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Armas No Letales

Este documento analiza el uso de armas no letales en la seguridad privada para la protección de instalaciones en Colombia. Define armas no letales y sus clasificaciones, e identifica su uso en la seguridad privada. Determina los riesgos y ventajas/desventajas de usarlas en la seguridad privada. Concluye que es necesario regular más su uso por la seguridad privada, especialmente para proteger instalaciones, y asegurar que el personal esté altamente capacitado para decidir cuándo usarlas.

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Armas No Letales

Este documento analiza el uso de armas no letales en la seguridad privada para la protección de instalaciones en Colombia. Define armas no letales y sus clasificaciones, e identifica su uso en la seguridad privada. Determina los riesgos y ventajas/desventajas de usarlas en la seguridad privada. Concluye que es necesario regular más su uso por la seguridad privada, especialmente para proteger instalaciones, y asegurar que el personal esté altamente capacitado para decidir cuándo usarlas.

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Ensayo:

USO DE LAS ARMAS NO LETALES EN SEGURIDAD PRIVADA PARA LA


PROTECCIÓN DE INSTALACIONES EN COLOMBIA

Presentado por:

SERGIO ANDRÉS RODRÍGUEZ ARCHILA

Tutor:

JORGE ROMERO CLAVIJO, MSc, CPP

Tutor Metodológico
JORGE ISAZA

FACULTAD DE RELACIONES INTERNACIONALES ESTRATEGIA Y SEGURIDAD

ESPECIALIZACIÓN EN ADMINISTRACIÓN DE LA SEGURIDAD

BOGOTÁ D.C.

2020
2

Resumen

En el presente escrito se realiza un análisis sobre el uso de armas no letales en seguridad

privada para la protección de instalaciones en Colombia, donde primero se definen los diferentes

conceptos de armas no letales, con base a los diferentes organismos internacionales y expertos en

la materia, además de sus características y clasificación. Luego, se identifica el empleo de éstas en

seguridad privada especialmente en la protección de estos activos, posteriormente se determinan

los riesgos, las ventajas y desventajas de utilizar armas no letales en seguridad privada, con el

propósito de analizar si en Colombia es viable adquirir un servicio de vigilancia con ANL para

proteger cualquier instalación o empresa que así lo desee, con el objetivo de ahorrar costos y sin

medir las consecuencias que conlleva en cuanto a protección y derechos humanos. Finalmente se

determinan algunas conclusiones, entre ellas, que es indispensable regular más el uso de éstas

armas para la seguridad privada por parte de la SuperVigilancia, sobre todo para la protección de

instalaciones y asimismo verificar que el personal esté altamente capacitado para decidir bajo que

situaciones hacer uso de las mismas.

Palabras claves: Armas no letales, seguridad privada, protección de instalaciones.

Abstrac

This work analyses the use of non-lethal weapons in private security for the protection of

facilities in Colombia, the different concepts of non-lethal weapons are first defined, based on the

different international agencies and experts in the field, in addition to their characteristics and
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classification. The use of these weapons in private security is then identified, especially in the

protection of facilities, then the advantages and disadvantages of using non-lethal weapons in

private security are identified, with the aim of analyzing whether it is feasible in Colombia to

acquire a surveillance service with ANL to protect any facility or company that so desires , with

the aim of saving costs and without measuring the consequences of protection and human rights.

Finally, some conclusions are determined, among them, that it is essential to further regulate the

use of these weapons for private security by the Supervigilancia, the entity of control, especially

for the protection of facilities and to verify that the operators are highly trained to decide under

which situations to make use of them.

Key words: Non-lethal weapons, private security, protection of facilities.

Introducción

Si usted fuese dueño de una empresa y necesitara un servicio de vigilancia en seguridad

privada para protegerse… ¿Estaría dispuesto a adquirir un servicio donde la única arma a usar por

el personal encargado fuese un arma no letal?

Existen diferentes términos al definir las armas que se crearon con el fin de reducir muertes

y de actuar de forma proporcional ante la fuerza de quien efectúa un ataque sin un arma letal, éstas

son las llamadas armas no letales. Las primeras referencias oficiales de estas armas se remontan a

los primeros años de la década de 1970, y en aquella época la Fundación Nacional de Ciencias de

Estados Unidos emitió un informe público en el que daba a conocer a la sociedad un total de 34

tipos de armas no letales distintas.


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Actualmente, la seguridad privada en Colombia hace uso de éste tipo de armas que se

encuentran autorizadas por la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada, pero a pesar de

ser la autoridad ante la que controla la vigilancia privada en el país, no se ha delimitado o

establecido una ley donde se establezca de forma clara el uso de las armas no letales. De esta

manera, se está haciendo uso de las armas no letales por parte del personal de vigilancia y seguridad

privada como único armamento para la protección de instalaciones, representado un alto riesgo

tanto para las empresas que solicitan el servicio como la empresa prestadora, incluyendo al personal

en general.

Son diversos los autores que han analizado el uso de armas no letales; entre estas las

Naciones Unidas (2016) a nivel de América Latina y el Caribe, también autores nacionales como

lo hace Pinto, O (2014) en su artículo “Armas no letales”. Asimismo, Cubides (2017) analiza la

dificultad de fortalecer la seguridad ciudadana en Colombia con el uso de armas no letales. Como

se mencionó anteriormente, es importante analizar la regulación del uso de armas no letales para

su uso en la vigilancia privada, como también lo considera Rodríguez (2019) en su investigación

sobre la regulación de ANL.

Si bien hacer uso de ANL para proteger instalaciones no es algo nuevo, es importante

delimitar su uso y permitir al cliente no adquirir servicios de seguridad de este tipo, por ser un

poco más económico que el prestado con armas de fuego. Vega (2016) realiza una investigación

sobre la conveniencia de privilegiar el uso de armas no letales sobre las armas de fuego en los

servicios de vigilancia y seguridad privada, y menciona que evidentemente prevalece la economía

ante los derechos humanos, sin tener en cuenta los riesgos que se pueden presentar debido al uso

inadecuado.
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Este ensayo está enfocado especialmente al uso inadecuado de las armas no letales, en

adelante ANL, por parte de algunas empresas de seguridad privada para la protección de

instalaciones en Colombia, tema que se considera de vital importancia debido a que muchas

empresas de seguridad privada las están utilizando de forma incorrecta, sin hacer un análisis o

estudio de seguridad previo del activo que se quiere proteger y así permitir la selección del tipo de

armas pertinente. Si bien estas armas inicialmente se fabricaron con la intención de que fueran

instrumentos que no causaran la muerte, existe hoy gran controversia, porque no se han encontrado

coincidencias sobre el término correcto al definirlas, ya que se han presentado diversos casos donde

personas han sufrido lesiones graves y algunas veces la muerte.

Siendo así, el objetivo de este trabajo es analizar la manera en que se hace uso de las ANL

por parte de la vigilancia privada para la protección de instalaciones en Colombia, a partir de cuatro

objetivos específicos como son: definir el concepto de armas no letales, sus características y

clasificación. Acto seguido, identificar el empleo de este tipo de armas y el uso que se le ha dado

en seguridad privada y así, determinar los riesgos e identificar ventajas y desventajas de usar armas

no letales en seguridad privada para la protección de instalaciones en Colombia.

Desarrollo

Conceptualización sobre las Armas no letales (ANL)

A pesar de que muchas de estas armas utilizan para su funcionamiento las más novedosas

tecnologías, las armas no letales no pueden considerarse como algo totalmente novedoso.
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Las primeras referencias oficiales de estas armas se remontan a los primeros años de la

década de 1970. En aquella época, la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos emitió

un informe público en el que daba a conocer a la sociedad un total de 34 tipos de armas no letales

distintas. Aquel primer catálogo contenía armas químicas, munición plástica, pistolas eléctricas,

aturdidores acústicos, aturdidores luminosos, etc. En definitiva, un amplio abanico armamentístico

cuya característica común era su escasa letalidad. (Admin, 2018)

Las armas no letales se desarrollaron con el fin de apaciguar al enemigo sin la necesidad de

matarlo. Como lo describe Andrade a raíz de que no se disponía de armas adecuadas con la cual

combatir sin destruir: “En Somalia en 1993, los soldados estadounidenses se encontraron frente a

una multitud de mujeres y niños que les lanzaban piedras, no teniendo a su disposición más que

medios letales como respuesta. Ejemplos parecidos se puede encontrar en los recientes conflictos

de Bosnia, Haití, Palestina, Kosovo, Timor, España, entre otros”. (n.d.)

Con respecto a lo anterior, es importante reconocer que los manifestantes que se encuentran

en estas situaciones, en su mayoría no poseen armas de fuego, sino palos, piedras, o en la mayoría

de los casos hacen uso de su voz en señal de protesta. Por lo tanto, si las autoridades hacen uso de

un arma de fuego con el fin de dispersar estas multitudes, podrían resultar heridas personas como

lo indica Rodríguez en su artículo:

“El incremento del riesgo de daño permanente o muerte es inherente al uso de armas de

fuego por su misma naturaleza, y en algunos casos las víctimas son personas civiles e

inocentes que no están inmersas dentro de ningún conflicto. Es en estos casos donde las

armas de letalidad reducida pueden ser útiles para minimizar el índice de fatalidad”.

(2019)
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Según el Decreto 2535 de 1993 “son armas, todos aquellos instrumentos fabricados con el

propósito de producir amenaza, lesión o muerte a una persona”. Los conceptos “no letales”, “menos

letales”, “letalidad reducida” e “incapacitantes” son utilizados para referirse a dispositivos que

buscan incapacitar y cuyo objetivo principal no es causar la muerte del destinatario del impacto

sino neutralizar o bloquear la amenaza, para evitar el despliegue de la fuerza letal. (Resolución

00448, 2015).

En la lectura de la literatura relacionada con el tema de estudio, se encontraron diferentes

definiciones de arma no letal: “Es un instrumento desarrollado con el fin de producir situaciones

extremas a las personas alcanzadas, haciendo que sufran a punto de interrumpir un comportamiento

violento, pero de forma que tal interrupción no provoque riesgos a la vida de esta persona en

condiciones normales de utilización.” (SuperVigilancia, 2013)

Por otro lado, Andrade en su blog, define esta clase como aquel “Armamento o medio

específicamente diseñado y principalmente empleado para incapacitar al personal y al material,

minimizando la probabilidad de causar daños permanentes al personal, material y medio ambiente

y permitiendo la reversibilidad de sus efectos”

Por lo que respecta al diccionario de la Real Academia Española, no tiene definición al

emplear el término “arma” junto con el de “no letal”, pero define Arma como aquel

“Instrumento, medio o máquina destinados a atacar o a defenderse. La palabra “no letal” no está en el

Diccionario. Letal: mortífero” (2014).

De manera que, a pesar de que las ANL inicialmente se fabricaron con la intención que

fueran instrumentos que no causaran la muerte, existe gran controversia actualmente, porque se

han encontrado disputas sobre el correcto término al definir estos instrumentos ya que no solo

proyectan la posibilidad de disminuir la pérdida de vidas humanas.


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Las características esenciales de las ANL según Andrade, (n.d.) son la intencionalidad, pues

son concebidas para no matar o para destruir, y los efectos alcanzados, “incapacitar temporalmente

al personal minimizando los daños colaterales y medioambientales, los cuales pueden ser

reversibles”.

Por su parte las Naciones Unidas establecen que “la dirección general de la Policía Nacional

de Colombia elaboró una investigación donde se estableció una clasificación de ANL a partir de

un estudio y teniendo como referencia los Criterios para el Empleo de ANL” (2016). La

clasificación de los diferentes tipos de dispositivos “no letales” que se identificaron en la

investigación fueron: de energía cinética, eléctricas, de energía dirigida o lumínica, químicas,

acústicas o sónicas, bioquímicas, electromagnéticas, neumáticas y de tecnologías combinadas.

Indiscutiblemente, las armas no letales se crearon con el fin de dispersar, separar, ahuyentar,

esparcir o disipar personas de forma gradual y de manera equilibrada en cuanto a la fuerza,

reduciendo en lo posible situaciones de riesgo donde no fuese necesario el uso de armas fuego. La

idea inicial era causar algún tipo de molestia, desagrado, fastidio o incomodidad, con “el uso de

sustancias como materia fecal, agua putrefacta, carne animal descompuesta, orines, entre otros”

(Pinto, 2014, p.6).

De las diversas lecturas se puede deducir que, primero, las ANL por si solas no son

resolutivas sino que deben estar totalmente integradas con los armamentos letales, a fin de permitir

una respuesta gradual y flexible basada en el principio de respuesta proporcional a la amenaza o

riesgo. Así mismo, en segundo lugar, su empleo debe ser coherente con los tratados y acuerdos en

vigor, el derecho internacional y el derecho nacional. En tercer lugar deben utilizarse apropiada y

discriminadamente (usar el medio más apropiado en cada situación y momento, de forma que se

proteja a los no combatientes en caso de ataque intencionado). En cuarto lugar, la protección de las
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tropas y sus medios debiera estar garantizada. Finalmente, pueden emplearse y constituirse como

el complemento de una acción letal, aumentando la capacidad de combate del armamento

convencional. Por ejemplo la utilización de pegamentos para fijar al enemigo y facilitar una

posterior acción de fuego. (Andrade,n.d.)

En este sentido, el hecho de que todas las llamadas “armas no letales” o todos los

instrumentos que se encuentran dentro de esta clasificación, sean instrumentos que no causen la

muerte, no implica que deberían considerarse licitas. Por lo tanto, los entes a cargo podrían

establecer sanciones para las situaciones de uso excesivo de la fuerza, así como también deberían

especificar bajo qué criterios y en qué proporción estaría permitido el uso de cada uno de los

dispositivos “no letales”.

Empleo de armas no letales y su uso en seguridad privada

Como se describió anteriormente, en la actualidad existen diversos dispositivos no letales.

“A pesar de la diversidad de desarrollos tecnológicos en el campo de la fuerza menos letal, algunos

dispositivos, han sido empleados extensamente y su uso se ha adoptado dentro de los protocolos

de uso de la fuerza de cuerpos policiales alrededor del mundo” (Naciones Unidas, 2016).

Asimismo, Cubides hace referencia al uso de ANL que le dan las fuerzas públicas y la

seguridad privada: Las fuerzas armadas y la Seguridad Privada en Colombia, en su afán de dar

estabilidad social y buscando utilizar las herramientas más efectivas y menos lesivas, utilizan las

Armas No Letales respaldadas en la proporcionalidad, racionalidad y criterios de empleo. (2017,

p.5)
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Por su parte la Policía Nacional de Colombia ha elaborado los “Criterios para el empleo de

armas no letales”, donde se profundiza acerca del empleo de los dispositivos menos letales

autorizados en función de sus características técnicas y las necesidades del servicio, garantizando

siempre el uso progresivo y racional de la fuerza (Naciones Unidas, 2016). Evidentemente, es

ventajoso poder proteger la integridad física de los atacantes o agresores, porque de modo contrario,

se estaría, vulnerando uno de los derechos fundamentales del ser humano, el de la vida.

Entendido el concepto de “arma no letal”, es indispensable hablar del uso que se le ha dado

en la vigilancia y seguridad privada. Cubides, indica en su investigación que el servicio de

vigilancia con ANL ofrecido a las empresas, es prestado por personal capacitado, y afirma que el

servicio está basado en un plan estratégico y económico que garantiza la tranquilidad y el respaldo

que exige el cliente, por ello “ofrecen el servicio especializado de vigilancia con ahorros

significativos en el presupuesto” (2017, p.12). De acuerdo con lo anterior, las empresas de

vigilancia y seguridad privada brindan el servicio de vigilancia con armas no letales como único

recurso, por el hecho de ser un servicio más económico. Esto en cierto modo, es un pensamiento

un tanto egoísta relacionado con los derechos humanos del personal que portará el arma.

Es importante realizar un análisis sobre qué tipo de instalaciones o empresas pueden

requerir el servicio de seguridad con armas no letales, ya que no todas pueden solicitar este tipo de

servicio. Por ejemplo, en 2006 en Valencia, España, se conoció un caso donde un vigilante de

seguridad del parqueadero de un hotel disparó con una pistola de fogueo (las cuales se consideran

clasificadas como armas acústicas o sónicas), contra un grupo de jóvenes que había accedido al

garaje subterráneo con la intención, presuntamente, de robar, según explicaron fuentes de la Policía

Local. (Contreras, 2006)


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En Colombia se conoce de servicios prestados por parte de vigilancia privada a entidades

bancarias en los cuales se hace uso de armas no letales como único armamento; entre éstas están

las armas de fogueo, que si bien en aspecto físico podrían engañar al agresor haciendo creer que se

trata de un arma de fuego, son instrumentos contraproducentes ya que el agresor podría arremeter

con un arma de fuego real contra el personal de vigilancia privada, sin que éste tenga como

defenderse o como defender la instalación que tiene a su cargo. Es evidente que un simple sonido

no salvaría muchas vidas, en algunos casos. (Pérez, 2017)

Resulta pertinente extender el análisis a lo relacionado con la legalidad, viabilidad y

conveniencia de incorporar ANL para complementar los instrumentos que puedan utilizar los

vigilantes, con el propósito de proveer a éstos de todas las herramientas necesarias que le permitan

preservar el orden, combatir el delito y hasta proteger a la población en general según sea el caso.

El Artículo 5° del Decreto 356 de 1994 establece que “Los servicios de vigilancia y

seguridad privada solo podrán utilizar para el desarrollo de sus actividades aquellas armas de fuego,

recursos humanos, animales, tecnológicos o materiales, vehículos e instalaciones físicas, y

cualquier otro medio autorizado por la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada”. El

mismo decreto establece que la seguridad privada puede brindar servicios de vigilancia con o sin

armas. En el caso de las empresas que presten servicio de vigilancia y seguridad sin armas,

establece el artículo 47, que “el objeto social consiste en la prestación remunerada de servicios de

vigilancia y seguridad privada empleando para ello cualquier medio humano, animal, material o

tecnológico distinto de las armas de fuego”.

Por otro lado, el artículo 2° del Decreto 2187 de 2001, señala que “el vigilante en el

desempeño de su labor, puede utilizar cualquier medio que sirva para lograr la finalidad de la
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actividad que se le encomendó, trátese de armas de fuego (…), armas no letales y cualquier otro

elemento debidamente autorizado por la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada”.

Entendido el objeto del uso y empleo de las armas no letales por parte de los servicios de

vigilancia y seguridad privada, se puede decir que en general resulta ser viable y hasta conveniente

hacer uso de estos instrumentos porque no es necesario solicitar permisos de porte y/o tenencia

como es el caso para armas de fuego, siendo provechoso para afectar cada vez menos las finanzas

y también evitar engorrosos procesos penales o civiles. Pero no es suficiente verlo sólo como un

negocio, sino que es necesario estudiar si las armas no letales pueden brindar una solución eficiente

cuando se hace uso de ellas como único recurso para proteger instalaciones.

Riesgos de usar armas no letales en seguridad privada para la protección de instalaciones

en Colombia

Es de considerable importancia realizar un estudio de seguridad y análisis de riesgo por

parte de la empresa prestadora de servicio de vigilancia o seguridad privada junto con el cliente o

empresa que desea el servicio, para identificar las posibles consecuencias, amenazas, daños o

probables eventos no deseados. Esto permitirá realizar la implementación correcta del servicio y

determinar los casos en los que se deba hacer uso de las herramientas autorizadas por la

superintendencia para el personal encargado, evaluar las medidas a tomar e identificar la modalidad

de servicio a utilizar, es decir, el uso o no de armas no letales.

Además, para el uso de ANL no se requiere licencia, como se indica en el manual de

Doctrina de la SuperVigilancia:

Teniendo en cuenta que una empresa que tiene licencia para prestar su servicio con

armas, si su objeto social lo permite, puede también hacerlo sin armas, pues, al tener la
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licencia (servicio con armas), entra en juego la autonomía de voluntad privada de las

partes, donde se verán reflejadas las condiciones de ejecución del contrato conforme el

objeto y obligaciones pactadas en unión con los criterios de interpretación doctrinal y por

contexto consagrados en los Artículos 26 y 30 del código Civil Colombiano

respectivamente. (SuperVigilancia, 2013)

Vega, argumenta que las armas no letales pueden emplearse en una amplia gama de

escenarios y situaciones como oficinas, centros comerciales, bancos, hospitales, almacenes,

aeropuertos, centros de recaudo de pagos públicos y privados, entre otros, ya que el uso de armas

letales, no encajaría conceptualmente con su misión:

Las capacidades de armas no letales proporcionarían a estos servicios, los medios

necesarios para controlar a la población, hacer cumplir las normas y consignas y auto

protegerse. Y además se propone a la luz del artículo 53, numeral 5 del decreto 356 de

1994, que los servicios de vigilancia y seguridad privada privilegien el uso de las ANL

sobre las armas letales con el fin de reducir los riesgos para sus propias finanzas, del

usuario de sus servicios y de terceros ajenos a su operación. (2016, p. 9)

En contraste con esto, si bien el Decreto 356 de 1994 dispone en su artículo 73 que “la

finalidad de los servicios de vigilancia y seguridad privada, en cualquiera de sus modalidades, es

la de disminuir y prevenir las amenazas que afecten o puedan afectar la vida, integridad personal o

el tranquilo ejercicio de legítimos derechos sobre los bienes de las personas que reciben su

protección(…)” o como el artículo 1° del Decreto 2187 de 2001, donde se establece que son

acciones esenciales de la vigilancia y seguridad privada “prevenir, detener, disminuir o disuadir las

amenazas que afecten o puedan afectar la vida, integridad personal y bienes de las personas que

reciban la protección o custodia que les brindan los servicios de vigilancia y seguridad privada
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(…)” es incongruente pensar que si se presenta una situación de riesgo, por ejemplo en una entidad

financiera, y el vigilante a cargo solo dispone de un arma no letal, éste podrá atender de manera

eficaz dicha situación. Se recuerda que se estaría utilizando el arma no letal como único recurso y

no como un instrumento de apoyo como lo hace la Policía Nacional de Colombia. Por consiguiente,

se estaría incumpliendo con “todo principio del ser humano y su derecho a la vida, a la libertad y

a la seguridad de su persona”. (Resolución 00448, 2015), además de poner en riesgo la entidad a

cargo.

Las armas no letales según sus condiciones tecnológicas no siempre brindan una garantía

real de seguridad al ser utilizadas para los servicios de vigilancia y seguridad privada. La

incorporación de ANL responde generalmente a dos objetivos: el primero, garantizar el control de

masas en contextos de protestas o manifestaciones; el segundo, evitar o reducir las probabilidades

de una fatalidad en enfrentamientos uno contra uno. Asimismo, las Naciones Unidas manifiesta

que “en el caso de las ANL eléctricas, un estudio en Estados Unidos mostró que el uso de armas

Taser puede reducir la tasa de lesiones a los sospechosos” (2016).

En la medida en que los servicios de vigilancia y seguridad privada le asignen o entreguen

a su personal operativo los medios que estos tienen autorizados para operar, es principio, deber y

obligación de los servicios y del personal operativo “Mantener en forma permanente altos niveles

de eficiencia técnica y profesional para atender sus obligaciones” (Decreto 356 de 1994, Art. 74,

Num. 5). Además, tanto los servicios como el personal operativo en vigilancia y seguridad privada

tienen como obligación “Emplear las armas de acuerdo con el uso autorizado en los respectivos

permisos y abstenerse de emplear armamento hechizo o no autorizado de acuerdo con la ley”;

(Decreto 356 de 1994, Art. 74, Num. 8). SuperVigilancia (2018).


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Para nadie es un secreto que la inseguridad en Colombia es alta, se encuentra en un informe

realizado por la Dirección de Investigación Criminal e Interpol, de la Policía Nacional de

Colombia, que en 2018 se registraron 131 robos a entidades financieras en Colombia, y lo describen

como una cifra alarmante (Seguridad Superior, 2019). Esto no incluye otro tipo de instalaciones

que también solicitan el servicio de la seguridad privada para su protección.

No está de más recalcar que con estos altos índices de delincuencia, es indispensable que

las empresas de vigilancia y seguridad privada brinden un servicio lo más eficiente posible y para

lograrlo, es necesario contar con todos los recursos para defender los activos a su cargo, por lo cual

se puede recurrir al uso de armas no letales en cierta medida cuando la situación lo amerita, pero

también es indispensable que el personal de vigilancia cuente con armas de fuego en lugar de armas

no letales en ciertos casos, o en su defecto, sean complemento de las armas de fuego si el cliente

así lo desea. Con esta idea, se asegura proteger el objetivo principal del servicio que serían las

instalaciones, así como también se toman en cuenta los derechos humanos de los afectados.

En complemento a lo descrito hasta ahora, se pueden presentar ciertos riesgos al pretender

que un vigilante proteja una instalación con un arma no letal, entre ellos el riesgo de naturaleza

psicosocial ya que se estaría exponiendo a estrés por tener inseguridad o por saber que los

instrumentos con los que cuenta en ciertas circunstancias podrían no ser suficientes para realizar

su labor de manera eficaz, además de sentir que se encuentre en peligro de lesión o muerte si se

presenta una novedad. En el caso del uso de armas de fogueo tan similares a las armas de fuego, se

presenta el riesgo de intimidar al agresor o delincuente y que éste reaccione atentando contra la

vida del vigilante a cargo con un arma de fuego real.

El artículo 64 del Decreto 356 de 1994 establece que los servicios de vigilancia y seguridad

privada son responsables por la capacitación y entrenamiento del personal que preste los servicios
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autorizados. Estas empresas deben desarrollar capacitación y entrenamiento para su personal al

interior de su empresa o exigirle el desarrollo de cursos en las escuelas de capacitación y

entrenamiento aprobadas por la Superintendencia. Muchas escuelas de capacitación no capacitan

de manera eficiente o en su defecto no capacitan al personal en cuanto al correcto manejo de armas

no letales, probablemente a partir de la falsa premisa que las armas no letales no causan ningún

daño, ignorando que en algunas ocasiones han causado la muerte bajo ciertas circunstancias. De

esta manera al no estar capacitados, se podrían presentar riesgos de tipo mecánico a los operarios

por no saber cómo manipularlas lo que incluye riesgo de lesiones físicas.

Por otra parte, es de importancia conocer que la seguridad física es el “conjunto de

elementos que conforman un plan de seguridad, para proteger un espacio determinado con el fin

de evitar daños y minimizar amenazas” (Seguridad Superior, 2018). La primera fase decisiva en

toda actividad de protección física es “identificar dichos riesgos y amenazas; (…) sólo así es que

se puede tener una apreciación sensata sobre las necesidades de protección física y cómo aplicar

las medidas de protección necesarias” (González, 2018).

Siendo así, las medidas y los medios de protección empleados para la protección física no

sólo deben ser eficaces, también deben parecerlo, con el fin de persuadir a los delincuentes; de lo

contrario, puede comprometerse la seguridad de la instalación. En este sentido, entendiendo que

los objetivos fundamentales de la protección física en las instalaciones son mantener un ambiente

seguro para el personal que allí labora, como también proteger los activos, “la continuidad

operacional y la propiedad intelectual, debe tenerse presente que cualquier negligencia o descuido

trae como consecuencia la pérdida de vidas, daños de elementos y crea en la ciudadanía una grave

sensación de inseguridad y angustia” (González, 2018). Por lo tanto, la pérdida de los bienes,

materiales, documentos y personas que en ella se encuentran representan riesgos para la instalación.
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La diversidad de roles que se llevan a cabo en ellas, conducen a pensar que “ninguna norma

de seguridad física puede ser extendida y aplicada universalmente a todas las instalaciones”

(González, 2018). Optar por la protección física para salvaguardar una empresa o instalación no es

una alternativa económica, se trata de una inversión eficiente y rentable para garantizar la misma,

es por ello que las medidas empleadas deben prever los escenarios actuales y a futuro.

Ventajas y desventajas de utilizar armas no letales en seguridad privada para la protección

de instalaciones en Colombia

Bajo los criterios ya descritos durante el desarrollo de este ensayo, con base en los conceptos

referenciados y en la propia experiencia laboral del autor, es posible identificar ciertas ventajas y

desventajas asociadas con el uso de armas no letales en la protección de instalaciones en Colombia.

Ventajas:

1. Reacción inmediata, siempre y cuando el operador del ANL sea atacado por

delincuencia común que no utilice arma de fuego. “El hecho de que el arma no sea letal le va a dar

una medida de reacción al guarda de seguridad que le va a permitir ejercer su labor de forma

inmediata” (Pérez, 2017). Además, se valora el principio de proporcionalidad, que significa que

“se debe escoger entre los medios eficaces, aquellos que causen menor daño a la integridad de las

personas y sus bienes, de acuerdo con las circunstancias que ponen en peligro o lesionan el bien

jurídico” (Resolución 00448, 2015).

2. En la gran mayoría de los casos se protege la integridad física del atacante.

Respetando los principios del ser humano y su derecho a la vida y a la libertad (Resolución 00448,

2015).
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3. Se evitan procesos legales y jurídicos. Sea el caso o no, que el vigilante reaccione

en legítima defensa, probar que fue en defensa propia o de un tercero no es tan fácil. El Espectador,

indica en su artículo que, según jurisprudencia de la Corte Suprema, no basta con probar que el

homicidio se cometió en respuesta a una situación de peligro (2018). Según los magistrados, se

deben probar cinco requisitos para demostrar la legítima defensa: que se trató de una reacción a

una agresión intencional que lo ponía a él o a otro en peligro; que la amenaza estaba en curso y

debía protegerse; que era necesaria para impedir el ataque; que la defensa fue proporcional, tanto

en especie de bienes y medios, y que el episodio no fue producto de una provocación previa para

luego alegar legítima defensa.

4. No es necesario realizar trámites para solicitar permisos de porte y/o tenencia como

en el caso de las armas de fuego. Teniendo en cuenta que las armas no letales son medios

tecnológicos utilizados para prestar servicios de seguridad privada, sólo son dos formas a través de

las cuales la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada ejerce el control sobre este tipo

de artefactos: Sobre los fabricantes, comerciantes e importadores, y sobre los servicios de

vigilancia con medio tecnológico. (Supervigilancia, 2013). Desde el punto de vista de la

Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada y el Gobierno nacional, las armas no letales

no requieren salvoconducto, ya que se trata de adquisiciones personales. Por lo tanto, “los trámites

son más sencillos, no es necesario renovar licencias, y la portabilidad no supone problemas” (Pérez,

2017).

5. Tanto las empresas prestadoras como las empresas solicitantes ahorran gastos en

la prestación de los diferentes servicios. Por ejemplo, cuando se solicita que el personal cuente

solo con arma no letal, la empresa prestadora de servicio se ahorra el gasto de “comprar” un arma

de fuego para dicho servicio. En este sentido, el servicio prestado es más económico, lo que
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conlleva a que la empresa solicitante también ahorre gastos. Por otro lado no son parte de los

activos fijos las armas de fuego que son concesiones que da el Estado a las empresas de vigilancia.

En este sentido, “las ANL al no ser propiedad del Estado sino de quienes las adquieren, se

convierten en activos fijos de las compañías. Por lo tanto, el patrimonio de las empresas crece. Eso

hace parte de los beneficios económicos y operacionales (Pérez, 2017).

Desventajas:

1. El arma no letal no es suficiente. En el caso que un vigilante desempeñe sus labores

en una zona bancaria, si cuenta con un arma no letal en lugar de arma de fuego para defender este

activo, no sería suficiente, debido a que los delincuentes en su gran mayoría utilizan armas de

fuego para lograr su cometido en éstos casos. Los delincuentes se arman para atacar en todo tipo

de lugares cuando hay dinero efectivo de por medio. Sólo “en el segundo semestre de 2019, se

reportaron 57.425 robos a comercios, en el 31% de los casos se usaron armas” según lo indica el

periódico el Tiempo (2020). En este sentido es importante analizar en qué casos se puede utilizar

armas de fuego, armas no letales, o en su defecto ambas, con la idea de hacer uso del arma correcta

según sea el caso. Además, las ANL son medios de apoyo de carácter técnico y tecnológico, según

la Policía Nacional de Colombia, ya que por su capacidad y características están concebidos para

controlar una situación específica (Resolución 00448, 2015).

2. Agresión mortal por un atacante. La mayoría de las armas no letales que se utilizan

en las empresas de seguridad son muy similares a las reales especialmente en el caso de las de

fogueo (sónica/ acústicas), con el fin de ser empleadas como medio disuasivo. Esto puede ser

contraproducente ya que si un delincuente armado pretende cometer un delito, al asumir que el

vigilante esta armado también con un arma de fuego, puede atacarlo con su arma de fuego sin

pensarlo, pudiendo causar heridas graves y en los peores casos hasta la muerte. Se han dado casos
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en Colombia donde el vigilante es herido de muerte por parte de delincuentes que van por su

cometido, sin importarles siquiera si el vigilante se encuentre armado o no, como es el caso

reportado por noticias caracol el día 20 de mayo de 2020 donde murió “un vigilante que defendía

el parqueadero que cuidaba y los delincuentes le dispararon antes de huir en un carro robado”.

(Noticias Caracol, 2020). Según varios medios de comunicación, se han reportado diversos hechos

donde sale herido y hasta muerto el personal de vigilancia privada en sus puestos de trabajo por

parte de asaltantes que llevan consigo armas de fuego, por lo que se considera no es seguro que un

vigilante preste un servicio con arma no letal para proteger instalaciones.

3. El uso inadecuado de estas armas también puede ocasionar lesiones graves y hasta

la muerte, por falta de entrenamiento y el mismo abuso de estas armas, como se expuso

anteriormente en el capítulo de definición de ANL. Uno de los casos más controversiales en

Colombia sobre el uso inapropiado fue el ocurrido el pasado 23 de noviembre de 2019, donde “un

agente del ESMAD accionó un arma no letal contra joven manifestante, ocasionándole la muerte

y Medicina Legal determinó que fue una muerte violenta, tipo homicidio” (Noticias Caracol, 2019).

4. Los vigilantes de seguridad privada no tienen el entrenamiento necesario para el

empleo de este tipo de armas. Cubides, asegura que “el servicio de vigilancia con ANL es prestado

por personal capacitado y calificado para el manejo y uso de estas armas quienes adquirieron el

conocimiento en las capacitaciones” (2017, p. 12), según dicha capacitación se encuentra

estructurada en los cursos de “Fundamentación, Reentrenamiento, Especializaciones y

Profundizaciones estructurados en Planes Educativos Institucionales” (SuperVigilancia, 2018). Se

realizó una pequeña encuesta por el autor, y algunos vigilantes indican que no tienen la certificación

y en otros casos cuentan con la certificación, pero ésta fue obtenida de manera fraudulenta, pagando

cierto valor por la capacitación y certificación del personal, sin que se hubiera hecho la misma.
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Actualmente se presentan estas fallas, a pesar de que la Superintendencia asegure que “los

Servicios de Capacitación y Entrenamiento en Vigilancia y Seguridad Privada tienen la

responsabilidad de la formación del personal operativo de Vigilantes, Supervisores, Escoltas,

Manejadores Caninos y Operadores de Medio Tecnológico” (SuperVigilancia, 2018).

5. Las escuelas de capacitación no están implementado el entrenamiento en este tipo

de armas, según lo dicho por algunos vigilantes de seguridad privada. Si respecto a la capacitación

para el uso de armas de fuego la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada ha

evidenciado que las escuelas han venido reemplazando estas capacitaciones para el uso de armas

de fuego por de otro tipo como son las armas no letales, es probable que de la misma manera se

haga con las de armas no letales y se impartan de otro tipo o en su defecto, sean omitidas.

6. No existe ninguna ley donde se especifique y regule el uso de armas no letales para

la seguridad privada en Colombia. Y no es solo el hecho de enunciar una ley sino hacerlas efectivas

y estar en constante vigilancia. “La Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada, no tiene

suficientemente reglamentado su uso, y la asocia por defecto o analogía a Medios Tecnológicos”

(Vega, 2016, p. 44). En este sentido, el artículo 53 del Decreto 356 de 1994 describe las ANL como

medios tecnológicos, permitiendo este hecho que sea operada por el personal de seguridad sin

mayores restricciones. De manera que siempre se estaría a la libre interpretación de las partes

interesadas, incluyendo los tribunales para resolver un caso civil o penal.

Conclusiones

Como se ha podido evidenciar durante el presente ensayo, se pueden definir las armas no

letales como aquellos dispositivos creados con el fin de neutralizar la amenaza que causa una

persona, sin la necesidad de causar la muerte, minimizado los daños colaterales, y respetando al
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máximo los derechos humanos haciendo uso equilibrado de la fuerza. Por tanto, es de vital

importancia que todo el personal de vigilancia que pueda llegar a usarlas, tenga amplio

conocimiento de este tipo de armas, incluyendo sus características técnicas y de operación, con el

fin de que sepa utilizar el medio más apropiado en cada situación y momento, de forma coherente

y proporcional a la amenaza.

Las ANL según sea el caso, y según sus características tecnológicas no siempre brindan

una garantía real de seguridad al ser utilizadas para los servicios de vigilancia y seguridad privada,

ya que de acuerdo al análisis efectuado se pueden presentar ciertos riesgos en Colombia, teniendo

en cuenta el índice de criminalidad del país, que los medios con los que cuenta el operador en

ciertas circunstancias podrían no ser suficientes para realizar su labor de manera eficaz, además de

sentir que se encuentra en peligro de lesión o muerte si se presenta una novedad, en el caso de ser

atacado con arma letal.

Por último, dentro de las ventajas asociadas con el uso de ANL en la protección de

instalaciones se destacan la reacción inmediata siempre y cuando el atacante no utilice arma letal,

proteger la integridad física del atacante, respeto de los principios del ser humano y su derecho a

la vida y a la libertad, evitar en su mayoría estar envueltos en procesos legales y jurídicos; no es

necesario realizar trámites para solicitar permisos de porte y/o tenencia como en el caso de las

armas de fuego, y tanto las empresas prestadoras como las empresas solicitantes ahorran gastos en

la prestación de los diferentes servicios.

En cuanto a las desventajas, se logró evidenciar que el uso de las ANL como único medio

para defender una instalación en Colombia, no sería suficiente debido a que los delincuentes

utilizan armas de fuego para lograr su cometido, ya que se han reportado varios casos en los cuales

el personal de vigilancia ha resultado gravemente herido y muchos han perdido la vida. La mayoría
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de las ANL que se utilizan en las empresas de seguridad privada son muy similares a las reales

como es el caso de las armas de fogueo (sónica/ acústicas), con el fin de ser empleadas como medio

disuasivo, y debido a esta similitud, los delincuentes podrían utilizar su arma de fuego sin pensarlo.

Así mismo, el uso inadecuado de estas armas también puede ocasionar lesiones graves y hasta la

muerte debido a la falta de entrenamiento y el mismo abuso de estas armas, ya que los vigilantes

de seguridad privada no tienen el entrenamiento necesario para el empleo de este tipo de armas, y

no existe ninguna ley donde se especifique y regule el uso de armas no letales para la seguridad

privada en Colombia.

Finalmente, se puede concluir al tener en cuenta los riesgos, las ventajas y desventajas

mencionadas anteriormente, que para lograr que el uso de las ANL por la seguridad privada en la

protección de instalaciones sea eficaz, el uso de estos dispositivos debe estar totalmente integrado

con el uso de los armamentos letales, en segundo lugar, el personal operario debe estar debidamente

capacitado, especializado y certificado en el manejo de las ANL, y por último, se debe implementar

la regulación del uso de las armas no letales en seguridad privada en general, y en particular para

la protección de instalaciones en Colombia.

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