Nulidad Virtual A diferencia de la Causal de Nulidad contemplada en el inciso anterior, la
dispuesta en el último inciso del artículo 219 hace referencia directa a los supuestos de las
nulidades tácitas o virtuales, explicadas anteriormente, por cuanto se dispone que es nulo el
acto jurídico en el caso del artículo V del Titulo Preliminar, esto es el acto jurídico contrario a
las leyes que interesan al orden público o a las buenas costumbres. En estos casos, la nulidad
viene impuesta no expresamente por la norma legal, sino por el hecho de que el negocio
jurídico contraviene una norma inspirada en el orden público o las buenas costumbres.
Quispe Jihuaña parte del inmueble con el número 795-B, dicha venta se realizó el veintiuno de
diciembre de dos mil nueve, fecha en la cual el vendedor ya se encontraba casado con la
demandante Lily García Santa Cruz; en consecuencia, para la celebración de dicho acto jurídico
era indispensable la participación de la conyugue demandante; por ende, al no haber ocurrido
ello falta la manifestación de voluntad de la cónyuge, lo cual acarreará su nulidad; 2) El
demandado Renán Augusto Arce Saravia transfi rió la propiedad de una parte del inmueble sub
litis con aparente fi nalidad ilícita; sin embargo, no se puede afi rmar lo mismo de la
compradora, quien también es demandada en este proceso, pues actúo al amparo de la buena
fe; por consiguiente, un acto jurídico no es nulo cuando una sola de las partes ha actuado con
fi nalidad ilícita, sino que es necesario que ambas partes (comprador y vendedor) de ese modo,
es decir lo contrario, sería desconocer y perjudicar el derecho de la parte que intervino en la
celebración de dicho acto jurídico con buena fe; lo cual es contrario a lo dispuesto por el
ordenamiento jurídico; 3) Que de los anexos del testimonio de la escritura pública de
segregación y compraventa cuestionada, se tiene que el único propietario del inmueble sub
litis era el demandado Renán Augusto Arce Saravia, en su condición de "viudo", pues de igual
forma aparecía en los Registros Públicos, entonces, la demandada Rita Quispe Jihuaña habría
actuado en mérito a la fe pública registral. Si bien es cierto, actualmente en los Registros
Públicos de Puno, en mérito de una escritura pública de aclaración y rectifi cación de
compraventa se habría corregido la partida registral número 05006374 (fi cha número 1640),
en el extremo de consignarse como propietarios del inmueble sub litis a Renán Augusto Arce
Saravia con estado civil de 'casado" y su esposa Lily Sila García Santa Cruz, sin embargo, esta
rectifi cación se habría producido en fecha posterior a la "venta" que se cuestiona, pues, la
misma fue celebrada en fecha veintiuno de diciembre del dos mil nueve y la rectifi cación se
hizo en fecha veintidós de junio del dos mil diez, por lo cual la demandante se encuentra
amparada por la buen fe registral; 4) En consecuencia, a pesar de que la venta cuestionada,
aparentemente se encuentra incursa dentro de algunas causales de nulidad, debe preferirse la
buena fe registral con la cual la demandada Rita Quispe Jihuaña adquirió parte de la propiedad
del bien sub litis. 5. FUNDAMENTOS
TERCERO.- En cuanto a la causal de nulidad contemplada en el artículo 219 inciso 8 del Código
Civil, la cual nos remite al artículo V del Título Preliminar que establece: “es nulo el acto
jurídico contrario a las leyes que interesan al orden público o a las buenas costumbres”, la
doctrina califi cada, como la sustentada por doctor Lizardo Taboada, sostiene: “La nulidad
tácita o virtual es aquella que sin venir declarada directamente por el supuesto de hecho de
una norma jurídica, se deduce o infi ere del contenido de un negocio jurídico, por contravenir
el mismo el orden público, las buenas costumbres o las normas imperativas (…).Esta categoría
de nulidad virtual, exige por ende una interpretación no sólo de la norma jurídica, sino
también de las bases o fundamentos del sistema jurídico, conformado por normas imperativas,
orden público y buenas costumbres. En otras palabras, para poder detectar un supuesto de
nulidad virtual, es necesario en la mayoría de los casos una interpretación integral del sistema
jurídico, no sólo de sus normas, sino también de sus fundamentos”2 . De lo cual se infi ere que
la nulidad virtual es aquella que se encuentra tácitamente contenida en las normas jurídicas y
se hace evidente cuando el negocio jurídico cuestionado tiene un contenido ilícito, no sólo por
contravenir las normas imperativas, sino también por contravenir un principio de orden
público, o las buenas costumbres. CUARTO.- Dentro de este contexto dogmático y normativo,
se advierte que la norma contenida en la parte inicial del artículo 315 del Código Civil es una
norma de orden público, no sólo porque prohíbe los actos de disposición de los bienes sociales
por uno solo de los cónyuges, de lo cual se puede derivar su carácter imperativo, sino también
porque está orientada a la protección del patrimonio familiar y por ende del matrimonio y de
la familia; de tal modo que si el acto contraviene dicha norma se incurre en la causal de
nulidad absoluta prevista en el artículo 219 inciso 8 del acotado Código, por ser contrario a las
leyes que interesan el orden público según el artículo V del Título Preliminar del Código
Sustantivo. QUINTO.- En cuanto a la denuncia contenida en el ítem B) del numeral III de la
presente resolución, referente al principio de la fe registral, el artículo 2014 del Código Civil
establece que: “El tercero que de buena fe adquiere a título oneroso algún derecho de persona
que en el registro aparece con facultades para otorgarlo, mantiene su adquisición una vez
inscrito su derecho, aunque después se anule, rescinda, cancele o resuelva el del otorgante por
virtud de causas que no consten en los asientos registrales y los títulos archivados que lo
sustentan. La buena fe del tercero se presume mientras no se pruebe que conocía la
inexactitud del registro”; sobre el tema ALIAGA HUARIPATA sostiene que: “Este principio
puede defi nirse como “aquel (...) en virtud del cual el tercero que adquiere en base a la
legitimación dispositiva del titular registral es mantenido en la adquisición a non domino que
realiza, una vez que ha inscrito su derecho, con los demás requisitos exigidos por la ley”
(GARCÍA GARCÍA). En doctrina se reconoce un aspecto negativo y positivo de la buena fe; así, el
aspecto negativo implica desconocimiento de la existencia del vicio o inexactitud registral, y el
aspecto positivo creencia de que el transferente tiene sufi cientes facultades para proceder de
ese modo. La buena fe implica, en ese sentido, la seguridad del “poder de disposición y la
ignorancia de posibles inexactitudes en el contenido del Registro” (CANO TELLO), basado en un
conocimiento promedio (GARCIA GARCIA).”3 SEXTO.- Que, resulta pertinente remarcar que la
presunción de buena fe del tercero adquirente, establecida en el referido artículo 2014 del
Código Civil es una presunción iuris tantum, que admite prueba en contrario; que en el
presente caso se ha determinado en autos que en el fundamento primero de la contestación a
la demanda de la casante, ésta admite que trabajó en el consultorio médico del codemandado
Renán Augusto Arce Saravia durante muchos años, afi rmación que se debe tener como
declaración asimilada en virtud del artículo 221 del Código Procesal Civil; y, en su declaración
de parte prestada en la audiencia de pruebas, cuya acta corre a fojas doscientos veintiuno, ha
admitido que su codemandado tenía hijos, habiendo llegado a conocer a uno de ellos también
de nombre Renán; lo que, hace concluir que la misma tenía conocimiento del verdadero
estado civil de su codemandado, más que este último al presentar su documento nacional de
identidad ante el notario público donde se suscribió la escritura pública que contiene el acto
jurídico cuya nulidad se pretende, aparece con el estado civil de casado; siendo ello así, queda
desvirtuada la buena fe alegada por la recurrente. SÉTIMO.- Que, asimismo, resulta menester
remarcar que la doctrina y el reiterado pronunciamiento de la Corte Suprema han sostenido
que que el artículo 2014 del Código Civil en concordancia con el artículo VIII del Título
Preliminar del Reglamento General de los Registros Públicos establecen los requisitos
necesarios de la protección para el tercero "cualifi cado" de la fe pública: I) El adquirente debe
tener título válido y ser tercero respecto de las relaciones jurídicas anteriores afectadas por
alguna patología (elemento negocial); II) La adquisición debe efectuarse a título oneroso
(elemento negocial); III) Confi anza en el Registro (elemento de regularidad en la cadena de
transmisiones); IV) Buena fe
(elemento subjetivo); V) No debe constar en el Registro las causales de nulidad o inefi cacia
(elemento objetivo); y, VI) Inscripción de su propio título (elemento de cierre). OCTAVO.- Que
bajo este contexto dogmático y jurisprudencial, el Ad quem ha concluido la demandada Rita
Quispe Jihuaña, no ha inscrito en el Registro de Propiedad Inmueble la adquisición que
efectuó, mediante el contrato de segregación y compraventa, cuya nulidad se pretende en el
presente proceso, tal como fl uye de la copia de la Ficha N° 05006374 de fojas nueve; por
ende, su adquisición no se encuentra amparada por el mencionado principio. NOVENO.-
Finalmente, conforme al requisito señalado en el ítem I) del sétimo considerando de la
presente resolución, se debe precisar que estando a que este principio registral establece una
protección extraordinaria a favor del tercero adquirente, el título que ampara su derecho debe
ser válido; que el artículo 46 segundo párrafo del Reglamento General de los Registros
Públicos, enfatiza en ese mismo sentido que “la inscripción no convalida los actos que sean
nulos o anulables con arreglo a las disposiciones vigentes”. Sobre el mismo tópico Gonzales
Barrón señala: “El acto o negocio celebrado por el tercero debe ser válido, por cuanto el
Registro purifi ca la ausencia de poder de disposición del transmitente (en cuyo acto jurídico
no participó el tercero), perde autos se ha determinado que el acto jurídico contenido en la
escritura pública de compraventa de fecha veintiuno de diciembre dos mil nueve, que le transfi
ere la propiedad sobre el inmueble sub litis se encuentra viciado de nulidad; por consiguiente,
que a la recurrente Rita Quispe Jihuaña, no le alcanza el benefi cio del principio de la fe pública
registral; siendo ello así, la presente denuncia debe ser desestimada. VI. DECISIÓN. A) Por
estos fundamentos, de conformidad con el artículo 397 del Código Procesal Civil: Declararon
INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por la demandada Rita Quispe Jihuaña; en
consecuencia NO CASARON la sentencia de vista de fecha cuatro de mayo de dos mil quince,
obrante a fojas trescientos tres, que revoca la sentencia apelada de fecha dos de octubre de
dos mil catorce, de fojas doscientos cuarenta y cinco que declara infundada la demanda de
nulidad de acto jurídico; reformándola, declararon fundada; en consecuencia, declararon nulo
el acto jurídico de segregación y compraventa contenida en la escritura pública de fecha
veintiuno de diciembre de dos mil nueve. B) DISPUSIERON la publicación de la presente
resolución en el diario ofi cial “El Peruano”, bajo responsabilidad; en los seguidos por Lily Sila
García Santa Cruz con Renán Augusto Arce Saravia y otra, sobre nulidad de acto jurídico; y los
devolvieron. Interviene como ponente la Jueza Suprema señora del Carpio Rodríguez. SS.
TELLO GILARDI, DEL CARPIO RODRÍGUEZ, RODRÍGUEZ CHÁVEZ, CALDERÓN PUERTAS, DE LA
BARRA BARRERA. LOS FUNDAMENTOS DEL VOTO SINGULAR DEL SEÑOR CALDERÓN PUERTAS
SON LOS SIGUIENTES: Aunque concuerdo con la decisión tomada, discrepo de lo expuesto en
el considerando sétimo del fallo, por las siguientes razones: Primero.- Los casos de disposición
de bien conyugal se resuelven, como planteamiento general, declarando la inefi cacia del acto
jurídico; ello, porque lo que se discute es un asunto de legitimidad de los contratantes y no de
validez del negocio. La validez, como se sabe, atañe a los defectos en la estructura del acto
jurídico, mientras que la legitimidad a la potestad para disponer de los derechos materia de
contrato5 . Segundo.- En tal sentido, las referencias a falta de manifestación de voluntad,
objeto jurídicamente imposible, fi n ilícito o nulidad virtual no responden necesariamente a los
problemas suscitados por tales disposiciones, dado que: 1. La manifestación de la voluntad que
debe apreciarse es la de los celebrantes del negocio y no de quien no participó6 . 2. La
transferencia de bienes ajenos no está impedida en nuestro ordenamiento legal y su
titularidad puede ser asignada a particulares. Además, como se ha advertido, resulta un
contrasentido indicar que se está ante un caso de nulidad por objeto del acto jurídico
fundamentándose en que no intervino un sujeto7 . 3. El fi n en el acto jurídico es la causa para
su celebración. No puede confundirse ésta con los móviles del contrato ni tampoco todos los
motivos (causa fi n subjetiva) pueden ser tenidos como causa, sino solo “aquellos
determinantes de la voluntad del sujeto que han sido manifestados expresa o implícitamente
(…) y que por tanto son conocidos o han debido conocerse por las partes8 ”. 4. No sujetarse a
lo dispuesto en el artículo 315 del código civil no vulnera ley que atente contra el orden
público y las buenas costumbres, al extremo que, incluso, puede el supuesto afectado ratifi car
el acto jurídico, y ello es así porque lo que existe es un defecto en la legitimidad y no un vicio
estructural. Tercero.- No obstante lo señalado, es posible admitir que se den supuestos de
nulidad, y ello ocurre cuando los que celebran el acto jurídico se ponen de acuerdo para
vulnerar los derechos de un tercero. Cuarto.- Tal supuesto sería uno de fi n ilícito y no de
nulidad virtual, dado que en este último supuesto, lo que se sostiene es que existen normas
imperativas que prohíben que una sola de las partes disponga de los bienes de la sociedad
conyugal, lo que supondría que en todos los casos el artículo 315 del código civil tenga que ser
interpretado como un vicio de nulidad y no como inefi cacia por falta de legitimidad del acto
jurídico. Quinto.- En el presente caso, es posible concluir que la recurrente se puso de acuerdo
con su codemandado con el fi n de despojar de sus bienes a la esposa de su vendedor, lo que
supone la existencia de fi n ilícito estando: 1. A que se ha acreditado que la recurrente laboró
durante muchos años en el estudio de su transferente. 2. Que sabía que este tenía hijos. 3.
Que tenía pleno conocimiento que el bien que se le transfería era de la sociedad conyugal
precisamente por la relación de familiaridad existente entre ellos y porque así aparecía en su
documento de identidad. Sexto.- Finalmente, si bien la demandante sustentó su pedido en
causal distinta a la de fi n ilícito, estimo que es posible declarar fundada su pretensión por lo
prescrito en el artículo 219.4 del código civil, pues se advierte con claridad del contenido de la
demanda, más allá de la fundamentación jurídica, porque la causa petendi de esta consiste en
el conocimiento que tenía la codemandada de la falsedad del estado jurídico del vendedor y
que ello, asimismo, se precisó en el acápite 3 de los puntos controvertidos9 . En esa
perspectiva, es posible, en virtud de principio iura novit curia, sin modifi car la pretensión
traída a debate y respetando el contradictorio, emitir pronunciamiento de fondo,
desestimando el recurso de casación. Por tales fundamentos, Mi VOTO es porque se declare
INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por la demandada Rita Quispe Jihuaña; en
consecuencia NO CASAR la sentencia de vista del cuatro de mayo de dos mil quince, obrante
afojas trescientos tres; en los seguidos por Lily Sila García Santa Cruz con Renán Augusto Arce
Saravia y otra, sobre nulidad de acto jurídico. S. CALDERÓN PUERTAS
1 VIDAL RAMIREZ, Fernando. El acto Jurídico. Gaceta Jurídica. Novena Edición 2013, p 531 2
TABOADA CÓRDOVA, Lizardo. Nulidad del Acto Jurídico, Editora Jurídica Grijley. Segunda
Edición 2002. p. 97. 3 ALIAGA HUARIPATA, Luis. Código Civil Comentado. Tercera Edición.
Editorial Gaceta Jurídica, 2010, Tomo X, p 315, 318. 4 GONZALES BARRÓN, Gunther. Derecho
Registral y Notarial. Tercera Edición. Jurista Editores, Julio 2012, p 421. 5 En los términos de
Rómulo Morales Hervias. “La legitimidad es la capacidad de transferir efectos jurídicos o el
poder de disposición del sujeto en relación con una determinada posición jurídica”. La falta de
legitimidad en los contratos inoponibles. En: Actualidad Jurídica. Enero No. 230, p. 13. 6
Fernández Cruz, Gastón. La disposición de bienes conyugales. Refl exiones sobre dos
instituciones encontradas: la nulidad y la inefi cacia sobre la venta de bienes conyugales. En:
Actualidad Civil. Vol. 19. Lima, Instituto Pacífi co, enero de 2016, p. 34. 7 Moreno Arce, César.
Desvíos (no muy) doctrinales en materia de disposición de bienes sociales por uno solo de los
cónyuges. El supuesto de hecho contenido en el art. 315 cód. civ. En:
https://slideface.com/desvios-no-muy-doctrinales-en-materiade-disposicion-de-bienes-
sociales-por-uno-_5925345e1723dd394ee256cb.html. El mismo autor señala: “un objeto será
jurídicamente imposible cuando no sea un bien en sentido jurídico (es decir, no puede formar
parte del tráfi co jurídico), su titularidad no pueda ser asignada a los particulares o el objetivo
perseguido constituya un sinsentido jurídico (como en el caso de la venta de un bien del
propietario al mismo propietario o la hipoteca de un bien mueble) 8 Torres Vásquez, Aníbal.
Instituto Pacífi co, Lima, 2015. Acto Jurídico. Volumen I., p. 327. 9 “Determinar si la demandada
(…) adquirió el bien inmueble (…) de su codemandado Renán Augusto Arce Saravia a sabiendas
de que este era casado”.
‐ Que, en cuanto a la denuncia de interpretació n errónea del artículo doscientos diecinueve
inciso octavo del Código Civil, si bien el considerando octavo de la impugnada señalo que “...no
se desprende que la partición del inmueble se hubiese efectuado en contravención a nuestro
ordenamiento legal vigente como asevera la parte demandante...”, debe señalarse que dicha
instancia superior no podía encuadrar la presente demanda bajo la norma denunciada, si se
tiene en cuenta que la demanda se encuentra orientada a la causal del inciso sexto del artículo
doscientos diecinueve del Código Civil, argumentos a los cuales fueron orientados tanto la
demanda como la contestación de ésta, advirtiéndose un exceso en el fallo, motivo por el cual
no procede que esta Sede casatoria se pronuncie respecto a la denuncia propuesta en el
presente considerando, argumentos por los cuales tampoco corresponde amparar la denuncia
de inaplicación del artículo V del Título Preliminar del Código Civil.
DÉCIMO TERCERO: El artículo 219 inciso 8 del Código Civil señala que el acto jurídico es nulo
cuando es contrario a las leyes que interesan al orden público y a las buenas costumbres, en
concordancia con el artículo V del Título Preliminar del acotado código, en tanto, las normas de
orden público son de observancia obligatoria para todas las personas , y se diferencian de las
normas imperativas porque éstas son de observancia obligatoria solo para todas las personas
que se encuentran dentro del supuesto de hecho de tales normas. Asimismo, las buenas
costumbres.---- DÉCIMO CUARTO: En autos, la demandante señala que se ha incurrido en
causal que acarrea la nulidad de la Escritura de Constitución de Propiedad Horizontal, en tanto
el Notario Público no observó lo señalado por el artículo 54, inciso g), del Decreto Ley número
26002, Ley del Notariado, aplicable por razón de temporalidad, y que establecía que se debe
expresar la indicación de intervenir una persona, llevada por el compareciente, en el caso que
este sea ciego, entre otros supuestos.---------- DÉCIMO QUINTO: Sin embargo, conforme del
citado texto normativo no se aprecia que su inobservancia sea sancionada con nulidad, por lo
que no resultaría de aplicación lo señalado por el artículo 219 inciso 8, en concordancia con el
artículo V del Título Preliminar del Código Civil, que sanciona con nulidad cuando se vulnera
una norma de orden público, cuya observancia es obligatoria. Por tanto, la demanda de
nulidad de acto jurídico propuesta es inviable.---------------------------------------------- DÉCIMO
SEXTO: En relación al artículo 315 del Código Civil, que precisa que los bienes sociales de la
sociedad de gananciales son de naturaleza autónoma con garantía institucional, por cuanto sus
normas son de orden público, sin que pueda modificarse por la sola voluntad de los cónyuges.
Por lo tanto, su disposición debe efectuarse por ambos cónyugesDÉCIMO SÉTIMO: Conforme
lo ha reconocido la propia demandante el bien sub Litis sobre el cual se practicó la constitución
de propiedad horizontal y partición, es un bien propio de su esposo, declaración asimilada de
conformidad con el artículo 221 del Código Procesal Civil, motivo por el cual no resulta
necesaria la intervención de la demandante en dicho acto, por lo tanto no era de aplicación lo
señalado por el artículo 315 del Código Civil.------------
NULIDAD VIRTUAL O TÁCITA
El último inciso del artículo 219º hace referencia directa a los
supuestos de las nulidades tácitas o virtuales. Aquí, la nulidad
viene impuesta por el hecho de que el negocio jurídico
contraviene uno de los fundamentos o pilares del sistema
jurídico.
A criterio de Torres,[118] aquí nos referimos, por un lado, a las
normas imperativas, o sea aquellas que son de cumplimiento
obligatorio y no derogables por las partes; y, por otro lado, al
orden público, que está constituido por el conjunto de principios
fundamentales de diversa índole que constituyen la base social
sobre la cual se asienta la comunidad como sistema de
convivencia jurídica, garantizan un ambiente de normalidad con
justicia y paz.
“Que, cuando el acto jurídico es nulo, además de otras
causales, cuando es contrario a leyes que interesan al
oren público y las buenas costumbres. Que la anotada
causal, sustantiva de nulidad se fundamenta en la
limitación de la autonomía de la voluntad en razón a que
los actos jurídicos se celebran contraviniendo normas
imperativas que son la expresión del orden público; estas
nulidades no operan automáticamente, sino que los jueces
tienen la facultad de declararlas con el sustento de la
norma imperativa contravenida por la autonomía privada,
por lo general estas nulidades están integradas a las
normas prohibitivas provenientes del conjunto del
ordenamiento jurídico.” (Cas. 1021-Huaura, SCSS – El
Peruano 11-05-098)[119]
“Resulta indudable que la venta de un bien ajeno, sin
autorización o consentimiento de su verdadero
propietario del inmueble es un contrato contrario a las
leyes que interesan al orden público.” (Cas. 1376-99-
Huánuco, Normas Legales, T. 285, Febrero 2000)[120]
nterpretación errónea de los incisos 1º y 5º del artículo 219 del Código Civil, señalando que la
Sala de mérito, al conceptuar la simulación absoluta hace una interpretación errónea de dicha
figura jurídica, siendo necesario remitirse a lo establecido en el artículo 190 del Código Civil, en
donde se entiende por esta figura como la disconformidad entre la
La donación de inmuebles debe hacerse por escritura pública con indicación individual del inmueble/s
donado/s, su valor real y el de las cargas que ha de satisfacer el donatario, bajo sanción de nulidad.
, mientras que en caso de tratarse de bienes inmuebles, la donación
debe hacerse por Escritura Pública, bajo sanción de nulidad (artículo
1625 del Código Civil);
. Respecto a los errores in procedendo, la recurrente denuncia que no se ha tenido en cuenta
la primera parte del artículo séptimo del Título Preliminar del Código Procesal Civil, según el
cual “El juez debe aplicar el derecho que corresponda al proceso, aunque no haya sido
invocado por las partes o lo haya sido erróneamente”.
5. Que, el precepto contenido en la norma citada en el considerando precedente, es el
conocido como el principio “iura novit curia” según el cual el Juez tiene el deber de aplicar la
norma jurídica que corresponde a los hechos invocados; pues como órgano técnico que aplica
el derecho, no está vinculado por el derecho que invoquen las partes, sino que debe resolver
los autos conforme corresponda teniendo como único límite los hechos invocados por las
partes, pues es en función a ellos que se limitará el debate y análisis probatorio. Dicho límite es
conocido como el principio de congruencia, regulado en el segundo párrafo del citado artículo
séptimo, según el cual el Juez no puede ir más allá del petitorio ni fundar su decisión en hechos
diversos de los que han sido alegados por las partes; límite que se presenta como un
complemento del principio de iura novit curia pues es coherente y razonable que corresponda
a las partes exponer y probar únicamente el petitorio y los hechos que lo sustentan, y al juez
efectuar la calificación jurídica de los mismos. 6. Que, en suma, tal como lo ha precisado la
Casación 554-2004 – Cusco4 la norma procesal contenida en el artículo séptimo del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, cumple dos funciones: 1) Una supletoria, cuando las
partes han omitido los fundamentos de derecho o la invocación de la norma jurídica que
sustente la demanda y demás actos postulatorios; y 2) Una correctiva, cuando las partes han
invocado equivocadamente una norma jurídica como sustentatoria de sus peticiones, en cuyo
caso el Juez debe corregir el error aplicando la norma jurídica pertinente. 7. Por su parte, el
“principio de congruencia procesal” que, como se ha precisado, se encuentra íntimamente
relacionado con el principio de iura novit curia, se encuentra regulado en el segundo párrafo
del artículo séptimo del Título Preliminar del Código Procesal Civil, concordante con los
artículos cincuenta inciso seis y ciento doce inciso cuatro del mismo Código Adjetivo; según el
cual en toda resolución judicial debe existir: i) Coherencia entre lo solicitado por las partes y lo
fi nalmente resuelto, sin omitirse, alterarse o excederse dichas peticiones (congruencia
externa); y, ii) Armonía entre la motivación y la parte resolutiva (congruencia interna); en
suma, la congruencia en sede procesal, es el “(...) principio normativo que delimita el
contenido de las resoluciones Judiciales que deben proferirse de acuerdo con el sentido y
alcance de las peticiones formuladas por las partes (...) para que exista Identidad Jurídica entre
lo resuelto y las pretensiones (...)”5 ; de donde los jueces tienen el deber de motivar sus
resoluciones, como garantía de un debido proceso; no están obligados a darle la razón a la
parte pretendiente, pero sí a indicarle las razones de su sin razón y a respetar todos los puntos
de la controversia fijados por las partes, respetando así el principio de congruencia.
8. Que, el razonamiento arribado por la instancia de mérito, yace en dos premisas: 1) La venta
del bien ajeno no es causal de fin ilícito puesto que se pretende a través de de una pretensión
de ineficacia estructural del acto discutir el mejor derecho de propiedad; y 2) No resulta
disponer la nulidad del acto por causa de objeto jurídicamente imposible, por cuanto es una
pretensión no debatida. 9. En el presente caso, la parte demandante alega que el acto jurídico
es nulo, por cuanto la parte demandada ha vendido un bien de su propiedad, esto es, se ha
realizado la venta de un bien ajeno, y por tanto adolece de la causal nulidad contenida en el
artículo doscientos diecinueve inciso cuatro del Código Civil, referida al fin ilícito del acto. 10.
En lo que concierne a la premisa citada en el ítem ocho punto uno de la presente, teniendo en
cuenta que la pretensión contenida en la demanda versa únicamente sobre nulidad de acto
jurídico, dicho razonamiento no vulnera el principio de iura novit curia, pues como se ha
precisado en los considerandos precedentes, el principio de congruencia constituye el límite el
primer principio mencionado, y por tanto la instancia de mérito no estaba habilitada a emitir
pronunciamiento respecto de la ineficacia de acto jurídico que considera guarda relación con la
venta de bien ajeno. 11. Respecto de la premisa citada en el ítem ocho punto dos, se tiene que
la instancia de mérito sí se encontraba habilitada a emitir pronunciamiento, por cuanto, si bien
la actora no ha encuadrado los hechos de su demanda en la causal contenida en el artículo
doscientos diecinueve inciso tres del Código Civil, referida al objeto jurídicamente imposible; el
A Quo estaba autorizado a aplicar el derecho que considera pertinente al hecho que sustenta
la pretensión, pues ello no implica ir más allá de la pretensión de nulidad de acto jurídico que
se plantea; de lo cual se colige que la instancia de mérito ha infringido el principio de iura novit
curia, al no emitir pronunciamiento respecto de la causal in comento. 12. Que, lo antes dicho
no genera un vicio insubsanable de tal intensidad que propicie la nulidad de la recurrida, por
cuanto la Sala de mérito previamente a la omisión anotada, concluyó que los hechos descritos
en la demanda referidos a la venta de un bien ajeno constituyen causal de ineficacia del acto
jurídico; de modo tal, que la redundancia de hacer un nuevo análisis para concluir en lo mismo
respecto a la venta de un bien ajeno, conlleva a la aplicación del artículo ciento setenta dos del
Código Procesal Civil, según el cual no hay nulidad si la subsanación del vicio no ha de influir en
el sentido de la resolución o en las consecuencias del acto procesal.
El criterio planteado por la norma en su parte final, referido a la posible no afectación del
negocio cuando el documento sea declarado nulo, debe de entenderse es trictamente
referido a los supuestos en que el documento representa solamente una forma ad
probationem (que, a diferencia de la forma ad solemnitatem, no es compo nente estructural
del negocio, por lo que su defecto no priva de validez al negocio, al contrario de aquella), ya
que en ellos resulta posible la escindibilidad de los efectos de la nulidad que pudiera
golpear al documento, pues si se tratase de una forma ad solemnitatem el negocio también se
vería perjudicado en forma irremediable al faltar uno de sus elementos esenciales o
constitutivos. Al concretarse el caso bajo comen tario resulta evidente que se suscitará la
problemática vinculada a la probanza del negocio, para lo cual habrá que acudir a la valoración
del documento declarado nulo en cuanto sea ello posible, atendiendo sobre todo al origen de
la nulidad. Así por ejemplo, si pensamos en que la nulidad del documento se ha decretado
por una falsedad en la firma del declarante, es evidente que, incluso cuestionándose la propia
validez del negocio, el contenido documental se vería bastante cuestionado siendo necesario
algún otro medio de probanza a fin de que se pueda establecer el "real" contenido negocia!.
Por último, se debe resaltar que la denominada nulidad documental se obtiene luego de una
constatación de los requisitos formales del documento en particular, es decir, los que se
reflejan directamente a partir de su tenor literal vinculados a los requerimientos que la ley
exige al documento para poder ser considerado idóneo para suplir la finalidad a él inmanente.
Los supuestos más claros de nulidades documentales se encuentran en el Derecho Cambiario,
específicamente en lo que concierne a los títulos valores tales como la letra de cambio,
cheque, pagaré, etc.; no afectando que los antedichos sean considerados como "negocios
abstractos", concebidos, aquí muy genéricamente, como los negocios en que existe una
desvinculación con la causa que le habría servido de sustento.
JURISPRUDENCIA "No debe confundirse el acto con el documento que sirve para probarlo.
Puede comprobarse el acto aunque el documento se declare nulo" (Exp. Nº 67592, Gaceta
Jurídica Nº 44, p. 27C). "No debe confundirse el acto con el documento que sirve para
probarlo, tanto más que, tampoco cabe discutir ni decidir incidentalmente una nulidad al
respecto" (Exp. Nº 44195Lima, Hinostroza Minguez, Alberto. Jurisprudencia Civil, Tomo 1, p.
54). "Someter la nulidad del acto jurídico de la compraventa al del instrumento que la contiene
implica caracterizarla como acto 'ad solemnitatem causa', que es ajeno a su esencia jurídica"
(Exp. Nº 97987Lambayeque, Normas Legales, tomo 153, p. 597). "De conformidad con el
artículo 225 del Código Civil, no debe confundirse el acto con el documento que sirve para
probarlo. Puede subsistir el acto aunque el docu mento se declare nulo, por cuanto la
obligación es un efecto y nunca una causa". (Cas. Nº 67592. Diálogo con la Jurisprudencia Nº
38. Enero 2001. Pág. 249) "Que, no se debe confundir el acto con el documento que sirve para
probarlo, como establece el artículo 225 del Código Civil, concordante con el artículo 237 del
Código Procesal Civil. Que, en consecuencia, es preciso puntualizar que, el proceso bajo
examen no versa sobre la nulidad de una minuta de compraventa como expresa en el recurso
de casación, sino sobre el acto jurídico que ésta debía probar, de tal manera que si en otro
proceso se ha ordenado que esa minuta se haga constar en escritura pública, no se ha resuelto
en modo alguno sobre el acto que representa, sino sobre su forma, conforme al artículo 1412
del Código Civil, que es cosa distinta". (Cas. Nº 47596. Diálogo con la Jurisprudencia Nº 38.
Enero 2001. Pág. 249) "Que, el Código Civil en el artículo 225 consagra la nulidad refleja,
entendida como el principio de conservación del acto aunque el documento se declare nulo".
(Cas. Nº 39897. Diálogo con la Jurisprudencia Nº 38. Enero 2001. Pág. 249) "Que en el Derecho
Peruano, la compraventa es un contrato consensual, que se forma por el solo consentimiento
de las partes, esto es cuando se produce acuerdo en la cosa materia de la transferencia y el
precio, como lo establecen los artículos 1352 y 1529 del Código Civil, lo que no se debe
confundir con el documento que sirva para probar tal contrato de compraventa, como
también estipulan los artículos 225 del Código Civil y 237 del Código Procesal Civil. Que es
facultativo que el contrato de compraventa conste en escritura pública para cumplir con el
requisito del artículo 4 del Reglamento de las Inscripciones de los Registros Públicos, siendo
de aplicación lo dispuesto en el artículo 1412 del Código Civil, desde que el otorgamiento de
escritura pública en este caso no reviste un requisito ad solemnitatem, esto es que se haya
convenido que la escritura pública es requisito indispensable para la validez del acto jurídico,
bajo sanción de nulidad". (Cas. Nº 47596179398. Diálogo con la Jurisprudencia Nº 38. Enero
2001. Pág. 243) "Conforme a la sentencia de vista, la escritura pública implica la formalización
de un acto jurídico y son independientes el acto con el documento que le sirve para
acreditarlo". (Cas. Nº 34942000 Lima, publicada el 31/0712001. Diálogo con la Jurisprudencia
Nº 37. Octubre 2001. Pág. 172)