ISSN-e: 2660-7743 Recibido: 25 de julio de 2021


https://doi.org/10.46543/ISID.2130.1053 Aceptado: 2 de noviembre de 2021
12 ALMUDENA ALBA LÓPEZ

Tras la muerte del emperador Constante en 350, su hermano,


Constancio II, llevó a cabo una agresiva política en materia eclesiás-
tica conducente a unificar doctrinalmente todo el Imperio y resolver,
de una vez por todas, el conflicto con Atanasio de Alejandría que lle-
vaba enquistado desde los últimos años del mandato del emperador
Constantino.1 Así, desde el concilio de Sirmio de 351 se inaugura una
frenética etapa marcada por la celebración de numerosos sínodos en
la parte Occidental del Imperio cuyo fin no era otro que eliminar, me-
diante la deposición y la condena al exilio, a todos aquellos obispos
leales al credo niceno y a la causa de Atanasio de Alejandría que no
se acomodasen a las exigencias de la política de Constancio II y de su
inmediato círculo de obispos subordinacionistas.2

1
Sobre este conflicto y otros mantenidos contra el episcopado contrario a la
injerencia de Constantino y sus sucesores en materia religiosa véase, en-
tre otros, Timothy D. BARNES, “Emperor and Bishops, A.D. 324–344: Some
Problems”, American Journal of Ancient History 3 (1978) 53-75; IDEM, Athanasius
and Constantius. Theology and Politics in the Constantinian Empire, Cambridge,
Cambridge University Press, 1993, 132; Duane W.H. ARNOLD, The Early Episcopal
Career of Athanasius of Alexandria, Notre Dame, IN, Notre Dame University Press,
1991, 126-142; Daniel WASHBURN, Banishment in the Later Roman Empire, 284-
476 CE (Routledge Studies in Ancient History), New York, Routledge, 2012, 48;
Michele GIAGNORIO, “Ideological Premises and Legal Strategies in the Turning
Point in Constantine’s Attitude towards Christian Communities” en Davide
DAINESE – Viola GHELLER (eds.), Beyond Intolerance. The Milan Meeting in AD 313
and the Evolution of Imperial Religious Policy from the Age of the Tetrarchs to Julian
the Apostate, Turnhout, Brepols, 2018, 129-150.
2
Hans C. BRENNECKE, Hilarius von Poitiers und die Bischofsopposition gegen
Konstantius II. Untersuchungen zur dritten Phase des arianischen Streites (337-361)
(Patristische Texte und Studien 26), Berlin, De Gruyter, 1988, 134-192; Charles
PIÈTRI, “La politique de Constance II: un premier ‘cesaropapisme’ ou l’imitatio
constantini?”, en Albrecht DIHLE (ed.), L’Église et l’empire au IVe siècle. Sept entretiens
suivis de discussions par Fr. Vittinghoff e.a. 31 août-3 septembre 1987, Vandœuvres-
Genève, Fondation Hardt, 1989, 113-178; Pedro BARCELÓ, Constantius II und
seine Zeit. Die Anfänge des Staatskirchentums, Stuttgart, Klett-Cotta, 2004, 46-
57; Éric FOURNIER, “Exiled Bishops in the Christian Empire: Victims of Imperial
Violence?”, en Harold A. DRAKE (ed.), Violence in Late Antiquity. Perceptions and
Practices, Farnham, Routledge, 2006, 157-166; IDEM,“Episcopal Banishment under
Constantine’s Immediate Successors: Solidifying the Pattern”, in Dirk ROHMANN
Jörg ULRICH – Margarita VALLEJO GIRVÉS (eds.), Mobility and Exile ate the End of
Antiquity, Berlin, Peter Lang, 2018, 51-67; Sonia LACONI, Costanzo II: Ritratto di un
imperatore eretico, Roma, Herder, 2004, 67-69; Steffen DIEFENBACH,“Constantius II
und die ‘Reichskirche.’ Ein Beitrag zum Verhältnis von kaiserlicher Kirchenpolitik
un politischer Integration im 4. Jh.”, Millenium 9 (2012) 59-121; Pierre MARAVAL,

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HILARIO DE POITIERS Y LA FE DE LOS ORIENTALES. UNA 13
REFLEXIÓN SOBRE LA INFLUENCIA DEL EXILIO...

Una vez superados los episodios conciliares de Sirmio (351),


Arlés (353) y Milán (355), que terminaron con importantes cambios
de titularidad en sedes occidentales clave, el exilio de figuras muy
destacadas y la extensión de la condena de Atanasio de Alejandría
en un área que, desde el concilio de Roma de 340 le había sido gene-
ralmente propicia,3 se fueron sucediendo diferentes sínodos locales
encargados de apuntalar la iniciativa de los principales concilios alu-
didos celebrados en Occidente. Dentro de esta agresiva estrategia, el
sínodo de Béziers de 356 podría haber sido concebido como una he-
rramienta más para asentar las medidas implementadas en los con-
cilios anteriores en el ámbito galo, si bien se trataron en él cuestiones
de tipo doctrinal que tuvieron consecuencias jurídicas.4 Según el tes-

Les fils de Constantin: Constantin II (337-340), Constance II (337-361), Constant


(337-350) (Biblis 126), Paris, CNRS Éditions, 2013, c. 14; Walt STEVENSON,“Exiling
Bishops: The Policy of Constantius II”, Dumbarton Oak Papers 68 (2014) 7-27;
Jennifer BARRY, Bishops in Flight. Exile and Displacement in Late Antiquity, Oakland,
University of California Press, 2019, 37-49.
3
Tras su exilio forzoso en 338, Atanasio de Alejandría y Marcelo de Ancira encuen-
tran una buena acogida entre el clero occidental. Julio de Roma reúne un concilio
para revisar las condenas de Atanasio y Marcelo y falla en favor de estos, acción
que motiva una reacción inmediata entre el episcopado oriental expresada en la
convocatoria del sínodo de Antioquía de 341 y el envío de una misiva al obispo
de Roma reprochándole su apoyo a estos dos personajes condenados por las au-
toridades eclesiásticas orientales (ATANASIO DE ALEJANDRÍA, Apologia contra arianos
22, AW II, 3, 103-104). En el concilio de Sérdica de 343, los occidentales volverán
a respaldar a Atanasio y Marcelo, acrecentando las desavenencias con los orien-
tales (HILARIO DE POITIERS, Collectanea antiariana Parisina A IX, 1, 17, CSEL 65, 59).
Vincent TWOMEY, Apostolikòs thrónos. The Primacy of Rome as Reflected in the Church
History of Eusebius and the Historico–Apologetic Writings of Saint Athanasius the
Great (Münsterische Beiträge zur Theologie 49), Münster, Aschendorff, 1982,
334; Joseph T. LIENHARD, “Marcellus of Ancyra in Modern Research” Theological
Studies 43 (1982) 486-503, https://doi.org/10.1177/004056398204300306; IDEM,
“Two Friends of Athanasius: Marcellus of Ancyra and Apollinaris of Laodicea”,
Zeitschrift für Antikes Christentum 10 (2006) 56, https://doi.org/10.1515/
ZAC.2006.006; Antonio BANFI, Habent illi iudices suos. Studi sull’esclusività della
giurisdizione ecclesiastica e sulle origini del privilegium fori in diritto romano e bizan-
tino, Milano, Giuffrè, 2005, 79-80; Kelley MACCARTHY SPOERL,“Athanasius and the
Anti-Marcellan Controversy”, Zeitschrift für Antikes Christentum 10 (2006) 34-55,
https://doi.org/10.1515/ZAC.2006.005.
4
Tras los exilios decretados en el concilio de Milán de 355, se observa una tenden-
cia a judicializar la actividad de los sínodos reunidos para depurar las diferentes
sedes episcopales de Occidente de elementos afines a Atanasio de Alejandría.
Así, en palabras del propio HILARIO DE POITIERS en Collectanea antiariana Parisina

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14 ALMUDENA ALBA LÓPEZ

timonio del propio Hilario, la voluntad de los organizadores no era


otra que la de formalizar la condena de Atanasio y de todos aquellos
que defendían su causa, motivo por el que mostró un gran empeño
en sacar a colación el fondo doctrinal del asunto con el fin de poner
en evidencia la adscripción doctrinal de los organizadores y dejar al
descubierto, de esta manera, las verdaderas intenciones subyacen-
tes.5 Efectivamente, el propósito de este sínodo no era el de debatir
sobre cuestiones doctrinales sino el de confirmar expeditivamente la
condena de Atanasio de Alejandría, tal y como ya se había hecho en
los sínodos de Arlés (353) y Milán (355).6 Así, la negativa de Hilario y,
junto con él, de su colega en el ministerio, Rodanio de Tolosa, a sus-
cribir la agenda del sínodo precipitó su condena al exilio.7

B 1, 4 (CSEL 65, 101): Proferre igitur in conscientiam publicam opus temto graue
et multiplex, diabolica fraude perplexum, haereticorum parte subtile, dissimulatione
multorum ac metu praeiudicatum, locorum, in quibus gesta res est nosque agimus,
disparatione peregrinum, tempore antiquum, silentio nouum, pridem simulata rerum
pace praeteritum, proxime impia fallacissimorum hominum calliditate renouatum
hocque, quo etiam in Romani imperii negotiis quies carpitur, rex angitur, palatium
feruet, episcopi circumcursant, officiales magistri uolitant, aduersus apostolicos ui-
ros officiorum omnium festinatione turbatur. Ita ubique agitur, trepidatur, instatur,
ut plane iniquitatem huius adsertionis optinendi labor et cura prodiderit. Enimuero
uersari in sermone hominum iam diu memini quosdam sacerdotum dei idcirco exu-
lare, quod in Athanasium sententiam non ferunt, et hic error prope omnium mentes
occupauit, ut sub nomine eius non satis unicuique eorum dignam causam suscepti
exilii arbitrentur. Véase BRENNECKE, Hilarius von Poitiers, 135-136; Almudena ALBA
LÓPEZ – Raúl GONZÁLEZ SALINERO,“Codex Theodosianus 16.2.12 and the Genesis of
the Ecclesiastic Privilegium Fori”, Journal for Late Antique Religion and Culture 13
(2019) 12-13, http://doi.org/10.18573/jlarc.109.
5
HILARIO DE POITIERS, Liber contra Constantium 2 (SCh 334, 170): Qui postea per
factionem eorum pseudoapostolorum ad Biterrensem synodus conpulsus, cognitionem
demonstrandae huius haereseos obtuli. Sed hi timentes publicae conscientiae, audire
ingesta a me noluerunt, putantes se innocentiam suam Christo posse mentiri, si uolen-
tes nescirent quod gesturi postmodum essent scientes.
6
Así lo defiende Hilario en varias ocasiones, Collectanea antiariana Parisina B
I, 5 (CSEL 65, 101-102); Liber II ad Constantium 2 (CSEL 65, 198); Liber contra
Constantium 2 (SCh 334, 170).
7
CF. HILARIO DE POITIERS, Liber contra Constantium 11 (SCh 334, 188-192). Además
de la negativa a suscribir la condena de Atanasio, Hilario manifiesta en varios de
sus escritos que su condena se debió a que hizo una profesión de fe opuesta a la
de Saturnino de Arlés y el resto de los obispos reunidos para juzgarle, De synodis
2 (PL 10, 481A-482), véase Timothy D. BARNES, “Hilary of Poitiers on His Exile”,
Vigiliae Christianae 46 (1992) 135, https://doi.org/10.1163/157007292X00034;
Paul C. BURNS, “Hilary of Poitiers’ Road to Béziers: Politics or Religion?”, Journal

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HILARIO DE POITIERS Y LA FE DE LOS ORIENTALES. UNA 15
REFLEXIÓN SOBRE LA INFLUENCIA DEL EXILIO...

Los motivos que se hallan detrás de la condena de Hilario de


Poitiers en Béziers han sido suficientemente estudiados8 y podemos
concluir que el detonante de su exilio fue su rechazo a la teología
subordinacionista que se estaba proponiendo una y otra vez en suce-
sivos concilios desde la asunción, por parte de Constancio II, de todo
el poder tras la muerte de su hermano Constante.9
La condena decretada por el sínodo de Béziers se saldó, por tan-
to, con el exilio de Hilario ante el cual se abría el mundo cristiano
oriental donde sería testigo de los principales debates doctrinales de
su tiempo. Esta nueva etapa en la vida del obispo galo se prolongaría
hasta 361, tiempo en el que tuvo la oportunidad de familiarizarse con

of Early Christian Studies 2 (1994) 279, https://doi.org/10.1353/earl.0.0124;


Carl L. BECKWITH, Hilary of Poitiers on the Trinity: From De Fide to De Trinitate
(Oxford Early Christian Studies), Oxford, Oxford University Press, 2008, 45-46.
BRENNECKE ha vinculado la condena al exilio de Hilario de Poitiers con la situa-
ción política de la Galia en ese momento, Hilarius von Poitiers, 223. BECKWITH, en
“The Condemnation and Exile of Hilary of Poitiers at the Synod of Béziers (356
C.E.)”, Journal of Early Christian Studies 13 (2005) 37, https://doi.org/10.1353/
earl.2005.0002, destaca la faceta de Hilario de Poitiers como confesor a raíz de su
condena, aspecto muy estudiado también por Jean DOIGNON en su obra póstuma
Hilaire de Poitiers. Disciple et témoin de la verité (356-367), Paris, Institut d’Ètudes
Augustiniennes, 2005.
8
Cf. BARNES, “Hilary of Poitiers”, 129-140; Daniel H. WILLIAMS, “A Reassessment
of the Early Career and Exile of Hilary of Poitiers”, Journal of Ecclesiastical
History 42 (1991) 202-217, https://doi.org/10.1017/S0022046900000051; BURNS,
“Hilary of Poitiers’ Road to Béziers”, 273-289; BECKWITH, “The Condemnation
and Exile of Hilary of Poitiers”, 21-38; Jennifer BARRY, “Heroic Bishops: Hilary
of Poitiers’ Exilic Discourse”, Vigiliae Christianae 70 (2016) 159-160, https://doi.
org/10.1163/15700720-12341251, entre otros.
9
Así se infiere de la lectura atenta de las referencias que hace el propio afectado en
diversas partes de su obra ya que ni entre sus contemporáneos, como Atanasio
de Alejandría, ni entre los historiadores eclesiásticos griegos encontramos men-
ción alguna al respecto. Tan solo Jerónimo (en Chr. AD 356 y Vir. Ill. 100) y Rufino
(Hist. Eccl. 20) hablan del exilio de Hilario de Poitiers antes de que, varias déca-
das después, los hagiógrafos del Pictaviense (JUAN CASIANO, Inc., 7, 24; VENANCIO
FORTUNATO, Vita S. Hil.; GREGORIO DE TOURS, Hist. franc. 3.) detallen la cuestión. El
testimonio más relevante es el de SULPICIO SEVERO, Chron. 2, 39: […] edictum ab
imperatore proponitur, ut qui in damnationem Athanasii non subscriberent, in exilium
pellerentur. Ceterum a nostris tum apud Arelatem ac Bitteras, oppida Galliarum, epis-
coporum concilia fuere. Petebatur, ut priusquam in Athanasium subscribere cogerentur,
de fide potius disceptarent, ac tum demum de re cognoscendum, cum de persona iu-
dicum constitisset. Sed Valens sociique eius prius Athanasii damnationem extorquere
cupiebant, de fide certare non ausi (CSEL 1, 92).

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16 ALMUDENA ALBA LÓPEZ

sus colegas de Asia Menor y adquirir un conocimiento profundo de


la complejidad de las querellas doctrinales al tiempo que profundi-
zaba en el conocimiento y la comprensión de la teología oriental.10
Su exilio coincidió con la fuga de Atanasio de la sede alejandrina,
acontecimiento utilizado por el poder para continuar forzando una
armonización doctrinal de ambas áreas del Imperio en clave subor-
dinacionista. Con este fin se convocó el concilio de Sirmio de 357,
presidido por Valente de Mursa y Ursacio de Singiduno, en el que
se redactó una fórmula, la segunda de Sirmio, de carácter eminen-
temente patercéntrico que minimizaba la figura del Hijo y marcaba
distancias con respecto al credo niceno al llegar al extremo de no
anatematizar a Arrio y prohibir el uso del término ousía y sus deri-
vados.11 La perplejidad del episcopado fiel a Nicea fue tal que las re-
acciones contra esta fórmula no se dejaron esperar y, desde la Galia,
un grupo de obispos solicitó de Hilario de Poitiers una explicación
sobre la naturaleza de la fe de los orientales. Su respuesta fue la re-
dacción y el envío de De synodis (358), obra que nos permite valorar
la importancia que tuvo el contacto que establece el Pictaviense con
los obispos orientales que defendían la divinidad de Hijo en los sí-
nodos a los que asiste y que le llevan a constatar la existencia de
más puntos en común que divergencias entre estos y los nicenos de
Occidente. De esta manera, Hilario se esforzará por explicar en De
synodis a sus colegas galos que el credo del concilio de Ancira de 358
y el homoioúsios no difieren sustancialmente de la comprensión que
tienen los partidarios del homooúsios de la relación entre Padre e Hijo,

10
Cf. Paul GALTIER, “Saint Hilaire trait d’union entre l’Occident et l’Orient”,
Gregorianum 40 (1959) 609-623; Manlio SIMONETTI, La crisi ariana nel IV se-
colo (Studia Ephemeridis Augustinianum 11), Roma, Istituto Patristico
Augustinianum, 1975, 249; Jannel N. ABOGADO, “Hilary of Poitiers Makes East
and West Meet: The Conciliatory Theology of De Synodis”, Philippiniana Sacra 50
(2015) 439; Samuel FERNÁNDEZ, “Actitudes para el diálogo teológico en tiempos
de crisis, según el De Synodis de Hilario de Poitiers”, PATH 16 (2017) 67-68.
11
HILARIO DE POITIERS, De synodis 11 (PL 10, 487-489): Quod uero quosdam aut mul-
tos mouebat de substantia, quae Graece usia appellatur, id est (ut expressius intelliga-
tur), homousion, aut quod dicitur homoe(o)usion, nullam omnino fieri mentionem; nec
quemquam praedicare ea de causa et ratione quod nec in diuinis scripturis contineatur,
et quos super hominis scientiam sit, nec quisquam possit natiuitatem filii enarrare, de
quo scriptum est, generationem eius quis enarrabit? (Is 53,8). Véase también ATANASIO
DE ALEJANDRÍA, De synodis 28; SÓCRATES ESCOLÁSTICO, Historia ecclesiastica 2, 3.

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HILARIO DE POITIERS Y LA FE DE LOS ORIENTALES. UNA 17
REFLEXIÓN SOBRE LA INFLUENCIA DEL EXILIO...

tendiendo puentes entre dos realidades que tenían más en común de


lo que sospechaban.

1. DE SYNODIS, UNA APROXIMACIÓN


A LA FE DE LOS ORIENTALES
Esta obra, fundamental para entender la relación de Hilario con el
mundo cristiano oriental, supuso también una rápida y original reac-
ción a la publicación del mencionado segundo credo del concilio de
Sirmio de 357, conocido por el nombre de blasphemia sirmiense que
obligó al clero proniceno a reevaluar por completo la controversia
doctrinal en la que estaban sumidos.12 Sin embargo, la perplejidad y
el escándalo que suscitó la fórmula de Sirmio no solo afectó al epis-
copado occidental, sino que los obispos orientales más moderados
no tardaron en expresar, por su parte, un contundente rechazo a la
deriva hacia el anomeísmo (o disparidad de sustancia del Padre y
del Hijo) que estaban tomando los acontecimientos.13 El ánimo del
emperador por propiciar, a través de la convocatoria de un sínodo
que resolviera las querellas doctrinales de una vez por todas y logra-
se una concordia entre el episcopado, había supuesto un fracaso de
inusitadas consecuencias. Una de ellas fue, precisamente, el rechazo
de buena parte del clero oriental a los postulados anomeos de Sirmio
y, por iniciativa de Jorge de Laodicea, comienza a tomar forma la
oposición de un grupo de obispos homeousianos,14 partidarios de la

12
Cf. Mark WEEDMAN, The Trinitarian Theology of Hilary of Poitiers (Supplements to
Vigiliae Christianae 89), Leiden, Brill, 2007, 92.
13
No parece que esta deriva se pueda achacar a una posible influencia de Eudoxio
de Antioquía sobre los organizadores del concilio ya que su presencia en el mismo
no está atestiguada (Sócrates indica que se encontraba en Roma con Constancio,
SÓCRATES ESCOLÁSTICO, Historia ecclesiastica 2, 37). Cf. SIMONETTI, La crisi ariana,
229; Robert P.C. HANSON, The Search of the Christian Doctrine of God. The Arian
Controversy 318-381, Edinburgh, T&T Clark, 1988, 420; BARNES, Athanasius and
Constantius, 139. Las conclusiones del concilio de Sirmio podrían haberse visto
influidas por otros partidarios de la doctrina de Aecio, como Acacio de Cesarea
que sí estuvo presente en el concilio (Hil., Coll. ant. Par. B 7, 9) y que era un viejo
conocido de los organizadores con los que ya había coincidido en Sérdica (343)
o en Sirmio (351).
14
HERMIAS SOZOMENO, Historia ecclesiastica 4, 13, 2-3 (GCS n.s. 4, 155-156): Κυρίοις
τιμιωτάτοις Μακεδονίῳ, Βασιλείῳ, Κεκροπίῳ, Εὐγενίῳ Γεώργιος ἐν
κυρίῳ χαίρειν. Τὸ Ἀετίου ναυάγιον σχεδόν που πᾶσαν κατείληφε τὴν
Ἀντιοχέων. Τοὺς γὰρ παρ’ὑμῖν ἀτιμαζομένους μαθητὰς τοῦ δυσωνύμου

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18 ALMUDENA ALBA LÓPEZ

similitud de sustancia entre Padre e Hijo, que se reunirán en Ancira


a instancias de Basilio, el obispo de la sede, en 358 para tratar lo
acontecido en Sirmio un año antes y presentar sus conclusiones ante
el emperador Constancio II quien tomó, finalmente, partido por los
moderados homeusianos convocando un nuevo concilio en Sirmio a
mediados de 358.
Mark Weedman señala la importancia de la asociación de Hilario
de Poitiers con Basilio de Ancira en Oriente en lo que a la evolución
de su pensamiento doctrinal se refiere15 e, igualmente, a lo relativo a
su postura en relación con el enfrentamiento que sostenían la orto-
doxia con la corriente subordinacionista patrocinada por el poder.16
Este último extremo se puede observar en la defensa que hace el
Pictaviense de documentos relevantes de carácter homeousiano, es
decir, adscritos a la corriente de pensamiento que consideraba que
el Hijo era de sustancia similar al Padre y explorar, así, la existencia
de ortodoxia doctrinal fuera del férreo marco de Nicea.17 Aquí obser-

Ἀετίου πάντας καταλαβὼν Εὐδόξιος, εἰς κληρικοὺς προβάλλεται, ἐν τοῖς


μάλιστα τετιμημένοις ἔχων τὸν αἱρετικὸν Ἀέτιον. Καταλάβετε οὖν τὴν
τηλικαύτην πόλιν, μὴ τῷ ναυαγίῳ αὐτῆς καὶ ἡ οἰκουμένη παρασυρῇ.
Καὶ εἰς ταὐτὸν γενόμενοι, ὅσους καὶ γενέσθαι ἐγχωρεῖ, παρὰ τῶν ἄλλων
ἐπισκόπων ὑπογραφὰς ἀπαιτήσατε, ἵνα καὶ Ἀέτιον ἐκβάλῃ τῆς Ἀντιοχέων
ἐκκλησίας Εὐδόξιος καὶ τοὺς αὐτοῦ μαθητὰς ὄντας, προχειρισθέντας εἰς
κανόνα, ἐκκόψῃ. Ἢ ἐὰν ἐπιμείνῃ μετὰ Ἀετίου ἀνόμοιον καλῶν καὶ τοὺς
τοῦτο τολμῶντας λέγειν τῶν μὴ λεγόντων προτιμῶν, οἴχεται ἡμῖν, ὡς
φθάσας ἔφην, τέως ἡ Ἀντιοχέων.
15
Cf. WEEDMAN, The Trinitarian Theology, 93-95; Véase también Paul C. BURNS,
A Model for the Christian Life: Hilary of Poitiers’ Commentary on the Psalms,
Washington D.C., The Catholic University of America Press, 2012, 140-142;
Ellen SCULLY, Physicalist Soteriology in Hilary of Poitiers (Supplements to Vigiliae
Christianae 130), Leiden, Brill, 2015, 32; Jarred MERCER, Divine Perfection and Human
Potentiality: The Trinitarian Anthropology of Hilary of Poitiers (Oxford Studies in
Historical Theology), Oxford, Oxford University Press, 2019, 61-65; Tikhon A.
PINO,“Like Us in All Things but Sin. Basil of Ancyra and the Homoiousion”, Journal
of Early Christian Studies 27 (2019) 86-87, https://doi.org/10.1353/earl.2019.0003.
16
Cf. Mark WEEDMAN, “Hilary and the Homoiousians: Using New Categories to
Map the Trinitarian Controversy”, Church History 76/3 (2006) 492.
17
Sobre la naturaleza de la doctrina postulada por Basilio de Ancira y sus par-
tidarios, HANSON, The Search of the Christian Doctrine, 93-99 y 349; Volker H.
DRECOLL, Die Entwicklung der Trinitätslehre des Basilius von Cäsarea: Sein Weg vom
Homöusianer zum Neonizäner (Forschungen zur Kirchen und Dogmengeschichte
66), Göttingen, Vandenhoeck & Ruprecht, 1996; 5-15; Lewis AYRES, Nicaea and
Its Legacy. An Approach to Fourth-Century Trinitarian Theology, Oxford, Oxford

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HILARIO DE POITIERS Y LA FE DE LOS ORIENTALES. UNA 19
REFLEXIÓN SOBRE LA INFLUENCIA DEL EXILIO...

vamos que la labor mediadora de Hilario de Poitiers para lograr un


entendimiento entre el episcopado oriental y occidental encuentra
un sentido pleno en el acercamiento de posturas comunes frente al
adversario radicalizado anomeo.18
A pesar de sus diferencias doctrinales, la relación de Basilio e
Hilario y la influencia del primero sobre el segundo se puede trazar
en las obras escritas por este durante y después de su exilio. Aunque
la mayoría de los especialistas en Hilario de Poitiers admiten esta
influencia, otros, como Pieter Smulders niegan toda dependencia
del obispo de Poitiers respecto a Basilio de Ancira abogando por una
inexistente vinculación con los homeusianos19 debido a la connota-
ción de semiarriano que ha recibido el segundo por negar la doctrina
de la perfecta igualdad de sustancia entre Padre e Hijo y abogar sim-
plemente por la similitud (homóios kat’ousían).20 Esta visión excesi-
vamente rígida y simplista de la adscripción doctrinal del obispo de
Ancira y de su influencia sobre nuestro protagonista ha sido objeto
de revisión debido a que la evidencia de un entendimiento entre am-
bos, derivada de la propia obra hilariana, avisa de la necesidad de dar
prioridad a la evaluación de aquello en lo que ambos concordaban y

University Press, 2006, 149-152 y 188-189; Andrew RADDE-GALLWITZ, Basil of


Caesarea, Gregory of Nyssa, and the Transformation of Divine Simplicity (Oxford
Early Christian Studies), Oxford, Oxford University Press, 2009, 67-78; Mark
DELCOGLIANO, “The Influence of Athanasius and the Homoiousians on Basil of
Cesarea’s Descentralization of «Unbegotten»”, Journal of Early Christian Studies
19/2 (2011) 203-222, https://doi.org/10.1353/earl.2011.0016; Drago A. GIULEA,
“Basil of Caesarea’s Authorship of Epistle 361 and His Relationship with the
Homoiousians Reconsidered”, Vigiliae Christianae 72 (2018) 62-68, https://doi.
org/10.1163/15700720-12341325.
18
Esta labor mediadora ha sido analizada por GALTIER,“Saint Hilaire trait d’union”,
621; Marie-Joseph LE GUILLOU, “Hilaire entre l’Orient et l’Occident”, en Hilaire
de Poitiers. Évêque et docteur (368-1968), Paris, Institut d’Études Augustiniennes,
1968, 39; Paul C. BURNS,“West Meets East in the De Synodis of Hilary of Poitiers”,
Studia Patristica 28 (1993) 24-28; Jannel N. ABOGADO, Hilary of Poitiers. On
Conciliating the Homouseans and the Homoeouseans. An Inquiry on the Fourth-
Century Trinitarian Controversy, Bern, Peter Lang, 2016, 211-303; FERNÁNDEZ,
“Actitudes para el diálogo teológico en tiempos de crisis”, 67-86.
19
Cf. Pierre SMULDERS, La doctrine trinitaire de S. Hilaire de Poitiers: Étude précédée
d’une esquisse du mouvement dogmatique depuis le Concile de Nicée jusqu’au règne
de Julien (325-362) (Analecta Gregoriana 32), Roma, Editrice Pontificia Università
Gregoriana, 1944, 235-249.
20
WEEDMAN señala este particular en“Hilary and the Homoiousians”, 492, indican-
do que quien inaugura esta tendencia es Epifanio de Salamina.

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20 ALMUDENA ALBA LÓPEZ

les puso de acuerdo frente a los anomeos, verdaderos detractores de


la igualdad de sustancia entre Padre e Hijo, antes que a las diferencias
que les separaban.
Es en este extremo en el que su exilio desempeñó un papel esen-
cial gracias al notable progreso que experimenta su conocimiento
teológico, debido al aprendizaje del griego y al estudio de la obra de
Orígenes y otros autores grecoparlantes.21 Las relaciones que trabó
con parte del episcopado oriental contribuyeron igualmente a este
entendimiento, posible gracias a la comprensión que adquirió Hilario
de las cuestiones doctrinales de su tiempo desde el contexto de las
mismas, es decir, evitando ceñirse rígidamente a la terminología
propia del credo niceno y de las fórmulas emitidas por los sucesi-
vos concilios que trataban de silenciarla, al tiempo que se centraba
en comprender el contenido propio de la fe. Con tal fin acomete la
redacción de De synodis, donde trata de aclarar el contenido de los
términos empleados en el debate teológico de tal forma que no se
tenga por ortodoxa únicamente la adhesión acrítica al texto del cre-
do niceno y por heterodoxa cualquier otra enunciación de la misma
verdad que por expresarse de otra manera, se considere como tal.22
Esto lleva al Pictaviense a abogar por la comprensión total de los
términos empleados y la rigurosa contextualización de toda afirma-
ción o razonamiento sobre los mismos, a fin de valorar la lógica de las

21
Cf. Jean DOIGNON, Hilaire de Poitiers avant l’exil: Recherches sur la naissance, l’en-
seignement, et l’épreuve d’une foi épiscopale en Gaule au milieu du IV siècle, Paris,
Institut d’Études Augustiniennes, 1971, 171-172; WEEDMAN, The Trinitarian
Theology, 144; Janet SIDAWAY, The Human Factor: “Deification” as Transformation in
the Theology of Hilary of Poitiers, Leuven, Peeters, 2016, 91-92; Isabella IMAGE, The
Human Condition in Hilary of Poitiers. The Will and Original Sin between Origen
and Augustine (Oxford Theology and Religion Monographs), Oxford, Oxford
University Press, 2017, 5.
22
HILARIO DE POITIERS, De synodis 12 (PL 10, 489 B-490 A): His itaque tot et tantis
impietatis professionibus editis, has rursum e contrario Orientales episcopi in unum
congregati sententiarum definitiones condiderunt. Sed quia frequens nobis nuncupatio
essentiae ac substantiae necessaria est; cognoscendum est quid significet essentia, ne
de rebus locuturi, rem uerborum nesciamus. Essentia est res quae est, uel ex quibus est,
et quae in eo quod maneat subsistit. Dici autem essentia, et natura, et genus, et sub-
stantia uniuscuiusque rei poterit. Proprie autem essentia idcirco est dicta, quia semper
est. Quae idcirco etiam substantia est, quia res quae est, necesse est subsistat in sese;
quidquid autem subsistit, sine dubio in genere uel natura uel substantia maneat. Cum
ergo essentiam dicimus significare naturam uel genus uel substantiam, intelligimus
eius rei quae in his omnibus semper esse subsistat.

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HILARIO DE POITIERS Y LA FE DE LOS ORIENTALES. UNA 21
REFLEXIÓN SOBRE LA INFLUENCIA DEL EXILIO...

afirmaciones efectuadas por las diferentes partes para poder dilucidar


así quien incurre en herejía.23 Es por esto que, en su obra, ruega reite-
radamente que esta se lea de principio a fin y no se juzgue de mane-
ra precipitada24 ya que pretende evitar que se le tome por arriano al
defender la legitimidad de los presupuestos homeousianos por parte
de los nicenos intransigentes. Así, podemos hablar de la existencia
de una ortodoxia no nicena formada por amplios grupos que, recha-
zando el homooúsios niceno no negaban la divinidad del Hijo, sino su
identificación con el Padre como hipóstasis. El significado profundo
de la ousía nicena, defendida igualmente por figuras tan problemáticas
como Marcelo de Ancira, era susceptible de recibir una interpretación
sabeliana mediante la negación de la existencia de una distinción real
entre la Primera y la Segunda Persona. Es decir, aquellos que desde la
ortodoxia no se adherían al homooúsios no negaban, a diferencia de los
subordinacionistas, la divinidad de Cristo. Al contrario, subrayaban su
distinción personal con respecto al Padre. Hilario supo ver y enten-
der estos matices y en De synodis, trata de demostrar que aquello que
sus colegas orientales entienden cuando afirman que el Hijo es ho-
moioúsios con respecto al Padre no está reñido con la fórmula nicena,
propósito que acomete a partir de un meticuloso análisis del concilio
celebrado en Ancira en 358.25

2. ANÁLISIS DE HILARIO DE LOS


POSTULADOS HOMEOUSIANOS Y SU
RECONCILIACIÓN CON NICEA
Hilario trata de demostrar en su obra que las diferencias entre nicenos
y homeusianos a la hora de definir la naturaleza del Hijo en relación
con el Padre no son irreconciliables a fin de que sus colegas galos cuen-
ten con una visión completa y veraz de cuanto atañe a este asunto:

23
HILARIO DE POITIERS, De synodis 6 (PL 10, 484 A-B): Oro autem uos per Domini
misericordiam, ut quia mihi ad uos de diuinis, ut uoluistis, rebus et de fidei nostrae
intemerata conscientia erit per has litteras sermo, ne quisquam de me ante sermonis
consummationem per litterarum exordia existimet iudicandum. Iniquum est enim, non
comperta usque ad finem ratione dictorum, praeiudicatam sententiam ex initiis quorum
causa adhuc ignoretur afferre: cum non de inchoatis ad cognoscendum, sed de absolutis
ad cognitionem sit iudicandum.
24
HILARIO DE POITIERS, De synodis 6; 32 y 66 (PL 10 484; 504-505; 524-525).
25
HILARIO DE POITIERS, De synodis 12-26 (PL 10, 489-500). En estos pasajes analiza la
carta sinodal y los cánones emanados de la reunión de Ancira de 358.

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22 ALMUDENA ALBA LÓPEZ

Pero, especialmente, cuando llegué a saber que los sínodos se iban a reunir
en Ancira y Rímini, y que irían uno o dos de cada una de las provincias de
las Galias, juzgué que aquello que implica mutuas sospechas entre noso-
tros y entre los obispos orientales os debía ser expuesto y publicado por mí,
que me encontraba en las regiones de Oriente, aunque ya lo conocierais
[…] Y, por lo tanto, considero recto y conveniente, que antes de que pase
a la discusión acerca de las sospechas y desacuerdos de palabras, explique,
con los términos más precisos posibles, lo que ha sido dicho y establecido
por los obispos orientales contra la herejía redactada en Sirmio.26

Asimismo, muestra un gran empeño en demostrar que la teología


de los obispos homeusianos difiere absolutamente de la definición de la
naturaleza de Dios propuesta tradicionalmente por el bando denomina-
do arriano y que los postulados que él sostiene nada tienen que ver con
la idea sabeliana de Dios. Así, Hilario se obliga a defender la legitimidad
de algunas fórmulas orientales cuya redacción obedeció a una lucha ac-
tiva contra la herejía pero que eran vistas por sus colegas occidentales
con sospecha debido a que estaban persuadidos de que la fórmula ni-
cena era suficiente para conjurar cualquier desavenencia doctrinal refe-
rente a la naturaleza de Dios. La semejanza propugnada por Basilio de
Ancira y sus correligionarios tiene por objeto rechazar la identificación
de las personas, en tanto que nada puede ser semejante a uno mismo, y
no negar la perfecta igualdad entre las mismas.27
A la hora de transmitir a sus colegas occidentales la realidad de
la fe profesada por los obispos orientales contrarios a la blasphemia
de Sirmio, Hilario subraya su decidida adscripción a la unidad de
sustancia entre Padre e Hijo. Llega a esta conclusión a partir del aná-
lisis que hace de las definiciones doctrinales ofrecidas en Ancira que

26
HILARIO DE POITIERS, De synodis 8 (PL 10, 463 B): Sed maxime cum comperissem
synodos Ancyra atque Arimino congregandas, et a singulis prouinciis Gallicanis binos
uel singulos eo esse uenturos; ea, quae inter nos atque inter Orientales episcopos mutuis
suspicionibus detinetur, per me, qui in Orientis partibus continebar; exponenda uobis,
licet iam scientibus, atque edenda existimaui; De synodis 9 (PL 10, 463 A): Et quidem
rectum et conueniens existimo, ut ante quam de uerborum suspicionibus ac dissensio-
nibus in eo sermonem, ea quae ab Orientalibus episcopis aduersum conscriptam apud
Sirmium haeresim dicta et constituta sint, uerbis quam possim absolutissimis demons-
trem (traducción de Samuel FERNÁNDEZ EYZAGUIRRE, San Hilario de Poitiers, Sobre
los sínodos. La fe de los orientales, BAC 756, Madrid, BAC, 2019, 17).
27
En De synodis 27 (PL 10, 500 B-501 A), Hilario ofrece una síntesis de los cánones
del concilio de Ancira (358), donde se reflejan y explican todas las peculiaridades
de la propuesta homeousiana.

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HILARIO DE POITIERS Y LA FE DE LOS ORIENTALES. UNA 23
REFLEXIÓN SOBRE LA INFLUENCIA DEL EXILIO...

describen a la Segunda Persona como Hijo Unigénito de Dios e ima-


gen del Dios invisible, de tal forma que lo hacen de esencia semejan-
te tanto por su manifestación como por su naturaleza,28 con lo que el
obispo señala la clara distinción existente entre los homeos de Acacio
de Cesarea y los homeusianos, que ven en la semejanza de natura-
leza una similitud de esencia. En lo referente a la interpretación del
término unigénito, Jannel Abogado señala que los homeusianos han
entendido este título en un sentido natural en tanto que el Hijo es
el único que deriva de la sustancia del Padre.29 Esta perspectiva de
la generación divina consigue conjurar cualquier vinculación de los
homeusianos con los elementos más radicales que se congregaron
el Sirmio un año antes y que seguían viendo en el Hijo una criatura.
Hilario ve, además, en la afirmación del Hijo como imagen de Dios
la prueba de la total identificación de las dos Personas en tanto que
una verdadera imagen debe contar con todos los atributos de la rea-
lidad de la que es imagen, no pudiendo ser una verdadera imagen de
aquello que representa si no es de la misma entidad.30
En relación a este asunto, el obispo galo lleva a cabo una inten-
sa reflexión sobre la igualdad del Verbo con respecto al Padre antes
y después de la encarnación conducente a rebatir a sus oponentes
subordinacionistas que, apoyándose en Pr 8,22, afirman que las for-
mas visibles de la divinidad narradas en el Antiguo Testamento son
manifestaciones del Verbo, pero entienden que, siendo imposible ver
a Dios, lo manifestado es la criatura mediadora de dicho Dios invi-
sible que adopta diferentes formas para llevar a cabo la voluntad del
Padre. Para conjurar la explicación arriana de Pr 8,22, el obispo de
Poitiers aduce que la creación a la que alude el versículo se refiere a
estas formas visibles adoptadas por el Verbo a lo largo de los siglos
y no a su ser divino, que recibe del Padre por generación y no por

28
HILARIO DE POITIERS, De synodis 15 (PL 10, 491 B): Indiscreta confirmatur indissimi-
lisque natura. Cum enim unigenitus filius Dei, imago inuisibilis Dei sit; necesse est per
speciem atque naturam similis essentiae sit.
29
Cf. ABOGADO,“Hilary of Poitiers Makes East and West Meet”, 440.
30
HILARIO DE POITIERS, De synodis 13 (PL 10, 490 B): Neque enim ipse sibi quisquam
imago est; sed eum, cuius imago est, necesse est ut imago demonstret. Sobre las raíces
de los debates en torno este asunto, véase HANSON, The Search; 284-292; AYRES,
Nicaea and Its Legacy, 117-122; DELCOGLIANO,“Eusebian Theologies of the Son as
the Image of God before 341”, Journal of Early Christian Studies 14/4 (2006) 459-
484, https://doi.org/10.1353/earl.2007.0003.

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24 ALMUDENA ALBA LÓPEZ

creación.31 Para Hilario el argumento de la invisibilidad de Dios no


impide constatar la realidad divina de quien se manifiesta ya que a
lo estipulado en Ex 33,18 se oponen las visiones de los patriarcas y
los profetas.32 Esta certeza en la visión divina lleva al obispo a afirmar
que, en virtud de la unidad divina entre Padre e Hijo, aunque en las
teofanías el hombre haya visto al Hijo, ve en él a Dios puesto que
el Hijo es también Dios.33 De esta forma, Hilario de Poitiers rebate
el argumento arriano que hace del Hijo una mera criatura ya que la
manifestación de una criatura no podría considerarse una teofanía.34
En De synodis encontramos, por una parte, el intento de explicar
a sus colegas la perspectiva oriental de la lucha por la salvaguarda de
la ortodoxia y, por otra, propone una concordia entre el homooúsios y
el homoioúsios al profundizar en la diferencia de sensibilidades teoló-
gicas entre ambas áreas culturales del Imperio. Estas dos facetas de
su obra expresan su ánimo por unir a orientales y occidentales contra
el verdadero enemigo, los homeos patrocinados por el poder. Para
el Pictaviense, el medio de lograr esta unidad descansa en el acer-
camiento a Basilio de Ancira y su facción y no en la adhesión total a
la causa de Atanasio de Alejandría, como ocurre en el caso de otros
obispos represaliados en circunstancias similares.35 En este sentido,

31
HILARIO DE POITIERS, De Trinitate XII, 45 (SCh 462, 450): Nam ultimae dispensatio-
nis sacramentum est, quo etiam creatus in corpore uiam se Dei operum est professus.
Creatus autem est in uias Dei a saeculo, cum ad conspicabilem speciem subditus crea-
turae habitum creationis adsumpsit.
32
Profusamente analizadas en los libros IV y V de De Trinitate, véase Gregory T.
ARMSTRONG, “The Genesis Theophanies of Hilary of Poitiers”, Studia Patristica
10 (1970) 203-207; Luis F. LADARIA, La cristología de Hilario de Poitiers (Analecta
Gregoriana 255), Roma, Editrice Pontificia Università Gregoriana, 1989, 11-
22. WEEDMAN, The Trinitarian Theology, 125-130 y Józef GRZYWACZEWSKI, “Syn
reprezentuj cy Ojca w De Trinitate w. Hilarego z Poitiers”, Vox Patrum 75 (2020)
185-200, https://doi.org/10.31743/vp.8366, entre otros.
33
Hilario hace especial hincapié en la unidad de las personas divinas en relación
con el tema abordado en De Trinitate IV, 28-30 (SCh 448, 68-70).
34
Hilario ilustra en De Trinitate IV, 31(SCh 448, 72) este punto sirviéndose del contraste
entre las visitas que reciben Abraham y Lot. Mientras el primero reconoce a Dios en
uno de los tres hombres en Mambré y es capaz de ver la intención futura de esta teofa-
nía, Lot, a pesar de mostrar respeto a los dos hombres que acuden a él, solo es visitado
por dos ángeles: […] uirum qui Abrahae uisus sit et Deum esse et Dominum; angelos autem
duos, et cum Domino uisos et ab eo ad Lot missos nihil aliud a profeta nisi angelos praedicatos.
35
Sobre el distanciamiento de Hilario respecto a la causa de Atanasio de Alejandría,
véase Mark WEEDMAN, “Not the Athanasius of the West: Hilary’s Changing
Relationship with Athanasius”, Studia Patristica 42 (2006) 411-415.

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HILARIO DE POITIERS Y LA FE DE LOS ORIENTALES. UNA 25
REFLEXIÓN SOBRE LA INFLUENCIA DEL EXILIO...

resulta llamativo el distanciamiento que notamos en De synodis con


respecto a Atanasio, quien no es siquiera nombrado en el transcurso
de la obra, circunstancia que ha dado pie a afirmar que el objetivo
de Hilario en su obra no es otro que contemplar el problema desde
un nuevo ángulo36 que le permitiera deshacerse del pesado bagaje
impuesto por la longevidad y la dureza de un conflicto en el que el
patriarca alejandrino actuaba como un factor de discordia antes que
de entendimiento, si bien es cierto que el propio Atanasio adoptaría
una actitud más irénica a partir de su restauración en 362 cuando
media en el conflicto entre los partidarios de Melecio y Paulino en su
disputa por la sede de Antioquía.
Desde este punto de vista, entendemos que el acercamiento a
Basilio de Ancira tuvo un efecto más constructivo en el diálogo en-
tre el episcopado oriental y occidental ya que inculcó en Hilario la
importancia de evitar cualquier postura o presupuesto que pudiera
aproximarle al modalismo. Así, cuando acomete el problema del ho-
mooúsios en De Synodis, presenta una postura diferente a la que se
había ido repitiendo desde Nicea de forma acrítica. Hilario subraya
la importancia del valor semántico de las palabras Padre e Hijo y del
nexo que entre ambas establece el concepto de natiuitas, sin el cual
carecen de todo sentido,37 siendo imposible explicar sin él la igual-
dad de sustancia.38 Jannel Abogado dedica un extenso análisis a la
reflexión hilariana en torno al nacimiento del Hijo de la sustancia
del Padre, situándolo en el corazón del debate trinitario en el que
se ven envueltos todos los implicados y que retoma fuerza entre los
homeos y anomeos que vuelven al postulado de Arrio que hacía pro-
venir al Hijo de la nada. Para este especialista, Hilario incide en que
el Hijo nace de la naturaleza del Padre que lo engendra, de manera
que la naturaleza del Hijo no es algo que se crea, sino que siempre
ha existido:39

36
Cf. WEEDMAN,“Hilary and the Homoiousians”, 505.
37
Hilario expone los problemas inherentes al empleo del término homooúsios en
HILARIO DE POITIERS, De synodis 68 (PL 10, 525 C-526 A), afirmando que el na-
cimiento es lo que dota de entidad cualquier formulación sobre la igualdad de
sustancia entre las Personas.
38
Rebate cada afirmación de sus oponentes con la autoridad de las Escrituras en De
synodis 70, indicando igualmente […] natiuitas Filii, ante subiectio, ante similitudo
naturae praedicanda est: ut non impie unius esse et Pater et Filius substantiae praedi-
cetur (PL 10, 527 A).
39
Cf. ABOGADO, Hilary of Poitiers and the Homoeuousians, 257.

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26 ALMUDENA ALBA LÓPEZ

El que ha nacido de Dios no puede no poseer aquella naturaleza de la


que ha salido. Ni existe como algo distinto de Dios aquel que no tiene su
subsistencia de ninguna parte más que de Dios. Tiene la misma naturaleza,
pero no de modo que haya nacido el mismo que engendró —porque cómo
podría ser él mismo, si ha sido engendrado—, sino que el que ha sido en-
gendrado subsiste en la misma naturaleza en la que existe por completo
el que le engendró; pues el que fue engendrado no proviene de ningún
otro principio. Y por ello no tiene ninguna relación a otro el que tiene su
existencia del uno para ser uno con él, y no es tampoco nuevo en sí mismo
el que vive del viviente, y no está alejado de él aquel que el vivo engendró
para que viviera. Y así, en la generación, el Dios incorporal e inmutable
sigue el dinamismo de su naturaleza al engendrar a Dios incorporal e in-
mutable, y el perfecto Hijo, Dios incorporal e inmutable que proviene del
Dios incorporal e inmutable, no pierde su naturaleza.40

Hilario de Poitiers ya se sirve de un razonamiento parecido para


demostrar la perfecta igualdad de Padre e Hijo en lo que afecta a la
naturaleza de Verbo antes de la encarnación. Valiéndose de una exé-
gesis conjunta de Dt 32,39 y Jn 1,18, Hilario afirma, contra la opinión
de sus opositores, que el Dios único de Moisés no puede ser otro que
el Hijo puesto que, al igual que el Padre, es único en el atributo que
le es propio: el Padre es ingénito, mientras que el Hijo es unigénito,
categorías ambas que no admiten compañero y que hacen a cada
Persona única en el atributo que le es propio y compañeras en el mis-
mo origen común que comparten.41 Por tanto, el Dios al que Moisés

40
HILARIO DE POITIERS, De Trinitate V, 37 (SCh 448, 164): Natiuitas igitur Dei non potest
non eam ex qua profecta est tenera nauram. Neque enim aliud quam Deus subsistit,
quod non aliunde quam ex Deo subsistit. Eandem utem naturam ita, non ut natus sit
ipse qui genuit, –nam quomodo erit ipse, cum genitus sit? – sed in ipsis subsistat ille
qui genitus est, quae totus est ipse qui genuit: qia non est aliunde quod genitus est. Et
per hoc non refertur ad aliud, quod in unum subsistit ex uno; neque nouum in se est,
quod uiuit ex uiuo; neque abest a se, quod uiuus genuit in uiuum. Ac sic in generatione
Fili et naturam suam sequitur incorporalis adque indemutabilis Deus, incorporalem
adque indemutabilem Deum gignens; nec naturam suam deserit ex incorporali adque
indemutabili Deo incorporalis et indemutabilis Dei perfecta natiuitas (traducción de
LADARIA, San Hilario de Poitiers, La Trinidad, BAC 481, Madrid, BAC, 1986, 203).
41
HILARIO DE POITIERS, De Trinitate IV, 33 (SCh 448, 74-76): Honorificandus est a Dei
angelis Deus dicens: Quoniam ego sum Dominus, et non est Deus praeter me. Est enim
unigenitus Deus, Neque consortem unigeniti nomen admittit, sicuti non recipit innas-
cibilis, in eo tantum quod est innascibilis, participem. Est ergo unus ab uno. Neque
praeter innascibilem Deum innascibilis Deus alius est, neque praeter unigenitum Deum
unigenitus Deus quisquam est. Vterque itaque unus et solus est, proprietate uidelicet in

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HILARIO DE POITIERS Y LA FE DE LOS ORIENTALES. UNA 27
REFLEXIÓN SOBRE LA INFLUENCIA DEL EXILIO...

ordena adorar es ese Dios único que no excluye, a diferencia de lo


que propugnan los rivales subordinacionistas a los que Hilario se di-
rige en De Trinitate, la divinidad natural del Hijo42 que no se limita a
ser, en su mediación, un mero instrumento creado a tal efecto sino
una presencia continua y constante que se manifiesta al hombre des-
de los inicios para prepararle para conocer la verdad que prefigura, es
decir, la encarnación.43
El recurso de Hilario de Poitiers a la autoridad bíblica en este con-
texto no se puede desligar del valor polémico presente en su praxis
exegética, máxime si entendemos que la literalidad de las Sagradas
Escrituras se configura como el gran argumento de los homeos a la
hora de validar sus premisas. Ante esta realidad, los nicenos ponen
en marcha sus mecanismos de reacción que no van a ser otros que
un desarrollo más que notable de la exegesis y la literatura polémi-
ca demostrando que es posible explicar la plena divinidad del Hijo
ciñéndose al lenguaje de las Escrituras. En este sentido, la blasphe-
mia sirmiense impulsó el ánimo por definir y defender las posiciones
ortodoxas sin recurrir a categorías problemáticas que pudieran ser
contestadas por los diferentes rivales.44 Este aspecto lo encontramos
perfectamente integrado en Hilario de Poitiers quien manifiesta la
necesidad no solo de entender la relación Padre-Hijo sino, además,
de saber acometer e interpretar los pasajes más oscuros y difíciles
de las Escrituras, ya que son de estos de los que los homeos y otros
adversarios se van a servir para justificar su postura.45
Es bajo estos presupuestos como debemos entender la manera
en la que Hilario entiende el homooúsios en De synodis, para cuya
comprensión resulta primordial seguir un orden cuando se acomete

unoquoque et innascibilitatis et originis. Ac sic uterque Deus unus est, cum inter unum
et unum, id est ex uno unum, diuinitatis aeternae non sit secunda natura.
42
HILARIO DE POITIERS, De Trinitate V, 23 (SCh 448, 136): Sed si Moysi crederes, crederes
et Deo Dei Filio, nisi forte negabis quod de eo Moyses locutus sit.
43
Véase LADARIA, La cristología de Hilario de Poitiers, 18-19, que citando a Iren., Adu.
Haer. IV, 14, 2 (SCh 100, 542-544) y IV, 21, 3 (SCh 100, 684), acentúa, asimismo,
la manera en la que Hilario de Poitiers refleja en su reflexión sobre la presencia
constante del Verbo en toda la historia de la salvación “el cuidado que el Verbo
tiene de los hombres que ha creado” (p. 12).
44
Así, los implicados en el conflicto emplearán los diferentes credos como guías
hermenéuticas, AYRES, Nicaea and Its Legacy, 336-339; sin perder de vista el con-
texto polémico de cada caso, WEEDMAN, The Trinitarian Theology, 121, n. 4.
45
Cf. WEEDMAN, The Trinitarian Theology, 119.

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28 ALMUDENA ALBA LÓPEZ

la explicación de la igualdad de sustancia: el Hijo nace del Padre in-


génito, de quien deriva su sustancia, siendo igual a este en poder y
naturaleza.46 Así, el Hijo no surge de la nada, sino que es el Unigénito,
eterno y diferente del Padre. La confesión explícita de la perfecta
igualdad de sustancia, matizada implícitamente con la distinción
hipostática entre las Personas demuestra el empeño de Hilario por
refutar tanto al homeismo como al modalismo, refutación que lleva
a cabo empleando un lenguaje y unas categorías que evidencian la
fuerte influencia que ejercen Basilio de Ancira y los homeousianos
durante su exilio. Mediante la acentuación de la igualdad entre las
Personas, Hilario consigue alejarse del principal peligro de la formu-
lación del homooúsios, conjurando la profesión sabeliana de un Dios
único sin distinción personal, al tiempo que ofrece una comprensión
plenamente ortodoxa de la similitud interpersonal al entender que la
semejanza implica no diferencia y, por tanto, igualdad. Este enfoque
le permite contestar los extremos modalistas y anomeos en tanto que
esta semejanza se produce entre realidades que no son diferentes
y se fundamenta, por tanto, en su igualdad. De ahí que abogue por
explicar con detalle a sus colegas occidentales la ortodoxia de los ho-
meusianos, quienes por no proclamar el homooúsios son vistos como
herejes cuando, al contrario, profesan un entendimiento recto de la
naturaleza y la relación entre Padre e Hijo, razón por la cual es impe-
rativo explicar correctamente los términos y las fórmulas que ayudan
a la comprensión de la fe.47
Fruto del entendimiento que se produce entre Hilario y el círculo
del obispo de Ancira, encontramos que el Pictaviense fue capaz de
reconciliar su planteamiento inicial con el de los homeousianos al
constatar que, al igual que el suyo, el empeño de estos no es otro
que la defensa de la unidad de sustancia entre Padre e Hijo. En su
capacidad de reconocer en el otro a un aliado en la defensa de la
perfecta igualdad entre las dos personas y de contemplar en la fe
de los homeousianos la suya propia, Hilario de Poitiers encontró la

46
HILARIO DE POITIERS, De synodis 69 (PL 10, 526 B): Dicturus unam catholicus substan-
tiam Patris et Filii, non inde incipiat: neque hoc quasi maximum teneat, tamquam sine
hoc uera fides nulla sit. Tuto unam substantiam dicet, cum ante dixerit, Pater ingenitus
sit; Filius natus est, subsistit ex Patre, Patri similis est uirtute, honore, natura.
47
IBID. (PL 10, 526 A): In his igitur tot et tan grauibus fidei periculis, uerborum breuitas
temperanda est; nec impie dici existimetur, quod pie intellegitur: ne secura atque in-
nocente conscientia, per occasionem haereticam, reus sermo sit.

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HILARIO DE POITIERS Y LA FE DE LOS ORIENTALES. UNA 29
REFLEXIÓN SOBRE LA INFLUENCIA DEL EXILIO...

fortaleza necesaria para estructurar su acción contra sus opositores


y para transmitir a sus colegas en el episcopado la seguridad de que
aquellos que defendían su misma causa no eran minoría en lo que
predicaban.

3. CONCLUSIÓN
En 360 se celebró en Constantinopla un concilio bajo la dirección
del emperador Constancio II. En dicho sínodo se ratificaron las me-
didas adoptadas en las reuniones de Rímini y Seleucia,48 se rechazó
el homooúsios y se prohibió cualquier discusión en torno a la ousía en
reuniones conciliares venideras. Asimismo, se decretó el estableci-
miento del credo homeo de Rímini que estipulaba la semejanza del
Hijo con respecto al Padre según las Escrituras.49 Padeciendo todavía
su exilio, Hilario de Poitiers no dudó en desplazarse hasta la ciudad
con la esperanza de poder intervenir en el concilio y, acercándose al
emperador, tratar de obtener una revisión de su causa y su condena.
El propio Hilario es quien nos transmite detalladamente los porme-
nores de su periplo en una larga carta dirigida al augusto (Liber II ad
Constantium) y una amarga invectiva (In Constantium) fruto del fraca-
so de sus aspiraciones iniciales. Ambos testimonios nos transmiten
una información tan valiosa como personal de los acontecimientos
acaecidos en el concilio, así como de sus inmediatas consecuencias.
Tras la reunión sinodal, el obispo de Poitiers pudo por fin con-
tar con toda la información acerca de los motivos de su exilio y de
las verdaderas intenciones de Constancio II hacia el episcopado or-
todoxo occidental. Este hecho le motiva a redactar su invectiva In
Constantium donde denuncia repetidamente la imposibilidad de ha-
cer valer su inocencia y su denuncia contra el proceder de la facción
eclesiástica favorecida por el poder que pretendía implantar en la

48
Cf. Hans C. BRENNECKE, Studien zur Geschichte der Homöer: der Osten bis zum Ende
der homoöischen Reichskirche (Beiträge zur historischen Theologie), Tübingen,
Mohr Siebeck, 1988, 23-29 y 40-47.
49
HERMIAS SOZOMENO, Historia ecclesiastica 4, 24 (GCS n.s. 4, 178), Οἱ δὲ ἀμφὶ
Ἀκάκιον ἐπιμείναντές τινα χρόνον ἐν Κωνσταντινουπόλει μετεκαλέσαντο
τοὺς ἐκ Βιθυνίας ἐπισκόπους, ἐν οἷς ἦν καὶ Μάρις ὁ Χαλκηδόνος καὶ
Οὐλφίλας ὁ τῶν Γότθων. Πεντήκοντα δὲ ὄντες εἰς ταὐτὸν συνῆλθον καὶ
ἐβεβαίωσαν τὴν ἐν Ἀριμήνῳ ἀναγνωσθεῖσαν γραφήν, προσθέντες τοῦ
λοιποῦ οὐσίαν ἢ ὑπόστασιν ἐπὶ θεοῦ ὀνομάζειν μηδόλως, παρὰ ταύτην
δὲ τὴν γραφὴν ἀποκεκηρύχθαι πᾶσαν ἄλλην ἢ γενομένην ἢ μέλλουσαν.

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30 ALMUDENA ALBA LÓPEZ

Galia una forma de arrianismo moderado al tiempo que eliminaba


todos aquellos elementos que no se prestasen a colaborar en ese pro-
yecto. En este concilio, tanto la postura pronicena propugnada por
Hilario como la del homoioúsios enarbolada por Basilio vieron frus-
tradas sus demandas y aspiraciones ante la imposición, una vez más,
de la opción religiosa patrocinada por Constancio II.
Hilario de Poitiers no solo se esforzó en dar a conocer a sus co-
legas galos la ortodoxia de los obispos orientales que, si bien no se
expresaban con el mismo lenguaje que los nicenos, compartían una
idéntica confesión de la igualdad de sustancia de Padre e Hijo. En
De synodis descubrimos, igualmente, un ánimo decidido por vencer
los reparos hacia el homooúsios por parte de sus homólogos orien-
tales. De Basilio de Ancira aprendió que la analogía Padre-Hijo era
la garantía para refutar a los homeos evitando cualquier concesión
al modalismo.50 Así, observamos que cuando trata el homooúsios en
De synodis lo hace con una mirada diferente a la de sus colegas oc-
cidentales, insistiendo en que para defenderlo es necesario interpre-
tarlo de forma correcta, extremo que se logra cuando se ve la relación
Padre-Hijo a la luz de la natiuitas que dicho vínculo lleva implícita.
Este factor imprime, asimismo, la necesidad de distinguir un orden
a la hora de tratar la unicidad de sustancia de las Personas, ya que el
Padre es ingénito, mientras que el Hijo es unigénito. Esto implica que
el segundo subsiste por el primero, del que toma todos sus atributos,
haciéndose en todo igual a Él. Solo a través de la constatación de
la igualdad y la singularidad de las Personas se puede entender el
homooúsios:

No se debe negar, hermanos queridísimos, la única sustancia del Padre y


del Hijo, pero tampoco se la debe confesar irracionalmente. La sustancia es
una por la propiedad de la naturaleza engendrada, pero no por la porción,
o la unción, o la comunión. Piadosamente se puede afirmar una sola sus-
tancia, o piadosamente se puede callar. Dado que sostienes el nacimiento,
sostienes la semejanza. ¿Por qué mantenemos la calumnia por la sospecha
del término, en circunstancias en que no disentimos en la comprensión de
la realidad? Creamos y digamos que es una sola la sustancia, pero por la
propiedad de la naturaleza, no para dar a entender una unidad impía. Es
una sola por la semejanza, no por la soledad.51

50
Cf. WEEDMAN,“Hilary of Poitiers and the Homoouisians”, 510.
51
HILARIO DE POITIERS, De synodis 71 (PL 10, 527 B): Non est, Fratres charissimi,
una Patris et Filii neganda substantia: sed nec irrationabiliter praedicanda. Sit una

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HILARIO DE POITIERS Y LA FE DE LOS ORIENTALES. UNA 31
REFLEXIÓN SOBRE LA INFLUENCIA DEL EXILIO...

A pesar de las diferencias que separaban a Hilario de Poitiers


de sus homólogos orientales que le acogieron fraternalmente du-
rante su exilio, las semejanzas en el planteamiento de la defensa de
la ortodoxia desde los postulados de las verdades cristológicas fun-
damentales defendidos por ambos contribuyeron a abrir un diálogo
teológico entre Oriente y Occidente que, con el tiempo, fructificaría
en el concilio de Constantinopla de 381.

substantia ex naturae genitae proprietate; non sit aut ex portione, aut ex unione, aut
ex communione. Potest una substantia pie dici, et pie taceri. Habes natiuitatem, habes
similitudinem. Quid uerbi calumniam suspiciose tenemus, rei intelligentia non dissi-
dentes? Credamus, et dicamus esse unam substantiam; sed per naturae proprietatem,
non ad significationem impiae unionis. Una sit ex similitudine, non ex solitudine (tra-
ducción de FERNÁNDEZ EYZAGUIRRE, San Hilario de Poitiers, Sobre los sínodos, 153).

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