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I. POBLADORES DE OTROS TIEMPOS
LA TIERRA VERACRUZANA
‘ANTO SU GEOGRAFIA COMO SU HISTORIA han dado un carac-
ter especial y propio a Veracruz y a los veracruzanos. Una
faja de tierra larga y angosta de contornos irregulares, bordeada
por montafias y mar, expresa y explica la riqueza de su diversi-
dad: grandes sierras, elevados volcanes, barrancas profundas,
cerros que se levantan airosos sobre pequefias planicies ele-
vadas, cafiadas por donde corren los rios, estrechos valles y
extensas Ilanuras, regiones sembradas de lagunas y el borde
casi uniforme del litoral con las aguas azuladas del Golfo de
México. Variedad y contraste en relieve, vegetacin y clima, y
también en lo referente a habitantes, desarrollo, cultura, pensa
miento y trabajo. Variedad y contraste estan de igual manera
presentes en las relaciones y vinculos con los vecinos territoria-
les: Tamaulipas, San Luis Potosi, Hidalgo, Puebla, Oaxaca,
Chiapas y Tabasco.
Ese paisaje natural diverso se relaciona con tiempos remotos,
con el pasado ancestral cuyo brazo toca nuestro presente para
hacernos comprender lo que fuimos y lo que somos: puerta de
entrada para la colonizacién espafola, sitio del primer ayunta-
miento novohispano, camino y paso obligado de viajeros e ideas
que van, en ida y vuelta, de la costa al centro de México, zona
de refugio politico en los dias aciagos de guerra civil.
La propia naturaleza y el trabajo de los hombres se combina-
ron con el tiempo historico para generar diferentes idiosincra-
sias en las distintas poblaciones que conforman el estado, lo
cual permite hablar de siete regiones que van, de norte a sur, de
la Huasteca al Istmo y de las montafias al mar: la Huasteca vera-
cruzana, la Sierra de Huayacocoula, el Totonacapan, las grandes
uPOBLADORES DE OTROS TIEMPOS B
montajias, las Ilanuras de Sotavento, los Tuxtlas y la region del
Istmo.
Clima tropical, verdes lanuras y grandes lagunas caracterizan
topograficamente las ricas tierras huastecas ubicadas en el extre-
mo norte de Veracruz, accesibles y lanas, surcadas por dos cau-
dalosos rios y sus afluentes: el Panuco y el Tuxpan. Sus suelos
negros y arcillosos permitieron el desarrollo de amplios pastiza~
les, y se aprovech6 su humedad para la ganaderfa y la agricultu-
ra. La practica de estas dos actividades econdmicas, junto con la
feracidad de la naturaleza y la facilidad de comunicaci6n terres-
tre y fluvial con la costa, fueron factores que influyeron en el
establecimiento de espafioles y auspiciaron el surgimiento de
haciendas, ranchos, poblaciones y puertos.
Vecina a la calida y baja Huasteca veracruzana, cercana al
mar, est4, tierra adentro, la regién que comprende la Sierra de
Huayacocotla, de profundas cafadas y altas montafias alrededor
de las cuales se acumulan espesas nubes, de cerros cubiertos de
bosques y selvas, y de suelo alto y quebrado, unido a la Sierra
Madre Oriental. Su clima, determinado por las irregularidades
de la orografia, va del célido htimedo, que se encuentra en las
selvas bajas de ceibas, caobas y ébanos, al templado propio de
las tierras medias, hasta el frfo de los pinares de la parte monta-
fiosa. Y si bien es una regién de bellos y abruptos paisajes, rica
en recursos naturales, sus habitantes enfrentan un medlio dificil.
No hay grandes tierras Ilanas para cultivar. Los suelos son poco
profundos y escasos a medida que las laderas se hacen-mas in-
clinadas y se cubren de vegetaci6n, La vida en las montafas es
ardua y la falta de comunicaciones tampoco la hace atractiva
Los caminos no pueden atravesar las barrancas ni subir las es-
carpadas cumbres. En consecuencia, son las tierras de la Sierra
de Huayacocotla, con el aislamiento de sus montafas, las que
brindaron refugio a la poblacién indigena, replegada en ellas
ante el avance espanol en las zonas bajas cercanas al mar, para
vivir de la caza y de la agricultura en pequefa escala.
En los linderos de la Huasteca veracruzana, y separada de
Huayacocotla por los limites con Puebla, se sitéia, de nuevo enRig Tamesi
Barra cle Tampico.
I. Pueblo Vien
Spinach Caddtymacait
io Temp Yahuna ce Tamiahua
RicAChitayin
ON ara de Galindo
io Gare
yp io nso
L. Tampamachoco
Barra de Tuxpan
Ri} Actbpan
io ova
aur
Rio Cajonos
J
Rio Grande
Rio Jaltepec
Mara 2. Rios y lagunas de VeracruzPOBLADORES DE OTROS TIEMPOS 6
Ia planicie costera, la region del Totonacapan, tierra de papanes
y de vainilla, cuna de las raices prehispanicas mas importantes
que habitaron estos rumbos: los totonacas. Sus suelos, a seme-
janza de los huastecos, casi Ilanos, se transforman en lomerio
conforme se alejan de la costa y de la desembocadura del cau-
daloso Cazones. Hay ahi pequefios valles y lomas y, entre ellos,
rios. Este es el relieve que se repite de norte a sur en el Toto-
nacapan, de clima calido hiimedo, hasta encontrar la Sierra de
Chiconquiaco, una de las primeras manifestaciones de la Sierra
Madre Oriental: montafias y playas tropicales, selva alta y
mediana, manglares en la costa, pastizales y bosques de encinos
son todos elementos que conforman ese manto vegetal, siempre
verde, que cubre las tierras de los antiguos totonacas irrigadas
por el Nautla, el Tecolutla y el Cazones. Los suelos, negros de
origen aluvial en los llanos, y pardos y amarillentos en las lo-
mas, son muy propicios para la agricultura en gran escala, prin-
cipal atractivo que auspici6 el poblamiento rural y urbano, en
principio indigena y posteriormente espanol.
El paisaje magico del Totonacapan, lleno de tradicién y ver-
dor, del sonido de flautas y danzas voladoras, del olor de la vai-
nilla y el tabaco, da paso a la regién de las grandes montanas,
una de las mas variadas de Veracruz. Abarca, en una subida
impresionante y corta, casi desde el nivel del mar hasta los
5700 metros de altura. Su clima transita de lo cilido a lo gélido.
Su relieve va de la selva tropical a los zacatonales de la alta
montafia. Es el corazon montafoso del territorio veracruzano
que surge en el encuentro de Ja Sierra Madre Oriental con el Eje
Neovolcinico, y se presenta como la culminacién de una serie
de serranias entre las que sobresalen las alturas del Pico de
Orizaba y del Cofre de Perote, y las cumbres de Acultzingo y
Maltrata. Una de sus principales caracteristicas son los vientos
htimedos procedentes del Golfo de México, vientos que chocan
contra la barrera montafiosa y dejan caer ahi su carga de agua,
originando rios briosos, numerosas cascadas, tierras fértiles para
la agricultura y bosques feraces. La diversidad de suelos, clima
y vegetacién motivé un poblamiento y una actividad humanaSierra de
Huayacocotla
Huasteca
Mava 3. Las siete regiones de VeracruzPOBLADORES
DE OTROS TIEMPOS r
también muy variados, procesos que, por otro lado, fueron im-
pulsados por la fundacién del Puerto de Veracruz y la construc-
cién de un sistema de comunicaciones que unia la costa del
Golfo de México con el Altiplano central
De vuelta en la costa, la regién de las grandes montafas fun-
de sus suelos bajos con Ia tierra jarocha, con las Hlanuras de
Sotavento, Ilamadas asi por los antiguos marinos espaioles que
en medio de los temporales car sticos del Golfo buscaban
el abrigo de sus costas. Son pequefas lomas y canadas que
siguen por lo regular la direccién de los arroyos y rios que int
gran la gran cuenca del Papaloapan, el rio de las mariposas;
planicies propicias para pastizales, lagunas y mar son todos ele-
mentos que conforman una regi6n identificada no sdlo por su
riqueza territorial y pesquera, sino por la facilidad de sus comu-
nicaciones terrestres y fluviales y por la presencia del Puerto
de Veracruz, principal centro portuario de la Nueva Espafa y de
México, y nticleo politico de Veracruz. Regién de clima calido y
bellos paisajes naturales, de habitantes alegres y espontineos, entre
quienes se escucha el sonido de Ja jarana y el arpa, tierras estre-
chamente ligadas al Golfo.
La placidez de los Tuxtlas contrasta con el dinamismo de las
llanuras sotaventinas. Conjunto montafoso de procedencia vol-
cénica, conocido también como Sierra de los Tuxtlas, se en-
cuentra incrustado en la gran planicie costera del Golfo de
México, rodeado por las verdes selvas y pastizales de Sotavento
y del Istmo, y por el mar, De clima cilido y htimedo, y con Ilu-
vias abundantes, cuenta con una flora y fauna exuberantes y
variadas. Montafias con pastizales, lomas redondeadas, selvas
alta y mediana y una costa dispareja, con entradas y salidas
donde hay algunas pequefias playas y lagunas, son elementos
naturales del relieve de esta region, rica en cultivos como el
tabaco y el algodén, promisorios productos tropicales cuya
explotacién se impulsd ya desde los primeros asentamientos
espafioles.
Por tiltimo, dejando atras el nudo montafoso de los Tuxtlas,
se sittia la regiGn del Istmo, la tierra de las llanuras por excelen-
‘acte:18 POBLADORES DE OTROS TIEMPOS
cia. Debido a las constantes inundaciones provenientes de los
esteros y rfos, entre los que destacan el Coatzacoalcos y el
Tonal, sus suclos son predominantemente negros y grises. De
clima tropical y htimedo, con presencia de copiosas lluvias a lo
largo del aio, resulta en ocasiones un territorio poco agradable,
dificil de habitar a causa de las altas temperaturas y de la hume-
dad. No es de extrafar su relieve pantanoso y selvatico, las
lagunas y pastizales en el norte y centro de las tierras istmeiias,
y la vegetacion de sabana hacia el sur, en las cercanfas con
Tabasco. Sus selvas son sin duda tinicas en esplendor y riqueza,
y el Coatzacoalcos, el elemento natural dominante del paisaje
istmefo, corre casi de un extremo al otro del Istmo, desde su
nacimiento, en la Sierra Atravesada de Oaxaca, hasta su desem-
bocadura en el Golfo de México,
Las siete regiones descritas dan forma a la tierra veracruzana
De la Huasteca al Istmo y de las sierras a las costas, geografia e
historia se conjuntan para mostrar su diversidad, diferencias y
similitudes, y de la heterogeneidad resultante surge la identidad
veracruzana. Asi, el conocimiento de su territorio lleva al cono-
cimiento de quienes lo poblaron en distintos tiempos y espa-
cios, y a la comprensién de su pasado, formas de gobierno y
cultura, vistos a la luz de nuestro presente, al cual estén estre-
chamente ligados.
LAS RAICES ANCESTRALES
Poco se sabe sobre los primeros pobladores de Veracruz. Su pre-
sencia ha sido registrada desde cinco mil 0 seis mil afios a.C. a lo
largo del corredor tropical que forman las tierras costeras de las
regiones veracruzanas, en sitios como Panuco, Papantla, Mar-
tinez de la Torre, Tlapacoyan, Soledad de Doblado y Alvarado,
entre otros. Estos hombres arcaicos o prehistéricos se movian en
grupos familiares o en pequefias bandas entre valles sin cultivar,
regados por anchurosos rios y protegidos por altas montafas
con abundante vegetacién. Todavia no eran sedentarios: subsis-POBLADORES DE OTROS TIEMPOS 19
tian de la recoleccién de frutos y plantas silvestres, de la caza y
de la pesca.
Los restos materiales localizados y estudiados sefialan la exis-
tencia de campamentos 0 estaciones, y proporcionan una idea
de su vida cotidiana. Aprendieron a seleccionar una gran varie-
dad de plantas, a distinguir las alimenticias de las venenosas y a
conocer sus periodos de crecimiento y maduracién, procesos
que influyeron en la rotacién de sus viajes y asentamientos,
Algunos autores sostienen que la caza se inicié probablemente
como una forma de defensa ante el ataque de las grandes espe-
cies, y que con el tiempo se pas6 a la captura y consumo de
animales menores. Finalmente, afirman, la pesca implica un
mayor nivel de desarrollo, pues significd la elaboracin de im-
plementos como redes, mazas, arpones y canastos, € incluso el
uso de plantas como el barbasco
La recoleccidn, la caza y la pesca impulsaron la fabricacién de
hachas, cuchillos, buriles, puntas, navajas de obsidiana, puntas
de flecha y metates para moler granos. Paralelamente se dio uso
prictico a bejucos, palmas, fibras, pieles, huesos y madera,
También de manera burda comenzaron a elaborarse objetos de
ceramica que poco a poco sustituyeron los recipientes vegeta-
les, como calabazas, chilacayotes y morchos.
La vida de los grupos prehistéricos némadas evolucioné len-
tamente. Con el tiempo adoptaron la agricultura como medio de
produccién de alimentos, lo cual creé la necesidad de asenta-
mientos fijos y de actividades sedentarias. Este cambio se acom-
paad de la construccién de aldeas y de la domesticacién de al-
gunos animales. Cultivaron principalmente maiz, calabaza, chile
y frijol. En especial, el mafz se convirtio en el cultivo mas im-
portante, Su grano, revuelto con agua y cal, cocido y molido,
constituy6 un elemento vital en la dieta cotidiana.
Resueltos los problemas de refugio y alimentos, se verificaron
otros cambios durante esta transformacién de grupos némadas
en comunidades sedentarias. La division del trabajo fue uno de
ellos. Dentro de dichos asentamientos las tareas se dividieron:
algunos de sus integrantes se dedicaron a la agricultura, otros a20 POBLADORES DE OTROS TIEMPOS
la caza 0 a la pesca, y algunos mas a la recoleccién de frutas y
plantas silvestres, y a los trabajos artesanales. Estos tltimos fue-
ron la elaboracién de herramientas y de objetos de adorno en
materiales como obsidiana, arcilla y hueso, y més adelante
en jade, cuarzo, turquesa y serpentina, pasando asi de la simple
produccidn de utensilios a una verdadera expresién de la creati-
vidad humana.
Paralelamente a las dificultades que represent6 abandonar la
vida némada y readaptarse al medio geogrifico, las comunida-
des sedentarias desarrollaron formas primitivas de organizacién
social, en fas que la mujer desempefé un papel importante
como elemento unificador del nticleo familiar. Asimismo, co-
menzaron a elaborar ideas sobre la vida y el universo, De acon-
tecimientos tales como el nacimiento y la muerte derivaron una
serie de concepciones y preceptos magico-religiosos, que fun-
damentaron una filosofia dualista, dialéctica, practica, que ligaba
fenémenos naturales —como la lluvia, el viento, el trueno, la
sequia y el rayo— con fenémenos astronémicos —como los
eclipses, cometas, ciclos solares y lunares—, para crear un mun-
do mitolégico a partir del cual los hombres prehistéricos expli-
caron su propio origen y el de su mundo.
Con el desarrollo de la agricultura —que asegur6é en gran
medida la vida sedentaria e influyé6 de manera determinante en
la integracién cultural— se dejaron atras las migraciones de reco-
leccién y caza para dar paso a los pueblos agricolas que se ex-
tendieron por Mesoamérica; ésta es la parte media de América,
delimitada al norte por los sistemas fluviales Panuco-Moctezuma
y Lerma-Santiago, y al sur por Honduras, en Centroamérica; se
trata de una amplia region geografico-cultural donde esta Vera-
cruz y donde se desarrollaron tres grupos prehispanicos, creado-
res de las llamadas culturas del Golfo: olmecas, totonacas y
huastecosPOBLADORES DE OTROS TIEMPOS 2
LOS HABITANTES DEL PAIS DEL HULE Y LA CULTURA DEL JAGUAR
Los olmecas constituyeron uno de los pueblos prehispanicos 1
antiguos e influyentes de Mesoamérica. Su cultura ha sido lam:
da “cultura madre”, y se le considera la génesis de conocimient
técnicos y cientificos y de un arte extraordinario y vigoroso, en el
que Ia idea de lo divino se represent6 en forma de jaguar
Su tierra natal, conocida como Olmecapan, comprendia una
parte de la costa del Golfo de México, desde la margen derecha
del Papaloapan, en Veracruz, hasta Tabasco, abarcando la
Chontalpa. Hacia el interior su presencia se registré mas alla del
Rio de las Mariposas, junto con la zona de Cosamaloapan, si-
guiendo las estribaciones de la Sierra Madre Oriental, con pro-
longaciones hacia Chiapas. El centro de este territorio fue el Rio
Coatzacoalcos, antes denominado Cuetlachcoapan, y partes de
la Sierra y Volcan de San Martin. En su conjunto, el Olmecapan
era un medio tropical, dificil, Aspero e insalubre, caracteristicas
derivadas de las regiones de Sotavento, los Tuxtlas y el Istmo.
Los olmecas enfrentaron agua y selva, Hanuras htimedas y pan-
tanosas y montes altos. Ese fue el reto que les impuso la natur:
E
leza, y que debieron dominar para levantar su cultura
No dejaron testimonios escritos sobre sus origenes y desarro-
lo. Para los grupos nahuas, que al tiempo en que aparecieron
los olmecas vivian en el Valle de México, el término olmece sit
nificd “habitantes del pais del hule”. También los llamaron popo-
locas, es decir, “barbaros”, en su acepcién de “extranjeros”
habitantes de otra nacién y de lengua distinta. Se creia que pro-
cedfan de la vieja provincia de Chicalanco, en Campeche
Arquedlogos y académicos, por su parte, plantean diversas
hipotesis acerca de la procedencia y el surgimiento de la cultura
olmeca derivadas del estudio de los restos de construcciones,
cerdmica y esculturas. Hay muchas opiniones y se han propues
to diferentes concepciones. Algunas se desecharon a la luz de
nuevas informaciones y hallazgos. Otras atin provocan apasio-
nados y controvertidos debates. Unos estiman que los olmecas2 POBLADORES DE OTROS TIEMPOS
procedian de Norteamérica y eran de filiacién étnica mongoloi-
de; otros, que los rasgos negroides de sus esculturas hablan de
la posibilidad de inmigracién negra proveniente de la parte nor-
occidental de Africa,
Sin embargo, en general se acepta que la cultura olmeca fue
una cultura costera, de tierra caliente, con caracteristicas propias
e inconfundibles, Para su estudio se le ha dividido en dos perio-
dos grandes y espaciados: el arqueolégico, cuya manifestacién
mas temprana se inicié hacia 1500 a.C., y el histérico, de los
olmecas de Cholula y Tlaxcala, contemporaneos de la destruc-
cién de Tula hacia el siglo xu d.C., y que mas adelante fueron
desplazados hacia otras regiones.
También ha sido examinada en cuatro etapas: olmecas inicia-
les (1200-900 a.C.), olmecas intermedios (900-600 a.C.), olmecas
finales (600-300 a.C.) y olmecas €picos 0 histéricos (300 a.C.-300
d.C.). Tres centros florecieron y declinaron en las fases conside-
radas de los olmecas arqueolégicos 0 iniciales, intermedios y
finales: San Lorenzo Tenochtitlan, La Venta y Tres Zapotes.
Los olmecas arqueolégicos 0 “tenocelome”, es decir, “los de
la boca de tigre”, construyeron el primero de los centros
cionados en una plataforma artificial mirando al Rio Chiquito,
afluente del Coatzacoalcos, con muchos monticulos a su alre-
dedor, y que comprende dentro de su area de influencia la
cuenca de este gran rio y, entre otros puntos, el santuario de
Manati.
A lo largo de 2500 afios San Lorenzo fue ocupado y abando-
nado en repetidas ocasiones, alcanzando su cenit politico y cul-
tural entre 1200 y 900 a.C., cuando cerca de 80 monumentos de
piedra, incluyendo 10 cabezas colosales y varias de las escultu-
ras antiguas mas finas, habjan sido creadas. Hay evidencias,
ademas, de que numerosos asentamientos ubicados fuera de su
territorio pudieron haber tenido vinculos con este lugar; tal es el
caso de Tlatilco y Las Bocas, en las tierras del Altiplano central,
San José Mogote, en el Valle de Oaxaca, y varios centros en las
costas de Chiapas y Guatemala en el Pacifico.
Aproximadamente en 950 a.C. San Lorenzo Tenochtitlan fue
men-POBLADORES DE OTROS TIEMPOS 2B
abandonado por razones que atin hoy son motivo de di
y La Venta lo sustituy6 como centro predominante de la cultura
olmeca. Ubicado en una zona pantanosa, en la red de afluentes
del Rio Tonal, este segundo centro, de aproximadamente cinco
kilémetros cuadrados, parecia una pequeia isla a manera de un
rectingulo irregular con edificios orientados de norte a sur, el
mayor de los cuales era una pirémide de barro acumulado cons
truida en forma circular. Domin6 sobre la parte oriental del
Olmecapan y su dominio alcanz6 hasta la regién central de
Tabasco.
Los restos arqueolégicos de su entorno revelan la existenc
combinada de comunidades con estructuras jerarquicas, pueblos
de menores dimensiones sin esas estructuras y pequeiias aldea:
También muestran la construccién de santuarios y lugares sag!
dos. Uno de tales santuarios pudo haber estado en el Rio Pi
quero y otro en la cima del volcén de San Martin Papajan en las
montanas de los Tuxtlas. Los contactos de este centro con gru-
pos de otras partes de Mesoamérica fueron aun mas extensos
que los de San Lorenzo Tenochtitlan.
El tercer centro olmeca, Tres Zapotes, se levant6é sobre la
margen derecha del rio Hueyapan, afluente del Michapan. En
una extensién de tres kilémetros se localizaron terrazas, edifi
cios y un importante conjunto de monticulos que sugieren la
idea de una poblacién_numerosa.
Aunque los olmecas pueden haber compartido un lenguaje
comtin, quiza antiguas formas de mixe, zoque y popoluca, nun-
ca formaron un solo pueblo étnico, nacién ni imperio. Por el
contrario, el paisaje del Olmecapan reflejaba una serie de caci-
cazgos sin cohesion, unidades politicas compuestas por una ci
dad-capital en donde la élite y sus familias residian con numero-
sas villas y aldeas de menor tamano a su alrededor. Fueron la
religién olmeca y el estilo artistico que expresaba la cosmologfa
en la cual se basaba,los factores que integraron las diferentes
sociedades en una cultura Gnica y distintiva
La mayoria de los olme ‘a en villas y aldeas. Una villa
tipica podia abarcar de cinco a siete hectareas, aunque también4 POBLADORES DE OTROS TIEMPOS
las hubo de 20, y una aldea tendria de una a dos hectareas.
Algunos restos materiales y excavaciones arqueolégicas sugie-
ren la existencia de casas de paredes de varas unidas con barro,
suelos de tierra batida y techos de paja o de hojas de palma.
Tres © cuatro de estas construcciones, levantadas en torno a un
patio central, formaban un recinto en el que familias, parientes
y vecinos compartian el trabajo y constitufan los grupos sociales
basicos de la sociedad olmeca. Pueden haber tenido un edificio
especial para la celebracién de ritos y ceremonias, pero solo las
villas mas grandes contaban con un templo formal sobre un
monticulo, de tierra
San Lorenzo, La Venta, Laguna de los Cerros, Las Limas, Tres
Zapotes entre otros sitios olmecas de mayor tamafo, tenfan una
gran concentracién de poblacién. En un principio se creyé que
tales comunidades eran centros ceremoniales habitados Gnica-
mente por unos cuant icerdotes. Las investigaciones recien-
tes en San Lorenzo y La Venta indican que existian en ellos
recintos similares a los de las villas y aldeas, asi como templos,
palacios y residencias m&s complejos para la élite, construidos
también sobre monticulos de tierra y alrededor de plazas.
Los olmecas estaban estrechamente vinculados con la natura-
leza: la agricultura, la caza y la recoleccién eran sus actividades
principales; animales peligrosos rondaban sus casas y campos;
los fenédmenos naturales constitufan una amenaza constante.
Esta carac-teristica impregné la vida cotidiana que desarrollaban
en tres areas: campo, villas y aldeas y centros ceremoniales.
Los hombres del Olmecapan vefan el campo como el alter
ego de la comunidad humana; era el lugar de los animales, a los
cuales conferian una conciencia similar a la de los seres huma-
nos. Uno de sus conceptos religiosos centrales radicaba en la
idea de que cada hombre tenia una contraparte animal propia
que vivia en los bosques y selvas que rodeaban la comunidad.
Asi, las regiones boscosas 0 selvaticas, a las que se asignaba una
importancia ritual, eran poco usadas, excepto para cacerias
periddicas 0 viajes con fines comerciales.
La agricultura era probablemente la principal actividad dePOBLADORES DE OTROS TIEMPOS 3
subsistencia, en especial el cultivo del maiz, alimento predomi-
nante en la rica y variada dieta olmeca. La técni
comin implicaba la tala y quema, o “roza’, de la vegetacién
para sembrar, también, frijol, calabaza, mandioca 0 yuca, entre
otros cultivos que se rotaban anualmente.
Poco antes de la temporada de Iluvias, se seleccionaba un
area boscosa. Se talaban y secaban grandes drboles antes de la
roza, y una vez efectuada ésta se limpiaba el terreno de plantas
y animales que pudieran destruir los futuros sembradios. Las tie-
rras se cultivaban al comienzo de las Iluvias, utilizando las ceni-
zas como fertilizantes. Los terrenos 0 campos preparados de
este modo se aprovechaban durante varios afios, hasta que los
suelos perdfan sus nutrientes. Entonces se les abandonaba y se
seleccionaban otros, en los cuales se iniciaba de nuevo el ciclo
de explotacion agricola. Esta técnica era eficiente: no agotaba
los recursos naturales pues permitia que la naturaleza se recu-
perara. Sin embargo, resultaba poco viable en dreas con densa
poblacion. Es posible que entonces utilizaran otros recursos,
como cultivar en las tierras aledafias a los rios, con el consi-
guiente riesgo que implicaban las inundaciones.
La agricultura requeria seis meses de cuidados y trabajos in-
tensivos en las etapas especificas de roza, siembra y cosecha. El
resto del tiempo las familias que integraban las comunidades se
ocupaban en la recolecci6n, la pesca y la caza. Ancianos, muj
res y nifios podian obtener facilmente una amplia variedad de
frutos en los bosques, como amarante, frutas, nueces, mezquite,
ademés de plantas y semillas medicinales.
La caza y captura de animales, por el contrario, requeria de
hombres vigorosos, Esta actividad, asi como el establecimiento
de campamentos para la matanza y el traslado de la carne, te-
nfan lugar lejos de las aldeas y villas. Las presas mas importan-
tes eran venados y conejos, pero de igual forma se cazaban
monos, armadillos y zarigiteyas. En zonas mas alejadas de las
comunidades se obtenian animales de mayor tamafo, como
tapires y jabalies; adicionalmente se capturaban aves migratorias
y acuaticas, como gansos y patos, en lagunas y rios.26 POBLADORES DE OTROS TIEMPOS
La pesca fue otra actividad esencial para la subsistencia olme-
ca; crustdceos y peces eran parte de su dieta. Probablemente
utilizaban redes para atrapar pescados, camarones y cangrejos,
aunque las herramientas simples, como arpones y lanzas, eran
mds comunes.
En las villas y aldeas residian grupos familiares formados de
generaci6n en generacin por diversos arreglos consanguineos.
La unidad familiar proveia sus necesidades mediante la recolec-
ci6n, la produccién de alimentos y la elaboracién de herramien-
tas. Cada familia compartia una seccién de la villa o aldea y se
asociaba con otras mediante lazos de parentesco, relaciones
econémicas y participacin en actividades comunes. Las expec-
tativas de vida eran cortas, Un adulto tipico vivia en promedio
entre 30 y 40 afos, en tanto la mortalidad infantil era considera-
ble. Sin embargo, estos factores no impidieron el crecimiento
demografico. Las ventajas de la produccién agricola, una dieta
variada y la temprana edad para el matrimonio contribuyeron al
incremento de la poblacion.
La vida cotidiana inclufa otras actividades necesarias para la
supervivencia de los habitantes de la villa, aparte de la recolec-
cién, la caza y la pesca, como la elaboracién de herramientas, la
confeccién de flechas y lanzas para la caza, el tratamiento de
pieles para vestir y de fibras vegetales para canastas y cestos, el
tejido de textiles y la produccién de ceramica. La hechura de
artesanias no era una actividad de tiempo completo, y los arte-
sanos también participaban en las labores del campo. Quizd
habfa individuos reconocidos por sus habilidades artesanales,
pero compartfan su produccién con miembros del mismo grupo
familiar.
Un fuerte componente ritual permeaba todas las actividades
descritas y circundaba acontecimientos familiares como naci-
mientos, matrimonios, fallecimientos, el paso de la nifiez a la
pubertad y el tratamiento de las enfermedades. Un especialista
religioso o chaman, a quien se atribuian poderes magicos, con-
ducia los rituales de Ia villa y tenia entre sus responsabilidades
conocer y controlar las fuerzas naturales. Sin ser un lider en elPOBLADORES DE OTROS TIEMPOS n
sentido estricto del término, era la figura mas venerada y temi-
da, y su autoridad ritual no se discutfa ni disputaba.
La vida en las villas y aldeas no se circunscribia a sus locali-
dades. En momentos especificos del aio necesitaban recurtir a
comunidades mas grandes para intercambiar productos y para
participar en rituales colectivos. Estas circunstancias dieron lu-
gar a un nuevo tipo de asentamiento: los centros ceremoniales
con estructuras monumentales, en donde se concentraron cien-
tos y algunas veces miles de personas. Estos sitios en algunos
casos alcanzaron 150 0 mas hectareas, y en ellos florecié con
esplendor el arte de la arquitectura y la escultura olmec
La convivencia y la administraci6n de miles de individuos
implicé el desarrollo de nuevas reglas de coexistencia y de nue
vas formas de subsistencia para garantizar la continuidad de la
sociedad, Es posible que los primeros centros ceremoniales fue-
ran lugares de aprendizaje para el surgimiento de una organiza-
cién social. Aun cuando no se cuenta todavia con una vision
completa de estos asentamientos, las exploraciones revelan
comunidades complejas con individuos especializados en la
produccién de objetos de gran valor, como espejos de pirita,
adornos de jade y conchas, ceramica con motivos olmecas e
instrumentos de obsidiana.
La existencia de una produccién mayor de piezas de cerami
adornos y pequefias esculturas se relacionaba con redes regiona-
les de cambio y trueque, lo que muestra la concentracién del tra
fico de productos en los centros ceremoniales. En fechas espe-
cificas a lo largo del afio, algunos grupos olmecas viajaban a
zonas lejanas para ofrecer sus mercancias a cambio de articulos
que no existian 0 escaseaban en sus localicades, como jade, piri-
ta, obsidiana, pedernal, cerdmica de lujo y de uso doméstico,
pieles de animales salvajes, plumas de quetzal, conchas marinas,
carne de varios tipos, miel, cacao, mantas, etcétera.
Los centros ceremoniales también eran el asiento del poder
politico y religioso. Ahi, los grupos gobernantes administraban
las actividades, promovian las artes y los oficios, regulaban cele-
braciones y ceremonias, dirigian construcciones y esculturas28 POBLADORES DE OTROS TIEMPOS
monumentales y realizaban obras que dieran realce al gobierno
y prestigio a la comunidad.
Los integrantes de las élites usaban ricas vestimentas para dis-
tinguirse del resto de la poblacién. En esculturas y relieves,
como los de San Lorenzo Tenochtitlan y La Venta, se ven usan-
do largas capas, tocados con figuras de dioses, collares y oreje-
ras de piedras finas, cetros, biculos, barras ceremoniales, pecto-
rales de jade, simbolos, estos tltimos, de su autoridad. Sus
casas, como se ha mencionado, eran distintas a las de los olme-
cas comunes: algunas se hallaban en plataformas elevadas sobre
el resto del asentamiento o muy cercanas al 4rea ceremonial.
Los rituales funerarios también dependian del status social
para efectuarse con mayor o menor lujo. Los gobernantes tenian
tumbas colocadas en el centro del asentamiento, de piedra
labrada y columnas de basalto. Para su entierro, el cuerpo se
cubria de hematitis, es decir, 6xido de hierro, y se acompafaba
con ofrendas de jade y conchas, ademiis de numerosas vasijas con
objetos para su viaje al mas alla.
Los edificios de los centros ceremoniales estaban orientados
hacia los puntos cardinales; esto hacia referencia al tiempo y al
uso del calendario que indicaba el inicio de las estaciones, la
legada de las Iluvias, la temporada de siembra y la época de
cosecha. El conocimiento del movimiento de las estrellas era
esencial para obtener una cosecha abundante y para predecir
los mejores momentos para la caza y la recolecci6n. Este tipo de
conocimiento, considerado sagrado, se convirtié en una fuente
de poder para los grupos que administraban los centros cere-
moniales y las areas mas lejanas. El control de las actividades
diarias mediante estos ritos y ceremonias fue la base de la jerar-
quia social y del desarrollo de sociedades més complejas.
Entre las variadas formas en que los artistas olmecas expresa-
ron su mundo, la escultura monumental es una de las que mejor
revela su concepcién del hombre y del cosmos. Los temas uni-
versales de reproducci6n, nacimiento y muerte se manifestaron
en el lenguaje de la arquitectura y el urbanismo, y en sus
espléndidos y colosales monumentos de piedra.POBLADORES DE OTROS TIEMPOS 2»
Los principios de la arquitectura olmeca son evidentes en los
grandes centros ceremoniales. En ellos el espacio se ordenaba y
definfa por el arreglo armonioso de las estructuras entre
destacaban la plaza, el lugar para Jas concentraciones olme
senda, camino o avenida, un recurso especial de comunicacin;
y la pirimide truncada, un espacio geométrico compuesto por
hileras superpuestas y por el asiento para la deidad que habita-
ba en la ctispide. Otras caracteristicas fueron el uso del adobe
como material de construcci6n, la utilizacion de revestimientos:
de piedra y arcilla de color y la presencia de grandes secciones de
piedras cortadas para servir de acueductos.
No fue una arquitectura construida tinicamente con materiales
de larga duracion, sino que los combiné con los recursos acce-
sibles y perecederos de su entorno, sefial de la naturaleza sagra-
da del lugar de la comunidad. Asimismo, empleé dos maneras
de presentar la realidad, una perceptible y otra imaginaria, En la
primera, el monumento, arquitectura o escultura transmitia un
mensaje basado en su apariencia visible. En la segunda, el signi-
ficado estaba escondido para no ser visto facilmente. En otras
palabras, era una concepcidn dual: por una parte, lo visible, que
provenia de las formas plsticas, y, por otra, lo invisible, que ra-
dicaba en la interpretacion y en la imaginacién,
Las esculturas monumentales, por su parte, eran imagenes de
piedra destinadas a sobrevivir al hombre y con un s ignificado
especial. Cientos de obreros participaron en su creacién, desde
el momento en que se desprendia de la cantera el bloque de
piedra hasta su talla final. Tenfan tres funciones principales
marcar los lugares sagrados, tansmitir la sensibilidad de
comunidad que las creé y expresar simbélicamente, 0 narrar
metaféricamente, hechos, ideas, creencias, mitos y rituales
En estas esculturas se distinguen tres grandes temas represen-
tados con la finalidad de hacerlos perdurar. El primero se refiere
a las figuras humanas; es el mas abundante y esti ejemplificado
magnificamente por las cabezas colosales y por culturas de
cuerpos enteros, El segundo tema se relaciona con las figuras
miticas, compuestas por caracteres imaginarios y fantasticos, en» POBLADORES DE OTROS TIEMPOS
una combinacion de rasgos humanos con los de distintas espe-
cies animales. Y el tercero consiste en representaciones de los
animales mds raros.
El declive de la cultura olmeca parece haber tenido lugar
hacia el afio 400 a.C. Para esas fechas San Lorenzo Tenochtitlan
y La Venta ya estaban abandonados, y Tres Zapotes surgia como
el centro mas importante en el borde occidental de las monta-
fas de los Tuxtlas. Sin embargo, para el 300 a.C,, quizas antes,
la cultura olmeca y su arte, como se conocieron a partir del
1200 a.C., habian dejado de existir. No hay evidencia que sugie-
ra que la region se despoblé por desastres naturales 0 por cau-
sas atribuibles al hombre, y su desaparicién sigue siendo, al
igual que su origen, debatida con pasion. Por otro lado, la cul-
tura olmeca evolucion6 y dio lugar a algo nuevo. Las culturas
prehispanicas que la sustituyeron conservaron muchos de sus
elementos, y sdlo se diferenciaron de sus antecesores en dos
caracteristicas: no fueron lideres culturales de Mesoamérica y no
expresaron sus ideas y creencias en el estilo artistico de los
olmecas.
LOS TOTONACAS, EL PUEBLO DE LOS TRES CORAZONES
La vasta y variada region del Totonacapan fue el habitat del
pueblo totonaca. Los restos materiales de su cultura son motivo
de controversia, al igual que su origen y procedencia. Hay quie-
nes sostienen que se trata de un pueblo originario de América
Otros estudiosos sélo aceptan como totonacas a los que entra-
ron en contacto con los conquistacores espafioles y quedaron
referidos como tales en sus cr6nicas. La mayorfa apoya la hipo-
tesis de que fueron producto de la integracién de dos corrien-
tes: la que se formé con grupos procedentes de Teotihuacan
que llegaron a establecerse en estas tierras, y la que se integr6
son grupos que ya se encontraban en ellas, cuya fusién produjo
4na nueva cultura con caracteristicas propias. No obstante estas
eorias, la interrogante acerca de la identidad de los pobladores
del Totonacapan, constructores del Tajin, permanece sin res-POBLADORES DE OTROS TIEMPOS 31
puesta, ya que no existen datos que permitan conocerlos. Lo
que si es posible establecer es que la poblacién asentada en el
area fue multiétnica.
En términos generales, la cultura totonaca dej6 sentir su
influencia desde las mirgenes del Cazones, en los limites con la
Huasteca, hasta las del Papaloapan, en las llanuras de Sotaven-
to, y desde las costas del Golfo, hasta la parte oriental de Puebla,
comprendiendo las cercanfas de Tehuacan, Chalchicomula, toda
la sierra poblana y Zacatlin. A lo largo de su desarrollo, el terri-
torio delimitado suftié contracciones en algunas partes y despo-
blamiento en otras, como sucedié con las tierras del sur, en los:
alrededores de Huitzilapan, en donde incursionaban sus vecinos
olmecas, o por la presién de las invasiones chichimecas, teochi-
chimecas y mexicas. Fueron los nahuas del Altiplano los que Ik
maron a este territorio Totonacapan, es decir, “tierra caliente,
lugar de nuestra carne (el maiz), donde abundan los manteni
mientos’, y fueron ellos mismos, al establecer su dominio militar
en la zona, los que dieron a sus habitantes el nombre despecti-
vo de totonaco, calificativo de gente tosca, inhabil. Empero, en
la lengua de los totonacas el vocablo se transformé en “el pue-
blo de los tres corazones”,
El area geogrdfica descrita comprende vari
veracruzanas ya mencionadas. La regién del Totonacapan, la de
las Grandes Montafias y la de las Hlanuras de Sotavento integran
una porcién territorial de influencia totonaca que cubrié casi
30 000 kildmetros cuadrados. Una de sus principales caracteristi-
cas es la diversidad de climas: el cdlido de las llanuras costeras,
el templado de las estribaciones de la Sierra Madre Oriental y el
frio y htimedo de las zonas montafosas. La orografia presenta
las grandes alturas del Pico de Orizaba, o Citlaltépetl, y del Cofre
de Perote, o Nauhcampatépetl. Por otro lado, la hidrografia se
distingue por rios importantes, como Nautla, Tecolutla, Cazones,
Misantla, Juchique, Quilate, Actopan, Cotaxtla, Jamapa, incluso
Huitzilapan, y por lagunas como la costera de La Mancha y
Laguna Verde, o las del Altiplano, como Alchichica. Un clima
contrastante y una fauna y flora abundantes conformaron el
de las regionesIsla del fdolo =
=. _
“oe ta Vici Shguna de Tampamachoco
Cacghvatengo Eg @ Tibuco =
PETS @ castlo de Texyo My
sete hark
ori
@ Las Higueras
ee Qjishuiztan
ezympoata He
ae Isla Sacrificios
@ Reflog de Mixtequilla
@Reniojadas
Tres Zapotes @ El Vigil]
—
MEE Huastecos
= Totonacas
A ive
@ san tocemso
Mapa 4. Principales culturas prebispdnicas en VeracruzPOBLADORES DE OTROS TIEMPOS 3
variado ecosistema en el que surgié y evolucioné la cultura
totonaca.
Los materiales de piedra, por ser mas duraderos, reflejan, en
el caso de los pueblos fusionados a los que llamamos totonacas,
un proceso evolutivo que va de la simple obtencién de lascas
la elaboracién de hachas, Su transito del nomadismo al sedent:
rismo fue muy similar al de los olmecas y otros pueblos meso-
americanos. También desarrollaron las tres actividades clasicas:
recoleccién, caza y pesca, y la practica de la agricultura gir en
torno al cultivo de maiz, frijol, chile y calabaza. En la época
en que iniciaron su sedentarismo establecieron las bases de un
calendario eminentemente agricola, relacionado con los cam-
bios de estaciones y con los ciclos de produccién de las plantas
que cultivaban. Contaron, para la produccién de alimentos, con
cestos y canastas, hachas de mano, navajas, raspadores, flechas,
punzones, morteros, metates, contrapesos para redes, vasijas de
vegetales y, por supuesto, con cerdmica.
A lo largo de su desarrollo definieron una sociedad piramidal
en cuya ctispide se encontraban los sacerdotes. Dependiente de
este grupo existia una verdadera casta de comerciantes, y en las
capas inferiores se encontraba la mayor parte de la poblacién,
integrada por labradores, cazadores, recolectores y artesanos
Impulsaron relaciones comerciales, sobre todo con los habitan-
tes de la regién de la Huasteca, con los cholultecas y con otros
pueblos del centro de México, con quienes intercambiaron, ade-
mas de productos y efectos, técnicas artesanales y elementos
culturales.
Los objetos de ceramica de los primeros tiempos de la cultura
totonaca primitiva, o Remojadas Inferior —denominada asi por
haberla identificado por primera vez en el sitio de Remojadas—,
del siglo xm a.C., eran sencillos, monocromos, sin soportes
decorados con punzonado y con grabados en el fondo, ademas
de bandas en el cuerpo de vasos y cajetes, en intima relacién
con la ceramica mas antigua de los olmecas. Sus caracteristicas
propias, desde el punto de vista clasico, fueron la gran libertad
que se permitian en la concepcién y ejecucién; la sencillez de” POBLADORES DE OTROS TIEMPOS
lineas de la escultura en barro; el empleo del modelado; la
decoracién y expresién de rasgos por medio del pastillaje y las
incisiones; la preferencia por el desnudo, con tatuajes y miem-
bros rigidos y rudimentarios, en la escultura antropomorfa, y el
esgrafiado y uso del cinabrio, tizal, chapopote y jade.
‘A la cultura totonaca primitiva, o Remojadas Inferior, corres-
ponden los monticulos cénicos y rectangulares hechos con tie-
tra y piedra suelta, con muros y pisos de tierra quemada; los
entierros secundarios en monticulos; la cremacion de cadaveres;
el ennegrecimiento intencional de los dientes, y los inicios de
un culto-al Sol, a la Luna, a Venus, al dios del viento, 0 Ehécatl
Quetzalcdatl, y posiblemente al dios de la primavera, 0 Xipe
Totec, “Nuestro senor el desollado”
La ceramica de Remojadas Superior, o de la cultura totonaca
en su esplendor, de los siglos vi al 1x d.C., logré una plenitud
artistica que no fue superada, Se caracteriz6 por el barroquismo
de sus formas, y entre sus caracteristicas se cuentan la técnica
del modelado, el uso del vestido, la abundancia de silbatos,
ocarinas y flautas de dos a cuatro tubos, las ceramicas dicromas,
las vasijas tripodes, las bases anulares y la decoracién pintada y
raspada; el uso de piedra labrada y sin labrar en las piramides,
la escultura litica, las canchas de juego de pelota; los yugos,
hachas, palmas y caritas sonrientes; y figuras religiosas como las
del clos de la Iluvia, Tléloc; las mujeres convertidas en diosas al
morir en el parto, Cihuateteo; el dios de la muerte, Mic-
tlantecuhtli; a diosa del amor y de la primavera, Xochiquetzal;
la diosa de la confesién, Tlazoltéotl; el sefior que sirve de guia,
Yacantecuhtli, y Quetzalcéatl, el dios del autosacrificio y de los
mantenimientos, entre otras deidades.
Excelentes arquitectos, notables artesanos, grandes alfareros y
sensibles artistas, dieron forma a una obra de filigrana en pie-
dra: el complejo de Ia ciudad de El Tajin, compuesta por mas de
2.000 edificios, centro del Totonacapan. Ubicada entre los 200 y
los 140 metros sobre el nivel del mar, en un valle sobre las estri-
baciones de la Sierra Madre Oriental, conocida en ese punto
como Sierra de Papantla, su entorno tenia por limites, al norte,POBLADORES DE OTROS TIEMPOS 35
el Rio Cazones y, al sur, el Tecolutla. Tierras de clima calido,
con lluvias durante todo el aio y de suelos duros tipo residual,
eran propicias para asentamientos de grandes dimensiones y
para la agricultura en gran escala.
El relieve natural de la zona se inclina en direcci6n norte-sur.
Dos barrancos, uno al este y otro al oeste, circundan la mayor
parte del valle. Las elevaciones del terreno, resultado del declive
de los abanicos fluviales y de la erosién pluvial, conforman una
pequefia cuenca con irregularidades topograficas a las cuales
adaptaron los constructores de El Tajin mediante la nivelaci
de los terrenos para la construcci6n de sus conjuntos arquitect6-
nicos. Esa cuenca s6lo tiene una abertura hacia el sur. Por ahi
drenan todas las aguas subterrineas y superficiales, aunque las
que corren por las barrancas no forman verdaderos arroyos. E
posible que dichos barrancos se aprovecharan como drenajes
naturales para mantener transitables los espacios abiertos de la
ciudad y el subsuelo en condiciones adecuadas para resistir el
peso de las construcciones; no obstante, este sistema de drenaje
no siempre ayud6 al mantenimiento del complejo urbanistico.
Esos mismos barrancos que drenan el terreno de manera
natural limitaron el espacio y representaron un problema, tam-
bién natural, para la expansion urbana, situacién que no se pre-
sent6 en otras ciudades, como Teotihuacan o Zempoala. Asi,
para seguir construyendo templos y juegos de pelota en un
terreno restringido por barreras naturales, los arquitectos totone
cas decidieron destruir algunos de sus conjuntos arquitect6ni-
cos, pues no era posible superar de otra forma una condicién
topografica impuesta por la naturaleza. En los terrenos nivela
dos se crearon terrazas separadas por muros de contenci6n;
sobre las terrazas se levantaron edificios, y los muros de conten-
cién dieron a las construcciones un efecto de verticalidad.
La arquitectura y el arreglo espacial son dos elementos pri-
mordiales que deben tenerse en cuenta para comprender El
Tajin como ciudad. Los edificios, con sus pinturas y esculturas,
fueron la expresién de un universo, pero también una obra
plastica ligada a las necesidades materiales, ideolégicas y estéti-36 POBLADORES DE OTROS TIEMPOS
cas de los hombres que los habitaban; fueron, por tiltimo, el
reflejo de las caracteristicas politicas, sociales y culturales de la
sociedad que los construy6.
Como otras ciudades prehispanicas, El Tajin se funds, crecié,
florecié y decay6 para desintegrarse y desaparecer, con el aban-
dono de sus habitantes. Sus inicios son inciertos. No se sabe si
tuvo como antecedente algtin asentamiento rural que diera la
pauta para su desarrollo posterior. El estudio de los restos
arqueol6gicos ha permitido determinar una fase preurbana, a la
que se asocia la Plaza del Arroyo con sus cuatro grandes edifi-
cios, cuando El Tajin era considerado un centro ceremonial al
que acudia la poblaci6n circunvecina, y cuando Ia traza urbana
predominante se encontraba 20 grados al noroeste. Este com-
plejo arquitect6nico era el punto de reunion religiosa y civica
de muchos pueblos y aldeas fundamentalmente agricolas sin
estructuras sociales complejas. Es posible que estas comunida-
des se identificaran mas por lazos consanguineos que por un
liderazgo politico.
La siguiente fase fue la urbana, y corresponde a la construc
cién de Tajin Chico, edificacién destinada a un grupo de resi
dentes permanentes encargados del control de la poblacién
dentro y fuera de la ciudad. La traza de los nuevos edificios,
ceremoniales y residenciales, se extendid 45 grados al noroeste,
mientras se levantaron diferentes barrios al occidente y suroeste
del centro de Tajin, y también hacia el norte, subiendo la ladera
de una de las ramificaciones de la Sierra Papanteca. Es la época de
florecimiento artistico, econémico y politico, cuando la influen-
cia de El Tajin rebas6 sus fronteras y le permitié controlar y do-
minar, tanto cultural como politicamente, el noroeste de Me-
soamérica.
La tercera fase coincide con su decadencia y estancamiento.
Las querellas y las fricciones con las poblaciones tributarias de
la ciudad fueron los primeros sintomas de una descompensa-
cién social y politica, los cuales repercutieron en la economia
del complejo arquitecténico y en el disefio de su taza. Algunos
autores sostienen que en esta fase la planeacién empieza aPOBLADORES DE OTROS TIEMPOS 37
reflejar cierto caos, y que la simetria urbana se rompi6 por fac-
tores politicos. No parecen importar ya las alineaciones de los
conjuntos arquitect6nicos. Probablemente el mejor ejemplo sea
la impresionante Piramide de los Nichos, cuyo espacio se cre6
a la fuerza, sin relacién alguna con los edificios ya existentes
En términos generales, la arquitectura de El Tajin desarroll6
elementos muy propios que identifican un estilo Tajin: nichos
en una gran variedad de formas para las fachadas de templos,
altares, juegos de pelota y residencias. La repeticin y el arreglo
formal de este elemento arquitecténico adquirié una funcién
estética en las fachadas de los edificios. Se percibe la intencién
de los constructores de utilizar el juego éptico de lo claro y lo
oscuro para aligerar la pesadez de los basamentos, como suce-
de con la Pirémide de los Nichos; y la pretensién de variabilidad
estuvo también presente en las proporciones entre los tableros
y taludes de los basamentos. Los arquitectos totonacas aprove-
charon al maximo este margen de flexibilidad para desarrollarse
como artistas.
Las plantas de los templos fueron por lo regular cuadradas,
en tanto que las de las residencias 0 casas habitacion se prefiris
ron rectangulares. Lo mismo se aplicé a Ia altura. Los templos
eran mucho mis altos que las residencias, y los altares se conci-
bieron como pequefias estructuras, también con una base cuz
drada. Estos tltimos eran edificios de escala humana, en compa-
raci6n con los templos, que representaban la escala divina.
En El Tajin, hoy admirablemente conservado, se caminaba, y
se camina, entre edificios de diferentes tamafos y géneros. El
gran espacio se cerraba entre las construcciones para luego
abrirse de nuevo hacia amplias plazas. Su disefto invitaba a dis-
frutar la belleza de sus contornos. Y nadie se perdia en ese jue-
go laberintico, Todos los senderos Ilevaban a la ctispide de la
ciudad y de la sociedad donde residia el Seftor del Tajin; todos
conducfan al complejo arquitecténico de las Columnas, com-
puesto por un palacio, varios templos y significativas platafor-
mas que se agrupaban en torno a algunas de las plazas. Por su
parte, la burocracia estatal —administradores, sacerdotes y jefes38 POBLADORES DE OTROS TIEMPOS
militares—, residia en el llamado Tajin Chico. Esta era la parte
neurilgica de la ciudad, la parte de gestién y gobierno, en don-
de se ubicaban templos, edificios administrativos y palacios, e
inclusive las zonas dedicadas al intercambio o comercio. Aqui
se manifestaba el poder del Estado mediante una arquitectura
imponente.
EI grueso de los habitantes de Tajin se asenté en barrios cons-
truidos en ambos lados de los barrancos naturales que encerra-
ban el complejo arquitecténico. En esas zonas de la ciudad la
poblacién comtin vivia y consumia los frutos de su trabajo, y
ahi se concentraba la producci6n artesanal proveniente de los
talleres de obsidiana, tejidos y manufacturas de ricos plumajes.
Se reconoce la existencia de al menos tres grandes barrios,
cada uno de los cuales tenia, a su vez, sus propias areas de ges-
tion: templos, altares y pequefios juegos de pelota
Si la ciudad de Tajin se consideré el centro del Totonacapan,
la ciudad de Zempoala se tenia como el centro totonaca del sur,
y constituye una muestra mas de la habilidad arquitectonica de
los totonacas. A 35 kilémetros al noroeste del punto en que
tiempo después se levantaria el puerto de Veracruz, esta ciudad
quedo ubicada en el limite entre la regién de las grandes mon-
tafias y la regién de las llanuras de Sotavento, en la cuenca for-
mada por dos rios, el Actopan y La Antigua.
Esta ciudad incluy6 diversas construcciones de piedra de rio
El Templo de las Chimeneas, de planta rectangular, se componia
de seis cuerpos sobrepuestos que disminuian de tamafio a medi.
da que se ascendia. Al frente contaba con una ancha escalinata
limitada por alfardas y columnas de planta semicircular en forma
de chimeneas, detalle de donde proviene el nombre del edificio.
Otras construcciones importantes fueron el Templo de las Caritas
y el Templo del Dios del Aire, edificios de planta rectangular,
cada uno integrado por cinco cuerpos sobrepueste
Es en los restos ceramicos en donde principalmente se apre-
cia la decadencia y el fin de la Gpoca Remojadas Superior y el
ocaso de los totonacas como cultura dominante, asi como el na-
cimiento y evolucin de otros tipos de alfareria y de influenciasPOBLADORES DE OTROS TIEMPOS 9
los
culturales: toltecas, nonoalcas, pipiles, grupos con los cule
totonacas tuvieron estrecha convivencia entre 900 y 1200 d.C.
Eran los tiempos de la hegemonia de Tula, y es posible que a
su esplendor haya contribuido la conquista del Totonacapan.
sde entonces, 0 quizds un poco antes, la influencia nahua se
dej6 sentir en las tierras veracruzanas
A esta época tardia de la cultura totonaca corresponden
expresiones artisticas de gran refinamiento y belleza, tanto en su
cerdmica y en su arquitectura como en su escultura monolitica
de tipo realista. Sitios como Centla, Conzoquitla, Cacahualco,
Oceloapan, Certo de los Otates, Quiahuiztlan, Texuc, Paxil, Los
idolos, Misantla, Manantiales, Vega de la Pefia y Nautla son
representativos de la tltima fase cultural prehispinica del Toto-
nacapan. Predominan entonces los centros ceremoniales, los ce-
menterios y las fortalezas construidas para defenderse de las
invasiones bélicas de los teochichimecas y tenocheas, erigidas en
escarpadas mesetas, cerros y valles. Todas son las tiltimas mues-
tras de arte del “pueblo de los tres corazones", abatido por la
tirania de las culturas del Altiplano.
HUAXTECAPAN, LA TIERRA DE LOS HABITANTES DEL PAIS DEL CUERO
El amplio espacio geografico que dominé la cultura huasteca
comprendié el norte de Veracruz, a partir del Rio Cazones, el
extremo sur de Tamaulipas, el norte de Hidalgo, el oeste de San
Luis Potosi y una pequefa parte del oriente de Querétaro. Por
su particular orografia, esta gran area se divide a su vez en dos
zonas: una montafiosa y otra de extensas llanuras costeras. La
primera se extiende por las estribaciones de la Sierra Madre
Oriental conocidas como Sierra de Tantima, de Otontepec o
Chicontepec, intrincado nudo montaioso solo accesible a través
del curso de los rios Tuxpan, Calabozo y Moctezuma-Pinuco.
Abarca también los sistemas fluviales de Soto Marina y
PAnuco, sistemas que alimentan un conjunto de lagunas, algu-
nas de ellas salobres, que se encadenan hasta llegar a la costa.40 POBLADORES DE OTROS TIEMPOS
La segunda de las zonas mencionadas se ubica en las tierras lla-
nas de la costa del Golfo, y consta de la importante Laguna de
Tamiahua, en cuyas inmediaciones se encuentra un grupo de i
las. En conjunto es una regién de variaciones climaticas extre-
mosas: clima calido extremoso en la costa y la llanura, y templa-
do extremoso en la parte serrana. Este fue el habitat de los
huastecos.
Al igual que en el caso de los olmecas y los totonacas, poco
se sabe sobre el oigen de la cultura huasteca. Hay quienes sos-
tienen que existié una relacién entre huastecos y mayas. Sefalan
que en épocas remotas grupos mayas ocuparon las tierras coste-
ras, desde el Panuco hasta Tabasco, y que algunos se asentaron
en la parte noroeste, convirtiéndose en huastecos, mientras que
los demas se encaminaron hacia el sureste. Lo cierto es que el
pueblo huasteco fue contempordneo de otros pueblos meso-
americanos, y lo extrafio es que no haya evolucionado tanto
como ellos.
Su desarrollo cultural fue posterior al de los olmecas y al de
los totonacas; quizds influyé en esa circunstancia la ubicaci6n
geogrifica del territorio huasteco, que lindaba con grupos de
baja cultura caracteristicos de Aridoamérica, pueblos némadas
recolectores, quiz chichimecas, que en épocas de escasez ha-
cian expediciones para saquear las provisiones y sementeras del
sur, En consecuencia, los sedentarios huastecos tuvieron que
convertirse en guerreros guardianes de la frontera mesoameri-
cana. Fray Bernardino de Sahagtin, al ocuparse de la Huasteca,
se refirid a la region como Cuextlan, palabra nahua que signifi-
ca “lugar de cueros o pieles”, y a sus pobladores como cuexteca
si eran muchos, y cwextécatl si era uno, de ahi el nombre de
habitantes del pais de los cueros”.
En un principio, estos hombres del Huaxtecapan, siguiendo el
patron de wansformacién de los pueblos sedentarios mesoame-
ricanos, tuvieron como principales actividades la caza, la pesca
y la recoleccién. Posteriormente se ocuparon de Ia agricultura y
diversificaron sus cultivos, También curtieron pieles, elaboraron.
tejidos de algodén y fabricaron utensilios diversos; los masPOBLADORES DE OTROS TIEMPOS a
comunes eran los metates de diversas formas, los morteros y los
molcajetes, que se aprovechaban para moler semillas y granos.
Tenian, ademas, una amplia variedad de ollas, jarros y comales.
Formaron comunidades con casas habitacién construidas
sobre plataformas rellenas de lodo y cascajo, con paredes de
troncos y techos de palma en forma c6nica. Se han encontrado
construcciones de este tipo en el Antiguo Tuxpan, 0 Tabuco, en
la Mata, en la Laguna de Tampamachoco, en la Isla del fdolo,
en la Isla del Toro y en Tamiahua la Vieja
En el Ambito de la religidn dieron sentido magico y religioso
a fendmenos naturales como el rayo, el trueno, la lluvia y el
viento. Reconocian diversas deidades, como Aquicha, el dios
del sol; Tlazoltéotl, diosa de la luna y de la fecundidad;
Chuzelo,, la estrella matutina; Tyaeb, el cielo; Ot, la estrella.
Asimismo rendian culto al fuego y a la muerte, ¢ inclusive a dio-
ses considerados aztecas, como Coatlicue y Huitzilopochtli,
cuyo origen se liga con la cultura huasteca
El arte propiamente huasteco empez6 en el afo 100 a.C., con
graciosas y esbeltas figuras antropomorfas. Para entonces se
habia transitado de las burdas ollas de cerémica blanca del
1100-850 a.C., pasando por la aparicion de la cerdmica negra y
los soportes cénicos tripodes, a los cajetes de ceramica negra
con paredes bajas, base plana y decoraciones ocasionales. En
aiios posteriores, la cerdmica se hizo més elaborada, de pasta
fina con bafios en negro sobre rojo, o en negro sobre ante, fon-
dos del color natural del barro, sobre los que se aplicaban moti-
vos negros, y decoraciones exteriores. Eran comunes las vasijas
fitomorfas, en forma de calabazas y de otros frutos, y las vasijas an-
tropomorfas y zoomorfas.
Los huastecos no pudieron plasmar su sentido artistico en una
arquitectura monumental, como lo hicieron los olmecas y toto-
nacas. Sin embargo, sobresalieron en el arte del tallado de la
concha, del hueso y de la piedra. Su arte escult6rico debe consi-
derarse uno de los mas bellos de Mesoamérica por sus caracte-
risticas peculiares y por sus representaciones. Algunas de las
esculturas mas sobresalientes fueron El Adolescente de Tamuin,2 POBLADORES DE OTROS TIEMPOS
figura interpretada por algunos académicos como Quetzalcéatl;
las representaciones de Tlazoltéotl, originarias de Palmas Altas,
Chicontepec, Tantima, Cacahuatengo, Techupesco y Castillo de
Teayo; la lapida del dios descendente de Tepetzintla; las repre-
sentaciones del Sol de Amatlan y Palmas Altas; la Estela de
Huilocintla, en la regién de Tuxpan; la representacién del sol
del cielo diurno y del inframundo de Tancuayalab. Tres més
resultan relevantes: la escultura masculina de piedra labrada, la
escultura de un anciano conocida como escultura de Organos y
el prisma rectangular de esquinas redondeadas llamado es-
cultura de-San Isidro Xicoaque. Estas tltimas ponen de mani-
fiesto las interrelaciones culturales de los huastecos y el uso de
elementos ideolégicos y decorativos de otros grupos étnicos,
como cl teotihuacano, el totonaca, el tolteca y el nonoalca.
En relaci6n con la arquitectura, las construcciones huastecas
se caracterizaban por usar plantas circulares, aunque no exclu-
yeron las formas rectangulares, el revestimiento de estuco, los
pisos de barro quemado, la decoracién geométrica y el empleo
de chapapote en sus muros. Por los escasos restos materiales, se
supone que en la cultura huasteca el juego de pelota, tan des-
arrollado entre olmecas y totonacas, no tuvo importancia.
El asentamiento de El Ebano fue el mas antiguo. Comprendia
un edificio de planta circular, como la mayoria de las construc-
ciones huastecas, con rampas, piso de barro quemado y estuco o
mezcla. Otro sitio de desarrollo urbano fue Tancanhuitz, con edi-
ficios de plantas rectangulares y circulares, ordenados simétrica-
mente. Tamuin, situado sobre las margenes del rio del mismo
nombre, result6 un conjunto arquitectonico amplio, con mon-
ticulos ubicados alrededor de plazas con escalinatas; bien cons-
truido, conté con paredes escalonadas a manera de almenas
sobre las cuales se desplegaron pinturas murales que combina-
ron motivos en color rojo sobre fondo blanco. Cacahuatengo,
por otra parte, presentaba tres construcciones —El Castillo,
El Bracero y La Capilla—, junto con una serie de calzadas, pozos
cilindricos recubiertos de piedra basiltica, grandes aljibes y ado-
ratorios circulares. El Castillo, la edificacién mas representativaPOBLADORES DE OTROS TIEMPOS 8
de Ia arquitectura huasteca, era una piramide de siete cuerpos en
talud, de alturas distintas, rodeada, en tres de sus lados, por
almenas escalonadas y, en el lado norte, por una escalinata, todo
revestido de estuco. Y, por Ultimo, la piramide de Castillo de
Teayo era de tres cuerpos, ligeramente en talud, con una base
cuadrada, escalinatas, contrafuertes, estribos, alfardas, banquetas
y una plazoleta; sus muros estaban bien revestidos de estuco y
chapapote.
Finalmente, las frecuentes invasiones de los pueblos del Gol-
fo y el expansionismo de los grupos del Altiplano marcaron el
ocaso cultural del Huaxtecapan. A pesar de la enconada resis-
tencia que presentaron ante los chichimecas primero, y ante los
nahuas después, las tierras de los huastecos quedaron bajo el
dominio de los gobiernos mexicas antes de la llegada de los
conquistadores espaioles.
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