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Azaola Elena

El documento resume las experiencias de 100 menores infractores internados en una institución de tratamiento. 1) Los menores se sienten aburridos y encerrados, y no les gusta pelearse con otros o que les roben. 2) No pueden tener amigos como afuera y deben defenderse solos. 3) No les gusta levantarse temprano para ejercicios militares. 4) Creen que la institución enseña a ser peores y no piensan que les sirva de algo estar ahí.

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El documento resume las experiencias de 100 menores infractores internados en una institución de tratamiento. 1) Los menores se sienten aburridos y encerrados, y no les gusta pelearse con otros o que les roben. 2) No pueden tener amigos como afuera y deben defenderse solos. 3) No les gusta levantarse temprano para ejercicios militares. 4) Creen que la institución enseña a ser peores y no piensan que les sirva de algo estar ahí.

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Menores infractores

Sus experiencias en instituciones


de tratamiento *
Elena Azaoltz **

Para hablar sobre las instituciones d e tratamiento para menores


infractores, podriamos traer aqui a colacion sus normas, sus discur-
sos, sus planes y programas de trabajo o sus manuales d e orga-
nizacion, documentos todos ellos que si bien son valiosos y revelan
una parte del quehacer institucional, suelen presentar una sola cara
d e la institucion. Aquella quie, por lo general, remite a su ideario o
a s1.1 declaracion d e principias, es decir, al "deber ser" mas que a su
realidad o a su practica cotidliana.
Esta distancia entre lo que la institucion dice que hace y lo que
hace -que los analistas institucionales han identificado como una
caracteristica d e toda institucion-, no es, sin embargo, el interes
fundamental d e esta platica.
Lo q u e aqui nos interesa, mas bien, es hacer notar otra distan-
cia: la que existe entre lo que la institucion se propone, esto es,
"rehabilitar a los menores", y lo que estos dicen acerca d e sus
vivtencias e n la institucion. Nos parece que ambos discursos, el d e
la institucion y el d e los menores, pueden y deben ser escuchados y
confrontados, pues no solo en muchos aspectos s e revelan como
ajenos o incompatibles, sino que ponen d e manifiesto o permiten
trazar un perfil d e la institucion cuyos rasgos cuestionan la imagen
que d e si misma nos ofrecen sus discursos.
Quisieramos ver, entonces, cual seria la imagen d e la institucion
q u e los relatos d e estos menores ponen al descubierto, cuales serian
"1.a~instituciones de tratamiento pala menores irifracrurcs a la lux de las experiencias d e
5us internos'. Ponencia n r e s e ~ t a d a-n el Seminario Medius Jurid~cosvaro la D e f e n s ~del
Menor, Comision Nacional de Derechos Humanos, octubre de 1992.
* * Iloctora en Antropologia. Psicoanalista.
TRAMAS

sus caracteristicas a la luz de las experiencias de sus internos y de


que manera esta imagen interpela a la institucion, cuestiona su
practica o revela sus contradicciones. En otros terminos, que es lo
que a la institucion se le escapa en su propio discurso, que deja
fuera o que es lo que no logra escuchar en el discurso de sus
internos.
Antes d e seguir adelante, habria que aclarar que, seguramente,
nada de esto lograremos dilucidar en esta breve charla. Nos con-
tentariamos si los testimonios de los menores que a continuacion
transcribiremos tan solo nos permitieran formular y pensar en la
pregunta que imagen de la institucion nos revelan? y nos
permitieran pensar, tambien, en las posibles respuestas que en
estos relatos cada quien sea capaz de escuchar.
Quisiera hacer notar que las preguntas que a continuacion
transcribo fueron dirigidas a la gran mayoria de los 100 ninos de 8
a 14 anos internos en una institucion de tratamiento para varones
y que las respuestas que aqui reproducimos fueron las que con
mayor frecuencia obtuvimos.
A la pregunta piensas de estar en este lugar?, la respuesta
mas frecuente fue: "No me gusta estar aqui. No me gusta nada de
lo de aqui; me aburro mucho, me siento encerrado".
Entre los ninos mas pequenos, a la pregunta que es lo que
menos te gusta d e estar aqui? la respuesta mas frecuente fue: "que
los otros chavos todo el tiempo se esten peleando; que se quieran
pasar de listos con nosotros en las noches y que nos peguen y nos
roben nuestras cosas".
Al preguntarles si alli podian tener amigos, la mayor parte de
las veces contestaron: "con algunos me llevo bien, con la mayoria
no". Un muchacho me explico: "Afuera podemos tener amigos y
formar parte de un grupo. Aqui adentro no se puede, cada quien
debe ver por si mismo y defenderse solo".
En relacion con las actividades, lo que a la mayoria le molestaba
mas era tenerse que levantar a las 5 d e la manana para pasar lista y
hacer ejercicios militares. Un chavo me explico: "no se para que nos
ponen a hacer tanto ejercicio, ni que estuvieramos tan gordos".
A la pregunta de si pensaban que les s e ~ ' ade algo estar alli, la
gran mayoria contesto: "De aqui los chavos salen peores. Es que
nos platicamos unos a otros de como robar, como conseguir la droga
y, el que no sabia, pues aprende".
MENORES INFRACTORES

E n esta, como en otras respuestas, lo que llama la atencion es


como los menores han hecho suya una opinion, un sentir generali-
zado que pareceria provenir de fuera del ambito institucional pero
que, curiosamente, circula tambien adentro, haciendo visibles sus
contradicciones.
A las preguntas como crees tu que se podria mejorar la
institucion? o, si tu fueras el director, cambios propondrias?
lo mas notable fue la ausencia generalizada de respuestas. Daba la
impresion de que ninguno lograba siquiera imaginarse a si mismo
colocado e n ese lugar. Solo dos ninos se atrevieron a responder:
uno, que los dejaria salir cada 8 dias con sus familias y, el otro, que
los dejaria ver la tele despues de las 7 d e la noche.
Esta incapacidad para colocarse, aun cuando fuera de manera
imaginaria en el lugar del director, parecia estar asociada a la
dificultad vara vivitse a si mismos como sujetos de derecho v con
derechos, como sujetos que eventualmente podrian impugnar o
cuestionar a cualquier instancia de poder. Aun mas, el poder era
visto por estos ninos como una estructura inamovible y monolitica,
como si los funcionarios o incluso los vigilantes de la institucion
fuesen la unica y la ultima instancia posible.
A la pregunta opinion tienes sobre el personal? una de las
respuestas mas frecuentes fue: "pues ni bien ni mal". Otros mucha-
chos se animaban a explicar: "es que los trabajadores sociales y los
psicologos son muy chismosos y ni nos ayudan. A veces pedimos
permiso para salir los fines de semana y no nos contestan; siempre
hay que esperar hasta que nos manden llamar. Tampoco nos avisan
como van nuestros casos o cuando nos toca pasar a revision".
Otra opinion muy difundida sobre que hacian los trabajadores
sociales y los psicologos, era: "los trabajadores sociales van y buscan
a nuestras familias y les dan consejos. Tambien a nosotros nos
aconsejan para que nos portemos bien. Las psicologas nos hacen
pruebas para ver si ya reaccionamos o como andamos del 'celebro'.
Luego ellas hacen su informe y lo mandan al Consejo Tecnico; si el
muchacho ya reacciono, lo externan, si no, lo aplazan por otros tres
meses y asi hasta que reaccione".
Al preguntarles sobre los vigilantes, los menores contestaban:
"algunos son chidos, otros no porque pegan de mas, sobretodo los
fines de semana". Aunque en esta respuesta quedaba claro que para.
ellos el problema no era que los golpearan, sino que los golpearan
TRAMAS

"de mas", me anime de todos modos a preguntarles que opinaban


acerca de que se les golpeara en la institucion. Invariablemente la
respuesta fue: "pues esta bien, nosotros nos lo buscamos". La
otra respuesta fue: "asi debe ser, asi es como se debe tratar a los
animales" o tambien, "es la unica forma en la que entendemosu.
En estas ultimas respuestas varias cosas nos sorprenden. En
primer lugar, la aparente facilidad con la que el menor, a pesar de
si mismo, hace suyo el discurso del golpeador. En segundo lugar, la
manera como este discurso aparece como inobjetable, como si nada
hubiera que oponer a su logica y, en tercer lugar, la manera como
el menor se asume como el destinatario d e dicho discurso, asi sea
que quede colocado e n el lugar d e animal. (Habria que senalar que
incluso la sociedad protectora de animales podria objetar este
discurso y que, d e hecha, no seria la primera vez que al hacerlo sus
argumentos podrian servir de paso para defender a los nifios.')
Lo que trato d e evidenciar aqui es la complejidad del sistema
de los golpes que no se reduce o se situa solo del lado de los
vigilantes o d e la institucion, sino que muy posiblemente subsiste y
se reproduce e n la medida e n que tambien se halla del lado de los
menores y de sus padres.
Con respecto a la pregunta opinas d e otros castigos que
les imponen en la institucion? la respuesta fue similar: "lo que no
me gusta es que los castigos duren tanto tiempo". Explicaron que
la mayoria de los castigos duraban un mes, ya sea que les hubieran
suspendido la visita de sus familiares, les hicieran traer pantalon
corto, asear los banos o lavar los platos. Los motivos de los castigos
eran tambien diversos: podian ir desde haberle faltado al respeto a
algun miembro del personal, hasta haber violado a algun compa-
nero. En este ultimo caso el castigo era, por lo general, mas severo
y podia consistir en que se le sumergiera en una cisterna de agua
fria o que se le pusiera a correr alrededor del patio durante la
madrugada. E n una ocasion que los menores habian conseguido
diversas substancias para drogarse, el castigo consistio en ponerlos
de rodillas y hacerlos trapear los corredores y los patios en esta
posicion. Tampoco en estos casos los menores protestaban. Lo
hacian solamente cuando los golpes o los castigos traspasaban
' Me refiero a la conocida anecdota de que uno de los primeros casos de maltrato infantil
que se denuncio en Estados Unidas, tuvo que echar mano de la legislacion protectora
de animales pues no habia leyes que protegieran a los ninos de la agresion proveniente
de sus padres.
MENORES INFRACTORES

cierto umbral. Cierto umbral no dicho ni estipulado por los regla-


mentos de la institucion pero que, sin embargo, operaba.
A la pregunta piensas hacer cuando salgas d e la institu-
cion? la respuesta invariable era: "irme por la derecha". Esta era
una formula que con frecuencia el personal les repetia y que, como
otras, circulaba a manera de un estereotipo tambien entre los
menores. Al responder esta pregunta, parecian satisfechos de po-
der mostrar que habian aprendido la leccion y que estaban dispues-
tos a emplear la formula magica con la esperanza de que les ayudara
a salir de la institucion.
Al preguntarles podian hacer ellos para obtener su ex-
ternacion? la respuesta era: "pus no se, segun lo que opinen las
psicologas en el Consejo Tecnico de como van nuestros casos". Esta
respuesta, entre otras cosas, ponia d e manifiesto una de las formas
d e alienacion institucional que los menores habian incorporado y
por Xa cual habian dejado de ser nino o sujeto, para pasar a ser "un
caso". Era como si el nino y "el caso" nada tuvieran que ver entre si
para las psicologas, sin embargo, prevalece "el caso" y este deter-
mina la suerte del nino.
No obstante, y a pesar de que carecian de informacion oficial a
este respecto, los muchachos parecian saber muy bien, si no el
momento en que saldrian, por lo menos el orden en que lo harian.
En primer lugar estaban aquellos que podian cumplir con los requi-
sitos formales que se les exiglan y, en ultimo, aquellos que por no
tener familia o por haber huido de sus casas, no tenian quien se
ocupara de efectuar los tramites, cumplir con los requisitos o hacer
como si se hubieran cumplido, cosa que, por cierto, ocurria con
mucha frecuencia y que a la institucion parecia no importarle
mientras pudiera mostrar por lo menos en un papel, las "evidencias"
de su cumplimiento.
Aquellos ninos que ignoraban cuando podian abandonar la
institucion, vivian inmersos en una tristeza profunda que podia
adoptar las mas diversas formas: desde el desencanto y la apatia,
hasta el cinismo o la rebeldia que los llevaba, segun el caso, a una
falta generalizada de interes, o bien, al deseo de fuga.
Sobre el tipo de requisitos que se les exigia, resulta ilustrativa
la respuesta d e un menor que acababa d e ser notificado de su
externacion. Al preguntarle icomo la habia obtenido? contesto: "es
que mi mama ya trajo el papel de que me admitieron en la secun-

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