Título: Shale Gas y Gas de esquisto
Autor: Armando Cayola Quiroga
Código de estudiante: 69780
Carrera: Ingeniería gas y petróleo
Asignatura: Perforación 1
Grupo: A
Docente: MIRIAM MAMANI CANAVIRI
Periodo Académico: Quinto Semestre
Subsede: Cochabamba
Esquisto Gas (Shale gas)
El gas de esquisto, también conocido como gas de lutita o gas
pizarra (en inglés: shale gas y en francés: gaz de schiste), es
un hidrocarburo en estado gaseoso que se encuentra en la
formaciones rocosas sedimentarias de grano muy fino. Este tipo de
gas natural se extrae de zonas profundas en terrenos donde abunda
el esquisto, rocas de lutitas o argilitas ricas en materia orgánica. El
interior rocoso del esquisto presenta baja permeabilidad, lo que
impide su ascenso a la superficie Por ende, para la extracción
comercial de dicho gas, es necesario fracturar la roca
hidráulicamente.
El gas de esquisto a nivel mundial
Estados Unidos está viviendo una de las mayores revoluciones de la
producción de los últimos 30 años, y todo esto gracias al Shale
Gas. La producción del Shale Gas se ha incrementado drásticamente
en estos años y el petróleo de esquistos crece cada vez a un mayor
ritmo.
La extracción del Shale Gas es más costosa que la del gas natural,
por ejemplo, ya que se tiene que extraer de las estructuras
geológicas en las que está atrapado y por lo tanto, es más costoso.
Sin embargo, a medida que se avanza en tecnología, los precios de
extracción del Shale Gas van disminuyendo. Se han realizado
recientes avances respecto a la perforación horizontal e hidráulica de
las estructuras geológicas, haciendo cada vez más viable
comercialmente extraer el Shale Gas atrapado en las capas de roca
sedimentaria.
El gas de esquisto abunda en países que no son exportadores de
crudo o gas tradicional, entre los que se encuentran Francia y Chile.
Y, gracias a una mayor oferta de gas, los precios de ese hidrocarburo
podrían disminuir considerablemente.
Método de extracción
Algunos depósitos de esquisto contienen reservas de gas natural que
no pueden ser explotadas utilizando métodos convencionales. El
fracturamiento hidráulico consiste en la perforación vertical de un
pozo profundo hasta el yacimiento y luego girar la perforación en
forma horizontal dentro del depósito. Por allí se inyecta arena, agua
y químicos en la capa rocosa, creando grietas que permiten que el
gas se filtre hacia el exterior. Estas grietas pueden extenderse hasta
unos pocos cientos de metros en la roca desde el pozo de
inyección. La hidrofracturación es la propagación de las fracturas en
una roca o la producción de nuevas fracturas mediante la inyección
de un líquido a presión.
Impacto ambiental
Los problemas asociados al fracturamiento hidráulico han sido objeto
de gran preocupación en Estados Unidos. En Norteamérica es
donde la explotación del gas de esquisto se ha llevado a cabo más
intensamente y donde las experiencias han generado conocimiento
acerca de los impactos ambientales. En consecuencia, la Agencia
de Protección Ambiental estadounidense (EPA) anunció, en marzo
de 2010, que llevaría a cabo un estudio para investigar los riesgos
para la salud humana y el medio ambiente, particularmente en
relación a la calidad del agua. Además, los impactos debidos al
movimiento de vehículos, el consumo de agua, el ruido y la alteración
del paisaje también necesitan ser considerados como parte de una
evaluación holística.
El balance de la extracción del gas de esquisto está llamado a un
debate ecológico y medioambiental, pues a esta industria se le acusa
de destruir fuentes de agua dulce tanto exteriores como
subterráneas.
También se le critica por aumentar la cantidad de emisiones de gases
de efecto invernadero, principalmente de dióxido de
carbono. Geológica-mente a la extracción de este tipo de gas, se le
acusa de ser responsable de al menos dos temblores de tierra
en Gran Bretaña y otro en Arkansas.
En Quebec, un reciente estudio demostró que los yacimientos de
extracción sufren de fuertes emanaciones de gas, lo que despertó un
fuerte rechazo de la población local hacia esta industria
El shale gas y el fracking
Gas natural de pizarra, gas de esquistos o shale gas.
El gas natural es un gas compuesto principalmente por metano que
se lleva extrayendo desde hace siglos, aunque sólo con la
industrialización ha tenido una explotación masiva.
Lo que se conoce como explotación convencional de gas natural
consiste en lo siguiente: el gas natural normalmente está atrapado
en bolsas de roca porosa (como una esponja) a mucha presión, las
cuales basta perforar hasta llegar a la bolsa, cuando la bolsa se
pincha el gas fluye hacia arriba por la diferencia de presión. Este
gas, como se ve es relativamente fácil de extraer, basta con
perforar hasta la profundidad de la bolsa, que suele estar a unos
pocos cientos de metros bajo tierra. Es el gas conocido como
convencional.
Después están los conocidos como gases no convencionales, que
se caracterizan por estar en rocas de baja porosidad y baja
permeabilidad, lo que hace que estén en mucha menos
concentración y se hagan más difícil de extraer. Estos gases no
convencionales los hay de varios tipos, nos centraremos en el gas
de pizarra o gas de esquistos (shale gas en inglés).
El gas de pizarra se encuentra atrapado en estratos o capas de
pizarra a mucha profundidad (desde los 400 a los 5000 metros).
Dado que la pizarra tiene una permeabilidad muy baja, el gas está
distribuido en pequeños poros o burbujas, muchas veces
microscópicas, no conectadas entre sí, lo que hace necesario
romper las capas de pizarra para conseguir reunir el gas y que fluya
hacia la superficie para ser recogido.
La compleja y cara técnica que se utiliza para llevar a cabo la
extracción del gas de pizarra se conoce con el nombre de fractura
hidráulica horizontal o fracking en inglés.
Fractura hidráulica horizontal
La fractura hidráulica consiste en hacer una perforación vertical
hasta la capa de pizarra. A esta perforación se le pone un tubo de
acero, con un recubrimiento de cemento para proteger los acuíferos
de los aditivos químicos que posteriormente se añaden.
Una vez se llega a la pizarra se vuelve la perforación horizontal, a
través de la capa de pizarra. Esta peforación horizontal tiene una
media de un kilómetro y medio de longitud, aunque puede llegar
hasta los 3 km.
Una vez en la capa de pizarra se utilizan explosivos para provocar
pequeñas fracturas. Una vez provocadas estas fracturas se
inyectan, por etapas, miles de toneladas de agua a muy alta
presión, mezclados con arena y aditivos químicos.
Este agua a presión fractura la roca liberando el gas que luego,
junto con el agua, el arena y los aditivos retorna a la superficie
(retorna entre un 15 y un 80% del fluido inyectado).
El pozo se va fracturando entre 8 y 12 etapas, con lo cual el
conducto sufre unos cambios de presión muy grandes con el
consiguiente peligro de quiebra del revestimiento de cemento.
Entre los aditivos químicos utilizados se encuentran benzenos,
xilenos, cianuros, hasta llegar a unas 500 sustancias químicas entre
las que se encuentran elementos cancerígenos y mutagénicos.
El fluido de retorno también trae a la superficie otras sustancias que
pueden contener estas capas de pizarra. Es muy común que estas
rocas contengan metales pesados (mercurio, plomo…), así como
radón, radio o uranio, ambos elementos radiactivos que llegan a la
superficie cuando previamente no estaban allí.
Impactos socioambientales de la explotación del gas de
esquisto
Disminución de disponibilidad del agua para los seres humanos y
ecosistemas: Se requieren de 9 a 29 millones de litros para la
fractura de un solo pozo. La explotación de los 20,000 pozos
anuales que se está planteando desde diversos sectores, supondría
un volumen de agua equivalente al necesario para cubrir el
consumo doméstico de entre 4.9 y 15.9 millones de personas en un
año. Ello supondría la disminución de la cantidad de agua
disponible para otros usos, lo que pondría en peligro la realización
del derecho humano a este recurso. En Coahuila, una de las
regiones donde esta actividad se está realizando, la disponibilidad
de agua es ya limitada. Contaminación de las fuentes de agua: En
Estados Unidos existen más de 1,000 casos documentados de
contaminación de fuentes de agua cerca de pozos de gas de
esquisto. En total, se han identificado más de 2,500 productos y 750
tipos diferentes de químicos en el fluido de perforación. Los
expertos señalan que más del 25% de estas sustancias pueden
causar cáncer y mutaciones, el 37% afectar al sistema endocrino, el
50% dañar el sistema nervioso y el 40% provocar alergias.
Emisiones de gases contaminantes: La extracción, procesamiento,
transporte, almacenamiento y distribución del gas de esquisto
supone la emisión de sustancias contaminantes a la atmósfera. El
noventa por ciento de estas emisiones se encuentra compuesto por
metano (CH4 ), cuyo escape es superior en un 30% al de los
proyectos de gas natural convencional. Además, también se
producen emisiones de Dióxido de Azufre (SO2 ), Óxido de
Nitrógeno (NO) y compuestos orgánicos volátiles, provocadas por el
uso de camiones y equipos de perforación. Contribuye al
calentamiento global: La explotación del gas de esquisto contribuye
a la aceleración del cambio climático debido a las emisiones de gas
metano que se producen por ineficiencias en la extracción,
procesamiento, almacenamiento, traslado y distribución. El metano
es un gas que presenta un efecto invernadero 21 veces más
potente que el dióxido de carbono (CO2 ). Otras afectaciones:
Debido al deterioro ambiental que provoca, la explotación del gas
de esquisto es, en muchas ocasiones, incompatible con otras
actividades económicas. Por otro lado, la magnitud del tráfico de
grandes vehículos que transportan agua y otros materiales daña la
infraestructura carretera y afecta la tranquilidad de las poblaciones.
Además, dado el uso de sustancias tóxicas en el fluido de
perforación, se generan residuos tóxicos que deben ser tratados y
depositados, con los consecuentes riesgos socioambientales.
El gas de esquisto y la reforma energética
Ante los retos que suponen el agotamiento de los hidrocarburos, los
problemas asociados a la explotación de hidrocarburos no
convencionales y el cambio climático, la reforma energética que el
país necesita no debe acotarse a aumentar la producción de
petróleo y gas. Por el contrario, la seguridad energética del país y el
cumplimiento de los acuerdos internacionales y nacionales en
materia de mitigación del cambio climático requieren de una reforma
cuyo eje rector sea la transición hacia una matriz energética con
mayor participación de energías limpias y renovables. En esta
transición no debe haber cabida para la explotación de
hidrocarburos provenientes de fuentes no convencionales, como es
el caso del gas de esquisto.
Gran Consumo de Agua
Para fracturar cada pozo se necesitan de media unos 9.000 a
29.000 toneladas de agua. Una plataforma de 6 pozos de media
necesita unos 54.000 a 174.000 millones de litros de agua en una
sola fractura. Estas grandes cantidades de agua deben estar
almacenadas cerca del pozo, ya que la operación de fractura de
cada pozo dura entre 2 y 5 días y se tiene que tener el agua
disponible. Lo más probable es que este agua se transporte en
camión o se haga captación directa de agua del propio entorno de
la plataforma.
Gestión del Agua Residual
El fluido de retorno de fracking contiene las sustancias químicas
utilizadas en el fluido de fractura. Además contiene metales
pesados, y sustancias radiactivas como radón, radio o uranio, que
retornan a la superficie. Millones de litros de agua contaminada que
habitualmente en EEUU lo que hacen es inyectarla en el subsuelo y
cuando no es posible se pasan a plantas depuradoras de la zona
que no suelen estar preparadas para ese tipo de contaminaciones.
Contaminación Aguas Subterráneas
La industria se empeña en decir que el origen de este gas es
natural, cuando antes de la llegada del fracking no pasaba. Pero un
estudio de la Duke University de Durham (Carolina del Norte)
publicado en mayo de 2011, ha demostrado que las
contaminaciones de metano en viviendas cercanas a pozos de los
estados de Nueva York y Pensilvania tiene su origen en las
explotaciones de gas de pizarra. El caso más grave reportado fue el
de la explosión de una casa por contaminación de metano de sus
cañerías y sótano en el estado de Ohio en 2008, como se recoge en
el Informe del Parlamento Europeo publicado en Junio de 2011.
Contaminación de Tierras y Aguas Superficiales
Se han dado casos de contaminación de estas de varias maneras: -
ruptura de conductos o juntas para evacuación de las aguas
residuales en las balsas -accidentes de camiones cisterna llenos de
productos químicos. -desbordamiento de balsas residuales
(químicos, metales pesados y elementos radiactivos) con motivo de
lluvias copiosas, tormentas o inundaciones.
Contaminación del Aire
La contaminación del aire es otro de los grandes problemas de la
extracción de gas no convencional. Durante el proceso de
extracción se producen inevitablemente fugas de gas natural, que
es 20 veces más potente que el dióxido de carbono como gas de
efecto invernadero. La industria gasística habla del gas de pizarra
como un combustible limpio. El informe de la universidad de Cornell
sobre este particular echa por tierra esta propaganda adjudicando al
gas natural un impacto superior al del petróleo o del carbón en
términos de gases de efecto invernadero. El caso mejor estudiado
sobre el impacto del gas de pizarra en la calidad del aire es el de
Fort Worth, una ciudad de 750.000 habitantes perteneciente a la
región metropolitana de Dallas. Según un estudio de la Southern
Methodist University de 2008, la extracción de gas de pizarra
generaban más esmog que todos los coches, camiones y aviones
de la región de Dallas-Fort Worth, una conurbación de más de seis
millones de habitantes.