MOSAICO DE LOS AURIGAS
Panem et circenses, (pan y circo). Había que mantener a la población ocupada
con los juegos y de esta forma, alejarlos de los temas políticos. El momento
más esperado para un ciudadano romano era la carrera de cuadrigas que tenía
lugar en el Hipódromo. El de Mérida, tuvo un aforo de unos 30.000
espectadores. Parece ser que pudieron correr hasta 12 carros a la vez. En la
siguiente fotografía, podemos ver el mosaico de los aurigas. Fueron tan
famosos que los vemos plasmados en este mosaico.
A la izquierda, se encuentra el auriga Marcianus. A la derecha, Paulus. Justo
en el centro, podemos ver los cuatro vientos soplando. Es la parte del mosaico
que se encuentra más destruida. En la siguiente fotografía, podemos
contemplar el detalle del primer conductor de cuadriga.
El segundo caballo de la derecha también fue célebre, ya que vemos su
nombre escrito. Inluminator se llamaba. Incluso fue famoso su dueño como
leemos en los lomos del animal: getuli. El conductor de la cuadriga porta un
látigo en una mano y la palma de la victoria en la otra. El segundo auriga
llamado Paulus lo podemos apreciar más abajo. Es el rostro la parte más
destruida.
Está fechado en la segunda mitad del siglo IV.
Los mosaicos, en época imperial, servían como pavimento de casas ricas.
Está formado por tres bloques figurativos. El central es un tondo o medallón
con escenas báquicas. En los laterales se disponen dos paneles
cuadrangulares con representación de sendos aurigas victoriosos, Marcianus y
Paulus.
Los mosaicos, en época imperial, servían como pavimento de casas ricas o
ambientes públicos, y estaban realizados con pequeños cubos de piedra o
pasta vítrea llamados "tesselae".
VILLA ROMANA DE OLMEDA
Descubierta en 1968, la Villa Romana La Olmeda, es uno de los yacimientos
arqueológicos más importantes del mundo romano hispánico. Se trata de una gran
mansión del Bajo Imperio (s. IV d.C.), cuyo edificio principal de planta cuadrada
flanqueada por dos torres, se dispone en torno a un patio central y peristilo al que se
abren las distintas dependencias, la mayoría de ellas con pavimentos de mosaicos. El
salón principal u “oecus” de 175 m 2 conserva en muy buen estado uno de los
principales mosaicos del mundo romano en el que se pueden contemplar dos escenas;
la principal narra el conocido episodio de Ulises en Skyros, orlado por una bella cenefa
con una serie de retratos, probablemente de los dueños de la mansión. Bajo el tema
principal una cacería de gran realismo.
En las proximidades del edificio principal se han excavado diversas necrópolis con
abundante e interesante material que permite estudiar y conocer mejor el mundo
tardorromano en la meseta. El conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural el 3 de
abril de 1996. En Saldaña, localidad próxima a la villa, se completa la visión de la vida
en la Roma bajoimperial con la visita al Museo Monográfico de la Villa, en el que se
pueden admirar desde las vajillas de cerámica en terra sigillata hasta los ajuares
funerarios de las necrópolis. El descubrimiento de la Villa Romana La Olmeda tuvo
lugar en el verano de 1968 con motivo de la realización de unas labores agrícolas, que
al tropezar con restos de una vieja pared fueron el principio de una investigación
arqueológica. La incógnita pronto se despejó con el hallazgo de un espléndido palacio
de época imperial romana: salas, corredores, pórticos, todo un conjunto cuyo momento
de esplendor, hace 1600 años, la fortuna nos devuelve ahora.
La monumental fachada del edificio, flanqueada por dos torres de forma octogonal, se
abre al mediodía. Traspasada ésta, se accede al interior del palacio por un vestíbulo
cuyo mosaico se conserva prácticamente intacto. Al fondo del vestíbulo, dos columnas
marcan la separación entre él y una amplia galería transversal en cuyos extremos
convergen otras con bellos mosaicos geométricos, que son el acceso a las principales
habitaciones de la mansión. Las orientadas al saliente, de mayor importancia y
suntuosidad, se identifican como alcoba, pequeño comedor, y sala de recepciones, y
conservan espléndidos mosaicos. Entre las orientadas al poniente, el gran comedor es
la principal, con reformas de época romana que acrecientan su interés arqueológico.
El mosaico de la sala de recepciones es uno de los principales mosaicos conservados
en España: Piedras de diminuto tamaño y diversidad de color se van ordenando
armoniosamente hasta formar escenas. Cazadores a pie y a caballo que acosan a
diversos animales, héroes de la antigüedad clásica que nos relatan sus viejas
leyendas, y un friso, entre ánades silvestres heráldicos y delfines, en el que los dueños
del palacio se inmortalizan en retratos en los que el arte del mosaico alcanza su
culminación.
En el museo arqueológico de Saldaña, a 6 kilómetros de la villa romana, se exponen
los objetos aparecidos en las ruinas: monedas, vajilla fina de mesa, herramientas de
labradores y artesanos, los arreos de bronce de sus veloces caballos y los frágiles
vasos de color verdoso, encontrándose estos últimos como ofrendas funerarias
colocadas junto al cadáver en las tumbas de las necrópolis, emplazadas a prudente
distancia del poblado. Los baños de la Villa Romana La Olmeda constituyen un
espacio diferenciado en el sector Oeste del conjunto de la pars urbana. Fueron
identificados ya en las excavaciones dirigidas por P. de Palol y J. Cortes en 1970 y,
desde entonces, se han sucedido una serie de actuaciones cuyo objetivo primordial
fue la delimitación del perímetro exterior del complejo. En 1991 se retomaron los
trabajos en su interior localizándose cinco estancias que constituyen el extremo
meridional del conjunto, documentado como sector Sur de los baños. La disposición,
en 1995, de una cubierta fija destinada a proteger de la intemperie todo el ámbito
termal, animó los trabajos de consolidación de las estructuras, así como la
restauración y recolocación de los pavimentos de Opus tessellatum descubiertos en
las estancias.
La organización de las estancias evidencia dos zonas a ambos lados del corredor de
acceso desde la villa por lo que, desde un punto de vista meramente analítico, se
puede dividir la planta de los baños de La Olmeda en tres sectores:
el sector Sur contiene una gran estancia (B-10) de planta circular con ángulos
en esquina, calefactada mediante canales radiales, que tal vez fuera una
habitación "templada", y cuatro pequeñas habitaciones anejas (B-14, B-13, B-
12, B11 [dos de ellas, en primer término]) de planta rectangular, en esta
ocasión sin calefacción.
el sector Central representa, según queda dicho, el acceso al conjunto desde la
residencia señorial; se hallaría cubierto como da a entender la presencia de
contrafuertes exteriores.
el sector Norte parece configurarse como el espacio en el que se ubican las
dependencias más específicas del aparato termal. Se identifican hasta el
momento:
1. una gran sala cuadrada con esquinas curvas al interior y banco corrido
de fábrica en algunas zonas, interpretada como el apodyterium (B-02),
que dispone además de una bañera fría, tipo descensio.
2. al SE., un habitáculo más pequeño con un profundo canal de desagüe y
pavimento de baldosas cerámicas, que parece apuntar a su uso como
latrinae (B-05).
3. adosado a las dos anteriores, un ámbito protegido con cubierta (B-04),
largo y estrecho, seguramente un vestibulum que precede el único
acceso al apodyterium desde el exterior del edificio.
4. al norte del sector septentrional se identifican tres bloques "salientes",
localizados en 1986 durante la excavación perimetral del conjunto: en el
ángulo NE, por encima del vestíbulo, un habitáculo cuadrado (B-06) que
parece constituir un añadido; en el centro, conectado con el
apodyterium, un ábside trilobulado (B-03) y en la esquina NO, adosado
a las estancias calefactadas, un ámbito rectangular (B-09) donde se
inscribe el praefurnium y que hemos interpretado como el propnigeum
termal.
En resumen, tras estas intervenciones se puede contemplar un edificio anejo al palacio
de la villa, con una superficie próxima a los 900 m 2 , a los que cabe añadir un espacio
existente entre el sector sur de los baños y la torre más próxima del palacio, delimitado
por una tapia, y que abarca unos 300 m 2 más.