DICHOSOS LOS DE LIMPIO CORAZÓN
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
(Mateo 5:8)
Introducción.
Cuando empecé esta serie me preguntaba ¿Qué necesita la iglesia para crecer en Cristo?, hoy la pregunta ha
cambiado ¿Qué tiene la Iglesia para crecer en Cristo?
Hago mías las palabras de este siervo de Dios.
“Al principio lo que más me preocupaba, era buscar el asunto sobre el cual tenía que hablar; ahora
me preocupa el deseo de no hablar inútilmente. El Señor no me ha enviado aquí a adquirir la fama de
un orador elocuente, sino a ganar almas para Cristo y a edificar a su pueblo. A menudo cuando
comienzo a hablar, no sé de qué manera proseguir, pero insensiblemente se me ocurre una cosa
después de otra, y generalmente las partes mejores y más útiles de mi sermón, se me vienen a la
imaginación mientras estoy predicando." John Newton.
A través del proceso de conocer y entender las bienaventuranzas, podemos saber como está nuestro crecimiento
en la fe y nuestra vida en Cristo.
Las primeras cuatro bienaventuranzas tienen que ver con nuestro estado interno. La pobreza de espíritu produce
lágrimas de arrepentimiento. A partir de ese quebrantamiento, nacen la mansedumbre y el deseo de estar vestido
de la justicia de Cristo.
Las últimas cuatro bienaventuranzas están relacionadas con la esfera de nuestras relaciones. En el versículo 7,
aprendimos que el pobre de espíritu, el que llora, el manso y el hambriento es misericordioso en su trato con los
demás. Pensemos de nuevo en el samaritano que fue movido a la misericordia. En el v. 8, el creyente manifiesta
limpieza de corazón porque es la única manera en que este verá a Dios.
Hebreos 12:14 “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”.
La suma de las anteriores bienaventuranzas y como entender mi pobreza de espíritu, mi lamento por causa del
pecado y los efectos desastrosos de este en la vida y en mi relación con los demás, me llevan a vivir aprendiendo
en mansedumbre y practicando en misericordia. Esto ya me pone en la categoría de ser limpio de corazón.
A. BIENAVENTURADOS LOS DE LIMPIO CORAZÓN… (Mis circunstancias internas)
¿DE QUÉ CORAZÓN SE TRATA?
La palabra corazón, encierra la totalidad o la esencia de todas las cosas o actividades del hombre, de su
personalidad y su carácter, su voluntad y su mente. El corazón es el centro de la vida espiritual del hombre.
“El hombre bueno, del buen tesoro (donde guarda) de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su
corazón saca lo Malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.”
Dos clases de personas, el hombre bueno y el hombre malo. Delante del Señor solo hay una categoría.
Rom 3:10-12 “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se
desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.”
Inevitablemente el hombre que tiene su corazón así, solo podrá hablar de estas cosas, reflejarlas, manifestarlas.
Mar 7:21-22 “Pues de adentro, del corazón de la persona, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, el
robo, el asesinato, el adulterio, la avaricia, la perversidad, el engaño, los deseos sensuales, la envidia, la calumnia,
el orgullo y la necedad.” (NTV).
Cuando una persona bienaventurada muestra misericordia lo hace sin esperar nada a cambio. Hace bien por el
simple hecho de querer hacer el bien, porque sabe que el bien glorifica a Dios. Sus intenciones no son oscuras.
Su bondad no está mezclada con malicia ni con vanagloria. Tiene limpieza de corazón. No hace el bien para que
los demás se fijen en él.
B. LA IMPUREZA DE CORAZÓN ES LA CAUSA DE LA CEGUERA ESPIRITUAL, o la causa de gran
parte de ella, sino es que de toda ella.
EL ESTADO DEL CORAZÓN CARACTERIZA A LOS HOMBRES BUENOS
Luc 6:45 “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno”
La Palabra dice que somos malos, por naturaleza depravados y totalmente contrarios a los pensamientos santos
que El Señor espera.
Por eso para cambiar esta naturaleza tan dañada, es necesario que El Señor haga una cirugía espiritual profunda y
permanente. ¡¡¡ Y esto solo es su soberana obra¡¡¡
Eze 36:26-27 “Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de
piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y
guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.”
Por eso El Señor espera de aquellos a los que soberanamente ha amado y no aborrecido, que mostremos entonces
que tenemos un corazón limpio, que tenemos pureza de pensamientos. Que tenemos limpios deseos... que
tenemos limpias motivaciones en su vida...
Como el corazón nuestro es el centro y la totalidad de nuestra persona interior que ha sido sometido a una cirugía
extrema y espiritual, El Señor espera que Dt 6:5 sea un acto natural en nosotros “Y amarás a Jehová tu Dios
de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.”
Los de limpio de corazón Son aquellos que no son cristianos de “doble ánimo” (Sant 4:8).
Sg 4:8 “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad
vuestros corazones.
Heb 10:39 “Pero nosotros
Un hombre que está intoxicado por las drogas o el alcohol no puede ver claramente, y su visión esta distorsionada
o doble; y hay copas, además de las que intoxican, que impiden que el ojo mental y espiritual tenga una clara
visión, y quienes las beban, se quedarán espiritualmente ciego, y serán incapaces de ver a la distancia.
Hay bellezas morales y horrores inmorales que algunos no pueden ver porque tienen un corazón impuro. Por
ejemplo aquellos que están en la esclavitud de la codicia, o en la esclavitud de las drogas, o la inmoralidad sexual
o la lascivia.
El limpio de corazón puede ver; pero cuando la avaricia o estas esclavitudes que mencioné se adentra en el
corazón, vuelve al ojo débil o ciego.
La misma observación es válida en lo concerniente a la lascivia. He notado a menudo, que cuando los hombres
hablan mal de la fe y denigran la Santa Palabra de Dios, sus vidas son impuras. O cuando los creyentes son tardos
en obediencia es porque en la gran mayoría de las veces sus corazones no están de acuerdo al corazón de Dios.
Entonces no son limpios de corazón.
Cuando los hombres hablan en contra del Evangelio, casi siempre se debe a que el Evangelio habla en contra de
ellos. El Evangelio los encuentra y los acusa de la culpa de sus pecados, y no vivirían como viven, si pudieran
verse como Dios los ve; no podrían ser capaces de continuar en su inmundicia, corrompiendo a otros así como
arruinándose ellos mismos, si realmente pudieran ver. Pero conforme estas perversiones penetran en el corazón,
de seguro cegarán los ojos.
Lo mismo puede decirse con relación a la verdad espiritual y a la verdad moral. Muchas personas e incluso
aquellas llamadas cristianas que dicen que no pueden entender el Evangelio de Cristo, yo creo que en la mayoría
de las veces (no todas las veces) es el pecado que les impide entenderlo.
Muchos cristianos sobre los cuales Dios reclama sus derechos demuestran la impureza de sus corazones cuando
dicen "nosotros no reconocemos los derechos de Dios sobre nosotros."
Si cualquiera de ustedes habla así, es porque su corazón no es recto a los ojos de Dios; pues si fuesen capaces de
juzgar rectamente, verían que Dios tiene todos los derechos y uds deben reconocer que quien me ha creado tiene
el derecho de gobernarme, que Él es Dios y Señor y el más grandioso y el mejor, y que debe ser el juez que nunca
tendrá la posibilidad de fallar y errar y será siempre benévolo y bueno.
Quienes no tienen un corazón limpio siempre se justificarán ante los reclamos divinos excusándose en sus
hipócritas y rebuscadas excusas
¿En qué hemos de volvernos? ¿En qué te hemos robado? ¿En qué hemos hablado contra ti? (Mal 3:6-13).
El llegar a este estado de la bienaventuranza de “Bienaventurados los de limpio corazón” tiene que ver con
entender completamente la grandiosa doctrina de la propiciación. Aunque algunos no acepten el “porque tenía
que haber propiciación y porque El Señor no podía perdonar la transgresión de una vez, y acabar con ella? ¿Qué
necesidad hay de un sacrificio sustitutivo?"
1. Llegar a ser limpio de corazón está relacionado con el estado de mi alma al vivir y obrar en la pobreza de
nuestro espíritu, en el temor de contaminarnos con el pecado y de llorar en angustia, tristeza y dolor por los
efectos desastrosos de este pecado en nuestra propia vida, y en la vida de mi iglesia y hermanos.
La mansedumbre que aprendemos diariamente es porque entenderemos nuestras propias debilidades, que nos
afectaran si nos alejamos de la misericordia del Señor y de su gracia para soportar los ataques del pecado y
Cuando en nuestra conciencia hemos sentido su peso, y la vergüenza de haber sido terriblemente manchados por
el pecado, esto nos llevaría a buscar La justicia de Dios en Cristo que ha sido satisfecha y engrandecida por la
muerte de Cristo en la cruz como el Sustituto por todos los que creen en Él, de tal forma que mientras la
misericordia de Dios es exhibida allí en la humillación de la cruz, podamos sentir de que hay un camino de
reconciliación y que nosotros miserables y pecadores hemos sido elevados a la posición inalterable de ser hijos de
Dios.
2. Los de limpio corazón no ven ninguna dificultad en la expiación, que tiene que ver con eliminar algo, en
este caso quitar la culpa mediante el pago de una sanción, o mediante la ofrenda de un sacrificio, mientras que la
propiciación tiene que ver con el objeto de la expiación. El prefijo pro significa “por”, así que la propiciación
provoca un cambio en la actitud de Dios, para que Él pase de estar en enemistad con nosotros a estar por
nosotros. A través del proceso de la propiciación somos restaurados a la comunión y al favor delante de Él.
Al no entender no solamente el concepto sino la acción entonces surgen dificultades en nuestra relación,
obediencia y comunión con Dios y eso nos permite tener un corazón limpio.
Puede decirse lo mismo de la igualmente importante verdad de la regeneración. Los de corazón impuro no ven
ninguna necesidad de nacer de nuevo, porque ellos no entienden en su no-regeneración que su naturaleza es
mala desde el principio, que sus malos pensamientos que nacen del mal corazón, son espontáneos y no
comprenderán jamás lo terrible que es que una naturaleza así permanezca sin ser cambiada.
Por esta causa es que El Señor interviene en nuestra salvación, porque precisamente debido a que nuestro
corazón es impuro, no vemos nuestra propia impureza, y no lo confesamos, ni lo haríamos en el futuro, y no
veríamos necesidad de ser hechos una nuevas criaturas en Cristo Jesús.
Ser de limpio corazón significa entender estos conceptos de la justificación, redención, propiciación, expiacion,
pero con dolor aquellos que no la ven, no la ven porque son de impuro corazón.
Los de limpio de corazón Son aquellos que ha lavado sus ropas (su ser interior) y las ha emblanquecido en la
sangre del cordero (Apocalipsis 1:5; 7:13,14).
Apo 1:5 “y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos
amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre…”
3. Como sabemos que tenemos un corazón limpio, Porque nos hemos enamorado d Él, de su belleza y
pureza que es mas divina que humana poque es Dios mismo quién se reveló en la persona de Cristo.
Por eso la bienaventuranza promete que ellos verán a Dios.
Y lo veremos en la eternidad cuando nuestra esperanza sea real, sino que también lo veremos en este momento al
verlo a Él, quién dijo que quien le ha visto a Él ha visto al Padre, lo veremos a través de su Palabra y lo veremos a
través de sus hijos y de su iglesia.
4. Es limpio e corazón quien entra al reino de los cielos como un niño, honesto, sincero, pero Las cosas del
reino están escondidas para el que es desleal y solapado, porque el hipócrita no verá nunca a Dios mientras se
mantenga en su hipocresía que le impide verse a sí mismo como realmente es a los ojos de Dios.
El hombre que está muy satisfecho con el nombre de cristiano pero que no lleva la vida de un cristiano, no verá
nunca a Dios mientras sus ojos no sean abiertos divinamente.
Los de limpio de corazón son aquellos que aman a los hermanos.
Efe 1:15 “Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los
santos…”
¿Cómo oyó Pablo de la fe de los efesios? Porque otros lo vieron y lo divulgaron, esto era algo que no se podía
ocultar porque se demostraba en el amor los unos a los otros
Amor personal (Vuestro amor…)
Amor con un objetivo (Para…)
Amor sin distingos (con todos…)
Amor enfocado (Los santos)
5. Es limpio de corazón quien no tiene a la religión o al legalismo de la religión como norma, tenemos el
ejemplo del mismo Pablo. El formalismo es sinónimo del legalismo disfrazado de fe que siempre mira a la cáscara,
y no se adentra nunca en la semilla. Que lame el hueso pero no llega nunca a la médula. Que toma una serie de
ceremonias y rituales mayormente inventadas por él, anulando la libertad que da el Espíritu; y cuando ha
participado en ellas, se halaga diciendo que todo está bien, aunque su propio corazón codicia el pecado. Un
hombre así no puede ver a Dios.
Los de limpio de corazón Son aquellos que permanece en la verdad de Cristo y la aman (Jn 8:31,32).
Jn 8:31-32 “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis
verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
6. Es limpio de corazón quien abre la escritura, para ver lo que esta allí, buscando así conocer más de su
Señor y no como aquel que Abre la Biblia, no para ver lo que está allí, sino para ver lo que pueda encontrar para
apoyar sus propios puntos de vista y sus opiniones. Si no encuentra allí los textos que necesita, torcerá los que
encuentre parecidos hasta que, de una manera o de otra, los ponga de su lado; pero sólo creerá aquello que
concuerde con sus propias nociones preconcebidas. Le gustaría moldear la Biblia como si fuese una masa de cera,
para darle la forma que quisiera; por eso, naturalmente, no puede ver la verdad, y no quiere verla.
Por eso creo que hay algunos cristianos que jamás ven a Dios tan bien como otros lo ven; me refiero a hermanos
que, debido a su constitución natural, parecen ser naturalmente de un espíritu que todo lo pone en duda.
Generalmente se quedan sorprendidos por algún punto doctrinal o por otro, y su tiempo es consumido
principalmente en dar respuestas a objeciones y en la eliminación de dudas.
Los de limpio de corazón Son aquellos que obedece de corazón a la Palabra de Verdad (1 Ped 1:22; Efe 1:13;
Rom 6:17).
1Pe 1:22 “Al obedecer la verdad, ustedes quedaron limpios de sus pecados, por eso ahora tienen que amarse unos a otros
como hermanos, con amor sincero.* Ámense profundamente de todo corazón.”
7. No se puede tener un corazón limpio sin el arrepentimiento que solo viene de Dios. Dios aborrece el falso
arrepentimiento, esa tristeza mundana, carnal y diabólica insulta la santidad divina,(Como si eso en verdad
afectara su carácter), Es una burla de su gracia (Como si eso le afectara), simplemente Él es paciente para con
todos, no queriendo que ninguno perezca sino que todos procedamos al arrepentimiento. (2 Ped. 3:9)
Por eso el apóstol Juan nos amonesta diciendo: “Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro
trabajo, sino que recibáis galardón completo.” 2Jn 1:8
Nuestra oración debiera ser la oración de David: “Crea en mí oh Dios un corazón limpio” (Sal 51:10).
8. Los limpios de corazón no son como aquellos creyentes Turistas que son los que se mantienen ellos
mismos lejos de la acción y compromiso. Pueden ver los demás gastando sus vidas para Cristo, pueden ver
necesidades y oportunidades de mostrar el amor y carácter de Cristo, pero fácilmente cierran sus corazones.
Ellos observan desde una distancia muy segura, pues están en un ambiente cómodo, viven asilados y miran desde
lejos a otros que están laborando en la mies. Estos son los que nunca ensucia sus manos en el nombre de Cristo.
Por eso nunca experimentan el gozo y la plenitud de vivir una vida como Dios quiere que vivan.
SU ESTADO CARACTERIZA A LOS HOMBRES MALOS (Luc 6.45)
Luc 6:45 “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón
saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.”
¿Qué está saliendo de su corazón hermano que puede estar contaminando o buscando tropiezo en ud mismo y en
la vida de su hermano? Que puede colocarlo en la categoría de hombre o mujer malo.
Mateo 15:18-19, nos dice “Que lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre”.
¿Cómo llegaron estas cosas a su corazón?
Somos malos por naturaleza, es inevitable vivir y actuar de una manera diferente a la que hemos nacido.
Nacemos con el pecado, vivimos en el pecado, moriremos en pecado, y seremos condenados por causa del
pecado. Ese es nuestro estado natural.
Y como hombres naturales (En Pecado). 1Co 2:14 “nos dice que el hombre natural no percibe las cosas que son del
Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.”
no somos de los que se apartan de Dios hacia su propia destrucción. Somos los fieles, y nuestras almas serán salvas”
PORQUE ELLOS VERÁN A DIOS. (Mi circunstancia futura)
¿CÓMO VEREMOS CUMPLIDA LA PROMESA DE VER A DIOS?
A. Notemos el orden de la bienaventuranza:
1. Purificando el corazón.
2. Obteniendo el resultado -ver a Dios.
a. El creyente limpio de mente ve a Dios.
b. El creyente de voluntad dedicada ve a Dios.
c. Aquel creyente que no ve a Dios en su vida...?Será en verdad lo que dice ser?
B. Viendo a Cristo que habita en nosotros (Juan 14:5-14).
Cuando conocemos a Cristo, conocemos al Padre. “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre;” (Jn 14:9) Porque Cristo
Jesús es la imagen del Dios invisible (Colosenses 1:15).
Esto se logra por medio de escudriñar las Sagradas Escrituras e imitando a Jesús (2 Tim 2:15)
2Ti 2:15 “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien
la palabra de verdad.”
CONCLUSIÓN: COMO MEJORÉ LA LIMPIEZA DE MI CORAZÓN EN CRISTO.
Aun cuando nuestro corazón no sea perfecto, no estamos desahuciados. Y aun cuando no seamos creyentes
intachables podemos estar seguros que Cristo nos tiene tomados de la mano, y que Él, que creó nuestro corazón,
exactamente sabe cómo purificarlo. Sólo clamemos junto al salmista: “Lávame más y más de mi maldad y límpiame de
mi pecado. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí” (Salmos 51:2,10).