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Una Ayuda para Los Cristianos Que Tienen Dificultad para Controlar Sus

Este documento habla sobre el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y cómo afecta a los cristianos, causándoles pensamientos intrusivos no deseados. Explica que figuras bíblicas como John Bunyan y Charles Spurgeon también sufrieron de TOC. Describe el ciclo del TOC, en el que los pensamientos llevan a culpa y ansiedad. Finalmente, ofrece que la Biblia y comprensión correcta pueden brindar alivio a quienes lo padecen.

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Una Ayuda para Los Cristianos Que Tienen Dificultad para Controlar Sus

Este documento habla sobre el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y cómo afecta a los cristianos, causándoles pensamientos intrusivos no deseados. Explica que figuras bíblicas como John Bunyan y Charles Spurgeon también sufrieron de TOC. Describe el ciclo del TOC, en el que los pensamientos llevan a culpa y ansiedad. Finalmente, ofrece que la Biblia y comprensión correcta pueden brindar alivio a quienes lo padecen.

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Una ayuda para los cristianos que tienen

dificultad para controlar


sus pensamientos
23/08/2020  ~ SERGIO ANDRÉS VARGAS

(Traducción libre del artículo Help For Christians Who Have Difficulty


Controlling Their Thoughts [Marshall Entrekin] de BeNotConformed.org. En
esta traducción se hace uso de la Reina Valera Revisión de 1960, diferente a la
usada por el autor en su idioma original. Aunque se ha intentado conservar el
sentido original del texto, algunos fragmentos podrían estar mal traducidos
debido a diferencias culturales e idiomáticas. Otros fragmentos se han adaptado
para una mejor lectura en formato blog. Traducción sin permiso del autor).
«May all the young people come to Jesus» (Que todos los jóvenes se
acerquen a Jesús). Tomado de UCAnews.
¿Haz escuchado alguna vez del TOC?

¿Eres cristiano y tienes dificultad para controlar pensamientos no deseados?

¿Sabías que hay una forma de dolencia mental llamada Trastorno Obsesivo
Compulsivo o TOC, en el cual la gente lucha tratando de no pensar en ideas no
deseadas, pero al final terminan pensando en ellas de forma involuntaria? En
términos médicos estos pensamientos no deseados e intrusivos son
llamados obsesiones. Una compulsión, algo como lavarse las manos, es una
acción que se lleva a cabo en un intento infructuoso para aliviar la ansiedad
causada por el pensamiento obsesivo. A veces estos pensamientos no deseados
incluyen malas palabras o blasfemias. Las personas que sufren de TOC a menudo
tienen un alto concepto de moralidad, son personas que nunca, nunca dirían o
pondrían en práctica aquellos pensamientos que tanto temen. De hecho, en su
libro sobre el TOC, Brain Lock: Free Yourself from Obsessive-Compulsive
Behavior, el doctor en medicina Jeffrey M. Schwartz comenta «Nadie hace nada
moralmente objetable a causa del TOC».
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El doctor Schwartz explica que de hecho hay un área del cerebro que muestra
hiperactividad en aquellos que sufren de TOC. Se llama corteza orbitofrontal y
está localizada en la parte inferior del frente del cerebro. Se cree que una de las
funciones de la corteza orbitofrontal es ayudarnos a evaluar los riesgos, castigos
y recompensas resultantes de nuestro comportamiento. Las tomografías por
emisión de positrones (PET por sus siglas en inglés) revelan que hay un exceso
de actividad en este región del cerebro en aquellos que están pasando por un
episodio de TOC. ¿Quiere decir esto que la corteza orbitofrontal está dañada en
las personas con TOC? Quizás no. Si la corteza orbitofrontal está constantemente
evaluando las consecuencias que podrían resultar de pensamientos no deseados
durante un episodio de TOC, entonces esta hiperactividad de la corteza
orbitofrontal podría ser consecuencia, no la causa del TOC.

¿Sabías que algunos famosos cristianos sufrieron de episodios de TOC, tales


como John Bunyan, quien escribió El progreso del peregrino? En un libro menos
conocido Grace Abounding to the Chief of Sinners describe su sufrimiento con el
TOC, aunque esta condición no era llamada así entonces:

Aproximadamente un mes después, una


gran tormenta cayó sobre mí y me
sacudió veinte veces peor que cualquier
cosa que hubiera enfrentado antes; vino
para robarme, primero una pieza y
luego otra; primero, toda mi
tranquilidad me fue quitada y la
oscuridad se apoderó de mí, después se
derramaron sobre mi inundaciones de
blasfemias contra Dios, Cristo y las
escrituras, para mi confusión y asombro.
Estos pensamientos blasfemos fueron tan
intensos que despertaron preguntas en
mí contra el mismo Dios y su amado
Hijo unigénito; ¿existiría o no un Dios o
un Cristo? ¿y si las Sagradas Escrituras
no eran más que una fábula o una
historia astuta en vez de la santa y pura
Palabra de Dios?
John Bunyan (1628-1688)
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Las agonizantes luchas mentales de Bunyan, que fueron muy intensas, duraron
años hasta que finalmente encontró descanso y libertad por medio de la gracia de
Dios y un correcto entendimiento de la escritura. Lo que aprendió de su
experiencia con el TOC le dio un maravilloso entendimiento de la gracia de Dios
y esto, a su vez, fue usado por Dios para convertirlo en un predicador que trajo
muchas almas al Reino de Dios. Dado que Bunyan salió de su experiencia con
TOC, y fue una persona que fue muy utilizada por Dios, ten en cuenta que lo
mismo podría sucederte a ti o a tu ser querido con TOC.

El hombre conocido como «El príncipe de los predicadores» Charles Spurgeon


también sufrió al menos un episodio de TOC. En su libro All Of Grace, Spurgeon
escribió:
He escuchado a alguien decir, «Soy
atormentado con pensamientos
horribles. A donde voy las blasfemias
invaden mi mente. Frecuentemente en mi
trabajo una terrible sugerencia se
impone sobre mí, e incluso en la cama
me sorprenden los susurros del maligno.
No puedo huir de esta horrible
tentación». Amigo, sé de lo que hablas
ya que yo mismo fui cazado por el mismo
lobo. Un hombre podría esperar luchar
contra un enjambre de moscas con una
espada y dominar sus propios
pensamientos cuando el demonio lo
ataca. Una pobre alma tentada, asaltada
por sugerencias satánicas, es como un
viajero del que he leído, acerca de cuya
cabeza, orejas y cuerpo entero surgió un
enjambre de abejas enojadas. No podía
mantenerlos alejados ni escapar de
ellos. Lo picaron en todas partes y
amenazaron con matarlo. No me
sorprende que sientas que no tienes
fuerzas para detener estos horribles y
abominables pensamientos que Satanás
vierte en tu alma. Aún así te
recordaría  la Escritura que tenemos ante
nosotros: «Porque Cristo, cuando aún
éramos débiles, a su tiempo murió por
los impíos».
Charles Spurgeon (1834-1892)
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Ambos hombres encontraron alivio y liberación espiritual del TOC a través de un


correcto entendimiento de la biblia. Si sufres de TOC, ¡lee como puedes
encontrar alivio tú también! Incluso si no te afecta esta condición, todos
luchamos con pensamientos no deseados de vez en cuando. En tales situaciones,
¡estos principios escriturales probados y verdaderos pueden funcionar para ti
también! ¡Puedo dar fe de que trabajaron milagrosamente para mí!.

¿Cómo funciona el TOC?


Así funciona usualmente el ciclo del TOC:

1. Debido a su consciencia iluminada y sus convicciones morales, un


cristiano con TOC teme tener un pensamiento no deseado.
2. El cristiano trata fuertemente de no tener un pensamiento intrusivo,
pero entre más se esfuerza, el pensamiento más se instala en su mente.
¡No puedes evitar algo conscientemente, a menos que lo tengas en
cuenta!
3. Él o ella termina pensando involuntariamente en ese pensamiento no
deseado ya que siempre está en su mente. Para alguien que no sufre de
TOC puede ser difícil imaginar como podría ser esto un problema.
Déjame darte un ejemplo que podría ayudarte a comprender. Imagina
que alguien te dijera: «Si piensas en la Estatua de la Libertad irás al
infierno». Si le creíste te encontrarías en un problema, ya que ¡no
podrías dejar dejar de pensar en la Estatua de la Libertad! Tal como lo
mencionaron Spurgeon y Bunyan, también podría haber un ataque
espiritual al mismo tiempo, en el cual Satanás o sus subordinados
tentadores podrían sugerir pensamientos en la mente de la persona.
4. La persona se siente culpable o ansiosa por haber pensado en eso. El
tentador podría sugerir pasajes los cuales serían condenatorios (textos
mal citados, que no aplican y tuercen la intención de las escrituras, tal
como lo hizo cuando tentó a Jesús, aunque esto no es reconocido al
principio por el paciente con TOC). La persona afectada está
atormentada por preguntas que le preocupan, tales como:
 «¡Qué pensamiento tan horrible! ¿Dios me perdonará por
esto?»
 «¿Quiere decir esto que no soy realmente un cristiano (o uno
de los elegidos)? Un verdadero cristiano no pensaría cosas
así, ¿o sí?»
 «¿He cometido el pecado imperdonable?»
 «¿Iré al infierno?»
 «¿Me he apartado de Dios (o he perdido mi salvación)?»
5. El cristiano con TOC podría recurrir a alguna forma de
comportamiento compulsivo inofensivo para aliviar la ansiedad
causada por los pensamientos obsesivos (por ejemplo, susurrar
oraciones de arrepentimiento en voz baja).
6. La persona resuelve firmemente no volver a pensar en ello otra vez.
7. Debido a la tremenda culpa y temor a la condena de Dios asociada al
pensamiento, la persona con TOC no puede dejar de pensar en ello y el
ciclo completo empieza otra vez. ¡Es como si él o ella estuvieran en un
ciclo de retroalimentación o cinta de correr sin fin de la cual no pueden
salir! Todo este tiempo la corteza orbital del paciente con TOC
muestra una mayor actividad. ¡Literalmente se sobrecalienta!
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(Ya que las preguntas de arriba causan un considerable nivel de ansiedad a la


persona con TOC, contestaremos a cada una de ellas abajo).

Algo relacionado a la batalla con el TOC a veces sucede en la mente de todos


los cristianos
El apóstol Pablo escribió en Romanos capítulo siete: «…Pero yo no conocí el
pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera:
No codiciarás. Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento, produjo en
mí toda codicia; porque sin la ley el pecado está muerto.»
Codiciar es desear algo que no es legítimamente tuyo. Pablo quería evitar la
codicia ya que uno de los diez mandamientos es: «No codiciarás». Sin embargo,
es evidente que en algún punto de su vida Pablo luchó con toda clase de
pensamientos codiciosos. ¡Que irónico que la ley moral, que es algo muy bueno,
despertó pensamientos pecaminosos en Pablo, lo cual era algo muy malo!

¿Lo que está describiendo el apóstol Pablo suena como un episodio de TOC, no?
Es típico de la lucha con los pensamientos y deseos equivocados que todos
tenemos. Debido al parecido entre un episodio de TOC y lo que Pablo está
describiendo aquí, estoy convencido de que el TOC es una manifestación de
nuestro ser interior, también llamado nuestra naturaleza pecaminosa o carne. Pero
existe una diferencia importante entre los episodios de TOC y otras luchas con el
pecado: Los episodios de TOC siempre son batallas que solamente tienen lugar
en nuestra mente porque los pacientes con TOC nunca llevarían a cabo
deliberadamente los terribles pensamientos que ocurren durante un episodio de
TOC.
Como se prometió, responderemos a cada una de las molestas preguntas
mencionadas anteriormente.

PREGUNTAS: «¡Qué pensamiento tan horrible! ¿Dios me perdonará por


esto?«
Dios tiene misericordia de nosotros porque tenemos dos naturalezas
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Cuando una persona está luchando contra el pecado, dos aspectos de su ser
interior están en guerra ¿Cuáles son?

En sus estudios con pacientes de TOC, el doctor Schwartz reconocía que hay un
aspecto de sus voluntades o mente que parece ser independiente de sus cerebros
en mal funcionamiento. La biblia le llama a esto espíritu. Este es tu hombre
interior, tu mente sobria, tu verdadero yo. Se le llama de diversas formas:
naturaleza superior, naturaleza espiritual, conciencia, voluntad o tu verdadero yo.
Es la parte de ti que desea hacer lo correcto. Es la parte de ti que le dice a tu
cerebro que pensar. El problema con el TOC es que el cerebro, corrompido por la
caída, no siempre obedece al espíritu.
Tu espíritu es el verdadero tú. Es la parte de ti que no desea tener esos
pensamientos obsesivos.
Entonces aparece tu naturaleza pecaminosa. Es la parte de ti que se inclina a
hacer lo malo. Tiene diferentes nombres: tu viejo hombre, naturaleza
pecaminosa, naturaleza corrompida, o simplemente tu carne. Todos heredamos
nuestras naturalezas pecaminosas de nuestros padres caídos, Adán y Eva porque
fuimos parte de ellos, o «en» ellos cuando se rebelaron contra Dios en el Jardín
del Edén. Si sufres de TOC, tu naturaleza pecaminosa impulsivamente suelta
pensamientos prohibidos en contra de la voluntad de tu espíritu.
La unión del espíritu y el cuerpo (incluyendo el cerebro) nos convierte en un
alma viviente. El alma es la totalidad de una persona, compuesta de cuerpo,
pensamientos físicos y espíritu. El alma es conocida por su carácter. Un alma
que se ha rendido a su baja naturaleza y ha permitido que ella lo gobierne tiene
un carácter indisciplinado. Esa persona es carnal o inmadura. Si esa persona es
cristiana, es un bebé en Cristo. Pablo dijo a los corintios que esa era su condición
porque había mucha lucha entre ellos:

De manera que yo, hermanos, no pude


hablaros como a espirituales, sino como
a carnales, como a niños en Cristo. Os
di a beber leche, y no vianda; porque
aún no erais capaces, ni sois capaces
todavía, porque aún sois carnales; pues
habiendo entre vosotros celos,
contiendas y disensiones, ¿no sois
carnales, y andáis como hombres?
1 Corintios 3:1-3
Por otro lado, un hombre que ha obtenido control sobre su naturaleza inferior
tiene un carácter disciplinado. Él es un hombre espiritual o maduro. Si estás
batallando fuertemente contra tu baja naturaleza pero aun no has ganado el
control, anímate. Esta es una señal de que no estás contento siendo bebé, sino que
quieres madurar. Uno de los prerrequisitos más importantes para ganar cualquier
batalla es tener un intenso deseo de ganarla.
Si eres cristiano, no es solo tu espíritu y tu carne las que están en guerra dentro de
ti. El Espíritu Santo de Dios también está dentro de ti para ayudarte a superar el
pecado, así que Él está en guerra con tu naturaleza pecaminosa. El Espíritu de
Dios habita dentro de ti, comunicándose contigo y guiando tu espíritu. Con la
guía del Espíritu Santo de Dios tu consciencia ahora está incluso más iluminada
de lo que estaba antes de tu conversión. El apóstol Pablo escribe acerca de esta
batalla entre el Espíritu de Dios y la naturaleza caída:
Porque el deseo de la carne es contra el
Espíritu, y el del Espíritu es contra la
carne; y éstos se oponen entre sí, para
que no hagáis lo que quisiereis.
Gálatas 5:17
¿Alguna vez has visto a alguien correr para ayudar a un jinete con un caballo
fuera de control? Nuestra carne es como un poderoso y valiente caballo que no
puede ser controlado sin la ayuda de alguien más. Necesitamos de la ayuda del
Espíritu Santo para controlarlo. ¡Sin su ayuda estamos condenados a seguir
siendo cristianos carnales!

Ahora volvamos al capítulo 7 de Romanos donde Pablo describió su experiencia


con la codicia. Mientras continuaba su disertación, describió la condición
miserable de un cristiano carnal que todavía no ha aprendido a controlar su carne
a través de la ayuda del Espíritu Santo:

Porque lo que hago, no lo entiendo; pues


no hago lo que quiero, sino lo que
aborrezco, eso hago.
Romanos 7:15

Entonces llegó Pablo a una sorprendente conclusión:


Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago
yo, sino el pecado que mora en mí.
Romanos 7:20
Un pensamiento es una acción interior, no exterior. Pero la verdad que Pablo está
expresando todavía se aplica, porque cuando piensas, estás haciendo algo
interiormente.

Si piensas en algo que no deseas pensar, no eres tú quien lo hace sino el pecado
que habita en ti
No olvidemos que Satanás y sus demonios son tentadores y son capaces de
sugerir pensamientos blasfemos a las mentes de las personas. Refiriéndose a esto
Spurgeon escribió:

Si odias estos pensamientos, entonces no


son tuyos sino que son inyectados por el
demonio, de los cuales es responsable,
no tú. Si luchas contra ellos, no son más
tuyos que las maldiciones y falsedades
de los alborotadores en la calle. Es por
medio de estos pensamientos que el
diablo te lleva a la desesperación, o al
menos te impide confiar en Jesús. La
pobre mujer enferma no pudo venir a
Jesús por la presión de la multitud, y tú
estás en la misma condición, debido a la
avalancha y la gran cantidad de
pensamientos terribles. Aun así, extendió
el dedo, tocó el borde del manto del
Señor y fue sanada. Haz lo mismo.
Jesús murió por aquellos que son
culpables de «todo tipo de pecado y
blasfemia» y, por lo tanto, estoy seguro
de que no rechazará a los que son
infelices esclavos de malos
pensamientos. Descansa en Él, con todo
y tus pensamientos, y ve si no es
poderoso para salvarte. El puede calmar
esos horribles susurros del demonio, o
puede permitirte verlos en su verdadera
luz para que no te preocupes por ellos. A
su propia manera Él puede salvarte y lo
hará y te dará una perfecta paz. Confía
solamente en Él para esto y para todo lo
demás.
Charles Spurgeon (1834-1892), extracto del libro All
Of Grace (1886)
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Dios no te condenará por los pensamientos de tentación que Satanás o sus


subordinados sugieren en tu mente
Pablo reconocía que no era su espíritu, su verdadero hombre interior, el que hacía
cosas pecaminosas, porque el no las quería hacer. Más bien era una naturaleza
pecaminosa que aun no había aprendido a controlar por completo.

Esta es una importante verdad que los cristianos que sufren de TOC deben
reconocer. Cuando sus pacientes se encuentran involuntariamente pensando en
cosas que no desean pensar, el doctor Schwartz los anima a reconocer que es un
mero síntoma de TOC. Él les enseña a pensar «no soy yo, es mi TOC». No es su
verdadera persona interior la que piensa aquellos pensamientos. Los
pensamientos involuntarios son un mero síntoma de que una porción de su
cerebro no está funcionando bien.

Como un cristiano que lucha contra el TOC, puedes decirte algo parecido cuando
un pensamiento no deseado, intrusivo aparezca: «No soy yo, es solamente mi
carne». O «no soy yo, es solamente una tentación».

Reconocer esta verdad ayuda a los pacientes con TOC a saltar la cinta de correr y
detener el ciclo de retroalimentación sin fin. Los pensamientos no deseados
deben ser visto como lo que verdaderamente son, como travesuras de un cerebro
carnal que no se está comportando como deseamos, o como tentaciones sugeridas
a tu mente desde una fuente externa. Cuando reconocemos que estos
pensamientos no son verdaderas expresiones de nuestro interior, entonces
podremos entender por qué Dios está dispuesto a tener misericordia de nosotros.

Podemos entonces reconocer, como Pablo:


Porque Dios sujetó a todos en
desobediencia, para tener misericordia
de todos.
Romanos 11:32

Solo tenemos que confesar nuestros pecados, incluidos los pensamientos


pecaminosos y Dios los perdonará:

Si confesamos nuestros pecados, él es


fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad.
1 Juan 1:9
Al igual que Pablo podemos reconocer que, «Ahora, pues, ninguna condenación
hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino
conforme al Espíritu.»
¿Lo entendiste? «NINGUNA CONDENACIÓN HAY PARA LOS QUE ESTÁN
EN CRISTO JESÚS». Debido a que no es tu verdadero tú, tu espíritu, el que
tiene esos pensamientos no deseados, Dios no te condenará por ellos, porque
estás en unión con Cristo Jesús.

Así que para responder a la pregunta: «¡Qué pensamiento tan horrible! ¿Dios me
perdonará por esto?» ¡Sí! ¡Dios te perdonará si te arrepientes y confiesas! Te
perdonará por tres razones:
No fue el verdadero tú, tu espíritu, quien inició ese pensamiento no deseado.
Fue tu carne.

Pasaje clave: Romanos 7:20


Los pensamientos del TOC vienen de tu propio cerebro. Eso es lo que los hace
parecer tan aterradores. Pero déjame aclarar de nuevo lo siguiente: el verdadero
tú, tu espíritu, no es tu mismo cerebro. Tu espíritu es el centro de tu voluntad, le
dice a tu cerebro que pensar. Pero debido al TOC, tu cerebro no siempre piensa
lo que tu espíritu desea que pienses. Tu cerebro impulsivamente piensa cosas
indeseables, y sí, a veces momentáneamente incluso quiere pensarlas. Esto es
mucho más probable que suceda si tu cerebro está cansado, sobre estimulado,
frustrado o asustado. Cuando tienes un pensamiento de TOC, tu carne
momentáneamente gana control y no obedece a tu espíritu.

¿Cómo puedes saber si un pensamiento vino de tu espíritu o de tu naturaleza


pecaminosa? Si no te sientes feliz cuando tienes esos pensamientos, te arrepientes
y quieres dejarlos, entonces fue tu carne la que los pensó, no tu verdadero yo. Por
eso cuando los apóstoles estaban tratando de permanecer despiertos y orar, pero
se durmieron, Jesús dijo: «el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es
débil». A Jesús no le agradó que los discípulos durmieran, pero lo entendió y los
perdonó.

Por eso Dios nos perdona por aquellos pensamientos. Él sabe que tu espíritu está
dispuesto, aunque tu mente no siempre obedece a tu espíritu.

Jesús murió por ese pecado.

El siguiente día vio Juan a Jesús que


venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de
Dios, que quita el pecado del mundo.
Juan 1:29
Él prometió perdonarnos si confesamos nuestros pecados (1 Juan 1:9)
Sabiendo que Dios no te condenará, ya no necesitas temer el castigo ¡Puedes salir
de la caminadora! Ahora puedes apartar tu mente de esos pensamientos
pecaminosos hacia otras cosas, hacia cosas buenas.

PREGUNTAS: «¿Quiere decir esto que no soy realmente un cristiano (o uno


de los elegidos)? Un verdadero cristiano no pensaría cosas así, ¿o sí? «
Los cristianos no son perfectos aun. Incluso el apóstol Pablo escribió en
Filipenses 3:12, «No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que
prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo
Jesús.»

Ninguno de nosotros será hecho perfecto hasta que estemos con Cristo en el cielo
(Hebreos 12:23). De todas formas, podemos y debemos crecer hacia la perfección
o la madurez.

Así que sí, es posible que un verdadero cristiano tenga pensamientos no


deseados. Tal como hemos visto en Romanos capítulo 7, el mismo Pablo a veces
sufrió con pensamientos no deseados. Todos los cristianos lo hacen. Por
supuesto, los no cristianos también sufren con pensamientos no deseados. Pero
hay una diferencia crucial que distingue al elegido del perdido. Es su fe, o
confianza en Cristo.

De cierto, de cierto os digo: El que cree


en mí,  tiene vida eterna.
Juan 6:47
¿Haz puesto tu confianza en Jesús para salvación? ¿haz confiado en el como tu
Señor y Maestro? ¿te has comprometido a servirle? sí así es, de acuerdo al pasaje
de arriba, AHORA TIENES vida eterna. ¡La posees ahora mismo!

Solo piensa en esto. La vida eterna es una vida que nunca acaba. Si alguna vez la
fueras a perder no sería eterna, ¿o sí? Jesús definió la vida eterna de esta manera
cuando dijo:

De cierto, de cierto os digo: El que oye


mi palabra, y cree al que me envió,  tiene
vida eterna; y  no vendrá a condenación,
mas  ha pasado de muerte a vida.
Juan 5:24
Si alguien posee vida eterna, entonces «NO VENDRÁ A CONDENACIÓN»
sino que «HA PASADO DE MUERTE A VIDA».

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las


conozco, y me siguen, y yo les doy vida
eterna; y  no perecerán jamás, ni nadie
las arrebatará de mi mano. Mi Padre
que me las dio, es mayor que todos, y
nadie las puede arrebatar de la mano de
mi Padre.
Juan 10:27-29
¿Escuchas las palabras de Jesús y lo sigues? Entonces Él sabe que eres suyo. Te
da vida eterna, no perecerás jamás. ¡Nadie puede arrebatarte de su mano! ¡Ni
Satanás, ni un falso maestro, ni tu mismo! Si pudieras alguna vez perecer,
entonces no tendrías verdadera vida eterna. Pero de acuerdo a Jesús ¡ya posees
vida eterna! Sí, haz recibido verdadera vida eterna si pusiste tu fe en Él.

PREGUNTA: «¿He cometido el pecado imperdonable?«


Por favor lee el artículo What is the blasphemy against the Holy Spirit? (¿Qué es
la blasfemia contra el Espíritu Santo? en inglés del autor original de este
artículo) para entender en que consiste el pecado imperdonable. Por ahora basta
con decir que si lo hubieras cometido, no estarías muy preocupado por eso,
porque quienes lo cometen no se pueden arrepentir como veremos ahora.
PREGUNTAS: «¿Iré al infierno? ¿Me he apartado de Dios (o he perdido mi
salvación)?«
¿Te arrepientes de las cosas que has hecho y estás dispuesto al cambio? Entonces
no te has alejado de Dios ni perdido tu salvación. Aquellos que se han alejado de
Dios no pueden renovarse al arrepentimiento. Permanece tranquilo ya que si estás
arrepentido, no te has apartado de Dios.

Porque es imposible que los que una vez


fueron iluminados y gustaron del don
celestial, y fueron hechos partícipes del
Espíritu Santo, y asimismo gustaron de
la buena palabra de Dios y los poderes
del siglo venidero, y recayeron,  sean otra
vez renovados para arrepentimiento,
crucificando de nuevo para sí mismos al
Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.
Hebreos 6:4-6

No solo eso, sino que aquellos que se apartan que se apartan de Jesús nunca
creyeron ya que el escritor de la carta a los Hebreos continúa diciendo que
«apartarse» (abandonar a Cristo) no «pertenece a la salvación». Más bien es el
final de aquellos que llevan tercamente «espinos y abrojos» (malas acciones) a
pesar de las muchas oportunidades de arrepentimiento de un Dios amoroso y
misericordioso.

Porque la tierra que bebe la lluvia que


muchas veces cae sobre ella, y produce
hierba provechosa a aquellos por los
cuales es labrada, recibe bendición de
Dios; pero la que produce  espinos y
abrojos es reprobada, está próxima a ser
maldecida, y su fin es el ser quemada.
Pero en cuanto a vosotros, oh amados,
estamos persuadidos de  cosas mejores, y
que pertenecen a la salvación, aunque
hablamos así.
hebreos 6:7-9 rvr1960
¿Estás arrepentido? ¿Aun amas a Jesús? ¿Deseas servir a Dios? Entonces no te
has apartado.

Los pensamientos producidos por el TOC no harán que Dios te condene, o que
pierdas tu salvación, ni impedirán que Dios ame y acepte a cualquiera que haya
creído en Cristo. Tu aceptación delante de Dios está basada en la justicia de
Cristo, no en tu propia justicia. Por favor lee el siguiente artículo para saber más
de esto: Why We Must Be Clothed In the Righteousness of Christ! (¡Por qué
debemos revistar de la Justicia de Cristo! en inglés del autor original de este
artículo).

Pon tu mente en paz, querido amigo cristiano. Aquellos pensamientos no


deseados son solo síntomas de tu naturaleza inferior, tu carne. Dios sabe que tu
naturaleza superior, tu espíritu, no desea tener tales pensamientos. Él te entiende
y te perdonará. Así que confiesa estos pecados a Jesús y resuelve, con su ayuda,
no volver a cometerlos. Él te perdonará y te limpiará de toda maldad. Deja de
preocuparte por esos pensamientos y ellos se irán. Ellos no te pueden separar del
amor de Dios. Nada lo puede hacer:

¿Quién nos separará del amor de


Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o
persecución, o hambre, o desnudez, o
peligro, o espada? Como está escrito:
Por causa de ti somos muertos todo el
tiempo; Somos contados como ovejas de
matadero. Antes, en todas estas cosas
somos más que vencedores por medio de
aquel que nos amó. Por lo cual estoy
seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni
ángeles, ni principados, ni potestades, ni
lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni
lo profundo, ni ninguna otra cosa creada
nos podrá separar del amor de Dios, que
es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Romanos 8:35-39

Recuerda que Dios mismo dijo: «No te desampararé, ni te dejaré» (Hebreos


13:5). Dios nunca te soltará: ¡Él nunca NUNCA te abandonará, incluso cuando
estés en medio de una lucha contra el TOC!

Cuando se vaya el falso temor de condenación, encontrarás que los pensamientos


no deseados se irán, porque serás capaz de poner tu mente en otras cosas, en
pensamientos buenos y que traigan paz. Esto es importante. Relájate. ¡No hay
nada que temer ahora! Piensa cuanto te ama Dios: tanto que envió a su hijo
unigénito para que muriera por ti. Si Él dio a su precioso, su único hijo por ti, ¿no
te dará todo lo que necesitas para estar en paz y mucho, mucho más? Piensa en el
perdón, el maravilloso perdón que fluye libremente y que tienes en Jesús. Piensa
en el consolador, que está para confortarte, para guiarte y para fortalecerte.
¡Descansa en los brazos del buen pastor Jesús y ten paz! Él no permitirá que te
ocurra ningún daño. Descansa y encontrarás que Dios renovará y refrescará tu
mente cansada.
Por lo demás, hermanos, todo lo que es
verdadero, todo lo honesto, todo lo justo,
todo lo puro, todo lo amable, todo lo que
es de buen nombre; si hay virtud alguna,
si algo digno de alabanza, en esto
pensad.
Filipenses 4:8
Descansa mi querido amigo cristiano en las promesas de perdón, vida eterna y
amor ilimitado. Entrega a Él todas tus ansiedades y encuentra la paz que
sobrepasa todo entendimiento.

Por nada estéis afanosos, sino sean


conocidas vuestras peticiones delante de
Dios en toda oración y ruego, con
acción de gracias. Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará
vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4:6-7

Escucha las palabras de Jesús:


La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Juan 14:27

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