Casebook Cátedra A Derecho Constitucional PDF
Casebook Cátedra A Derecho Constitucional PDF
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siguientes condiciones: (a) atribución: debe constar claramente: (a.i) la referencia a “CÁTEDRA
“A” DERECHO CONSTITUCIONAL -FACULTAD DE DERECHO – UNR”, con indicación del nombre de la
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Publicación confeccionada en la ciudad de Rosario, Santa Fe, República Argentina, por la
CÁTEDRA “A” DE DERECHO CONSTITUCIONAL – FACULTAD DE DERECHO - UNIVERSIDAD NACIONAL DE
ROSARIO
Editores y compiladores responsables
Los términos expresados en esta obra pertenecen exclusivamente a sus autores, los que son
identificados al pie de los respectivos fallos. LA “CÁTEDRA “A” DE DERECHO CONSTITUCIONAL –
FACULTAD DE DERECHO – UNR” y cada uno de sus miembros no necesariamente comparten, ni
asumen responsabilidad por las decisiones de los precedentes transcriptos.
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
ÍNDICE 1
EXPEDIENTE N° 2797/17 7
UNIDAD I – LA REPUBLICA 47
I A – “MONNER SANS, RICARDO C/ ESTADO NACIONAL S/ AMPARO LEY 16.986” 49
CUESTIONARIO 51
I B–“UNIÓN CÍVICA RADICAL DE LA PROVINCIA DE SANTIAGO DEL ESTERO C/ PROVINCIA DE SANTIAGO DEL
ESTERO S/ ACCIÓN DECLARATIVA DE CERTEZA” 53
CUESTIONARIO 54
1Nota del editor: El índice funciona como un hipervínculo dentro del documento, permitiendo ir al
comentario a fallo con un doble click sobre el número de página del caso en cuestión.
3
CUESTIONARIO 141
OTRA MIRADA 143
“DERECHOS HUMANOS: FINAL PARA UNA MEDIDA QUE HABIA TOMADO CARLOS MENEM” 143
III G–“GELMAN C. URUGUAY” Y “GELMAN REVISIÓN” 145
CUESTIONARIO 173
III H–“DERECHO, RENE JESÚS S/ INCIDENTE DE PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL” 175
CUESTIONARIO 177
III I–“TEODORO CABRERA GARCÍA Y RODOLFO MONTIEL FLORES C/ MÉXICO” 179
CUESTIONARIO 182
III J– “ALMONACID ARELLANO Y OTROS C/ CHILE” 183
CUESTIONARIO 186
OTRA MIRADA 187
“LA CORTE SUPREMA ESTABLECIO QUE LOS CRIMENES DE LESA HUMANIDAD SON IMPRESCRIPTIBLES” 187
III K– “FONTEVECCHIA Y D’AMICO" 191
III K.1–"MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES Y CULTO S/ INFORME SENTENCIA DICTADA EN EL CASO
FONTEVECCHIA Y D ́AMICO VS. ARGENTINA" 193
CUESTIONARIO 201
III L–“LUIS MUIÑA EN LA CAUSA VIGNONE, REYNALDO BENITO ANTONIO Y OTRO S/ RECURSO
EXTRAORDINARIO” 203
CUESTIONARIO 211
OTRAS MIRADAS 213
“SOBRE LA APLICACIÓN DE 2X1 A DELITOS DE LESA HUMANIDAD” 213
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
5
EXPEDIENTE N° 2797/17
Rosario, 31 de julio de 2017.
Que ha sido tratado y aprobado por el Consejo Directivo en su sesión del día de la fecha.
Por ello,
RESUELVE:
RESOLUCIÓN CD N° 463/17
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PROGRAMA DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA
“A”
UNIDAD 1:
1.1. Una aproximación al Derecho Constitucional: Los conceptos expuestos por la
doctrina. La importancia de su estudio.
1.2. La ficción del contrato social. El contrato hipotético. La visión abarcativa. El
consenso superpuesto. El consenso constitucional. El llamado "velo de la ignorancia". El
contrato constitucional. Su vigencia y elaboración.
1.3. Breve análisis del desarrollo histórico del constitucionalismo. Su origen (Gran
Bretaña, EE.UU, Francia y Holanda).
1.4. El constitucionalismo contemporáneo. Sus etapas: El constitucionalismo clásico o
liberal; El constitucionalismo social; El constitucionalismo de incidencia colectiva; La
internacionalización de los Derechos Humanos.
1.5. Reflexiones sobre el constitucionalismo y el neo-constitucionalismo en el Siglo
XXI. El Neo-constitucionalismo y los Derechos Fundamentales.
1.6. La “Constitución” como límite al poder político. La “Constitución” como conjunto
de normas fundamentales.
TRABAJO PRÁCTICO: El alumno debe elaborar una tesina (*) y optar sobre los siguientes
contenidos: a) El contrato constitucional en el Siglo XXI: Analice en el Derecho Comparado, el
ámbito Federal y Provincial como se configura el contracto constitucional y los sujetos
involucrados; b) El Neo Constitucionalismo: desarrolle una aproximación a sus concepto
fundamentales y precise la doctrina que lo fundamenta.
UNIDAD 2:
2.1. Clasificación de las Constituciones: a) escritas y no escritas; b) codificadas y
dispersas; c) rígidas, flexibles y pétreas; d) formales y materiales. La Constitución real.
2.2. Las fuentes del Derecho Constitucional: a) Directas o Inmediatas: a1) La
constitución Nacional; a2) Los Tratados Internacionales de Derechos Humanos; a3) Las leyes
del Congreso dictadas en consecuencia de la constitución; a4) La costumbre. b) Fuentes
indirectas o Mediatas: b1) La jurisprudencia; b2) La Doctrina; b3) El Derecho Comparado.
2.3. La naturaleza de los Derechos Humanos y los principios del derecho
constitucional: a) Los derechos humanos son universales; b) Los derechos humanos son
operativos y justiciables en el derecho interno; c) Los derechos humanos son progresivos; d)
Los derechos humanos son irreversibles; e) Los derechos humanos tienen efectos
horizontales y verticales; f) Pacta sunt servanda; g) la adecuación normativa; g) Pro Homine;
h) Pro Actione; i) Principio de posición preferente de los derechos fundamentales o “prefferd
freedoms”; j) Principio de fuerza expansiva de los derechos fundamentales; k) El principio de
legalidad. La doctrina del “soft law”; l) El principio de razonabilidad; ll) El principio de
igualdad.
2.4. La fuerza vinculante de las sentencias: La jurisprudencia nacional y los tribunales
internacionales. La supremacía de los tratados en la interpretación de la CSJN. La
implementación de los precedentes de la Corte IDH.
TRABAJO PRÁCTICO: El alumno debe elaborar una tesina (*) y optar sobre los siguientes
contenidos: a) “¿Existen contenidos Pétreos en la Constitución Nacional? Fundamente su
respuesta; b) ¿Cuál es el argumento que sirve de fundamento para la vinculatoriedad de los
fallos de la Corte IDH?
UNIDAD 3:
3.1. La Constitución de la Nación Argentina. La defensa de la Constitución. El
preámbulo: Concepto, alcance, objetivo y contenido. Su valor jurídico. Sujetos del Poder
Constituyente. La religión. El objetor de conciencia. Las denominaciones alternativas de la
República Argentina.
3.2. Formas de Gobierno y formas de Estado: Monarquía, República. Formas de
Estado: Origen y evolución.
3.3. Una aproximación al federalismo como forma de Estado en relación al territorio.
3.4. El sistema representativo, democrático, republicano y partidocratico. El Poder
Electoral. Los partidos políticos: Las normas vigentes. Autoridad de aplicación. ¿Cómo se ha
definido a los partidos políticos? Presidencialismo y Parlamentarismo.
3.5. El sistema republicano. Sus caracteres: división de poderes. Funciones;
Publicidad de los actos de gobierno; Responsabilidad de los funcionarios públicos;
Periodicidad de los cargos electivos; Igualdad ante la ley.
3.6. Democracia: Mecanismos de democracia semidirecta. Declaraciones, derechos y
garantías.
TRABAJO PRÁCTICO: Los alumnos, en grupos, con un máximo de cinco (5) integrantes,
deben realizar un trabajo de investigación (*) en el derecho comparado, utilizando los
sistemas de búsquedas en Internet, optando sobre los siguientes contenidos: a) Describa la
relación de la Monarquía del Reino Unido con los Parlamentos; b) Describa la relación de la
Monarquía de España con su Parlamento; c) Describa la relación entre el Presidente, el
Primer Ministro y el Parlamento en Francia.
UNIDAD 4:
4.1. El Derecho constitucional a comienzos del Siglo XXI: La internacionalización de
los Derechos Constitucionales. Dualismo y Monismo. El “Derecho Internacional humanitario”
y el “Ius Cogens”. Las nuevas relaciones en el derecho internacional: El “Diálogo entre las
Cortes”. Los límites del concepto tradicional de “soberanía”.
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
UNIDAD 5:
5.1. El Poder Constituyente. Poder Constituyente y poderes constituidos. La
titularidad y legitimidad del poder constituyente. El marco de constitucionalidad y legalidad
argentino. Etapas pre-constituyentes y constituyentes. ¿Declaración o ley del Congreso? La
actuación separada de las Cámaras del Congreso. El quórum y mayoría para declarar la
necesidad de la reforma constitucional. Los condicionamientos que traza el Congreso de la
Nación a la Convención Constituyente Federal. Sobre los convencionales. El temario de la
reforma constitucional. La reforma constitucional en la Provincia de Santa Fe.
TRABAJO PRÁCTICO: El alumno debe elaborar una tesina (*) sobre el siguiente
contenido: Frente a una eventual reforma parcial de la Constitución de la Provincia de Santa
Fe: ¿Qué temas habilitaría? ¿Cuál sería su posición en torno a la unicameralidad y
bicameralidad de la legislatura? En la actualidad ¿Tiene subsistencia la división política
histórica de diecinueve departamentos en la provincia de Santa Fe?
UNIDAD 6:
6.1. Derecho Parlamentario: Introducción. La Constitución y los Reglamentos de las
respectivas Cámaras de Diputados y del Senado.
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6.2. La formación y sanción de la Ley. El comienzo del proceso. La tarea de las
Comisiones. El Estado Parlamentario. Publicidad del proyecto. Quórum y régimen de
mayorías: Mayorías especiales sobre la totalidad de los presentes. Mayoría absoluta sobre la
totalidad de los miembros existentes. Mayoría especial sobre la totalidad de los miembros
existentes. Dictamen del proyecto en Comisión. La Comisión de Labor Parlamentaria.
Tratamiento sobre tablas. La Cámara en comisión. Debate en general y en particular
.
Caducidad de los proyectos de ley (La ley Olmedo). La pertenencia de las bancas. El Congreso
reunido en Asamblea Legislativa.
6.3. La comunicación al Poder Ejecutivo. Promulgación: Concepto. Clasificación:
expresa o tácita. El veto presidencial total o parcial. Insistencia del proyecto. La Ley de
Presupuesto. Ley de Ministerios. Leyes secretas.
6.4. Delegación Legislativa. La prohibición de la delegación legislativa y los Decretos
de Necesidad
y Urgencia. Sus excepciones. Los marcos de la delegación y de los DNU. El
debate sobre los alcances interpretativos. Los precedentes judiciales.
El juicio político en la Constitución Nacional. Cámara de Diputados. Acusación
¿Quiénes son los sujetos susceptibles de juicio político? Senado. Juzgamiento. El fallo
condenatorio. Efectos.
TRABAJO PRÁCTICO: “Role playing” llevado acabo por los alumnos, conformando
bloques parlamentarios, iniciativas legislativas y debates de conformidad con la
reglamentación de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
UNIDAD 7:
7.1. El Poder Ejecutivo: Requisitos para ser elegido Presidente y Vicepresidente.
Duración del mandato. Reelección. Sobre el juramento en la toma de posesión del cargo y la
intangibilidad de su
remuneración. De la forma y tiempo de la elección del Presidente y
Vicepresidente de la Nación. Los contenidos constitucionales y legales. La expresión “votos
afirmativos válidamente emitidos”. El Vicepresidente. Funciones. Acefalía del Poder
Ejecutivo. Atribuciones del Poder Ejecutivo. La “Clasificación Genérica”. Poderes Co-
legislativos. Poderes Reglamentarios. Decretos autónomos. Decretos de ejecución. Decretos
de necesidad y urgencia. Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Las
disposiciones de la Ley 26.122.
7.2. El Jefe de Gabinete de Ministros. Razones de la Incorporación de esta institución a
la Constitución Nacional. La experiencia institucional. Relaciones entre el jefe de gabinete y
los ministros. Nombramientos y Remoción. Atribuciones del Jefe de Gabinete de Ministros:
propias y delegadas.
7.3. El Órgano Ministerial: Los ministros y el gabinete nacional. Duración. Suplencias
en el cargo de ministros. Forma de funcionamiento. Competencias. Inmunidad,
Incompatibilidades y Responsabilidades.
TRABAJO PRÁCTICO: El alumno debe elaborar una tesina (*) sobre el siguiente
contenido: Análisis de la utilización de los decretos de necesidad y urgencia por parte del
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Poder Ejecutivo 1983/2016. Límites trazados por la CSJN. Debate en torno a los marcos
constitucionales de su dictado.
UNIDAD 8:
8.1. El Poder Judicial: Su organización Federal, Provincial y en la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires. Garantías de independencia, inamovilidad, intangibilidad de sus salarios,
incompatibilidades e inmunidades. Sus atribuciones.
8.2. La jurisdicción constitucional. La Jurisdicción supra-estatal en materia de
Derechos Humanos. La jurisdicción internacional en el Pacto de San José de Costa Rica. Las
competencias judiciales. Competencia federal y ordinaria. Caracteres de la Competencia
federal. Causas que originan la Competencia federal: Por razón de la materia, en razón del
lugar, en relación a las personas.
8.3. La Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN).La división funcional en
competencia “originaria” y competencia “apelada” La competencia apelada de la CSJN Los
poderes “implícitos” de la Corte Suprema. La Corte y el artículo 113 de la CN. La competencia
discrecional de la CSJN.
8.4. El Consejo de la Magistratura Federal y de la Provincia de Santa Fe. Su
composición y sus procedimientos.
TRABAJO PRÁCTICO: El alumno debe elaborar una tesina (*) sobre el siguiente
contenido: Individualización de los fallos que la CSJN ha dictado sobre decretos delegados y
decretos de necesidad a partir del 2011 a la fecha. Su constitucionalidad. Las diferentes clases
de sentencia que dicta la CSJN: Su composición y alcance.
UNIDAD 9:
9.1. Órganos de Control: Conceptos fundamentales.
9.2. Auditoría General de la Nación: Su naturaleza jurídica. La norma constitucional.
Disposiciones legales.
9.3. Sindicatura General de la Nación: Red Federal de Control Público; Órgano de
control externos en la provincia de Santa Fe y en la Municipalidad de Rosario.
9.4. El Defensor del Pueblo: Normas constitucionales y jurisprudenciales. Alcances de
la ley 24.284. Modificaciones y jurisprudencia. El Defensor del Pueblo de la Provincia de
Santa Fe.
9.5. El Ministerio Público: Contenido y alcance de la Ley N° 24.946. El Ministerio
Público en la Provincia de Santa Fe.
TRABAJO PRÁCTICO: Determine las diferencias de atribuciones y funciones entre el
Defensor del Pueblo de la Nación y en la Provincia de Santa Fe. Elabore un proyecto de ley
modificando la actual competencia y atribuciones del Defensor del Pueblo en la Provincia de
Santa Fe.
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UNIDAD 10:
10.1. Sistema Federal Argentino: Gobiernos de provincia y de la ciudad Autónoma:
Las Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Facultades del Gobierno
Federal y del Gobierno de Provincias. Reforma Constitucional de 1994. Facultades Tributarias
del Gobierno Federal y del Gobierno de las Provincias. La Cláusula Federal y las Competencias
Provinciales.
10.2. Poder Constituyente de la Provincia de Santa Fe. Necesidad de reforma de la
Constitución de la Provincia de Santa Fe. Breve reseña de las reformas constitucionales en
Santa Fe. La Reforma Constitucional Nacional de 1994.
10.3. Régimen Municipal: Referencias históricas y prospectivas. Concepto
propedéutico. Origen. Perfil constitucional del municipio. Autarquía vs. Autonomía. Caso
“Rivademar”. El municipio en la Constitución reformada. Precedentes judiciales. Elementos
del Estado Municipal: Territorio, Población y Poder. El modelo autonomista en Santa Fe.
Marco constitucional. Categorías de los municipios. Las leyes orgánicas municipales. El
Intendente. El Concejo Municipal. La Justicia municipal. Los entes autárquicos.
Intervenciones. La Ley Orgánica de Comunas. Mecanismos de la democracia semidirecta.
Relaciones con el gobierno provincial.
TRABAJO PRÁCTICO: El alumno debe elaborar una tesina (*) efectuando un análisis
comparado entre las diferentes constituciones provinciales y regímenes municipales,
ilustrando en torno a los marcos de la autonomía municipal y su implementación.
(*) La tesina debe redactarse en hoja A4, doble espacio, “Courier” 14 con un mínimo
de 15 y un máximo de 30 hojas. Debe entregarse, en la fecha y lugar indicado por el profesor,
firmado por el/los autores, consignando título de la presentación y apellido y nombre del/los
autor/es y los respectivos correos electrónicos. Se adjuntará con la tesina, el archivo de la
misma en Word.doc. Este último se podrá remitir por mail a [email protected] con
los datos identificatorios expuestos.
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INTRODUCCIÓN A MANERA DE PRÓLOGO
El estudio del Derecho Constitucional requiere el conocimiento de las normas
constitucionales y convencionales; la legislación dictada en su consecuencia y la
interpretación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) y los Tribunales
Supranacionales (TS). Es un estudio tridimensional al que la cátedra ha prestado su
más decidida elaboración.
Oportunamente, publicamos “La Constitución Nacional y sus Normas
Reglamentarias” con el objeto de conocer el texto constitucional, los instrumentos
internacionales de derechos humanos que tienen reconocido la misma jerarquía de la
Constitución y la legislación dictada en su consecuencia. Posteriormente, editamos
“Estado Constitucional y Convencional de Derecho” en el que desarrollamos el control
de convencionalidad como epílogo necesario de otra obra “La Soberanía y el Ius
Cogens” y recientemente, nuestro manual: “Derecho Constitucional – Una
aproximación a sus conceptos y contenidos fundamentales” (Tomo I) y “Derecho
Constitucional – La Estructura Republicana y el Sistema Federal” (Tomo II).
Con todos ellos y sus correspondientes actualizaciones, los alumnos pudieron
conocer la normativa supraconstitucional y constitucional vigente, la legislación
dictada en su consecuencia y la doctrina imperante. Resta introducirnos en los
alcances interpretativos que la CSJN y los TS han efectuado sobre las disposiciones
expuestas en las diferentes publicaciones y ello es la finalidad y propósito del
presente “CASE BOOK”:
El mejor método de enseñanza para estudiar Derecho es aquel que transmite
la adecuada comprensión de las herramientas que el profesional necesita para
cumplir su rol.
¿Cuál es el rol? El abogado cumple diferentes roles: el ejercicio de la profesión,
en su condición de litigante; la magistratura, la función pública; el asesoramiento
público y privado; la docencia; entre otros.
Los docentes debemos alentar a nuestros alumnos a reflexionar, leer, escribir,
pensar, trazar diferentes alternativas, resolver conforme a derecho, percibiendo los
hechos, describiendo los mismos, separando lo principal de lo accesorio y brindar
soluciones razonables y fundadas.
El método de casos es un método adecuado que condensa todo lo expuesto.
Para su práctica, requiere de una herramienta que es el “Case Book” o “Libro de
Casos”. En él, el estudiante va a encontrar un aliado frente a cada interrogante del
profesor. Un libro de consulta en el cual se transcriben diferentes fallos
jurisprudenciales en forma sistematizada que procuran abarcar el programa de la
materia, ensayando y delatando las dificultades que se les presentan a los jueces
frente al caso concreto. La obra procura provocar al estudiante con aquellos fallos
que han sido reconocidos por los propios jueces y la doctrina como relevantes.
Hace algunos años nos dimos a esa tarea, con la generosidad y libertad de
cátedra que el Dr. Iván Cullen nos confiaba. Publicamos “La Interpretación Judicial de
la Supremacía Constitucional” (Editorial Iuris- 2000) y desde aquella fecha,
periódicamente, venimos elaborando un libro de casos, cuyos lejanos precedentes
van siendo sustituidos por otras interpretaciones, que reciben la influencia de los
postulados reformistas de 1994 y la internacionalización del derecho constitucional.
Nuestra cátedra ha consolidado el “Método de Casos” como una herramienta
vital para conocer el alcance interpretativo de la normativa vigente y sus cambios y
transformaciones que la realidad impone.
El presente “Case Book” adopta la planificación y organización del programa
de la materia desarrollado por la “Cátedra Terrile”. En tal sentido, nos introducimos
en el análisis de “Monner Sans” y “Unión Cívica Radical de Santiago del Estero
c/Provincia de Santiago del Estero” con el objeto de verificar el alcance del concepto
“República” que nuestra CSJN traza. El primero refiere a las leyes secretas, impropia
de un sistema en el que la publicidad de sus actos es uno de los requisitos básicos; el
segundo se vincula con la “periodicidad de los mandatos”. La república se diferencia
de la monarquía, entre otros elementos, por la inexistencia de cargos vitalicios.
Asumiendo el principio establecido por el artículo 38 de la Constitución
Nacional que consagra a los partidos políticos como instituciones fundamentales del
sistema democrático, los casos “Ríos” y “Terrile” son ejemplificativos del sistema
partidocratico, el primero y de la lesión a la igualdad de trato, el segundo.
La supremacía constitucional, sus alcances y la interpretación que la propia
jurisprudencia y la doctrina ha efectuado desde 1860 a la fecha ha sido materia de
importantes contenidos. El alumno ha visualizado, en la lectura del artículo 31 de la
Constitución Nacional que, sin perjuicio de que se ha respetado la literalidad de la
citada norma durante 164 años (1853/2017), su interpretación evolucionó por
diferentes carriles, adoptando posturas dualistas y monistas, operativas y
programáticas y ello lo ejemplificamos con un extenso inventario de fallos desde
“Merk Química Argentina” hasta “Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto s/
Informe Sentencia dictada en el caso “Fontevecchia y D´Amico vs. Argentina”.
El análisis sobre la evolución del alcance de la supremacía constitucional nos
introduce luego de la reforma de 1994 en el llamado “control de convencionalidad” y
con él, los efectos vinculantes de los fallos de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (Corte IDH) y de nuestra propia CSJN. Al respecto se imponen los estudios
sobre “Rodríguez Pereyra” y “Gelman vs. Uruguay”.
Cuando abordamos en 1994 el proceso de reforma constitucional, los casos
“Polino”, “Alzogaray” y posteriormente “Fayt” provocaron intensos debates que
colaboraron con una profunda reflexión en la que profesores y estudiantes
participamos con entusiasmo. Recientemente, “Schiffrin” y la resolución que el
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos ha dictado en torno al límite de edad de
los jueces (75 años) abrió un nuevo e interesante intercambio de opiniones. Todo ello
lo exponemos en el presente “Case Book”.
16
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
17
18
CÓMO LEER UNA SENTENCIA 23
1. SABER LEER
Saber leer es otra de las versiones, en derecho, del Sapere vedere de MIGUEL
ÁNGEL. Hay algunos cuidados que hay que tener que son clásicos y conocidos. Otros
no tanto.
Si el autor del texto jurídico ha querido ser didáctico los pondrá en un lugar
destacado. Así, la comisión redactora del decreto-ley 19.549/72 puso lo más
importante al comienzo, por inspiración de quien fuera Procurador del Tesoro de la
Nación el Dr. ADALBERTO COZZI. Injustamente olvidado en su aporte al texto
definitivo; como es habitual, muchos piensan que la mayor influencia fue de los
teóricos, no de los prácticos del derecho. Esa técnica lo hace poco elegante pero no
hay duda que ayuda a la comprensión del decreto-ley: sus primeros arts. son un
compendio del derecho público ya de antes conocido.4
2 Fuente: Dr. Agustín Gordillo. Capítulo extraído del libro "Introducción al Derecho".
3 Una obra fundamental que a su vez remite a gran parte de la bibliografía es NIETO, ALEJANDRO, El arbitrio
judicial, Barcelona, Ariel, 2000. Por nuestra parte hemos hecho reflexiones sobre la creación de una solución
jurídica en general, orientada hacia el escrito jurídico, en nuestro libro “El método en derecho”. Aprender, enseñar,
escribir, crear, hacer, Madrid, Civitas,1988 y 4a reimpresión 2001.
4 Y no, como pretenden algunos, de un derecho público que nació allí de la nada.
1.2. SABER LEER EL FINAL
Por todo ello las normas de protección al consumidor suelen exigir un tamaño
mínimo de letra, que no impida de hecho su lectura. Las advertencias en los
productos nocivos como el tabaco suelen tener un tamaño predeterminado por el
orden jurídico.
Las cláusulas o normas con letra chica pueden no ser tales en el tamaño físico,
sino en la dificultad de ubicarlas. Es una vieja treta de abogados escribir cosas
aburridas, inútiles, repetitivas y sin inmediato y aparente sentido práctico, que casi
invitan a saltearlas y en el medio de ellas incorporar aquellas disposiciones adversas
a los intereses de la parte contraria, que se preferiría que no leyera. Así las escrituras
de préstamo, nacionales e internacionales. Una cláusula de cross default no lleva
nunca letras de molde, pero en nuestra lectura debe tenerlas con tipografía tamaño
catástrofe.
Una forma sofisticada de ocultar algo es ponerlo bien evidente. Eso puede o no
20
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
dar resultado pero es necesario estar prevenido. Puede algo ser tan evidente que no
lo veamos.5
Para leer una ley primero hay que prestar atención al contexto político, social y
económico del país y la época. Hay que buscar en la realidad (no en los debates) las
razones verdaderas que llevan a su dictado. Luego, al comenzar la lectura del texto
legal, no hay que detenerse en los artículos que tienen un diapasón conceptual o
definitorio, ni menos ir a ver los antecedentes legislativos: hay que buscar en su texto
los puntos resolutivos de cuestiones concretas. Hay que hacer hablar a su texto. No es
cuestión de prestar excesiva atención al concepto o definición que los legisladores
pueden incorporar al artículo primero. En efecto, si el resto del articulado precisa el
régimen legal de determinada manera, no la hará más extensa un amplio concepto
inicial o viceversa. Vea por ejemplo en la ley de confidencialidad 24.766 la amplitud
del art. primero, completamente dejada de lado por todo el articulado que se refiere
siempre a situaciones sumamente puntuales, en su casi totalidad referidas a la
industria farmacéutica nacional y no a la definición conceptual del art. 1°. Lo mismo
pasa en materia de servidumbre de electroductos con el art. 1° y los arts. 5° y 8° y así
sucesivamente.
6 Ver CARRIÓ, ALEJANDRO y otros, En defensa de los derechos civiles, Buenos Aires, Abeledo–Perrot, 2000, p. 79,
nota 5. Respecto a lo dicho al comienzo del párrafo precedente de nuestro texto ver, como caso concreto, el
relatado por KILLMEATE, ATILIO, “Los discapacitados motrices y el transporte público”, en CARRIÓ y otros, op.
cit., pp. 78, 79, 80 (sexto párrafo, segunda frase).
21
2.2. PARA LEER UN CONTRATO, MIRAR LOS HECHOS
Un contrato debe ser analizado para buscar su armonía interna y su letra chica,
complementado con los hechos de las partes antes de celebrarlo y sobre todo en la
ejecución del contrato. Resulta así que para estudiar el texto de un contrato hay que
estudiar la conducta de las partes en su ejecución, conforme a los medios probatorios
que el derecho admite.
Por supuesto que los abogados sabemos esto. No obstante, por un estilo
retórico utilizamos la doctrina como argumento de autoridad, aunque sea una falacia
no formal de razonamiento. Eso en sí no está mal. Lo malo es creérselo.
3. LA DECISIÓN JURÍDICA
7 No constatan la verdad; deciden una hipótesis o conjetura: siempre provisional, siempre expuesta a refutación.
22
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Es probable que en más de un caso ello sea así, pero estas variantes no
constituyen necesariamente la regla. En todo caso, también hay casos anormales
todavía más extremos, de tribunales que se encuentran tan sobrepasados de trabajo
que recurren a remedios heroicos. Así, un juez penal de primera instancia provincial
nos dijo hace un cuarto de siglo algo que también decía en público. A su juzgado
entraban ocho mil causas por año: sus alternativas eran renunciar, trabajar hasta
enfermarse y morir, o delegar justicia. Sus palabras fueron: elijo para mí las causas de
narcotráfico, los peores homicidios, etc. y en lo demás trato de que los empleados de
9Nos remitimos a nuestro Tratado de derecho administrativo, t. 1, Parte general, Buenos Aires, FDA, reimpresión
2000, 5a ed., cap. VIII, § 15, “Procesamiento estadístico.”
23
mi juzgado hagan la mejor justicia que puedan.10 Historias parecidas se escuchan en
algunos bufetes de abogado.11
10Si continuamos la comparación con la medicina, serían los médicos y paramédicos en el frente de la guerra, en
los hospitales de campaña.
11Los que se dedican a reclamos colectivos de la función pública o al derecho laboral, cuando en lugar de hacer
una acción de clase se hace una demanda conjunta por un número elevado de personas: son los empleados del
estudio quienes deciden cómo hacer el encuadre de cada individuo en el grupo.
12 P. ej. CARRIÓ, ALEJANDRO, La Corte Suprema y su independencia, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1996, p. 12.
13 La situación se repite doquiera que miremos, con diferentes formas de resolución pero el mismo tipo de
problema. Hemos visto gobernantes de nivel serio firmar expedientes sin leerlos, a veces sin siquiera mirarlos;
bastaba con que un auxiliar les dijera de qué se trataba. En algún caso presenciamos la firma en tales condiciones
de un decreto, primero por el ministro y después por el presidente, ambos sin leerlo. Hemos sabido de presidentes
que tenían alguien que les hacía la firma; de estudios en que la firma de un profesional la hace un empleado; es el
caso de la firma digitalizada en la computadora. Algunos detalles más en nuestro “Tratado de derecho
administrativo, t. 2, La defensa del usuario y del administrado”, Buenos Aires, FDA, 2000, 4ta. ed., cap. XIV. Firmar
por otro es, a veces pero no siempre, decidir por otro. Hasta tiene un nombre casi elegante: délegation de
signature.
14Aun las élites académicas reconocen este hecho, dentro de los misterios o arcanos de la Corte Suprema: “había
mucha delegación de los jueces en los secretarios. Sigue habiendo delegación, no nos engañemos. No ofendo a
nadie diciendo la verdad.” VANOSSI, JORGE REINALDO, “La extensión jurisprudencial del control de
constitucionalidad por obra de la Corte de la Argentina (Balance de una década de «certiorari» criollo),” separata–
anticipo de Anales de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires (año XLV, 2a época, n°
38), Buenos Aires, La Ley, 2000, p. 31.
24
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
15A su vez, es claro que el juez no debe resolver, en principio, sino lo necesario. Ver SUNSTEIN, CASS, One Case at a
Time. Judicial Minimalism on the Supreme Court, Cambridge y Londres, Harvard University Press, 1999.
16 La cual no lo es tanto si queda en claro que es un abanico de posibilidades argumentales llevando a una misma
conclusión. Queda, como es el derecho, la sana incertidumbre de cuál fue el argumento convincente, en lugar de la
falsa certeza del fundamento formal elegido por el tribunal. Por ello sobreviven los escritos de CICERÓN pero no
los fundamentos del tribunal para darle la razón. Lo mismo en la decisiones judiciales anotadas al dorso de un
escrito judicial (endorsed on the bill). MARTINEZ-TORRÓN, JAVIER, Derecho anglonorteamericano y derecho
canónico. Las raíces canónicas de la “common law”, Madrid, Civitas, 1991, p. 78.
17Ver NIETO, op. cit., pp. 142-53. En la medicina, hay cosas que se comentan entre médicos y no se dicen al
paciente. Son los “secretos del quirófano.”
18En las audiencias orales de los tribunales estadounidenses, es el tipo de preguntas argumentativas que los
jueces formulan a los letrados.
19 Por eso hay que hacerle visitas de cortesía y conversar, si nos da la ocasión de hacerlo.
20El juez CHARLES BREITEL ponía la menor cantidad de argumentos y a esos los trabajaba con sumo cuidado. Sus
sentencias, breves, no eran para “lectura rápida.” Un cuidado análogo cuenta LORD DENNING, The Discipline of
Law, op. cit., p. 7.
25
esta segunda etapa, aún habiendo sido antes escritos como parte de ella. El borrador
sobre papel sigue siendo uno de los mejores auxiliares de la reflexión.22
Otros, por ser obvio que no pueden ni deben escribirse, no necesitan ser
borrados pero igualmente estarán presentes en la mente de los jueces al momento de
resolver. Recordamos más arriba dos ejemplos posturales muy distinguidos, dados
por LORD DENNING y JACKSON, dos respetables y respetados magistrados.
Cambiando de tipo de ejemplo, es la explicación real de Marbury v. Madison.23
Están también los casos en que el tribunal no considera que deba extinguir el
acto, pero no quiere aparecer asumiendo el rol de cohonestar políticamente una
decisión del Poder Ejecutivo u otro órgano del poder. Puede hacerlo de muchas
maneras: considerarlo cuestión no justiciable27, no entrar a considerar siquiera la
22 Como explicamos en “El método en derecho. Aprender, enseñar, escribir, crear, hacer,” op. cit.
23Que explica MILLER, JONATHAN y otros, Constitución y poder político. Jurisprudencia de la Corte Suprema y
técnicas para su interpretación, Buenos Aires, Astrea, 1987.
24También hay una política temporal de cuándo decidir algunas cuestiones, como lo muestra entre otros el
Consejo de Estado de Francia. Ver nuestro libro Problema del control de la administración pública en América
Latina, Madrid, Civitas, 1982, p. 57; LONG, M.; WEIL, P. y BRAIBANT, G., Les grands arrêts de la jurisprudence
administrative, París, 1978, 7a ed., pp. 221-22.
25Así el Consejo de Estado de Grecia: PÉTROULIAS, DÉMOSTHÊNE, “Note sur la motivation des actes administratif
en droit héllenique”, en DUPUIS, GEORGES, (dir.), Sur la forme et la procédure de l'acte administratif, París,
Economica, 1979, p. 31 y ss., p. 40, nota 1.
26Es el sistema de los tribunales argentinos, que explicamos en el Tratado de derecho administrativo, t. 3, El acto
administrativo, Buenos Aires, FDA, 2000, 5a ed., cap. IX, § 4.7, “Efecto sinérgico de los vicios”, p. 15.
27 La “falsas cuestiones políticas” que recuerda MAIRAL, HÉCTOR A., Control judicial de la administración pública,
t. I, Buenos Aires, Depalma, 1984, § 305, pp. 511 a 513.
26
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Para ello hay que estar por un lado siempre atento a lo que ocurre en la
realidad, seguir las novedades del mundo real, prestar atención a las descripciones
periodísticas sobre las discusiones internas del tribunal, etc. Por el otro, es
indispensable no quedar atrapado en la lectura de lo que quedó en el fallo como
fundamentación. No caer en las “cavilaciones de los litigantes” sino atenerse “a las
palabras decisorias.”28
4. DIFICULTAD DE UBICAR EL OBJETO DEL FALLO (LO QUE EL JUEZ RESUELVE, LO QUE
HACE)
Muchos fallos son tan extensos que nos podemos perder en ellos, o tan
28 Según las sabias palabras de la Real Cédula de 1768 que recordamos infra, § 4.1.
27
escuetos que podemos pasarlos por alto, ignorarlos por su concisión, como si fueran
menos importantes cuanto más breves son. Debemos precavernos de ambas cosas,
tanto de dar demasiado tiempo a un fallo largo como muy poco a un fallo corto. Los
hay de dos renglones que son fundamentales. Los hay de un centenar de páginas en
que todo es sobreabundante.
Para leer útilmente fallos es importante tener en claro ante todo que una
sentencia es una decisión judicial frente a una situación de hecho determinada. Para
ello, debo tratar en primer lugar de determinar cuál es la situación de hecho a la cual
el fallo se refiere, cuál es el problema planteado, cuál es el caso en definitiva. Y a
continuación cuál es la decisión que el tribunal adoptó, si admitió o rechazó la
demanda, si falló a favor de la actora o la demandada.
En cambio, cómo lo dijo, qué argumentos de derecho dio, qué doctrina elaboró,
etc., no es en esta etapa de búsqueda tan importante como saber qué se resolvió en un
problema determinado.
Puede ocurrir que los hechos sean muy polifacéticos y lleven mucho
desarrollo; o que la decisión misma sea compleja y tenga muchas variables. Esto
28
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
6. DESCUBRIR EL FALLO
En la decisión judicial hay pues dos momentos distintos: uno, en el que el juez
va formando una hipótesis provisional de cómo resolver el caso. Otro, posterior, en
que el juez va armando los fundamentos de la decisión que provisionalmente
contemplaba. En ese proceso va ajustando, revisando o eventualmente corrigiendo la
hipótesis inicial.
Reiteramos que hay dos variantes antiguas para analizar un fallo: a) prestar
atención a lo que el fallo resuelve frente a un problema determinado, o b) prestar
primordial atención a los argumentos que el fallo despliega, sin tener
prioritariamente en cuenta lo que resuelve o el problema frente al cuál lo expresa.
Son dos caminos tan clásicos y diversos que hace más de dos siglos un rey
consideró necesario, desde la sabiduría empírica, prohibir aquello que hacía que
cundiera la segunda forma de leerlos. Decía la Real Cédula de 25 de junio de 1768.
“Para evitar los perjuicios que resultan con la práctica que se observa en la
Audiencia de Mallorca de motivar sus sentencias, dando lugar a cavilaciones de los
litigantes [...] mando cese dicha práctica ateniéndose a las palabras decisorias.”32
Las cavilaciones no hay que tenerlas con lo que el fallo dice, sino con la
adecuada comprensión del caso o problema de hecho que el juez tenía frente a sí y de
cuál fue la determinación que adoptó frente a él, qué decidió.
31 En el fallo Ángel Estrada, sobre tres votos el primero queda en disidencia y el segundo y tercero, separados,
hacen mayoría indicando al Ente Nacional Regulador de la Electricidad que debe decidir nuevamente, ahora
“teniendo en cuenta lo dispuesto en la presente resolución”: CNFed. CA, Sala I, LL, SAdm., 6-X-00, p. 34.
32 Citado en el magnífico y ex profeso provocativo libro de NIETO, op. cit., pp. 137 y 143-5.
29
De igual modo, el juez que lee un escrito presentado por las partes presta
atención a cuáles son los hechos que la parte sostiene (que por supuesto contrastará
con su propia percepción de la prueba) y en base a ellos qué pide. Primero es siempre
necesario determinar y saber de qué se trata.33 En un escrito, saber cuál es el objeto y
cuál es el petitorio (que deben desde luego coincidir);34 en una sentencia, qué se ha
resuelto frente a qué planteamiento.
Cuando tengo una selección interesante de fallos cuya solución me parece útil
para aquello que estoy analizando, entonces puedo profundizar en su lectura.
¿Deberé tener en cuenta principalmente sus argumentos jurídicos, o principalmente
su descripción de los hechos?
Los lectores ya saben que los hechos son lo más importante en derecho, que si
nos equivocamos en los hechos todo lo demás no sirve. Que son los hechos los que
determinan que una solución sea justa o injusta, que una conducta determinada sea
abuso del derecho o no, buena o mala fe, mala praxis o no, constituya o no una
arbitrariedad y así sucesivamente con cada uno de los grandes principios del derecho.
Así como lo más importante en un caso de derecho son los hechos, así también
lo que más interesa en una sentencia es cómo percibe y argumenta o razona los
hechos. Pero no debemos tampoco suponer que la descripción que el fallo hace es
necesariamente completa o adecuada. La realidad está siempre fuera del fallo.35
33Utilizamos adrede la frase que la sabiduría popular habría reclamado de viva voz frente al Cabildo, en los
albores de la revolución de Mayo.
34 GENARO R. CARRIÓ señalaba que, por ello, esas son las partes fundamentales de un escrito jurídico, a las cuales
el abogado debe prestar máxima atención y cuidado. Mutatis mutandis, es el mismo método de BREITEL para sus
sentencias.
30
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Si los lectores entran en las “cavilaciones” que señala la real cédula de 1768,
entonces es peor lo que un fallo dice de más que lo que dice de menos, si es muy
breve. Porque la ausencia al menos hace pensar al lector sobre cuáles habrán de ser
verdaderamente los fundamentos de la sentencia. La presencia excesiva de
argumentos, si no son los centrales, desorienta la búsqueda y la lleva por caminos sin
destino. Otras veces ocurren ambas cosas a la vez: el fallo omite las razones
fundamentales y da razones que no son las que llevaron a tomar la decisión pero
pueden en abstracto, “objetivamente”, fundarlas.
También hay argumentos reales que no es de buen estilo darlos por escrito. El
monto de la condena es algo que siempre se tiene en cuenta. Nadie quiere condenar al
Estado a pagar una suma que éste no pueda pagar. Como se ha dicho acerbamente,
“Cuando no hay plata, no hay derecho.”36 En una condena civil por daños y perjuicios
el magistrado también toma en cuenta la realidad de la víctima o del responsable (p.
ej. al fijar una reparación, que sea igual o superior a la ganancia que el responsable
haya obtenido con la comisión del daño), o de ambos. A veces lo dice37, a veces no.38
37Lo dice la CSJN en un fallo –Ekmekdjian– que ha despertado en este y otros aspectos el interés de GONZÁLEZ
PÉREZ, JESÚS, La degradación del derecho al honor (honor y libertad de información), Madrid, Civitas, 1993, p. 45.
38A veces las normas lo imponen. En Finlandia, las multas por infracciones de tránsito se gradúan según el
patrimonio del infractor. Un nuevo rico paga así, a veces, más de cien mil dólares por pasarse indebidamente de
carril.
31
Tomaremos dos casos famosos y dos no tan conocidos, para ejemplificar cómo
los fundamentos de más o de menos pueden entorpecer nuestro análisis. No será
culpa del fallo, sino nuestra, entenderlos mal. Como se verá, nos ha pasado.
7.1. CHOCOBAR39
Cuando la demora se hizo insostenible por la presentación del Defensor del Pueblo de
la Nación ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos 41, se hizo público
en los periódicos de la época (y lo han relatado públicamente miembros del tribunal)
que sobre nueve votos había dos grupos de cuatro votos cada uno: los diarios
señalaban el monto total que la decisión representaba para el tesoro nacional 42. Los
diarios43 recogieron que el noveno voto oscilaba entre firmar el voto que establecía el
mayor porcentaje de aumento, o lograr que el otro grupo aumentara el porcentaje
que reconocía. Se dice que cuando desde el primer voto se les desafió a hacer
mayoría, los integrantes del segundo grupo dijeron que de ser mayoría no votarían de
igual modo. No nos consta. En todo caso dijeron los diarios que el voto pivotante
consiguió un pequeño aumento del primer grupo y se sumó finalmente a ellos,
haciendo mayoría.
42 Igual temática se presentó en 1986 in re Zappa. Los diarios lo titulaban “Imposible pagar el 82 por ciento”; “En
un callejón sin salida.” Ver OTEIZA, EDUARDO, La Corte Suprema. Entre la justicia sin política y la política sin
justicia, La Plata, LEP, 1994, p. 158 y sus referencias de p. 157. Allí la decisión fue formalmente “jurídica” pero
irreal. La sentencia era incumplible y no fue cumplida, como explica OTEIZA, op. loc. cit.
43 Obviamente, tampoco la sentencia. Es una práctica común en los tribunales colegiados de todo el mundo hacer
lo que se denomina en Estados Unidos horse trading: la búsqueda de un término medio de consenso entre todos
los magistrados, resignando cada uno algo de su posición para alcanzar una decisión común a todos. Es parte
natural de la búsqueda de consenso en un cuerpo colegiado y en verdad no puede reflejarse en la sentencia.
Carecería de estilo. Pero lee mal un fallo quien omite preguntarse cómo se llegó a ese consenso. Aún en los
tribunales individuales hay intercambio de ideas entre el juez y sus secretarios u otros funcionarios o empleados
del tribunal. Lógicamente se influencian recíprocamente. Ese proceso de interpenetración de ideas en camino a la
decisión que expone la sentencia, tampoco es desde luego explicada por ésta, ni podría serlo. No por ello leerá bien
el fallo quien ignore ese proceso.
32
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
7.2. PERALTA44
Pero hay un dato de la realidad de los bonos que resuelve el tema. El viernes
del fin de semana largo previo al decreto hubo un brusco y extremo recalentamiento
financiero en la plaza, en virtud del cual las colocaciones bancarias de ese día al cierre
de los bancos, en call por ese fin de semana, se hicieron a más del 900% anual45. Casi
cuatro dígitos de intereses. Ese solo dato demuestra, sin más argumentación, que era
necesario e inmediatamente urgente, enfriar ese recalentamiento disparatado de la
economía. Nunca hemos sentido la necesidad de leer el pronunciamiento judicial, la
solución es autoevidente. Todo lo que se diga al respecto estará de más.
7.3. ALLEVATO
45 Cincuenta veces más que una altamente preocupante tasa bancaria, en call, del 15 o 16% en nuestros días.
46Ver nuestro libro”Después de la reforma del Estado”, Buenos Aires, FDA, 1996, 1a ed., anexo del cap. X, pp. 56-
60. Cabe destacar que se trata de un excelente tribunal, que ha dictado magníficos fallos. Uno de ellos lo hemos
dado como ejemplo de análisis fáctico: The Scotch Whisky Association Ltd., CNFed. Civ. y Com., Sala II, 2000, LL,
2000-C, 696, cuyo análisis normativo suponemos también bueno, pero no hemos creído necesario leer, tan claro
era, de la descripción de los hechos, que no cabía sino una única solución justa.
33
solución que el tribunal había dado. Si bien yo pensaba y pienso que el
pronunciamiento no tenía adecuados fundamentos de hecho y de derecho, su
percepción de la realidad y su decisión eran las correctas. La mía estaba equivocada,
aunque fueran “buenos” mis argumentos. Obviamente, de nada sirven “buenos”
argumentos si son aplicados donde no corresponde.
Es claramente preferible dar la buena solución y explicarla mal, que darla mal
y explicarla “bien”, pues lo segundo, como se advierte, es una falacia. Si la solución
está mal, no se puede decir que jurídicamente está bien: los conceptos que se den
serán al estilo SAVIGNY, potencialmente buenos in vitro pero inatinentes al problema
a resolver, por lo tanto malos en el caso concreto, defectuosa aplicación del derecho a
un supuesto que no encuadra en el razonamiento normativo que se realiza.
7.4. PEREYRA
47 “El método en un caso de derecho: hechos, valoración, normas”, RAP, 234-91 (Buenos Aires, 1998).
34
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Supongamos que el fallo que se dicta, rechazando la acción, hace con todo una
muy buena exposición del interesante planteo contenido en la demanda y también un
buen razonamiento de los motivos por los cuales el juez no admite esa pretensión.
El planteo era original pero el juez entendió con buenas razones que no cabía
acogerlo. ¿Hay en ello alguna novedad jurídica?
El principio del cual se debe partir para el análisis de fallos, por ende, es que lo
importante en cuanto sentencia no es el material de lectura que tenga, como si fuera
un artículo de revista jurídica, una monografía, una tesina.
49Terceras personas nos han dado a entender que estos últimos argumentos militaron en la toma de decisión; no
fueron expuestos en el texto del pronunciamiento jurisdiccional.
50Empezamos con el orden simétrico de los bancos en el aula y con el democratizante guardapolvo blanco. En los
colegios pagos, con bonitos y elegantes conjuntos uniformes de ropa, con lo cual el guardapolvo blanco se vuelve
discriminatorio. Siempre el uniforme, nunca la libertad y la individualidad. Lo mismo puede decirse de la práctica
de formar a los alumnos para saludar a la bandera. Práctica desconocida en EE.UU., donde nadie dirá que no
honran y respetan la bandera, sin necesidad de hacer una formación marcial. Así seguimos premiando lo igual,
hostigando lo distinto.
35
Lo importante en cuanto fallo es la resolución interesante de un problema y es
ella la que debe ser atractiva por algún motivo. Si la decisión es de interés, entonces
también lo será analizar cómo el juez explica esa decisión. Si no reviste novedad, por
ejemplo por ser obvia, el interés de su contenido no es distinto del que pudiera tener
cualquier otra publicación, no en cuanto sentencia.
Hay veces que el planteamiento del fallo tiene interés aún siendo adverso en
cuanto al fondo, por lo que resuelve (no, insistimos, por lo que dice) en cuanto a la
forma y no por lo que resuelve en cuanto al fondo. Por ejemplo, se puede admitir la
legitimación amplia de quien invoca la sola condición de ciudadano para impugnar
determinada actividad estatal, pero rechazar el planteo en cuanto al fondo por no
considerar que la actividad impugnada sea ilegítima. Lo primero tiene interés, lo
segundo no, pues presumiéndose aquella legítima nada agrega al conocimiento
empírico, salvo excepciones, que realmente lo sea según determinado tribunal.
9. EL EXCESO DE INFORMACIÓN
36
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Una segunda razón que me ha llevado a leer los fallos del modo que queda
expuesto, fue la necesidad de leer un gran volumen de sentencias. Ese esfuerzo era
para seleccionar aquellas que se publicarían en el “Suplemento de jurisprudencia de
derecho administrativo”, a mi cargo, del diario La Ley. A mayor cantidad de
sentencias leídas, mejor selección.54 Pero no es solamente el tener a cargo una
publicación, o el obvio problema contemporáneo que tiene todo aquel que se dedica
al derecho: un exceso de información, específicamente de jurisprudencia. De todas
maneras, detengámonos un momento en este aspecto del problema.
Obviamente, hay una primera selección temática en la que nos guiaremos por
el tipo de tribunal y de causa, incluso los glosarios o índices que hacen los libros de
jurisprudencia. Hecha esa primera selección gruesa, siguen quedando muchos fallos
en relación al tiempo de que dispongo.
51Es una ecuación de hierro. Cuanto más detalladamente se lee cada fallo, menos fallos se leen y más se pierde la
visión de conjunto. Por ello son importantes los análisis de conjunto, como los caps. 4 y 5 de OTEIZA, op. cit.
52No en los escritos judiciales, pues el tribunal la conoce mucho mejor que yo. Si lo hago entorpezco su trabajo,
pues una razón de estilo lo llevará a tener que buscar y citar otros precedentes que los que yo le invoco.
53“Cien notas de Agustín. Notas asistemáticas de un lustro de jurisprudencia en derecho administrativo”, Buenos
Aires, Fundación de Derecho Administrativo, 1999.
54El método me ha quedado, esa causal no. En efecto, posteriormente he tenido el privilegio de que muchos fallos
me sean acercados, no bien aparecen, por amigos o conocidos. Algunas redes informáticas de interés público
proporcionan un servicio semejante. Por ejemplo, la de la Universidad de Palermo llamada Red DIP, o Red de
Derecho de Interés Público: [email protected]. La inscripción es gratuita.
55 Ni siquiera del propio tribunal. De acuerdo a información extraoficial, la CSJN, por ejemplo, no publica todas sus
sentencias sino que “selecciona” las de mayor interés o al revés excluye las de menor entidad —según quién
clasifica.
37
Si nos dedicamos de entrada a leerlos a todos detenidamente, nuestra
inversión de tiempo será tan alta que no alcanzaremos a leer demasiados. Puede
ocurrir que entre los que no miramos haya algunos que eran importantes para
nuestro interés. Para que no me queden fallos importantes sin ver, pues, debo leer
rápido y bien. Debo también poder acumular en mi cabeza, sin perjuicio de tomar
notas, una visión global de lo que estoy viendo. De otra manera me puedo perder, me
puedo desorientar en la búsqueda.
Otra posibilidad es buscar en los sumarios que hacen las revistas de derecho y
los CDs que compilan tales sumarios. Su ventaja es que la búsqueda se hace con la
computadora. Muchos abogados jóvenes suelen así leer nada más que el sumario de
la revista que publica el fallo, pero ello tiene un primer problema y es que se trata de
una visión ajena que no necesariamente representa una buena lectura de las
sentencias. Si la otra parte advierte que uno citó sumarios de un CD, uno queda
expuesto al escarnio, cuando le repliquen con el fallo real y no los sumarios de
“doctrina.”
38
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
56Decía BIELSA: “Algunos estudian cinco horas y piensan una. Es al revés. Hay que estudiar una hora y pensar
cinco”
39
40
DATO ÚTIL
EN LA COLECCIÓN “FALLOS DE LA CSJN” SE PUBLICAN SOLO LAS SENTENCIAS MÁS
TRASCENDENTES QUE EMITE EL TRIBUNAL (ACORDADA 37/2003).
I.- LA REPUBLICA
I A: “MONNER SANS C/ ESTADO NACIONAL S/ AMPARO LEY 16.986”;
I B: “UNIÓN CÍVICA RADICAL DE LA PROVINCIA DE SANTIAGO DEL ESTERO C/ SANTIAGO DEL
ESTERO, PROVINCIA DE S/ ACCIÓN DECLARATIVA DE CERTEZA”
III M: “RECURSO DE HECHO DEDUCIDO POR LA DEFENSA DE LUIS MUIÑA EN LA CAUSA VIGNONE,
REYNALDO BENITO ANTONIO Y OTRO S/ RECURSO EXTRAORDINARIO”;
44
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
45
UNIDAD I – LA REPUBLICA
16.986”
DECLARATIVA DE CERTEZA”
48
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
49
3.2.- Expresan que mal se puede ejercer la profesión de abogado si se desconocen las
normas que rigen las conductas de los ciudadanos.
3.3.- Y aquí es donde me corresponde realizar algunas reflexiones respecto a las
llamadas “leyes secretas”.
Claramente nuestra Constitución desde 1994 en su artículo 99 inciso 3º expresa
dentro de las atribuciones del Presidente que:
“3º Participa de la formación de las leyes con arreglos a la Constitución, las promulga
y hace publicar” (esto último agregado por la reforma).
La Constitución ordena la publicación de las normas y, en un todo de acuerdo, las
mismas han de publicarse en el Boletín Oficial.
Pero encontramos otro artículo, el artículo 19 que señala: “ningún habitante de la
Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe”
¿Cómo va a cumplir con la ley o conocer sus derechos si no se conoce lo que manda o
lo que prohíbe?. Esto lo lleva al maestro Germán Bidart Campos a afirmar la
inconstitucionalidad de las “leyes secretas”.
Asimismo en los artículos 1º y 5º de la Constitución se trata la forma republicana de
gobierno, y de esto se desprende el principio de la “publicidad de los actos de gobierno”. En
una República, como principio, no debe imperar el “arcana imperii”, traducido diríamos el
“secreto de Estado”.
Uno de los grandes logros del constitucionalismo fue limitar el poder del monarca,
recuérdese la frase atribuida a Luis XIV: L'État, c'est moi («El Estado soy yo») y dentro de esa
limitación tenemos que el soberano debe dar a conocer sus decisiones. Terminar con aquello
de que el pueblo no supiera ni siquiera cual era el presupuesto de la Francia imperial se
encuentra dentro de las causas del por qué de la publicidad de los actos de gobierno.
Los actos de los poderes constituidos deben ser conocidos por los ciudadanos, sea
para saber qué se puede hacer y que no, sea para reprocharles a estos los mismos
reclamando sea política, civil y/o penalmente su responsabilidad.
3.4.- La Constitución en diferentes artículos se refiere a la publicidad y ese es
evidentemente el principio rector. Es natural y correcto que en una República no existan
normas secretas como se viene tratando.
Pero en situaciones de real peligro respecto a la subsistencia del Estado, cuando su
suerte como República o la propia democracia se encuentren comprometidas, ¿se puede
recurrir a esta normativa excepcionalmente? Aquí encontramos a un importante grupo de
juristas como Vanossi o Fayt, entre otros, que entienden que una norma puede ser secreta si
está comprometida la seguridad del Estado.
Particularmente adhiero a este criterio y la historia argentina tiene ejemplos en tal
sentido como la compra de barcos de guerra o fusiles Mauser a principios del siglo pasado.
Como también tiene malos ejemplos de su utilización como es el caso que comentamos, pagar
sobresueldos a funcionarios del Estado.
3.5.- En esta línea se enrola la sentencia de Cámara cuando nos dice que “las llamadas
leyes secretas y los decretos de igual carácter, son algo no querido pero necesario y deben ser
aceptados como tal”
Pero el fallo, para el caso concreto de la ley en crisis, resuelve que no corresponde
mantener la declaración de inconstitucionalidad del carácter secreto que se le otorgó a la Ley
18.302 atento la enumeración de organismos que formula y todos ellos referirse a la
seguridad del Estado.
50
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Señala que los casos de corrupción que se investigaron guardan relación con el mal
uso que hicieron los gobernantes de la norma, son consecuencia de ese obrar humano y no de
la propia ley y su carácter secreto.
Por esto se revoca la sentencia apelada.
4.- Este fallo generó numerosos proyectos de ley que trataban el tema de las llamadas
“leyes y decretos secretos” (por ejemplo el proyecto del Diputado Vanossi D 3978/05) que
iban desde quitarles a todos automáticamente el carácter secreto a los que otorgaban un
plazo para el estudio de la normativa secreta y disponer en cada caso si quitarles o no tal
carácter.
El tema fue resuelto por la ley 26.134 que le quita el carácter secreto a toda ley que se
haya sancionado (art. 1º) y prohíbe para el futuro el dictado de leyes de carácter secreto o
reservado (art. 3º).
Asimismo, resuelve el tema de los sobresueldos regulados en la ley 18.302
disponiendo su derogación.
CUESTIONARIO
51
52
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
La Unión Cívica Radical promueve acción declarativa de certeza en los términos del
artículo 322 del CPCC con el objeto que se declare que el Dr. Gerardo Zamora no se encuentra
habilitado para ser candidato a gobernador para el período que comienza en Diciembre de
2013.
FALLO DE LA CSJN:
59Fuente: LA LEY 25/10/2013, 25/10/2013, 7 - LA LEY2013-E, 605 - LA LEY 07/11/2013 , 7, P.q.-S; LLNOA2013
(noviembre), 1107 - DJ18/12/2013, 37. Cita Online: AR/JUR/66807/2013.
Nota del editor: la explicación expuesta no exime al alumno de la cuidadosa lectura del fallo íntegro y del análisis
de los fundamentos vertidos en el mismo por los magistrados.
53
argentinos;
e) La SOBERANIA POPULAR es un principio de raigambre constitucional y se debe
evitar cualquier maniobra que aún cuando pueda traer aparejado algún rédito en la contienda
electoral, signifique desconocer elementales reglas constitucionales;
f) La historia política de la Argentina es trágicamente pródiga en experimentos
institucionales que intentaron forzar y en algunos casos hacer desaparecer principios
republicanos. Ese pasado debería desalentar ensayos como el impulsado por Zamora que
desconoce el texto constitucional, máxima expresión de la voluntad popular.
CUESTIONARIO
54
UNIDAD II – PARTIDOS POLITICOS
22 DE ABRIL DE 1987
HECHOS:
Una persona que pretendió nominarse a título individual y fuera del sistema de
partidos políticos a candidato a Diputado por el distrito electoral de Corrientes, solicitó la
inconstitucionalidad del artículo 2° de la nueva ley orgánica de partidos políticos 22.627, por
considerar afectados sus derechos constitucionales de elegir y ser elegido. La Cámara
Nacional Electoral, confirmando lo resuelto por el anterior, rechazó la oficialización de su
candidatura. Contra esa sentencia el interesado dedujo recurso extraordinario. La Corte
Suprema de Justicia de la Nación, en queja y por mayoría, confirmó la sentencia resistida.
SUMARIOS:
1.- A los fines del recurso extraordinario debe considerarse la subsistencia del
gravamen al tiempo de atender la queja, pues si ha desaparecido de hecho, o ha sido
removido el obstáculo legal en que se asentaba, o bien el transcurso del tiempo lo ha tomado
inoperante, la causa deviene abstracta.
2.- El art. 2° de la ley de partidos políticos 22.627, no viola el art. 28 de la Constitución
Nacional, pues el recurrente tiene abierta la posibilidad de afiliarse a cualquiera de los
partidos políticos existentes y de participar en la selección de candidatos, así como la de
constituir un nuevo partido que posibilite su acceso al cargo público al que aspira. (Del voto
del doctor Petracchi).
3.- Si bien la exclusividad para la nominación de candidatos que tienen los partidos
políticos es un tema controvertido, la realidad ha demostrado hasta ahora que la existencia
política concreta de voluntades aisladas no es plausible ni útil, toda vez que es ineficaz para
ejercer influencia en la formación de la voluntad del Estado. El sistema democrático hace
necesario la organización de los individuos en asociaciones determinadas por diversos fines
comunes; en ellas se agrupan las voluntades individuales coincidentes. (Del voto del doctor
Petracchi).
4.- El art. 2° de la ley de facto 22.627, que reconoce a los partidos políticos en forma
exclusiva la nominación de cargos públicos electivos no es violatorio del art. 28 de la
Constitución Nacional, ni atenta contra la función electoral del derecho de sufragio, al
eliminar los candidatos individuales, promovidos por sí, omitiendo determinar los requisitos
que hubieran hecho posible la admisión de candidaturas independientes.
5.- Resulta constitucionalmente válido el ejercicio del poder reglamentario al
establecer controles gubernamentales, con el objeto de garantizar la pluralidad, la acción y el
sometimiento de los partidos políticos a las exigencias básicas del ordenamiento jurídico y
57
atribuirles la exclusividad de la postulación de candidatos a los cargos públicos.
6.- Los partidos políticos coexisten como fuerzas de cooperación y oposición para el
mantenimiento de la vida social, a cuya ordenación concurren participando en la elaboración
y cristalización de normas jurídicas e instituciones y que, vinculados al desarrollo y evolución
política de la sociedad moderna, materializan en los niveles del poder las fases de integración
y conflicto, convirtiendo las tensiones sociales en normas jurídicas.
7.- En la actualidad el cuerpo electoral de la Nación está formado por millones de
personas que reúnen los requisitos constitucionales exigidos para ser diputado nacional (art.
40 Constitución Nacional), con idéntico derecho, todas ellas, potencialmente, para nominarse
como candidatos. La posibilidad teórica de que tal cosa ocurra, justifica que el poder
reglamentario haya considerado necesario algún proceso de reducción, optando por alguna
de las alternativas impuestas por la naturaleza del sufragio, la realidad de la vida política, el
pluralismo inherente al sistema de partidos y la función que éstos tienen dentro del régimen
representativo, excluyendo la simple postulación individual. Esas alternativas se reducen a la
elección directa o indirecta de los candidatos por los miembros del partido; la elección por el
cuerpo electoral mediante el procedimiento de las primarias abiertas; y la elección por un
reducido número de electores de un candidato independiente.
8.- La realización periódica de elecciones de diputados nacionales surge de las
previsiones de la Constitución Nacional y es una disposición consustanciada con los
principios representativo y republicano que ella sostiene, por lo que es un evento recurrente
cuya desaparición fáctica o perdida de virtualidad no es imaginable mientras se mantenga la
vigencia del orden instaurado en la ley fundamental. Sólo cuando éste sufrió violentas
alteraciones y se convirtieron en abstractos temas que hacen a la renovación de los poderes
políticos.
9.- Los partidos políticos son organizaciones de derecho público no estatal, necesarios
para el desenvolvimiento de la democracia representativa y, por tanto, instrumentos de
gobierno cuya institucionalización genera vínculos y efectos jurídicos entre los miembros del
partido, entre éstos y el partido en su relación con el cuerpo electoral; y la estructura del
Estado, como órganos intermedios entre el cuerpo electoral y los representantes.
10.- Los partidos políticos forman parte de la estructura política real, de allí que la
vida política de la sociedad contemporánea no pueda concebirse sin los partidos, como
fuerzas que materializan la acción política.
11.- El reconocimiento jurídico de los partidos políticos deriva de la estructura de
poder del Estado moderno, en conexión de sentido con el principio de la igualdad política, la
conquista del sufragio universal, los cambios internos y externos de la representación política
y su función de instrumentos de gobierno.
12.- El sufragio es un derecho público de naturaleza política, reservado a los
miembros activos del pueblo del Estado, que en cuanto actividad, exterioriza un acto político.
Tiene por función la selección y nominación de las personas que han de ejercer el poder y
cuya voluntad se considera voluntad del Estado en la medida en que su actividad se realiza
dentro del ordenamiento jurídico, ya que los que mandan lo hacen en tanto obedecen al
orden legal en que fundan sus decisiones y los que obedecen lo hacen en tanto mandan a
través de ese mismo orden legal en cuya formación participaron.
13.- Son improcedentes los agravios del recurrente relacionados con la exclusividad
de presentar candidaturas para los cargos públicos conferida a los partidos políticos por la
legislación vigente, a que le impide nominarse, por sí, candidato a diputado, ya que tal
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
CUESTIONARIO
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
HECHOS:
61
del principio fundamental declarado por los constituyentes en la gran portada del Preámbulo
de "asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para
todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino", como uno de los
caracteres y metas esenciales de la forma de gobierno adoptada en el artículo 1º, aún más, de
nuestra forma de vida, dentro del Estado de derecho.
El Alto Tribunal ha declarado que el artículo 16 de la Constitución, "inspirada por la
conciencia democrática de sus autores, que abominaban toda primacía ilegítima, que no
admite prerrogativas de sangre ni de nacimiento, que suprime los títulos de nobleza y los
fueros personales, para declarar enseguida que todos los habitantes son iguales ante la ley,
demuestra, con toda evidencia, cuál es el alto propósito que la domina: el derecho de todos a
que no se establezcan excepciones o privilegios que excluyan a unos de lo que se concede a
otros en iguales circunstancias" (Fallos: 16, 118; 101, 401; 155, 96; 286, 97).
La cuestión constitucional a examinar en la presente causa, para determinar si el
artículo 59 de la Carta orgánica que se tacha de inconstitucional consagra alguna evidente
desigualdad, excepción o privilegio excluyente para unos respecto a otros en iguales
circunstancias, debe efectuarse desde un doble análisis: a) desde la situación del afiliado
radical del distrito Santa Fe, en cuanto pretende renominar como candidato para un mismo
cargo público a quien había sido nominado y electo para el período inmediatamente anterior;
y b) desde la situación del candidato cuestionado y no proclamado del mismo distrito que
pretende ser nominado y obviamente electo nuevamente para el mismo cargo público que
ocupaba.
Y tales ambas situaciones deben compararse correlativamente con aquéllas en que se
encuentran tanto afiliados radicales como candidatos a cargos públicos renominados por
mayoría absoluta, en los distritos en los que no existe la cláusula estipulada del artículo 59 de
la provincia de Santa Fe, en sus cartas distritales. Para ello, es necesario establecer en primer
lugar si son "iguales las circunstancias" según aquella jurisprudencia de la Corte Suprema, en
que se encuentran los precitados sujetos políticos partidarios del distrito Santa Fe y los de
otros distritos.
Que del exhaustivo análisis la conclusión ha de ser positiva en las elecciones internas
partidarias respecto al proceso electoral nacional. Se encuentran en las mismas, iguales e
idénticas circunstancias, tanto los afiliados radicales del distrito Santa Fe como los de
cualquier otro distrito que pretenden nominar o renominar un candidato para Diputado
Nacional; como también los propios candidatos a dicho cargo público nominados o
renominados en aquel distrito y en los restantes de la República.
En efecto, las normas del Derecho político electoral que rigen la elección de los
nominados o renominados para Diputados nacionales son las mismas para todos ellos y para
los afiliados que los votaron: la Constitución Nacional y las leyes nacionales pertinentes, Ley
23.298 y Código Electoral Nacional entre ellas; y los Diputados a elegirse de los que resulten
nominados lo son para un mismo y único cuerpo legislativo: la Cámara de Diputados, órgano
que integra con el Senado el Congreso de la Nación.
Por consiguiente, se verifica con claridad la primera pauta examinada y que las Cartas
orgánicas distritales aparecen como diversas a la simetría y subordinación con la
Constitución Nacional en la norma electoral cuestionada.
Que en cuanto a la segunda pauta, si el artículo 59 de la Carta orgánica de Santa Fe
pudo establecer "una excepción o privilegio que excluya a unos de lo que se concede a otros en
iguales circunstancias", resulta a todas luces evidente que tal requisito de obtener los dos
62
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
En autos, la Lista Blanca dentro de la cual se nominó al Dr. Terrile, obtuvo 95.601
votos y la Lista Amarilla (opositora) 59.954 votos. Por lo tanto, el total obtenido por la
primera representa el 60,44% de los votos válidos emitidos.
El artículo 59 de la Carta Orgánica provincial dice, en cuanto es motivo de esta causa,
que: "para ser reelecto en el mismo cargo público será necesario tener los dos tercios de los
votos válidos emitidos"; es decir el 66%.-
Que el diputado Terrile aceptó las prescripciones de las normas partidarias sin
ninguna impugnación previa. Su caso, en efecto, consistía en conseguir la reelección para el
mismo cargo público que viene desempeñando desde 1983, o sea, el de diputado nacional.
Era indudable que el recurrente conocía el artículo 59 aludido y se allanó por tanto a
63
tal exigencia, naturalmente en la creencia de que podía superarla.
Coincido con el señor Fiscal y con la Junta Electoral partidaria que el afiliado doctor
Terrile para poder conseguir ser reelecto como candidato a diputado nacional por su partido,
de acuerdo a lo establecido en la Carta Orgánica, debió haber obtenido el 66,66% de los votos
válidos emitidos en la elección interna, sin llegar a esa cifra por lo que corresponde rechazar
el planteamiento formulado por el doctor RICARDO ALEJANDRO TERRILE, pues, de no
resolverse así, se estaría avasallando la Constitución, la organización, el gobierno propio, y el
libre funcionamiento de la U.C.R. (Santa Fe)
Si tomamos la consulta efectuada al Dr. Vanossi, éste, en medio de las consideraciones
razonables y jurídicas que ahí se exponen dice "soy de opinión que debe modificarse la
redacción del inciso LL) del artículo 31 de la Carta Orgánica Nacional". El dictamen del doctor
Vanossi corrobora nuestro punto de vista en cuanto no achaca de inconstitucional el requisito
impugnado, sino que dice que podría ser considerado irrazonable, para lo cual entiende que
es conveniente modificar la Carta Orgánica en esa parte.
Quiero desde ya dejar expresado que el voto que expongo deja a salvo la personalidad
del doctor TERRILE, cuyo ejercicio como diputado nacional desde 1983 es destacable. Más
todo su mérito personal no me puede llevar a aceptar la violación de disposiciones expresas
en las Cartas Orgánicas, tanto nacional como provincial.
Se Pretende en el caso, que el artículo 59 de la Carta Orgánica provincial sería
inconstitucional basándose en que el artículo 16 de la Constitución Nacional establece que:
"Todos sus habitantes son iguales ante la ley".
Nuestra Corte Suprema ha dicho que la igualdad ante la ley consiste en que no se
establezcan excepciones o privilegios que excluyan a unos lo que se concede a otros en
iguales circunstancias (C.S.N. tomo 16, pág. 118) Tomo 127, pág. 18; etc.).
La igualdad exige que se trate del mismo modo a quienes se encuentran en iguales
situaciones. La regla de igualdad no es absoluta, ni obliga al legislador a cerrar los ojos ante la
diversidad de circunstancias, condiciones o diferencias que puedan presentarse a su
consideración; por lo que la razonabilidad es la pauta para ponderar la medida de la igualdad,
con lo que queda entendido que el legislador puede crear categorías, grupos o clasificaciones
que irroguen trato diferentes entre los habitantes, a condición de que el criterio indicado sea
razonable". Todo ello nos lleva naturalmente a la conclusión de que la igualdad ante la ley no
es absoluta, sino que como todos los derechos, cede razonablemente ante las leyes que
regulan su ejercicio.
No es exacto pues que exista la desigualdad que podría contradecir al artículo 16 de la
Constitución Nacional, puesto que se trata de situaciones diferentes entre quien es electo por
primera vez y quien pretende ser reelecto consecutivamente.
En síntesis, la igualdad aquí pretendida lo sería para violar la Carta Orgánica nacional
por lo que fallo rechazando la pretensión del Dr. RICARDO ALEJANDRO TERRILE de que se lo
proclame y oficialice como candidato a diputado nacional por la U.C.R de Santa Fe para las
elecciones del 6 de setiembre venidero. Téngase presente la reserva del caso federal
planteada.- ENRIQUE VICTOR ROCCA.
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
CUESTIONARIO
FUNDAMENTE SU RESPUESTA.;
3) ¿CUÁL HA SIDO EL FUNDAMENTO DE LA CÁMARA ELECTORAL PARA ADMITIR LA POSTULACIÓN
DE RICARDO ALEJANDRO TERRILE?;
4) ¿CUÁL HA SIDO EL FUNDAMENTO DE DON MIGUEL DAVID BERGEL PARA OPONERSE A DICHA
POSTULACIÓN?;
5) ¿QUÉ DISPONEN LAS CARTAS ORGÁNICAS DEL MISMO PARTIDO EN OTRAS PROVINCIAS?;
¿CUÁL HA SIDO EL FUNDAMENTO DEL VOTO EN DISIDENCIA DEL DR. ENRIQUE ROCCA?;
6) EN SU INTERPRETACIÓN: ¿LESIONA LA SENTENCIA LA IGUALDAD DE TRATO?.
65
66
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
SE TRATA DE NUEVO TRIUNFO, UNA AGRUPACIÓN QUE PROPONE DESBARATAR "LA RED
HOMOSEXUAL, DROGADICTA Y CORRUPTA QUE HOY INFECTA A LA ARGENTINA". EL MÁXIMO TRIBUNAL
DIJO QUE PROMUEVE PRÁCTICAS DISCRIMINATORIAS PROHIBIDAS POR LEY.
62 Fuente: Web Centro de Información Judicial. Publicado el día 17.03.2009. Consultado el día 20.08.2017.
67
68
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
OTRAS MIRADAS
¿DEBEN
LOS JUECES LIMITARSE A CONTROLAR EL CUMPLIMIENTO DE LOS
REQUISITOS PRE ESTABLECIDOS POR EL CONSTITUYENTE Y EL LEGISLADOR O
PRONUNCIARSE SOBRE LAS VIRTUDES CIVICAS Y APTITUDES ÉTICAS DE LOS
CANDIDATOS ELECTORALES QUE CARECEN DE IDONEIDAD?
I. EL CASO
63 Fuente: Amaya, Jorge Alejandro. LA LEY 28.08.2017 , 4. Fallo Comentado: CS ~ 22.08.2017 ~ Acosta, Leonel
Ignacio s/impugnación de precandidatos elecciones primarias - Frente Justicialista Riojano. CNElectoral ~
07/08/2017 ~ Acosta, Leonel Ignacio s/ impugnación de precandidatos elecciones primarias — Frente
Justicialista Riojano. Cita Online: AR/DOC/2180/2017
64 CNE, "Acosta, Leonel I. s/ impugnación de precandidatos elecciones primarias - Frente Justicialista Riojano",
69
La CSJN acaba de emitir pronunciamiento en fecha 22 de agosto, donde en un fallo
unánime descalifica la sentencia de la Cámara Electoral por estar viciada de arbitrariedad,
ordenando el dictado de un nuevo pronunciamiento en línea con sus postulados, los que
sintéticamente pueden resumirse así: 1. La CNE no consideró las objeciones existentes sobre
la legitimación del impugnante; ni concon la interposición tempestiva o no de la
impugnación67; 2. aplica dogmáticamente un precedente que considera incontrovertible68; 3.
No considera los cambios jurisprudenciales operados respecto al alcance de las
garantías que rodean el proceso penal, en especial el derecho a la revisión de las sentencias
condenatorias69.
El principio de universalidad del voto —receptado en los arts. 37, Const. Nac.70 y 23
CHDH — ha sido una conquista en contanteampliación en gran parte del mundo occidental y
particularmente en los últimos años en la República Argentina.
En efecto, al implementar el carácter universal del sufragio, la llamada Ley Sáenz
Peña71inspiró otras normas que extendieron luego la composición del cuerpo electoral, como
ocurrió —entre otros— con la participación de la mujer a partir de la incorporación del voto
femenino en las elecciones del año 195172; el voto de los argentinos residentes en el exterior
en 199173; el voto de los detenidos sin condena dispuesto en el año 200374luego del fallo de la
Corte Suprema in re "Mignone" 75 ; y el voto de los menores a partir de los 16
años76 reglamentado en el año 2012.
Profundizando esta línea "pro voto activo" en el año 2013 el Tribunal Superior de
Justicia (TSJ) de la Ciudad de Buenos Aires declaró inconstitucional la norma del Código
Electoral Nacional (CEN) aplicable a la ciudad que excluye del padrón electoral a los
detenidos con condena firme77; y, recientemente en mayo de 2016 la Cámara Nacional
Electoral (CNE) siguió la misma posición en la causa "Procuración penitenciaria de la
Nación" declarando inconstitucional los arts. 12 y 19, inc. 2º del Cód. Penal y 3º incs. e), f), y
g), del CEN78.
Ahora bien, en materia de igualdad respecto de las garantías que hacen al pleno
ejercicio de los derechos políticos con arreglo al principio de la soberanía popular y de las
leyes que se dicten en consecuencia (art. 37, Const. Nac.) la jurisprudencia de la CNE ha
distinguido entre el derecho político de sufragio activo (de elegir) que tienen los ciudadanos,
siguiendo —como vimos— una posición garantista y aperturista; y el sufragio pasivo (de ser
elegidos) que, como veremos, ha restringido —principalmente— con base en la
67 Consids. 3º y 4º.
68 Consids. 4°, 5° y 6°.
69 Consid. 7°.
70 El texto nacional encuentra concordancias con los arts. 1º; 16; 33; 38; 39; 40; 45; 51; 54; 75, inc. 23º; 94; 95; 96;
condenados, disponiendo la inconstitucionalidad del art. 3º, inc. d), del Código Electoral Nacional.
76 Ley 26.774.
77 STJ CABA "Asociación por los Derechos Civiles (ADC) c. GCBA s/ acción declarativa de inconstitucionalidad"
(expte. Nº 8730/12). Ver nuestro comentario en "Reflexiones sobre los límites del sufragio: ¿Qué espacio queda al
legislador?, MJ-DOC-6552-AR | MJD6552, 23 de diciembre de 2013.
78 CNE, "Procuración penitenciaria de la Nación y otro c. Estado Nacional - Ministerio del Interior y Transporte s/
amparo - Acción de amparo colectivo - Inconstitucionalidad arts. 12 y 19 inc. 2º Cód. Penal y 3º incs. e), f), y g),
CEN" - Expte. Nº CNE 3451/2014/CA1, 24/05/2016.
70
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
interpretación de los arts. 16 y 36, Const. Nac., referidos al requisito de idoneidad y ética para
ocupar cargos públicos.
Al decir de la CNE, la restricción al derecho pasivo de sufragio se justifica porque
aparece estrechamente ligado a una determinada concepción de la representación;
precisamente porque se espera de los elegidos cualidades singulares y más estrictas que las
que se requieren para el ejercicio del sufragio activo, ya que no es solamente un derecho, sino
que también constituye la oferta electoral79.
Esta afirmación conceptual —que lógicamente compartimos— ha sido utilizada por el
Tribunal Electoral para crear una restricción al derecho de sufragio pasivo que
(lamentablemente) no encuentra sustento legal taxativo en nuestra normativa constitucional,
legal, ni convencional, contraviniendo —de esta manera y desde nuestra perspectiva— el
principio de legalidad (arts. 18, 19, Const. Nac.) y la presunción de inocencia garantizado por
el art. 18, Const. Nac., y el art. 8.2 de la CADH.
71
A estos argumentos agrega que los arts. 1º y 3º de la Ley de Ética Pública dictada en el
marco del art. 36, Const. Nac., obligan a los funcionarios a ejercer una conducta de acuerdo
con la "ética pública"83, y sostiene que, por todo ello, no sólo debe verificarse en un candidato
los requisitos formales específicos sino también "...el cumplimiento de los preceptos
constitucionales, legales y doctrinarios vigentes" para que no se "...devalúe la confianza que
deben inspirar nuestros representantes, y el cuerpo que integrarán; en definitiva a mellar la
confianza en el sistema democrático84.
Luego de adelantar que, a criterio del tribunal, Romero Feris no reúne la condición de
idoneidad suficiente para ser candidato al cargo que pretende85, ya que se trata de un
ciudadano sobre el que pesan dos sentencias condenatorias de Primera Instancia por delitos
contra la administración pública que incluyen la accesoria de inhabilitación especial y su
situación no es asimilable a quien no se halla incurso en proceso penal; y descarta la
presunción de inocencia argumentando que si bien las condenas son de primera instancia:
"...gozan de la presunción de certeza y legitimidad que le asisten como tales en virtud de haber
sido dictadas por un tribunal competente, conforme a derecho y con todas las garantías del
debido proceso legal". "Por esto es que la candidatura se encuentra inhabilitada, resultando
llamativo que sea precisamente durante el desarrollo de un proceso penal como el que atraviesa
el candidato, el momento elegido para su postulación"86.
El caso fue motivo de interposición del Recurso Extraordinario Federal (REF),
concedido al igual que en el caso "Menem" por la Cámara, pero la Corte Suprema no llegó a
expedirse, ya que, con posterioridad al dictamen del Procurador (que aconsejó la revocación
de la sentencia) y antes que la Corte se pronunciara, el Sr. Romero Feris desistió del REF.
La doctrina sentada por la CNE en "Partido Nuevo" fue afirmada obiter tres años
después de su dictado en el recordado caso "Patti" 87y el pasado año en "Procuración
Penitenciaria de la Nación".88
83 Consid. 6º.
84 Consid. 7º.
85 Consid. 8º.
86 Consid. 8º.
87 CNE, Fallo 3741/2006, 14 de septiembre de 2006
88 Consid. 5º.
89 Hemos disentido anteriormente con esta jurisprudencia de la CNE. Cfr. AMAYA, Jorge Alejandro, "Los Derechos
Políticos", Ed. Astrea, 2016; "La universalidad del voto en la jurisprudencia nacional. Entre la limitación
inconvencional y el activismo judicial", Revista digital de la Asociación argentina de Derecho Constitucional
(AADC) Nº 212, 01/03/2017. www.aadconst.org.ar/revistadigital/212-3/; "Derechos políticos y
tensiones", Suplemento de Derecho Constitucional, Ed. La Ley, 09/11/2016, AR/DOC/3118/2016. Al respecto
puede verse también nuestro trabajo "Diálogos entre tribunales internacionales y tribunales internos. Tensiones e
interrogantes en materia de derechos políticos que surgen de la jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos", en Diálogos desde la diversidad. Tribunales supranacionales y tribunales
nacionales (CALOGERO PIZZOLO y Luca MEZZETTI Coord.) I - América, cap. II (ps. 17/46), Ed. Astrea, Buenos
Aires, septiembre de 2016.
72
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
El art. 23 de la CADH (con jerarquía constitucional según el art. 75, inc. 22, Const.
Nac.) dispone que los ciudadanos tienen derecho... de votar y ser elegidos en elecciones
periódicas auténticas y de acceder en condiciones de igualdad a las funciones públicas del
país autorizando la reglamentación del ejercicio de estos derechos y
oportunidades exclusivamente (el destacado es propio) por razones de edad, nacionalidad,
residencia, idioma, instrucción, capacidad civil o mental y condena, por juez competente, en
proceso penal (el destacado es propio).
La jurisprudencia de la CorteIDH como las directrices de la ComisiónIDH sirven como
parámetros exegéticos en el sub examine.
En el caso "Castañeda Gutman", la CIDH aclaró que "la edad, nacionalidad, residencia,
idioma, instrucción y capacidad civil o mental" que establece el numeral 2 del art. 23 de la
CADH como causal de reglamentación de los derechos políticos constituyen "condiciones
habilitantes" que "legítimamente" pueden ser establecidas por los Estados".90
Siempre que no sean desproporcionados o irrazonables, se trata de límites que
legítimamente los Estados pueden establecer para regular el ejercicio y goce de los derechos
políticos y se refieren a requisitos que las personas titulares de los derechos políticos deben
cumplir para poder ejercerlos.
En "Castañeda Gutman" la Corte también aclaró que los Estados podían regular
otras "condiciones y formalidades" habilitantes para hacer efectivo el ejercicio de los derechos
políticos, en la medida que reunieran los requisitos de legalidad, finalidad y
proporcionalidad (el destacado es propio).
Por ejemplo, en los casos "Yatama" y "Castañeda Gutman", la Corte había examinado
la juridicidad internacional de condiciones habilitantes como la "pertenencia" a un partido
político y ciertas formalidades de "inscripción" para la participación en un proceso
electoral91.
Ahora bien, el art. 23 de la CADH no solamente establece "condiciones
habilitantes", sino que merita en el inc. 2º ciertos límites al Estado para la restricción de los
derechos políticos. La restricción máxima para el ejercicio de los derechos políticos se
produce cuando el Estado priva o suspende los derechos al sufragio activo o pasivo de una
persona, quien, por lo demás, cumple con las condiciones habilitantes relativas a la edad,
nacionalidad, residencia, idioma, instrucción y capacidad civil o mental, u otras.
Como garantía contra la privación o suspensión arbitraria de los derechos políticos, el
art. 23 inc. 2º estableció que para privar legítimamente a cualquier persona de sus derechos
políticos, el Estado debe antes haber determinado que esta persona cometió un delito, luego
de cumplir con todas las condiciones características de un proceso judicial penal. Esta
garantía es también coherente con la disposición del art. 27 de la CADH, que expresamente
prohíbe la suspensión de los derechos políticos.
De una interpretación del art. 23 inc. 2º conforme al sentido corriente de sus
términos92, se tiene que el término "condena por juez competente en proceso penal" no es
equiparable a los términos "edad, nacionalidad, residencia, idioma, instrucción y capacidad
civil o mental". Mientras estos últimos son abiertos e indefinidos y, por tanto, deben
necesariamente ser desarrollados y definidos por los Estados a través de sus derechos
internos para tener efectividad, el término "condena, por juez competente, en proceso
penal" parecería, en principio, ser cerrado y definido.
¿Qué ha entendido el sistema interamericano por condena de juez competente en
proceso penal? Sólo hay condena —y por lo tanto posibilidad de restricción de derechos
políticos y consecuente inhabilidad para ser candidato— cuando hay sentencia definitiva,
porque de lo contrario se haría prevalecer (como en "Partido Nuevo") preceptos de índole
73
procesal —como la presunción de certeza y legitimidad de las sentencias no consentidas—
sobre disposiciones sustanciales como las de los arts. 18 de la Const. Nac. y 8.2. de la CADH.
En este sentido, en el caso "Ricardo Canese c. Paraguay"93la Corte Interamericana señaló:
"...en el principio de presunción de inocencia subyace el propósito de las garantías judiciales,
al afirmar la idea de que una persona es inocente hasta que su culpabilidad sea
demostrada"94.
La doctrina de los órganos del sistema interamericano en torno a la extensión del
principio de presunción de inocencia y al concepto de "condena por juez competente en proceso
penal" como causal de restricción autorizada de los derechos políticos quedó afianzada en el
año 2011 en el caso "López Mendoza c. Venezuela"95donde la CorteIDH sostuvo que para
privar o suspender legítimamente los derechos políticos de cualquier persona, el Estado debe
antes haberla condenado por la comisión de un delito, luego de cumplir con todas las
condiciones de un proceso judicial penal, en el que tienen respetarse las garantías judiciales
consagradas en el art. 8º de la Convención Americana96.
En el igual sentido, nuestra Corte en el caso "Mignone" sostuvo: "...resulta
imprescindible observar que el adverbio de modo "exclusivamente" utilizado por el art. 23 de la
Convención citada denota que el elenco de casos en los cuales se permite la reglamentación por
ley interna del ejercicio de los denominados derechos políticos constituye un número cerrado y,
por su propia naturaleza, de interpretación restrictiva, por lo cual toda ampliación que la ley
nacional haga de dicho elenco resulta contraria al instrumento internacional"97.
Dos años antes del precedente "Partido Nuevo" nuestro Alto Tribunal ya había
marcado esta senda garantista del sufragio pasivo en "Alianza Frente para la Unidad
(elecciones provinciales gobernador y vicegobernador, diputados y senadores provinciales)
s/ oficialización listas de candidatos-Romero Feris" 98 , al habilitar la candidatura a
Gobernador Provincial de Raúl Romero Feris que se encontraba detenido con prisión
preventiva firme, declarando la inconstitucionalidad de los arts. 53 y 57 de la Const.
provincial y del art. 3º inc. d) del Código Electoral Provincial, que disponían la inhabilitación
para ser diputado y senador a los candidatos procesados con prisión preventiva firme.
El art. 3º del Código Nacional Electoral enumera quiénes están excluidos del padrón,
entre otros y en lo que aquí interesa: ...e) los condenados por delitos dolosos a pena privativa
de la libertad y, por sentencia ejecutoriada, por el término de la condena;... l) Los inhabilitados
según disposiciones de la Ley Orgánica de los Partidos Políticos99; m) Los que en virtud de otras
prescripciones legales y reglamentarias quedaren inhabilitados para el ejercicio de los derechos
políticos".
De lo expuesto surge que, en nuestro sistema constitucional, las restricciones a los
derechos políticos (sufragio activo y pasivo) exclusivamente pueden provenir:
93 CorteIDH, sentencia del 31 de agosto de 2004, serie C, Nº 111, párrs. 153 y 154.
94 Con anterioridad se había expresado, en el caso "Neira Alegría y otros c. Perú", Reparaciones - sentencia del 19
de septiembre de 1996, serie C, nro. 29, párr. 45, "...ya que las víctimas no habían sido condenadas por sentencia
firme por lo cual es aplicable el principio general de derecho de la presunción de inocencia (art. 8.2 Convención
Americana).
95 CorteIDH sentencia Serie C nro. 233, 1 de septiembre de 2011.
96 Cfr. "Caso López Mendoza", párr. 107.
97 Fs. CS 325:524, consid. 15 del voto de los Dres. Fayt y Petracchi.
98 Fs. CS 324:3143, 27/09/2001.
99 El art 33 de la ley Orgánica de los Partidos Políticos (según ley 26.571) estipula "No podrán ser precandidatos en
elecciones primarias ni candidatos en elecciones generales a cargos públicos electivos nacionales, ni ser designados
para ejercer cargos partidarios": a- Los excluidos del padrón electoral como consecuencia de disposiciones legales
vigentes... "; ..."f) Las personas con auto de procesamiento por genocidio, crímenes de lesa humanidad o crímenes de
guerra, hechos de represión ilegal constitutivos de graves violaciones de derechos humanos, torturas, desaparición
forzada de personas, apropiación de niños y otras violaciones graves de derechos humanos o cuyas conductas
criminales se encuentren prescriptas en el Estatuto de Roma como crímenes de competencia de la Corte Penal
Internacional, por hechos acaecidos entre el 24/03/1976 y el 10 de diciembre de 1983; g) Las personas condenadas
por los crímenes descriptos en el inciso anterior aun cuando la resolución judicial no fuere susceptible de ejecución".
74
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
75
penal), sin perjuicio de que se encuentre apelada por ante la Corte Suprema a través de la
instancia extraordinaria, ya que a los efectos de inhabilitación para ocupar cargos públicos
resulta una restricción a los derechos políticos pasivos que proviene de una causal taxativa
prevista literalmente en la CADH (art. 23.2); donde el Estado Argentino dio cumplimiento a
las garantías del proceso penal previstas en el art. 8.2. (CADH); y respetando esta
interpretación los principios de legalidad, proporcionalidad y finalidad para el afianzamiento
de una sociedad democrática.
VI. CONCLUSIONES
Los derechos políticos son derechos humanos que viabilizan el funcionamiento del
sistema democrático y configuran lo que ha dado en llamarse "el derecho humano" a la
democracia105.
2. El perfil activo y pasivo del sufragio puede sea reglamentado por "condiciones
habilitantes" que regulen su ejercicio exclusivamente por razones de "edad, nacionalidad,
residencia, idioma, instrucción y capacidad civil o mental" (art. 23 CADH) o por "otras
condiciones" que impongan los Estados en la medida que cumplan con los requisitos
de legalidad, finalidad y proporcionalidad106.
Para privar legítimamente a cualquier persona de sus derechos políticos, el Estado
debe antes haber determinado que esta persona cometió un delito, luego de cumplir con
todas las condiciones y garantías de un proceso judicial penal107.
4. La normativa constitucional y legal argentina sólo inhabilita a una persona para ser
candidato en los supuestos el art. 3º del Código Nacional Electoral, que enumera quiénes
están excluidos del padrón.
5. Cualquier otra causal de inhabilitación que el legislador crea conveniente
establecer debe provenir de una ley en sentido formal y material que respete los principios de
finalidad y proporcionalidad y se dicte dentro de los límites constitucionales.
6. El fallo de la CNE "Partido Nuevo" por sobre su finalidad encuentra clara tensión
con el principio de legalidad (arts. 18 y 19, Const. Nac.) y la presunción de inocencia
garantizado por el art. 18, Const. Nac., y el art. 8. 2 de la CADH.
7. Respetaría el principio de presunción de inocencia y los principios de legalidad,
proporcionalidad y finalidad a los fines de una inhabilitación electoral, la exclusión de un
candidato sobre el que pesa una condena penal cuando emana del superior tribunal de la
causa y se ha respetado el doble conforme del sistema interamericano.
Por más loable y deseable que nos parezca una sentencia y su finalidad, los jueces no
están llamados a pronunciarse sobre las virtudes cívicas ni sobre las aptitudes éticas de los
candidatos electorales propuestos, sino sólo a controlar el cumplimiento o no de los
requisitos preestablecidos por el constituyente y el legislador108.
Quizás este nuevo comentario, en alguna medida políticamente incorrecto109, se vea
apoyado con dicha afirmación final, cuyo eco replica palabras de quien fuera Ministro Decano
de nuestro Alto Tribunal y destacado defensor de las libertades públicas: Carlos Santiago Fayt
105 El art. 1º de la Carta Democrática Interamericana dice: "Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y
sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla. La democracia es esencial para el desarrollo social, político y
económico de los pueblos de las Américas".
106 Cfr. Caso "Yatama", párrs. 210 y 217; y Caso "Castañeda Gutman", párrs. 170-173.
107 Cfr. "López Mendoza c. Venezuela", CorteIDH sentencia Serie C nro. 233, 1 de septiembre de 2011.
108 Ver voto Cfr. Fs. CS 324:3143, voto de los Dres. Fayt y Vázquez, consid. 17.
109 Cfr. Nuestro comentario al caso "Bignone", "Delitos de lesa humanidad y garantías constitucionales del proceso
penal. Un comentario políticamente incorrecto a un fallo jurídicamente correcto", Ed. La Ley, edición especial,
diario del 18/05/2017.
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
La decisión del Poder Judicial de habilitar al ex presidente Carlos Saúl Menem como
candidato a senador nacional por la Rioja, en las elecciones del próximo 22 de octubre, a
pesar de su condena por la Cámara Federal de Casación Penal a 7 años de prisión y 14 de
inhabilitación para ejercer cargos públicos por contrabando agravado de armas a Ecuador y
Croacia, y simultáneamente por el Tribunal Oral en lo Penal Económico N° 3 por pago de
sobresueldos a sus funcionarios, confirma una vez más la complicidad de numerosos jueces
con muchos funcionarios corruptos que, a ésta altura del Estado de Derecho, deberían
desistir en su pretensión de permanecer en forma vitalicia en cargos electivos impropios del
sistema republicano. Desde la reforma de 1994 a la fecha todos nuestros presidentes, sin
excepción, han lesionado, alterado, distorsionado y tergiversado a la Constitución con
decretos delegados (prohibidos por el artículo 76 CN) y decretos de necesidad y urgencia
(prohibidos por el artículo 99 inciso 3 CN). Los legisladores han paralizado el funcionamiento
de la Comisión Bicameral (Ley 26.122) y han impedido remover a sus pares por corrupción.
Por su parte, los jueces postergan indefinidamente sus sentencias. Nuestra
impotencia y desaliento republicano encuentra justificación en Jorge Luis Borges cuando dijo:
"Ser argentino es un acto de fe".
El Poder Judicial nos dice, en un reciente fallo, que no es necesaria la idoneidad para
acceder a cargos públicos. La palabra "idoneidad" deriva de "identidad" y el Diccionario de la
Real Academia lo define como "adecuado y apropiado para una cosa" y los convencionales
constituyentes de 1853/1860 lo incorporaron en el artículo 16º de la Constitución Nacional,
al disponer: "La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: no
hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la
ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del
impuesto y de las cargas públicas". El principio de igualdad ante la Ley se traduce, entre otras
cosas, en que nadie gozará de privilegios al acceder a un empleo público. Existe una condición
para llegar a él: la idoneidad. Ello significa que lo único que torna desiguales a los habitantes,
cuando de cubrir vacantes públicas se trata, es, precisamente, la idoneidad. Ni su patrimonio,
ni la clase social, ni la religión, ni la ideología, ni la proximidad al partido gobernante ni su
condición de ex presidente de la Nación deben influir en los nombramientos. Lo único que se
debe asegurar es la capacidad, sus antecedentes y el consiguiente mérito. Nuestra
Constitución histórica ratifica en gran parte, en su reforma parcial en 1994, la "meritocracia".
Somos iguales, salvo en la idoneidad de cada uno y ello debe conjugarse con los
postulados de los instrumentos internacionales que impulsan "transparencia y mecanismos
de anticorrupción". Una persona es idónea no solamente por su capacidad sino por detentar
intachables condiciones morales. Numerosos precedentes judiciales y doctrinarios han
establecido que "ni la aptitud técnica ni la física pueden suplir la ausencia de la moralidad;
para actuar como funcionario o empleado público no debe tener malos antecedentes".
Sobre el ex presidente Menem pesan dos sentencias condenatorias: una de la Cámara
Federal de Casación Penal por contrabando agravado de armas que fueron a Ecuador y
Croacia, y otra del Tribunal Oral en lo Penal Económico N° 3 por pago de sobresueldos.
Dichas sentencias han sido confirmadas por la Cámara de Casación Penal, condenándolo a 7
110 Fuente: Diario La Capital. Publicado el día 02.09.2017. Consultado el día 02.09.2017
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años de prisión y 14 de inhabilitación para ejercer cargos públicos. Los apoderados de
Menem han apelado dichas decisiones ante la CSJN. Tres tribunales: un Juez de primera
instancia, una Cámara de Apelaciones y otra Cámara de Casación han coincidido en su
decisión de condenarlo; sin embargo, su apelación a la CSJN lleva a interpretar a jueces
federales "que la sentencia no esta firme…". La Cámara Electoral, en su momento, reiteró su
doctrina expuesta en el caso "Romero Feris", quien en el año 2003 pretendía ser legislador
con casi 40 causas abiertas y dos condenas que lo inhabilitaban para ocupar cargos públicos.
"Tato" Romero Feris fue gobernador de Corrientes y senador nacional hasta 2001. Ese año, a
pesar de estar condenado por una causa relacionada con bonos provinciales mientras era
gobernador, a 7 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, se
presentó para la reelección por el Partido Nuevo y ganó; sin embargo no se incorporó como
senador nacional porque el Superior Tribunal de Corrientes rechazó el recurso intentado por
los defensores del ex gobernador ante el Tribunal de Casación. La Cámara Nacional Electoral
hace algunos días, excluyó a Carlos Menem de la carrera electoral por encontrarse condenado
en dos instancias y aún cuando no hubiera sentencia firme, y más allá del principio de
presunción de inocencia, los jueces manifestaron que "las sentencias gozan a su vez de la
presunción de certeza y legitimidad que les confiere haber sido dictadas por un tribunal
competente, con las garantías del debido proceso legal…".
La Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), por unanimidad, descalificó el fallo
de la Cámara Electoral por "graves defectos jurídicos" ¿Dónde estuvieron los "graves defectos
jurídicos" de la sentencia de la Cámara? La CSJN sugirió que Leonel Ignacio Acosta, apoderado
de una alianza de izquierdas, impulsor de la denuncia, no reunía facultades para impugnar al
candidato Menem, en razón que no estaba legitimado para impugnar la precandidatura de
"otra" agrupación política (¿?).
El eje de la argumentación de los camaristas del Tribunal Electoral, Santiago Corcuera
y Alberto Dalla Via, se fundamentó en el principio de idoneidad (artículo 16 de la
Constitución nacional) requerido para ser funcionario o empleado público. Los jueces
interpretaron que la idoneidad requerida al ex presidente no podría estar más ausente que
cuando un precandidato ha sido condenado a prisión con la accesoria de inhabilitación de 14
años en la función pública. La Cámara Electoral no dijo que Menem debía ir preso; dijo que no
cumple con el requisito básico de la idoneidad, entendida como una habilidad política y moral
que se suma a los presupuestos del artículo 55 de la Constitución, respecto de edad y lugar de
nacimiento o residencia.
¿Cuándo la Convención Americana de Derechos Humanos refiere a "condena penal" se
asimila a "condena firme", como sostiene la CSJN? Al parecer, ésta es la conclusión de los
integrantes en pleno de la CSJN, al sostener que "nadie es culpable sin sentencia firme"
El Poder Judicial acaba de habilitar al ex presidente como candidato a senador
nacional en las elecciones del 22 de octubre omitiendo el requisito de la idoneidad. Discépolo
nos recita: "No hay aplazaos, ni escalafón, los inmorales nos han igualao…"
"No hay aplazaos, ni escalafón, los inmorales nos han igualao…"(Enrique Santos
Discépolo: "Cambalache"
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111 Fuente: Blog Cátedra Terrile. Publicado el día 13.12.2016. Consultado el día 20.07.2017.
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activamente consensuando o pasivamente asintiendo pero no presumen un vínculo eterno y
vitalicio.
Uno de los principales factores que me llevan a efectuar dicha afirmación esta dado
por la ausencia de la división de los poderes con el uso abusivo e inconstitucional que las
administraciones vienen haciendo de los Decretos de Necesidad y Urgencia(DNU),
expresamente prohibidos por el texto constitucional. El artículo 99, inciso 3, párrafo segundo,
dispone: “El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso, bajo pena de nulidad absoluta e
insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo”.
Es cierto que dicha norma establece una excepción “Sólo cuando circunstancias
excepcionales hicieran imposible seguir los trámites ordinarios previstos por esta Constitución
para la sanción de las leyes, y no se trate de normas que regulen materia penal, tributaria,
electoral o del régimen de los partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de necesidad
y urgencia”. Ello implica que tiene que cumplir expresamente la condición de excepcionalidad
que haga “imposible” convocar al Congreso y aún en esas circunstancias, hay cuestiones que
no puede modificar; sin embargo, el Poder Ejecutivo hace caso omiso a su texto a pesar que la
interpretación que ha efectuado la CSJN.
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La Corte Suprema de Justicia de la Nación en el año 2010, con el voto de sus siete
miembros, declaró inconstitucional un DNU de 2002 y sentó jurisprudencia sobre la
interpretación que debe hacerse del texto constitucional: “Cabe descartar de plano, como
inequívoca premisa, los criterios de mera conveniencia del Poder Ejecutivo, que por ser siempre
ajenos a circunstancias extremas de necesidad, no justifican nunca la decisión de su titular de
imponer un derecho excepcional a la Nación en circunstancias que no lo son. El texto de la
Constitución Nacional no habilita a elegir discrecionalmente entre la sanción de una ley o la
imposición más rápida de ciertos contenidos materiales por medio de un decreto”.
El Tribunal dispuso, en otro fallo, las circunstancias deben darse para que el
presidente pueda ejercer legítimamente sus facultades legislativas: “1) que sea imposible
dictar la ley mediante el trámite ordinario previsto por la Constitución, vale decir que las
Cámaras del Congreso no puedan reunirse por circunstancias de fuerza mayor que lo impidan,
como ocurriría en caso de acciones bélicas o desastres naturales que impidiesen su reunión o el
traslado de los legisladores a la Capital Federal; o 2) que la situación requiere una solución
legislativa sea de una urgencia tal que deba ser solucionada inmediatamente, en un plazo
incompatible con el que demanda el trámite normal de las leyes”.
La alianza oficialista Cambiemos, con el apoyo del bloque “renovador” y otros bloques
minoritarios logró que la Cámara de Diputados dejara firme el decreto que modifica artículos
de la ley de Medios, ya que para su validez solo necesitaba de la aprobación de una de las dos
cámaras.
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Sin convocar a sesiones extraordinarias del Congreso, facultad que le asiste por
disposición constitucional, Macri impulsó las designaciones de Horacio Rosatti y Carlos
Rosenkrantz como Ministros de la CSJN por DNU.
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La “República” difiere de una “Monarquía” porque los cargos no son vitalicios. Existe
lo que denominamos “periodicidad en los mandatos”: 4 años para Presidente; 4 años para
Gobernador; 4 años para Diputado Nacional; 6 años para Senador de la Nación. Sin embargo
Gildo Insfrán, gobernador de la Provincia de Formosa, retiene dicha cargo desde 1995; es
112 Fuente: Diario La Capital. Publicado el día 08.08.2017. Consultado el día 01.09.2017.
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decir 22 años. Diputados y Senadores Nacionales con reelecciones indefinidas. Carlos
Reutemann al finalizar su gestión en la primera magistratura de la Provincia, es electo
Senador de la Nación por primera vez, por el período 1995 – 2001, pero en el año 1999 dejó
su banca en el Congreso Nacional tras haber triunfado en las elecciones provinciales para
Gobernador de Santa Fe donde cumplió su segundo mandato constitucional, entre los años
1999 – 2003. El 7 de setiembre de 2003 es nuevamente electo para ocupar un lugar en la
Cámara Alta de la Nación donde asume el 10 de diciembre de ese mismo año con mandato
hasta el 10 de diciembre de 2009. En las elecciones legislativas del 28 de junio de 2009, fue
electo nuevamente como Senador Nacional por la provincia de Santa Fe, para cumplir un
tercer período en la Cámara Alta, con mandato hasta el 2015 y actualmente hasta el 2021.
Somos testigos pasivos del suicidio de la Republica. Los partidos políticos han
desaparecido junto con sus elecciones internas y las respectivas convenciones o congresos
que trazaban el programa del porvenir y han dado paso a los frentes electorales en un debate
electoral inexistente porque están vacíos de contenido. Las PASO generan enormes
erogaciones para nada. Nadie resuelve sus diferencias en las elecciones simultáneas, excepto
algunos narcisistas que quieren contemplar sus rostros sonrientes en carteleras gigantes. A
propósito ¿De que se ríen?
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Pertenezco a la generación del Nunca Más. Eso puede significar cosas distintas;
destacaría dos: un compromiso irrevocable con el respeto a los derechos humanos y una
adhesión irrenunciable al sistema democrático. Ésa fue, según entiendo, la (doble) lección
que aprendimos en la transición democrática, mirando hacia atrás. La vivencia del horror
llevó a que trazáramos un antes y un después diciendo: Nunca Más vivir en dictadura, Nunca
Más violaciones masivas de derechos humanos. La idea de democracia allí en juego implica,
como mínimo, elecciones libres, derecho a participar, derecho a manifestarnos, a pensar
distinto, a protestar, a vivir conforme a los dictados de nuestra conciencia. La idea de
derechos humanos, mientras tanto, nos refiere, ante todo, y a la luz de lo acontecido, a que no
haya más tortura, a que no haya más disparos contra el que piensa distinto, Nunca Más
persecución de las ideas "enemigas".
El acuerdo en torno al Nunca Más se mostró firme cada vez que se lo puso a prueba, al
menos hasta tiempos recientes. La fortaleza de dicho consenso pudo advertirse, de modo
especial, con las muertes de Kosteki y Santillán; o, poco después, con el asesinato de Mariano
Ferreyra. El hecho de que tales trágicos sucesos se convirtieran en marca lúgubre del nuevo
siglo representó algo importante para la cultura democrática contemporánea: sin
distinciones partidarias, todos repudiamos aquellas muertes que venían a romper
inexcusablemente los límites que nos habíamos comprometido a respetar. Se habían
atravesado fronteras que no debían atravesarse nunca. No fue el cálculo político lo que
prevaleció entonces, sino el rechazo unánime. Con la voz en alto, impugnamos lo ocurrido
reclamando otra vez: Nunca Más.
A los pocos años, sin embargo, ese pacto tembló. El contrato que nos mantenía juntos
se mostró entonces ambiguo, borroso. La ilusión según la cual estábamos unidos en la base,
más allá de las muchas diferencias políticas que podían separarnos, se confirmó como eso: un
ensueño, un espectro que seguía firme por inercia. No se trataba sólo de que habíamos
crecido; o de que las nuevas generaciones sostenían otro tipo de valores; o de que en la
estabilidad democrática habíamos comenzado a privilegiar otros ideales. Tal vez hubo, entre
los viejos creyentes del pacto, alguna ruptura. O quizás fue, más simplemente, la paulatina
erosión del tiempo la que operó, hasta que quedara en claro que los compromisos asumidos
no habían, en verdad, calado tan hondo.
Fue en los últimos años, sobre todo, cuando el quiebre se hizo más visible. Lo
advertimos cuando subió la temperatura política, al calor de un agravamiento del conflicto
113 Fuente: Diario La Nación. Publicado el día 07.07.2017. Consultado el día 20.07.2017.
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social (simbolizado con la "crisis del campo") y de la agudización de las divisiones ideológicas
reinantes. La defensa del lado propio -los propios intereses, las propias posiciones políticas-
volvió a ponerse por encima de todo, para justificar aun el desplazamiento de lo
indesplazable: la integridad física, la misma vida. Un hecho que apareció entonces como
bisagra fue la masacre de Once. Allí se tornó obvio lo que para entonces ya resultaba
evidente. Más de 50 muertos como producto de una corrupción desbordada, denunciada
hasta el cansancio. Nada de eso bastó. Fueron muchos los que quisieron negar lo ocurrido. En
ocasiones, para culpar al maquinista a cargo: se pretendió que la falla era individual, humana
y obrera; y no estructural y de los funcionarios del gobierno. En otros casos, el propósito
consistió directamente en cargar contra las víctimas, siguiendo la que fue la primera reacción
del gobierno de entonces ("es que iban todos juntos, apelotonados en el primer vagón,
buscando bajar primeros"). El acuerdo según el cual la muerte era la frontera infranqueable
se mostraba rajado. Como a mediados de los 70, como durante la dictadura, se decidió
relativizar el valor de los derechos humanos: era necesario "salvar" a un gobierno, negando
las muertes.
Nisman fue la reiteración del mismo mecanismo, más allá de lo que uno piense acerca
de la fragilidad de su informe o las causas últimas de su muerte. Producido su deceso, en
lugar de unirnos en un frente común, reclamando por el esclarecimiento de lo ocurrido,
comenzó a señalarse la culpabilidad del muerto. Ello se plasmó, del modo más cruel, con la
distribución de miles de afiches denunciando la supuesta inmoralidad del fallecido. Otra vez
la reprensible afrenta: una de las muertes políticas más importantes de la historia argentina
debía ser sacada con urgencia de la escena. Otra vez el mismo esquema: la muerte no era tan
importante o el muerto se lo tenía merecido. "¡Mírenlo rodeado de «conejitas»!" "¡Miren cómo
ha dilapidado el dinero que tenía asignado!" Se trataba de los usos propios de los tiempos de
la dictadura: trivializar la muerte del otro, si se trata de la muerte del enemigo; quitarle
sentido a la vida, si otorgárselo sirve a los intereses de quien no está conmigo.
Lo mismo ocurrió con Milani. Fue ascendido a jefe del Ejército aunque pesaban en su
contra las mismas razones que habían llevado a tantos militares de su clase a una condena de
por vida: o se había ido demasiado rápido en aquellos casos o se pretendía ir demasiado
despacio en éste. Otra vez se trató de no mirar, de no saber, de especular con la vida. Las
muertes y las desapariciones que constituían el trasfondo común del acuerdo democrático de
los 80 eran ahora puestas en duda. El oportunismo político, las necesidades de la coyuntura
(proteger al gobierno de turno) se pusieron entonces por encima de los deberes de la
resistencia moral, política y jurídica contra Milani, que exigían justicia y condena, en lugar de
premiarlo designándolo al frente del Ejército.
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otro; la negación de los opositores como ciudadanos iguales; el uso del aparato estatal para
arrasar los derechos del "enemigo".
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III E: “SIMÓN”
III F “MAZZEO”
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FUNDAMENTOS DEL FALLO:
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No es del resorte del Poder Judicial juzgar y resolver sobre las necesidades que
impone el estado de guerra, los medios escogidos por el órgano de gobierno encargado de
conducirla y la oportunidad en que pudieron o debieron ser realizados, pues tratase de
facultades privativas de dicho órgano y que son insusceptibles de ser calificadas como
judiciales.
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tiene relación con el ejercicio de los privativos poderes de guerra del Poder Ejecutivo, el cual
no implica comprometer ninguna de las garantías previstas en el art. 18 de la Constitución.
6.- GUERRA:
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uno de los objetos primarios de toda sociedad, son anteriores y, llegado el caso, superiores a
la Constitución confiada a la defensa de los ciudadanos, cuya supervivencia con la de todos
los beneficios que acuerda o protege queda subordinada a las alternativas de la guerra
defensiva a que puede encontrarse abocado el país. Es innegable el absoluto derecho del
Estado para recurrir a la guerra cuando la apremiante necesidad de ella conduce a ese
extremo, lo mismo que el derecho a conducirla por los medios indispensables que las
circunstancias impongan y sin más limitaciones que las que en ese estado de emergencia
pudiera haberle impuesto la Constitución y los tratados internacionales en plena vigencia.
Los decretos 6945/45, que declaró el estado de guerra con Alemania y Japón,
7032/45 y 11.599/46, referentes al régimen de la propiedad enemiga, son
constitucionalmente válidos y constituyen, lo mismo que los tratados internacionales
ratificados como aquéllos y relativos al mismo asunto, ley suprema de la Nación a tenor de lo
dispuesto por el art. 31 de la Constitución.
Puesto que únicamente el P. E. en actos propios del ejercicio de sus privativos poderes
de guerra es el que tuvo atribuciones para decidir sobre la calificación de la propiedad de la
recurrente como enemiga, el grado de vinculación o dependencia que podía mantener con los
países en guerra, la efectividad o gravedad que pudiera importar la penetración económica
del enemigo, la eventualidad de proyectar la guerra sobre ese campo y la conveniencia o
necesidad de la vigilancia, control, incautación y disposición definitiva de los bienes, como
también en la necesidad y urgencia de proceder en tal forma en la oportunidad que
respectivamente adoptó cada un de esas medidas, todo ello sin obligación de recurrir
previamente a los estrados judiciales o sin tener que afrontar ante estos últimos juicio de
responsabilidad civil propia o de la Nación por la comisión de aquellos actos, procede
rechazar el interdicto de recobrar la posesión promovido por una sociedad calificada por el
Poder Ejecutivo, como enemiga para obtener que se deje sin efecto la ocupación de sus bienes
efectuada de acuerdo con lo resuelto por aquél. Ello, sin perjuicio de que, firmada la paz
definitiva, pueda la recurrente intentar las acciones judiciales que crea convenientes para
reducir a sus justos límites los efectos producidos.
9.- TRATADOS:
97
CUESTIONARIO
LEADING CASE?;
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
FALLOS, 311:2497
AÑO 1989
99
1.- CONSTITUCIÓN NACIONAL – DERECHO DE REPLICA – CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE
DERECHOS HUMANOS – REGLAMENTACIÓN – PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA:
La falta de un criterio unívoco sobre los alcances del derecho a réplica o respuesta y la
consecuente inexistencia a su respecto de pautas susceptibles de ser determinadas o
interpretadas judicialmente, impide tener a aquél como incorporado implícitamente a
nuestro derecho positivo.
100
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
FALLOS: 315:14923
07 DE JULIO DE 1992
HECHOS:
SUMARIOS:
3.- Así como todos los habitantes tienen el derecho de expresar y difundir, sin censura
previa, su pensamiento –ideas, opiniones, críticas– por cualquier medio de comunicación, así
también todo habitante, que por causa de una información inexacta o agraviante sufra un
daño en su personalidad, tiene derecho a obtener mediante trámite sumarísimo una
sentencia que le permita defenderse del agravio moral mediante la respuesta o rectificación,
sin perjuicio del ejercicio de las restantes acciones civiles y penales que le pudieren
116 Fuente: La Ley online. Cita Fallos Corte: 315:1492. Cita Online: AR/JUR/648/1992
Nota del editor: la explicación expuesta no exime al alumno de la cuidadosa lectura del fallo íntegro y del análisis
de los fundamentos vertidos en el mismo por los magistrados.
101
corresponder.
4.- El espacio que ocupe la respuesta no debe exceder del adecuado a su finalidad, y
en modo alguno debe ser necesariamente de igual extensión y ubicación que el que tuvo la
publicación inicial; ello, desde luego, en un contexto de razonabilidad y buena fe, pero
evitando una interpretación extensiva del instituto que lo torne jurídicamente indefendible y
ponga en peligro el regular ejercicio del derecho de información, pilar básico de las
instituciones republicanas.
6.- La afirmación que provoca la rectificación o respuesta invade los sentimientos más
íntimos del afectado, convirtiéndose así –y tratándose de un sentimiento o creencia de
sustancial valoración para el derecho– en un agravio al derecho subjetivo de sostener tales
valores trascendentales frente a quienes, sin razón alguna, los difaman hasta llegar al nivel
del insulto soez, con grave perjuicio para la libertad religiosa.
7.- La defensa de los sentimientos religiosos, a través del ejercicio del derecho de
respuesta, forma parte del sistema pluralista que en materia de cultos adoptó la Constitución
Nacional en su art. 14.
9.- Entre las libertades que la Constitución Nacional consagra, la de la prensa es una
de las que poseen mayor entidad, al extremo de que sin su debido resguardo existiría tan solo
una democracia desmedrada o puramente nominal. Incluso no sería aventurado afirmar que,
aun cuando el art. 14 enuncie derechos meramente individuales, está claro que la
Constitución, al legislar sobre la libertad de prensa, protege fundamentalmente su propia
esencia democrática contra toda posible desviación tiránica.
10.- La prensa debe ser objeto de la máxima protección jurisdiccional en todo cuanto
se relacione con su finalidad de servir leal y honradamente a la información y a la formación
de la opinión pública, es decir, a la función que le compete en servicio de la comunidad. No
obstante, ese especial reconocimiento constitucional no significa impunidad ni elimina la
responsabilidad ante la justicia por los delitos y daños cometidos, pues en nuestra
102
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
12.- Cuando la Nación ratifica un tratado que firmó con otro Estado, se obliga
internacionalmente a que sus órganos administrativos y jurisdiccionales lo apliquen a los
supuestos que ese tratado contemple, siempre que contenga descripciones lo suficientemente
concretas de tales supuestos de hecho que hagan posible su aplicación inmediata. Una norma
es operativa cuando está dirigida a una situación de la realidad en la que puede operar
inmediatamente, sin necesidad de instituciones que deba establecer el Congreso.
14.- Si se admitiese que cualquiera puede exigir el acceso gratuito a los medios de
comunicación con el único propósito de refutar los hipotéticos agravios inferidos a las figuras
a las que adhiere o a las opiniones que sustenta, es razonable prever que innumerables
replicadores, más o menos autorizados, se sentirán llamados a dar su versión sobre un sinfín
de aspectos del caudal informativo que --en un sentido psicológico, mas no jurídico-- los
afectarán. (Del voto en disidencia de los doctores Petracchi y Moliné O'Connor).
15.- El Pacto de San José de Costa Rica (Adla, XLIV-B, 1250) integra el ordenamiento
jurídico argentino (art. 31, Constitución Nacional), puesto que se trata de una convención
vigente de la que Argentina se ha hecho parte mediante el oportuno depósito del instrumento
de ratificación el 5 de setiembre de 1984 (art. 74.2, Convención). Ello es así,
independientemente del carácter operativo o programático de las normas que integran el
Pacto. (Del voto en disidencia de los doctores Petracchi y Moliné O'Connor).
103
patrimonio común de un grupo que, por más respetable que sea, escapa a la tutela del
derecho de respuesta. (Del voto en disidencia del doctor Levene --h.--).
CUESTIONARIO
104
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
2. Quien redacta el voto que luego toma toda la Corte como "Opinión" fue John
Marshall, nombrado Presidente de la Corte en febrero de 1801 (por el Presidente Adams que
dejaba el poder) y durante unos meses se desempeñaba como Secretario de Estado a la
mañana y Presidente de la Corte (Chef Justica) por la tarde. En marzo asume el Presidente
Thomas Jefferson y Marshall sólo se desempeña como Chef Justica desde ese momento.
Un día antes de la asunción de Jefferson el Presidente Adams logra que el Senado
apruebe las designaciones de 42 Jueces de Paz y esa noche intentan notificar a todos para que
asuman, quedando sin notificar a Marbury y a tres más. Asume Jefferson y suspende las
notificaciones pendientes, Marbury solicita al nuevo Secretario de Estado James Madison que
practique las notificaciones para así asumir en el cargo que era por cinco años. Madison no lo
hace y es así que en 1801 inicia su juicio ante la Corte Suprema la que le requiere también a
Madison que informe las causas por las cuales se retuvieron las notificaciones sin obtener
respuesta tampoco.
Pasan dos años y en 1803 el caso es resuelto conforme el voto del Chef Justica
Marshall.
3. La sentencia:
3.1. La Corte claramente afirma que Marbury tiene un derecho legítimo que está
protegido por las leyes y la retención constituye un acto violatorio de los mismos.
3.2. La Corte trata luego el remedio a tal violación (la retención de su nombramiento)
y entiende que la negativa de Madison, violatoria de las normas, tiene un remedio legal que
procederá más adelante a considerar.
105
3.3. Pero, al tratar este tema, por primera vez introduce el tema de las cuestiones
políticas no judiciales (política quistiones), exentas del control de los jueces.
Expresa:
"Por la Constitución de los EEUU el presidente está investido de algunos importantes
poderes políticos cuyo ejercicio está librado a su exclusivo arbitrio, y por el cual es sólo
responsable ante el pueblo, desde el punto de vista político, y ante su propia consecuencia."
"Las materias son políticas, atañen a la Nación, no a derechos individuales, y habiendo
sido confiadas al Ejecutivo, la decisión del Ejecutivo es terminante."
"Los asuntos, por su naturaleza, política o por disposición constitucional o legal, están
reservados a la decisión del Ejecutivo, no pueden ser sometidos a la opinión de la Corte."
Introduce la doctrina de los actos políticos, los cuales están exentos del control
judicial, y que en una primera época en Argentina comprendía decenas de situaciones y hoy
alcanzan los dedos de una mano para enumerarlos (intervención federal, declaración de
estado de sitio, declaración de la guerra, designación de un funcionario y alguna otra, quizás).
Germán Bidart Campos fue un ferviente partidario de la judicialización de todas las causas o
temas (conforme el artículo 116 de la CN "Corresponde a la Corte Suprema y a los tribunales
inferiores de la Nación el conocimiento y decisión de todas las causas que versen sobre los
puntos regidos por la Constitución")
Pero, reitero, en el presente caso entiende que no estamos en presencia de una
cuestión política. En consecuencia debe actuar la justicia y emitir una sentencia.
106
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Con su fallo la Corte Suprema le otorga a los jueces la interpretación de las normas
constitucionales y el control de constitucionalidad de normas o actos de los otros poderes.
Hasta el presente fallo, ante el silencio constitucional el Presidente Jefferson entendía
que el Congreso era el encargado de interpretar la concordancia o no entre las normas y la
Constitución.
El arrogarse esta atribución ha generado que algunos doctrinarios hablen de
"supremacía judicial".
4.4. No sólo es el primer caso de declaración de inconstitucionalidad de una norma (la
sección 13 de la Judiciaria Acto) sino que esa declaración la realiza sin que ninguna de las
partes en conflicto la hubieren peticionado. Se dispone de oficio.
Todo estos razonamientos de Marshall los realiza para arribar a la conclusión de que
una ley, la Judiciaria Acto, no puede ampliar la competencia originaria de la Corte Suprema,
por cuanto de suceder que una norma inferior altere a la Constitución (en este caso la
competencia originaria que la misma determina), "las constituciones escritas serían absurdos
intentos del pueblo para limitar un poder ilimitable por naturaleza".
Por todo ello la Corte rechaza la petición de Marbury, que deberá recurrir a un
Juzgado de Primera Instancia e iniciar nuevamente su demanda.
107
CUESTIONARIO
3) ¿CUÁL HA SIDO LA POSTURA DEL JUEZ MARSHALL CON RESPECTO A LA FUNCIÓN DEL PODER
JUDICIAL?;
108
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
INTRODUCCIÓN:
109
Cámara de Diputados se terminarán por jurados, luego que se establezca en la
República esta institución. La actuación de estos juicios se hará en la misma provincia
donde se hubiera cometido el delito, pero cuando ése se cometa fuera de los límites de
la Nación, contra el derecho de gentes, el Congreso determinará por una ley especial el
lugar en que haya de seguirse el juicio”.
El caso “Simón” removió los obstáculos legales que impedían perseguir los crímenes
cometidos por la última dictadura militar.
Como la Corte dijo en esta causa, que el derecho argentino ha sufrido modificaciones
fundamentales que imponen la revisión de lo resuelto al momento de dictar las leyes de
obediencia debida y punto final, especialmente con la internacionalización de los Derechos
Humanos con el artículo 75 inc. 22 de la Constitución Nacional.
En su momento se fundó el dictado de la amnistía como la única vía posible para
preservar la paz social, armonía que fue valorada por el legislador como un bien jurídico
sustancialmente más valioso que la continuación de la persecución penal de los beneficiarios
de la ley, para lograr una convivencia social pacífica fundada en el olvido de los hechos que
suponían delitos de lesa humanidad, al momento de esta causa, las circunstancias habían
mutado.
HECHOS:
110
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
111
reafirmando. En el caso, los delitos que se investigan datan de 1978 pero Argentina ya
formaba parte de instrumentos internacionales vigentes que contemplaban la tipificación
mencionada, sino que también, estas normas, de por sí eran Derecho universalmente válidos,
o sea, ius cogens.
En Simón se declara no solo la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia
Debida y Punto Final sino también se le priva de todo efecto como si nunca hubiesen
existido, sosteniendo que los delitos de desaparición de personas y apropiación de
menores son delitos de lesa humanidad, por lo cual no prescriben.
La mayoría de la Corte sostiene que no basta la supresión simbólica de estas leyes,
que se oponen a la Convención Americana sobre Derechos Humanos y al Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos, y no permiten perseguir a los violadores de Derechos
Humanos.
La legislación argentina debe someterse a la Convención contra la
Imprescriptibilidad de los Crímenes de Guerra y de Lesa Humanidad. A sus efectos,
Boggiano incorpora el término referencia, en cuanto al Derecho Internacional de los
Derechos Humanos y Universales.
La remisión no es incorporación, recepción o adaptación al Derecho argentino,
y esta remisión es en las condiciones de su vigencia internacional, conforme la
interpretación de la autoridad de aplicación del tratado internacional.
Dice que no puede asegurarse la impunidad en este de tipo de delitos, ya que
Argentina afirma la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de lesa
humanidad, cuando aprueba y ratifica el tratado, ya existente en el Derecho
internacional consuetudinario.
Boggiano sostiene “…21) Que, a la luz de tales principios, la Corte
Interamericana consideró inadmisibles las disposiciones de amnistía, de prescripción
y el establecimiento de excluyentes de responsabilidad que impidan la investigación y
sanción de los responsables de las violaciones graves de los derechos humanos tales
como la tortura, las ejecuciones sumarias, extralegales o arbitrarias y las
desapariciones forzadas, todas ellas prohibidas por contravenir derechos
inderogables reconocidos por el Derecho Internacional de los Derechos Humanos
(caso Barrios Altos, Serie C Nº 75, sentencia del 14 de marzo de 2001, párr. 41) … 28)
La gravedad de tales delitos puede dar fundamento a la jurisdicción universal, como se
desprende del art. 118 de la Constitución Nacional que contempla los delitos contra el
derecho de gentes fuera de los límites de la Nación y ordena al Congreso determinar
por ley especial el lugar en que haya de seguirse el juicio. Ello da por supuesto que
tales delitos pueden ser juzgados en la República y, cabe entender, también en otros
Estados extranjeros. Y además, que esos delitos contra el derecho internacional, contra
la humanidad y el derecho de gentes, por su gravedad, lesionan el orden internacional,
en modo que no puede verse en tal art. 118 sólo una norma de jurisdicción sino
sustancialmente de reconocimiento de la gravedad material de aquellos delitos (causa
“Nadel” registrada en Fallos: 316:567, disidencia del juez Boggiano)…”.
Asimismo, en el considerando 40 destaca que “… esta Corte juzgó que la calificación
de delitos de lesa humanidad está sujeta de los principios del ius cogens del derecho
internacional y que no hay prescripción para los delitos de esa laya (Fallos: 318:2148).
Este es un principio derivado tanto del derecho internacional consuetudinario
cuanto del convencional, la Convención de la Imprescriptibilidad de Crímenes de
112
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
113
las mencionadas leyes no pueden producir ningún efecto según el derecho
internacional regional americano, pero además esas leyes también resultan violatorias
del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, lo que importa que no sólo desconocen las
obligaciones internacionales asumidas en el ámbito regional americano sino incluso
las de carácter mundial, por lo cual se impone restarle todo valor en cuanto a
cualquier obstáculo que de éstas pudiera surgir para la investigación y avance regular
de los procesos por crímenes de lesa humanidad cometidos en territorio de la Nación
Argentina…26) Que se aproxima mucho más al núcleo del problema la posición que
funda la legitimidad de la nulidad de las leyes de marras en el derecho internacional
vigente como derecho interno. Tal como se ha señalado, es claro que las leyes que se
pretenden anular chocan frontalmente con la ley internacional. Pueden citarse varios
textos incorporados a nuestra Constitución en función del inc. 22 del art. 75, pero
basta recordar la mencionada jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en su sentencia del 14 de marzo de 2001, en el caso “Barrios Altos
(Chumbipuma Aguirre y otros vs. Perú)” serie C Nº 75. …”.
Según Argibay, los imputados por delitos de lesa humanidad no pueden plantear
excepciones perentorias ante la investigación de tales delitos, coincidiendo con
Petracchi, el que estima que toda violación de Derechos humanos lleva el deber del
Estado de investigar, encontrar los responsables y aplicar las penas correspondientes,
ya que:
“…los instrumentos internacionales que establecen esta categoría de delitos,
así como el consiguiente deber para los Estados de individualizar y enjuiciar a los
responsables, no contemplan, y por ende no admiten, que esta obligación cese por el
transcurso del tiempo, amnistías o cualquier otro tipo de medidas que disuelvan la
posibilidad del reproche. Por el contrario, los instrumentos internacionales que
alguna mención hacen del tema establecen precisamente el criterio opuesto:
Convención Internacional Sobre Imprescriptibilidad de Delitos de Lesa Humanidad,
artículo I; Convención Americana sobre Desaparición Forzada de Personas, artículo 7º;
Estatuto de la Corte Penal Internacional, artículo 29. A tales cláusulas cabe agregar la
cita de los artículos 1, 2, 8 y 25 de la Convención Americana, conforme la
interpretación que de ellos hizo la Corte Interamericana en el caso “Barrios Altos”
Serie C Nº 75, sentencia del 14 de marzo de 2001. …”.
Además, “…es suficiente para rechazar el recurso extraordinario, la gravedad de
las consecuencias que derivan de esta decisión hace necesario considerar si, como lo
postula la recurrente, la resolución que propongo implica la violación del principio de
legalidad, en alguna de sus manifestaciones. En primer lugar, el principio de legalidad
en cuanto protege la competencia del Congreso para legislar en materia penal, se ha
visto cumplido con la doble intervención del poder legislativo, tanto al ratificar la
Convención sobre Imprescriptibilidad (ley 24.584), cuanto al conferirle “jerarquía
constitucional” (ley 25.778). En otro sentido, el principio de legalidad busca preservar
de diversos males que podrían afectar la libertad de los ciudadanos, en particular los
siguientes: la aplicación de penas sin culpabilidad, la frustración de la confianza en las
normas (seguridad jurídica) y la manipulación de las leyes para perseguir a ciertas
personas (imparcialidad del derecho). La modificación de las reglas sobre prescripción
de manera retroactiva, que supone la aplicación de la Convención sobre
Imprescriptibilidad de 1968, no altera el principio de legalidad bajo ninguna de estas
114
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
lecturas. …”.
Sobre la Convención aplicable, Argibay es clara: “…17) Tampoco puede omitirse la
aplicación de la Convención sobre Imprescriptibilidad cuando ella es retroactiva, si se
tiene en cuenta que fue dictada con la manifiesta intención de tener dicho efecto
retroactivo (El objetivo inmediato fue el de remover el obstáculo que suponían las
leyes nacionales sobre prescripción para el juzgamiento de crímenes cometidos
durante el régimen nazi que gobernó Alemania entre 1933 y 1945) …”.
Highton expresó que el Congreso no podía dictar las normas en conflicto, y que
en este caso, violó la Constitución Nacional y los tratados internacionales, resultando la
impunidad en casos de delitos de lesa humanidad.
La ministra dijo: “… 18) Que a poco que se analicen las leyes en cuestión se
advertirá que las mismas aparecen en pugna tanto con el derecho internacional de los
derechos humanos que forma parte de nuestra Constitución Nacional cuanto de las
normas de nuestro orden interno. Como lógica conclusión, puede afirmarse entonces
que el Congreso Nacional no se encontraba habilitado para dictar tales normas y que al
hacerlo ha vulnerado no sólo principios constitucionales sino también los tratados
internacionales de derechos humanos, generando un sistema de impunidad con
relación a delitos considerados como crímenes de lesa humanidad, del que se deriva la
posibilidad cierta y concreta de generar responsabilidad internacional para el Estado
argentino… 19) Que, en efecto, en lo que atañe a la ley 23.521, resulta insoslayable que
la presunción iure et de iure de inculpabilidad que se establece en su art. 1º implica
una lisa y llana violación a la división de poderes, por cuanto el Poder Legislativo se ha
arrogado facultades propias del Poder Judicial al imponer a los jueces una
interpretación determinada de los hechos que les competía juzgar, impidiéndoles que,
en ejercicio de atribuciones propias y excluyentes, los magistrados judiciales
examinaran las circunstancias del caso y determinaran en cada supuesto concreto si
efectivamente en él se daban las situaciones que aquella ley preanunciaba dándolas
por sentado, sin admitir prueba en contrario (conf. disidencias respectivas de los
jueces Petracchi y Bacqué en Fallos: 310:1162). Ambas leyes, además, son violatorias
del principio de igualdad ante la ley, ya que aparejan un tratamiento procesal de
excepción para los sujetos amparados y, de manera simultánea, privan a las víctimas
de los hechos, o a sus deudos, de la posibilidad de acudir a la justicia para reclamar el
enjuiciamiento y punición de los autores de los actos ilícitos que los damnifican…”.
Además, “…30)Que por otra parte, no puede soslayarse que la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos habilita a que, frente a un crimen internacional
de lesa humanidad, si el Estado no quisiera o no pudiera cumplir con su obligación de
sancionar a los responsables, resulte plenamente aplicable la jurisdicción universal
para que cualquier Estado persiga, procese y sancione a quienes aparezcan como
responsables de esos ilícitos, aun cuando los mismos hubieran sido cometidos fuera de
su jurisdicción territorial o no guardaran relación con la nacionalidad del acusado o de
las víctimas, en virtud de que tales hechos afectan a la humanidad entera y quebrantan
el orden público de la comunidad mundial (Informe nº 133/99 caso 11.725 Carmelo
Soria Espinoza, Chile, 19 de noviembre de 1999, párr. 136 a 149 y punto 2 de las
recomendaciones). Por lo cual, si no se ejerce la jurisdicción en función del principio
territorial, entra a operar el principio universal y se pone en juego la soberanía de la
República Argentina. …”.
115
Lorenzetti analiza el límite moral para amnistiar delitos de lesa humanidad en los
siguientes términos: “…Es necesario señalar, entonces, lo dicho sobre que aún las leyes
de amnistía tienen un límite moral, y está dado por la imposibilidad de amnistiar
delitos de lesa humanidad, conforme se ha dicho, porque si se pretende forzar a
“olvidar” y a perdonar los agravios proferidos a los significados profundos de la
concepción humana, si los delitos atroces quedan impunes, la sociedad no tiene un
futuro promisorio porque sus bases morales estarán contaminadas…24) La ley 23.521,
al invadir esferas propias del poder judicial y al consagrar una eximente basada en la
obediencia de órdenes reconocibles como ilegales es inconstitucional…”.
Lorenzetti tiene presente que “… 13) …la resolución recurrida ha calificado a los
delitos imputados dentro de la categoría de “crímenes contra la humanidad”
consistentes en la privación ilegal de la libertad doblemente agravada por mediar
violencia y amenazas y por haber durado más de un mes, reiterada en dos
oportunidades en concurso real, las que, a su vez concurren materialmente con
tormentos agravados por haber sido cometidos en perjuicio de perseguidos políticos,
en dos oportunidades en concurso real entre sí. La descripción jurídica de estos
ilícitos contiene elementos comunes de los diversos tipos penales descriptos, y otros
excepcionales que permiten calificarlos como “crímenes contra la humanidad” porque:
1— afectan a la persona como integrante de la “humanidad” contrariando a la
concepción humana más elemental y compartida por todos los países civilizados; 2—
son cometidos por un agente estatal en ejecución de una acción gubernamental, o por
un grupo con capacidad de ejercer un dominio y ejecución análogos al estatal sobre un
territorio determinado. La segunda vertiente complementaria es la existencia del
“Derecho de Gentes” reconocido tempranamente en el derecho argentino. El art. 118
de la Constitución Nacional recepta esta fuente y se ha reconocido la competencia de
los jueces nacionales para juzgar conforme a derecho de gentes (art. 4º de la ley 27 y
art. 21 de la ley 48). Ello implica admitir la existencia de un cuerpo de normas
fundadas en decisiones de tribunales nacionales, tratados internacionales, derecho
consuetudinario, opiniones de los juristas, que constituyen un orden común a las
naciones civilizadas. Se trata de una antigua tradición valorada por los más antiguos e
importantes juristas de la tradición anglosajona (William Blackstone, “Commentaries
on the Laws of England” 16th. edition, London, Cadell and Butterworth) e
iberoamericana (Francisco Suárez, “De legibus” Madrid, Instituto de Estudios Políticos,
1967). El derecho de gentes es claro en sus efectos, ya que se reconoce su carácter
imperativo (“ius cogens”), pero su contenido es todavía impreciso en las condiciones
actuales del progreso jurídico, por lo cual es necesario obrar con suma cautela y
reconocerle el carácter de fuente complementaria a los fines de garantizar su
aplicación sin que se lesione el principio de legalidad (art. 18 Constitución Nacional).
Es necesaria la prudencia extrema en el campo de la tipificación de los delitos
internacionales con base en el de nominado derecho de gentes. No obstante, en lo que
respecta a esta causa, la violación de derechos humanos y el genocidio están
ampliamente reconocidos como integrantes del derecho de gentes…”.
DISIDENCIA:
116
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
117
desaparición forzada de personas ya se encontraba previsto en nuestra legislación
interna como un caso específico del género “privación ilegítima de libertad” de los arts.
141 y, particularmente, 142 y 144 bis del Código Penal, la solución variaría en modo
alguno, pues la aplicación del principio de imprescriptibilidad previsto en la citada
Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, a hechos
anteriores a su entrada en vigor (art. 7º), seguiría resultando contraria a la
proscripción de aplicación retroactiva de la ley penal que establece el principio de
legalidad. Resulta, a su vez, inexplicable que la cámara omita considerar en su
razonamiento que es la propia Convención sobre Desaparición Forzada de Personas la
que establece en su art. 7º, párrafo segundo, que cuando existiera una norma de
carácter fundamental que impidiera la aplicación de lo estipulado en el párrafo
anterior (se refiere a la imprescriptibilidad), el período de prescripción deberá ser
igual al delito más grave en la legislación interna del respectivo Estado Parte. Y qué es
el art. 18 de la Constitución Nacional, sino una norma de carácter fundamental. …”.
Además, “…39) Que la Convención sobre la Imprescriptibilidad de los Crímenes de
Guerra y de los Crímenes de lesa humanidad tampoco resultaría aplicable, pues si bien
fue adoptada por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas el 26
de noviembre de 1968, recién fue aprobada por el Estado argentino mediante la ley
24.584 (publicada B.O. 29 de noviembre de 1995). Al respecto debe señalarse que
existen dos cuestiones que no deben ser confundidas: la primera es la atinente al
principio de imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad previsto en la
mencionada Convención y la segunda es la que se refiere a la posibilidad de su
aplicación retroactiva. Por otra parte, el delito de desaparición forzada de personas no
conformaba el elenco de crímenes de guerra y de lesa humanidad al que aludía el art.
1º a y b de la Convención. Sobre la cuestión cabe destacar que en el Documento de
Trabajo para un “Instrumento Internacional Jurídicamente vinculante sobre
desapariciones forzadas” de las Naciones Unidas —Ginebra 4 al 8 de octubre de 2004—
se ha propuesto que en su preámbulo se establezca que la desaparición forzada
“constituye un delito y, en determinadas circunstancias, un crimen contra la
humanidad” (ver así también la proposición de la presidencia de fecha 6 de febrero de
2005)… 40) Que con respecto al principio de imprescriptibilidad —en cuanto rotunda
exhortación desde el plano internacional— el Estado argentino ha demostrado
encontrarse absolutamente comprometido a partir de la sanción de la ley 24.584 del
29 de noviembre de 1995, por la que aprobó la “Convención sobre la
imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad”
así como también con la sanción de la ley 25.778 del 3 de septiembre, de 2003, que la
incorporó con jerarquía constitucional. …”.
Para Fayt existe sentencia definitiva, falta gravamen actual y sostiene que la
declaración de nulidad de tales leyes realizada por el Congreso –de algo que ya no
existía-, sustrae de control al Poder Judicial.
Fayt sostiene: “… 17) Que, por lo demás, la declaración de nulidad constituiría un
modo simple de sustraer al Poder Judicial de un efectivo control, por el que pudiera —
por ejemplo— arribarse a la de terminación de una relación de correspondencia entre
la norma y la Constitución Nacional. De este modo se vulnerarían los derechos de los
individuos beneficiados por la norma que el Poder Judicial podría considerar
adecuada constitucionalmente. Al respecto, cabe recordar que la declaración de
118
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
INDULTO Y AMNISTÍA:
119
Nacional, que expresa una determinación de la autoridad final en beneficio de la comunidad,
como también se dijo en Mazzeo.
La ley de Punto Final fue sancionada en 1986 y establecía que no iba a poder
continuarse los juicios contra los que no hubiesen sido procesados en un término de sesenta
días, lo que dificultó el proceso de denuncias.
La ley de Obediencia Debida se sancionó en 1987 y benefició a militares y
miembros de fuerzas de seguridad puesto que dispuso la no punibilidad de los delitos de los
que eran acusados, por haber obrado por obediencia debida y bajo coerción de personal
superior.
Estas leyes revestían el carácter de leyes de amnistía, bajo la excusa de
concordia social y política, y no eran susceptibles de ser declaradas inconstitucionales
por le presunto carácter no justiciable del tema.
Pero, en el caso, existió la grave violación de Derechos humanos y estas leyes
pretendieron excluir la responsabilidad.
La leyes cuestionadas producían el efecto contrario a las previsiones del Derecho
internacional, por contraponerse a normas superiores.
El artículo 29 de la Constitución Nacional es el límite constitucional al dictado
de una amnistía o cualquier clase de perdón.
Cabe aclarar que la facultad de amnistiar no es absoluta, más si significa la derogación
de un precepto que involucra la tutela de los Derechos humanos.
Según la ley de obediencia debida Obediencia Debida los hechos imputados a Simón
no deben ser juzgados, son declarados lícitos, no antijurídicos y justificados. Lo que viola los
artículos 8 y 25 del PSJCR (concordantes artículos 1.1 y 2 de la Convención).
Las leyes nulas suponían la indefensión de las víctimas.
La amnistía tiene un límite moral –dijo Lorenzetti, por su voto-, está asociada a
la paz y a la compasión, y debe tener un alcance razonable. No se pueden amnistiar
delitos de lesa humanidad. Peor aún es la auto amnistía, ya que es perversa, puesto que
supone que quien ejercer la autoridad se la expide a sí mismo, como es el caso.
120
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
3) ¿La C.S.J.N. examina los tratados internacionales y los interpreta o son los
organismos internacionales que crean lo tratados internacionales lo que los que cumplen
esas funciones?
4) ¿Se puede invocar la prescripción ante el delito de desaparición forzada de
personas?
5) ¿Los tratados internacionales sobre derechos humanos se incorporan en el
Derecho interno o se reafirman sus postulados?
6) ¿Existe un nuevo Derecho internacional que representa un auténtico pacto
internacional? ¿Qué es el ius cogens?
7) ¿Son lo mismo los delitos de lesa humanidad que los delitos contra los Derechos
humanos?
8) ¿El Derecho Penal Humanitario dispone que no quede impune nadie que haya
cometido un delito de lesa humanidad? ¿Los tribunales internacionales juzgan en forma
subsidiaria?
3ER. CAPÍTULO: La Corte examina los tratados internacionales. Hasta 1992 los
interpreta la Corte Suprema. En 1992, con Ekmekdjian c/Sofovich y posteriores, con algunos
criterios y recomendaciones en el Caso Barrios Altos (C.I.D.H.): los Tribunales internacionales
son los que interpretan los Tratados internacionales que crean los organismos
internacionales.
121
Poblete.
La desaparición forzada de persona es un delito de acción continuada,
permanente, mientras que no aparezca el cuerpo. Son delitos de estado y resultado. Mientras
que o aparezca el cuerpo no se empiezan a contar los plazos de prescripción.
Simón debe hacer aparecer el cuerpo, sino el hecho y delito se prolonga
indefinidamente.
La Corte dice a Simón que no puede invocar la prescripción.
6TO. CAPÍTULO: “Ius Cogens”: Ferragioli, Luigi (Maqueda lo cita) dice que hay un
nuevo Derecho internacional que representa un auténtico pacto internacional. Ya no son los
países partes de este pacto, sino los países (Argentina), los individuos (c/uno de nosotros) y
los pueblos (nación católica, judía, indígena –no tienen territorio, no alcanzaron a componer
todos los elementos del Estado-).
Las normas consuetudinarias y convencionales que conforman un mix con la dignidad
humana y anteriores al derecho positivo: el ius cogens es pragmático, sin matiz
convencional o religiosa, sin que nadie determinado lo dicte (como el derecho natural).
El Derecho Internacional Humanitario es también el ius cogens (son
sinónimos).
Ferragioli: el ius cogens es una moralidad básica, un basamento moral para
todos los países del mundo, el ius cogens es obligatorio.
La Convención de Viena en su artículo 53, establece que todos los tratados deben
tener en cuenta el derecho internacional general (ius cogens).
A sus efectos, la Resolución 174 de Naciones Unidas, dispuso el establecimiento de
una Comisión de Derecho Internacional para impulsar el desarrollo progresivo del
Derecho internacional y su codificación. Según su artículo 15, esta expresión sobre el
desarrollo es utilizada para designar la elaboración de proyectos de convenciones sobre
temas que no hayan sido regulados todavía por el Derecho internacional o respecto de los
que los Estados no hayan aplicado, en la práctica, norma suficientemente desarrolladas. Y,
122
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
EN SÍNTESIS:
Cuestiones planteadas:
FALLO DE LA CORTE:
123
porque los jueces no podían verificar la existencia de las circunstancias que las leyes
describían.
. Ley de nulidad Nº25.779 es válida porque el legislador quiso cumplir con las
obligaciones asumidas por los tratados internacionales.
. Los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles.
. Ni la prohibición de la retroactividad de la ley penal más grave ni la cosa juzgada
pueden impedir la anulación de las leyes cuestionadas.
CUESTIONARIO
3) ¿LA CSJN EXAMINA LOS TRATADOS INTERNACIONALES Y LOS INTERPRETA O SON LOS
ORGANISMOS INTERNACIONALES QUE CREAN LO TRATADOS INTERNACIONALES LO QUE LOS QUE CUMPLEN
ESAS FUNCIONES?;
7) ¿SON LO MISMO LOS DELITOS DE LESA HUMANIDAD QUE LOS DELITOS CONTRA LOS DERECHOS
HUMANOS?;
8) ¿EL DERECHO PENAL HUMANITARIO DISPONE QUE NO QUEDE IMPUNE NADIE QUE HAYA
COMETIDO UN DELITO DE LESA HUMANIDAD? ¿LOS TRIBUNALES INTERNACIONALES JUZGAN EN FORMA
SUBSIDIARIA?;
11) ¿CUÁL HA SIDO EL FUNDAMENTO DEL VOTO DE LA DRA ARGIBAY SOBRE LA VIGENCIA DEL
TRATADO DE DERECHOS HUMANOS SOBRE IMPRESCRIPTIBILIDAD DE LOS DELITOS DE LESA HUMANIDAD?;
12) ¿CUÁL HA SIDO EL FUNDAMENTO DE LA DISIDENCIA DEL DR. FAYT?.
124
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
OTRA MIRADA
"SIMÓN, JULIO HÉCTOR Y OTROS S/ PRIVACIÓN ILEGÍTIMA DE LA
LIBERTAD, ETC. -CAUSA N° 17.768" 119
14 DE JUNIO DE 2005
COMO ES SABIDO, AYER LA CORTE DECLARÓ LA NULIDAD DE LAS LEYES DE OBEDIENCIA DEBIDA
Y PUNTO FINAL QUE HABÍAN IMPEDIDO LA PROSECUCIÓN DE CRÍMENES COMETIDOS EN LA DICTADURA
MILITAR DE 1976-83, PERMITIENDO EN CONSECUENCIA LA PROSECUCIÓN DE LAS CAUSAS PENALES QUE
ESTABAN PARALIZADAS DESDE LA DÉCADA DEL OCHENTA.
LA MAYORÍA ESTÁ DADA POR SIETE JUECES, CADA UNO DE LOS CUALES HACE VOTO PROPIO, CON
LA DISIDENCIA DE FAYT Y LA ABSTENCIÓN DE BELLUSCIO.
119 Fuente: Blog Saber Derecho. Publicado el día 05.06.2005 Consultado el día 24.07.2017.
Nota de autor: El dictamen del Procurador Becerra ocupa 60 páginas. Como ya lo conocíamos desde 2002, no lo
analizaré aquí.
Impreso, el fallo de la Corte ocupa alrededor de 300 páginas. Son muchas, pero si hay al menos un fallo que vamos
a leer en todo el año, éste es quizá el más importante. Y no sólo en términos “testimoniales”, sino por el rico debate
de cuestiones de teoría del derecho que intersectan la decisión.
125
obediencia debida resulta impostergable y ha de producirse de tal forma que no pueda
derivarse de ellas obstáculo normativo alguno para la persecución de hechos como los que
constituyen el objeto de la presente causa. Esto significa que quienes resultaron beneficiarios
de tales leyes no pueden invocar ni la prohibición de retroactividad de la ley penal más grave
ni la cosa juzgada".
Uno de los problemas álgidos que todos los votos tuvieron considerar eran las
facultades del Congreso para anular las leyes. Petracchi resuelve el tema con un criterio
pragmático, observando que “el contenido mismo de lo declarado por la ley 25.779 coincide
con lo que los jueces deben declarar con relación a las leyes referidas”. Así, “en la medida en
que las leyes deben ser efectivamente anuladas, declarar la inconstitucionalidad de dicha
norma para luego resolver en el caso tal como ella lo establece constituiría un formalismo
vacío. Por lo demás, de ese modo se perdería de vista que el sentido de la ley no es otro que el
de formular una declaración del Congreso sobre el tema y que, de hecho, la "ley" sólo es apta
para producir un efecto político simbólico. Su efecto vinculante para los jueces sólo deriva, en
rigor, de que la doctrina que ella consagra es la correcta: la nulidad insanable de las leyes
23.492 y 23.521”.
Debe decirse que, salvo Argibay, todos los jueces (incluso Fayt) dicen expresamente,
disipando alguna duda que podría haber quedado de “Comercial Finanzas”, que la acción de
inconstitucionalidad definitivamente se puede declarar de oficio. Ello a propósito de que la
defensa se agraviaba por la falta de legitimación de Horacio Verbitsky (presidente del Centro
de Estudios Legales y Sociales) para ejercer el rol de querellante en el proceso, a lo cual la
Corte responde entre otras cosas que el planteo es inocuo porque el Tribunal de todos modos
podría declarar inconstitucionalidades sin pedido de parte. Esto está en el considerando 11
del voto de Petracchi y en el 8º del voto de Fayt.
El detalle. Advierto una novedad de formato que adopta Petracchi: por primera vez
veo un fallo de la Corte Suprema que usa notas al pie. Lo cual, creo, no significa
necesariamente que las mismas queden en lo que será la publicación oficial en la colección de
“Fallos”.
126
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
una fuente "propia" de la Constitución a propósito del art. 118 C.N., ya que dice que "aun
antes del tal jurisprudencia internacional, los delitos contra el derecho de gentes hallábase
fulminados por el derecho internacional consuetudinario y concurrentemente por el texto de
nuestra Constitución Nacional. La gravedad de tales delitos puede dar fundamento a la
jurisdicción universal, como se desprende del art. 118 de la Constitución Nacional que
contempla los delitos contra el derecho de gentes fuera de los límites de la Nación y ordena al
Congreso determinar por ley especial el lugar en que haya de seguirse el juicio. Ello da por
supuesto que tales delitos pueden ser juzgados en la República y, cabe entender, también en
otros Estados extranjeros. Y además, que esos delitos contra el derecho internacional, contra
la humanidad y el derecho de gentes, por su gravedad, lesionan el orden internacional, en
modo que no puede verse en tal art. 118 sólo una norma de jurisdicción sino sustancialmente
de reconocimiento de la gravedad material de aquellos delitos (causa "Nadel" registrada en
Fallos: 316:567, disidencia del juez Boggiano).
Luego Boggiano se cita a sí mismo remitiéndose a lo que había dicho al votar la causa
"Arancibia Clavel", cuando afirmó que "no se presenta en el caso una cuestión de conflicto de
leyes en el tiempo pues el crimen de lesa humanidad lesionó antes y ahora el derecho
internacional, antes el consuetudinario ahora también el convencional, codificador del
consuetudinario".
Sobre estas premisas, el criterio de inaplicabilidad de las normas de derecho interno
de prescripción de los delitos de lesa humanidad "tiene base en el derecho internacional ante
el cual el derecho interno es sólo un hecho". Además, dice, "la inoperatividad de tales normas
las torna aplicables aun retroactivamente en virtud del principio de actualidad del orden
público internacional".
Si Boggiano hace todo esto, es porque su solución del caso es peculiar. No declara a las
leyes inconstitucionales ni nulas, sino que dice que son inaplicables. (..."para que pueda
percibirse adecuadamente la estructura lógica del presente voto cabe, en suma, puntualizar lo
siguiente: a) se procesó y apresó a Julio Héctor Simón por crímenes de lesa humanidad; b) las
leyes 23.492 y 23.521 son inaplicables a estos delitos porque no los contemplaron o, de ser
aplicables, son inconstitucionales porque si los contemplaron violaron el derecho
internacional consuetudinario vigente al tiempo de su promulgación; c) nada corresponde
juzgar acerca de la constitucionalidad de ambas leyes respecto de delitos que no son de lesa
humanidad, pues no se trata aquí de un caso tal; d) aquellas leyes son inaplicables a los
delitos de lesa humanidad o son inconstitucionales si fuesen aplicables a los delitos de esa
laya. En ambas hipótesis resultan inaplicables."
El detalle: en uno de los considerandos finales cita a Bidart Campos, a quien llama
"maestro", y glosándolo dice que "Los miembros de las fuerzas armadas están moralmente
127
obligados a oponerse a las órdenes que prescriben cumplir crímenes contra el derecho de
gentes y sus principios universales. Los militares son plenamente responsables de los actos
que realizan violando los derechos de las personas y de los pueblos o las normas del derecho
internacional humanitario. Estos actos no se pueden justificar con el motivo de la obediencia
a órdenes superiores" (Pontificio Consejo Justicia y Paz, Compendio de la Doctrina Social de la
Iglesia, Conferencia Episcopal Argentina, 2005, N° 503).
Es el que tiene una estructura más organizada y propicia para estudiar el caso, ya que
está dividido en "capítulos”.
El capitulo I versa sobre los "Poderes de interpretación y anulación del Congreso". Allí
da cuenta del debate parlamentario de la derogación y anulación legislativa y sostiene un
principio de doctrina que no encuadra en la sabiduría convencional, cuando dice que "el
texto constitucional y su interpretación y acatamiento no es patrimonio exclusivo del
Poder Judicial, dentro del cual la Corte Suprema de Justicia de la Nación sin duda es el
intérprete último en el caso concreto pero no el único cuando se trata de adecuar el
ordenamiento jurídico infra constitucional al mandato constituyente". Obviamente, aquí
se nota el pasado de Maqueda como legislador, en un Congreso que él mismo integraba.
Los capítulos II y III tratan respectivamente sobre el examen concreto de las leyes
objetadas y el marco hermenéutico de análisis de los derechos humanos. En el IV se
refiere al sostenimiento histórico y constitucional del derecho de gentes, explicando que
este se concreta "en principios que se encuentran en los orígenes del derecho
internacional y que —de algún modo— lo trascienden pues no se limitan al mero
ordenamiento de las relaciones entre las entidades nacionales sino que también atienden
a valores esenciales que todo ordenamiento nacional debe proteger independientemente
de su tipificación positiva".
Sobre esa base, en el capítulo V concluye que "la consagración positiva del derecho de
gentes en la Constitución Nacional permite considerar que existía —al momento en que
se produjeron los hechos investigados en la presente causa— un sistema de protección de
derechos que resultaba obligatorio independientemente del consentimiento expreso de
las naciones que las vincula y que es conocido actualmente —dentro de este proceso
evolutivo— como ius cogens".
128
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
129
ZAFFARONI: INEXIQUIBILIDAD DE LAS LEYES
Si el de Maqueda es el más útil con fines didácticos, este es el más interesante para
leer. Está dividido en secciones, no numeradas, a las que llamaremos acápites, cuyo título
indica la conclusión a que apunta cada grupo de considerandos. Así dice primero que "las
leyes 23.492 y 23.521 no pueden surtir efectos por imperio de normas de derecho
internacional público", para afirmar luego que "estos efectos están previstos en la ley
25.779". Tomando la terminología colombiana, dice que conformen a esa ley de nulidad
aquellas serían "inequixibles", pero en su tercera premisa advierte que "el Congreso
Nacional no está habilitado en general para anular leyes".
Sentado ello, pasa a analizar "las razones centrales que se dieron para fundar la
constitucionalidad de esta potestad del Congreso en el caso concreto", a saber "a) el
estado de necesidad en que se hallaba el Congreso Nacional y el Poder Ejecutivo en el
momento de la sanción de estas leyes; b) el art. 29 constitucional, c) el derecho supra
legal y d) el derecho internacional".
Con buena lógica penalista, refuta los argumentos basados en el art. 29, que son los
que a mí menos me convencen en este debate. Dice que independientemente de que aquel
"responde a una coyuntura histórica particular y casi referida a una persona", "las
consecuencias de admitir su integración analógica serían muy peligrosas, pues una
mayoría parlamentaria coyuntural podría imponer la responsabilidad y la pena
correspondientes a los infames traidores a la Patria a cualquier opositor. Ante esta
perspectiva, claramente no querida por la Constitución Nacional, conviene seguir
sosteniendo la prohibición de analogía respecto de este texto." Agrega también que "el
art. 29 constitucional es un caso de delito constitucionalizado y, si bien no es un tipo
penal, está íntimamente vinculado al tipo que el legislador ordinario construye en función
del mandato constitucional y, por ende, su integración analógica siempre es violatoria del
art. 18 de la misma Constitución y de las disposiciones concernientes a legalidad de los
tratados internacionales incorporados a la Constitución".
También confronta los planteos iusnaturalistas. Dice que "el argumento iusnaturalista
corre el riesgo de enredarse y terminar legitimando lo que la ley 25.779 quiere
descalificar de modo tan radical, pues reconocer injustos o ilícitos supra legales importa
admitir también justificaciones supra legales y, con ello, entrar al debate de la llamada
guerra sucia con el autoritarismo de seguridad nacional, que también era una
construcción supra legal".
130
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
la Constitución Nacional, hace ineficaces las leyes que la ley 25.779 declara nulas".
En lo que hace a la médula del caso, dice que "cualquiera sea el nomen juris y la
verdadera naturaleza jurídica de estas leyes, lo cierto es que el principio de legalidad
penal es amplio, pero no ampara la eventual posibilidad de que el agente de un delito sea
amnistiado o beneficiado con cualquier otra cancelación de tipicidad o impedimento de
procedibilidad en alguna ley sancionada en el futuro. Lo cierto es que la Convención
Americana fue ratificada en 1984 y en el mismo año se reconoció la competencia plena de
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, es decir, que la sanción de esas leyes es
claramente posterior a la ratificación de la Convención y, por ende, cualquiera sea el
juicio que éstas merezcan, de conformidad con el criterio jurisprudencial mencionado,
son actos prohibidos por la Convención. El ilícito internacional —del que sólo puede ser
responsable el Estado argentino— lo constituyen las leyes sancionadas con posterioridad
a esa ratificación."
Tal como lo hacen todos menos Maqueda, Zaffaroni dice que el Congreso no tiene
potestad para anular las leyes. Hace hincapié en el argumento vertido en el debate
parlamentario en el sentido de que “que sería contradictorio que el Congreso Nacional
otorgase jerarquía constitucional a esta Convención y mantuviese cualquier efecto de las
leyes que se pretenden anula”, observando el peligro que yace en ese criterio pues “al
admitir la jerarquización de las normas constitucionales se firma el certificado de
defunción de la propia Constitución. Cuando se distingue entre normas superiores y que
hacen al espíritu mismo de la Constitución y normas constitucionales simplemente
legales, se habilita a desconocer estas últimas para mantener la vigencia de las primeras.
Este fue el procedimiento a través del cual se racionalizó el desbaratamiento de la
Constitución de Weimar, sosteniendo sus detractores que si la Constitución expresa
valores fundamentales, no puede admitirse que su texto otorgue garantías ni espacio
político a los enemigos de estos valores, especialmente en situaciones anormales o
caóticas (así, Carl Schmitt, Legalität und Legitimität, Berlín, 1933). Pero la propia
experiencia nacional es muy ilustrativa en este sentido, puesto que ningún golpe de
Estado argentino negó formalmente los valores constitucionales, sino que afirmaron
todos que violaban la Constitución para salvarlos. Todas las violaciones a la Constitución
Nacional se fundaron en una pretendida jerarquización de sus normas, incluso las que
esgrimían la doctrina de la seguridad nacional y cometieron los crímenes cuyo
juzgamiento obstaculizan las leyes 23.492 y 23.521”.
131
Llegando a la conclusión del caso que nos ocupa, Zaffaroni parte de lo que enuncia
como un ”hecho nuevo”, el de "la operatividad real del principio universal" en cuanto a la
jurisdicción de delitos de lesa humanidad. Toma esa consideración en términos
estrictamente fácticos, pues dice que "cualquiera sea la opinión que se tenga sobre el
funcionamiento concreto del principio universal, sobre la autoridad moral de los estados
que lo invocan, sobre la coherencia o incoherencia de su invocación, lo cierto es que la
comunidad internacional lo está aplicando por delitos cometidos en nuestro territorio, en
razón de que la República no ha ejercido la jurisdicción, o sea, no ha ejercido su
soberanía". Así, puestos en la encrucijada de de “ejercer la propia jurisdicción o de
admitir lisa y llanamente la incapacidad para hacerlo y, por ende, renunciar a un atributo
propio de la soberanía nacional", dice que el asunto debe resolverse conforme a lo que
enuncia como "la función esencial" de la Constitución: "la atribución o distribución del
poder para el ejercicio de las potestades inherentes a la soberanía". Si no se asumiera la
jurisdicción, dice, se estaría "degradando a la propia Nación a un ente estatal imperfecto y
con una grave capitis deminutio en el concierto internacional".
Este voto es el menos interesante de todos. Recurre en demasía al Cut & Paste de
fallos, no dice nada realmente nuevo y no entiendo por qué Highton no se avino a
suscribir el voto de Petracchi en lugar de contribuir a la fragmentación en la
fundamentación de los fallos de la Corte.
En descargo de Highton, debe reconocerse que todos los jueces dieron “su” fallo. Es
probable que creyeran que lo histórico del caso ameritaba un voto propio, cuando me
parece que deberían haber pensado lo contrario: debían haber extremado al límite sus
esfuerzos para agruparse en un voto conjunto.
132
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
sociedad muestra sobre la concepción de la justicia, entendida como los principios morales
que aceptarían personas libres, iguales, racionales y razonables que permitan una
convivencia basada en la cooperación".
Como Maqueda, Lorenzetti no descalifica la actuación del Congreso, pues dice que ese
cuerpo “ha expresado un consenso sobre la necesidad de desmontar los efectos de las leyes
referidas que es de un valor indudable para esta Corte Suprema, que no debe ignorar el
estado de conciencia mayoritario de la comunidad en un tiempo determinado. También es
necesario poner de relieve la prudencia de la norma al emplear un lenguaje declarativo pero
no directamente anulatorio”. Aún así, dice que “es necesario establecer con toda precisión
que, de acuerdo con nuestra Constitución, la única vía para privar retroactivamente de
efectos a una ley es, de modo excluyente, la declaración de su inconstitucionalidad en un caso
por parte de un tribunal de justicia”. Razona que “si se permitiera que el Congreso
estableciera nulidades invocando el estado de necesidad o la coacción, se introduciría una
inseguridad jurídica formidable, ya que serían numerosas e imprecisas las situaciones en las
que se podría invocar presiones y necesidades, propias de la actividad legisferante”.
133
Argibay dice que la Corte no debe entrar a considerar si los delitos que se imputan en
el caso son o no delitos de lesa humanidad, pues la cuestión debe ser tratada en el
pronunciamiento de mérito y no una etapa inicial del proceso, donde “el encuadre de los
hechos (...) no ha sido resuelto de manera definitiva sino provisional por la Cámara de
Apelaciones”.
Como dictum, Argibay sostiene que “la modificación de las reglas sobre prescripción
de manera retroactiva, que supone la aplicación de la Convención sobre Imprescriptibilidad
de 1968, no altera el principio de legalidad bajo ninguna de estas lecturas”. Explica que ello
no viola el principio de culpabilidad, en la medida que “las normas legales sobre prescripción
no forman parte de la regla de derecho en que se apoya el reproche penal, es decir, su
modificación no implica cambio alguno en el marco de ilicitud que el autor pudo tener en
cuenta al momento de realizar las conductas que se investigan. En otros términos, no se
condena por acciones lícitas al momento de la comisión, ni se aplican penas más graves”. Y
agrega que “tampoco hay frustración de la confianza en el derecho que corresponde asegurar
a todo ciudadano fiel a las normas, porque la prescripción de la acción penal no es una
expectativa con la que, al momento del hecho, el autor de un delito pueda contar, mucho
menos con el carácter de una garantía constitucional”.
Por empezar, Fayt se opone a la nulificación legislativa. Dice que “si de lo que se trata
es de utilizar la terminología de la nulidad con el fin de otorgarle efectos retroactivos
a la aplicación de la ley derogatoria por considerar que la norma derogada se
encuentra en pugna con la Constitución, es claro que esa tarea le está vedada al Poder
Legislativo. Aun si se interpretara que para algunos legisladores fue mediante el
propio procedimiento de formación y sanción de las leyes "derogadas" que se violó la
Constitución Nacional, correspondería también en ese supuesto que sea el Poder
Judicial quien lo determine respecto de un caso concreto”.
134
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
En este doble desarrollo parece que Fayt no le tiene mucha fe al primer punto, pues
sabe que hay una importante réplica al respecto y por eso dice que “ni aun admitiendo
que el delito de desaparición forzada de personas ya se encontraba previsto en
nuestra legislación interna como un caso específico del género "privación ilegítima de
libertad" de los arts. 141 y, particularmente, 142 y 144 bis del Código Penal, la
solución variaría en modo alguno, pues la aplicación del principio de
imprescriptibilidad a hechos anteriores seguiría resultando contraria a la
proscripción de aplicación retroactiva de la ley penal.
Cabe aclarar que para Fayt estos delitos son imprescriptibles sólo desde la entrada en
vigor de la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, y no desde
algún momento anterior hipotético en el que ese principio haya pasado al ius cogens. Y que se
atiene siempre al concepto clásico del principio de legalidad, sin admitir estándares
diferenciados para ciertos tipos de delitos (“la jurisprudencia de la Corte -dice- ha
interpretado esta garantía como aquella que prohíbe la aplicación de disposiciones penales
posteriores al hecho que modifiquen in malam partem cualquier requisito del que dependa la
punibilidad del hecho”).
También hace una a mi juicio atinada refutación del argumento que vimos antes
fundado en el art. 118. Dice que allí la del “derecho de gentes” se efectúa “sólo para
determinar la forma en que se juzgarán los delitos cometidos en el exterior contra esos
preceptos; pero de ningún modo —más allá de su indiscutible valor— se le confiere jerarquía
constitucional ni —menos aún— preeminencia sobre la Ley Fundamental”. Así, le parece
“exagerado inferir en base al texto del art. 118 que sea posible la persecución penal en base a
las reglas propias del derecho penal internacional. De allí no se deriva en modo alguno que se
puede atribuir responsabilidad individual con base en el derecho internacional, en tanto no
135
se establece cuáles son los principios y normas que rigen la persecución de crímenes iuris
gentium”.
Es por ello que dirá más adelante que “no puede concluirse que con el dictado de las
leyes de obediencia debida y punto final, el Estado argentino se haya apartado del
compromiso asumido en los instrumentos internacionales citados”.
En cambio, hay un argumento que Fayt atiende y despacha con un solo párrafo: el de
la inconstitucionalidad por irrazonabilidad de la ley penal. Dice que “en cuanto a que la ley de
obediencia debida es inconstitucional por "irracional" en tanto permitió investigar la
sustracción, retención y ocultación de una menor —la hija del matrimonio Poblete— y, a la
vez, impide investigar e imputar a los autores de la privación de libertad, tortura y demás
actos de los que fueron víctimas sus padres. La diferencia, sin embargo, bien pudo residir
razonablemente para el legislador en la circunstancia de que los hechos excluidos de esa ley
no podían integrar en modo alguno el tipo de acciones descripto en al art. 10 de la ley 23.049.
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Una historia de los hechos del caso Poblete puede leerse acá.
Para muestras de comentarios al fallo hechos por dos actores involucrados puede
leerse el comentario de Verbitsky acá y una nota firmada por Raúl Alfonsín acá.
"La Nación" publica dos visiones escépticas de la sentencia: la visión muy critica que
hace su editorial, accesible acá y una mas mesurada en la columna de Adrian Ventura acá.
137
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
13 DE JULIO 2007
" ... el Poder Judicial debe ejercer una especie de "control de convencionalidad" entre
las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y la Convención Americana
sobre Derechos Humanos. En esta tarea, el Poder Judicial debe tener en cuenta no solamente
el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha hecho la Corte Interamericana,
intérprete última de la Convención Americana"
INSTANCIAS ANTERIORES
En otro orden de ideas, el juez de grado consintió en rotular a los delitos aquí
imputados como de lesa humanidad, y discurrió sobre su ya consolidada imprescriptibilidad.
Añadió a su turno que dicha condición ya formaba parte del derecho internacional imperativo
-ius cogens- al momento en que los hechos fueron cometidos.
Finalmente, destacó que la decisión adoptada infringía los arts. 29 y 118 , CN., en la
inteligencia que el Poder Ejecutivo no puede indultar a una persona sindicada como
responsable de los hechos denunciados, por ser indultables por naturaleza.
120Nota del editor: Este resumen didáctico ha sido preparado por el Dr. Martínez Delfa a quien le agradecemos por
su colaboración. La explicación expuesta no exime al alumno de la cuidadosa lectura del fallo íntegro y del análisis
de los fundamentos vertidos en el mismo por los magistrados.
139
naturaleza política e individual; el indulto contenido en el decreto 1002/1989, había sido
dictado con todas las características propias del instituto; la potestad de indultar es
discrecional dentro de los límites de la norma invocada y el juicio presidencial sobre su
oportunidad, conveniencia y alcance, configura un objeto ajeno a la revisión judicial; el
indulto podía ser acordado tanto a condenados por sentencia firme, como a procesados.
Desechó la tesis según la cual resultaría competente la justicia militar (lo que era
exigido por la defensa), ya que el texto del art. 9, Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada de Personas, que prescribe a los Estados el juzgamiento de tales delitos
por parte de la jurisdicción de derecho común, con exclusión de toda jurisdicción especial, en
particular la militar.
Estimó que si los actos objeto del indulto incluyen delitos de lesa humanidad, no hay
limitaciones a su juzgamiento en tiempo y espacio ni tampoco pueden administrarse indultos
o leyes de prescripción que impidan su juzgamiento y condena. Además, ilustró que el
decreto en cuestión fue dictado con posterioridad a la aprobación de nuestro país de varios
pactos internacionales relacionados con el tema.
FUNDAMENTOS DE LA CORTE
Desestima la jurisdicción militar como juez natural del caso, teniendo en cuenta el
antecedente del caso “Videla” y el mismo argumento que la cámara de casación.
Que lo cierto es que los delitos que implican una violación de los más elementales
principios de convivencia humana civilizada, quedan inmunizados de decisiones
discrecionales de cualquiera de los poderes del Estado que diluyan los efectivos remedios de
los que debe disponer el Estado para obtener el castigo. Ya en el caso "Barrios Altos" la Corte
Interamericana de Derechos Humanos consideró "inadmisibles las disposiciones de amnistía,
las disposiciones de prescripción y el establecimiento de excluyentes de responsabilidad que
pretendan impedir la investigación y sanción de los responsables de las violaciones graves de
los derechos humanos.
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Con respecto a la cosa juzgada (la Corte había declarado la constitucionalidad de los
indultos en los ’90, y según su doctrina la cosa juzgada es absoluta), en el derecho
humanitario internacional los principios de interpretación axiológicos adquieren plena
preeminencia, tanto al definir la garantía del ne bis in idem como la cosa juzgada: los
instrumentos internacionales que establecen esta categoría de delitos, así como el
consiguiente deber para los Estados de individualizar y enjuiciar a los responsables, no
contemplan, y por ende no admiten, que esta obligación cese por el transcurso del tiempo,
amnistías o cualquier otro tipo de medidas que disuelvan la posibilidad de reproche
DISIDENCIA DE FAYT
El juez Fayt, en consonancia con sus votos en los casos “Simón” y “Arancibia Clavel”,
sostiene que si bien se trata de delitos aberrantes de lesa humanidad, ellos fueron cometidos
con anterioridad a que en nuestro país se ratificaran (con mas razón, que adquirieran
carácter constitucional), los tratados que declaran imprescriptibles (y también insusceptibles
de amnistías e indultos) a esta clase de delitos, y que por lo tanto aceptar- los constituiría una
violación al principio de irretroactividad de la ley penal.
DISIDENCIA DE ARGIBAY
CUESTIONARIO
141
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
OTRA MIRADA
“DERECHOS HUMANOS: FINAL PARA UNA MEDIDA QUE HABIA
TOMADO CARLOS MENEM” 121
121 Fuente: Diario Clarín. Publicado el día 14.07.2007. Consultado el dia 25.07.2017.
143
de unos 950 enjuiciados por crímenes de lesa humanidad. Algunas causas ya fueron elevadas
a juicio oral, y muchos de los acusados cumplen arresto domiciliario por el robo de bebés,
hijos de desaparecidos, como es el caso de Videla.
Riveros, de 83 años, se desempeñó como jefe de Institutos Militares entre 1975 y
1978. Enfrentó más de 40 causas por crímenes de lesa humanidad, y en 1999 también le
inició juicio la Justicia italiana.
Pero el caso firmado ayer significa más que el fin de la impunidad para este militar. Es
el fin de un ciclo que inició la Corte en 2004, y que coincidió con el impulso que el presidente
Néstor Kirchner le imprimió a su gestión en el área de la defensa de los derechos humanos.
Cuando en 2004 la Corte firmó el caso del espía chileno Arancibia Clavel, donde
estableció que los crímenes de lesa humanidad no prescriben, ya había comenzado el proceso
de renovación de los jueces de la Corte, que aplicó Kirchner para arrasar con todos los
integrantes de la llamada "mayoría automática" que apoyó la gestión de Menem. Un año
después, la Corte declaró la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
En marzo del año pasado, cuando se cumplieron 30 años del golpe militar, Kirchner
pronunció una defensa enfática de la necesidad de anular los indultos. Fue durante su
intervención en el acto del Colegio Militar, y el mensaje del Presidente a la Corte Suprema
resultó tajante: "Espero que proceda y a fondo".
A más de un año de ese discurso, la Corte, aunque con el voto dividido, cerró el
capítulo de los indultos a ex represores.
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
122Fuente: Dr. Ricardo Alejandro Terrile (Profesor Titular.) Fragmento extraído del libro “Estado constitucional y
convencional de Derecho”.
Nota del editor: la explicación expuesta no exime al alumno de la cuidadosa lectura del fallo íntegro y del análisis
de los fundamentos vertidos en el mismo por los magistrados.
145
de la CADH— por parte del Estado por haber frustrado el nacimiento de Marí́a Macarena
en el paí́s de origen de su familia bioló gica donde normalmente hubiese nacido, lo que
tuvo como consecuencia que adquiriera la nacionalidad uruguaya por una situació n
arbitraria.
En relació n con la discusió n que se reitera en los tribunales nacionales sobre la
posibilidad de que un nino sea privado de su libertad, la Corte IDH hizo su aporte al
afirmar que "adicionalmente al hecho de que la nina nació en cautiverio, su retenció n
fí́sica por parte de agentes estatales, sin el consentimiento de sus padres, implican una
afectació n a su libertad, en el má s amplio té rmino del artí́culo 7.1 de la CADH. Este
derecho implica la posibilidad de todo ser humano de auto-determinarse y escoger
libremente las opciones y circunstancias que le dan sentido a su existencia. En el caso de
los ninos y ninas, si bien son sujetos titulares de derechos humanos, aqué llos ejercen sus
derechos de manera progresiva a medida que desarrollan un mayor nivel de autonomí́a
personal, por lo que en su primera infancia actú an en este sentido por conducto de sus
familiares. En consecuencia, la separació n de un nino de sus familiares implica,
necesariamente, un menoscabo en el ejercicio de su libertad".
Finalmente, quizá s el aspecto má s atrayente para muchos publicistas sea el examen
que la Corte IDH hizo de la Ley de Caducidad de 1986 —la versió n uruguaya de la
amnistí́a de los criminales del Cono Sur— debido a su ratificació n a travé s del referé ndum
de 1989 y la "iniciativa popular" de 2009. Para comenzar, reiteró que todos los ó rganos
internacionales de protecció n de derechos humanos y diversas altas cortes nacionales de
la regió n han concluido que las leyes de amnistí́a sobre graves violaciones de derechos
humanos violan el deber de investigar y sancionar dichas violaciones. Ademá s, sostuvo
que la incompatibilidad respecto de la CADH incluye a todo tipo de amnistí́a de graves
violaciones de derechos humanos y no se restringe só lo a las denominadas "auto
amnistí́as", dado que no deriva de una cuestió n formal, como su origen, sino de su ratio
legis, cuestió n que ya habí́a quedado resuelta a partir de los casos "Almonacid Arellano y
otros c. Chile" y "Gomes Lund y otros c. Brasil". Al referirse a la ratificació n o respaldo por
la ciudadaní́a de la norma discutida, el Tribunal en un pá rrafo concluyó que "la sola
existencia de un ré gimen democrá tico no garantiza, per se, el permanente respeto del
Derecho Internacional, incluyendo al Derecho Internacional de los Derechos Humanos…la
existencia de un verdadero ré gimen democrá tico está determinada por sus caracterí́sticas
tanto formales como sustanciales, por lo que particularmente en casos de graves
violaciones a las normas del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, la
protecció n de los derechos humanos constituye un lí́mite infranqueable a la regla de
mayorí́as". Esta solució n resulta acertada, puesto que es coherente con el estado del
derecho internacional tal cual existe con posterioridad a la creació n de las Naciones
Unidas y el surgimiento en la dé cada del ’40 del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos.
El caso que nos ocupa, es la “supervisió n” que realiza la CorteIDH sobre la sentencia
de fondo que dictara el 24 de febrero de 2011, sobre hechos que ocurrieron durante la
dictadura cí́vico-militar que gobernó Uruguay entre 1973 y 1985, recurriendo a prá cticas
146
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
147
- En un plazo razonable, el Estado debe conducir y llevar a té rmino eficazmente la
investigació n de los hechos del presente caso, a fin de esclarecerlos y determinar las
correspondientes responsabilidades penales y administrativas y aplicar las consecuentes
sanciones que la ley prevea, de conformidad con los pá rrafos 252 a 256, 274 y 275 de la
Sentencia;
- El Estado debe continuar y acelerar la bú squeda y localizació n inmediata de Marí́a
Claudia Garcí́a Iruretagoyena, o de sus restos mortales y, en su caso, entregarlos a sus
familiares, previa comprobació n gené tica de filiació n, de conformidad con los pá rrafos
259 y 260 de la Sentencia;
- El Estado debe garantizar que la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva
del Estado, al carecer de efectos por su incompatibilidad con la Convención
Americana y la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas, en cuanto puede impedir u obstaculizar la investigación y eventual
sanción de los responsables de graves violaciones de derechos humanos, no vuelva
a representar un obstáculo para la investigación de los hechos materia de autos y
para la identificación y, si procede, sanción de los responsables de los mismos, de
conformidad con los párrafos 253 y 254 de la Sentencia;
- El Estado debe realizar, en el plazo de un ano, un acto pú blico de reconocimiento de
responsabilidad internacional por los hechos del presente caso, de conformidad con el
pá rrafo 266 de la Sentencia;
- El Estado debe colocar en un espacio del edificio del Sistema de Informació n de
Defensa (SID) con acceso al pú blico, en el plazo de un ano, una placa con la inscripció n del
nombre de las ví́ctimas y de todas las personas que estuvieron detenidas ilegalmente en
dicho lugar, de conformidad con el pá rrafo 267 de la Sentencia;
- El Estado debe realizar, en el plazo de seis meses, las publicaciones dispuestas en la
Sentencia;
- El Estado debe implementar, en un plazo razonable y con la respectiva asignació n
presupuestaria, un programa permanente de derechos humanos dirigido a los agentes del
Ministerio Pú blico y a los jueces del Poder Judicial de Uruguay, de conformidad con el
pá rrafo 278 de la Sentencia;
- El Estado debe adoptar, en el plazo de dos anos, las medidas pertinentes para
garantizar el acceso té cnico y sistematizado a informació n acerca de las graves
violaciones de derechos humanos ocurridas durante la dictadura que reposa en archivos
estatales, de conformidad con los pá rrafos 274, 275 y 282 de la Sentencia;
- El Estado debe pagar, dentro del plazo de un ano, las cantidades fijadas en los
pá rrafos 291, 293, 296 y 304 de la presente Sentencia, por concepto de indemnizació n
por dano material e inmaterial y por el reintegro de costas y gastos, segú n corresponda,
de conformidad con los pá rrafos 305 a 311 de la misma;
- Conforme a lo establecido en la Convenció n, la CorteIDH supervisará el
cumplimiento í́ntegro de esta Sentencia y dará por concluido el presente caso una vez que
el Estado haya dado cabal ejecució n a lo dispuesto en la misma, debiendo el Estado
rendirle, dentro del plazo de un ano a partir de la notificació n de esta Sentencia, un
informe sobre las medidas adoptadas para tal efecto.
148
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
149
condena en un penal argentino. Del mismo modo, el Estado senaló que estos cinco
militares ya se encuentran en detenció n por otras causas penales en su contra.
La Comisió n consideró necesario contar con mayor informació n y documentació n
sobre el impacto en la reapertura y avances de las investigaciones de violaciones de
derechos humanos, a fin de valorar la idoneidad de estas medidas para asegurar que la
Ley de Caducidad no siga constituyendo un obstá culo en materia de justicia de graves
violaciones de derechos humanos. Por otro lado, la Comisión observó que la
investigación por los hechos del presente caso se esté llevando a cabo bajo la figura
de homicidio y no de desaparición forzada. Ademá s, notó que el Estado se limitó a
informar sobre las investigaciones en cuanto a lo ocurrido a una ví́ctima, pero no se
refirió a ningún otro procedimiento dirigido a investigar las demás violaciones
declaradas en la Sentencia, muchas de las cuales podrían implicar sanciones de
diferente naturaleza. De ese modo, la Comisió n consideró que esta obligació n debe
continuar siendo supervisada por la Corte.
Por su parte, los representantes manifestaron, en relació n con la causa penal abierta
respecto de la desaparició n de Marí́a Claudia Garcí́a, que el juez hizo lugar al pedido de
procesamiento de otros dos militares, decisió n que habrí́a sido confirmada por el
Tribunal de Apelaciones el 30 de mayo de 2012. Del mismo modo, senalaron que como
consecuencia de los límites que el procedimiento penal vigente impone en Uruguay
a la participación de las victimas – asunto que fuera argumentado y debatido durante el
trá mite del caso- aquellas enfrentan importantes dificultades para el acceso al
trámite de la causa. Por otro lado, valoraron la adopció n de la Ley 18.831 y del Decreto
323, pero alegaron que esta medida adoptada por el Estado no resuelve el obstá culo que
representa la Ley de Caducidad para esclarecer los delitos de lesa humanidad cometidos
en el paí́s entre los anos 1973-1985 en té rminos de impunidad, toda vez que de acuerdo a
la interpretació n recientemente confirmada por un fallo de la Suprema Corte, los hechos
de desaparición forzada de personas cometidos durante la última dictadura militar
prescribirían en noviembre de 2011. Por otro lado, indicaron que la Ley de Caducidad
no había sido derogada ni anulada; que la ley 18.831 habí́a sido impugnada mediante
varios recursos de inconstitucionalidad, que habí́an sido declarados admisibles por la
Suprema Corte de Justicia y que, el dí́a 22 de febrero de 2013, é sta habí́a emitido una
sentencia en la cual declaraba la inconstitucionalidad de la ley 18.831. Ademá s, los
representantes indicaron que aú n no era posible medir el efecto real que estas decisiones
han tenido en relació n con la reapertura de las investigaciones archivadas, ni en relació n
con el avance de aquellas que puedan estar afectadas por alguna de las eximentes de
responsabilidad.
En lo referente a la decisió n de 22 de febrero de 2013 de la Suprema Corte de Justicia,
el Estado manifestó que el control de constitucionalidad de la ley en el sistema jurí́dico
uruguayo es concentrado, por lo que la Suprema Corte de Justicia es el ú nico ó rgano
habilitado para declarar la inconstitucionalidad de una ley. El efecto de la sentencia de
inconstitucionalidad, que se realiza en una ú nica instancia, tiene el alcance del caso
concreto en que se plantea la misma, por lo que la ley o los artículos que se
cuestionan como inconstitucionales y que la Suprema Corte de Justicia declara su
inaplicabilidad no pueden, en consecuencia, ser aplicados en el asunto en que se
han invocado. A su vez, manifestó que esta declaración no afecta la vigencia de la ley.
Senaló que, si bien el referido caso planteado ante la Suprema Corte de Justicia no refiere
150
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
concretamente al caso Gelman ni afectarí́a esa causa, sí́ se refiere “a otro juicio pero en el
cual tambié n se investigan hechos ocurridos en igual perí́odo dictatorial” y “es dable
senalar que existen en este mismo momento otros numerosos casos presentados ante la
Suprema Corte de Justicia, los que tratan tambié n de denuncias de hechos ocurridos
durante el periodo dictatorial, a la espera de pronunciamiento por iguales
cuestionamientos en relació n a la constitucionalidad de la ley 18.831”. Manifestó que el
artí́culo 1º de la ley 18.831 no fue declarado inconstitucional por la Suprema Corte de
Justicia, “circunstancia que debe ser correctamente relevada como un claro avance en la
remoció n de los obstá culos a la investigació n de las violaciones a los derechos humanos
ocurridas en el pasado”.
Ademá s, el Estado manifestó que “no deja de considerar que tiene a su cargo el cabal
cumplimiento de la sentencia dictada por la Corte en el caso Gelman Vs. Uruguay,
conforme se ha obligado desde que integra la comunidad de Estados que ha aprobado y
aceptado la competencia de la Corte y de la Comisió n, así́ como los preceptos de la
Convenció n Americana y demá s instrumentos internacionales que libremente ha
ratificado”. Finalmente, manifestó que “la conducta del Estado uruguayo resulta
inequí́voca en cuanto al respeto y respaldo a las decisiones de la Corte Interamericana”.
Al respecto, los representantes manifestaron que si bien la decisió n que hace lugar a la
inconstitucionalidad tiene efecto só lo para el caso en que fue tomada, el tenor de sus
afirmaciones a la luz de las apreciaciones que realiza la Suprema en relació n con la
obligatoriedad de las Sentencias de la Corte, constituyen un claro incumplimiento a lo
decidido por la Corte en la Sentencia del caso Gelman ya que constituye un obstá culo para
el avance de las investigaciones.
La Corte dispuso en la Sentencia, en que fue condenado el Estado del Uruguay en
relació n con el caso Gelman, la obligació n del Estado de investigar los hechos, identificar,
juzgar y, en su caso, sancionar a los responsables de las desapariciones forzadas de Marí́a
Claudia Garcí́a y de Marí́a Macarena Gelman, esta ú ltima como consecuencia de la
sustracció n, supresió n y sustitució n de su identidad y su entrega a terceros, así́ como de
los hechos conexos.
En relació n con lo anterior, en la Sentencia este Tribunal dispuso que el Estado debe
“asegurar” que la Ley de Caducidad “no vuelva a representar un obstá culo para la
investigació n de los hechos materia del presente caso ni para la identificació n y, si
procede, sanció n de los responsables de los mismos y de otras graves violaciones de
derechos humanos similares acontecidas en Uruguay”. La Corte enfatizó que “dada su
manifiesta incompatibilidad con la Convenció n Americana, las disposiciones de la Ley de
Caducidad [...] no pueden [...] tener igual o similar impacto respecto de otros casos de
graves violaciones de derechos humanos consagrados en la Convenció n Americana que
puedan haber ocurrido en el Uruguay”.
Al respecto, en particular, la Corte Interamericana dispuso en su Sentencia que “la Ley
de Caducidad carece de efectos por su incompatibilidad con la Convención
Americana y la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de
Personas, en cuanto puede impedir la investigación y eventual sanción de los
responsables de graves violaciones de derechos humanos”. En este sentido, al
momento de dictar Sentencia, la Corte consideró que en la sentencia No. 365 de 19 de
octubre de 2009 dictada en la causa Nibia Sabalsagaray Curutchet, en la que declaró la
inconstitucionalidad de los artí́culos 1, 3 y 4 de la Ley de Caducidad y resolvió que eran
151
inaplicables al caso concreto, la Suprema Corte de Justicia uruguaya habí́a ejercido “un
adecuado control de convencionalidad respecto de la Ley de Caducidad”, decisió n que fue
reiterada al menos dos veces con posterioridad.
A los efectos anteriores, la Corte tomó en cuenta en su Sentencia que la violació n a las
garantí́as judiciales y a la protecció n judicial (artí́culos 8.1 y 25.1 de la Convenció n
Americana), en relació n con los artí́culos 1.1 y 2 de la misma y los artí́culos I.b y IV de la
Convenció n Interamericana sobre Desaparició n Forzada de Personas, se configuró por:
- La vigencia de la Ley de Caducidad adoptada en Uruguay en 1986, manifiestamente
incompatible con la Convenció n Americana y por ende carente de efectos jurí́dicos,
cuya interpretació n y aplicació n habí́a constituido el principal obstá culo para las
investigaciones de los hechos del presente caso y de otros casos de graves violaciones
de derechos humanos consagrados en la Convenció n Americana que puedan haber
ocurrido en el Uruguay;
- La duración de las investigaciones de este caso, que habían sobrepasado
cualquier parámetro de razonabilidad; el incumplimiento de las obligaciones
internacionales del Estado, establecidas por normas inderogables, por la falta
de investigación de las graves violaciones de derechos humanos cometidas en
este caso, enmarcadas en patrones sistemáticos, y que el proceso respecto de la
desaparició n de Marí́a Claudia Garcí́a Iruretagoyena habí́a sido iniciado y continuaba
bajo la figura del homicidio, excluyendo otros delitos como la tortura y
desaparición forzada, así como la sustracción de identidad de María Macarena
Gelman García, con la que se hacía posible que la causa se declarara prescrita
por los tribunales nacionales.
En consecuencia, ordenó al Estado, como reparació n, que para cumplir con las
referidas obligaciones debí́a: (1) disponer que ninguna otra norma aná loga a la Ley de
Caducidad, como prescripció n, irretroactividad de la ley penal, cosa juzgada, ne bis in
idem o cualquier excluyente similar de responsabilidad, sea aplicada y que las
autoridades se abstengan de realizar actos que impliquen la obstrucció n del proceso
investigativo; (2) conducir la mencionada investigació n eficazmente, en un plazo
razonable, con la indispensable celeridad de la causa incoada o la instrucció n de una
nueva, asegurando que las autoridades competentes realicen las investigaciones
correspondientes ex oficio; (3) asegurar el pleno acceso y capacidad de actuar de los
familiares de las ví́ctimas en todas las etapas de la investigació n y el juzgamiento de los
responsables, y publicar los resultados de los procesos correspondientes.
A efectos de supervisar el cumplimiento de estos dos puntos resolutivos de la
Sentencia, este Tribunal analizará , en primer lugar, las acciones estatales de investigació n
de los hechos y, en segundo lugar, la obligació n del Estado de asegurar que la Ley de
Caducidad y sus efectos no vuelvan a representar un obstá culo para la investigació n de los
hechos y de otras graves violaciones de derechos humanos acontecidas en el Uruguay.
152
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
153
cumplimiento de lo ordenado en la Sentencia, tanto respecto de lo dispuesto en el punto
resolutivo once como respecto de la obligació n del Estado de investigar los hechos.
- No obstante, durante la audiencia de supervisió n la Corte fue informada por los
representantes y por el Estado que la Suprema Corte de Justicia uruguaya habí́a admitido
recursos de excepció n de inconstitucionalidad contra la ley 18.831 planteados por
militares imputados en investigaciones pre sumariales. Sin embargo, tan só lo unos dí́as
despué s de celebrada la audiencia de supervisió n de cumplimiento, en relació n con otro
caso que tambié n se referí́a a desapariciones forzadas, y mediante Sentencia Nº 20 de 22
de febrero de 2013, la Suprema Corte de Justicia hizo lugar parcialmente a dicha
excepció n y, “en su mé rito, declaró inconstitucionales y, por ende, inaplicables a los
excepcionantes los artí́culos 2 y 3 de la Ley Nº 18.831”.
- De tal manera, serí́a posible considerar que lo expresado en el Decreto 323 del Poder
Ejecutivo en conjunto con lo dispuesto en el artí́culo 1º de la Ley 18.831 del Poder
Legislativo, tení́a por objeto permitir que hoy en dí́a la Ley de Caducidad no constituya
má s un obstá culo para investigar hechos de graves violaciones de derechos humanos. No
obstante, segú n la informació n presentada, la emisió n del Decreto 323 y la cesació n de
efectos de la Ley de Caducidad en los té rminos del artí́culo 1o de la Ley Nº. 18.831, no
serían suficientes para despejar todos los obstáculos a las investigaciones dado que,
en razó n de lo expresado en la decisió n de 22 de febrero de 2013 de la Suprema Corte de
Justicia uruguaya, la vigencia de la Ley de Caducidad no habrí́a afectado los té rminos de
prescripció n de los delitos referidos a hechos constitutivos de graves violaciones de
derechos humanos cometidos durante la dictadura. En estrecha relació n con lo anterior,
segú n la Suprema Corte no serí́an aplicables a esos hechos otras calificaciones legales,
como la desaparició n forzada o los crí́menes de lesa humanidad, a pesar de estar
contemplados en su legislació n, por considerar que fueron tipificados con posterioridad a
esos hechos y, por ende, tal calificació n implicarí́a su aplicació n en forma retroactiva
atentando contra el principio de legalidad. Esto ú ltimo fue, en efecto, así́ considerado en la
referida reciente decisió n de la Suprema Corte de Justicia.
- Esto implicarí́a que, por ejemplo, casos como el de la desaparición forzada de
María Claudia García estarían siendo investigados únicamente bajo el delito de
“homicidio especialmente calificado”, lo que permitiría que aplique la prescripción
(supra Considerandos 38 y 41). En efecto, en la propia Sentencia la Corte Interamericana
ya habí́a observado que “el proceso iniciado por Juan Gelman y reabierto en 2008 por
gestiones de Marí́a Macarena Gelman, lo ha sido bajo la figura del homicidio, excluyendo
otros delitos como la tortura, desaparició n forzada y sustracció n de identidad, con la que
se hací́a posible que la causa fuera declarada prescrita por los tribunales nacionales”.
- En este sentido, es importante recordar que la Sentencia del presente caso fue
dictada respecto de un caso de graves violaciones de derechos humanos cometidas
por estructuras o aparatos organizados de poder que actuaban bajo esquemas del
llamado “terrorismo de Estado, en que éste funcionaba como instrumento para
perpetrar tales actos y como garantía de impunidad. Es relevante que esos hechos no
se dieron en el marco de un conflicto armado no internacional, a diferencia de otros en
que sí́ sucedieron en este tipo de contexto.
- Precisamente los artí́culos 2 y 3 de la Ley 18.831 pretenden la no aplicabilidad de la
prescripció n como garantí́a procesal de presuntos autores de hechos como los ocurridos
en el caso Gelman, así́ como a otras graves violaciones de derechos humanos “cometidas
154
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
155
establecidas por normas inderogables”. Asimismo, a estas graves violaciones se les
atribuye, en la Sentencia, las consecuencias jurí́dicas de no aplicabilidad de la
prescripció n, irretroactividad de la ley penal u otros excluyentes similares de
responsabilidad.
- De tal manera, en lo relativo a la obligació n de investigar los hechos, la emisió n del
Decreto y de la Ley referidos no parecerí́an tener mayor utilidad prá ctica si, por
decisiones judiciales posteriores, los delitos se declaran prescritos, lo cual abre la
posibilidad de que las desapariciones forzadas y otras graves violaciones de derechos
humanos cometidas en el presente caso, y durante la dictadura en Uruguay, queden en la
impunidad. En este sentido, má s allá de declararse un “restablecimiento de la pretensió n
punitiva del Estado” mediante dicha Ley, determinadas consideraciones contenidas en la
decisió n de 22 de febrero de 2013 de la Suprema Corte de Justicia uruguaya, por la forma
en que está n expuestas, pueden implicar un serio obstá culo para las investigaciones de las
graves violaciones de derechos humanos cometidas, a la luz de lo dispuesto por la Corte.
- Al respecto, en sus observaciones sobre los efectos de dicha decisió n de la Suprema
Corte, el propio Estado manifestó que, de conformidad con el sistema constitucional
uruguayo, la “independencia té cnica de los magistrados no los obliga a aplicar los
conceptos que se sostienen en el pronunciamiento de la Suprema Corte de Justicia
encontrá ndose habilitados a continuar con las causas en las que deben intervenir, pues
estos conceptos será n examinados por el juez competente en aplicació n de las normas
penales sustanciales que estime sean aplicables por derecho”. El Estado senaló que
“...corresponde al inté rprete y no al tribunal de constitucionalidad, determinar si los
hechos investigados integran el elenco del artí́culo 3 de la Ley 18.831, de los delitos de
lesa humanidad por encontrarse en los tratados firmados por la Repú blica...Es así́ que los
jueces, en ejercicio de su autonomí́a té cnica, podrá n seguir indagando las causas y
eventualmente castigando a los responsables de los delitos cuya investigació n esté bajo su
jurisdicció n”. No obstante, el Estado tambié n manifestó que “si bien se resalta que la
sentencia Nro. 20 de la CSCJ dictada el 22 de febrero no contó con la unanimidad de sus
componentes naturales, existiendo un voto discorde, esto no inhibe a que ulteriores
pronunciamientos se verifiquen en igual sentido al que ahora se dicta”.
- En consecuencia, la Corte considera pertinente recordar: a) el carácter obligatorio
de la Sentencia dictada en el presente caso y determinados alcances de la
obligación de los Estados de ejercer el control de convencionalidad, y b)
determinados estándares aplicables a la cuestión de si, respecto de los delitos
cometidos durante la dictadura y que fueron amparados por la Ley de Caducidad,
son aplicables los términos ordinarios de prescripción, así como la manera en que
debe ser entendido el principio de irretroactividad de la ley penal en relación con
lo ordenado en la Sentencia, el Derecho Internacional, la naturaleza de los hechos
cometidos y el carácter del delito de desaparición forzada.
156
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
157
cumplimiento a las decisiones de la Corte es parte intrí́nseca de la obligació n de cumplir
de buena fe con la Convenció n Americana y vincula a todos los poderes y ó rganos
estatales.
Los Estados Parte en la Convenció n deben garantizar el cumplimiento de las
disposiciones convencionales y sus efectos propios (effet utile) en el plano de sus
respectivos derechos internos. Este principio se aplica no só lo en relació n con las normas
sustantivas de los tratados de derechos humanos (es decir, las que contienen
disposiciones sobre los derechos protegidos), sino tambié n en relació n con las normas
procesales, tales como las que se refieren al cumplimiento de las decisiones de la Corte.
Los Estados Parte en la Convenció n no pueden invocar disposiciones del derecho
constitucional u otros aspectos del derecho interno para justificar una falta de
cumplimiento o de aplicació n de las obligaciones contenidas en dicho tratado.
158
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
159
instancias internacionales (en forma complementaria), de modo que los criterios de
decisió n puedan ser conformados y adecuados entre sí́. Así́, la jurisprudencia de la Corte
muestra casos en que se retoman decisiones de tribunales internos para fundamentar y
conceptualizar la violació n de la Convenció n en el caso especí́fico. En otros casos se ha
reconocido que, en forma concordante con las obligaciones internacionales, los ó rganos,
instancias o tribunales internos han adoptado medidas adecuadas para remediar la
situació n que dio origen al caso; ya han resuelto la violació n alegada; han dispuesto
reparaciones razonables, o han ejercido un adecuado control de convencionalidad. Segú n
fue senalado (supra Considerando 37), precisamente en el presente caso Gelman vs.
Uruguay, la Corte consideró que, antes de tomar la referida decisió n de 22 de febrero de
2013, la Suprema Corte de Justicia uruguaya ya habí́a ejercido un adecuado control de
convencionalidad respecto de la Ley de Caducidad, al declararla inconstitucional en
octubre de 2009 en el caso Sabalsagaray.
De tal modo, el control de convencionalidad es una obligació n propia de todo poder,
ó rgano o autoridad del Estado Parte en la Convenció n, los cuales deben, en el marco de
sus respectivas competencias y de las regulaciones procesales correspondientes,
controlar que los derechos humanos de las personas sometidas a su jurisdicció n sean
respetados y garantizados. Así́ adquiere sentido el mecanismo convencional, el cual obliga
a todos los jueces y ó rganos judiciales a prevenir potenciales violaciones a derechos
humanos, las cuales deben solucionarse a nivel interno teniendo en cuenta las
interpretaciones de la Corte Interamericana y, solo en caso contrario, pueden ser
considerados por é sta, en cuyo supuesto ejercerá un control complementario de
convencionalidad.
Sin perjuicio de lo anterior, y de conformidad con lo senalado anteriormente en
cuanto a la primera manifestació n del control de convencionalidad cuando existe cosa
juzgada internacional, este control tambié n posee un rol importante en el cumplimiento o
implementació n de una determinada Sentencia de la Corte Interamericana, especialmente
cuando dicho acatamiento queda a cargo de los jueces nacionales. Bajo este supuesto, el
ó rgano judicial tiene la funció n de hacer prevalecer la Convenció n Americana y los fallos
de esta Corte sobre la normatividad interna, interpretaciones y prá cticas que obstruyan el
cumplimiento de lo dispuesto en un determinado caso.
Lo anterior se deduce del compromiso de los Estados de cumplir con sus obligaciones
internacionales y no solo de prá cticas judiciales reiteradas a niveles nacionales, que son
por supuesto relevantes. Así́, tribunales de la má s alta jerarquí́a en varios Estados de la
regió n, se han referido al cará cter vinculante de las sentencias de la Corte Interamericana
o han aplicado el control de convencionalidad teniendo en cuenta interpretaciones
efectuadas por é sta.
Al respecto, la Corte Suprema de Justicia de la Nació n de Argentina ha referido que las
decisiones de la Corte Interamericana “resultan de cumplimiento obligatorio para el
Estado Argentino (art. 68.1, CADH)”, por lo cual dicha Corte ha establecido que “en
principio, debe subordinar el contenido de sus decisiones a las de dicho tribunal
internacional”. Igualmente, dicha Corte Suprema manifestó “que la interpretació n de la
Convenció n Americana sobre Derechos Humanos debe guiarse por la jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos”, ya que se “trata de una insoslayable pauta
de interpretació n para los poderes constituidos argentinos en el á mbito de su
competencia y, en consecuencia, tambié n para la Corte Suprema de Justicia de la Nació n, a
160
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
los efectos de resguardar las obligaciones asumidas por el Estado argentino en el Sistema
Interamericano de Protecció n de los Derechos Humanos”.
De lo anterior se desprende que varios tribunales nacionales de la má s alta jerarquí́a
han entendido que la jurisprudencia internacional es fuente de derecho, si bien con
distintos alcances, y han utilizado los obiter dicta y/o las ratio decidendi de dicha
jurisprudencia para fundamentar o guiar sus decisiones e interpretaciones.
En atenció n a todo lo anterior, la Corte reitera, por un lado, que sus sentencias
producen el efecto de cosa juzgada y tienen cará cter vinculante, lo cual deriva de la
ratificació n de la Convenció n y del reconocimiento de la jurisdicció n del Tribunal, actos
soberanos que el Estado Parte realizó conforme sus procedimientos constitucionales y,
por otro, que el control de convencionalidad es una obligació n de las autoridades
estatales y su ejercicio compete, solo subsidiaria o complementariamente, a la Corte
Interamericana cuando un caso ha sido sometido a su jurisdicció n.
En consecuencia, la pretensió n de oponer el deber de los tribunales internos de
realizar el control de constitucionalidad al control de convencionalidad que ejerce la
Corte, es en realidad un falso dilema, pues una vez que el Estado ha ratificado el tratado
internacional y reconocido la competencia de sus ó rganos de control, precisamente a
travé s de sus mecanismos constitucionales, aqué llos pasan a conformar su ordenamiento
jurí́dico. De tal manera, el control de constitucionalidad implica necesariamente un
control de convencionalidad, ejercidos de forma complementaria.
En el presente caso, el efecto general de la incompatibilidad de la Ley de Caducidad, la
no aplicabilidad de prescripció n y otros efectos relativos a la obligació n de investigar los
hechos, fueron dispuestos en la propia Sentencia dictada en el caso Gelman, en cuyo
proceso el Estado tuvo todas las oportunidades de exponer sus puntos de vista, por lo que
la Sentencia tiene la autoridad de cosa juzgada internacional, de donde deriva que todas
las autoridades nacionales, incluyendo el Poder Judicial en todos sus niveles, deben
cumplir con la decisió n en respeto a sus obligaciones internacionales.
Según el principio de Derecho internacional de la identidad o continuidad del
Estado, la responsabilidad subsiste para todos sus poderes y órganos con
independencia de los cambios de gobierno en el transcurso del tiempo y,
concretamente, entre el momento en que se comete el hecho ilícito que genera la
responsabilidad y aquél en que ella es declarada. Por tanto, conforme al Derecho
Internacional que ha sido democrática y soberanamente aceptado por el Estado, es
inaceptable que una vez que la Corte Interamericana haya emitido una Sentencia
con autoridad de cosa juzgada, el derecho interno o sus autoridades pretendan
dejarla sin efectos En este caso, a pesar de lo realizado por el Estado uruguayo, a
través de determinados actos de sus Poderes Ejecutivo y Legislativo en acatamiento
de la Sentencia, la reciente decisión de 22 de febrero de 2013 de la máxima
autoridad jurisdiccional del Estado -actuando como contralor de
constitucionalidad-, si bien incluye una serie de reflexiones dirigidas a cumplir la
Sentencia, por la manera en que están expuestas, la misma constituye un obstáculo
para el pleno cumplimiento de la Sentencia y podría producir un quebrantamiento
al acceso a la justicia de las víctimas de graves violaciones de derechos humanos
que se encuentran amparadas por una sentencia de la Corte Interamericana.
161
B)LA IMPRESCRIPTIBILIDAD DE LAS GRAVES VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS. EL
PRINCIPIO DE IRRETROACTIVIDAD DE LA LEY PENAL Y EL CARÁCTER DEL DELITO DE DESAPARICIÓN
FORZADA:
En el presente caso, la Corte observa en primer lugar que el Estado de Uruguay, por
medio de la Suprema Corte de Justicia, expresó que los crí́menes cometidos por los
agentes de la dictadura antes del 1° de marzo de 1985 no eran considerados por la
legislació n interna como crí́menes imprescriptibles, y que por tanto la ley 18.831
interpretativa de la ley de caducidad es inconstitucional.
En casos en que se ha establecido que ocurrieron desapariciones forzadas y otras
graves violaciones, es fundamental que los Estados investiguen efectivamente los hechos,
pues la necesidad imperiosa de prevenir la repetició n de los mismos depende, en buena
medida, de que se evite su impunidad y se satisfaga las expectativas de las ví́ctimas y la
sociedad en su conjunto de acceder al conocimiento de la verdad de lo sucedido. La
eliminació n de la impunidad, por todos los medios legales disponibles, es un elemento
fundamental para la erradicació n de las desapariciones forzadas y otras graves
violaciones a los derechos humanos.
Con respecto a este punto vale reiterar, en primer lugar, la jurisprudencia constante de
este Tribunal segú n la cual “son inadmisibles las [...] disposiciones de prescripció n [...] que
pretendan impedir la investigació n y sanció n de los responsables de las violaciones
graves de los derechos humanos tales como la tortura, las ejecuciones sumarias,
extralegales o arbitrarias y las desapariciones forzadas, todas ellas prohibidas por
contravenir derechos inderogables reconocidos por el Derecho Internacional de los
Derechos Humanos. Lo anterior también fue expresado por la Corte en el caso
Gelman Vs. Uruguay. Del mismo modo, el Comité de Derechos Humanos de Naciones
Unidas ha sostenido que “las violaciones graves de los derechos civiles y políticos
cometidas durante el gobierno militar en Argentina deben ser perseguibles
durante todo el tiempo que sea necesario y con toda la retroactividad necesaria
para lograr el enjuiciamiento de sus autores”.
En virtud de lo anterior, es incompatible con las obligaciones internacionales de
un Estado Parte en la Convención que éste deje de investigar, juzgar y, en su caso,
sancionar a los responsables de graves violaciones a los derechos humanos que por
su naturaleza sean imprescriptibles, en perjuicio del derecho de las víctimas de
acceso a la justicia, amparándose en una situación de impunidad que sus propios
poderes y órganos hayan propiciado mediante la generación de obstáculos de jure
o de facto que impidieran realizar las investigaciones o llevar adelante los procesos
durante determinado período. La imprescriptibilidad de ese tipo de conductas
delictivas es una de las únicas maneras que ha encontrado la sociedad
internacional para no dejar en la impunidad los más atroces crímenes cometidos
en el pasado, que afectan la consciencia de toda la humanidad y se transmite por
generaciones.
162
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
163
B.2 LA DESAPARICIÓN FORZADA COMO UN DELITO PERMANENTE Y SU INCIDENCIA RESPECTO
DEL PRINCIPIO DE IRRETROACTIVIDAD:
Una vez que este Tribunal ha dictado Sentencia en el presente caso, la cual produce los
efectos de la autoridad de cosa juzgada, de conformidad con los principios generales del
164
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
165
amparándose en una situación de impunidad que sus propios poderes y órganos
hayan propiciado mediante la generación de obstáculos de jure o de facto que
impidieran realizar las investigaciones o llevar adelante los procesos durante
determinado período.
El Ministro Ricardo C. Pé rez Manrique emite un voto razonado, manifestando que la
resolució n de 22 de febrero de 2013 de la Suprema Corte de Justicia del Uruguay afecta el
debido cumplimiento de la Sentencia en el Caso Gelman; por lo que el Tribunal
Interamericano se pronunció sobre varios aspectos de vital importancia para el futuro del
Sistema Interamericano de Derechos Humanos. “Estas circunstancias motivan la necesidad
de formular el presente voto concurrente razonado; en la inteligencia de que si bien el
suscrito no integraba dicho órgano colegiado cuando se dictó la Sentencia de fondo y
reparaciones en febrero de 2011, ahora como nuevo miembro del Tribunal Interamericano,
al igual que mis pares, me encuentro no sólo facultado, sino obligado de velar por el debido
cumplimiento de la misma”, en razó n de no compartir í́ntegramente los razonamientos y el
sentido de la presente Resolució n de supervisió n de cumplimiento de sentencia, adoptada
por unanimidad de votos, estimando conveniente, dada la importancia de las
consideraciones que la contienen, agregar a la Resolució n, el presente voto concurrente
razonado, con la finalidad de profundizar y destacar tres cuestiones cruciales que influyen
en el buen entendimiento de la funció n jurisdiccional de la Corte Interamericana como
aplicador e inté rprete de la Convenció n Americana sobre Derechos Humanos:
la incidencia de la sentencia de la Suprema Corte de Justicia del Uruguay de 22 de
febrero de 2013 en el debido e integral cumplimiento de la Sentencia de la Corte IDH en el
Caso Gelman; la eficacia de la sentencia interamericana y la autoridad de la cosa juzgada
internacional: su proyecció n directa hacia las partes (res judicata) e indirecta hacia los
Estados Partes de la Convenció n Americana (res interpretata) y la autoridad de la “cosa
juzgada internacional” en relació n con el “control de convencionalidad” (pá rr. 80-100).
166
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
evidentemente, que en la prá ctica los jueces nacionales que esté n conociendo de
violaciones graves de derechos humanos, la falsa disyuntiva de aplicar de manera
“directa” la interpretació n que se deriva del fallo de la Corte IDH (que es lo que
corresponde por la obligació n derivada del artí́culo 68.1 de la Convenció n Americana) o
bien la jurisprudencia de la Suprema Corte de su paí́s.
Resalta en consecuencia, el voto razonado, que en el caso “Gelman”, la Sentencia de la
CorteIDH ha calificado jurí́dicamente los hechos como “desaparició n forzada de personas”
y ello constituye una de las má s claras y graves violaciones a los derechos humanos,
atendiendo al hecho que se configuró bajo el “terrorismo de Estado”. Sostener la
prescriptibilidad del delito al asimilar a “homicidio”, autoriza que la desaparició n forzada,
tortura o sustracció n de identidad y otros hechos, como violaciones graves de derechos
humanos cometidas en dicho contexto, resulten prescriptibles; y, por consecuencia,
representen un obstá culo real y potencial para que en el caso puedan realmente
investigarse, identificarse y, eventualmente, sancionarse a los responsables de delitos que
han sido configurados como “de lesa humanidad”.
Podrí́a darse el supuesto que los jueces que esté n conociendo o que conozcan de las
causas sobre violaciones graves a derechos humanos apliquen la Sentencia del Caso
Gelman en el marco del control de convencionalidad y llegaran las causas ante la instancia
de la Suprema Corte por medio de las ví́as impugnativas correspondientes y a tenor de la
interpretació n del má s alto tribunal de Justicia de ese paí́s, permitirí́a que la vigencia de
Ley de Caducidad continú e, en la prá ctica, teniendo efectos, al permitirse la prescripció n
respecto de los delitos que resultan imprescriptibles en té rminos de la Sentencia del
Tribunal Interamericano; constituyendo la jurisprudencia nacional constituye al dí́a de
hoy un obstá culo real y potencial para la investigació n de los hechos, juzgamiento y
eventual sanció n de los responsables, cuestió n que genera una situació n jurí́dica contraria
a lo previsto en la Sentencia del Caso Gelman que expresamente ha consignado: “las
autoridades se abstengan de realizar actos que impliquen la obstrucción del proceso
investigativo”
167
Asamblea General de la Organizació n de Estados Americanos, dentro de su informe anual
las recomendaciones pertinentes cuando “un Estado no haya dado cumplimiento a sus
fallos”. Es decir, en todo caso existe la obligació n de los Estados de cumplir con el fallo
internacional de manera directa, pronta, í́ntegra y efectiva, siendo la propia Convenció n
Americana la que establece garantí́as para lograr su cumplimiento; en primer té rmino, la
posibilidad de que la Corte IDH supervise dicho cumplimiento derivada de su facultad
jurisdiccional y, eventualmente, prevé la posibilidad del propio Tribunal Interamericano
para someter a una instancia polí́tica el incumplimiento; sin que ello signifique que la
Corte IDH deje de conocer de la supervisió n de cumplimiento respectivo, por lo que
“podrá seguir requiriendo al Estado que presente informació n relativa al cumplimiento de
la Sentencia respectiva cuando lo considere pertinente”.
Existe la obligació n de acatar el fallo de la Corte IDH de conformidad con las
disposiciones convencionales anteriores. Ello deriva del principio bá sico sobre la
responsabilidad internacional del Estado, respaldada ampliamente por la jurisprudencia
internacional, que implica el cumplimiento de buena fe de los instrumentos
internacionales (pacta sunt servanda), sin que puedan invocarse razones de orden
interno, conforme expresamente lo establecen e imponen los artí́culos 26 y 27 de la
Convenció n de Viena sobre el Derecho de los Tratados.
La “cosa juzgada” constituye una institució n procesal que consiste en “la autoridad y
eficacia que adquiere la sentencia judicial cuando no proceden contra ella recursos ni
otros medios de impugnació n, y cuyos atributos son la coercibilidad, la inmutabilidad y la
irreversibilidad en otro proceso posterior”. La sentencia pasada por “autoridad de cosa
juzgada internacional”, implica que una vez que la sentencia interamericana es notificada
a las partes, produce una eficacia vinculante y directa hacia las mismas.
Ahora bien, al producirse la “autoridad de la cosa juzgada internacional” (producto de
la firmeza del fallo) deviene la “inmutabilidad” de la sentencia dictada por la Corte IDH, en
tanto acto procesal y en cuanto a su contenido o substancia y sobre todos sus efectos. Así́,
la cosa juzgada internacional (formal y material) implica que ningú n otro tribunal
internacional o nacional —incluso la propia CorteIDH— en otro juicio posterior, puede
volver a pronunciarse sobre el objeto del proceso.
Esta institució n descansa en los principios generales del derecho de seguridad
jurí́dica y de paz social, al permitir certeza a las partes —y a la sociedad en su conjunto—,
al evitar que el conflicto se prolongue indefinidamente, elementos contenidos en los
artí́culos 67 y 68 del Pacto de San José para coadyuvar al establecimiento de un orden
pú blico interamericano.
La sentencia interamericana, en tanto adquiere la autoridad de la cosa juzgada
internacional, despliega los contenidos y efectos de la sentencia en dos dimensiones: a) de
manera subjetiva y directa hacia las partes en la controversia internacional; y b) de
manera objetiva e indirecta hacia todos los Estados Parte en la Convenció n Americana.
En el primer supuesto se produce una eficacia inter partes, que consiste en la obligació n
del Estado de cumplir con todo lo establecido en la sentencia interamericana de manera
pronta, í́ntegra y efectiva. Existe una vinculació n total y absoluta de los contenidos y
efectos del fallo, que se deriva como obligació n de los artí́culos 67 y 68.1 de la Convenció n
Americana. La eficacia subjetiva de la sentencia interamericana como “cosa juzgada
internacional”: la vinculació n directa “inter partes” implica la obligació n del Estado de
cumplir con la totalidad de la sentencia y no só lo con la parte dispositiva o resolutiva
168
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
En el segundo se produce una eficacia erga omnes hacia todos los Estados Parte de la
Convenció n, en la medida en que todas las autoridades nacionales quedan vinculados a la
efectividad convencional y, consecuentemente, al criterio interpretativo establecido por la
Corte IDH, en tanto está ndar mí́nimo de efectividad de la norma convencional, derivada
de la obligació n de los Estados de respeto, garantí́a y adecuació n (normativa e
interpretativa) que establecen los artí́culos 1o y 2o de la Convenció n Americana; y de ahí́
la ló gica de que la sentencia sea notificada no só lo “a las partes en el caso” sino tambié n
“transmitido a los Estados partes en la Convenció n” en té rminos del artí́culo 69 del Pacto
de San José .
La eficacia vinculante de la sentencia que establece responsabilidad internacional a un
Estado que fue parte material de la controversia, y en la que tuvo la oportuna y adecuada
defensa en juicio, no só lo se proyecta hacia la parte “resolutiva” o “dispositiva” del fallo,
sino que alcanzan los razonamientos, argumentos y consideraciones que fundamentan y
dan sentido a la decisió n. Só lo así́ se podrí́a entender la buena fe del Estado de cumplir
con lo que previamente y en uso de su soberaní́a se comprometió , esto es, a “cumplir la
decisió n de la Corte en todo caso” en que sea parte (artí́culo 68.1 de la Convenció n
Americana); toda vez que no puede desvincularse la parte “dispositiva” o “resolutiva” de
la “parte considerativa”, al implicar la sentencia un acto jurisdiccional que involucra, en
general, “la decisió n” como acto jurisdiccional decisorio.
La propia Convenció n Americana establece la obligació n para la Corte IDH de
“motivar” su fallo (Artí́culo 66), y es ahí́ donde se encuentran los “fundamentos de la
sentencia”; es decir, el “conjunto de motivos, razones o argumentos de hecho y
especialmente de derecho en que se apoya una decisió n judicial”.
Es importante senalar que la proyecció n de la eficacia interpretativa de la sentencia
hacia todos los Estados Parte que han suscrito y ratificado o se han adherido a la
Convenció n Americana sobre Derechos Humanos, y particularmente en aquellos que han
aceptado la competencia contenciosa de la Corte IDH, consiste en la obligació n por todas
las autoridades nacionales de aplicar no só lo la norma convencional sino la “norma
convencional interpretada” (res interpretata); es decir, el criterio interpretativo que como
está ndar mí́nimo aplicó el Tribunal Interamericano al Pacto de San José y, en general al
corpus juris interamericano, materia de su competencia, para resolver la controversia. Y
así́ asegurar la efectividad (mí́nima) de la norma convencional.
El otro factor importante es “la obligació n estatal de adecuar la legislació n interna a
las disposiciones convencionales, las que no se limita al texto constitucional o legislativo,
sino que deberá irradiar a todas las disposiciones jurí́dicas de cará cter reglamentario y
traducirse en la efectiva aplicació n prá ctica de los está ndares de protecció n de los
derechos humanos” Así́, la observancia a lo dispuesto en el artí́culo 2o del Pacto de San
José trasciende el á mbito meramente legislativo, pudiendo y debiendo las autoridades
administrativas y especialmente los jueces nacionales en todos los niveles, realizar
interpretaciones que no limiten el está ndar interpretativo establecido por la Corte IDH
precisamente para lograr la efectividad mí́nima de la Convenció n Americana, cuyo
compromiso los Estados se comprometieron a aplicar. De ahí́ que la CorteIDH ha
entendido que tiene dentro de sus competencias la posibilidad de supervisar un
“adecuado control de convencionalidad” sobre la interpretació n que realiza una alta
jurisdicció n nacional, como lo hizo en la Sentencia del Caso Gelman.
169
Así́, en la Resolució n de supervisió n de cumplimiento de sentencia en el Caso Gelman,
a que se refiere el presente voto razonado, se explicita la obligació n de los Estados Parte
de la Convenció n Americana sobre la vinculació n de la “norma convencional interpretada”
(res interpretata) como una de las manifestaciones en que puede desplegarse el “control
de convencionalidad” en situaciones y casos en que el Estado concernido no ha sido
parte material en el proceso internacional en que fue establecida determinada
jurisprudencia interamericana.
En ese sentido “por el solo hecho de ser parte en la Convenció n Americana, toda
autoridad pú blica y todos sus ó rganos, incluidas las instancias democrá ticas, jueces y
demá s ó rganos vinculados a la administració n de justicia en todos los niveles, está n
obligados por el tratado, por lo cual deben ejercer, en el marco de sus respectivas
competencias y de las regulaciones procesales correspondientes, un control de
convencionalidad tanto en la emisió n y aplicació n de normas, en cuanto a su validez y
compatibilidad con la Convenció n, como en la determinació n, juzgamiento y resolució n de
situaciones particulares y casos concretos, teniendo en cuenta el propio tratado y, segú n
corresponda, los precedentes o lineamientos jurisprudenciales de la Corte
Interamericana”.
El juez nacional, por consiguiente, debe aplicar la jurisprudencia convencional incluso
la que se crea en aquellos asuntos donde no sea parte el Estado nacional al que pertenece,
ya que lo que define la integració n de la jurisprudencia de la Corte IDH es la
interpretació n que ese Tribunal Interamericano realiza del corpus juris interamericano
con la finalidad de crear un está ndar en la regió n sobre su aplicabilidad y efectividad.
Pretender reducir la obligatoriedad de la jurisprudencia convencional só lo a los casos
donde el Estado ha sido “parte material”, equivaldrí́a a nulificar la esencia misma de la
propia Convenció n Americana, cuyos compromisos asumieron los Estados nacionales al
haberla suscrito y ratificado o adherido a la misma, y cuyo incumplimiento produce
responsabilidad internacional. Así́, la “fuerza normativa” de la Convenció n Americana
alcanza a la interpretació n que de la misma realice la Corte IDH, como “inté rprete ú ltima”
de dicho Pacto en el Sistema Interamericano de Protecció n de los Derechos Humanos. La
interpretació n emprendida por el Tribunal Interamericano a las disposiciones
convencionales adquiere la misma eficacia que poseen é stas, ya que en realidad las
“normas convencionales” constituyen el resultado de la “interpretació n convencional” que
emprende la Corte IDH como ó rgano “judicial autó nomo cuyo objetivo es la aplicació n e
interpretació n “del corpus juris interamericano. Dicho en otras palabras, el resultado de
la interpretació n de la Convenció n Americana conforma la jurisprudencia de la misma; es
decir, “constituyen normas que derivan de la CADH, de lo cual se obtiene que gocen de la
misma eficacia (directa) que tiene dicho tratado internacional”
El voto razonado del Ministro Pé rez Manrique, introduce un valioso y atí́pico aporte:
la doctrina europea. El ministro refiere al alcance de la denominació n “cosa interpretada”
o chose interpré té e, que en té rminos generales alude a la eficacia erga omnes que
producen las sentencias del Tribunal de Estrasburgo hacia todos los Estados Parte en la
Convenció n Europea que no intervinieron en el proceso internacional, en la medida en
que el criterio interpretativo, como lo ha senalado el Tribunal Europeo de Derechos
Humanos “sirve no só lo para decidir sobre los casos que conoce el Tribunal sino en
general, para aclarar, proteger y desarrollar las normas previstas en la Convenció n” (Caso
Irlanda contra el Reino Unido, de 18 de enero de 1978).
170
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
171
ó rganos, poderes y autoridades del Estado concernido —legislativas, administrativas y
jurisdiccionales en todos los niveles—, se encuentran obligadas por la sentencia
internacional en sus té rminos, incluyendo los fundamentos, consideraciones, resolutivos y
efectos que produce. En consecuencia, el “control de convencionalidad” constituye una
herramienta ú til, adecuada y necesaria para lograr el cumplimiento y debida
implementació n de la sentencia internacional, en la medida en que esta institució n
permite aplicar no só lo el Derecho Internacional y particularmente el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, sino tambié n posibilita cumplir con la obligació n
internacional derivada de la sentencia interamericana de conformidad con el artí́culo 68.1
de la Convenció n Americana.
Conforme lo vamos a analizar en el caso “Derecho”, en el presente caso “Gelman”, la
falta de investigación de las graves violaciones de derechos humanos cometidas en
este caso, enmarcadas en patrones sistemá ticos, revelan un incumplimiento de las
obligaciones internacionales del Estado, establecidas por normas inderogables.
El alcance de la interpretació n en el marco del control de convencionalidad no
solamente hace aplicable la vinculatoriedad para el Estado parte sino para los demá s
Estados Parte del Pacto de San José . Efectivamente: La eficacia vinculante de la “norma
convencional interpretada” constituye una obligació n convencional derivada de los
artí́culos 1o y 2o de la Convenció n Americana en los té rminos previamente analizados.
La Sentencia del Caso Gelman Vs. Uruguay de 24 de febrero de 2011, constituye un
precedente de la mayor importancia para el Sistema Interamericano y en el cará cter
evolutivo de la jurisprudencia interamericana sobre la doctrina del “control de
convencionalidad”, toda vez que con claridad explicitó que este tipo de control debe
realizarse ex oficio por todas las autoridades nacionales —incluyendo las instancias
democrá ticas— “en las cuales tambié n debe primar un ‘control de convencionalidad’, que
es funció n y tarea de cualquier autoridad pú blica y no só lo del Poder Judicial”
Es lo que la doctrina judicial denomina “control dinámico y complementario” de las
obligaciones convencionales de los Estados de respetar y garantizar derechos humanos,
conjuntamente entre las autoridades nacionales y las instancias internacionales, en forma
subsidiaria y complementaria, de modo que los criterios de decisió n pueden ser
conformados y adecuados entre sí́ mediante el ejercicio de un control “primario” de
convencionalidad por parte de todas las autoridades nacionales y, eventualmente, a travé s
del control “complementario” de convencionalidad en sede internacional.
Lo expuesto nos introduce en un nuevo entendimiento del Sistema Interamericano de
Protecció n de los Derechos Humanos al concebirse ahora como un “sistema integrado”,
debido a que involucra no só lo a los dos ó rganos de protecció n a que se refiere la
Convenció n Americana —Comisió n y Corte IDH—, sino que tambié n comprende con
particular intensidad y de manera concomitante a todas las autoridades nacionales de los
Estados Parte del Pacto de San José , al deber participar activamente en la garantí́a efectiva
de los derechos humanos, sea en su dimensió n nacional o internacional a manera de un
“sistema integrado” de protecció n de derechos. Sistema integrado, dinámico y
complementario.
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
CUESTIONARIO
O CONCENTRADO?;
FUNDAMENTE SU RESPUESTA;
5) ¿CUALES FUERON LAS DECISIONES QUE ADOPTO LA CSJN DE LA REPÚBLICA ORIENTAL DEL
URUGUAY PARA APLICAR LA LEY DE CADUCIDAD EN OTROS PRECEDENTES A PESAR DE HABERSE DICTADO
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174
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
11 DE JULIO DE 2007
Era impensado lustros atrás que los fallos de nuestra Corte Federal podrían llegar a
ser escrutados por un órgano judicial internacional, posibilidad que se abrió con la
vigencia de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, poniendo en crisis su
carácter de Suprema y a la par el instituto de la cosa juzgada interna. Los tiempos que
corren demuestran que la Corte ya dejó de ser el último tribunal para decidir sobre
aquellos casos en que se encuentren en debate ciertos derechos y libertades
fundamentales de los seres humanos.
En prieta síntesis los hechos del caso se remontan al año 1988 cuando el señor Bueno
Alves y su abogado Pérez Galindo fueron detenidos por miembros de la Policía Federal, a
raíz de una denuncia por supuestas estafas y extorsión en el marco de una transacción
inmobiliaria. Con posterioridad, Bueno Alves denunció haber sido sometido a torturas
mientras se encontraba detenido en sede policial, con el objeto de que declarara contra sí
mismo y su abogado. A consecuencia de los tormentos sufridos, Bueno Alves padeció un
debilitamiento en la capacidad auditiva de su oído derecho y en el sentido del equilibrio.
En el proceso judicial por averiguación de las torturas, la víctima identificó a René J.
Derecho como uno de los policías que lo detuvieron y lesionaron.
Sin embargo, este proceso finalizó por prescripción de la acción penal, confirmada por
la Cámara del fuero y posteriormente por la Corte Suprema, al rechazar —en julio de
2007— el recurso extraordinario presentado por el abogado de la víctima. Allí el tribunal
expresó —compartiendo el dictamen del Sr. Procurador General, y a diferencia de lo que
alegaba el recurrente— que se trababa de un delito prescriptible, porque no era de lesa
humanidad, tal como se resolvió en la instancia previa.
123Fuente: Dr. Ricardo Alejandro Terrile (Profesor Titular). Fragmento extraído del libro “Estado constitucional y
convencional de Derecho”.
Nota del editor: la explicación expuesta no exime al alumno de la cuidadosa lectura del fallo íntegro y del análisis
de los fundamentos vertidos en el mismo por los magistrados.
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Con anterioridad al dictado de esta sentencia de la Corte Suprema, el Sr. Bueno Alves
acudió a los órganos del sistema interamericano y denunció al Estado argentino ante la
CIDH —agosto de 1994— por vulneración de los derechos a la integridad personal (art.
5), a la libertad personal (art. 7) y a las garantías y protección judiciales (arts. 8 y 25),
todos en relación con la obligación general de respeto a esos derechos y garantías (art.
1.1) reconocidos por la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Hacer lugar al recurso articulado y dejar sin efecto la anterior sentencia firme del
Tribunal de julio de 2007, aquella que había confirmado la prescripción de la acción; y
devolver las actuaciones a la instancia anterior para que se cumpla con lo dispuesto por el
cuerpo judicial interamericano, esto es, proseguir con las investigaciones para fijar las
responsabilidades del caso.
176
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
CUESTIONARIO
2) ¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS ENTRE LOS DELITOS TIPIFICADOS POR EL CÓDIGO PENAL Y
C/ EL ESTADO ARGENTINO? ;
REPÚBLICA ARGENTINA?.
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178
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
II.- HECHOS:
Tal como resume la Corte, los hechos del sub exámine, se iniciaron el 2 de mayo de
1999, cuando el señor Montiel Flores se encontraba fuera de la casa del señor Cabrera
179
García, junto a otras personas, en la comunidad de Pizotla, Municipio de Ajuchitlán del
Progreso, estado de Guerrero. Aproximadamente miembros del 40º Batallón de Infantería
del Ejército Mexicano entraron en la comunidad, en el marco de un operativo contra otras
personas.
Los señores Cabrera y Montiel fueron detenidos y mantenidos en dicha condición a
orillas del Río Pizotla hasta el 4 de mayo de 1999. Ese día fueron trasladaron hasta las
instalaciones del 40º Batallón de Infantería, ubicado en la ciudad de Altamirano, estado de
Guerrero. Los señores Cabrera y Montiel fueron golpeados y maltratados durante su
privación de la libertad. Posteriormente, ciertos miembros del Ejército presentaron una
denuncia penal en contra de los señores Cabrera y Montiel por la presunta comisión de los
delitos de portación de armas de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Militares y siembra de
amapola y marihuana, iniciándose la respectiva investigación penal. El 28 de agosto de 2000
un juez dictó sentencia mediante la cual condenó a pena privativa de libertad de 6 años y 8
meses de duración al señor Cabrera García y de 10 años al señor Montiel Flores. Esta decisión
fue objetada a través de diversos recursos judiciales y se modificó parcialmente a su favor.
En el año 2001 los señores Cabrera y Montiel fueron liberados para continuar
cumpliendo la sanción que se les impuso en su domicilio, debido a su estado de salud.
Montiel Flores y Cabrera García eran militantes campesinos que se oponían
tajantemente a la política de bosques y deforestación del gobierno mexicano, por ello en el
también el asunto fue conocido vulgarmente como “caso de los campesinos ecologistas”
Demás está decir que durante esos cinco días que permanecieron prisioneros del
ejército situados en un verdadero limbo jurídico, sin estas a disposición de Juez Competente,
éstos campesinos fueron salvajemente torturados y mancillados en su honor con tormentos
degradantes por parte del ejercito mexicano.
También es importante tener en cuenta, a los efectos de la aplicación de los
precedentes judiciales de la propia Corte IDH, las fechas de presentación de la petición a la
comisión (25 de octubre de 2001), como así también la fecha de remisión del Caso a la Corte
IDH (27 de junio de 2009)
III.- VULNERACIONES
Hay una pléyade de vulneraciones efectuadas en las personas de los actores. A modo
ejemplificativo, se vulnero el art 7.5, ya que el ejército debió poner de inmediato a los
detenidos bajo órbita de autoridad judicial competente, esos 5 días de demora son óbice para
quedar configurada dicha vulneración.
Además no se informaron los cargos a los detenidos, atento a la incomunicación
sufrida, cuyo producto fue una confección ficticia y obtenida bajo tortura, a que es aborrecida
por el art 7.4 y 7.5 de la Convención, la cual es considerada nula y violenta flagrantemente el
art 8.3 de la convención que sanciona con nulidad dicha “declaración”
La corte impone al Estado Mexicano una adecuación de su derecho interno, el cual es
obsoleto, en cuanto al respecto de los derechos humanos básicos y sobre todo a la
Convención Americana de Derechos Humanos.
El Estado Mexicano vulneró la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar
la Tortura en su art 8 y los art 8.12, 1.1 y 25 de la Convención Americana de Derechos
Humanos, ya que conforme al art 57 de Código de Justicia Militar Mexicano, se investigó las
torturas denunciadas por los campesinos, a través de la justicia militar, equiparando dicho
180
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
181
CUESTIONARIO
HACERLO IGUALMENTE? ;
4) ¿QUÉ SIGNIFICA Y CUAL ES EL ALCANCE DEL DELITO DE LESA HUMANIDAD CUANDO HA SIDO
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
26 DE SEPTIEMBRE DE 2006
(EXCEPCIONES PRELIMINARES, FONDO, REPARACIONES Y COSTAS)
183
hayan incurrido en hechos delictuosos entre 1973 y 1978.
Otro presente griego obra de Pinochet y sus partidarios, fue la declaración de
reconocimiento de competencia obligatoria de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, la cual fue efectivizada en 1990.
En dicha declaración de reconocimiento de jurisdicción, abarcó los casos cuyo
principio de ejecución sea posterior al 11 de marzo de 1990, excluyendo los anteriores, como
el asesinado del Profesor Almonacid Arellano.
En 1998 se decide aplicar el decreto de amnistía al caso de Almonacid Arellano.
A los efectos de proseguir el análisis del fallo es de vital importancia, por las
consecuencias que ello acarrea, clarificar que la Corte IDH tras un análisis elocuente y citando
normas de derecho consuetudinario, Ius Cogens y tratados de como la Convención de
Ginebra, Estatuto del Tribunal de Núremberg, declaración efectuada por la Asamblea General
de la ONU, etc., ha considerado el asesinato del profesor como un crimen de lesa humanidad.
Se argumenta con justeza que para el año 1998 (fecha en la cual se aplicó la amnistía
para los autores del crimen de Almonacid) se habían adoptado además ,los estatutos de los
Tribunales penales internacionales para la Ex Yugoslavia y el Estatuto de Roma, de la Corte
Penal Internacional.
Por ende hay amplia prueba que en 1973 los crímenes de lesa humanidad, entre ello
el plan sistemático de asesinato de población civil, es violatoria de una norma de IUS COGENS
La Corte estableció textualmente en el párrafo 103 de la sentencia, el cual se
transcribe en homenaje a la brevedad y claridad intelectual del mismo “..Que La Corte
Interamericana considera un hecho probado que durante el período que transcurre desde el
11 de septiembre de 1973 hasta el 10 de marzo de 1990 gobernó Chile una dictadura militar
que dentro de una política de Estado encaminada a producir miedo, atacó masiva y
sistemáticamente a sectores de la población civil considerados como opositores al régimen,
mediante una serie de graves violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional,
entre las que se cuentan al menos 3.197 víctimas de ejecuciones sumarias y desapariciones
184
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
forzadas, y 33.221 detenidos, de quienes una inmensa mayoría fue víctima de tortura. De
igual forma la Corte tuvo por probado que la época más violenta de todo este período
represivo correspondió a los primeros meses del gobierno de facto. Cerca del 57% de todas
las muertes y desapariciones, y el 61% de las detenciones ocurrieron en los primeros meses
de la dictadura. La ejecución del señor Almonacid precisamente se produjo en esa época”.
Por ende al ser considerado un delito de lesa humanidad éste además de ser
imprescriptible, en éste fallo queda claro que tampoco resulta amnistiable.
Definimos a la amnistía técnicamente como el acto emanado de la ley por la cual se
perdona la comisión de un delito predeterminado o no a un grupo indeterminados de
personas, casi siempre dentro de un esquema temporal.
A diferencia del indulto que borra la pena, la amnistía lo hace con el delito, por ende
ni siquiera correspondería responsabilidad civil.
La Corte IDH ya desde el emblemático y vigorizante fallo “Barrios Altos c/ Perú”, el
cual implosionó el perverso sistema de impunidad en Latinoamérica post dictaduras,
establece que los crímenes de lesa humanidad no pueden ser amnistiables bajo el argumento
tan palmario y excluyente que impedir la sanción y más aun la investigación de crímenes de
lesa humanidad contraviene cualquier norma de IUS COGENS, sin importar que se trate de
una auto amnistía o una amnistía concedida en otro escenario político.
Que el decreto ley chileno nro. 2191/78 es una burda ley de auto amnistía. El mismo
régimen cercenador de libertades y generador de atrocidades contra la población, se estatuye
un sistema de impunidad que veda al poder judicial de investigar dichos actos.
Que dicho decreto vulnera el artículo 2 de la CADH, no solo su letra sino el espíritu.
Obviamente este decreto es totalmente contrario al IUS COGENS, por ende entre las
condenas que recibe el estado Chileno, el poder Legislativo debe de alguna manera
compatibilizar éste régimen con la convención y la interpretación que hace la Corte IDH.
Como siempre mientras tanto son los jueces quienes deben tomar el testimonio en la
defensa y vigencia de la Convención Americana de Derechos Humanos, a través del control
de Convencionalidad.
Recordemos que los tiempos del legislativo son tiempos políticos. El caso chileno es
un caso testigo ya que la sociedad chilena se encuentra fuertemente divida por la figura de
Pinochet.
Que no obstante esa grieta quedó zanjada en 2014, debido a que el congreso Chileno
declaró la nulidad del decreto ley 2191/78, luego de varios años del dictado del fallo.
IV.- CONCLUSIONES
El fallo connota fuertemente los tópicos tratados, siendo el quid del mismo
considerarlo como un crimen de lesa humanidad, el cual no es amnistiable e imprescriptible.
A tenor de ello condenó:
- Al Poder Ejecutivo a reparar a los deudos de Almonacid y Publicar la sentencia
recaída en autos.
- Al poder Judicial, dejar sin efecto la sentencia emitida y volver a investigar el caso de
la muerte de Almonacid y condenar a los culpables, siendo ejecutado esto por los tribunales
ordinarios.
- Recordemos que el fallo primigenio habían actuado tribunales militares, además se
lo compele a establecer una verdad histórica para desdeñar que pasó con Almonacid y penar
185
a sus autores.
- Que en esta revisión no podrá alegarse la excepción de prescripción, ya que como
queda claro desde Barrios Altos y Simón los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles,
cualquiera sea la fecha en que se hayan cometido, aun sin que los estados hayan ratificado la
famosa convención sobre imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad, por ser esto
totalmente repulsivo al IUS COGENS.
- También imperativamente ordena a los tribunales chilenos a efectuar eficazmente el
control de convencionalidad, debiendo prescindir de sus fallos la aplicación de éste decreto
ley.
- Al poder Legislativo se lo condena a adaptar la legislación interna a la Convención,
sus fines y los fallos de la Corte IDH y a dictar la nulidad de éste decreto ley, tarea que como
ya adelantamos se perfeccionó en 2014.
- Siempre al momento de analizar éste fallo, su importancia y sus consecuencias, es
importante situarnos en Chile Post Pinochet, teniendo en cuenta que a diferencia de la
dictadura argentina, la chilena cuanta hoy en día con nostálgicos adeptos y una sociedad
dividida.
CUESTIONARIO
1) ¿CUAL ES LA DISPOSICIÓN DEL PACTO DE SAN JOSÉ DE COSTA RICA QUE CONDENA INDULTOS
VINCULATORIEDAD DE SENTENCIAS?;
186
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
OTRA MIRADA
El Tribunal Supremo dio un paso crucial para continuar con los juzgamientos de los
genocidas de la dictadura. La decisión fue tomada al resolver que el ex agente de la DINA
chilena Enrique Arancibia Clavel, quien asesinó en el marco del Plan Cóndor al general Carlos
Prats, en Buenos Aires en 1974, debe seguir preso.
Los represores ya no podrán invocar el paso del tiempo para evitar el castigo por los
crímenes que cometieron durante la dictadura. La Corte Suprema de Justicia estableció que
los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles y dio, así, un paso clave para la
continuidad de los juicios por violaciones a los derechos humanos. Lo hizo al resolver que el
ex agente de inteligencia de Chile Enrique Arancibia Clavel debe seguir preso por el asesinato
del general chileno Carlos Prats y su esposa, un episodio emblemático del Plan Cóndor,
cometido en Buenos Aires en 1974. El fallo es una señal de que el tribunal se encamina a
invalidar las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
La resolución de la Corte, a la que se llegó con una mayoría de cinco firmas, es
contundente: dice que el derecho internacional y la Convención sobre Imprescriptibilidad de
los Crímenes de Guerra y de Lesa Humanidad “desplazan” y se imponen por sobre “las reglas
de prescripción de la acción penal” previstas en las normas locales. Al momento del
homicidio de Prats y Sofía Cuthbert, sostiene el voto mayoritario, “la costumbre internacional
ya consideraba imprescriptibles los crímenes contra la humanidad”. “El Estado argentino” no
sólo adhería “desde la década del ’60”, señala el fallo, sino que “ya había contribuido a la
formación” de ese principio.
El texto en el que convergió la mayoría fue elaborado por los dos integrantes más
nuevos de la Corte, Eugenio Zaffaroni y Elena Highton de Nolasco. La postura fue compartida
por Enrique Petracchi, Antonio Boggiano y Juan Carlos Maqueda, aunque cada uno utilizó
argumentos propios. En disidencia votaron Carlos Fayt, Augusto Belluscio y Adolfo Vázquez.
Esta minoría argumentó que la ley penal no se puede aplicar con retroactividad y que los
tratados de derechos humanos no pueden modificar el principio de legalidad establecido en
la Constitución.
Con su decisión, el alto tribunal revocó un fallo de la Cámara Nacional de Casación
Penal que en 2001 declaró prescripto el delito de “asociación ilícita”, por el cual el Tribunal
Oral 6 había condenado a Arancibia Clavel a prisión perpetua el año anterior, además de
responsabilizarlo por el homicidio de la pareja. El Estado chileno, representado por el
abogado Alejandro Carrió, apeló la primera cuestión al considerar que la acción penal no se
había extinguido y que hubo una asociación ilícita agravada.
Ahora la Corte señaló que Arancibia Clavel, como integrante de la Dirección de
126 Fuente: Diario Página 12. Publicado el día 25.08.2004. Consultado el día 26.07.2017.
187
Inteligencia Nacional chilena (DINA), formó parte, “desde marzo de 1974 hasta noviembre de
1978”, de una asociación ilícita que no se dedicaba a cualquier delito sino a los de lesa
humanidad, dentro de Chile y en el exterior. Aquella agencia de espías, recordó la Corte, se
abocaba a “perseguir a los opositores políticos de Pinochet, por medio de homicidios,
desaparición forzada de personas y tormentos –sobre cuyo carácter no caben dudas– con la
aquiescencia de funcionarios estatales”. El tribunal todavía debe resolver si lo acusa por el
homicidio en sí.
La medida que adoptaron los supremos fue recibida con optimismo por los
organismos de derechos humanos en relación al avance de las causas contra represores. El
Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) destacó que la Corte haya decidido continuar
“con el criterio establecido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso
Barrios Altos de Perú”. Los jueces federales, sobre todo quienes instruyen las mega causas
por violaciones a los derechos humanos –como el expediente sobre los crímenes cometidos
en la ESMA y el que se refiere al área del Primer Cuerpo de Ejército–, también se verán
liberados de varios escollos de aquí en más. Y no es sólo porque los represores deberán
renunciar a usar el planteo del paso del tiempo para eludir su responsabilidad penal, lo que
ha sido siempre un obstáculo en el avance de los juicios. Uno de los magistrados, que prefirió
reservar su identidad, evaluó: “A partir de ahora, cuando uno pida cosas al exterior, no
prevalecerá la imagen de los fallos de Casación sino la del tribunal más alto”.
En ese sentido, el fallo de la Corte es también una advertencia hacia Casación, un
tribunal proclive a aceptar planteos de militares, en el que está pendiente un
pronunciamiento sobre la validez de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y sobre la
ley del Congreso que las anuló. En principio, los jueces supremos esperarían a que los
camaristas de casación definan estas cuestiones, pero está claro, a partir de la declaración de
imprescriptibilidad de ayer, que ya cuentan con una mayoría de cinco voluntades para
invalidar las leyes de impunidad.
- El voto de Zaffaroni y Highton no se basó en la aplicación retroactiva de la
Convención sobre Imprescriptibilidad. Para ellos ese tratado “ha representado únicamente la
cristalización de principios ya vigentes para nuestro Estado Nacional como parte de la
Comunidad Internacional”. El eje es el carácter histórico del llamado “derecho de gentes” y en
esto coincidieron los cinco ministros de la mayoría.
- Petracchi hizo hincapié en la doctrina de la Corte Interamericana, recordando que su
cumplimiento es obligatorio. El paradigmático caso Barrios Altos, de todos modos, aparece en
la resolución compartida de los supremos: “Son inadmisibles –recuerda el texto– la
disposiciones de amnistía”, “de prescripción”, y “el establecimiento de excluyentes de
responsabilidad que pretendan impedir la investigación y sanción de los responsables de las
violaciones graves de los derechos humanos”.
- Maqueda, con el voto más extenso de todos, y también Boggiano, combinaron
prácticamente todos los fundamentos sobre la no prescripción. Boggiano subrayó que la
Convención, que consiguió rango constitucional en 2003, explicita su carácter retroactivo.
- Los votos disidentes niegan la superioridad del derecho de gentes sobre las leyes
argentinas, que los tratados no pueden contradecir al derecho público y advierten que se
viola el principio de legalidad. Fayt dice que aplicar la Convención hacia atrás contradice el
artículo 18 de la Constitución, que dice que nadie “puede ser penado sin juicio previo fundado
en ley anterior al proceso”.
- Vázquez no sólo quiso hacer de las suyas en una conferencia de prensa en la que
188
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
ayer mismo reivindicó a las Fuerzas Armadas. En su voto dijo que quienes cometen crímenes
de lesa humanidad también “tienen derechos humanos”.
El fallo de la mayoría, de todos modos, demuestra que aquellas ideas quedaron en el
pasado. Lo que prevalecen son los principios de verdad y justicia.
189
190
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
29 DE NOVIEMBRE DE 2011
127Fuente: Dr. Ricardo Alejandro Terrile (Profesor Titular). Fragmento extraído del libro “Estado constitucional y
convencional de Derecho”.
Nota del editor: la explicación expuesta no exime al alumno de la cuidadosa lectura del fallo íntegro y del análisis
de los fundamentos vertidos en el mismo por los magistrados.
191
sentencia fue la inclusión, siguiendo criterios desarrollados por la Corte Europea de Derechos
Humanos, del derecho a la propia imagen en el ámbito de protección del artículo 11 de la
CADH, pese a que no está expresamente establecido, y el reconocimiento de la fotografía
como una forma de expresión que recae en el ámbito de protección del artículo 13 del
tratado. Sobre este último aspecto, el Tribunal afirmó que la fotografía, en tiempos donde los
medios de comunicación audiovisual predominan, "no sólo tiene el valor de respaldar o dar
credibilidad a informaciones brindadas por medio de la escritura, sino que tiene en sí misma
un importante contenido y valor expresivo, comunicativo e informativo", pero al mismo
tiempo "por el contenido de información personal e íntima que puede tener ... su potencial
para afectar la vida privada de una persona es muy alto". Si bien para la Corte IDH existiría
una diferencia si las fotografías fueran obtenidas en un clima de hostigamiento o persecución
respecto de una persona o de cualquier otro modo que le hubiera generado un fuerte
sentimiento de intrusión —tales como el ingreso físico a un lugar restringido o el uso de
medios tecnológicos que posibiliten la captación de imágenes a distancia o que hayan sido
tomadas de cualquier otra manera subrepticia—, en el caso de imágenes que se refieren a
quien desempeña el más alto cargo ejecutivo de un país no es necesario el consentimiento de
la persona retratada para su publicación.
Por último, el Tribunal analizó la convencionalidad de las sanciones civiles como
consecuencia de la expresión de informaciones u opiniones que afecten la vida privada o
intimidad de una persona. La Corte IDH expresamente las autoriza siempre que no impliquen
una inhibición o autocensura de quienes ejercen el derecho a la libre expresión y de la
ciudadanía. Además, como toda restricción de derechos, la sanción civil debe estar dispuesta
en una ley en sentido formal, aunque su grado de precisión difiere de las sanciones penales
en función de la distinta naturaleza de los conflictos que intentan resolver. Para el Tribunal
"no puede exigirse que la norma civil...prevea con extrema precisión los supuestos de hecho
que puedan presentarse; ello impediría que la norma civil resolviera una innumerable
cantidad de conflictos que la realidad ofrece en forma permanente y que resulta de imposible
previsión para el legislador". Al referirse en particular al artículo 1071 bis del Código Civil,
entendió que "en grado suficiente, permite a las personas regular sus conductas y prever
razonablemente las consecuencias de su infracción. De tal modo que su aplicación resulte
conforme a la Convención dependerá de su interpretación judicial en el caso concreto". Por
este motivo, la Corte IDH entendió que no hubo una violación del artículo 2 de la CADH, dado
que no fue la norma en sí misma la que determinó el resultado lesivo, sino su aplicación en el
caso concreto por las autoridades judiciales del Estado, la cual no observó los criterios de
necesidad mencionados precedentemente.
192
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
UNA REFLEXION SOBRE LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO PUBLICO Y EL MARGEN DE APRECIACION
NACIONAL A PROPOSITO DEL FALLO DE CSJN OMITIENDO EL CUMPLIMIENTO DE IMPERATIVOS
TRAZADOS POR LA CORTEIDH
193
1- Sean dictadas “dentro del marco de sus potestades remediables” (Considerando N°
6);
2- Sean sancionadas dentro de las funciones materiales que el artículo 63 de la CADH
le concede a dicho órgano internacional (considerando N° 20).
Es decir, la CSJN reconoce expresamente el valor jurídico que poseen las sentencias de
la CorteIDH, pero ella misma se arroga una nueva competencia: determinar cuándo la
CorteIDH actúa dentro de las competencia del artículo 63º de la Convención Americana.
Para nuestra CSJN, la CorteIDH no constituye una “cuarta instancia” que revisa, revoca
o anula las decisiones de la CSJN sino que sus sentencias son subsidiarias, coadyuvantes y
complementarias (Considerando N° 8); de lo contrario, manifiesta, implica “transformar a la
CorteIDH en una cuarta instancia, en clara violación a los principios estructurales del Sistema
Interamericano” (Considerando N° 11)
194
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
195
en relevancia el funcionamiento armónico del sistema interamericano con el sistema judicial
local. Debo destacar que esta cuestión ha sido omitida en el fallo aquí analizado. “(...) los
órganos judiciales de los países que han ratificado la Convención Americana sobre Derechos
Humanos están obligados a ejercer, de oficio, el control de convencionalidad, descalificando las
normas internas que se opongan a dicho tratado. Resultaría, pues, un contrasentido aceptar que
la Constitución Nacional que, por un lado, confiere rango constitucional a la mencionada
Convención (art. 75, inc. 22), incorpora sus disposiciones al derecho interno y, por consiguiente,
habilita la aplicación de la regla interpretativa -formulada por su intérprete auténtico, es decir,
la Corte Interamericana de Derechos Humanos- que obliga a los tribunales nacionales a ejercer
de oficio el control de convencionalidad, impida, por otro lado, que esos mismos tribunales
ejerzan similar examen con el fin de salvaguardar su supremacía frente a normas locales de
menor rango”.
e) En autos "Carranza Latrubesse" (2013), el más alto tribunal nacional -en su voto
mayoritario- resolvió lo siguiente: "si un Estado suscribe y ratifica un tratado internacional,
especialmente si trata de Derechos Humanos, como es el caso de la Convención Americana, tiene
la obligación de realizar sus mejores esfuerzos para aplicar las recomendaciones de un órgano
de protección como la Comisión que es, además, uno de los órganos principales de la
Organización de los Estados Americanos (OEA)".
f) Finalmente, en "Mohamed" (2015), la CSJN sostuvo -en una posición totalmente
contraria a la afirmada en “Fontevecchia”- que: “(...) a partir de la reforma constitucional de
1994, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 75, inciso 22°, de la norma fundamental, las
sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos pronunciadas en causas en las que
el Estado argentino sea parte deben ser cumplidas por los poderes constituidos en el ámbito de
su competencia y, en consecuencia, son obligatorias para la Corte Suprema de Justicia de la
Nación. Por ello, esta Corte, como uno de los poderes del Estado argentino conforme lo previsto
en el artículo 68.1 de la misma Convención, debe cumplir la sentencia del tribunal
internacional”.
Evidentemente, la CSJN ha involucionado en su concepción monista con un texto
contradictorio: Por un lado reafirma que sus fallos son obligatorios y de cumplimiento
imperativo pero, simultáneamente, resiste dejar sin efecto la condena civil impuesta a Jorge
Fontevecchia y Héctor D'Amico, así como todas sus consecuencias.
Resulta incomprensible que se allane a ejecutar dos de las tres imposiciones que
impone la CorteIDH dado que las que acata son consecuencias, precisamente, de la que
resiste.
4.- En cuarto lugar, verifico que las citas de Joaquín V. González y Carlos Saavedra
Lamas, interpretando el artículo 27 de la CN, devienen inconvenientes por lo obsoletas y no
se compadecen con los nuevos y dinámicos contenidos de nuestra Constitución Nacional. La
mayoría de los Ministros de la CSJN, en el presente fallo, no perciben que los llamados
"Principios de Derecho Público" no son los mismos que los convencionales históricos
tuvieron en miras en 1853. Los constituyentes de 1994, al individualizar los tratados
internacionales con jerarquía constitucional, a la par que reafirman “la plena vigencia del
derecho público como valladar infranqueable para los tratados internacionales”
(considerando N° 19), han incorporado nuevos principios que han transformado el alcance
de su aplicación.
¿Quién puede poner en dudas que los principios de igualdad, razonabilidad y
legalidad han modificado sus alcances desde 1853?
¿Quien puede identificar los principios
196
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
197
constituyen dos ámbitos interpretativos diferentes. Rosatti señala en su voto, precisamente,
que la Corte argentina y la Corte Interamericana son, cada una, autoridad suprema dentro de
su esfera de jurisdicción (la Constitución argentina para la primera, la Convención
Interamericana para la segunda). Sin embargo, nuestra CSJN desde 1992 ("Ekmekdjian c/
Sofovich") ha delegado su condición de último intérprete de la Constitución Nacional en
materia de derechos humanos en aquella competencia que el Pacto de San José de Costa Rica
ha establecido y nuestro país ha reconocido. Por su parte, CorteIDH no es “tribunal de alzada”
o de "cuarta instancia" en aquellos casos ajenos a derechos humanos o que "escapen" a la
competencia del control de convencionalidad. Esto último es trascendente: Efectivamente, la
CorteIDH no es cuarta instancia de todo contenido que nuestra CSJN disponga atender en el
marco de su competencia. El tribunal internacional se limita a analizar las violaciones al Pacto
de San José de Costa Rica y el control de convencionalidad sobre derechos y garantías que
lesionen derechos humanos.
El fallo no es inocente frente a cuestiones que ambos tribunales han subestimado:
a)
El "Diálogo" necesario y vital entre dos competencias que parecen tener un profundo
desacuerdo y de buena fe acerca de la interpretación de algunos contenidos;
b) El "Margen de Apreciación Nacional" que constituye en el ámbito del "Diálogo entre
las Cortes" y la "Composición del Corpus Iuris", la necesidad de conocer dentro de la
universalidad de los derechos humanos, cuestiones especificas vinculadas a la idiosincrasia y
contornos de los derechos básicos de cada uno de los Estados partes. Existe una desconfianza
reciproca en delegar en funcionarios judiciales extranjeros, comprometidos o no,
conocedores o no, de los realidad sociológica y normativa de cada Estado, la competencia y
atribución para resolver con carácter vinculantes decisiones sometidas a su interpretación.
Se le suma el hecho que sus pautas de selección y elección no son consecuencia de concursos
de oposición y antecedentes. Gargarella afirma en una reciente reflexión sobre el caso, que
"...el voto mayoritario se equivoca en su celosa ansiedad por reafirmar su poder frente a la Corte
Interamericana. En efecto, pareciera que la principal preocupación de la Corte nacional fue la
de dejar en claro la intangibilidad y las dimensiones de su poder, frente a la “amenaza” de
menoscabo que percibe desde la Corte Interamericana. Por ello, a partir de una proposición y un
desafío correctos, la Corte –en el voto mayoritario- llega a una conclusión errada"
¿Será la presencia de Zaffaroni en la CorteIDH la que genera la respuesta? ¿Deberá
buscarse entre líneas, un mensaje de nuestra CSJN al Dr. Zaffaroni, integrante de la CorteIDH
quién ha optado por un perfil partidario y comprometido con la realidad institucional
argentina? ¿Es una forma sutil y solapada de indicarle los límites que traza nuestra CSJN a la
CorteIDH y al propio Zaffaroni? Estoy convencido, después de una atenta lectura del fallo, que
la Corte argentina sigue avalando en el peso y el carácter obligatorio de las decisiones del
tribunal interamericano. Se limitó a precisar que la vinculatoridad de sus sentencias alcanzan
únicamente al control de convencionalidad; es decir, a revisar por vía de interpretación,
aquellas decisiones que han sido contradictorias o lesivas con el Pacto de San José de Costa
Rica. En su decisión, la CSJN quiso dejar a salvo su propio poder, frente a las decisiones del
tribunal internacional, y de ningún modo vaciar de autoridad a la Corte Interamericana.
7.- He compartido con Roberto Gargarella numerosas opiniones. Sin embargo, no
coincido con la opinión que ha vertido recientemente en su blog, manifestando que "debe ser
la propia comunidad afectada la que decida, por ejemplo, si Uruguay o Colombia tienen el
derecho de procesar los desgarradores crímenes que se cometieron en sus respectivas países,
de un modo que no incluya como única o principal respuesta la privación de la libertad, Es un
198
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
error (además de una irresponsabilidad) asumir que la respuesta que Uruguay o Colombia
den a ese tipo de preguntas puede ser simplemente descartada por la opinión contraria a la
que arribe la mayoría de jueces que integran ocasionalmente la Corte Interamericana.
Por el
contrario, creo que frente al holocausto, el genocidio, los contenidos "ius congenis", los
responsables de delitos de lesa humanidad deben ser juzgados en primer lugar, por el
derecho interno, para dar la posibilidad a sus propios nacionales a juzgarlos y si éstos
recurren a auto-amnistías o leyes de caducidad, deben intervenir los tribunales
internacionales porque dichos delitos no pueden quedar impunes. El interés internacional lo
exige. Si disentimos sobre las implicaciones del principio de “no-impunidad” y sus vínculos
con ideas como las de “perseguir y castigar” los crímenes cometidos por el Estado y nos
mortifica que quienes decidan esa tremenda cuestión sean unos pocos jueces, a los que ni
conocemos ni podemos controlar o desafiar debidamente, nos la tenemos que aguantar. Los
casos "Barrios Altos" "Almonacid Arellano" "Jesús Derecho", "Gelman" y "Gelman
Supervisión", entre otros, han sido claros ejemplos de que en la delegación, no nos ha ido
nada mal.
8.- Se impone el diálogo entre las Cortes, la elaboración paulatina de un "Corpus Iuris
Americano" e imponerse del "Margen de Apreciación Nacional" que colaborará con el
conocimiento de factores culturales y sociológicos de cada uno de los Estados partes.
La CSJN debió “revocar” su sentencia anterior, pero no por la “orden” recibida desde la
Corte Interamericana, ni por ser un tribunal “sometido” a la autoridad suprema de aquella.
Debió hacerlo porque la Corte Interamericana afirmaba algo razonable, que el propio derecho
argentino hoy reconoce como razonable, en relación con el carácter impropio de lo decidido
originariamente por el máximo tribunal argentino, en torno a la “condena civil” que se le
impusiera a Fontevecchia. ¡De eso se trata el diálogo! Se trata de aceptar el peso de lo dicho por
nuestro interlocutor, cuando él nos ofrece un argumento razonable, y modificar en consecuencia
la propia postura. De lo contrario, decimos que dialogamos pero en realidad mostramos que
estamos por completo indispuestos a cambiar nuestra postura, aún cuando la sabemos
equivocada. Esa actitud sería justamente la contraria a la actitud propia del diálogo judicial
que invocamos (Gargarella, Roberto en "Seminario de Teoría Constitucional y Filosofía
Política"- La Corte Suprema y las decisiones y alcances de la Corte
Interamericana"(15/02/2017).
9.- El Ministro Maqueda, por su parte, notifica a sus pares que la decisión adoptada
pone en jaque indebidamente su compromiso con el sistema interamericano de derechos
humanos; se contradice con decisiones anteriores y provoca incertidumbre, reafirmando que
“las sentencias de la Corte Interamericana (...) deben ser cumplidas por los poderes constituidos
(...) y, en consecuencia, son obligatorias para la Corte Suprema de Justicia de la Nación”.
III. CONCLUSIONES:
Nuestra CSJN ha omitido dejar sin efecto la condena civil impuesta a Jorge
Fontevecchia y Héctor D’amico, así como todas sus consecuencias, con el argumento que el
tribunal internacional no constituye una cuarta instancia, sosteniendo que aquel decisorio no
era de su competencia. La prensa y la doctrina jurídica se hizo eco de dicha decisión,
aprobando y rechazando su contenido y elaborando diferentes posturas que procuran
explicitar sus alcances. En mi interpretación, la mayoría de la actual composición de la Corte
Federal no alcanza a percibir al igual que el ex Ministro Fayt, en sus fallos vinculados a la
199
supremacía de los tratados internacionales de derechos humanos en relación a la
Constitución Nacional, que los llamados “Principios de derecho público” que consagra el art.
27º de la Carta Magna, han evolucionado desde 1853/1860, ampliando su continente,
consagrando nuevos principios en cada una de las etapas del constitucionalismo y
fundamentalmente, con la reforma de 1994.
En la actualidad y como consecuencia del fallo Ekmekdjian c. Sofovich (1992), nuestra
CSJN ha delegado la condición de intérprete final del Pacto de San José de Costa Rica, en la
CorteIDH y en consecuencia, ha renunciado a dicha interpretación. No corresponde, en
consecuencia, afirmar como lo hace la mayoría de la actual composición de la CSJN, que forma
parte del “Margen de Apreciación Nacional”, las disposiciones de los artículos 27, 31, 108 y
116, dado que: a) frente al artículo 27o de la CN, las relaciones internacionales no se limitan a
los tratados con las potencias extranjeras; b) con reverencia al artículo 31 CN, la Constitución
no tiene supremacía sobre el Ius Cogens y los Tratados Internacionales de Derechos
Humanos que han sido individualizados por el artículo 75 inciso 22 de la Constitución
Nacional, ora por los artículos 27 y 53 de la Convención de Viena; ora por el monismo
adoptado por nuestra propia CSJN en sus precedentes; c) Nuestra CSJN y los demás tribunales
inferiores si bien entienden y resuelven sobre los alcances de los contenidos de nuestra
Constitución Nacional, en el marco del artículo 116o, no es el último intérprete por expresa
delegación que ha efectuado a la CorteIDH y frente al hecho de haber ratificado nuestro país,
tanto la Convención de Viena como el Pacto de San José de Costa Rica, y con él la competencia
de la CorteIDH y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El Tribunal Internacional, efectivamente, no es una cuarta instancia en aquella
materia ajena al control de convencionalidad o que no sea parte de los derechos y garantías
que el propio Pacto de San José de Costa Rica reconoce.
Se impone un diálogo entre la Corte IDH y las Cortes Supremas de cada uno de los
países miembros a los efectos de ir conformando el “Corpus Iuris” para, de esa manera, evitar
situaciones como las que analizamos, en el presente o la que pudo plantearse en “Gelman c.
Uruguay”.
Es importante mantener la postura que la CSJN viene sosteniendo en los precedentes
vinculados a Delitos de Lesa Humanidad, en una clara apertura monista como parte de una
nueva realidad internacional en la que no debe ni cabe quedar impune los responsables de
delitos de Lesa Humanidad.
200
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
CUESTIONARIO
“FONTEVECCHIA Y D'AMICO VS. ARGENTINA". TRACE UN PARALELO ENTRE UNO Y OTRO FALLO;
4) ¿LAS SENTENCIAS DE LA CORTEIDH REVOCAN SENTENCIAS Y/O DEROGAN DISPOSICIONES DEL DERECHO
201
202
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
1- HECHOS:
Luis Muiña fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 2 a la pena
de trece años de prisión, por la comisión de delitos considerados de lesa humanidad.
El cómputo de detención y pena se realizó conforme al art. 7 de la Ley 24.390. De
acuerdo con esta disposición, luego de transcurridos los dos primeros años de prisión
preventiva, se computaron dos días de prisión por cada día de encarcelamiento cautelar
efectivamente cumplido.
Contra esta decisión, el Ministerio Público Fiscal dedujo recurso de casación por
considerar que la Ley 24.390 no resultaba aplicable al caso.
La Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal anuló el cómputo punitivo
realizado por el Tribunal Oral Federal Nº 2, coincidiendo con el fiscal, declarando la
inaplicabilidad del art. 2 del Código Penal, al caso, en virtud que el Derecho al tratamiento
más benigno que consagra el mencionado artículo por imperio de la ley mencionada
anteriormente, se limita a una pauta procesal y no a una cuestión de fondo, en la que, durante
un corto periodo (1994/2001) adoptó un mecanismo dirigido a disminuir el plazo de los
encarcelamientos preventivos.
La defensa del Luis Muiña, dedujo Recurso Extraordinario Federal, el que fue
declarado inadmisible; razón por la cual, se dio lugar a la queja y habilitó el análisis por parte
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
La recurrente, invocó como argumento, que se encontraban afectados los principios
de legalidad y aplicación de la ley penal más benigna consagrados en la Constitución
Nacional, en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos.
203
Los Ministros Elena Highton de Nolasco, Carlos Fernando Rosenkrantz y Horacio
Rosatti (según su voto), admitieron el Recurso Extraordinario y resolvieron revocar la
decisión de la Sala IV de la cámara Federal de Casación Penal en el entendimiento que la
resolución impugnada se aparta de las normas convencionales y constitucionales.
Por su parte los Ministros Ricardo Luis Lorenzetti (según su voto) y Juan Carlos
Maqueda (según su voto), en minoría, declararon admisible el Recurso Extraordinario
confirmando la decisión de la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal.
Para los Ministros que componen la mayoría en la presente causa, la cuestión que la
Corte Suprema debe decidir es si el cómputo de la detención y de la pena que debe cumplir
Luis Muiña, debe realizarse de conformidad con lo previsto en el derogado art. 7 de la Ley
24.390 que reformó el Código Penal, regulando de modo más favorable al imputado el
cómputo de la prisión preventiva o, si por el contrario, si dicha ley no es aplicable:
a) sea en virtud de que el hecho fue cometido con anterioridad a su entrada en
vigencia (B.O. 22/11/1994);
b) el encarcelamiento y la condena tuvieron lugar con posterioridad a que el art. 7
fuera derogado y sustituido por la Ley 25.430 (B.O. 01/06/2001) y
c) “por cualquier otra razón”.
204
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
El Ministro Lorenzetti, interpreta que la decisión judicial, cualquiera fuere, debe tener
en consideración el sistema de fuentes que conforman la Constitución, los Tratados de
Derechos Humanos, las leyes penales y procesales, de manera de llegar a una conclusión
coherente y adelanta “que la interpretación de la legislación penal más benigna, en el marco de
la aplicación de una ley derogada, es insuficiente para dar adecuada solución a un tema de
indudable relevancia institucional…”. Al calificar el caso como un aspecto de los delitos de lesa
humanidad, “el Tribunal ha señalado que no existe posibilidad de amnistía (Fallos: 328:2056),
ni de indulto (Fallos: 330:3248), ni se aplica a ellos el instituto de la prescripción (Fallos:
327:3312) y que la persecución forma parte de los objetivos de la legislación internacional…”.
En una adecuada coherencia expositiva, Lorenzetti comienza fundando su voto con
una referencia a las fuentes y derivado de ello ha consolidado diferentes definiciones que ha
adoptado la Corte Suprema en causas vinculadas con delitos de lesa humanidad, señalando
que se trata de una política de Estado, afirmada por los tres poderes, en diversas épocas, de
modo que constituye parte del contrato social de los argentinos.
Uno de los temas más relevantes que dividió a los Ministros de la CSJN es la diferente
interpretación que mantienen con referencia a la aplicación retroactiva de una ley más
benigna. Para Lorenzetti, requiere la evaluación de si la ley posterior al hecho; es decir, la Ley
24.390, es la expresión de un cambio en la valoración de la clase de delito. Al respecto, debe
tenerse presente que la citada ley entró en vigencia en 1994, una década después de
finalizado el Gobierno de Facto; Los hechos atribuidos a Muiña, fueron cometidos en el
período 1976/1979; La ley vigente en el momento de los hechos no era la Ley 24. 390 sino el
art. 24 del Código Penal, que computaba un día de prisión por cada día que el condenado haya
pasado en prisión preventiva. Por otra parte, la Ley 24.390 fue concebida como un
mecanismo dirigido a limitar temporalmente los encierros preventivos para conformarse al
art. 7.5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Lorenzetti introduce un análisis muy interesante que omitió la mayoría: Indagó sobre
el llamado "espiritu del legislador" y requirió el informe de la Comisión de Legislación Penal
de la Cámara de Diputados que acompañó el proyecto de ley finalmente aprobado
conjuntamente con las exposiciones de los Diputados Gauna y Picheto, Presidente y
Vicepresidente, respectivamente de esa comisión y del senador Alasino en las sesiones del
Senado el 26/10/1994. La norma fue derogada, seis años después, mediante la Ley 25.430 y
Lorenzetti indaga nuevamente en el diario de sesiones de la Cámara de Diputados de la
Nación, de donde se deduce que el legislador decidió eliminar el cómputo privilegiado, como
205
así también reformar sustancialmente la regulación procesal de la extensión temporal del
encarcelamiento preventivo.
Todo lo expuesto, lleva al convencimiento al Dr. Lorenzetti que los instrumentos
internacionales aplicables ante un supuesto de retroactividad de una ley más benigna
amparan únicamente una legalidad de índole penal, pero de ninguna manera vinculada a
delitos de lesa humanidad. Robustece dicha interpretación con la propia letra del art. 8 de la
Ley 24.390, en el que expresamente limitaba los efectos de esa modificación “para los casos
comprendidos en ésta ley” y el hecho que la norma se limitó a reducir los plazos de los
encarcelamientos preventivos en los procesos penales, en razón de constituir una ley de
naturaleza procesal concebida únicamente como un mecanismo dirigido a limitar
temporalmente los encierros preventivos.
A mayor argumento, Lorenzetti sostiene que la detención preventiva de Muiña no se
materializó durante la vigencia del art 7 de la Ley 24.390 (Noviembre 1994/Mayo 2001) sino
recién en el 2007, dos años después de derogada la Ley 25.430. Esta circunstancia, constituye
una crucial diferencia respecto del caso “Arce” invocado por la mayoría como argumento
sustantivo de su voto.
Luis Muiña fue juzgado y responsabilizado por la comisión de cinco hechos de
privación ilegal de la libertad y tormentos agravados y uno de esos hechos tuvo como víctima
a Jorge Mario Roitman, quien a la fecha de la sentencia de mérito, permanecía en condición de
desaparecido, calificando al delito de ejecución permanente.
El carácter continuado o permanente del delito de Luis Muiña permite deducir a
Lorenzetti que durante el lapso de consumación del mismo, rigieron dos leyes (24.390 y
25.430); en consecuencia, no se trata de sucesión de leyes penales donde se debe aplicar
siempre la más benigna, sino de coexistencia de leyes. En éste último caso, en la
interpretación de Lorenzetti, debe aplicarse una sola ley que es la vigente en el último tramo
de la conducta punible.
La postura expuesta, encuentra sustento en el caso “Gelman vs. Uruguay” Sentencia
del 24 de febrero de 2011, en la que expresamente la Corte Interamericna de Derechos
Humanos ha establecido que “por tratarse de un delito de ejecución permanente, cuya
consumación se prolonga en el tiempo…la nueva ley resulta aplicable, sin que ello represente su
aplicación retroactiva”.
Finalmente, Lorenzetti reitera y ratifica la obligación por parte de toda la comunidad
internacional de perseguir, investigar y sancionar adecuadamente a los responsables de
cometer delitos que constituyen graves violaciones a los derechos humanos y en ello han sido
contestes todos los tratados internacionales y la propia Corte Suprema en el caso “Mazzeo”
(Fallo: 330:3248).
El Ministro Maqueda, parte de calificar el delito de Muiña, de lesa humanidad y de
carácter permanente en razón del precedente de Roitman, citado más arriba. Sostiene que la
sentencia ha pasado en autoridad de cosa juzgada y a la fecha de la misma, Roitman
permanece en condición de desaparecido. En consecuencia, coincide con el Ministro
Lorenzetti que el carácter permanente de un delito implica que si durante su lapso de
consumación, rigieron dos leyes, no se trata de un caso de sucesión de leyes penales sino de
un supuesto de coexistencia de leyes debiendo aplicarse la vigente en el último tramo de la
conducta punible, aún cuando sea la más gravosa y cita importantes precedentes que
coinciden con dicha postura: “Jofre”- Fallos: 327:3279; “Rei” – Fallos: 330:2434 y “Gomez” –
Fallo: 332:1555, entre otros.
206
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Maqueda cita una reciente decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos: la
causa “Rohlena vs. The Czech Republic”. El fallo ha descartado que la aplicación de la norma
penal más gravosa dictada durante el transcurso de un delito cuya comisión se extiende en el
tiempo, apareje una violación al principio de legalidad, en referencia al art. 7 de la
Convención Europea.
El Ministro Maqueda Interpreta que la disposición que debate el Tribunal Europeo, es
equivalente al art. 9 del Pacto de San José de Costa Rica y en consecuencia constituye un
parámetro válido para la interpretación de las garantías constitucionales que se hayan
biseladas por disposiciones de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Fallo:
331:1744).
Lo que está en discusión, nos dice Maqueda, es responder al interrogante sobre el
régimen aplicable al cómputo de la pena impuesta al condenado por sentencia firme y en tal
sentido, interpreta que constituye una cuestión de fondo y no procesal: En la Ley 24.390 se
regulan dos aspectos claramente diferenciables:
a) Se reglamenta el art. 7.5 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (art. 9), al establecer la duración razonable de la prisión preventiva.
b) Se modifica el art. 24 del Código Penal (art. 8) y se prescribe que, transcurrido
el plazo de dos años previsto en el art. 1, se computará por un día de prisión
preventiva dos de prisión o uno de reclusión… que, a su vez, en el art. 24 del
Código Penal, el legislador tiende a conceder una suerte de reparación
respecto de la presunción de inocencia que acarrea todo encarcelamiento
preventivo.
En función de lo expuesto, Maqueda manifiesta que evidentemente, no es la situación
de Muiña, el cual ha sido condenado y su sentencia pasado en autoridad de cosa juzgada.
Cita el caso “Mazzeo” (Fallo: 330:3248) en cuanto al imperativo del derecho
internacional humanitario de “perseguir”, “investigar” y “sancionar” a los responsables de
cometer delitos que constituyen graves violaciones a los derechos humanos y concluye que
“resulta indiscutible que la prohibición de sancionar en forma inadecuada a los delitos de lesa
humanidad, constituye fundamento objetivo y suficiente para rechazar la aplicación extensiva
de una norma vinculada al cómputo de pena que no solo no resulta formalmente aplicable al
recurrente, sino que, además, traería como resultado que merced a un mero cálculo aritmético
se redujera en forma automática la pena de prisión que le fuera impuesta…desnaturalizando la
sanción oportunamente fijada como “adecuada” luego de una valoración particularizada de la
gravedad de los delitos por los que se lo condenara así como de su grado de culpabilidad”.
4.a) Los votos de mayoría y minoría coinciden que los delitos imputados y por los
cuales se lo condena a Luís Muiña mantiene la naturaleza de "lesa humanidad";
4.b) También coinciden, que Luís Muiña ha sido condenado, entre otros, por la
desaparición de Mario Roitman, que a la fecha de la sentencia continuaba desaparecido y que
ello configura un delito permanente o continuado;
4.c) Los hechos atribuidos a Luís Muiña fueron cometidos en el período 1976/1979 y
la norma vigente, en ese momento era el art. 24 del Código Penal, que computaba un día de
prisión por cada día que el condenado haya pasado en prisión preventiva; la ley 24.390 tuvo
207
vigencia a partir de Noviembre de 1994 y hasta el año 2001 en la que se derogó por la Ley
25.430; ésta última mantuvo su vigencia hasta el año 2005 y Luís Muiña comenzó a cumplir
su prisión preventiva en el año 2007.
La circunstancia que dentro de los delitos de lesa humanidad por lo que se lo condena,
se encuentre configurado un delito permanente, por la desaparición de Mario Roitman, el
período que involucra el análisis de la CSJN nace con la comisión del hecho y se extiende
hasta su sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada;
4.d) Coincido con los Ministros Lorenzetti y Maqueda que en dicho período, las leyes
24.390 y 25.430 coexistieron y que ésta última refleja, por ser posterior y derogatoria de la
primera, la voluntad del legislador. El carácter continuado o permanente del delito de Luis
Muiña permite deducir a Lorenzetti que durante el lapso de consumación del mismo, rigieron
dos leyes (24.390 y 25.430); en consecuencia, no se trata de sucesión de leyes penales donde
se debe aplicar siempre la más benigna, sino de coexistencia de leyes. En éste último caso,
corresponde aplicarse una sola ley que es la vigente en el último tramo de la conducta
punible. La postura expuesta, encuentra sustento en el caso “Gelman vs. Uruguay” Sentencia
del 24 de febrero de 2011, en la que expresamente la Corte Interamericna de Derechos
Humanos ha establecido que “por tratarse de un delito de ejecución permanente, cuya
consumación se prolonga en el tiempo…la nueva ley resulta aplicable, sin que ello represente su
aplicación retroactiva”.
4.e) Por otra parte, la Ley 24.390 fue concebida como un mecanismo dirigido a limitar
temporalmente los encierros preventivos para conformarse al art. 7.5 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y ello se acredita con los fundamentos expuestos por los
Diputados y Senadores en oportunidad de su sanción, omitido por los votos de la mayoría.
Efectivamente; Se indagó sobre el llamado "espiritu del legislador" en el informe de la
Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados que acompañó el proyecto de ley
finalmente aprobado como Ley 24.390. Las exposiciones de los Diputados Gauna y Picheto,
Presidente y Vicepresidente, respectivamente de esa comisión y posteriormente, del senador
Alasino en las sesiones del Senado el 26/10/1994, definen su propósito. Robustece dicha
interpretación, la propia letra del art. 8 de la Ley 24.390, en el que expresamente limitaba los
efectos de esa modificación “para los casos comprendidos en ésta ley”. La norma se limitó a
reducir los plazos de los encarcelamientos preventivos en los procesos penales, en razón de
constituir una ley de naturaleza procesal concebida únicamente como un mecanismo dirigido
a limitar temporalmente los encierros preventivos.
4.f) La ley 24.390 fue derogada, seis años después, mediante la Ley 25.430 y
nuevamente el diario de sesiones de la Cámara de Diputados de la Nación, permite verificar
que el legislador decidió eliminar el cómputo privilegiado, como así también reformar
sustancialmente la regulación procesal de la extensión temporal del encarcelamiento
preventivo, teniendo en cuenta que siempre se refirió a "delitos comunes". La retroactividad
de una ley más benigna amparan únicamente una legalidad de índole penal, pero de ninguna
manera vinculada a delitos de lesa humanidad;
4.g) La detención preventiva de Muiña, reitero, no se materializó durante la vigencia
del art 7 de la Ley 24.390 (Noviembre 1994/Mayo 2001) sino recién en el 2007, dos años
después de derogada la Ley 25.430. Esta circunstancia, constituye una crucial diferencia
respecto del caso “Arce” invocado por la mayoría como argumento sustantivo de su voto.
4.h) En el caso “Arancibia Clavel, Enrique” (Fallos: 327:2312) se dispuso que por
tratarse de delitos de lesa humanidad, correspondía la aplicación retroactiva de la
208
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
imprescriptibilidad de la acción penal. Más tarde en “Simón, Julio Hector” (Fallos: 328: 2056),
declaró la inconstitucionalidad de las leyes 23.492 (Punto Final) y 23.521 (Obediencia
Debida) negándole a dichas normas cualquier efecto que pudiera oponerse al avance de los
procesos o al juzgamiento y eventual condena de los responsables u obstaculizara las
investigaciones en curso. Ello significaba que quienes habían resultado beneficiarios de
dichas leyes ya no podrían invocar ni la prohibición de retroactividad de la ley más grave ni la
cosa juzgada. Dicha decisión fue el resultado de la sentencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en el caso “Barrios Altos”;
4.i) El Congreso Nacional, en el año 2003 dictó la Ley 25.779 por medio del cual el
Poder Legislativo declaraba insanablemente nulas las leyes en cuestión. Es importante
señalar que cuando el Congreso Nacional dictó la Ley 25.779, declaró insanablemente nulas
leyes que estaban derogadas, precisamente para evitar la aplicación de la ley más benigna.
4.j) De la misma manera, el Congreso de la Nación actuó con la sanción de la Ley
23.040, al derogar por inconstitucional y declarar insanablemente nula la ley de facto Nº
22.924 que el Gobierno Militar había dispuesto para instalar la auto amnistía de todos y cada
uno de los responsables de los delitos cometidos en el periodo 25/05/1973 al 17/06/1982.
La Ley 23.040, despojó de todo efecto jurídico para el juzgamiento de las responsabilidades
penal, civil, administrativa y militar emergente de los hechos que la ley de facto Nº 22.924
pretendía cubrir.
4.k) En razón de lo expuesto y sin perjuicio de convalidar y adherir a los votos de los
Ministros Lorenzetti y Maqueda, interpreto que la Ley 24.390 constituyó un verdadero
indulto parcial. Efectivamente: La norma sancionada el 02 de noviembre de 1994, dispone en
su art. 1º que la prisión preventiva no podrá ser superior a dos años y transcurrido el
mencionado plazo, se computará por un día de prisión preventiva dos de prisión o uno de
reclusión. El indulto extingue la responsabilidad penal que supone el perdón de la pena y el
indulto parcial, se conforma con su conmutación. Solo se puede indultar la parte de la pena
que no haya sido cumplida y requiere sentencia firme. En el caso que nos ocupa y tomando
como referencia el precedente “Mazzeo” (Fallos: 330:3248), no cabe ni corresponde el
indulto total o parcial para los responsables de haber cometido delitos de lesa humanidad.
4.l) Interpreto en consecuencia, que la Corte Suprema de Justicia debió confirmar la
decisión de la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal, no solamente por los fundados
argumentos expuestos por los Ministros Lorenzetti y Maqueda, sino porque la Ley 24.390
conforma un verdadero indulto parcial que hace inaplicable sus disposiciones a Luis Muiña
por ser responsable de haber cometido delitos de lesa humanidad;
4.m) Frente al fallo que estamos analizando y la posibilidad que condenados por
delitos de lesa humanidad requieran del Poder Judicial, igualdad de trato con Luís Muiña,
invocandolo como precedente, interpreto que el Congreso de la Nación de la misma manera
que lo consagró en la Ley 23.040 declarando insanablemente nula la ley de facto Nº 22.924 y
por imperio de la Ley 25.779, insanablemente nulas las leyes 23.492 y 23.521, que
previamente habían sido derogadas, corresponde el tratamiento de un proyecto de ley
declarando insanablemente nula aquella disposición (Ley 24.390) en cuanto pretenda
interpretarse como extensiva a los responsables de delitos de lesa humanidad, por ser lesiva
a los Tratados de Derechos Humanos que ordenan perseguir, investigar y sancionar
adecuadamente a los responsables de cometer delitos que constituyan graves violaciones a
los Derechos Humanos;
209
4.n) Evidentemente la mayoría de la CSJN no ha tenido en cuenta el complejo proceso
que implicó la recuperación del Estado de Derecho en 1983 y los escasos antecedentes
jurídicos que existía en el derecho comparado en materia de delitos de lesa humanidad.
Cuando analizamos los precedentes del Juicio a las Juntas Militares existen muy pocas
referencia al "Ius Cogens" y un incipiente conocimiento del alcance de los llamados delitos de
lesa humanidad. La "obediencia debida" y el "punto final" provienen de la legislación alemana
que se utilizó en el juzgamiento de los responsables de la segunda guerra 1939/1945 al que
se sumó otros antecedentes sobre la conducta punible de soldados de Alemanía del Este
frente a fusilamientos de ciudadanos alemanes que habían intentado traspasar el "Muro de
Berlín".
El "dualismo" primaba como postura ante los tratados internacionales (Ekmekdjian
c/ Neustad- 1988) y la operatividad de las normas contenidas en tratados de derechos
humanos eran reconocidas parcialmente (Ekmekdjian c/ Sofovich). En "Priebke", la CSJN
menciona por primera vez al "Ius Cogens" y hace referencia a los delitos de lesa humanidad
frente al proceso de extradición de Priebke; Las causas "Simón", "Arancibia Clavel", "Videla",
"Mazzeo", etc. son fallos posteriores a la reforma constitucional de 1994 y consecuencia
directa de la jerarquización de los tratados internacionales de derechos humanos en el art.75
inciso 22.
Es decir, que el legislador en la sanción de la Ley 24.390 no pudo tener en cuenta la
diferencia entre delitos comunes y delitos de lesa humanidad. Es más: El código penal en
1983 no regulaba los delitos de lesa humanidad y ello impulsó a muchos responsables de
haber cometido esos delitos, a reclamar al Poder Judicial, la prescripción de sus acciones
argumentando que nuestro código de fondo lo único que establecía era el homicidio y éste
prescribe a los diez años.
4.ñ) Sorprende que se invoque principios de igualdad y omitir la manifiesta
separación existente entre delitos comunes y de lesa humanidad. Estos últimos tienen una
entidad tal que excede el interés de la victima en su persecucción, seguimiento y condena; por
el contrario, es la sociedad toda, la humanidad la que tiene interés que se investigue y se
juzque. Son imprescriptibles y no pueden ser indultados ni formar parte de anmistías (Casos
"Mazzeo" y "Gelman vs. Uruguay" respectivamente).
210
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
CUESTIONARIO
211
212
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
OTRAS MIRADAS
“SOBRE LA APLICACIÓN DE 2X1 A DELITOS DE LESA
HUMANIDAD”130
La ley 24.390 implica que a partir de los dos años de prisión sin condena firme
se cuenta cada día de prisión preventiva se cuenta como "dos de prisión o uno de
reclusión" (esto implica que el beneficio 2x1 solo vale para las condenas a prisión, si
la condena fue a reclusión convierte a escala 1:1 y da lo mismo).
Es una ley de 1994, que fue derogada en mayo de 2001. La idea era
reglamentar el derecho a obtener juicio en un plazo razonable de la Convención
Americana. El legislador juzgó que dos años era un plazo razonable, y que a partir de
ahí, había que compensar al imputado de alguna forma, con lo que dio esa promo de
doble cuenta. O acaso el legislador dio en pensar que ese "reloj de taxi" corriendo a
favor del encarcelado y que implicaría su liberación era un incentivo para que jueces
se apuraran a dar condena firme. Eso no sucedió entre otras cosas porque el
problema era más estructural, de colapso de causas.
"Si la ley vigente al tiempo de cometerse el delito fuere distinta de la que exista
130Fuente: Blog Saber Derecho. Publicado el día 04.05.2017. Consultado el día 07.08.2017.
Nota de autor: (1) este post complementario aparte, con después (2) este post con los escenarios que derivaron en
la sanción de la "ley interpretativa" del Senado.
Nota de editor: Para una mejor comprensión, el artículo ha sido editado por los responsables de edición.
213
al pronunciarse el fallo o en el tiempo intermedio, se aplicará siempre la más benigna",
dice el art. 2º del Código Penal.
Para simplificar lo presento usando el ejemplo extremo de incriminación o
desincriminación. Los casos de cambios en la escala de penas (agravamiento o atenuación)
pueden resolverse con la misma lógica.
• Funciona en un sentido retroactivo: si yo tenía una conducta incriminada, y el
legislador la desincrimina, no es justo que condene a quien cometió antes el hecho que ahora
la comunidad ha juzgado que no debía penarse.
• Funciona también en un sentido ultraactivo: si yo tenía una conducta desincriminada,
y el legislador la incrimina, no es justo que condene a quien hizo algo que no era delito al
momento en que se actuaba. Esto es la razón por la cual los agravamientos de penas que vota
hoy el Congreso sólo se aplican a los delitos de mañana, y el juez no los puede aplicar
"inmediatamente" para los cometidos ayer.
• Y funciona "en todo tiempo intermedio": si el legislador incrimina, desincrimina, y
luego se arrepiente y reincrimina, se le aplica la ley más benigna.
Hay que tener en cuenta además que el art. 2º del CP luego dice que "si durante la
condena se dictare una ley más benigna, la pena se limitará a la establecida por esa
ley". Esto implica que la ley penal más benigna puede aparecer antes de la sentencia
como después de ella. Si yo cometí el hecho ayer, me condenan hoy, y el legislador lo
desincrimina mañana (cuando yo esté en la cárcel) yo me beneficio de la ley.
Yendo a estratos superiores: la formulación constitucional del art. 18 de la
Constitución es algo elemental: nadie "puede ser "penado sin juicio previo fundado en ley
anterior al hecho del proceso". Más completo y específico es el modo en que está expuesta la
garantía en el Pacto de San José de Costa Rica:
Una mayoría de tres quintos de la Corte (Highton, Rosenkrantz, Rosatti) dice que, en
efecto, se aplican a todos los delitos, porque no existe una exclusión contemplada para la
aplicación del concepto de "ley penal más benigna". Veamos por ejemplo el cons. 9º:
Conforme al tenor literal del art, 2° del Código Penal, como ya se dijo, es indisputable
que la solución más benigna debe aplicarse a todos los delitos, inclusive los de carácter
permanente, sin distinciones. A todo evento, la característica definitoria de los delitos
214
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
permanentes es que ellos se cometen durante cada uno de los segmentos temporales del
lapso que transcurre desde que el imputado comenzó a desplegar la conducta típica hasta que
cesó de hacerlo. Dicha característica en modo alguno inhibe la posibilidad de que durante el
transcurso de la acción -pero antes de pronunciarse el fallo- se dicte una ley más benigna y,
con ello, se configuren las únicas condiciones a las que la norma referida supedita la
aplicación de la ley más favorable.
La "especificidad" de lo que sería delito de lesa humanidad implica que no puede
haber indulto ni amnistía ni prescripción, pero no se extiende a desactivar la garantía de ley
mas benigna. Incluso, como recuerda el fallo de la mayoría, el Estatuto de Roma contempla la
garantía ("De modificarse el derecho aplicable a una causa antes de que se dicte la sentencia
definitiva, se aplicarán las disposiciones más favorables a la persona objeto de la
investigación, el enjuiciamiento o la condena", art. 24.2).
Me gusta lo que dice Rosatti, en su voto concurrente-culposo: y es algo que yo no me
hubiera privado de escribir si tuviera que resolver el caso. Van dos parte-citas:
Lo dicho no supone desconocer que los delitos de lesa humanidad expresan el estadio
más degradado en que ha caído la naturaleza humana, y tampoco conlleva ignorar que el
régimen durante el cual se perpetraron los ilícitos probados en esta causa descendió a niveles
de inhumanidad nunca vistos en nuestro país desde la sanción de la Constitución Nacional
(...).
La humanidad contra la cual fueron cometidos estos crímenes exige del Estado de
Derecho la necesaria imparcialidad en la aplicación de las leyes referidas a su juzgamiento,
pues de lo contrario se correría el riesgo de recorrer el mismo camino de declive moral que
se transitó en el pasado.
En sentido similar diré: no me gusta para nada como “resulta” esto (mas en un
contexto en que, como dice Victoria Ginzberg, estos imputados serán casi los únicos que se
terminan beneficiando hoy del 2x1, en esta nota crítica del fallo cuya lectura recomiendo)
pero la gracia de los derechos y garantías es asumir que son indiferentes al sujeto portador, y
por tanto tienen esa rigidez mecánica que es el precio que pagamos por asumirlas como
fundamentales. Si empezamos a abrir y manipular los engranajes, pronto nos encontraremos
que se van a aplicar en los casos que más nos gusten, lo que implica que dejan de existir como
derechos.
215
- SOLO ES "LEY PENAL MAS BENIGNA" LA QUE BAJA LA ESCALA PENAL.
- LA LEY 24.390 SÓLO BENEFICIA A LOS QUE CUMPLIERON PRISIÓN BAJO SU VIGENCIA.
216
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Fuente: Blog Saber Derecho. Publicado el día 04.05.2017. Consultado el día 07.08.2017.
131
Nota de editor: Para una mejor comprensión, el artículo ha sido editado por los responsables de edición.
217
LEY PDP
EN LAS HIPÓTESIS DE SALIDA DEL LABERINTO NO IMAGINÁBAMOS UNA LEY COMO LA QUE VOTÓ
AYER LA CÁMARA DE DIPUTADOS Y VOTARÁ HOY EL SENADO. TIENE TRES ARTÍCULOS. LEEMOS:
El primero establece que el "dos por uno", previsto en el artículo 7° de la ley 24.390,
"no es aplicable a delitos de lesa humanidad, genocidio y crímenes de guerra". El segundo,
que ese artículo "será aplicable sólo a aquellos casos en los que el condenado hubiera estado
en prisión preventiva durante la vigencia de la ley", entre 1994 y 2001. El tercero, un mensaje
directo a la Corte, dice que lo dispuesto en los dos artículos anteriores es "la interpretación
auténtica" del "dos por uno" y que "será aplicable a las causas en trámite".
No vi el debate completo, pero una buena parte de los legisladores se hace cargo que
está tirando paredes con la Corte: que esta ley es respuesta a un fallo, y a la vez pregunta de
"qué fallarías ahora que tenés este elemento".
Con esto la Corte puede en efecto salir de "Muiña" alegando que hay elementos
normativos que justifican el viraje, y usarlo como insumo en un fallo en el que, tomando nota
de esa "interpretación auténtica", le conceda deferencia a esa distinción que el legislador
articula explícitamente ahora.
Está claro que esa es la mirada pragmática, que no nos releva de hacer otra
conceptual, o principista. Desde esa orilla hay dos "problemas" que la ubicaban en el estante
de la "heterodoxia", uno que es penal, y otro que es más general.
218
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Yendo ahora de lo general a lo particular, ocurre que aquella que el Congreso reputa
como su "interpretación auténtica" es obviamente una interpretación "no definitiva" en la
medida en que la ley -como toda ley- que queda sujeta al control de aplicabilidad y
constitucionalidad del Poder Judicial. Reconociendo ello se disuelve el problema general (no
las exploraremos, pero allí hay más vías que se bifurcan: una judicialista "clásica", que dirá
que pese a todo siempre será la Corte el "intérprete final" de la Constitución, otras que traten
de darle un marco teórico a lo que pasa en la vida real de las Repúblicas en las que no hay tal
perennidad, exclusividad, ni monopolio hermenéutico, donde el desarrollo normativo no es
piramidal sino rizomático).
Luego, el problema penal puede acotarse si se entiende que hay efectos diferenciales
suscitados por la nulidad de las leyes de amnistía, que causan discontinuidades en la sucesión
temporal de leyes más clásica y pueden habilitar esa "retrospección" hermenéutica. Admito
que es disputable, pero el legislador lo ha hecho, y con su palabra dada -que no es
"vinculante", pero que ciertamente no es insustancial- en todo caso nos quedamos como
estábamos parados en "Muiña", con el problema penal de la aplicación de ley intermedia mas
benigna al caso de delitos de lesa humanidad que tuvieron un lapso de "vacación" en la
posibilidad de ejercicio de la acción penal.
LEY 27362
CONDUCTAS DELICTIVAS. DELITOS DE LESA HUMANIDAD, GENOCIDIO O CRÍMENES DE GUERRA
219
220
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Es razonable lo que hizo el Congreso, al dictar la ley 27362, destinada a impedir que
se aplique el beneficio del “2 x 1” (que representara, según la mayoría de la Corte, la “ley más
benigna”) a los responsables de crímenes de lesa humanidad?
La respuesta no es obvia. Si se tratase de una ley “retroactiva”, a través de la cual el
legislador busca modificar lo que dijo entonces, cuando se creó el beneficio del “2 x 1”, la
réplica debiera ser rotundamente negativa: una ley semejante es inconstitucional (además de
absurda e inaplicable, cuando se está reflexionando en torno a cuál es la ley más benigna que
se le debe aplicar a un criminal). La cuestión es diferente, sin embargo, si se trata de una mera
“ley interpretativa” o aclaratoria acerca de lo ya escrito. En ese caso, la norma resulta
sostenible (y en un punto, hasta plausible), pero no de cualquier modo, ni para cualquiera.
Ocurre que el tema constitucional en juego (la posibilidad de que los poderes políticos
intervengan decididamente en la “interpretación” de la ley), pone el dedo en la llaga de una
herida que tiene el derecho, desde sus inicios, y exige repensar supuestos básicos de nuestra
vida pública. Me refiero entonces, en lo que sigue, al (viejo) problema constitucional en juego,
de enorme repercusión para la actualidad.
Para comenzar: en el mismo momento en que, por primera vez, un tribunal declaró la
inconstitucionalidad de una norma –la Corte de los Estados Unidos, en Marbury v. Madison,
en 1803- se abrió un debate que llega hasta hoy, relacionado con los alcances de la
intervención de los poderes de gobierno, en el control de las leyes. Para la visión dominante -
también en la Argentina- los tribunales tienen la facultad de invalidar las decisiones tomadas
por los poderes políticos; y a la vez son los “últimos” -sino directamente los únicos-
intérpretes del significado efectivo de la Constitución. Los muchos que suscriben esta visión
del derecho (por ejemplo, entre nuestros legisladores y jueces) no están en condiciones de
defender la aparición de una “ley interpretativa” como la aprobada recientemente contra del
“2 x 1”, salvo a través de injustificables ficciones y engaños jurídicos (como el de la
declamativa, y algo insólita afirmación de que se trata de una “interpretación auténtica”).
Ellos deben ponerse de acuerdo consigo mismos: ¿es o no es la Corte la “última intérprete”?.
Muchos analistas jurídicos, sin embargo, desafiamos tales presupuestos desde hace
tiempo. En nuestro apoyo tenemos, sólo para comenzar, la doctrina que el propio Thomas
Jefferson –como Presidente de los Estados Unidos- enunciara en el mismo momento en que
se daba a conocer el citado fallo Marbury v. Madison. Jefferson le dijo entonces a la Corte:
intérpretes de la Constitución somos todos, y estamos todos en un mismo nivel. Ninguno de
los acuerdos que hemos suscripto avalan la idea de que los tribunales sean los únicos y/o
últimos intérpretes de la Constitución. Poco tiempo después, Jefferson fundamentó su visión
en términos todavía más duros. Diría entonces: “Considerar a los jueces como árbitros
últimos en todas las cuestiones constitucionales representa una doctrina muy peligrosa,
capaz de colocarnos bajo el despotismo de una oligarquía…Por ello, de modo sabio, la
Constitución convirtió a todas las ramas de gobierno en ramas iguales en la materia”: todas
ellas son co-partícipes en la crucial tarea de la interpretación constitucional.
La doctrina que echó a andar Jefferson, hace más de dos siglos, ha sido retomada una
y otra vez en la historia, hasta nuestros días. El enfoque de autores enmarcados en el
221
“constitucionalismo popular,” como Larry Kramer, va en esa dirección. Lo mismo que todos
los trabajos que se vienen haciendo a favor de un “constitucionalismo fundado en el diálogo”.
La idea común es que la interpretación constitucional refiere a una tarea cooperativa, en la
que participan los tres poderes de gobierno, y toda la sociedad, tratando de resolver los
conflictos que aparecen cuando se aplica el derecho. En este sentido, el dictado de una
“norma interpretativa” a través de la cual quien creó la norma clarifica el sentido que quiso
darle (asumiendo que allí tampoco termina la conversación), resulta razonable, muy en
particular si dicha ley (como fue el caso) encuentra un respaldo casi unánime en cada
Cámara, y en el resto de la sociedad. Lo sucedido entonces, ofrece un buen ejemplo acerca de
cómo se pueden resolver nuestros desacuerdos interpretativos a través del diálogo
horizontal.
Por supuesto, lo dicho no implica afirmar que “el sentido del derecho se define ahora
en la plaza,” sino algo más ambicioso e interesante: con responsabilidades diferentes, y por
medios institucionales y extra-institucionales, ciudadanos del común y autoridades públicas
participamos –como iguales- en la conversación sobre el sentido del derecho. Entonces: todos
(y en particular los tribunales) debemos estar en guardia frente a leyes que, bajo el manto de
“interpretar” lo ya dicho, busquen en verdad re-escribir lo que se había escrito con un sentido
diferente. A la vez todos (y en particular los legisladores) debemos estar en guardia frente a
decisiones judiciales que desafíen nuestros acuerdos constitucionales más básicos.
222
UNIDAD IV – EFECTO VINCULANTE DE LOS FALLOS
IV A “RODRÍGUEZ PEREYRA”
134Fuente: Dr. Terrile, Ricardo Alejandro. (Profesor Titular) Fragmento extraído del libro “Estado constitucional y
convencional de Derecho”.
Nota del editor: la explicación expuesta no exime al alumno de la cuidadosa lectura del fallo íntegro y del análisis
de los fundamentos vertidos en el mismo por los magistrados.
225
militar obligatorio, es decir, la sentencia determinaba la responsabilidad del Estado por daño
causado.
La Corte Suprema, por mayoría, consideró imprescindible la declaración de
inconstitucionalidad de oficio en "Rodríguez Pereyra". Y para ello justificó con argumentos
históricos y de congruencia jurídica la procedencia del control de constitucionalidad sin
petición de parte.
El fallo se ha convertido en un interesante “leading case” y las referencias de la
evolución de la doctrina judicial en materia de “control”, nos permite contar con una
adecuada herramienta de estudio.
En "Mazzeo", la CSJN replicó la doctrina de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en el caso "Almonacid Arellano" (2006), sentando el principio del control de
convencionalidad como deber del Poder Judicial de los Estados parte. La vinculatoriedad de
las decisiones de la CorteIDH, extendió a la obligación de ejercerlo de oficio.
Con “Rodríguez Pereyra”, la mayoría de la Corte Suprema convalidó el control de
constitucionalidad de oficio, indicando los requisitos que deben cumplirse a la hora de
aplicarlo:
a) En primer lugar, ese control debe de ejercerse en el marco de las "respectivas
competencias y de las regulaciones procesales correspondientes", tal como lo señaló la Corte
Interamericana en los precedentes que cita la Corte argentina. Y ello implica la aplicación de
la Acordada 4/2007, aunque la Corte no la menciona de manera expresa.
b) En segundo lugar, la Corte reitera que el control de constitucionalidad con efectos
en el caso, constituye "un remedio de ultima ratio, que debe evitarse, de ser posible, mediante
una interpretación del texto legal en juego con la Ley Fundamental, pues siempre debe
estarse a favor de la validez de las normas" porque las normas controladas son dictadas por
"un poder de jerarquía igualmente suprema".
No comparto el criterio de “ultima ratio”. Por el contrario, interpreto que es función y
deber constitucional del Poder Judicial en el marco del Estado Republicano, ejercer el control
constitucional y convencional sobre las normas, que muchas veces los legisladores omiten
cegados por disciplina partidaria.
Jorge Reynaldo Vanossi, por su parte, ha señalado que a los requisitos enunciados más
arriba, deben respetarse la “existencia de un juicio, una causa, un proceso. En ese juicio, causa
o proceso debe ventilarse una cuestión judiciable, debe haber pedido de parte interesada,
existir gravamen al titular actual de un derecho y que el juez se exprese a través de la
sentencia. No todos estos marcos de condicionamiento surgen del texto constitucional.
Algunos reconocen fuente legal, jurisprudencial o doctrinaria”
La actitud judicial que expone la Corte Suprema como cabeza visible del poder
judicial, como tribunal de garantías constitucionales y como intérprete final de la
Constitución, en ese triple carácter, guarda plena congruencia con lo que el Art. 43 de nuestra
Ley Suprema explicita al jerarquizar la acción de amparo, admitiendo que "el juez podrá
declarar la inconstitucionalidad de la norma en que funde el acto u omisión lesiva". Ello es
propio de un sistema "difuso" de control de constitucionalidad.
El fallo decide como cuestión principal en el tema que nos ocupa en el presente texto:
La declaración de inconstitucionalidad judicial "de oficio", esto es, sin necesidad de pedido de
parte.
No es ajena a la decisión, la doctrina del "control de convencionalidad" sentada por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, como tarea propia de los jueces locales, que a
226
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
partir de “Trabajadores cesados del Congreso vs. Perú", exige con reiteración(una muestra de
ello es "Fontevecchia vs. Argentina", analizado en el presente texto), que ese control sea
practicado de oficio. La referida fiscalización de convencionalidad tiene por meta la
inaplicación de las normas nacionales (incluyendo las constitucionales) opuestas al Pacto de
San José de Costa Rica y a la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos; e igualmente, a que el derecho nacional sea interpretado y hecho funcionar de
conformidad a tales parámetros normativos y judiciales.
Néstor Sagües, refiere que ”La declaración de inconvencionalidad de oficio,
demandada a los jueces nacionales por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, tiene
un claro sentido de afirmación de la supremacía del Pacto de San José de Costa Rica sobre las
normas domésticas, pero una también decidida afirmación de la autoridad institucional de la
jurisprudencia de dicha Corte. Es una dura y exigente versión del stare decisis o del valor de
los precedentes de un Tribunal, equiparados por voluntad de éste a la letra del Pacto. Tiene
por meta indirecta construir un jus commune interamericano, en materia de derechos
humanos, realizando como bien se ha dicho una suerte de "casación convencional", pero
también intenta domesticar a tribunales, salas y cortes constitucionales (y, en general, a los
poderes públicos de un Estado), díscolos o renuentes a seguir las directrices de la Corte
Interamericana...”
En resumen, las sentencias reseñadas que se suman a otros casos (Simón, Arancibia
Clavel, Lariz Iriondo, etc.) testimonia cómo la Corte Suprema argentina ha sido pionera en
Latinoamérica al acoger desde 2007 el deber paulatinamente cimentado por la Corte IDH en
torno al control de convencionalidad.
Así, en "Mazzeo" denota el acatamiento de los primeros rasgos bosquejados por el
Tribunal Interamericano en la materia; mientras que en "Videla" patentiza la absorción e
internalización de instrucciones más definidas y demandantes de aquél, como la referida al
ejercicio incluso ex officio de tal fiscalización convencional, circunstancia que consolida en
“Rodríguez Pereyra”. CSJN, D. 1682. XL. Recurso de hecho. Derecho, René Jesús s/incidente de
prescripción de la acción penal - causa n° 24.079, del 29 de noviembre de 2011.
Nuestra Corte Federal dictó sentencia en el caso "Derecho", confirmando —por
mayoría— la tendencia que comenzara a perfilarse durante el pasado decenio, en cuanto a
reconocer la obligatoriedad de los fallos dictados por la Corte creada por el Pacto de San José
de Costa Rica, en aquellos procesos en que nuestro país es parte. Lo trascendente del caso es
que el tribunal federal acata la sentencia emitida por la Corte regional, y procede en
consecuencia a dejar sin efecto aquella otra que dictara con anterioridad—que había pasado
en autoridad de cosa juzgada— por la que confirmara a su vez la decisión del inferior, en
cuanto había declarado extinguida por prescripción la acción penal y sobreseído parcial y
definitivamente a un imputado que se le atribuyó el delito previsto en el artículo 144 bis del
Código Penal.
Era impensado lustros atrás que los fallos de nuestra Corte Federal podrían llegar a
ser escrutados por un órgano judicial internacional, posibilidad que se abrió con la vigencia
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, poniendo en crisis su carácter de
Suprema y a la par el instituto de la cosa juzgada interna. Los tiempos que corren demuestran
que la Corte ya dejó de ser el último tribunal para decidir sobre aquellos casos en que se
encuentren en debate ciertos derechos y libertades fundamentales de los seres humanos.
227
¿CUALES HAN SIDO SUS ANTECEDENTES?
En prieta síntesis los hechos del caso se remontan al año 1988 cuando el señor Bueno
Alves y su abogado Pérez Galindo fueron detenidos por miembros de la Policía Federal, a raíz
de una denuncia por supuestas estafas y extorsión en el marco de una transacción
inmobiliaria. Con posterioridad, Bueno Alves denunció haber sido sometido a torturas
mientras se encontraba detenido en sede policial, con el objeto de que declarara contra sí
mismo y su abogado. A consecuencia de los tormentos sufridos, Bueno Alves padeció un
debilitamiento en la capacidad auditiva de su oído derecho y en el sentido del equilibrio. En el
proceso judicial por averiguación de las torturas, la víctima identificó a René J. Derecho como
uno de los policías que lo detuvieron y lesionaron.
Sin embargo, este proceso finalizó por prescripción de la acción penal, confirmada por
la Cámara del fuero y posteriormente por la Corte Suprema, al rechazar —en julio de 2007—
el recurso extraordinario presenta- do por el abogado de la víctima. Allí el tribunal expresó —
compartiendo el dictamen del Sr. Procurador General, y a diferencia de lo que alegaba el
recurrente— que se trababa de un delito prescriptible, porque no era de lesa humanidad, tal
como se resolvió en la instancia previa.
Con anterioridad al dictado de esta sentencia de la Corte Suprema, el Sr. Bueno Alves
acudió a los órganos del sistema interamericano y denunció al Estado argentino ante la CIDH
— agosto de 1994— por vulneración de los derechos a la integridad personal (art. 5), a la
libertad personal (art. 7) y a las garantías y protección judiciales (arts. 8 y 25), todos en
relación con la obligación general de respeto a esos derechos y garantías (art. 1.1)
reconocidos por la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Luego de declarar la admisibilidad de la petición, la CIDH emitió el informe de fondo
(art. 50), cuyas conclusiones fueron aceptadas por el Estado. Al no haberse dado
cumplimiento a las recomendaciones efectuadas por la Comisión en su informe, ésta sometió
el caso a la Corte, reconociendo el Estado su responsabilidad internacional por la vulneración
de los derechos denunciados. El tribunal dictó sentencia el 11 de mayo de 2007, declarando
que el Estado argentino resultaba responsable de las vulneraciones alegadas. Asimismo,
decidió — entre otras medidas de reparación— que el Estado debía llevar adelante todas las
investigaciones para determinar las pertinentes responsabilidades por los hechos
denunciados y aplicar las consecuencias que establezca la ley. Recalcó fundamentalmente que
el Estado tiene la obligación de garantizar el derecho a la integridad personal (art. 5 CADH),
lo que implica el deber de investigar posibles actos de torturas u otros tratos crueles,
inhumanos o degradantes, constituyan o no delitos de lesa humanidad.
El incumplimiento en la investigación de los sucesos genera al Estado responsabilidad
internacional, los cuales no puede desecharse o condicionarse por actos o disposiciones
normativas internas, como ser el instituto de la prescripción de la acción penal, tal como lo
resolviera con anterioridad en el caso "Bulacio".
Posteriormente el abogado de la víctima se presentó ante la Corte Suprema portando
un recurso de aclaratoria, "para que, en esencia, el Tribunal indique el auténtico alcance
jurisdiccional de la antedicha resolución a la luz del fallo de la Corte Interamericana en el
caso "Bueno Alves vs. Argentina".
La Corte consideró que el planteo importaba un recurso de reposición y que el caso
era uno de aquellos por el cual las sentencias del Tribunal podían ser corregidas. En
consecuencia, y con el objeto de dar cabal cumplimiento a lo ordenado por la Corte
228
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
CUESTIONARIO
229
UNIDAD V – REFORMA CONSTITUCIONAL
V A “POLINO Y BRAVO”
V B “ALSOGARAY Y OTROS”
V C “FAYT”
V D “IRRIBARREN”
V E “SCHIFFRIN”
232
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
FALLOS 317:335
1994
233
art 30 CN es que se vote con una mayoría especial, sin especificar de qué modo debe hacerse
esa declaración por eso considera que el amparista invoca un incumplimiento de una
exigencia que la constitución no contiene. Y Nazareno consideró que el modo elegido por el
Congreso, aunque históricamente revistió la forma de ley, no modifica el acto de declaración
de la necesidad de la reforma, que es pre constituyente y no legislativo, Moliné agrega que las
diferencias entre diputados y senadores, en punto a la duración de mandato de estos últimos
no eran una diferencia insalvable, porque los convencionales podía optar por uno y otro de
los criterios de las Cámaras.
En cambio Boggiano sostuvo que ambas Cámaras deben aprobar lo mismo, pues de lo
contrario, sobre las discrepancias de aquellas, no existirían los dos tercios exigidos por la
constitución en cada cámara. Fundó su voto declarando expresamente la inconstitucionalidad
del art. 2 de la ley 24309 en lo referido a la declaración de necesidad de reforma del art. 48
de la ley 24309. El Ministro Boggiano en su voto disidente consideró que se hallaba
comprometido el derecho de los diputados para concurrir con su voto a la formación de las
mayorías requeridas, en definitiva acogió parcialmente el amparo.
El juez supremo consideró el caso revisable judicialmente, admitió la existencia de un
agravio concreto en los amparistas, estimó que la exigencia del Congreso para declarar la
necesidad de la reforma, impone que ambas cámaras aprueben lo mismo y circunscribió la
declaración de inconstitucionalidad a la ley-declaración 24309, aprobada irregularmente.
Fayt sostuvo la prerrogativa del Congreso para elegir el modo en que ha de declararse
necesaria la reforma constitucional. Dijo el juez que el art 30 no prohíbe ni impone la forma
de ley, pero, si se elige la alternativa legal debe cumplirse los requisitos que exige la
Constitución para la sanción de las leyes. Además cuestionó por considerar de dudosa
constitucionalidad las cláusulas 5 y 6 de la ley 24309 en tanto encadenaban la voluntad de los
convencionales constituyentes, hasta sustituir aquella voluntad por la del Congreso,
reduciendo a la nada el mandato dado a los convencionales por la Constitución a fin de que
efectuaran la reforma.
Por su parte Fayt señalo que no se trataba de una cuestión política incluso a criterio
de la jurisprudencia de la Corte que si bien había decidido que era irrevisable el
procedimiento de sanción de la ley, ello era así en tanto el Congreso actuará dentro de los
principios constitucionales y no si incurriese en omisión de tales requisitos; reconoció la
legitimación de los recurrente considerando el derecho fundamental de todo ciudadano de
reclamar de los jueces el cumplimiento de la Constitución, señalando que no estaba en debate
el resultado del juego de las normas constitucionales, sino las mismas reglas de ese juego,
además entendió que la ley 24309 debió cumplir con el Capítulo V de la sección
constitucional dedicada al Poder Legislativo, en definitiva la ley debía volver a la cámara de
origen.
136 Gelli María Angélica, Constitución de la Nación Argentina, Comentada y Concordada. 4 edición ampliada y
actualizada, Tomo I- Buenos Aires La Ley 2008, pág 457.
137 Ídem, pág. 457 y 458.
234
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Juan Vicente Sola138 al comentar el fallo expresa “Precisamente, las discrepancias que
se produjeron entre las Cámaras de Senadores y Diputados versaron sobre el contenido que
correspondía asignarle al entonces artículo 48 y actualmente artículo 56 de la Constitución.
Pero no hubo discrepancias sobre la necesidad de reformar esa norma. De modo que al haber
coincidido ambas cámaras sobre la necesidad de reformar este artículo, por el voto de dos
tercios de la totalidad de sus miembros, la “ley” o “declaración “porque las discrepancias
sobre el contenido que había que asignar a la cláusula constitucional carecía de toda
relevancia jurídica, ya que la decisión final incumbía exclusivamente a la Convención. En
modo alguno correspondía acudir al procedimiento fijado por el 81 y devolver el proyecto a
la cámara de origen. La cuestión que describimos se planteó, sin embargo la fundamentación
acordada en el voto de la mayoría se limitó a destacar la falta de legitimación procesal activa
de los litigantes, quienes habían invocado sus condiciones de ciudadanos y diputados de la
Nación, aun que se admitiera la personería de los demandantes, el hecho de que ambas
cámaras coincidieran en la necesidad de reformar el entonces articulo 48 era más suficiente
para el rechazo de la acción. En efecto la Convención no podía ser obligada a fijar el mandato
de los miembros de la cámara alta y ni siquiera debían reducir ese mandato. Incluso estaban
habilitados para ampliarlo, porque el Congreso no tiene poder vinculante sobre la
Convención para imponerle un contenido a la reforma”.
CUESTIONARIO
1) ¿QUE FUNCIÓN CUMPLÍAN HECTOR POLINO Y ALFREDO BRAVO AL MOMENTO DE INTERPONER LA ACCIÓN
DE AMPARO?;
3) ¿CUAL HA SIDO LA FINALIDAD QUE PERSEGUÍAN LOS ACTORES POLINO Y BRAVO CON LA INTERPOSICIÓN
DEL AMPARO?;
138 SOLA JUAN VICENTE SOLA, Manual de Derecho Constitucional, Editorial la Ley del 2011.
235
236
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
237
CUESTIONARIO
1) ¿QUE FUNCIÓN DESEMPEÑABA ÁLVARO ALSOGARAY Y LOS FIRMANTES DEL AMPARO CONTRA
3) ¿CUAL HA SIDO EL FUNDAMENTO DEL RECHAZO POR PARTE DEL TRIBUNAL FEDERAL Y
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DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
19 DE AGOSTO DE 1999
239
(en concreto y en este caso, el Poder Judicial que está habilitado para juzgar, en los casos que
se le planteen, si el acto impugnado ha sido expedido por el órgano competente, dentro del
marco de sus atribuciones y con arreglo a las formalidades a que está sujeto).
3) Al violentarse la voluntad del legislador que habilitó la reforma (al aprobarse el art.
99 inc. 4°, párr. 3° y en la disposición transitoria undécima), esta es nula de nulidad absoluta,
ya que una alteración tan sustancial no reconoce habilitación suficiente en las facultades
implícitas que se derivan de la expresa atribución de reformar el régimen de designación ya
que:
a) el art. 96 (actual 110) de la Constitución, al disponer que los jueces de la Corte
Suprema y de los tribunales inferiores de la Nación conservarán sus empleos mientras dure
su buena conducta –que es inherente a la naturaleza del Poder Judicial de la Nación y
configura uno de los principios estructurales del sistema político establecido por los
constituyentes de 1853-, no fue incluido entre las cláusulas que la convención reformadora
estaba habilitada para revisar;
b) en ningún párrafo de los puntos I y J del Núcleo de Coincidencias Básicas para la
reforma constitucional de 1994, relativos a la designación y a la remoción de los magistrados
federales aparece algún contenido que pudiera interpretarse racionalmente como relativo a
la posibilidad de fijar un término a la garantía de inamovilidad de aquéllos con motivo del
cumplimiento de una edad determinada, y
c) no corresponde incorporar entre las atribuciones del Poder Ejecutivo nacional a
una cláusula extraña a las atribuciones de aquel Poder, como es la inamovilidad de los
magistrados.
CUESTIONARIO
ESTABILIDAD JUDICIAL?;
SANTA FE"?.
240
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
22 DE JUNIO DE 1999
241
preservación no sólo debe ser proclamada sino respetada por los otros poderes y sentida
como una vivencia insustituible por el cuerpo social todo.
5) Sin que el pronunciamiento del Tribunal se asiente en razones vinculadas a la
conveniencia o inconveniencia de la norma en cuestión -juicio que no está entre las
atribuciones que le son propias, sino en la comprobación de que aquella colisiona con los
principios de la ley suprema federal -en tanto hace cesar la inamovilidad de los jueces al
alcanzar la edad requerida para obtener la jubilación ordinaria, sometiéndolos a una
situación de marcada precariedad en el ejercicio de sus funciones, sujeta al arbitrio de otro
poder del Estado provincial, corresponde admitir la pretensión del demandante.
En voto conjunto, Petracchi y Bossert adhirieron al voto anterior y Vázquez realizó
algunas consideraciones adicionales, despachándose por la inconstitucionalidad de la
incorporación del tope de edad previsto en el art. 99, inc. 4 de la Constitución nacional (que
luego sería evaluado nuevamente en el caso “Fayt”), destacando que no era un tema que se
encontrara habilitado por la ley 24.309, declarativa de la necesidad de la reforma
constitucional, de modo que esta regla es nula y no puede servir de apoyo para brindarle un
marco de constitucionalidad al art. 88 de la Constitución de Santa Fe, porque si el principio de
la inamovilidad vitalicia de los jueces hace a la forma republicana de gobierno que adoptó la
Constitución Federal, forzoso resulta concluir que su aplicación se impone, sin
condicionamientos, a las administraciones judiciales provinciales en función de lo establecido
por el art. 5º de la Constitución Nacional.
Belluscio formuló una disidencia, propiciando el rechazo de la demanda y
sosteniendo, en lo esencial, lo siguiente:
1) El art. 5° de la Constitución Nacional obliga a las provincias a dictar sus respectivas
constituciones bajo el sistema representativo, republicano, de acuerdo con los principios,
declaraciones y garantías de aquélla, y que asegure su administración de justicia.
Obviamente, ello no implica que los estados provinciales estén forzados a copiar a la letra las
instituciones nacionales; ni siquiera a seguirlas como modelo más que en lo esencial. Y, en lo
que hace al tema en debate en esta causa, lo esencial está constituido por el mantenimiento
del régimen republicano de gobierno, que implica la existencia de un poder judicial separado
de los poderes políticos, y por la garantía de su funcionamiento. Extender más allá la primacía
del texto básico nacional implicaría la anulación del federalismo, de igual jerarquía
constitucional que el régimen republicano (art. 1), que permite a las provincias darse sus
propias instituciones (arts. 122 y 123) y, obviamente, regular su composición y
funcionamiento;
2) Dentro de los límites marcados por el art. 5°, cada provincia tiene plena potestad
para organizar su poder judicial. De manera que lo que corresponde establecer en esta causa
es si el tope temporal de la inamovilidad por razón de la edad -fijado por la Constitución
impugnada en la época en que el magistrado está en condiciones de acceder a la jubilación
ordinaria excede aquellos límites, y
3) El examen de esa cuestión no puede partir del juzgamiento acerca de la
conveniencia o inconveniencia en abstracto de la inamovilidad absoluta, aspecto que está
librado a la apreciación del constituyente provincial y exento de revisión judicial, sino de que
se respeten los límites marcados por la Constitución Nacional. En otros términos, si ésta
impone a las provincias aquel criterio o no lo hace.
242
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
28 DE MARZO DE 2017
243
Tribunal de que nadie tiene derecho al mantenimiento de leyes o reglamentos ni a su
inalterabilidad, se ahonda cuando se trata de una reforma constitucional.
5) El constituyente realizó una exégesis racionalmente posible del alcance de la
norma habilitante; pues, aunque no sea la única interpretación sostenible de aquella, es
evidente que tiene sustento jurídico suficiente en la letra de la ley 24.309 y, sin duda alguna,
no constituye una grave, ostensible y concluyente discordancia sustancial que haga
absolutamente incompatible la habilitación conferida y la actuación llevada a cabo por la
Convención Constituyente, que de manera manifiesta e indisputable desconozca la voluntad
que tuvo el Congreso al ejercer su función pre constituyente mediante las previsiones
establecidas en la ley declarativa de la necesidad de la reforma. Esto no implica afirmar que el
sistema elegido por el constituyente sea el que mejor garantiza la independencia judicial, sino
simplemente uno más dentro de las distintas alternativas que se siguen en otros modelos
organizacionales de las repúblicas que aseguran el estado constitucional de derecho y la
independencia del Poder Judicial. Se trata, pues, de una regulación razonable que es
compatible con el postulado de inamovilidad.
En su voto en disidencia, Rosenkrantz mantuvo el criterio que se había sostenido en el
caso “Fayt”, y Highton de Nolasco no votó (la jueza había obtenido una sentencia favorable
pocas semanas antes que le aplicaba en caso “Fayt” en su favor, pero que no fue apelada por
lo que se presentaba un evidente conflicto de intereses).
CUESTIONARIO
1) ¿CUALES SON LAS DIFERENCIAS ENTRE LOS CASOS "FAYT", "IRIBARREN" Y EL PRESENTE CASO
244
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
OTRAS MIRADAS
“A NINGÚN TRIBUNAL LE AGRADA RECONOCER QUE SE
EQUIVOCÓ”145
La Corte acaba de tomar una decisión muy importante en la causa Schiffrin. ¿Por qué
la especial relevancia del fallo? Por un lado, porque la Corte "abandona" abiertamente una
doctrina que ella misma fijó pocos años atrás -en el caso Fayt-, lo cual no es muy común: a
ningún tribunal le agrada reconocer que en su momento se equivocó
El fallo que se "abandona," por lo demás, resultaba altamente controvertido. Entre
otras razones, porque en Fayt la Corte apareció como "sirviéndose a sí misma" (una Corte de
la que era miembro el juez Fayt decidió que Fayt podía seguir en su cargo a pesar de haber
cumplido la edad límite que fijaba la Constitución). De modo más relevante aún, el caso Fayt
(como ahora se ocupa de subrayar la Corte) representó la primera y única vez, en toda la
historia constitucional del país, en que la Corte declaró inconstitucional un artículo de la
misma Constitución que ella tenía por obligación custodiar.
El caso Fayt representó, desde entonces, una de las manifestaciones más notables de
la conocida tensión entre "democracia" y "constitucionalismo": ¡la Justicia se mostraba capaz
de declarar inconstitucional una reforma constitucional!
Finalmente, y lo que es más significativo, a través de su actual decisión la Corte fijó
posición sobre un tema crucial, relacionado con los alcances y los límites del poder de la
Convención Constituyente. Como sabemos (y como bien sostuvo el juez Rosenkrantz en su
solitario voto disidente), las convenciones suelen suscitar resquemores por la posibilidad de
que se conviertan en "cajas de Pandora", con la disposición y el poder de reformar lo que les
plazca y del modo en que les plazca.
Lo que ahora sostuvo la mayoría de la Corte fue que, en efecto, el poder de la
convención se encuentra limitado y debe actuar dentro de los estrictos límites que le fija el
Congreso. Sin embargo, agregó dos cuestiones fundamentales. Los jueces deben actuar bajo
un principio general de deferencia hacia la Convención Constituyente, dado que la
convención representa de modo muy especial la voluntad soberana del pueblo. Y, en caso de
dudas razonables, la Justicia debe preferir el criterio de la convención frente al propio. Y lo
cierto es que la convención de 1994 de ningún modo merece ser vista como una "convención
desbocada," dispuesta a arrasar con su mandato. Más bien, se trató de una convención
(demasiado) tímida, que no mostró animadversión hacia ningún sector y que en el caso en
examen contaba con cierta base textual para respaldar su decisión. Se trata de un punto
importante en materia de interpretación constitucional: la voluntad popular tiene una
especial primacía. Nos queda precisar, para el futuro, de qué modo se honra apropiadamente
a esa misma voluntad popular cuando se redacta una carta constitucional.
145 Fuente: Diario La Nación. Publicado el día 17.03.2017. Consultado el día 27.07.2017.
245
“EL NUEVO CASO FAYT Y LA JUBILACIÓN DE LOS JUECES” 146
2. Al revocar la doctrina del caso “Fayt”, la decisión de esta Corte en el presente caso
“Schiffrin” devuelve la validez a la única norma de la Constitución Nacional que fue declarada
nula -en toda la historia constitucional de la Argentina- por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación.
3. Este fallo de alto interés institucional restableció entonces la potestad del Congreso
y del Presidente de la Nación -como poderes políticos reconocidos por la Constitución- de
ejercer las funciones que el constituyente reformador les otorgó para decidir como
representantes del pueblo si un juez puede continuar ejerciendo su función después de los 75
años.
5. En el fallo, la Corte Suprema declaró por una mayoría de votos compuesta por los
doctores Lorenzetti, Maqueda y Rosatti -con disidencia del Doctor Rosenkrantz- la plena
validez y vigencia de la norma señalada y, con ello, de la totalidad de las cláusulas de la
Constitución Nacional, con las reformas incorporadas por la Convención Constituyente de
1994.
246
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
d) La ley 24.309 (artículo 3°, tema e), al habilitar a la Asamblea reformadora de 1994
a actualizar las atribuciones del Congreso y del Poder Ejecutivo contenidas en la Constitución
Nacional, incluyó los diversos componentes del proceso de designación de los jueces
federales que impera en nuestro país.
f) La única vez en la historia argentina en que la máxima autoridad del Poder Judicial
declaró la nulidad de una cláusula de la Constitución Nacional fue en el caso “Fayt” de Fallos
322:1616, sentencia en la cual la Corte había puesto en ejercicio un control restrictivo sobre
el juicio de compatibilidad material entre los temas habilitados y las cláusulas adoptadas, que
limita severamente la competencia del órgano reformador.
Argumentó en su voto que las normas que rigen el proceso de reforma constitucional
son de crucial importancia para la efectiva vigencia del sistema de derechos y libertades
consagradas por nuestra ley suprema, ya que hacen a la estabilidad misma de dichas
garantías. Entendió que el estricto apego a la declaración que efectúa el Congreso de la
247
Nación respecto de la necesidad de la reforma es el único mecanismo existente para evitar
que las convenciones constituyentes se conviertan en “Cajas de Pandora” e introduzcan
temas no sometidos al debate público en forma previa a la elección de convencionales
constituyentes.
Este modo de entender las cuestiones en juego, por consiguiente, es el único que
asegura la efectiva soberanía del pueblo de la nación.
Por otra parte, el juez Rosenkrantz se refirió al precedente “Fayt” (Fallos 322:1616),
destacando que esta sentencia había tenido un pacífico cumplimiento por parte de todas las
autoridades constituidas, independiente de su signo político, durante más de 20 años. Afirmó
que en casos como el presente, donde se juzga la validez de una reforma constitucional, es
preciso ser especialmente consistentes a lo largo del tiempo y ello demanda un respeto más
riguroso hacia los precedentes de la Corte Suprema.
248
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
II. Es un dato llamativo que el voto del Dr. Lorenzetti contiene cantidad de citas de sus
propios votos (emitidos en causas donde no se discutía la validez de una norma
constitucional) en los que a su vez menciona a diferentes autores extranjeros que no cultivan
el derecho constitucional sino la filosofía del derecho (Locke, Fuller, Habermas, Alexy,
Radbruch, Finnis y Rawls).
Destacó asimismo "la significativa expansión de la tarea de la Corte", mencionando
ejemplos de fallos en los cuales la Corte se ocupó de temas de derechos humanos
(considerando nº 14), lo cual constituye una novedad al menos de estilo, dado que la Corte no
acostumbra destacar el mérito de su propia actuación en casos distintos del sub iudice.
III. Lo más relevante en este voto, desde el punto de vista de la teoría constitucional,
es la adhesión del Dr. Lorenzetti a la doctrina de los contenidos pétreos de la Constitución
Nacional. En varios considerandos del fallo hace referencia a ellos, dentro de los cuales ubica
solamente al sistema republicano y a los derechos fundamentales.
Esta doctrina fue elaborada por el gran Germán Bidart Campos en la década de 1960.
Sostenía el maestro que hay ciertos contenidos de la Constitución Nacional (CN) que pueden
ser modificados, pero no abolidos: la república, el federalismo y el respeto a los derechos de
las personas (en algunos trabajos incluyó también la confesionalidad del Estado). Como se
advierte, en el voto del Dr. Lorenzetti se omite mencionar al federalismo, pese a que esa
forma de Estado es la menos discutible de los contenidos pétreos, dado que surge claramente
147 Fuente: Manili, Pablo L. Publicado en: LA LEY 02/05/2017 , 8. Fallo Comentado: Corte Suprema de Justicia de
la Nación ~ 2017-03-28 ~ Schiffrin, Leopoldo Héctor c. Poder Ejecutivo Nacional s/ acción meramente declarativa
Cita Online: AR/DOC/1021/2017
148 Hemos dedicado un trabajo al tema de las nulidades, en MANILI, Pablo L., "Teoría Constitucional", cap. VI,
249
de los pactos preexistentes. Sostenía Bidart Campos que "Esos contenidos pétreos que se
enraízan en la tradición, pueden o no estar normados como tales en el texto escrito de la
Constitución. Pero si no lo están, no pierden por ello su valor de tales"149. Hubo quienes
criticaron esa postura con argumentos basados en la literalidad del art. 30 de la CN (que
establece que la Constitución puede ser reformada en todo o en parte). Siempre sostuvimos,
respetuosamente, que quienes así lo hicieron se equivocaban, porque esta teoría debe ser
interpretada en el marco de la tipología tradicional-historicista en la que el autor encuadra a
la Constitución argentina150, por oposición al tipo racional-normativo o al sociológico de otras
constituciones. En esa tipología, la Constitución es el resultado y la plasmación de una
realidad histórica previa, concomitante y posterior a su sanción; y es esa realidad histórica la
que impide que ciertos contenidos sean abolidos, por cuanto ello implicaría no una reforma,
sino una ruptura constitucional. Por eso mismo es que el maestro sostenía: "Sólo cuando la
estructura social subyacente padece mutaciones tan esenciales como para no soportar (en el
sentido de sostener) más aquellos contenidos en la estructura constitucional, se puede
considerar que la petrificación cede o desaparece, y que es válido prescindir de los contenidos
pétreos. La continuidad y fidelidad histórica hacia ellos cesa, porque la comunidad ha cambiado,
y ninguna constitución puede ni de be divorciarse de la base sociológica que le proporciona
sustento"151. Seguramente quienes lo criticaron tan duramente por esta doctrina, no tuvieron
en cuenta este párrafo, que claramente atenúa y morigera lo que a primera vista podría
parecer una doctrina dura y estática.
Celebramos pues, la irrupción de la doctrina de los contenidos pétreos en la
jurisprudencia de la Corte.
149 BIDART CAMPOS, Germán J., "Filosofía del Derecho Constitucional", Buenos Aires, Ed. Ediar, 1969, p. 91.
150 BIDART CAMPOS, Germán J., "La Tipología de la Constitución Argentina" en SABSAY Daniel A (director) -
MANILI, Pablo L. (coordinador), Constitución de la Nación Argentina y normas complementarias. Análisis
doctrinal y Jurisprudencial, Buenos Aires, Hammurabi, 2010, t. I, p. 73.
151 Idem.
152 Fallos: 242:501.
153 Pueden verse, por ejemplo, Fallos: 243:465, 326:417, 321:2933, 330:2964, 328:3299, entre cientos que hemos
citado y analizado en nuestro libro "La Seguridad Jurídica. Una deuda Pendiente", Ed. Hammurabi, Buenos Aires,
2011, passim.
154 Fallos: 327:3753.
155 Fallos: 327:4607.
156 Fallos: 324:2456.
157 Fallos: 325:11.
158 Fallos: 327:3677.
159 Fallos: 320:2665.
160 Fallos: 328:566.
250
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
amparo en una causa en que notoriamente lo era; y en "Bustos" hicieron lo mismo los
ministros Maqueda, Belluscio y Boggiano.
g) Impugnación de inconstitucionalidad: En "Cabrera" 172 se apartó la doctrina
jurisprudencial según la cual el sometimiento a un determinado régimen legal no implica
consentir su constitucionalidad si ello es el único camino para poder ejercer un derecho173.
h) Competencia Originaria: "Matadero y Frigorífico Merlo"174, "Tecpetrol c. Provincia
del Neuquén" y en "Barreto"175, dejó de lado largas tradiciones jurisprudenciales en esta
materia176, incluido otro fallo también caratulado "Tecpetrol c. Provincia del Neuquén"
dictado en el año 2000, acotando en demasía la competencia originaria del Tribunal y
reservándose un margen de discrecionalidad en la admisión de causas que no surgen del
texto constitucional.
i) Control Judicial de los Laudos Arbitrales: En "José Cartellone c. Hidronor"177,se apartó
—aunque con algunos matices— de lo decidido en "Fibraca"178 de 1993 y en una veintena de
fallos anteriores.
j) Per Saltum: En "Cro-Magnon"179, se apartó de "Reiriz"180 ("Operación Langostino").
k) Derecho de Asociación: En "Asociación Lucha por la Identidad Travesti y
Transexual"181, dejó de lado "Comunidad Homosexual Argentina"182.
l) Ley de Obediencia Debida: En "Simón"183, se apartó de unos veinte fallos previos que
la habían convalidado184.
m) Indultos: En "Mazzeo"185, dejó de lado varios fallos que los habían convalidado.
n) Funcionarios Provinciales: En "Sosa, Eduardo c. Provincia de Santa Cruz"186 de 2004,
contradijo lo resuelto un año antes en "Sarquis de Navarro, María c. Provincia de Santiago del
Estero". 187
251
o) Tenencia de derogas para uso personal: en "Arriola"188, abandonó "Montalvo"189.
Frente a estos precedentes dejados de lado en el período (2004-2015), e independientemente
de la opinión negativa o positiva que cada intérprete tenga frente al precedente "nuevo" o al
"viejo", no podemos menos que congratularnos del hecho de que la Corte Suprema destaque
la trascendencia y los costos que, en términos de seguridad jurídica, tiene el abandono de un
precedente; de que cite a la seguridad jurídica como uno de los principios que están en juego
al hacerlo, y de que se tome el trabajo de explicar por qué abandona un precedente.
V. En el Considerando 13, punto e) del voto del Dr. Lorenzetti se hace referencia a
la "incorporación de los tratados internacionales con jerarquía constitucional", terminología
con la cual respetuosamente discrepamos, puesto que los instrumentos internacionales de
derechos humanos (terminología ésta que resulta más precisa, dado que no sólo hay tratados,
sino también declaraciones) no se "incorporan" a la Constitución Nacional, sino que siguen
siendo tratados y fuentes externas de derecho constitucional, sin perder su carácter de
tales190. Lo único que cambió con la reforma de 1994 es que, por mandato del art. 75, inc. 22
de la CN esos tratados y declaraciones adquirieron jerarquía constitucional.
192 Sobre el tema Bidart Campos aclara que "el tratado no sube de nivel ni se vuelve supraconstituconal, solamente
actúa desde fuera del derecho interno", BIDART CAMPOS, Germán, "El Derecho de la Constitución y su fuerza
normativa", Buenos Aires, Ediar, 1995,p. 260.
193 MIRKINE GUETZÉVITCH, Boris, "Modernas Tendencias del Derecho Constitucional", Reus, Madrid, 1934, p. 72,
252
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
escueto, por cierto194 el que determinaba los principios de la estructura constitucional y que
"de tal modo, Polonia se impone, en un tratado internacional, ciertas obligaciones que sujetan
su poder constituyente". En conclusión: una reforma constitucional posterior no podría ir en
contra de ninguno de los instrumentos de derechos humanos con jerarquía constitucional (en
los países en que ostentan esa jerarquía) ni de ningún otro tratado de derechos humanos en
vigencia (aunque no tenga esa jerarquía).
194Se refiere al tratado celebrado entre las potencias aliadas y asociadas con Polonia el 28 de Junio de 1919
referido a la protección de las minorías, que en el art. 1 establecía: "Polonia se compromete a que las
estipulaciones contenidas en los artículos 2 a 8 del presente capítulo sean reconocidas como leyes fundamentales,
a que ninguna ley, reglamento ni acto gubernativo puedan resultar en contradicción u oposición con dichas
estipulaciones, y a que ninguna ley, reglamento ni acto gubernativo prevalezcan contra ellas". Como vemos, la
norma de la cual el profesor ruso-francés arriesga la afirmación que transcribimos más arriba no es explícito en
cuanto a la jerarquía de dicho tratado sobre la Constitución Nacional. Cuanto más podemos hacerlo nosotros, si la
Constitución argentina establece expresamente la jerarquía constitucional de ciertos tratados.
253
En el caso de la Corte que falló “Fayt“ es fácil demostrar que sí deberían haberlo
hecho, dado que el resultado fue favorable a su propia permanencia en el tribunal, porque
declararon la invalidez de la cláusula que los obligaba a someterse de nuevo al Senado una
vez cumplidos los 75 años de edad. En efecto: alguien podría afirmar que fallaron en causa
propia y para beneficiarse a sí mismos (con dos excepciones: el Dr. Bossert sostuvo que la
cláusula no se podía aplicar a los jueces nombrados antes de la reforma constitucional pero sí
a los designados después —y él era uno de ellos— y el Dr. Belluscio renunció al cumplir 75
años para no prevalerse de su propia decisión).
Pero en este caso ("Schiffrin"), aun cuando fallaron de modo tal que sus mandatos
podrían quedar reducidos, entendemos que también deberían haberse excusado, porque el
instituto de la excusación no se relaciona con el resultado del pleito, con fallar a favor o en
contra, sino con la confianza legítima que la sociedad debe depositar en los jueces y con la
tranquilidad de espíritu que ellos deben tener al fallar. Es decir que es bidireccional: apunta a
la sociedad y al propio juez. La recusación o la excusación se basan en un juicio de valor
anterior a la intervención del juez y no posterior a ésta (una vez que se conoce el resultado), y
deben resolverse con base en lo que podría llegar a fallar el juez y no a lo que el magistrado
efectivamente piensa que va a fallar.
XII. En el voto del Dr. Rosatti se cita, por primera vez en la historia de la Corte
Suprema, a un autor argentino vivo, el Dr. Jorge Reinaldo Vanossi y su monumental
libro "Teoría Constitucional". En la década de 1990 algunos ministros del tribunal habían
citado autores españoles vivos, pero hasta donde sabemos, ninguno argentino.
XIII. Llama la atención en el voto del Dr. Rosenkrantz la referencia a que el art. 30 "es
una de las previsiones más importantes de nuestra constitución". Entendemos que no debe
distinguirse importancia ni jerarquía alguna entre las normas constitucionales: todas ellas,
254
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
desde el Preámbulo hasta las cláusulas transitorias, componen un todo armónico, homogéneo
y de igual jerarquía, que debe ser interpretado en conjunto. Si, por hipótesis, hubiera una
norma de mayor importancia que otras, esa sería, sin duda, el art. 1, que consagra las formas
de Estado y de gobierno y actúa como techo ideológico de toda la carta magna.
XIV. Es interesante destacar que el voto del Dr. Rosenkrantz convalida, obiter dictum,
lo que parte de la doctrina había criticado en 1994 por considerarlo un exceso del Congreso
(actuando como poder pre-constituyente). En efecto, en el Considerando 25 se refirió, sin
crítica alguna, a los límites que la ley 24.309 había establecido a la convención constituyente
para reformar el mecanismo de designación de jueces federales. Compartimos esa postura del
ministro.
255
UNIDAD VI–PODER LEGISLATIVO
VI A “MONNER SANS” (SOBRE LEYES SECRETAS)195
256
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
I.- INTRODUCCIÓN:
(Gargarella Roberto. Coordinador- TOMO II-Teoría y critica del Derecho Constitucional. Pag.1306. Editorial
Abeledo Perrot. Obra citada pág. 1307)
199 Obra citada pág. 1307
257
Tales obligaciones encuentran su fundamento jurídico en Tratados Internacionales
con jerarquía constitucional (art. 75 inc.22 CN) y pronunciamientos de órganos del sistema
internacional de DDHH. Tales como la Comisión Interamericana de DDHH (CIDHH) que
consideró “las medidas de separación de órganos del estado de personas que hayan atentado
contra el orden constitucional tiene por objeto la protección y defensa del sistema
democrático200”.
EL Comité de DDHH encargado de la aplicación del Pacto Internacional sobre
Derechos Civiles y Políticos en relación con el caso argentino consideró que el Estado debía
adoptar las medidas necesarias para la exclusión de personas sospechadas de participación
en graves violaciones de los derechos humanos durante la última dictadura militar, a fin de
modificar “una sensación de impunidad” y agregó: “...Las violaciones graves de los derechos
civiles y políticos durante el gobierno militar deben ser perseguibles durante todo el tiempo
necesario y con toda la retroactividad necesaria para lograr el enjuiciamiento de sus autores. El
Comité recomienda que se siga desplegando un esfuerzo riguroso a este respecto y se tomen las
medidas para cerciorarse de que las personas que participaron en violaciones graves de los
derechos humanos no sigan ocupando un empleo en las fuerzas armadas o en la Administración
Publica201.
En suma al momento histórico en que se dictaron estos fallos en análisis, nuestro país
se encontraba inmerso en el período de transición de democrática y pretendiendo superar,
ese pasado dictatorial buscando consolidar la democracia. Las resoluciones de la Cámara de
Diputados se dictaron cuando aún el Estado Argentino no había comenzado el juzgamiento
de la totalidad de los crímenes referidos, por lo que no habían sido condenados ambos
represores por delito alguno.
Cuando ambos criminales fueron electos como diputados por el voto popular, y
posteriormente la Cámara de Diputados les impidió su acceso al Congreso se tensionaba dos
bienes jurídicos tutelados por el ordenamiento jurídica. Por un lado el respeto a la voluntad
soberana del pueblo cuando ejerce sus derechos políticos y sufraga a fin de elegir a sus
gobernantes, y por el otro las antes citadas obligaciones internacionales del Estado.
Finalmente la CSJN efectúa el control de constitucionalidad como “última palabra” en
el caso y reivindicando tal potestad como atribución propia de ése Tribunal Superior (art 116
CN).
Patti y Bussi resultaron finalmente condenados por la comisión de crímenes de lesa
humanidad. Antonio Domingo Bussi (militar de profesión), lo fue en el año 2008 por el
Tribunal Oral Federal de Tucumán que lo condenó a prisión perpetua y Luis Abelardo Patti
(miembro de las fuerzas de seguridad) fue condenado en abril de 2011 a prisión perpetua por
el Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín.
En ambos casos la CSJN ratificó por vía de recurso extraordinario federal el fallo de
anterior instancia que revocaba la decisión de la Cámara de Diputados de denegar la
incorporación de los represores electos al Congreso, a causa de inhabilidad moral.
En democracia, los represores luego condenados, se dedicaron a la actividad pública
258
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
resultando Bussi ser electo gobernador de Tucumán (1995 -1999) y Patti Intendente de
Escobar en dos períodos consecutivos (1995-2003).
Como es de público el juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad cometidos por
los responsables de la instalación del terrorismo de estado en nuestro país sin restricciones
jurídicas, fue la concreción de una política de estado protagonizada por los tres poderes
constituidos que removieron los obstáculos que impedían su investigación penal de estos
hechos del pasado. Así la CSJN con el dictado entre otros de los fallos Simón (2005), Arancibia
Clavel (2004) y Mazzeo (2007), declararon la inconstitucionalidad de las leyes de amnistía,
los indultos y se declaró la imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y lesa humanidad.
Luego que el Congreso dictara la ley 25799 que declaró la nulidad de las leyes de obediencia
debida y punto final (2003) y el Ejecutivo impulsara esta política de derechos humanos
(2003).
La particularidad de estos casos judiciales es que a Bussi en el año 1999 le fue vedado
el ingreso a la Cámara de Diputados por inhabilidad moral es así que se entendió que al
momento de incorporarse al cuerpo, el actor continuaba cometiendo el delito permanente de
desaparición forzada de personas, por los altos cargos que ostentó en el régimen dictatorial
entre 1975 y 1981, período en que se produjeron 680 desapariciones forzadas de personas.
Dado que fue responsable de la represión en Tucumán zona en la que existieron
innumerables violaciones a los derechos humanos. En 1992 la Organización de la Naciones
Unidas aprobó una declaración en la que señala que la desaparición forzada de personas es
un delito que no prescribe, en concordancia con lo que prevé la Convención Interamericana
sobre Desaparición Forzada de Personas, suscripta por nuestro país.
Al ejercer las funciones que le confiere el art. 64 CN, la Cámara de Diputados
manifestó: “...que tuvo en cuenta los antecedentes del diputado electo relativos a su actuación
pública durante el gobierno militar, así como la imputación que se le formulaba en causas
vigentes por violaciones a los derechos humanos. Se hizo un juicio de moral pública desde y con
la Constitución, desde y con los tratados internacionales, se tuvo en cuenta la jurisprudencia de
la Corte Sup. y que el Sr. Bussi tiene causas pendientes en calidad de imputado por el delito de
sustracción de menores, excluido de la ley 23342 , si bien fue beneficiado por la denominada Ley
de Punto Final, por la cual el Estado declinó la pretensión judicial penal, ello no empecé a la
viabilidad del juicio efectuado por el órgano político, porque son actuaciones que discurren por
carriles diferentes”.
Al momento en que la Cámara de Diputados impide el ingreso a los amparistas
electos, ninguno de ambos represores había sido condenado por delito alguno.
Ello fue posible por las leyes de amnistía – obediencia debida y punto final-, dado que
la norma electoral inhabilita para postularse para ejercer cargos públicos a los condenados
por delitos dolosos a pena privativa de libertad y por sentencia ejecutoriada por el término
de la condena.
A Patti en el año 2006 le fue vedado el acceso como diputado nacional por la Cámara
de Diputados que dispuso en uso de las atribuciones conferidas por el artículo 64 del texto
constitucional: “... tras cumplir los pasos previstos en su Reglamento, rechazó en sesión plenaria
el diploma del diputado electo Patti, al considerar que había incurrido en la causal de
"inhabilidad moral" por la comisión de varios hechos acreditados con declaraciones
testimoniales, copias de expedientes judiciales y otros documentos, constancias originadas en
259
organismos públicos y organizaciones no gubernamentales. En síntesis, se consideró
demostrativa de esa tacha su participación en acciones que habría ocurrido entre 1975 y 1982,
a saber: 1. El "fusilamiento" de Osvaldo Cambiasso y Eduardo Pereyra Rossi; 2. el secuestro de
Juan José Fernández, Ricardo Gabriel Jiménez, el periodista Tilo Werner y el diputado Diego
Muñiz Barreto; 3.el secuestro y tortura de Valerio Salvador Ubiedo y Luis Ángel Geréz; 4. la
intrusión ilegal en el domicilio de Isabel Chorobick de Mariani; 5. las amenazas contra Enrique
Tomanelli y varios delegados gremiales de la zona en la que se desempeñaba como policía de la
provincia de Buenos Aires.
Además, se lo acusó de haber participado en la tortura de Mario Bárzola y Miguel
Guerrero, en 1990, y de encubrir, en el 2003, a Jorge Horacio Granada, quien estaba prófugo y
con pedido de captura por violación a los derechos humanos. Por último, también se tuvo en
cuenta algunas manifestaciones públicas en las que Luis Patti reivindicó la dictadura militar de
los años 1976/1983, y justificó los métodos policiales de apremios y violación de domicilios para
esclarecer delitos comunes”.
En el caso de Bussi se llegó al dictado de resolución judicial definitiva casi ocho años
después de que le fuera denegada su incorporación al cuerpo legislativo, por vía de recurso
extraordinario federal. Pués, el tribunal cimero, exigió un nuevo pronunciamiento judicial
dado que en instancias anteriores la Justicia Electoral había considerado el caso abstracto,
en virtud que había vencido el mandato como diputado del represor y a su vez había asumido
su suplente.
Tal cuestión fue desestimada por la CSJN atento la relevancia institucional del control
de constitucional sobre esta atribución congresual. Luego –en ambos casos- la Justicia
electoral entendió que el proceso de verificación que desarrolla la justicia en el marco del
Código Electoral Nacional, permite constatar en la etapa de registro de candidatos y
oficialización de listas los requisitos constitucionales y legales exigidos para el cargo en que
se postuló, sin que su candidatura recibiera objeciones u oposición de alguna agrupación
política. La atribución antes mencionada no puede vulnerar el principio de inocencia que solo
puede ser desvirtuado por sentencia condenatoria.
Por lo que al haber sido elegido en los comicios correspondientes, el actor se
encontraba habilitado para el ejercicio del cargo para el cual había sido seleccionado por el
voto popular.
Por lo que debió ser tratado el caso nuevamente por la CSJN ante el recurso
extraordinario postulado por la Cámara de Diputados.
En suma la Cámara de Diputados en ambos casos estableció que los títulos obtenidos
en la elección eran inválidos, según los siguientes fundamentos: “1- el art. 64 de la
Constitución Nacional, en cuanto dispone: “Cada Cámara es juez de las elecciones, derechos y
títulos de sus miembros en cuanto a su validez” confiere a las Cámaras la facultad de revisar las
condiciones objetivas, edad, residencia etc y subjetivas (idoneidad ética) de los representantes
surgidos de la elección. 2- El procesamiento penal –que supone una “sospecha razonable” - por
delitos de lesa humanidad o vinculados al accionar del aparato represivo durante la dictadura
militar, compromete la idoneidad para se admitidos en los empleos (art. 16 CN) a partir de la
reforma del 1994 para los autores de actos de fuerza contra el orden institucional y el sistema
democrático. 3 –El Estado Nacional, en cualquiera de sus estamentos tiene la obligación
internacional, asumida en Tratados Internacionales con jerarquía constitucional, de impedir el
acceso a la función pública de las personas involucradas en este tipo de delitos y acciones”.
260
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Es así que el concepto de idoneidad para ocupar empleos o cargos públicos exige que
“la persona que pretenda ingresar a la administración tenga las aptitudes físicas y técnicas
necesarias para desempeñar las tareas que se le asignen” y así como que tal concepto no
excluye la imposición de requisitos éticos, como son los atinentes a la integridad de la
conducta.
Con cita de Bidart Campos afirma: “cuando la constitución abre el acceso de los
202 - CSJN- BUSSI ANTONIO DOMINGO C/ ESTADO NACIONAL S/ AMPARO” (13 de Abril de 2007) - Disidencia.
261
empleados sin otra condición que la idoneidad (art. 16) exige también y siempre idoneidad ética
o moral o mas de la que resulte necesaria según la naturaleza del empleo al que aspira o que se
va a discernir a una persona determinada”.
Y tales “pautas éticas implican una declaración, un reconocimiento y una directriz
relativa a los valores propios de la Constitución, así como a la definición ideológica de la nación
vinculada intrínsecamente a la defensa y promoción de los derechos humanos y el sistema
democrático. Se establece así que la violación por los derechos humanos y la desaprensión
demostrada por las instituciones democráticas constitucionales es un disvalor para el estado de
derecho y la Constitución que lo define203”.
El juicio sobre la idoneidad del art. 16 CN es un juicio histórico y objetivo, y el artículo
29 y 36 de la Constitución establecen conductas prohibidas que deben valorarse en el
contenido del juicio ético de idoneidad. Realizando una interpretación originalista de la
reforma constitucional afirma que los debates desarrollados en la propia Convención sobre
la incorporación del art. 36 CN, se dijo que “es condición esencial para el desempeño de
cargos públicos la observancia de la ética pública”, para finalmente ordenar el texto: “…Esta
Constitución mantendrá su imperio aun cuando se interrumpiere su observancia por actos de
fuerza contra el orden institucional y el sistema democrático. Estos actos serán insanablemente
nulos. Sus autores serán pasibles de la sanción prevista en el Artículo 29, inhabilitados a
perpetuidad para ocupar cargos públicos y excluidos de los beneficios del indulto y la
conmutación de penas. Tendrán las mismas sanciones quienes, como consecuencia de estos
actos, usurparen funciones previstas para las autoridades de esta Constitución o las de las
provincias, los que responderán civil y penalmente de sus actos. Las acciones respectivas serán
imprescriptibles…”. En la discusión de la incorporación de este artículo los constituyentes
alertaron que implica la recepción de una ética positiva relativa al ejercicio del poder
institucional en la república democrática, construida como producto de la inmediata historia
de graves violaciones a los derechos humanos, el derecho de gentes y la CN. Agrega que “ de
esta manera la norma del art. 36 CN, torna explícita y vigoriza esta pauta ética frente a la
historia mas reciente, dejando claramente establecido que además de la idoneidad técnica, el
concepto de idoneidad ética no puede predicarse respecto de aquellas personas que, por haber
participado activamente en cargos de máxima responsabilidad en regímenes de facto contrarios
al orden constitucional, no evidencian un claro compromiso con la defensa de las instituciones
democráticas y los derechos fundamentales204”.
En conclusión, de todo lo expuesto se desprende que: “...los valores republicanos y
democráticos se encuentran expresamente incorporados al ordenamiento jurídico argentino a
nivel constitucional (arts. 29 y 36) y que esos principios iluminan todo el sistema jurídico. De allí
se deriva que es una pauta ética valiosa y necesaria que los funcionarios públicos posean dichos
valores democráticos y republicanos y que no hayan participado en hechos que impliquen
alzarse contra los poderes constitucionalmente constituidos y ejercer la suma del poder público.
Por ello, quien pueda ser encuadrado en esa situación objetiva no posee los requisitos éticos que
integran el concepto de idoneidad del art. 16 de la Constitución Nacional, como recaudo
excluyente para el acceso a la función pública205”.
Concluyendo: “En síntesis, estimo que las atribuciones conferidas por el art. 64 de la
262
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Constitución Nacional a las Cámaras del Congreso incluye la facultad de realizar un juicio sobre
las calidades constitucionalmente exigidas para acceder al cargo de legislador nacional. Ese
juicio abarca la evaluación de la idoneidad física, técnica y moral de los electos, además de los
requisitos relativos a la ciudadanía, edad y residencia e integra el “debido proceso electoral”,
garantía innominada de la democracia representativa206”.
El voto del Dr. Maqueda desarrolla el criterio que la presente es una cuestión política
no judiciable, por lo tanto corresponde auto limitarse al Poder judicial en el control de
constitucionalidad, dado que es una atribución conferida por la Constitución a las cámaras
del Congreso.
Igualmente la disidencia, detalla precisamente las obligaciones internacionales del
Estado Argentino en la persecución y juzgamiento de los crímenes de lesa humanidad, lo cual
obligan a respetar lo decidido en el ápice por la Cámara de diputados. Afirma que “...en línea
con tales consideraciones, la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, a los efectos de
aclarar el fundamento jurídico-político de su postura -y posterior recomendación a la Cámara
de Diputados- señala que el dictamen responde a la impugnación que se refiere a "...la
participación activa -reconocida y probada- que el diputado electo tuvo con el terrorismo de
Estado argentino (art. 36 CN.) y específicamente al encuadre de su conducta en las
Convenciones sobre Genocidio y Torturas (art. 75 inc. 22 , CN.), tenidas en consideración en
este juzgamiento jurídico político de títulos y diplomas por vía de los arts. 36 y 75 inc. 22
C.N. vigentes al momento de la elección del diputado electo, hoy impugnado...".
Que en cuanto a las expresas limitaciones que a partir de 1994 se consagran en el art.
75 inc. 22, la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento afirma que "resulta válido citar
en este proceso de juzgamiento político como sustento jurídico de nuestra decisión, el informe n.
30/93 en el caso 10804, planteado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos...en
este informe...la cuestión central (...) en el caso de Ríos Montt pasa por responder al grado de
compatibilidad que existe entre la norma constitucional guatemalteca que prohíbe la
elegibilidad como presidente de la República a ciudadanos que participaron en golpes de Estado
con la norma del art. 23 Convención Americana (...) A la luz de este precedente (...) decimos que:
el Sistema Americano de Protección de Derechos Humanos ha sentado un principio jurídico que
sostiene lo siguiente: La participación en movimientos que rompen el orden constitucional es
legal fundamento de inelegibilidad política" (p. 612 del informe citado207).
Resulta notorio el criterio del voto disidente en el sentido de refrendar como cuestión
política no judiciable la potestad del artículo 64 CN conferida a las Cámaras del Congreso,
como también concluir en la aplicación de las obligaciones internacionales del Estado aún
sobre el pronunciamiento popular manifestado por el sufragio emitido.
En ambos casos el voto mayoritario de la CSJN estuvo conformado por los Dres.
Carlos Fayt, Ricardo Lorenzetti, Carmen Argibay y Eugenio Zaffaroni-según su voto- haciendo
lugar al amparo de los represores, fundados en que la Cámara de Diputados carece de la
potestad de impedir el acceso a diputados electos por el voto popular a causa de inhabilidad
263
moral. También ponderó que ninguno de ellos había sido condenado por sentencia firme al
momento de su asunción y que tampoco obraban impugnadas sus candidaturas al momento
de ser elegidos por el sufragio popular. A su vez resaltó que no puede el Congreso exigir otros
requisitos a los previstos por la constitución en su artículo 48 para ser electo diputado,
ratificando el ejercicio de la soberanía popular por vía del sufragio, siendo el pueblo a quien
se le reserva la valoración del candidato una vez que la justicia electoral lo ha admitido en
su postulación.
Ello es así dado que la función del artículo 64 de la Constitución Nacional no admite
sino un control de la legalidad de los títulos que esgrimen los congresales electos:
“...Corresponde establecer cuáles son los límites que la Constitución fija a la Cámara de
Diputados de la Nación para juzgar la validez formal de los títulos que presentan los diputados.
En este sentido, cabe precisar que los conflictos vinculados a la etapa previa a la elección, así
como los que tienen relación con el acto eleccionario en sí mismo, son materias sometidas a la
Justicia. Por ello, el control de los requisitos constitucionales de los candidatos para diputados
de la Nación se efectúa de modo previo y ante el Poder Judicial de la Nación. Una vez aprobado
el diploma, éste puede ser presentado ante la Cámara, que es juez de ese título conforme al art.
64 de la Constitución Nacional208 .
Para agregar “...Es claro que la facultad de la Excma. Cámara de Diputados sólo puede
referirse a la revisión de la legalidad de los títulos de los diputados electos y la autenticidad de
los diplomas, esto es, si fueron regularmente emitidos por la autoridad competente (del voto en
mayoría de la Corte)” .
Al efecto si bien el artículo 66 CN, dispone que “...Cada Cámara hará su reglamento y
podrá con dos tercios de sus votos corregir a cualquiera de sus miembros por desorden de
conducta en el ejercicio de sus funciones o removerlo por inhabilidad física o moral
sobreviniente a su incorporación y hasta excluirlo de su seno…” la referida disposición excluye
expresamente realizar tal examen de habilidad moral al momento del ingreso del diputado o
senador electo.
Se extiende el Tribunal Cimero, sobre los requisitos constitucionales previstos para
ser diputado los que no pueden ser interpretados sino taxativamente “ ..Cuando la
Constitución, en su art. 48, regula los requisitos necesarios para ser diputado de la Nación no
requiere la idoneidad ni calidades morales. La Cámara, como juez, no puede agregar nuevos
requerimientos que la Constitución no contempla. Pero aun cuando se sostuviera que la
idoneidad es un requisito para los cargos electivos, no sería la Cámara sino el Pueblo de la
Nación el juez de esa calidad209). Agregando “Es el sufragio el instrumento que da sentido al
principio liminar de que el pueblo, como titular de la soberanía, es la fuente originaria de todos
los poderes. Su función es hacer posible el gobierno del pueblo, aproximando el ideal
democrático a la realidad de la vida. De allí la fundamental importancia de respetar el sentido
de la elección popular, impidiendo paralelamente el establecimiento ex post facto de requisitos
no contemplados en ninguna reglamentación210”.
Se explaya sobre el principio de inocencia ante la inexistencia de condena judicial de
los amparistas “…Los graves hechos que imputan al diputado electo deben ser motivo de un
proceso judicial, porque todos los ciudadanos tiene la garantía del debido proceso. No hay una
208 (del voto en mayoría de la Corte). CSJN- BUSSI ANTONIO DOMINGO C/ ESTADO NACIONAL S/ AMPARO” ( 13 de
Abril de 2007).
209 - ídem cita anterior.
210 - ídem cita anterior
264
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
incapacidad de derecho para las personas que hayan tenido una actuación histórica
determinada, ya que el impedimento deviene, necesariamente, de una condena judicial por un
delito, “Las consecuencias que se derivan del estado de inocencia no podrían ser obviadas
mediante el recurso de sustituir los efectos de la condena penal, por apelaciones a las calidades
morales del sujeto. Ningún ciudadano puede ser privado del derecho a ser sometido a proceso y
a defenderse ante un juez imparcial211“ .
La CSJN también se pronunció sobre la justiciabilidad del caso, dado que no entendía
que fuera una cuestión política no judiciable es decir una atribución privativa y excluyente de
otro poder del estado para el caso propia del Congreso así: “…Los jueces no pueden opinar
sobre el modo en que se ejercitan las facultades de otro poderes, pero deben establecer sus
límites. Ello es así porque la esencia de nuestro sistema de gobierno radica en la limitación de
los poderes de los distintos órganos y en la supremacía de la Constitución212..”. El Tribunal
Cimero, reivindica para sí un robusto control del ejercicio del poder que efectúan las
mayorías políticas circunstanciales en los procesos democráticos y electorales. Para
fortalecer las prácticas republicanas, escrutando que en los procesos electorales se cumplan
las normas constitucionales y legales instauradas para la debida protección de las minorías,
evitando proscripciones políticas y prácticas discriminatorias.
El magistrado Eugenio Zaffaroni argumenta que la inhabilidad moral referida a la
ética republicana resulta un concepto subjetivo que finalmente tiene que ver con
concepciones del mundo y de la política, por lo cual es un concepto difuso. Alega que no es
plausible incorporarlo como una inhabilidad parlamentaria dado que al ser un concepto ético
finalmente se apoya en el campo opinable de las ideologías y como tales con grave riesgo a la
democracia cuando se trata de la incorporación de un funcionario electo por el voto popular.
Igual prevención efectúan el resto de los magistrados que sustentan la mayoría dado
que al ser un concepto subjetivo la “ética republicana” puede en manos de ocasionales
mayorías proscribir a minorías, siendo el deber del poder judicial defender los principios y
procedimientos esenciales del estado de derecho constitucional y sus procedimiento de
selección de candidatos pues la CN los establece fin de garantizar la transparencia del
proceso democrático.
IV- CONCLUSIONES:
265
resguardar el orden democrático, y existen obligaciones internacionales que imponen la
separación de cargos públicos de personas comprometidas con el régimen totalitario.
Ante esa disyuntiva, en ambas resoluciones analizadas la CSJN ponderó
disposiciones constitucionales –también relevantes- tales como aquellas normas y principios
constitutivos de la democracia, como el voto popular como último contralor de la idoneidad
de los ciudadanos que se postulan para cargos electivos, el respeto a la expresión de las
minorías y el estricto control judicial de los procedimientos electivos de selección de
funcionarios, como forma de evitar al proscripción de minorías por mayorías políticas
circunstanciales.
Todo ello atravesado por el tiempo histórico del pronunciamiento judicial y la
excepcionalidad de la situación, que obligó a ponderar bienes jurídicos fundamentales en
abierta tensión - tales como el respeto a la voluntad popular -expresada a través del voto-
potestad última donde reside el poder superior de la república- y obligaciones
internacionales emanadas de organismos internacionales de DDHH.
Sin duda la antes mentada excepcionalidad de la respuesta judicial y parlamentaria,
es tributaria de las rémoras autoritarias del pasado, pues la normalidad democrática no
hubiera hecho posible que responsables del ejercicio criminal de la soberanía estatal ocupen
cargos institucionales relevantes.
CUESTIONARIO
2) ¿CUALES HAN SIDO LOS HECHOS PRECEDENTES DE BUSSI Y PATTI QUE NO FUERON TENIDOS
3) ¿CUALES HAN SIDO LOS FUNDAMENTOS DEL PROCURADOR GENERAL DR. ESTEBAN RIGHI?;
CORTE?.
266
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
OTRA MIRADA
“LOS FALLOS BUSSI Y PATTI Y SU RELACIÓN CON EL INTENTO DE
EXPULSAR A DE VIDO” 213
Aunque se trata de casos que no son totalmente análogos –por ser acusados de
crímenes de lesa humanidad y legisladores que no habían asumido–, la jurisprudencia del
máximo tribunal otorga elementos en contra del apartamiento del ex ministro.
La última vez que la Corte Suprema abordó un caso con algún punto de contacto con
la discusión sobre la continuidad de Julio De Vido como diputado, fue cuando resolvió que el
Congreso no podía impedir la asunción del genocida Antonio Domingo Bussi como legislador
electo. Poco después dijo lo mismo para el represor Luis Abelardo Patti. Aunque el reclamo
de Bussi ya era abstracto porque el mandato estaba vencido, los argumentos estaban
pensados a futuro (no sólo por Patti sino por otras eventuales situaciones). Una frase clave
plasmada por el voto de mayoría decía que “sostener que existe un poder para rechazar el
título a toda persona que viola la ‘ética republicana’ puede tener consecuencias gravísimas
para el mismo sistema que dice proteger”. El concepto era que “las mayorías” de un momento
podrían verse afectadas cuando dejen de serlo porque se podría excluir a cualquiera por
diferencias ideológicas. La minoría, que reconocía facultades parlamentarias para impedir la
asunción, decía que los delitos de lesa humanidad violan la ética republicana.
Los casos de Bussi y Patti no eran totalmente análogos a la discusión que tiene lugar
en estos días, porque en aquel entonces lo que sucedió fue que el Congreso rechazó que Bussi
y Patti asumieran en sus bancas. Se discutía, ante todo, si era una facultad parlamentaria no
tomarles juramento. “La mayoría dijo que el Congreso no tiene poder para negar la
incorporación a un candidato electo, basándose en valoraciones como la falta de idoneidad o
la inhabilidad moral” y que es “el pueblo” el que evalúa la “idoneidad” en el acto eleccionario.
Si no es impugnado en esa instancia no se le pueden atribuir hechos anteriores a la
elección. Y agregaba y que “los graves hechos que se imputan al diputado electo deben ser
motivo de un proceso judicial, porque todos los ciudadanos tiene la garantía del debido
proceso. No hay una incapacidad de derecho para las personas que hayan tenido
una actuación histórica determinada, ya que el impedimento deviene, necesariamente, de
una condena judicial por un delito”. Esa fue la postura de Ricardo Lorenzetti, Carlos Fayt,
Carmen Argibay y Raúl Zaffaroni. De ellos, hoy sólo está en la Corte el primero. La minoría
integrada por Juan Carlos Maqueda, Elena Highton de Nolasco y Enrique Petracchi dijeron
213 Fuente: Diario Página 12. Publicado el día 21.07.2017. Consultado el día 27.07.2017.
267
que se podía impedir el ingreso por la vinculación con delitos de lesa humanidad aunque no
hubiera condena. Petracchi falleció, y los otros dos supremos siguen en funciones.
En relación a De Vido lo que se debate es su continuidad y, en caso de establecer un
proceso de expulsión, el oficialismo discute si el proceso es la “remoción” o la “exclusión”,
caminos señalados por el artículo 66 de la Constitución. Algunos dicen que la remoción está
prevista para inhabilidad física o moral sobreviniente (posterior a su incorporación) pero
dicen que no es claro que para la exclusión sea lo mismo o ésta esté exenta de requisitos.
Luego están los que dicen que sólo puede haber un pedido de desafuero de parte de un juez.
El constitucionalista Andrés Gil Domínguez, consultado por PáginaI12, sostuvo que
hay elementos de los fallos de Patti y Bussi que se pueden transportar al debate actual y que
impedirían al Congreso echar a De Vido. “Si se sigue la línea de la mayoría, el razonamiento es
que no se puede excluir por hechos anteriores que el electorado no consideró relevantes a la
hora de votar, de lo contrario lo hubiera excluido, del mismo modo que no se podía impedir la
jura. La minoría dijo que lo que violaba la ética republicana tratándose de actores previos a la
elección era la vinculación con delitos de lesa humanidad. ¿Es lo mismo que los delitos de
corrupción? Sería muy debatible, porque son delitos ordinarios. En ese caso ¿(Carlos) Menem
no violaría la ética republicana teniendo en cuenta que está condenado?”, señaló el
especialista. En su blog “underconstitucional.blogspot” el jurista refresca que en el “caso
Patti” el diputado de PRO Pablo Tonelli votó un dictamen de minoría para habilitar su ingreso
con el argumento de que no era facultad de la Cámara y que el ex subcomisario no tenía
condenas.
Roberto Boico, otro constitucionalista consultado por este diario –que escribió
artículos en publicaciones de La Ley sobre los fallos Bussi y Patti– sostuvo que no se puede
transportar el contenido a la situación que se debate ahora. “No es lo mismo impedir la
asunción que analizar la permanencia, como el caso de De Vido. La Corte en su momento falló
sobre las facultades definidas en el artículo 64 de la Constitución. Las cuestiones sobre el
ingreso se definen antes del voto. Respecto del tema actual, la inhabilidad moral no se puede
basar en una causa penal. Y lo que está en discusión es en torno del artículo 66, sobre las
razones de remoción o exclusión”, sostuvo. “De todos modos, a mi entender el único
presupuesto específico para casos penales –precisó– es el artículo 70, que define el desafuero
ante un requerimiento judicial”.
Es cantado que toda determinación que tome el Congreso sobre De Vido terminará
judicializada y la última palabra la tendrá, otra vez, la Corte.
268
UNIDAD VII – PODER EJECUTIVO
VII A: “PERALTA”
VII B “VERROCCHI”
27 DE DICIEMBRE DE 1990
271
aplicables al caso y conculcando los arts. 14, 17 y 18 de la Constitución Nacional "ya que sin
las disponibilidades de dinero --dijeron-- no podremos responder a las obligaciones
contraídas con anterioridad".
El magistrado de primera instancia rechazó la acción. Sostuvo que el tema en cuestión
requiere de un mayor debate, impropio del restringido marco del amparo, también estimó
que, al no ser demandada en autos la entidad bancaria que participa de la relación jurídica
sustancial en la que se sustenta el derecho subjetivo afectado, la decisión del juzgador sólo
configuraría una declaración abstracta, extremo vedado a los jueces.
Apelada esta decisión, revocó el pronunciamiento del juez de primer grado, declaró la
inconstitucionalidad del dec. 36/90, e hizo lugar a la demanda.
Partió de la base de que el varias veces mentado decreto, que configura uno de los
llamados de "necesidad y urgencia", requiere para su permanencia la ratificación del
Congreso, pues constituye una materia que tanto el art. 4° como el art. 67, incs. 2°, 3°, 6°, 11 y
28 de la Constitución Nacional, reservan a ese Poder, el cual, a la fecha de dictarse el fallo, no
ha suscripto dicha ratificación. Destacó que los actores no procuran atacar un acto
contractual, sino un típico acto de autoridad pública, que ha venido a generar la limitación a
sus derechos. Consideró que en el caso el derecho de propiedad de los accionantes era
merecedor del amparo, pues se trata de la disponibilidad de pequeños ahorros de quienes no
se pretende posean poderío económico.
Contra dicha sentencia interpusieron recursos extraordinarios el Banco Central (el
que fue denegado) y la Procuración del Tesoro de la Nación.
272
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
depositantes en sustitución de sus acreencias, cotizaban a la fecha del fallo con una pérdida
mayor al 33% del capital original.
2. El fallo sostiene que los decretos de necesidad y urgencia son válidos en la medida
en que se comunique su dictado al Congreso y éste no se expida en contrario.
a. Es una innovación de la Corte que toma al silencio prolongado del Congreso como
acto ratificatorio de la validez de un decreto de necesidad y urgencia.
b. La jurisprudencia norteamericana, frecuentemente seguida por nuestro máximo
Tribunal, ha sostenido en “Youngstown Sheet and Tube v. Sawer” lo contrario:
El Presidente Eisenhower dictó en su momento una medida similar disponiendo la
toma de posesión y operación de acerías, en razón de una huelga de trabajadores del sector
que afectaba seriamente la economía nacional y la comunicó al Congreso posteriormente,
arguyendo peligro para la seguridad nacional y la paralización de la industria metalúrgica.
273
e. La mayor capacidad contributiva de los habitantes permite al Estado exigirles más a
través del impuesto, no de la confiscación. Por otra parte quienes realmente tienen grandes
fortunas, ni entonces ni ahora poseen sus riquezas depositadas en el país.
f. Sigue el fallo afirmando que la norma del PEN es razonable porque los medios
arbitrados no parecen desmedidos en relación a la finalidad que persiguen, ni son, en
sustancia, novedosos.
g. Error: la Corte valoró los motivos del PEN para dictar el decreto de necesidad y
urgencia solamente en relación a la situación coyuntural, pasando por alto otros fines
esenciales del Estado.
h. Prima facie existían otras medidas menos restrictivas de los derechos
constitucionales para lograr los mismos fines.
Por ejemplo, en el caso norteamericano “Dean Milk c/ City of Madison” una norma
local obligaba a los tambos a radicarse dentro de las 5 millas del ejido urbano, a fin de
facilitar el control estatal de la pasterización. La Corte declaró la inconstitucionalidad de la
medida ya que era seriamente limitativa de los derechos económicos de los tamberos.
Resultaba más sencillo que fuesen los inspectores que se trasladasen a la distancia que fuere,
dentro de la jurisdicción, para realizar los controles.
i. El decreto de necesidad y urgencia contempla una solución desmedida porque con
ella el Estado se deshizo de parte de su deuda (entregando los bonos a cambio de dinero
efectivo); condenó a un sector casual de la sociedad (los depositantes) a soportar la carga de
dicha deuda y, pudiendo optar por un plazo de devolución de los depósitos menos exagerado,
lo hizo por todo el tiempo del mandato constitucional del Presidente y unos años más aún.
CUESTIONARIO
CSJN?;
SENTENCIA?.
274
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
19 DE AGOSTO DE 1999
INTRODUCCIÓN:
Uno de los casos sobre este tema fue “Verrocchi”, donde la Corte Suprema de Justicia
de la Nación dijo que no queda habilitado por la Constitución Nacional decidir
discrecionalmente a los poderes públicos entre el dictado de una ley o un decreto, en
este caso de necesidad y urgencia, ya que quedan expresamente establecidos en
nuestra Carta Magna los requisitos para que se den unas u otros, dejando a salvo el
principio de la separación de poderes y de pesos y contrapesos entre los mismos.
275
elevará su despacho en un plazo de diez días al plenario de cada Cámara para su expreso
tratamiento, el que de inmediato considerarán las Cámaras. Una ley especial sancionada con
la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara regulará el trámite y los
alcances de la intervención del Congreso….”.
Y es en “Verrocchi” donde se define qué es la emergencia o aquellas
circunstancias excepcionales que “… hicieran imposible seguir con los trámites
ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes …”.
HECHOS:
276
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
La Cámara consideró:
1) que la vía era apta para la protección constitucional directa y expedita que
reclamaba el acto;
2) que el Poder Ejecutivo no expresó en los considerandos de los decretos ni durante
el tramitación de este juicio la necesidad de recurrir a las excepcionales facultades
legislativas del artículo 99 de la Constitución Nacional;
3) que los decretos impugnados carecían de razonabilidad por prohibir al actor de
continuar gozando de los beneficios provenientes de la ley 18.017.
277
en acuerdo general de ministros".
Asimismo, en el último párrafo, la norma constitucional regula exigencias formales
para la comunicación del decreto que se hubiera emitido a una comisión bicameral
permanente del Congreso, y para su tratamiento en ambas cámaras. Al momento del caso, la
ley 26.122, que se refiere, entre otros, al régimen legal de los decretos de necesidad y
urgencia no se había dictado.
278
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Si se dictan decretos de necesidad y urgencia sin que exista esta ley especial, se
desnaturaliza lo que la Constitución dice que son, dando paso a la acción unilateral del
Poder Ejecutivo en su dictado, violando el artículo constitucional en cuanto al dictado de
disposiciones de carácter ejecutivo.
En consecuencia, el decreto 770/96 es inválido por no ajustarse a las
disposiciones de la Constitución Nacional, y en su caso, ante el silencio del Congreso, el
decreto debe ser inválido, al contrario de la doctrina de “Peralta”.
279
se opusiera a esta ley- significa el reconocimiento de la validez de esos decretos, a la
vez que importa un pronunciamiento a favor de la regularidad de su dictado, desde
que sólo podía derogarlos si existían válidamente. La derogación es una ratificación
tácita.
Asimismo, la ley 24714 no ha merecido reproche constitucional por parte del actor, lo
que pudo haber introducido al contestar el traslado del recurso extraordinario. La ley
convalidó y se expidió, en consecuencia, sobre la legalidad de las normas dictadas con
anterioridad, es decir, los decretos cuestionados, por lo que corresponde desestimar la tacha
articulada respecto de éstos últimos mediante la acción de amparo.
La disidencia, declaró procedente el recurso extraordinario y revocó la sentencia
apelada, rechazando la demanda; sin costas en razón de la naturaleza de la cuestión debatida.
CONCLUSIONES
CUESTIONARIO
280
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
I) INTRODUCCIÓN
2004 a 2010.
281
división de poderes. Pero el 3° párrafo del mismo artículo, establece la excepción a la regla en
el marco de 2 parámetros que habilitan al presidente a que pueda emitir DNU: ellos son a)
circunstancias excepcionales, b) necesidad y urgencia. La mención de la “excepcionalidad” se
adita de un término que no soporta tergiversaciones oportunistas cuando dice…
“circunstancias excepcionales que hacen imposible el seguimiento del procedimiento
legislativo…”, entendiendo que “imposible” no equivale a “inconveniente” o “dificultoso”, la
emergencia debe hacer entonces imposible legislar.
La interpretación judicial “vigente” de la CSJN sobre los 2 parámetros señalados que
habilitan al presidente a que pueda emitir DNU, emerge de la doctrina sentada en el caso
“Consumidores Argentinos223”, cual expondremos en el punto siguiente. Solo adelantaremos
aquí, que dicha interpretación es “restrictiva”, siguiendo los criterios de “Video Club
Dreams224”, “Verrochi225”, “Smith226” y “Pcía. de San Luis227”.
Finalmente, se observará, que muchos de los desbordes228 del PEN se podrían evitar si
modificase el contenido de la actual Ley 26122, reglamentaria de los DNU. También, en este
trabajo, haremos una referencia a un sutil dato relevado, como ser aquel que demuestra que
el PEN en éstos últimos años, a los fines de “motivar” y “fundar” la emisión de los DNU, mutó
del concepto de “emergencia permanente” al de “urgencia permanente”.
223 C.923.XLIII
224 Fallos 164:675
225 ED, T-184-1097
226 Fallos 325:28
227 Fallos 326:417
228 Queremos apuntar algunos datos extraídos de un trabajo que realizó el Centro de Estudios para Políticas
Públicas Aplicadas (Ceppa) publicado por el diario LA NACIÓN el 13/04/08, que muestra el abuso que se ha hecho
de los DNU. Así analizándose los DNU que se han emitido desde 1983 con el retorno a la democracia, el presidente
Raúl Alfonsín firmó sólo 10 DNU en toda su gestión, Carlos Menem 545 DNU en sus diez años y medio de gobierno,
con un promedio de 52 DNU anuales ó 1 DNU cada siete días. Fernando de la Rúa, emitió 73 DNU en su corta
presidencia. Ahora bien, Néstor Kirchner, en cuatro años y medio de gestión firmó 270 DNU, a un promedio de 60
por año, siendo el presidente constitucional que más decretos de necesidad y urgencia emitió -en promedio- a lo
largo de su gobierno, pues la estadística arroja que firmó 1 DNU cada seis días, superándolo a Menem.
229 Nos referimos al DNU 902/2012.
230 C.923.XLIII
282
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
c) que los DNU deben interpretarse de acuerdo a los principios del Estado
Constitucional (inc.6 del fallo),
d) que el principio que organiza el poder, es la división de funciones, por lo que el PEN
no puede sustituir la actividad del PLN o liberarse del control judicial (inc.7 del fallo),
e) que la doctrina del caso Verrochi, debe guiar a los tribunales de justicia en cuanto
determinen el alcance de los DNU (inc.8 del fallo),
f) que no hay dudas de que los DNU se dictan bajo condiciones de “rigurosa
excepcionalidad” (inc.10 del fallo),
g) en cuanto a la necesidad y urgencia, es menester evaluar el “presupuesto fáctico”
que justifica el dictado del DNU. Ello porque si para el PLN (en cuanto dictó leyes de
emergencia) la CSJN se los ha verificado en distintas causas, con más razón debe verificarlos
respecto del PEN (inc.11 del fallo),
h) que el principio fundamental de nuestro sistema político es la división de poderes,
i) que de la evaluación de los presupuestos fácticos hay que excluir lo siguiente: 1) los
criterios de mera conveniencia del PEN, 2) la discrecionalidad en la elección u opción de
impulsar la sanción de una ley o un DNU (inc.13 del fallo),
j) que la CSJN en la causa Verrochi fijó 2 pautas como requisitos de la excepcionalidad:
1) imposibilidad de dictar la ley formal por su trámite ordinario o que las Cámaras no puedan
reunirse dada la fuerza mayor, una acción bélica o desastre natural, 2) urgencia tal que no se
pueda esperar la sanción de la ley.
Como puede verificarse, el caso “Consumidores Argentinos” se configuró en un nuevo
leading case, cual reedita una interpretación restrictiva del uso de los DNU por el PEN, como
ya la había fijado la CSJN en Verrochi231”. Recordemos respecto de éste último caso, que en el
año 1999, a meses de que asuma el nuevo presidente Fernando de la Rúa, se registró el
cambio de doctrina de la Corte en la interpretación de los DNU a través de “Verrochi”. Aquí el
PEN por medio de los DNU 770 y 771/96 suprimió las asignaciones familiares de aquellos
trabajadores que sus ingresos superasen la suma de $1000, violando los derecho sociales
impresos en el art.14 bis de la CN. La Corte en éste caso si ejerció el control de
constitucionalidad, evaluando el “presupuesto fáctico” que justifica el dictado de los DNU,
sosteniendo primero que no se demostró por el PEN la imposibilidad de legislar del Congreso,
ni la urgencia del caso. En segundo lugar (y a diferencia del caso “Rodríguez232”) se expresó
que la falta de sanción de una “ley especial” que regule el procedimiento de los DNU no hace
sino “reforzar” la responsabilidad por el control judicial de constitucionalidad. En suma, el
voto del ministro Petracchi -añade a ésta cuestión- que la falta de “ley especial” importa la
invalidez de los DNU, pues el “silencio” del Congreso se interpreta como desaprobación del
decreto de acuerdo al art.82 de la CN. La sentencia fue integrada por el voto de la mayoría:
Fayt, Belluscio, Boggiano, Petracchi y Bossert, la minoría disidente por Vázquez, López,
Nazareno y Moliné O´Connor.
En definitiva, lo que aquí queremos confrontar y hacer ostensible en el plano de la
realidad, es que medidas políticas del PEN tales como remover a un funcionario del BCRA,
crear un ministerio para el turismo, declarar un feriado nacional o reglamentarlos a todos,
modificar el presupuesto nacional, o crear un plan de créditos para viviendas, a través de la
utilización de los DNU, no se ajustan a los requisitos de “estricta” excepcionalidad fijados por
283
la CSJN, como ser la imposibilidad de dictar la ley formal por su trámite ordinario, porque las
Cámaras no pueden reunirse dada la “fuerza mayor”, (eje: una acción bélica o desastre
natural), o una urgencia tal que no se pueda “razonablemente” esperar la sanción de la ley.
No resulta -por ejemplo- “razonable” la “urgencia” del PEN en tener que fijar un “día
feriado” con fines turísticos, bloqueando peligrosamente las atribuciones del Congreso. La
pauta de “razonabilidad” fue precisada por la CSJN en el año 2002, a través del caso
“Smith233”, (cuando declaró la inconstitucionalidad del corralito fijado en el DNU 1570/01),
donde se estableció que los medios elegidos por el PEN para alcanzar los fines propuestos no
debían ser irrazonables. Está claro que lo irrazonable es lo “arbitrario”. De esta forma, resulta
irrazonable violentar la “división de poderes” (propia del sistema republicano, art.1 CN), tan
solo para fijar antojadizamente un “día feriado” o para otorgar “créditos” para viviendas, pues
no existe una “fuerza mayor” tal, (eje: desastre natural), que impida la intervención del PLN.
La Ley 26122 reglamentaria de los DNU fue impulsada por la otrora senadora
Cristina Fernández de Kirchner (FPV-Buenos Aires), y generó en aquel entonces serios
cuestionamientos en su debate y discusión parlamentaria, atenta la facultad del Congreso de
derogarlos o ratificarlos pero sin plazo perentorio (ver hoy el art.22 de la ley 26122).
Mientras tanto, el DNU mantiene su vigencia bajo el argumento de que el Congreso no puede
expresarse tácitamente en cuanto al rechazo. La oposición buscó sin éxito que se impusiera
un plazo (que iba de los 15 a los 40 días) para que una vez vencido sin un pronunciamiento
del Congreso los decretos quedaran automáticamente derogados. Pero el oficialismo y sus
aliados del peronismo bonaerense y sectores de la UCR, impusieron el proyecto tal como llegó
del Senado por 139 votos a favor y 92 en contra. La oposición también había propuesto un
mayor número de miembros para la CBP al efecto de garantizar la representación de las
minorías.
Según el texto de ésta ley –arts.20 y 21-, las Cámaras están obligadas a dar inmediato
y expreso tratamiento de lo resuelto por la comisión y sólo pueden aceptar o rechazar el DNU
–art.22 y 23-, sin facultades para modificar el contenido del mismo. Lo curioso es que la
derogación de un decreto exige la voluntad en tal sentido de “ambas” Cámaras, pero para su
aprobación se “interpreta” que basta tan solo con el voto mayoritario de una sola. Ello
significa que mientras para que el Congreso pueda sancionar una ley formal, una norma
superior –como la CN- le exige la aprobación del proyecto por las dos cámaras del Congreso,
pero para la sanción de una ley material de sustancia normativa como un DNU, una ley
inferior –como la 26122- exige tan sólo la aprobación de una sola de la cámaras, lo cual no es
una “sutileza legal” sino una “interpretación inconstitucional” de la ley, lo que debe ser
corregido ó por la vía del PLN a través de la sanción de una nueva reglamentación de los DNU,
pues aquí se llega a la contradicción de que “se puede lo menos y no lo mas”, ó por la vía del
PJN a través de un fallo de la CSJN que declare la “inconstitucionalidad” de la interpretación
del art.24 de la Ley 26122, por no ajustarse a los principios y normas parlamentarias
emergidas de la CN para el procedimiento de elaboración, formación y sanción de leyes,
utilizando las técnicas de modulación de sentencias llamadas de “interpretación conforme”.
284
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
285
funciones previsto en el art.1 CN por haberse incorporado los DNU a la Carta Magna, dado que
la reforma del 94´buscó atenuar al PEN y fortalecer el PLN”..
Como en los tiempos de crisis originados por el corralito y la pesificación, el PEN
restringió –al límite de casi suprimir- el ejercicio del derecho de propiedad a través de los
DNU237, en la actualidad por vía del mismo reglamento de excepción, se busca por el Gobierno
bajo ésta “persistencia” señalada, no suprimir un “derecho”, sino una “declaración”
constitucional -la del art.1 CN-, cual resulta ser la más importante de nuestra Carta Magna,
atento que determina la forma “republicana” de gobierno, cuyo aspecto más trascendente es
la división de funciones del poder, carácter imborrable de un Estado de Derecho.
V) CONCLUSIONES
Con la emisión por el PEN del DNU 902/12 por el cual se creó un Fondo Fiduciario
Público denominado "Programa de Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única
Familiar" (PRO.CRE.AR), se corroboró tiempo atrás una firme decisión política de los
Gobierno de turno en ejercicio del órgano ejecutivo, de “persistir” en la utilización “abusiva” e
“inconstitucional” los DNU.
A ello se suma, el peligroso desconocimiento de la autoridad de la doctrina judicial
vigente y vinculante de la CSJN, intérprete final de la CN, fijada en la causa “Consumidores
Argentinos”.
Aconsejamos como imperioso, la urgente reforma de la Ley 26122 reglamentaria de
los DNU, especialmente en cuanto refiere a los mecanismos de conformación de las mayorías
para aprobar o “desaprobar” los DNU.
Como se observó, si se mantiene ésta situación de arbitrariedad y falta de control de
los DNU, el costo no será otro que seguir tolerando la violación de la forma “republicana” de
gobierno, en su aspecto más trascendente como es la división de funciones del poder,
elemento indispensable de un verdadero Estado de Derecho.
CUESTIONARIO
1) ¿CUALES SON LOS ARGUMENTOS MÁS IMPORTANTES EXPUESTOS POR LA CSJN EN EL CASO?;
286
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
15 DE ABRIL DE 2014
Al tiempo en que se sancionó la Constitución histórica -en 1853 y, luego y a fin de que
la Provincia de Buenos Aires se incorporara a la Federación, se la reformó en 1860- el
poder concreto y simbólico de la representación democrática residía en el Congreso de la
Nación. Expresado de otro modo, el siglo XIX fue el tiempo político institucional de las
Asambleas y los Congresos en los que, además, los sistemas federales incluían en una de
las Cámaras del Poder legislativo, la representación igualitaria de los estados locales. En
nuestro país, de las provincias.
En el Poder Legislativo, en consecuencia, residía la atribución simbólica y concreta de
hacer las leyes y, por esa vía y en especial, la de reglamentar los derechos constitucionales
cuidando de no alterarlos. Por eso, el Art. 14 de la Constitución Nacional principia por
establecer la declaración de derechos de los habitantes del país, que se gozarán conforme
a las leyes que reglamentan su ejercicio. A más de ello y por ello, en ese ideario, el
principio de legalidad o reserva de ley funcionó como un límite constitucional de
protección de la libertad de los habitantes del país, en general (Art. 19) y como una
seguridad especial en determinadas materias, la tributaria y la penal en especial (Art. 4º,
17 y 52 y Art. 18 de la Constitución).
Pero esa primacía del Congreso -en la metodología de la Constitución argentina es el
primero que se organiza y al que se le asignan atribuciones- no obsta a la existencia de un
239Fuente: Dra. María Angelia Gelli. Sup. Const. 2014 (julio) , 75. LA LEY 2014-D , 210 Cita
Online: AR/DOC/2290/2014.
Nota del editor: la explicación expuesta no exime al alumno de la cuidadosa lectura del fallo íntegro y del análisis
de los fundamentos vertidos en el mismo por los magistrados.
287
presidente de la Nación poderoso, por las muchas potestades de las que dispone. Entre
ellas, la de constituirse en poder colegislador, presentando proyectos de ley,
observándolos total o parcialmente -luego de que hayan sido sancionados por el
Congreso- y hasta promulgarlos parcialmente después de efectuado el veto parcial, esta
última atribución excepcional, habilitada expresamente en la reforma de 1994 (Art. 77, 80
y 83 de la Constitución Nacional, respectivamente).
Además, el presidente de la Nación está explícitamente atribuido para expedir "las
instrucciones y reglamentos que sean necesarios para la ejecución de las leyes de la
Nación, cuidando de no alterar su espíritu con excepciones reglamentarias" (Art. 99, inc.
2° de la Constitución Nacional). Esta competencia tiene por objetivo aplicar la ley,
ejecutarla, hacerla operativa disponiendo los pormenores y detalles para tal fin y es de
diferente naturaleza a la que emplea el Congreso al reglamentar los derechos
constitucionales. Por de pronto, el Poder Ejecutivo solo puede ejercer la atribución
reglamentaria luego de que el Poder Legislativo dicte la ley, que sea promulgada y
publicada. El presidente de la Nación está limitado por lo que dispone el Congreso, debe
de ajustarse a los parámetros establecido por éste y hasta tanto el Poder Legislativo haya
dejado espacio para ser completado por la administración, por cierto, luego de haber
trazado una clara y precisa política legislativa, sin delegaciones de poderes propios que le
corresponden y operan como garantía de la representación que invisten de los
destinatarios de las disposiciones normativas.
Claro que es más sencillo definir las diferencias entre la ley reglamentaria de
derechos constitucionales y los denominados reglamentos de ejecución o decretos
reglamentarios de las leyes que emite el presidente, que formular, en los hechos, los
límites que no deben trasponer unos u otros para mantener incólume el principio de
división de poderes. Es decir, por parte del Congreso, el de no otorgar de modo laxo
espacios para reglamentaciones extensivas y excesivas y, por parte del presidente de la
Nación, el de no reglamentar más allá de lo habilitado en la misma ley. En este punto, del
principio de subordinación de la administración a la legislación240 surge un doble límite
para el presidente, el que emana de la ley que deberá reglamentar -si así procede, pues no
todas las leyes requieren reglamentación- y el de la Constitución, que estable la jerarquía
superior de la ley por sobre el decreto reglamentario.
Sin embargo y con ser tan claros los principios enunciados, ya antes de la reforma
constitucional de 1994, las transformaciones del Estado moderno y el crecimiento de su
papel como gestor del bien común, del Estado de bienestar, se planteó la procedencia
constitucional de la delegación legislativa y de los reglamentos delegados, diferenciando, a
estos últimos, de los decretos reglamentarios. Fue en la década de 1960 en la que más
creció aquella delegación, en el entendimiento de que el deber del Congreso se cumplía
con el establecimiento de una política legislativa general y amplia de cual emergiera, clara,
la voluntad política del legislador. El siglo XX fue, pues, del protagonismo del Poder
Ejecutivo. Por eso, en aquella misma década y con similares argumentos acerca de la
mayor eficiencia del Poder Ejecutivo para resolver los problemas con la inmediatez
necesaria, se convalidó por la Corte Suprema la jurisdicción administrativa, si bien con
control judicial suficiente y posterior241. Como puede advertirse, se transformaba el
240 Cf. BIDART CAMPOS, Germán J. -Manual de Derecho Constitucional Argentino- Ediar. Buenos Aires, 1997, Pág.
664.
241 Cf. En especial, consid. 5 de la mayoría de fundamentos en Fernández Arias, Fallos 247-646 (1960). Dijo el
Tribunal que "el reconocimiento de facultades jurisdiccionales a órganos administrativos...se asienta en la idea de
que una administración ágil, eficaz y dotada de competencia amplia es instrumento apto para resguardar, en
determinados aspectos, fundamentales intereses colectivos de contenido económico y social". Con cita, entre
otros, del célebre precedente "Inchauspe Hnos. c/ Junta Nacional de Carne", Fallos 199:483 (1944). En este
precedente se había alegado la violación de varios derechos constitucionales, entre ellos el principio de legalidad.
La Corte Suprema, en el caso, distinguió un impuesto en términos estrictos de un aporte, una carga y sostuvo que,
288
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
de todos modos, el máximo porcentual de ese aporte estaba establecido por la ley y la Junta Nacional de Carnes lo
había fijado dentro de ese porcentaje. Cf. consid. IX y XI. Puede verse el análisis de Susana CAYUSO de esta
sentencia, desde la perspectiva del federalismo, en MILLER, Jonathan - GELLI, María Angélica - CAYUSO, Susana -
Constitución y Poder Político- Tomo 2. Astrea, Buenos Aires, 1987. Pág. 999/1000.
242 CSJN, Fallos 148:430 (1927). Formulé el análisis crítico a esta sentencia en MILLER, - GELLI, - CAYUSO, Susana.
Alfonso (h) -THURY CORNEJO -Tratado sobre la delegación legislativa. Régimen constitucional antes, durante
y después de la reforma constitucional- Universidad Austral. Ábaco de Rodolfo Depalma. Ciudad de Buenos
Aires2003. Prólogo de Alberto. B. Bianchi.
244 Cf. Consid. 13 y 14 de la mayoría de fundamentos en "Cocchia vs. Nación Argentina", Fallos 316: 2624
(1993). De todos modos esa mayoría estuvo integrada solamente por cuatro jueces en una Corte Suprema de,
entonces, nueve miembros. Y que aunque admitió como válida la delegación con la suma de una concurrencia,
declaró la irrazonabilidad de parte de la normativa del decreto delegado.
289
Para justificar esas delegaciones se ha argumentado que constituyen "una exigencia del
buen gobierno en el Estado moderno". "La delegación de facultades legislativas de la
asamblea en el gobierno se ha convertido en una manifestación universal de la época
tecnológica" sostiene Loewenstein, sin distinguir entre sistemas parlamentarios y
presidencialistas: antes bien, señala el carácter universal de la tendencia246
Aunque ello resulta fácilmente constatable, en las repúblicas democráticas de
gobiernos fuertemente presidencialistas, como lo es la Argentina, la delegación de
facultades legislativas no solo atenúa el principio de división de poderes -que es un
reaseguro contra las arbitrariedades y los abusos de poder- sino los mecanismos de
control, pues no existen instrumentos políticos que puedan evitar los excesos
administrativos o la pérdida de confianza del electorado por esas mismas
extralimitaciones, tales como el voto de desconfianza que lleve a la caída del gobierno o de
la disolución de las Cámaras. La inclusión de la figura del jefe de Gabinete de Ministros en
la reforma de 1994, y la posibilidad de que este funcionario pueda ser removido mediante
el mecanismo de la interpelación y el voto de censura emitido por la mayoría absoluta de
los miembros de cada una de las cámara del Congreso (Art. 101 de la Constitución
Nacional) no ha generado ningún tipo de control específico por parte del Poder
Legislativo.247
En consecuencia, el eventual control de la flexibilidad inconstitucional del Poder
Legislativo en las delegaciones que dispone; de las exuberancias reglamentarias de la
Administración o de ambos en los casos concretos, queda en poder de los tribunales y de
la Corte Suprema, última instancia en el orden local. Las dificultades para el ejercicio de
este control son notorias, porque los poderes políticos que emergen de las elecciones
populares lo perciben como interferencias inaceptables a las soluciones que arbitran para
los problemas generales. Se necesita una larga y reiterada práctica de independencia
judicial y de sostén, por parte de la sociedad, de las decisiones de sus jueces para que ese
control, que debe ser prudente y vigoroso a la vez, sea aceptado por el poder político y
consecuentemente obedecido. Tal vez por ello, antes de la reforma constitucional de 1994
la Corte Suprema convalidó las delegaciones cada vez más frecuentes pero vaciló en darles
ese nombre 248
Las razones que justificaron las crecientes atribuciones delegadas en el Poder
Ejecutivo fueron de necesidad, conveniencia u oportunidad, acciones destinadas a dotar
de mayor eficiencia la gestión gubernamental en términos de prontitud y flexibilidad ante
las cambiantes circunstancias externas e internas, ordinarias o extraordinarias que
pudieran presentarse. En los hechos, las delegaciones del Congreso en el presidente de la
Nación o en los órganos de la administración fue constante, creciente y desbordó toda
246 Cf. consid. 24 del voto en concurrencia del juez BOGGIANO, en "Cocchia vs. Nación Argentina", Fallos 316: 2624
(1993).
247 La novedad acerca del papel del jefe de Gabinete de Ministros sucedió en 2013 cuando el designado por la
titular del Poder Ejecutivo inició la práctica de brindar conferencias de prensa, por la mañana temprano. En esos
breves encuentros con los periodistas, el funcionario se refiere a cuestiones ríspidas del ejercicio gubernamental o
trasmite el pensamiento de la Presidenta sobre diferentes problemas, preservando la figura de ésta del desgaste
político. Lo consiga o no, esa fue, en la República Argentina, una de las funciones que motivó la creación de la
jefatura de Gabinete en la reforma constitucional de 1994.
248 Al reconocer la constitucionalidad de un aumento mínimo de salarios impuesto por decreto, la Corte Suprema
dijo: "Tratándose de materias que presentan contornos o aspectos tan peculiares, distintos y variables que al
legislador no le es posible prever anticipadamente la manifestación concreta que tendrán en los hechos, no puede
juzgarse inválido, en principio, el reconocimiento legal de atribuciones que queden libradas al arbitrio razonable
del órgano ejecutivo, siempre que la política ejecutiva haya sido claramente establecida, [en ese caso] el órgano no
recibe una delegación proscripta por los principios constitucionales, sino que, al contrario, es habilitado para el
ejercicio de la potestad reglamentaria que le es propia (Art. 86, inc. 2°), cuya mayor o menor extensión depende
del uso que de la misma potestad haya hecho el Poder Legislativo" "Prattico c/Basso y Cía" Fallos 246:345 (1960).
La cita de este precedente fue reiterada por el Tribunal. También en el voto de la mayoría de fundamentos en
“Camaronera Patagónica” S.A. c/Ministerio de Economía y otros s/ amparo. C.S. C. 486. XLIII (2014). Cf. consid. 10.
290
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
medida aunque se pretendiera comprimirlas entre los bordes de las mentadas políticas
legislativas claras. El principio de la división de poderes parecía no poder mantenerse
incólume ante las necesidades ordinarias del Estado moderno que requerían mayores
reglamentaciones administrativas.
A más de ello, el Art. 76 introducido en la Constitución Nacional en 1994- estableció
como excepción en dos casos -emergencia pública, es decir, razones extraordinarias, y
cuestiones determinada de administración- la atribución legislativa para disponer
delegaciones en el presidente de la Nación. Se institucionalizó, de ese modo, atribuciones
que se sumaron a la reglamentación legislativa, ya existente, del Art. 99, inc. 2 de la
Constitución. Aunque, debe señalarse, esos dos tipos de decretos, los reglamentarios y los
delegados, deben dictarse respecto de leyes diferentes porque, "las bases a las cuales debe
sujetarse el poder delegado [en la hipótesis del Art. 76 de la Constitución Nacional] no
pueden ser objeto de reglamentación por el Poder Ejecutivo" .249
Al mismo tiempo que se habilitaban esas nuevas delegaciones, en la cláusula
transitoria octava, la Constitución de 1994 reconoció la existencia anterior de legislación
delegada y, además, la convalidó. Ello así, porque dispuso -privilegiando la seguridad
jurídica de las múltiples relaciones nacidas al amparo de esas normativas- un plazo de
caducidad de cinco años de la legislación delegada preexistente que no tuviera plazo
establecido para su ejercicio - a partir de la vigencia del Art. 76 de la Constitución- excepto
aquella que el Congreso ratificara expresamente por una nueva ley. Es decir, dio un plazo
amplio al Congreso para que decidiera qué hacer con las delegaciones que había
sancionado anteriormente.
Así, pues, el Art. 76 y la cláusula transitoria octava plantearon soluciones no del todo
claras sobre el alcance, justificación y término de nuevas delegaciones por causa de
emergencia pública y cuestiones determinadas de administración y acerca de la
delegación anterior, vigente o eventualmente ratificada. Debe tenerse en cuenta que la
normativa delegada que se dicte en consecuencia y con invocación del Art. 76 de la
Constitución Nacional, debe ser controlada por el Congreso de conformidad con un
procedimiento especial, establecido por ley del Congreso, respetando los requisitos
dispuestos en el Art. 100, inc. 12 y en lo que fuera aplicable, en el Art. 99, inc. 3º, ambos de
la Constitución Nacional. En cambio, la delegación anterior a 1994 para mantener su
vigencia debe ser ratificada por el Congreso. En consecuencia, los trámites de
convalidación de ambos tipos de normas, son diferentes y tienen efectos sobre los
eventuales decretos delegados, dictados en razón de leyes delegantes sancionadas antes o
después de la reforma constitucional de 1994.
Así, lo que hizo o dejó de hacer el Congreso, en especial lo referido a la delegación
anterior -en la que se incluyó tanto la ley delegante y como los decretos delgados o la
normativa subdelegada- tiene una importancia sustantiva para la seguridad jurídica y
genera problemas adicionales de constitucionalidad.
El análisis que efectuó y las decisiones que tomó la Corte Suprema en “Camaronera
Patagónica” -en realidad, lo que emerge de los votos emitidos por los ministros del
Tribunal en esa sentencia- permite conocer y considerar el estado de la cuestión sobre
alguno de aquellos problemas.
249 Cf. Art. 11 de la ley 26.122 (B.O 28/7/2006). Esta ley de reglamentación del trámite de los decretos de
necesidad y urgencia, de los decretos delegados y de los decretos de promulgación parcial de leyes, acertó en este
punto. Di razones de ello en GELLI, María Angélica -Constitución de la Nación Argentina. Comentada y concordada-
Editorial La Ley. Cuarta Edición ampliada y actualizada. 6º Reimpresión. Buenos Aires, 2013. Tomo II. Pág. 278. No
obstante, la ley 26.122 -a más del retardo con el que se la sancionó- violó el Art. 82 de la Constitución Nacional, al
establecer que la derogación de esos decretos procede por el rechazo de ambas Cámara del Congreso. Basta el
silencio de alguna de estas para que esas normas permanezcan vigentes.
291
II. EL CASO "CAMARONERA PATAGÓNICA” Y LAS PECULIARIDADES DEL CONFLICTO Y DE LA
DECISIÓN DE LA CORTE SUPREMA
250 Cf. consid. 4º de la concurrencia del juez ZAFFARONI en “Camaronera Patagónica S.A."
251 Cf. consid. 6º de la mayoría de fundamentos integrada por los jueces. LORENZETTI, FAYT y MAQUEDA en
“Camaronera Patagónica S.A.". También en consid. 6º de la disidencia conjunta de los jueces PETRACCHI y
ARGIBAY, quienes citan, al respecto, los debates en la Convención Constituyente de 1860 y su mantenimiento
como impuesto nacional hasta 1866 en el que debía cesar. Llegada esa fecha, la Convención de entonces suprimió
el límite temporal, subsistiendo, hasta hoy, los derechos de importación y exportación como recursos del Tesoro
nacional.
252 Cf. consid. 11 de la concurrencia del juez ZAFFARONI en “Camaronera Patagónica S.A."
253 Cf. “Camaronera Patagónica S.A.". Según surge del sitio oficial de la Corte Suprema en INTERNET, Secretaría de
Jurisprudencia, el primer voto fue integrado por los jueces LORENZETTI, FAYT y MAQUEDA. Concurrió por su voto
el juez ZAFFARONI. Votaron en disidencia conjunta los jueces PETRACCHI y ARGIBAY. No votó la jueza HIGHTON
de NOLASCO.
292
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
normativa debió de dictarse por el presidente de la Nación, único sujeto que puede ejercer
la atribución delegada.254
La delegación que el Estado invocó para justificar la constitucionalidad de la
Resolución 11/02 tiene su singularidad. En efecto, por un lado, la demandada fundó la
norma delegada -la mentada resolución- en la ley de emergencia pública 25.561,
sancionada en 2002, después de la entrada en vigencia del Art. 76 de la Constitución
Nacional. Por otro lado, invocó el Art. 755 del Código Aduanero, ley 22.415 dictada en
1981, es decir, una ley anterior a la sanción del Art. 76 de la Constitución Nacional .255
Pero, dijo la mayoría la Corte Suprema en todos sus votos, ni la ley 22.415 -Código
Aduanero- ni "mucho menos" la ley 25.561 -emergencia pública (2002)- establecieron con
mínimos recaudos, los elementos esenciales de los tributos.256
En suma y dado que las supuestas leyes delegantes emitidas por el Legislativo no
habían delegado con claridad y precisión en el Poder Ejecutivo -entre límites acotados-la
facultad que éste había ejercido, cabía interrogarse si había existido, después de ello,
alguna voluntad del Congreso, general o específica, acerca de lo dispuesto en la
Resolución11/02, que la validara constitucionalmente y con qué alcance.
La otra singularidad del caso corre por cuenta de la sentencia de la Corte Suprema.
Como tantas otras veces, el fallo fue emitido por mayoría de fundamentos. En este caso,
por tres jueces y una concurrencia. Para resolver el conflicto concreto y puntual que se
planteó, conforme a la ley, se obtuvo la mayoría estricta de cuatro ministros sobre la
totalidad de siete jueces que entonces conformaban el Tribunal. Pero el interrogante se
suscita acerca de si deriva algún precedente hacia el futuro porque, según lo interpreto, en
la concurrencia existe un considerando que, como se verá, acota los márgenes de la
eventual regla contenida en el fallo.
III. FINALIDAD DE LOS DERECHOS DE EXPORTACIÓN Y GARANTÍAS DE LOS CONTRIBUYENTES
Resulta apropiado subrayar que para la mayoría de la Corte Suprema los tributos "y
con particular relevancia... las gabelas sobre el comercio exterior" tienen una doble
finalidad: a) de recaudación, para proveer de recursos al Tesoro público y b) de "valioso
instrumento de regulación económica". Así, es reconocida la "función de fomento y
asistencia social del impuesto". Esa función linda, en ocasiones con el ejercicio del poder de
policía y responde a las exigencias del bien común cuya satisfacción ha sido prevista en la
Constitución Nacional, como uno de los objetivos del poder impositivo.257
Esa finalidad de los tributos unida a la realización del bien común, económico y social,
es relevante, en la doctrina de la Corte Suprema, en materia de derechos de exportación y
eventuales y necesarias delegaciones acotadas. El Tribunal se refiere a los límites posibles
entre un baremo máximo y mínimo, es decir entre escalas, tablas o índices precisos. Este
tipo de delegación resulta admisible porque "los derechos aduaneros están íntimamente
ligados a las continuas fluctuaciones que presenta el comercio internacional y, por esa razón,
en esta materia es indispensable contar con herramientas que permitan adecuar, en forma
254 El criterio de la Cámara se ajusta a lo dispuesto por el Art. 100, inc. 12 de la Constitución Nacional, en tanto la
norma dispone que "corresponde al jefe de gabinete de ministros, refrendar los «decretos» que ejercen facultades
delegadas, los que estarán sujetos al control de la Comisión Bicameral Permanente".
255 Ley 22.415 (B.O.23/3/1981. Videla- Martínez de Hoz-). Como se advierte, el Código Aduanero fue dictado por
un gobierno de facto pero, en este caso, las autoridades estatales no lo impugnan por esa causa sino que se valen
de sus disposiciones para seguir emitiendo normativas delegadas.
256 Cf. consid. 9º de la mayoría de fundamentos. En el mismo sentido, consid. 28 de la concurrencia en
"Camaronera Patagónica S.A.". Por su lado en consid. 16 y 17, la disidencia sostuvo que las normas delegantes
invocadas por el Estado no tiene un estándar inteligible para fijar los tributos de la Resolución 11/02; la norma es
laxa o vaga, el legislador no definió con toda claridad los elementos del tributo.
257 Cf. consid. 7º de la mayoría de fundamentos en “Camaronera Patagónica S.A.", con cita de varios precedentes,
entre ellos "Santa Cruz, Provincia de c/ Y.P.F. Sociedad del Estado". Fallos316:42 (1995).
293
ágil, los instrumentos estatales de política económica a efectos de que, entre otros objetivos,
puedan protegerse la producción local, los precios en el mercado interno o las condiciones de
competitividad de nuestros bienes en el exterior".258
Sin embargo, pese a esa admisión de la constitucionalidad de la delegación legislativa
en materia tributaria -respetando determinados límites- la Corte sostiene que ello no debe
afectar de ninguna manera el principio de legalidad o reserva de ley que garantizan los
Art. 4º y 17 de la Constitución Nacional. La exigencia para el Congreso es estricta; debe de
establecer una clara política legislativa en la que la voluntad de este poder se haya
expresado de modo expreso, concreto y estableciendo límites precisos dentro de los
cuales la Administración podrá disponer la alícuota del impuesto aplicable. Es decir, el
Poder Legislativo debe establecer los elementos esenciales que integran el tributo: "el
hecho imponible, la alícuota, los sujetos alcanzados y las exenciones".259
IV. LA SENTENCIA DE LA CORTE SUPREMA: DE LOS PRINCIPIOS A LA DECISIÓN
En “Camaronera Patagónica” se reiteraron principios cardinales del sistema ya
establecidos y consistentes con la república democrática y los derechos personales:
a) El control de constitucionalidad "constituye la primera y principal misión del
Tribunal" (al sostener que los argumentos fácticos y procesales de la apelante no tienen
entidad para refutar ni dilatar el control por la vía del amparo)260
b) Como ya se adelantó, los derechos de exportación son tributos, tienen naturaleza
impositiva. Lo sostuvieron tanto la mayoría de fundamentos, como la concurrencia -ésta
con profusa cita de legislación comparada y precedentes de la Corte argentina 261como la
disidencia, haciendo mérito de que en nuestro país los derechos de exportación se han
utilizado bajo la denominación de retenciones.262
c) Dado que las retenciones o derechos de exportación son tributos, al establecerlos
debe de cumplirse con lo dispuesto por los Art. 4º, 17 y 52 de la Constitución Nacional. El
principio en virtud del cual sólo el Congreso puede fijar los tributos es "consolidada
doctrina", tanto en el establecimiento del impuesto como en la modificación o la
ampliación éstos. Por el principio de reserva de ley está prohibido disponerlos por medio
de decretos de necesidad y urgencia.263
258 Cf. consid. 9º y 10 de la mayoría de fundamentos en “Camaronera Patagónica S.A." (Bastardillas agregadas). En
el mismo sentido cf. consid. 10 de la concurrencia del juez ZAFFARONI: "Los tributos 'constituyen un valioso
instrumento de regulación de la economía. Complemento necesario del principio, de raigambre constitucional, que
prevé atender al bien general...al que conduce la finalidad de impulsar el desarrollo pleno y justo de las fuerzas
económicas' (Fallos 310: 2443)". La sentencia citada por este ministro "Cerro Castillo S.A. c/Chubut, Provincia de"
(1987) consideró constitucional y no discriminatoria la decisión de la Provincia que fijó un valor sobre los
recursos que se obtengan de la explotación minera.
259 Cf. consid. 8º de la mayoría de fundamentos y, de modo más general, consid. 26 y 27 de la concurrencia en
conocidos precedentes: "Video Club Dreams" Fallos 318: 1154 (1995) y "Famyl S.A.", Fallos 323: 2256 (2000). Cf.
consid. 5º de la concurrencia del juez ZAFFARONI. En el consid. 7º de su concurrencia, este magistrado enfatizó, de
todos modos, que el control de constitucionalidad constituye la última ratio; que requiere, para ejercerse, perjuicio
concreto -lo que debe de examinarse en el caso de la actora- pues la sentencia que se dicte en “Camaronera
Patagónica” no tendrá efecto para privar de valor erga omes a las normas impugnadas. Con cita de la disidencia de
los jueces LEVENE y BARRA en "Jorge Homero Abud c/Provincia de Buenos Aires", Fallos 314: 1186 (1991. La
disidencia citada había rechazado la acción declarativa de inconstitucionalidad considerando que el reclamo de los
escribanos contra la ley, implicaba la alegación de un eventual daño económico, sin acto que demostrara el
perjuicio aludido.
261 Cf. consid. 10, 13 y 15 de la concurrencia en “Camaronera Patagónica S.A.".
262 Cf. consid. 6º y7º, respectivamente, de la disidencia conjunta de los jueces PETRACCHI y ARGIBAY en
“Camaronera Patagónica S.A.", con cita de Juan Bautista ALBERDI acerca de los derechos de las aduanas.
263 Cf. consid. 8º de la mayoría de argumentos en "Camaronera Patagónica S.A.".
294
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
264 Cf. consid. 9º de la mayoría de argumentos en “Camaronera Patagónica S.A.", con cita del precedente "Pattico",
Fallos 246: 345 (1960) Analicé esta sentencia en MILLER - GELLI - CAYUSO. Ob. Citada en nota 2. Tomo 2. Astrea.
Buenos Aires, 1987. Pág. 698/702.Cf. consid. 23 de la concurrencia en la que se sostuvo que: "la prohibición que
establece el principio de legalidad tributaria rige también para el caso que se actúe mediante el mecanismo de la
delegación prevista en el Art. 76 de la CN, pues «ni un decreto del PE ni una decisión del jefe de Gabinete de
Ministros pueden crear válidamente una carga tributaria ni definir o modificar, sin sustento legal, los elementos
esenciales de un tributo». "La Bellaca", Fallos 319: 3400 (1996).
265 Cf. concia. 11 de la mayoría de fundamentos y concia. 32 de la concurrencia en “Camaronera Patagónica S.A.".
Este último voto se refirió a esas leyes como las que «ratificaron» o «aprobaron» la legislación delegada.
266 Leyes 25.148 (B.O. 24/8/1999); 25.645 (B.O. 9/9/2002); 25.918 (B.O. 24/8/2004); 26.135 (B.O. 26/8/2006);
26.519 (B.O. 26/8/2009), en este caso la prórroga fue por un año. Cf. consid. 11 de la mayoría de fundamentos y
consid. 32 de la concurrencia en “Camaronera Patagónica S.A.".
295
legislativa expresada en ese sentido, aunque se haya manifestado de un modo general y
sin precisar una por una las normas que se aprobaban.267 La certeza acerca de que la
mayoría del Tribunal está dispuesta a ser muy amplia y flexible sobre el modo en que el
Congreso aprueba la normativa delegada, surge de la cita en “Camaronera Patagónica“ del voto
en disidencia del juez Maqueda en el caso "Caligiuri" .268 En efecto, en este caso se trataba
de un decreto de necesidad y urgencia (DNU) en materia de reducción de salarios, que se
consideró aprobado -antes de la sanción de la ley de control de esos decretos- por una ley
general, la 25.453 denominada de Déficit Cero.
En cambio, la disidencia en “Camaronera Patagónica” es estricta a la hora del
resguardo del principio de legalidad tributaria. Con cita del precedente emitido en
"Colegio Público de Abogados" reiteró las reglas establecidas en materia de delegación: a)
la que carece de base alguna, está prohibida; b) si las bases de delegación son vagas o
indeterminadas, para que el poder judicial las convalide, el presidente debe demostrar
que la disposición dictada estuvo basada en una política del Congreso 269. A más, y en
materia tributaria, la disidencia sostuvo que la eventual ratificación del Congreso nunca
puede ser retroactiva y debe efectuarse de "manera clara y explícita que pueda ser
entendida...como un aval de los contenidos de la norma que se ratifica".270
V. EL PROBLEMA DE LA EXTENSIÓN DE LA REGLA CREADA ¿HAY UNA DOCTRINA DEL TRIBUNAL
SOBRE RETENCIONES?
En suma, de la doctrina del Tribunal emerge sin discusión: a) que las retenciones son
impuestos; b) por ello, debe respetarse el principio de legalidad en su establecimiento; c)
se admite la delegación legislativa cuando el Congreso ha establecido una clara política
legislativa que, en materia de impuestos, exige la definición de todos los elementos de los
tributos y, en el porcentual de la alícuota, máximo y mínimos determinados o, a lo menos,
los máximos; d) si la política legislativa no está claramente definida y, por ende, la
normativa delegada no encuentra fundamento en las bases de delegación, el Congreso
puede aprobar a futuro y de modo general, las disposiciones delegadas, incluidas las
resoluciones ministeriales; e) esa aprobación no tiene efectos retroactivos. Para la
disidencia no tiene efecto aprobatorio alguno. Según este voto, la conclusión a la que llegó
le eximió de expedirse acerca del sujeto de la delegación.
La impugnación de la Corte Suprema a la delegación sin límites precisos, en materia
de derechos de exportación de mercancías establecida en el Art. 755, fue considerada un
golpe de gracia a las retenciones. Sin duda, esa norma debe suprimirse o modificarse. Es
incompatible con el principio de legalidad tributaria y deja en manos de burocracias
técnicas, usualmente necesitadas de recursos por las ineficiencias en la gestión, los
derechos de las personas y las seguridades de la propiedad, sin beneficio -en el mediano y
largo plazo- para nadie, porque ello tiene costos en términos de seguridad jurídica y
debilitamiento de la inversión productiva. Y ello, más allá de la constitucionalidad de los
derechos aduaneros, siempre que respeten el principio de reserva de ley y la
razonabilidad.
Sin embargo, la regla en virtud de la cual una norma delegada sin sostén en la
normativa delegante que no haya sido aprobada, aunque sea de modo general por el
296
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
297
298
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
• Reserva de ley ma non troppo: la Corte admite que el Congreso haga una ley base que
le permita al Ejecutivo elevar y disminuir alícuotas, bajo una clara política legislativa.
• Por otra parte, asume que el Congreso al ratificar legislación delegada (en este caso,
de retenciones) ha subsanado el vicio de origen.
• Por esto último, en el caso en cuestión. la invalidez afecta sólo a un período de marzo
y agosto de 2002, desde que el Ejecutivo puso la retención hasta que el Congreso
ratificó todo lo ejercido en materia delegativa por el Poder Ejecutivo con la ley
25.645. Y de esa manera subsana el vicio de origen (es el criterio de la mayoría, no
compartido por Petracchi y Argibay, que no le asignan tal efecto).
• Saliendo del caso puntual: estas leyes ratificatorias "ómnibus" se repitieron, con
vencimientos estacionales en diversos agostos. La anteúltima es la ley 26.135 que
bajo el criterio de la Corte cubre y legitima toda "retención" dispuesta por normativa
delegada hasta agosto de 2006.
• Ahora bien: en 2009 se rompe el patrón y la ley 26.135 no contiene una cláusula que
expresamente ratifique lo actuado por el Ejecutivo, como venía sucediendo hasta
entonces.
• Esto provoca que el último aumento de retenciones de 2007 (Resoluciones 368 y 369
de 2007, previas a la "famosa" Resolución 125 de 2008) no tenga la ratificación del
Congreso que la Corte exige como condición de validez. Para poner esto en números y
272 Blog Saber Derecho. Publicado el día 15.04.2014. Consultado el dúa 15.07.2017.
299
en ejemplos las retenciones previas (esas sí cubiertas por su correspondiente
"ratificación") eran del 27,5% y subieron al 35% para la soja, mientras que girasol
pasó de 23,50 al 32 % y trigo pasó del 20% al 28%.
• Si esto es verdad, las "retenciones" actuales -modelo 2007- tienen el mismo problema
de constitucionalidad que la Corte encuentra en "Camaronera": falta de ratificación
por parte del Congreso, ante un derecho de importación dictado sin una política
legislativa discernible. Nótese la congruencia de la Corte con esto que decíamos aquí en
2010 (ver "3.5").
• Hacia atrás, veo difíciles los reclamos retroactivos: hay altas chances de concluir que
no se puede pretender la devolución de un pago hecho sin reservas, sin protesto
(doctrina de los actos propios o "acatamiento voluntario").
CUESTIONARIO
5) ¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS EN LAS DISIDENCIAS DE LOS VOTOS DE LOS MINISTROS EN ESTE
FALLO?;
300
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
301
OTRAS MIRADAS
“SOBRE LOS DECRETOS DE NECESIDAD Y URGENCIA” 273
302
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Expresamente, para que no existan dudas al respecto, la citada norma indica que :”El
Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir
disposiciones de carácter legislativo”.
Las normas que hemos transcripto asegura una especial y estricta división de
funciones.
Sin embargo, mientras ese postulado parece cumplirse entre los Poderes Judicial y
Ejecutivo al punto tal que le prohíbe a éste expresamente dictar decretos de necesidad y
urgencia en materia penal o impide el ejercicio de funciones jurisdiccionales para conservar
la vigencia de la garantía del juez natural, asegurando la defensa de la persona y el
patrimonio ante jueces independientes, incluso, por delegación del Congreso, no aparece tan
nítido en la relación con el Poder Legislativo.
Advertido de que la frase “El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de
nulidad absoluta e insanable emitir disposiciones de carácter legislativo”(99.3 CN) o aquella
otra “se prohíbe la delegación legislativa en el Poder Ejecutivo...”(76 CN), regreso a una nueva
274Gelli, María Angélica “Constitución de la Nación Argentina, comentada y concordada, 4o edición ampliada y
actualizada- Tomo II- página 365.
303
lectura del texto constitucional para verificar si la excepción es discrecional o su admisión
por parte del Poder Ejecutivo se hace bajo condiciones de rigurosa excepcionalidad y con
sujeción a exigencias formales, que constituyen una limitación y no una ampliación de la
práctica seguida en el país.
Verifico, una vez más, en el texto literalmente interpretado del artículo 99.3 de la
Constitución Nacional, que el Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso emitir disposiciones
de carácter legislativo. Incluso, la veda legislativa le alcanza siempre en materia penal,
tributaria, electoral, régimen de los partidos políticos y (agrego) frente a la reforma de la
constitución, aunque circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los trámites
ordinarios previstos por la Constitución para la sanción de las leyes.
La norma parece ser clara y no dejar lugar a dudas: La única posibilidad que existe
como excepción a la veda legislativa del Poder Ejecutivo en materias que no se prohíben
expresamente, se configura cuando “circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir
los trámites ordinarios previstos por la Constitución para la sanción de las leyes”.
304
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
305
“SOBRE DECRETOS DE NECESIDAD Y URGENCIA: MITOS, VERDADES,
OMISIONES COGNITIVAS Y UN WORKING PAPER” 275
¿QUIEREN SABER QUÉ DICE LA NUEVA REGLAMENTACIÓN DE LOS DNUS, QUE LLEGA POCO
ANTES DE QUE LA APAGUEMOS LA VELITA NUMERO 12 A LA CONSTITUCIÓN DE 1994?
La ley 26.122 precisa en materia de plazos que la Jefatura de Gabinete tiene diez días
para remitir cada Decreto de Necesidad y Urgencia a la comisión bicameral y ésta, en cambio,
diez días hábiles para que remita a cada recinto su dictamen a favor o en contra. De no
hacerlo, el plenario de cada Cámara quedará habilitado a realizar el control sin plazos; en el
interín, la norma dada por decreto sigue vigente.
Artículo 99 C.N.- Inc. 3 (...) El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena
de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo.
Solamente cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los
trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes, y no se
trate de normas que regulen materia penal, tributaria, electoral o el régimen de los
partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de necesidad y urgencia, los que
serán decididos en acuerdo general de ministros que deberán refrendarlos,
conjuntamente con el jefe de gabinete de ministros.
El jefe de gabinete de ministros personalmente y dentro de los diez días
someterá la medida a consideración de la Comisión Bicameral Permanente, cuya
composición deberá respetar la proporción de las representaciones políticas de cada
Cámara. Esta comisión elevará su despacho en un plazo de diez días al plenario de cada
Cámara para su expreso tratamiento, el que de inmediato considerarán las Cámaras.
Una ley especial sancionada con la mayoría absoluta de la totalidad de los
miembros de cada Cámara regulará el trámite y los alcances de la intervención del
Congreso.
275 Fuente: Blog Saber Derecho. Publicado el día 28.06.2006. Consultado el día 17.07.2017.
306
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Para ponerse en autos sobre la doctrina constitucional, pueden leer esta buena
nota que Felix Loñ publicó en El Dial, muy didáctica.
Uno de los puntos más interesantes de su argumentación es que el sistema que ahora
es ley es inconstitucional pues en la práctica -y ante la omisión de tratamiento- importa
estimar un sentido positivo a ese hecho negativo como voluntad ficta de las cámaras. Como
dice Loñ, en la generalidad de los casos el silencio de las Cámaras posibilita la prolongación
de la vigencia de un DNU sin término. Empero la cuestión es delicada, porque el art. 82 de la
CN efectivamente preve que “La voluntad de cada Cámara debe manifestarse expresamente;
se excluye, en todos los casos, la sanción tácita o ficta” ... pero eso lo dice en el contexto de la
formación y sanción de las leyes, y no de los DNUs, cuyo sistema el constituyente dejó
bastante abierto en el art. 99 inc. 3 C.N.
Nuestro elegido ECG (blog politológico) que esta entre nuestros más preciados y
recientes descubrimientos) revuelve un poco el avispero sobre el saber convencional que
impera en nuestro gremio sobre la cuestión de los Decretos (legislativos) del Ejecutivo.
En primer lugar, ECG pone las cosas en su lugar: la ley no es una regresión con
respecto a la situación que la Corte Suprema había convalidado en fallos como "Verrocchi".
Hoy, a un Presidente minoritario le alcanza con tener 1/3 de las bancas en una de las
Cámaras para sostener un DNU (secuencia: sanción del DNU; derogación vía Congreso;
insistencia del Ejecutivo); luego de esta reforma, un Presidente que no cuente con 1/2 de las
bancas en al menos una de las cámaras no podrá sostener un DNU.
Y en otro post más reciente hace una lectura institucional del asunto e, interpelando
en segunda persona a Alberto Natale -quien en un artículo criticaba al proyecto- le dice que
Como acotación al margen, veo que en ese post se compara el DNU con las "executive
orders" del Presidente de los Estados Unidos. No es lo mismo, a pesar de que sus efectos
puedan llegar a ser tan trascendentes como el de autorizar el bombardeo de un país. Las
"executive orders" pueden ser mejor equiparadas con nuestros reglamentos autónomos y/o
de ejecución -que ni siquiera "pasan" por el Congreso- en el sentido de que no pueden crear
obligaciones a los particulares, y se limitan en principio a competencias originarias del
Ejecutivo o que le han sido deferidas a éste por otra Ley.
307
ALGUNAS COSAS NO DICHAS
Esto último era algo que antes de la ley reglamentaria el presidente no podía hacer y
que ahora sí: dictará el decreto, interín ello el mismo cobra vigencia, y después le basta con
obstruir el trámite "desdecretizador" en una sola cámara, pues...
ARTICULO 24. — El rechazo por ambas Cámaras del Congreso del decreto de que se
trate implica su derogación de acuerdo a lo que establece el artículo 2º del Código Civil,
quedando a salvo los derechos adquiridos durante su vigencia.
De todos modos, creo que el centro de gravedad del control judicial de los decretos no
pasa por ese lado -y dificilmente se encuentre un caso propicio para que veamos doctrina
dicha al respecto- sino por la configuración de los requisitos que habilitan el dictado de los
decretos.
Pues bien, la ley no dice nada al respecto, y eso es bueno: el Poder Judicial conserva
entonces todas las facultades inherentes a su rol de guardían de la Constitución para
entender y evaluar la concurrencia de circunstancias extremas de necesidad,
independientemente -creo yo- de la omisión del Congreso, de su virtual aquiescencia, y de los
efectos interinos de todo ello.
OMISIONES COGNITIVAS
Fuera de esto, nos interesa señalar que la ley no sólo reglamenta los DNUs sino que
también aplica su sistema a otros dos institutos importantísimos del constitucionalismo
criollo, de lo cual se habló muy poco en los debates. Me refiero a los "decretos delegados" y
308
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
a los que determinan "promulgación parcial" de leyes, dictados por el Poder Ejecutivo en
los términos de los artículos 99, inciso 3 (párrafos 3º y 4º); 76; 80; 100, incisos 12 y 13 de la
Constitución.
En ambas hipótesis, el Ejecutivo también hace un poco de legislador: sólo que dicta
sus normas en función de unas "bases de la delegación" que le ha dado el Congreso (que bien
podrían ser bastante vagas), o es -en el ultimo caso- una especie de legislador negativo que
"recorta" y "tacha" partes de una ley que no entiende conveniente, con lo cual el resultado
normativo termina siendo algo distinto de lo que el Congreso debatió. A veces, muy.
UN WORKING PAPER
Tampoco creo que deban ser la misma cosa los reglamentos delegados donde se
disciernen regulaciones meramente administrativas de los que se vinculan a aspectos más
sustantivos de emergencia y son formateados -o deberían serlo- en función a las "bases"
prefijadas por el Congreso:
En dos palabras (el paper, en formato tesina, es largo y tiene como 80 páginas), lo que
me interesa es fijar algunas bases buenas para un sistema delegativo que funcione, y no que
sea inoperativo, en el entendimiento de que el combo "bases del Congreso" + "decretos
309
delegados" es una solución práctica e institucionalmente superior que su alternativa
obligada, el "decretazo" en su modelo King Size o DNU.
310
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
311
“CORTE SUPREMA FIJÓ LÍMITES PARA LOS DECRETOS DE
NECESIDAD Y URGENCIA”276
La Corte Suprema resolvió ayer que los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) sólo
pueden ser firmados en circunstancias excepcionales, cuando el tema no pueda ser
legislado por el Congreso , y señaló que los jueces tienen atribuciones para juzgar su
validez. Con la opinión coincidente de todos sus integrantes, la Corte sostuvo que los DNU
fueron establecidos para atenuar el presidencialismo y, que por lo tanto, su uso por parte del
Poder Ejecutivo debe ser limitado, ya que “el texto de la Constitución Nacional no habilita a
elegir discrecionalmente entre la sanción de una ley o la imposición más rápida de ciertos
contenidos materiales por medio de un decreto”.
El tribunal señaló que “los jueces pueden controlar la existencia del estado de
necesidad y urgencia”, y diferenció esa situación de “la mera conveniencia política”.
La decisión de la Corte fue adoptada en una causa donde se discutía la validez de un DNU
firmado por el ex presidente Eduardo Duhalde, el 558 de 2002, que modificó la ley de
entidades de seguros. Este decreto, sancionado durante la emergencia económica, fue
objetado por la ONG Consumidores Argentinos, y fue declarado nulo por un juez y una
Cámara. Ahora la Corte confirmó esa medida. La decisión adoptada ayer, que llevó meses de
discusión, se produce cuando el Senado todavía no trató la modificación de la ley 26.122, que
regula estos decretos.
El fallo de la Corte sostiene que para la sanción de un DNU deben existir
circunstancias especiales, como que las Cámaras del Congreso no puedan reunirse por
circunstancias de fuerza mayor , o cuando el conflicto “sea de una urgencia tal que deba ser
solucionada inmediatamente, en un plazo incompatible con el que demanda el trámite normal
de las leyes”.
Como se trata de un decreto previo a la sanción de la ley 26.122, impulsada por la
presidenta Cristina Fernández de Kirchner, los jueces Argibay y Petracchi consideraron que
todos los decretos sancionados antes de esa ley son nulos. Sin embargo, el voto mayoritario
descartó esa teoría pero estableció un doble control sobre los DNU: el de la Comisión
Bicameral Permanente y el de la Justicia.
“El Poder Judicial deberá entonces evaluar si las circunstancias invocadas son
excepcionales, o si aparecen como manifiestamente inexistentes o irrazonables”, señaló.
“Cabe descartar de plano, como inequívoca premisa, los criterios de mera conveniencia del
Poder Ejecutivo que, por ser siempre ajenos a circunstancias extremas de necesidad, no
justifican nunca la decisión de su titular de imponer un derecho excepcional a la Nación en
circunstancias que no lo son”, señaló el fallo, con la firma de los jueces Ricardo Lorenzetti,
Elena Highton, Carlos Fayt, Juan Carlos Maqueda, Raúl Zaffaroni, Carmen Argibay y Enrique
Petracchi.
En sus aspectos principales, coinciden en señalar que el DNU cuestionado es
inconstitucional . Las diferencias en los votos radican en aspectos específicos, básicamente
motivados en la ausencia de una ley al momento del dictado del DNU, en 2002. Petracchi
remitió su voto a lo que ya había sostenido en 1998 en el caso “Verrochi”, en igual sentido que
la mayoría.
276 Fuente: Diario Clarin. Publicado el día 20.05.2010. Consultado el día 16.07.2017.
312
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Entre otros puntos, la Corte señaló que “la finalidad” de la regulación de los DNU “fue
atenuar el sistema presidencialista, fortaleciendo el rol del Congreso y la mayor
independencia del Poder Judicial. Que ello no puede ser cambiado, porque los constituyentes
decidieron sujetarse a unos principios fundamentales para convivir en sociedad, pensados
para que sean perdurables e inmunes a las tentaciones de cambiarlos frente a los
previsibles cambios de opinión”.
También señaló que “no caben dudas de que la admisión del ejercicio de facultades
legislativas por parte del Ejecutivo se hace bajo condiciones de rigurosa excepcionalidad y
con sujeción a exigencias formales, que constituyen una limitación y no una ampliación
de la práctica seguida en el país ”.
Aunque la Corte había empezado a estudiar el conflicto de los DNU desde mucho
antes, la advertencia al Ejecutivo se produce a pocos meses del conflicto desatado cuando la
presidenta firmó un DNU para la creación del Fondo del Bicentenario, con 6.569 millones de
dólares provenientes de reservas del Banco Central, y otro para la posterior destitución del
titular del Banco Central, Martín Redrado. La oposición acudió a la Justicia para frenar esos
decretos.
Tanto la Coalición Cívica (CC) como la UCR celebraron ayer el fallo de la Corte. El
titular de la UCR, Ernesto Sanz, destacó que el Gobierno “ha tenido hasta acá un concepto
equivocado” al usarlos como “vía habitual y no excepcional”. La Coalición Cívica (CC) también
celebró el fallo, al asegurar que “es trascendente en materia de calidad institucional” y
constituye “un importante avance en la lucha del Parlamento por recuperar sus atribuciones”.
Los diputados de esa fuerza Adrián Pérez y Patricia Bullrich expresaron su satisfacción, así
como también el presidente de los Diputados PRO, Federico Pinedo, y diputado del PJ
disidente Gustavo Ferrari.
313
UNIDAD VIII – DEL MINISTERIO PUBLICO
El Ministerio Público Fiscal siempre ha sido una institución difícil de definir, incluso
para los abogados. El llamado a prestar declaración indagatoria de la procuradora general de
la Nación actualiza el tema y demanda una explicación que todos puedan entender.
277 Fuente: Diario La Nación. Publicado el día 05.08.2017. Consultado el día 15.08.2017.
Siguiendo este razonamiento, sostengo que una modificación legislativa también
puede establecer un límite temporal al mandato del procurador general (como sucede en
España y en Brasil, por ejemplo), y de esa manera cumplir de un modo más efectivo el diseño
constitucional del Ministerio Público, sin afectar la estabilidad de los fiscales, en virtud de las
distintas competencias otorgadas, en cada caso, por la Constitución y las leyes.
Así como se diferencian en la cuestión del nombramiento, lo mismo ocurre con los
mecanismos de remoción. Mientras que los fiscales son sometidos a un jurado especial de
enjuiciamiento, luego de una investigación interna, el procurador debe afrontar (según la ley
vigente) el juicio político previsto en la Constitución. Este mecanismo sigue un claro camino
en el que ingresa la política, ya que requiere los dos tercios de la Cámara de Diputados
(Cámara acusadora) para llevarlo ante el Senado, que oficia de Cámara juzgadora, el que a su
vez deberá reunir los dos tercios del cuerpo para destituirlo. Por esta razón entiendo que el
nuevo sistema de remoción que se establezca debe contemplar de alguna manera la
intervención del Congreso, al menos del Senado, que participa de la designación.
Por todas estas razones, propongo que una futura reforma de la ley orgánica del
Ministerio Público Fiscal contemple las dos cuestiones expuestas. Por una lado, que limite el
cargo de procurador general en el tiempo, y por el otro, que establezca una forma de
remoción distinta del juicio político. Como ha quedado demostrado, dichas modificaciones no
316
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
ponen en riesgo a los fiscales, a quienes se les garantiza su estabilidad para que intervengan
en las investigaciones penales con independencia y autonomía.
317
UNIDAD IX – SISTEMA FEDERAL – REGIMEN LOCAL
ARGENTINO
21 DE MARZO DE 1989
SUMARIOS:
La validez de las normas y actos emanados del Poder Ejecutivo de facto está
condicionada a que, explícita o implícitamente, el gobierno constitucionalmente elegido que
lo suceda, la reconozca, y que la restitución del orden constitucional en el país requiere que
los poderes del Estado Nacional o los de las provincias, en su caso, ratifiquen o desechen
explícita o implícitamente los actos del gobierno de facto; siendo ello así, resulta evidente la
legitimidad de las autoridades municipales constitucionales de revisar los nombramientos
efectuados por las de facto, máxime cuando limitaron esa revisión a las realizadas en los
cargos más altos del escalafón y prescindiendo de las normas que organizaban la carrera
administrativa. Las municipalidades son organismos de gobierno de carácter esencial, que
tienen un ámbito propio a administrar.
Las municipalidades no son una mera repartición administrativa del gobierno central,
pues poseen autoridad en su territorio y poder para designar y remover a sus empleados.
278 Fuente: LA LEY 1989-C, 49, con nota de Alberto B. Bianchi - DJ 1989-2, 425
321
Si bien la Corte Nacional tiene como misión esencial la de asegurar la primacía de la
Constitución Nacional y de las leyes dictadas en su consecuencia por sobre cualquier norma
de orden local que las contradiga (art. 31, de la Constitución), esa atribución no puede ser
ejercitada de manera genérica sino en la medida en que se presente un caso contencioso
concreto.
TEXTO COMPLETO:
Continuó formulando otra serie de consideraciones que se vinculan con la nulidad del
acto segregativo y que no hacen al tema debatido en esta instancia excepcional.
322
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Basado en esta conclusión, estimó que la demandante, contratada por varios años
como agente del municipio rosarino, fue legítimamente incorporada a la planta permanente,
en virtud de las disposiciones de la ley 9286, que otorgó este carácter a los empleados que se
hubieran desempeñado como contratados por un lapso superior a 3 meses.
II. Estimo que corresponde, en primer lugar, que me expida acerca de la viabilidad
formal de la apelación, recordando que el municipio demandado planteó en autos la
inconstitucionalidad de la ley provincial 9286, porque resultaría violatoria del art. 5o de la
Constitución Nacional, fundando de esta manera la legitimidad del acto administrativo cuyo
examen resulta sea el objeto del "sub discussio".
Al respecto, esta Corte ha sostenido que "el art. 14 de la ley de jurisdicción y
competencia del año 63 ha sido tomada de la ley americana de 24 de setiembre de 1789,
Judiciary Act, sec. 25, cap. 50 (sec. 709), y tanto la jurisprudencia nacional, como la de aquel
país, han reconocido que la procedencia de ese recurso extraordinario exige: primero, que se
haya debatido en el pleito una cuestión federal; segundo, que la decisión haya sido contraria
al recurso fundado en la Constitución, tratado o ley nacional invocados" (Fallos, t. 148, p. 62).
Continuó diciendo el tribunal que "eso se explica desde que la remoción excepcional
de una causa desde el superior tribunal de una provincia, al más elevado del orden nacional,
se funda en la necesidad de asegurar la supremacía de la Constitución, tratados y leyes
nacionales, consagrada por el art. 31 y cuya validez, discordancia con alguna ley, decreto o
autoridad provincial, o bien la inteligencia de alguna de sus cláusulas, para indicar los tres
casos que prevé el citado art. 14, haya sido cuestionada ante los tribunales locales y la
decisión de éstos desconozca el derecho, privilegio o exención, fundado precisamente en lo
que la carta fundamenta llama "ley suprema de la Nación".
323
administrativo (ley 4106) a los medios de impugnación excepcionales previstos en los arts.
76 y 80. Por lo demás estos recursos, de revisión el uno y de nulidad el otro no son, por su
naturaleza, aptos para atender los agravios que, con fundamento en disposiciones
constitucionales, motivan la impugnación de la demandada.
324
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
(Fallos, t. 123, p. 313), el tribunal vuelve a reiterar la doctrina acuñada en Fallos, t. 114,
reafirmando implícitamente el carácter autárquico del municipio, dado que, en el mismo
considerando, destaca la autonomía de la provincia (ver consid. 5º).
325
ordenamiento jurídico que habían sancionado para la comuna metropolitana, estimando que
serviría de norte a los legisladores locales al momento de disponer la organización de los
municipios provinciales. El cambio, a mi juicio trascendente en esta línea jurisprudencial que
por otra parte, retomó varias veces la Corte, sobreviene en 1944. En Fallo, t. 199, p. 423 (Rev.
LA LEY, t. 36, p. 521), destacó que el alcance y los límites de las facultades municipales surgen
de la Constitución y las leyes provinciales, materia que resulta ajena a la Nación, en cuanto no
violen los principios, derechos y garantías establecidas en la Carta Fundamental de la
República. Asimismo, desentrañando el alcance de la expresión "régimen municipal",
contenida en el art. 5o, sostuvo que se traduce en el establecimiento del municipio como
requisito esencial para la efectividad de la autonomía de las provincias, pero en manera
alguna importa la prefijación del sistema económico-financiero al cual deba ajustarse la
organización comunal, atribución esta última que entra en la órbita de las facultades propias
locales, conforme a los arts. 104, 105 y 106 de la Constitución.
Esta jurisprudencia fue reafirmada en Fallos, t. 249, p. 99 (año 1961 -Rev. LA LEY, t.
104, p. 41-) y en Fallos, t. 259, p. 166, donde se ratifica que el régimen legal de los municipios
no es cuestión regida por la Constitución y las leyes de la Nación, sino propia del
ordenamiento jurídico provincial.
Resta agregar, en este recorrido por la evolución jurisprudencial de la Corte que V. E.,
en su actual composición, ha mantenido el criterio de Fallos, t. 114, al afirmar en autos
"Ambros Palmegiani S. A. y Gennaro y Fernández S. A. Empresas Asociadas" que las
municipalidades no son más que delegaciones de los poderes provinciales, circunscriptas a
fines y límites administrativos (sentencia del 1 de abril de 1986). A mi modo de ver, esta
concepción autárquica del municipio provincial no puede sostenerse hoy con carácter único y
uniforme en todo el ámbito de la República. Ello así, porque si bien pudiera haber sido cierta
para el tiempo en que fue establecida, no puede dejar de computarse que, a partir de 1957, se
ha desarrollado una evolución en el constitucionalismo provincial que tiende
indudablemente a configurar a los municipios, o al menos a los de categorías superiores, con
un inequívoco carácter autónomo. Tal lo que surge de las constituciones de las provincias de
Chubut (arts. 207, 208 y 210); Río Negro (arts. 168, 176); Formosa (arts. 140, 143); y
Neuquén (arts. 182, 184, 186). todas de 1957. Igual carácter resulta de la Constitución de
Misiones (arts. 161, 170), de 1958; y de la de Santiago del Estero (art. 156 bis, inc. 1o) de
1932, según la reforma de 1960, vigente hasta hace muy poco tiempo.
Una corriente como la expuesta, se viene robusteciendo en los últimos años, a medida
que los estados locales han convocado convenciones para reformar sus leyes fundamentales.
326
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
Esta es, por otra parte, la opinión de Joaquín V, González, quien refiriéndose a la
recreación de las corporaciones en la Constitución de 1853, señala la obligatoriedad para las
Provincias del establecimiento del régimen municipal, y agrega: "No les prescribe bases para
definir la naturaleza del gobierno municipal, pero es justo entender que dejaba librada su
elección a la voluntad y la experiencia de los constituyentes de Provincia. Sólo habla de su
régimen municipal, es decir, que los considera, según es su naturaleza histórica y jurídica, una
institución propia y exclusivamente local, esto es, que deriva su existencia, forma y poderes
de la soberanía constituyente o legislativa de cada provincia" ("Manual de la Constitución
Argentina", ps. 717 y 718, Buenos Aires, 1897). Luego, al analizar las facultades que les son
concedidas a los municipios, delinca ambos status, autárquico y autonómico, como posibles
para la configuración del municipio provincial, cuando sostiene: "Respecto de su posición en
el Estado o Provincia, los hay de dos formas: los que son sólo una rama administrativa y
política del gobierno y los que tienen existencia más separada y distinta de éste" (ídem, p.
327
721).
Habida cuenta que esta última competencia le había sido atribuida por la legislatura
local y no le corresponde originariamente por mandato constitucional, no me parece que
exista obstáculo jurídico alguno para reasumir la facultad delegada y trazar las bases de un
régimen uniforme para los agentes comunales. No observo, que de esta manera, se prive al
municipio de su personalidad, ni de atributos fundamentales que hagan al gobierno vecinal;
pues no se ha dado -como sostiene la impugnante- una intromisión inadmisible en el ámbito
propio de la corporación, que desnaturalice su existencia, toda vez que la ley no procedió a
designar o remover a personal individualmente considerado, sino que estableció un estatuto
general, a cuyo amparo quedó incorporado como permanente todo aquél servidor que
tuviera una determinada antigüedad como contratado.
No se trata, desde otro ángulo, de una asunción directa de la gestión de los intereses
municipales por parte de la provincia, puesto que la Municipalidad conserva la potestad
disciplinaria sobre sus agentes y mantiene la superintendencia de su personal, a quien puede
designar o separar, según las bases dispuestas por la legislatura provincial. Con el recorte de
facultades que significa la sanción legal de un estatuto de personal, que anteriormente el
municipio podía dictar, no se altera por esta sola circunstancia su autarquía, ni se
desnaturalizan los fines para los que fue creado; representando la medida una determinación,
por parte del legislador provincial, del grado de independencia que discrecionalmente ha
resuelto asignar al municipio, dentro del marco tan amplio de distintos modelos de
organización descentralizada, que supone el "régimen municipal" previsto en el art. 5o de la
Ley Fundamental.
Por las razones expuestas, soy de opinión que corresponde admitir el recurso
extraordinario y confirmar la sentencia apelada. Abril 28 de 1988. - María G. Reiriz.
Buenos
Aires, marzo 21 de 1989.
328
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
SENTENCIA DE LA CSJN
Considerando:
329
contratado con no menos de tres meses de antigüedad.
6) Que, si bien esta Corte tiene como misión esencial la de asegurar la primacía de la
Constitución nacional y de las leyes dictadas en su consecuencia por sobre cualquier norma
de orden local que las contradiga (art. 31 de la Constitución), esa atribución no puede ser
ejercitada de manera genérica sino en la medida en que se presente un caso contencioso
concreto (arts. 2o y 3o, ley 27). Por tanto, no corresponde en el "sub lite" entrar a examinar la
validez constitucional genérica de la ley provincial 9286 sino únicamente del art. 133 del
estatuto que organiza, ya que se trata de la norma específicamente aplicada para resolver
este caso en particular.
9) Que, sin embargo, aun cuando no se reconozca que la autonomía de los municipios
cuenta con base constitucional, tampoco puede prescindirse de que la necesaria existencia de
un régimen municipal impuesta por el art. 5o de la Constitución determina que las leyes
330
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
provinciales no sólo no puedan legítimamente omitir establecerlos sino que tampoco puedan
privarlos de las atribuciones mínimas necesarias para el desempeño de su cometido, entre las
cuales resulta esencial la de fijar la planta de su personal, designarlo y removerlo. Fácil es
advertir que si se encontraran sujetos en esos aspectos a las decisiones de una autoridad
extraña -aunque se trate de la provincial- ésta podría impedirles el cumplimiento de sus
funciones negándoles el personal necesario para llevarlas a cabo, o causar el desorden
administrativo o la ruina económica imponiéndoles un número excesivo de empleados o
remuneraciones que sus recursos no permitiesen afrontar.
10) Que tal conclusión tiene también sus raíces en la propia jurisprudencia de esta
Corte, que -como también recuerda la Procuradora Fiscal- en Fallos, t. 154, p. 25 expresó que
las municipalidades son organismos de gobierno de carácter esencial, en Fallos, t. 156, p. 323
juzgó que tienen un ámbito propio a administrar, y en Fallos, t. 192, p. 17 reconoció que la
Municipalidad de la Capital Federal, a la cual los propios constituyentes entendieron atribuir
carácter de modelo para las provincias, no es una mera repartición administrativa nacional.
Es que si son órganos de gobierno -aun cuando no se trate del gobierno político, que es del
resorte de las autoridades provinciales, sino del gobierno municipal- resulta inconcebible que
ese gobierno, bien que se ejerza en un ámbito limitado territorial y funcionalmente, esté
desprovisto del poder de designar y remover a sus empleados.
11) Que, en tal virtud, ha de concluirse que la norma impugnada, en tanto impone a la
municipalidad rosarina admitir con carácter permanente a personal que sólo había sido
contratado, y al que, por esa vía, se haría entrar irregularmente en categorías superiores en
desmedro de la carrera administrativa, está en pugna con el art. 5o de la Constitución por
implicar una desnaturalización del régimen municipal que pone en riesgo su subsistencia.
12) Que, por otra parte, tanto la decisión del Consejo que autorizó al intendente
municipal a revisar las designaciones efectuadas en los cargos superiores del escalafón para
las autoridades de facto, cuando la del intendente municipal que revocó nombramientos
comprendidos en esas categorías por violar las normas vigentes para. el ingreso de
empleados municipales, resultan claramente adecuadas al criterio reiteradamente
establecido por esta Corte en su actual composición en el sentido de que la validez de las
normas y actos emanados del Poder Ejecutivo de facto está condicionada a que, explícita o
implícitamente, el gobierno constitucionalmente elegido que lo suceda, la reconozca, y que la
restitución del orden constitucional en el país requiere que los poderes del Estado Nacional o
los de las provincias, en su caso, ratifiquen o desechen explícita o implícitamente los actos del
gobierno de facto (Fallos, t. 306, p. 2303; disidencia de los jueces Fayt y Belluscio en Fallos, t.
307, p. 338; C. 335-XX "Canovas, Andrés P. c. Aerolíneas Argentinas-Empresa del Estado", B.
744-XX; "Budaro, Raúl. A. c. Fac. Arquitectura" y G. 566-XXI -Rev. LA LEY, t. 1987-E, 191-;
"González Ruzo, Eduardo A. c. Poder Ejecutivo Provincial s/acción contencioso
administrativa" falladas el 14 de mayo, 9 de junio de 1987 y 9 de junio de 1988,
respectivamente). A la luz de esa doctrina, resulta evidente la legitimidad de que las
autoridades municipales constitucionales revisasen los nombramientos efectuados por las de
facto, máxime cuando limitaron esa revisión a las realizadas en los cargos más altos del
escalafón y prescindiendo de las normas que organizaban la carrera administrativa, a la vez
que inadmisible que el propio gobierno de facto, mediante una ley de alcances generales,
331
convalidase las transgresiones cometidas por él mismo mediante el arbitrio de imponer a las
autoridades constitucionales futuras la validez de tales designaciones, como pretendió la
norma impugnada. La ratificación de ese acto por la Legislatura -posterior en el tiempo al
decreto municipal que motiva este proceso- no desvirtúa ese razonamiento, pues fue dictada
cuando ya el gobierno municipal había ejercitado su facultad de desconocer la imposición
pretendida por los gobernantes de facto. Por ello, y lo dictaminado en sentido concordante
por la Procuradora Fiscal, se declara procedente el recuso extraordinario interpuesto y se
revoca la sentencia recurrida.
CUESTIONARIO
279
332
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
04 DE JUNIO DE 1991
HECHOS RELEVANTES:
FALLO DE LA CORTE
333
inconstitucionalidad de los decretos del Poder Ejecutivo provincial 5085/68, 1766/70, 34/71
y 788/76, de las leyes provinciales 6509 y 6664, de los arts. 13 y 14 de la ley 2756 y de los
arts. 29 y 17 de las leyes de presupuesto correspondiente a los años 1987 y 1988, así como
que se condene a la provincia de Santa Fe a restituirle la suma de 5.217.968,31 con su
correspondiente actualización, intereses y costas. Expresa que mediante las disposiciones
legales citadas se creó en las municipalidades y comunas de esa Provincia el llamado Fondo
de Asistencia Educativa al que se le adjudicó como finalidad “asegurar el mantenimiento,
ampliación y construcción de todos los edificios escolares de propiedad provincial, municipal
o comunal cuya ejecución no tome a cargo el Poder Ejecutivo por intermedio de los
organismos correspondientes y contribuir al equipamiento de las escuelas ubicadas en su
jurisdicción”. Ese fondo se integra en las municipalidades con no menos del 50 % de lo
recaudado por imperio de lo prescripto en el art. 13 de la ley 2756, norma que obliga a cada
municipio a destinar como mínimo el 10 % de sus rentas anuales para constituirlo y es
administrado por una comisión creada a tal fin. Las leyes de presupuesto para los años
1987/88 —añade— autorizaron al Poder Ejecutivo a retener de los montos que
correspondan a los municipios en concepto de coparticipación de impuestos, los importes de
las deudas que mantengan con aquél. Dice que con fecha 1o de noviembre de 1985, el
intendente de la ciudad de Rosario dirigió al Concejo Municipal el mensaje no 105 SSH, cuya
copia agrega, en el que acompañaba un proyecto de ordenanza de presupuesto general de
erogaciones y cálculos de recursos para el año 1985 mediante el cual y con fundamento en la
inconstitucionalidad de las normas antes citadas se creaba un subsidio destinado al
mantenimiento y conservación de escuelas primarias dependientes de la provincia y ubicadas
en el municipio de Rosario y se suprimía la partida afectada al Fondo, que no fue aprobado
por aquel organismo. Se originaron entonces una serie de instancias administrativas que no
dieron resultado. Por otro lado, el Poder Ejecutivo provincial ordenó descontar la deuda que
mantenía la Municipalidad de Rosario en concepto de aportes al fondo cuestionado. En
cuanto al fundamento jurídico de su reclamo, afirma que la exigencia constitucional de un
régimen municipal, que es requisito condicionante de la autonomía de las provincias, impone
de manera inequívoca el deber de instituir en cada jurisdicción órganos municipales dotados
no sólo de personalidad propia y susceptibles de diferenciarse netamente del resto de la
Administración provincial, sino también de atribuciones suficientes para efectivizar el
Gobierno y la Administración de los asuntos comunales. En ese sentido recuerda precedentes
del tribunal y destaca la necesidad de que los municipios tengan la indispensable autonomía
administrativa y tributaria que les posibilite la libre disposición y administración de sus
recursos. De no ser así, continúa, el régimen municipal quedaría reducido a una ficción, pues
no puede hablarse de una mínima dosis de autonomía administrativa y financiera frente al
deber impuesto por las autoridades provinciales de destinar el 10 % de sus rentas para el
F.A.E. y para promoción de actividades culturales y la mitad de ese porcentaje para el referido
fondo.
334
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
vienen impuestos compulsivamente por la provincia de Santa Fe, lo que lesiona el principio
del art. 5° de la C.N. Por lo demás, no modifica ese principio la circunstancia de que los
pronunciamientos de la Corte consideren cuestión propia del ordenamiento jurídico
provincial la del régimen municipal por cuanto el poder reglamentario que se admite a favor
de los Estados provinciales no puede conducir al desconocimiento de los requisitos mínimos
de aquél. De aceptarse la afectación de las rentas municipales se violaría el art. 5° de la Ley
Fundamental y se abriría camino a una sucesión de imposiciones que terminarían por
producir el vaciamiento financiero del sistema comunal. Cita en apoyo de su postura la
sentencia dictada el 21 de marzo de 1989 en el caso Rivademar y sostiene, por último, que así
como en ese precedente se expresó que era inconcebible que el gobierno municipal estuviese
desprovisto del poder de designar y remover a sus empleados, también se impone la
conclusión de que es inaceptable que las autoridades provinciales le impidan la libre
disposición y administración de fondos ya presupuestados.
II. A fs. 187/91 contesta la demanda la provincia de Santa Fe. Reconoce los hechos y la
existencia de las normas legales invocadas pero discrepa con la interpretación constitucional
de estas últimas. Niega que los órganos municipales tengan las características que se les
atribuyen y recuerda las prescripciones de la Constitución provincial sobre el tema, para
señalar que no constituyen entes autónomos sino entidades autárquicas con base territorial,
cuyas competencias están asignadas taxativa y específicamente por la ley y cuyas finalidades
no se ven afectadas por las disposiciones legales cuestionadas. Por tal razón no se advierte
injerencia provincial que lesione la autarquía municipal. Descarta que la Municipalidad de
Rosario se vea imposibilitada de atender sus funciones como consecuencia de la aplicación de
esas normas y advierte que la “incidencia del cumplimiento compulsivo del aporte al F.A.E. es
mínimo” dentro de su comportamiento económico financiero. Cuestiona la interpretación que
merece, a juicio de la demandante, la sentencia en el caso “Rivademar” y reitera que nada
impide al municipio sus atribuciones específicas.
III. Declarada la causa de puro derecho se dispuso correr un traslado por su orden que
fue evacuado por ambas partes en términos que reiteran lo sustancial de sus presentaciones
anteriores.
CONSIDERANDO:
1) Que conforme a reiterada doctrina de esta Corte, resulta esta causa de competencia
originaria del tribunal, por ser parte una provincia y tener la materia un manifiesto contenido
federal (arts. 100 y 101, C.N.; entre otros: L.125.XXI.,“Lavalle, Cayetano,A. y Gutiérrez de
Lavalle, Juan”, del 30/4/1987 —LL, 1987-D, 506—; comp. no 617.XXII., “American Express
Argentina, S. A. c/Dirección Provincial de Rentas de la provincia de Buenos Aires”, del
18/10/1988).
335
vigencia del requisito exigido en el precepto constitucional mencionado. Añade que la
autarquía municipal resulta contrariada en su esencia frente a cualquier intromisión
provincial en la administración y disposición de las rentas comunales.
3) Que esta Corte ha expresado (in re: R.593.XXI., “Rivademar, Ángela D. B. Martínez
Galván de c/Municipalidad de Rosario”, del 21/3/1989), que la necesaria existencia de un
régimen municipal impuesta por el art. 5° de la C.N., determina que las leyes provinciales no
sólo deben imperativamente establecer los municipios, sino que no pueden privarlos de las
atribuciones mínimas necesarias para desempeñar su cometido. Si tales entes se encontrasen
sujetos en esos aspectos a las decisiones de una autoridad extraña —aunque se tratara de la
provincial— ésta podría llegar a impedirles desarrollar su acción específica, mediante
diversas restricciones o imposiciones, capaces de desarticular las bases de su organización
funcional. Este principio encuentra apoyo en la propia jurisprudencia de este tribunal, que
reconoce a las municipalidades su calidad de organismos de gobierno de carácter esencial
(Fallos, 154:25).
336
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
art. 5° de la C.N. impone al orden jurídico interno del Estado demandado, lo que excluye la
declaración de inconstitucionalidad perseguida.
Por las consideraciones expuestas, se rechaza la demanda.
Fdo.: Ricardo Levene (h.),
Mariano Cavagna Martínez, Carlos S. Fayt (en disidencia), Augusto C. Belluscio (en
disidencia), Enrique S. Petracchi (en disidencia), Rodolfo C. Barra, Julio S. Nazareno, Eduardo
Moliné O’Connor. Disidencia de los Dres. FAYT, BELLUSCIO y PETRACCHI:
337
erogaciones y cálculos de recursos para el año 1985 mediante el cual y con fundamento en la
inconstitucionalidad de las normas antes citadas se creaba un subsidio destinado al
mantenimiento y conservación de escuelas primarias dependientes de la provincia y ubicadas
en el municipio de Rosario y se suprimía la partida afectada al Fondo, que no fue aprobado
por aquel organismo. Se originaron entonces una serie de instancias administrativas que no
dieron resultado. Por otro lado, el Poder Ejecutivo provincial ordenó descontar la deuda que
mantenía la Municipalidad de Rosario en concepto de aportes al Fondo cuestionado. En
cuanto al fundamento jurídico de su reclamo, afirma que la exigencia constitucional de un
régimen municipal, que es requisito condicionante de la autonomía de las provincias, impone
de manera inequívoca el deber de instituir en cada jurisdicción órganos municipales dotados
no sólo de personalidad propia y susceptibles de diferenciarse netamente del resto de la
Administración provincial, sino también de atribuciones suficientes para efectivizar el
gobierno y la administración de los asuntos comunales. En ese sentido recuerda precedentes
del tribunal y destaca la necesidad de que los municipios tengan la indispensable autonomía
administrativa y tributaria que les posibilite la libre disposición y administración de sus
recursos.
De no ser así, continúa, el régimen municipal quedaría reducido a una ficción, pues no
puede hablarse de una mínima dosis de autonomía administrativa y financiera frente al deber
impuesto por las autoridades provinciales de destinar el 10 % de sus rentas para el F.A.E. y
para promoción de actividades culturales y la mitad de ese porcentaje para el referido Fondo.
Estos argumentos resultan válidos tanto en el caso de atribuir autonomía a los
municipios como de considerarlos autárquicos. Aun esta última caracterización —sostenida
por el tribunal antes de pronunciarse en el caso Rivademar— supone personería para el
ejercicio de sus funciones y también un patrimonio de afectación que ha de ser libremente
administrado por el ente frente a cualquier intromisión de la Provincia. Ese reconocimiento
se ve afectado cuando los porcentajes de inversión de las rentas municipales vienen
impuestos compulsivamente por la provincia de Santa Fe, lo que lesiona el principio del art.
5° de la C.N. Por lo demás, no modifica ese principio la circunstancia de que los
pronunciamientos de la Corte consideren cuestión propia del ordenamiento jurídico
provincial la del régimen municipal por cuanto el poder reglamentario que se admite en favor
de los Estados provinciales no puede conducir al desconocimiento de los requisitos mínimos
de aquél. De aceptarse la afectación de las rentas municipales se violaría el art. 5° de la Ley
Fundamental y se abriría camino a una sucesión de imposiciones que terminarían por
producir el vaciamiento financiero del sistema comunal. Cita en apoyo de su postura la
sentencia dictada el 21 de marzo de 1989 en el caso “Rivademar” y sostiene, por último, que
así como en ese precedente se expresó que era inconcebible que el gobierno municipal
estuviese desprovisto del poder de designar y remover a sus empleados, también se impone
la conclusión de que es inaceptable que las autoridades provinciales le impidan la libre
disposición y administración de fondos ya presupuestados.
II. A fs. 187/91 contesta la demanda la provincia de Santa Fe. Reconoce los hechos y la
existencia de las normas legales invocadas pero discrepa con la interpretación constitucional
de estas últimas. Niega que los órganos municipales tengan las características que se les
atribuyen y recuerda las prescripciones de la Constitución provincial sobre el tema, para
señalar que no constituyen entes autónomos sino entidades autárquicas con base territorial,
338
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
cuyas competencias están asignadas taxativa y específicamente por la ley y cuyas finalidades
no se ven afectadas por las disposiciones legales cuestionadas. Por tal razón no se advierte
injerencia provincial que lesione la autarquía municipal. Descarta que la Municipalidad de
Rosario se vea imposibilitada de atender sus funciones como consecuencia de la aplicación de
esas normas y advierte que la “incidencia del cumplimiento compulsivo del aporte al F.A.E. es
mínimo” dentro de su comportamiento económico financiero. Cuestiona la interpretación que
merece, a juicio de la demandante, la sentencia en el caso “Rivademar” y reitera que nada
impide al municipio ejercer sus atribuciones específicas.
III. Declarada la causa de puro derecho se dispuso correr un traslado por su orden que
fue evacuado por ambas partes en términos que reiteran lo sustancial de sus presentaciones
anteriores.
CONSIDERANDO:
2. Que en los autos R.593.XXI, “Rivademar, Ángela Digna Balbina Martínez Galván de
c/Municip. de Rosario s/recurso contencioso-administrativo de plena jurisdicción”, sentencia
del 21/3/1989, el Tribunal abandonó su anterior jurisprudencia que definía a las
municipalidades como entes autárquicos territoriales de las provincias y les atribuyó la
condición de autónomos por estimarla más adecuada a su naturaleza institucional y a los
rasgos que la distinguen. Allí se afirmó, también, que el régimen impuesto por el art. 5° de la
Constitución determina que estén dotadas de las atribuciones necesarias para el desempeño
de su cometido (consid. 9o parte 1a).
3. Que esta última conclusión, por otra parte aplicable cualquiera que sea la categoría
conceptual en que se ubique a las municipalidades, encuentra fundamento en la indiscutida
condición de organismos de gobierno con un ámbito propio a administrar (Fallos, 154:25;
156:323). Así se recordó en el caso citado en el considerando anterior para señalar, con
directa relación al tema debatido, que en esa condición, bien que ajustada a un ámbito
territorial y funcionalmente específico, resulta inconcebible que en el ejercicio de sus
atributos estén desprovistas del poder de designar y remover a sus empleados. Por tal razón
se concluyó en que la ley provincial impugnada, en tanto imponía a la Municipalidad rosarina
admitir con carácter permanente a personal que sólo había sido contratado estaba en pugna
con el art. 5° de la Constitución, por implicar una desnaturalización del régimen municipal
que ponía en riesgo su subsistencia.
4. Que esos principios resultan plenamente aplicables al presente caso. En efecto, las
normas legales aquí cuestionadas, en cuanto detraen de la libre disposición del municipio las
partidas asignadas al Fondo de Asistencia Educativa, importan la asunción por parte de la
autoridad provincial de funciones que hacen a la administración directa de los intereses
municipales cuales son las atinentes a la elaboración del presupuesto y el destino de sus
recursos.
339
los municipios y se pondrían “en riesgo su subsistencia” (consid. 11 del caso citado) y la
misión fundamental dentro de las instituciones políticas de la República que esta Corte les ha
reconocido (Fallos, 210:1153), las que están aseguradas por el art. 5° de la C.N. frente a los
sistemas políticos superiores. Es por lo tanto necesario preservar el derecho de usar todos los
medios o instrumentos que conduzcan al logro legítimo de sus intereses específicos definidos
por las leyes o las constituciones provinciales para no frustrar aquel mandato que la Ley
Fundamental de la Nación impone y que, de no ser así, se convertiría en un postulado
meramente teórico con menoscabo de la vivencia efectiva e indestructible de estos poderes.
Por lo demás, su preservación no admite limitaciones acotadas por el grado o medida en que
las autoridades provinciales franqueen el ámbito reservado a la libre disposición comunal,
como lo pretende la demandada al aludir a la mínima entidad del aporte, toda vez que, de lo
contrario, se autorizaría un paulatino y peligroso cercenamiento de las atribuciones
municipales.
CUESTIONARIO
340
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
24 DE FEBRERO DE 2005
LA HISTORIA DEL CASO Y LO QUE HAY QUE SABER PARA ENTENDER EL FALLO
En los casos que resuelve la Corte Suprema, es normal que lo más importante esté en
el fallo final y no en el curso del proceso. Pero en el que nos ocupa esto no es así, y de hecho la
sentencia no puede explicarse si no se relatan bien los antecedentes y los resolutorios que el
mismo tribunal le había dedicado al tema, y que se habían revelado impotentes para encauzar
el conflicto institucional.
Los antecedentes de la causa se remontan al año 2003, y se enmarcan en el contexto
de un enfrentamiento político sostenido entre el oficialismo de la Provincia de San Luis y el
gobierno de la capital puntana (opositor). Por entonces, e invocando la intención de producir
una renovación total de la clase política a menos que fuera ratificada en las urnas, la
Legislatura provincial propugnó por ley una enmienda constitucional que planteaba la
caducidad anticipada de todos los cargos provinciales y municipales. Esa enmienda se
trataría en un plebiscito que se había fijado para el 27 de abril de 2003, con la particularidad
de que en esos mismos comicios se incluía la convocatoria para votar los cargos resultantes
de la caducidad.
Ante ello, el intendente de San Luis, por entonces Carlos Ponce, recurrió a la Corte
federal y el 10 de abril de 2003 obtuvo una orden de no innovar que le ordenó al Estado
provincial suspender toda acción gubernamental que importe alterar el período de vigencia
del mandato del peticionante ya electo y en ejercicio de su cargo.
Empero, el Gobierno Provincial procuró sostener la convocatoria y por medio de un
decreto posterior ratificó la fecha del 27 de abril. Ello dio lugar al segundo pronunciamiento
de la Corte Suprema, emitido –in extremis– el 24 de abril de 2003, donde nuevamente hizo
saber al Poder Ejecutivo Provincial que debería abstenerse de seguir adelante con la
convocatoria para elegir Intendente de la ciudad de San Luis.
Lo cierto es que al cabo de todo esto no hubo elecciones comunales en abril. Dado que
el mandato de Ponce fenecía el 10 de diciembre de 2003, el Concejo Deliberante de la ciudad
–órgano que tenía la potestad de fijar comicios conforme a la Carta Orgánica de la ciudad de
San Luis- comenzó el procedimiento para llamar a elecciones para el 9 de noviembre.
Las autoridades provinciales manifestaron que iban a desconocer esa convocatoria y
el 14 de agosto denunciaron ante la Corte Suprema que la Municipalidad de la Ciudad de San
Luis estaba incumpliendo con la medida cautelar dispuesta por el Tribunal, que según
entendía tenía el alcance de establecer la suspensión de los comicios.
La Corte rechazará ese planteo el 21 de octubre de 2003, explicando que sus
resoluciones estaban dirigidas a la provincia ordenándole “no alterar ni interferir en el
cronograma electoral de la ciudad capital”, y consecuentemente no se aplicaban cuando la
autoridad convocante era la que esa misma comuna.
A todo esto el caso se sustanciaba paralelamente en la justicia local, en la que el
Superior Tribunal acogió una demanda de inconstitucionalidad de la Carta Orgánica
Municipal y del decreto de convocatoria a elecciones emitido por el intendente Ponce. Por
todo ello, ratificó la convocatoria –provincial- agendada para el 23 de noviembre de 2003.
281 Fuente: Blog Saber Derecho. Publicado el día 04.01.2006. Consultado el día 24.07.2017.
El texto completo del fallo puede verse en este link.
341
EL ESCÁNDALO JURÍDICO: DOS TRIBUNALES, DOS ELECCIONES Y DOS INTENDENTES
Así las cosas, la Corte finalmente zanjó la cuestión el 24 de febrero del año pasado.
Haremos referencia aquí al fallo de mayoría, que tiene cuatro firmas: Petracchi, Belluscio,
Maqueda, Highton de Nolasco. Por la misma solución, con disidencias parciales, se
pronunciaron Fayt y Lorenzetti; el sentido de sus diferencias es menor y no amerita un
reporte en este post. No votaron Zaffaroni (excusado) y Boggiano (se abstuvo). La única
disidencia "pura" fue la de Argibay.
Este fue por cierto el primer caso en el que votó la última ministra que ingresó en la
Corte, Carmen Argibay, y no creo que haya sido un debut muy auspicioso, pues no llega a
calibrar adecuadamente la hondura y la importancia de las cuestiones que se discutían en el
342
DERECHO CONSTITUCIONAL CÁTEDRA “A” – UNR
343
CONCLUSIONES
CUESTIONARIO
DE ROSARIO C/ FAE"?.
344