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Poesía Infantil de Edith Vera

El documento resume una reseña publicada en la revista Catalejos sobre la reedición del libro "Las dos naranjas" de Edith Vera. La reseña describe la trayectoria de publicación del libro, resume su contenido y analiza los poemas que contiene. Resalta que a través de imágenes y sonidos los poemas celebran el mundo natural de una manera sencilla y que también incluyen poemas más reflexivos sobre las palabras y la fugacidad de la infancia. Concluye destacando la importancia de que se publiquen las obras completas de Vera para

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Poesía Infantil de Edith Vera

El documento resume una reseña publicada en la revista Catalejos sobre la reedición del libro "Las dos naranjas" de Edith Vera. La reseña describe la trayectoria de publicación del libro, resume su contenido y analiza los poemas que contiene. Resalta que a través de imágenes y sonidos los poemas celebran el mundo natural de una manera sencilla y que también incluyen poemas más reflexivos sobre las palabras y la fugacidad de la infancia. Concluye destacando la importancia de que se publiquen las obras completas de Vera para

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Recibido: 21/03/2019

Aceptado: 10/04/2019
Publicado: 01/06/2019

Stapich, E. (junio, 2019). “Las dos naranjas de Edith Vera”. En Catalejos. Revista sobre lectura,
formación de lectores y literatura para niños, 8 (4), pp. 236- 240.

Vera, Edith
Las dos naranjas
Villa María, Córdoba
EDUVIM
2018
98 páginas

Las dos naranjas de Edith Vera

Elena Stapich1

¿Quién es Edith Vera, sino un aletear de palabras que


se despegan de la boca del mundo y atraviesan la
niebla?
Mariano Medina

La Editorial de la Universidad Nacional de Villa María publicó una edición facsimilar del
libro Las dos naranjas, de Edith Vera, profeta en su tierra. Libro inconseguible, añorado,
que se editó por primera vez en 1969 con una tirada de 1000 ejemplares comunes, más
otros 70 con papel de gramajes mayores, ilustrados a mano por la autora. En 1990 fue

1
Elena Stapich es maestra, Profesora en Letras y Magister en Letras Hispánicas. Es fundadora y socia de
la ONG Jitanjáfora. Correo electrónico: [email protected]

Catalejos. Revista sobre lectura, formación de lectores y literatura para niños. 236
Vol.4; Nº. 8, junio a diciembre de 2019. ISSN (en línea): 2525-0493. (pp. 236 - 240)
Elena Stapich

reeditado por Magisterio Río de la Plata. Con estos poemas Edith Vera había ganado el
primer premio del Fondo Nacional de las Artes en 1960.
Para esta ocasión, la ilustradora Cecilia Afonso Esteves diseñó la tapa, a partir
de la original, de Francisco Alberto Ferrer. Ambas forman parte del libro, siendo la nueva
versión una suerte de abstracción –minimalista y armoniosa- de la antigua.
También se agregaron unas palabras preliminares de Beatriz Vottero, quien traza
un retrato de Edith Vera que pone el acento en el misterio que envolvió su figura y en el
vínculo personal que las uniera: “…ella regresaba al bosque escondido de su casa y uno
se quedaba con el alma suspendida…” (Vera, 2017, S/d).
El libro, editado hace ya cuarenta años, estuvo prologado por la especialista
María Luisa Cresta de Leguizamón, de la Universidad de Córdoba, quien, después de
señalar las vastas zonas en común donde se intersectan infancia y poesía, apunta que
algunos de los textos del libro “lo mismo pueden gustar al niño, que al adolescente o al
adulto” (p. 13) para finalizar destacando que todo es materia poetizable para Edith Vera,
“absolutamente todo” (p. 13).
El carácter facsimilar de esta edición nos permite asomarnos al diseño de página
y a las ilustraciones originales, realizadas por la poeta con la sencillez y dedicación con
las que una maestra prepararía el material para su grupo. La tipografía es sencilla y
grande, como en un libro escolar. La ausencia excepcional de alguna letra, como en “ovil
os de color” (sic) contribuye a reforzar la impresión de lo hecho con las propias manos,
lo artesanal, la labor delicada de la ternura.
Los poemas están divididos en dos secciones: La Naranja Dorada/ La Naranja
azul. Por ellos transitan los animales: la mariposa, la tortuga, la gata, las hormigas, el
grillo, la gallina, el caballito de mar, la jirafa, pájaros y peces, vaca y caballo; lo cotidiano
(el reloj, el piano); lo cósmico: el sol, la luna, el mediodía, el otoño; lo sensorial: colores,
olores, sonidos, sombra; lo mágico (galera, bruja). Todo pasa por el tamiz de la visión
animista: “El piano guarda/ pasos de gato/ en la escalera. / El violín suelta/ de los
sauzales/ la cabellera” (p. 74).
Muchos de los poemas, tal vez los más claramente infantiles, hacen pie en lo
sonoro, en la onomatopeya, dejando suspendido lo semántico, que se adelgaza hasta
casi desaparecer: “a?/ ananá con mazapán/ e? /ese tren es de papel. / i? / ji… ji… ji…/

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EN LA MIRA: Reseñas literarias

o?/ no, no y no!/ u?/ chucu, chucu, chucu, chuuu…” (p. 23) O cómo hacer un poema con
las cinco vocales sin que suene a recurso didáctico.
Los textos recrean géneros populares como la receta, la jitanjáfora, la canción de
cuna, la ronda, los conjuros (“Compré un baulito/ de cuero bonito, / y si quiero abrirlo/
le debo decir: / Peripón, pin, pon, / pon, pon, pin, pon.”) (p. 41) así como estructuras
propias de la poesía oral tradicional: numeral (“Hay un reloj / que da la una, / que da las
dos / pero no da las tres.”) (p. 26), dialogada (“Zapaterito bueno, ¿me puedes hacer /
zapatos de plata / para ir a pasear? / -No, no los puedo hacer”, p. 51).
Son varios los poemas que remiten a otros, anónimos, de la tradición española:
“En el bote van las niñas/ vestidas de lino blanco…” (p. 67), con la cadencia del octosílabo
en el que se mecen los versos de los romances populares.
Sin embargo, especialmente en la segunda parte del libro, se abre camino una
poesía distinta, tal vez aquella a la que aludía María Luisa Cresta de Leguizamón cuando
se planteaba la posibilidad de que no solo a los niños estuvieran destinados los textos
de Las dos naranjas. Los poemas, a veces –olvidados de la rima- se vuelven sobre sí
mismos, sobre la palabra que es su materialidad: “Hay palabras lindas como: / tilo, /
viento, / arena, / amapola, / ardilla, / limón. / Otras suenan feo como: / trueno, / loro, /
trompeta, / repollo, / galleta, / carbón” (p. 63).
El quehacer poético se vuelve cosa de mirar hondamente lo que nos rodea, “el
milagro cotidiano”, y recoger luz y sombra, olores y colores, hierba y agua, y celebrarlos
en el verso para siempre, en la metáfora que reviste a las cosas comunes de misterio:
“el silencio de una almendra caída” (p. 90). Hay profusión de imágenes de la luz, solares,
de amarillo, de verano y mediodía. Dice la poeta: “No hay alegría/ más amarilla que la
de mis pájaros…” (p. 79); “Hay luz en la luz de los ojos, / en la luz del agua saltarina, / en
la luz del sol que se ha asomado/ y en las palabras balcón y mediodía.” (p. 75); “Índice
del mediodía: / Cielo color melón. / Una gallina/ que exagera el milagro cotidiano.” (p.
92)
Pero corriendo por debajo de la celebración del mundo circula una veta de
nostalgia o de melancolía, que brota tal vez de la conciencia de lo efímero, del carácter
fugaz de la infancia. La niña-manzana es una pasajera: “Y sin que nadie lo esperara/ dijo
una vez: Me voy/ No la esperamos, pero en una almohada/ quedó la inicial de su nombre
de manzana” (p. 91).

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Elena Stapich

Sobre Edith Vera ha dicho María Teresa Andruetto:


Debo decir que si la poesía, la verdadera poesía, es difícil de encontrar en este
mundo, la poesía para los chicos es infinitamente más difícil, infinitamente más
inencontrable. En un campo tan resbaladizo, tan trajinado por el deseo de
agradar, por las obligaciones pedagógicas, por el empeño en lo que debe ser, por
lo políticamente correcto, por los manuales de buenas costumbres, por las
necesidades curriculares, encontrar expresiones de auténtica poesía ha sido
siempre un milagro. Un verdadero milagro (citado en Carranza, 2010).

La publicación de Las dos naranjas es bienvenida. Contribuye a darle a Edith Vera


el sitio que merece en el campo de la poesía para niños. Ayuda a ampliar el canon de la
misma. Sería maravilloso que por este camino aparecieran sus obras completas. Para los
lectores que hemos ido recogiendo sus textos diseminados por aquí y por allá sería una
felicidad.

Catalejos. Revista sobre lectura, formación de lectores y literatura para niños. 239
Vol.4; Nº. 8, junio a diciembre de 2019. ISSN (en línea): 2525-0493. (pp. 236 - 240)
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Referencias bibliográficas

Carranza, M. (30/03/2010). Edith Vera. Revista Imaginaria. Recuperado de:


https://imaginaria.com.ar/2010/03/edith-vera-2/#1

Catalejos. Revista sobre lectura, formación de lectores y literatura para niños. 240
Vol.4; Nº. 8, junio a diciembre de 2019. ISSN (en línea): 2525-0493. (pp. 236 - 240)

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