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Apuntes HES - UNMDP - Peligros Químicos

Este documento trata sobre los peligros para la salud ambiental, incluyendo agentes biológicos como bacterias y virus, así como sustancias químicas inorgánicas y orgánicas. Explica cómo se miden y monitorean los agentes biológicos en el agua y los alimentos, y clasifica las sustancias químicas en inorgánicas como metales y halógenos, y orgánicas. También discute la diferencia entre peligro y riesgo toxicológico, y los esfuerzos internacionales

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Apuntes HES - UNMDP - Peligros Químicos

Este documento trata sobre los peligros para la salud ambiental, incluyendo agentes biológicos como bacterias y virus, así como sustancias químicas inorgánicas y orgánicas. Explica cómo se miden y monitorean los agentes biológicos en el agua y los alimentos, y clasifica las sustancias químicas en inorgánicas como metales y halógenos, y orgánicas. También discute la diferencia entre peligro y riesgo toxicológico, y los esfuerzos internacionales

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SALUD AMBIENTAL B ÁSICA

Annalee Yassi • Tord Kjellström • Theo de Kok


•Tee L. Guidotti

PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL MEDIO AMBIENTE


OFICINA REGIONAL PARA AMÉRICA L ATINA Y EL CARIBE

ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD

INSTITUTO NACIONAL DE HIGIENE, EPIDEMIOLOGÍA Y MICROBIOLOGÍA


MINISTERIO DE SALUD PÚBLICA DE CUBA

Serie Textos Básicos para la Formación Ambiental


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Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

biental se miden con frecuencia los materiales ambientales blanco, tales como el
agua potable, alimentos o suelo. El mismo tipo de herramientas para la identifica-
ción y cuantificación de la ocurrencia de los agentes biológicos es utilizado en-
tonces sobre estos materiales. Una diferencia importante en el enfoque es el uso
de indicadores de los agentes biológicos de interés. Por ejemplo, el monitoreo
rutinario del agua potable usa mediciones de la bacteria E. coli para estimar si el
agua tiene calidad aceptable o no. Estas bacterias no causan enfermedades nor-
malmente ya que son comunes de la flora bacteriana intestinal normal. La razón
de que ellas sean utilizadas como indicadores de la calidad de agua es que mues-
tran si el agua ha sido contaminada por heces humanas, lo cual es la fuente más
importante de bacterias causantes de enfermedades en el agua potable.

2.3. Peligros químicos


2.3.1 PELIGRO, RIESGO Y TOXICIDAD
Desde el comienzo del presente siglo, aproximadamente 10 millones de com-
puestos químicos han sido sintetizados en laboratorios. Alrededor del 1 % de
estos compuestos químicos se producen comercialmente y se usan directamente
(por ejemplo, plaguicidas y fertilizantes). Sin embargo, la mayoría son compues-
tos intermedios en la manufactura de productos para el uso humano. Práctica-
mente no existe un sector de la actividad humana que no utilice productos quími-
cos, y por supuesto estos han producido muchos beneficios a la sociedad, tales
como el efecto de los productos farmacéuticos en la salud humana, y de los
fertilizantes en la producción de alimentos.
Todas las sustancias químicas son tóxicas en algún grado, siendo el riesgo a la
salud una función de la severidad de la toxicidad y de la magnitud de la exposi-
ción. Sin embargo, la mayoría de estas sustancias no han sido adecuadamente
probadas para determinar su toxicidad. Un estudio realizado por el Consejo Na-
cional de Investigaciones de los EUA encontró que sólo existe suficiente infor-
mación que permita efectuar una evaluación completa del peligro para la salud,
para menos de 2 % de las sustancias químicas producidas comercialmente, mien-
tras que solamente para el 14 % hay suficiente información para sustentar una
evaluación parcial del peligro.
Se han hecho algunos esfuerzos internacionales para intentar rectificar esta
situación. Específicamente, en 1976 el PNUMA estableció el Registro Interna-
cional de Sustancias Químicas Potencialmente Tóxicas (RISQPT), que tiene
un banco de datos central computarizado con perfiles de datos para alrededor de
800 compuestos químicos. Están disponibles archivos especiales sobre manejo y
disposición de desechos, compuestos químicos actualmente sometidos a ensayos
de toxicidad y regulaciones nacionales de alrededor de 8 000 sustancias. En

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Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

1980 la OMS, el PNUMA y la OIT establecieron el Programa Internacional


de Seguridad de las Sustancias Químicas (PISSQ) para evaluar los riesgos
para la salud humana y el ambiente de sustancias químicas específicas. El PISSQ
publica sus evaluaciones en cuatro formas: los Criterios de Salud Ambiental,
que se dirigen a expertos científicos; una pequeña y no técnica Guía de Salud y
Seguridad para administradores, gerentes y tomadores de decisiones; las Tar-
jetas Internacionales de Seguridad Química, que sirven como una referencia
rápida en el lugar de trabajo y las Monografías de Información sobre Venenos
para uso médico.
Es importante diferenciar entre peligro y riesgo en el término toxicidad. La
toxicidad de una sustancia se define como su capacidad inherente para causar
daño a un organismo viviente (por ejemplo, una persona, animal o planta). Una
sustancia altamente tóxica puede dañar a un organismo, aún cuando estén pre-
sentes pequeñas concentraciones en él. Una sustancia de baja toxicidad no pro-
ducirá un efecto, a menos que la concentración en el órgano blanco sea suficien-
temente alta. Para que un compuesto químico se considere un riesgo debe existir
exposición real o potencial al mismo. Un compuesto químico tóxico que se usa
en un proceso totalmente cerrado, puede en sí mismo poseer la capacidad de
inducir efectos adversos para la salud, pero no representa un riesgo para ésta ya
que virtualmente no existe posibilidad de exposición. Los factores que deben ser
considerados cuando se evalúa un riesgo producido por una sustancia tóxica
incluyen la cantidad de sustancia absorbida (por ejemplo, la dosis), cómo metaboliza
el organismo la sustancia, y la naturaleza y magnitud del efecto para la salud
inducido a un determinado nivel de exposición (relación dosis-respuesta o dosis-
efecto; ver Capítulo 3). La dosis, a su vez, depende de la vía de exposición, y de
la magnitud, duración y frecuencia de la exposición. Asimismo, se debe conside-
rar a los individuos de la población que puedan ser más sensibles a la toxina, y si
el daño es o no permanente o reversible.
Por lo tanto, para identificar y categorizar el peligro de las sustancias quími-
cas, se necesita conocimiento de: a) sus propiedades físicas y químicas, b) sus
vías de entrada, c) su distribución y metabolismo, y d) los efectos que tienen en
los sistemas corporales. Finalmente, es necesario conocer: e) cómo identificar
los peligros químicos en sitios reales (ver también el Capítulo 3).

2.3.2 CLASIFICACIÓN DE LAS SUSTANCIAS QUÍMICAS.


Existen numerosos sistemas de clasificación de las sustancias químicas. Para
aquellas personas sin un conocimiento básico de química es útil clasificar las
sustancias químicas en dos clases fundamentales: 1) sustancias químicas
inorgánicas (que no contienen o tienen pocos átomos de carbono) y 2) sustan-

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Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

cias químicas orgánicas (que tienen una estructura basada en átomos de carbo-
no). (El lector interesado en la estructura química específica de los diferentes
compuestos debe consultar un manual de química).
1. Sustancias inorgánicas
a) Los halógenos son elementos que forman una sal por unión directa con un
metal. Incluyen el flúor, el cloro, el bromo y el yodo. A temperatura y presión
normales, el flúor y el cloro son gases, el bromo es líquido y el yodo es sólido.
Cuando se ponen en contacto con el agua, ocurre una reacción que forma ácidos
que irritan los tejidos. Como elementos individuales y compuestos, los halógenos
tienen una toxicidad intrínseca. El primer síntoma de la inhalación de halógenos
(excluyendo a los organohalógenos) es la irritación del tracto respiratorio, cuya
severidad depende de la concentración. Los hidrocarburos clorados y fluorados,
que se forman durante la reacción de los halógenos con los compuestos orgáni-
cos, son discutidos posteriormente en el Capítulo 11, ya que el impacto de los
hidrocarburos halogenados en la disminución de la capa de ozono es de gran
importancia para el ambiente global.
b) Los materiales corrosivos incluyen a los compuestos alcalinos, tales como
amoníaco, hidróxido de calcio, óxido de calcio, hidróxido de potasio, carbonato de
sodio e hidróxido de sodio, entre otros. Estos causan una irritación corrosiva
local de los tejidos, tales como la piel, los ojos y el tracto respiratorio. Estos
efectos también pueden ser causados por ácidos. Los ácidos sulfúrico y crómico
son sustancias químicas industriales comunes. Otros compuestos con efectos
corrosivos o irritantes incluyen a los contaminantes comunes del aire, ozono y
óxidos de nitrógeno. El ozono (O3 ) es muy irritante para todas las membranas
mucosas (por ejemplo, ojos, nariz y boca), mientras que el bióxido de nitrógeno
es un irritante moderado. Ambos pueden propiciar ataques de asma.
c) Los metales, como el cadmio, cromo, cobre, plomo, magnesio, mercurio,
níquel y arsénico, son tóxicos y persistentes en el ambiente. De estos, el cromo,
cobre y magnesio son metales esenciales, ya que los organismos vivos los re-
quieren (por ejemplo, el níquel es esencial para algunas bacterias y plantas).
Tanto el destino ambiental como el nivel de toxicidad de los metales dependen
fuertemente de la forma física y química. Los organismos vivos son capaces de
cambiar la forma química, y por lo tanto, modificar los riesgos para la salud
relacionados con la exposición a estas sustancias químicas. Por ejemplo, las
bacterias son capaces de convertir los iones de mercurio en metilmercurio, que
es soluble en grasas, y por lo tanto, puede acumularse en peces y entrar en la
cadena alimentaria humana. De igual manera, algunos compuestos de plomo
orgánico (derivados metílicos y etílicos, tales como el tetraetilo de plomo) son

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Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

solubles en disolventes orgánicos. Son utilizados como agentes antidetonadores


en la gasolina. A causa de que los compuestos de plomo son neurotóxicos, su
empleo ha sido suspendido en muchos países. Las posibilidades de que ocurra
exposición aguda de la población son bajas, pero puede suceder. Algunos ejem-
plos incluyen a los niños que juegan en el suelo contaminado con operaciones de
fundiciones o recuperación de baterías de plomo-ácido. El arsénico o el plomo
pueden alcanzar niveles elevados en el suelo, o el niño puede ingerir tierra o
fragmentos de pintura. Para la mayoría de estas sustancias químicas se han
desarrollado Criterios de Salud Ambiental.
2. Compuestos orgánicos
a) Los hidrocarburos son básicamente una cadena de átomos de carbono,
con hidrógeno ligado a estos. Los hidrocarburos alifáticos, tantos los de cadena
corta como las parafinas (cadenas largas) provienen casi exclusivamente del
petróleo, y se considera que son saturados. La saturación implica que no se
pueden incorporar más átomos a la molécula , especialmente átomos de hidróge-
no. Estos hidrocarburos incluyen (en orden, desde la molécula más pequeña a la
mayor) metano, etano, propano, butano, pentano, hexano, heptano y octano, en-
tre otros. El metano y el etano son gases y son relativamente inertes biológica-
mente, mientras que los hidrocarburos mayores que el etano (por ejemplo, pro-
pano, butano, etc.) son depresores del sistema nervioso central. La irritación de
las membranas mucosas se incrementa del pentano al octano. Los hidrocarburos
alifáticos de cadena larga se denominan parafinas, y se encuentran frecuente-
mente en forma de sólidos y ceras.
b) Las olefinas o hidrocarburos insaturados son moléculas que tienen uno o
más doble enlaces entre átomos, que potencialmente pueden ser rotos, de forma
que pueden ser incorporados átomos de hidrógeno a la molécula. Por lo tanto, no
están saturados con átomos de hidrógeno. Estos hidrocarburos también se for-
man como subproductos del fraccionamiento del petróleo. Algunos hidrocarbu-
ros alifáticos insaturados son el etileno, propileno, 1,3 butadieno e isopreno.
c) Los hidrocarburos saturados e insaturados pueden ser también alicíclicos
(por ejemplo, pueden tener forma circular, como el ciclohexano, el metil
ciclohexano, y la turpentina). Aquí la cadena de hidrocarburos adopta una forma
circular donde el último átomo de carbono se une al primero. En general, mien-
tras más larga sea la cadena carbonada (ya sea saturada, insaturada o cíclica),
más solubles en lípidos (grasas) serán. Los hidrocarburos insaturados son más
reactivos y usualmente más tóxicos que los saturados.
d) Los hidrocarburos aromáticos contienen uno o más anillos de benceno.
Un anillo de benceno es un hidrocarburo circular de 6 átomos de carbono, con

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Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

enlaces simples y dobles alternos. Por varias razones, el anillo bencénico es una
estructura muy estable (por ejemplo, se necesita mucha energía para romper un
anillo bencénico). Esta categoría de sustancias químicas es posteriormente clasi-
ficada dependiendo del número de anillos bencénicos y el tipo de uniones entre
ellos en la molécula. Estos grupos son: i) benceno y sus derivados alifáticos y
alicíclicos; ii) polifenilos, por ejemplo, dos o más anillos no condensados; y iii)
policíclicos, dos o más anillos condensados. Los ejemplos de compuestos aro-
máticos incluyen el benceno, tolueno, estireno y naftaleno. Los hidrocarburos
aromáticos actúan como irritantes primarios de las membranas mucosas y cau-
san depresión del sistema nervioso central. Además, algunos poseen propieda-
des tóxicas específicas y carcinogénicas. Por ejemplo, el benceno (como un
producto de biotransformación en forma de epóxido, ver Cuadro 2.1) tiene una
toxicidad muy conocida para el sistema hematopoyético y capacidad para cau-
sar leucemia. En general mientras más anillos bencénicos tenga la molécula, es
menos soluble y más persistente en el ambiente (no se rompe con facilidad). A
causa de estas dos últimas características, estas sustancias químicas son con
mayor posibilidad carcinógenos y ecotóxicos, aunque otras características de las
moléculas (tal como su forma tridimensional) también pueden contribuir a su
toxicidad.
Algunos tipos de compuestos orgánicos tienen actividad similar a los
estrógenos (ver Cuadro 2.1). Esta acción causada por sustancias químicas
exógenas se cree que ocurre a causa de la similitud espacial (geométrica) entre
el tóxico y la hormona estrógena natural (endógena). Las consecuencias
toxicológicas del uso de estrógenos para problemas menopaúsicos y para la pre-
vención de éstos es un tópico de considerable controversia. Se han planteado
hipótesis acerca de su vinculación al cáncer de mama y la infertilidad masculina
(Davies et al.1993, Sharpe y Skakkeback, 1993). Se requieren muchas investi-
gaciones antes de que este aspecto pueda ser aclarado. Las sustancias químicas
que interrumpen el sistema endocrino (disruptores endocrinos) son consideradas
por algunos como los heraldos de una nueva ola de preocupación ambiental (ver
Nuestro futuro robado, Coburn et al., 1996).
e) Los hidrocarburos halogenados (hidrocarburos con al menos un átomo
del grupo de los halógenos [flúor, cloro, bromo o yodo] unido) están entre las
sustancias químicas más frecuentemente encontradas en la industria. Los ejem-
plos incluyen el clorometano, el diclorometano, el cloroformo y el tetracloruro de
carbono. Las sustancias químicas de este grupo son ampliamente utilizadas para
la limpieza en seco o como disolventes industriales (por ejemplo, el tricloroetileno)
y en la producción de plásticos (por ejemplo, cloruro de polivinilo [PVC]). En
general, mientras más largos y clorados son los compuestos, menos pueden ser

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Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

Cuadro 2.1 Xenoestrógenos


Los estrógenos forman una clase de hormonas esteroideas sintetizadas tanto por hom-
bres como por mujeres. Estas hormonas desempeñan un papel importante en la reproduc-
ción humana, incluyendo la diferenciación sexual, el desarrollo de características sexua-
les femeninas secundarias, así como en el desarrollo y funcionamiento de los testículos.
Las hormonas ejercen su acción mediante la unión a un receptor específico. Cuando una
hormona se une a un receptor celular para formar un complejo llamado hormona-receptor,
un número de reacciones tienen lugar, lo cual, eventualmente resulta en un efecto fisioló-
gico. Para el desarrollo y funcionamiento normal, los niveles hormonales sanguíneos
deben ser regulados de manera muy precisa. Esta regulación de los niveles hormonales
se determina por la tasa de síntesis y eliminación metabólica. Este mecanismo de regula-
ción se puede desajustar cuando los seres humanos u otros organismos están expuestos
a sustancias químicas ambientales que también son capaces de unirse al receptor de
estrógenos. En principio, hay dos posibles reacciones: 1) La unión del compuesto am-
biental al receptor de estrógenos resulta en la misma respuesta celular. Esto es llamado
efecto imitador de estrógeno; 2) La unión al receptor no resulta en una respuesta normal.
Esto puede indicar que el xenoestrógeno, no presente normalmente en el organismo, ha
bloqueado (permanentemente) el receptor, haciéndolo incapaz de interactuar con los
estrógenos endógenos.
Los humanos pueden estar expuestos a los xenoestrógenos en muchas formas diferen-
tes. Por ejemplo, la dieta humana contiene grandes cantidades de fitoestrógenos, tales
como lignanos e isoflavonas. El efecto bloqueador de los estrógenos ha sido demostra-
do en mujeres que ingerían una dieta enriquecida con isoflavonas. Sin embargo, la mayo-
ría de los fitoestrógenos son metabolizados y excretados por la orina en la misma forma
que los estrógenos endógenos, y por lo tanto no se acumulan en el organismo. Sin
embargo, puede ocurrir lo contrario con algunos otros xenoestrógenos, incluyendo los
BPC, dioxinas y furanos. La exposición a algunos BPC ha sido correlacionada con una
reducción de la motilidad y densidad de los espermatozoides. Además, después de una
exposición in utero, se reportó un incremento de pérdidas de fetos, reducción del peso al
nacer y efectos conductuales y de desarrollo, después de severos accidentes de intoxi-
cación en Japón y Taiwan. Adicionalmente, la exposición ocupacional a compuestos
estrogénicos (como Kepona) ha ocasionado una disminución del conteo y motilidad de
espermatozoides, y una morfología anormal de los mismos.
Otros xenoestrógenos a los cuales los seres humanos pueden estar expuestos son los
alquilfenoles, los ésteres de ftalato y el bisfenol -A. La preocupación acerca de estos
compuestos se ha ido incrementando de manaera considerable a causa de su gran distri-
bución en el ambiente. En particular, la ingestión de ftalatos, que puede representar
varios cientos de mg/kg por día fundamentalmente por el consumo de alimentos, puede
resultar en efectos estrogénicos. La exposición más obvia a xenoestrógenos es por su-
puesto, la administración directa de hormonas, tales como el dietilestilbestrol (DES) cu-
yos efectos están bien documentados en la descendencia de mujeres que lo consumie-
ron. En algunos países, las mismas hormonas pueden estar presentes en la carne y
productos lácteos. La similitud en la estructura química entre el estradiol endógeno y los
xenoestrógenos DES y DDT se muestra en la Figura 2.1 (ver Coburn et al., 1996).

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Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

Figura 2.1 Estructura química del estradiol, del dietilestilbestrol y del DDT
(Fuente: Colborn et al., 1996).

rotos, y por lo tanto permanecen en el ambiente. Los hidrocarburos cíclicos


clorados son dañinos ambientalmente a causa de que persisten por largos perío-
dos y son consumidos y asimilados por la fauna silvestre. Además de que son
persistentes en el ambiente, la bioacumulación de estos compuestos y su excre-
ción en leche humana y animal constituye un riesgo para los lactantes (la bioacu-
mulación será discutida en el Capítulo 7. Los contaminantes orgánicos persisten-
tes se discuten más en el Cuadro 2.2). Los signos tóxicos de exposición en
humanos son alteraciones del sistema nervioso central, retardo en el desarrollo
de niños, depresión del sistema inmunológico y una erupción persistente de la piel
llamada cloracné.
f) Los alcoholes son hidrocarburos en los cuales, al menos uno o más áto-
mos de hidrógeno han sido sustituidos por un grupo hidróxilo (molécula compues-
ta de un átomo de oxígeno y uno de hidrógeno). Algunos alcoholes específicos
son el metanol, el etanol, el propanol, etc., que son tóxicos para varios órganos,
fundamentalmente el sistema nervioso central. Por ejemplo, el síndrome fetal
alcohólico es un trastorno reconocido, en el cual la ingestión de etanol por la
madre daña al niño antes del nacimiento. Los efectos crónicos de la ingestión de
metanol incluyen visión borrosa y finalmente ceguera; esta situación es más
común cuando el alcohol bebido procede de destilaciones de licor ilegales o con-
taminadas. Los alcoholes de alta masa molecular pueden producir dermatitis
(por ejemplo, erupción de la piel).

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Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

Cuadro 2.2
Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP)
Los contaminantes orgánicos persistentes (COP) constituyen un grupo importante
de sustancias químicas de interés ambiental. Son compuestos orgánicos anillados o
con cadenas ramificadas, con frecuencia están muy clorados y son resistentes a la
ruptura biológica, química y fotolítica. En consecuencia, los COP permanecen en el
ambiente por muchos años. Estos son solubles en grasa (lípidos), se acumulan a lo
largo de la cadena alimentaria y son con frecuencia tóxicos para los organismos
vivos. Los efectos en la salud incluyen trastornos del sistema nervioso o inmunológico,
o incremento del riesgo de algunos tipos de cáncer. Los COP incluyen la primera
generación de plaguicidas organoclorados (por ejemplo, DDT, heptacloro, mirex y
toxafeno); hidrocarburos aromáticos policíclicos, tales como pirenos y antracenos,
que son generados en la combustión de carbón y otros combustibles fósiles; dioxinas
y furanos, que son subproductos de algunos procesos químicos (por ejemplo, de la
industria de pulpa y papel) o incineración de desechos; y los bifenilos policlorados
(BPC) los cuales fueron producidos a gran escala para emplearlos como fluidos
dieléctricos e hidráulicos, entre otras aplicaciones. Algunos de los COP menciona-
dos constituyen grandes familias de sustancias químicas de productos relacionados
denominados congéneres; por ejemplo, hay 209 BPC y 670 ó más toxafenos (ver
Capítulo 11).
Contribución de Evert Nieboer, Universidad McMaster, Canadá.

g) Los glicoles y derivados, tales como el etilenglicol, tienen dos átomos de


hidrógeno sustituidos por grupos hidróxilos, se utilizan como agentes anti-
congelantes, y en seres humanos para producir efectos anestésicos y dérmicos.
Otros tipos incluyen éteres que contienen uniones carbono-oxígeno-carbono, y
compuestos epoxi, los cuales son éteres cíclicos. Además, existen cetonas,
aldehidos y ácidos orgánicos; anhidridos, ésteres, cianuros y nitritos, compuestos
de nitrógeno y compuestos misceláneos de nitrógeno orgánico. La información
toxicológica sobre toda esta clasificación de sustancias químicas está disponible
en los Criterios de Salud Ambiental.
Los disolventes orgánicos son ampliamente utilizados en la industria, y exis-
te una exposición potencial alta de los trabajadores. La mayoría de estas sustan-
cias químicas son tóxicas, persistentes en el ambiente, y se conoce o sospecha
que sean carcinógenas (por ejemplo, benceno y tricloroetileno). Algunos de es-
tos compuestos, como el benceno y el tolueno, están presentes en los productos
de la combustión de materiales orgánicos, tales como en la combustión de neu-
máticos.

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Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

2.3.3 VÍAS DE EXPOSICIÓN


Las sustancias químicas pueden ser liberadas al ambiente en muchas formas
diferentes. Esto incluye las sustancias químicas naturales liberadas durante los
procesos geológicos y las liberadas por la minería y el dragado. También se
incluyen los desechos de muchas fuentes industriales, agrícolas, comerciales y
domésticas. La contaminación química puede ocasionarse además por la libera-
ción no intencional de sustancias químicas durante la producción, almacenamiento
y transporte de productos, tales como los de uso doméstico. El aire, el suelo, las
aguas interiores y los océanos están sujetos a la contaminación química. La
contaminación de los alimentos involucra la absorción de residuos químicos en la
cadena alimentaria, así como el uso de sustancias químicas en el procesamiento
de los alimentos. Las toxinas naturales (aflatoxinas, ocratoxinas y las alcaloides
de pirrolizidina) también causan una variedad de enfermedades.
Las principales vías de exposición a las sustancias químicas son: inhalación,
ingestión, absorción por la piel y los ojos, transferencia placentaria de la madre
embarazada al feto, inoculación y penetración directa en los órganos blanco. En
el ambiente no-ocupacional, la ingestión de sustancias químicas constituye la vía
de exposición más común. En el ambiente laboral, a causa de la naturaleza de la
exposición, la duración de la jornada laboral y las características de los compues-
tos, la inhalación es la vía de entrada más significativa, seguida de la absorción
dérmica y la ingestión.

2.3.4 DISTRIBUCIÓN, METABOLISMO Y ELIMINACIÓN


Una vez que las sustancias químicas ingresan en el organismo, pueden ser
metabolizadas, excretadas o acumuladas. La Figura 2.2 muestra las vías de ab-
sorción, distribución y excreción de sustancias potencialmente tóxicas. Usual-
mente, la absorción es más rápida por los pulmones, menos rápida por el tracto
gastrointestinal y mucho menos a través de la piel.
Después de la inhalación de material particulado, el tamaño de partícula de-
termina en que región del tracto respiratorio son depositadas, y por tanto, tam-
bién donde ejercerán su efecto tóxico. Los gases, por otra parte, pueden llegar a
los alveolos relativamente rápido, y por lo tanto pueden causar efectos en el
sistema respiratorio. La exposición a material particulado es común en instala-
ciones industriales, dando como resultado enfermedades bien definidas, por ejem-
plo: silicosis (restricción y obstrucción pulmonar) debida a la inhalación de sílice
cristalina; asbestosis (inflamación pulmonar/fibrosis) como consecuencia de la
inhalación de fibras de asbesto; y cáncer pulmonar debido al asbesto, óxidos y
sulfuros de níquel, compuestos de cromo (cromatos) y trióxido de arsénico. Para
el desarrollo de estas enfermedades crónicas se requieren altos niveles de expo-

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Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

Figura 2.2 Rutas de absorción, distribución y excreción de sustancias potencialmente


tóxicas. Las flechas indican cómo son transportadas las sustancias. Los medios útiles
para el monitoreo biológico, están identificados por los círculos punteados.

sición durante un largo tiempo (típicamente 10 a 20 años). Además, las partícu-


las contaminantes de diámetros inferiores o iguales a 10 µm (la fracción PM10)
parecen estar vinculadas a un incremento de la mortalidad por cáncer de pul-
món, o por enfermedad cardiopulmonar y por otras causas respiratorias. Estos
efectos estuvieron fuertemente correlacionados con los sulfatos suspendidos y
también se sospechó de la contribución de metales. En el Capítulo 5 se discute
este aspecto con gran detalle.
Una vez que las sustancias químicas son absorbidas por los pulmones, la piel
o el recto (supositorios), pueden entrar a la circulación sanguínea directamente y

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Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

ser distribuidos por todo el organismo de forma inalterada. Las sustancias quími-
cas absorbidas en el estómago y en los intestinos (el tracto gastrointestinal) en-
tran en la sangre y son transportadas por el sistema portal hepático hacia el
hígado, donde pueden ser modificadas por una serie de reacciones. Este proceso
de modificación en el hígado se conoce como biotransformación. Estas reac-
ciones también se denominan de detoxificación, cuando la transformación dis-
minuye la toxicidad o de bioactivación cuando la toxicidad se incrementa.
La biotransformación ha sido dividida en dos fases distintas. Las reacciones
de Fase I dan como resultado la funcionalización, por ejemplo, el cambio de la
sustancia química de forma que pueda ser metabolizada (por ejemplo, partes ya
existentes en la sustancia). La función más común de la biotransformación es la
conversión de los compuestos hidrofóbicos (que repelen al agua) a compuestos
más hidrofílicos (con afinidad por el agua, por lo tanto solubles en ésta) a través
de la introducción de grupos polares o cargados electrostáticamente (por ejem-
plo, OH, COOH, NH) (Figura 2.3). Algunas veces el proceso de biotransfor-
mación, especialmente la Fase I, da como resultado un compuesto químico más
activo que pueda reaccionar con el ADN u otra estructura importante en la
célula. Algunos compuestos carcinogénicos importantes, como el benceno re-
quieren transformaciones de Fase I para activarse. Algunos de éstos sólo exis-
ten durante un corto tiempo, suficiente para producir un daño, y por lo tanto son
difíciles de detectar o medir. Este proceso se ilustra en el Cuadro 2.3.

Cuadro 2.3
Bioactivación del benceno
Muchas sustancias químicas carcinogénicas requieren bioactivación para ejercer su
acción. Por ejemplo, durante el metabolismo de las aflatoxinas, cloruro de vinilo,
benzo [a] pireno y benceno, se forman epóxidos, que son productos intermedios
altamente reactivos. Estos epóxidos existen sólo por un período de tiempo muy corto
debido a su alta inestabilidad y reactividad. Ya que los epóxidos son electrofílicos,
reaccionan con grupos nucleofílicos, incluyendo aquellos de biomacromoléculas
como proteínas y ADN. Como resultado de esta reacción, los procesos celulares
pueden ser alterados y el código genético puede ser modificado. Como se discutirá
posteriormente, los cambios en el código genético pueden eventualmente resultar
en la formación de tumores y cáncer. En la Figura 2.3 se ilustra la formación química
del epóxido a partir del benceno. Después de la formación de fenol, este producto
final de la reacción de Fase I, será conjugado (acoplado) con el ácido glucurónico, un
compuesto endógeno, para formar fenilglucurónido durante la Fase II. Con el fin de
mostrar la similitud estructural entre los diferentes tipos de sustancias químicas que
son transformadas a epóxidos reactivos, durante las reacciones de Fase I, las estruc-
turas del cloruro de vinilo, así como su epóxido, también se muestran en la Figura 2.4.

91
Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

Figura 2.3 Metabolismo y excreción de sustancias potencialmente tóxicas.


(Adaptada de Niesink et al., 1996).

Las sustancias químicas que sufren reacciones de Fase I y Fase II son nor-
malmente aquellas solubles en grasa (lipofílicas) y que tienden a acumularse en
los tejidos corporales y la leche, si no se convierten a una forma excretable.
Algunas de estas sustancias pueden ser fraccionadas en componentes por las
bacterias en el intestino, en donde son reabsorbidas para someterse a reacciones
de Fase II. Las sustancias solubles en agua (y las sustancias polares disociadas
cargadas electrostáticamente) van directamente a la circulación sanguínea de la
cual pueden ser eliminadas en el aire expirado de los pulmones (si se vaporizan
rápidamente), por los riñones y la orina (después de la ultrafiltración) y/o por
secreción activa, en otros fluidos segregados como las lágrimas, saliva, leche o
sudor. Si esta grasa se moviliza bajo condiciones de estrés la sustancia regresa a
la sangre y causa una intoxicación aguda.

92
Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

Figura 2.4 Formación de epóxidos durante el metabolismo del benceno (A) y del
cloruro de vinilo (B) (Modificada de Niesink et al., 1996).

2.3.5 TOXICIDAD SISTÉMICA Y ÓRGANO-ESPECÍFICA.


La toxicidad fue definida previamente como cualquier efecto perjudicial de una
sustancia química o un medicamento en un órgano blanco. La toxicidad sistémica
puede ser expresada como un efecto en los sistemas del organismo después que
una sustancia química ha sido absorbida y distribuida por la sangre en todo el
organismo, más que una reacción local simplemente, la cual afecta sólo el órga-
no donde la sustancia química tiene el primer contacto en el organismo. Algunos
tóxicos ejercen sus efectos en órganos específicos, tales como el hígado, riño-
nes, sistema nervioso, etc. (Cuadro 2.4). Pueden crear reacciones alérgicas a
través de la alteración del sistema inmunológico, o pueden alterar el ADN, cau-
sando cáncer o defectos al nacer. La toxicidad sistémica y órgano-específica se
discuten más ampliamente en el Cuadro 2.4. Otras formas en que las sustancias
químicas pueden ser clasificadas, es de acuerdo a si el efecto ocurre inmediata-
mente (agudo), o es crónico (en un largo período de tiempo); y si el efecto es
temporal o permanente.

2.3.6 TOXICIDAD REPRODUCTIVA Y DEL DESARROLLO


Varias sustancias químicas tóxicas tienen efectos en el sistema reproductivo,
tanto masculino como femenino. Las exposiciones de interés pueden ocurrir an-
tes de la concepción y posteriormente a ésta. Éstas pueden afectar la fertilidad,
la función sexual y la libido, pero de interés particular son los efectos en el feto.

93
Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

Cuadro 2.4.
Principales tipos de efectos sistémicos u órgano-específicos que
pueden ser causados por las sustancias tóxicas
1. Toxicidad sistémica. Los efectos que resultan de la absorción de una sustancia química
y su distribución a diferentes sistemas corporales. Los ejemplos de situaciones de toxici-
dad sistémica común incluyen la intoxicación seria, algunas veces fatal, que puede ocu-
rrir por contacto con ciertos plaguicidas organofosforados (paratión) e inhalación de
disolventes orgánicos.
a) Neurotoxicidad. La mayoría de las sustancias tóxicas actúan en el sistema nervioso
central o periférico. Las alteraciones funcionales u orgánicas de los neurotransmisores
pueden causar síntomas de excitación o parálisis (compuestos organofosforados, orgá-
nicos clorados, metales, etc.).
b) Inmunotoxicidad. La función del sistema inmunológico asegura: i) mecanismos de
defensa no específicos contra agentes, para los cuales no ha ocurrido sensibilización
previa, y ii) mecanismos específicos y adaptativos dirigidos a agentes específicos, para
los cuales el organismo había sido sensibilizado o infectado previamente. El organismo
tiene mecanismos muy complicados para defenderse contra el ataque de virus y bacte-
rias, y estos pueden ser dañados por la exposición a ciertas sustancias químicas. Un
resultado puede ser un incremento sutil en la frecuencia de enfermedades virales, tales
como influenza y catarros. Las reacciones inmunológicas dañadas pueden dar lugar a
alergias. Las moléculas pueden reaccionar con otros componentes del organismo, alte-
rando sus propiedades y por lo tanto, sus funciones biológicas. Esto puede resultar en
que el sistema inmunológico trate a estos componentes como extraños. Pueden ser pro-
ducidos anticuerpos que se unen a componentes del organismo anormalmente alterados
y provocarse inflamación, ruptura de tejidos y otros efectos perjudiciales.
2. Toxicidad órgano-específica. Algunas sustancias químicas tienen especificidad para el
órgano blanco (por ejemplo, dañan un cierto órgano con preferencia a otros) en ocasio-
nes a causa de la biotransformación o bioconcentración. La vía de exposición puede ser
también responsable del daño a un órgano específico.
a) Toxicidad hepática. La mayoría de las sustancias químicas son metabolizadas en el
hígado. Por lo tanto, el hígado se convierte en el órgano blanco de muchas sustancias
químicas. Los disolventes orgánicos (tetracloruro de carbono, cloroformo, etanol) y cier-
tos metales traza (cobre, cadmio) pueden causar un gran daño al hígado, caracterizado
por fallas en el funcionamiento, necrosis, fibrosis y alteración de la estructura.
b) Toxicidad renal. La mayoría de los xenobióticos se eliminan por filtración glomerular y
excreción tubular, mientras los elementos esenciales se reabsorben en los túbulos. Las
sustancias químicas con toxicidad renal incluyen a los metales (por ejemplo, mercurio,
cadmio y plomo).
c) Toxicidad dérmica. Las erupciones de la piel son una reacción común a las sustancias
químicas. Las reacciones alérgicas pueden ocurrir en individuos sensibles, mientras que
la irritación de la piel puede ocurrirle a cualquier individuo expuesto a una variedad de
sustancias químicas irritantes. Algunas sustancias químicas producen un tipo caracte-
rístico de reacción dérmica que sirve de pista al tipo de exposición que el individuo ha
experimentado. Con la mayoría no sucede esto.

94
Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

Estos pueden incluir anomalidades genéticas, interferencias en el desarrollo nor-


mal y envenenamiento del feto antes del nacimiento. Los resultados de este
proceso pueden incluir defectos congénitos, fallas en el nacimiento y desarrollo
normales, bajo peso al nacer, y abortos (espontáneos). La naturaleza del efecto
depende del tipo y magnitud de la exposición, así como la coincidencia en tiempo
de la exposición con respecto al desarrollo fetal. La Figura 2.5 muestra los perío-
dos críticos de desarrollo fetal por sistema de órganos. Es importante considerar
que los defectos de nacimiento y los efectos negativos pueden ocurrir aún sin
exposición a sustancias químicas tóxicas; en ocasiones la única evidencia de la
presencia de un riesgo reproductivo es que la frecuencia de estos efectos adver-
sos en el nacimiento se incrementan. La extensión a la cual las sustancias quími-
cas tóxicas contribuyen al nivel actual de problemas de salud relacionados con la
reproducción es completamente desconocida, pero la frecuencia de defectos al
nacimiento no parece estar en incremento.

Figura 2.5 Períodos críticos en el desarrollo fetal en diferentes órganos o sistemas.


(Reimpresa de Jedrykowski y Krzyzanowski, 1995.)

95
Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

2.3.7 GENOTOXICIDAD Y CARCINOGENICIDAD DE LAS SUSTANCIAS QUÍMICAS


Los agentes químicos, físicos y biológicos pueden interactuar con el ADN, resul-
tando en cambios estructurales y/o funcionales, los cuales pueden conducir a la
alteración de los códigos e información genéticos. Este complejo proceso involucra
mutación genética, alteración cromosómica (estructural y numérica) y/o
reordenación genética, los que se describen brevemente en el Cuadro 2.5.
El cáncer se desarrolla como una consecuencia de múltiples eventos genéti-
cos o no genéticos, que pueden conducir a una proliferación celular descontrolada.
Aunque los pasos individuales son difíciles de distinguir, hay dos clases principa-
les de agentes carcinogénicos:
• agentes que reaccionan previamente con el ADN; y
• agentes que tienen una reactividad principalmente no genética, y actúan por
un mecanismo no genético.
En realidad, la carcinogénesis es un proceso complejo, que envuelve varias
etapas en las cuales tienen lugar mecanismos genotóxicos y no genotóxicos. El
proceso multifásico de carcinogénesis puede ser caracterizado por tres pasos
principales:

1) iniciación 2) promoción 3) progresión

1. Iniciación. Las sustancias químicas mutagénicas, las radiaciones ionizantes


y los virus pueden causar cambios en el ADN, creando una célula iniciada. El
genotipo iniciado se considera como un estado potencialmente maligno, el cual
puede ser transformado en una célula con una capacidad irrestricta de prolifera-
ción. Se considera que la iniciación está relacionada con la dosis, lo cual signifi-
ca que una dosis creciente conduce a un número mayor de células iniciadas.
Esto ocurre sólo en una pequeña proporción de la población de células blanco y
con mayor frecuencia si las células en el tejido se están dividiendo rápidamente.
Esto puede ser explicado por el hecho de que el ADN en la célula que se divide
está menos protegido y por lo tanto es más susceptible a alteraciones químicas.
Las células iniciadas no muestran cambios bioquímicos o conductuales reconocibles
que las diferencien de las normales, ya que el daño no se expresa como un nuevo
fenotipo. Sin embargo, el daño puede convertirse en un cambio permanente a
menos que sea rápidamente reparado.
2. Promoción. Un promotor es una sustancia que no necesariamente causa
el desarrollo de un tumor por sí misma, pero debido a su acción, permite que
ocurra una mutación potencialmente carcinogénica. La sustancia promotora trans-
forma a la célula iniciada en una célula activada anormal, que puede ser la pri-

96
mera célula de un tumor. Esta transformación resulta en una proliferación celu-
lar local que conduce frecuentemente a la formación de un tumor benigno. Como
todo en toxicología, la dosis y la duración de la exposición son usualmente los
factores clave, por lo cual en ciertas circunstancias un promotor puede ser gene-
rador de un tumor por sí mismo. En esta etapa, el tumor no es aún maligno.
Algunos tumores pueden ser benignos, pero otros siguen hasta la siguiente etapa
de progresión y se convierten en malignos.
3. Progresión. En esta etapa las células tumorales se convierten en malignas
y la proliferación incontrolada resulta en la invasión de los tejidos adyacentes y
en metástasis. Las metástasis ocurren cuando las células del tumor se rompen y
son transportadas a otro lugar en el cuerpo para dar lugar a nuevas masas
tumorales. Estas pueden desarrollarse más rápidamente que el tumor original, al
cual se denomina tumor primario.
El potencial carcinogénico de un determinado agente se evalúa primeramen-
te por la epidemiología humana y por estudios con animales de experimentación.

Cuadro 2.5
Tipos de genotoxicidad
Los eventos genotóxicos juegan un papel definido en los siguientes desórdenes:
• carcinogénesis, formación de tumores
• toxicidad del desarrollo (enfermedades genéticas hereditarias, malformaciones)
• otras enfermedades somáticas, tales como arterioesclerosis, cataratas, etc.
Los siguientes son tres tipos diferentes de efectos genotóxicos, los cuales son
resultados de cambios inducidos en el material genético:
1. Mutación genética, es el resultado de cambios de uno o múltiples pares de bases
(sustituciones, eliminaciones o inserciones) en el ADN, que alteran la información
codificada en el genoma del ADN. Normalmente, el mecanismo de defensa celular
puede reparar los daños del ADN, creando nuevamente su estructura original. La
reparación, sin embargo, puede ser deficiente, conduciendo a cambios hereditarios.
2. Las alteraciones cromosómicas pueden ocurrir mediante daños causados por agen-
tes genotóxicos, que conducen a aberraciones estructurales (rupturas, deleciones,
translocaciones); y pérdida o ganancia de uno o más cromosomas, y en ocasiones
cambios en el número de cromosomas. Los resultados de estos cambios también
pueden conducir a muerte celular o cambios genéticos profundos.
3. Las reorganizaciones genéticas están caracterizadas por expresiones genéticas
alteradas (amplificación genética, pérdida de actividad, etc.). Las causas subyacen-
tes pueden ser translocaciones, inversiones, etc., de partes largas de cromosomas.
Contribución de A. Pinter.
Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

Las pruebas genotoxicológicas cortas también proporcionan datos que pueden


ser útiles para evaluar la carcinogenicidad. La Agencia Internacional para la
Investigación del Cáncer (IARC, siglas en inglés) comenzó en 1974 a evaluar de
forma sistemática el riesgo carcinogénico de sustancias y la exposición en hu-
manos. Hasta ahora se han efectuado más de 500 evaluaciones. La categorización
de la IARC basada en la evidencia aceptada de carcinogenicidad es probable-
mente la más ampliamente reconocida y utilizada por agencias reguladoras. Es-
tas categorías se relacionan en la Tabla 2.4.

Tabla 2.4. Categorización carcinogénica de la IARC.


Categorías aceptadas
1. Existe suficiente evidencia de carcinogenicidad en humanos
2.a. Un agente es probablemente carcinogénico para humanos
2.b. Un agente es posiblemente carcinogénico para humanos
3. Existe una evidencia inadecuada de carcinogenicidad para humanos
4. No carcinogénico

En el Cuadro 2.6. se presentan ejemplos de diferentes grupos de carcinó-


genos. La mayoría de las sustancias químicas que causan cáncer son orgánicas,
tales como los hidrocarburos aromáticos policíclicos (B naftilamina, benzidina),
benceno, éter bisclorometílico y nitrosaminas. La mayoría de las sustancias quí-
micas carcinogénicas probadas parecen actuar como electrofílicas (deficientes
de electrones), las cuales reaccionan covalentemente con los nucleófilos (ricos
en electrones) en el interior de la célula blanco. Además de los agentes alquilantes
tales como sulfuro de etilo diclorado (gas mostaza), la N-metil N-nitrosourea, el
sulfato de etil metano y las nitrosamidas, las sustancias químicas frecuentemente
requieren una conversión enzimática a electrofílicas. Aún las nitrosamidas nece-
sitan ser hidrolizadas a agentes alquilantes activos. La conversión por enzimas
proporciona una explicación sobre el por qué los carcinógenos son con frecuen-
cia tejido-específicos, por ejemplo, las enzimas necesarias pueden tener poca
actividad o pueden no existir en los tejidos que no son afectados.
Las variaciones en cómo los individuos metabolizan a los carcinógenos pue-
den explicar las diferencias en la susceptibilidad al cáncer. Una teoría es que los
individuos pueden diferenciarse en sus tasas de absorción en el sitio de entrada,
y/o en los mecanismos que tienen para reparar el ADN, y esto puede ser respon-
sable de las diferencias en riesgo experimentadas por diferentes individuos, fa-
milias y otros grupos.

98
Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

Cuadro 2.6.
Grupos de carcinógenos
• Carcinógenos inorgánicos. Algunos compuestos como el arsénico, níquel y cromo
son conocidos como carcinógenos. El mecanismo de acción, sin embargo, no ha
sido comprendido.
• Asbesto y fibras minerales sintéticas. Se ha demostrado que una variedad de
materiales fibrosos causan sarcomas en roedores, cuando se administran en el espa-
cio entre el pulmón y la pared toráxica (asbesto, fibra de vidrio, óxido de aluminio,
etc.). Las dimensiones de la fibra y su durabilidad en el tejido parecen estar relacio-
nadas con su carcinogenicidad. Las fibras de asbesto actúan como promotoras y
acentúan el proceso carcinogénico iniciado por el humo de cigarro y otros
carcinógenos comúnmente encontrados en el ambiente. Los plásticos inertes y las
placas metálicas cuando se implantan debajo de la piel de roedores causan sarcoma.
Puede ser que ellos estimulen la selección de clones específicos pre-neoplásicos de
células que al final dan lugar a sarcomas. Al igual que la carcinogénesis por fibras,
esto parece no estar relacionado con la composición de la sustancia química.
• Carcinogénesis por radiación ionizante y ultravioleta. La carcinogénesis inducida
por radiaciones ionizantes y ultravioleta es similar a la carcinogénesis química. Los
rayos X y la radiación UV dañan el ADN, en ocasiones a causa de la no reparación.
• Virus: El papel de los virus en el cáncer humano ha sido objeto de una investigación
intensa a través de los años. Los virus que inducen cáncer en animales incluyen el
virus del tumor mamario de ratón, el virus de la leucemia felina y el virus del sarcoma
de Rous en pollos. Los virus humanos que pueden causar cáncer incluyen el virus
de la hepatitis B (cáncer de hígado), el herpes virus (cáncer cervical) y el virus
Epstein Barr (cáncer nasofaríngeo y Linfoma de Burkitt) el cual también causa enfer-
medades no malignas como la mononucleosis.

2.3.8 ENSAYOS DE TOXICIDAD EN ANIMALES DE EXPERIMENTACIÓN


Un gran número de ensayos diferentes están disponibles para determinar el per-
fil toxicológico de una sustancia química. Estos ensayos permiten evaluar la toxi-
cidad aguda, sub crónica y crónica, o pueden centrarse en áreas específicas de
toxicidad, que cubren un intervalo de efectos (Tabla 2.5). La construcción del
perfil toxicológico y de las relaciones dosis-respuesta son las primeras etapas de
las evaluaciones de riesgos, tal y como se discutirá en el Capítulo 3. Los aspec-
tos éticos relacionados con el ensayo con animales deben ser considerados.
1) Estudios de toxicidad aguda
Los estudios toxicidad aguda con animales son más frecuentemente utiliza-
dos para predecir los efectos de las exposiciones cortas y altas en humanos,

99
Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

Tabla 2.5. Variedad de estudios toxicológicos disponibles para la construcción de un


perfil toxicológico. (Adaptada de Niesink et al., 1996.)
Estudio Comentario
Toxicidad aguda Énfasis en efectos agudos y signos clínicos,
incluyendo letalidad (LDso).
Toxicidad subcrónica A menudo utilizada para determinar una dosis sin efecto:
generalmente de 28 o 90 días de duración; también
denominados estudios sub agudos.
Toxicidad crónica Generalmente es de aproximadamente 2 años de dura-
ción cuando se emplean roedores. Pueden ser estudios
de carcinogenicidad, de toxicidad crónica, o una
combinación de ambos tipos.
Estudios especializados
Estudios de reproducción Estudios multigeneracionales: son empleados para in-
vestigar los efectos en el comportamiento reproductivo,
efectos en la fertilidad, fecundidad, toxicidad prenatal
y perinatal, lactancia, ablactación y desarrollo perinatal
y crecimiento.
Estudios de teratología: son utilizados para investigar
la habilidad para inducir defectos durante el embarazo,
y la toxicidad feto-embrionaria.
Estudios de Investigación de la habilidad para inducir mutaciones,
genotoxicidad aberraciones cromosómicas y otros efectos indicadores
de daño genético hereditario, que tienen una importancia
predictiva para carcinogenicidad o la inducción de
efectos hereditarios.
Ensayos de irritación Para determinar los efectos de la contaminación de la
dérmica y ocular piel y los ojos, por ejemplo, en exposición ocupacional.
Sensibilización Para investigar el potencial para producir sensibilización
dérmica alérgica.
Inmunotoxicidad Para investigar los efectos específicos en el sistema inmu
nológico, por ejemplo, en el timo, nódulos linfáticos,
médula ósea y los efectos celulares y humorales corres
pondientes (productores de anticuerpos).
Neurotoxicidad Para investigar los efectos específicos en el sistema
nervioso central y periférico, por ejemplo, compuestos
con efectos neurotóxicos conocidos, tales como los
compuestos organofosforados. También se requieren
ensayos de toxicidad conductual para investigar la
neurotoxicidad.

100
Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

tales como las que ocurren después de un accidente, y pueden proporcionar una
medida del potencial toxicológico de diferentes compuestos. Los estudios
metabólicos y farmacocinéticos se utilizan para determinar la absorción, distribu-
ción y eliminación del compuesto, su biotransformación y las tasas en que estos
procesos ocurren.
Cuando la toxicidad se describe en términos cuantitativos, los conceptos DL50
(dosis letal del 50%) y DE50 (dosis efectiva del 50%) se utilizan con frecuencia.
La DE50 es la dosis que puede causar un efecto en el 50% de la población en
estudio; la DL50 es la dosis que mata al 50% de la población. La DL50 o la DE50
se determinan de acuerdo a la relación dosis-respuesta. Las dosis letales por
inhalación de sustancias químicas en forma de gases o vapores, también pueden
ser probadas. En este caso la concentración de gas o vapor que mata a la mitad
de los animales se conoce como Concentración Letal para el 50%, o la CL50.
Aunque la DL50 y la CL50 sólo brindan información acerca de la muerte de
animales, éstas son ampliamente utilizadas como un índice de toxicidad. El crite-
rio de la Tabla 2.6. es frecuentemente utilizado para la clasificación de efectos
tóxicos agudos en animales.

Tabla 2.6 Sistema de clasificación para efectos tóxicos agudos en animales.


DL50 oral en ratas DL50dérmica en ratas DL50 por inhalación
(mg/kg) o conejos (mg/kg) en ratas (mg/m3h)
Muy tóxico < 25 < 50 < 500
Tóxico 25-200 50-400 500-2000
Dañino 200-2000 400-2000 2 000-20 000

Las DL50 y las CL50 son relativamente confiables y están correlacionados en


la mayoría de los casos con los niveles de toxicidad humana. Sin embargo, no son
suficientes para caracterizar completamente la toxicidad de las sustancias quí-
micas y es imposible evaluar los riesgos para la salud sobre la base de las DL50
o la CL50 solamente, especialmente para carcinógenos (por ejemplo, no es de
interés particular conocer la dosis que puede matar el 50% de la población hu-
mana). Además, la DL50 y la CL50 no brindan información acerca del mecanis-
mo o tipo de toxicidad de la sustancia química, o de sus posibles efectos cró-
nicos. Por lo tanto, la DL50 y la CL 50 son índices muy crudos de toxicidad. Otros
ensayos más específicos proporcionan información más concreta. Un ejemplo
de una prueba corta específica es la de irritación, conocida como Ensayo Draize.
La sustancia química que se prueba se aplica sobre la piel del animal, y el área es

101
Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

examinada en los días siguientes para la búsqueda de una respuesta de erupción


o enrojecimiento. Esta prueba también se desarrolla en los ojos del animal. (Como
se explica más adelante, las pruebas con animales ahora no se recomienda cuan-
do existen otras posibilidades).
2) Ensayos subcrónicos
En ensayos de toxicidad subcrónicos, los animales han sido expuestos repeti-
damente a una sustancia química dada por un período relativamente largo (28
días o más), normalmente el 10 % de la vida del animal seleccionado. esto signi-
fica estudios de inhalación o ingestión en ratas durante 90 días y de aproximada-
mente un año en perros.
Los estudios más generales se basan simplemente en el examen de las con-
diciones generales de los animales basados en el peso, ingestión de alimentos,
actividad y comportamiento, así como exámenes de los órganos para la detec-
ción de anormalidades a simple vista. Estudios más sofisticados incluyen ensa-
yos funcionales, tales como los de función renal y hepática, exámenes
histopatológicos de órganos y otros tejidos y análisis químico de muestras de
sangre y orina.
3) Ensayos de toxicidad crónica
El propósito de los bioensayos durante toda la vida, o crónicos, es determinar
si las sustancias químicas tienen algún efecto para la salud que tarda un largo
tiempo en desarollarse. El cáncer es con frecuencia el efecto para la salud a
largo plazo de mayor interés, pero otros efectos en los órganos, tales como el
riñón, también son estudiados. Estos estudios se desarrollan exponiendo a los
animales, por ingestión o por inhalación de la sustancia química probada, durante
todo el tiempo de vida del animal. En ratas esto puede ser dos años; en ratones
un poco menos. En un ensayo típico, 50 ratones o ratas son expuestos a una alta
dosis, no letal, de una sustancia química bajo estudio. Los animales de experi-
mentación son comparados durante toda su vida con un número similar de ani-
males de control. Un buen estudio expondrá diferentes grupos de animales de
ambos sexos a dosis diferentes de la sustancia química. (Con frecuencia estos
estudios se conocen como de megaratón, ya que se utiliza un gran número de
animales en el estudio).
4) Estudios de reproducción
Los estudios en animales para evaluar efectos adversos de la sustancia quí-
mica en cualquier aspecto de la reproducción involucran la exposición de uno o
ambos padres a la sustancia química en estudio, antes del apareamiento, y la
observación de los efectos en la descendencia. En algunas ocasiones, sólo se

102
Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

expone a la hembra gestante. Los efectos reproductivos se clasifican de acuer-


do a si la cría es reducida en número, de bajo peso al nacer, o deformada o
dañada de alguna forma. Algunas veces pueden ser necesarios estudios
multigeneracionales para determinar los efectos que pudieran ser transmitidos a
las futuras generaciones.

2.3.9 OTROS TIPOS DE ENSAYOS DE TOXICIDAD


1) Ensayos genotoxicológicos cortos
La actividad genotóxica de un agente dado puede ser evaluada mediante
ensayos cortos de mutaciones genéticas y alteraciones cromosómicas in vitro e
in vivo. Alrededor de 50 ensayos han sido desarrollados durante los últimos 20
años, de los cuales entre 6 y 10 han sido validados satisfactoriamente para la
predicción de efectos de mutaciones germinales y actividad carcinogénica. La
introducción de sistemas de activación metabólica in vitro, que permite la con-
versión de las sustancias químicas a reactivos nucleofílicos, hacen este método
apropiado para una amplia variedad de sustancias químicas. Los ensayos más
comúnmente utilizados y mejor validados son el ensayo de Salmonella/microsoma
de mamíferos (Ames), el de aberraciones cromosómicas in vitro y el ensayo de
células de la médula ósea in vivo (aberraciones cromosómicas o micronúcleos).
2) Estudios en humanos
La información sobre los efectos tóxicos en humanos puede ser obtenida
tanto por estudios clínicos como por estudios epidemiológicos que investigan
los efectos para la salud después de la exposición en el ambiente laboral u otros
ambientes. Los estudios clínicos son experimentos cuidadosamente controla-
dos en humanos, utilizando bajas dosis consideradas seguras. En vista de los
aspectos éticos, sólo pueden ser estudiados los efectos en la salud que son pe-
queños y reversibles, tales como cambios sutiles en tiempos de reacción, funcio-
nes conductuales y respuestas sensoriales. Los métodos de investigación epidemio-
lógica y el uso en el proceso de evaluación de riesgos para la salud será discutido
posteriormente en el Capítulo 3.
3) Relaciones estructura-actividad.
Durante muchos años se ha esperado que la aplicación del conocimiento de
la estructura física y de las características químicas de una sustancia permita
predecir su actividad biológica. Se ha recopilado mucha información de varios
tipos de compuestos con respecto a la correlación entre la estructura química, en
términos de grupos funcionales, orientación espacial y parámetros de toxicidad.
Sobre la base de esos estudios se han desarrollado ensayos cortos para evaluar

103
Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

la toxicidad y las concentraciones máximas admisibles para contaminantes del


aire en ambiente laboral y general. Sin embargo, no para todas las estructuras
químicas es comprendido el mecanismo toxicológico y existen muchos compues-
tos que no reaccionan según lo esperado sobre la base de la relación estructura-
actividad. Al nivel actual de los conocimientos, las relaciones estructura-activi-
dad son indicadores útiles de toxicidad potencial y pueden ayudar a priorizar la
investigación toxicológica, pero requieren de evidencias para ser corroboradas y
el proceso de toma de decisiones no debe sustentarse sólo en éstas.

2.3.10 INFORMACIÓN SOBRE TOXICIDAD


La identidad del producto es, por supuesto, crucial en la identificación del peligro.
Un producto puede tener un nombre comercial común, utilizado con propósitos
de propaganda y mercado. El Servicio de Resúmenes de Química (CAS, siglas
en inglés), una sección de la Sociedad Americana de Química, asigna un número
de registro CAS a todas las sustancias químicas. La mayoría de las hojas de
información de los productos contienen los números CAS, que son útiles para
investigar la toxicidad de la sustancia química en cuestión. El número del Regis-
tro de Efectos Tóxicos de las Sustancias Químicas (RTEC, siglas en inglés)
es también importante, y está vinculado a una lista de artículos científicos sobre
los efectos para la salud de sustancias químicas. Este registro es operado por el
Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH, siglas en inglés)
en los EUA.
La legislación sobre el “derecho a conocer” en muchas jurisdicciones ha
ayudado considerablemente en la identificación y el control de los peligros. En
Canadá, por ejemplo el Sistema de Información sobre Materiales Peligrosos
en el Ambiente Laboral (WHMIS, siglas en inglés) requiere el suministro de las
Hojas de Datos sobre Seguridad de los Materiales (MSDS, siglas en inglés) de
cada sustancia, el etiquetado de productos controlados de acuerdo a las catego-
rías que se presentan en la Tabla 2.7 y el entrenamiento de trabajadores en la
comprensión de las MSDS y el uso apropiado de las sustancias. Una legislación
similar existe en muchos otros países, pero no en todas las jurisdicciones. En los
países de la Comunidad Europea, varios símbolos y frases que indican los riesgos
potenciales (frases R) y las precauciones de seguridad (frases S) se aplican en
la práctica y puede esperarse que su uso pueda incrementarse en otros países
europeos. La combinación de diferentes frases R y S proporcionan precaucio-
nes de seguridad apropiadas para la manipulación de sustancias peligrosas y
formulados.
Toda la información anterior es usualmente suministrada como un requisito
para la comercialización en la mayoría de los países. El PISSQ publica las Tarje-

104
Naturaleza de los peligros para la salud ambiental

tas Internacionales de Seguridad Química y están disponibles las correspondien-


tes a más de 1 000 sustancias químicas.

Tabla 2.7 Dos sistemas de clasificación para sustancias químicas peligrosas.


Categoría de sustancias Categoría de sustancias peligrosas
controladas (Canadá) según la definición de la Directiva del
Consejo de la Comunidad Europea
Clase Definición
A un gas comprimido explosivo
B material combustiblee inflamable muy tóxico/tóxico
C material oxidante oxidante
D material venenoso e infeccioso extremadamente inflamable/altamente
D1 inmediato y serio inflamable/inflamable
D2 otros efectos tóxicos dañino
D3 biopeligroso corrosivo
E material corrosivo irritante
F material reactivo peligroso sensibilizante carcinogénico/mutagénico
tóxico para la reproducción, peligroso
para el ambiente

2.4 Peligros físicos


2.4.1 TIPOS DE PELIGROS FÍSICOS
Los peligros físicos son las formas de energía potencialmente nocivas en el am-
biente que pueden resultar en peligrosidad inmediata o gradual de adquirir un
daño cuando se transfiere en cantidades suficientes a individuos expuestos. Los
peligros físicos pueden provenir desde formas de energía naturales o
antropogénicas. Una variedad de tipos diferentes de energía puede involucrar
peligros físicos. Los ejemplos de éstas son las ondas sonoras, la radiación, la
energía luminosa, la energía térmica y la energía eléctrica. La energía mecánica
(cinética), que resulta en daño cuando una cantidad suficiente se transfiere al
individuo, se discutirá separadamente en la Sección 2.5.
La liberación de energía física puede ser súbita y no controlada, como el caso
de un ruido fuerte explosivo, o constante y más o menos bajo control, como en
las condiciones de trabajo con la exposición a largo plazo a niveles inferiores de
ruido constante.
El ruido, la radiación (incluyendo la luz) y los factores de temperatura son los
ejemplos más comunes de peligros físicos. Ellos pueden ocasionar efectos en la

105

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