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Dialogos - Deleuze y Parnet

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PRE-TEXTOS / ENSAYO Cicagjo Agamben “Betencias Georges Bataille Bro plnea! Jesn Bavdllad Oividara Foucault Maurice Blanchoe als pases Maurie Blanchot Michel Foucault ly como o 0 tmagino Gites Deleuze Perils y Verde Le flsefia de ransossChéteet Gites Deleuze Conversaciones Giles Deleuze / Fal Guatart , Rizoma (ile: Deleuze / Fee Guatart it messes: Captalismo 9 esquteafensa Giles Deleuze; Cave Parnet Didlogas Jacques Dentda ‘Spolones Las ets de Metesce Jncqves Demtida 1h 8 ye fonimens Jacques Desi Dal expr Hetdeggery la pregunta Jacques Dena Jacques Doszslot La plea de as fais Michel Foucault Bipensamiento del afuera Michel Foucault ‘Meszscbe, la Gonoalogi, la Hisorta DIALOGOS Gilles Deleuze Claire Parnet ' Traduccién de José Vazquez Pérez PRE-TEXTOS PRIMERA PARTE Contra, ch asioandlisis tan solo hemos dicho dos cosas: que corta todas las producciones de deseo, que aplasta todas las agenciamlento, ef apensiamiento maqulnico Se deseo yl age” ciamiento colectivo de enunclacion. EI psicoandlisis habla tiiucho del inconsciente, incluso lo ha descubierto; ahora bien, en Ja practica siempre es para reducirlo, destruirlo, conjurarlo. Exinconsciente-es concebldo como un negativo, el ineoascen® ‘es el enemigo. «Wo es war, soll Ich werden.» ¥ cuando se le traduce por: alli donde el ello estaba, alli debo yo Iegar como sujeto — atin ¢s peor (incluido el «soll», ese extraiio «deber en sentido moral»). El psicoanlisis Nama produccién o formacién’ del inconsciente a To que nO son mas que fracas0s, coniflictos, compromisos 6 juegos de palabras. Para a Tempie ray demmasiados deseos: eperverso polimorfon. Os meterdn en Ia ‘cabera Te Carencia, Ta Cultura y Ta Ley. Pero-conste que no se rata dé Teoria, simo-deT Tamoso arte practico del psicoandlisis, ate de interpreter. Y-cumndo se ass Te i inernicacon __Hieniiomcis, de Te bisqueda_del sgnifisada satan deseubr Tminfo_del signin, no_paréoe_aue fa-stuacon carrie riucho. Entre las paginas mds grotescas de Freud estan aquellas| ‘Gide se refieren a la «fellation: como el pene equivale a una ubre de vaca, y la ubre de vaca a un seno materno. ¥ todo esto para mostrar que Ia fellatio no es un «verdadero» deseo, sino que significa otra cosa, que oculta otra cosa. Una cosa siempre debe 89 {recordar otra: metafora o metonimia. Freud siempre ha sido un romano, y el psicoandlisis cada vez se vuelve mas ciceroniano. Para renovar la vieja distincién deseo verdadero-falso deseo, el Bicoamatisistispone de un esquema perfecto: los verdaderos ‘contenidos de deseo serfan las pul rales; Ta_verdadera expresion nes parciales, o los objetos feseo seria_ Edipo, casiracion,_oTa MHUETTE, Una instancla para estructurar el todo. TaH_pronto como eI deseo” agencia algo relacionado con un Exterior, relacionado con un devenir, se rompe el agen- ciamiento. Por ejemplo en la fellatio: pulsién oral de ichupeteo del seno + accidente estructural edipico. E igual ocurre con el resto. Antes del psicoandlisis se hablaba con frecuencia de repugnantes manias de viejo, ahora se habla de actividad perversa infantil. Nosotros decimos lo contrario: el inconsciente, ni Io tentis, ni 10 tendréis jamas, 70es_uun_ Por otfo, las personas que estin «verdaderamenten Jocas aunque no lo parezcan, y que de pronto cometen un acto explosivo que nada hacia preveer: un incendio, un homicidio, etcétera (régimen monomaniaco, delirio pasional o de reivindi- caci6n), Pues bien, si el psiquiatra tiene mala conciencia, la tiene desde el principio, pueso-que etd atrapado en la disocacién del concepto-de Tocura: se le acusa de tratar de locos a personas que Pe reer Genres Sractarenre que To ssiin, y de no vera tiempo k Diros que electivamente lo estan. El psicoanilisis se HEIMTFOATER 5 AOE POLO ATER dos estas Ices Se parceerio, ¥ que todos parecemos_locos sin estarlo, _PSgulbriase-ha_constulda sobre el feaso_del concepta-de eer ee ems ha Podido conectar con lla. Sobre este punto resulta diff anaair-algo més a los andlisis, primero de Foucault, y luego de Robert Castel, cuando muestran cémo el psicoanilisis ha crecido sobre ese terreno de la psiquiatria. ¢ Descubriendo entre las dos polos el mui “on integridad de las facultades intelectuales e inclu: i Tontractual-Iberal toda una serie Ge personas que, hasta enton- cet paresan esa eWSUIGHS Geet Toca sitvaba Tos que lg padecian fuera de todo posible contrato). El contrato propia- mente psicoanalitico, un flujo de palabras contra un flujo de CCF. el eBlebre caso del presidente Schreber, y ef jusio que le devuelve sus derechos. 4 Ci. Ronear Castel: Le Psychanalyeme, Ed. de Minuit. 96 tarse en todos los poros de la sociedad coupados por es0s cas0s Thieiigg, Pero a inedida que el psicoandlsis vein aumentar si Siiensidn, a medida que se remontaba hasta los delirios ocultos bajo las neurosis, parece que la relacién contractual, incluso si se guardaban las apariencias, le satisfacia cada vez menos. En efecto, el psicoanisis habia logrado realizar lo que tanto habia angustiado a Freud al final de su vide: se habia convertido en interminable, interminable por derecho. Pero al mismo tiempo adguiria una funeion de «masan, puesto que lo que define una Funcién de masa no es necesariamente un cardcter colectve, de ciase © de conjunto, sino el paso juridico del contrate al cstatuto. El psicoandisis cada vez parece tender mas-a adler tun estatuio”intransTeribe, Inalenab1e,GUea_eirar_en_unig fas dos polos en los que Ta psiquiatria_ encontraba sus Timites, ampliando el campo existente entre ellos, profundizandolo, el psicoandlisis iba a inventar un estatuto de la enfermedad mental © del transtorno psiquico, que no cesaria de renovarse, de propagarse en forma de red. Nos proponian la nueva amt el psicoandlisis es cosa de toda una vida. La importancia de la Escuela freudiana de Paris tal vez est _lisaia_a que ha_expresado-por vet primera las exgeneias de-un “EUSHG”Grden_psicoanaliticn, 4_no_s6lo_en-teoris sine en fa ‘Grganizacin de sus esatutos,en-sut actas de Tundacién, Desde ZI principio propone claramente un estatuto psicoanalitico que se copone al viejo contrato; come consecuencia esboza una muta- cién burocratica, el paso de una burocracia de notables (tipo radical-socialista, que convenia a los comienzos del psicoandli- sis) @ una burocracia de masa; su ideal de expedir estados estatutarios como si fueran certificados de ciudadania, carnets de identidad, por oposicién a los contratos limitados; el psicoanilisis se declara partidario de Roma, se hace ciceroniano yy establece su frontera entre el «Honestas» y la «chusma». * Si 5 Chun cutioso texto de. A. Mitten, en la revista «Ornieas?», nim. 1. 7 la Escuela freudiana ha suscitado tantos problemas en el mundo psicoanalitico, no se debe ‘inicamente a'su nivel tebrico, ni a su prictica, sino’a que esboza una nueva organizacién.explicita. Y si este proyecto ha podido ser juzgado como inoportuno por los demas organismos psicoanalitices, es porque decia la verdad sobre un movimiento que atraviesa a todo el psicoandlisis y sobre el que las demés organizaciones preferian guardar silencio bajo el pretexto del tema contractual. Nosotros no echamos de ‘menos esa cobertura contractual, hipécrita desde el principio. Tampoco decimos que ahora el psicoandlisis concierne a las masas. Lo tinico que decimos es que ha adguirido una funcién de masa, ya sea ilusoria o restringida, o para una «élite». Ese el segundo aspecto de su cambio: no s6lo haber pasad6 de la Sill Testa, deT_paeniesco a Teale, dela ‘iacion_al_contagio, sinotambién_del_comravo_al_estatuio. ‘hora los nterminahles afios de pscoandlsis dan_ Giapo de deseo Tecorrido_por_particulas_y_por_fluigs. Mas NLL adelante ios gustaria volver sobre este ejemplo, detallarlo. Ahora bien, de igual forma que el desierto es _un_cuerpo sin rganos que jamés ha sido contrario a las tribus que lo pueblan, ‘vacio jamas ha sido contrario a las particulas que se agitan BC sadio jams Fa sido conrario a las pariulas que st apt Nuestra imagen del desierto es la del explorgdor que tiene sed, y Ia del vacio, la de un suelo que se hunde. Imagenes mortuorias que s6lo son validas alli donde el plano de consistencia, idéntico al deseo, no puede instalarse ni tiene las condiciones necesarias para construirse. Pero en el plano de 102 2 clagciaruenie deo iluo: isan pee A ide Ge deseo, sin-que exo-sgnifigue ioe Tipo de-carencia. Tomo dice Lawrence, la castidad es un flujo. Pero, cel plano de consistencia no es una cosa muy rara? Habria_ que responder: Por una parte ya lo tenéis, no experimentais un deseo sin que él no esté ya presente, sin que no se trace al mismo tiempo que VISITS -UeSCO;_PETS por otra no To tents, yO deseareis si a Togrdis construirlo, sino sabéis hacerlo, encontrando vuestras Tiesttos flujos, Habria, pues, que decir: se hace slo, peto ends gue sur vero "€ebeie hacerlo, pero Tene que Saber Tacerlo, tenéis que saber tomar las buenas direcciones, por muestra cuenta y Tiese0. Salvo los curas, © atreveria_a lamar carencia» a eso? Nietzsche lo lamaba VaRNntad de poder Podemos lematlo d© oO HOWO.POr Gem ocaraca. Sete fo os nada Tall cs preciamente porgue én Hpeaoteerae cviad que dap. [oy ave lean el desn a Te ee pe tahoe Ge Tas cannes de In castracion, 20 Stet cimonie ie un gran resenlimiento, sino (ambien de Un fiterminable mala conciencia.zNo ligar ef desco a la carencia, acaso no es desconocer la miseria de los que efectivamente carecen de algo? Pero ademas de que no es de esos de los que habla el psicoandlisis (al contrario, é hace la distincién, dice ‘bien claro que no se ocupa de las privaciones reales), los que tienen una carencia real _no tienen ningén plano de consistencia posible que les permita desear. Estén imposibilitados de_mil Tmaneras. Y cuando logran construir uno, no carecen de nada en Se plano a partir del cual se lanza como conavistadoras hacia “aquello que alin Tes falta. La carencia remite a una positividad, del_deseo, y no _el_deseo™a una negatividad de Ja carencia- ‘Aunque sea individual, la con a polit “implica necesariamente un _«colectivo», agenciamientos colecti: Yos, un conjunto de devenires sociales Habria que distinguir dos planos, dos tipos de planos. Por un Jago ua plano que podriamos lamar de organizaciOn, que 103 concierne a la vez al desarrollo de las formas y a la formacién Se Wes sulcios. 4 que es, Sse quicre, estructural y genética ‘Sea Gomio fuere, Io cierto es que dispone de una dimension suplementaria, déuna dimension de mas, de una dimension siempre debe ser deducido, interido, inducido a partir de To que organiza. Sucede como en Ta musica, en la que el principio de Eomposision no viene dado de una relacién directamente perceptible, audible, con lo que él produce. Es, pues, un plang de transcendencia, una especie de designio eel espiritu del hombre o en el espiritu de un dios, Mcluso cuando se le atribuve un maximo de inmanencia enterrandolo en las profundidades de ia Naturaleza, o del Inconsciente. Un plano de este tipo es el de siucacibn de Tos suits, Pero existe también otro tine de-nlang ‘que es completamente distinto: el plana de consistencia, Este x ¥ de lentitud, htos no formados, relativa- inente no Tormados, moleculas o pariicilas atasiradas-por-las_ “Hlujos—Tampoco tiene nada que ver con los sujetos, sino mas bien con las llamadas «hactceidades». En efecto, no tadas las iridividuationes se hacen d€ acuerdo con el modo de un sujeto inehuso de una cosa. Una hora, un dia, un estaciOn, un clima, 100 varios afios —un grado de temperatura, una intensidad intensidades muy diferentes que se componen— tienen una indi- vidualidad perfecta que no se confunde con la de una cosa o la de un sujeto constituidos. «Ay, qué terribles cinco de la tarde!» Lo que distingue este tipo de individuacién no es ni el instante ni la brevedad. Una haccceidad puede durar tanto tiempo, e incluso mas, que el tiempo necesario para el desarrollo de una forma y para la evolucién de un sujeto. Pero no se ‘trata del mismo tipo de tiempo: tiempo flotante, lineas flotantes del Aion por oposicién a Cronos. Las haecceidades no son més que rados de fuerza que se componen, y-a los que corresponde un oder de-afectar y de ser afectado, afectos activos_o pasiv intensidades. Mientras pasea, la heroina de Virginia Woolf se 104 extiende como una ola a través de todas las cosas, y sin embargo las mira desde fuera con la impresién de que ¢s peligroso vivir incluso un sélo dia («nunca volveré a decir: soy esto 0 aquello, les esto 0 aquello...»). El mismo paseo es una haecceidad. Las, haeceeidades se expresan en articulos y pronom! finidos ero no indeterminados, en nombres propios que no designan ‘personas, sind que sefialan acontecimientos, en verbos_en infinitive que no son indiferenciados, sino que constit “Gevenites 0 procesos. La haccceidad tiene necesidad de ese tipo deemmmetaciér—HARCCEIDAD = ACUNTEEIIENTO. ic ra._seein tal plano o segin tal otro, es una uestion de vida: «Es tan variable como el viento Y muy Secreto Sobre To-qué hace por la nocke...» (Charlotte Bronte). ;De dénde procede la perfeccién absoluta de esta frase? Pierre Chevalier ha quedado conmovido al descubrir esta frase que tanto le afecta; zacaso se conmoveria tanto si él mismo no fuera una haecceidad que atraviesa la frase? Una cosa, un animal, una persona, sélo se definen por movimientos y reposos, velocidades y lentitudes (longitud), por afectos, por intensidades (latitud). ? Ya_no hay formas, s6lo hay relaciones cineméticas entre elementos _Ao—Tormados; ya Y_sujetos, sOlo_hay individuaciones_dinamicas_ sin_ sujeto que constituyen Jos ‘agenclamientos colectivos, Nada se desarrolla, sino que las cosas, | Tlegan con adelanto o con retraso y entran en jamisaro Seglin sus composiziones-tte-veTocidad, Nada se subjetiviza, sino, que las haecceidades surgen a partir de y_de afectos_no_subjetivados. Mapa de velocidades y de lentitudes que tienen en comin el crecer por el medio, el estar siempre entre; que tienen en comén lo imperceptible, como la enorme lentitud de los corpulentos luchadores japoneses que de pronto realizan un gesto decisivo, tan rapido que ni siquiera lo hiemos visto. La velocidad no tiene ningun privilegio sobre la lentitud: las dos ponen a prueba los nervios, o més bien los 7 Haecceided —como longitud, latitud— son unas nociones muy bellas de la ‘Eded Media que han sido exhaustivamente aallzadas por algunos de sus tedloges, fGs0F0s y fisicos. Nosotros les debemos todo, aunque bien es cierto que las empleamos en un sentido diferente. 105 templan y Jes dan el dominio. Antoine. {Qué es una joven o un grupo de jovenes? Proust las describe como relaciones inestables de lentitud y de velocidad, individuaciones por haecceidad, individuaciones no subjetivas. Es este tipo de plano, definido dinicamente por su longitud y su latitud, el que se opone al plano de organizacién, En realidad es un plano de inmanencia, puesto que no dispone de ninguna, iunestan o ais miTo que Ocue sin que su naturale- Za GE plano sea alterada (plano den dimensiones). No es un lang teleoloafen un designo, sino un plano geométrico, dibulo abstracto que viene a ser algo asi como Ta seccién de todas las Rizosfera, Hiperesfera. Es como un plano fijo, pero «fijo» no quiere decir inmévil, sino que indica tanto el estado absoluto del movimiento como el del reposo, y con relacién al cual todas las variaciones de velocidad relativa se vuelven perceptibles. Lo propio de este plano de inmanencia o de consistencia es incluir Jas neblinas, las pestes, los vacios, los saltos, las inmovilizacio- nes, los suspensos, las precipitaciones, puesto que el fracaso también forma parte del plano: en efecto, siempre hay que continuar, continuar por el medio, para dar a los elementos nuevas relaciones de velocidad y de lentitud que les hagan cambiar de agenciamiento, saltar de un agenciamiento a otro. De ahi la multiplicidad de planos en el plano, y los vacios, que también forman parte del plano, como un silencio forma parte del plano sonoro sin que por ello pueda decirse que «falta algo». Boulez habla de «programar la maquina para que cada vez que se vuelva a pasar una banda dé caracteristicas diferentes de tiempo». Y Cage, de un reloj que diera velocidades variables. Giertos misicos contemporéneos han desarrollado al méximo la idea practica de un plano inmanente cuyo principio de organiza- cién ya no esta enmascarado, sino que el proceso debe ser oido al mismo tiempo que el resultado; en el que si se conservan las formas es para liberar variaciones de velocidad entre particulas © moléculas sonoras, en el que si se conservan los temas, los 106 motives y los sujetos, es para liberar afectos flotantes. La extraordinaria manera que tiene Boulez de tratar el leitmotiv wagneriano. Para explicar todo esto no basta con oponer Oriente y Occidente, el plano de inmanencia que viene de Orienté, y el plano de organizacién transcendente que ha sido siempre la enfermedad de Occidente. Es cierto que la poesia y el dibujo orientales, las artes marciales, proceden a menudo por hhaecceidades puras y crecen por el «medion. Pero también el Occidente esta atravesado por ese inmenso plano de inmanencia (de consistencia que arrastra las formas y les arranca indices de velocidad, que disuelve los sujetos y extrae de ellos haecceida- des: tan solo longitudes y latitudes. Plano de consistencia, plano de inmanencia, ya era asi como Spinoza concebia el plano contra los paladines del Orden y dela Ley, Tilésofos 0 teologos. Y también como la trinidad Hél- derlin-Kleist-Nictzsche concebta Ta eseritura, el arte ¢ incluso una Tideva politica: no un desarrollo armonioso de la forma y una formation biet_reglemeniada_del_suito— como (9 ese ban Goethe, Schiller o Hegel, sino _sucesiones_de catatonias_y de sieiptaciones, —de_auspenios_y_de_flechas, comvisieneas Velocidades variables, bloques de devenir, saltos por encima de fs Vacios, desplazamientos de-un contro de gravedad sobre una linea_abstracta, conjuncfones_de_lineas_en_un_plano_de inmanencia, un «proceso estacionario» a gran velocidad que titudes siempre variables de Zaratustra; elaforiugo, no somo ‘Suiters ragmentria, sino como agenelamiento que no_pucde SETS Ter voce. sino peTe volt @ DASA, ee Tr veloaidadesy las fentitudes entre sis elementos.) Y todo esto, todo éste plano, que ire puede recibir si no a cree Sc cles Cao ice Nitache, quien podria lamar a eso ley? Deciamos, algo muy simple: el desco atafie a las velo- cidades y a las lentitudes entre las particulas (longitud), a los cidades y a las lentitudes entre Tas particulas (longitud), @ los 107 —___} i 3 i afectos, intensidades_y_haccceidades_medidos_en_grados_de Tuerza_(latitud)._UN-VAMPIRO-DORMIR-DIA-Y-DESPER- TARSE-NOCHE. Si supierais lo simple que es un deseo. Dormir es un deseo, Pasearse es un deseo. Oir misica, tocar un instru- mento, o bien escribir, son deseos. Una primavera, un invierno, son deseos. La vejez también es un deseo. Incluso la muerte es un deseo. El deseo nunca debe interpretarse, él es el que experi- menta. Pero cuando decimos esto nos objetan cosas lamenta- “Bes Nos dicen que volvemos al viejo culto del placer, a un principio del placer, 0 a una concepcién de la fiesta (la evolucién sera una fiesta...). Nos oponen los que no pueden dormir, bien sea por causas internas 0 por causas externas, que ni pueden ni tienen tiempo; los que no tienen ni el tiempo ni la cultura para escuchar miisica; Ios que no tienen la posiblidad de pasearse ni de entrar en catatonia salvo en el hospital; los que estén aquejados de una vejez 0 de una muerte terribles; en resu- ‘men, nos oponen todos los que sufren y nos dicen: ,acaso esos no «carecen» de nada?_Y sobre todo se nos objeta que sustra- _yendo el de carencia y a Ta Tey, Ro no: wa salida ‘que invocar un estado natural, un deseo que seria realidad ‘Saturar-y-esportines Nowoires-Ascins todo lo contraro: ef ae ones i Nosotros _decimos todo_lo_contrario:_ 700 s6lo_existe agenciado 0 maguinado. Et trayendo el plano que Io bace-pasible y_gue_bacéndolo, posible, lo efectia. El ivilegic iy ‘i tampoco esta reservado al éxito de una revolucién. El deseo SS Anna orn aljunoeportacta, Como. too SgEROUMTERTO'E3PoTeonvG eI mnfmvo ev un colectvoy sin lugar a dudas todo deseo et asunto del pueblo, un asunto de masas, un eens N i-siquiera_creemos interiores qué inspirarian el deseo. EI plano de inmanencia no tiene nada ue Ver con una interloridad, sino que es como el Exterior del” que provede todo deseo, Cuando oimos hablar de algo tan “Fdieulo” como Taprefendida pulsién de muerte, tenemos impresién de estar‘ante un teatro de'sombras, Eros ¥ Thanato: Inmediatamente nos vemos obligados a preguntar: zPero es posible que exista un agenciamiento tan retorcido, tan mons- truoso, como para que el enunciado, «viva la muerte» forme parte de él, y que,hasta la misma muerte sea deseada?. ,Acas6 1 es eso lo contrario de un agenciamiento, su hundimiento, su fracaso? Hay que describir el agenciamiento en el deseo, se hace posible, se moviliza _y se enuncia, pero nunca. invo- ‘concebir un deseo al margen de un determinado agenciamienté Garemios_pulsiones que remitirian a invariantes estructuralés ‘en_un plano que no preexiste, sino que dehe secconsiruida. Lo. Sa variables gonéticasBucal, andl, genital, e1C. HOSOUOs 16 importante ¢s_que cada_uno, grupo o individuoconstruya ef Dreguntamos en cada caso a qué pulsiones corresponden, ni a plano de inmanencia que le permita sacar adelante su ny ‘qué recuerdos ofijaciones deben su prevalencia, nia qué incidentgs empresa. Si no se dan estas condiciones, claro que carcctis ver- “daderamente de algo, carsctis precisamente de Tas condiciones “MUETIaGen posible un deseo. Las organizaciones de formas, las formaciones de sujetos (el otro plano) «incapacitan» el deseo: 10 someten a la ley, introducen en él la carencia. Si atdis a alguien y le decis, chabla, camaradan, lo tinico que podra decir es que no quiere estar atado. Esa es, sin duda, la tinica espontaneidad del deseo: no querer ser oprimido, explotado, esclavizado, some- ‘ido. Pero jamés se ha hecho un deseo con no-quereres. No querer ser esclavizado es una proposicién mula. Todo agenciamiento, por el contrario, expresa y crea un deseo cops- 108 Temniten, sino en qué agenciamientos entran esos c rr con qué elementos exirinsecos se componen para crear un deseo. ‘Ya es asl en el nifio, que maquina su deseo con el exterior, con Tz apnguista_del_ exterior, no en_estadios ‘intériores_ni_bajo estructuras transcendentes. Y de nuevo el pequefio Hans: esta la “Cale, et cava, I Smanibus, los padres, el profesor, Freud en persona, el «pipi», que no es'ni un érgano ni una funcién, sino un funcionamiento maquinico, una pieza de la mAquina. Velocidades y lentitudes, afectos y haecceidades: un caballo un dia la calle. S6lo hay politicas de agenciamientos, incluso en el nifio: en oe fo todo es politico. Sélo hay programas, o mas 109 bien diagramas o planos; no hay recuerdos, ni siquiera fantas- de _femineidad, de animalidad, bloques de devenir_actuales, y_ nada de rememorativo, de imaginario o-de simb6lico. El deseo “To es mis simb6lico que figurativo, mis significado que signifi- cante: esti hecho de diferentes lineas que se entrecruzan, se conjugan o se obstaculizan, que constituyen tal o tal agencia- miento en un plano de inmanencia. Pero el plano no preexiste a esos agenciamientos que lo componen, a esas lineas abstractas que lo trazan. Siempre podemos lamarlo plano de Naturaleza para sefialar su inmanencia, ahora bien, aqui la distincién naturaleza-artificio no es pertinente en absoluto. No existe deseo que no haga coexistir varios niveles, y aunque unos puedan ser llamados naturales respecto a otros, siempre se trata de una naturaleza que debe ser construida con todos Ios artificios del plano de inmanencia. El agenciamiento feudalidad comprende entre sus elementos, «caballo-estribo-lanza». La posicién natural del caballero, la manera natural de sostener ia lanza, depende de tuna mueva simbiosis hombre-enimal que hace del estribo la cosa ‘mas natural del mundo, y del caballo la cosa mas artificial. Las figuras del deseo no resultan del agenciamiento, sino que ya lo trazaban, trazaban el conjunto de elementos retenidos 0 creados por el agenciamiento: la Dama no menos que el caballero, el caballero que duerme no menos que la carrera errante en busca del Grial. Nosotros decimos que existe agenciamiento de deseo cada canssteitia, ConfiniSs de infensdades, conlugactones ae Tas, ‘de ti agenciamiento-Schumann. ;En qué consiste un agencia- miento musical designado por un nombre propio? ;Cudles son sus dimensiones? Por un lado esta la relacién con Clara, mujer- nifia-virtuosa, la linea Clara. Por otro, la pequefia mdquina manual que Schumann se fabrica para inmovilizar el dedo medio y asegurar la independencia del cuarto dedo. Pero ademas esté la cantinela, las pequefias cantinelas que obsesionan 110 a Schumann y atraviesan toda su obra como otros tantos rary seen ies ernara onerice Ge involucion, de sobriedad, de empobrecimiento del tema o de la forma. También esta la utilizacion del piano, ese movimiento de i ee cena cae ra impulsado al nifio») en una linea melédica, en un agenciamiento polifénico original capaz de producir, a partir de na forma jintrinsecamente simple o simplificada, relaciones dinamincas y afectivas de velocidad o de lentitud, de retraso o de adelanto, muy complejas. Y también el intermezzo, mas bien habria que a que hacen que la misica pase por e/ medio, y que impiden que el plano sonoro bascule bajo una ley de organizacién o de des- arrollo. ® Y todo esto se conjuga en el agenciamiento constitu- Se ee ese) milan cua peat ys cams: No hase falta ser Schumann. Basta con escuchar a Schumann. Y a la inversa, ;qué sucede para que todo el agenciamiento vacile’ inverse, aut rude ae a ein parla de, bee a ae ena agen ecsename 4 ral cae nosotros decimos es que el deseo es inseparable de un plano de 28 A oo aoe marr sea ‘de los agenciamientos en ese plano, continuos, conjugaciones, “dice Félix, es una cantinela, Pero eso ya es muy complicado, puesto que la cantinela es una especie de territorialidad sonora, el nifio que se tranquiliza cuando tiene miedo en la obscuridad, «Ay, si yo te dijese mama...» (el psicoanalisis ha comprendido La hag eer een tipo fonolégico en lugar de considerarlo como una cantinela); Seren Lier ene Ga canes ae apodera de una forma y de un sujeto para extraer de ellos Se ea tee Eee momento comienza la misica. Lo que cuenta en el deseo no es te * Eel artieulo de ROLAND Barres sobre Schumann, Rasch, en «Langue, scours, ocité», Ed. du Seul, pp. 218 y ss. ul eLiw itorialidades, re-territorializaciones movimientos de desterritorializaci6n. Al hablar de deseo nosotros no pensabamos ni en el placer ni nosotros fendemos a él con todas nuestras fuerzas. Pero tambien 5 cierto que él es el que viene a interrumpir, de la forma mas indispensable 0 delcada, e1 proceso del deseo como constitucion de un campo de inmanencia. Nada més significativo a este res- pecto que Ia idea de un placer-descarga: obtenido el placer, (endiamos al_mer que él esto reat, nl cola del acer bay mui OO Tueho Sc ay MUR DE iniedo respecto al deseo. El placer es Ja asignacién del afecto, Ia persona_de «no perdersé> en el proceso de deseo que la desborda. Los placeres, incluso los mas artificiales 0 los mas vertiginosos, solo pueden si una re-terrif acion. Si el deseo no tiene por norma el placer, no es en nombre de una Carencii interior Gus sri imposihle-lonar-sing al contario, en, virtud de su positividad, es decir, del plano de consistencia que trazcen el curso de su proceso. Si se relaciona-et deseo con Ta un mismo error. Si el deseo carece efencalmente de algo, “porque—sé—comtinta relacionandolo con el placer,—con Ta rencion-de URUO- que ava Toner Sar Tag esieeollpadai” entre _deseo-placer caventia, etarios obligados a pasar por curios tificios, mucha ambiguedac como ejemplo, el amor cortés, que es un agenciamiento de deseo Tigedo al final de la feudalidad. Datar un agenciamiento no es hacer historia, es darle sus coordenadas de expresién y de contenido, nombres propios, infinitivos-devenires, articulos, haecceidades. (;0 acaso es eso hacer historia?) Ahora bien, de todos es conocido que el ‘amor cortés implica pruebas que rechazan el placer, o al menos la terminacién del coito. Pero eso no tiene nada que ver con ningén tipo de privaciOn, sino que es Ja constitucion de un campo de inmanencia en el que el deseo construye su propio plano y no carece de nada, pero tampoco se 42 deja interrumpir por una descarga que confirmaria que no se puede soportar. El amor cortés tiene dos enemigos que se confunden: la trascendencia religiosa de la carencia y la interrupcién hedonista que introduce el, placer como descarga. EI amor cortés es el proceso inmanente del deseo que se alimenta de si mismo, el continuo de intensidades, la conjuga- cién de flujos que reemplazan a la instancialey y a la interrupeién-placer. Al proceso del deseo se le llama «gozo», ¥ no carencia o demanda. Todo est permitido, salvo aquello que vendria a interrumpir el proceso completo del deseo, el agencia- miento. ¥ que no nos digan que todo esto esta inscrito en la Naturaleza: al contrario, se necesitan muchos artificios para conjurar la carencia interior, la trascendencia superior, la apariencia exterior. Ascesis, ,por qué no? La ascesis siempre ha sido Ia condicion del deseo, y no su disciplina o su prohibicion. Si pensdis en el deseo siempre hallaréis una ascesis. Ahora bien, ha sido necesario «historicamente» que tal campo de inmanencia fuera posible en tal momento, en tal lugar. El amor propiamente caballeresco s6lo fue posible cuando se conjugaron dos flujos, el flujo guerrero y el flujo erético, en el sentido de que la valentia daba derecho al amor. Pero el amor cortés exigia un nuevo umbral en el que Ja valentia pasaba a formar parte del amor, y en el que el amor inclufa la prueba. ° Otro tanto se podria decir, fen otras condiciones, del agenciamiento masoquista: en este caso, la organizaci6n de las humillaciones y de los sufrimientos, més que un medio de conjurar la angustia y de alcanzar de ese modo un placer supuestamente prohibido, supone un procedi- miento particularmente retorcido para constituir un cuerpo sin Organos y desarrollar un proceso continuo de deseo que el placer, por el contrario, vendria a interrumpir. 9 Rene Nett, en L'Brotigue des troubedours, Ed. 10/18, analiza muy bien ‘xe plano de inmanencia del amor corts, en tanto que rechaza las interrup- cones que introduciria el placer. En el taolsmo, pero en un agenciamiento completamente distinto, encontramos enunciados y téenias semejantes para Ja construetin de un plano de inmanencia del deseo (ef. VaN GuLik: La vie seruel dans la Chine ancienne, Ea. Gallimard, y los comentarios de J. F. Lyotaso: Economia Libidinal, 1. edl.; 1980, Bd. Salts) 113 | En general, nosotros'no creemos que Ja sexualidad tenga el wpel de una infraestructura amis aj que cree tina energia capaz de transformacién, 9 bien de neutra- Taacion_y sublimacién, La sexualidad s6lo puede ser_pensada como un flujo entre otros, como wi i en

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