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El Mar Autor

Este poema de Pedro Calderón de la Barca explora la idea de que la vida es un sueño a través de tres oraciones. Compara la vida del rey, el rico y el pobre como sueños, ya que todos imaginan lo que son pero ninguno lo entiende realmente. Concluye que toda la vida es un sueño y que los propios sueños también son sueños, cuestionando así la realidad de la existencia humana.
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El Mar Autor

Este poema de Pedro Calderón de la Barca explora la idea de que la vida es un sueño a través de tres oraciones. Compara la vida del rey, el rico y el pobre como sueños, ya que todos imaginan lo que son pero ninguno lo entiende realmente. Concluye que toda la vida es un sueño y que los propios sueños también son sueños, cuestionando así la realidad de la existencia humana.
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El mar Autor: Pablo Neruda

Necesito el mar porque me enseña:

no sé si aprendo música o conciencia:

no sé si es ola sola o ser profundo

o sólo ronca voz o deslumbrante

suposición de peces y navíos.

El hecho es que hasta cuando estoy dormido

de algún modo magnético circulo

en la universidad del oleaje.

No son sólo las conchas trituradas

como si algún planeta tembloroso

participara paulatina muerte,

no, del fragmento reconstruyo el día,

de una racha de sal la estalactita

y de una cucharada el dios inmenso.


¡Lo que antes me enseñó lo guardo! Es aire,

incesante viento, agua y arena.

Parece poco para el hombre joven

que aquí llegó a vivir con sus incendios,

y sin embargo el pulso que subía

y bajaba a su abismo,

el frío del azul que crepitaba,

el desmoronamiento de la estrella,

el tierno desplegarse de la ola

despilfarrando nieve con la espuma,

el poder quieto, allí, determinado

como un trono de piedra en lo profundo,

substituyó el recinto en que crecían

tristeza terca, amontonando olvido,

y cambió bruscamente mi existencia:

di mi adhesión al puro movimiento.


Libre de mí
Te dejo libre, libre de mí

Libre de mi carácter tan cambiante

Libre de mis ganas locas por amarte

Libre de mi afán de cuidarte como a nadie

Te dejo libre

Libre de mi gran amor protector

Libre de mí por completo

Pero te ruego que no vuelvas, cuando te des cuenta que nadie podrá amarte como yo.

No vuelvas por favor.

Autor: Frida Kahlo.


Una vida no vivida
Me siento como un gato. He vivido más de una vida contigo; sin ti, juntos, separados, alejados y
cercanos; con café y tequila, limones y heridas, sal en las llagas y amor en los labios…

¿Y preguntas si le temo a la muerte?

Amor, témele a una vida no vivida.

Autor: Frida Kahlo.


Venus
En la tranquila noche, mi nostalgia amarga sufría.

En busca de quietud bajé al fresco y callado jardín.

En el obscuro cielo Venus bella temblando lucía,

como incrustado en ébano un dorado y divino jazmín.

A mi alma enamorada, una reina oriental parecía,

que esperaba a su amante bajo el techo de su camarín,

o que, llevada en hombros, la profunda extensión recorría,

triunfante y luminosa, recostada sobre un palanquín.

"¡Oh, reina rubia! -díjele, mi alma quiere dejar su crisálida

y volar hacia a ti, y tus labios de fuego besar;

y flotar en el nimbo que derrama en tu frente luz pálida,

y en siderales éxtasis no dejarte un momento de amar".

El aire de la noche refrescaba la atmósfera cálida.

Venus, desde el abismo, me miraba con triste mirar.

Autor: Rubén Darío.


Que consuela a un celoso epilogando la serie de los amores
Amor empieza por desasosiego,

solicitud, ardores y desvelos;

crece con riesgos, lances y recelos;

susténtase de llantos y de ruego.

Doctrínanle tibiezas y despego

conserva el ser entre engañosos velos,

hasta que con agravios o con celos

apaga con sus lágrimas su fuego.

Su principio, su medio y fin es éste:

¿pues por qué, Alcino, sientes el desvío

de Celia, que otro tiempo bien te quiso?

¿Qué razón hay de que dolor te cueste?

Pues no te engañó amor, Alcino mío,

sino que llegó el término preciso.

Autora: Sor Juana Inés de la Cruz.


A cierta dama que se dejaba vencer

Mientras Corinto, en lágrimas deshecho,

La sangre de su pecho vierte en vano,

Vende Lice a un decrépito indïano

Por cient escudos la mitad del lecho.

¿Quién, pues, se maravilla deste hecho,

Sabiendo que halla ya paso más llano,

La bolsa abierta, el rico pelicano,

Que el pelícano pobre, abierto el pecho?

Interés, ojos de oro como gato,

Y gato de doblones, no Amor ciego,

Que leña y plumas gasta, cient arpones

Le flechó de la aljaba de un talego.

¿Qué Tremecén no desmantela un trato,

Arrimándole al trato cient cañones?

Autor: Luis de Góngora.


Que el clavel y la rosa
Que el clavel y la rosa,

¿cuál era más hermosa?

El clavel, lindo en color,

y la rosa todo amor;

el jazmín de honesto olor,

la azucena religiosa,

¿Cuál es la más hermosa?

La violeta enamorada,

la retama encaramada,

la madreselva mezclada,

la flor de lino celosa.

¿Cuál es la más hermosa?

Que el clavel y la rosa,

¿cuál era más hermosa?

Autor: Tirso de Molina.


La vida es sueño
Sueña el rey que es rey, y vive

con este engaño mandando, disponiendo y gobernando;

y este aplauso, que recibe

prestado, en el viento escribe y en cenizas le convierte

la muerte, ¡desdicha fuerte!¿Qué hay quien intente reinar,

viendo que ha de despertaren el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,

que más cuidados le ofrece;

sueña el pobre que padece

su miseria y su pobreza;

sueña el que a medrar empieza,

sueña el que afana y pretende,

sueña el que agravia y ofende y en el mundo, en conclusión,

todos sueñan lo que son,

aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí

de estas prisiones cargado,

y soñé que en otro estado

más lisonjero me vi. ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión,

una sombra, una ficción y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño,

y los sueños, sueños son.

Autor: Pedro Calderón de la Barca.

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