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Wainerman, Vivir en Familia

El documento discute los modelos tradicionales de familia y cómo han cambiado. Señala que los modelos actuales incluyen familias formadas por divorciados, parejas del mismo sexo, y familias que usan inseminación artificial, desafiando el paradigma tradicional. También explora cómo los medios de comunicación juegan un rol como una "otra familia", influyendo en los niños y causando frustración entre padres. Finalmente, argumenta que debido a la diversidad de modelos familiares modernos, es mejor referirse a "lo familia

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Wainerman, Vivir en Familia

El documento discute los modelos tradicionales de familia y cómo han cambiado. Señala que los modelos actuales incluyen familias formadas por divorciados, parejas del mismo sexo, y familias que usan inseminación artificial, desafiando el paradigma tradicional. También explora cómo los medios de comunicación juegan un rol como una "otra familia", influyendo en los niños y causando frustración entre padres. Finalmente, argumenta que debido a la diversidad de modelos familiares modernos, es mejor referirse a "lo familia

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WAINERMAN, VIVIR EN FAMILIA

“Lo familia” y los modelos empíricos


El ideal tradicional de la familia como unidad o totalidad inamovible que se sostuvo durante siglos ha sido
cuestionado. Este modelo de “la” familia obstaculiza las alternativas de quienes la construyen y limitan sus
posibilidades como sujetos capaces de transformaciones personales y sociales. No cuestionar este modelo
tradicional que deriva de los modelos patriarcales es privilegiar ideas predeterminadas y alejadas de los
acontecimientos que en la historia que señalan la presencia de lo contingente, inesperable e impredecible.

Modelos que se “desvían” de la norma


Actualmente existen modelos que se instalan en los bordes de lo que se entiende por linaje. Quienes viven de
acuerdo con ellos han transformado lo instituido en instituyente y reclaman su reconocimiento como familias
aunque transgredan las pautas del paradigma tradicional.
Algunas prácticas (Hombres y mujeres divorciados que legalizan un nuevo matrimonio, parejas formadas por
homosexuales, matrimonios que deciden procrear a partir de una inseminación, etc.) cuestionan la eficacia
del paradigma tradicional respecto de la familia y vulneran cánones defendidos por la sociedad en que viven.
Estas familias deben crear sus propias leyes en lo que hace al funcionamiento de sus vínculos y a sus
vivencias actuales.

Los medio de comunicación: la otra familia


A través de su encendido permanente en numerosas hogares, la radio y la televisión producen un peculiar
efecto de familiaridad resultante del contacto con determinadas voces e imágenes. Los medios suelen actuar
como educadores informales especialmente para los niños y mujeres insertos en el orden de la vida
domestica. Las recomendaciones que escuchan los niños respecto de algunos productos o la exhibición de
espectáculos teñidos por violencia extrema forman parte de la realidad cotidiana. Inclusive las informaciones
que llegan desde los medios sobrepasan los conocimientos de los padres, quienes quedan jaqueados por su no
saber ante las preguntas de los hijos.
Este fenómeno ilustra uno de los niveles de decepción que asumen los hijos actuales, otro nivel es el que
corresponde a la frustración que resulta de no poder adquirir aquellos productos que los medios sugieren
(imponen) como necesarios. Esta decepción de los hijos se combina con la ira y la humillación por parte de
los padres que se ven a sí mismos como incapaces de satisfacer las demandas que considera justas para sus
hijos.
Los parafamiliares mediáticos: hace referencia a la inclusión como persona cercana de quien se mira o se
escucha en los medios de comunicación periódicamente. Estos personajes son casi “como de la familia”, se
los menciona por su nombre como si se la conociera personalmente. Se trata de una instancia nueva que
aporta nuevas vivencias de familiaridad, debido a la elegida y sistemática presencia del profesional en el
hogar.
El profesional supone la existencia del público pero carece de datos acerca de su persona: no le resulta
posible generar un vínculo de familiaridad. Los vínculos que se crean con ellos gestan una atmosfera de
familiaridad acompañada por la autoridad que proviene del hecho de pertenecer a un medio de comunicación
y parecería que funciona como un puente entre lo domestico y el Yo de cada sujeto. Se le adjudica al
parafamiliar la capacidad de contener y de aliviar contra la soledad o el desamparo.
La costumbre de almorzar o comer en familia, compartiendo el encuentro con los protagonistas en los
medios, genera una índole de autohipnosis que previamente reclama concentración y aislamiento respecto de
los otros miembros de la familia físicamente cercanos.
Teniendo en cuenta el reconocimiento de los nuevos modelos de familia, ya no resulta sencillo referirse a la
familia como si todos/as pudiesemos entender lo mismo. Parecería prudente empezar a hablar de “lo” familia
como una alternativa que permita neutralizar el mensaje gonádico, unitario, hegemónico que prescribe el
artículo “la”, indicativo de un modelo incasable, cristalizado, inamovible, intolerante.

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