UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCIÓN
FACULTAD DE FILOSOFIA
DIRECCION DE POSGRADO
Nombres y Apellidos: Liz Mabel Riquelme Vera – CI 5720711
Tema: Enfoque por Objetivos didácticos vs. Educación Basada en Competencias en la Educación
Superior.
ENSAYO RESPECTO A LA TRASCENDENCIA DE AMBOS ENFOQUES Y LA
IMPLICANCIA EN EL ALUMNADO
Cabe resaltar primeramente que el sistema basado en competencias intenta empoderar a
estudiantes con habilidades y conocimiento en diversos campos de estudio a través de
programas educativos flexibles y a la medida.
Según los especialistas, el objetivo de un sistema basado en competencias es generar individuos
preparados para los retos del futuro; empoderar a estudiantes con conocimientos y habilidades
en diversos ámbitos y campos de estudio, en un programa educativo flexible y a la medida de
cada alumno.
Las competencias que los estudiantes deben dominar incluyen objetivos de aprendizaje
explícitos y medibles. En este modelo educativo los estudiantes reciben apoyo oportuno y
diferenciado en función de sus necesidades individuales de aprendizaje así mismo, los
investigadores del reporte definen cinco características que delinean a un estudiante
autosuficiente y que dirige su propio aprendizaje.
- Poseedores de conocimiento. Curiosos de su entorno, su cultura y su historia.
Interesados en las ciencias y la matemática detrás de los fenómenos. Participativos
buscadores de la justicia y la democracia.
- Maestros de alfabetizaciones fundamentales. Obtienen competencias necesarias para
prepararse para la universidad, ejercer la profesión y la vida. Son lectores críticos.
Escritores convincentes, pensadores matemáticos y visualizan datos de forma efectiva.
- Pensadores originales. Lidian con el conocimiento conflictivo. Crean muchas ideas en
situaciones nuevas y ambiguas. Replantean, imaginan y ven problemas desde diferentes
perspectivas.
- Colaboradores generosos que resuelven problemas. Trabajan en equipo y brindan sus
fortalezas. Buscadores de talentos que valoran la experiencia en otros. Ciudadanos
inquisitivos del mundo que buscan y respetan la diversidad y los distintos puntos de
vista.
- Aprendices de por vida. Autodidactas y autodirigidos. Aprendices curiosos sobre sí
mismos y el mundo. Inventores de sus propios caminos de aprendizaje, carrera
profesional y vida.
Retos para su implementación
Este sistema con estudiantes proactivos y autodirigidos reta a al aprendizaje tradicional, sin
embargo, su adopción no es una alternativa sencilla. Surgen distintos cuestionamientos:
¿Cómo definir las competencias que los estudiantes deberán dominar? Restringir el
conocimiento a unas cuentas competencias puede ser reduccionista y de difícil evaluación.
¿Cómo transformar los sistemas educativos? Cambiar de paradigma es un desafío técnico,
pedagógico y cultural.
¿Qué herramientas usar? Las plataformas y los materiales actuales se enfocan en edades y no
están diseñados en competencia y no responden a progresos individuales.
¿Cómo evaluar? Calificar e informar el progreso de los estudiantes mientras dominan
competencias o agregar medidas de éxito en un nuevo sistema evaluativo son desafíos nuevos.
Desde mi punto de vista la educación se debería adaptar a las necesidades de cada estudiante. La
educación debería dotar de competencias a los futuros profesionistas para ajustarse de manera
adecuada a los puestos laborales que el mercado y la tecnología demanden. Sin embargo, aún no
existen estos programas educativos capaces de lograrlo. La tarea será desarrollar estos nuevos
ecosistemas educativos.
Por otro lado la Pedagogía por objetivos, como parte de un espacio de la escuela tradicional, ha
establecido una relación deliberada de observancia de metas en su afán de alcanzar la eficacia,
este modelo de planificación determinista de la práctica docente, abrevó en principios
psicológicos conductistas y en fuentes curriculares propias de la racionalidad técnica, la cual
estaba determinada por la comunión temporal de un conjunto de metodologías basadas en el
gerenciamiento empresarial y traspasadas luego, a la organización escolar. La escuela
tradicional ha centrado el proceso de enseñanza – aprendizaje en el docente como figura
excluyente, como elemento revelador del saber y modelo a seguir, en cuanto reflejaba un deber
ser del alumno, que desde el establecimiento escolar estaría en condiciones de entender las
necesidades de la sociedad de la que era parte y sumarse a ella en consecución de niveles
académicos superiores o bien al mundo del trabajo. Pero a la vez en esta pedagogía por
objetivos que nos ocupa, el profesor veía limitada su tarea en cuanto a la participación del
diseño del proyecto curricular y en muchos casos, de acuerdo a las características de la
institución escolar, hasta de las particularidades de la
programación de aula, entiéndase como tal a la selección de contenidos y las estrategias para su
dictado.
Así las cosas, como se menciona romper con un paradigma pedagógico tradicional, implica
ineludiblemente transitar dimensiones que hasta no hace mucho tiempo podían resultar inciertas
e inaceptables, dado que las necesidades educativas modernas son más veloces que la
permanencia en una zona de confort que sacraliza un método. Es así, que el extraordinario y a la
vez imperioso protagonismo del alumno en el proceso del acto didáctico actual, requiere la no
menor facultad de parte de los docentes de aprender a pensar y actuar ese proceso, de enseñar a
pensar, de enseñar a aprender, y a la vez seguir aprendiendo como recurso necesario de la
educación permanente.