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Doctrina Acción Conjunta FAS 2019

El documento presenta resúmenes de varios temas relacionados con la doctrina para la acción conjunta de las Fuerzas Armadas españolas. En concreto, resume los apartados relacionados con el entorno estratégico de seguridad, incluyendo la naturaleza del conflicto actual y las tendencias observadas, así como los instrumentos de poder de los Estados. Además, presenta extractos de la normativa que regula los procesos selectivos de acceso a las Fuerzas Armadas españolas.
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Doctrina Acción Conjunta FAS 2019

El documento presenta resúmenes de varios temas relacionados con la doctrina para la acción conjunta de las Fuerzas Armadas españolas. En concreto, resume los apartados relacionados con el entorno estratégico de seguridad, incluyendo la naturaleza del conflicto actual y las tendencias observadas, así como los instrumentos de poder de los Estados. Además, presenta extractos de la normativa que regula los procesos selectivos de acceso a las Fuerzas Armadas españolas.
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NOTA: Con motivo del nuevo RD de Organización Básica de las FAS, Ciberdefensa pasa a ser Ciberespacio.

Programa de la prueba de conocimientos de la oposición

SEGURIDAD NACIONAL. ACCIÓN CONJUNTA. ORGANIZACIONES INTERNACIONALES DE


SEGURIDAD Y DEFENSA

Tema 2. Doctrina para la acción conjunta de las Fuerzas Armadas. El entorno de seguridad.
Marco doctrinal para el empleo de las Fuerzas Armadas. Mando y control. Integración en
estructuras multinacionales (PDC-01 Doctrina para la acción conjunta de las Fuerzas
Armadas)

Tema 2. Doctrina para el empleo de las FAS (PDC-01 (A))

(Tras la publicación de la PDC 01 A que deroga la PDC 01 se inserta el texto de la actualmente


vigente PDC 01 A)

El tema insertado a continuación ha sido extraído de la intranet de la DIGEREM con fecha

28 DE FEBRERO DE 2019

Ha sido retocado solo en la forma pero no en el fondo. El contenido se presenta íntegro y ha


sido adaptado para facilitar el estudio.
Solo se ha incluido en este texto el contenido de la norma indicado
en la ODEF /1341/2017, de 20 de diciembre, por la que se aprueban la normas
por las que han de regirse las fases selectivas del procedimiento de acceso de los
militares de complemento de la Ley 17/1999, de 18 de mayo, y de los militares
de tropa y marinería, a una relación de servicios de carácter permanente:

Tema 2. Doctrina para la acción conjunta de las Fuerzas Armadas. En entorno


de Seguridad. Marco doctrinal para el empleo de las Fuezas Armadas. Mando y
Control. Integración en estructuras multinaciones (PDC-01 Doctrina para la
acción conjunta de las Fuerzas Armadas)

LA PDC-01 DOCTRINA PARA LA ACCIÓN CONJUNTA DE LAS


FUERZAS ARMADAS HA SIDO DEROGADA EN SU INTEGRIDAD POR
LA PDC-01 (A) DOCTRINA PARA EL EMPLEO DE LAS FAS. Se insertan
a continuación los apartados de la PDC-01 A objeto del proceso selectivo:

* 1. EL ENTORNO ESTRATÉGICO DE SEGURIDAD (001 a 051)


* 3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZAS ARMADAS (154 a 240)
* 4. FUNDAMENTO DE LAS OPERACIONES (241 a 424)
* 7. EL NIVEL TÁCTICO (615 a 638)
* 8. EL MANDO EN OPERACIONES (639 a 777)
EL ENTORNO
ESTRATÉGICO
DE SEGURIDAD

1.  ENTORNO GLOBAL DE SEGURIDAD


2. EL CONFLICTO
2.1. NATURALEZA DEL CONFLICTO
2.2. EVOLUCIÓN DEL CONFLICTO
2.3. TENDENCIAS DEL CONFLICTO

3.  INSTRUMENTOS DE PODER
4.  ENTORNO ESTRATÉGICO DE ESPAÑA
L
os desafíos en el entorno global de seguridad
actual están provocados por cambios
estructurales de tipo político, económico, social,
tecnológico y medioambiental. Están
complicados además por la permeabilidad
de las barreras y la complejidad de los actores.
Como consecuencia generan una
gran incertidumbre y un rápido proceso de
transformación.
Aunque la naturaleza de los conflictos
permanece intacta, los potenciales adversarios
ya no se reducen a Estados u organizaciones
internacionales, y la tradicional frontera
entre guerra y paz se difumina dificultando la
identificación del final de dichos conflictos con
la concepción clásica de victoria o derrota. Los
instrumentos de poder de una nación son el
diplomático, el militar, el económico, el de la
información y el social. Son el resultado de la
suma de las capacidades de los poderes de su
Estado y de su sociedad.
Dentro de los intereses nacionales de seguridad,
se consideran vitales los que se protegerán y
defenderán de cualquier agresión por poder
llegar a afectar a la propia supervivencia de la
nación. También existen intereses estratégicos
derivados de los anteriores, así como otros
intereses nacionales de diversa índole
determinados por la posición que ocupa España
en la comunidad internacional.
La capacidad de influencia de una nación
depende de su capacidad para emplear de forma
integrada todos sus instrumentos de poder.
1. EL ENTORNO ESTRATÉGICO DE SEGURIDAD

1.
ENTORNO GLOBAL
DE SEGURIDAD

001.  Son muchos los factores que precipitan los cambios estructurales de tipo po-
lítico, económico, social, tecnológico y medioambiental, y por ende, modifican
las condiciones, circunstancias e influencias que afectan a la seguridad y que
configuran el entorno global de seguridad.
002.  Estos factores se ven afectados a su vez por la paulatina desaparición de ba-
rreras para la transferencia de información, productos, servicios, dinero o po-
blación, consecuencia del proceso de interconexión global.
003.  Desde el punto de vista de la gobernanza, se percibe un progresivo debilita-
miento de las organizaciones políticas supranacionales, internacionales e, in-
cluso, estatales; la extensión de ideologías políticas autoritarias y populistas y
la paulatina pérdida de control de ciertos gobiernos sobre población y espacios
cada vez más amplios.
004.  Las principales tendencias económicas observables son un desplazamien-
to de la hegemonía de Occidente y de los centros económicos y financieros
globales hacia el espacio Asia-Pacífico, la progresiva concentración de la
población en las zonas urbanas más desarrolladas y un incremento de ri-
validad por el acceso y control de los recursos y de los espacios globales
comunes, así como grandes y persistentes desequilibrios económicos glo-
bales.
005.  En lo social, se observa el incremento de diferencias sobre la percepción del
valor de las libertades y de la vida humana, y el enconamiento de los conflictos
cuando coinciden divisiones culturales y religiosas que, además, estimulan la
radicalización violenta.
006.  El desarrollo tecnológico y de comunicación tiene la capacidad de lograr efec-
tos considerables, globales e inmediatos, en algunos casos con discreción y
bajo riesgo. Asimismo se mantiene la tendencia de la tecnología de uso civil
a superar en versatilidad y precio a la tecnología militar, facilitando la adqui-
sición de equipos avanzados con altas prestaciones por parte de empresas y
organizaciones no estatales.
007.  Finalmente, los cambios medioambientales pueden llegar a producir impor-
tantes alteraciones económicas y sociales que interactúen con otros factores y
conflictos existentes. La sostenibilidad del planeta y el acceso a ciertos recur-
sos constituyen importantes factores que pueden afectar al entorno global de
la seguridad y están adquiriendo cada vez más importancia.
008.  Por todo lo anterior el entorno global de seguridad está caracterizado por la
incertidumbre, el rápido proceso de transformación, la permeabilidad de las
barreras, la complejidad de los actores, y la persistencia de conflictos por la
incapacidad de la comunidad internacional y de los Estados para resolverlos
por medios pacíficos o mediante el empleo de la fuerza.

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1. EL ENTORNO ESTRATÉGICO DE SEGURIDAD

2.
EL CONFLICTO
2.1. NATURALEZA DEL CONFLICTO
009.  Las condiciones, circunstancias e influencias presentes en el entorno son con-
sideradas de diversas maneras por los actores internacionales según su propia
percepción de seguridad. De esta manera, toda circunstancia real, que ponga en
peligro la seguridad es identificada como una amenaza. Por riesgo se entiende
la contingencia o probabilidad de que una amenaza se materialice produciendo
un daño, y el impacto que ello puede tener.
010.  En estos términos, se considera crisis a la alteración potencial o real de la nor-
malidad que conduce a un empeoramiento de la situación y que obliga a tomar
medidas para su resolución.
011.  Cuando una amenaza se materializa mediando una voluntad, se transforma en
una agresión. Por tanto, mientras que la amenaza es real, el riesgo es potencial.
012.  La situación de conflicto aparece cuando varios actores o Estados persiguen
objetivos incompatibles entre sí. Existen procedimientos pacíficos de resolu-
ción de conflictos mediante la vía de la diplomacia y de las organizaciones in-
ternacionales, pero no siempre tienen éxito. Desde el punto de vista militar, se
entiende por conflicto el estado o situación de confrontación, real o potencial,
que afecta a la seguridad nacional.
013.  El conflicto armado se caracteriza por la confrontación entre colectividades or-
ganizadas, no necesariamente reconocidas a la luz del derecho internacional,
y en donde se utilizan medios de combate con la finalidad de imponer una vo-
luntad sobre la otra.

2.2. EVOLUCIÓN DEL CONFLICTO


014.  La morfología de los conflictos evoluciona en función de cómo lo hacen las
capacidades militares, la tecnología, el espacio donde se desarrollan y los pro-
cedimientos y técnicas de combate empleadas. Durante estas últimas décadas,
los cambios habidos a este respecto se han acelerado y han propiciado que los
conflictos sean más impredecibles, complejos y convulsos.

“Calla amigo Sancho, que las cosas de la guerra, más


que otras, están sujetas a continua mudanza”.
Miguel de Cervantes, soldado y escritor.
“El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”. 1605.

015.  Mientras el rostro del conflicto cambia constantemente, su naturaleza perma-


nece intacta pues la violencia, el caos y la incertidumbre producto de una infor-
mación incompleta e imperfecta, continúan estando presentes. Sin embargo, la
tradicional frontera entre paz y guerra se ha difuminado dificultando la grada-
ción de las respuestas y la identificación del estado final del conflicto con las

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1. EL ENTORNO ESTRATÉGICO DE SEGURIDAD

ideas clásicas de victoria o derrota. Tampoco perduran los antaño claros límites
entre seguridad exterior e interior. En esa zona ambigua conviven adversarios
de difícil identificación, riesgos y amenazas cambiantes, no ya como paso pre-
vio al conflicto, sino como conflicto mismo.
016.  Entre estos riesgos y amenazas se deben resaltar el terrorismo y los ataques
cibernéticos; la limitación de acceso a los recursos y la injerencia y apropiación
de los espacios comunes globales; los efectos derivados de conflictos locales
y regionales, como el tráfico ilegal de armas y personas, la dispersión de com-
batientes o los flujos migratorios; las catástrofes, naturales o no; la prolifera-
ción de armas de destrucción masiva; el crimen organizado; la inestabilidad
económica y financiera; la manipulación de la información; la vulnerabilidad
energética; las pandemias y los efectos del cambio climático.
017.  Entre los potenciales adversarios, ya no se encuentran solo Estados u orga-
nizaciones multinacionales, sino que se añaden otros que no están sujetos a
las mismas regulaciones internacionales. Entre ellos se incluyen actores tales
como organizaciones terroristas transnacionales, organizaciones criminales,
facciones y grupos paramilitares sin estado propio, apoyados o no por terceras
potencias, y también adversarios de composición compleja o de difícil identifi-
cación.
018.  La rápida transformación de la morfología de los conflictos obliga a tratar de
anticiparse a su evolución para identificar las medidas de seguridad que resul-
tarán más eficaces para prevenir y evitar las crisis, o resolverlas.
019.  Ello se hace mediante un análisis prospectivo que define los futuros escenarios
de actuación mediante el estudio del pasado, el conocimiento del presente y la
investigación de tendencias. Su actualización debe ser permanente, pues están
sujetos a evolución y pueden verse modificados en cualquier momento por su-
cesos relevantes e inesperados.

2.3. TENDENCIAS DEL CONFLICTO


020.  El análisis prospectivo identifica unas determinadas características generales
que, a modo de tendencias, van a impregnar el escenario de seguridad en el
que previsiblemente se van a desarrollar las operaciones. Estas son la incer-
tidumbre y adaptabilidad; la difuminación de los límites y de las referencias;
la presencia generalizada y permanente de la población en los conflictos; y la
importancia del componente tecnológico.
021.  La incertidumbre es consecuencia de la velocidad y el calado con el que se
producen los cambios en la morfología de los conflictos, lo que produce dificul-
tades en la definición y desarrollo de capacidades militares para afrontarlos, y
en las condiciones de empleo.
022.  La adaptabilidad y anticipación a esas circunstancias cambiantes son cuali-
dades indispensables, no solo para reaccionar oportuna y adecuadamente, y
recuperarse, sino para evitar las situaciones de carácter inesperado con las
que el adversario tratará siempre de sorprendernos.

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1. EL ENTORNO ESTRATÉGICO DE SEGURIDAD

023.  La población civil pasa a ocupar un papel preferente en entornos en los que se
mezclan combatientes y no combatientes. La adecuada interacción con la pobla-
ción local y con la propia es imprescindible para asegurar el apoyo a la partici-
pación en el conflicto y la aceptación de fuerzas sobre el terreno. En este sentido
adquieren especial relevancia la comunicación estratégica y la cultura de defensa.
024.  La desaparición de límites claros entre la paz y la guerra, entre la seguridad
interior y exterior, y entre la seguridad y la defensa, implican dificultades en
la identificación de las referencias legales aplicables y de las medidas de res-
puesta, así como la necesidad de integración de la acción conjunta de las Fuer-
zas Armadas en el sistema de seguridad nacional.
025.  La rápida evolución científica, tecnológica y social obliga a valorar los aspectos
éticos del futuro entorno de seguridad, derivados principalmente del desarrollo
de la robótica, la biotecnología, los sistemas autónomos, las actividades lleva-
das a cabo en el ciberespacio, el combate urbano y la difusa separación entre
combatientes y no combatientes.
026.  En este nuevo escenario, adquiere una gran importancia el respeto al marco
legal para la actuación de nuestras Fuerzas Armadas y a las condiciones para
la realización de las operaciones, lo que garantiza la legalidad y la legitimidad
de su empleo. Sin embargo, no ha de suponerse que el adversario actúe de
igual forma.
027.  Las tecnologías multiplican las posibilidades de generación, acceso y propagación
de información de todo tipo. Su volumen e inmediatez dificultan su regulación y
control, complicando la gestión y el discernimiento de su relevancia y veracidad.

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1. EL ENTORNO ESTRATÉGICO DE SEGURIDAD

028.  El componente tecnológico elimina barreras haciendo accesibles objetivos y


efectos con medios de bajo riesgo. Su desarrollo precisa organizaciones com-
plejas que suponen un coste elevado y requieren un nivel alto de formación. La
innovación produce sistemas con nuevas capacidades inicialmente al alcance
de muy pocos, que cuando se generaliza su uso o son adquiridos por potencia-
les adversarios, incrementan el nivel de riesgo.
029.  Además, los conflictos actuales tienden a ser transfronterizos, a extenderse a
amplias zonas geopolíticas, a involucrar a todo tipo de actores y adversarios
capaces de operar en espacios físicos y no físicos, y de utilizar todo tipo de
capacidades.
030.  Estas tendencias generales de los conflictos obligan a los Estados a la integración
del poder militar con otros instrumentos de poder nacionales, tanto en el planea-
miento de la estrategia como en su desarrollo. Ello requiere una estructura de in-
teligencia eficaz, segura y colaborativa así como sistemas de mando y control que
sean verticalmente ágiles, horizontalmente integradores y posibiliten el asesora-
miento oportuno y eficaz para la toma de decisiones en todos los niveles.

3.
INSTRUMENTOS
DE PODER

031.  Se entiende por poder la habilidad o capacidad de influir en la conducta de otros


para conseguir un fin deseado. Tradicionalmente el poder se ha asociado a los Es-
tados y se ha medido con criterios de tamaño de población y territorio, recursos
naturales, fortaleza militar y económica, estabilidad social y ascendencia cultural y
moral. La irrupción de actores no estatales en los conflictos obliga a considerarlos
también poseedores de sus propios instrumentos de poder, que en determinados
casos, serán equivalentes o superiores a los de los propios Estados.
032.  El poder puede ser coercitivo (hard power), basado en la fuerza principalmente,
o persuasivo (soft power), fundamentado en la capacidad de influir en otros ha-
cia las posiciones propias a través de medidas no coercitivas.
033.  Se conocen como instrumentos de poder del Estado a los que están o pueden
llegar a estar a disposición de los poderes del Estado (legislativo, ejecutivo y ju-
dicial). Cada uno de ellos y principalmente los del poder ejecutivo, cuentan con
unidad de mando, jerarquía interna y posibilidad de delegación de autoridad.

“Una fuerza más expansiva que las de la pólvora y el


vapor, acostumbrada en nuestros días a barrer tronos y
nacionalidades, puede también barrer ejércitos; y no es
cordura dejar que ella y éstos anden por mucho tiempo
divorciados…”
José Almirante Torroella, general. Sobre la opinión
pública “Diccionario militar”. 1869.

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1. EL ENTORNO ESTRATÉGICO DE SEGURIDAD

034.  Además existen otros instrumentos de poder ajenos a la autoridad del poder
del Estado, principalmente los correspondientes a la sociedad civil. La Admi-
nistración no tiene autoridad formal sobre ellos y por tanto, debe establecer
relaciones diferentes a las jerárquicas, con las instituciones y los grupos, orga-
nizaciones, sociedades, empresas o agentes no estatales, de carácter nacional,
internacional o multinacional, que puedan tener intereses en un conflicto y ca-
pacidad de influir en él.
035.  Los instrumentos de poder de una nación para afrontar un conflicto son los ins-
trumentos propios del Estado, más la contribución de la sociedad desde fuera
de las propias estructuras del Estado.

Figura 1. Instrumentos de Poder.

036.  Los instrumentos diplomático, de la información, militar y económico (DIME),


definidos a continuación son parte tanto del poder ejecutivo de los Estados,
como de la sociedad de cualquier nación, así como de cualquier actor relevante
en un conflicto.
037.  El instrumento diplomático es un poder que se vale de la influencia sobre otros
actores para conseguir condiciones ventajosas para los intereses propios, me-
diante la habilidad para negociar y alcanzar acuerdos. Se ve reforzado cuando
está respaldado por un poder económico y militar robusto, una fiable reputa-
ción, una línea de política exterior coherente y capacidad de decisión.
038.  El instrumento de la información sustenta el proceso de comprensión de la si-
tuación y reduce el umbral de incertidumbre en la toma de decisiones. Incluye
el empleo coordinado por todos los instrumentos de poder de todas las capaci-
dades de comunicación en apoyo de las políticas, operaciones y actividades, con
el fin de crear estados de opinión y contribuir a la consecución de los objetivos.
039.  El instrumento militar es un poder que radica en la capacidad para aplicar la fuerza
letal o no letal, de forma real o potencial, para obligar, disuadir, contener o derro-

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1. EL ENTORNO ESTRATÉGICO DE SEGURIDAD

tar a un adversario, mediante la interrupción y la destrucción de sus capacidades


críticas militares y no militares. La modalidad de su empleo es un indicador de la
gravedad de la crisis o de los intereses en juego. El uso del instrumento militar
esta intrínsecamente ligado a los demás instrumentos de poder, especialmente
al diplomático, en un amplio espectro de situaciones que van desde tiempo de
paz hasta los enfrentamientos armados de gran intensidad.
040.  El instrumento económico es la capacidad de influir en la seguridad a través del
comercio y el recurso financiero. El uso de incentivos económicos positivos o de
medidas económicas negativas coadyuva a la resolución de conflictos condicio-
nando la toma de decisiones. En determinadas circunstancias, se puede hacer
uso de la fuerza militar para apoyar al instrumento económico, como es el caso
de las operaciones de embargo.
041.  El instrumento social es la capacidad de influir en la seguridad a través del te-
jido empresarial, el cultural, el educativo, el sanitario, el científico-tecnológico,
organizaciones no gubernamentales, movimientos sociales, políticos o religio-
sos, o los medios de comunicación. Supone una parte significativa de los acti-
vos de una nación, a la vez que son un soporte esencial de apoyo a las acciones
de seguridad y defensa. Es un instrumento de poder transversal, cuyos com-
ponentes participan e influyen de forma directa o indirecta, en mayor o menor
medida, en la capacidad de los instrumentos de poder de una nación.
042.  En cualquier caso la capacidad de influencia de una nación u otro actor en un
conflicto dependerá, en gran parte, de su capacidad para emplear de forma
integrada todos sus instrumentos de poder.

4.
ENTORNO ESTRATÉGICO
DE ESPAÑA

043.  Todas las naciones, por su herencia histórica y cultural, disponen de unos bie-
nes y valores reconocidos como intereses nacionales que conforman sus aspira-
ciones básicas en el orden internacional y que son el fundamento del bienestar
y prosperidad de sus ciudadanos. Entre ellos, destacan los intereses nacionales
de seguridad, que son aquellos intereses nacionales que, por su particular im-
portancia, merecen, si llega el caso, el esfuerzo de su defensa.
044.  De entre los intereses nacionales de seguridad, se consideran vitales los que Espa-
ña está dispuesta a proteger y, llegado el caso, a defender ante cualquier agresión
por poder llegar a afectar a su supervivencia como nación. Esto es, preservar intac-
tos la soberanía, la independencia, la integridad territorial y el ordenamiento cons-
titucional como elementos constitutivos del Estado, así como la libertad, la vida y la
prosperidad de los españoles, dentro y fuera del territorio nacional.
045.  Aquellos otros intereses de seguridad que son de particular importancia por
contribuir decisivamente a la garantía de los intereses vitales, se conocen como

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1. EL ENTORNO ESTRATÉGICO DE SEGURIDAD

intereses estratégicos, como son el suministro energético y de recursos básicos


para la subsistencia de la población, el comercio internacional de nuestro país,
el acceso a los recursos de nuestras zonas marítimas, las infraestructuras crí-
ticas y la pertenencia a organizaciones internacionales político-económicas y
de seguridad y defensa.
046.  Junto a estos, existen otros intereses nacionales de diversa índole derivados
de la posición que ocupa España en la comunidad internacional, de su sentido
de la solidaridad, de su contribución a la causa de la paz y la libertad, y de su
relación con las naciones de la misma comunidad histórica y cultural; se con-
cretan en la consecución, de forma solidaria, de un orden internacional estable,
de paz, seguridad y de respeto a los derechos humanos.
047.  España mantiene un compromiso con la seguridad internacional mediante su
integración en varias organizaciones internacionales de seguridad y defensa,
tanto a nivel europeo como trasatlántico y global, y a su vez, con la defensa de
los intereses de la nación allá donde sea necesario. Estas son las razones prin-
cipales por la que nuestras FAS están desplegadas en distintas operaciones
fuera de nuestro territorio.
048.  Los valores que defiende España, propios de la civilización occidental, son co-
munes a la Unión Europea y a la Alianza Atlántica. La pertenencia a estas orga-
nizaciones potencia la capacidad de disuasión y defensa, a la vez que supone
un compromiso ante las amenazas compartidas con los aliados.
049.  Las prioridades de la Acción Exterior de la Unión Europea son la seguridad
de la Unión, mejorar la resiliencia de los Estados y las sociedades del este y
del sur; una perspectiva integrada en los conflictos y en las crisis, potenciar
las organizaciones regionales de cooperación y la gobernanza mundial del
siglo XXI.
050.  El concepto estratégico de la OTAN se basa en tres pilares fundamentales: la
defensa colectiva, la gestión de crisis y la seguridad cooperativa.
051.  Además, la situación geográfica y condición marítima de España, con presencia
en Europa y África, en el Mediterráneo y en el Atlántico, y los vínculos históricos
y culturales con Iberoamérica, determinan nuestra configuración estratégica
e impulsan a España a mantener unas relaciones abiertas y diversas basa-
das en la ponderación y en el equilibrio. Por ello, resulta prioritario fomentar
y proyectar estabilidad en el Mediterráneo, al norte de África, el Sahel, Golfo
de Guinea,el Cuerno de África y Oriente Medio, así como mantener relaciones
estrechas con Iberoamérica.

“Europa aprendió a navegar


en libros españoles”
Julio Guillén Tato, almirante y académico. 1943.

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MODELO ESPAÑOL
DE FUERZAS ARMADAS

1.  EMPLEO Y MISIONES DE LAS FUERZAS ARMADAS


2.  PLANEAMIENTO DE LA DEFENSA
3. CAPACIDADES MILITARES DE LAS FUERZAS ARMADAS
4. INNOVACIÓN Y TRANSFORMACIÓN MILITAR
5.  ORGANIZACIÓN DE LAS FAS
5.1. ESTRUCTURA ORGÁNICA
5.2. ESTRUCTURA OPERATIVA
5.3. DESARROLLO DE FUERZA

6. FUERZA CONJUNTA
6.1. CONCEPTO
6.2. CAPACIDADES OPERATIVAS
L
as Fuerzas Armadas españolas son el
principal instrumento del Estado que
desarrolla la política de defensa en
coordinación con el resto de instrumentos
del poder nacional. Sus misiones están
establecidas en la Constitución y en la Ley de
Defensa Nacional y su cumplimento se realiza
mediante operaciones militares.
Mediante el Planeamiento de la Defensa
definen y obtienen las capacidades militares
que permiten contar con unas FAS eficaces y
sostenibles.
Con el objetivo de adaptarse e incluso
adelantarse a los cambios en los entornos
operativos las FAS deben de mantener una
actitud de continua innovación que permita
impulsar la trasformación militar y la eficacia
operativa.
A través de la eficacia operativa de las
Fuerzas Armadas se asegura la unidad
de esfuerzo en el cumplimiento de las
misiones, de acuerdo con la estrategia y la
doctrina militar y las capacidades puestas a
disposición del JEMAD.
La Fuerza Conjunta es el instrumento
que materializa la actuación de las FAS.
Está dispuesta para ser empelada en
cualquier momento y lugar, de acuerdo
a los intereses nacionales, manteniendo
capacidad de autonomía nacional, acción
conjunta y disposición para actuar con otros
instrumentos del Estado.
3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZA ARMADAS

1.
EMPLEO Y MISIONES DE LAS
FUERZAS ARMADAS

154.  Las Fuerzas Armadas (FAS) son el instrumento del Estado para el empleo de
las capacidades militares. Constituyen el elemento principal y esencial a través
del cual el Gobierno implementa la política de defensa que, en coordinación
con el resto de instrumentos del poder nacional, contribuye a la de seguridad
nacional. Su entidad, única e integradora, posibilita el empleo óptimo de sus
capacidades con el objetivo de cumplir las misiones encomendadas.
155.  El empleo de las FAS se regula por la Constitución, las leyes y las directrices
políticas emitidas por el Gobierno y se realiza bajo la dirección estratégica del
presidente del Gobierno y de conformidad con las normas dictadas por el jefe
de Estado Mayor de la Defensa.
156.  La FAS están dispuestas para ser empleadas junto con otros instrumentos de
poder del Estado en el momento y lugar que requieran la protección de los inte-
reses nacionales, integradas o no en estructuras multinacionales.

“La milicia tiene como misión la defensa de la libertad,


uno de los más preciosos dones que a los hombres
dieron los cielos”
Miguel de Cervantes, soldado y escritor. “El ingenioso
hidalgo don Quijote de la Mancha”, el discurso de las
armas y las letras, 1605.

157.  Las misiones de las FAS españolas, extraídas de la Constitución y de la Ley


Orgánica 05/2005 de la Defensa Nacional, son:
a) Garantizar la soberanía e independencia de España, defender su inte-
gridad territorial y el ordenamiento constitucional.
b) Contribuir militarmente a la seguridad y defensa de España y de sus
aliados, en el marco de las organizaciones internacionales de las que
forma parte.
c) Contribuir militarmente a mantener la paz, la estabilidad y a propor-
cionar o posibilitar la llegada de ayuda humanitaria en aquellas partes
del mundo que se requiera.
d) Preservar, junto con otras instituciones del Estado, la seguridad y el
bienestar de los ciudadanos en los supuestos establecidos de necesi-
dades públicas.
e) Evacuar a los ciudadanos españoles residentes en el extranjero cuan-
do las circunstancias pongan en grave riesgo su vida, su seguridad o
sus intereses.
158.  Estas misiones se llevan a cabo mediante la ejecución de operaciones que se
clasifican en permanentes o de reacción atendiendo al grado de disponibilidad
de la fuerza y al momento de su activación.

BLOQUE SEGURIDAD NACIONAL. TEMA 2 02/19 Página 16 de 93


3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZA ARMADAS

159.  Las operaciones permanentes son aquellas que se encuentran continuamente


activadas o bien se activan de forma periódica y recurrente. Se materializan
con el desarrollo de planes permanentes (PP).
160.  En cambio, las operaciones de reacción son las que se desencadenan como
respuesta o prevención a una crisis, en el ámbito nacional o en el marco de la
Alianza o de una coalición multinacional, ya prevista en un plan de contingencia
(COP) o de carácter sobrevenido e inesperado. Se materializa con el desarrollo
de un plan de operaciones (OPLAN).

2.
PLANEAMIENTO DE
LA DEFENSA

161.  El Planeamiento de la Defensa es el proceso cíclico que hace posible la con-


secución de las capacidades necesarias para alcanzar los objetivos estable-
cidos en la Política de Defensa y especialmente para la definición, obtención
y sostenimiento de unas Fuerzas Armadas eficaces, sostenibles en el tiempo
y capaces de enfrentarse a los retos de un escenario estratégico incierto y en
continua evolución.
162.  El Planeamiento de la Defensa constituye un proceso cíclico, unitario, ordenado,
integral y flexible, en el que participan de manera cooperativa las autoridades
responsables de las áreas de planeamiento militar (jefe de Estado Mayor de la
Defensa), de los recursos financieros y materiales (secretario de Estado de la
Defensa) y de los recursos humanos (subsecretario de Defensa).

Figura 1. Pilares de Planeamiento de la Defensa

163.  La clave de este proceso es diseñar unas FAS sobre la base de unas capacida-
des eficaces y sostenibles sustentadas en un equilibrio entre el Concepto de
Empleo, la Estructura y la Financiación.
164.  El proceso se inicia con la emisión del Concepto de Empleo de las FAS (CEFAS)
que establece el marco estratégico, su posible evolución, los escenarios gene-

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3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZA ARMADAS

rales de actuación y la forma de empleo de las FAS. La Estrategia Militar orienta


el modo en que las Fuerzas Armadas deben alcanzar los objetivos de la defen-
sa y apoyan a la estrategia nacional de seguridad.
165.  A continuación, las autoridades responsables del planeamiento de los recursos
determinan el marco de referencia en los ámbitos de personal, financiero, tec-
nológico e industrial necesarios para el planeamiento militar. Previsiones que
junto con el estado del ciclo anterior y el estado del Planeamiento Operativo se
reflejan en la Directiva de Planeamiento Militar (DPM), sirviendo de referencia
para el ciclo a desarrollar.
166.  Con estas referencias se realiza el planeamiento militar, compuesto por el ope-
rativo y el de fuerza, que determina las capacidades militares necesarias para
materializar la estrategia militar.
167.  Como resultado de la concurrencia del planeamiento militar y el planeamiento
de recursos se obtiene el Objetivo de Capacidades Militares (OCM). El Objetivo
de Fuerza a Largo Plazo (OFLP), que está incluido en el OCM, aporta un horizon-
te temporal de 15 años, para orientar el planeamiento de las necesidades, su
obtención y mantenimiento a medio plazo, hasta 6 años, y a corto plazo, 3 años.

“El dinero, es el nervio de la guerra”.


Diego de Valera, militar, diplomático y escritor.
“Doctrinal de príncipes”, de los consejos a los Reyes
Católicos sobre cómo asegurar el control naval del
Estrecho, 1475.

168.  Con el OCM como referencia principal, el Planeamiento de Recursos se focaliza


en la obtención de los recursos financieros, humanos y de material para dotar
a las FAS de las capacidades militares requeridas.

3.
CAPACIDADES MILITARES DE LAS
FUERZAS ARMADAS

169.  Se entiende por Capacidad Militar al conjunto de sistemas que, operados bajo
unos principios y procedimientos doctrinales establecidos, permiten obtener
determinados efectos mediante su empleo en operaciones para cumplir con las
misiones asignadas.
170.  Se denomina sistema a un conjunto de personal, material, procedimientos y,
en su caso, organismos que actúan íntimamente relacionados, desarrollando
la misma función.
171.  Las capacidades militares se definen en el planeamiento de la defensa y se
agrupan en áreas de capacidad atendiendo a los requisitos establecidos para
la fuerza. En general, se han establecido las siguientes áreas: mando y control;

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3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZA ARMADAS

capacidad de enfrentamiento; conocimiento de la situación; proyección; soste-


nimiento; supervivencia y protección; y contribución a la acción del Estado.
172.  Cada una de estas capacidades está definida por los elementos que la compo-
nen: material (M), infraestructura (I), recursos humanos (R), adiestramiento (A),
doctrina (D), organización (O) e interoperabilidad (I), lo que permitirá su análisis
atendiendo a proceso «MIRADO-I».
173.  El material (M) es el conjunto de equipos que contribuyen decisivamente a la
consecución de la capacidad, desde su obtención, su mantenimiento/ sosteni-
miento, hasta su baja en servicio.
174.  La infraestructura (I) es el conjunto de instalaciones, tanto las militares como
las industriales, que apoyan a la capacidad y le dan servicio.
175.  Los recursos humanos (R) son los cuadros de mando, tropa y personal civil,
necesarios para desarrollar, operar y mantener las capacidades.
176.  El adiestramiento (A) es el conjunto de actividades que tienen por finalidad pro-
porcionar las habilidades necesarias para el empleo eficaz de la capacidad;
incluye aspectos tales como la enseñanza, la formación técnica y la formación
operativa individual y colectiva.
177.  La doctrina (D) es el conjunto de principios y procedimientos que rige el empleo
operativo de la capacidad.
178.  La organización (O) es la estructura más adecuada para alistar y operar dicha
capacidad.
179.  La interoperabilidad (I) es la capacidad de operar interconectado e integrado
con otras capacidades, organizaciones y organismos; es una cualidad que de-
ben poseer todos los componentes de cada capacidad y por lo tanto, debe ser
considerada como parte de los mismos.
180.  El desarrollo armónico de estos componentes MIRADO-I permite obtener la
máxima eficiencia de sistemas y capacidades.

4.
INNOVACIÓN Y
TRANSFORMACIÓN MILITAR

181.  Las capacidades militares de las FAS responden a unas necesidades operativas
concretas en respuesta a unos determinados riesgos y amenazas. Sin embargo,
estas capacidades no pueden permanecer inmutables sino que deben evolucio-
nar al ritmo de las exigencias operativas. Con el objeto de adaptarse constante-
mente e, incluso, adelantarse a los cambios del entorno operativo actual (incierto,
globalizado y cambiante) las FAS han de mantener una actitud de continua inno-
vación.
182.  La innovación añade mediante el conocimiento, valor a los medios, las organi-
zaciones, los sistemas y los procedimientos. Consiste tanto en el desarrollo de

BLOQUE SEGURIDAD NACIONAL. TEMA 2 02/19 Página 19 de 93


3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZA ARMADAS

nuevas capacidades, como en su mejora o en encontrar nuevas aplicaciones a


los sistemas ya existentes.
183.  La innovación militar es un cambio en el modo de operar de las Fuerzas Arma-
das que afecta sustancialmente a la doctrina, al adiestramiento y, a menudo,
a la orgánica y a los materiales, y que supone un incremento sustancial en su
efectividad.
184.  Los miembros de las FAS deberán tener una permanente actitud de innovación
fundamentada en una acreditada solvencia profesional, para impulsar la trans-
formación militar y la eficacia operativa de las FAS.
185.  La transformación militar es un proceso de innovación que, dirigido por el
JEMAD, sostenido en el tiempo y dotado de los necesarios recursos humanos,
materiales y financieros, permite adaptar las capacidades militares a la evo-
lución previsible de los escenarios de empleo y anticiparse a los retos estra-
tégicos futuros; constituye una referencia fundamental para el planeamiento
de la defensa.
186.  El estudio de escenarios futuros, las enseñanzas obtenidas en operaciones y
ejercicios, el desarrollo de doctrina, de conceptos, y la experimentación son las
herramientas más adecuadas en las FAS para detectar deficiencias operativas
y diseñar las capacidades militares.
187.  El proceso de Desarrollo y Experimentación de Conceptos (CD&E) es la suce-
sión de actividades enfocadas a la identificación, elaboración, depurado y vali-
dación de soluciones a problemas que, mediante la aplicación de pensamien-
to creativo y una metodología analítica, describen cómo una fuerza empleará
nuevas capacidades o capacidades ya existentes (MIRADO-I) para operar en un
ambiente dado, existente o previsto.

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3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZA ARMADAS

5.
ORGANIZACIÓN DE
LAS FAS

188.  La organización militar, responsabilidad del ministro de Defensa, se establece


conforme a la normativa vigente y responde a los principios de jerarquía, disci-
plina, unidad y eficacia posibilitando que la actuación de las Fuerzas Armadas
se lleve a cabo de la forma más eficaz posible.
189.  La eficacia operativa de las FAS depende de la sincronización y adecuación de
las actividades de las estructuras operativa y orgánica, de manera que se ase-
gure la unidad de esfuerzo en el cumplimiento de las misiones encomendadas,
de acuerdo con la estrategia, la doctrina militar y las capacidades puestas a
disposición del JEMAD.
190.  La organización básica de las FAS se articula en dos estructuras, una orgánica
orientada a la preparación de la Fuerza y otra operativa para su empleo en las
misiones que se asignen a las FAS.

5.1. ESTRUCTURA ORGÁNICA


191.  La estructura orgánica es la organización responsable de la preparación de la
fuerza y de aportar las capacidades específicas a la estructura operativa; está
formada por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire. En lo sucesi-
vo, la expresión «Ejércitos» se utilizará para englobar a estos tres componen-
tes de las Fuerzas Armadas.
192.  Su organización es homogénea ya que cada uno de los Ejércitos se organiza en
Cuartel General, Fuerza y Apoyo a la Fuerza. La transferencia de unidades de la
estructura orgánica a la estructura operativa no implica cambio de su depen-
dencia orgánica.

5.2. ESTRUCTURA OPERATIVA


193.  La estructura operativa es la responsable del empleo de la Fuerza en operacio-
nes mediante el desarrollo de la acción conjunta y combinada, para el cumpli-
miento de las misiones asignadas a las FAS; materializa el instrumento para la
aplicación del poder militar nacional.
194.  Está formada por una cadena de mando de autoridades militares, en la que el
jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) es la máxima autoridad, de la que
dependen los organismos y organizaciones operativas que se establezcan.
195.  El propósito de esta cadena de mando operativa, directa, única e integradora, es
dotar de fluidez a las relaciones de mando, al planeamiento, la conducción y el
seguimiento de las operaciones.
196.  El Estado Mayor de la Defensa está constituido por un cuartel general y los
organismos necesarios que le permiten desarrollar la acción conjunta. En el

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3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZA ARMADAS

cuartel general está incluido el órgano responsable de prestar todo el apoyo a


la estructura a través de las unidades y jefaturas de carácter conjunto o unifi-
cado que se determinen.
197.  Las organizaciones operativas, permanentes o temporales, se componen de
mandos creados con las fuerzas transferidas por la estructura orgánica y de
elementos propios de la estructura operativa. Se diseñan para cada operación
con capacidades ajustadas a las misiones asignadas.
198.  La participación de las Fuerzas Armadas en las operaciones se realiza median-
te el empleo de la Fuerza Conjunta.

5.3. DESARROLLO DE FUERZA


199.  Con la finalidad de asegurar la eficacia operativa de las FAS, es necesario in-
tegrar y optimizar las capacidades específicas y especializadas aportadas por
el Ejército de Tierra, la Armada, el Ejército del Aire y los organismos del EMAD,
para operar de forma conjunta y con otros instrumentos del Estado, y cumplir
las misiones asignadas.
200.  Desarrollo de la Fuerza es la integración y sincronización de todos los procesos
necesarios para que las capacidades militares de las FAS respondan a las ne-
cesidades operativas identificadas en cada ciclo de planeamiento militar. Con-
siste en un proceso continuo de dotar a los miembros y unidades de la Fuerza
de las competencias que necesitan para operar de una forma cohesionada y
eficiente y mantener estas competencias a lo largo del tiempo.
201.  Este proceso integra actividades en el ámbito conjunto en relación a la doctri-
na, la enseñanza, el adiestramiento, las lecciones aprendidas, el desarrollo de
conceptos y la innovación militar. Incluye la orientación y la supervisión de la
preparación de las unidades de la Fuerza, la evaluación de su disponibilidad
operativa y la coordinación del adiestramiento de la estructura conjunta.
202.  El Desarrollo de Fuerza sincroniza los esfuerzos de preparación, innovación e
interoperabilidad necesarios para mejorar la capacidad operativa de la Fuerza
Conjunta.

6.
FUERZA CONJUNTA
6.1. CONCEPTO
203.  La Fuerza Conjunta (FC) es el instrumento que materializa la actuación de las
Fuerzas Armadas mediante el empleo integrado de las capacidades militares
en operaciones y, llegado el caso, combatir y vencer.
204.  La FC está dispuesta a ser empleada en cualquier momento y lugar, de acuerdo
a los intereses nacionales, manteniendo la capacidad de autonomía nacional,
acción conjunta y disposición para actuar con otros instrumentos del Estado.

BLOQUE SEGURIDAD NACIONAL. TEMA 2 02/19 Página 22 de 93


3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZA ARMADAS

205.  Se compone de todos los elementos integrantes de la Fuerza del Ejército de


Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire, además de los componentes de los
mandos subordinados al JEMAD que se determinen.
206.  Las características que la definen son:
a) Disponibilidad operativa. Capaz de actuar en los plazos establecidos
con las condiciones marcadas.
b) Eficacia. Dotada de las capacidades necesarias para hacer frente a los
riesgos y amenazas que afecten a la seguridad e intereses nacionales,
así como aquellos otros compartidos con los aliados.
c) Calidad. Dotada de personal cualificado, equipado y adiestrado con un
armamento y equipo tecnológicamente avanzados.
d) Versatilidad. Capaz de actuar en cualquiera de los entornos operativos
y de producir la sinergia necesaria mediante la acción conjunta, inte-
grada y, en su caso, combinada.
e) Eficiencia. Capaz de desarrollar sus cometidos mediante la entidad y ca-
pacidades estrictamente necesarias para lograr los efectos deseados.
f) Proyectable. Dispuesta para actuar fuera del territorio nacional, de
manera independiente o junto con socios y aliados en el marco de ope-
raciones multinacionales.
g) Resiliencia. Capaz de adaptarse a cambios bruscos en la situación
operativa, sobreponerse a situaciones desfavorables y mantener sus
capacidad de actuación en ambientes degradados.

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3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZA ARMADAS

207.  En el empleo de la Fuerza Conjunta, sus integrantes tienen normalmente la


consideración legal de fuerza armada. Además, en los casos que se determine,
pueden tener la consideración de agente de autoridad.
208.  La Fuerza Conjunta se emplea en operaciones mediante organizaciones ope-
rativas, permanentes o temporales, que se diseñan para cada operación con
capacidades ajustadas a las misiones asignadas.
209.  Estas organizaciones se constituyen con las fuerzas transferidas por la es-
tructura orgánica y los elementos propios de la estructura operativa. En fun-
ción de necesidades operativas concretas, se puede incorporar unidades de
los Ejércitos no pertenecientes a la Fuerza y elementos del Ministerio ajenos
a las FAS, así como elementos de la Guardia Civil en cumplimiento de misio-
nes de carácter militar, o de otros ministerios y organismos de la Administra-
ción del Estado.

6.2. CAPACIDADES OPERATIVAS


210.  La Fuerza Conjunta reúne todas las capacidades militares disponibles. Las
fuerzas que la componen poseen dichas capacidades en diferentes grados y
especialidades, dotándolas de diferentes capacidades operativas.
211.  Se entiende por capacidad operativa de una fuerza el grado exigible de disponi-
bilidad, equipamiento, personal, doctrina, adiestramiento, organización e inte-
roperabilidad para hacer frente a unos determinados cometidos en un entorno
operativo definido.
212.  La FC dispone de capacidad de mando y control integrado que proporciona a las
autoridades de la cadena de mando operativa procedimientos; instalaciones,
desplegables o estáticas, y sistemas de información y telecomunicaciones ro-
bustos, seguros y resilientes, que les permiten desarrollar de forma conjunta,
combinada e integrada el planeamiento, conducción y seguimiento de las ope-
raciones.
213.  Asimismo, la FC dispone de capacidad de inteligencia, vigilancia y reconoci-
miento (ISR) que le permite la obtención, elaboración, y difusión de la inteligen-
cia necesaria para prevenir y detectar riesgos, y para facilitar el conocimien-
to del entorno operativo y de potenciales adversarios, además de identificar y
contrarrestar las amenazas procedentes de servicios de inteligencia hostiles.
214.  A estas capacidades se añaden otras capacidades operativas, clasificadas
atendiendo al ámbito donde van a operar prioritariamente o a los tipos de ope-
ración principal a desarrollar.

6.2.1. Capacidades operativas terrestres


215.  Las unidades que aportan estas capacidades operativas terrestres están orga-
nizadas, equipadas y preparadas para ser proyectadas y actuar en cualquier
escenario terrestre y en todo el espectro del conflicto desde las operaciones
de combate hasta de respuesta de crisis. Se caracterizan por su disponibili-

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3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZA ARMADAS

dad, capacidad expedicionaria, capacidad de acceso, adaptación, permanencia


y dominio de cualquier tipo de terreno, combate próximo y de contacto y de
interacción con la población.
216.  Sus principales aportaciones a la acción conjunta son:
a) Mando y control hasta escalón Mando Componente, que podría consti-
tuirse en mando de una fuerza conjunta de entidad limitada.
b) Contribución a la inteligencia, vigilancia y reconocimiento terrestre.
c) Control y dominio del terreno.
d) Combate terrestre, contra fuerzas regulares o irregulares.
e) Interacción con la población local y organizaciones de la zona de ope-
raciones.
f) Apoyo y colaboración con autoridades civiles.
g) Asistencia a fuerzas de seguridad de otros países.
h) Conocimiento del entorno humano y del ámbito terrestre.
217.  Su empleo, condicionado por lo complejo de su despliegue y repliegue, y por
los elevados riesgos y costes que representa, supone una prueba del profundo
compromiso en la resolución de los conflictos. Facilita, a través de la presencia
sobre el terreno, obtener resultados decisivos y completar o dar continuidad a
la acción previa o simultánea de otros componentes de la Fuerza Conjunta.

6.2.2. Capacidades operativas marítimas


218.  Las unidades que aportan estas capacidades operativas marítimas están orga-
nizadas, equipadas y preparadas para ser proyectadas y actuar tanto en ope-
raciones de control y seguridad del mar como de proyección del poder naval
en tierra. Se caracterizan por su disponibilidad, versatilidad, sencillez de pro-
yección, movilidad estratégica, capacidad expedicionaria, y autonomía logística.
219.  Sus principales aportaciones a la acción conjunta son:
a) Mando y control hasta escalón Mando Componente, que podría consti-
tuirse en mando de una fuerza conjunta de entidad limitada.
b) Contribución a la inteligencia, vigilancia y reconocimiento marítimo.
c) Control del mar.
d) Proyección de las capacidades navales sobre tierra.
e) Seguridad marítima.
f) Apoyo y colaboración con autoridades civiles.
g) Autonomía logística.
h) Conocimiento del ámbito marítimo.
220.  Su empleo y despliegue es un procedimiento de implicación flexible y prolon-
gado en la resolución de todo tipo de conflictos, mediante el empleo de poder
en el mar o desde él, a la vez que apoya el despliegue ágil de otros elementos
de la Fuerza Conjunta, que por su entidad y volumen, con frecuencia no pueden
ser desplegados de otra forma.

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3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZA ARMADAS

6.2.3. Capacidades operativas aeroespaciales


221.  Las unidades que aportan estas capacidades operativas aeroespaciales están
organizadas, equipadas y preparadas para desplegar y ser empleadas tanto en
operaciones de defensa y vigilancia como de respuesta inmediata en cualquier
escenario. Se caracterizan por su disponibilidad, agilidad, rapidez de respues-
ta, versatilidad y adaptación, capacidad de proyección y penetración, precisión y
capacidad para minimizar daños colaterales, y por su capacidad expedicionaria.
222.  Sus principales aportaciones a la acción conjunta son:
a) Mando y control hasta escalón Mando Componente, que podría consti-
tuirse en mando de una fuerza conjunta de entidad limitada.
b) Control del espacio aéreo.
c) Operaciones contra las capacidades aéreas adversarias.
d) Ataque aéreo estratégico.
e) Ataque aéreo en apoyo a operaciones en superficie.
f) C ontribución a la inteligencia, vigilancia y reconocimiento aeroespacial.
g) Proyección y movilidad aérea.
h) Control y coordinación de la defensa antimisil.
i) Apoyo y colaboración con autoridades civiles.
j) Recuperación de personal (PR).
k) Conocimiento del ámbito aeroespacial.
223.  Su empleo y despliegue son una demostración inmediata del compromiso con
la seguridad nacional y aliada, como opción más rápida ante las diferentes op-
ciones, al tiempo que apoya al resto de elementos de la fuerza conjunta en el
transporte, la vigilancia y la seguridad.

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3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZA ARMADAS

6.2.4. Capacidades operativas de ciberdefensa(actualmente ciberespacio)


224.  Las unidades, equipos, elementos de apoyo y asesoramiento que aportan estas
capacidades operativas de ciberdefensa están organizadas, equipadas y prepa-
radas para ser empleadas tanto desde territorio nacional como desplegadas y
actuar en operaciones defensivas, de explotación y de respuesta en el ciberes-
pacio. Se caracterizan por su especialización técnica, disponibilidad e indepen-
dencia de ámbitos físicos para llevar a cabo sus acciones.
225.  Sus principales aportaciones a la acción conjunta son:
a) Mando y control hasta nivel Mando Componente.
b) Seguridad y defensa de las redes y sistemas de información y teleco-
municaciones.
c) Contribución a la inteligencia, vigilancia y reconocimiento en el cibe-
respacio.
d) Control del ciberespacio de interés militar.
e) Operaciones de respuesta en el ciberespacio.
f) Apoyo y colaboración con autoridades civiles.
g) Conocimiento técnico del entorno del ciberespacio.
226.  Su empleo no siempre precisa de despliegue lo que facilita que desde los mo-
mentos iniciales pueda participar en la operación de forma flexible y variable.
Además de poder llevar a cabo operaciones de forma independiente en el cibe-
respacio, apoyan y facilitan las operaciones del resto de las fuerzas gracias a
su carácter transversal.

6.2.5. Capacidades de información


227.  Las unidades, equipos, elementos de apoyo y asesoramiento que aportan estas
capacidades de información se organizan, equipan y preparan para ser em-
pleadas en las situaciones que se necesite promover percepciones y volunta-
des favorables y protegerse de la influencia del adversario.
228.  Sus principales aportaciones a las capacidades conjuntas son:
a) Coordinación de las actividades de los asuntos públicos militares.
b) Operaciones psicológicas.
c) Participación de actividades de targeting.
d) Actividades de seguridad de la información.
e) Actividades de interacción personal.
f) Contribución de operaciones de decepción.
g) Conocimiento del ámbito cognitivo.
229.  El carácter permanente de los asuntos públicos militares y la posibilidad de
que su empleo no siempre precise de despliegue facilita que desde los mo-
mentos iniciales pueda participar en la operación. A través de su actuación se
transmite una información veraz, precisa y oportuna de las acciones e intencio-
nes propias.

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3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZA ARMADAS

6.2.6. Capacidades de operaciones especiales


230.  Las unidades que aportan estas capacidades operativas de operaciones es-
peciales están organizadas, equipadas y preparadas para alcanzar objetivos
decisivos o de gran valor, en áreas hostiles o sensibles, mediante la utiliza-
ción de TTP y modos de empleo específicos, pueden ser empleadas en todo
el espectro del conflicto, bien de forma independiente o en coordinación con
otras fuerzas. Se caracterizan por su alta disponibilidad y capacidad de pro-
yección, mínima huella logística, posibilidad de actuación en modo abierto,
encubierto o secreto, y por la precisión en sus acciones, reduciendo los posi-
bles daños colaterales.
231.  Sus principales aportaciones a la acción conjunta son:
a) Mando y control hasta escalón Mando Componente.
b) Reconocimiento y vigilancia especial.
c) Acción directa.
d) Asistencia militar.
e) Capacidades especiales en contraterrorismo y contrainsurgencia.
f) Rescate de rehenes (Hostage Rescue Operations, HRO).
g) Enlace con diferentes actores considerados de especial relevancia.
232.  Su empleo permite la acción sobre blancos que sean difíciles de alcanzar me-
diante acciones convencionales, o que requiera actuar en ambiente especialmen-
te hostil, políticamente sensible o con posibilidades de alto impacto mediático.

6.2.7. Capacidades de respuesta a emergencias


233.  Las unidades que aportan estas capacidades operativas de respuesta a emer-
gencias están organizadas, equipadas y preparadas para ser empleadas, como
primer elemento de las FAS, ante situaciones de emergencia de interés nacio-
nal. Se caracterizan por su alta disponibilidad y por la capacidad de integración
de otras unidades militares, así como con actores civiles que actúan en estas
situaciones. Esta capacidad puede ser reforzada por cuantas unidades de la FC
sean necesarias.
234.  Sus principales aportaciones a la acción conjunta son:
a) Mando y control en emergencias hasta la Dirección Operativa de una
emergencia de interés nacional.
b) Intervención en las siguientes situaciones de emergencia, según sus
causas y responsabilidades en la dirección:
i) Las que tengan su origen en riesgos naturales.
ii) Los incendios forestales.
iii) Las derivadas de riesgos tecnológicos.
iv) Las que sean consecuencia de atentados terroristas o ac-
tos ilícitos y violentos.
v) La contaminación del medio ambiente.
c) Apoyo a población civil damnificada.

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3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZA ARMADAS

235.  Estas capacidades permiten contribuir a la Acción Interior del Estado, res-
pondiendo a las situaciones de emergencia en territorio nacional, así como
contribuir a la Acción Exterior del Estado en el ámbito multinacional o bi-
lateral, proyectando capacidades de respuesta a zonas afectadas por una
catástrofe.

6.2.8. Capacidades de policía militar


236.  Las unidades que aportan estas capacidades operativas de policía militar están
organizadas, equipadas y preparadas para cumplir las misiones que requieran
preparación de carácter policial. En el desempeño de sus funciones tienen ca-
rácter de agente de la autoridad.
237.  Sus principales aportaciones a la Fuerza Conjunta son: agente de la autoridad
como policía militar o asesor policial; apoyo al control y seguridad de movi-
mientos y transportes; reconocimiento, vigilancia y seguridad; y detención y
custodia.
238.  Su disponibilidad potencia el empleo de la Fuerza en el campo de la seguridad,
especialmente en situaciones de profundo contacto con la población civil, y fa-
cilita la relación con agentes policiales y autoridades judiciales.

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3. MODELO ESPAÑOL DE FUERZA ARMADAS

239.  En las circunstancias establecidas, otros componentes de la FC se pueden incor-


porar a esta capacidad desempeñando cometidos como agentes de la autoridad.
240.  Atendiendo a su naturaleza militar y su preparación policial, la Guardia Civil
puede ser empleada al objeto de añadir y dar mayor potencia y especialización
a las organizaciones operativas que se creen. Sus aportaciones a las capacida-
des citadas anteriormente son: asistencia en técnicas policiales, policía judi-
cial, y control de fronteras/aduanas y guardia costera.

“Siendo el combate el único móvil de las tropas, la


organización debe adaptarse a él; ninguna de sus bases
ha de ser opuesta a un principio táctico, sino que ha de
cumplir con las exigencias militares de la lucha en toda
su actividad y en cualquier momento…”
Francisco de Villamartín, comandante.
“Nociones de Arte Militar”, 1863

BLOQUE SEGURIDAD NACIONAL. TEMA 2 02/19 Página 30 de 93


FUNDAMENTOS DE LAS
OPERACIONES

1. OPERACIONES 71

2.  PRINCIPIOS DE EMPLEO DEL INSTRUMENTO MILITAR 71


2.1. PRINCIPIOS ÉTICOS 72
2.2. PRINCIPIOS LEGALES 73
2.3. PRINCIPIOS DOCTRINALES 74
3.  EL ESPACIO DE LAS OPERACIONES 78
3.1. LOS ÁMBITOS DE OPERACIÓN 78
3.2. LOS ENFRENTAMIENTOS Y LOS EFECTOS 81
3.3. DELIMITACIÓN DEL ESPACIO DE LAS
OPERACIONES 82
3.4. ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO DE LAS
OPERACIONES 83

4.  EL ENTORNO OPERATIVO 85

5. LOS ADVERSARIOS 86
5.1. TIPOLOGÍA DE ADVERSARIOS 87
5.2. FORMAS DE ACTUACIÓN DEL ADVERSARIO 88

6.  EL ESPECTRO DE LOS CONFLICTOS 89


6.1. LA ZONA GRIS 91
6.2. TIPOS DE CAMPAÑA U OPERACIÓN PRINCIPAL 91

7.  EMPLEO DE LA FUERZA EN OPERACIONES 93


7.1. CAPACIDAD DE COMBATE 93
7.2. FORMAS DE ACTUACIÓN 94
7.3. REGLAS DE ENFRENTAMIENTO 96
7.4. EL PLANEAMIENTO Y LA EJECUCIÓN DE
OPERACIONES MILITARES 97
7.5. NIVELES PARA EL PLANEAMIENTO Y
EJECUCIÓN DE LAS OPERACIONES 99
L
a contribución militar a la acción del Estado se materializa en el
empleo del instrumento militar por parte del Gobierno, tanto en el
ámbito general de la seguridad como en el más específico de la
defensa, y se concreta principalmente a través de las operaciones. La
actuación de las FAS se ajusta a principios éticos, legales y
doctrinales, de entre los que destacan los valores, la legitimidad y
los principios fundamentales.
En el espacio de las operaciones actúan todos los instrumentos de
poder, tienen lugar los enfrentamientos, se ejecutan las acciones y
se producen los efectos que pueden ser físicos, virtuales o
psicológicos. Está formado por ámbitos de operación físicos
(terrestre, marítimo y aeroespacial), no físicos (ciberespacial y
cognitivo) y mixtos, fruto de la intensa interrelación de los anteriores.
El entorno operativo se ve afectado por diversos factores no solo
militares sino también políticos, económicos, sociales, de
infraestructura, de información, físicos y temporales. Para operar en
un entorno es necesario estudiarlo y comprenderlo pues acciones
iguales tienen efectos distintos en entornos diferentes.
No en todas las operaciones existirá un adversario o estará
suficientemente identificado. Pueden ser desde Estados sujetos en
mayor o menor medida al derecho internacional, hasta actores no
estatales como organizaciones terroristas, guerrillas, milicias
o crimen organizado. Su forma de operar puede ser simétrica,
asimétrica o una combinación de ambas.
El espectro de los conflictos relaciona el grado de violencia o
intensidad del entorno (alta, media o baja intensidad) con el
tipo de capacidades y actividades que realiza la fuerza en las
operaciones, que van desde las actuaciones en tiempo de paz
hasta el conflicto generalizado.
El empleo de la fuerza en las operaciones requiere una adecuada
capacidad de combate y se puede utilizar de forma combinada,
conjunta o integrada con otros instrumentos de poder del Estado
de acuerdo a unas reglas de enfrentamiento. El planeamiento
y ejecución de dichas operaciones se desarrolla en los niveles
estratégico, operacional y táctico, que no pueden considerarse
estancos entre sí ya que para cada autoridad la clave no es el nivel
en el que se está, sino las funciones que desempeña.
4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

1.
OPERACIONES

241.  La contribución militar a la acción del Estado se materializa en el empleo del


instrumento militar por parte del Gobierno, ya sea en el ámbito general de la
seguridad, o en el más específico de la defensa, concretándose principalmente
a través de las operaciones.
242.  Se entiende por operación el proceso mediante el cual una autoridad, ante si-
tuaciones que alteran las condiciones de seguridad, emplea instrumentos de
poder nacional y en su caso, aliados, de forma deliberada y ordenada para al-
canzar una determinada situación final deseada.
243.  Toda operación se orienta a lograr los objetivos estratégicos definidos por ser
decisivos para lograr las condiciones de seguridad política, militar, económica
o social que configuran la situación final deseada a alcanzar.
244.  Cuando el instrumento de poder militar, con la posible participación de otros ins-
trumentos, se emplea en el ámbito de la defensa, se hace mediante el desarrollo
de operaciones militares. Se entiende por operación militar el conjunto de acciones
coordinadas en tiempo, espacio y propósito por una autoridad militar para alcanzar
objetivos militares de acuerdo con lo establecido en una directiva, plan u orden.
245.  Cuando para alcanzar los objetivos estratégicos militares sea necesario desarrollar
una serie de operaciones militares relacionadas entre sí, se denominará campaña.
246.  Sin embargo, las capacidades militares no son únicamente empleadas en el
ámbito de la defensa sino también en otros ámbitos de la seguridad como la
acción exterior y la colaboración institucional.
247.  En este sentido, se denomina contribución militar a la acción de otros instru-
mentos del Estado, al empleo del instrumento de poder militar bajo la dirección
de la autoridad que corresponda para la consecución de objetivos no militares.
Para las fuerzas participantes su actuación tiene la consideración de operación
militar y se denominan operaciones de contribución militar.

2.
PRINCIPIOS DE EMPLEO DEL
INSTRUMENTO MILITAR

248.  Tomada la decisión política de emplear el instrumento militar en operaciones,


es necesario tener presente que su actuación se ajusta a ciertos principios éti-
cos, legales y doctrinales.
“Aquí la más principal
hazaña es obedecer,
y el modo cómo ha de ser
es ni pedir ni rehusar.
Aquí, en fin, la cortesía,
el buen trato, la verdad,

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

la fineza, la lealtad,
el honor, la bizarría;
el crédito, la opinión,
la constancia, la paciencia,
la humildad y la obediencia,
fama, honor y vida son,
caudal de pobres soldados;
que en buena o mala fortuna,
la milicia no es más que una
religión de hombres honrados.”
Pedro Calderón de la Barca, soldado y escritor.
“Comedia famosa. Para vencer a amor,
querer vencerle”. 1650

2.1. PRINCIPIOS ÉTICOS


249.  La deontología militar es el conjunto de principios y reglas éticas que regu-
lan y guían la actividad de los miembros de las Fuerzas Armadas. Se apoya
en sólidos fundamentos morales que proceden de la historia, la cultura y las
tradiciones. Estos principios potencian las cualidades del militar para que re-
dunden en una mayor cohesión del grupo y en una conducta íntegra de todos
sus miembros.
250.  Los valores de las Fuerzas Armadas españolas son reflejo de los propios de la
sociedad española, consagrados en la Constitución. Sobre esta base y su secu-
lar patriotismo, la institución militar transmite a sus miembros los valores que
la conforman y que le son consustanciales: el honor, la disciplina, la lealtad, la
abnegación, el espíritu de sacrificio, el compañerismo, el amor al servicio, el
valor, la laboriosidad y el afán de superación.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

251.  Este código de conducta está recogido, esencialmente, en nuestras Reales


Ordenanzas que constituyen el referente fundamental para el ejercicio del
mando, la toma de decisiones, la aplicación de la doctrina y el cumplimiento
del deber.
252.  Estos principios no siempre son los mismos para todas las partes enfrentadas
en un conflicto, por lo que sus conductas y reacciones ante estímulos similares
pueden ser diferentes. Por ello es relevante conocerlos y evaluar su impacto en
las operaciones.
253.  Los principios éticos más generalizados en nuestro entorno cultural son el ori-
gen del actual derecho internacional humanitario.

2.2. PRINCIPIOS LEGALES


254.  Una de las formas del ejercicio legítimo de la violencia por el Estado consiste
en el empleo de la fuerza militar y, por ello, está sometido al imperio de la ley.
Esta legitimidad afecta tanto a la forma en la que se emplea la fuerza como a
la finalidad de su uso.
255.  La legitimidad en el uso de la fuerza consiste en actuar conforme a las leyes,
los mandatos, los compromisos suscritos por España y al código moral de las
Fuerzas Armadas españolas.
256.  El derecho internacional humanitario (DIH) o derecho de los conflictos arma-
dos (DICA), formado por los tratados y convenios internacionales ratificados
por España, las leyes y usos de la guerra destinados a minimizar los efectos
que se derivan de los conflictos armados, junto a la Constitución Española y el
resto de nuestro ordenamiento jurídico, conforman el marco legal vinculante
de las operaciones, tanto para quien dirige las acciones como para quien las
ejecuta.
257.  En este marco legal destaca la Carta de las Naciones Unidas que promueve la
resolución pacífica de los conflictos y, cuando esto no es posible, regula el uso
de la fuerza por parte de los contendientes.
258.  El derecho internacional humanitario, que comprende principios como la ne-
cesidad militar, la proporcionalidad, la distinción o la humanidad, limita la
utilización por las partes en conflicto de los métodos y medios de hacer la
guerra. Además protege a las personas y a los bienes afectados o que pue-
den verse afectados por dicho conflicto y es aplicable en todo tiempo, lugar y
circunstancia.
259.  Pese a la aceptación internacional formal generalizada de estos principios, su
interpretación no es homogénea y su grado de aplicación es dispar. Además,
existen potenciales adversarios que no los reconocen o son manifiestamente
contrarios a ellos, considerándolos una vulnerabilidad susceptible de ser ex-
plotada.
260.  Sin embargo, tan importante es que se opere legítimamente, como que sea
percibido así por la opinión pública propia, la de las naciones que participan en

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

las operaciones, la comunidad internacional, y la población local de la zona en


donde se desarrolla la operación.

2.3. PRINCIPIOS DOCTRINALES


2.3.1. Principios del arte militar
261.  Conviene no perder de vista en las operaciones las lecciones aprendidas de
la historia militar que, en forma de conceptos básicos y generales, sirven de
respaldo a las doctrinas para su ponderación y adaptación a cada entorno
operativo.
262.  Los principios fundamentales del arte militar, de aplicación en todo tipo de
operaciones son: la voluntad de vencer, la libertad de acción y la capacidad
de ejecución.
263.  La voluntad de vencer debe entenderse como el firme propósito del mando
y de las tropas de imponerse al adversario y cumplir la misión en cualquier
situación por desfavorable que esta sea. Implica fe en el triunfo, tenacidad
para alcanzarlo y actividad insuperable en la ejecución. Se basa en los va-
lores morales que constituyen el primordial exponente de la valía de una
fuerza militar.

“Un capitán de galera aragonesa atacará a dos enemigas,


dos a tres y tres a cinco”
Ordenanzas del Almirante Cabrera, siglo XV

264.  La libertad de acción es la posibilidad de decidir, preparar y ejecutar los planes


a pesar de la voluntad del adversario. El mando procurará conservarla a todo
trance y, si la pierde, tratará de recuperarla lo antes posible. Requiere capaci-
dad de conocer al adversario, el entorno y los medios propios. El arte militar
consiste fundamentalmente en la lucha por alcanzarla.
265.  La capacidad de ejecución es la facultad de saber determinar y adecuar con
eficiencia los medios y su forma de empleo a las misiones asignadas, estable-
ciendo los planes necesarios para el desarrollo de las operaciones, ejecután-
dolos de la forma prevista y modificándolos en función de los cambios que la
situación aconseje.

2.3.2. Doctrina militar


266.  La doctrina militar, o doctrina para las operaciones, establece los principios
directores que rigen la actuación operativa de las Fuerzas Armadas españolas,
proporcionando además un marco de referencia común para la actuación espe-
cífica de los ejércitos, una guía para la conducción de las operaciones militares
y un marco de pensamiento para dar soluciones a los problemas operativos. Es
de obligado cumplimiento aunque requiere juicio en su aplicación.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

267.  Se entiende por problema operativo la situación a la que se enfrenta un co-


mandante cuando debe cumplir una misión dada, con unos medios y en unas
condiciones determinadas.
268.  La doctrina constituye la base del planeamiento militar operativo y guía el em-
pleo de los demás componentes de la capacidad militar de una fuerza para el
cumplimiento de la misión asignada. Además, facilita la unidad de esfuerzo
proporcionando información sobre el modo de empleo de las fuerzas militares a
las autoridades, instituciones, organizaciones y actores con los que estas deban
interactuar. La doctrina facilita la toma de decisiones en operaciones en ausencia
de órdenes concretas.
269.  Como componente fundamental de la capacidad de combate de toda fuerza mi-
litar, la doctrina debe compaginar el rigor de los principios con la flexibilidad en
su empleo.
270.  El cuerpo doctrinal ha de ser completo, estar actualizado y ajustarse a los me-
dios, a los objetivos, a la normativa relativa al empleo de la fuerza, y a los in-
tereses nacionales. El cuerpo doctrinal español está compuesto por la doctrina
militar nacional y por la doctrina combinada ratificada por España.
271.  La doctrina militar nacional está desarrollada por las Fuerzas Armadas españo-
las y armonizada con la de la Alianza Atlántica. Es de aplicación, normalmente,
cuando estas operen dentro o fuera del territorio nacional, bajo mando y con me-
dios nacionales y, en su caso, a las fuerzas de otras naciones que participen me-
diante acuerdos bilaterales. También se aplicará en las operaciones de la Alianza
en aquellos aspectos que no hayan sido ratificados por España o en ausencia de
doctrina aliada.
272.  Actualmente, nuestra doctrina combinada comprende fundamentalmente la de-
sarrollada por la OTAN, normalmente con participación española. Es de aplica-
ción a las Fuerzas Armadas españolas cuando participen en operaciones de la
Alianza. En las operaciones nacionales, y en ausencia de doctrina nacional, será
de aplicación aquella doctrina OTAN que haya sido ratificada e implementada por
España. Para garantizar la interoperabilidad, la doctrina OTAN es de empleo ha-
bitual en las Fuerzas Armadas.
273.  Cuando exista doctrina combinada procedente de la Unión Europea, de otras or-
ganizaciones internacionales de seguridad y defensa (OISD) o de coaliciones de
las que España forme parte, se aplicará el mismo criterio establecido para la
doctrina OTAN.

2.3.3. Principios operativos


274.  La actuación de las fuerzas militares en las operaciones está guiada tanto por
los principios fundamentales del arte militar como por los principios operativos
que se derivan de ellos.
275.  Todos estos principios guían la elaboración de doctrina y el planeamiento y
conducción de las operaciones a todos los niveles. Conocerlos no es suficiente

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

para lograr el éxito, pero ignorarlos es, a menudo, suficiente para el fracaso.
Son de aplicación permanente a lo largo de toda operación.
276.  Se consideran principios operativos: la definición de los objetivos, la unidad de
esfuerzo, la concentración de fuerza, la sencillez, la flexibilidad, la iniciativa, la
sorpresa, la seguridad, la economía de medios y la continuidad.

2.3.3.1. Definición de objetivos


277.  La definición de objetivos consiste en que toda operación militar debe estar di-
rigida a conseguir uno o varios objetivos, que deben ser entendidos como re-
quisito para la consecución de una situación final deseada, y que han de estar
claramente definidos y ser alcanzables y trascendentes.
278.  El objetivo estará claramente definido cuando resulte inequívoco. Puede ser
tangible, como una zona de terreno o una fuerza enemiga determinada, o intan-
gible, como el apoyo de la población.
279.  Los objetivos serán alcanzables cuando el mando designado reciba los recur-
sos y la autoridad necesaria, y mantenga la libertad de acción necesaria para
su consecución.
280.  Un objetivo es trascendente cuando su consecución tiene una repercusión fun-
damental en el logro del objetivo del mando superior, que es la referencia prin-
cipal de la operación.

2.3.3.2. Unidad de esfuerzo


281.  La unidad de esfuerzo es la concurrencia a un mismo fin de cuantos elementos
y escalones de mando intervienen en una operación.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

282.  Se materializa mediante el trabajo en equipo, la unidad de mando y la sincroni-


zación en tiempo y lugar tanto de las acciones militares como de las llevadas a
cabo por el resto de actores que participan en la operación. Se logra mediante
la acción conjunta e integrada.

2.3.3.3. Concentración de fuerza


283.  La concentración de fuerza consiste en aplicar la potencia de combate de forma
sincronizada sobre un mismo objetivo para lograr efectos decisivos.
284.  Requiere unidad de esfuerzo y una acertada economía de medios.

2.3.3.4. Sencillez
285.  La sencillez consiste en concebir el mínimo número de órdenes, procedimien-
tos y planes claros que faciliten la ejecución.
286.  Respetar la facultad de los escalones de mando subordinados para desarrollar
y conducir planes a su nivel, facilita este principio y evita problemas de inter-
pretación. Cuanto más compleja y dinámica sea la operación más importancia
alcanza la aplicación del principio de sencillez.

2.3.3.5. Flexibilidad
287.  La flexibilidad es la capacidad de comandantes, organizaciones, planes y proce-
sos para adaptarse rápidamente a las variaciones de la situación y alcanzar el
objetivo de forma diferente a la inicialmente prevista.
288.  Requiere visión de conjunto, iniciativa y planes sencillos con soluciones alter-
nativas. Contribuye a mantener y a recuperar la libertad de acción.

2.3.3.6. Iniciativa
289.  La iniciativa es la facultad de gobernar el orden de los acontecimientos en los térmi-
nos que interesen a la acción propia. Permite a las organizaciones operativas estar
dispuestas para actuar de forma proactiva y mantener de una manera constante la
presión sobre el adversario, adelantándose a sus acciones y decisiones.
290.  La iniciativa fortalece la confianza y la determinación en la acción propia, evita
ceder la iniciativa al adversario y fomenta la ambición para la consecución del
éxito en el cumplimiento de la misión.

2.3.3.7. Sorpresa
291.  La sorpresa consiste en obligar al adversario a actuar en el lugar, en las con-
diciones o en el momento para él inesperados, o en emplear medios o proce-
dimientos por él desconocidos, para situarlo en condiciones de inferioridad y
conseguir con ello efectos mayores con el mismo esfuerzo o que serían difícil-

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

mente alcanzables por otros medios. Cada operación que se emprenda debe
buscar sorprender al adversario y evitar que este nos sorprenda.
292.  Se basa en la confidencialidad y en la decepción, y debe ejecutarse con rapidez.
Mantener la discreción resulta crucial para la sorpresa, pese a las enormes
dificultades que las nuevas tecnologías representan para ello.

2.3.3.8. Seguridad
293.  La seguridad consiste en precaverse contra la acción directa o potencial de los
adversarios, paliando sus efectos o evitando la sorpresa.
294.  El grado de seguridad aumenta con la información propia y la negación de in-
formación al adversario, con medidas activas y pasivas de protección, la inicia-
tiva y la audacia ya que no implica una excesiva precaución. Es esencial para
mantener la libertad de acción y la capacidad de combate.

2.3.3.9. Economía de medios


295.  La economía de medios es la distribución ponderada de los medios y de los re-
cursos entre las diferentes acciones y actividades de una operación en función
de la prioridad asignada. Debe quedar materializada en los correspondientes
planes, mediante la atribución óptima de medios y misiones.
296.  Supone aceptar riesgos y requiere disponer de información actualizada, clara,
precisa y en el nivel adecuado para optimizar la gestión.

2.3.3.10. Continuidad
297.  La continuidad es la capacidad moral, de mando y control, y de sostenimiento,
para actuar y apoyar la acción sin interrupción y de manera completa hasta el
cumplimiento de la misión, resistiendo y recuperándose ante cualquier situa-
ción por desfavorable que esta sea o por degradado que esté el entorno.
298.  Se basa en el acertado ejercicio del liderazgo, en la determinación para impo-
ner la propia voluntad, y en la capacidad de apoyo y de resiliencia. Requiere una
correcta estimación del factor tiempo y de los recursos disponibles.

3.
EL ESPACIO DE
LAS OPERACIONES

3.1. LOS ÁMBITOS DE OPERACIÓN


299.  Los ámbitos de operación son los espacios físicos y no físicos, con caracterís-
ticas propias diferenciadas, que condicionan las aptitudes y procedimientos de
los medios, fuerzas y capacidades que deben operar en ellos.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

Figura 1. Los ámbitos de operación

300.  Estos ámbitos son el terrestre, el marítimo, el aeroespacial, el cognitivo y el


ciberespacial.
301.  Los ámbitos de operación no deben ser considerados de forma aislada, sino
como un conjunto en el que las acciones que tienen lugar en uno de ellos tienen
efectos derivados sobre el resto.
302.  Existen zonas de contacto o de intensa interacción entre ámbitos, físicos y no fí-
sicos, que dan lugar a ámbitos mixtos, como el litoral, el aeroterrestre, el aero-
naval, o los que generan el ámbito ciberespacial y el cognitivo, como las redes
sociales, transversales al resto de ámbitos.
303.  Los ámbitos mixtos son de especial interés para las operaciones por ser de
frecuente y necesario empleo, por implicar una dificultad añadida para la coor-
dinación de las acciones y por requerir procedimientos no solo específicos sino
además conjuntos.
304.  No se debe identificar la natural forma de acción de un tipo de fuerza en un ám-
bito de operación determinado con un falso sentido de propiedad o exclusividad
sobre él, ya que raramente se opera en solitario en un único ámbito.

3.1.1. Ámbito terrestre


305.  El ámbito terrestre está formado por la superficie sólida del planeta. En él se
asienta el ser humano y, por tanto, se localizan sus poblaciones y los centros de
poder tecnológicos, culturales y de producción, así como gran parte de los re-
cursos naturales accesibles. Exige a las Fuerzas Armadas capacidad para ope-
rar en un amplio espectro de situaciones geográficas que van desde espacios
con condiciones extremas para la vida y el movimiento, hasta zonas densamen-

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

te urbanizadas con una elevada presencia de no combatientes. Proporciona


acceso a los centros de poder y a las infraestructuras, y con ello posibilidad de
despliegues permanentes y contacto con la población. En este ámbito operan
principalmente los combatientes y medios terrestres y tienen sus bases todos
los demás.

3.1.2. Ámbito marítimo


306.  El ámbito marítimo es un ámbito físico que representa dos tercios de la super-
ficie del planeta e incluye los mares y océanos, sus profundidades, la tierra su-
mergida y las aguas interiores navegables. Respecto a los mares y los océanos
su principal características es la inexistencia de fronteras físicas, constituyen-
do las aguas internacionales un espacio global común (global common) donde
ninguna nación posee derechos soberanos y en los cuales se desarrolla el co-
mercio mundial y actividades de toda índole. Como elemento importante hay
que destacar la escasa regulación existente, lo que supone un potencial origen
de conflictos. El ámbito marítimo proporciona a las Fuerzas Armadas acceso al
litoral, movilidad, proyección, permanencia y autonomía logística.

3.1.3. Ámbito aeroespacial


307.  El ámbito aeroespacial es un ámbito físico que envuelve a los ámbitos terrestre
y marítimo, y que ofrece la posibilidad de utilizar la tercera dimensión sobre la
superficie, con un amplio espectro de alcances y altitudes. Sus características
limitan, en el ámbito aéreo, la permanencia para operar en él y requiere disponer

BLOQUE SEGURIDAD NACIONAL. TEMA 2 02/19 Página 42 de 93


4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

de bases en superficie. Este ámbito proporciona a las Fuerzas Armadas las ca-
pacidades de penetración, aplicando potencia de fuego a grandes distancias con
precisión, de proyección rápida y de obtención de información con rapidez y pers-
pectiva. En él operan principalmente los medios aeroespaciales y los balísticos.

3.1.4. Ámbito cognitivo


308.  El ámbito cognitivo es un ámbito intangible inherente al ser humano, conside-
rado de forma individual, socializada u organizada, y es consustancial a su ca-
pacidad de juicio y de toma de decisiones. Este ámbito alcanza a las voluntades
de todas las personas afectadas por el conflicto y a los sistemas de inteligencia
artificial, por lo que impregna al resto de ámbitos. Su principal limitación es
que para operar en él se manejan aspectos intangibles y de difícil evaluación,
como los valores, las percepciones, la conciencia, las actitudes y los prejuicios.
Se entiende por percepción la interpretación subjetiva, elaboración personal o
representación mental, fruto de la interiorización de la información y los estí-
mulos recibidos del entorno. Este ámbito permite a las Fuerzas Armadas al-
canzar objetivos que quedan fuera del alcance de otros, mediante el empleo de
técnicas de comunicación, la ciencia psicológica y otras ciencias sociales.

3.1.5. Ámbito ciberespacial


309.  El ámbito ciberespacial es el ámbito artificial compuesto por infraestructuras,
redes, sistemas de información y telecomunicaciones y otros sistemas electró-
nicos, por su interacción a través de las líneas de comunicación sobre las que
se propaga y el espectro electromagnético (EEM), así como por la información
que es almacenada o transmitida a través de ellos. Es transversal a los demás
ámbitos y no está sujeto a un determinado espacio geográfico. Le caracteri-
zan su extensión, el anonimato, la inmediatez y su fácil acceso. Finalmente, su
carácter artificial y su rápida evolución generan continuas vulnerabilidades y
oportunidades.

3.2. LOS ENFRENTAMIENTOS Y LOS EFECTOS


310.  Los enfrentamientos se producen cuando, por la existencia de voluntades con-
trapuestas, se llevan a cabo acciones y respuestas que pretenden conseguir
efectos en beneficio de intereses antagónicos. En el curso de las operaciones,
dichos enfrentamientos tienen lugar en los ámbitos de operación.
311.  Se entiende por efecto el cambio en el estado físico, de funcionamiento o de
comportamiento de un sistema o elemento de un sistema como resultado de
una acción, conjunto de acciones u otras causas; un efecto puede a su vez pro-
ducir otros efectos.
312.  Para facilitar un correcto análisis y comprensión, los efectos se clasifican de
diversas formas: deseados o no deseados, inmediatos o diferidos, acumulati-

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

vos, en cascada o colaterales. Por su naturaleza los efectos, pueden ser físicos,
virtuales y psicológicos:
a) Efectos físicos, cuando se lleva a cabo la destrucción, daño o deterioro
físico de las capacidades funcionales de un sistema o sistemas deter-
minados.
b) Efectos virtuales, cuando se afecta de forma no física a la capacidad
de funcionamiento de un sistema o sistemas determinados.
c) Efectos psicológicos, cuando se producen cambios en las percepcio-
nes que influyen en la toma de decisiones y en los comportamientos.
313.  Como producto de los enfrentamientos, la victoria es alcanzada por quien logra
unos efectos decisivos sobre su adversario; por ello, el combate no deja de ser
una lucha entre contendientes por dilucidar qué efectos prevalecen. En este
sentido cabe hablar de enfrentamiento físico, virtual o psicológico.

3.3. DELIMITACIÓN DEL ESPACIO DE LAS OPERACIONES


314.  Los conflictos actuales tienden a ser transfronterizos, al romper los tradicio-
nales límites geográficos, políticos y legales; multiámbito, al afectar a todos
los posibles ámbitos de operación; y multifunción, al involucrar a todos los ins-
trumentos de poder. Sin embargo, sigue siendo necesario delimitar el espacio
donde se van a ejecutar las operaciones.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

315.  El espacio de las operaciones es la porción de los ámbitos de operación, físicos


y no físicos, en los que operan los instrumentos de poder, en particular el ins-
trumento militar, se ejecutan las acciones, tienen lugar los enfrentamientos, y
se producen los efectos.
316.  Está conformado por espacios, volúmenes y dimensiones físicas tangibles que
no siempre tienen continuidad, y otros intangibles que los conectan y a los que
se superponen.
317.  La aplicación de una capacidad determinada en cualquiera de los ámbitos de
operación puede tener efectos físicos, virtuales o psicológicos incluso en zonas
remotas a aquellas donde haya tenido lugar la acción, como ocurre con las
efectuadas en el ciberespacio o en el ámbito cognitivo.

Figura 2. Espacio de las operaciones

318.  Este hecho es lo que mejor refleja la dificultad para delimitar el espacio de
las operaciones, ya que, como se ha visto, sus dimensiones no son solamente
físicas, sino que se extienden más allá de los límites geográficos tradicionales.

3.4. ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO DE LAS OPERACIONES


319.  La delimitación general del espacio de las operaciones corresponde al Go-
bierno y su concreción más detallada a la cadena de mando operativa según
progresa el planeamiento de las operaciones. Esta delimitación no solo con-
siste en determinar las tradicionales referencias geográficas o físicas, sino
también otros parámetros adaptados a los ámbitos de operación ciberespa-
cial y cognitivo.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

320.  Se denomina teatro, o teatro de la guerra en su denominación tradicional, a los


espacios físicos y no físicos que se ven afectados en un conflicto armado. Puede
contener más de un teatro de operaciones y siempre, el territorio nacional.
321.  Territorio nacional (TN) está formado por los espacios físicos y no físicos de
soberanía de la nación.
322.  Teatro de operaciones (TO), es el conjunto formado por los espacios, físicos y no
físicos, que son necesarios para desarrollar y sostener las operaciones. Incluye
una o varias zonas de operaciones (ZO) y las líneas de comunicaciones (LOC).
También incluye a los cuarteles generales, y los elementos y nodos de mando y
control relacionados con la operación que estén localizados fuera de zonas de
operaciones. Puede incluir todo o parte del territorio nacional (TN) y, en su caso,
otros espacios de interés que se determinen.
323.  Líneas de comunicaciones (LOC): están formadas por los nodos y las rutas que
conectan los puntos de embarque/desembarque (POE/POD), en TN o en otros
países que se especifiquen, con el destino final (FD) de las fuerzas, para su des-
pliegue, sostenimiento y repliegue. Se entiende por nodos a los POE/POD, las
áreas y naciones de tránsito, y las bases avanzadas, entre otros.
324.  Zona de operaciones (ZO): es el área o conjunto de áreas del TO con efectos
operativos y, además, administrativos, económicos y disciplinarios, donde des-
pliegan personal y fuerzas militares españolas para el desarrollo de su misión
en el contexto de una operación. En operaciones combinadas la ZO se definirá
sobre la base del área o áreas de operaciones conjuntas (JOA) determinadas en
la documentación operativa multinacional y en las directrices del JEMAD.
325.  Área de operaciones conjuntas (Joint Operations Area, JOA): (según denomina-
ción OTAN; otras OISD pueden tener otras denominaciones) es el área definida
por el nivel estratégico militar en la que el comandante operacional planea,
conduce y ejecuta las operaciones conjuntas durante un determinado espacio
de tiempo y con una determinada finalidad.
326.  Área de operaciones (Area of Operations, AOO): los volúmenes geográficos defini-
dos por el comandante operacional dentro de su JOA en el que los comandan-
tes subordinados planean y conducen sus operaciones con la máxima libertad
de acción posible.
327.  El Área de operaciones de ciberdefensa (AOCD): es la parte del ciberespacio en el
Actualmente que de manera permanente o puntual, se ejecutan operaciones militares. Está
ciberespacio formado de manera permanente, por todas las redes y sistemas de información
y telecomunicaciones empleadas por el Ministerio de Defensa y las de poten-
ciales adversarios, y de manera eventual, por las de adversarios o terceros que
estuvieran afectando, o pudieran afectar, a las operaciones, así como por las
de aquellos otros cuya protección le sea encomendada a las Fuerzas Armadas.
328.  En el ámbito cognitivo el espacio de las operaciones se delimita mediante au-
diencias. Una audiencia es un grupo humano definido, sobre el cual se tiene
autorización para realizar una actividad de información concreta en unas con-
diciones determinadas, en beneficio de las operaciones propias. Las audiencias
pueden ser propia, favorable, neutral, competidora o adversaria.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

4.
EL ENTORNO OPERATIVO

329.  Todas las acciones y operaciones que llevan a cabo los instrumentos de
poder, fundamentalmente el militar, tienen lugar en unos determinados en-
tornos operativos. Cada operación se lleva a cabo en un entorno operativo
concreto y distinto, por lo que conocerlo y entenderlo es esencial para poder
operar en ellos.
330.  Se entiende por entorno operativo al conjunto de condiciones, circunstancias e
influencias que afectan al empleo de las capacidades y a la toma de decisiones,
en relación con la operación. El entorno evoluciona con la intensidad y la rapi-
dez con que lo hacen dichas condiciones, circunstancias o influencias.
331.  Se denomina situación al estado del entorno operativo en un momento y lugar
determinado. Se considera que la situación de un entorno está más o menos
degradada en función de las dificultades que presenta para operar en él.
332.  A lo largo del planeamiento y ejecución de una operación, el análisis riguroso
del entorno operativo proporciona al comandante un conocimiento global y de-
tallado de la situación, le facilita una acertada y oportuna toma de decisiones
así como la comprensión de sus potenciales efectos y consecuencias. Este aná-
lisis es un proceso constante y perfectible a lo largo de la operación y requiere
unas robustas capacidades de inteligencia.
333.  Existe gran diversidad de condiciones, circunstancias e influencias que pue-
den afectar a este entorno como, entre otras, el marco geopolítico y legal, el
apoyo a la operación, las capacidades propias y de los adversarios, la situación
económica, social, lingüística, étnica y religiosa, el grado de urbanización y de-
sarrollo, de violencia, de libertad de prensa y desinformación, la orografía, la
climatología y las condiciones medioambientales y sanitarias.
334.  Para facilitar el análisis del entorno operativo, es de utilidad considerar catego-
rías o áreas tales como la política, la militar, la económica, la social, las infraes-
tructuras, la información, la física y la temporal (PMESII-PT). Estas áreas están
vinculadas entre sí y son interdependientes.

“En lo que más se distingue este ilustre español


(Gonzalo Fernández de Córdoba, “el Gran Capitán”) es en
comprender la clase de guerra que hace y los enemigos
con quienes lucha, amoldando su método, y hasta su
carácter personal, a las circunstancias”.
Francisco Villamartín, comandante.
“Nociones de Arte Militar”, 1863

335.  Los responsables del planeamiento y de la toma de decisiones deberán anali-


zar y comprender todos estos factores para poder ponderar y decidir la forma
de proceder, ya que, de hecho, acciones propias iguales podrán producir efec-
tos diferentes en entornos operativos distintos.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

336.  Este análisis y comprensión no puede considerarse suficientemente completo


hasta haber incorporado las percepciones que los diferentes actores tienen de
ese mismo entorno, lo que da lugar a una comprensión agregada, no exclusi-
vamente propia.

5.
LOS ADVERSARIOS

337.  Adversario es el conjunto de actores de un conflicto a los que se les reconoce


como potencial o abiertamente hostiles para los intereses propios o aliados y
contra los cuales se puede prever el uso de la fuerza.
338.  No en todas las operaciones existen adversarios o están suficientemente iden-
tificados. Existen ocasiones, como en las catástrofes naturales, en las que la
hostilidad no procede de un actor concreto, sino del propio desorden y del caos
inherente a este tipo de situaciones. En otras, como en el caso del ciberespacio,
el anonimato que lo caracteriza proporciona la cobertura idónea para que los
ataques, a pesar de que su efectividad sea considerable, puedan pasar inadver-
tidos y su autoría sea difícil de atribuir.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

5.1. TIPOLOGÍA DE ADVERSARIOS


339.  Los potenciales adversarios pueden ser estados propiamente dichos, actores
no estatales, o adversarios por delegación, conocidos como proxies.
340.  Estados. Cuando el adversario es un estado, o una coalición de estados, sus
acciones están sujetas, en mayor o menor medida, al derecho internacional y a
la opinión pública. Puede emplear todos los instrumentos de poder, destacando
la utilización de fuerzas regulares aunque sin descartar otras formas de acción
más o menos encubiertas. El conflicto en este caso puede tener un principio y
un fin definidos, decididos por el poder político de cada estado.
341.  Actores no-estatales. En esta categoría se reúne una enorme disparidad de orga-
nizaciones y grupos, que además pueden presentar características mezcladas.
Aunque sea difícil encontrar actores no-estatales puros, puede ser habitual tener
que enfrentarse a grupos que se mueven entre el terrorismo, la guerrilla y la
criminalidad, y que se inclinarán hacia uno o hacia otro según las circunstancias.
342.  Dentro de los actores no-estatales se destacan los siguientes:
a) Las organizaciones terroristas no reconocen los límites legales y mo-
rales habituales del uso de la fuerza; no están sujetas a las normas
legales internacionales que limitan la actividad de los estados, ni com-
parten los valores de las fuerzas militares. Entre sus objetivos están
influir en los procesos políticos de toma de decisiones, debilitar a los
estados, derrocar a sus gobiernos e intentar controlar territorios y
poblaciones para fines diversos. Con el tiempo, y si obtienen el grado
necesario de éxito, financiación y apoyo popular, pueden evolucionar
hacia organizaciones guerrilleras.
b) Las guerrillas o milicias están inspiradas en torno a criterios ideo-
lógico-políticos, tribales, religiosos o una mezcla de los tres; no re-
presentan a un estado legítimo pero aspiran a tomar el poder por la
fuerza en un estado o a convertirse en uno. Por tanto, pueden emplear
organizaciones y procedimientos asimilables, al menos parcialmente,
a los de un ejército regular, y habitualmente intentarán evolucionar
hacia una fuerza regular si las condiciones del conflicto lo permiten.
c) El crimen organizado no busca a priori la derrota del estado, pero sí su
debilidad para poder parasitarlo. Las actividades de apariencia legal
y las relaciones existentes con determinados estados y grupos terro-
ristas, entre los cuales pueden camuflarse y a los cuales pueden su-
plantar, dificultan su identificación y convierten al crimen organizado
en una amenaza real para la seguridad.
343.  Adversarios por delegación proxies. Son los actores no estatales o estados dé-
biles empleados de forma encubierta por un tercer estado adversario con la
finalidad de alcanzar sus propios objetivos. De esta forma, el tercer estado y su
proxi forman en cierta manera un solo conjunto.
344.  La realidad no siempre se ajusta a esta diferenciación entre estados, actores no
estatales y proxies, sino que en ciertas ocasiones sus límites de actuación se di-

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

fuminan. Ciertos estados no se comportan completamente como tales, sino que


pueden convivir o compartir el poder con milicias u organizaciones criminales,
o bien en otros casos, pueden protegerlas, fomentarlas o promocionarlas fuera
de sus fronteras en su beneficio. En ocasiones, algunas de estas organizacio-
nes llegan a poseer comportamientos más asimilables a los de un estado que
los del propio estado fallido con el que conviven.

5.2. FORMAS DE ACTUACIÓN DEL ADVERSARIO


345.  No es descartable que, en el curso de una operación militar, el adversario nos
sea simétrico en capacidades y forma de operar, use procedimientos conven-
cionales, emplee combatientes regulares, tenga un propósito definido y conoci-
do, y comparta los principios y valores propios.
346.  Sin embargo, es más probable que el adversario difiera en uno o en varios de
estos aspectos y en consecuencia rehúya el enfrentamiento en lugares y modos
en los que se sabe inferior, haciéndolo donde y como explote mejor sus capa-
cidades y nuestras debilidades. Para ello puede que emplee actores interpues-
tos, fuerzas no reconocidas o encubiertas e incluso civiles; que use formas de
actuación alegales o abiertamente ilegales; que posea conceptos diferentes de
victoria, derrota e importancia del tiempo; que no reconozca autoridad interna-
cional alguna y que defienda principios y valores distintos o antagónicos a los
nuestros; es decir, que actúe de forma asimétrica.
347.  La asimetría no se produce tanto por la diferencia de capacidad de combate
entre contendientes, como por las discrepancias morales y las diferencias en
los procedimientos empleados. Cuando un adversario emplea la confrontación
asimétrica, dificulta la adopción de respuesta adecuada, el empleo de la fuerza
proporcionada y la consecución de los efectos deseados.
348.  La combinación de actuaciones simétricas y asimétricas, y la gran variedad
de estas últimas, dan lugar a numerosas formas de actuación en su puesta en
práctica por los potenciales adversarios.
349.  En ocasiones, el adversario tratará de disuadir o inducir a otros a reaccionar de
una determinada manera, efectuando una presión directa mediante la amenaza
de empleo de armas convencionales o de destrucción masiva, o una presión
indirecta a través de proxies, amenazas de terceros, o el uso de grupos de poder
en el interior o en la diáspora.
350.  Llegado el caso, el adversario puede llevar a cabo acciones de combate con-
vencional, bien generalizadas en todos los ámbitos de operación y con gran
movilización de recursos que pongan en juego los intereses vitales del estado,
o bien limitadas en objetivos o en tiempo.
351.  En cualquier tipo de modelo, tanto en el caso de haber alcanzado cierta situa-
ción de ventaja como en el de no ser capaz de alcanzar sus objetivos, el adver-
sario puede optar por alargar el conflicto, incluso eludiendo el combate, para
dar ocasión a que el tiempo u otra variable produzcan el debilitamiento de la
determinación contraria u otro cambio favorable en el entorno.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

352.  Otro grupo de opciones son las subversivas en las que, en una primera fase
oculta los objetivos y formas de acción aprovechando la ambigüedad y la con-
fusión, pudiendo recurrir a acciones desestabilizadoras que buscan paralizar
la acción de las fuerzas contrincantes, y en otra fase posterior más favorable
hace públicas sus intenciones y adopta la forma de insurrección generalizada.
353.  En cuantas ocasiones le es posible, el adversario trata de privar al contrario de
soporte legítimo, mediante el bloqueo de la toma de decisiones a nivel político
por parte de la comunidad internacional y la manipulación de la información
sobre potenciales arbitrariedades, accidentes y errores.

“El Emperador... debe usar en tiempo de guerra de armas


et de todas aquellas cosas de que se pueda ayudar
contra sus enemigos por mar et por tierra...”
Alfonso X. Ley IV de “Las Siete Partidas”, siglo XIII.

354.  La amenaza híbrida se caracteriza por emplear, de forma simultánea y adapta-


tiva, todo tipo de instrumentos de poder; procedimientos convencionales junto
a tácticas irregulares y a actividades terroristas; crimen organizado; nuevas
tecnologías; ataques en el ciberespacio; presión política y múltiples tipos de
herramientas de información y desinformación, incluyendo las noticias falsas
y la mentira en sí misma. Todo ello evitando o limitando los enfrentamientos
convencionales.
355.  La principal característica de la amenaza híbrida radica en que trata de alcan-
zar sus objetivos evitando cruzar el umbral que define un conflicto abierto, lo
que provocaría una escalada militar. De esta manera, se genera una dificultad
añadida en la toma de decisiones del adversario, aprovechando la inacción del
rival para desestabilizar y obtener réditos geopolíticos y operativos.

6.
EL ESPECTRO
DE LOS CONFLICTOS

356.  Las formas de actuación mencionadas anteriormente pueden ser utilizadas,


simultánea o alternativamente, en la forma, duración, intensidad y momento
que mejor beneficie a los intereses de cada adversario dando lugar a diferentes
tipos de conflictos que pueden ser difíciles de definir y de predecir su evolución.
357.  Las operaciones de las Fuerzas Armadas, en consecuencia, tendrán que adap-
tarse de tal forma que busquen la máxima eficacia operativa en una gran va-
riedad de entornos en los que el grado de violencia presente o potencial es el
parámetro diferenciador principal.
358.  El espectro de los conflictos relaciona el grado de violencia del entorno con el
tipo de capacidades y actividades que la fuerza emplea en las operaciones.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

359.  Se entiende por intensidad del entorno al grado de oposición, o de violencia,


presente en una zona de operaciones. Los entornos pueden ser de alta, media
y baja intensidad.
a) En entornos de alta intensidad la oposición militar está organizada y
dispone de potencia de combate con gran capacidad de destrucción
física. Predominan las operaciones de combate convencional, aunque
estas pueden combinarse con acciones de tipo asimétrico.
b) En los entornos de media intensidad, existe oposición de tipo militar,
pero no está eficazmente organizada y coordinada o pese a estarlo,
cuenta con una limitada potencia de combate. Puede producirse una
alternancia entre operaciones convencionales limitadas y no conven-
cionales, con predominio normalmente de estas últimas.
c) En los entornos de baja intensidad no existe una oposición militar
organizada, pero sí pueden desarrollarse situaciones de violencia
esporádica por parte de grupos armados o terroristas y se realizan
principalmente operaciones para garantizar la libertad de acción
propia frente a amenazas no convencionales.

Figura 3. El espectro de los conflictos

360.  Todos los participantes en operaciones deben entender en profundidad el en-


torno para identificar las condiciones de ejecución de las acciones a realizar,
y en particular, las referidas al uso de la fuerza, y así evitar una escalada no
deseada que pueda derivar en un incremento de la violencia.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

361.  El propio concepto de «espectro» refleja que no existen límites claramente de-
finidos en relación con la intensidad del conflicto, sino que la escala es gradual
y la transición de un tipo a otro es progresiva según varíe el grado de violencia.
Una operación puede desarrollarse simultánea o progresivamente en diferen-
tes regiones del espectro de los conflictos. Asimismo su intensidad en un mo-
mento dado podrá ser muy diferente al que corresponde al tipo de campaña u
operación principal que se está llevando a cabo.
362.  El espectro de los conflictos se extiende desde las actuaciones en tiempo de
paz, hasta el combate generalizado de alta intensidad, pasando por una zona
gris de transición (no paz-no guerra).

6.1. LA ZONA GRIS


363.  Existe una zona del espectro de los conflictos donde predominan las actuacio-
nes situadas al margen del principio de buena fe entre estados (bona fide) que
pese a alterar notablemente la paz no cruzan los umbrales que permitirían o
exigirían una respuesta armada. Es la llamada zona gris.
364.  Los vacíos legales o la normativa excesivamente garantista, las debilidades po-
líticas, sociales, organizativas y de resiliencia de los estados, la burocratización
de la gestión del conflicto y la complejidad en el proceso de toma de decisiones
son elementos que conforman la magnitud de la zona gris.
365.  Las actividades que se pueden llevar a cabo en esta zona, entre las que se
encuentran los ciberataques, la propaganda, los sabotajes, las operaciones en-
cubiertas o clandestinas, los disturbios y otras similares, tienden a mantenerse
en un entorno de baja intensidad. Dichas actividades, con mayor o menor grado
de ambigüedad y visibilidad, persiguen crear un clima de desinformación y con-
fusión que desestabilicen y debiliten al adversario.

6.2. TIPOS DE CAMPAÑA U OPERACIÓN PRINCIPAL


366.  Con carácter general se pueden identificar los siguientes tipos de campaña u
operación principal en virtud de la región del espectro de los conflictos en que
tienen lugar.

6.2.1. Combate generalizado


367.  Las operaciones de combate generalizado se producen normalmente cuando
los estados ven amenazados intereses que son considerados vitales para ellos.
Implican el empeño de todas las capacidades de los instrumentos de poder en
entornos de alta intensidad.
368.  Las fuerzas empeñadas pueden llegar a ser de gran entidad y el ritmo de las ope-
raciones ser muy dinámico y requerir gran consumo de recursos; pueden abar-
car todo tipo de acciones, desde la combinación de combates convencionales con
actividades irregulares, hasta el empleo de armas de destrucción masiva.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

6.2.2. Restablecimiento de la seguridad


369.  El restablecimiento de la seguridad tiene por finalidad esencial reducir el nivel
de violencia en la zona de conflicto hasta establecer una percepción de segu-
ridad tal que posibilite la transición a una situación de ausencia de conflicto
mediante operaciones militares integradas con iniciativas de gobernabilidad y
de desarrollo económico sostenibles en el tiempo. La participación de instru-
mentos de poder y agentes no militares puede llegar a ser muy relevante y las
operaciones adoptar un acusado carácter multidisciplinar.
370.  El adversario, aunque pudiera haber sido aparentemente derrotado, podrá re-
aparecer con acciones de muy distinta índole y distintos grados de violencia.
371.  Las operaciones, que suelen ir precedidas de acuerdos, mandatos o reso-
luciones para obligar a una nación a obedecer la ley internacional, pueden
requerir fases de combate limitado y la ejecución de acciones orientadas
al restablecimiento de la seguridad, la asistencia humanitaria, al desarme,
la desmovilización, la reintegración de excombatientes, la mediación, la re-
construcción, la gobernanza y la protección de las actividades de otros ac-
tores civiles.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

6.2.3. Actuaciones en tiempo de paz


372.  En tiempo de paz las operaciones nacionales permanentes representan el es-
fuerzo principal de las FAS. Además, también desarrollan actividades en apoyo
a la acción de otros instrumentos del estado, a través de la cooperación con
autoridades civiles y FCSE, integradas en actividades y operaciones no milita-
res, dentro o fuera del territorio nacional, para reforzar el entorno de seguridad
mediante el apoyo a la estabilidad local o regional.
373.  Entre estas, se pueden destacar las de disuasión, de apoyo a la seguridad, de
respuesta ante catástrofes, de fortalecimiento de la confianza y de la coopera-
ción internacional, de ciberdefensa, de inteligencia, de información y las que se
llevan a cabo para garantizar la libertad de navegación y de sobrevuelo.

Nota, actualmente ciberespacio

7.
EMPLEO DE LA FUERZA
EN OPERACIONES
7.1. CAPACIDAD DE COMBATE
374.  La condición esencial para que una organización operativa pueda llevar a cabo
con éxito una operación militar es que el diseño de mando y de fuerzas sea el
adecuado y disponga de la capacidad de combate necesaria.
375.  La capacidad de combate es la aptitud que posee una fuerza militar para cum-
plir la misión de combate encomendada. Tiene tres componentes: el moral, el
intelectual y el físico. Los tres están interrelacionados y ninguno de ellos tiene
prevalencia sobre los demás.
376.  El componente moral (querer) es parte esencial del elemento humano, que es el
aspecto más importante y a la vez más difícil de medir y predecir de un conflicto.
Se basa en la voluntad, la confianza en el mando y en sí mismo, la formación en
los valores, el compañerismo, la cohesión de la fuerza y un adecuado apoyo y asis-
tencia del personal; el amplio respaldo político y de la opinión pública a las opera-
ciones militares son fundamentales para la moral. El grado de moral tiene reflejo
en el entusiasmo, la convicción, la perseverancia y la determinación en el uso de
las capacidades militares. Para potenciar este componente se requiere motivación,
liderazgo y convencimiento de que el uso del instrumento militar es legítimo, ético
y necesario para la seguridad y para alcanzar los objetivos establecidos.
377.  El componente intelectual (saber) proporciona el conocimiento necesario para com-
prender el contexto en el que se utiliza el instrumento militar, y el necesario juicio
para emplear los demás componentes de la capacidad de combate en el cumpli-
miento de la misión. Se basa en la doctrina militar, la formación técnica y humanís-
tica, la instrucción y el adiestramiento. Requiere de un profundo afianzamiento de
conocimientos, experiencias y criterios, pero también una constante innovación y
perfeccionamiento de los conceptos, procesos, tácticas, técnicas y procedimientos.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

378.  El componente físico (poder) proporciona los medios para la utilización del ins-
trumento militar, cuya característica principal distintiva es la potencia de com-
bate, entendida como el conjunto de medios de fuerza destructiva y disruptiva
que pueden ser empleados por una unidad militar contra un oponente en un
momento dado. La combinación de sistemas de armas, sensores y equipos,
junto con el componente intelectual y el moral, confieren a los citados medios,
la capacidad de acción colectiva, efectiva y eficiente.

7.2. FORMAS DE ACTUACIÓN


379.  Los ejércitos han operado tradicionalmente con unidades de otras naciones,
compartiendo suerte en guerras, batallas y combates. Esta acción combinada
ha sido una constante histórica que se ha adaptado a los condicionantes de
cada momento.
380.  El tiempo en el que los ejércitos y las armadas operaban por separado, colaboran-
do entre ellos tan solo en lo que les resultaba imprescindible, es tiempo pasado.
La acción conjunta se ha demostrado multiplicadora de las capacidades militares.
381.  Por otra parte, la creciente complejidad y dinamismo de los entornos opera-
tivos ha ido impulsando un enfoque integral de las operaciones mediante una
mayor interacción del instrumento militar con los esfuerzos diplomáticos, po-
liciales, informativos, solidarios y económicos, tanto públicos como privados.
382.  Los conflictos actuales ponen de relieve la necesidad de superar la mera in-
teracción cívico-militar aplicando a las operaciones el principio de unidad de
acción. Para las FAS implica la integración de la acción combinada y de la con-
junta con la acción integrada con los demás instrumentos de poder.

7.2.1. La acción combinada


383.  La acción combinada es aquella en la que fuerzas, elementos o capacidades de
varios países operan bajo una misma estructura de mando para cumplir una
misión determinada.
384.  Las fuerzas militares multinacionales pueden operar de forma plenamente
combinada cuando son interoperables; de lo contrario es necesario operar a
través de instrumentos de enlace que faciliten la participación en operaciones
de las fuerzas no interoperables, en la medida de sus posibilidades.
385.  La interoperabilidad es la voluntad y la capacidad para superar las diferencias
culturales, organizativas, de procedimiento y tecnológicas, con el fin de operar
con eficacia hacia un objetivo común. Desde el punto de vista militar, se basa
fundamentalmente en la unidad de doctrina y en la compatibilidad de sistemas.
Técnicamente se concreta en la capacidad de los sistemas, personas, unidades
y fuerzas para proporcionar servicios a otros sistemas, personas, unidades o
fuerzas, aceptar los procedentes de ellos y usar estos servicios para operar
juntos de forma eficaz.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

7.2.2. La acción conjunta


386.  La acción conjunta es la forma básica de actuación en operaciones de las Fuer-
zas Armadas españolas y de la Guardia Civil en el cumplimiento de sus misio-
nes militares, que bajo la dirección de una única estructura de mando y con
una misma doctrina militar, actúan con la máxima eficacia para alcanzar los
objetivos asignados.
387.  Requiere un profundo conocimiento de los procedimientos comunes, de las ca-
pacidades específicas y de los condicionantes que afectan a su empleo. Permite
optimizar los recursos, los esfuerzos y el empleo de los medios más idóneos
para cada acción.
388.  Las operaciones militares nacionales que son conjuntas por naturaleza, pueden
ser además combinadas o integradas en función del tipo de acción empleada.
389.  Cuando las condiciones del entorno operativo requieran que las operaciones con-
juntas deban llevarse a cabo con carácter preponderante en un determinado ám-
bito de operación y, en consecuencia, se necesite emplear de forma dominante
medios, unidades, apoyos y capacidades específicamente adaptados a él, esas
operaciones conjuntas podrán recibir la denominación de operaciones terrestres,
navales, aéreas, cibernéticas, de información u operaciones especiales.

7.2.3. La acción integrada


390.  La acción integrada en una operación es el empleo, por una sola cadena de man-
do, de las capacidades militares y de otras aportadas por los instrumentos de po-
der del Estado, de la sociedad, o de aliados, para alcanzar un objetivo compartido.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

Figura 4. Acción integrada

391.  Para llevarla a cabo, es necesario que los comandantes reciban una delegación
de autoridad que permita la dirección operativa de los elementos aportados
por los instrumentos no militares. De forma recíproca sucede cuando fuerzas
militares actúan bajo la dirección de una autoridad civil.
392.  Con los actores no estatales con los que no existe relación de jerarquía, cada
comandante coordina las acciones hacia el objetivo compartido basándose en
la autoridad que ostenta, en la que pudiera tener de origen contractual, o en su
capacidad de influencia personal, apoyándose en la interacción y cooperación
cívico-militar.
393.  Mediante la acción integrada se posibilita la unidad de esfuerzo de las capacida-
des militares con las actividades llevadas a cabo por otros departamentos minis-
teriales y, en general, por organismos públicos y privados, el sector empresarial,
organizaciones no gubernamentales e internacionales, y por nuestros aliados,
bajo la dirección operativa de la autoridad que corresponda, militar o no.

7.3. REGLAS DE ENFRENTAMIENTO


394.  Las instrucciones para el empleo de la fuerza en una operación se concretan
en las reglas de enfrentamiento (Rules of Engagement, ROE).
395.  Las reglas de enfrentamiento (ROE) son normas de carácter operativo ajustadas a de-
recho que proporcionan a los comandantes de todos los escalones de mando y a los

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

miembros de las unidades, guía y respaldo para el empleo de la fuerza determinando


las circunstancias, condiciones, grado y forma en las que se puede, o no, aplicar.
396.  Las ROE se concretan en autorizaciones o prohibiciones en el uso de la fuerza,
que deben aplicar las unidades militares en cada momento, de acuerdo con el
desarrollo de las operaciones y la situación en la zona con objeto de asegurar
su aplicación controlada y sus efectos.
397.  Las ROE deben ajustarse a las necesidades operativas derivadas del cumpli-
miento de la misión y de la dirección estratégica. Deben estar a disposición de
la fuerza con la suficiente antelación al inicio de las operaciones.
398.  Estas reglas no pueden limitar el derecho de legítima defensa, según lo dispuesto
en la legislación penal nacional y en el derecho internacional. En cualquier situa-
ción se aplicará el principio de empleo de la mínima fuerza necesaria.
399.  La legítima defensa es una causa de exención de la responsabilidad criminal,
que afecta al que actúa en defensa de la persona o de los derechos propios o
ajenos, según unos criterios definidos.
400.  Se define mínima fuerza como el menor grado de fuerza necesario y proporcional
para lograr el objetivo o asegurar la autodefensa, incluyendo el uso de la fuerza letal.

7.4. EL PLANEAMIENTO Y LA EJECUCIÓN DE OPERACIONES MILITARES


401.  Cuando la gestión de crisis o de conflictos implica el empleo del instrumento
militar, las Fuerzas Armadas reciben la responsabilidad de alcanzar los obje-
tivos estratégicos militares necesarios para lograr la situación final deseada,
cumpliendo las condiciones de ejecución establecidas.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

402.  En este contexto la misión se entiende como la exposición clara y concisa de los
cometidos fundamentales asignados a una autoridad, y de la finalidad que se
persigue conseguir con ellos.
403.  Para cumplir la misión, se deberán afrontar problemas operativos que, a menu-
do, serán complejos y desestructurados, y cuya resolución requerirá el planea-
miento y ejecución de operaciones.
404.  El planeamiento de operaciones militares consiste someramente en el análisis
del entorno y de la misión, el diseño y desarrollo de las posibles soluciones, la
decisión, y su desarrollo en directivas, planes u órdenes. Es un proceso continuo
e iterativo en el que intervienen todos los escalones de mando participantes así
como representantes de los instrumentos de poder no militares y de la inte-
racción cívico-militar, al objeto de lograr un enfoque integral y multidisciplinar.
405.  Se puede clasificar en dos grandes categorías: el planeamiento preventivo (Advan-
ced Planning), y el planeamiento de respuesta de crisis (Crisis Response Planning).
406.  El planeamiento preventivo se realiza para hacer frente a los riesgos de seguridad a
medio y largo plazo. Se puede materializar en diferentes tipos de planes: «planes
permanentes de defensa» (PP en España, Standing Defence Plan – SDP en la OTAN)
que proporcionan respuesta a largo plazo ante riesgos persistentes de seguridad;
«planes de contingencia» (COP en España, CONPLAN en la OTAN), que proporcionan
anticipación ante riesgos identificados; «planes genéricos de contingencia» (GCOP
en España, Generic CONPLAN en la OTAN) que afrontan riesgos no definidos; y en el
ámbito de la OTAN, «planes de respuesta gradual» (Graduated Response Planning-
GRP) que tratan de tener previsto una respuesta progresiva ante riesgos emergen-
tes en curso que podrían convertirse, o no, en una amenaza para la seguridad.
407.  El planeamiento de respuesta de crisis, se efectúa cuando se produce una crisis
no prevista, o prevista en un COP, o bien para hacer frente a una situación que
requiera la ejecución inminente de una operación militar. Se puede plasmar en
un Plan de Operaciones (Operations Plan - OPLAN) y en una o varias Órdenes de
Operaciones (Operation Order – OPORD).
408.  Dependiendo de su complejidad, e independientemente de cual sea su cate-
goría, un plan puede incluir otros de apoyo (Support Plan- SUPPLAN) que de-
sarrollan en detalle un aspecto determinado. Los planes de apoyo han de ser
plenamente coherentes con el plan principal y deberán seguir los mismos pro-
cedimientos de aprobación que este.
409.  La participación española en operaciones multinacionales requiere siempre
un planeamiento nacional en el que se desarrollan tanto las responsabilida-
des puramente nacionales como las no transferidas a la cadena de mando
multinacional.
410.  La ejecución de las operaciones comienza con la activación de la directiva, plan
u orden y comprende procesos complementarios como la conducción (conduct
of operations), la valoración de la operación (operations assessment) y, cuando
sea necesario, el planeamiento durante la ejecución para el ajuste del OPLAN,
orden o directiva (planning during execution).

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

411.  La conducción es el proceso por el que se dirigen, coordinan y controlan las


acciones en una operación militar.
a) La dirección constituye el conjunto de acciones y decisiones mediante
las cuales se encamina una operación a un determinado fin.
b) Mediante la coordinación se adapta, en tiempo y lugar, la secuencia de
acciones a la situación cambiante del entorno operativo.
c) A través del control se desarrollan el conjunto de acciones encamina-
das a la supervisión del cumplimiento de las órdenes emanadas para
desarrollar la decisión del comandante.
412.  La valoración (assessment) es el proceso por el que se mide el progreso y los
resultados de las operaciones y el consiguiente desarrollo de conclusiones y
recomendaciones para apoyar el ciclo de la decisión. Su realización exige un
tratamiento específico para cada operación.
413.  Cuando, entre otros motivos, las acciones no se desarrollan conforme a lo pla-
neado, no producen los efectos deseados, o el entorno operativo ha evolucio-
nado, el comandante debe realizar ajustes y modificaciones a la directiva, plan
u órdenes para adecuarlos convenientemente. En el caso de que estas modifi-
caciones excedan a sus competencias, debe informar al nivel superior y elevar
propuestas.
414.  En todo caso, las modificaciones deben estar siempre guiadas por la idea de
dar cumplimiento a la misión, en la línea directriz que marca el propósito del
mando superior.

7.5. NIVELES PARA EL PLANEAMIENTO Y EJECUCIÓN DE LAS


OPERACIONES
415.  Con carácter general las operaciones militares se desarrollan en tres niveles:
el nivel estratégico, el nivel operacional y el nivel táctico.
416.  Corresponde al presidente del Gobierno la dirección estratégica de las opera-
ciones militares en caso de uso de la fuerza, y al ministro de Defensa asistir al
presidente del Gobierno en dicha dirección estratégica.
417.  Se entiende por dirección estratégica de las operaciones al conjunto de acciones
y decisiones del más alto nivel, mediante las cuales se encamina una operación
a un determinado fin.
418.  Corresponde al JEMAD, bajo la dependencia del ministro de Defensa, la conduc-
ción estratégica de las operaciones militares.
419.  Desde el punto de vista doctrinal es necesario distinguir entre nivel político
estratégico y nivel estratégico militar. Se denomina nivel estratégico militar el
que ocupa el JEMAD como máxima autoridad militar de la cadena operativa de
las FAS en el desempeño de sus responsabilidades de planeamiento y conduc-
ción de las operaciones, para distinguirlo del nivel político estratégico (también
llamado nivel político) que corresponde al Gobierno.

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4. FUNDAMENTOS DE LAS OPERACIONES

Figura 5. Niveles de planeamiento y conducción de las operaciones

420.  Estos niveles delimitan los marcos de actuación y de responsabilidad de las


autoridades en el planeamiento y ejecución de operaciones militares. La au-
toridad de cada uno de los niveles marca los objetivos a alcanzar por el nivel
subordinado con la finalidad de contribuir a lograr los de la autoridad superior.
421.  Este escalonamiento implica la toma de decisiones y la asunción de responsa-
bilidades a diferentes niveles para alcanzar progresivamente unos objetivos
de cuyo éxito depende la consecución de los objetivos del nivel superior, lo que
requiere actividades de planeamiento y ejecución en cada nivel.
422.  El planeamiento de operaciones militares arranca en el nivel político y continúa
en el estratégico militar, en el operacional y, finalmente, en el táctico.
423.  Los niveles de planeamiento y ejecución de operaciones no pueden conside-
rarse como elementos estancos ni independientes. Las autoridades de los
distintos niveles de mando deben delegar aquellas funciones que puedan ser
desarrolladas de forma más efectiva por quienes las reciben. Esto provoca un
aparente solape entre los diferentes niveles que son simultáneamente concu-
rrentes e interdependientes.
424.  La delegación tiene como consecuencia práctica que no es tan relevante el
nivel en el que una autoridad está situada, sino las funciones que está facul-
tada para ejercer.

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EL NIVEL TÁCTICO

1. INTRODUCCIÓN 147

2. ACCIONES MILITARES TÁCTICAS 147

3.  EL PLANEAMIENTO TÁCTICO DE LAS OPERACIONES 149

4.  LA EJECUCIÓN TÁCTICA DE LAS OPERACIONES 150


E
l nivel táctico es el menor nivel que planea y
ejecuta las operaciones y es, por tanto, donde
se concretan todos sus condicionantes y
características.
Aunque sus objetivos se centran en alcanzar los
del nivel operacional las acciones que realizan
en este nivel pueden tener consecuencias en
cualquiera de los otros e incluso en el político.
El nivel táctico, a diferencia de los niveles
superiores, está constituido por diferentes
escalones de mando, desde el mando
componente al de hasta los jefes de las
pequeñas unidades, y cada uno desarrolla
sus propios procesos de planeamiento y de
conducción.
Las operaciones se desarrollan mediante la
combinación de acciones militares tácticas
(ofensivas, defensivas, estabilización, apoyo y de
contribución) de forma simultánea o sucesiva,
con diferentes intensidades, finalidades y
preponderancia de una u otra; siendo estas la
aplicación de las capacidades militares en un
momento y lugar concreto para producir unos
determinados efectos.
Los combatientes, último elemento de este
escalón, están sometidos a situaciones
extremas. Sus decisiones pueden influir en
el resultado final de los combates, por lo que
su preparación es fundamental para asimilar
eficaz y éticamente las innovaciones y
transformaciones en las operaciones.
7. EL NIVEL TÁCTICO

1.
INTRODUCCIÓN

615.  El nivel táctico es el nivel inferior de planeamiento y conducción de las operacio-


nes militares y en él se ejecutan las diferentes acciones militares tácticas que
permiten alcanzar los objetivos establecidos para la operación. Del resultado
de las acciones a este nivel dependerá en gran parte el éxito o el fracaso de la
operación.
616.  Es en este nivel donde se concretan todos los condicionantes y características
de las operaciones y, en especial, se aprecia directamente el entorno operativo,
se materializan los riesgos y las amenazas, se ponen en práctica los principios
éticos, legales, doctrinales y operativos, así como las formas de actuación, se
materializa el espacio de la operación, se interactúa con los adversarios, y se
personifican los instrumentos de poder y los diferentes actores.
617.  Las operaciones planeadas y ejecutadas en este nivel se centran en alcanzar
los objetivos establecidos por el nivel operacional. Por su parte las acciones
realizadas para ello pueden tener consecuencias en cualquier nivel, e incluso
llegar a tener repercusiones políticas. De la misma manera, decisiones de los
niveles superiores pueden influir directamente en el nivel táctico. En algunos
casos, determinadas acciones tácticas estarán dirigidas específicamente a ob-
jetivos estratégicos.
618.  A diferencia de los niveles superiores, en este nivel existen varios escalones de
mando que se inician en el comandante del Mando Componente, el comandante
Regional o el comandante de Fuerza, y llegan hasta los jefes de las unidades
operativas de menor nivel. La responsabilidad del planeamiento y ejecución de
las operaciones recae, por tanto, en todos los comandantes de las unidades en
cada uno de los escalones de mando que se establezcan.

2.
ACCIONES
MILITARES TÁCTICAS

619.  Es en el nivel táctico donde se ejecutan las operaciones mediante el desarrollo


de acciones, enfrentamientos, combates y batallas.
620.  Se entiende por acción militar táctica la aplicación de una capacidad militar en
un momento y lugar concreto para producir los efectos deseados.
621.  La fuerza cumple su misión mediante la ejecución de las operaciones. Para
ello combina diferentes acciones tácticas que se dividen en cinco categorías
fundamentales: ofensivas, defensivas, estabilización, contribución y de apoyo.
a) Acciones tácticas ofensivas: son aquellas en las que haciendo uso de
la iniciativa se actúa sobre el enemigo para afectar a su capacidad de

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7. EL NIVEL TÁCTICO

combate e imponer la voluntad propia; constituyen acciones decisivas


para lograr la victoria.
b) Acciones tácticas defensivas: aquellas acciones encaminadas a evitar o
minimizar los efectos del adversario.
c) Acciones tácticas de estabilización: proporcionan un entorno seguro y
estable que facilite la creación o el fortalecimiento de las instituciones
gubernamentales apoyadas, la reconciliación de las partes en conflic-
to o posibilite la llegada de ayuda humanitaria o de ayuda a la recons-
trucción.
d) Acciones tácticas de contribución: además de las anteriores existen
otras acciones que contribuyen de diversa manera a la acción de otros
instrumentos del Estado, como las que preservan la seguridad y bien-
estar de los ciudadanos, y que varían desde supuestos de catástrofe u
otra necesidad pública, hasta la lucha contra el terrorismo.
e) Acciones tácticas de apoyo: son aquellas que se realizan para enlazar
o facilitar cualquiera de las anteriores.
622.  Todas estas acciones son complementarias por lo que pueden desarrollarse
simultánea o sucesivamente, con diferentes intensidades, finalidades y pre-
ponderancia, en función de la operación y la zona del espectro del conflicto en
que se ejecuten.

Figura 1. Acciones principales atendiendo al espectro del conflicto

623.  El desarrollo de estas acciones tácticas se realizará mediante actividades, las


cuales se engarzan con el nivel operacional mediante la sincronización facilita-
da por las funciones conjuntas.
624.  Cuando estas acciones provocan una reacción directa y contraria del adversa-
rio se producen enfrentamientos; si estos enfrentamientos incluyen el empleo
de medios letales se considera que los contendientes están llevando a cabo
acciones de combate.

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7. EL NIVEL TÁCTICO

625.  Los enfrentamientos de duración e importancia variables, con empleo de me-


dios letales y necesarios para la consecución de objetivos asignados al nivel
táctico o establecidos por él, se denominan combates.
626.  Se entiende por batalla una serie de combates relacionados entre sí que con-
tribuyen decisivamente a la consecución de los objetivos establecidos en los
niveles superiores.

3.
EL PLANEAMIENTO
TÁCTICO DE LAS OPERACIONES

627.  En el nivel táctico se desarrollan tantos procesos de planeamiento como esca-


lones de mando y necesidades de resolver problemas operativos se presenten
en el curso de las operaciones.
628.  La consideración de los principios operativos es primordial y debe regir el pro-
ceso de la decisión. Cada comandante aplica estos principios adaptándolos a
las exigencias operativas o a los nuevos desafíos, según su juicio y experiencia.
629.  El planeamiento en este nivel consiste en el análisis y en la comprensión de los
factores de la decisión (misión y situación) con la finalidad de elegir la solución
más apropiada para alcanzar los objetivos, es decir, el empleo más adecuado
de las capacidades para llevar a cabo los cometidos y contribuir a la finalidad
establecida.

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7. EL NIVEL TÁCTICO

630.  El análisis de la misión encomendada incluye el estudio de la misión y propósito


del mando de los escalones superiores, para comprender el papel propio en el
conjunto de la operación.
631.  La comprensión de la situación incluye el análisis continuo del adversario; del
espacio de batalla y los efectos producidos; de las fuerzas propias y aliadas y
su actuación en todos los ámbitos de operación; del tiempo disponible; de las
ROE; de los instrumentos del Estado y de otros agentes no militares presentes;
y de aquellos otros condicionantes que afecten al desarrollo de las operaciones.
632.  El proceso de planeamiento en este nivel, en el que la acción es preferentemente
específica, es más especializado, técnico y diferencial según lo sean las fuerzas a
emplear y menor el escalón de empleo. En cualquier caso, el planeamiento debe
integrar todas las capacidades puestas a disposición de cada comandante.
633.  El planeamiento en el escalón más alto del nivel táctico, aun siendo específico,
ha de realizarse de forma colaborativa y concurrente con el nivel operacional.

4.
LA EJECUCIÓN
TÁCTICA DE LAS OPERACIONES

634.  Las desviaciones de la situación real sobre la planeada debido a los contra-
tiempos en la ejecución, a las acciones del adversario o a la evolución del entor-
no, son frecuentes y diferentes para cada unidad ejecutante. Por eso es preciso

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7. EL NIVEL TÁCTICO

tomar numerosas decisiones adaptadas a cada situación particular que permi-


ta mantener la libertad de acción. La forma de lograrlo es mediante la descen-
tralización de la toma de decisiones en los mandos subordinados, impulsada
desde el más alto nivel.
635.  El ejercicio de la descentralización en la toma de decisiones se basa en la ini-
ciativa y en el conocimiento, por los comandantes, de la misión y propósitos de
los niveles superiores, desde el nivel táctico al estratégico, de manera que ante
los cambios de situación se puedan tomar las decisiones que permitan contri-
buir a los propósitos establecidos.
636.  En ocasiones, con la finalidad de aprovechar una oportunidad táctica, los co-
mandantes subordinados actuarán por propia iniciativa, informando a conti-
nuación al escalón superior e incluso proponiendo medidas de coordinación
o solicitando apoyos, el cual puede confirmar, apoyar, reconducir o vetar su
decisión.
637.  Los enfrentamientos pueden someter al combatiente a situaciones extremas,
bajo intensa presión psicológica, técnica y física. En ocasiones, deberá tomar
decisiones trascendentes para el resultado del combate y, frecuentemen-
te, para la supervivencia propia y ajena. Es en estos casos cuando la rectitud
moral, la solvencia técnica, la fortaleza física y el adiestramiento, es decir, la
preparación como militar, adquieren su valor más preciado y resolutivo, para
mitigar los posibles efectos de la presión del combate.
638.  Las profundas y rápidas innovaciones tecnológicas aplicadas a las operaciones
pueden producir cambios en las tácticas y los códigos de actuación de los com-
batientes. De la capacidad de asimilar eficaz y éticamente estas innovaciones
en todos los escalones de mando y de cómo interactúe con ellos el combatiente
y la organización, dependerá la eficacia de empleo táctico de las capacidades
militares.

El miedo es natural en el prudente, y el saberlo


vencer es ser valiente”
Alonso de Ercilla, soldado y poeta.
“La Araucana” 1569.

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EL MANDO
EN OPERACIONES

1. EL MANDO 157


1.1. FUNDAMENTOS DEL MANDO 157
1.2. COMPONENTES DEL MANDO 158
1.3. PRINCIPIOS DEL MANDO 159

2.  TIPOS DE MANDO 160

3.  MANDO Y CONTROL EN LAS OPERACIONES 161


3.1. CONCEPTO 161
3.2. TIPOS DE RELACIONES 162
3.3. ORGANIZACIÓN DE LA FUERZA 163

4. AUTORIDAD OPERATIVA 164


4.1. OBTENCIÓN DE LA AUTORIDAD 164
4.2. FACULTADES DE LA AUTORIDAD OPERATIVA 166
4.3. MODELOS Y GRADOS DE AUTORIDAD OPERATIVA 167

5.  MANDO ORIENTADO A LA MISIÓN 171

6.  EL ENTORNO DEL MANDO EN LAS OPERACIONES 172

7.  CONSIDERACIONES DEL MANDO Y CONTROL EN LAS


OPERACIONES MULTINACIONALES 173

8.  EL MANDO NACIONAL EN LAS OPERACIONES


MULTINACIONALES 174
E
l mando es la autoridad conferida formal y legalmente a una
persona en función del puesto y de la responsabilidad que le
corresponde. En las Fuerzas Armadas puede ser orgánico u
operativo, y alcanza su máxima expresión en las operaciones.
Para cada operación se constituye una estructura de mando y
control de la organización operativa, en la que se establecen
los diferentes niveles de autoridad y sus relaciones internas y
externas. Esta estructura puede adaptarse a las necesidades
de la ejecución mediante reorganizaciones operativas tácticas
temporales.
La autoridad operativa es el conjunto de facultades (encomendar
misiones, asignar cometidos, reorganizar y desplegar fuerzas,
uso de la fuerza, empleo de medios y establecer o modificar
el espacio temporal y espacial) y funciones asignadas a un
comandante.
Obtenida la autoridad a través del nombramiento, delegación
o t ansferencia, esta puede ser ejercida en diferente
medida dependiendo de los modelos y grados de autoridad
establecidos. Mediante la delegación se dota a las autoridades
subordinadas de la autoridad que necesitan y pueden ejercer
adecuadamente. Las operaciones actuales, complejas,
dinámicas y con multitud de actores e incidentes hacen
aconsejable que se descentralice la toma de decisiones en los
menores escalones de mando, es decir, se desarrolle el mando
orientado a la misión.
Al objeto de ejercer de una forma más eficaz la autoridad los
diferentes comandantes han de entender el entorno actual
y sus condicionantes principales, conocer sus dependencias
nacionales y multinacionales, y tener en consideración los
aspectos diferenciales y comunes en los miembros de la
coalición con el objetivo de conseguir la unidad de esfuerzo.
8. EL MANDO EN OPERACIONES

1.
EL MANDO
1.1. FUNDAMENTOS DEL MANDO
639.  El mando es la autoridad conferida formal y legalmente a una persona en fun-
ción del puesto y de la responsabilidad que le corresponde, y se materializa en
la capacidad para tomar decisiones e impartir órdenes, instrucciones y direc-
trices. Mando, autoridad, jefe o comandante son denominaciones comúnmente
empleadas para identificar a esta persona.

“Mandar no es simplemente convencer ni simplemente


obligar, sino una exquisita mixtura de ambas cosas.
La sugestión moral y la imposición material van
íntimamente unidas en todo acto de imperar.”
José Ortega y Gasset, filósofo.
“Particularismo y acción directa” Diario del Sol, 1920.

640.  El ejercicio del mando requiere comprensión del entorno, visión permanente
de la situación final deseada, acierto en la priorización de los cometidos y los
objetivos, adecuado empleo de los recursos humanos y materiales, supervisión
del cumplimiento de las decisiones tomadas y permanente sometimiento de
sus decisiones a los procesos de valoración.
641.  De todos los aspectos que influyen en el ejercicio del mando conviene resaltar
el liderazgo y la iniciativa.

1.1.1. Liderazgo
642.  El liderazgo se entiende como la capacidad de un jefe para influir en sus subor-
dinados, más allá de la autoridad conferida formalmente. El liderazgo constitu-
ye un elemento unificador y multiplicador de la autoridad.
643.  El ejercicio del liderazgo se fundamenta en la identificación con unos valores,
el dominio de unas competencias profesionales y la posesión de unas determi-
nadas cualidades personales.
644.  Entre las cualidades destacan la integridad, el ejemplo, el conocimiento de las
fortalezas y debilidades propias, la capacidad de enfrentarse a la incertidum-
bre y de asumir riesgos, y la predisposición para tomar decisiones innovadoras
así como para delegar, negociar y mediar ante conflictos.
645.  La forma de ejercerlo está condicionada por la personalidad del jefe y su expe-
riencia, la coexistencia con otros líderes en la organización, la situación y los
objetivos a cumplir.
Contar con buenos colaboradores. La grandeza del
superior nunca disminuyó con la competencia del
subordinado; más bien, toda la gloria de los aciertos
revierte después sobre la causa principal, igual que
ocurre con los fracasos.”
Baltasar Gracián, sacerdote y escritor. Aforismo 62
“Oráculo manual y arte de prudencia”, 1647

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

646.  Todo buen líder orienta su conducta a obtener el mayor rendimiento de su per-
sonal en beneficio de la organización; para ello busca estimular su creatividad
favoreciendo el desarrollo de su potencial, atendiendo a sus aspiraciones y a
sus necesidades, y procurando el compromiso de todos para que asuman los
objetivos del grupo como propios.

1.1.2. Iniciativa
647.  La iniciativa consiste en tomar decisiones para aprovechar las oportunida-
des surgidas de forma imprevista, actuando coherentemente con el propó-
sito de la autoridad superior. Este aspecto es consustancial al ejercicio del
liderazgo aunque debe ser ejercido por cualquier componente de la orga-
nización.
648.  Requiere confianza en la cadena de mando, entendimiento mutuo, conocimien-
to de los cometidos del escalón superior, dominio de las competencias profe-
sionales, capacidad de decisión, capacidad de gestión del riesgo y compromiso
con la organización. Su aplicación responsable en cualquier escalón de mando,
junto a la flexibilidad, proporciona agilidad y eficacia.

1.2. COMPONENTES DEL MANDO


649.  El mando comprende tres aspectos íntimamente relacionados que son: la toma
de decisiones, la responsabilidad y el control.

1.2.1. Toma de decisiones


650.  La toma de decisiones es una competencia preceptiva y consustancial de toda
autoridad; consiste en la elección de una opción entre varias y su concreción en
acciones a desarrollar.
651.  Esta elección se basa principalmente en el propósito del escalón superior; en
la información disponible, que normalmente será incompleta; en la intuición,
fundamentada en la formación y experiencia; y en la personalidad del mando,
elemento esencial y diferenciador. Asimismo está condicionada por el tiempo
y la oportunidad.
652.  Para que la decisión sea eficaz y pueda producir el efecto deseado, debe ser
tomada en el momento adecuado teniendo en cuenta que ha de ser transmitida,
comprendida y ejecutada en tiempo por los subordinados.
653.  Con el objeto de facilitar el proceso de toma de decisiones, la autoridad que
ejerce el mando puede disponer de órganos cuya función es reducir la incer-
tidumbre, elaborar las opciones y transformar las decisiones en órdenes. Dis-
ponga o no de esos órganos, puede recurrir a otras fuentes internas o externas,
formales e informales que posean conocimientos, experiencias o especializa-
ción que enriquezcan el enfoque integral del ciclo de la decisión.

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

1.2.2. Responsabilidad
654.  La responsabilidad en el ejercicio del mando se entiende como la obligación de
todo jefe de alcanzar los objetivos y cumplir los cometidos asignados, así como
de asumir las consecuencias de sus decisiones, órdenes y acciones y las de sus
subordinados en el correcto cumplimiento de la misión.
655.  En un sentido más amplio incluye además la seguridad y el bienestar de su
personal, su moral y disciplina, y el empleo eficaz y eficiente de los recursos
asignados.
656.  El que ejerza el mando puede delegar toda o parte de su autoridad en sus su-
bordinados, asegurándose de que cuentan con el tiempo y las capacidades ade-
cuadas para ejercerla. Esto no exime al mando de la responsabilidad que le
haya sido asignada.

1.2.3. Control
657.  Se entiende por control en el ejercicio del mando, al conjunto de acciones en-
caminadas a llevar a cabo el seguimiento y la supervisión del cumplimiento de
las directrices u órdenes, con objeto de comprobar su eficacia en relación con
la misión y los objetivos marcados, para en caso necesario, realizar ajustes.
658.  El control puede ser ejercido tanto directamente por la autoridad como a través
de sus órganos auxiliares.
659.  Algunos elementos a tener en consideración en el ejercicio del control son: el
propósito del escalón superior de mando, la comprensión de la situación, la
capacidad de evaluación y validación de las acciones ejecutadas en relación
al plan establecido, y la confianza en sus órganos de asesoramiento y en sus
subordinados.

1.3. PRINCIPIOS DEL MANDO


1.3.1. Unidad de mando
660.  La unidad de mando, principio esencial que proporciona la necesaria cohesión,
consiste en que cada autoridad actúa bajo el mando de un único jefe.

1.3.2. Continuidad de mando


661.  La continuidad del mando es el establecimiento y mantenimiento en el tiempo
de una determinada estructura de mando así como los procedimientos para su
revisión y el relevo de autoridades.
662.  Con carácter general, el comandante que realiza el planeamiento debe ser tam-
bién el que lo ejecute hasta la obtención del resultado planeado. No obstante,
pueden existir circunstancias que dificulten o impidan esta continuidad por lo
que debe establecerse un procedimiento de sucesión de mando.

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

1.3.3. Jerarquía
663.  Cada organización se configura como una cadena jerarquizada de autorida-
des. Esta cadena debe estar claramente definida y ser conocida por todos
los escalones de mando. De este modo cada mando puede tener un completo
conocimiento de las responsabilidades y funciones que le corresponden, así
como de las que pertenecen a los órganos superiores, subordinados y de su
mismo nivel.

1.3.4. Integración
664.  La integración del mando se define por una única estructura de mando estable-
cida que abarca a todas las actividades, unidades, organizaciones, elementos y
personas en los diferentes niveles y escalones de una estructura, y a las rela-
ciones entre autoridades.
665.  La integración implica que no haya componentes que sean independientes de la
estructura de mando y de las relaciones definidas. No siempre todas las activi-
dades están integradas lo que da lugar a los diferentes grados de integración.
666.  La estructura de mando debe asegurar que integradas todas las capacidades
se emplean de manera decisiva para alcanzar de forma eficaz los objetivos del
comandante.

1.3.5. Descentralización
667.  La descentralización se define como la libertad de acción concedida a los su-
bordinados para que puedan desarrollar sus cometidos y alcanzar sus objeti-
vos con la suficiente autonomía.
668.  Para una descentralización efectiva es preciso que la autoridad asigne come-
tidos y directrices que sean comprendidos por los subordinados, que les pro-
porcione los medios adecuados y el tiempo necesario para el planeamiento y
ejecución de los cometidos asignados, y que estos actúen de acuerdo al propó-
sito de la autoridad superior.
669.  La descentralización no exime de su responsabilidad a la autoridad que ejerza
el mando, por lo que debe contar con los mecanismos de control que le permi-
tan reconducir las acciones de sus subordinados en beneficio del cumplimiento
de la misión encomendada.

2.
TIPOS DE MANDO

670.  Atendiendo a los aspectos sobre los que se ejerce la autoridad se distingue
entre mando orgánico y mando operativo.

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

671.  El mando orgánico es la autoridad que se ejerce en una estructura sobre su


organización y funcionamiento, la administración, la seguridad y el apoyo logís-
tico, así como sobre la preparación, el alistamiento, la motivación, la disciplina
y el bienestar de su personal. Está sometido a la regulación normativa.
672.  El mando operativo es la autoridad y consiguiente responsabilidad, de carácter
temporal, que se confiere a los comandantes de las organizaciones operativas
para el planeamiento y ejecución de las operaciones con fuerzas nacionales
o multinacionales. No elimina las relaciones de mando orgánico de las fuer-
zas con las autoridades de las estructuras de procedencia, pero incluye los
aspectos propios del mando orgánico necesarios para el empleo de la fuerza
en operaciones. Está regulado por la normativa, por la doctrina y por la docu-
mentación operativa en vigor.

3.
MANDO Y CONTROL EN LAS OPERACIONES
3.1. CONCEPTO
673.  El concepto mando y control (C2) en las operaciones agrupa, de forma jerarqui-
zada, todas las relaciones entre las autoridades de los distintos niveles, estruc-
turas y fuerzas, con indicación de las funciones que se establecen para cada
una de ellas, definidas por el escalón superior.

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

674.  El mando y control en operaciones implica el ejercicio de diversos tipos y gra-


dos de autoridad así como el establecimiento de relaciones entre un amplio
espectro de actores con o sin vinculación jerárquica.
675.  Toda operación requiere una estructura de mando y control clara, definida, sen-
cilla, ágil, eficaz y flexible en la que las autoridades del nivel superior imparten
directrices a las autoridades subordinadas, y estas responden de sus respon-
sabilidades. También refleja las demás relaciones entre autoridades, así como
las existentes con otros actores y elementos vinculados con la operación.
676.  Para cada operación se diseña una organización operativa, con su propia es-
tructura de mando, en la que el JEMAD es la máxima autoridad militar y que
incluye los tres niveles estratégico-militar, operacional y táctico.
677.  En ocasiones coincidirán en una misma zona de operaciones un representante
de la autoridad de nivel político-estratégico (por ejemplo el alto-representante
o el embajador), y el comandante correspondiente del nivel operacional o tác-
tico. La estructura de mando de la operación debe establecer claramente las
relaciones entre ambas autoridades.
678.  El JEMAD puede ejercer su autoridad directamente, delegarla en las autori-
dades militares de la cadena operativa nacional, o transferirla a autoridades
militares aliadas o a autoridades civiles.
679.  El JEMAD, en todo caso, no transfiere la autoridad sobre los aspectos de res-
ponsabilidad nacional de cada operación, que incluyen, al menos, el despliegue,
el sostenimiento y el repliegue de las fuerzas, el seguimiento de su empleo, la
potestad disciplinaria y el ejercicio de ciertas funciones administrativas, insti-
tucionales, de gestión de personal y financieras.
680.  Por lo tanto, en operaciones multinacionales las fuerzas españolas mantienen
en todo momento y de forma simultánea, relación de mando con la estructura
de mando nacional, tanto operativa como orgánica, y con la estructura multina-
cional operativa.

3.2. TIPOS DE RELACIONES


3.2.1. Relaciones de mando
681.  Las relaciones de mando operativo nacional son las que se establecen entre los
comandantes de la organización operativa en el ejercicio de su autoridad opera-
tiva y de los aspectos orgánicos necesarios para la ejecución de las operaciones.
682.  Las relaciones de mando operativo multinacional son las que se establecen entre
los comandantes de la estructura operativa multinacional, en ejercicio de las
facultades de la autoridad operativa transferidas por los respectivos países.

3.2.2. Otras relaciones


683.  Las relaciones orgánicas en operaciones son aquellas que las autoridades orgá-
nicas mantienen con las fuerzas asignadas a una operación, en los aspectos de
sus competencias no transferidos al mando operativo.

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

684.  Las relaciones funcionales son las establecidas con carácter permanente entre
autoridades u órganos que, aun perteneciendo a distintas estructuras o cade-
nas de mando, participan de una misma función o sistema que requiere conoci-
miento, coordinación en su ejecución y control especializados. Las directrices y
normas impartidas por la autoridad funcional, al amparo de esta dependencia,
están supeditadas a las de la autoridad operativa en beneficio del cumplimiento
de la misión.
685.  Las relaciones de coordinación son todas aquellas de carácter temporal o per-
manente entre autoridades del mismo o distinto nivel, incluso de diferentes
estructuras militares o civiles, y entre estas y otros actores, para facilitar el
planeamiento y ejecución de una actividad concreta. La autoridad designada
para la coordinación deberá coordinar las actividades y resolver el cometido
asignado de acuerdo a las directrices recibidas y, en caso de no conseguirlo,
elevarlo a la autoridad que estableció la relación para que resuelva.
686.  Las relaciones de apoyo son aquellas de carácter temporal por las cuales una
autoridad asiste o complementa a otra, sobre la base de las prioridades y direc-
trices establecidas por el escalón superior, para posibilitar que la autoridad apo-
yada cumpla su misión o cometidos considerados prioritarios. Se materializan en
relaciones directas para definir, planear, coordinar e integrar las necesidades de
la autoridad apoyada y la forma de efectuarlos por parte de la que apoya.
687.  Las relaciones de apoyo son tan diversas como variados son los apoyos por lo
que unas relaciones se regulan mediante doctrinas específicas y otras lo hacen
por la doctrina conjunta.
688.  Son un camino de doble sentido, ya que requieren conocimiento mutuo de las
capacidades de la otra parte por lo que es fundamental la participación recípro-
ca en los procesos de planeamiento.
689.  Las relaciones contractuales son las mantenidas en razón de los contratos for-
malizados por los órganos de administración económica en TN o en ZO en los
términos en ellos establecidos. Incluye la facultad de organización empresa-
rial, las relaciones laborales y las económicas.
690.  Las relaciones de representación son las desempeñadas, tanto formal como
informalmente y de forma aislada o simultánea con las anteriores, por todo
militar, como miembro de sus Fuerzas Armadas o de la coalición, ante otras
fuerzas y otros actores presentes en la ZO. Todo militar en el cumplimiento de
sus cometidos en operaciones representa a España y las FAS.

3.3. ORGANIZACIÓN DE LA FUERZA


3.3.1. Constitución de la fuerza
691.  Identificadas las capacidades militares durante el proceso de generación de
fuerzas, las estructuras orgánica y operativa de FAS y otros organismos que
se determinen, asignan, identifican y alistan al personal y medios que dan res-
puesta a las capacidades que se les ha requerido.

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

692.  Por asignar se entiende situar a personal, medios y unidades con carácter de
cierta permanencia, en una organización operativa nacional o aliada con un
propósito y condiciones determinados para el desarrollo de una operación,
constituyendo las fuerzas asignadas.
693.  La asignación tiene efectos operativos, logísticos, administrativos, económicos y
disciplinarios, si bien las autoridades de las estructuras de procedencia conservan
ciertas competencias sobre las fuerzas asignadas. La documentación operativa
detalla para cada caso la misión, la zona de despliegue, la autoridad delegada, las
relaciones entre autoridades, y cuantas condiciones se estimen necesarias.
694.  La evolución de la operación puede aconsejar la revisión de la composición de
la organización operativa o de su estructura de mando, que debe ser aprobada
por la autoridad que la estableció.

3.3.2. Reorganizaciones operativas


695.  Iniciada la ejecución de la operación, es frecuente en el nivel táctico que sea
necesario modificar el detalle de la organización operativa para adaptarse a
las situaciones cambiantes, de acuerdo a los criterios de empleo previsto en la
doctrina. Esto se materializa creando organizaciones temporales.
696.  La creación de organizaciones operativas temporales se lleva a cabo de acuer-
do a las condiciones en las que las unidades han sido transferidas, mediante la
segregación y agregación de fuerzas, y requiere la aprobación de la autoridad
superior común a las fuerzas implicadas.
697.  Se entiende por agregar el situar, temporalmente, unidades o personal bajo el man-
do del comandante de una organización operativa de nivel táctico diferente de la de
origen, para el cumplimiento de una misión o la realización de un cometido.
698.  La agregación tiene efectos fundamentalmente operativos y sus condiciones
deben quedar reflejadas en la documentación operativa correspondiente, ajus-
tándose a lo establecido en las doctrinas específicas y conjuntas.

4.
AUTORIDAD OPERATIVA
699.  La autoridad operativa es el conjunto de facultades y funciones asignadas a un
comandante para el planeamiento y ejecución de las operaciones a su nivel.

4.1. OBTENCIÓN DE LA AUTORIDAD


700.  El requisito previo para el ejercicio del mando operativo es recibir la autoridad,
que podrá ser conferida a través del nombramiento, delegación o transferencia.
701.  El nombramiento es la designación de un comandante para planear y ejecutar
operaciones en el nivel o escalón correspondiente en razón del puesto ocupado.
Su comunicación se realiza en la orden de nombramiento o en el encuadra-

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

miento de la operación (puesto a puesto o manning). Las condiciones del mando


vienen expresadas en la citada orden de nombramiento, que puede estar inclui-
da en el OPLAN y puede reflejar las condiciones para la sucesión del mando.
702.  El nombramiento establece el momento y las condiciones, incluidos el marco
temporal y geográfico, en que una autoridad se hace responsable de las fuer-
zas y del planeamiento y ejecución de las operaciones; por ello es necesario
realizarlo lo antes posible en el planeamiento en cada nivel.
703.  La delegación es el acto por el que se cede autoridad a un comandante, dentro
de la propia cadena de mando, sobre determinadas fuerzas y medios militares
en una operación. Las condiciones de la delegación vienen expresadas normal-
mente en la documentación operativa.
704.  La delegación de autoridad en la cadena de mando operativa puede producirse
de forma flexible tanto en el planeamiento como cuando sea necesario en la
ejecución de las operaciones.
705.  El momento en que el mando de una fuerza es delegado o transferido de un co-
mandante a otro se denomina cambio de dependencia operativa (CHOP, Change
of Operational Control).
706.  La transferencia es la autoridad cedida a un comandante, fuera de la propia
cadena de mando, sobre determinadas fuerzas y medios militares para la par-
ticipación en una operación. Las condiciones de cada caso vendrán expresadas
en el documento de transferencia de autoridad.
707.  La transferencia de autoridad (TOA) se produce entre autoridades militares de
diferentes estructuras. A nivel multinacional la autoridad transferida puede es-

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

tar limitada, cuando sea necesario, por las reservas (CAVEAT) que cada nación
haya dispuesto para sus fuerzas.
708.  Todo comandante que delega o transfiere autoridad puede, en el momento que
lo considere necesario, recuperarla o modificar las condiciones.

4.2. FACULTADES DE LA AUTORIDAD OPERATIVA


709.  Como resultado del escalonamiento del planeamiento de las operaciones cada
comandante debe resolver, a su nivel, su propio problema operativo. Es decir,
aplicando la doctrina militar, debe decidir cómo organizar y emplear las fuer-
zas puestas a su disposición para alcanzar los objetivos asignados; teniendo en
cuenta las condiciones establecidas.
710.  Debido al escalonamiento en la estructura de mando y control, el proceso de
planeamiento de las operaciones se repite en cada escalón de mando simpli-
ficándose según se reducen los elementos a coordinar, de tal manera que los
comandantes precisan de diferentes facultades sobre aspectos variados en
función de su responsabilidad.
711.  Las facultades operativas que componen la autoridad de un comandante, vie-
nen establecidas por sus capacidades y limitaciones de actuación a su nivel que
emanan de la doctrina y se ajustan para cada operación en el planeamiento.
712.  Estas facultades a regular son las siguientes: encomendar misiones o asig-
nar cometidos; reorganizar y desplegar la fuerza o los medios; hacer uso de la
fuerza y establecer el marco geográfico y el temporal.
713.  La facultad de encomendar misiones consiste en poder asignar de forma clara
y concisa cometidos y la finalidad que se quiere alcanzar con ellos; finalidad
que siempre estará relacionada con la consecución del propósito del escalón
superior. Normalmente las misiones abarcarán un largo plazo en los escalones
superiores y una menor duración en los inferiores.
714.  En este sentido, se entiende por misión (Mission Statement para OTAN o mi-
sión general) de una fuerza o de un elemento de la misma, al cometido general
asignado y finalidad establecida en su transferencia a una organización. Este
cometido puede ser amplio o concreto en función de las facultades de empleo
que se quieran dar al comandante.
715.  La facultad de asignar cometidos es la autoridad otorgada para ordenar a los
subordinados la realización de actividades concretas al objeto de cumplir la
misión recibida y contribuir al propósito del mando del escalón superior.
716.  La facultad de reorganizar fuerzas es la autoridad conferida al mando para ac-
tuar sobre la integridad de las fuerzas que tenga asignadas, lo que le permite
fraccionarlas y/o agregarlas. El nivel mínimo de fraccionamiento viene refleja-
do en la doctrina.
717.  La facultad de desplegar fuerzas implica la autoridad para poder emplear las
fuerzas en un determinado espacio autorizado definido como zona de desplie-
gue. El redespliegue de fuerzas se refiere a su movimiento y empleo en una

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

zona diferente a la inicialmente definida. El repliegue de fuerzas implica su


salida de la zona de despliegue.
718.  La facultad para el uso de la fuerza viene establecida por las reglas de enfrenta-
miento (ROE) que puede utilizar un comandante, de acuerdo al nivel de imple-
mentación autorizado y a las directrices recibidas.
719.  La facultad de emplear los medios es la posibilidad de aplicar todas las capaci-
dades o una parte limitada de ellas por haber sido así establecido, o por estar
restringido su empleo mediante restricciones nacionales (caveat).
720.  La facultad de establecer el marco espacial y el temporal viene definido por la
capacidad de fijar el espacio físico y no físico, y el periodo de tiempo durante el
que se hace efectiva la autoridad. Puede estar referido a un momento de inicio
y final, o a una fase de la operación.

4.3. MODELOS Y GRADOS DE AUTORIDAD OPERATIVA


721.  Todo comandante tiene sobre su propia unidad las capacidades y limitaciones
de mando para su empleo que señale la doctrina, que se ajusta para cada ope-
ración, por la documentación operativa en vigor, al igual que la autoridad que se
le confiere sobre las unidades y elementos que le son asignadas o agregadas.
722.  Las modalidades de autoridad operativa establecen el grado de autoridad, en-
tendido como las facultades que pueden ser ejercidas sobre las fuerzas a su

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

disposición. En cualquier caso la autoridad concedida a un comandante debe


ser siempre la suficiente que le permita cumplir con la misión que le ha sido
encomendada.
723.  El comandante que haya recibido una determinada autoridad operativa debe
tener la capacidad para ejercer las facultades que esta conlleva; en caso con-
trario, debe delegar toda o parte de su autoridad, en beneficio de la operación,
a aquellas autoridades subordinadas que la necesiten y que puedan ejercerla
adecuadamente. A partir de ese momento, las autoridades que han transferido
o delegado dicha autoridad llevan a cabo el control o seguimiento de las fuer-
zas asignadas o agregadas, hasta el momento que las recuperen nuevamente.
Sin embargo, un comandante puede decidir retener la autoridad sobre determi-
nadas fuerzas debido a la relevancia y efectos de su empleo.
724.  La organización del mando operativo de las fuerzas que operan en los distin-
tos ámbitos de operación estará condicionada por estos y por las caracterís-
ticas de empleo de las fuerzas. Por ello, el grado de descentralización podrá
variar con la finalidad de obtener la mayor eficacia operativa de las fuerzas
empeñadas.
725.  Para facilitar la interoperabilidad entre miembros de la Alianza Atlántica, se
han establecido unos modelos generales de autoridad operativa. Estos mode-
los se pueden particularizar para cada transferencia o delegación de autoridad,
ampliando o restringiendo sus facultades y limitaciones para ajustarse a las
necesidades y condicionantes operativos. Asimismo a lo largo de la operación y
atendiendo a la situación y capacidad de mando y control es posible modificar
el grado de autoridad.
726.  En el ámbito nacional estos modelos de autoridad operativa pueden conferir
responsabilidad, autoridad y facultad en aspectos administrativos, disciplina-
rios y de apoyo logístico operativo de ámbito nacional que normalmente no son
transferidas a autoridades aliadas.

4.3.1. OPCOM (mando operativo)


727.  El OPCOM (Operational Command en la OTAN) es la autoridad conferida a un co-
mandante para modificar el marco temporal y espacial, encomendar y modifi-
car misiones o asignar cometidos; desplegar, redesplegar y replegar unidades;
reasignar fuerzas; modificar la estructura de Mando y Control; y mantener o
delegar el Control Operativo o el Control Táctico. También puede conferir o re-
tener el Mando Táctico cuando lo considere necesario.
728.  En las FAS españolas el OPCOM sobre las fuerzas nacionales asignadas a una
operación le corresponde al JEMAD, como comandante de las operaciones de
las FAS. En el caso de que se transfiera el OPCOM a una estructura multinacio-
nal se detallarán las funciones cedidas, las condiciones y limitaciones (CAVEAT)
y las reglas de enfrentamiento (ROE) autorizadas, según las instrucciones del
nivel estratégico.

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

4.3.2. OPCON (control operativo)


729.  El OPCON (Operational Control en la OTAN) es la autoridad delegada o transferi-
da a un comandante para conducir el despliegue, sostenimiento y repliegue, así
como asignar las actividades y cometidos a las fuerzas puestas a su disposi-
ción, ligados a la misión general, y limitados en el tiempo y el marco geográfico,
y para retener o delegar el Control Táctico y conferir el Mando Táctico.
730.  El OPCON no incluye autoridad para encomendar cometidos no amparados por
la misión general, ni la de reasignar a otra autoridad toda o parte de la fuerza.
Sin embargo, el OPCON en el ámbito de las operaciones nacionales puede in-
cluir la facultad de segregar y agregar unidades.
731.  Cuando fuerzas militares españolas participan en operaciones multinaciona-
les, el JEMAD normalmente transfiere el OPCON de los aspectos operativos
a la autoridad militar multinacional equivalente, y simultáneamente delega al
comandante del mando permanente de operaciones el seguimiento de la ope-
ración y el OPCON nacional para la conducción de los aspectos nacionales. Para
el empleo de fuerzas españolas en operaciones nacionales, el JEMAD delega en
esa misma autoridad el OPCON sobre la fuerza.
732.  En cualquiera de los casos anteriores, el OPCON de los aspectos operativos lo
recibirá el comandante operacional en el momento de la activación de la opera-
ción (ACTORD) y este lo podrá delegar a su vez, en función de las necesidades
operativas, hasta el escalón de mando que lo requiera.

4.3.3. TACOM (mando táctico)


733.  El TACOM (Tactical Command en la OTAN) es la autoridad conferida a un coman-
dante para asignar cometidos a las fuerzas bajo su mando para el cumplimien-
to de la misión asignada por un escalón superior. Incluye la autoridad para de-
legar o retener el Control Táctico (TACON) y conferir el Mando Táctico (TACOM).
734.  El TACOM puede emplearse además para asignar a un comandante subordina-
do unidades, elementos o capacidades que aportan capacidades adicionales o
complementarias en apoyo al cumplimiento de su misión.
735.  El TACOM en el ámbito de las operaciones nacionales puede incluir la facultad
de segregar y agregar unidades, elementos o capacidades, teniendo en cuenta
las capacidades mínimas operativas, logísticas y de preparación que permitan
un empleo adecuado.

4.3.4. TACON (control táctico)


736.  El TACON (Tactical Control en la OTAN) es la autoridad delegada o transferida a
un comandante para la conducción, detallada y generalmente local, de los mo-
vimientos y maniobras de las unidades necesarias para el cumplimiento de las
misiones o cometidos que ellas tienen encomendados.

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

737.  El comandante que lo recibe es responsable de coordinar la actuación de sus


propias fuerzas con las recibidas. Esto incluye conducir el despliegue y la pro-
tección de la fuerza recibida.
738.  El comandante que dispone de TACON sobre unas determinadas fuerzas pue-
de delegar en sus subordinados toda o parte de sus facultades en ciertos
momentos.

4.3.5. Dirección operativa (DIROP)


739.  La dirección operativa es la autoridad que permite al mando, civil o militar,
conseguir el empleo operativo eficaz de las capacidades de los instrumentos
del Estado puestas a su disposición, independientemente de la administración
u organismo de pertenencia, para alcanzar un objetivo común.
740.  Esta dirección operativa faculta al comandante a establecer medidas de segu-
ridad y protección, marcar prioridades y lograr la sincronización de las accio-
nes de todas las capacidades puestas a su disposición.

Figura 1. Ejemplos de estructuras de Mando y Control en operaciones.

4.3.6. Control para la preparación (PREPCON)


741.  Es la autoridad delegada o trasferida a un comandante para dar directrices,
guías y establecer objetivos para armonizar la preparación y certificación de
las fuerzas asignadas; prever el alistamiento y las capacidades operativas de
las fuerzas designadas, llevar a cabo la conducción del adiestramiento y, cuan-
do se establezca, la evaluación de esas fuerzas para su certificación; y para,

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

una vez certificadas, proponer las medidas para mantener su preparación y


disponibilidad para el combate.

4.3.7. Control administrativo (ADCON)


742.  Es la autoridad delegada o trasferida a un comandante para dirigir actividades
o ejercer autoridad con respecto a asuntos de carácter administrativo, como
apoyo al personal, suministros, servicios y otros asuntos no incluidos en las
misiones operativas de los mandos subordinados.

4.3.8. Control logístico (LOGCON)


743.  Es la autoridad delegada o transferida a un comandante para sincronizar, asig-
nar prioridades e integrar funciones y actividades logísticas para el cumpli-
miento de la misión asignada.

5.
MANDO ORIENTADO
A LA MISIÓN

744.  Las actuales posibilidades de gestión de la información y del conocimiento


pueden dar lugar a creer que cuanto más alto es el escalón de mando, mayores
son las posibilidades de tomar decisiones acertadas en cada momento.
745.  Así, cuando el ritmo de las operaciones es lento y el número de incidentes es-
casos pero de gran trascendencia, puede resultar apropiado centralizar la toma
de decisiones al más alto nivel. Sin embargo, extender esta dinámica a todo tipo
de decisiones sin respetar su relevancia erosiona los ámbitos de competencia,
conduce a la microgestión y, como consecuencia, a la inacción de los escalones
subordinados.
746.  Por otra parte, es previsible que en el curso de las operaciones las capacidades
de gestión de la información resulten degradadas accidental o deliberadamen-
te, o resulten insuficientes cuando el volumen de información crezca exponen-
cialmente. Por ello, en situaciones complejas, dinámicas, con múltiples actores
y numerosos incidentes y enfrentamientos de distinta intensidad, es aconse-
jable descentralizar progresivamente la toma de decisiones en los escalones
inferiores, de manera que puedan llevar a cabo una gestión de la información
y del conocimiento más eficiente y adoptar decisiones más adecuadas orienta-
das al cumplimiento de la misión.
747.  El mando orientado a la misión (Mission Command) es una forma de mando des-
centralizada en la que un comandante fija su propósito y otorga competencia
a sus subordinados para que puedan actuar con la máxima libertad de acción,

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

explotando las oportunidades y respondiendo a situaciones cambiantes o im-


previstas.
748.  Esta forma de mando es posible si se dan una serie de condiciones entre las
que destacan:
a) Tener un marco doctrinal compartido.
b) Comprender y asumir la misión y el propósito del mando y hacerlo propio.
c) Plena confianza del comandante en sus subordinados y en su capaci-
dad y competencia para cumplir los objetivos asignados.
d) Voluntad y capacidad para asumir riesgos.

6.
EL ENTORNO DEL MANDO EN
LAS OPERACIONES

749.  El desarrollo de las operaciones en el entorno actual provoca que el ejercicio


del mando esté influido por variados condicionantes distintos a los puramente
operativos. Entre ellos cabe destacar, hoy en día, los de tipo legal, político, cul-
tural, de género y de comunicación social.
750.  En el aspecto legal son especialmente relevantes las normas que rigen el em-
pleo de la fuerza, ya que afectan directamente a la credibilidad y a la legitimi-
dad de las operaciones y, por ende, al apoyo que es deseable obtener.

BLOQUE SEGURIDAD NACIONAL. TEMA 2 02/19 Página 87 de 93


8. EL MANDO EN OPERACIONES

751.  El comandante debe entender y respetar las diferentes dinámicas políticas


presentes, nacionales e internacionales, ya que estas afectan de forma clara a
la toma de decisiones y a la definición de los objetivos. Los comandantes deben
prestar atención a este tipo de relaciones en beneficio de la misión asignada.
752.  Las diferencias culturales entre los actores presentes en la zona de operacio-
nes deben ser comprendidas de forma que las decisiones tomadas y las accio-
nes realizadas sean correctamente interpretadas.
753.  La perspectiva de género es considerada prioritaria en las sociedades occiden-
tales. Ello obliga a tener una especial sensibilidad en el contexto de la operación.
754.  La agilidad, alcance y penetración de los medios de comunicación y en parti-
cular de las redes sociales, establecen vínculos directos entre las operaciones,
los ciudadanos y todo tipo de actores, por lo que forman una parte importante
e influyente en la toma de decisiones.

7.
CONSIDERACIONES DEL MANDO Y CONTROL EN LAS
OPERACIONES MULTINACIONALES

755.  No existe un modelo único de estructura de mando y control multinacional que


sea igualmente eficaz para todas las coaliciones y alianzas. En cada ocasión se
tratará de conseguir la unidad de esfuerzo teniendo en cuenta los aspectos di-
ferenciales de los miembros de la coalición y los comunes que pueden facilitar
el mando y control.
756.  El ejercicio del mando multinacional presenta unos condicionantes derivados
de los objetivos de la organización internacional o coalición, otros propios de
cada estado coaligado y otros derivados de los diferentes grados de interope-
rabilidad de las fuerzas participantes.
757.  Teniendo en cuenta estos condicionantes y en beneficio del mando y control du-
rante la operación, es necesario atender, al menos, a las siguientes necesidades:
758.  Reducir el tiempo en la toma de decisiones. Para ello se debe tratar de consen-
suar posturas aceptables para todos en el menor tiempo posible y agilizar los
plazos de decisión.
759.  Definir y mantener el objetivo de la misión. Es preciso asegurarse que el objeti-
vo estratégico es alcanzable por las fuerzas empleadas y evitar asumir cometi-
dos o tareas adicionales que puedan alterar su propósito original.
760.  Lograr una percepción compartida de la situación. Con la finalidad de mejorar
el enfoque integral de la operación se deberá incorporar las diferentes percep-
ciones y puntos de vista de los aliados en el análisis del entorno y en el estudio
de la misión.
761.  Integrar los Sistemas de Mando y Control. Con este objetivo el Sistema de Mando y
Control deben incluir los procedimientos más eficaces para el enlace de la cadena

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

de mando multinacional conjunta con las fuerzas de los países participantes y con
las organizaciones no-militares y otras instituciones que actúen en la zona.
762.  Proteger a la fuerza. Establecer unos estándares comunes de protección de
la fuerza y procurar y facilitar que todos los contingentes lo cumplan a pesar
de que puedan tener prioridades, políticas y percepciones diferentes sobre la
seguridad.
763.  Afianzar la cohesión. Para ello se debe superar los prejuicios, impulsar el cono-
cimiento mutuo y conocer las virtudes, capacidades y aptitudes de los coaliga-
dos de forma que se alcance el mayor grado de confianza mutua.
764.  La constitución de fuerzas multinacionales sobre la base de alianzas perma-
nentes, el ejercicio de un fuerte liderazgo por uno de los participantes o por
una organización internacional, y el adiestramiento multinacional o bilateral,
facilitan el mando y control de la operación multinacional.

8.
EL MANDO NACIONAL EN LAS OPERACIONES
MULTINACIONALES

765.  La participación de fuerzas españolas en operaciones multinacionales se rige


por un OPLAN nacional, que debe ser coherente con el de la coalición o el de la
alianza. En el que se define la organización operativa, las relaciones de man-
do nacional, y aquellas consideraciones que se estimen necesarias para el se-
guimiento de la operación y la conducción de los aspectos de responsabilidad
nacional.
766.  La estructura de mando nacional vincula al JEMAD con todo el personal militar
desde su incorporación a la estructura operativa hasta su retorno a la orgá-
nica de procedencia. Esta vinculación se establece a través del comandante
del mando permanente de operaciones e incluye a otras autoridades militares
nacionales debido a los cometidos asignados para ellas para la operación o a la
autoridad que conservan por no haber sido trasferida.
767.  EL JEMAD puede nombrar las autoridades militares nacionales en ZO que consi-
dere oportunas al objeto de facilitar el mando y control y de acuerdo a la distri-
bución y entidad de la fuerza nacional participante en cada operación combinada.
768.  Estas autoridades militares nacionales son el jefe de la fuerza, los jefes de unidad
operativa, el jefe de contingente, y los representantes nacionales militares. Cada
una de ellas ejercerá las responsabilidades y cometidos asignados en el OPLAN
nacional ante el mando militar de la Fuerza multinacional sobre el personal es-
pañol desplegado que le hayan sido asignados en dicha documentación operativa.
769.  El jefe de la fuerza es el nombrado comandante de la organización operativa
establecida para una operación. Es el responsable ante la cadena de mando de
las unidades españolas participantes (transferidas o no a una cadena multina-
cional) y de los cometidos que le sean asignados expresamente para la ope-

BLOQUE SEGURIDAD NACIONAL. TEMA 2 02/19 Página 89 de 93


8. EL MANDO EN OPERACIONES

ración. Tiene potestad disciplinaria sobre el personal encuadrado en la fuerza


que de él dependa.
770.  Los jefes de unidad operativa son los encuadrados como comandantes de cada
una de las unidades operativas que forman parte de la fuerza establecida para
la operación. Ejercen sobre su unidad la autoridad nacional que corresponde a
su escalón de mando y tipo de unidad, además de la autoridad operativa multi-
nacional que pudiera corresponderles.
771.  El jefe de contingente es el militar español desplegado en ZO que ha sido desig-
nado para ejercer cometidos institucionales y de representación, gestión admi-
nistrativa y logística.
772.  Podrá ser distinto del jefe de fuerza cuando en una misma ZO haya varias fuer-
zas nacionales participando en distintas operaciones y por tanto varios jefes de
fuerza o una combinación de fuerzas y personal que forma parte de cuarteles
generales multinacionales o de enlace. Cuando la lejanía de las zonas de des-
pliegue u otras circunstancias lo aconsejen, se puede nombrar varios jefes de
contingente para zonas geográficas distintas en una misma ZO.
773.  El representante nacional militar (RNM, National Military Representative en OTAN)
es el militar español normalmente comisionado en un cuartel general multina-
cional, que el JEMAD designa para representarle ante el mando multinacional
y para ejercer el mando nacional sobre el personal español en el cuartel gene-
ral, equipo de apoyo nacional, célula de inteligencia, centro de comunicacio-
nes y c u a l q u i e r otra unidad u otro personal nacional que se determine por
él. También realiza el seguimiento de los cometidos que la cadena de mando
combinada asigna a las unidades españolas transferidas a la operación.

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8. EL MANDO EN OPERACIONES

774.  Además para cada organización y localización, el militar español de mayor em-
pleo y antigüedad del contingente entre los comisionados o destinados ejercerá
de senior (SNR). Este realizará las funciones de representación y seguimiento
en el correspondiente cuartel general o unidad multinacional.
775.  Cuando en una misma base exista personal español participante en distintas
operaciones, podrá designarse un RNM ante cada estructura operativa. Los asun-
tos administrativos nacionales normalmente serán tramitados por el de mayor
empleo y antigüedad que podrá contar con un equipo de apoyo nacional, que en la
mayoría de los casos será único para el desempeño de estos cometidos.
776.  No siempre serán activadas todas las autoridades mencionadas. En ocasiones, las
responsabilidades de jefe de fuerza o de unidad y el jefe de contingente, o de este
último y el de representante nacional militar pueden coincidir en la misma persona.
777.  En cualquier caso, todo soldado en operaciones debe proceder consciente de
que actúa en representación de España y de sus FAS.

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“Y aunque la naturaleza de los conflictos
y los diferentes escenarios han ido
cambiando con los años, las mismas
virtudes que tradicionalmente habéis
practicado deben perdurar en la
Institución militar. Vuestra integridad, la
fiel entrega al cumplimiento de vuestras
obligaciones y la vocación de servicio
a los demás son un verdadero ejemplo
para la sociedad”.

Palabras de Su Majestad el Rey Felipe VI


en la celebración de la Pascua Militar.
Palacio Real de Madrid,
6 de enero de 2017.
SECRETARÍA
GENERAL
TÉCNICA

SUBDIRECCIÓN GENERAL
DE PUBLICACIONES
Y PATRIMONIO CULTURAL

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