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Recursos para Líderes Juveniles Manual Bíblico y Práctico Billy

Este manual provee recursos prácticos y bíblicos para líderes juveniles. Está dividido en tres módulos que cubren temas como las responsabilidades y relaciones del líder juvenil, temas para enseñar a los jóvenes como noviazgo y empleo, y orientaciones para casos difíciles como adicciones y abuso. El objetivo es ayudar a los líderes a ministrar efectivamente a los jóvenes y adolescentes.

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Recursos para Líderes Juveniles Manual Bíblico y Práctico Billy

Este manual provee recursos prácticos y bíblicos para líderes juveniles. Está dividido en tres módulos que cubren temas como las responsabilidades y relaciones del líder juvenil, temas para enseñar a los jóvenes como noviazgo y empleo, y orientaciones para casos difíciles como adicciones y abuso. El objetivo es ayudar a los líderes a ministrar efectivamente a los jóvenes y adolescentes.

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MANUAL BÍBLICO Y PRÁCTICO

Recursos para Líderes Juveniles


Recursos bíblicos y prácticos para ayudar a líderes juveniles a ministrar
eficazmente a sus jóvenes y adolescentes.

POR BILLY SAINT


Y OTROS REFERENTES JUVENILES
ÍNDICE DE TEMAS

Módulo 1: El líder juvenil, sus relaciones y responsabilidades


1. Propósito e identidad del líder cristiano
2. Un sano orden de prioridades en el liderazgo
3. El líder juvenil y sus relaciones interpersonales
4. Equilibrio entre el matrimonio y el ministerio
5. ¡Dinero, cuánto te quiero! Principios bíblicos de administración
Módulo 2: Temas para enseñar a los jóvenes y adolescentes
6. Noviazgo con propósito
7. Sexualidad: diseño de Dios versus diseño de Satanás
8. Noviazgo y sexualidad
9. Moldeados para servir a Dios
10. Herramientas para ayudar a tus jóvenes a buscar empleo
11. Evangelismo bíblico y práctico
12. Todos para uno ¡y uno para todos! Consejos prácticos para trabajar en
equipo
13. Adoradores 4x4: Taller para músicos
Módulo 3: Orientaciones para ministrar casos difíciles
14. Entendiendo y ministrando la pornografía y la masturbación
15. Cómo vencer a la adicción sexual
16. Entendiendo y ministrando la homosexualidad
17. Cómo trabajar con personas con discapacidad
18. Ministración, restauración y acompañamiento en las adicciones
19. Descubriendo el valor de la vida: Cómo ministrar a personas con
tendencia suicida
20. Abuso sexual: comprensión y ayuda a la víctima
21. Cutting: conductas autolesivas
22. Desenredando las redes sociales: consejos para su uso responsable
PROPÓSITO E IDENTIDAD DEL LÍDER
CRISTIANO
“Ciertamente nada sucede hasta que alguien se mueve…” Albert Einstein
¿Qué es un líder?
Sintéticamente, se puede definir como “líder” a aquella persona que ejerce
una INFLUENCIA en la vida de otras personas para alcanzar algún objetivo
determinado. Esta influencia puede ser positiva o negativa, de acuerdo a la
clase de personas que sea el líder. Como ministros de Dios, la tarea que nos
ha sido encomendada es la de guiar para bien a nuestros jóvenes, ayudándoles
a alcanzar el propósito de Dios para sus vidas.
CAPACIDADES INTERNAS DEL LIDER
1) EL LÍDER COMO CANAL, NO COMO FUENTE:
Salmos 65:9-13. Cuando logramos entender que no somos llamados a dar
nada nuestro sino de lo que hemos recibido de Dios (Mt 10:8b) y que solo
somos los comunicadores del mensaje, es cuando nos centramos
correctamente en nuestra función. Nosotros preparamos el ambiente y
generamos situaciones. Somos el “medio” por el cual el Señor ha de
ministrar, hablar y manifestarse. El río de Dios necesita canales para regar la
tierra en cada rincón. Para que tu tierra sea regada, el canal (es decir, tú)
debe estar en buenas condiciones:
Limpio: Libre de malezas y escombros (pecado, raíces de amargura,
falta de perdón)
Sano: (no roto) Debe ser capaz de mantener todo lo que recibe y
trasladarlo a lo largo de toda la tierra a regar. Somos vasijas de barro,
que, al ser lastimadas, produce en nosotros “rajaduras” por las cuales
perdemos aquello que hemos recibido de Dios (Sal 147:3). El primer
paso hacia la sanidad es reconocer ese dolor y ponerlo a los pies del
Alfarero para que nos “haga de nuevo” si es necesario. (Jer. 18:6)
Preparado: El canal debe transportar el agua y lograr que nada la
contamine o desvíe. Para esto nosotros debemos estar “enteramente
preparados para toda buena obra” (2 Tim 3:17), principalmente en la
Palabra (2 Tim 3:16), en oración y en comunión con su congregación
local.
“Los líderes le dan a la oración la más alta prioridad, los perdedores hacen
de la oración el último recurso.” Rick Warren en el libro Liderazgo con
Propósito.
2) EL LÍDER COMO EJEMPLO, NO COMO RELIGIOSO (1 Tim 4:12)
Ante una sociedad plagada de modelos defectuosos o ausentes, tienes la
oportunidad y la responsabilidad de levantarte como ejemplo, como referente.
Tal como hizo el apóstol Pablo, al decir a los corintios: “sed imitadores de mi
como yo de cristo…” (1 Cor 11:1) Ahora, ¿por qué el líder debe ser ejemplo?
a) En primer lugar, porque le da carácter real a la doctrina de santidad y
compromiso que enseñamos, presentándolos como un modelo de vida
alcanzable.
b) Además, le brinda credibilidad al mensaje y al mensajero, honramos a
Dios obedeciéndole y nos honramos a nosotros mismos siendo personas
coherentes entre lo que decimos y hacemos. En este tiempo será más fuerte el
mensaje predicado por vidas elocuentes que por palabras elocuentes.
3) EL LÍDER COMO ALGUIEN CERCANO (1 Tim 5:1-5)
Trata a tus hermanos como parte de la familia de Dios, con el mismo respeto
y amor como si fueran familia de sangre. Hoy nos toca liderar a una
generación huérfana, tanto familiar como emocionalmente. Nos toca ser
padres, mentores, maestros, formadores y hermanos mayores. Roles que no
se pueden ejercer a la distancia o sin involucrarnos espiritual y
emocionalmente con nuestros jóvenes, y sobre todo sin identificarnos con sus
realidades y necesidades. Recuerda que sin amor nada somos. (1 Cor 13:2)
¿QUÉ SE NECESITA ENTONCES PARA SER UN LIDER
EFECTIVO?
A lo largo de mis años experiencia y de la infinidad de materiales que he
leído sobre liderazgo cristiano, puedo decir que, aunque hay muchas
cualidades necesarias, las que mencionaré a continuación son las esenciales
para que ministerio firme y saludable:
1) Seguridad del llamado: No bastan las buenas intenciones. Si Dios
ciertamente te llamó, él te dotará de todos los dones y recursos necesarios.
Recuerda que “Dios no llama a los capaces, sino que capacita a los
llamados”.
2) Visión y pasión: Visión es el plan específico que Dios tiene para cada
grupo o ministerio en particular. Es importante que la visión del ministerio
juvenil se desprenda de la visión de la iglesia local. Pasión es el fuego en los
huesos en plena nevada (Jer 20:9). Será lo que te motivará a ir más allá de tus
fuerzas o sentidos naturales.
3) Amor: Es el fundamento del liderazgo cristiano. Mostrar el amor de Dios
reflejado. John Maxwell afirma que “A la gente no le importa cuánto sabes
hasta que no sepa cuanto les importas”.
4) Dependiente 100% de Dios: No movernos a menos que tengamos su
guía. No es nuestro plan; es el de él. El pastor Rick Warren afirma las
siguientes verdades: “No hay nada que Dios no esté dispuesto a hacer por la
persona que depende de Él”. “Cuando se hace entrar a Dios en un proyecto,
lo imposible se vuelve posible”. “El liderazgo produce estrés, y el alivio se
encuentra de rodillas”.
5) Meditación: Tiempo de comunión, de preparación, de recibir
ministración, de autocrítica, de análisis y toma de decisiones. Es fundamental
planificar el futuro. La eficiencia en el liderazgo público está determinada por
la vida privada del líder.
6) Actitud positiva: El líder debe convertirse en un gran motivador. Debe
transmitir entusiasmo y hacer que todos hagan propia su visión y se
identifiquen con los objetivos.
7) Concentración: Debe enfocarse en lo que realmente es importante, y no
dejarse distraer por todas las urgencias que vayan surgiendo sobre la marcha.
8) Creatividad: La creatividad es 90% esfuerzo y 10% inspiración. Busca
formas nuevas, diferentes y relevantes para transmitir los principios de Dios.
Pídele al Creador que te comparta algo de su creatividad.
9) Integridad: Vida santa y coherente en todo ambiente. Alguien dijo “Eres
el único Jesús que alguien conoce”. Los jóvenes, antes de aceptarnos en su
entorno y permitirnos que los influenciemos, evalúan y observan muchísimo
si somos lo que decimos ser y hacemos lo que predicamos y enseñamos.
10) Convicciones: Oración continua e intrépida perseverancia hasta que los
sueños de Dios se hagan realidad.

Por Mariela Pompas


Líder juvenil en Iglesia Abrazo de Dios
Córdoba, Argentina
UN SANO ORDEN DE PRIORIDADES EN
EL LIDERAZGO
En la vida del líder, es tan importante la vida privada como la pública que
llevamos a diario. Muchas veces se vuelve difícil lograr un sano equilibrio
entre todas esas áreas importantes en nuestras vidas, como el estudio, el
trabajo, la familia, el ministerio, el descanso, entre otras.
Veremos algunos puntos que nos permitirán equilibrar un poco mejor las
horas de nuestro tan limitado tiempo. También veremos algunos ejes
temáticos que conforman el sano orden de prioridades dentro de los temas a
desarrollar en tu ministerio juvenil, de modo que sea eficaz. Son algo así
como “nutrientes” en la alimentación espiritual de los jóvenes, que,
condimentado con tu creatividad, producirán el mejor resultado.
EL LIDER Y SUS RELACIONES INTERPRENSONALES
Familia: Nuestra familia es nuestro primer ministerio. Seas soltero o
casado, tu principal responsabilidad delante de Dios son los miembros
de tu propia familia. (1 Tim 3:4)
Liderazgo: Debemos mantener una relación de comunicación y respeto
los líderes y pastores de nuestra congregación local. Es muy importante
rendir cuentas y estar sujeto a las autoridades puestas por Dios, para así
poder llevar a cabo la visión de la iglesia a la que pertenecemos. No
somos una isla, sino que somos parte de un cuerpo, de una familia.
No creyentes: Se refiere a todas las personas con las cuales tenemos
contacto a diario, que no conocen al Señor. Debemos guardar una
buena reputación delante de todos, en especial delante de ellos. Eso
hará que observen tu manera de vivir y te tomen de referente; por
ejemplo, en nuestro lugar de trabajo.
La iglesia: Nosotros no estamos aislados, sino que somos parte de un
todo llamado iglesia local. Por lo tanto, nuestro servicio no debe
limitarse las personas de nuestro rango de edad, sino que estamos para
servir a toda la congregación y al Señor.
Jóvenes y adolescentes: Tienes un verdadero liderazgo si logras
inspirar a que otros para que te sigan. Dios te dotará de una gracia
especial para llegar a esta generación, pero debes esforzarte por pasar
tiempo con ellos de manera personal, además de las actividades en la
iglesia. Tómate tiempo para conocerlos, escucharlos, saber cuáles son
sus gustos y sueños, animarlos a explotar y desarrollar todo su
potencial. Demuéstrales que estás disponible para cuando te necesiten.
El modelo de discipulado de Jesús fue primeramente relacional, y luego
de enseñanza, predicación y ejemplo. Pablo dijo, en Fil 1:9: “Pongan
en práctica lo que de mí han aprendido, recibido y oído, y lo que han
visto en mí”. (NVI)
SANAS PRIORIDADES PARA EL LÍDER CRISTIANO
Ahora, si todo es importante, ¿cuál sería un orden sano de las prioridades?
Como una guía, podemos tomar la siguiente lista, la cual debe ir ajustándose
dependiendo de las circunstancias que nos toque vivir, pero la idea es que se
mantengan de esta manera.
1. Mi relación con Dios.
2. Mi relación con mi familia.
3. Estudios y/o trabajo.
4. Ministerio y servicio en la iglesia local.
5. Recreación y Descanso.
1. MI REALACIÓN CON DIOS: Esto incluye mi comunión personal y
tiempo de intimidad con Dios. Dios debe de ser el primero en nuestra vida,
eso es un mandato establecido por él mismo (Mt 22:37-38; Ap 1:8). Por tal
motivo en nuestra vida no debe haber nada ni nadie por encima de Dios.
De acuerdo al Gran Mandamiento, la manera de amar a Dios es “con todo tu
corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” (Mt 22:37). Dios nos pide
todo, que le amemos sinceramente, que le dediquemos el 100%. Dios
demanda y espera de nosotros un amor espiritual, que esté entregado
completamente a él, que le entreguemos toda nuestra devoción, todo nuestro
ser, todos nuestros pensamientos y todo nuestro entendimiento. Así que,
mientras más le entreguemos a Dios, más recibiremos de él.
Lucas 6:38 dice “Den, y recibirán…” (NTV). Si le damos a Dios lo que él
nos pide, así también él nos dará a nosotros lo que ha prometido. Porque
“con la misma medida con que medís, os volverán a medir” (RV60). Según
le demos a Dios, así recibiremos de él. Según nos entreguemos a Dios así él
se entregará a nosotros.
2. MI REALACIÓN CON MI FAMILIA: Mateo 22:39. Luego de Dios, la
segunda prioridad en nuestra vida debe ser nuestra familia, en especial
nuestra familia directa (padres, cónyuge e hijos). Dios nos manda a amar a
nuestro prójimo como a nosotros mismos. Nuestro prójimo (o próximo) es
toda persona que nos rodea, empezando con nuestra familia, ya que son las
personas más cercanas que tenemos. Esto es lo que llamamos amor fraternal.
En Génesis 2:21-25 está registrado el primer matrimonio instituido por Dios,
en el cual vemos una verdad poderosa: “serán una sola carne”. O sea que se
amarían el uno al otro como si fueran ellos mismos. Para un hombre no debe
haber ninguna otra persona más importante que su esposa, así también que
para una mujer no debe de haber nadie más importante que su esposo.
La Palabra manda a los hijos a honrar y obedecer a sus padres (Ex 20:12; Dt
5:16; Mt 15:4; Ef 6:1-3). Dios no dice “hónralos si te quieren”; tampoco
dice “hónralos si son buenos contigo”. Dios nos manda a honrarlos de todas
maneras y eso es lo que debemos hacer. Honrar significa respetarlos,
obedecerlos, hablar bien de ellos, agradecerles. Al honrar a nuestros padres,
Dios promete que nos va bien en la vida.
En Efesios 6:4, el apóstol Pablo manda a los padres a no exasperar o provocar
a sus hijos, hasta llevarlos al punto de que se inclinen a hacer lo malo. Sí
disciplinarlos y corregirlos en el Señor. Hay que enseñarles a tenerle temor a
Dios y respeto a su Palabra (Prov 22:6) Los padres tienen el deber de enseñar
a sus hijos La Palabra de Dios.
3. TRABAJO Y/O ESTUDIO: Deuteronomio 28:8. De esto nuestro trabajo
y profesión depende nuestro sustento y el de nuestra familia, por lo cual no es
un tema menor. Cuando nosotros obedecemos a Dios, y llevamos el orden de
prioridad que él estableció, entonces somos bendecidos en todo el sentido de
la palabra, es decir, estamos en paz con Dios y con nuestra familia, nos va
bien en nuestro trabajo y tenemos un ministerio que prospera. Si estamos
prosperando en un área y en otra no entonces debemos revisar qué estamos
haciendo mal.
Dios tiene más bendiciones de las que pudiéramos imaginar, por eso él dice
en Malaquías 3:10: “derramo sobre ustedes bendición hasta que
sobreabunde”. Es decir, nos dará tanto que incluso nos sobrará y podremos
ser canal de bendición para otras personas, eso y más puede hacer Dios con
nosotros.
Dios promete, en Malaquías 3:11, que no habrá crisis o recesión que afecte
nuestro trabajo o nuestro negocio, siempre y cuando obedezcamos a su
Palabra. Nuestras finanzas no dependen del gobierno, ni de la situación
económica del país, ni de ninguna persona en especial: nuestras finanzas
dependen de Dios.
4. MINISTERIO/ SERVICIO EN LA IGLESIA LOCAL: En 1 Timoteo
1:12, el apóstol Pablo afirma: “Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo
Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio”.
Todos hemos sido llamados por Dios con un propósito, y cada uno de
nosotros tiene un ministerio asignado por Dios, por el cual hemos sido
llamados (1 Cor 12:5). Hemos sido llamados por Dios a ser propagadores del
evangelio donde quiera que vayamos (Marcos 16:15-16). Dios nos ha
comisionado para predicar en todo el mundo, somos mensajeros de Dios en
esta tierra, pero no todos lo hacemos de la misma manera. Ahí es que entra el
ministerio. Dios a cada cual le da un ministerio para que a través del mismo
sea portavoz de su Palabra.
Para que nuestro servicio a Dios sea efectivo, debe ser específico. Dios nos
llamó para una función específica. Aunque podemos ayudar en otras áreas o
funciones, no debemos caer en el error de ser “el hombre o la mujer
orquesta”, ya que no es sano para nuestra propia salud, ni para la iglesia.
5. RECREACIÓN Y DESCANSO: Debemos ser prudentes con nuestro
cuerpo, emociones y espíritu. Además, es una buena manera de no descuidar
la familia y amigos. Es vital para tu desarrollo personal, ministerial, familiar
y laboral que planifiques -y respetes- un día de descanso a la semana y que le
des la real importancia a tus vacaciones. El cuerpo y la mente necesitan
descanso, tiempo de reflexión y de renovación, tiempo para disfrutar la
familia y la juventud que aún tenemos. No descuidemos a los amigos; más
bien cultivémoslas, en especial a las amistades de calidad, y aquellos amigos
del ministerio que tanto nos bendicen.
SANAS PRIORIDADES PARA EL MINISTERIO JUVENIL
Para cada ministerio juvenil, Dios tiene un diseño específico, una visión, pero
dentro de la multiforme gracia de Dios hay principios claves que son
esenciales. El pastor Rick Warren, en su excelente libro “Una iglesia con
propósito”, propone 5 propósitos para una iglesia -o un ministerio juvenil-
sana y creciente:
Comunión: En medio de la comunión y de estar “juntos y en armonía”,
Dios habla, ministra y sana las relaciones. Los jóvenes y adolescentes
aman tener sentido de pertenencia a un grupo y ser aceptados. Esto
permite que se animen y fortalezcan unos a otros.
Discipulado: Aprendemos y enseñamos a ser como Jesús, mediante la
Palabra y el ejemplo práctico. El discipulado tiene más que ver con la vida
cristiana práctica, que con una clase teórica semanal.
Ministerio: Esta palabra no significa otra cosa más que servicio.
Proporciónales a los jóvenes la oportunidad de sentirse útiles para otros y
para Dios mediante el servicio. De esta manera sus dones y capacidades
saldrán a la luz y podrán iniciarse en aquello a lo cual Dios los llamó.
Evangelismo: Recuerda que Dios nos llamó a predicar el evangelio a
“toda criatura” no podemos dejar de lado el evangelismo. Nuestro grupo
debe crecer en número de nuevos convertidos. No podemos conformarnos
con la cantidad de personas que tenemos actualmente. El corazón de Dios
late por los perdidos, por lo tanto, el tuyo también y el de tus jóvenes.
Involúcralos en todas las áreas de servicio posibles, pero, ante todo,
asegúrate que tengan la carga de orar y evangelizar a sus pares y a su
familia.
Adoración: Cuando adoramos a Dios estamos reconociendo su carácter,
lo exaltamos por lo que él es. Vive una vida de adoración y motiva a los
chicos a tenerla. En cada reunión o actividad procura darle un lugar
central para exaltar al Único que merece brillar, y que lo hagan con
entendimiento.
El verdadero éxito de tu liderazgo se puede cuantificar en cuantos líderes
puedas formar. ¡Levanta tus manos sigue adelante! ¡Dios está contigo!
Por Mariela Pompas
Líder juvenil en Iglesia Abrazo de Dios
Córdoba, Argentina
EL LÍDER JUVENIL Y SUS
RELACIONES INTERPERSONALES
Textos clave: 1 Juan 4:20-21; Romanos 12:18 y 13:7; Hechos 10:34;
Eclesiastés 4:9-12; Proverbios 10:19; Colosenses 4:6; Tito 3:2; Mateo 7:12;
Colosenses 3:23; 2 Timoteo 2:2-3; 1 Timoteo 5:1-2.
Las relaciones interpersonales son aquellas relaciones que las personas
desarrollan el uno con el otro. Están dedicadas a crear y mantener vínculos
amistosos entre los individuos, basados en ciertas reglas aceptadas por todos
y, fundamentalmente, en el reconocimiento y respeto de la personalidad
humana. En síntesis, las relaciones interpersonales son la forma como
tratamos a los demás y como los demás nos tratan a nosotros.
Nuestra relación con los demás afecta a nuestra relación con Dios, y nuestra
relación con Dios afecta nuestra relación con los demás. Lee 1 Juan 4:20-21 y
Romanos 12:18.
Es cuando tenemos buenas relaciones con los demás, que comenzamos a
evidenciar si en verdad Jesucristo está obrando en todas las áreas de nuestro
ser, o, por el contrario, si seguimos actuando según la carne.

ACTITUDES NECESARIAS PARA RELACIONES


INTERPERSONALES SANAS
• Respeto: El respeto es uno de los valores morales más importantes del ser
humano, pues es fundamental para lograr una armoniosa interacción
social. Para ser respetado es necesario saber o aprender a respetar. Aun
cuando no se comparta un punto de vista, conviene considerar las
creencias y sentimientos de los demás. Es importante respetar y hacerse
respetar. Respeto implica comprender al otro, valorar sus intereses y
necesidades. Respetar no significa estar de acuerdo con otra persona en
todos los ámbitos; más bien se trata de no discriminar ni ofender a esa
persona por su forma de vida y sus decisiones. Por ejemplo, uno respeta a
la persona adultera, pero no aprueba que dicha conducta afecte a personas
que tienen otros valores. En este aspecto, el líder juvenil debe ser firme y
claro: quien no respete los principios cristianos, no puede ocupar puestos
de influencia. (Romanos 13:7)
• Comprensión: Facilidad para percibir las cosas y tener una idea clara de
ellas. Es entender a las demás personas: sus limitaciones, necesidades
individuales, derechos y debilidades. La comprensión y la buena voluntad
son la clave de las relaciones humanas. Pedro, estando en la casa de
Cornelio, pudo comprender y aceptar a sus hermanos (Hechos 10:34). Él
tenía muchos prejuicios, pero cuando vio claramente que Dios no hacía
acepción de personas, estuvo dispuesto a abrir su mente, comprender, y
aceptar un hecho que no estaba en sus pensamientos ni era lo que había
aprendido desde su infancia.
• Cooperación: es el conjunto de acciones y esfuerzos que, conjuntamente
con otros individuos, realizamos con el objetivo de alcanzar una meta
común. Trabajando todos por un mismo fin se obtienen los mejores
resultados y beneficios. La cooperación produce sinergia. El rey Salomón,
en Eclesiastés 4:9-12, nos da un claro mensaje de cooperación: hay mejor
paga cuando dos se ponen de acuerdo, cuando dos trabajan juntos y
cooperan mutuamente para rendir mejor en lo que se han proyectado
alcanzar.
• Comunicación: Es el proceso mediante el cual transmitimos y recibimos
datos, ideas, opiniones y actitudes para lograr comprensión y acción. La
comunicación entre el cristiano y Dios es la oración. (Prov. 10:19). A
veces pensamos que hablar mucho es comunicarnos mejor, pero cuando
comunicamos más de lo debido, podemos expresar palabras fuera de
lugar, que terminarán arruinando la buena comunicación, dando lugar al
chisme, a la murmuración, etc. Pero el que refrena su lengua es prudente.
La buena comunicación es más que hablar, es hablar lo necesario, con
sabiduría y con palabras “sazonadas”. (Colosenses 4:6)
• Amabilidad: Una persona amable es alguien digno de ser amado, o fácil
de amar. Ser amable es ser cariñoso, afectuoso, gentil, cortés, agradable,
servicial, afable; incluso gracioso y risueño. También es ser atento,
brindar atención y respeto, sobre todo a los menos aptos o desvalidos. La
amabilidad no es una virtud natural del ser humano; somos impulsivos por
naturaleza. La amabilidad surge como resultado de moldear el carácter,
haciéndolo capaz de conciliar lo que se le presenta como hostil. La
amabilidad exige un autocontrol que no es fruto precisamente de una
actitud débil, sino por el contrario de una decisión firme de no querer
dejarse dominar por los estados de ánimo. La amabilidad está
acompañada por el dominio propio, por una actitud pacificadora, por el
respeto, la honra, el gozo y el servicio. La palabra humildad también se
traduce mansedumbre, cortesía, respeto o amabilidad. (Tito 3:2) Esto
permite que se pueda trabajar en armonía. La amabilidad es algo
fundamental en las relaciones humanas porque hace que podamos trabajar
en armonía y en equipo.
En las relaciones interpersonales, hay tres reacciones básicas que surgen
como respuesta a los demás:
• Aceptación: es respeto y aceptación de la otra persona, la cual es distinta
y única.
• Rechazo: es lo contrario a aceptación, es un enfrentamiento u oposición a
una persona, idea, acción, o situación. Al rechazar a otro ser humano
puedo afectar su autoestima y herirlo, por lo que se pierde la relación
positiva.
• Descalificación: se refiere a la pérdida de autoridad, prestigio, crédito o
valor. Se trata de la supresión de credibilidad o confiabilidad de una
persona o grupo social. Es la actitud más dañina, le estamos diciendo a la
otra persona que no nos importa, que no nos interesa ni sabemos que
existe. De esta manera, la persona descalificada se disminuye, se encierra
en sí misma y sufre daños serios, perdiéndose así la comunicación.
Una regla fundamental en las relaciones interpersonales es la empatía y la
humildad, y siempre deben tener como base la regla de oro, enseñada por
Jesús en Mateo 7:12, y muy presente la ley de la siembra y la cosecha.
Consejos para lograr relaciones interpersonales fructíferas (Col 3:23)
• Háblale a la persona amablemente, usa frases alegres al saludar.
• Sonríe a la gente. (Se requieren 25 músculos para fruncir el ceño y sólo 15
para sonreír)
• Llama a las personas por su nombre.
• Sé agradable, amigable, cortés.
• Sé cordial.
• Interésate verdaderamente en las personas. Puedes simpatizar con ellas si
te lo propones.
• Sé generoso al resaltar las buenas cualidades de los demás, y sé muy
cuidadoso al criticar.
• Ten consideración de los demás y de sus sentimientos.
• Recuerda que en toda controversia hay tres opiniones o puntos de vista: la
del otro, el suyo y el correcto.
• Asegúrate de estar dispuesto a servir a otros: el liderazgo cristiano no es
mandar, sino servir a los demás.
EL LIDER JUVENIL Y SU RELACIÓN CON SUS
PASTORES
• Entiende tu posición en la obra. Es fundamental entender que Dios te ha
puesto en ese lugar para que ayudes a tus pastores a edificar el Cuerpo de
Cristo. Te ha sido confiado el privilegio de ser colaborador de Dios en la
tarea de guiar a la juventud. Entender la posición que ocupas te ayudará a
saber de qué manera debes comportarte. Si hay dudas de tu alcance, radio
de acción o de los límites de tu asignación, pregúntale a tus pastores:
“¿Hasta dónde llego? ¿Qué puedo y qué no puedo hacer? ¿qué espera de
mí?”.
• Funciona bajo el principio de autoridad delegada. Se te delega
autoridad siempre y cuando estés bajo autoridad. Debes tener bien en
claro lo que tus pastores quieren que hagas, y no se trata de coincidir
siempre, sino de entender que cuando tú decides algo y eso está en contra
de una decisión de tus pastores, lo mejor es no insistir en lo que has
decidido y ponerte bajo autoridad, aun cuando creas que lo que tus
pastores dicen está equivocado. Dios bendecirá tu vida y formará en ti un
carácter parecido a Jesús, al practicar este principio.
• Sé transparente. Algo fundamental en la relación con tus pastores es ser
absolutamente transparente. Tienes que ver a tus pastores como las
personas que Dios ha puesto para trabajar contigo y moldearte. No ganas
nada ocultándole cosas de tu vida. Ellos deben saber tus sueños, tus
debilidades, tus pecados, tu situación financiera, tu situación familiar, y
todo aquello que sea digno de saberse, para no dar lugar al enemigo. No
temas perder un puesto si confiesas algo grave, más importante que el
puesto es tu relación con Dios, más importante que ser líder de joven es
ser un hijo amado de Dios, que no se aferra a una posición sino a la fe en
Jesucristo. Además, debes tener bien en cuenta que Dios saca a luz todo lo
incorrecto, pero si tú lo sacas a luz, el enemigo pierde poder sobre tu vida.
• Entiende que hay herencia espiritual. Al servir bajo un ministerio, de la
manera adecuada, la gracia liberada, las palabras soltadas y la unción que
opera en ese ministerio también es parte del líder y de quienes allí se
congregan. Al caminar cerca de tus pastores, en el momento adecuado, te
será soltada la herencia. Aunque nunca te vayas del ministerio, podrás
vivir disfrutando la herencia espiritual que el Señor dejó en ese ministerio.
Elías y Eliseo son un claro ejemplo. Recuerda que los hijos reciben la
herencia, por lo tanto, debes saber que tus pastores velan por tu
crecimiento y por tu bienestar, y que son para ti la voz de Dios. Si en
algún momento ellos te solicitan algo, tómalo como que Dios te lo pide, la
bendición llega.
• Sé fiel. Una de las características que Dios marca en su palabra es la
fidelidad, no solo a Dios sino a los líderes espirituales (2 Tim 2:2-3). Sé
fiel a tu pastor, fiel a la visión de la iglesia y fiel a tus discípulos. Si no
compartes la visión, si no crees que Dios te ha puesto allí, si estás en
desacuerdo con la forma de trabajar, debes ser honesto y transparente, eso
es parte de la fidelidad.
• Sé escudero. Con esto me refiero a ser personas de confianza para tu
pastor, no para llevarle la armadura o para lavarle el auto, sino más bien
en el sentido espiritual: orar por su vida, no admitir acusaciones ni
chismes. Si alguien tiene algo en contra del pastor y va a decírtelo a ti, tú
tienes que tomar a esa persona y llevarla al pastor, para que se lo diga
personalmente.
• Entiende que Dios te forma y ministra por medio de tus pastores.
Nadie puede frenar el propósito que Dios tiene para contigo, el único que
puede hacerlo eres tú mismo, a través de malas actitudes o pecados.
Nadie, absolutamente nadie, puede detener el propósito de Dios para
contigo, ni siquiera la equivocación de un pastor herido o de un líder
inmaduro. Cuando uno entiende Romanos 8:28, se da cuenta que los
hombres que Dios pone para formarte son medios a través del cual Dios
mismo está obrando, a través de sus vidas, sus aciertos, e incluso sus
errores.
EL LIDER JUVENIL Y SU RELACIÓN CON SUS
DISCIPULOS
El discipulado relacional es el ejercicio duradero a través del cual el líder
juvenil establece relaciones de formación continua con todos los jóvenes de
su grupo, partiendo de una amistad sincera y de modelaje. Los cambios que
transforman vidas ocurren cuando conocemos a otros y nos dejamos conocer
por otros. Eso es difícil en un grupo grande, por eso Jesús se concentró en
unos pocos para transmitir su vida a ellos, para que ellos luego hicieran lo
mismo. El pastor y experto en liderazgo John Maxwell habla de cinco niveles
de liderazgo:
1. Nivel 1: Posición. Es el nivel de los derechos. La gente sigue al líder
porque tiene que hacerlo. Es el nivel más bajo de liderazgo para cualquier
persona, se basa en un título o descripción de trabajo. La gente sigue a un
líder sólo porque se le ha nombrado líder de equipo.
2. Nivel 2: Permiso. Es el nivel de las relaciones. La gente sigue al líder
porque quiere hacerlo. Este nivel de liderazgo se basa en la relación de un
líder con sus seguidores. Cuando estos últimos comienzan a tener
confianza a un líder, entonces comienzan a seguirle porque quieren,
porque lo respetan y admiran mucho, y éste gana facultad para influir
sobre ellos. En este nivel todo el proceso de liderazgo se hace más grato
para todos. Pero sólo las relaciones positivas no son suficientemente
fuertes para crear un liderazgo duradero. Para cosechar las recompensas
de un liderazgo positivo, tiene que subir al siguiente nivel.
3. Nivel 3: Producción. Es el nivel de los resultados. La gente sigue al líder
por lo que ha hecho por la iglesia. En este nivel, la influencia se cimienta
y el respeto crece por lo que el líder y sus seguidores logran juntos. El
éxito del líder es beneficioso para todos sus seguidores y por ende para la
iglesia. Las personas gozan de los resultados cuando participan en su
creación. El líder y los seguidores empiezan a disfrutar juntos del éxito. Si
el líder alcanza este nivel, apoyado por los seguidores, se logran muchas
de las metas propuestas, pero para alcanzar un impacto que cambia vidas
y un éxito duradero, hay que dar el salto al siguiente nivel.
4. Nivel 4: Desarrollo de personas. Es el nivel de la reproducción. La gente
sigue al líder por lo que ha hecho por ellos. El llamado más alto de todo
líder es ayudar a las personas a desarrollar su potencial. Los mejores
líderes ayudan a desplegar el potencial de los otros para que también
lleguen a ser líderes. De inspirar y dirigir seguidores, pasa a desarrollar y
a dirigir líderes. Cuando se convierte en un líder que desarrolla personas,
se esfuerza por reproducir su liderazgo en otros y ayudar a la gente a
alcanzar el desarrollo de su potencial. El tiempo que pase con personas es
una inversión. Como resultado, le respetan no sólo por lo que haya hecho
por el equipo, sino también por lo que ha hecho por ellos como personas.
5. Nivel 5: Personalidad. Es el nivel del respeto. El líder que dedica su vida
al desarrollo de personas produce un impacto tan increíble y por tan largo
tiempo que la gente lo sigue por lo que es y por lo que representa. Como
líder, no puede aspirar a alcanzar el nivel cinco, lo más que puede tratar es
trabajar para abrirse paso a través de los primeros cuatro niveles con
tantas personas como las que pueda con el propósito de agregar valor a
sus vidas. Haga de eso el todo de su vida como líder y, el resto llegará
solo.
No tengas en mente rodearte de seguidores, procura el desarrollo de las
personas que el Señor ha puesto a tu alrededor, y darles oportunidades para
que puedan cumplir el propósito que Dios tiene con ellos.
EL LIDER JUVENIL Y SU RELACIÓN CON EL SEXO
OPUESTO
Si el líder es casado, sería muy sano y positivo que desarrolle el liderazgo
junto con su cónyuge. En caso de no ser así, que al menos le acompañe
cuando se deba ministrar personas del sexo opuesto; para evitar la atracción
hacia la persona ministrada. El ministrar junto a la esposa/a o novia/o, puede
evitar a que la persona ministrada se confunda. Ayuda a que el líder no se dé
concesiones que no le corresponden y a mantener las vallas de protección
bien alzadas. No deberían tocarse temas de intimidad sexual con una persona
del sexo opuesto. Es fundamental en el área sexual, hombres ministren a
hombres y mujeres a mujeres.
Algunos consejos prácticos:
• Nunca hables en doble sentido.
• Tener cuidado con los halagos desmedimos a las jovencitas.
• Jamás aconsejes a solas.
• Asegúrate de ver a las jovencitas como a hermanas, con pureza. (1 Ti 5:1-
2)
EL LIDER JUVENIL Y SU RELACIÓN CON SU FAMILIA
Si las relaciones en el hogar no son saludables, es muy difícil para el líder
poder proyectarse hacia su grupo. Si es soltero, es fundamental que él o ella
tenga un comportamiento y actitud cristiana.
Romanos 12:18 dice “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en
paz con todos los hombres”.
El cristiano debe tener la mejor disposición para mantener buenas relaciones
con su prójimo. Parten de una comunicación eficaz, en la que no
impongamos nuestro criterio y comprendamos que estamos construyendo una
relación. Con frecuencia podemos diferir en opiniones, pero si nos aferramos
al orgullo y no queremos admitir un error, entonces la diferencia se
profundizará hasta convertirse en un problema. Cuando sea posible, debemos
tener un trato amable, comprensivo y tolerante con todas las personas. Es
cierto que algunas personas son difíciles, pero debemos recordar que Jesús
las ama, y que sus defectos no apañan el amor que les tiene.
¿Para qué sirve la paz en nuestra vida? Sirve para que podamos tener paz en
nuestras relaciones interpersonales. Es importante que primero haya paz en
nuestro corazón, es decir, estar en paz con Dios y con nosotros mismos. En el
Antiguo Testamento, la palabra hebrea que traduce paz es “shalom”, la cual
significa “salud, bienestar y prosperidad”. En el Nuevo Testamento, el
término utilizado para paz es usado con la significación de “unidad,
prosperidad, quietud y reposo”. Sobre esta base, aprendemos que “paz” no
solamente está relacionada con la ausencia de conflicto, sino también con
armonía y tranquilidad interior. Es fundamental que en nuestro hogar
podamos manifestar esa paz.
En la familia el fundamento de toda relación sana es el amor y la aceptación
incondicional. Sobre estos principios se apoyan los demás elementos de una
relación sana.
Algunas verdades a considerar
• El hogar se construye con la sabiduría de Dios.
• Como líderes no debemos resignarnos a tener un hogar fracasado.
• Si los padres no son cristianos, el líder debe ser luz en ese hogar y
procurar la salvación de los suyos.
• Si son casados, su matrimonio debe ser fuerte para que el enemigo no
gane ventaja.
• Las relaciones familiares sanas son fundamentales para un ministerio
fructífero y duradero.
• El ministerio es vivir el cristianismo en el hogar, y luego contárselos a los
demás.

Por Juan Figueroa


Pastor de Iglesia Gente Comprometida con Jesús
Córdoba, Argentina
EQUILIBRIO ENTRE EL MATRIMONIO
Y EL MINISTERIO
La prioridad es la familia, antes que la iglesia o cualquier tarea ministerial.
Dios creó primero a la familia, luego las otras responsabilidades. Como se
dice: “Tu primera iglesia es tu familia”.
Ser cristiano, ser matrimonio y ser líder, pastor, o encargado de alguna tarea
en la iglesia, conlleva conflictos o problemas específicos, ya que hay que
equilibrar al individuo, al matrimonio, a la familia, al trabajo secular, el
tiempo libre y el tiempo en que se dedica a lo que llamamos “ministerio”, que
puede ser liderar jóvenes, mujeres, un grupo de personas, un área de la iglesia
como los niños, preadolescentes, adolescentes y jóvenes, entre tantas otras
responsabilidades que pueden haber. Y es muy importante cuidar este
equilibrio, ya que, si no, se puede terminar sobrecargando la familia,
agotando los recursos, y complicando las prioridades.
Unos consejos para empezar:
Aprendamos a examinar nuestras discusiones y quejas, y veamos qué es lo
que realmente nos está complicando la vida. Es demasiado fácil echar la
culpa al cansancio, o al ministerio, o a la falta de finanzas, cuando en realidad
hay problemas de fondo que solucionar, como: ordenar las finanzas, fijar
límites en la tarea ministerial, cuidar la salud de manera específica, y tener
tiempos incorporados semanalmente de descanso y esparcimiento.
La esposa acompaña, pero no reemplaza al esposo, a menos que ella lo desee,
y siempre desde sus dones y capacidades, no desde el reclamo ni la
imposición del marido ni la iglesia. La esposa debe poder funcionar en las
áreas donde se siente capaz o donde tenga su llamado. No hay tal cosa como
un “modelo de esposa de líder”. Cada esposa de líder deberá encontrar su
lugar y su llamado; es más, puede funcionar simplemente como esposa si es
que así lo cree mejor. No todas las mujeres están llamadas a predicar, a
evangelizar, a realizar tareas públicas. Esto es clave para tener equilibrio
dentro del matrimonio líder. Esposo, acompaña y ayuda a tu esposa a
encontrar su lugar a tu lado en el ministerio, donde ella pueda fluir y disfrutar
de lo que hace. Y si ella tiene un llamado específico, es muy importante
conversar y definir límites claros.
Es necesario poner límites claros con la gente (y estos serían nuestros límites
interiores). Horarios, tiempos de actividades, orden y plan de trabajo claro en
el ministerio. La gente toma de los límites que tenemos (o no tenemos). No
permitir que la consejería o los imprevistos invadan el hogar. Es más, que la
gente aprenda a pedir esos espacios de consulta y consejería con tiempo, y lo
que es aún más importante: que la gente sepa que estar integrado a la iglesia,
o en los grupos, o institutos, es la mejor manera de crecer. Lo que mucha
gente busca es alivio a sus problemas, pero le cuesta luego tomar decisiones
de fondo para realizar los cambios necesarios. Mi consejo personal es que
alentemos a las personas a estar integradas a los grupos de la iglesia donde
reciben enseñanza y consejo útil para sus vidas. La consejería debiera
funcionar por situaciones puntuales de urgencia o de una necesidad puntual,
pero la gran mayoría de los problemas de la gente es que no pone en práctica
las enseñanzas que recibe todas las semanas en su congregación.
En la consejería con la gente, es tarea del líder devolverle la responsabilidad a
ellos, lo que se llama “empoderamiento”: dar herramientas a la persona para
que las aplique en su vida. Es el estilo del “coaching”, guiar, supervisar,
orientar. No caer en ser mártir, ni héroe, ni salvador. Es la gente quien tiene
que accionarse para crecer y cambiar.
El agotamiento no surge por una sola área en la vida. Es el resultado de la
administración total de nuestra vida. Un área de nuestra vida no puede
desordenarse a menos que haya otras áreas en descuido. Debemos resistir la
tentación de echar la culpa del agotamiento a la vida, o tan solo a un área de
ella. Es algo total. El agotamiento surge de vivir más allá de nuestros medios
con el tiempo y las energías que Dios nos da. Es descuidar los límites sanos
que debemos reforzar continuamente.
Todo debe entrar en las 168 horas semanales. Tienes que ordenar el descanso,
el trabajo y la familia. Necesitas un plan intencional para usar tu tiempo, así
como con las finanzas.
1. Primero, necesitas al menos 50 horas por semana para dormir.
2. Segundo, separa al menos 40 horas para trabajar. Aún antes de la caída,
Dios llamó a todo humano a usar su vida productivamente para mejorar la
vida de otros y ser administrador de la creación (Génesis 1:28). Si tienes
un trabajo secular, tienes que cuidar aún más tus tiempos.
3. Tercero, separa al menos 17 horas por semana para tu matrimonio y tu
familia. Este tiempo representa un diezmo del tiempo de tu semana (que
son 168 horas) para dedicar a tu familia, es el mínimo para separar, a fin
enfocarte exclusivamente en la familia. “Tiempo en familia” no significa
estar juntos en la misma casa. Es tener una actividad específica de
construir tu matrimonio, tus hijos, tus afectos.
4. Cuarto, si sigues las recomendaciones anteriores, eso te deja horas para
“el resto de la vida”, para también apartarlas para Dios en santidad. Aquí
tienes que ejercer un grado de libertad sobre el uso de este tiempo. Esto
involucra cuidar la casa, cortar el pasto, ir al supermercado, y otras
diligencias. Como dijo una abuela sabia: Un hogar debe ser lo
suficientemente limpio para ser saludable y lo suficientemente
desordenado como para ser feliz.
La recreación es la actividad que encuentras recuperador y agradable que te
mejora en las áreas mentales, físicas y espirituales para servir a Dios y a
otros. ¿Qué restaura tus energías? ¿Qué te relaja? Busca incorporar tales
cosas en tus horarios.
CUESTIONARIO PARA EXAMINAR EL ACUERDO EN EL
MATRIMONIO
Conversen como matrimonio sobre cada punto, califíquense de acuerdo a la
frecuencia provista debajo de la lista, y vean qué áreas tienen que mejorar o
reforzar.
1. Se toman decisiones entre todos para cosas importantes de la familia.
2. En mi casa predomina la armonía.
3. En mi familia cada uno cumple sus responsabilidades.
4. Las manifestaciones de cariño forman parte de nuestra vida
cotidiana.
5. Nos expresamos sin insinuaciones: de forma clara y directa.
6. Podemos aceptar los defectos de los demás y sobrellevarlos.
7. Tomamos en consideración las experiencias de otras familias ante
situaciones diferentes.
8. Cuando alguien de la familia tiene un problema, los demás ayudan.
9. Se distribuyen las tareas de forma que nadie esté sobrecargado.
10. Las costumbres familiares pueden modificarse ante determinadas
situaciones.
11. Podemos conversar diversos temas sin temor.
12. Ante una situación familiar difícil somos capaces de buscar ayuda en
otras personas.
13. Los intereses y necesidades de cada cual son respetados por el
núcleo familiar.
14. Nos demostramos el cariño que nos tenemos.
Casi Nunca (1) Pocas Veces (2) A veces (3) Muchas veces (4) Casi siempre
(5)
EL AUTO-CUIDADO EN LÍDERES
Solemos olvidarlo, pero cuidarse a uno mismo es parte de tu tarea. No es una
opción. Pero en general, el auto-cuidado queda último en la lista. Hacemos
muchas cosas por los demás, pero nos descuidamos personalmente.
Aquí hay una lista de cuidados personales para tu vida. Romanos 12:1 dice
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro
culto racional.” (RVR 1960)
TU ENTORNO
• ¿Tienes organizada tu oficina, tu lugar de trabajo, tus papeles, tus
tareas?
• ¿Tu hogar es un espacio de paz y descanso en donde puedes pensar
y reflexionar?
• ¿Tienes al día el mantenimiento de tu casa y tu vehículo? ¿Es
agradable el lugar de tu trabajo en lo que depende de ti?
• ¿Buscar crear tiempos de diálogo y buena comunicación a tu
alrededor?
• ¿Tienes una actitud positiva con tus compañeros de trabajo, familia,
amigos?
SALUD FÍSICA
• ¿Duermes adecuadamente entre 7 y 8 horas por noche?
• ¿Tienes una cama y colchón cómodos? ¿Cuidas tu columna al estar
sentado y en actividad?
• ¿Sales a caminar o realizar ejercicio al menos 3 veces por semana?
• ¿Tus niveles de colesterol y presión están normales? (¿O te estás
cuidando al respecto?)
• ¿Tomas suficiente agua por día? ¿Tomas pocas bebidas como
gaseosas o café por día?
• ¿Cuidas el consumo de azúcar, (que sea bajo) y usas reemplazos
saludables?
• ¿Te haces un chequeo físico anual? ¿Comes en moderación de toda
variedad de alimentos?
SALUD MENTAL
• ¿Te despiertas con entusiasmo cada mañana para comenzar tu día?
• ¿Tomas tiempo a diario para ser agradecido? ¿Tienes en orden tu
tiempo y prioridades?
• ¿Le dedicas el tiempo mínimo y necesario a las redes sociales y
celular?
• ¿Tomas vacaciones y tiempos de descanso y recreación adecuados?
• ¿Eres puntual a tus compromisos?
• ¿Tienes a personas en tu vida que te abrazan y te alientan?
• ¿Solo prometes lo que puedes cumplir?
• ¿Tomas tiempo a diario para el esparcimiento y distracción (para
“desenchufarte”) que vaya más allá de ver la televisión o las redes
sociales?
• ¿Inviertes en tu crecimiento personal como estudiar, leer buenos
libros, aprender algo nuevo?
• ¿Buscas tener la actitud correcta frente a los problemas?
• ¿Estás educando tu mente con cursos, enseñanzas y capacitación?
DINERO
• ¿Estás libre de deudas o trabajando hacia eliminarlas?
• ¿Tienes un plan mensual de administración de tus ingresos?
• ¿Estás buscando ahorrar o invertir? ¿Tienes un plan de jubilación y
cobertura médica?
• ¿Vives dentro de tu presupuesto? ¿Inviertes tiempo en planear tu
presente y futuro económico?
• ¿Eres generoso con tu dinero, dando sabiamente a los demás, y
ofrendando en tu congregación?
RELACIONES
• ¿Tienes un par de amigos fuera de tu familia con quienes conversar
sobre lo que vives?
• ¿Tienes personas en tu vida que te alientan hacia tu éxito, tu
crecimiento y tu desarrollo?
• ¿Eres rápido para pedir perdón en cuanto hayas ofendido a alguien?
• ¿Buscas perdonar y vivir libre de resentimientos y amarguras?
• ¿Has dejado de tratar de “arreglar” a otros?
• ¿Tienes la capacidad de interesarte y prestar atención a las personas
en tu vida?
• ¿Tomas tiempo para tu vida personal, matrimonial y familiar?
VIDA ESPIRITUAL
• ¿Tomas tiempo a diario para leer un pasaje bíblico y reflexionar?
• ¿Estás tomando tiempo de meditación y oración cada día? Los que
te rodean, ¿te considerarían una persona espiritual, llena de paz y
amable?
• ¿Estás tomando tiempo para crecer con la lectura de buenos libros
cristianos?
• ¿Estás participando activamente del servicio en tu congregación?
• ¿Estás buscando capacitar y formar a otros dentro de tu servicio?

EL DESAFÍO DEL CUIDADO DE LA FAMILIA


MINISTERIAL
Proverbios 11:29 dice: “Quien descuida su casa heredará viento; el necio
será esclavo del sabio.” (BLPH). La RVR1977 dice: “El que desordena su
casa heredará viento; Y el necio será siervo del sabio de corazón.”
De acuerdo a una encuesta realizada por una revista de liderazgo cristiano,
estas con las razones más frecuentes de las quejas en la familia pastoral:
• 81% insuficiente tiempo juntos
• 71% uso del dinero
• 64% problemas de comunicación
• 63% problemas de la iglesia
• 53% dificultades con los hijos
• 46% problemas sexuales
• 41% enojo dentro del matrimonio pastoral
Como pastores y líderes, podemos estar tan enfocados en nuestras metas
ministeriales que de alguna manera nos olvidamos de nuestras esposas e
hijos. El hijo varón que espera con la pelota de fútbol. La hija que quiere
contar sus historias. La esposa que necesita atención sin interrupciones, sin
distracción del teléfono celular, ni de la sensación de apuro.
Tenemos que preguntarnos como líderes y pastores por qué sucede esto. ¿Por
qué nos cuesta tomar tiempo de recreación y disfrute familiar? ¿Por qué nos
cuesta tanto “bajarnos” de tanto trajín? ¿Cómo podemos evitar este descuido?
La familia es la primera iglesia. Sin embargo, en la práctica, la familia
pastoral está muchas veces al final de la cola, después de muchas otras
actividades y prioridades.
Algunos consejos:
UNO: Tomen tiempo en familia y redacten una afirmación de la misión
familiar. Es importante tener escrita y definida la intención que definamos.
Queremos estar de acuerdo todos en las prioridades. Por ejemplo, una
afirmación podría ser: “Estamos en un viaje juntos como familia, echando
raíces en Cristo y alas en nuestra misión. Estamos equipándonos para
marcar una diferencia en el mundo al vivir como Jesús.”
DOS. Planea el tiempo en familia. No lo dejes al azar. Agéndalo, como lo
harías con cualquier reunión o compromiso. Planea la actividad, la comida, la
salida y la recreación.
TRES. Elimina tus actividades innecesarias, y reduce y simplifica tu tarea
ministerial. No lo hagas todo solo. Forma un equipo y delega tareas.
Multiplica tus manos.
CUATRO. Desarrolla actividades para toda la familia, como así también con
cada miembro de tu familia en alguna actividad gratificante para cada uno. Es
tu oportunidad como padre de acercarte a cada miembro de tu familia con la
intención de estar con ellos, disfrutarlos, escucharlos y alentarlos. Si eres el
varón de tu familia, no dejes todo en manos de tu esposa. Toma tu lugar en el
rol de dirigir activamente tu familia.
CINCO. Ten un plan espiritual de trabajo para cada uno de los integrantes de
tu familia. Nuestros hijos, como dice la Palabra, son como flechas arrojadas a
la vida. Necesitas estar atento a cada etapa y desafío que vive cada miembro
de tu familia. Forjemos en ellos que sean flechas certeras y eficaces en la
vida.
SEIS. Implementa estas tres preguntas en la mesa de conversación: “¿Qué
sucedió hoy en tu vida que te alegró? ¿Qué desearías mejorar en tu vida
hoy? ¿Cómo viste a Dios obrar en tu vida hoy?”
SIETE. Disminuye los niveles de estrés en tu hogar y en el ministerio. Varios
consejos al respecto: Descansa, sal a caminar, cuida tu salud, no permitas que
la iglesia “invada” tu hogar, organiza tus finanzas, planea mejor tus
actividades de iglesia, respeten los horarios.
Aquí van algunos de los motivos de estrés más comunes: disparidad entre las
expectativas y la realidad, falta de límites claros, sentirse inadecuada/o y con
baja auto-estima frente a la tarea, tratar de agradar a todos, tratar de estar a
disposición de todos, problemas de administración del tiempo, conflictos en
la iglesia, envidia, desánimo, tentaciones sexuales. El agotamiento psico-
físico comienza en el agotamiento emocional. La mayoría de los pastores y
líderes trabajan horas excesivas, se alimentan mal, no se ejercitan, ni toman
vacaciones de manera regular. El “burnout” (el agotamiento psico-físico) es
mayormente agotamiento emocional.
OCHO. Protege la vida íntima de la familia. Limita la invasión de llamadas
telefónicas, visitas imprevistas a la casa, horarios tardíos, etc.
NUEVE. Clarifica los roles de los miembros de la familia respecto al
ministerio. Es demasiado fácil abrumarse con tantas demandas, que se pierde
claridad y orden en las actividades sobre la familia. Que cada miembro de la
familia sepa bien cuál es su rol y su tarea en cuanto al ministerio, así también
descansa de lo que no es su responsabilidad.
DIEZ. Pide consejo si es necesario. Toma tiempo con amigos ministeriales.
METAS SUGERIDAS PARA UN MATRIMONIO EXITOSO
Definan lo que quieren en su matrimonio. Tengan metas firmes.
Hablen con palabras entusiastas y de fe. El hablar así fortalece y edifica al
matrimonio. Si tu matrimonio fuera una cuenta bancaria, ¿cuántas palabras de
aliento estás invirtiendo en esa cuenta? Las peleas y discusiones solo bajan el
cociente intelectual de tu matrimonio. Habrá diferencias, pero aprendan a
comunicarse y perdonar. No permitan que las pequeñas zorras arruinen el
viñedo.
TAREA 1
Tener las metas por escrito en las diferentes áreas, desde lo individual a lo
matrimonial, en lo físico, mental, emocional, social (familia y relaciones),
espiritual, financiero, laboral y personal.
Se sugiere utilizar el método SMART (específico, medible, alcanzable,
realista y temporizado).
Comenzar con una meta diaria, una meta mensual y una meta anual (como
mínimo) en cada área.
TAREA 2
Tengan una misión como matrimonio, escrita en pocas palabras. Tengan una
misión individual también.

Por Humberto y Eve Jiménez


Pastores de Iglesia Manantial de Vida
Córdoba, Argentina
¡DINERO CUÁNTO TE QUIERO!
Principios bíblicos de administración para líderes juveniles

Versículos clave: Mateo 25:14-30, 6:33; Lucas 14:28-33; 2 Corintios 9:6-8;


Mal 3:8-12; Proverbios 13:23, 6:6-8.
En la década de los 90’s, un grupo argentino de rock le puso letra a una
cuestión interesante con respecto al dinero. La canción decía algo así…
“Que vas a hacer, No aprendes más
La que ganas, La patinas
Que vas a hacer, No aprendes más
La que ganas, Te la gastas
El dinero no es todo, Pero como ayuda
El dinero no es todo, Ay! como ayuda”
La mayoría de las personas utiliza el dinero sea cual fuere su forma (tarjetas,
cheques, efectivos, etc.) para realizar todo tipo de transacciones. El dinero
está tan presente en nuestras vidas, que trabajamos entre 8 y 12 horas
promedio por día para obtener dinero a cambio de nuestro trabajo. Teniendo
en cuenta que dedicamos una tercera parte de nuestro día (de nuestra vida) al
trabajo -para ganar dinero-, es una locura no conocer el propósito y el modo
de administrar sabiamente el dinero.
El dinero puede ayudarnos a avanzar o puede hacernos retroceder; todo
depende de cómo lo administremos. En este aspecto, podríamos decir que hay
dos clases de cristianos: los de fe integrada y los de fe segregada.
Los cristianos de fe integrada son aquellos que basan todos los aspectos de su
vida de acuerdo a los principios de la Palabra. Su fe es el eje y el centro de su
vida, y a través de ella filtran todas sus decisiones. Los cristianos de fe
segregada, en cambio, son aquellos para los cuales la fe es sólo un aspecto
más de su vida, la cual puede ocupar una mayor o menor proporción respecto
a todas las aéreas de su vida, y no es la fe la que guía sus decisiones.
A partir de esta perspectiva, el objetivo es que vivamos una fe integrada en
todas las áreas de la vida. El asunto que nos compete en esta lección es el de
las finanzas.
Con la ayuda de Dios debemos aprender a ser cristianos con inteligencia
financiera. ¿Qué es eso? Es esa parte de nuestra inteligencia que utilizamos
para resolver problemas de dinero, donde no es tan importante cuánto
ganamos, sino cómo administramos lo que ganamos.
DUEÑOS DE NADA, ADMINISTRADORES DE TODO
Debemos vivir este principio en nuestras vidas, teniendo muy presente que
todo lo que poseemos nos ha sido confiado por Dios para que lo
administremos con fidelidad y sabiduría. A través de una parábola, en Mateo
24:14-30, Jesús nos enseña 4 verdades muy importantes con respecto al
dinero y a los bienes:
1) Dios es dueño de todo.
2) A cada uno de nosotros Dios nos ha dado recursos, de acuerdo a
nuestras capacidades.
3) Cada uno debe administrar fielmente lo que se le otorgó.
4) Si somos fieles en administrar lo poco que se nos haya dado, Dios nos
confiará mucho más.
¿Cómo administrar mis recursos, especialmente mi dinero?
¿Conoces a alguien que haya dicho alguna vez: “Si tuviera más dinero no
tendría tantas deudas”? Solemos pensar que el dinero es nuestra gran
salvación, pero comúnmente las personas siguen el patrón “suicida” de ganar
y gastar, ganar y gastar… y cuanto más ganan, más gastan. Es importante que
puedas planificar, organizar, controlar y dirigir tus finanzas sabiamente.
Alguien dijo: “Cuando administras correctamente tu dinero, no te preguntas
a dónde se fue el dinero, sino que lo envías a donde debe ir”.
LA IMPORTANCIA DEL PRESUPUESTO
El presupuesto es el cálculo anticipado del costo de una obra o un servicio. Es
una herramienta previsora de los gastos e ingresos previstos para un
determinado período de tiempo. El pasaje de Lucas 14:28-33 arroja luz a
respecto a la actitud que debemos tener con algunos asuntos:
1. Proyéctate: encara la construcción de tus sueños.
2. Toma un tiempo para pensar en cómo administrarás tus finanzas para ese
proyecto.
3. Calcula los costos, esfuerzos y ajustes que deberás hacer para concretar tu
proyecto.
“Ante los proyectos, los pobres dicen ‘no puedo’, ‘no tengo’, mientras que
los ricos se preguntan ¿cómo lo hago?”
Para la administración familiar, es recomendable hacer un presupuesto al
final de cada mes, proyectando así cuánto dinero ingresará y cuáles serán los
gastos que tendré en el mes que está a punto de comenzar. Así, en caso de
que los ingresos no sean suficientes, podremos achicar algunos gastos o
postergar algunas inversiones; o ahorrar en caso de haber superávit. A la vez
llevar un registro diario de los gastos e ingresos.
DIFERENCIA ACTIVOS DE PASIVO
Un activo es todo aquello que pone dinero en tu bolsillo. Un pasivo es todo
aquello que saca dinero en tu bolsillo. Pregúntate lo siguiente: Al realizar el
presupuesto mensual de tus finanzas, ¿Cuánto dinero estás dedicando para
comprar activos y cuánto para comprar pasivos?
Por ejemplo: ¿Una casa, es un activo un pasivo? En el hogar en el que crecí,
mi papá me enseñó que nuestra casa era su mayor activo. Yo pensaba así
hasta que entendí este concepto. Una casa es, en realidad, un pasivo, porque
mes a mes produce gastos: servicios de mantenimiento, impuestos, hipoteca,
servicios de vivienda como luz, agua, gas, internet, etc. Por supuesto
debemos tener un lugar en el cual vivir, aunque sea un pasivo. Una casa
propia es una bendición. Tener pasivos no es malo, siempre que estén
respaldados por un activo que los cubra. Una casa se convierte en activo
cuando obtienes dinero de ella, por ejemplo, cuando la alquilas.
“Los pobres compran pasivos, los ricos compran activos” (Robert Kiyosaki)
PÁGATE A TI PRIMERO, LUEGO AL RESTO
Proverbios 6.6-8 habla de la hormiga, cuyo ejemplo nos enseña un principio
que podemos aplicar en nuestras vidas: ahorrar. La hormiga, durante el
verano, almacena para el invierno, pero a la vez come su porción en el
verano. Es allí cuando ella aplica el buen hábito de ahorrar una parte para el
invierno (tiempo de escasez).
Pagarte ti mismo no significa que te gastes el dinero comprando todas las
cosas que desees, sino que inviertas en ti mismo. Tiene que ver con a invertir
en algo que te permita crecer más adelante, es decir, invertir una parte de tu
dinero en sembrar las semillas financieras que más adelante cosecharás
multiplicadas.
El libro “El hombre más rico de Babilonia” nos da un consejo de separar no
menos del 10% de lo que ganamos y acostumbrarnos a vivir con el 90%
restante. Es un hábito más que una regla, de separar tu parte para que ese
dinero luego trabaje para ti. Los que somos de fe integrada ya vivimos con el
90%, porque tenemos el buen hábito de separar el diezmo para Dios, y los
que ahorran viven por debajo de ese porcentaje.
¿Para qué ahorrar?
• Para la compra de una vivienda, o para invertir en educación.
• Para algún imprevisto o situaciones de emergencia.
• Para ocio, vacaciones y viajes.
• Para la adquisición de activos, comenzar un negocio o aprovechar
oportunidades de inversión.
“Ahorrar para el futuro no significa dejar de disfrutar el presente.”
¿CÓMO GANAR DINERO?
Cuando hago esta pregunta, un gran porcentaje de persona contesta de
manera automática: “Trabajando”. Sin embargo, aunque es una respuesta
cierta, esa no es la única manera de generar dinero. Veamos otras opciones:
1. Ingreso ganado. Es la forma tradicional de ganar dinero, trabajando,
brindando un servicio, esfuerzo, tiempo a cambio de dinero. Si vas a
obtener dinero trabajando para otros, te recomiendo que lo hagas con
excelencia. Proverbios 22.29 dice: “Cuando veas alguien que hace bien
su trabajo, no lo verás entre gente de baja condición, sino que estará en
presencia de reyes”.
2. Ingreso pasivo. Es el dinero que te ingresa cuando no realizas ningún
esfuerzo físico. Por ejemplo, el alquiler de una casa, local o algún otro
bien, venta y reproducción de libros, canciones, etc.
3. Ingreso portafolio. Es el dinero que ingresa por invertir en acciones y
otros fondos de inversión.
La meta sugerida es que el dinero ganado te permita acceder al “ingreso
pasivo” y al “ingreso portafolio”. De esta manera, el dinero trabaja para ti y
se multiplica, incluso cuando estés durmiendo. Esto ocurre cuando el dinero
está a tu servicio, y no tú al servicio del dinero.
Repasemos algunos principios aprendidos:
Determina tus ingresos mensuales.
Determina tus gastos mensuales.
Haz un presupuesto, partiendo de la realidad presente.
Aprende a vivir dentro de tu presupuesto.
Determina prioridades y necesidades.
Haz planes a corto, mediano y largo plazo.
Sé fiel en dar tus diezmos al Señor.
Ahorra el 10% de tus ingresos.
Minimiza o evita los préstamos.
Reduce las deudas.
Practica el dominio propio.
Por Débora Soria
Pastora de Iglesia Centro Cristiano “Agua de Vida”
Licenciada en Recursos Humanos
Aguilares - Tucumán, Argentina
NOVIAZGO CON PROPÓSITO
Versículos clave: Salmos 37:3-5; Romanos 12:2; Jeremías 29:11; Mateo
6:33; 2 Corintios 6:14; 1 Corintios 7:9.
El objetivo de este escrito es orientar a nuestros jóvenes y adolescentes a
procurar y lograr noviazgos con propósito, dentro de la voluntad del Señor,
de tal manera que podamos provenir noviazgos sin propósito y fuera del plan
de Dios, que terminen perjudicando y distrayendo a nuestros chicos de
manera personal y afectando negativamente a todo el grupo juvenil.
La enseñanza temprana y preventiva acerca del noviazgo y la sexualidad,
resulta en una especie de “vacuna” que ayuda a evitar en gran medida el mal
uso o abuso de estas dos áreas o etapas de la vida, que son tan sensibles y
propensas a alejar a los chicos del propósito de Dios para sus vidas.
¿Qué es “noviazgo”?
Una definición que me gusta del noviazgo es la siguiente: “es una relación
amorosa mantenida entre dos personas con la posible intención de
matrimonio. Es, además, un proceso por el cual dos personas desarrollan
una asociación íntima más allá de la amistad”.
La RAE define novio o novia como “persona que mantiene relaciones
amorosas con otra con fines matrimoniales.”
Me llama la atención, y me sorprende gratamente, que la definición “no
cristiana” de noviazgo y novios aclare que el fin o el objetivo de la relación es
llegar al matrimonio, ya que es el mismo fin que persigue un noviazgo con
propósito, que está dentro de los planes de Dios para cada una de las partes y
para ambas a la vez.
Mateo 6:33 dice “Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y
lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.” (NTV) Entre “todo
lo que necesitamos”, es un compañero o una compañera con quien compartir
la vida. ¡Qué hermoso saber que Dios está al tanto de lo que necesitamos, y
está dispuesto a bendecirnos con esas cosas! La clave está en buscarlo a él
más que a cualquier otra cosa en el mundo.
Salmos 37:4 dice “Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu
corazón.” Esta es otra maravillosa promesa que nos alienta a confiar en el
Señor y dejarnos guiar por él, también en esta enorme decisión, que es la
elección de una pareja; ya que él se ocupará de que sea la persona idónea. ¡La
mejor opción posible! Y demás está decir que Dios tiene un excelente gusto
para elegir una pareja.
Teniendo estos aspectos introductorios en mente, ¡avancemos con el tema!
El noviazgo no es sólo una etapa o estado emocional y físico, sino también es
espiritual, ya que tiene que ver con el propósito de Dios para mi vida. Por esa
razón lo ideal y correcto es incluir al Señor en este proceso. ¿Cómo incluir a
Dios? Sí, consultarle sobre la relación en mis momentos de oración, pedir su
guía antes de comenzar y durante la relación de noviazgo, orar los dos juntos
y buscar a Dios por separado, pero con el mismo objetivo de que la voluntad
de Dios sea la que se lleve a cabo, no la mía.
¡Nos conviene hacer la voluntad de Dios! ¿Por qué? Porque nadie puede
asegurar que nuestra propia voluntad sea lo que más nos convenga, beneficie
o haga felices; sin embargo, la Palabra de Dios afirma que la voluntad de
Dios es buena, es perfecta y será agradable para mí.
Romanos 12:1 dice “Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles
la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios
para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.”
El noviazgo debería ser un tiempo de alegría y paz, en el que ambos brillen,
florezcan y crezcan como personas y también en su relación con Dios, con la
pareja y con los demás que les rodean.
ETAPAS DE UN NOVIAZGO CON PROPÓSITO
Comparto las siguientes etapas, que van de menos a más y de la distancia
hacia la intimidad, como una guía o referencia para tener en cuenta a la hora
de iniciar o evaluar una relación de noviazgo:
1) Etapa de acercamiento: En esta primera etapa, se trata de un amor
existente pero no manifestado, y por ende tampoco correspondido. Una de las
dos personas, o las dos, experimentan sus sentimientos de enamoramiento en
silencio. Si estos sentimientos persisten con el tiempo, es necesario que de
alguna manera, en el momento oportuno y con sabiduría, se los expresemos a
la persona en cuestión. Si nos guardamos esos sentimientos para nosotros
mismos, ¿cómo podrá la otra persona corresponderme, si ignora que nos
sentimos atraídos por él o por ella?
2) Etapa de conocimiento mutuo: Habiendo expresado los sentimientos,
ahora sí pueden ser correspondidos. En esta segunda etapa, ya ambos
conocen los sentimientos del otro, pero no conocen mucho acerca del otro.
¿Cómo llegamos al conocimiento mutuo? Sencillo: hablando, conversando,
abriendo el corazón (de a poco), compartiendo los sueños, los proyectos, los
temores. Hablar de nuestra familia, nuestro pasado, nuestra niñez. Es decir,
dejarle ver al otro mi alma: lo que soy, lo que siento y lo que pienso. Muchas
parejas limitan su relación sólo al nivel físico, descuidando este aspecto tan
importante de conocerse emocional e intelectualmente.
3) Etapa de relacionarse: Una vez que ambos han dejado ver parte de su
alma, compartiendo con sinceridad lo que son, están listos para avanzar a la
siguiente etapa, que es la de involucrarse en la vida del otro, proyectar juntos
el fututo, la familia, el ministerio, y demás.
PRINCIPIOS DE UNA RELACIÓN CON PROPÓSITO
ESPIRITUALIDAD
Elegir a la persona que será nuestro cónyuge no es una decisión menor. Es
más, es una de las decisiones más trascendentes de la vida. Por eso lo
correcto es encararla estando en mi mejor momento y estado espiritual. De
esta manera voy a poder oír la voz de Dios guiándome y entender cuál es la
voluntad de Dios.
El noviazgo también es un tiempo para discernir el espíritu de la otra
persona. ¿Cómo discernir? Claro, podemos conocer qué piensa y siente otra
persona escuchándola o haciéndole preguntas. Pero para llegar a conocerla
espiritualmente, es necesario saber y poder escuchar la voz o sentir las
impresiones que el Espíritu Santo nos brinda con respecto al espíritu de la
otra persona. ¿A qué me refiero con el espíritu de la persona? Recuerda que
somos esencialmente seres espirituales, por lo que es nuestro espíritu quien
nos guía y dirige. Estando en una correcta relación con Dios, podremos
percibir o discernir cuáles son sus motivaciones de fondo, si es violenta,
depresiva, celosa, absorbente, o si hay algo oculto que por alguna razón no
quiere o puede expresar.
2 Corintios 6:14 dice “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos”. La
NTV dice “No se asocien íntimamente con los que son incrédulos.”
Cuidémonos de formar una relación que constituya un yugo desigual. Dios
nos prohíbe unirnos íntimamente con una persona que no ha nacido de nuevo,
que no es un hijo o hija de Dios. La única razón de este mandamiento –y
todos los demás- es que nos vaya bien en la vida. (Dt 4:40)
Por supuesto, la relación íntima entre un creyente y un incrédulo no es el
único “yugo desigual”. Sí es el único que van en contra de la voluntad de
Dios, pero no es el único.
Otros yugos desiguales pueden ser: Un creyente maduro con un creyente
recién convertido. Un creyente que tiene un fuerte llamado al ministerio con
otro que lo único que quiere es asistir a la iglesia los domingos. Un creyente
que quiere dedicarse 100% al ministerio, mientras que el otro quiere
dedicarse 100% a su profesión.
TIEMPO Y SENTIDO COMÚN
Proverbios 21:5 dice “Los planes bien pensados: ¡pura ganancia! Los planes
apresurados: ¡puro fracaso!” (NVI)
Otro aspecto muy importante a tener en cuenta en la etapa de noviazgo está
relacionado al tiempo de duración del mismo. Por supuesto no hay un tiempo
predefinido, ya que cada relación es única, pero si debemos usar aquí el
sentido común, además de seguir la guía del Espíritu Santo.
Hay parejas que se conocen, se ponen de novios y al cabo de pocos meses ya
están casados. Un noviazgo demasiado breve no da tiempo a los individuos a
conocerse lo suficiente, dejando una gran probabilidad de que surjan
actitudes o verdades inesperadas y desagradables durante el matrimonio. Por
supuesto esto perjudica la relación matrimonial, llevando a la separación o
divorcio prematuro. Por estadística, la gran mayoría de los divorcios ocurren
antes de los 3 años de matrimonio. Mucho tiene que ver el hecho de que no se
conocen lo suficiente para iniciar una relación de por vida, “hasta que la
muerte los separe”.
Por el contrario, hay parejas que dilatan el tiempo de noviazgo demasiado
tiempo, y no avanzan hacia el matrimonio. Esto también perjudica a la pareja,
ya que la relación cae en la monotonía, lo cual lleva al desgaste de la
relación, y, al no haber ningún avance o progreso, pierde propósito. Por otro
lado, un noviazgo demasiado largo no ayuda nada a la santidad, ya que se
hace daca vez más difícil seguir juntos, sin estar "demasiado juntos". Por lo
general terminan cayendo en la fornicación, aunque no era lo que querían. El
apóstol Pablo da un consejo muy práctico al respecto: “Pero, si no pueden
controlarse, entonces deberían casarse. Es mejor casarse que arder de
pasión sexual.” 1 Corintios 7:9
Si estamos proyectando una relación a largo plazo y con propósito,
necesitamos tiempo suficiente para conocer a la otra persona, en especial en
referencia a su estabilidad en las siguientes áreas:
Económica: ¿Tiene alguna profesión u oficio? ¿Es trabajador/a? ¿Es
propenso/a a las deudas? ¿Es capaz de conservar un empleo? ¿Tiene
capacidad de ahorro?
Emocional: ¿Cómo es su carácter? ¿Cómo trata a las personas? ¿Abunda
en los frutos del Espíritu (Gal 5:22-23)? ¿Cómo reacciona en momentos
de presión?
Espiritual: ¿Es fiel al Señor? ¿Tiene una relación personal evidente con
el Señor? ¿Se congrega con frecuencia? ¿Sirve al Señor en algún área?
Familiar: ¿Cómo es su familia? ¿Cómo se lleva con su familia? ¿Cómo
me llevo yo con su familia? ¿Puedes identificar alguna herencia negativa
que podría afectar al matrimonio? ¿Cómo trata a sus padres y hermanos?
Sexual: ¿Es capaz de poner freno a sus impulsos sexuales? ¿Cuál es su
historial con respecto a sus relaciones sexuales? ¿Tiene algún conflicto
con su identidad de género? ¿Tiene algún trauma producto de algún abuso
producido en su infancia o adolescencia?
BELLEZA INTERIOR Y EXTERIOR
1 Samuel 16:7 dice “Pero el Señor le dijo a Samuel... La gente se fija en las
apariencias, pero yo me fijo en el corazón”. (NVI) La verdad es que, a la
hora de escoger una pareja, ambas cosas son importantes. La belleza externa
es importante, ya que si vamos a casarnos con esa persona, más vale que nos
resulte atractivo/a, que realmente nos guste y enamore.
La belleza es un concepto muy subjetivo, relativo y personal. Lo que para
alguien es hermoso, para otra persona no lo es. Lo importante es que a ti te
guste tu novio o novia, más allá de lo que el resto del mundo opine.
No obstante, es necesario remarcar que al fin y al cabo la belleza o fealdad
interior siempre terminan superando la belleza o fealdad exterior. Imagínate
si a ti te fascinan las chicas o chicos de ojos claros, y te has conseguido una
pareja que tiene ojos claros, pero tiene muy mal carácter. Te puedo asegurar
que al cabo de un par de años de matrimonio, el color de sus ojos no te
importará. Lo único que verás (y sufrirás) será su mal carácter.
Recordemos que la convivencia del matrimonio potencia tanto lo bueno
como lo malo de cada uno. Así que mi consejo es que priorices la belleza
interior a la exterior, ya que con el paso de los años, cuando la belleza
exterior se desvanezca, la belleza interior permanecerá.
AFINIDAD
Una de las claves más importantes para un noviazgo y matrimonio exitoso es
tener la mayor cantidad de cosas en común, especialmente los valores. ¿Qué
cosas son valiosas para cada uno? ¿Comparten los mismos valores? Mientras
más afinidad tengamos, mayor probabilidad de éxito tendrá la relación.
Mientras más aspectos en común tengamos, mejor. Afinidad en los valores
morales, la crianza, la cultura, hábitos, costumbres, estrato social, proyecto de
vida, llamados, ministerio, etc.
¡Qué importante y hermoso es llevarse bien! Es normal que surjan diferencias
y haya discusiones de vez en cuando, pero no pueden ser constantes. Hay
parejas que discuten todo el tiempo. Eso no es sano. Es una alerta en la
relación que ambos deberían tenerla muy presente.
Hay un refrán muy común que dice “los polos opuestos se atraen”. Si bien
tiene mucho de cierto, mientras más diferencias tengan los novios o
cónyuges, más tendrán que esforzarse en lograr la unidad de criterios y más
tendrán que ceder en cuanto a sus valores, gustos y costumbres. Esto no
significa que si hay muchas diferencias la relación no tiene esperanza,
significa que será más difícil hacer que prospere.
CONOCIENDO LA VOLUNTAD DE DIOS
Hay aspectos de la vida cristiana cuya voluntad de Dios está claramente
expresada en La Biblia, como por ejemplo, que Dios no quiere que nos
unamos íntimamente con personas que no sean cristianas, y sí espera que nos
unamos a personas que hayan entregado su vida a Dios. Pero hay otros
aspectos que no están tan claramente expresados en su Palabra, como por
ejemplo qué carrera debo seguir, qué ministerio es el que Dios me ha dado, y
por supuesto, quién será mi esposo o mi esposa. En estos aspectos, y otros
muy puntuales, yo debo buscar la guía y voluntad de Dios de manera
particular, para mi vida y para cada decisión a tomar.
En vista de eso, quisiera concluir este taller con 4 maneras en las que Dios
nos guía, para que las consideremos:
1) La Palabra de Dios. La Biblia es muy clara en la mayoría de los aspectos
de la vida, así que lo primero que debo considerar es si mi conducta o
decisión está aprobada por la Palabra de Dios. Si la respuesta es “sí”,
significa que estoy bien encaminado; pero si la respuesta es “no”, desde el
vamos ya sé que estoy fuera de la voluntad de Dios, en desobediencia, y
por lo tanto no hay nada bueno por delante para mí. (2 Pe 1:19; Sal 119:9;
119:105; Ro 12:)
2) La multitud de consejeros. Otra manera en la que Dios nos guía es a
través del consejo de otras personas. Proverbios 11:14 dice “en la
multitud de consejeros hay seguridad”. Es muy sabio consultar con otros
y pedir consejo a personas que ya tengan experiencia en la decisión que
yo debo tomar, y que les haya ido bien en esa área de su vida. Pide
consejo a tus padres, líderes y pastores de la iglesia. (Pr 11:14; 15:22;
24:6)
3) Las puertas abiertas. Esto tiene que ver con la manera en que van
avanzando las cosas. Si hay muchas trabas y complicaciones en la medida
que avanzo, es muy probable (aunque no es definitivo) que no esté bien
encaminado. Por el contrario, si la mayoría de las cosas resulta bien, y veo
que las puertas se van abriendo en la medida que avanzo, es muy probable
que esté yendo por el camino correcto. Aclaro que esto es una referencia,
una guía, ayudarnos a conocer la voluntad de Dios. Recuerda que no todo
lo bueno viene de Dios, y no todo lo malo viene del diablo. Aquí se
requiere discernimiento. (Lee Hechos 16:6-8)
4) La paz interior. Otra de las maneras en que Dios nos hace saber su
voluntad es a través de la paz interior, que es uno de los frutos del Espíritu
Santo en nuestra vida (Gal 5:22). La presencia o la ausencia de paz son
indicios de estar o no estar en la voluntad de Dios. Por ejemplo, si yo
estoy saliendo con otra persona, y, aunque todo parezca estar bien
exteriormente, yo no siento paz en mi corazón, sino que hay algo que me
inquieta y me quita el sueño, eso es falta de paz, y es un fuerte indicio de
que no estoy en la voluntad de Dios. Pero si hay paz en mi corazón con
respecto a la decisión que estoy por tomar, eso es el testimonio del
Espíritu Santo de que estoy bien encaminado en la voluntad de Dios. (Jn
14:27)
De estos cuatro indicios que compartí, la Palabra de Dios y la paz del Espíritu
Santo son los más importantes a tener en cuenta, ya que son innegociables y
definitivos. Los otros dos, la multitud de consejeros y las puertas abiertas, son
relativos y no definitivos.
Confío en que este escrito ha sido de ayuda, y oro para que el Señor te guíe (o
te ayude a guiar a otros) en la importante decisión de escoger a la persona que
será tu compañera de la vida.

Por Billy Saint


Pastor de Iglesia Centro Familiar Cristiano
Córdoba, Argentina
SEXUALIDAD:
DISEÑO DE DIOS VERSUS DISEÑO DE
SATANÁS
Textos: 1 Corintios 6:12-20, 7:1-5; Proverbios 5:15-23
EL DISEÑO DE DIOS PARA EL SEXO
Al sexo no lo creó Play Boy. ¡Fue un invento y creación de Dios! Es un
hermoso regalo de Dios para el esposo y la esposa, para que puedan
disfrutarlo sin límites en el marco del matrimonio. (Santiago 1:17)
¿Será que Dios está a favor o en contra del sexo? ¡Por supuesto que está a
favor! La Biblia es muy clara al respecto (Pr 5:19 y Can 7:6-8). Muchos
piensan que Dios es “anti-sexo”, ¡pero no hay nada más alejado de la
realidad! No hay un solo versículo en la Biblia que diga que el sexo es
“pecaminoso” o “sucio” en sí mismo. Los versículos que citan al sexo de
manera negativa es cuando éste es usado de manera errónea, fuera del diseño
de Dios.
El mensaje de Dios no es “¡no tengas sexo porque es pecado!”, sino “espera
hasta el matrimonio, porque el sexo de acuerdo a mi diseño es tan
maravilloso que vale la pena esperar.”
El noviazgo no es un ámbito para tener relaciones sexuales. El único ámbito
para el sexo es el matrimonio.
¿Para qué Dios creó el sexo? En la Biblia encontramos 3
razones:
PROCREACIÓN: (Gn. 1:28). La procreación es uno de los milagros más
grandes de la creación. Dos jovencitos, que no tienen idea de genética o
biología, duermen juntos y nueve meses después llega un bebé perfecto. Dios
nos ha dado la capacidad de crear vida a través del acto sexual. No podemos
tomar esto a la ligera, procreando hijos sin planificar, ni dentro ni fuera del
matrimonio. La capacidad de procrear es un regalo de Dios que tenemos que
aprender a manejarlo con responsabilidad. El matrimonio es el único ámbito
aprobado por Dios para el sexo porque es un marco de compromiso, en el
cual los hijos pueden crecer con papá y mamá juntos.
INTIMIDAD: Dios nos creó con un fuerte deseo y necesidad de intimidad.
Somos seres relacionales. ¡Dios nos hizo así! Está comprobado que el sexo
crea uno de los vínculos más fuertes entre dos personas, y la máxima
profundidad de este vínculo sólo se da dentro del plan de Dios, es decir, en el
matrimonio, en la monogamia. Génesis 2:24 nos dice que el vínculo entre los
cónyuges es tan fuerte que llegan a ser un solo ser. El acto sexual no se limita
al nivel físico, sino que involucra todo nuestro ser: espíritu, alma y cuerpo.
Por esta razón, no debería tomar a la ligera con quién me uno sexualmente.
Lee 1 Corintios 6:16 para ampliar.
Cuando tenemos sexo, el cerebro libera una hormona llamada “oxitocina”,
también conocida como “hormona del abrazo”, la cual produce sentimientos
de cariño, confianza y afecto profundo. Dios la puso en nuestro cuerpo con el
propósito de crear un profundo apego entre los cónyuges. Cada vez que una
persona tiene sexo, su cerebro le dice a su cuerpo que debe unirse y puede
confiar en la otra persona. Ahora, esta hormona va en aumento cuando la
pareja sexual es siempre la misma, produciendo mayor placer cada vez. Pero
cuando la pareja sexual cambia con frecuencia, el nivel de la hormona vuelve
siempre a cero. Esta es una razón por lo que suelen buscarse otros medios
para lograr mayor satisfacción sexual: pornografía, sadomasoquismo, etc.
PLACER: Una de las razones por la cual Dios creó el sexo es para que lo
disfrutemos. ¡Así es! Dios quiere que el sexo sea divertido y que la pasemos
bien. (Pr 5:18-19) Si la sexualidad no fuera placentera, probablemente la
tierra no estaría tan llena como lo está. Dios dotó a la reproducción de placer,
para que no fuera un problema. El clítoris en la mujer y el glande en el
hombre tienen como única función producir placer a sus dueños. Si Dios
estuviera en contra del sexo, simplemente no habría incluido esos dos
órganos en el cuerpo, ¿no te parece?
El mundo enseña que el sexo sin límites es más divertido y excitante, pero la
verdad es que eso diluye el plan de Dios, haciendo que el placer se debilite,
que la intimidad pierda su valor y las intenciones de Dios de bendecirnos con
este regalo precioso se arruinen.
ABSTINENCIA VERSUS PUREZA SEXUAL
Abstinencia es evitar ciertas cosas, como comida con grasa, el alcohol o el
sexo. Pureza es elegir vivir de acuerdo al diseño de Dios. La abstinencia es
un hábito, una regla, una decisión, pero la pureza es una virtud, es un
compromiso de vivir de acuerdo al diseño de Dios. Pureza es decirle “¡NO!”
al sexo fuera del matrimonio. No por ser masoquistas, sino para poder
disfrutarlo a pleno en la hermosa relación matrimonial, tal como Dios lo creó.
Siervo versus Hijo
Un creyente con actitud de siervo, empleado o jornalero, hace todo por
obediencia y temor. Se pregunta: “¿Esto es pecado o no es pecado? Está
concentrado en lo que es pecado y lo que no. El creyente con actitud de hijo,
en cambio, lo único que quiere es agradar al Padre. Lo que el Padre quiere, es
lo que él también quiere, porque sabe que le conviene (1 Co 2:16). No
especula si es algo pecado o no. Él sabe que no conviene (1 Co 10:23).
HACER EL AMOR VERSUS TENER SEXO
Sexo y amor no es lo mismo. Tener sexo no es necesariamente dar amor, pero
¡qué hermoso dar amor a nuestro cónyuge a través de la intimidad sexual!
Dios, a través de su Palabra, nos manda a amar a todas las personas (Jn.
13:34). A los que estamos casados, Dios nos manda a amar a nuestras
esposas. (Ef. 5:25,28)
Dios creó el sexo como un complemento del amor, como un adhesivo para la
relación matrimonial. Por eso, cuando tenemos sexo fuera del matrimonio,
confundimos las cosas y generamos desorden en nuestras emociones y
relaciones. El amor que es según Dios da, se brinda, todo el tiempo, sin medir
ni esperar nada a cambio; y esto debe reflejarse también en la intimidad
sexual. Ef. 5:28 dice que debo amar a mi cónyuge como a mi propio cuerpo,
es decir, dedicarle tiempo, nutrirlo, cuidarlo, protegerlo y proveerle. El sexo
es, entonces, una de muchas maneras de demostrar amor a nuestro cónyuge.
EL DISEÑO DE SATANÁS PARA EL SEXO
Satanás logró tergiversar este maravilloso regalo de Dios para el ser humano,
de tal manera que en vez de traer unidad, bendición y placer, ha traído culpa,
indignidad, divorcios, enfermedades incurables, homicidios, abortos y
suicidios. Veamos las desviaciones más comunes de la sexualidad, y sus
consecuencias:
PORNOGRAFÍA: Es la descripción, representación o muestra de actos
sexuales de forma explícita con la finalidad de excitar sexualmente, ya sea a
través de videos, fotografías, dibujos o libros. Incluye no sólo revistas o sitios
web pornográficos, sino cualquier programa televisivo o película con escenas
de desnudez o sensualidad.
¿Filtras lo que ves? Lo que entra por nuestros ojos determina quiénes somos
y lo que haremos. (Mt 6:22) El plan de Dios es que seas estimulado
sexualmente única y exclusivamente por tu cónyuge. Cuando utilizamos
imágenes para estimularnos, creamos un vínculo con esa imagen, y eso
arruina nuestra intimidad sexual.
Cómo vencer la pornografía:
1. Rompe el silencio: cuéntale a tu líder, pastor u otro creyente maduro tu
lucha.
2. Toma decisiones drásticas: corta la TV por cable, da de baja internet,
deshazte de tu celular, etc.
3. Llena tu mente de Dios: Lee y estudia la Biblia cada día, búscalo en
oración, pon alabanzas, etc.
4. Ocupa tu tiempo y mente en cosas positivas como estudiar, trabajar,
servir a Dios, etc.
MASTURBACIÓN: Por definición es la auto excitación o auto gratificación
sexual. Es la consecuencia directa de la pornografía. Muchos se cuestionan si
está bien o mal, ya que la Biblia no la menciona directamente. No obstante, sí
deja muy claro que no está dentro del plan de Dios para la sexualidad. Lee Ef.
5:3, Mt 5:28. El sexo aprobado por Dios tiene un objeto: nuestro cónyuge, y
un fin: procreación, unidad y placer; por lo que la masturbación queda fuera
del plan de Dios.
Se comporta como una adicción, ya que se consigue placer de manera fácil.
Se instala como un vicio y trae indefectiblemente eyaculación precoz.
Además de ser un acto totalmente egoísta. Es un pecado muy difícil de
vencer porque es oculto. Trae culpa y condenación. Puedes ampliar el tema
en la lección 15 de este manual.
Cómo vencer la masturbación:
1. Rompe el silencio: cuéntale a tu líder, pastor u otro creyente maduro tu
lucha.
2. Toma decisiones drásticas: corta la TV por cable, da de baja internet,
deshazte de tu celular, etc.
3. Llena tu mente de Dios: Lee y estudia la Biblia cada día, búscalo en
oración, pon alabanzas, etc.
4. Ocupa tu tiempo y mente en cosas positivas como estudiar, trabajar,
servir a Dios, etc.
FORNICACIÓN, O SEXO ANTES DEL MATRIMONIO: En 1 Co 6:18,
La Biblia enseña claramente que la fornicación es el único pecado “contra el
cuerpo”, ya que trae consecuencias negativas físicas, emocionales y
psicológicas, por lo tanto, nos manda a huir de ella. No dice “resistan” o
“venzan”. No, dice: “huyan”. ¿Qué es huir? Es estar lo más lejos posible de
la fornicación; no estar asolas con mi novio o novia, etc.
El sexo prematrimonial está fuera del plan de Dios para la sexualidad y el
resultado es una carga, no una libertad, remordimiento, en vez de alegría, y
sentimiento de vacío, en vez de paz. Lleva a la decepción, a la culpa, a la
muerte espiritual, a la debilitación de las relaciones sanas, a enfermedades
venéreas, y otras cosas negativas.
Virginidad es la virtud de una persona que nunca ha tenido relaciones
sexuales. Para no dar lugar a dudas, vamos a definir qué es tener sexo o
relaciones sexuales: Practicar sexo oral, es tener sexo. La penetración anal, es
tener sexo. Tener sexo usando preservativo, es tener sexo. Tener sexo sin
haber embarazo, es tener sexo.
ADULTERIO, O SEXO FUERA DEL MATRIMONIO: Adulterio es toda
relación sexual con una persona que no sea el cónyuge. La infidelidad es la
principal causa de divorcios y hogares destruidos. Prov. 6:32 dice que el que
comete adulterio es un necio total. ¡Del adulterio también debemos huir! Esto
significa jamás estar asolas ni involucrarme íntimamente con alguien que no
sea mi cónyuge (Ex 20:14, Mt 5:27-32, Gal 5:19, 2 Pe 2:14)
CONCUBINATO: Hoy en día la mitad de todos los matrimonios han
comenzado con convivencia. El 40% de las convivencias terminan en
separación antes del casamiento. Y de las que se casan habiendo convivido,
tienen el doble de probabilidad de separarse que las parejas que no han
convivido. Desde la perspectiva humana convivir es buena idea: conocerse,
es más económico, es como una “prueba” antes de decidir.; pero la verdad es
que es un engaño. Cuando las parejas se casan se están diciendo: “Te amo.
Me quedaré junto a ti. Me comprometo contigo”. Las parejas que se unen en
concubinato se están diciendo, sin palabras, “Me gustas. Quiero ver si puedo
amarte. Probemos a ver si funciona. Veamos si resistimos la presión de la
convivencia.”
Algunas ventajas estadísticas que favorecen al casamiento: Las parejas
casadas tienen más sexo. Los hombres casados viven más. Las personas
casadas tienen un mejor pasar económico. Los hijos de parejas casadas son
más felices y seguros de sí mismos.
OTRAS PROPUESTAS DE SATANÁS PARA EL SEXO:
- Abuso sexual: Cualquier tipo de actividad sexual que no tenga el
consentimiento de alguna de las partes.
- Homosexualidad: Atracción sexual de una persona hacia otra del mismo
sexo.
- Exhibicionismo: Tendencia a mostrar total o parcialmente los genitales
en público.
- Pedofilia: Atracción y actividad sexual de un adulto hacia los niños, ya
sea de su mismo sexo o no.
DIOS PERDONA Y RESTAURA
La Palabra de Dios dice, en 1 Juan 1:9, que “Si confesamos nuestros
pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de
toda maldad.” No importa cómo has vivido tu sexualidad hasta ahora, Dios
ha prometido perdonarte y limpiarte, si confiesas tu pecado, te arrepientes y
te apartas de él.
PASOS PARA LA LIBERTAD DE PECADOS SEXUALES:
1. Reconoce tu lugar en el reino de Dios.
Has sido creado a la imagen de Dios. El sexo no es sólo una necesidad
biológica más por satisfacer como la sed; es el diseño de Dios para vivir en
plenitud: alma, cuerpo y espíritu. Tu mayor necesidad es relacionarte con
Dios. Ninguna otra cosa, ni siquiera el sexo, podrá satisfacer tus necesidades
más grandes. Pídele a Dios que satisfaga cada anhelo y deseo de tu corazón,
que hasta ahora has intentado satisfacer a través del sexo.
2. Acércate a la familia de Dios.
Gálatas 6:11. Pertenecer a la iglesia, ser parte de la familia de Dios, es una de
las maneras más efectivas que Dios nos ha dado para superar al pecado. Parte
del trabajo del Cuerpo de Cristo es ayudar a restaurar a aquellos que se
encuentran atrapados en pecado. Es importante que confieses tu pecado a tu
pastor, líder o algún creyente maduro de tu mismo sexo (Stg 5:16). Será
difícil y hasta humillante, ¡pero te llevará hacia la libertad!
3. Amputa la fuente de tentación
Mateo 18:8 dice “Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo
y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos
manos o dos pies ser echado en el fuego eterno.”
Atrévete a tomar decisiones drásticas: Si tu lucha es con la pornografía,
¡deshazte de tu computadora o celular! Si no puedes dejar de fornicar con tu
novia/o, ¡termina urgente con esa relación! Si estás luchando con la
masturbación ¡deja la puerta de la habitación abierta, pon música cristiana
mientras te bañas! ¡Si estás casado, ten intimidad sexual con tu cónyuge más
seguido!
¡ES POSIBLE SER LIBRE DEL PECADO SEXUAL! (Romanos 6:12-14)
Por Billy Saint
Pastor de Iglesia Centro Familiar Cristiano
Córdoba, Argentina
Bibliografía de consulta:
- Las 10 Plagas de la Cybergeneración (Ale Gómez)
- La verdad desnuda (Josh McDowell)
SEXUALIDAD Y NOVIAZGO
En la lección anterior aprendimos, por la Palabra de Dios, que el único
ámbito aprobado por Dios para la intimidad sexual es el matrimonio. El
noviazgo no es el momento para la actividad sexual. Dios manda y espera
que lleguemos vírgenes al matrimonio. Pero ¿Qué es virginidad? Una persona
es virgen cuando nunca ha tenido relaciones sexuales, orales, vaginales o
anales. Esto es aplicable tanto para varones como para mujeres.
¿Cómo se puede saber si una mujer es virgen?
Por lo general la virginidad en la mujer se asocia a una membrana llamada
himen, ubicada dentro de la vagina. Popularmente se cree que el himen se
rompe en la primera relación sexual, lo cual no es así necesariamente. La
presencia o ausencia del himen no garantiza virginidad. Algunas mujeres
nacen sin himen, otras lo rompen por actividades no sexuales y, otras, lo
conservan indemne aún después de una relación sexual. El himen puede
romperse accidentalmente de mil maneras, y éste es el gran quid de la
cuestión. La pureza y la inocencia sexual pueden mancillarse de otras tantas
formas, no necesariamente o exclusivamente por vía vaginal.
Concluimos diciendo que la presencia del himen no es prueba de virginidad y
que su ausencia no es prueba de que la mujer sea activa sexualmente.
¿Cómo se puede saber si un hombre es virgen?
No hay manera fisiológica de probar la virginidad en un hombre, por lo que
la única manera es preguntándole. No se puede probar la virginidad
masculina ni la femenina. Proverbios 30:18-19 dice: “Hay tres, y hasta
cuatro cosas que me parecen increíbles y que no alcanzo a comprender:
cómo saber que un águila ha pasado por el cielo; cómo saber que una
serpiente ha pasado por una roca; cómo saber que un barco ha pasado por
el mar; y cómo saber que un hombre se ha acostado con una mujer” (TLA)
Algunas parejas suponen que mantienen la virginidad si tienen sexo oral o
anal, creen erróneamente que el sexo vaginal sólo comporta la pérdida de la
virginidad. ¡Mentira! El sexo oral y el anal son relaciones sexuales. De ahí
que, si una persona ha tenido sólo sexo oral o anal y no sexo vaginal, igual se
la considera sexualmente activa.

SANTIDAD Y SEXUALIDAD
Hugh Hefner, fundador del imperio Playboy, recuerda que fue criado en un
ambiente en el que el sexo sólo era concebido para la procreación, y cualquier
otro uso del mismo constituía un pecado.
Él mismo expresó: “Nuestra familia era prohibicionista, puritana en un
sentido muy real. No había abrazos ni besos. Hubo un momento en que mi
madre, transcurridos muchos años, me pidió perdón por no haber sido capaz
de mostrarme afecto. A lo cual le respondí: – Mamá, no pudiste haberlo
hecho mejor. Y fueron esas cosas que no pudiste hacer las que hicieron que
yo tomara un rumbo que me cambió la vida y cambió al mundo”.
Si tienes dudas, presta atención a los siguientes datos: una encuesta realizada
entre 256 adultos cristianos de entre 30 y 50 años de edad reveló que el 100%
de los que cometieron aborto fueron personas que tuvieron relaciones
sexuales prematrimoniales. Ante una consecuencia de la actividad sexual,
como fue el embarazo no deseado, en vez de asumir la responsabilidad,
silenciaron el hecho mediante un aborto. El 92% de los que practicaron un
aborto crecieron bajo una educación represiva y sexofóbica.
En otras palabras, una cultura de condenación y represión de la sexualidad ha
logrado la práctica escondida del aborto, a fin de mantener en apariencia los
cánones sociales. Ésta parece ser la causa principal para la ocurrencia de
aborto provocado en gente que sostiene, por principio ideológico, el derecho
a la vida. ¡Qué contradictorio!
No hace falta caer en los extremos. Podemos optar por el equilibrio al que
nos invita la Palabra de Dios. Dios no reprime, sino que ha delineado un plan
para que la sexualidad sea un verdadero canto de amor comprometido, en el
matrimonio.
Reconocer que la sexualidad es una parte vital del ser humano es el principio
fundamental en el camino hacia la madurez. Vivir la sexualidad conforme al
diseño de Dios es el inicio de un camino abundante de bendiciones, porque
en la obediencia a Dios se desata la bendición. Reconoce tu deseo sexual
como normal, pero no dejes que tu deseo determine tu comportamiento. (1
Co 6:12; 10:23)

¿QUÉ SE ENTIENDE POR RELACIONES SEXUALES?


La relación sexual es el contacto físico sexual entre individuos que involucra
los genitales de, al menos, una de las personas. La relación sexual no es sólo
penetración vaginal, sino que incluye también el sexo oral, penetración anal,
masturbación mutua, sexo seco (sexo con la ropa puesta), y sexo oral grupal.
(Efesios 5:3)
¿Hasta dónde se puede llegar en el noviazgo?
Ésta es una pregunta muy frecuente entre chicos y chicas que saben que hay
ciertas cosas que no se deben, pero que a veces no tienen claro hasta dónde
pueden llegar.
Te brindamos una forma simple para que entiendas los límites sanos, respecto
a la sexualidad, en el contexto del noviazgo. Te proponemos este esquema
como una referencia o guía práctica, no como algo determinante. Recuerda
que hablamos de pureza sexual (que comienza en nuestra mente) no sólo de
abstinencia sexual.
Etapa de amistad o reconocimiento:
• Mirada al cuerpo
• Mirada a los ojos
• Conversar mucho y conocerse a nivel emocional
Etapa de noviazgo:
• Se toman de las manos
• Abrazo por los hombros
• Abrazo por la cintura
• Boca a boca
• Caricias en la cabeza
Etapa matrimonial o de intimidad sexual:
• Caricias en el cuerpo (etapa pre coital)
• Besos en el pecho, ya desnudos en intimidad
• Caricias en los genitales
• Penetración
RAZONES LÓGICAS POR LAS CUALES ESPERAR
HASTA EL MATRIMONIO
1. Cuando esperas, el temor al embarazo antes de tiempo y sus
consecuencias no existen.
2. Te libera del trauma del aborto. Un aborto te marca para toda la vida,
sentimientos de culpa y dolor profundo son huellas imborrables en
cualquier mamá y papá.
3. Te protege de la adicción sexual.
4. Te liberas de la presión de casarte antes de que te convenga o con
alguien que en realidad no amas, a causa de un bebé, no buscado, en
camino. Muchos matrimonios fracasan por falta de madurez y
preparación.
5. Si esperas a la persona indicada, estarás libre de comparaciones en el
futuro matrimonio.
6. Esperar protege tu órgano sexual más importante y delicado: tu mente.
El sexo comienza en la mente, que es el órgano sexual más poderoso y
sensible.
7. Esperar te protege de sentimientos engañosos. A menudo cuando el sexo
entra a una relación, lo físico llega a ser el elemento dominante,
relegando los aspectos intelectuales, emocionales, sociales y espirituales.
8. Esperar te protege de la culpa y la tristeza, que llevan a la depresión.
Cuando hay relaciones íntimas, y luego se rompe esa relación,
generalmente se hace muy difícil romper ese vínculo. La culpa por haber
tenido relaciones antes del matrimonio es un peso que lleva a una
profunda tristeza, remordimiento y vergüenza.
9. Te ayuda a evitar profundas cicatrices. Cuando una relación se rompe
habiendo practicado sexo, ambas partes sienten haber perdido algo
importante y que nunca vuelven a recuperar, genera cicatrices
emocionales difíciles de superar.
10. Esperar provee una buena base para la confianza mutua. El dominio de
los instintos sexuales, o templanza, es la base para la confianza y el
respeto duradero en el futuro.
11. Esperar ayuda a desarrollar respeto por la vida. Primero por la vida de tu
compañero/a, y además nunca necesitarás pensar en un aborto. Tu
compromiso con la abstinencia sexual ayudará a producir un renovado
respeto por la dignidad humana.
12. Esperar hasta casarte destaca la verdadera comunicación en la relación.
La verdadera comunión entre dos personas es mucho más que sólo sexo,
lo genuino como la comunicación hace crecer la relación.
13. Esperar colabora en el desarrollo de principios positivos de crecimiento
relacional. Hay áreas que descubrir en cada persona, que llevan a una
verdadera amistad, áreas que son tan importantes como la sexual, y son
la base de una maravillosa relación marital.
14. Esperar da al otro uno de los regalos más hermosos del verdadero amor:
tu virginidad. Es el mayor regalo que puedes darle a tu esposo/a.
15. Esperar te protege de las consecuencias de las enfermedades de
transmisión sexual. ¡Es una cuestión sanitaria! Existen muchas
enfermedades de transmisión sexual. ¡Hay hasta razones clínicas para
esperar!
16. Esperar potencia la propia estima. Cuando nos comprometemos en una
relación pensando en el matrimonio y esperando como Dios nos pide,
forja confianza en cada uno, permitiendo estar sanos emocionalmente y
libres de dañarse mutuamente.
17. Esperar es una buena prueba de amor hacia tu pareja y hacia Dios.
Cuando esperas estás diciendo, con hechos, que amas verdaderamente al
otro, y por sobre todo has defendido un mandato divino, demostrándole a
Dios que le amas y quieres guardar sus mandamientos.
Por Inés Lovelli de Saint
Pastora de Iglesia Centro Familiar Cristiano
Córdoba, Argentina
MOLDEADOS PARA SERVIR A DIOS
Efesios 2:10 dice: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús
para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que
anduviésemos en ellas.”
1 Corintios 3:5 dice: “¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por
medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el
Señor.”
Imaginemos que somos inventores y necesitamos desarrollar un
electrodoméstico. ¿Qué es lo primero que nos preguntaríamos antes de
comenzar a crearlo? Averiguaríamos cuál es el propósito y para qué serviría
ese electrodoméstico, y en base a eso comenzaríamos a diseñarlo. La forma
que tendrá el electrodoméstico será la mejor para cumplir con su propósito.
Lo mismo hizo Dios con nosotros: Su propósito determinó nuestra forma.
¿Para qué estamos en este mundo? No somos producto de la casualidad.
Somos el resultado de un sueño y un diseño de Dios. Dios nos pensó, nos
imaginó, soñó con lo que seríamos y qué haríamos. Salmos 139 es una prueba
de eso ¡Qué hermoso! No estamos en este mundo solo para consumir sus
recursos. Dios nos creó con un propósito y una misión: Servir a Dios
sirviendo a los demás. La voluntad de Dios es que demos de lo que hemos
recibido de él, sirviendo a otros. (Mt 10:8) Cuando servimos a otros, en
realidad lo estamos haciendo por Dios. (Mateo 25:35-40) Como no hay ni un
ser humano idéntico a otro, tampoco hay dos ministerios iguales. Todos son
necesarios y a la vez necesitamos de los demás. (1 Corintios 12:12-21)
¿Por qué servimos a Dios y a los demás? El servicio es un resultado del amor.
No es una obligación. Por el contrario, servimos porque sentimos alegría y
profundo agradecimientos por lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. Luego
de conocer a Dios y estar en una relación correcta con él, lo natural debería
ser que comencemos a sentir un ferviente deseo de servirle y contribuir en su
Reino. (2 Corintios 5:14-15)
¿Cuál es mi MOLDE?
El pastor Rick Warren, en su libro “Una vida con propósito”, propone un
acróstico llamado “MOLDE”, que muestra 5 elementos que, al identificarlos
en nuestra vida, nos ayudará a convertirnos en las personas que Dios soñó y
podamos llevar a cabo nuestro propósito en la vida y el ministerio. Veámoslo
y profundicemos en la idea:
M MANERA DE SER
O ÓPTIMAS HABILIDADES
L LATIDOS DEL CORAZÓN
D DONES ESPIRITUALES
E EXPERIENCIAS
1) MANERA DE SER: Se refiere a nuestra personalidad. Como a Dios le
gusta la variedad, él nos creó a cada uno con una combinación única e
irrepetible de atributos personales: hay extrovertidos e introvertidos, los que
aman la rutina y los que les gusta la variedad, los razonadores y los
impulsivos, los que prefieren trabajar en grupo y los que les gusta trabajar
solos. Las principales personalidades que podemos encontrar son las
siguientes:
Melancólico: Sensible, analítico, tierno, reflexivo, depresivo y pesimista,
le gusta dar una imagen de sufrido. Introspectivo, amigo sacrificado y
leal. Crítico severo y perfeccionista. Más teórico que práctico.
Flemático: Confiable y equilibrado, de buen carácter y fácil de congeniar,
alegre y apacible. Carece de autoconfianza. Es temeroso, se preocupa con
facilidad. Rara vez manifiesta sus emociones. Es pasivo y algo
indiferente. Su compañía es agradable, tiene muchas amistades y un
sentido del humor agudo. Huye de los compromisos y por lo general es
bastante mezquino.
Colérico: Seguro y firme en sus decisiones. Voluntarioso y tenaz. De
carácter violento, porfiado e insensible a las necesidades ajenas. Poco
emocional y frío. No aprecia los detalles estéticos. Es orgulloso y
autosuficiente. Es un líder nato, lleno de firmeza. Sabe juzgar a la gente,
sabe motivar a otros, y suele tomar decisiones por los demás. Le cuesta
perdonar y es algo vengativo.
Sanguíneo: Cálido y vivaz. Tiene carisma, es conversador,
despreocupado, vive el presente y disfruta de todo. Llora con facilidad. Es
emocionalmente imprevisible. Suele exagerar la verdad. Tiene ataques de
enojo, es impulsivo y no tiene control sobre sí mismo. Hace amigos con
facilidad. Depende de la aprobación de los demás, es desorganizado e
impuntual.
2) ÓPTIMAS HABILIDADES: tiene que ver con nuestros talentos
naturales. Hay quienes son buenos para hablar, otros son buenos atletas, otros
se destacan en las matemáticas, en la música, la mecánica o el dibujo. Todas
esas cosas que nos salen bien naturalmente, Dios las ha puesto en nosotros
para que las utilicemos, no sólo para ganarnos la vida, sino también para
servirle a él sirviendo a los demás.

Pueden ser miles de habilidades, y todos tenemos alguna. Sólo hay que
descubrirlas y desarrollarlas. Dios no te pedirá que dediques tu vida a una
tarea para la cual no te haya diseñado ni capacitado. Las habilidades son
fuertes señales de lo que Dios quiere que hagas con tu vida. Si eres bueno
diseñando, organizando, cantando o bailando, es probable que el plan de Dios
para ti incluya esa habilidad. Amplía con 1 Pedro 4:10.
3) LATIDOS DEL CORAZÓN: Se refieren a aquellas cosas que nos
encanta hacer y disfrutamos mucho. La Biblia usa la palabra corazón para
describir el conjunto de deseos, intereses, pasiones, ambiciones, sueños y
afectos que tienen las personas. Tu corazón es la fuente de todas tus
motivaciones y de todo lo que amas hacer. Esas cosas también fueron puestas
por Dios en tu interior con un propósito.
¿Qué disfrutas hacer? Dios nos ha dado a cada uno un latido único, que se
apresura cuando pensamos acerca de temas, actividades o circunstancias que
nos interesan. Instintivamente ponemos más atención a ciertas cosas que a
otras. Dios quiere que usemos esas pasiones para servirle. Cuando sirves a
Dios con todo tu corazón, hay entusiasmo y fruto. El desafío es servir a Dios
combinando nuestros talentos y pasiones. ¡Eso es dinamita!
4) DONES ESPIRITUALES: Son capacitaciones espirituales dadas por
Dios a los creyentes para el servicio a Dios y para el beneficio de la iglesia.
En 1 Corintios 12:7-11, el apóstol Pablo hace una lista de nueve dones
espirituales, los cuales debemos descubrir y desarrollar con la ayuda del
Señor. La palabra “don” significa “regalo”, y se refiere más bien a una
herramienta que a un adorno. El bautismo del Espíritu Santo nos abre las
puertas a un mundo sobrenatural, de tal manera que podamos descubrir,
desarrollar y experimentar los dones espirituales, y así movernos en lo
milagroso y sobrenatural de Dios. Con fines didácticos, los agruparemos en
tres categorías:
DONES DE REVELACIÓN:
Palabra de ciencia: Dios nos revela parte de su conocimiento o
verdades escondidas acerca de las cosas o personas, con el fin prevenir
o resolver problemas en un momento determinado. Esta revelación
llega solo por la inspiración del Espíritu Santo. Un ejemplo bíblico está
en 2 Reyes 6:8-12 y 32.
Palabra de sabiduría: Es la capacidad de recibir y dar un consejo
milagroso para solucionar un problema grave, ya sea propio o de
alguien más. Ejemplos bíblicos están en Reyes 3:16-28, Gn 41:33-36.
Discernimiento de espíritus: Es la capacidad dada por Dios para
percibir ángeles o demonios y sus propósitos. Algunas personas los
huelen, otros los sienten, otros hasta los ven. Un ejemplo es Hechos
16:16-18. Este don es fundamental en el liderazgo, para prevenir daños
a la iglesia (1 Jn 4:1; 1 Tm 4:1)
DONES DE INSPIRACIÓN:
Don de diversos géneros de lenguas: Es la capacidad sobrenatural de
hablar idiomas nunca antes aprendidos, ya sean angelicales o terrenales.
Los terrenales son principalmente para testificar, como sucedió en
Hechos 2:4-6. Las lenguas angelicales, según 1 Co 14:4, son para la
propia edificación, para interceder por otros (Ro 8:26) o como profecía,
acompañado por el don de interpretación (1 Co 14:27)
Don de interpretación de lenguas: Es la capacidad sobrenatural de
comprender e interpretar idiomas nunca antes aprendidos, ya sean
angelicales o terrenales. (1 Co 14:13,26)
Don de profecía: Es la habilidad divina de recibir y transmitir un
mensaje dado por Dios de manera espontánea para una persona o grupo
de personas, en ese momento específico (Hch 21:10-11). Según 1 Cor
14:3, el don de profecía tiene tres propósitos de la profecía: edificación,
exhortación y consolación.
DONES DE PODER:
Dones de sanidades: Es la capacidad sobrenatural de sanar enfermos
sólo por medio de la oración de fe, sin ningún tipo de medicamentos o
tratamiento. Según Mr 16:18, todos los creyentes podemos ser usados
para orar por los enfermos y que sean sanados. No obstante, las
personas que tienen el don de sanidad abundan mucho más en fruto.
(Hch 5:12-16, 9:32-35) Vemos que es el único don que está en plural.
Es que Dios da la capacidad de sanar diferentes tipos de enfermedades
(pies planos, ceguera).
Don de hacer milagros: es la capacidad sobrenatural de alterar las
leyes de la naturaleza a través de sucesos notables y sorprendentes, que
tienen lugar únicamente por intervención directa de Dios. Algunos
ejemplos bíblicos están en Marcos 6:38-44; 2 Reyes 6:5-6.
Don de fe: Es la capacidad de creerle a Dios para hacer cosas inauditas
y humanamente imposibles. Todos tenemos una medida de fe
permanente y regular, pero el don de fe es algo así como una
“camionada de fe” que Dios derrame sobre un creyente para un
momento específico. Un extraordinario ejemplo bíblico, protagonizado
por el profeta Elías, lo encontramos en 1 Reyes 18:33-39.
5) EXPERIENCIAS DE VIDA: Tiene que ver con nuestra historia, nuestra
vida familiar y experiencias personales a lo largo de nuestra vida. Todos
hemos sido formados por nuestras experiencias, algunas de las cuales fueron
resultado de nuestras decisiones, mientras que otras estuvieron fuera de
nuestro control. Dios permitió todas ellas con el propósito de moldearte, de
darte la forma que él pensó para usarte de manera especial.
Hay básicamente seis tipos de experiencias:
Familiares: El tipo de familia, los integrantes y sus personalidades,
nivel socioeconómico y relaciones.
Educacionales: La escuela a al que fuiste, tus profesores, las materias y
tu formación académica.
Vocacionales: Tus estudios universitarios, tu profesión, tu oficio, tus
empleos y tu desarrollo laboral.
Espirituales: Tu relación con Dios, tu forma de ver a Dios, tus
experiencias con Dios, las religiones que profesaste, las iglesias en las
que has congregado, los pastores líderes que has tenido, tu teología, etc.
Ministeriales: Tu servicio a Dios, las áreas en las que has servido,
evangelismo y enseñanza.
Dolorosas: Aquellas experiencias que te han hecho sufrir, como
problemas, pruebas, circunstancias difíciles, enfermedades, divorcios,
abusos, muerte de seres queridos, aprietos económicas e injusticias.
Probablemente son éstas las que Dios más usa, con el fin de moldearte
y prepararte para tu ministerio. Recuerda: el ministerio más grandioso
surgirá de tu dolor más grande. El pastor P.Y. Cho dice que “Dios usa
a las personas en la medida de su quebranto”. Dios intencionalmente
permite que atravesemos por “el valle de sombra y de muerte”, por
experiencias dolorosas, con el propósito de preparar nuestro corazón,
nuestras emociones y carácter, de tal manera que podamos ministrar
eficazmente a otros.
¿Cómo saber si Dios nos está llamando a un ministerio
específico?
Aprendimos que hemos sido creados por Dios con un propósito (Ef 2:10), por
lo tanto, entendemos que dentro de nuestro “diseño de fábrica” está
contemplado de antemano el desarrollar una función dentro del Cuerpo de
Cristo que es la Iglesia. Efesios 4:15-16 dice lo siguiente:
“En cambio, hablaremos la verdad con amor y así creceremos en todo
sentido hasta parecernos más y más a Cristo, quien es la cabeza de su
cuerpo, que es la iglesia. Él hace que todo el cuerpo encaje perfectamente. Y
cada parte, al cumplir con su función específica, ayuda a que las demás se
desarrollen, y entonces todo el cuerpo crece y está sano y lleno de amor.”
(NTV)
¿De qué manera podemos saber qué lugar o función ocupo en el Reino de
Dios?
La Palabra misma nos enseña que es el Espíritu Santo quien direcciona y
coloca cada “pieza en su lugar”, pero nuestra actitud, hasta tener esa certeza,
debe de ser estar dispuesto y servicial para colaborar en lo que haga falta y en
donde veamos una oportunidad de servicio. La gran mayoría de los
personajes bíblicos favoritos recibieron su llamado “mientras estaban
haciendo algo”, por lo tanto, nosotros también debemos hacer lo mismo.
FUNCIONES DE LOS MINISTERIOS EN LA IGLESIA
Los dones ministeriales fundamentales son cinco, y están mencionados en
Efesios 4:11:
Apóstol: involucra la idea de ser enviado con un propósito especial o con
una autorización oficial. La palabra designa y describe a un representante
oficial a quien se le ha conferido una comisión con autoridad. Jesús les
llamo con el propósito definido de predicar, fueron los que fundaron las
primeras iglesias después de la muerte de Jesús e instruyeron a los
creyentes en la sana doctrina, con la guía del Espíritu Santo.
Profeta: La función profética primordial es la proclamación de la palabra
de Dios, llamar al pueblo al arrepentimiento y a la conversión, los dones
que suelen acompañar al ministerio profético son palabra de ciencia,
discernimiento de espíritus, y, por supuesto, el de profecía.
Evangelista: El que pregona las buenas noticias de salvación, guía a los
no creyentes al conocimiento del Señor, persuadiéndolos a creer en Jesús,
y establece nuevas congregaciones. Todos debemos ser predicadores, pero
el ministerio de evangelista es particularmente para algunos.
Pastor: El pastor está puesto para contener, guiar, enseñar, acompañar y
forjar en las personas el carácter de Cristo. Reconocemos nuestra
condición, somos ovejas extraviadas, fue el mismo Cristo quien vio a un
grupo de personas como ovejas sin pastor (Mr.6.34). Si el Señor se
definió a sí mismo como el buen pastor, en su persona nos muestra las
características principales, inherentes a su ministerio.
Maestro: Se refiere a aquellos cristianos que tienen la habilidad, dada por
Dios, de enseñar con claridad la Palabra de Dios a otros, que hacen que la
doctrina sea clara y práctica a la vida diaria.
Ahora, estas no son las únicas tareas o funciones que podemos desempeñar
dentro de la Iglesia del Señor. Dios nos irá guiando y mostrando el área
específica de necesidad para la cual él ha puesto en nosotros una carga y
pasión especial, además de las capacidades para suplirla. Pregúntate: ¿En qué
áreas de servicio me sentirías útil?
¿Cómo podemos estar seguros que Dios me ha llamado a servirle?
Si existe un llamamiento divino, y si este es esencial, entonces debe haber
una manera de saber si Dios te está llamando para este ministerio o no. Debe
haber ciertas evidencias bien definidas para indicar que Dios está llamándote
a servir. Los siguientes criterios podrían servir como evidencias que
atestigüen la realidad de la vocación divina para el ministerio:
Un anhelo de emprender dicha obra; de manera desinteresada y
persistente.
Un deseo por el ministerio, tal cual lo describe la Palabra.
Una valoración real de las oportunidades existentes. Y sobre todo las
motivaciones correctas.
Una convicción persistente del deber de servir, expresado como una
carga.
Un sentido de urgencia, no como una preferencia particular, sino un don
de lo alto.
Un sentido ineludible de obligación, por impacto del Espíritu Santo. (1 Co
9:16)
Una serie de evidencias de índole externa, siendo guiado y formado.
Circunstancias y acontecimientos que han desarrollado un carácter de
servicio.
Habilidades naturales, sueños, visiones y propósito al servir.
Un sello de aprobación sobre el esfuerzo a cumplir con el llamado.
Un celo genuino y ardiente deseo por ser hallado fiel, responsable de la
vocación.
Testimonio y opinión favorable de hermanos en la fe y del liderazgo.
Cuando el Espíritu llama, comunica este hecho y lo confirma mediante
otros hermanos.
¿Qué debemos saber y hacer si tenemos un llamado de Dios?
Estar conscientes que es el comienzo de un proceso.
Involucrarme en el área correspondiente, para así tomar contacto y
experiencia con la función.
Prepararme, tanto en lo teológico como en lo práctico, así como en
cualquier herramienta específica que me demande el ministerio (por
ejemplo, aprender a tocar un instrumento, idiomas, etc.)
Orar para que Dios me prepare como persona y me permita crecer para
poder ser útil en sus manos.
Llevar nuestra relación personal con Dios a un nuevo nivel de
intimidad.
Tomar decisiones en nuestra vida en función del llamado. Es
importante tenerlo en cuenta, a la hora de elegir carrera, una pareja, un
lugar de residencia, un empleo, etc.)
Tal como hemos hablado, ¿te parece que se puede trabajar, estudiar y servir a
Dios a la vez? La respuesta es sí. Ahora, es importante saber qué quiere Dios
para mí, ya que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta (Ro 12:2).
Dios no se equivoca. Y también es necesario aprender a administrar
correctamente nuestro tiempo y fuerzas. Recuerda que “Dios no llama a los
capaces, sino que capacita a los llamados”.
Él nos equipa con dones y talentos de manera que tengamos la gracia
suficiente para llevar adelante la tarea que nos ha confiado, tomados siempre
de su mano.
Conclusión: Trabaja duro para encontrar tu MOLDE. Comienza a examinar
e identificar lo que Dios quiere que hagas y hazlo. Tómate un tiempo, mírate
con honestidad, y fíjate en qué eres bueno y en qué no lo eres. La mejor
manera de descubrir tus dones y habilidades es experimentando en diferentes
áreas de servicio. Pregúntate: ¿Qué es lo que realmente disfruto hacer?
Experimenta cosas nuevas, si te quedas viendo televisión o perdiendo tiempo
en las redes sociales no descubrirás nada. Debes probar hasta encontrar
aquello en lo cual eres bueno y disfrutas hacer. Una vez que lo encuentres,
acéptalo, disfruta de molde, y ponte al servicio de Dios, y a disposición de tus
líderes y pastores.
Por Billy Saint y Mariela Pompas
Bibliografía de consulta: “Una vida con propósito”, Rick Warren.
HERRAMIENTAS PARA AYUDAR A
TUS JÓVENES
A BUSCAR EMPLEO
Este capítulo tiene como objetivo brindarte herramientas para que puedas
proyectarte a conseguir trabajo, y a la vez puedas acompañar a tus jóvenes
camino a la búsqueda y el desarrollo laboral.
Lo maravilloso del trabajo, es que es un medio y no un fin en sí mismo. Al
igual que en otras áreas en donde transcurren nuestras vidas, el trabajo, nos
permite llegar a otras personas, mostrando y manifestando nuestra identidad
de hijos de Dios.
Cuando reflexionamos esto, todo comienza a cobrar sentido. “Nosotros
somos hechura suya; hemos sido creados en Cristo Jesús para realizar
buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que vivamos de
acuerdo con ellas.” Efesios 2:10 (RVC). Debemos comprender que su
creación y nuestras vidas son actos de su obra. Nuestras buenas obras son
habilitadas por Dios y para responder como él. Lo que hagamos representa
parte de su destreza. Hemos sido redimidos para trabajar, y ese trabajo, en un
contexto más amplio, abarca desde la obra espiritual a las obras de servicio y
compasión, y las obras comunes encomendadas al hombre en el mandato
cultural (Mt 25:34-40; Lc 10:25-37; Ef. 4:12). Debemos cuidarnos de no
reducir la palabra obras sólo al sentido espiritual. ¡Toda buena obra significa
toda buena obra! También da a entender que el trabajo se debe hacer con
excelencia.[1]
Veamos algunos aspectos prácticos que te ayudarán a prepararte a la hora de
comenzar a buscar un trabajo.
AUTOCONOCIMIENTO
Es importante mejorar el conocimiento que tienes de ti mismo, comprobar si
tus características coinciden con las que demanda el mercado laboral.
Algunas preguntas que puedes hacerte son: “¿Cómo soy? ¿Qué puedo
ofrecer a las empresas? ¿En qué tipo de empresa prefiero trabajar? ¿Qué
tipo de responsabilidades quiero tener? ¿En qué lugar geográfico prefiero
trabajar?”
Tu búsqueda debe ser intencional. No solo tener un trabajo que te brinde un
sostén económico, sino también en donde puedas desarrollarte, ser
competente y, a la vez, una persona empleable.

La Organización Internacional
del Trabajo define empleabilidad como “La aptitud de la persona para
encontrar y conservar un trabajo, para progresar en el trabajo y para
adaptarse al cambio a lo largo de la vida profesional”. Ser competente, para la
Real Academia Española, es sinónimo de pericia, aptitud e idoneidad para
hacer algo o intervenir en un asunto determinado.
Martha Alles define las competencias laborales, como “Características
individuales de personalidad devenidas en comportamientos que resultan en
un desempeño exitoso”.
Un individuo competente pone en valor el desarrollo, no sólo el conjunto de
los conocimientos apropiados (saber), las habilidades (saber hacer- poder),
sino también aprecia su capacidad de emplearlas para responder a
situaciones, resolver problemas y desenvolverse en su contexto (actitudes).
Entonces… ¿Con qué cuentas para
definir tu área de búsqueda?
Una herramienta muy útil es la MATRIZ FODA PERSONAL, la cual
permite realizar un análisis del estado actual y real de la situación interna y
externa en la que se encuentra una persona para tener una visión que permita
planear estrategias futuras, y conocer los factores que influyen en el entorno,
ayudando a diseñar estrategias para la toma de decisiones y la ejecución de
acciones o tácticas. [2]
Los componentes de análisis interno tienen que ver con las características
internas del individuo, tanto en lo personal como en lo profesional. Consiste
en analizar tus fortalezas y debilidades, las cuales hablan de tu valor
potencial como persona. Es el proceso de autoconocimiento, definiendo tu
personalidad, tus habilidades, estudios, virtudes y defectos.
Los componentes de análisis externo se refieren al ámbito del quehacer en
el cual nos desenvolvemos cotidianamente. En esta parte analizamos las
oportunidades y amenazas del entorno que nos rodea y que te ayudarán a
prever lo que vas a enfrentar en los siguientes pasos de tu carrera laboral.
Para analizar cada uno de estos componentes, te proponemos responder a las
siguientes preguntas:
Fortalezas
¿Qué habilidades tengo? ¿En qué me destaco? ¿Qué hago mejor que los
demás?
¿Qué actividades me resultan más gratificantes y fáciles de hacer?
¿Qué actividad es la que más me apasiona y cuáles son mis intereses?
¿En qué áreas o actividades aporto valor? ¿Cuáles son mis mayores
logros?
¿Ya tengo alguna marca personal, reputación o fama establecida?
¿Qué formación o certificación demuestran lo que puedo hacer?
¿Qué cosas positivas dicen los demás sobre mí? ¿Qué valores creo y
practico?
Cuando hablo con otros ¿Qué característica personal despierta más
interés o entusiasmo?
¿Qué cualidades o características tengo para superar mis miedos o
desafíos?
Debilidades
¿Qué debería cambiar o mejorar de mi carácter o personalidad?
¿Qué hábitos negativos no me dejan avanzar en mi vida personal o
profesional?
¿Cuáles son mis principales miedos? ¿Qué evito hacer?
¿Qué críticas o comentarios negativos han realizado mis amigos o
colegas acerca de mis habilidades o rendimiento? ¿En qué áreas me
siento vulnerable?
¿Qué características propias me afectan negativamente y me alejan de
mis metas?
¿Qué tareas encuentro difíciles? ¿Qué experiencias o credenciales
relevantes me faltan?
¿Qué actividades realizo hasta el último minuto?
¿Hay algún aspecto de mi persona que me haga sentir incómodo o me
avergüence?
¿Qué habilidades o recursos tengo que adquirir lo antes posible para
poder cumplir con mis objetivos?
¿Hay alguna formación que necesite?
Oportunidades
¿Qué cambios se están produciendo en el mercado, industria, leyes,
regulaciones, situación política, económica o social a las que puedo
sacar provecho?
¿Qué tendencia he detectado o estoy siguiendo que podría ser
beneficioso para mí?
¿Hay algún cambio en mi vida personal que pueda suponer una
oportunidad? ¿Estoy más relajado? ¿Dispongo de más tiempo?
¿Existe alguna situación en mi vida (negativa o positiva) de la que este
aprendiendo y de la que puedo sacar algún beneficio?
¿Veo alguna necesidad o problema sin resolver en mi industria,
mercado o nicho de mercado? ¿Estoy haciendo algo que otros no están
haciendo?
¿De qué tendencias recurrentes o nuevas puedo beneficiarme y cómo?
¿Hay alguna tecnología nueva de la que pueda disponer y sacar
provecho?
¿Soy influyente en mi industria o nicho de mercado? ¿Soy parte de una
red importante en mi sector?
¿Hay algún evento, curso, formación o seminario del que pueda obtener
algo?
Amenazas
¿Qué cambios se están produciendo en el mercado, industria, leyes,
regulaciones, situación política, económica o social que pueden
afectarme negativamente?
¿Existe alguna situación en mi vida personal o familiar que pueda
suponer una amenaza?
¿Hay mucha competencia en el sector? ¿Debería hacer algo que otros
no están haciendo?
¿Qué aspectos externos no me deja llegar a mis objetivos?
¿Qué tendencias negativas / disruptivas están en juego hoy?
¿De qué se quejan todos en mi sector?
¿Hay otras personas centradas en el mismo mercado / objetivo /
posición / rol que yo? ¿Qué están haciendo?
¿Hay algún cambio tecnológico que pueda amenazar mi posición o
profesión?
¿Puedo enfrentar un aumento de los costos en el corto y mediano plazo
en el sector donde trabajo?
¿Habrá algún estándar profesional relevante que no pueda cumplir
actualmente?
ARMADO DE CV
El currículum es un documento a través del cual reflejas resumidamente, y
con orden, tus logros, tus experiencias académicas, tu trayectoria profesional
y tus datos personales. ¿Qué debe contener?
1. Nombre y datos personales importantes:
Nombre completo con mayúsculas, centrado y a inicio del CV.
Dirección precisa y concreta.
Teléfonos fijo y celular.
Correo electrónico formal, que lleve nuestro nombre. Evita usar puntos,
rayas o signos difíciles de usar.
Red de Linkedin.
2. Foto: Tamaño carnet, con un fondo armonioso y vestimenta sobria. Se
recomienda que la foto sea profesional, ya que debe transmitir confianza,
alegría y seguridad. La posición del cuerpo, la mirada también expresa y dice
mucho de nosotros.
3. Resumen: Un máximo de tres o cuatro líneas que resuman tu perfil,
trayectoria laboral y académica, logros y especialización.
4. Estudios realizados: Los grados más altos van primero: doctorado,
maestrías, licenciatura, bachiller. Si son importantes para el trabajo al cual
postulamos, se pueden colocar certificaciones.
5. Experiencia laboral: Se empieza por la más reciente, descripción de una
línea de la empresa, responsabilidad, logros y funciones. Período trabajado.
6. Estudios complementarios:
Cursos de especialización: diplomados, cursos, seminarios, talleres,
conferencias, etc.
Idiomas: Incluir todos y el nivel alcanzado: básico, superior, avanzado.
Computación e informática: MS Office: Word, Excel, Power Point,
Project. Visio, PREZI, SPSS. JAVA, Linux, HTML, Adobe Illustrator,
Photoshop, y/o software por especialidad.
7. Actividades extracurriculares: Son aquellas actividades que te describen
en actitudes y valores, apoyo comunitario, deportes y acciones que son
valoradas por la empresa. Algunos ejemplos de esto son las actividades de
voluntariado y responsabilidad social, filantropía, ambientalistas, deportes,
música, lecturas, etc.

Por Melisa Loza


Lic. En Gestión de RRHH
Coach Ontológico y Vocacional
Líder juvenil de Iglesia Comunidad Cristiana Villa Yacanto - Córdoba,
Argentina
@consultorha
@be.coachingvocacional
+54 3546513055
EVANGELISMO PRÁCTICO
Versículos clave: Marcos 16:15-16, Mateo 28:19-20, 2 Corintios 5:19-20,
Mateo 4:23

La iglesia existe para ganar almas. Según Hechos 1:8, el poder del Espíritu es
para ganar almas: “me seréis testigos…” La salvación de almas es el
propósito más elevado que tenemos como iglesia de Cristo. No hay otra tarea
ni propósito más importante para la iglesia que ganar almas. Si como
cristianos no predicamos, no hemos entendido nuestra razón de ser como
iglesia; como la sal que se desvanece y pierde su sabor… “no sirve más para
nada” (Mt 5:13) Somos más parecidos a Jesús predicando que haciendo
cualquier otra cosa para Dios (Mt 4:23). La Gran Comisión suele ser la “Gran
Omisión”, por lo que debe ser una revelación a cada creyente. El evangelismo
es tan personal como la salvación.
En la Gran Comisión, Jesús nos expresa claramente su deseo de que
hablemos a todas las personas posibles acerca de Cristo y lo que él ha hecho
en nuestra vida; nos desafía a predicar el evangelio y establecer así el Reino
de Dios en nuestro entorno: familia, barrio, trabajo, estudios y donde
podamos.
“Testificar es una conversación entre un cristiano y un no
creyente acerca de Jesús.”

UN LLAMADO A TODO CRISTIANO


Hechos 1:8 relata una ocasión en la que Jesús, luego de haber resucitado y
antes de ir al Padre, se encontró con todos, o la mayoría de los discípulos que
había en ese momento, que eran unos 500 (1 Co 15:6) y les mandó una vez
más a ser sus testigos en “Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la
tierra”, prometiéndoles además el poder del Espíritu Santo, quien los
capacitaría para llevar adelante semejante tarea que tenían por delante.
VEMOS AQUÍ CUATRO COSAS IMPORTANTES:
Jesús se refirió a todos los cristianos, no sólo a los apóstoles. Por alguna
razón hay entre los cristianos una idea errónea que el evangelismo es sólo
para los pastores, líderes y evangelistas, cuando en realidad es un mandato
para todos los cristianos. Todos debemos compartir nuestra fe, sin importar el
cargo que tengamos en la iglesia, ni cuánto tiempo hace que conocemos al
Señor.
En Jerusalén, Judea, Samaria y hasta lo último de la tierra. Debemos
comenzar siendo testigos en nuestra “Jerusalén”, es decir, nuestro entorno
más familiar o social (familia y barrio), y luego ir extendiéndonos
simultáneamente hacia otros barrios, ciudades, provincias y países.
El Espíritu Santo nos capacita. Jesús no sólo nos encomendó una misión
desafiante, sino que también nos proveyó el poder para llevarla a cabo a
través del bautismo en el Espíritu Santo, manifestado por primera vez en
Hechos 2:1-4. Si para la primera iglesia fue imprescindible este poder,
¡cuánto más para nosotros hoy! Por eso busquemos cada día la llenura del
Espíritu Santo. (Lucas 24:49)
Nuestra función es testificar. Se espera de un testigo que simplemente relate
lo que ha visto u oído. De igual manera, testificar acerca de Jesús se trata de
compartir con otros lo que hemos vivido con Cristo, el cambio y los milagros
que él ha hecho en nuestra vida o en la vida de otros. No tenemos que
convencer a nadie, sólo contar nuestra experiencia. El Espíritu Santo es quien
se encarga de convencer a las personas de arrepentirse y volver a Cristo (Juan
16:8). Es un trabajo en equipo: nosotros predicamos a Cristo y el Espíritu
Santo las acerca a Cristo.

AGENTES DE CAMBIO
Mateo 10:1,5,7-8. Según los Evangelios y Hechos de los Apóstoles, el
evangelismo debería ser un hábito normal en la vida de todo cristiano,
acompañado de milagros, sanidades y almas ganadas para Dios por medio de
la predicación diaria del evangelio. Debería haber un antes y un después de
un cristiano en cada escuela, fábrica, empresa, universidad, oficina, etc.
¡Vivamos de tal manera que produzcamos cambios para bien en cada lugar al
cual Dios nos lleve! La gente está esperando alguien que se atreva a
compartir esperanza en medio de una sociedad en la que todos “predican”
pobreza, muerte, mentira y negativismo. (Romanos 8:19)
Nosotros, como la iglesia de Dios, somos la única respuesta de Dios para una
sociedad que gime, somos la única vía de salvación para este mundo. Somos
el plan de Dios para nuestra familia, ciudad y país.
Jesús nos llamó a ser “sal y luz” de este mundo (Mateo 5:13-16), es decir, a
ejercer una fuerte influencia moral.
Somos la sal. Una de las funciones de la sal es evitar la podredumbre. De
igual manera, la iglesia está puesta en la sociedad para conservar la moral y
para detener la corrupción y el desenfreno.
Somos la luz. La luz sirve para alumbrar, por eso como cristianos debemos
predicar de Cristo todas las veces que pueda a todas las personas que pueda,
para salvación de ellos. (Ro 1:14, 1 Co 9:16-23)
CAPACITADOS Y ENVIADOS PARA LLEVAR
SALVACIÓN
Dios nos ha salvado, nos ha bautizado con el poder del Espíritu Santo y nos
ha enviado para afectar a nuestro entorno para bien, para llevar salvación a
donde vayamos a través de la predicación del Evangelio, acompañada de
milagros, prodigios, sanidades y liberación de oprimidos.
Textos para leer y analizar: 1 Corintios 5:18-20, Juan 14:12, Mateo 10:7-8,
Hechos 18:9.
TODOS TENEMOS UN MENSAJE QUE COMPARTIR
Al compartir nuestra fe con otros podemos hablar de los siguientes temas:
1. La verdad del Evangelio (Conocido como el “Plan de salvación” o las
“Cuatro leyes espirituales”)
1. Jesús te ama incondicionalmente (Juan 3:16)
2. El pecado nos separa de Dios (Romanos 3:23)
3. Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo
2:5)
4. Debes arrepentirte de tus pecados y aceptar a Jesús como tu Salvador
y Señor (Juan 1:12)
2. Tu testimonio: Cómo eras antes de conocer a Cristo, cómo fue que
conociste a Cristo y cómo es tu vida a partir de conocer a Cristo. ¡Nadie
más puede contar tu historia mejor que tú!
3. Testimonios de milagros y sanidades en ti o en otros.
4. Las maravillas y el carácter de Dios: ¡Contar que Dios sana, perdona,
consuela, provee, hace milagros!

Conclusión: Ocupémonos de vivir según nuestro propósito como cristianos,


para que no perdamos nuestra razón de ser como iglesia en medio de nuestra
sociedad. ¡Arriesguémonos a orar por los enfermos, a reprender demonios, a
predicar el evangelio! Y entonces veremos el Reino de Dios establecerse en
nuestras escuelas, universidades, fábricas, oficinas, barrios, ciudades y todo
lugar al que Dios nos lleve para hablar de su Palabra.
Por Billy Saint
Pastor de Iglesia Centro Familiar Cristiano – Córdoba, Argentina
TODOS PARA UNO ¡Y UNO PARA
TODOS!
Consejos prácticos para trabajar en equipo y no morir en el
intento.
LLAMADOS A PERTENECER
Los seres humanos somos sociales por naturaleza. Dios nos creó para vivir en
comunidad y en comunión, en familia y junto a otros. Tal es así, que, desde la
primitiva historia de la humanidad, aún en el ambiente perfecto del jardín
Edén, Dios observó que “no era bueno que el hombre estuviera solo”
(Génesis 2:18).
Es por eso que la vida en comunidad es esencial para el ser humano, siendo
una condición fundamental para su misma existencia. Desde el momento en
que una persona nace, tiene la necesidad de vivir en grupos. La familia se
convierte en el primer entorno social de acogimiento para su subsistencia,
aprender hábitos, construir su identidad y sus valores. Luego a medida que el
individuo crece y se desarrolla, va formando parte de otras estructuras
sociales con características diferentes tales como la escuela, los amigos y el
trabajo; es decir, grupos con los que se va identificando y que en gran parte
condicionan su manera de ser y actuar en el mundo.
Sin embargo, cuando conocemos a Jesús pasamos a formar parte de la
comunidad más importante que pueda existir. Al nacer de nuevo
espiritualmente, Dios nos hace Sus hijos y nos llama a formar parte de la gran
familia de la fe: la Iglesia. Esto quiere decir que no solo creemos, sino que
también pertenecemos. En conjunto, conformamos el Cuerpo de Cristo y
cada uno de nosotros es parte igual de importante de ese Cuerpo (1 Corintios
12:27). No estás solo. No estás sola.
Asimismo, el hecho de que nuestra relación con Dios sea personal, no
significa que sea aislada de los demás. Ninguno de nosotros puede llevar a
cabo los propósitos de Dios por sí solo, independiente de los demás. Si bien
la expresión “trabajo en equipo” no aparece en la Biblia, la Palabra de Dios
contiene muchas orientaciones acerca sobre cómo trabajar juntos. Retomando
Génesis 2:18, cuando Dios advirtió que no era bueno que el hombre estuviera
solo, dijo inmediatamente “haré una ayuda idónea para él”. La idea de
ayuda indica que Adán no era capaz de alcanzar por sí solo todo lo que estaba
llamado a ser y a hacer. Por eso Dios creó a Eva, que además de ser su ayuda,
sería idónea para él y este último término, está vinculado a la relación de
complementariedad que ambos tendrían. ¡Este matrimonio fue el primer
equipo!
En la Biblia, una de las principales características de los hombres y mujeres
que buscaron a Dios y fueron entendidos en los tiempos que les tocó vivir, es
que supieron trabajar junto a otros. A lo largo de la historia bíblica, Dios
levantó líderes de los más diversos (en edad, género, carácter, personalidad,
formación, ocupación, nivel socio económico, etc.) pero ellos nunca
estuvieron solos. Es más, muchas de las grandes conquistas fueron producto
del trabajo en equipo. Veamos algunos ejemplos:
En el Antiguo Testamento, el equipo de jueces que Moisés nombró para
ayudarle en el trabajo de solucionar los problemas de convivencia entre los
israelitas (Éxodo 18: 13-27). La tribu de Isacar, 200 de 87 mil guerreros
valientes, fueron entendidos en los tiempos de Dios y apoyaron el insipiente
reinado de David. Sabían lo que Israel debía hacer y los demás seguían sus
consejos (1 Crónicas 7:5 y 12:32). Los valientes de David, un grupo selecto
de 30 guerreros distinguidos, guardianes de las fuerzas del reino (2 Samuel
23-839; 1 Crónicas 11:10-47). Nehemías y los edificadores, quienes con gran
unidad afrontaron el reto de reconstruir las murallas de Jerusalén. Alrededor
de unos 40 grupos trabajaban en simultáneo (Nehemías 3).
La iglesia primitiva en Jerusalén, cuando constituyó el equipo de siete
diáconos para que los apóstoles pudieran persistir en la oración y en el
ministerio de la Palabra (Hechos 6:1-7). Más tarde, la iglesia de Antioquía,
guiada por el Espíritu Santo preparó a un equipo de misioneros, que empezó
con Saulo y Bernabé (Hechos 13:1-3).
La Biblia no refiere a los santos como personas aisladas, mucho menos
ermitaños espirituales. En el Nuevo Testamento no son pocas las veces en las
que se utiliza la expresión “unos a otros” o “unos con otros”, más
precisamente para estimularnos a que nos amemos, exhortemos, perdonemos,
que nos ayudemos a llevar las cargas juntos, que busquemos la paz, que nos
edifiquemos, que oremos, que nos sirvamos, que nos aceptemos unos a
otros… y podríamos seguir enunciando muchas otras actividades que
debemos realizar en ayuda mutua. Si no somos capaces de aprender,
llevándolo a la práctica con nuestra familia espiritual, ¿con quién más lo
haríamos? No solo está en nuestra identidad como Hijos de Dios, sino que es
nuestra responsabilidad. Dios espera esas actitudes recíprocas de cada uno de
nosotros como miembros del Cuerpo de Cristo.
Es por eso que ¡el Señor nos da su respaldo cuando somos capaces de unirnos
a otros, con el objetivo de trabajar para su reino! Eclesiastés 4: 9-10, en la
Nueva Traducción Viviente, nos revela la esencia del trabajo en equipo: “es
mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr
el éxito. Si caen, uno levanta al otro.” ¿Por qué rechazar la maravillosa
oportunidad de apoyarnos unos a otros? No te quedes solo/a.
No es el objetivo de esta lección anular ni desdibujar la figura del líder, sino
todo lo contrario: resignificarlo. La labor en equipo solo es una forma de
trabajo que tiene múltiples beneficios y el propósito principal es compartir
sus ventajas y algunas actitudes favorables para sacarle el mayor provecho
posible.
ALGUNAS IDEAS ANTES DE EMPEZAR
Retomando la frase que elegí como título, debo aclarar que la expresión
pertenece a la historia de Los Tres Mosqueteros. Este era una especie de
juramento que los mosqueteros (guardia personal del rey) utilizaban antes de
iniciar algún combate, como una especie de “grito de guerra”; el cual
implicaba no sólo el compromiso de que todos y cada uno de ellos actuaría en
equipo, sino que llegarían incluso a arriesgar la propia vida en defensa de sus
convicciones y del grupo mismo. Ahí encontramos la esencia de lo que es
verdaderamente un grupo.
Un conjunto de personas no constituye necesariamente un equipo. Lo que
caracteriza a un grupo, es que todos sus miembros comparten la misma
misión y visión. Eso es fundamental, si no, ¡no hay equipo! La misión está
vinculada a la razón de ser del grupo, su propósito, su fin o el motivo de su
conformación. La visión hace a las metas u objetivos que indican hacia dónde
se dirige el grupo (en función de su misión).
Para que el grupo se consolide, trabaje de manera coordinada en la ejecución
de cualquier tarea y logre cumplir con sus objetivos comunes, es
indispensable que haya unión y empatía entre sus miembros. Para ello es
fundamental tener en cuenta algunas competencias básicas, conocidas como
las “5 C” del trabajo en equipo:

Ahora bien, tampoco es todo “color de rosa”. Cuando trabajamos con otros es
natural –y hasta esperable- que aparezcan desacuerdos, fricciones,
decepciones y frustraciones. Algunas se originan producto de relacionarnos
con otros que son distintos de nosotros. En otros casos, el enemigo querrá
sembrar para dividir, desalentarte y, si es posible, hacerte desistir de la tarea.
Pidamos al Señor la sabiduría para discernirlas, para procurar siempre la paz
en lo que de nosotros depende y siempre tener nuestra mirada en el Señor, en
todo lo que hacemos.
Colosenses 3:23-24 nos exhorta a tener la iniciativa de trabajar siempre de
buena gana y que nuestra motivación esté enfocada enteramente en Dios, y
no las personas. ¿Por qué nos diría esto? Porque cuando colocas tus
expectativas sólo en las actitudes de las personas –que tienen exactamente las
mismas limitaciones que tú y yo tenemos- probablemente termines por
desilusionarte. ¡Mira al Señor! Es a Él a quien servimos y es Él quien
recompensará tu obra.
Hasta aquí hemos revisado algunos conceptos claves que nos ayudan a
comprender qué significa trabajar en equipo. De aquí en adelante,
compartiremos algunas ideas y consejos prácticos para potenciar tu
experiencia de trabajo junto a otros.
VENTAJAS DE TRABAJAR EN EQUIPO
El trabajo en equipo es una tarea compleja, está llena de retos y se requiere de
mucha organización para que funcione de manera favorable, pero es muy
satisfactoria. Involucrarnos con otros, con un objetivo común, nos da la
oportunidad de aprender, crecer y madurar como cristianos. Nos ayuda a
resolver problemas, a mejorar el desempeño individual y la calidad de lo
emprendemos, nos motiva y experimentamos lo que es la verdadera
comunión. En fin, son muchos los beneficios que obtenemos cuando
aprendemos a trabajar junto a otros. A continuación, quisiera destacar
aquellos que podríamos considerar los más importantes:
Motiva la creatividad: Dos o más cabezas siempre pensarán mejor que una
sola. Cada uno de los miembros del equipo puede aportar ideas diferentes
para que las decisiones sean las mejores. Por lo tanto, nos permite contar con
más recursos, más ideas, no sólo a la hora de organizar o planificar nuevas
actividades, sino también al momento de llevarlas a cabo o resolver
conflictos. Creer que un equipo de trabajo debe ser conformado por personas
con maneras de pensar o actuar semejantes, no es una idea muy acertada.
Cuando un equipo está integrado por personas distintas, se enriquece.
Aunque parezca contradictorio, cuando hay diferencias y discrepancias, las
propuestas y soluciones ¡son más creativas! (Eclesiastés 4:9-12).
Se delegan las tareas: El trabajo se realiza en colaboración, nadie se
superpone al otro y todos trabajan en armonía, porque cada uno cumple una
función diferente. Pertenecer a un equipo hace posible que una persona
satisfaga más necesidades que si lo trabajara por sí sola. De esta manera que
se pueden suplir de manera más efectiva las demandas del grupo de jóvenes,
además facilita la enseñanza y el seguimiento. (1 Corintios 12:4-7).
La carga es compartida: Cuando las tareas y las responsabilidades se
comparten, los logros o fallas no recaen sobre una sola persona. Esto evita el
cansancio y el desgaste. Cuando uno de los integrantes no se siente bien, el
resto de los miembros del grupo puede apoyarle, porque lo que afecta a uno
solo, afecta a todos. De esta manera se construye la confianza, y aprendemos
a escuchar y respetar a los demás (1 Co 12:12-26; Ro 12:9-10).
Promueve la formación de nuevos líderes: Porque se fomenta la
participación y el crecimiento de otros jóvenes. ¡Qué importante es esto! Ser
capaces de dejar una huella para que, el día de mañana, otros continúen con la
visión y la misión. ¿Cuál es la historia que contarán tus huellas? (Tito 2: 6-
71; Timoteo 12:14).
LOS ENEMIGOS DEL TRABAJO EN EQUIPO
El trabajo en equipo es una tarea que, al igual que el liderazgo mismo, se
aprende. No hay lugar para la intolerancia. Se aprende a respetar, a confiar, a
ser organizado y comprometido; pero también a renunciar y a ceder, cuando
no estamos de acuerdo o algo no nos gusta, y en más de una ocasión
queremos abandonar todo. Muchos intentos de trabajo en equipo que podrían
haber resultado exitosos, han fracasado justamente porque sus miembros,
quizás hasta con muchas cualidades individuales, no pudieron aprender a
trabajar en equipo, ni comprendieron su verdadera esencia. Entonces, ¿qué es
aquello que destruye a un equipo?
El ego y el orgullo: Proverbios 16:18 dice “Antes del quebrantamiento es la
soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu”. El ego y el orgullo hacen
que una persona se considere superior a las demás. Nadie es más ni menos
importante que otros. Todos somos igualmente valiosos. La Palabra de Dios
es muy clara al respecto (Lucas 14:11; Salmo 138:6; Mateo 20:26-27).
¡Seamos cuidadosos de nosotros mismos! Consideremos a los demás, incluso,
como superiores a nosotros. Todos podemos saber que el ego y el orgullo
destruyen el ministerio, pero es muy fácil ser presa de estas dos actitudes
pecaminosas.
La inseguridad: Es lo opuesto al ego y al orgullo. Muchas veces la baja
autoestima, nos lleva a compararnos con los demás, al punto de sentirnos
amenazados. Esos pensamientos, si los alimentamos lo suficiente, pueden
volvernos tan vulnerables y calan tanto en nuestra mente, que llegamos a
creer que otros son mejores o tienen mayor capacidad que nosotros, lo cual
nos hace sentir inferiores y menos útiles. Esta es otra de las artimañas que el
enemigo utiliza para hacernos desistir de nuestro trabajo y desanimarnos.
Todos somos útiles para Dios. Él es el único que nos equipa con las
herramientas que necesitamos para cumplir con su obra. Él no llama
perfectos. Él perfecciona a los que llama.
Falta de dominio propio: ¿Quién no se vio tentado a tirar todo por la borda,
en un momento en que las cosas no parecían salir del todo bien? El dominio
propio es lo que nos ayuda a mantenernos controlados y equilibrados; a no
quebrarnos frente a los obstáculos, ni envanecernos ante los aciertos
ministeriales. Es lógico que el trabajo en equipo traiga consigo desencuentros
de opiniones entre sus miembros, lo cual muchas veces hace difícil el
acuerdo, y se genera cierto malestar en su interior. Pero vamos más allá de
eso; cuán difícil se hace no alterarnos o cuidar nuestras palabras y nuestro
comportamiento en un momento de enojo. ¡Cuántos problemas trae la falta de
autodominio! El dominio propio será esa virtud que, más allá de lo que pase,
te hará persistir en la tarea. (1 Timoteo 4:16; 2 Timoteo 1:7)
Falta de comunicación: La comunicación es parte fundamental e
indispensable en el funcionamiento de un equipo. Muchas veces la raíz en la
falta de acuerdo es precisamente la ausencia de comunicación. El único que
conoce todo de nosotros, hasta nuestros pensamientos, es Dios; los demás no
pueden saber lo que nos sucede o la idea que tenemos, a menos que
hablemos. Otro aspecto a tener en cuenta en lo que respecta a la
comunicación eficaz, tiene que ver con la manera en que decimos las cosas.
Imponemos nuestras y valoramos poco lo que otros dicen, cuestionamos
demasiado y proponiendo poco, no cedemos ni escuchamos. Parte del
proceso de comunicación es aprender a escuchar. Cuando logramos asumir
esta actitud, estamos demostrando que somos capaces de valorar, respetar y
amar al otro.
Falta de oración: La oración es vital en el grupo. Sin oración, el equipo
corre el riesgo de desintegrarse, así como cualquier actividad que
desarrollemos dentro del ministerio o fuera de él. Sin oración, perdemos la
visión y nos alejamos de la misión. La falta de oración hace que dejemos de
escuchar la voz de Dios y dejamos espacios libres para que el enemigo se
infiltre. Cuando todo marcha bien, los jóvenes asisten a las reuniones y
aquello que planeamos parece funcionar, solemos “confiarnos” y descuidar la
oración. Nunca olvidemos que, si algo logramos, es por la gracia y el
respaldo de Dios. Él es la fuente de todas las cosas. En cuanto nos relajamos,
será cuestión de tiempo que algo romperá nuestra comodidad. ¿Por qué
esperar eso? Seamos constantes en la oración. Oremos sin cesar, en tiempos
buenos y malos, por separados y también juntos. ¿Parece imposible llegar a
un acuerdo? ¡Oración! ¿Hay malestar en el grupo? ¡Oración! ¿Nos sentimos
cansados, débiles y gastados? ¡Oración! ¿Se acabaron las ideas? ¡Oración!
¿Hay problemas? ¡Oración! ¿Es necesario hacer cambios? ¡Oración! El
dominio propio tampoco se logra sin oración. (1 Tesalonicenses 5:17;
Romanos 12:9-12; Mateo 18:19)
CONSEJOS PRÁCTICOS PARA TRABAJAR EN EQUIPO
Aprender a trabajar en equipo es maravilloso, el fruto de nuestro esfuerzo se
disfruta más, las cargas son compartidas, crecemos y nos edificamos junto
con otros, y además ganamos verdaderos amigos. Es parte del diseño de Dios
para nuestras vidas en este tiempo: cumplir con la misión que Jesús dejó a sus
discípulos y hoy a la Iglesia, a través del Espíritu Santo. No solos, sino
unidos a otros como miembros de un solo Cuerpo.
Acabamos de ver las ventajas del trabajo en equipo y algunos de los
obstáculos que lo amenazan. En esta última parte, quiero compartir algunos
consejos prácticos que ayudarán a sacarle mayor provecho:
Sean transparentes: Sean siempre sinceros y no hablen mal de alguien que
no está presente. Asuman el compromiso de cuidar y honrar al otro. Graba
esto en tu corazón: las actividades que realicemos en el ministerio nunca
serán más importantes que nuestra comunión con los hermanos. “Si no tengo
amor, nada soy” (1 Cor 13)
Piensen todo lo van a decir, antes de decir todo lo que se piensan: A veces
nos tomamos muy a pecho el hecho de que tenemos que ser sinceros entre
nosotros y, con “buenas intenciones”, no dudamos en decirle a alguien lo que
pensamos de él o ella. Si se trata de una conducta o una actitud inadecuada,
se deberá tratar con mucho cuidado en el seno del grupo. Si no es así,
debemos reconsiderar cuáles son nuestras verdaderas intenciones, si es algo
que realmente edificará a la persona o no y ser más tolerantes, ya que todos
tenemos errores y nadie está exento a equivocarse en algo. Cuando nuestra
sinceridad, disfrazada de crítica constructiva, es capaz de bajar la autoestima,
desmotivar, disminuir y/o lastimar a otros, mejor quedémonos en silencio.
Sean amigos: Que los motivos para juntarse a charlar no sean solo para
hablar del grupo de jóvenes y sus problemas. Compartan tiempo extra juntos.
Aprendan a confiar entre ustedes. Muéstrense amigos y cultiven la amistad.
Es prácticamente imposible trabajar con alguien al que no se le conoce, no se
lo descifra, que se aísla, que es antipático o no confía en nadie.
Evalúense como equipo: Muchas veces se comienza con entusiasmo una
actividad, y pasado un tiempo no sabemos qué ha sucedido con ella, o tal vez
hemos experimentado cierta frustración porque las cosas no nos salieron
como las planeamos. La evaluación hace más efectivas las tareas que
llevamos a cabo, ya que evita que cometamos dos veces el mismo error. No
obstante, parte de la evaluación también implica celebrar los logros.
Díganlos, véanlos, destáquenlos y compartan lo bueno.
Acuerden estar de acuerdo con el acuerdo, aún sin estar de acuerdo: Ésta
es una frase muy sabia que escuché de un líder. En ocasiones hay que tomar
una decisión basada en las diferentes propuestas de cada miembro del equipo.
Una vez que se debatieron las opciones y se optó por una de ellas, es
importante comprometerse y poner todo nuestro esfuerzo para hacer que todo
funcione, aunque la idea que yo haya propuesto no salió elegida. Eso se llama
lealtad. Es aceptable que no estés del todo de acuerdo, que atravieses etapas
de cansancio, o que te enojes en algún momento, pero nunca dejes de ser leal.
Cuando uno de los miembros del grupo no cumple con la función asignada y
no se hace responsable de aquello a que se comprometió, añade peso extra a
sus compañeros.
Te recomiendo ver la experiencia de un equipo de regatistas, que, estando en
medio de una competencia, a una de ellas se le rompe el remo, y tomó una
actitud que sorprendió a todos, e ilustra muy bien este punto. Puedes
encontrarlo en YouTube como “La importancia del trabajo en equipo Sandra
Piñeiro”.
Apoyen siempre al pastor y a la visión de la iglesia local: El grupo de
jóvenes no es una congregación aparte. Sujétense al pastor, sean leales,
inclúyanlo en algunas de las reuniones, háganlo partícipe de sus planes,
consulten y no hagan cosas sin avisar. La visión que tengamos como equipo
de líderes juveniles no puede ser ajena a la visión de la iglesia local, porque el
respaldo de Dios y el éxito en aquello que iniciamos se produce cuando nos
sujetamos a nuestras autoridades. Si no podemos lograrlo, lamentablemente
habremos iniciado por mal camino nuestro liderazgo (Heb 13:17), pero si lo
hacemos contaremos con el respaldo de Dios.
Para terminar, no olvides que aquello que nos sostiene y nos va a sostener
siempre es la oración.
Te aliento a trabajar en equipo, a que te involucres con otros. Es cierto que no
siempre es fácil encontrar compañeros de equipo con los cuales congeniar.
Estamos demasiado acostumbrados al trabajo individual. Algunos deben
involucrarse en más de un área y muchas veces los liderazgos se asumen
porque no hay otro que pueda cubrir esa necesidad.
Aun así, Jesús, nuestro mayor ejemplo, nos enseñó la importancia de trabajar
en equipo cuando llamó a sus doce discípulos como compañeros en el
ministerio. Primero para enseñarles y luego para para continuar con su
misión. Cada uno de ellos era muy diferente a los demás en carácter, oficio y
procedencia, pero todos fueron igualmente importantes y necesarios para
cumplir con la tarea encomendada. Alguien sabiamente dijo: “El talento
individual puede hacer grandes cosas, pero el trabajo en equipo puede
lograr cosas grandiosas, y más cuando hablamos del reino de Dios” ¡Qué
herencia maravillosa! Dios se mueve en la unidad. La Iglesia en su conjunto,
como Cuerpo de Cristo, debe trabajar unida. (Efesios 4: 1-6, 15-16)

Por Jaqui Moreno


Líder de Jóvenes de la Iglesia Casa de Dios
Adelia María - Córdoba, Argentina
ADORADORES 4x4: TALLER PARA
MÚSICOS

“Así en la tierra, como en el cielo” (Mt 6:10) | “Qué todo lo que soy alabe al
Señor” (Sal 103:1)
Un “adorador 4x4”, es un adorador “todo terreno”. Su adoración impacta en
todos los ámbitos y territorios. Es posible que frecuentemente sintamos que
nuestra adoración es poco efectiva o no logra ser contundente en
determinadas circunstancias. Se “empantana” en ciertos lugares y no llega a
destino.
Esta es la oportunidad para pensar algunas claves que ayudarán a que nuestra
adoración impacte de manera profunda en todo tiempo y lugar. Que nuestra
adoración ser realmente eficaz en cada ámbito, o “terreno”:
En el cielo
En la iglesia
En el mundo
En nuestra vida
Estos cuatro aspectos se corresponden entre sí, están interconectados e
interactúan constantemente. Son como las patas de una mesa, que cada una
depende de las demás. Si una de estas áreas está en estado de vulnerabilidad,
los demás ámbitos de nuestra adoración también lo estarán, inevitablemente.
Conceptos introductorios:
Cuando hablamos de “adoración”, podemos encontrar dos vocablos que
aparecen reiteradamente en la Biblia. Uno se usa en el Antiguo Testamento, y
es Sahchah, que significa inclinarse o postrarse. El otro es muy usado en el
Nuevo Testamento, y es Proskuneo, que significa caer hacia adelante o besar.
En ambas acepciones observamos que la adoración implica un acto de
sumisión, de humillarse, de postrarse para besar los pies de alguien o algo, y
reconocer su grandeza.
Evelyn Underhill (escritora inglesa) define a la adoración como “la respuesta
de la criatura al Eterno, un reconocimiento de Dios como trascendente”.
Para Harold Best, la adoración implica “la decisión que tomamos al escoger
quién o qué será nuestro Señor, y el foco de atención para nosotros, y la
manera en la que nos entregamos a esa decisión con devoción y servicio.”
Sería bueno cuestionarse a uno mismo y pensar ¿A qué señor estoy sirviendo
con devoción y servicio? ¿Quién es el foco de mi atención?
Una vez aclarados los conceptos elementales en torno a la adoración,
abordemos algunos puntos clave para una adoración efectiva en el cielo, en la
iglesia, en el mundo y en nuestra vida, es decir, una adoración 4x4.
EN EL CIELO
La adoración implica dos aspectos: uno horizontal y otro vertical. El vertical
es el más importante, ya que hace referencia a la esencia misma de la
adoración, a esa relación entre la criatura y el eterno de la que hablaba
Underhill. En este sentido, podemos hacer buena música, ser excelentes
desde el punto de vista musical, técnico y vocal (de hecho, debemos aspirar a
serlo), pero si nuestra adoración no impacta en el ámbito celestial, y no llega
al corazón del Padre, simplemente estamos dando un buen show. La
adoración debe conectarnos con el Padre. Se trata de comunicación.
Antes de ministrar la iglesia, debemos aprender a ministrar en el cielo, al
corazón de Dios. “Ministrar” tiene que ver con servir, con suplir una
necesidad. En Juan 4:23, el Señor dice que él está buscando adoradores que le
adoren en espíritu y en verdad. Suplamos esa necesidad con nuestra
adoración.
De acuerdo a lo dicho, Dios es el centro de nuestra adoración. Pero hagamos
una introspección y respondamos a este interrogante ¿Es verdaderamente
Dios la motivación de mi adoración? Así mismo, en la medida en que Dios
sea el centro, debemos mantenernos enfocados en él. Muchos ministros se
preocupan demasiado por lo que ocurre debajo, por qué actitudes adopta la
gente en el momento de la ministración, lo cual genera distracciones;
entonces, su adoración no logra la efectividad deseada.
El Salmo 103 dice “Bendice alma mía al Señor”. Cuando adoramos, nos
tomamos un tiempo para bendecir al Señor. Es un momento para dar, no para
pedir, ni exigir, ni reclamar, o para ver qué tiene Dios para decirme, ni mucho
menos exigir respuestas. Si sabemos darle a Dios el lugar central de nuestra
adoración, con la prioridad de conectarnos con él y ministrar su corazón, sin
distraernos en lo terrenal, y con una actitud de bendecir y entregar, nuestra
adoración será contundente y llegará al cielo.
EN LA IGLESIA
El ministerio de la adoración es, además, un ministerio mutuo. Es decir, es
una oportunidad de adorar a Dios como Cuerpo de Cristo, en comunión y
unidad de espíritu, para ministrarnos mutuamente unos a otros. Aquí aparece
el otro aspecto de la adoración: el horizontal. (Salmo 22:3 y 148)
Si bien insistimos en el hecho de que el ministro debe enfocarse en Dios y no
distraerse en las “actitudes apáticas” que pueda ver en la congregación, esto
no significa que deba desentenderse de las necesidades de la iglesia. Ante
esta situación, como adoradores, debemos ser observadores y determinar qué
necesita la iglesia: ¿Guerra espiritual? ¿Alabanza de júbilo y celebración?
¿Música suave? ¿Un tiempo de paz para conectarse con el Padre?
Es indispensable que como adoradores pidamos discernimiento a Dios para
ser efectivos en este punto. Pero eso no es todo. Si no nos relacionamos con
la gente, no conoceremos sus necesidades. No sólo ministramos sobre el
escenario, también lo hacemos abajo. Si no nos acercamos a las personas, no
esperemos que nos sigan y logremos comunión cuando ministramos. No
somos “estrellas”, estamos para servir a Dios y también a la gente.
Que podamos dejar un legado en la gente, no sólo con lo que hacemos sobre
la plataforma. Que no seamos sólo un ejemplo de virtudes musicales o de
buenos ministros, sino que, además, seamos un ejemplo diario de humildad,
de solidaridad, de amor y de entrega a la gente. Esto generará un ambiente
más propicio para la comunión con la iglesia al momento de ministrar.
Sigamos adorando a Dios, aun cuando no haya música. Cuando no sea tu
turno de ministrar, continúa sirviendo, en lo que haga falta, mantente alerta
de las necesidades, ayuda a tu pastor, a los otros líderes, a los músicos, a los
encargados del sonido, etc.
Cristo nos hizo a todos sacerdotes (Ap 1:6). ¡Cuánto más nosotros como
adoradores tenemos la tarea de conectar al pueblo con Dios, de “tejer” vías de
comunicación, de guiarlo hasta su presencia!
Si logramos enfocarnos en Dios y, a la vez, somos sensibles a lo que el
pueblo necesita, con discernimiento y relación con el pueblo, adoptando una
actitud humilde y de siervo, nuestra adoración logrará ser impactante en el
terreno de la iglesia.
El “éxito” de nuestra adoración en el cielo y en la iglesia dependerá de los
otros dos aspectos que restan:
EN EL MUNDO
Jesús nos llamó a predicar las buenas nuevas por todo el mundo. La gran
comisión nos compete a todos. Si bien es cierto que cada uno tiene su
propósito en Dios, y algunas personas son las llamadas específicamente a las
misiones, el hecho de que tengamos un llamado a la adoración no significa
que nos desentendamos de este llamado a todo cristiano. Nosotros también
debemos testificar de Cristo al mundo con nuestra alabanza.
Cuando el Salmo 104 dice “¡Qué todo lo que soy alabe al Señor!”, no se
refiere sólo a lo corporal. Debemos alabar a Dios con nuestra vida entera, con
todo lo que hacemos. Seamos adoradores en el trabajo, en nuestra casa, en la
escuela, en la universidad y en nuestro barrio.
Proverbios 22:1 habla de la importancia de nuestro buen nombre, de nuestra
fama y reputación. Con nuestro testimonio también adoramos a Dios. Con él
honramos a nuestros padres, y dejamos un legado en nuestro hijos y
discípulos. Es importante ser una buena influencia en el mundo, en “nuestro
mundo”. De otra manera, la gente no creerá en lo que hacemos ni en lo que
cantamos a la hora de adorar frente al mundo.
Nuestro ministerio es un ministerio público. Ocupamos un lugar de
referencia. Somos ejemplos para muchas personas. Seamos capaces de
dimensionar la gran responsabilidad que eso implica.
Adoremos a Dios y que el mundo pueda verlo. Ministremos donde sea que
haya una necesidad. No siempre habrá música de fondo para acompañarnos.
María, en Betania, adoró al Señor derramando perfume a sus pies (Mt 26:6-
13). Que nuestro servicio para con la gente vaya más allá de lo que podemos
hacer desde el punto de vista artístico-musical. ¿Qué le estás dando a la gente
hoy en día?
Si tu sueño es que tu adoración impacte en la calle, en el mundo, en las
naciones, debes saber que la prioridad será dar a conocer las buenas nuevas y
la obra de la cruz. Es indispensable que cuides de tu buen nombre frente a los
hombres (Lucas 2:52), para que cuentes con el favor de Dios y de la gente.
Así serás un adorador de influencia más allá de los muros de tu iglesia.
EN NUESTRA VIDA
También es importante que en tu vida íntima seas un verdadero adorador.
Esta es la base de toda la estructura. Si en tu vida espiritual personal la
adoración es sólida, también lo será en el mundo, en tu iglesia y llegarás
asimismo al corazón de Dios.
Mateo 6:6 nos exhorta a buscar a Dios en lo secreto de nuestro cuarto, donde
nadie nos ve. Si lo exaltamos en la intimidad y somos obedientes en lo
secreto, él nos recompensará en público. La búsqueda diaria de su presencia
nos reviste de autoridad para poder ministrar con poder de Dios y hacer
guerra espiritual.
Leemos en Hechos 1 cómo los apóstoles reciben la orden de no actuar hasta
ser llenos del Espíritu Santo. No hagamos o demos nada sin recibir primero.
No podemos dar lo que no tenemos. Busquemos constantemente ser llenos
del Espíritu Santo, de su poder, su gracia, su amor y su unción.
Que nuestros actos en la intimidad también adoren al padre. Que lo que
hagamos en lo secreto sea agradable a los ojos de Dios, aunque la gente no
pueda vernos.
Si te propones cómo hábito diario la intimidad con Dios, buscándolo en lo
secreto y adorándolo con tus palabras y actos, construirás una base sólida,
serás lleno de su poder y tu adoración impactará en todos los ambientes.
Cada aspecto que hemos visto es importante. Debemos tener como prioridad
adorar y ministrar al Padre con nuestra música, llegar al cielo y deleitar su
corazón. Así mismo, debemos ser sensibles a lo que el pueblo necesita, con
discernimiento y relación con la gente, teniendo amor y compasión por el
prójimo, para que nuestra adoración alcance también a los perdidos.
Adorémoslo en lo público y en lo privado.
Finalmente, podemos concluir con una valiosa enseñanza que Jesús nos dejó.
Debe ser aplicada en todos los aspectos de nuestra adoración, y debe ser
aquello que identifique y evidencie nuestro carácter como músicos: la
humildad.
Lucas 14:8, en su versión NVI, dice así: “Cuando alguien te invite a una
fiesta de bodas, no te sientes en el lugar de honor, no sea que haya algún
invitado más distinguido que tú. Si es así, el que los invitó a los dos vendrá y
te dirá: “Cédele tu asiento a este hombre.” Entonces, avergonzado, tendrás
que ocupar el último asiento. Más bien, cuando te inviten, siéntate en el
último lugar, para que cuando venga el que te invitó, te diga: “Amigo, pasa
más adelante a un lugar mejor.” Así recibirás honor en presencia de todos
los demás invitados. Todo el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el
que se humilla será enaltecido.”
Nos sentemos en esa última silla. Recordemos que el único digno de ser
enaltecido es el Señor. Sirvamos primero a Dios, y luego a su pueblo, con un
corazón humilde, siempre dispuesto y disponible. Que podamos adorarle todo
el tiempo, en cualquier lugar que estemos, y con cada acto de nuestra vida.
¡Y que todo lo que somos alabe al Señor!

Bibliografía:
Algunos conceptos en torno a la adoración fueron extraídos de:
• “Esencia de la adoración”, Instituto Canzion
• “Generación de Adoradores”. E. Espinosa. L. Leys. D. Montero.
Editorial Vida, 2006.
ENTENDIENDO Y MINISTRANDO LA
PORNOGRAFÍA Y MASTURBACIÓN
LA PORNOGRAFÍA
La pornografía es la actividad más rentada en el mundo después del
armamentismo y el narcotráfico. Por tal razón, los negociantes del sexo
intentan que sea bien vista y tratan de mojigatos a quienes la desestiman.
La pornografía es dañina por muchas razones, entre ellas:
• Denigra al ser humano. Las personas exhibidas se presentan como
mercancía disponible para la venta. Siempre dispuestas, sin demandas,
como objetos que pueden elegirse según el gusto del consumidor.
• Pervierte la sexualidad. La pornografía no considera los sentimientos de
las personas. No valora el amor, la ternura o la intimidad. Aunque se
tienda a creer que mirar videos de alto voltaje es tan sólo una “travesura”,
es muy peligroso. En el matrimonio, mirar juntos o por separado este tipo
de material no los acercará; por el contrario, hará que se distancien cada
vez más. A la larga, seas soltero o casado, la pornografía siempre será
dañina.
• Niega la realidad. Los pornógrafos están especialmente interesados en
demostrar que la mujer y el hombre en cualquier momento, situación o
estado, van a gozar con cualquiera de las prácticas sexuales a las que se
sometan. Proyectan una imagen irreal, en que la mujer y el hombre
disfrutan de una sexualidad libertina y aberrante. Desde el punto de vista
fisiológico esto es imposible.
• Genera conflictos conyugales. Habitualmente es el hombre quien solicita
ciertas prácticas exhibidas y, cuando la mujer en la vida real no accede a
ellas, se la tilda de estrecha y puritana, de reprimida o amargada, con lo
que generan tensión y reproches en el matrimonio.
• Aumenta la vulnerabilidad al VIH-SIDA. Entre las determinantes de
riesgo para que una persona sea más vulnerable a contraer SIDA, se
encuentran el elevado número de parejas sexuales, las relaciones sin
protección, la facilidad de establecer contacto por internet y el acceso a la
pornografía.
• Incita a la violencia sexual. Todos los abusadores y violadores tienen
antecedentes de consumo de pornografía. La violencia y el sufrimiento
físico son representados como una pantomima. El dolor de los
protagonistas se presenta como un vehículo hacia el placer, y el
sufrimiento es un elemento de excitación sexual. Para mantener la
novedad y no caer en el aburrimiento por la visión de las mismas prácticas
sexuales, los pornógrafos se esmeran agregando nuevos alicientes en
forma de mayor violencia y extravagancias: se introducen niños, y hasta
animales. Como decía Alice Scwazer, directora de la revista feminista
alemana Emma: “Ya no les basta con ponernos medias de red, escote y
orejitas de conejo, ahora nos tienen que atar, torturar y matar”. Parece
que lo último en pornografía es el llamado cine masacre, o kiddi porno,
donde se filman violaciones con muertes reales, torturas reales y
descuartizamientos reales.
• Conduce a peores pecados. Una mente saturada de pornografía buscará
hacer realidad, de algún modo, el deseo surgido por esas imágenes.
Santidad no sólo es dónde me encuentro, sino hacia dónde me dirijo.
• Despierta deseos no imaginados. Todos los varones que incurrieron en
prácticas homosexuales, antes de su primer contacto sexual, consumían
con asiduidad pornografía homosexual. Lo mismo es válido para el abuso
sexual infantil. Alrededor del 40% de los consumidores de pornografía
infantil, se convertirán en abusadores de menores.
• Tiende a producir adicción. Una de las más poderosas adicciones hoy en
día es la pornografía. Se requiere mayor cantidad y mayor dureza, para
experimentar el mismo placer, tal como el alcohol o las drogas. Nunca es
suficiente. La adicción paraliza la espiritualidad, pervierte la forma de ver
el mundo, sexualiza los vínculos, deforma la vida social y destruye la
posibilidad de ser efectivos en el ministerio.
La pornografía no conviene y si alguno está en situación de riesgo para
desarrollar una adicción o está inmerso en ella, es hora de buscar ayuda. En
soledad no podrás ser libre. Recuerda todas las veces que te dijiste a ti
mismo: “no lo volveré a hacer”; sin embargo, recaíste. No te engañes, no
dejes que tu familia y todo lo bueno que haya en tu vida se pierda a causa de
tu adicción. Busca ayuda, y que sea hoy mismo.
LA MASTURBACIÓN
Una de las razones por la que se condena la masturbación es por su
asociación a fantasías eróticas. Para llegar a un orgasmo, generalmente el
individuo debe acompañarse de pensamientos sexuales, además de la acción
física directa sobre sus genitales.
Pero no en todos los casos de masturbación hay tal asociación; hay personas
que nunca se tocan los genitales, pero tienen la mente putrefacta. Entonces,
¿el problema está en tocarse los genitales o en albergar pensamientos
impuros?
¿Es impuro un pensamiento por ser sexual?
Si contestamos que sí, negamos la dimensión sexual. Los pensamientos
sexuales forman parte del bagaje de la mente. Si el problema son los
pensamientos impuros, debemos reconocer que muchos que no se masturban
están llenos de pensamientos de ese tipo y otros que se masturban pueden que
no. ¿Dónde radica el pecado? Si todos convenimos que es en los
pensamientos impuros, condenemos la impureza, ya sea que exista o no
masturbación.
¿Qué dice la Biblia acerca de la masturbación?
La Biblia no dice nada acerca de la masturbación, de una manera específica.
Es un tema que no se aborda directamente, pero sí hay una gran cantidad de
principios mayores y superadores, que nos sirven de guía.
Ya que la Biblia no prohíbe expresamente la masturbación, la pregunta
correcta no sería: “¿Es pecado masturbarse?” O regirnos por otro principio
bíblico contenido en el Nuevo Testamento: “¿Me conviene masturbarme?”
Pablo escribe en 1 Cor 10:23: “Todo me es lícito, pero no todo conviene;
todo me es lícito, pero no todo edifica”. Ya que hemos sido llamados a
libertad y todo nos es lícito, nuestra pregunta no debería ser: “¿Qué hay de
malo en masturbarse?” Si no, “¿Me conviene masturbarme? ¿Me hace bien
este hábito? ¿Me edifica? ¿Es lo mejor para mí?” Hemos sido llamados no
solamente a distinguir lo bueno de lo malo, sino lo bueno de lo mejor. Como
cristianos comprometidos con la madurez espiritual, deberíamos escoger
siempre aquello que representa lo mejor.
El ejercicio del dominio propio en relación con el deseo sexual se puede
cuantificar en este comportamiento. Cuando una persona, por convicción
personal, no se masturba para elegir otro valor que considera superior, como
la santidad y la comunión íntima con Dios, fortalece su carácter y
autodominio; además de crecer espiritual y emocionalmente.
Unas de las razones por las cuales Dios creo el sexo es para unidad y placer
dentro del matrimonio; es una forma más de amar al cónyuge. El propósito
para el cual Dios creó al sexo es para ser disfrutado entre un hombre y una
mujer, es decir de a dos. Es para satisfacerse mutuamente, es para ser
compartido, es para dar (no arrebatar), para el crecimiento del vínculo y la
intimidad de estas dos personas, que de esta manera se hacen “una sola
carne”.
La masturbación tiene como finalidad satisfacerse a sí mismo. Es totalmente
opuesto al plan de Dios para el sexo, ya que es un acto individualista y
egoísta, que de ninguna manera tiene en cuenta el placer y disfrute del otro,
sino el propio solamente. El sexo fue diseñado por Dios para el disfrute de la
pareja, dentro del matrimonio.
CÓMO VENCER LA TENTACIÓN SEXUAL
La sexualidad es una de las armas más poderosas de Satanás. Él quiere hacer
que los puros se sientan impuros, con la esperanza de que también actúen de
manera impura. Beth Moore dice: “Satanás desea socavar la obra
santificadora de Cristo y sabe que todo cristiano ha sido apartado de lo
inmundo para ser limpio, y de lo profano para ser santo. También sabe que
cuando los cristianos actúan como la gente santa que son, Dios obra
maravillas en medio de ellos (Josué 3:5). Sin pureza no hay poder. Con
pureza, el poder no tiene límites. Satanás es loco, pero no tonto”.
He aquí algunos consejos prácticos:
Acepta que serás tentado, pero no cedas a la tentación.
Serás tentado sexualmente alguna vez en tu vida. Acepta ese hecho; es
inevitable. La Biblia dice: “Cuando sean tentados” (Santiago 1:13), no
dice: “Si son tentados”. Pablo aconseja: “Ustedes no han sufrido
ninguna tentación que no sea común al género humano”, 1 Cor 10:13
(NVI).
Lo que no debes aceptar es ceder a la tentación. “Dichoso el hombre
que no cede a hacer lo malo cuando es tentado, porque un día recibirá
la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman”, Santiago
1:12 (BAD).
El diablo es el tentador, pero la tentación no está fuera de ti, sino
dentro, en tu mente. Jesús dijo: “Porque de adentro, del corazón
humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual…”,
Marcos 7:21.
La Biblia nos dice que hay “un ejército de malos deseos dentro de
nosotros”, Santiago 4:1 (BAD).
Satanás te dirá que cumplas con esos deseos: “será reconfortante”;
“será la mejor experiencia vivida”, “te hará sentir especial”. No lo
escuches ni le creas. Aléjate de él y de sus pérfidas sugerencias.
RESTAURANDO EL ÁREA DE LOS PENSAMIENTOS
Reconoce aquello que te tienta y prepárate. Rick Warren, en su libro Una
vida con propósito expresa: “Ciertas situaciones te hacen más vulnerables a
la tentación que otras. Algunas circunstancias te harán tropezar casi de
inmediato, mientras que otras no te molestarán mucho. Pregúntate:
‘¿Cuándo me siento más tentado? ¿Qué día de la semana? ¿A qué hora del
día? ¿Dónde me siento más tentado? ¿En el trabajo? ¿En casa? ¿En casa de
un amigo? ¿Quién está conmigo cuando soy más tentado?’”
Presta atención si la tentación aparece cuando estás cansado, solo,
aburrido, deprimido o bajo estrés. Debes identificar tu modelo particular
de tentación y luego prepararte para evitar esas situaciones tanto como sea
posible.
No te dejes engañar. La inmoralidad es una elección. “No es algo que le
ocurre a la gente. Es algo que la gente hace que le ocurra”. En otras
palabras, la inmoralidad no te elige, tú la eliges a ella, o eliges evitarla. Si
dependes de Dios cada día y tomas pasos deliberados y progresivos para
cultivar la pureza, podrás evitar caer frente a la tentación.
Coloca freno a tus ojos. La mayoría de las tentaciones comienzan por la
vista (Génesis 3:6; Josué 7:21). Cuatro palabras constituyen los peldaños en
la escalera descendente al pecado: ver, codiciar, tomar y esconder. “Sucedió
un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre
el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer… y envió David
mensajeros y la tomó…”, 2 Sam 11:2-4. No debes ignorar que tus ojos son
órganos sexuales muy poderosos. Helen Fisher dice: “Tal vez sean los ojos y
no el corazón, ni los genitales ni el cerebro, los órganos donde se inicia el
romance”.
Jesús nos advirtió diciendo: “Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar,
sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que
todo él sea arrojado al infierno”, Mateo 5:29 (NVI). Dios no te dice que
andes tuerto, sino que seas drástico, tajante y radical frente a la tentación
sexual.
Job 31:1 tiene un buen consejo: “Hice pacto con mis ojos; ¿cómo, pues,
había yo de mirar a una mujer para codiciarla?”. Un pacto con los ojos es
una buena decisión para evitar todo pecado sexual.
Sustituye un pensamiento por otro. Un antiguo adagio latino dice:
“principis obsta” que significa “resiste al comienzo”. La tentación procura
captar tu atención. La mejor manera de evitarla no es sólo resistir a un
pensamiento malo, sino sustituirlo por uno bueno. El secreto de tu éxito
radica en tu mente. “Hacer caso omiso de una tentación es más eficaz que
luchar contra ella. En cuanto tu mente está en otra cosa, la tentación pierde
su poder. Los pensamientos malos se derrotan pensando en algo mejor. Así
que, cuando la tentación te llame por teléfono, no discutas con ella,
¡simplemente cuelga!”.
Huye de la inmoralidad. Aléjate de los sitios u ocasiones que te tienten a
pecar. Saca la computadora de tu habitación y colócala a la vista de todos. Si
es necesario, ponle una contraseña que sólo un familiar conozca. Recuerda
que tu primera tarea no es resistir, sino huir. Huye de la tentación, así como
también de la compañía de aquellos que pueden hacerte caer en el lazo de la
seducción. José fue un joven que enfrentó con éxito la presión sexual. ¿Cómo
lo hizo? ¡Huyendo! (Génesis 39:12)
1 Corintios 6:18 dice: “Huyan de la inmoralidad sexual…” (NVI).
Contra el diablo, el consejo bíblico es resistir y él huirá; contra la flaqueza
espiritual, Jesús nos exhortó a velar; pero contra el pecado sexual, el
mandamiento es huir.
De ningún otro pecado la Biblia nos manda a huir sino de la idolatría y de la
fornicación, 1 Corintios 10:14 y 6:18. En otras palabras, cuando se trata de
tentaciones sexuales, dice Dios, “huye aunque parezca que eres cobarde”,
¡porque no lo eres!
Hay que ser muy valiente, sobre todo en estos tiempos, para decir ¡NO!

Bibliografía de consulta:
El Estanque de Betesda - Ministerio Restauración.
Sexualidad sana, liderazgo sólido - José Luis y Silvia Cinalli.
www.PlaceresPerfectos.com.ar
CÓMO VENCER LA ADICCIÓN
SEXUAL
La adicción es una dependencia o necesidad constante hacia una sustancia o
actividad debido a la satisfacción o placer que esta causa a la persona. Es
caracterizada por episodios continuos de descontrol, inhabilidad para limitar
el uso, la duración del episodio, la intensidad y las consecuencias
conductuales del uso. La palabra adicto proviene del latín “addictus”, que
hace alusión al deudor que, por falta de pago, era entregado como esclavo. La
adicción es justamente ser esclavo de algo (Romanos 6:16). En esta ocasión
hablaremos sobre la adicción sexual.
En importante porcentaje de los hombres cristianos evangélicos son adictos a
la pornografía en internet y/o recurren frecuentemente a la pornografía y a la
masturbación. Según encuestas realizadas, se cree que la adicción sexual
representa un problema para un 70% de los hombres cristianos. Ahora, esto
no es un problema exclusivo de los varones: Alrededor del 20% de las
mujeres cristianas evangélicas admiten ser adictas a la pornografía también.
Y como si no fuera poco, alrededor de un 40% de los líderes cristianos
evangélicos admite tener un problema de adicción a la pornografía y al sexo
en internet.

ROMPER EL CÓDIGO DEL SILENCIO


¿Cómo puede comenzar a liberarse la Iglesia del Señor de la adicción sexual?
Todo comienza hablando. Hay un código que se llama “el código sexual del
silencio”. Este código dice que no es bueno hablar de temas sexuales en las
iglesias o se debe hablar de forma muy generalizada. Como no se habla sobre
esto, es probable que nuestros jóvenes y nosotros mismos no tengamos una
idea clara de lo que es la sexualidad sana. Es importante acceder a
información correcta acerca de esta maravillosa materia, llamada
“sexualidad”, que es propensa a la mala información y a la ignorancia, y
nadie mejor que la iglesia para hacerlo de acuerdo a la Palabra de Dios.
Somos seres sexuales y debemos saber lo que es bueno y verdadero acerca de
nuestra sexualidad.
¿Es la masturbación un pecado?
Jesús dijo: “Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la
codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón”. (Mateo 5:28) Si
Jesús define sencillamente ver con codicia a una mujer como adulterio para el
hombre casado, sin duda ver a una mujer con codicia y masturbarse es
fornicar en el corazón para el soltero. Esto es aplicable tanto para hombres
como para mujeres. Así que, aunque un/a joven busque la manera de
masturbarse sin ninguna fantasía lujuriosa, la masturbación técnicamente es
un pecado de igual forma.
Verdades sobre la masturbación:
• La masturbación habitual nos aleja de Dios. Es fácil de comprobar: un
par de semanas con esta práctica y nos enfriaremos espiritualmente, y
nos alejaremos de Dios, al punto de dejar de escuchar su voz.
• La pornografía y las fantasías alrededor de la masturbación cambian la
manera en que vemos al sexo opuesto, se convierten en objetos de
deseo, los reducimos a fuentes de placer egoísta y nos olvidamos que
son personas con emociones y sentimientos que deben ser respetados.
Dios creó el sexo como una forma de dar amor al cónyuge.
• La masturbación habitual es difícil de detener.
• Si la masturbación se ha vuelto una adicción, el casamiento no es
necesariamente una solución.
• La masturbación es adictiva progresivamente. Es más probable que te
masturbes el día después que te masturbaste que hacerlo el día después
que no lo hiciste. En otras palabras, las reacciones químicas de placer te
atraen a repetir la práctica cada vez más. Esto es esclavitud.
Si bien la masturbación es un pecado, no es el fin del mundo, ni algo que
Dios no pueda perdonar. Sí debemos luchar contra ella, pero no es algo que
deba motivar a una vergüenza profunda que nos impida acercarnos a Dios. La
mayoría la ha probado en algún momento, pero cuando se detuvieron
descubrieron que sin masturbarse se sienten más limpios y muy bien con
ellos mismos y con Dios. La condenación propia sólo hace que el ciclo de
masturbación se vuelva una espiral descendente, causando más vergüenza y
humillación. (Is 55:7)
La adicción prospera en la oscuridad. Nos convertimos en adictos en la
oscuridad y la vergüenza resultante tiende a aislarnos aún más. La adicción
exige que nos dejen solos. Las fuentes mayores de amor y afirmación de Dios
no pueden penetrar la cáscara fría y dura de nuestros deseos menores. Dentro
de esa cáscara controlamos el dolor y el placer, intentamos ser señores de
nuestras tensiones y pasiones; solo para descubrir que en realidad nos han
encarcelado. La única esperanza para los adictos es permitir a otros entrar en
esa prisión. Las adicciones se sanan con relaciones interpersonales
saludables.
¿Por qué la adicción sexual es más común en los hombres?
Tenemos un instinto sexual fuerte y normal: El varón, debido a la
producción de esperma y otros factores, tiene una necesidad natural de
descarga sexual cada 72 horas más o menos. Esto significa que nuestro
cuerpo no nos ayudar mucho en la batalla por la pureza sexual y la
abstinencia. Nos podemos identificar fácilmente con el apóstol Pablo cuando
escribió: “Así que descubro esta ley: que cuando quiero hacer el bien, me
acompaña el mal. Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la ley de Dios;
pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley, que es
la ley del pecado. Esta ley lucha contra la ley de mi mente, y me tiene
cautivo. ¡Soy un pobre miserable!” (Romanos 7:21-24)
Nuestros cuerpos a menudo se rebelan, enfrascándose en una batalla contra
nosotros. Esta tendencia traidora impulsa nuestro instinto sexual a pasar por
alto las normas de Dios. Cuando el motor de nuestro instinto sexual se
combina con nuestra arrogancia natural masculina para ir por su propio
camino, estamos alimentando nuestra cautividad sexual.
Recibimos gratificación sexual a través de nuestros ojos: No necesitamos
una cita ni esperar, ya que tenemos nuestros ojos para obtener gratificación
sexual en cualquier momento, la cual es una forma de relación sexual para los
hombres, ya que obtenemos excitación química a través de los ojos.
Nuestros ojos, entonces, explican por qué nadie se escapa, y el problema
nunca se elimina sin una batalla. Antes de experimentar victoria sobre el
pecado sexual, estamos doloridos y confusos. Pensamos: “¿Por qué no puedo
ganarle a esto?”. Mientras la batalla está ocurriendo, comenzamos a dudar
todo acerca de nosotros mismos, aun de nuestra salvación. En el mejor de los
casos, pensamos que tenemos un grave defecto, o peor, que somos personas
perversas. Nos sentimos muy solos, ya que los hombres hablan muy poco de
estas cosas. Aun así, la respuesta está más en nuestros ojos que en nuestras
almas.
Lo más probable es que nuestros comportamientos adictivos no están
arraigados en algún profundo y oscuro laberinto mental entre sombras o
alguna debilidad. Más bien se basan en una emoción de placer que entra a
través de los ojos. Los hombres reciben una excitación química de imágenes
llenas de sexualidad cuando una hormona llamada epinefrina es segregada al
torrente sanguíneo. Esto encierra en la memoria cualquier estímulo que esté
presente en el momento de la excitación emocional. Por lo tanto, nuestro ojo
de la mente es capaz de causar la misma excitación química a través de las
fantasías.
¿Por qué no podemos decir que no con facilidad? ¿Por qué regresan nuestros
ojos con tanta rapidez hacia las mujeres sensuales? ¿Por qué corren nuestras
mentes a fantasear? Es porque nos sentimos obligados por la excitación
química y la gratificación sexual que trae.
¿Qué debemos hacer para dejar de practicar la pornografía y la
masturbación?
Los medios para pecar están en nuestro cuerpo; no podemos separarnos de
nuestros ojos ni de nuestra mente como lo hacemos de las drogas. Esto
también explica por qué la oración por sí sola muchas veces no basta para
una victoria total. Podemos pasar al altar y recibir liberación, pero si no
cerramos del todo las puertas de nuestros ojos a la contaminación sexual, las
excitaciones químicas regresan y nos capturan de nuevo.
Así que, mientras oramos para lograr victoria sobre el pecado sexual en la
esfera espiritual, también tenemos nuestras órdenes en el campo de batalla
físico: evitar de manera activa y por elección el pecado sexual. ¿Cómo?
¡Huyendo! (2 Tim 2:22; 1 Co 6:18) No es falta de espiritualidad en esta
batalla y desarrollar defensas. Dios nos ordena que lo hagamos. ¿Qué es más
espiritual que la obediencia?
Los cuatro requisitos necesarios para dejar de masturbarse son los
siguientes:
1. Tomar una firme determinación de no traspasar de nuevo las normas de
Dios.
2. Mantener una relación activa y continua con Dios que involucre
adoración y oración.
3. Formar parte de un grupo de rendición de cuentas que permita la
expresión sincera de los sentimientos.
4. Filtrar el contenido de todos los medios, revistas, televisión, videos,
internet y hasta catálogos de ropa, ya que estos incentivan tu apetito
sexual.
Cumplir estos cuatro requisitos te permitirá amar a tu Dios con toda tu fuerza
y sexualidad.

LAS RELACIONES SANAS AYUDAN


Dijimos que el primer paso para liberarse de la impureza sexual es tomar una
firme decisión. Después, necesitas mantenerte cerca de Dios y desarrollar
relaciones con amigos de tu mismo sexo que piensen de la misma manera, los
cuales te puedan apoyar en tu batalla. ¿A qué se debe esto? La soledad, la
inseguridad y las relaciones familiares rotas a menudo son los escalones hacia
la masturbación. Reemplazamos esa intimidad perdida con la falsa intimidad
de la masturbación. Una relación cercana con Dios y con nuestros amigos
hará innecesaria la falsa intimidad de la masturbación.
La masturbación es una implosión de placer sexual que hace que una persona
se enfoque cada vez más en sí misma. Sin embargo, esa necesidad genuina de
intimidad interpersonal no se satisface buscando la actividad sexual en uno
mismo. Es como aplacar tu sed con agua salada. Si te masturbas para atenuar
tus sentimientos de inseguridad y soledad, sólo lograrás aumentar tu soledad,
ya que no recibes verdadera intimidad al hacerlo.
La masturbación no es un encuentro sexual verdadero. Sin duda se siente así,
pero deja a una persona sintiéndose solitaria y avergonzada. Esto es lo
opuesto a lo que debe hacer un verdadero encuentro sexual. El poder de las
relaciones interpersonales es tan importante en este proceso, que muchas
veces es capaz de romper el ciclo de adicción sexual por sí solo.
Los grupos de rendición de cuentas son fundamentales: (Santiago 5:17)
Las personas que luchan por alcanzar la pureza sexual deben buscar apoyo en
un grupo de rendición de cuentas, ideal mente personas cristianas y de su
mismo sexo. Teniendo un lugar seguro para discutir este problema difícil, a
menudo resulta en un sincero intercambio de ideas. También es
imprescindible un compañero de rendición de cuentas. Este debe ser líder, o
quizá una persona mayor y bien respetada en la iglesia, una persona capaz de
animarte en lo más fuerte de la batalla y que no esté pasando por el mismo
problema que tú, o que ya lo haya superado. Debe ser alguien capaz de
hacerte preguntas directas y escuchar tus confesiones con empatía y sin
sonrojarse.
Trabajar las raíces de la adicción
La raíz de las adicciones, por lo general, es el dolor. Cuando somos
superados por algo doloroso, ya sea abuso o carencia, naturalmente
buscaremos formas de recuperar el equilibrio. Dicho de manera simple, el
dolor nos lleva a unirnos a objetos placenteros para ahogar cualquier estado
emocional desagradable en el cual nos encontremos. El placer nos alivia
momentáneamente, ayudándonos a desplazar o anestesiar el dolor. Cuando el
dolor vuelve a surgir, tendemos a optar por la liberación que nos ofrece el
objeto de placer. Muy pronto, nuestro sistema no puede funcionar bien sin
esa placentera liberación.
El individuo angustiado suele optar por la falsa y rápida solución y luego se
programa de acuerdo a las pautas recurrentes de dolor y placer. El dolor es
alimentado por la soledad, el temor, la ansiedad, el auto aborrecimiento, la
desvalorización, la insuficiencia y la vergüenza. También las presiones de la
vida diaria, el estrés y la ansiedad aumentan la necesidad de buscar placer
ilícito en medio de los sentimientos de agitación y compulsión de la vida
misma.

EL CICLO ADICTIVO
La manera de detectar si uno es adicto o no, es analizar si hay un ciclo en el
que se cae, recurrentemente. Puede que sea semanal o mensualmente, cada
dos o tres meses, etc. Si la persona pueda identificar un ciclo, es que hay una
adicción. Por eso, es fundamental identificar y cortar con el ciclo adictivo.
Disparadores de dolor o angustia. El ciclo comienza con lo que llamamos
“banderas rojas”, son disparadores de preocupación, ansiedad o angustia,
generados por los sentimientos antes mencionados de dolor o estrés. Una vez
reconocidas, pueden alterar al adicto de que él o ella son vulnerables a unirse
al objeto de placer. Las banderas rojas son señales seguras de que el ciclo ha
comenzado. Algunos desencadenantes comunes son el cansancio, el hambre,
el enojo y la soledad.
El reflejo. Habiéndonos dado la “bandera roja”, comenzamos a planificar
nuestro curso de acción, buscamos cómo vamos a obtener placer. Nos
entregamos al menor deseo; elegimos atravesar el camino que siempre
transitamos de la adicción. En nuestra angustia, cedemos al clamor del dolor
ilícitamente.
La ritualización. La decisión obvia tomada en la etapa de reflejo libera una
clase confusa de euforia. En este punto del ciclo, uno usualmente es incapaz
de disminuir la velocidad y romper el ciclo. Lo único que importa es el objeto
de deseo. Como un animal, instintiva y furtivamente, persigue a su presa, así
el adicto persigue el objeto de deseo en la fase de la ritualización del ciclo, y
cae en pecado.
Compromiso con la liberación. Luego de practicar lo que te da placer,
queda un sentimiento de fracaso, desvalorización, culpa y vergüenza. La
práctica no quitó el dolor o estrés. El tomar conciencia de la debilidad
aumenta el dolor y la confusión.
La impureza impide que los planes de Dios se realicen en tu vida
Dios está añorando que seas uno con Él, a fin de poder usarte. Está esperando
a ver si puedes ser confiable, para usarte más para su reino. Lucas 16:11 dice:
«Por eso, si ustedes no han sido honrados en el uso de las riquezas
mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas?». Si no eres confiable en usar
las pasiones carnales, ¿cómo te pueden confiar que uses cosas de mayor
valor? Jesús dijo que si eras fiel en las cosas pequeñas, Él te confiaría
mayores cosas. Dios no se está refiriendo principalmente a lo que él te ha
llamado a hacer en su reino, sino a que puedas llevar a cabo el propósito por
el cual él te ha creado y salvado. (2 Timoteo 3:16)
“La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la
inmoralidad sexual; que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de
una manera santa y honrosa, sin dejarse llevar por los malos deseos como
hacen los paganos que no conocen a Dios; y que nadie perjudique a su
hermano ni se aproveche de él en este asunto [...] Dios no nos llamó a la
impureza sino a la santidad; por tanto, el que rechaza estas instrucciones no
rechaza a un hombre sino a Dios, quien les da a ustedes su Espíritu Santo”.
(1 Tes 4:3-8)
Si vamos a la guerra, vamos a ganar
Conocemos a varios que han fracasado en su batalla por la pureza sexual, y
también conocemos a otros que han ganado en la misma batalla. ¿Cuál es la
diferencia? Que en el caso de los que salieron victoriosos, todos sus recursos
estaban apuntando en contra del enemigo. No habrá victoria en este ámbito
de tu vida hasta que optes por la pureza con todas tus fuerzas. En el campo de
la pureza sexual, estás en tu propio momento de decisión.
Romanos 8:12-13 dice “Por lo tanto, amados hermanos, no están obligados
a hacer lo que su naturaleza pecaminosa los incita a hacer; pues, si viven
obedeciéndola, morirán; pero si mediante el poder del Espíritu hacen morir
las acciones de la naturaleza pecaminosa, vivirán.” (NTV)
Sólo mediante el poder del Espíritu Santo podemos obtener la victoria, pero
debemos tener en cuenta que él es muy respetuoso de nuestra voluntad. Si
decimos de la boca para afuera que queremos cambiar, pero en el fondo de
nuestro corazón nuestro deseo es seguir practicándolo, él no podrá actuar y
ayudarnos. Cuando tomemos la decisión de morir a nuestro “yo”, y renunciar
a ese placer de forma sincera, su poder nos dará la victoria.

Por Natanael Ceballos


Líder de Jóvenes de Iglesia El Renuevo
Parte del equipo de Ministerio Restauración - www.restauracionargentina.org
Córdoba, Argentina.

Bibliografía de consulta:
La Batalla de Cada Hombre Joven, Fred Stroker.
Cayendo hacia adelante, Craig Lockwood.
ENTENDIENDO Y MINISTRANDO
LA HOMOSEXUALIDAD
La homosexualidad ha sido desde siempre un tema bastante controversial,
más aún en este tiempo. Por un lado, la voz del mundo grita a los cuatro
vientos que el que siente atracción hacia personas de su mismo género, debe
aceptarlo como parte de su identidad, salir del closet y vivir un estilo de vida
gay sin remordimientos. Creen que es inútil luchar contra tales sentimientos y
que se debe dar rienda suelta a lo que siente el corazón.
Por otro lado, la visión del iglesia cristiana es condenatoria al respecto.
Decimos que la homosexualidad es un pecado (lo cual es cierto), y que la
persona que practica la homosexualidad irá al infierno; pero no se ofrece
ninguna solución real o acompañamiento para mostrar el camino de salida a
la persona que siente atracción al mismo sexo (AMS). Es difícil encontrar
material cristiano que tenga una mirada redentora sobre el tema, y que ayude
a las personas que aman a Dios y realmente quieren agradarlo con su vida, a
encontrar sanidad en su sexualidad quebrantada. Este escrito intenta
desmitificar el tema de algunos preconceptos erróneos que circulan en las
iglesias evangélicas, y ofrecer esperanza a las personas que luchan con AMS.
La manera en que Jesús nos enseñó a ayudar a los pecadores sexuales es con
un perfecto equilibrio entre la misericordia y la verdad.
¿QUÉ ES LA HOMOSEXUALIDAD?
En mi opinión, la homosexualidad es una fortaleza en la mente. Entiendo por
“fortaleza” un conjunto de mentiras que fueron sembradas en la mente y
corazón, a través de palabras o vivencias dolorosas, las cuales hemos creído,
y por lo tanto vivimos de acuerdo a esa creencia. La homosexualidad es una
mentira que ataca la identidad, y que impulsa a buscar en otras personas del
mismo género lo que no se tiene, aquello de lo cual carece, para así sentirse
completo. Es por eso que lo más importante para una persona que lucha con
AMS es conocer la verdad, lo que Dios dice acerca de él o ella, y creer que
esa es la verdad para su vida.
Dios nos creó hombre y mujer, no hay puntos medios, y vivir conforme al
plan que Dios diseñó para nosotros, es la única forma de vivir en plenitud, de
sentirnos completos y en paz con nosotros mismos y con Dios. El cristiano
que lucha con atracción de género piensa que Dios se equivocó con él, que
algo salió mal en su desarrollo y que Dios lo creó homosexual, pero esa es
una mentira que debemos ayudar a erradicar. La homosexualidad no entra en
el diseño de Dios, por lo tanto es imposible que Él nos creara así. Si lo
hiciera, Él no tendría por qué juzgar su conducta como pecaminosa, algo que
hace repetidamente en su Palabra. (Ro 1:26-27; 1 Cor 6:9-11; 1 Tim 1:9-10)
Como sabemos, Dios nos creó seres tripartitos, compuestos por espíritu, alma
y cuerpo. El diseño de Dios es que el cuerpo esté sujeto al alma, y ésta al
espíritu. El espíritu es el que debería guiar y controlar a los otros dos, pero en
nuestra naturaleza caída, el alma tomó el mando del cuerpo, y así anulamos al
espíritu. Aquí se originaron todos nuestros problemas… Como el cuerpo no
se maneja por sí solo, sino que solo responde al alma, obedece todo lo que
ésta le ordene. Incluso todo lo que percibimos por medio de los sentidos en el
cuerpo, es procesado e interpretado por el alma.
En el alma está compuesta por la mente (pensamientos), el corazón
(emociones) y la voluntad (decisiones). Es por esta alineación, que cuando el
corazón está herido, y la mente cree mentiras, el cuerpo responde a esto. Por
ejemplo, en el caso de la homosexualidad, un corazón que ha sido herido por
abandono, lastimado por abusos, y que tiene carencias por parte de sus
progenitores, contamina la mente con pensamientos mentirosos que
distorsionan la identidad. La mente empieza a creer que hay algo malo en
él/ella y que no es igual que los demás varones/mujeres. El corazón desea
satisfacer sus carencias y esto hace que el cuerpo responda a esas creencias
mentirosas y se sienta atraído a personas de su mismo sexo.
MITOS SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD
“Dios odia a los homosexuales”
Aunque sabemos que esto no es cierto, muchas veces esa es la imagen que
mostramos a los de afuera, y lo que es peor, a veces es lo que realmente
pensamos, en el fondo de nuestro corazón. En las iglesias cristianas se ha
creado una especie de “ranking” de los pecados más desagradables y
aborrecidos por Dios, y por alguna razón, la homosexualidad encabeza esta
lista. La mayoría de los pastores cuando quieren ejemplificar un pecado
grotesco recurren a la homosexualidad, pero te tengo una notica: no existe
una categorización de pecados. Para Dios todos son igualmente graves, ya
que nos separa de él (Ro 3:23). Está al mismo nivel la mentira, la
murmuración, la envidia, etc. En una ocasión una pareja de homosexuales
entró a una iglesia, y el ujier, espantado, corrió hacia el pastor y le preguntó:
“Pastor, ¡¿Dónde sentamos a esta gente?!” El pastor lo miró y le respondió:
“Siéntalos al lado de los mentirosos, los chismosos, los avaros y los
adúlteros.” La sangre de Cristo es más que suficiente para perdonar y limpiar
TODA clase de pecados, Jesús también murió para que los homosexuales
sean restaurados.
“La homosexualidad se resuelve con el matrimonio”
Lo peor que podría hacer una persona con tendencia homosexual, es casarse
sin antes resolver su AMS. El matrimonio no resuelve nada, al contrario, los
problemas internos que cada uno tenga sin resolver se potenciarán en la vida
conyugal. Opuestamente a lo que el común de la gente piensa, un hombre gay
no se hace “hombre” estando con una mujer, sino que debe reconciliarse con
su propio género y buscar afecto y contención de manera no sexualizada en
amistades masculinas. Lo mismo ocurre en el caso de las mujeres.
“Algunas personas nacen con tendencias homosexuales”
Algunos grupos activistas gays, en el afán de buscar aprobación por su estilo
de vida, dicen que hay cuestiones biológicas, influencias genéticas y
hormonales, que predisponen a las personas al quebranto de género. Aunque
se han realizado numerosos estudios para comprobar la influencia de la
genética en la homosexualidad, esto nunca ha podido ser comprobado. Dios
nos creó hombre y mujer, y nadie nace homosexual, sino que es una creencia
que se adopta al interpretar de forma errónea las dinámicas en el entorno
familiar. Muchas personas que lo experimentan, dicen sentir desde muy
pequeños atracción a personas de su mismo sexo, y esto es porque la
receptividad a la identidad sexual se forma antes de los 3 años. Varios
estudiosos están de acuerdo en que a partir de los 4 meses se comienza a
construir la identidad de género, siendo el período de mayor receptividad
entre la segunda mitad de los 2 y los 3 años.

CAUSANTES
El rol de los padres
No se puede dejar de enfatizar el poderoso rol que los padres juegan en la
adquisición de la identidad de género de un niño. Mamá y papá son nuestros
primeros y más influyentes modelos de lo que es un hombre y una mujer, y
ayudan a determinar cuáles características internalizaremos que son
apropiadas a nuestra identidad de género. A través de las relaciones con los
padres, la calidad esencial de la masculinidad o la feminidad del niño o la
niña es aprobada, reforzada y llevada a una madurez y equilibrio crecientes.
Los padres funcionan como andamios que proveen la estructura que rodea la
vida del niño y dan forma y significado a lo que se va construyendo en él.
La influencia más poderosa sobre nuestro género proviene de la relación con
el progenitor del mismo sexo. A través de esta relación obtenemos -o no- una
fuente necesaria de identificación e intimidad que incorporamos como parte
de nuestra propia masculinidad o feminidad. Lo importante aquí es la
naturaleza de la relación, la confianza y la franqueza por parte del niño,
combinadas con un padre que busca ser una fuente constante de nutrición,
fortalecimiento y establecimiento adecuado de límites para el niño.
Las rupturas en la relación con el progenitor del mismo sexo pueden bloquear
el canal de intimidad e identificación que a su tiempo obstruye el desarrollo
seguro del género del niño o la niña. Esto puede ocurrir por abuso físico,
sexual, psicológico o emocional, abandono, negligencia de los padres, la
enfermedad de uno de ellos, o su muerte prematura. La ruptura puede o no
haber sido inspirada por una realidad objetiva y claramente definida, ya que
lo que importa aquí es la reacción del niño a su padre o madre.
Los niños toman decisiones, ya sea de forma consciente o inconsciente en
cuanto a cómo reaccionar ante las dinámicas relacionales. La ruptura se
produce cuando el padre es percibido por el niño como no digno de
confianza, o dañino, o no merecedor de su respeto. La personalidad y el tipo
de temperamento del niño entran en juego aquí. El niño puede excluir al
padre o a la madre completamente, o puede interpretar el maltrato o la
ausencia como algo merecido, resultando en el desprecio de sí mismo.
Separación defensiva: el niño responde a la ruptura de la relación con el
padre del mismo sexo haciéndose votos internos tales como “no seré como
él/ella” y separándose defensivamente de él o ella. La necesidad legítima de
recibir amor de su progenitor del mismo sexo es reprimida y permanece
guardada detrás de un muro protector. Al excluir al progenitor de su mismo
sexo, excluye también su fuente primaria de identidad.
Abuso Sexual
Muchas personas abusadas sexualmente por alguien de su mismo sexo, que
en el momento del hecho hayan sentido placer, terminan en el mundo de la
homosexualidad por creer que eso que sintieron determinó su
homosexualidad, sin conocer que el cuerpo humano ha sido diseñado para
sentir placer, independientemente de quien lo toque. Si se lo hace en el lugar
correcto y de la manera correcta, despertará sensaciones agradables, y eso no
significa que sea o vaya a ser homosexual, significa que es absolutamente
normal. De modo similar, las personas que han sido abusadas por alguien del
otro sexo y, en el momento del hecho han sentido asco o repulsión, pueden
que se internen en la homosexualidad para escapar del abusador, creyendo
que todas las personas de ese sexo son iguales.

¿CÓMO MINISTRAR A PERSONAS CON AMS?


La Biblia otorga esperanza a aquellos que desean salir de la práctica de la
homosexualidad. Vemos en 1 Corintios 6:9-11, que algunos de los miembros
de la iglesia en Corinto habían abandonado la homosexualidad con éxito, al
ser lavados, santificados y justificados por la fe en Jesucristo. A la hora de
ministrar a una persona con AMS debemos entender que existe una clara
diferencia entre sentirse atraído eróticamente por personas del mismo sexo y
tener sexo con ellas. La primera, no es una elección; la segunda, sí lo es. Una
persona no es responsable por lo que siente, pero sí por lo que hace. Martín
Lutero dijo: “No podemos impedir que las aves vuelen sobre nuestra cabeza,
pero sí que hagan nido en ella”.
Ser tentado no es pecado. Ceder ante la tentación, sí lo es. Ahora bien, no
avalamos los pensamientos o las fantasías homosexuales, como tampoco lo
pensamientos lascivos de cualquier persona heterosexual. “Así como la
mayoría de los hombres luchan toda la vida en contra de los pensamientos
adúlteros para no infringir el mandamiento del Señor de no ‘codiciar a una
mujer’, los que tienen sentimientos homosexuales tienen que cuidar sus
mentes y corazones diariamente o nunca desarrollarán la mente pura que la
Escritura nos enseña a buscar”, Tim La Haye.
Proveer un espacio de apoyo y contención
Es importante proveer en nuestros grupos juveniles un espacio de seguridad y
confidencialidad, donde nuestros jóvenes puedan hablar de temas como éstos
y muchos más que normalmente no se hablan en las iglesias, pero que sí
ocurren. En nuestros grupos juveniles, estadísticamente, al menos un 10%
lucha con AMS y la mayoría de ellos jamás se atreverían a confesarlo a sus
líderes, por miedo a la reacción de éstos, o porque saben que no tienen las
herramientas necesarias para poder ayudarlos. Como líderes, deberíamos
proveer la suficiente confianza, para que puedan romper el silencio, ya que de
lo contrario vivirán atados por mentiras del diablo, a causa de que la iglesia
no habla de determinados temas.
Darles seguimiento
Una persona que lucha con AMS necesita ser seguida de cerca por un líder de
su mismo sexo. El líder debe estar dispuesto a acompañarlo en el proceso de
sanidad, ayudando a identificar mentiras y reemplazarlas por la Verdad. Se
necesita una actitud compasiva, pero a la vez firme y perseverante. El líder no
debe escandalizarse ante las confesiones de la persona, mucho menos
divulgarlas, ya que esto no ayudaría en nada, y se perdería la confianza
lograda. Tampoco debe desilusionarse por el avance lento o los retrocesos,
esto es común y depende de los tiempos y procesos de cada persona.
Enseñarle a trabajar en el corazón
Toda persona debe trabajar en su corazón y mente a diario, para alinearlo a la
voluntad de Dios. Debemos crear el hábito de examinarnos siempre,
buscando la raíz de actitudes, sentimientos o pensamientos que son contrarios
a la voluntad de Dios para nosotros. En esta tarea contamos con la ayuda del
Espíritu Santo, el protagonista de todo proceso de sanidad. La clave de la
sanidad está en la decisión de morir al pecado. La persona homosexual debe
tomar la firme decisión de renunciar para siempre al placer que le
proporciona a su alma y cuerpo tales prácticas. Esto no es nada fácil, pero es
recién cuando tomamos esa decisión de morir, que el Espíritu Santo entra en
acción para ayudarnos a alinearnos a la voluntad de Dios. Comienza un
proceso de aprendizaje, de reconciliación con el mismo sexo y con el
complementario, donde aflora la verdadera identidad, que es la que el
Creador puso en nosotros.

Por Natanael Ceballos


Líder de Jóvenes de Iglesia El Renuevo
Parte del equipo de Ministerio Restauración - www.restauracionargentina.org
Córdoba, Argentina.

Bibliografía de consulta:
El Estanque de Betesda, Mauricio Montión
Homosexualidad, José Luis y Silvia Cinalli
Terapia reparativa de la homosexualidad, Joseph Nicolosi
COMO TRABAJAR CON PERSONAS
CON DISCAPACIDAD
Probablemente, en tu rol como líder juvenil, en algún momento han llegado a
la iglesia o a la actividad juvenil personas con algún tipo de discapacidad. Es
normal que surjan dudas sobre cómo tratarlas o ministrarlas: “¿Cómo lo
recibimos cuando llegan a la iglesia?, ¿Cómo lo alcanzamos para Cristo?
¿Cómo los incluimos en nuestros programas? ¿Qué actividades podemos
hacer que los incluyan?”
Incluimos este tema en el manual, con el objetivo de brindar algunas
herramientas a los líderes juveniles para recibir, tratar y ministrar de la mejor
manera posible a las personas que tengan algún tipo de discapacidad.
Sentando Bases
A la hora de planificar, muchas veces nos centramos en preguntas que
orientan nuestro accionar. Estas son: ¿QUÉ? ¿PARA QUIÉN? ¿CÓMO?
EL QUÉ, puede ser respondido con el objetivo que se persigue. Como
cristianos, nuestro principal objetivo es llegar a todos con el mensaje de
salvación, y luego enseñarles la vida cristiana, para llegar a ser
discípulos de Cristo.
El PARA QUIÉN, tiene que ver con las cualidades de la persona a
quien está dirigido el mensaje, por lo que tiene que adecuarse al
receptor del mismo. De allí surgen los distintos tipos de ministerio,
como niños, adolescentes, mujeres, hombres, etc. La idea o meta es
transmitir las enseñanzas y verdades espirituales de una manera
entendible y cercana a la realidad de cada persona.
EL CÓMO, son las estrategias, metodologías y recursos que se ponen
de manifiesto para conseguir el objetivo y están en función a los
intereses de quien recibe el mensaje. Ejemplo de estos es pensar en
redes sociales para jóvenes, juegos niños, etc.
Por ello, ante una persona con discapacidad, el mensaje debe mantenerse
como verdad, teniendo en cuenta las adecuaciones que se necesiten para que
le sea significativo, adecuándolo a su manera de entender, y esto nos llevara a
buscar herramientas para conseguirlo.
Muchas veces escuchamos el término “personas especiales” o “personas
con capacidades diferentes”. La realidad que debe primar es que, antes que
cualquier calificativo, son personas, individuos con alguna limitación, con
alguna discapacidad. Pero de ninguna manera la discapacidad define a la
persona como tal.
Es muy importante, como líderes, tener la visión que Dios tiene de las
personas desde la fundación del mundo: Para Dios no somos todos iguales, él
nos creó no igual a él, sino semejantes. Es una gran diferencia.
Ante las consideraciones que luego serán el cómo, esto no es siempre igual a
cada persona que tenga en común un tipo de limitación, son sólo conceptos
generales que nos ayudarán a conocer a la persona en su totalidad, más allá
de su limitación. A modo de ejemplo, podríamos compararlo con una persona
diabética. No podemos solo mencionar que es diabética, sino que esta
información nos será útil a la hora de adecuar los alimentos, acciones y ante
algún tipo de inconveniente, pero su condición física no es lo más importante.
Debemos ver, “no solo la nube, sino todo el paisaje”, es decir, no solo la
limitación, sino sus posibilidades.
Pasajes para leer y reflexionar: Efesios 4: 11; 1 Pedro 4:10; Romanos 12:3.
1 Pedro 4:10 dice “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los
otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de dios.” ¡Dios
es un dios creativo!
Algunos aspectos prácticos para tener en cuenta
Si una persona tiene discapacidad visual, entonces debemos pensar: “Es un
joven que puede escuchar el mensaje, pero tendrá limitaciones a la hora de
utilizar recursos como gráficos o imágenes”. Se debería contar (verbalizar)
lo que se está mostrando (en esta imagen se muestra un paisaje, un niño
andando en bicicleta etc.)
CÓMO AYUDAR A UNA PERSONA CON DISCAPACIDAD VISUAL:
Si estás con una persona con discapacidad visual, pregúntale si
necesita ayuda.
Para orientarla hacia algún sitio, ofrécele tu brazo o tu hombro. No la
sujetes ni la empujes delante de ti.
Para indicarle un asiento, acerca su mano al respaldo del mismo.
Ante una escalera, indícale si esta sube o baja, al mismo tiempo que
colocas su mano en la baranda.
La tecnología facilita el acceso de la información, que antes solo era a
través del braille, lo que implicaba una muy lenta y estorbosa manera
de obtener la información. Hoy existe La Biblia leída, una gran
variedad de audio textos y otros recursos muy útiles para enseñar a
personas con discapacidad visual.
Al momento de pensar cuál es el mejor lugar para su desarrollo
personal, esto variará de acuerdo al tipo de personalidad, sus
antecedentes, momento de la aparición de la discapacidad (puede ser de
nacimiento, en la temprana edad o como consecuencia de una
enfermedad o accidente, etc.) Por lo general están más cómodos en un
ambiente controlado y su fortaleza es todo lo que tenga que ver con el
lenguaje oral.
CÓMO AYUDAR A UNA PERSONA CON DISCAPACIDAD
AUDITIVA
Si una persona tiene discapacidad auditiva, entonces debemos pensar: “Es
alguien que puede tener acceso al mensaje oral o verbal, siempre que se
tengan en cuenta las siguientes consideraciones”:
Lo ideal sería contar con un intérprete de lengua de señas, pero por lo
general esto no es común en las congregaciones, entonces:
La persona que está hablando, debe estar cerca para que la persona
sorda pueda leer sin dificultad sus labios.
Posicionarse de frente, no hablar de espaldas o de costado.
Respetar los turnos para dirigirse a él o ella, ya que si dos personas
hablan al mismo tiempo, no puede llevar el hilo de la conversación.
Hablar claro, sin exagerar la modulación.
En caso de que no logremos entender algo de lo que dice, volver a
preguntar, esto demuestra interés.
Utilizar recursos visuales, simples y significativos.
Si necesitamos llamar su atención, hacérselo saber mediante un toque
suave en su hombro.
Hacer lo posible por utilizar las señas como lengua natural. Aunque no
lleguemos a ser intérpretes, sí podemos aprender algunas señas para utilizar al
momento de recibirlo. Esto demuestra interés y amor.
Por lo general, su fortaleza está en sus capacidades motrices, por lo que
pueden ser eficientes en muchas actividades planteadas, y no menospreciar su
posibilidad de planeación e intelectual, aunque requieran de más tiempo de
escucha para llevarlo a cabo.
CÓMO AYUDAR A UNA PERSONA CON DISCAPACIDAD MOTRIZ
Si una persona tiene discapacidad motriz, entonces debemos pensar: “Es un
joven que puede tener acceso al mensaje oral, al control del ambiente pero
necesita tener acceso a lugares comunes sin barreras u obstáculos, sobre
todo arquitectónicas o edilicias.”
Pensar en ambientes con el espacio suficiente para su traslado.
Adecuación de espacios vitales como el baño, entrada, circulación
dentro del salón, etc.
En el momento de entablar una conversación, es muy útil estar sentados
con él, esto hace referencia a una empatía que puede favorecer.
Si se moviliza en silla de ruedas, la pregunta correcta no sería “¿A
dónde te llevo?”, sino “¿A dónde quieres ir?” Esta sencilla pero
valiosa actitud pone a la personas en una situación de dignidad e
igualdad.
CÓMO AYUDAR A UNA PERSONA CON DISCAPACIDAD
INTELECTUAL
Si una persona tiene discapacidad intelectual, entonces debemos
preguntarnos: “¿Que puede hacer? ¿En qué etapa madurativa pareciera
situarse?”
No perder de vista su edad cronológica, ya que quizás su mente no
llegue a la madurez, pero su cuerpo puede actuar en relación a su edad
cronológica.
Recuerda que, si su edad cronológica es mayor a 12 o 13 años, no son
niños, sino adolescentes, jóvenes o adultos.
Habla con ellos directamente, y no con terceros acerca de ellos, a modo
de intérpretes o interlocutores. Busca la mejor manera que entiendan el
mensaje, el cual debe ser lo más claro y sencillo posible.

Por Belkis Daniele


[email protected]
Profesora en educación y rehabilitación de discapacitados visuales
Fundación Obra de Consolación
MINISTRACIÓN, RESTAURACIÓN Y
ACOMPAÑAMIENTO EN LAS
ADICCIONES
El término “adicción” se define como el hábito que domina la voluntad de
una persona. Es una conducta compulsiva, que lleva a la dependencia de una
sustancia, actividad o relación.
Existen personas adictas al deporte, al trabajo, a la pornografía, y otras. La
más reconocida de las adicciones y, a su vez, la más estigmatizada y
condenada por la sociedad es la adicción a las drogas y a las bebidas
alcohólicas.
Todo apego desmedido a cualquier cosa es dañino. Sería poco prudente
catalogar a una adicción como más perjudicial que otra. Todas presentan
riesgos e implican determinadas consecuencias. Dicho esto, es importante
reconocer que, en la adicción a las drogas y a las bebidas alcohólicas, las
consecuencias son mucho más evidentes, inmediatas y notorias. Además,
éstas impactan en el individuo consumidor y en todo su entorno, en el ámbito
físico, familiar, social, relacional, laboral, etc.
En el presente escrito, proponemos una serie de ideas para orientar a líderes
juveniles en la ministración, restauración y acompañamiento de personas con
problemas de adicciones. Entendiendo que la preparación para esta tarea es
de suma importancia en los tiempos que corren, donde las cifras y estadísticas
sobre el consumo de sustancias son alarmantes, afectando particularmente a
nuestros jóvenes y adolescentes. Afortunadamente, tenemos un Dios grande,
poderoso y hacedor de maravillas, que puede restaurar al 100% aquello que
considerábamos imposible o ya dábamos por perdido. 2 Corintios 5:17 dice
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” ¡Aceptemos el desafío!
El Pastor Darío Montagno (ex adicto recuperado y fundador del Centro de
Ayuda al Adicto), en su libro Lázaro, ¡tú puedes!, señala que en la
recuperación del adicto son necesarios tres elementos: a) un encuentro
genuino con Jesús por parte del adicto, b) el acompañamiento y apoyo de los
familiares, amigos, líderes y hermanos y c) la voluntad y el deseo de cambiar
por parte de la persona implicada.
Sin una experiencia auténtica con Jesucristo y con el poder renovador de su
Espíritu Santo que traiga convicción a la vida de la persona, la tarea se vuelve
irrealizable y desalentadora con el tiempo. Para que, como dice Romanos
12:2, la persona sea “transformada por medio de la renovación de vuestro
entendimiento, para comprobar cuál sea la buena voluntad de Dios,
agradable y perfecta.”
Así mismo, es indispensable que el entorno familiar y afectivo del adicto en
recuperación lo apoye y aliente en el proceso, sin juicios ni condenaciones.
Finalmente, de más está decir, la inminente responsabilidad del individuo en
cuestión, quien debe desear verdaderamente un cambio de vida y poner de
toda su voluntad para lograrlo.
En este sentido, podemos pensar tres momentos o etapas de nuestra tarea con
el adicto:
MINISTRACIÓN
Es la primera etapa. Cuando el adicto llega a nosotros en busca de ayuda, o
nosotros nos acercamos a él o ella para compartirle el mensaje de Jesús.
En este primer momento debemos hacer hincapié y apuntar a que la persona
tenga ese encuentro con Jesús que antes referimos, como la base o punto de
partida para encarar el proceso. Es cierto que esto no será algo que nosotros
podemos producir, pero sí es nuestra responsabilidad hacer todo lo que esté a
nuestro alcance para guiarlo y conducirlo a ese momento y experiencia
única, que es el encuentro personal con Jesús.
Luego de concretar el plan de salvación, la oración de arrepentimiento y
renuncia por parte de la persona, es imprescindible la guerra espiritual y la
liberación, ante posibles herencias generacionales negativas de vicios,
alcoholismo, drogadicción, etc. Tenemos que saber que Dios nos ha dado la
autoridad, como dice Mr. 16: 17-18: “Y estas señales seguirán a los que
creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará
daño; sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán.”
Un encuentro verdadero con el amor del Señor producirá en la persona un
profundo deseo de cambiar su vida, la convicción de pecado, el rompimiento
de toda atadura y ceguera espiritual, la sanidad de todas las heridas y raíces
de amargura, la apertura de su entendimiento y la llenura del Espíritu Santo
para transformar la persona de manera integral. Pasando en limpio diremos
que, antes de aleccionar a la persona, de abrumarla con consejos y palabras,
debemos ministrarla, guiarla hacia el encuentro con Jesús.
RESTAURACIÓN
Luego de que la persona ha tenido el maravilloso y transformador encuentro
con Jesús, y ha experimentado su amor, recibiendo nuevas esperanzas y con
su mente renovada, es el momento de ir a lo profundo. Aquí si empieza la
etapa de discipulado y pastoreo de la persona: su instrucción en la Palabra de
Dios, la consejería, y el seguimiento continuo. En este sentido, existe gran
cantidad de material específico para el tema, al que podemos acceder. Como
líderes debemos estar preparados y por lo tanto es nuestra responsabilidad
formarnos de la mejor manera posible.
Se pueden realizar reuniones o células semanales, específicas para personas
con esta problemática. Compartir una lección breve, un momento de oración
y de ministración. También es indispensable brindar un tiempo en el que la
persona en recuperación pueda expresar sus ideas, temores, frustraciones; un
tiempo para escucharlos. En muchos casos se sugiere encuentros
personalizados con la persona antes de pasar a una clase de discipulado o
reunión con otras personas. Aquí es de suma importancia, como ya hemos
mencionado, el compromiso de la persona y disposición para enfrentar este
largo camino. En este proceso la persona irá abandonando paulatinamente sus
hábitos, hasta renunciar a ellos por completo y ser restaurado integralmente.
Aunque obviamente nuestra tarea no finaliza allí.
El Pastor Darío Montagno en su manual ¡Se puede dejar! da una serie de
consejos prácticos a tener en cuenta a la hora de acompañar al adicto en este
proceso de restauración:
Escuchar siempre a la persona, no sólo hablar y aconsejar.
Compartir lecciones sencillas, breves, en un lenguaje claro y simple.
Prepararse en ayuno y oración para enfrentarse a esta tarea puramente
espiritual.
Ser prudente con las posibles caídas. Actuar con firmeza, pero no con
rudeza, condenando a la persona.
Buscar ayuda profesional. Es fundamental la guía y el acompañamiento
de personal profesional capacitado: psicólogos, médicos, asistentes
sociales, etc.
ACOMPAÑAMIENTO
Luego de que la persona ha sido restaurada y ha logrado abandonar los
hábitos de su vieja vida, la tarea no finaliza. En este sentido, la familia, los
amigos y los hermanos de la iglesia local deben acompañar a la persona para
cuidar y mantener el cambio que se ha logrado.
Como sabemos, las caídas luego de la restauración no son lo más deseable,
pero a menudo ocurren y son una realidad. Debemos estar preparados, no
desanimarnos, ni adoptar una actitud demasiado rígida con la persona,
aunque si debemos advertirle que debe comprometerse para no volver a caer.
Debemos estar dispuestos a dar de nuestro tiempo, a acudir en momentos
inesperados, a prestar nuestro oído cuando la persona sea presa del desánimo.
Entendamos que no es una tarea sencilla ni un cambio instantáneo. Es un
proceso largo, pero cada vida vale la pena y merece todo nuestro esfuerzo y
compromiso. Sabemos que Dios es el que pelea y el hará todas las cosas.
Finalmente, concluiremos señalando una serie de orientaciones que el líder o
pastor debe tener cuenta al aceptar el desafío de ministrar a personas con
problemáticas en adicciones:
• Ministrar desde el amor: Ese ingrediente que no puede faltar en
nuestro liderazgo. Nos puede faltar gracia, carisma, elocuencia, pero
jamás amor. Pablo le dice a Timoteo que corrija con mansedumbre (2
Tim 2:25). Un adicto no necesita alguien que lo condene o le esté
recriminando constantemente sus errores. Necesita comprensión,
afecto, contención.
En mi experiencia como adolescente adicto a la marihuana, al alcohol y
al tabaco, puedo agradecer el infinito amor y paciencia con el que mis
padres me trataron, aun siendo ya pastores, entendieron que Dios me
traería nuevamente con lazos de amor, a su tiempo. Siempre
aconsejándome, con disciplina, pero siempre con mucho amor y
comprensión.
• Desembarazarse de prejuicios: Muchos prejuicios o “mitos” no nos
permiten entender al adicto y a las adicciones a fondo. Suelen decirse
conjeturas tales como “la droga es un flagelo de los sectores pobres y
carenciados”, “los adictos provienen de familias sin amor”, “el
adolescente recurre a las drogas porque sus padres están ausentes”,
etc. Las causas son siempre muy variadas y debemos estudiar cada caso
con detenimiento.
• Ser franco y auténtico: Muchos líderes pretenden caer simpático a las
personas, adoptando su lenguaje callejero o pretendiendo imitar
determinadas actitudes para aparentar “estar en la onda”. Esto a
menudo produce el efecto inverso en la persona. Seamos nosotros
mismos, hablemos con claridad y transparencia. Seamos genuinos.
• Indagar en el ámbito espiritual de la familia de la persona afectada:
Como sabemos, las herencias generacionales tienen mucho peso e
influencia en las personas. Si ha habido una seguidilla de adicción a las
drogas y alcoholismo en los padres y abuelos, debemos saberlo, para
reprender y hacer renunciar a la persona a esas herencias negativas.
Aceptemos este maravilloso desafío. Dios nos allanará el camino y las vidas
serán conmovidas por su obrar. Nuestra tarea será acompañar a las personas
en su proceso de libertad y brindar amor, contención y compasión a las
nuevas almas que Dios ponga a nuestro cuidado. ¡Adelante!

Fuentes bibliográficas:
“Lázaro ¡Vos podés!” - Montagno, Darío Hernán. Editorial Sagepe.
2010.
“¡Se puede dejar!” - Montango, Darío Hernán. Editorial Sagepe. 2009.
DESCUBRIENDO EL VALOR DE LA
VIDA
Cómo identificar y ministrar a personas con tendencia suicida

“Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas


obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en
práctica.” (Efesios 2:10 - NVI)
“Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré,
pues, hombres por ti, y naciones por tu vida.” (Isaías 43:4)
La ciencia, a menudo, hace referencia a la supuesta irracionalidad del
cristianismo, particularmente con respecto a la perspectiva bíblica de los
orígenes del mundo y la vida.
Paradójicamente, las explicaciones científicas acerca del universo y su
conformación, están llenas de incertidumbres y son tanto más irracionales. La
teoría predominante, la del Big Bang, postula que el universo, tal como lo
conocemos hoy, se originó a partir de sucesivas “expansiones” que lo
llevaron de un estado inicial de densidad, a su dispersión y separación en
galaxias y planetas; entre ellos: la tierra. Luego, años de evolución habrían
generado la vida con toda su diversidad hoy conocida.
Para muchos eruditos, entonces, nuestra existencia sería fruto de un
accidente. Sin embargo, resulta mucho más improbable que toda nuestra vida
haya surgido de esta manera azarosa.
El ser humano es maravillosamente complejo, no sólo por su composición
biológica. El hombre es capaz razonar, imaginar, crear, experimentar el amor,
la euforia, la tristeza, el placer. El hombre es indiscutiblemente un ser
espiritual. Desde tiempos muy antiguos el hombre ha tenido necesidad de
Dios y de vivir experiencias sobrenaturales. Es evidente que toda esta vida no
puede ser producto de una mera casualidad.
Los cristianos sabemos, a través de la Palabra de Dios, que el universo, el
mundo y la humanidad estuvieron siempre en los planes de Dios, en su
corazón. Tu vida también fue pensada por el Padre mucho antes de que
vengas a este mundo. No tendría sentido pensar que eres fruto del azar y la
casualidad. Estás en este mundo por una razón, y una razón muy importante.
Sabemos también que como cristianos tenemos esperanza en una vida eterna
más allá de este mundo, la cual es mucho más valiosa y perfecta. Pero esto no
significa que debamos aborrecer la vida terrenal. Dios tiene propósitos para
este tiempo y este lugar, él te ha dado la vida para que la disfrutes, cumplas
tus sueños y seas victorioso. David decía en el Salmo 27:13: “De una cosa
estoy seguro, he de ver la bondad del Señor en la tierra de los vivientes”
(NVI).
Tu vida es un tesoro muy preciado, como dice Isaías 43, Dios te escogió entre
las millones de personas que habitan el planeta, para una misión muy
especial. Fuiste comprado a un alto precio, eres muy valioso, y puedes
entenderlo por varias razones:
1) No eres una pluma flotando en el viento (Sal 139:15- 17)
No sólo la creación y el universo estaban en los planes de Dios. Cada ser
humano fue hecho por algo. Tu vida estaba en sus planes. Puede que te hayan
dicho lo contrario: que eres un accidente, un error, un descuido. Pero aún esas
circunstancias negativas, fueron pensadas por el Señor para que tú vinieras a
este mundo y cumplieras con el destino que el ya escribió.
Siempre disfruté de la vieja y galardonada película “Forrest Gump”. La
historia es bien interesante: nos cuenta acerca un niño hijo de madre soltera,
con problemas de crecimiento y dificultades intelectuales. Su futuro parecía
sombrío. Con todo, Forrest fue una estrella universitaria de fútbol americano,
héroe de guerra, campeón mundial de ping-pong y dueño de una compañía
pesquera multimillonaria. En esta ficción observamos que, pese a las
dificultades, el destino de este hombre era de éxito. Él supo sortear los
problemas y los obstáculos, para alcanzar su destino. Forrest se muestra muy
creyente a lo largo del film: afirmaba que iría al cielo y cantaba en él coro de
la iglesia protestante de su ciudad, a la que donó mucho dinero. Sin embargo,
la frase con la que el personaje culmina la película nos deja cierto sinsabor e
incertidumbre: “Al final no sé si todos tenemos un destino, o simplemente
somos plumas flotando en el viento”.
Nosotros, como hijos de Dios, conocemos la respuesta: no somos plumas
flotando en el viento, a merced del azar y las casualidades. Sabemos que
efectivamente tenemos un destino, aquel que Dios escribió para nosotros. El
Salmo 139:15, dice: “Mis huesos no te fueron desconocidos […], todo estaba
ya escrito en tu libro, todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía
ninguno de ellos.” (NVI)
Viniste a este mundo porque Dios así lo quiso, con un propósito específico y
un destino maravilloso. No eres una pluma flotando en el viento.
2) Dios creó todas las cosas para que las disfrutes (Ecl 3:12-15, Gn 1:28,
Sal 27:13)
Como ya dijimos, nuestra esperanza más grande está puesta en la vida eterna,
después de nuestra existencia en esta tierra. Pero esto no significa que no
debamos agradecer a Dios por los años que él nos regale en este mundo. Y
aprovecharlos al máximo para disfrutar de las cosas buenas que él creó y
gozar de la vida haciendo su voluntad.
El libro de Eclesiastés dice “Sé que no hay nada mejor para el hombre que
alegrarse y hacer el bien […], Es un don de Dios que el hombre pueda comer
y beber, y disfrutar de todos sus afanes…” Hay muchas maravillas en este
mundo para disfrutar: la belleza de la naturaleza, la amistad, el amor, el
matrimonio, el trabajo, los viajes, etc. Dios quiere verte feliz y gozoso,
agradecido por todo lo bello que él creó. Puedes ser feliz y disfrutar de todas
estas cosas buenas, sin desviarte de los planes del Señor.
El libro de Génesis dice que el Señor nos puso en medio de la creación para
que la administremos y disfrutemos: “Dios creo al hombre y a la mujer a su
imagen y los bendijo con estas palabras: Sean fructíferos y multiplíquense,
dominen a las aves del cielo y a los peces del mar…” (Gn. 1:28). Como
podemos observar, Dios nos dio el papel protagónico en su creación. Es su
voluntad que seamos felices y nos gocemos en ella.
La vida de un cristiano, además, está llena de emociones: los viajes, los
campamentos, las campañas, el desafío de salir al mundo a predicar las
buenas nuevas, la experiencia inigualable de ver el obrar sobrenatural del
Espíritu Santo, y tantas cosas más que no cualquier persona tiene el privilegio
de experimentar.
Es verdad que en la vida eterna nos espera un galardón, una recompensa.
Pero aún en este mundo hay muchas promesas de parte de Dios para nuestra
vida y bendiciones que él quiere darnos. Así como decía el salmista: “Sé que
veré la bondad de Dios en la tierra de los vivientes.”
3) Eres el mejor en la tarea que Dios te asignó. (Efesios 2: 10)
Todos tenemos virtudes y defectos. Algunos tenemos determinadas aptitudes
y facilidades para realizar ciertas tareas o disciplinas, y para otras cosas no
somos tan capaces. Pero el Señor nos asignó a cada uno un propósito
particular. Tu propósito no es negociable ni transferible. Es algo que sólo
nosotros podemos concretar. No hay nadie mejor que tú para concretar ese
sueño que nació en el corazón de Dios para tu vida.
Eres el mejor en ese propósito, el único capaz de realizarlo y llevarlo a cabo
con éxito. No hay nadie mejor que tú para cumplir con ese llamado misionero
en áfrica, con ese pastorado en tu ciudad o barrio, con ese liderazgo juvenil,
el ministerio de niños en tu congregación, o con ese proyecto musical de
adoración.
Leemos en Efesios 2:10 “Somos hechuras de Dios, creados en Cristo Jesús
para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las
pongamos en práctica.”
Fuimos creados para lo bueno, lo agradable. Fuimos hechos para llevar luz,
paz, felicidad y amor al mundo. Dios sólo espera que te actives y pongas
manos a la obra. El no dejará de respaldarte. Si ya conoces el propósito de
Dios para tu vida, debes empezar a caminar hacia ese sueño con acciones
concretas. Sin aún no lo sabes, hoy puede ser el día en el que Dios te lo
muestre. No hay nadie que pueda hacerlo tan bien como tú. Eres el más capaz
y talentoso en ese sueño que Dios te asignó.
4) Eres de inspiración para otras vidas (Mateo 5: 14)
No hay nada más emocionante que descubrir que con tu ejemplo estás
afectando positivamente la vida de otras personas. Eso ocurre cuando Dios
comienza a usarte.
Jesús, en Mateo 5:14, les dijo a sus discípulos algo muy bello “Ustedes son
la luz del mundo.” Estas palabras son también para ti. ¿Alguna vez te habían
hecho un cumplido tan hermoso? Me gustan estas palabras porque no dicen
simplemente que traemos luz al mundo, dejando abierta la posibilidad a que
muchas otras cosas iluminen junto a nosotros, sino que dicen que somos la
luz del mundo, lo que nos da la exclusividad.
La luz no se esconde, también dijo Jesús. No te avergüences, ni te sientas
menos. Tienes un gran potencial para ser luz y para que a través de tu vida
muchos conozcan del Señor y sus vidas sean transformadas, recibiendo
nuevas esperanzas.
En el mundo hay mucha gente sin esperanza que te necesita. Hoy en día el
desgano, la depresión y el suicidio están amenazando la vida de nuestros
jóvenes.
Puede que tú mismo estés pasando por una situación similar. En la vida,
todos debemos enfrentarnos a distintas pruebas y dificultades que, muchas
veces, surgen repentinamente. Muchas de estas circunstancias inesperadas y
dolorosas pueden llevarnos a la depresión o a sentir que nuestra vida ya no
vale la pena, por ejemplo un ruptura sentimental, la pérdida de un ser
querido, una enfermedad, la separación de los padres, el consumo de drogas o
alcohol, sentimientos de culpa, raíces de amargura, falta de perdón,
discriminación, rechazo, traumas infantiles y cuántas otras razones más...
Todas estas circunstancias pueden generar mucho dolor, pánico, tristeza y
desolación. Lo importante es comprender que todos debemos pasar por este
tipo de situaciones límite en algún momento de nuestra vida. No debemos
dejar que nos afecte al punto de despreciar nuestra vida. NADA es más
importante para ti que tu propia vida y la misión que ella conlleva. Siempre
puedes empezar de nuevo. Y si aún no has cumplido tu propósito, tienes
muchas razones para seguir luchando. Ni una relación sentimental, ni un
trabajo, ni la opinión de los demás, ni tu aspecto físico son más importantes
que eso.
Si te sientes identificado con alguna de estas situaciones, o conoces a alguien
que está atravesando por algo parecido, es importante estar atento a distintas
señales que pueden indicar que estamos pasando por un período de depresión:
Algunos criterios para identificar estas tendencias depresivas y suicidas
son:
Descuido personal. Una persona que vive en la depresión y el desgano,
abandona su cuidado personal. Se caracterizan por ser desaliñados,
sucios, etc.
Trastornos de alimentación. Comer en exceso o abstenerse de comer.
Gula, bulimia, anorexia.
Carencia de proyectos y ambiciones. Estas personas no tienen
motivaciones, sueños ni planes. Abandonan sus trabajos y estudios.
Estos son algunos indicadores, alarmas y alertas que nos indican que estamos
atravesando por un período de depresión que con mucha frecuencia viene
acompañado de episodios violentos, de auto flagelación y tendencias
suicidas. Es importante buscar ayuda de inmediato. Podemos pensar algunas
soluciones y medidas a tomar:
En primer lugar debemos entender que, como toda realidad perversa,
hay un trasfondo espiritual detrás de toda persona depresiva o con
tendencia suicida.
Es importante indagar en el entorno familiar. Investigar la historia de
padres y abuelos. El suicidio y la depresión responden a herencias o
maldiciones generacionales.
La guerra espiritual es fundamental. El depresivo requiere de liberación
y sanidad interior.
Es importante, a su vez, acompañar a la persona. Rodearla de cariño y
contención.
Recuerda que Dios nunca te desampara y, por dura que sea tu realidad, él te
levantará una y otra vez, porque tu vida es el tesoro más valioso que posees, y
Dios no permitirá que nada te ocurra hasta que cumplas con tu propósito.
De esta manera empezaremos a entender y descubrir lo valiosa que es nuestra
vida y la vida de quienes nos rodean. Eres un instrumento precioso en manos
del Señor, capaz de llevar esperanza, liberación y sanidad a los que se
encuentran desconsolados.
Conclusión
Tu vida no es una mera casualidad. Tienes un destino maravilloso. Hay
muchas cosas hermosas en este mundo que Dios te ha dado para que
disfrutes.
Valora tu vida, tus amigos, tu familia, tu trabajo. No dejes de pelear por tus
sueños y los propósitos que Dios pensó para tu vida, aquellos que sólo tú
puedes realizar. Entonces tu vida empezará a ser de bendición para otras
vidas, y con tu testimonio muchos recuperarán las esperanzas y las ganas de
vivir.
ABUSO SEXUAL:
COMPRENSIÓN Y AYUDA A LA
VÍCTIMA
Es necesario empezar tan difícil tema con una comprensión de este flagelo
desde la niñez inocente e indefensa, ya que un adolescente tiene otros
mecanismos de defensa. (Hebreos 4:16)
La mayoría de los adultos víctimas no revelaron su abuso a nadie mientras
eran niños. Muchos adolescentes y jóvenes no saben que sus “síntomas”
obedecen a un pasado infantil de trauma.
El síndrome de acomodación
Es una serie de comportamientos estudiados por el Dr. Roland Summit que
presentan la mayoría de los niños víctimas de abuso sexual. Permite entender
mejor las reacciones de los niños abusados y responder correctamente frente
a las mismas sin juzgarlos. No se da en todos los casos y por tal razón no se
debe generalizar a todos los niños.
Consta de 5 etapas:
1. Secreto
2. Desamparo
3. Entrampamiento y acomodación
4. Revelación tardía, conflictiva y no convincente
5. Retractación
Etapa 1: SECRETO
Es la estrategia de control utilizada por el abusador. Es tanto la fuente de
terror como la fuente de seguridad. En caso de que piense en denunciar, el
temor a que no le crean o que las amenazas del abusador se cumplan lo llevan
a guardar silencio. Este silencio lleva al niño a un auto-exilio por la confusión
y el temor de su situación.
Qué hacer: Sé un referente de seguridad y comprensión para el niño, hable
con él o ella de este tema y hazle saber que siempre podrá contar contigo,
pase lo que pase.
Etapa 2: DESAMPARO
El niño promedio cree lo que el adulto le dice, es por esta razón que no
concibe el contradecirlo, y se siente profundamente desamparado frente al
abuso.
El adulto suele preocuparse por el niño en sus necesidades básicas, pero suele
ignorarlo cuando éste habla, momento en el cual podría detectarse el abuso.
Los adultos tienden a menospreciar el desamparo y a condenar quienquiera
que se someta muy fácilmente ante la intimidación. Se debe recordar que la
acción sin palabras o el gesto de un padre es una fuerza absolutamente
irresistible para un niño, y la amenaza de perder el amor o la seguridad
familiar es más atemorizante para el niño que cualquier amenaza de
violencia.
Al sentir que no cuenta con nadie, comienza a desarrollar mecanismos para
sobrellevar el abuso.
Qué hacer: Intenta acercarte al niño para que confíe en ti y crea en que tú le
ayudarás y no lo abandonarás.
Etapa 3: ENTRAMPAMIENTO Y ACOMODACIÓN
El abuso suele ser crónico debido a la facilidad de su ocurrencia, por el
silencio del niño y al desamparo del adulto. La única opción saludable que le
queda al niño es aprender a aceptar la situación y sobrevivir.
El niño no puede asimilar que el adulto que respeta y ama es malo, por ese
motivo la única conclusión a la que puede llegar es que el malo es él mismo.
Se inicia un proceso de odio a sí mismo, por la culpa de propiciar el abuso o
de no poder detenerlo, llevándolo a comportamientos autodestructivos
(laceración, drogas, promiscuidad, bulimia, etc.)
El niño comienza a comportarse mal, agresivo o depresivo, con el fin de
probar que es malo y alejarse aún más de la gente.
Qué hacer: No te dejes provocar por el mal comportamiento del niño, hazle
saber que es bueno y que los ama sin importar qué haga.
Etapa 4: REVELACIÓN TARDÍA, CONFLICTIVA Y NO
CONVINCENTE
La mayoría de las veces el abuso no es descubierto. Los casos que sí se
develan suelen ser luego de muchos años, y el comportamiento del niño pone
en tela de juicio su veracidad. Debido a la fachada del abusador, de una
persona buena, honesta o buen padre, hacen que la denuncia no sea creída. El
niño es sometido a toda clase de cuestionamientos e interrogatorios que lo
lastiman nuevamente y cumplen las amenazas del abusador.
Qué hacer: Siempre cree al niño (o adolescente). Son muy pocos los casos
de denuncia falsa. Acompáñalo en el proceso y recuérdale siempre que estás
con él, que le crees y que lo quieres.
Etapa 5: RETRACTACIÓN
En medio de la denuncia, el niño siente que las consecuencias que esta
situación trajo a la familia son su culpa.
Se vuelven a invertir los roles, por la crisis que el develamiento ocasiona en
los padres, y el niño, como mecanismo de supervivencia, puede llegar a
sostenerlos psíquicamente.
A menos que haya un apoyo especial para el niño y una intervención
inmediata para forzar la responsabilidad del abusador, el niño seguirá el curso
“normal” y se retractará de su denuncia. El niño “admite” que inventó la
historia.
Esta simple mentira tiene más credibilidad que todo lo dicho. El confirma las
expectativas adultas de que no se puede confiar en los niños.
Qué hacer: No juzgues al niño, explícale que le crees, diga lo que diga.
Explícale a los padres la situación por la que el niño está pasando, para que
puedan darle la seguridad necesaria para mantener su denuncia. Ten
paciencia con el resultado. Quédate presente.
ESTRUCTURA DEL ABUSO
El padre o líder tiene que decodificar, debe hacer educación sexual. ¿Cómo
sabe un niño abusado que lo que le hicieron está mal? Si no lo sabe es porque
no fue enseñado.
Cuando se denuncia el abuso, es lo que dice el niño, no es la pregunta
inductiva del adulto.
El hipotálamo es una importante región de nuestro cerebro que coordina
aspectos fundamentales del cuerpo como lo son las emociones,
la temperatura del cuerpo, parte de los esfínteres, el hambre, la sed, entre
otros. Esta área del cerebro tiene como principal función regular aquellas
características del cuerpo que no son controladas a voluntad; por el contrario,
son las que por naturaleza, por lógica o por instinto, sentimos. Por ejemplo, si
una persona no toma agua, el cuerpo se deshidrata. Entonces el hipotálamo
envía señales de sensación de sed para alertar que se debe ingerir líquido para
mantener el cuerpo sano. Recibe toda la información del medio ambiente y se
desarrolla de acuerdo a ello. Por eso es que hay niñas que actúan como
adultas.
Es necesario dar educación sexual a los niños, de acuerdo a su edad, para que
el hipotálamo revierta la información recibida en el abuso, de tal manera que
pueda producir el cambio de conducta necesario.
Aprender mal y tratar de reinscribir algo bueno lleva mucho tiempo.
• El abuso siempre fracciona la mente.
• Sin Dios no hay salida del abuso. (Sal.23:1-3)
• El abuso incentiva glándulas en el cuerpo.

¿Cómo se sabe cuándo una persona ha salido de un estado de


víctima?
Etapa 1: DESCUBRIR
La persona tiene que exteriorizarlo: hablar, llorar o contarlo.
El abusador planifica entre 6 y 7 meses (la busca, regalos, etc.)
El abusador crea un sistema de confianza.
Hay que desocultar el abuso, descubrirlo.
Orar por liberación y perdón. (Mr.11:25,26)
Etapa 2: RESOLVER
Tirar frases que determinen final de la anterior. Por ejemplo: “No
podemos borrar lo que pasó pero hoy vamos a…”
Aprender a decir “NO”.
Hoy determinas… (Sal. 10:14,15,18)
Etapa 3: RESIGNIFICAR - ARGUMENTOS
¿Qué cosas crees que te quedaron sin resolver? (anotar)
¿Qué es lo peor que te puede pasar?
Denunciar el maltrato infantil es una obligación.
Cuando el abuso se trata de menores hay que denunciar.
Cuando el abuso se trata de adultos hay que gestionar. La persona
víctima debe tomar la decisión y denunciar.
Terapia del buen trato para contrastar el maltrato y abuso
Reconocer al niño como una persona merecedora de respeto.
Transmitirle al niño que es un niño o una niña normal.
Declararle que es valioso o valiosa.
Demostrarle que sí existen personas mayores que son confiables.
Proceso de restitución de la dignidad
Participación en un grupo con valores altruistas y solidarios.
Mejor conocimiento de sí mismo.
Creencias que dan sentido al sufrimiento y fomentan la esperanza.
Resiliencia es la capacidad para afrontar la adversidad y lograr
adaptarse bien ante las tragedias, los traumas, las amenazas, etc. Es la
habilidad para resurgir de la adversidad, adaptarse, recuperarse y
acceder a una vida significativa y productiva.
Visualización del futuro.
Fomentar el humor.
Despertar el interés por el arte y las experiencias creativas.
Alentar a la coparticipación (mutualidad/autoayuda).

Por Hilda Ledesma


Pastora de la Iglesia Catedral de la Alabanza
Operador Social y Técnico en Niñez y Familia
Córdoba, Argentina
Bibliografía
T.S Ruth Noemy Sánchez, Asoc. Civil Hombres y Mujeres por la
Nación
Guillermina Graciano, Psicóloga social- Fundación Palestra
Renay West, misionera, escritora
Abuso sexual/ Abuso sexual en la infancia- Asegurar Justicia
Sanando las heridas del corazón de los niños- Trauma Healing Institute
CUTTING: CONDUCTAS
AUTOLESIVAS
“He visto su conducta, pero lo sanaré y le daré descanso y tranquilidad
completa. Yo consolaré a los tristes” Isaías 57:18 (DHH)
“Comencé a cortarme a los diez años más o menos, lo veía como una
satisfacción, me aliviaba cortarme. Tenía problemas familiares, pero después
tomé conciencia y me di cuenta que me hacía mal”.
Juan, de 17 años
Juan estuvo realizando esta práctica durante 4 años, lo hacía sólo en su
habitación. “Cuando falleció mi abuelo, estaba a punto de cortarme cuando
entró mi hermana. Me preguntó que hacía y le conté que era una forma que
tenía de aliviar el dolor. Mi hermana me habló y prometí no hacerlo más”,
relató.
Por otro lado Ana, de 15 años, nos cuenta que le enviaba fotos a su novio,
con las marcas de autolesión que se había realizado, para que se sintiera mal
y no la dejara, como un modo de manipulación.
Así como el caso de Juan y Ana, hay muchos niños, niñas y adolescentes que
recurren al “cutting”, o autolesión, una práctica cada vez más recurrente que
preocupa a la comunidad escolar, a las familias e iglesias.
¿QUÉ ES EL CUTTING?
El cutting, también llamado self injury, se refiere a la automutilación o cortes
en la piel que algunas personas realizan de manera intencional, sin el
propósito inmediato de atentar contra su vida. En muchas ocasiones estos
cortes se convierten en una conducta mal adaptativa y repetida.
¿Por qué se autolesionan?
En la mayoría de los casos que hemos podido observar a través de los
diferentes talleres realizados en escuelas, como así también encuestas y
testimonios en primera persona de quienes transitan por esta práctica, nos
manifiestan que se cortan o autolesionan cuando se sienten tristes, solos,
enojados, ansiosos, estresados, impotentes o preocupados. Es importante
comprender que se trata de un comportamiento mediante el cual tratan de
exteriorizar un dolor interior, emocional, expresándolo a través un dolor
físico, como una forma de comunicación no verbal.
¿Cuáles son algunas de las causas?
Las causas son muy diversas, pero, en las encuestas obtenidas, la mayoría de
aquellos que se autolesionaban era por problemas familiares, falta de
comunicación con sus padres, por haber sufrido bullying en la escuela, por
sentirse rechazados, la baja autoestima, la falta de motivación, en algunos por
casos de trastornos de estrés postraumáticos y situaciones de abuso sexual o
emocional, peleas con la pareja, entre otras. Es importante también tener en
cuenta que se encuentran en un proceso de cambios, tanto físicos como
emocionales. Están en medio de una transición de la niñez a la adolescencia,
y los cambios hormonales también juegan un papel preponderante, como así
también la afirmación de su identidad.
Algunas estadísticas:
Según el último relevamiento que realizamos a través del Programa “Talento
sin Drogas”, de Fundación El Camino, en la ciudad de Maipú (Mendoza –
Argentina), donde se trabaja en articulación con más de 40 escuelas
secundarias y primarias del departamento, sobre 282 estudiantes de cuatro
escuelas secundarias y una primaria, obtuvimos que el 18,8% del total de
encuestados expresaron que se autolesionan:

Encuesta realizada por el programa TSD en Maipú, Mendoza – Argentina (Noviembre 2017)

Se observa que la mayoría tiene 15 años de edad, representando un 30,18%


del total. Luego siguen los de 14 años, con 22,64%. También podemos ver
que niños de 10 y 11 años recurren cada vez más a esta práctica.

Encuesta realizada por el programa TSD en Maipú, Mendoza – Argentina (Noviembre 2017)
De los jóvenes y adolescentes que se autolesionan el 71,70% son mujeres, y
un 28,30% son varones.

Encuesta realizada por el programa TSD en Maipú, Mendoza – Argentina (Noviembre 2017)

Señales de alerta para padres y líderes juveniles


Algunas de las señales de alerta que deben considerarse a la hora de advertir
y abordar esta problemática, es cuando observan que el niño y/o adolescente
tiene elementos cortantes (como cutter, vidrios, navajas, cuchillas, metales
filosos, agujas, alfileres, etc) entre sus cosas personales o en su habitación.
También es una señal de advertencia cuando se observan constantes y nuevas
cicatrices en sus muñecas, antebrazos, piernas o en la ingle. Así como
rasguños en la piel, pérdida del cabello o moretones en los nudillos. Éstas
también son señales de autolesión, golpeando los puños contra la pared,
arrancándose parte de sus cabellos, quemaduras, mordeduras.
También es importante observar los cambios repentinos de conductas y
estados de ánimo, tales como aislamiento constante e irritabilidad, los cuales
son algunas señales emocionales que algo está pasando.
¿Qué podemos hacer desde nuestro lugar?
Creo que es importante reconocer que todos podemos ser parte de la ayuda
que el niño o adolescente necesita. Muchas personas a veces no quieren
involucrarse, porque no se sienten preparadas o capacitadas para abordar tal
problemática. Si bien es cierto que hay algunas patologías que necesitan una
derivación médica para su urgente intervención, nosotros podamos tener en
cuenta las señales de alerta recién mencionadas, para poder intervenir desde
nuestro lugar, escuchando primeramente, brindando acompañamiento y
contención, fortaleciendo su autoestima, y en los casos que no quieran
hablan, animarlos a pedir ayuda, a que puedan hablar con sus padres y/o
algún líder referente de confianza dentro de la iglesia o escuela acerca de la
problemática que están atravesando, como así también realizar las
derivaciones que sean necesarias a los profesionales de la salud.
Salmos 147.3: “Él sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas.”
Como líderes espirituales tenemos además la responsabilidad ante Dios de
velar y orar por nuestros adolescentes y jóvenes, y acompañarles en este
proceso tan importante en sus vidas, en el que están reafirmando su identidad.
Por esto considero que es de vital importancia ayudarles a fortalecer su
relación con Dios y su identidad como hijos de Dios. Debemos evitar todo
tipo de señalamiento o juicio hacia alguien que está realizando esta práctica.
Todo lo contrario, debemos mostrarles por sobre todo el amor de Dios, que es
el único refugio que su alma y corazón necesitan para ser sanados y
restaurados.

Por Damián Ortiz


Líder juvenil del Ministerio El Camino hacia Dios
Profesor de Matemática
Operador Educativo Social en Prevención de Drogodependientes
Coordinador del Programa Talento sin Drogas
Mendoza, Argentina
DESENREDANDO LAS REDES
SOCIALES
Consejos prácticos para el uso responsable de las redes sociales

Hace más de una década todos tenemos dos vidas: la vida que vivimos dentro
del celular y la que transcurre cuando levantamos la vista de la pantalla y
volvemos al mundo en directo. Las redes sociales ya son parte de nuestra
rutina. Desde que nos levantamos hasta el último minuto que luchamos por
cerrar los ojos, nos persigue ese afán de querer estar “conectados”, de no
perdernos ni un detalle de lo que sucede en cada una de las aplicaciones que
usamos.
Cuando revisar el muro de inicio es más emocionante que leer la Palabra de
Dios, orar o vivir la vida fuera de la red, estás frente a una adicción. Las
redes sociales deben limitarse a ser una herramienta que complemente nuestra
vida, en lugar de ser el centro de ella.
El objetivo de este escrito es brindarte herramientas útiles para que
primeramente, puedas contribuir a bendecir a tus contactos con lo que
encuentran posteado en tu muro; y en segundo lugar, para que puedas
devolverle a Dios el lugar que probablemente hoy están ocupando tus redes.
Las redes sociales en números:
Según un informe de Statista, se estima que en 2022 las redes alcanzarán los
3.96 billones de usuarios. De hecho, este número es apenas una
aproximación. Se estima que ese número crecerá exponencialmente, teniendo
en cuenta que gran parte de dichos consumidores se comunican desde sus
smartphones.
Actualmente, Facebook continúa encabezando la lista de popularidad, con
2853 millones de usuarios, según el reporte mencionado. Le sigue de cerca
Youtube, con 2291, Whatsapp con 2000 millones, e Instagram con 1386.
Todas estas cosas forman parte de la vida cotidiana, no solo de los
adolescentes, sino de prácticamente cualquier usuario que tenga un celular
inteligente o smartphone.
Todo ello demuestra que las redes sociales, lejos de ser una “tendencia” que
muchos creían que se desvanecería con los años, se han transformado en
poderosas plataformas de influencia, cuyo poder es equiparable al de los
medios tradicionales de comunicación, como la televisión, la radio y los
periódicos.
EL POTENCIAL DE LAS REDES SOCIALES
Tomémonos un instante para analizar por qué nos unimos a Facebook,
Twitter, Instagram o Tik Tok (o la red social que haya en el momento que
leas esto) en su momento. ¿Qué nos motivó a bajar la app al teléfono? Lo
más probables es que todos tus amigos la tenían, y tú querías ser parte de eso.
“Conectarme con mi familia” dirá otro. Si bien todas estas respuestas revelan
la utilidad que se le dan a las redes, su potencial es mucho mayor.
Por mencionar un ejemplo, cuando hace unos años Facebook posibilitó a sus
usuarios crear grupos y páginas para que las marcas se pudieran promocionar,
así que los usuarios dejaron de ser sólo contactos conectados entre sí que
compartían información. Ahora podían, además, organizarse en función de
una causa común.
Muchas iglesias, ministerios y organizaciones tienes su propia página en
Facebook, a través de la cual difunden sus actividades en simultáneo a
cientos de miles de personas, no sólo en su ciudad y país, sino en todo el
planeta.
Ahora bien, así como muchas de estas páginas (y aquellas que tienen
ilustraciones con versículos bíblicos o chistes sanos) benefician la comunión
entre hermanos, hay otras tantas que son perjudiciales para la salud de
quienes amamos a Dios y pertenecemos a su pueblo. Aunque suene absurdo,
hay personas que usan el enorme potencial de Facebook para crear páginas
específicamente diseñadas con el objetivo de burlarse de la fe, injuriar a
pastores e incluso hacer alarde de pensamientos teológicos cerrados y
herméticos.
He aquí la gran paradoja de la “libre expresión”: las redes se convierten en un
lugar donde –aparentemente- “todo” es publicable. Incluso, cuantos más “Me
Gusta” tiene una publicación, más se comparte, aunque su contenido sea una
“piedra de tropiezo” a quienes la leen.
En medio de tanta información producida por nosotros mismos, es necesario
establecer parámetros que nos ayuden a trazar una línea entre lo “publicable”
y lo “no publicable”.
Como cristianos, consideramos a los 10 Mandamientos dados por Dios a
través de Moisés como principios éticos y morales de vida y conducta
cristiana. A continuación, presentamos una versión adaptada de los mismos,
para el uso responsable de las redes sociales.
LOS 10 MANDAMIENTOS DE LAS REDES SOCIALES
1) Amarás al Señor tu Dios por encima de cualquier red social
La Palabra dice en Mateo 6:21 “Donde esté tu tesoro, allí estarán también
los deseos de tu corazón”. Y en este tiempo, hemos descubierto que las redes
están ocupando un lugar mucho más preponderante en nuestros corazones
que nuestra relación con Dios. Por ello, si tuviéramos que traducir “amor” en
“dedicar tiempo”, el mandamiento actual, para todos los conectados, es que le
dediquemos más tiempo a la búsqueda de Dios que a actualizar el muro de
inicio de Facebook.
2) No idolatrarás tus perfiles
Es una de las primeras tentaciones que enfrentan los adolescentes y jóvenes,
sobre todo cuando descubren que después de un determinado tiempo sus
publicaciones empiezan a tener “MG”; y más aún cuando se comparten. De
repente, pareciera que “el gozo, la paz y la benignidad” se restablecen cuando
una foto de perfil tiene más de 50 MG (o ¡Me encanta!). Mucho cuidado con
cometer el error de medir nuestra autoestima según el alcance de nuestras
publicaciones.
3) No usarás palabras que deshonren a Dios
Esto incluye no solamente insultos “sutiles” a terceros, sino palabras que
dicho de modo irónico pueden sonar “picantes” o “avispadas”, pero resultan
en una ofensa para alguna persona o grupo de personas determinado. No hay
peor hipocresía que publicar una “mini oración” usando el nombre de Jesús, y
luego publicar un estado donde se busque provocar a algún contacto. Esto
también cuenta como “usar el nombre de Dios en vano”.
4) Escribirás palabras que edifiquen
Contrario a lo que se pueda pensar, la bendición más grande para un cristiano
que tiene redes sociales no es que su contenido se comparta, sino leer algún
comentario donde un contacto (conocido o no tanto) le agradezca porque esa
“palabra” publicada fue justo lo necesitaba en esta instancia de su vida.
5) Dirás la verdad en tu perfil
Aclaramos, la verdad no significa publicar datos personales. La verdad hace
referencia, en primer lugar, a tu edad, y en segundo lugar a tus preferencias y
gustos personales. Cuanto más se parezca tu perfil a tu vida “en vivo”, más
dolores de cabeza te evitarás.
6) No permitirás que las redes te distraigan cuando estás en la iglesia
Léase, durante los tiempos en los cuales Dios quiere encontrarse con nosotros
–ya sea durante la alabanza o el mensaje principal. Recordemos que las redes
sociales, en esas instancias, son distractores. Entonces, tenemos que hacer un
esfuerzo por dejarlas a un costado y enfocarnos en la palabra que Dios quiere
ministrarnos en ese momento. ¿Qué es más importante: responder un
comentario o recibir una palabra fresca de parte del Señor?
Nota para los líderes: Tus enseñanzas y predicaciones tienen que
compartirse de tal manera que los jóvenes no tengan necesidad o deseo de ver
sus teléfonos, ya sea en su contenido como en su exposición. Con la ayuda
del Señor tenemos que estar a la altura de las circunstancias, y lograr que
escuchar el mensaje del Señor sea más cautivante, relevante, revelador y
atractivo que bajar la mirada para ver las redes en el teléfono.
7) Subirás fotos decentes
Es decir, para ambos géneros, pensemos qué publicaría Jesús. Recordá,
además, que lo que subís estará a la vista de todos tus contactos en
simultáneo. Incluso si la foto se borró al minuto de publicarse, ya hay un
grupo de gente que la vio. Si la foto que estás por subir va a transmitir un
mensaje de doble sentido, que provoque al sexo opuesto a tener malos
pensamientos, piénsalo dos veces antes de darle publicar.
8) No usarás las redes sociales para mentir, difamar o insultar
La Biblia también enseña que si tenemos algo contra alguien, debemos
tratarlo con esa persona en privado (Mateo 18:15). Parece obvio, pero cada
día hay más “cristianos” que airean diferencias con amigos a través de su
muro, como si eso los hiciera ver más maduros o reflexivos. La verdad es que
el usuario creyente que insulta, difama o miente (incluso sobre otro
ministerio que no sea el de su iglesia) le está haciendo daño, no solo a sus
contactos directos, sino al Cuerpo de Cristo en su totalidad.
9) Leerás más La Biblia de lo que lees las redes
En una era en la que lo efímero, rápido y fugaz tiene más cabida que la
reflexión prolongada, tener un devocional sin el celular al lado resulta un
desafío impensable. Leer La Biblia y orar en nuestro cuarto cerrado, sigue
siendo la vía que Dios nos ha dado para conocerle más, y encontrar cuál es su
buena voluntad, agradable y perfecta. Hay un tiempo para cada cosa. Quizás
incluso puedas usar aplicaciones de La Biblia que te ayuden a leerla más, ahí
mismo, en la pantalla tu celular, y en diferentes versiones y traducciones.
10) No te dejarás dominar por las redes
Las redes son una herramienta poderosa y útil para reunir cientos de miles de
personas alrededor de una causa común, pero también ellas nos tientan
permanentemente a encerrarnos y alejarnos de la necesidad que nos rodea.
Sea cual sea la red que uses, recuerda que tu vida vale más que un estado, que
un MG o un contenido compartido. Que nuestro afán diario ya no sea estar al
tanto de cada notificación que entra al teléfono, sino que busquemos la
santidad, la integridad y que nuestras publicaciones le saquen una sonrisa de
oreja a oreja a Dios primeramente.

ADVERTENCIAS Y CONSEJOS ÚTILES


Padres: Sabemos que el vértigo con el que avanzan las redes puede resultar
muy abrumador, pero también es importante que refuercen su rol de
supervisores, cuando sus hijos tengan un perfil en las redes. Investiguen sobre
el tema, muestren interés por el contenido que publican, preguntándoles. No
subestimes a tus hijos o su participación en las redes, sólo porque no
entiendes cómo éstas funcionan.
Hijos: El uso de las redes conlleva peligros que ustedes no deben ignorar,
como el grooming (cuando un adulto entabla una relación con un menor para
luego ejercer violencia sobre esa persona). Sean sabios y no agreguen a
cualquiera como “amigo”. Antes de aceptar a un contacto, asegúrense de que
por lo menos tengan 10 o 20 amigos en común, y aun así revisen el perfil de
la persona detenidamente, para no ser víctimas de este tipo de prácticas.
Revisen su configuración y fíjense que sólo sus amigos vean lo que publican.
Seamos responsables, sabios y prudentes al usar las redes sociales.
Usémoslas para bendecir, enseñar, difundir principios Cristo-céntricos y
compartir el amor de Dios con todo el mundo.

Por Milca Jago


Líder juvenil de Iglesia Puerta del Cielo
Córdoba, Argentina
[1]
Darrow L. Miller, con Marit Newton; Vida, trabajo y vocación. (Editorial Jucum, 2011)
[2]
https://rosanarosas.com/matriz-foda-personal/

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