Evangelización en el Mundo Actual
Evangelización en el Mundo Actual
¿Qué es evangelizar?
Evangelizar significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva a
todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo,
tranformar desde dentro,renovar a la misma humanidad.Pero no
hay humanidad nueva si no hay,en primer lugar,hombres
nuevos,con la novedad del bautismo y de la vida según el
Evangelio.
Independientes con respecto a las culturas,Evangelio y
evangelización no son necesariamente incompatibles con
ellas,sino capaces de impregnarlas a todas sin someterse a
ninguna.
Las culturas deben ser regeneradas por el encuentro con la
Buena Nueva.Pero este encuentro no se llevará a cabo si la
Buena Nueva no es proclamada.
Esta Buena Nueva debe ser proclamada,en primer lugar,mediante
el testimonio.
La Buena Nueva proclamada por el testimonio de vida deberá
ser,pues,tarde o temprano,proclamada por la palabfra de vida.
Finalmente,el que ha sido evangelizado evangeliza a su vez.He
ahí la prueba de la verdad,la piedra de toque de la
evangelización:es impensable que un hombre haya acogido la
Palabra y se haya entregado al reino sin convertirse en alguien
que a su vez da testimonio y anuncia.
Contenido de la evangelización
La evangellización tiene un contenido esencial: testimoniar que
Dios ha amado al mundo en su Hijo.
La evangelización también debe contener siempre una clara
proclamación de que en Jesucirsto,Hijo de Dios hecho
hombre,muerto y resucitado,se ofrece la salvación a todos los
hombres,como don de la gracia y de la misericorida de Dios.
La evangelización comprende además la predicación de la
esperanza en las promesas hechas por Dios mediante la nueva
alianza en Jesucristo;la predicación del amor de Dios para con
nosotros y de nuestro amor hacia Dios;la predicación delamor
fraterno para con todos los hombres:la predicación del misterio
del mal y de la búsqueda activa del bien.
La totalidad de la evangelización consiste en implantar la
Iglesia y la verdadera celebración en plenitud de los
sacramentos cuyo punto culminante es la Eucaristía.
La evangelización es un mensaje de liberación que no puede
reducirse a la simple y estrecha dimensión
económica,política,social o cultural,sino que debe abarcar al
hombre entero,en todas sus dimensiones,incluida su apertura al
Absoluto,que es Dios.
El mensaje evangelizador debe excluir la violencia.
La liberación que proclama y prepara la evangelización es la
que Cristo mismo ha anunciado y dado al hombre con su
sacrificio.
Medios de evangelización
A nosotros,predicadores,nos toca descubrir,conservando la
fidelidad al contenido,las formas más adecuadas y eficaces de
comunicar el mensaje evangélico a los hombres de nuestro
tiempo.
El primer medio que tenemos para comunicar este mensaje es el
testimonio de vida,otro medio importantísimo es la liturgia de
la palabra,la homilía debe ser
clara,sencilla,directa,acomodada,profundamente enraizada en la
enseñanza evangélica y fiel al Magisterio de la Iglesia,animada
por una ardor apostólico equilibrado que la viene de su
carácter propio,lleno de esperanza,fortificadora de la fe y
fuente de paz y de unidad.
La catequesis.Los métodos utilizados deben ser adaptados a la
edad,a la cultura,a la capacidad de las personas,tratando de
fijar siempre en la memoria,la inteligencia y el corazón las
verdades esenciales que deberán impreganr la vida entera.
Ante todo,hay que preparar buenos catequistas,deseosos de
perfeccionarse en este arte superior,indispensable y exigente
que es la enseñanza religiosa.
Debemos utilizar también los medios de comunicación social y el
contacto personal es indispensable.
La función de los sacramentos Es un equívoco oponer,como se
hace a veces,la evangelización a la sacramentalización.
La finalidad de la evangelización es precisamente la de educar
en la fe de tal manera que conduzca a cada cristiano a vivir
los sacramentos como verdaderos sacramentos de fe.
Agentes de la Evangelización
"¿Cómo predicarán si no son enviados? (Rom.10,15).
Debemos tener una doble convicción:
Primera:Evangelizar no es para nadie un acto individual y
aislado,sino profundamente eclesial.
Segunda:si cada cual evangeliza en nombre de la Iglesia,ningún
evangelizador es dueño absoluto de su acción
evangelizadora,sino que ésta está en comunión con la Iglesia y
sus Pastores.
Las Iglesias particulares tienen la función de asimilar lo
esencial del mensaje evangélico,de trasvasarlo,sin la menor
traición a su verdad esencial,al lenguaje que esos hombres
comprenden y,después, de anunciarlo en ese mismo lenguaje.
La evangelización pierde mucho de su fuerza y de su eficacia si
no responde a las cuestiones que plantea,no llega a su vida
concreta.
Toda la iglesia está,pues,llamada a evangelizar y,sin
embargo,en su seno tenemos que realizar diferentes tareas
evangélicas.Esta diversidad de servicios en la unidad de la
misma misión constituye la riqueza y la belleza de la
evangelización.
Hay distintos agentes de evangelización,y éstos son los
siguientes:
El sucesor de Pedro,es el primero que debe predicar y hacer
predicar la Buena Nueva.
Obispos y sacerdotes,en cuanto Pastores,han sido escogidos por
la misericordia del Supremo Pastor,a pesar de su
insuficiencia,para proclamar con autoridad la Palabra de
Dios;para reunir al Pueblo de Dios que estaba disperso;para
alimentar a este Pueblo con los signos de la acción de
Cristo,que son los sacramentos;para animar sin cesar a esta
comunidad reunida en torno a Cristo siguiendo la línea de su
vocación más íntima.
Los religiosos.Gracias a su consagración religiosa,ellos
son,por excelencia,voluntarios y libres para abandonar todo y
lanzarse y anunciar el Evangelio hasta los confines de la
tierra.
La familia,al igual que la Iglesia,debe ser un espacio donde el
Evangelio es transmitido y desde donde éste se irradia.
Los jóvenes,de los cuales la Iglesia espera que se conviertan
cada vez más en apóstoles de la juventud.
Para los agentes de la evangelización se hace necesaria una
seria preparación.Tanto más para quienes se consagran al
ministerio de la Palabra.Animados por la convicción,cada vez
mayor,de la grandeza y riqueza de la Palabra de Dios,quienes
tienen la misión de transmitir deben prestar gran atención a la
dignidad,a la precisión y a la adaptación del lenguaje.Todo el
mundo sabe que el arte de hablar reviste hoy día una grandísima
importancia.¿Cómo podrían descuidarla los predicadores y los
catequistas?
Esta preparación aumentará en ellos la seguridad indispensable
y también el entusiasmo para anunciar hoy día a Cristo.
El espíritu de la Evangelización
No habrá nunca evangelización posible sin la acción del
Espíritu Santo.
JESUS es "conducido por el Espíritu" para vivir en el desierto
el combate decisivo y la prueba suprema antes de dar comienzo
su misión(Mt.4,1)."Con la fuerza del Espíritu"(Lc.4,14),vuelve
a Galilea e inaugura en Nazaret su predicación,aplicándose a sí
mismo el pasaje de Isaías:"El Espíritu del Señor está sobre
mí".
"Hoy,proclama él,se cumple esta Escritura"(Lc.4,18-21).A los
discípulos a quienes está para enviar,les dice alentando sobre
ellos: "Recibid el Espíritu Santo"(Jn.20,22).
En efecto,solamente después de la venida del Espíritu Santo,el
día de Pentecostés,los Apóstoles salen hacia todas las partes
del mundo para comenzar la gran obra de Evangelización de la
Iglesia.
El Espíritu que hace hablar a Pedro,a Pablo y a los
Doce,inspirando las palabras que ellos deben pronunciar
desciende también "sobre los que escuchan la
Palabra"(Hch.10,44).
El es quien explica a los fieles el sentido profundo de las
enseñanzas de Jesús y su misterio.El es quien,hoy igual que en
los comienzos de la Iglesia,actúa en cada evangelizador que se
deja poseer y conducir por él, y pone en los labios las
palabras que por sí solo no podrá hallar,predisponiendo también
el alma del que escuhca para hacerla abierta y acogedora de la
Buena Nueva y del reino anunciado.
La preparación más refinada del evangelizador no consigue
absolutamente nada sin él.
Es necesario que nuestro celo evangelizador brote de una
verdadera santidad de vida y que la predicación,alimentada con
la oración,y sobre todo con el amor a la Eucaristía,redunde en
mayor santidad del predicador.
El Evangelio que nos ha sido encomendado es también palabra de
verdad.Una verdad que hace libres (Jn.8,32) y que es la única
que procura la paz del corazón:esto es lo que la gente va
buscando cuando le anunciamos la Buena Nueva.La verdad acerca
de Dios,de los hombres y del mundo.
De todo evangelizador se espera que posea el culto a la
verdad,puesto que la verdad que él profundiza y comunica no es
otra que la verdad revelada y,por tanto,más que ninguna
otra,forma parte de la verdad primera,que es el mismo Dios.El
predicador del Evangelio será aquel que, aun a costa de
renuncias y sacrificios,busca siempre la verdad que debe
transmitir a los demás.No vende ni disimula jamás la verdad por
el deseo de agradar a los hombres,de causar asombro,ni por
originalidad o deseo de aparentar.No rechaza nunca la verdad.No
oscurece la verdad revelada por pereza de buscarla,por
comodidad,por miedo.No deja de estudiarla.La sirve
generosamente sin avasallarla.