Alicia en El Pais de Las Maravillas de Lewis Carroll
Alicia en El Pais de Las Maravillas de Lewis Carroll
LAS
AVENTURAS
de
Alicia
EN EL pAíS DE
LAS
LEWIS CARROLL
M!avill
as
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas antropomórficas. El libro juega con la
lógica, dando a la novela gran
Título original: Alice’s Adventures in
Wonderland popularidad tanto en niños como en
adultos. Está considerada una de las
Las aventuras de Alicia en el país de mejores novelas del género del
las maravillas, comúnmente Sinsentido. Su narrativa y estructura,
abreviado como Alicia en el país de junto con sus personajes, han sido una
las maravillas, es una novela de gran influencia tanto en la cultura
fantasía escrita por el matemático, popular como en la literatura, sobre
lógico, fotógrafo y escritor británico todo en el género fantástico.
Charles Lutwidge Dodgson, bajo el © De esta traducción: desconocida
© Del arte de la portada: John
seudónimo de Lewis Carroll,
Tenniel, ilustrador dela obra original
publicada en 1865. La historia cuenta
© de la portada: Adoro Leer
cómo una niña llamada Alicia cae por
un agujero, encontrándose en un © de esta edición: Adoro Leer
mundo peculiar y extraño, poblado
por humanos y criaturas
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas cerca de ella un Conejo Blanco de ojos
rosados.
El Conejo se llevó un susto tremendo, dejó —Estoy segura de no ser Ada —dijo
caer los guantes blancos de cabritilla y el —, porque su pelo cae en grandes rizos, y el
abanico, y escapó a todo correr en la mío no tiene ni medio rizo.Y estoy segura
oscuridad. de que no puedo ser Mabel, porque yo sé
muchísimasc o s a s , y e l l a , o h , ¡ e l l a s a b e
Alicia recogió el abanico y los guantes, Y, poquísimas! Además, ella es ella, y yo s o y y
como en el vestíbulo hacía mucho calor, o , y. . . ¡ D i o s m í o , q u érompecabezas! Voy
estuvo abanicándose todo eltiempo mientras a ver si sé todaslas cosas que antes sabía.
se decía: Veamos: cuatro por cinco doce, y cuatro por
seistrece, y cuatro por siete... ¡Dios mío!
—¡Dios mío! ¡Qué cosas tan extrañas pasan ¡Así no llegaré nunca a veinte! De todos
hoy! Y ayer todo pasaba como modos, la tabla de multiplicar no significa
de costumbre. Me pregunto si habrécambiado nada. Probemos con la geografía. Londres
durante la noche. Veamos: es la capital de París, y París es la capital de
¿era yo la misma al levantarme esta
m añana? Me parece que puedo recordar
Roma, y Roma... No, lo he dicho todo mal,
t o y s e g u r a . ¡ Me deboAlicia
e sadoroleer.com h aenb eelr País de las Maravillas tendré juguetes parajugar, y ¡tantas lecciones
convertido en Mabel! Probaré, por ejemplo el que aprender! No, estoy completamente
de la industriosa abeja. decidida: ¡si soy Mabel, me quedaré aquí! De
nada servirá que asomen sus cabezas por el
Cruzó las manos sobre el regazo y notóque la pozo y me digan: «¡Vuelve a salir, cariño!»
voz le salía ronca y extraña y laspalabras no Me limitaré a mirar hacia arriba y a decir:
eran las que deberían ser: «¿Quién soy ahora,veamos? Decidme esto
primero, y después, si me gusta ser esa
¡Ves como el industrioso cocodrilo persona, volveré a subir. Si no me gusta,
mequedaré aquí abajo hasta que seaalguien
Aprovecha su lustrosa cola distinto...» Pero, Dios mío — exclamó Alicia,
Y derrama las aguas del Nilo hecha un mar de lágrimas—, ¡cómo me
gustaría que asomaran de veras sus cabezas
por el pozo! ¡Estoy tan cansada de estar sola
¡Con que alegría muestra sus dientes
aquí abajo!
Con que cuidado dispone sus uñas Y se
Al decir estas palabras, su mirada se
dedica a invitar a los pececillos
fijó en sus manos, y vio con sorpresa que
Para que entren en sus mientras hablaba se había puesto uno de los
Sonrientes mandíbulas! pequeños guantes blancosde cabritilla del
Conejo.
¡Estoy segura que ésas no son las palabras! Y
a la pobre Alicia se le llenaron otra vez los
ojos de lágrimas. —¿Cómo he podido hacerlo? —se
pregunt ó—. Tengo que haberme
—¡Seguro que soy Mabel! Y tendréque ir a
vivir a aquella casucha horrible, y casi no
adoroleer.com
encogido otra vez. Alicia en el País de las Maravillas Mientras decía estas palabras, le resbaló un
pie, y un segundo más tarde, ¡chap!, estaba
Se levantó y se acercó a la mesa para hundida hasta el cuello en agua salada. Lo
comprobar su medida. Y descubrió que, primero que se le ocurrió fue que se había
según sus conjeturas, ahora no medía más de caído de alguna manera en el mar.
sesenta centímetros, y seguía achicándose
rápidamente. Se dio cuenta en seguida de «Y en este caso podré volver a casa en tren»,
que la causa de todo era el abanico que tenía se dijo.
en la mano, y lo soltó a toda prisa, justo a
tiempo para no llegar a desaparecer deltodo. (Alicia había ido a la playa una solavez
en su vida, y había llegado a la conclusión
—¡De buena me he librado ! —dijo general de que, fuera uno a donde fuera, la
Alicia, bastante asustada por aquel cambio costa inglesa estaba siempre llena de casetas
inesperado, pero muy contenta de verse sana de baño, niñosjugando con palas en la arena,
y salva—. ¡Y ahora al jardín! después una hilera de casas y detrás una
estación de ferrocarril.) Sin embargo,
Y echó a correr hacia la puertecilla. pronto comprendió que estaba en el c h a r c o
Pero, ¡ay!, la puertecita volvía a estar cerrada de l á g r i m a s que h a b í a derramado
y la llave de oro seguía como antes sobre la cuando medía casi tresmetros de estatura.
mesa de cristal. «¡Las cosas están peor que
nunca!», pensó la pobre Alicia. «¡Porque —¡Ojalá no hubiera llorado tanto! — dijo
nunca había sido tan pequeña como ahora, Alicia, mientras nadaba a su alrededor,
nunca! intentando encontrar la salida—. ¡Supongo
¡Y declaro que la situación se está poniendo
imposible!»
que ahora recibiré el castigo Alicia
adoroleer.com en el País de las Maravillas
y moriré recordó haber leído enla Gramática Latina
ahogada en mis propias lágrimas! ¡Será de de su hermano «Elratón – del ratón - al ratón
veras una cosa extraña! Pero todo es extraño - para el ratón - ¡oh, ratón!» El Ratón la miró
hoy. atentamente, y a Alicia le pareció que le
guiñaba uno de sus ojillos, pero no dijo nada.
En este momento oyó que alguien chapoteaba «Quizá no sepa hablaringlés», pensó Alicia.
en el charco, no muy lejos de ella, y nadó «Puede ser unratón francés, que llegó hasta
hacia allí para ver quién era. Al principio aquí con Guillermo el Conquistador.»
creyó que se trataba de una morsa o un (Porque a pesar de todos sus
hipopótamo, pero después se acordó de lo conocimientos de historia, Alicia no tenía
pequeña que era ahora, y comprendió que una idea muy clara de cuánto tiempo atrás
sólo era un ratón que había caído en el charco habían tenido lugar algunas cosas.) Siguió
como ella. pues:
—Bueno, puede que no —dijo Alicia en tono —¡No la volveré a pronunciar! —dijo Alicia,
conciliador—. No se enfadepor esto. Y, sin apresurándose a cambiar el tema de la
embargo, me gustaría poder enseñarle a conversación—.¿Es usted...
nuestra gata Dina.Bastaría que usted la viera es usted amigo... de... de los perros?
para queempezaran a gustarle los gatos. Es
tan bonita y tan suave —siguió Alicia,
El Ratón no dijo nada y Alicia siguió
hablando casi para sí misma, mientras nadaba diciendo atropelladamente—: Hay
perezosa por el charco—, y ronronea tan
dulcemente junto al fuego, lamiéndose cerca de casa un perrito tan mono que me
las patitas y lavándose la cara... y es tan gustaría que lo conociera. Unpequeño terrier
agradable tenerla en brazos... y es tan hábil de ojillos brillantes, sabe, con el pelo largo,
cazando ratones... ¡Oh, perdóneme, porfavor! rizado, castaño.Y si le tiras un palo, va y lo
—gritó de nuevo Alicia, porque esta vez al trae, y se sienta sobre dos patas para pedir la
Ratón se le habían puesto todos los pelos de comida, y muchas cosas más... no me acuerdo
punta y tenía que est ar enf ad ado de ni de la mitad... Y es de un granjero, sabe, y
ver a s—. No hablaremos más de Dina, si el granjero dice quees un pe rro tan útil que
usted no quiere. no lo vendería ni por cien libras. Dicque mata
todas las ratas y... ¡Dios mío!
—¡Hablaremos dices! —chilló el Ratón,
que estaba temblando hasta la mismísima
punta de la cola—.¡Como si yo fuera a
hablar de semejante tema!Nuestra familia ha —exclamó Alicia trastornada—. ¡Temo que
lo adoroleer.com
he ofendido otra vez! Alicia en el País de las Maravillas
CAPÍTULO 3
Porque el Ratón se alejaba de ella nadando
con todas sus fuerzas, y organizaba una
auténtica tempestad en la charca con su
UNA CARRERA LOCA YUNA
violento chapoteo. Alicia lo llamó
LARGA HISTORIA
dulcemente mientrasnadaba tras él:
—¡Ratoncito querido! ¡vuelve atrás, y no
hablaremos más de gatos ni de perros, puesto
que no te gustan! El grupo que se reunió en la orilla tenía un
aspecto realmente extraño: lospájaros con las
Cuando el Ratón oyó estas palabras, dio plumas sucias, los otrosanimales con el pelo
media vuelta y nadó lentamente hacia ella: pegado al cuerpo, y todos calados hasta los
tenía la cara pálida (de emoción, pensó huesos,malhumorados e incómodos.
Alicia) y dijo con vocecita temblorosa:
Lo primero era, naturalmente, discurrir el
—Vamos a la orilla, y allí te contaré mi modo de secarse: lo discutieron entre ellos,
historia, y entonces comprenderás por qué y a los pocos minutos aAlicia le parecía de lo
odio a los gatos y a los perros. más natural encontrarse en aquella reunión y
hablarfamiliarmente con los animales, como
Ya era hora de salir de allí, pues la charca se si los conociera de toda la vida.
iba llenando más y más delos pájaros y
animales que habían caído en ella: había un
pato y un dodo, un loro y un aguilucho y otras
curiosas criaturas. Alicia abrió la marcha y
todoel grupo nadó hacia la orilla.
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas
Y el Ratón se levantó y se fue muy enfadado. —¡Calla esa boca, mamá! —protestó con
aspereza la Cangrejita—. ¡Eres capaz de
—¡Ha sido sin querer! exclamó la pobre acabar con la paciencia deuna ostra!
Alicia—.¡Pero tú te enfadas con tanta
facilidad! —¡Ojalá estuviera aquí Dina con nosotros!
—dijo Alicia en voz alta, pero sin dirigirse a
El Ratón sólo respondió con un nadie en particular
gruñido, mientras seguía alejándose. —. ¡Ella sí que nos traería al Ratón en un san
—¡Vuelve, por favor, y termina tu tiamén!
historia! —gritó Alicia tras él.
Y los otros animales se unieron a ella y —¡Y quién es Dina, si se me permitela
gritaron a coro: pregunta? —quiso saber el Loro.
—¡Sí, vuelve, por favor! Alicia contestó con entusiasmo, porque
adoroleer.com
siempre Alicia
estaba dispuesta a hablar de en el País de las Maravillas
suamiga
—¡Ojalá no hubiera hablado de Dina!
favorita:
—se dijo en tono melancólico—.
—Dina es nuestra gata. ¡Y no podéis ¡Aquí abajo, mi gata no parece gustarle a
imaginar lo lista que es para cazar ratones! nadie, y sin embargo estoy bien segura de que
¡Una maravilla! ¡Y me gustaría que la es la mejor gata del mundo! ¡Ay, mi Dina, mi
vierais correr tras los pájaros! ¡Se zampa un querida Dina! ¡Me pregunto si volveré a verte
pajarito en un abrir y cerrar de ojos! alguna vez!
Estas palabras causaron una impresión Y la pobre Alicia se echó a llorar de nuevo,
terrible entre los animales que la porque se sentía muy sola ymuy deprimida.
r o d e a b a n . A l g u n o s p á j a r o s se Al poco rato, sin embargo, volvió a oír un
apresuraron a levantar el vuelo. Una vieja ruidito de pisadas a lo lejos y levantó la vista
urraca se acurrucó bien entre sus plumas, esperanzada, pensando que a lo mejor el
mientras murmuraba: «No tengo más Ratón había cambiado de idea y volvía atrás
remedio que irme a casa; el frío de la noche para terminar su historia.
no le sienta bien a mi garganta». Y un canario
reunió a todos sus pequeños, mientras les
decía con una vocecilla temblorosa:
«¡Vamos, queridos! ¡Es hora de que estéis
todos en la cama!» Y así, con distintos
pretextos, todos se fueron de allí, y en unos
segundos Alicia se encontró
completamente sola.
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas voluntad se puso también ella a buscar por
todos lados, pero no encontró ni rastro de
ellos. En realidad,todo
CAPÍTULO 4
parecía haber cambiado desde que ella cayó
en el charco, y el vestíbulo con la mesa de
LA CASA DEL CONEJO
cristal y la puertecilla habían desaparecido
completamente.
Era el Conejo Blanco, que volvía con un
A los pocos instantes el Conejo descubrió la
t r ot e ci l l o sal t ar í n y mi r aba
presencia de Alicia, que andaba buscando los
ansiosamente a su alrededor, como si hubiera
guantes y el abanico de un lado a otro, y le
perdido algo. Y Alicia oyó quemurmuraba:
gritó muy enfadado:
—¡La Duquesa! ¡La Duquesa! ¡Oh, mis
—¡Cómo, Mary Ann, qué demonios e s t
queridas patitas! ¡Oh, mi piel ymis bigotes !
á s h a c i e n d o a q u í ! C o r r einmediatamente
¡Me hará ejecutar, tanseguro como que los
a casa y tráeme un par de guantes y un
grillos son grillos ! ¿Dónde demonios puedo
abanico! ¡Aprisa!
haber l os dej ado caer ? ¿Dónde?
¿Dónde? Alicia se llevó tal susto que salió corriendo
en la dirección que el Conejo le señalaba,
Alicia comprendió al instante que sin intentar explicarle que estaba
equivocándose
¡Y vaya si la hizo crecer! ¡Mucho más aprisa —Ahora no puedo hacer nada más, pase lo
de lo que imaginaba! Antes que pase. ¿Qué va a ser de mí?
de que hubiera bebido la mitad del frasco, se Por suerte la botellita mágica había
encontró con que la cabezale tocaba contra producido ya todo su efecto, y Alicia dejó de
el techo y tuvo que doblarla para que no se le crecer. De todos modos, se sentía incómoda
rompiera el cuello. Se apresuró a soltar la y, como no parecíahaber posibilidad alguna
botella, mientras se decía: de volver asalir nunca de aquella habitación,
no esde extrañar que se sintiera también muy
—¡Ya basta! Espero que no seguiré desgraciada.
creciendo... De todos modos, no paso ya por
la puerta... ¡Ojalá no hubiera bebido tan —Era mucho más agradable estar enmi
aprisa! casa —pensó la pobre Alicia—. Allí, al
menos, no me pasaba el tiempo
¡Por desgracia, era demasiado tarde para
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas ¡Eso si que no me gustaría nada! ¡Pero qué
tonta eres, Alicia! —se rebatió a sí misma—.
¿Cómo vas a poder estudiar lecciones metida
creciendo y disminuyendo de tamaño, y
aquí dentro? Apenas si hay sitio para ti, ¡Y
recibiendo órdenes de ratones y conejos. asi
desde luego no queda ni un rinconcito para
preferiría no haberme metido en la
libros de texto! Y así siguió discurseando un
madriguera del Conejo... Y, sin embargo,
buen rato, unas veces en un sentido y otras
pese a todo, ¡no sepuede negar que este
llevándose a sí misma la contraria,
género de vida resulta interesante! ¡Yo
manteniendo en definitiva una conversación
misma me pregunto qué puede haberme
muy seria, como si se tratara de dos
sucedido! Cuando leía cuentos de hadas,
personas.
nunca creí que estas cosas pudieran ocurrir en
la realidad, ¡y aquí me tenéis metida hasta el
Hasta que oyó una voz fuera de la casa, y
cuello en una aventura de éstas! Creo que
debiera escribirse un libro sobre mí, sí, señor. dejó de discutir consigo misma para
Y cuando sea mayor, yo misma lo escribiré... escuchar.
Pero yano puedo ser mayor de lo que soy
ahora —añadió con voz lúgubre—. Al —¡Mary Ann! ¡Mary Ann! —decía la voz—
menos, no me queda sitio para hacerme . ¡Tráeme inmediatamente mis guantes!
mayor mientras esté metidaaquí dentro.
Después Alicia oyó un ruidito de pasospor la
Pero entonces, ¿es que nunca me haré mayor escalera. Comprendió que era el Conejo que
de lo que soy ahora? Por una parte, esto sería subía en su busca y se echó a temblar con
una ventaja, no llegaría nunca a ser una tal fuerza que
vieja, pero por otra parte ¡tener siempre
lecciones que
aprender! ¡Vaya lata!
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas sobre un invernadero o algo por el estilo.
Después se oyó una
sacudió toda la casa, olvidando que ahora era voz muy enfadada, que era la del Conejo:
mil veces mayor que el Conejo Blanco y no
había por tanto motivo alguno para tenerle —¡Pat! ¡Pat! ¿Dónde estás? ¿Dónde estás?
miedo.
Y otra voz, que Alicia no había oído hasta
Ahora el Conejo había llegado ante la puerta, entonces:
e intentó abrirla, pero, como la puerta se abría
hacia adentro y el codo de Alicia estaba —¡Aquí estoy, señor! ¡Cavando en busca de
fuertemente apoyado contra ella, no manzanas, con permiso del señor!
consiguió moverla. Alicia oyó que se decía
para sí: —¡Tenías que estar precisamente cavando
en busca de manzanas! — replicó el Conejo
—Pues entonces daré la vuelta yentraré por muy irritado—. ¡Ven aquí inmediatamente!
la ventana. ¡Y ayúdame asalir de esto!
Y, después de esperar hasta que creyó oír al —Y ahora dime, Pat, ¿qué es eso que hay en
Conejo justo debajo de la ventana, abrió de la ventana?
repente la mano ehizo gesto de atrapar lo que
estuviera a su alcance. No encontró nada, —Seguro que es un brazo, señor —(y
pero oyó un gritito entrecortado, algo que pronunciaba «brasso»).
caía y un estrépito de cristales rotos, loque le
hizo suponer que el Conejo se había caído —¿Un brazo, majadero? ¿Quién ha
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas «¡Me pregunto qué harán ahora! Si se trata de
sacarme por la ventana, ojalá
pudieran lograrlo. No tengo ningunas ganas
visto nunca un brazo de este tamaño?
de seguir mucho rato encerrada aquí dentro.»
¡Pero si llena toda la ventana! Esperó unos minutos sin oír nada más. Por
fin escuchó elrechinar de las ruedas de una
—Seguro que la llena, señor. ¡Y sinembargo carretilla y el sonido de muchas voces que
es un brazo! hablaban todas a la vez. Pudo entender
algunas palabras: «¿Dónde está la otra
—Bueno, sea lo que sea no tiene por que estar escalera?... A mí sólo me dijeron que trajera
en mi ventana. ¡Ve y quítalo de ahí! una; la otra la tendrá Bill...
¡ B i l l ! ¡ T r a e la e s c a l e r a a q u í ,
Siguió un largo silencio, y Alicia sólo pudo muchacho!... Aquí, ponedlas en esta
oír breves cuchicheos de vez en cuando, esquina... No, primero átalas la una ala
como «¡Seguro que esto nome gusta nada, otra... Así no llegarán ni a la mitad... Claro
señor, lo que se dice nada!» y «¡Haz de una que llegarán, no seas pesado...
vez lo que te digo, cobarde!» Por último, ¡Ven aquí, Bill, agárrate a esta cuerda!...
Alicia volvió ¿Aguantará este peso el tejado?... ¡Cuidado
con esta teja suelta!... ¡Eh, que se cae!
¡Cuidado conla cabeza!»
a abrir la mano y a moverla en el aire como si
quisiera atrapar algo. Esta vez hubo dos
grititos entrecortados y más ruido de cristales Aquí se oyó una fuerte caída. «Vaya,
rotos. ¿quién ha si- do?... Creo que ha sido Bill...
¿Quién va a bajar por la chimenea?... ¿Yo?
«¡Cuántos invernaderos de cristal debe de Nanay. ¡Baja tú!...
haber ahí abajo!», pensó Alicia.
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas sola: «¡Cogedlo! ¡Eh! ¡Los que estáis junto a
¡Ni hablar! Tiene que bajar Bill... ¡Ven
la valla!» Siguió un silencio y una nueva
aquí, Bill! ¡El amo dice que tienes que bajar aval ancha de voces:
por la chimenea!» «Levantadle la cabeza... Venga un trago...
Sin que se ahogue... ¿Qué ha pasado, amigo?
—¡Vaya! ¿Conque es Bill el que tiene que ¡Cuéntanoslo todo!»
bajar por la chimenea? se dijo Alicia—.
¡Parece que todo se lo cargana Bill! No me Por fin se oyó una vocecita débil yaguda, que
gustaría estar en su pellejo; desde luego esta Alicia supuso sería la voz de Bill:
chimenea es estrecha, pero me parece que
podré daralgún puntapié por ella. —Bueno, casi no sé nada... No quiero más
coñac, gracias, ya me sientomejor... Estoy tan
Alicia hundió el pie todo lo que pudo dentro aturdido que no sé qué decir... Lo único que
de la chimenea, y esperó hasta oír que la recuerdo es que algo me golpeó rudamente,
bestezuela (no podía saberde qué tipo de ¡y salí por los aires como el muñeco de una
animal se trataba) escarbaba y arañaba dentro caja de sorpresas!
de la chimenea, justo encima de ella.
Entonces, mientras se decía a sí misma: —¡Desde luego, amigo! ¡Eso ya lohemos
visto! —dijeron los otros. —
«¡Aquí está Bill! », dio una fuerte patada, y ¡Tenemos que quemar la casa! —dijola
esperó a ver qué pasaba acontinuación. voz del Conejo.
Y Alicia gritó con todas sus fuerzas:
Lo primero que oyó fue un coro devoces que
—¡Si lo hacéis, lanzaré a Dina contra
gritaban a una: «¡Ahí va Bill!», y después la
vosotros!
voz del Conejo
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas Alicia para sus adentros, y añadió en
Alicia, mientras vagaba por el bosque Casi sin saber lo que hacía, cogió del suelo
—es crecer has ta volver a recuperarmi una ramita seca y la levantó hacia el perrito,
estatura. Y lo segundo es encontrar la manera y el perrito dio un salto con las cuatro patas
de entrar en aquel precioso jardín. Me parece en el aire, soltó un ladrido de satisfacción
que éste es el mejor plan de acción. Parecía, y se abalanzó sobre el palo en gesto de
desde luego,un ataque. Entonces Alicia se escabulló
rápidamente tras un gran cardo, parano
plan excelente, y expues to de un modo muy ser arrollada, y, en cuanto apareció por el otro
claro y muy simple. La única dificultad lado, el cachorro volvió a precipitarse contra
radicaba en que no tenía la menor idea de el palo, con tanto entusiasmo que perdió el
cómo llevarlo a cabo. Y, mientras miraba equilibrio y
ansiosamente por entre los árboles, un
pequeñoladrido que sonó justo encima de su
cabeza la hizo mirar hacia arribasobresaltada.
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas
—Y, a pesar de todo, ¡qué cachorrito tan Se puso de puntillas, y miró por
mono era! —dijo Alicia, mientras
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas —¿Quién eres tú? —dijo la Oruga.
encima del borde de la seta, y sus ojos se
encontraron de inmediato con losojos de una No e r a u n a f o r m a d e m a s i a d o a l
gran oruga azul, que estabasentada encima e n t a d o r a d e e m p e z a r u n aconversación.
de la seta con losb r a z o s c r u z a d o Alicia contestó un poco intimidada:
s , f u m a n d otranquilamente una larga pipa
y sin prestar la menor atención a Alicia ni a —Apenas sé, señora, lo que soy en
ninguna otra cosa. este momento... Sí sé quién era al levantarme
esta mañana, pero creo que he cambiado
varias veces desde entonces.
—Bueno, quizá los sentimientos de usted —¡Ven aquí! —la llamó la Oruga a sus
sean distintos a los míos, porque le aseguro espaldas—. ¡Tengo algo importante que
que a mi me parecería muy raro. decirte!
—No, me temo que no está del todo —¿Estás contenta con tu tamaño actual? —
adoroleer.com
preguntó la Oruga. Alicia en el País de las Maravillas por la hierba, al tiempo que decía:
—Bueno, me gustaría ser un poco más alta, si —Un lado te hará crecer, y el otro lado
a usted no le importa. ¡Siete centímetros te hará disminuir.
es una estatura tan insignificante!
—Un lado ¿de qué? El otro lado ¿de que? —
¡Es una estatura perfecta! —dijo la Oruga se dijo Alicia para sus adentros.
muy enfadada, irguiéndose cuan larga era
(medía exactamente siete centímetros). —De la seta —dijo la Oruga, como si la niña
se lo hubiera preguntado en vozalta.
—¡Pero yo no estoy acostumbrada amedir
siete centímetros! se lamentó la pobre Y al cabo de unos instantes se perdióde
Alicia con voz lastimera, mientras vista.
pensaba para sus adentros:
«¡Ojalá estas criaturas no se ofendieran tan
Alicia se quedó un rato contemplando
fácilmente!»
pensativa la seta, en un intento de descubrir
cuáles serían sus dos lados, y, como era
—Ya te irás acostumbrando —dijo la Oruga,
perfectamente redonda, el problema no
y volvió a meterse la pipa en la boca y resultaba nada fácil. Así pues, extendió los
empezó otra vez a fumar.
brazos todo lo que
Esta vez Alicia esperó pacientemente aque se
pudo alrededor de la seta y arrancó concada
decidiera a hablar de nuevo. Al cabo de uno
mano un pedacito.
o dos minutos la Oruga se sacó la pipa de la
boca, dio unos bostezos y se desperezó.
—Y ahora —se dijo—, ¿cuál será cuál?
Después bajó de la seta y empezó a deslizarse
adoroleer.com
Dio Alicia
un mordisquito al pedazo de en el País de las Maravillas
la mano
derecha para ver el efecto y al —¿Qué puede ser todo este verde? — dijo
Alicia—. ¿Y dónde se habrán marchado mis
instante sintió un rudo golpe en la barbilla. hombros? Y, oh mis pobres manos, ¿cómo es
¡La barbilla le había chocado con los pies! que no puedo veros?
Se asustó mucho con este cambio tan Mientras hablaba movía las manos, pero no
repentino, pero comprendió que estaba pareció conseguir ningúnr e s u l t a d o , s
disminuyendo rápidamente de tamaño, que a l v o u n l i g e r oestremecimiento que agitó
no había por tanto tiempo que perder y que aquella verde hojarasca distante.
debía apresurarse a morder el otro pedazo.
Tenía la mandíbula tan apretada contra los Como no había modo de que sus manos
pies que resultaba difícil abrir la boca, pero lo subieran hasta su cabeza, decidió bajar la
consiguió al fin, y pudo tragar un trocito del cabeza hasta las manos, y descubrió con
pedazo de seta que tenía en la mano entusiasmo que su cuello se doblaba con
izquierda. mucha facilidad en cualquier dirección, como
una serpiente. Acababa de lograr quesu
«¡Vaya, por fin tengo libre la cabeza!»,se dijo cabeza descendiera por el aire en ungracioso
Alicia con alivio, pero el alivio se zigzag y se disponía a introducirla entre
transformó inmediatamente en alarma, al las hojas, que descubrió no eran más que las
advertir que había perdido de vista sus copas delos árboles bajo los que antes había
propios hombros: todo lo que podía ver, al estado paseando, cuando un agudo silbido la
mirar hacia abajo, eraun larguísimo pedazo hizo retroceder a toda prisa.
de cuello, queparecía brotar como un tallo del
mar dehojas verdes que se extendía muy por Una gran paloma se precipitaba contra su
debajo de ella. cabeza y la golpeaba violentamente con las
adoroleer.com
alas. Alicia en el País de las Maravillas esperar a que la Paloma terminara su
discurso.
—¡Serpiente! —chilló la paloma.
—¡Como si no fuera ya bastante engorro
—¡Yo no soy una serpiente! —protestóAlicia empollar los huevos! —dijo la Paloma—.
muy indignada—. ¡Y déjame enpaz! ¡Encima hay que guardarlos día y noche
contra las serpientes! ¡No he podido pegar
—¡Serpiente, más que serpiente! — siguió la ojo durante tres semanas!
Paloma, aunque en un tono menos
convencido, y añadió en una especie de —Siento mucho que sufra usted tantas
sollozo—: ¡Lo he intentado todo, y nada ha molestias —dijo Alicia, que empezaba a
dado resultado! comprender el significado de las palabras de
la Paloma. —¡Y justo cuando elijo el árbol
—No tengo la menor idea de lo que usted está más alto del b o s q u e — c o n t i n u ó la
diciendo! —dijo Alicia. P a l o m a , levantando la voz en un chillido—
, y justo cuando me creía por fin libre de ellas,
—Lo he intentado en las raíces de los árboles, tienen que empezar a bajarculebreando desde
y lo he intentado en lasriberas, y lo he el cielo! ¡Qué asco de serpientes!
intentado en los setos
—siguió la Paloma, sin escuchar lo que —Pero le digo que yo no soy una serpiente.
Alicia le decía—. ¡Pero siempre estas Yo soy una... Yo soy una...
serpientes! ¡No hay modo de librarse de ellas!
—Bueno, qué eres, pues? —dijo la Paloma—
Alicia se sentía cada vez más confusa, . ¡Veamos qué demonios inventas ahora!
pero pensó que de nada serviría todo loque
ella pudiera decir ahora y que era mejor —Soy... soy una niñita —dijo Alicia, llena
deadoroleer.com Aliciatodos
dudas, pues tenía muy presentes en el País de las Maravillas lo que dio oportunidad a la Paloma de añadir:
los cambios que había sufrido a lo largo del
día. —¡Estás buscando huevos! ¡Si lo sabréyo! ¡Y
qué más me da a mí que seas una niña o una
—¡A ot ro con est e cuent o! — respondió serpiente?
la Paloma, en tono del más prof undo
despr eci o — . He visto montones de —¡Pues a mí sí me da! —se apresuró a
niñitas a lo largo de mi vida, ¡pero ninguna declarar Alicia—. Y además da la casualidad
que tuviera un cuello como el tuyo! ¡No, no! de que no estoy buscando huevos. Y aunque
Eres unaserpiente, y de nada sirve negarlo. estuviera buscando
¡Supongo que ahora me dirás que en tuvida te
has zampado un huevo! huevos, no querría los tuyos: no me gustan
crudos.
—Bueno, huevos si he comido — reconoció
Alicia, que siempre decía la verdad—. Pero —Bueno, pues entonces, lárgate — gruño la
es que las niñas también comen huevos, igual Paloma, mientras se volvía a colocar en el
que las serpientes, sabe. nido.
—No lo creo —dijo la Paloma—, pero, si Alicia se sumergió trabajosamente entre los
es verdad que comen huevos, árboles. El cuello se le enredaba entre las
ramas y tenía que pararse a cada momento
entonces no son más que una variedad de para liberarlo.
serpientes, y eso es todo. Al cabo de un rato, recordó quetodavía tenía
los pedazos de seta, ypuso cuidadosamente
Era una idea tan nueva para Alicia, que manos a la obra, mordisqueando primero uno
quedó muda durante uno o dos minutos, y luego elotro, y creciendo unas veces y
adoroleer.comotras, hasta que Alicia
decreciendo en el País de las Maravillas
consiguió Así pues, empezó a mordisquear una vez más
recuperar su estatura normal. el pedacito de la mano derecha, Y no se
atrevió a acercarse a la casita hasta haber
Hacía tanto tiempo que no había tenido un reducido su p r o p i o t a m a ñ o a u n o s
tamaño ni siquiera aproximado al suyo, que v e i n t e centímetros.
al principio se le hizo unpoco extraño. Pero
no le costó mucho acostumbrarse y empezó a
hablar consigo misma como solía.
—Dígame entonces, por favor — preguntó —Yo estaré sentado aquí —observó el
Alicia—, qué tengo que hacerpara entrar. lacayo— hasta mañana...
—... o pasado mañana, quizás —continuó el —Pero ¿qué tengo que hacer yo? — insistió
lacayo en el mismo tono devoz, como si no Alicia.
hubiese pasado absolutamente nada.
—Lo que se te antoje —dijo el criado, y
—¿Qué tengo que hacer para entrar? empezó a silbar.
—volvió a preguntar Alicia alzando la voz.
—¡Oh, no sirve para nada hablar con él! —
murmuró Alicia desesperada—.
—Pero ¿tienes realmente que entrar?
¡Es un perfecto idiota!
—dijo el lacayo—. Esto es lo primero que
hay que aclarar, sabes.
Abrió la puerta y entró en la casa.
Era la pura verdad, pero a Alicia no le gustó
La puerta daba directamente a una gran
nada que se lo dijeran.
cocina, que estaba completamente llena de
humo. En el centro estaba la Duquesa,
—¡Qué pesadez! —masculló para sí—. sentada sobre un taburete de tres patas y con
¡Qué manera de razonar tienen todas estas un bebé en los brazos. La cocinera se
criaturas! ¡Hay para volverse loco! inclinaba sobre el fogóny revolvía el interior
de un enorme puchero que parecía estar lleno
Al lacayo le pareció ésta una buena o de sopa.
p o r t u n i d a d p a r a r e p e t i r s uobservación,
—¡Esta sopa tiene por descontadoAlicia
adoroleer.com en el País de las Maravillas
demasiada que iba dirigida al bebé, y no a ella, de modo
pimienta! —se dijo Alicia para sus adentros, que recobró el valor y siguió hablando.
mientras soltaba el primer estornudo. —No sabía que los gatos de Cheshire
estuvieran siempre sonriendo. En
Donde si había demasiada pimienta era realidad, ni siquiera sabía que los gatos
en el aire. I ncluso la Duquesa pudieran sonreír.
estornudaba de vez en cuando, y el b e
bé estornudaba y aullaba —Todos pueden —dijo la Duquesa—, y
alternativamente, sin un momento de respiro. muchos lo hacen.
Los únicos seres que en aquella cocina no
estornudaban eran la cocinera y un rollizo
—No sabía de ninguno que lo hiciera
gatazo que yacía cerca del fuego, con una
sonrisa deoreja a oreja. —dijo Alicia muy amablemente,
cont enta de haber i ni ci ado una
—¿Por favor, podría usted decirme — conversación.
preguntó Alicia con timidez, pues no estaba
demasiado segura de que fuera correcto por —No sabes casi nada de nada —dijo la
su parte empezar ella la conversación— por Duquesa—. Eso es lo que ocurre.
qué sonríe su gato de esa manera?
A Alicia no le gustó ni pizca el tono de la
—Es un gato de Cheshire —dijo la observación, y decidió que sería oportuno
Duquesa—, por eso sonríe. ¡Cochino! cambiar de tema. Mientras estaba pensando
qué tema elegir, la cocinera apartó la olla de
Gritó esta última palabra con una violencia sopa del fuego, y comenzó a lanzar todo lo
tan repentina, que Alicia estuvo a punto de que caía en sus manos contra la Duquesa y el
dar un salto, pero en seguida se dio cuenta de bebé: primero los hierros del hogar, después
adoroleer.com
una Alicia en La
lluvia de cacharros, platosy fuentes. el País de las Maravillas tierra tarda veinticuatro horas en
Duquesa no dio señales de enterarse, ni
siquiera cuando los ejecutar un giro completo sobre su propio
proyectiles la alcanzaban, y el bebé berreaba eje...
ya con tanta fuerza que era imposible saber
si los golpes le dolíano no. —Hablando de ejecutar —interrumpió la
Duquesa—, ¡que le corten la cabeza!
—¡Oh, por favor, tenga usted cuidado con lo
que hace! —gritó Alicia, mientras saltaba Alicia miró a la cocinera con ansiedad,para
asustadísima para esquivar los proyectiles—. ver si se disponía a hacer algoparecido, pero
¡Le va a arrancar su preciosa nariz! —añadió, la cocinera estaba muy ocupada revolviendo
al ver que un caldero extraordinariamente la sopa y no parecía prestar oídos a la
grande volaba muy cerca de la cara de la conversación,de modo que Alicia se animó a
Duquesa. proseguir su lección:
—Si cada uno se ocupara de sus propios —Veinticuatro horas, creo, ¿o sondoce? Yo...
asuntos —dijo la Duquesa en un gruñido—,
el mundo giraría mucho mejor y con menos —Tú vas a dejar de fastidiarme —dijo la
pérdida de tiempo. Duquesa—. ¡Nunca he soportado los
cálculos!
—Lo cual no supondría ninguna ventaj a
—intervino Alicia, muy contenta de que Y empezó a mecer nuevamente al niño,
se presentara una oportunidad de hacer gala mientras le cantaba una especie de nana, y al
de susconocimientos—. Si la tierra girase final de cada verso propinaba al pequeño
más aprisa, ¡imagine usted el lío que se una fuerte sacudida.
armaría con el día y la noche! Ya sabe que la
y zurra al niñito si se Alicia
adoroleer.com
Grítale pone ena el País de las Maravillas Y la Duquesa salió apresuradamente
estornudar, porque lo hace el benditosólo de la habitación. La cocinera le tiró una
para fastidiar. sartén en el último instante, pero no la
alcanzó.
CORO
(Con participación de la cocinera y el
Alicia cogió al niño en brazos con cierta
bebé) ¡Gua! ¡Gua! ¡Gua!
dificultad, pues se trataba de unacriaturita de
forma extraña y queforcejeaba con brazos y
Cuando comenzó la segunda estrofa, la piernas en todas direcciones, «como una
Duquesa lanzó al niño al aire, estrella de mar», pensó Alicia. El pobre
recogiéndolo luego al caer, con tal violencia pequeño resoplaba como una maquina de
que la criatura gritaba a voz en cuel l o. vapor cuando ella lo cogió, y seencogía y se
Al i ci a apenas podí a distinguir las estiraba con tal furia que durante los primeros
palabras: minutos Alicia se las vio y deseó para evitar
que se le escabullera de los brazos.
A mi hijo le grito,
y si estornuda, ¡menuda paliza! Porque, En cuanto encontró el modo de tener elniño
¿es que acaso no le gusta la pimienta cuando en brazos (modo que consistió en retorcerlo
le da la gana? CORO en una especie de nudo, la oreja izquierda y
¡Gua! ¡Gua! ¡Gua! el pie derecho biens u j e t o s p a r a i m p e d i r
q u e s e deshiciera), Alicia lo sacó al aire
—¡Ea! ¡Ahora puedes mecerlo un pocotú, si libre.
quieres! —dijo la Duquesa al concluir la «Si no me llevo a este niño conmigo», pensó,
canción, mientras le arrojaba el bebé por el «seguro que lo matan en un día o dos.
aire—. Yo tengo que ir a arreglarme para
jugar al croquet con la Reina. ¿Acaso no sería un crimen dejarlo en esta
adoroleer.com
casa?» Alicia
Dijo estas últimas palabras enenalta
el País de las Maravillas La pobre criaturita volvió a soltar un quejido
voz, y el pequeño le respondió con un (¿o un gruñido? era imposible asegurarlo), y
gruñido (para entonces habíadejado ya de los dos anduvieron en silencio durante un
estornudar). rato.
—No gruñas —le riñó Alicia—. Ésano es Alicia estaba empezando a preguntarse a sí
forma de expresarse. misma: «Y ahora, ¿qué voy a hacer yo con
El bebé volvió a gruñir, y Alicia le miró la este chiquillo al volver a mi casa?», cuando
cara con ansiedad, para ver sile el bebé soltó otrogruñido, con tanta violencia
que volvióa mirarlo alarmada. Esta vez no
pasaba algo. No había duda de que tenía una cabíala menor duda: no era ni más ni menos
nariz muy respingona, mucho más parecida que un cerdito, y a Alicia le parecióque
a un hocico que a una verdadera nariz. sería absurdo seguir llevándolo en brazos.
Además los ojos se le estaban poniendo
demasiado pequeños para ser ojos de bebé. A Así pues, lo dejó en el suelo, y sintióun
Alicia no le gustaba ni pizca el aspecto que gran alivio al ver que echaba a trotar y se
estaba tomando aquello. «A lo mejor es adentraba en el bosque.
porque ha estado llorando», pensó, y le miró
de nuevo los ojos,para ver si había alguna «Si hubiera crecido», se dijo a sí m i s m a , «
lágrima. No,no había lágrimas. h u b i e r a si do un ni ño terriblemente feo,
pero como cerditome parece precioso». Y
—Si piensas convertirte en un cerdito, cariño empezó a
—dijo Alicia muy seria—, yo pensar en otros niños que ella conocíay a
no querré saber nada contigo. ¡Conque ándate los que les sentaría muy bien convertirse en
con cuidado! cerditos.
S i s u p i é r a m o s la m a Alicia
«¡adoroleer.com n e r a en de
el País de las Maravillas siempre que llegue a alguna parte — añadió
transformarlos!», se estaba diciendo, cuando Alicia como explicación.
tuvo un ligero sobresalto al ver que el Gato de
Cheshire estaba sentadoen la rama de un árbol
—¡Oh, siempre llegarás a alguna parte
muy próximo a ella.
—aseguró el Gato—, si caminas lo
El Gato, cuando vio a Alicia, se limitó a suficiente!
sonreír. Parecía tener buen carácter, pero
también tenía unas uñas muy largas Y A Alicia le pareció que esto no tenía vuelta
muchísimos dientes, de modo que sería mejor de hoja, y decidió hacer otrapregunta:
tratarlo con respeto.
¿Qué clase de gente vive por aquí?
—Minino de Cheshire —empezó Alicia
tímidamente, pues no estaba del todo segura —En esta dirección —dijo el Gato, haciendo
de si le gustaría este tratamiento: pero el Gato un gesto con la pata derecha
no hizo más que ensanchar su sonrisa, por lo — vive un Sombrerero. Y en esta dirección
que Alicia decidió que sí le gustaba—. —e hizo un gesto con la otra pata — vive una
Liebre de Marzo. Visita al que quieras: los
Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por dos están locos.
favor, qué camino debo seguir para salir de
aquí?
—Esto depende en gran parte del sitio al que
quieras llegar —dijo el Gato. — No me
importa mucho el sitio... —dijoAlicia.
—Entonces tampoco importa mucho el
camino que tomes —dijo el Gato. —...
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas perros gruñen cuando están enfadados, y
mueven la cola cuandoestán contentos. Pues
bien, yo gruño cuando estoy contento, y
—Pero es que a mí no me gusta tratar agente
muevo la cola cuando estoy enfadado. Por lo
loca —protestó Alicia.
tanto, estoy loco.
—Oh, eso no lo puedes evitar — repuso el
—A eso yo le llamo ronronear, no gruñir —
Gato—. Aquí todos estamos locos. Yo estoy
dijo Alicia.
loco. Tú estás loca.
—Llámalo como quieras —dijo el Gato—.
—¿Cómo sabes que yo estoy loca? —
¿Vas a jugar hoy al croquet con la Reina?
preguntó Alicia.
—Me gustaría mucho —dijo Alicia—, pero
—Tienes que estarlo afirmó el Gato—,o no
por ahora no me han invitado.
habrías venido aquí.
—Allí nos volveremos a ver —aseguró el
Alicia pensó que esto no demostraba nada.
Gato, y se desvaneció.
Sin embargo, continuó con sus preguntas:
A Alicia esto no la sorprendi ó
—¿Y cómo sabes que tú estás loco? demasiado, tan acostumbrada estaba yaa que
—Para empezar -repuso el Gato—, los perros sucedieran cosas raras. Estaba todavía
no están locos. ¿De acuerdo? —Supongo que mirando hacia el lugar dondeel Gato había
sí —concedió Alicia. estado, cuando éste reapareció de golpe.
—Muy bien. Pues en tal caso —siguió su —A propósito, ¿qué ha pasado con el bebé?
razonamiento el Gato—, ya sabes que los —preguntó—. Me olvidaba de preguntarlo.
—Se — en el País de las Maravillas
convirtió en un cerditoAlicia
adoroleer.com —Dije cerdito —contestó Alicia—. ¡Ya ver
contestó Alicia sin inmutarse, como si el Gato si dejas de andar apareciendo y
desapareciendo tan de golpe! ¡Me da mareo!
hubiera vuelto de la forma más natural del
mundo.
—De acuerdo —dijo el Gato.
—Ya sabía que acabaría así —dijo el Gato, y
desapareció de nuevo. Y esta vez desapareció despacito, con mucha
suavidad, empezando por la punta de la cola
Alicia esperó un ratito, con la idea de que y terminando por la sonrisa, que permaneció
un rato allí,cuando el resto del Gato ya había
quizás aparecería una vez más, pero no fue
así, y, pasados uno o dos minutos, la niña se desaparecido.
puso en marchahacia la dirección en que le
había dicho que vivía la Liebre de Marzo. —¡Vaya! —se dijo Alicia—. He visto
muchísimas veces un gato sin sonrisa,
—Sombrereros ya he visto algunos — se dijo ¡pero una sonrisa sin gato! ¡Es la cosa más
rara que he visto en toda mi vida!
para sí—. La Liebre de Marzo será mucho
más interesante. Y además,como estamos en
mayo, quizá ya no esté loca... o al menos No tardó mucho en llegar a la casa de la
quizá no esté tanloca como en marzo. Liebre de Marzo. Pensó que tenía que ser
forzosamente aquella casa, porque las
Mientras decía estas palabras, miró hacia chimeneas tenían forma de largas orejas y
el techo estaba recubierto de piel.
arriba, y allí estaba el Gato una vez más,
sentado en la rama de un árbol.
Era una casa tan grande, que no se atrevió a
—¿Dijiste cerdito o cardito? — acercarse sin dar antes un mordisquito al
pedazo de seta de la mano izquierda, con lo
preguntó el Gato.
creció hasta una altura de Alicia
adoroleer.com
que unosendos
el País de las Maravillas cabeza. «Muy incómodo para el Lirón»,
palmos. Aún así, se acercó con cierto recelo, pensó Alicia. «Pero como está dormido,
mientras se decía a sí misma: supongo que no le importa».
—No sabía que la mesa era suya — dijo —Creo que sé la solución.
Alicia—. Está puesta para muchas más de
tres personas. —¿Quieres decir que crees que puedes
encontrar la solución? —preguntó la Liebre
—Necesitas un buen corte de pelo — dijo el de Marzo.
Sombrerero.
—Exactamente —contestó Alicia.
Había estado observando a Alicia con mucha
curiosidad, y estas eran sus primeras
palabras. —Entonces debes decir lo que piensas
—siguió la Liebre de Marzo.
—Debería aprender usted a no hacer
observaciones tan personales —dijo Alicia
con acritud—. Es de muy mala educación. —Ya lo hago —se apresuró a replicar Alicia-
. O al menos... al menos pienso lo que digo...
Al oír esto, el Sombrerero abrió unos ojos Viene a ser lo mismo,
como naranjas, pero lo único que dijo fue: ¿no?
—¡Y sería lo mismo decir —añadió el Lirón, Alicia reflexionó unos instantes.
que parecía hablar en medio de sus sueños-
«respiro cuando duermo» que «duermo —Es día cuatro dijo por fin.
cuando respiro»!
—¡Dos días de error! —se lamentó elS o m
b r e r e r o , y, d i r i g i é n d o s eamargamente a
—Es lo mismo en tu caso —dijo el la Liebre de Marzo,
Sombrerero. a ñ a d i ó — : ¡ Ya t e d i j e q u e l a
mantequilla no le sentaría bien a la
Y aquí la conversación se interrumpió, y el maquinaria!
pequeño grupo se mantuvo en silencio unos
instantes, mientras Alicia intentaba recordar —Era mantequilla de la mejor — replicó la
todo lo que sabía de cuervos y de escritorios, Liebre muy compungida.
que no erademasiado.
—Sí, pero se habrán metido tambiéna l g
El Sombrerero fue el primero en romper el u n a s m i g a j a s — g r u ñ ó e lSombrerero—.
silencio.
No debiste utilizar el cuchillo del pan.
—¿Qué día del mes es hoy? — preguntó,
dirigiéndose a Alicia. La Liebre de Marzo cogió el reloj y lo miró
con aire melancólico: después lo sumergió en
Se había sacado el reloj del bolsillo, y lo su taza de té, y lo miró de nuevo. Pero no se
ocurrió nada mejor que decir yAlicia
le adoroleer.com en el
repitió suPaís de las Maravillas Alicia quedó completamente
primera observación: desconcert ada. Las palabras del
Sombrerero no parecían tener el menor
—Era mantequilla de la mejor, sabes. sentido.
Alicia había estado mirando por encima —No acabo de comprender —dijo, tan
del hombro de la Liebre con bastante amablemente como pudo.
curiosidad.
—El Lirón se ha vuelto a dormir -dijo el
Sombrerero, y le echó un poco de té caliente
—¡Qué reloj más raro! —exclamó—.
en el hocico.
¡Señala el día del mes, y no señala la
El Lirón sacudió la cabeza con
hora que es!
impaciencia, y dijo, sin abrir los ojos:
—¿Y por qué habría de hacerlo? —rezongó
el Sombrerero—. ¿Señala tu reloj el año en —Claro que sí, claro que sí. Es justamente lo
que estamos? que yo iba a decir.
—¿Es ésta la razón de que haya tantos —Mucho me temo que no sé ninguno
servicios de té encima de la mesa? —
preguntó. —se apresuró a decir Alicia, muy
alarmada ante esta proposición.
—Sí, ésta es la razón —dijo el
—¡Pues que lo haga el Lirón!—
Sombrerero con un suspiro—. Siemprees la
hora del té, y no tenemos tiempo de lavar la
vajilla entre té y té.
—Exactamente —admitió el
Sombrerero—, a medida que vamos
ensuciando las tazas.
—Quiero una taza limpia —les —Pero es que ellas estaban dentro, bien
interr u m p i ó el Sombrerero—. adentro —le dijo Alicia al Lirón, no
Corrámonos todos un sitio. queriéndose dar por enterada de las últimas
palabras del Sombrerero.
Se cambió de silla mientras hablaba, y el
Lirón le siguió: la Liebre de Marzo pasó a —Claro que lo estaban —dijo el Lirón
ocupar el sitio del Lirón, y Alicia ocupó a
regañadientes el asiento de la Liebre de —. Estaban de lo más requetebién.
Marzo. El Sombrerero era el único que salía
ganando con el cambio, y Alicia estaba Alicia quedó tan confundida al ver que el
bastante peor que antes, porque la Liebre de Lirón había entendido algo distinto alo que
Marzo acababa de derramar la leche dentro ella quería decir, que no volvió a
de su plato. interrumpirle durante un ratito.
Alicia no quería ofender otra vez alLirón, de —Nuestras tres hermanitas estaban
modo que empezó a hablar con mucha aprendiendo, pues, a dibujar —siguióel
prudencia: Lirón, bostezando y frotándose los ojos,
porque le estaba entrando un sueño terrible—
—Pero es que no lo entiendo. ¿De donde , y dibujaban todo tipo de cosas... todo lo que
sacaban la melaza? empieza con la letra M...
—Uno puede sacar agua de un pozo deagua —¿Por qué con la M? —preguntó Alicia.
—dijo el Sombrerero—, ¿por qué
—¿Y por qué no? —preguntó la Liebre
Marzo. Alicia guardó silencio. Alicia en el País de las Maravillas
deadoroleer.com aunque Alicia miró una o dos veces hacia
atrás, casi esperando que la llamaran. La
Para entonces, el Lirón había cerrado los ojos última vez que los vio estaban intentando
y empezaba a cabecear. Pero, con los meter al Lirón dentro de la tetera.
pellizcos del Sombrerero, se despertó de
nuevo, soltó un gritito y siguió la narración: —¡Por nada del mundo volveré aponer
—... lo que empieza con la letra M, los pies en ese lugar! —se dijo Alicia,
como m a t a r r a t a s , m un d o, m e m o r i a mientras se adentraba en el bosque—. ¡Es
y mucho... muy, en fin todas esas cosas. la merienda más estúpida a la que he
Mucho, digo, porque ya sabes, como cuando asistido en toda mivida!
se dice "un mucho más que un menos".
¿Habéis visto alguna vez el dibujo de un Mientr as decía estas palabras,
«mucho»? descubrió que uno de los árboles tenía una
puerta en el tronco.
—Ahora que usted me lo pregunta — dijo
Alicia, que se sentía terriblemente confusa— —¡Qué extraño! —pensó—. Pero todo es
, debo reconocer que yo no pienso... extraño hoy. Creo que lo mejor será que entre
en seguida.
—¡Pues si no piensas, cállate! —la
interrumpió el Sombrerero. Y entró en el árbol.
Esta última grosería era más de lo que Alicia Una vez más se encontró en el gran vestíbulo,
podía soportar: se levantó muy disgustada y muy cerca de la mesita de
se alejó de allí. El Lirón cayó dormido en el
acto, y ninguno de los otros dio la menor
muestra de haber advertido su marcha,
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas jardín: sus rosas eranblancas, pero había allí
tres jardineros ocupados en pintarlas de rojo.
A Aliciale pareció muy extraño, y se acercó
cristal. «Esta vez haré las cosas mucho
para averiguar lo que pasaba, y al acercarse a
mejor», se dijo a sí misma. Y empezó por
ellos oyó que uno de los jardineros decía:
coger la llavecita de oro y abrir la puerta que
daba al jardín. Entonces se puso a
mordisquear cuidadosamente la seta (se —¡Ten cuidado, Cinco! ¡No me salpiques
había guardado un pedazo enel bolsillo), así de pintura!
hasta que midió poco más de un palmo.
Entonces se adentró porel estrecho pasadizo. —No es culpa mía —dijo Cinco, en tono
Y entonces... e n t on c e s e st u vo por fi n dolido—. Siete me ha dado un golpe en el
en el maravilloso jardín, entre las flores codo.
multicolores y las frescas fuentes. Ante lo cual, Siete levantó los ojos dijo:
también hacia ella, y los tres hicieron una Primero aparecieron diez soldados,
profunda reverencia. enarbolando tréboles. Tenían la misma forma
que los tres jardineros, oblongay plana, con
las manos y los pies en las esqui nas.
—¿Querrían hacer el favor de decirme Después seguí an diez cortesanos,
—empezó Alicia con cierta timidez — por adornados enteramente con diamantes, y
qué están pintando estas rosas? formados, como los s o l d a d o s , d e d o s e n
d o s . Acontinuación venían los infantes
Cinco y Siete no dijeron nada, peromiraron a reales; eran también diez, y avanzaban
Dos. Dos empezó en unavocecita temblorosa: saltando, cogidos de la mano de dos endos,
a d o r n a d o s con c o r a z o n e s . Después
—Pues, verá usted, señorita, el hecho es que seguían los invitados, casi todos reyes y
esto tenía que haber sido unrosal rojo, y reinas, y entre ellos Alicia reconoció al
nosotros plantamos uno blanco por Conejo Blanco: hablaba
a t adoroleer.com
ropelladamente, m uy Alicia en el País de las Maravillas
nervioso, Corazones, pero el Valet no hizo más que
sonriendo sin ton ni son, y no advirtió la inclinarse y sonreír por toda respuesta.
presencia de la niña. A cont i nuaci ón
vení a el Valet de Corazones, que llevaba —¡Idiota! —dijo la Reina, agitando la cabeza
la corona del Rey sobre un cojín de terciopelo con impaciencia, y,
carmesí. Y al final de este espléndido cortejo
avanzaban EL REY Y LA REINA DE volviéndose hacia Alicia, le preguntó
CORAZONES.
—: ¿Cómo te llamas, niña?
Alicia estaba dudando si debería o no echarse —Me llamo Alicia, para servir a SuMajestad
de bruces como los tres jardineros, pero no —contestó Alicia en un tono de lo más cortés,
recordaba haber oído nunca que tuviera uno pero añadió para sus adentros: «Bueno, a fin
que hacer algo así cuando pasaba un desfile. de cuentas, no son más que una baraja de
«Y además», pensó, «¿de qué serviría un cartas. ¡No tengo por qué sentirme asustada!»
desfile, si todo el mundo tuviera que echarse
de bruces, de modo que no pudiera ver —¿Y quiénes son éstos? —siguió
nada?» Así pues, se quedó quieta donde pr egunt ando la Rei na, mi entr as
estaba, y esperó. señalaba a los tres jardineros que yacían en
torno al rosal.
Cuando el cortejo llegó a la altura de Alicia,
todos se detuvieron y la m i r a r o n , y la Porque, claro, al estar de bruces sólo se les
R e i n a p r e g u n t ó severamente: veía la parte de atrás, que era igual en todas
las cartas de la baraja, y la R e i n a no p o d í a
—¿Quién es ésta? s a b e r si e r a n jardineros, o soldados, o
cortesanos, o tres de sus propios hijos.
La pregunta iba dirigida al Valet de
—¿Cómo voy a saberlo yo? —replicó
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas salto, y empezaron a hacer profundas
Alicia, asombrada de su propia audacia reverencias al Rey, a la Reina, a los infantes
reales, al Valet y atodo el mundo.
—.
—¡Basta ya! —gritó la Reina—. ¡Me e s t á i s
¡No es asunto mío! p o n i e n d o n e r v i o s a ! —Y
La Reina se puso roja de furia, y, tras
después, volviéndose hacia el rosal,
continuó—: ¡Qué diablos habéis estado
dirigirle una mirada fulminante y feroz, haciendo aquí?
empezó a gritar:
—Con la venia de Su Majestad — empezó a
—¡Que le corten la cabeza! ¡Que lecorten...! explicar Dos, en tono muy humilde, e
—¡Tonterías! —exclamó Alicia, en voz muy hincando en el suelo una rodilla mientras
alta y decidida. Y la Reina se calló. hablaba—, estábamos intentando...
El Rey le puso la mano en el brazo, y dijo con
timidez: Considera, cariño, que sólo se trata —¡Ya lo veo! —estalló la Reina, que había
de una niña! estado examinando las rosas
La Reina se desprendió furiosa de él, ydijo al
Valet: —¡Dales la vuelta a éstos! ¡Que les corten la cabeza!
Y así lo hizo el Valet, muy
cuidadosamente, con un pie. — Y el cortejo se puso de nuevo en marcha,
¡Arriba! —gritó la Reina, en voz fuerte y aunque tres soldados se quedaron allí para
detonante. ejecutar a los desgraciados jardineros, que
corrierona refugiarse junto a Alicia.
Y los tres jardineros se pusieron en piede un
—¡No os cortarán la cabeza! —dijo
adoroleer.com Alicia en elyPaís de las Maravillas
Alicia, —¡Pues andando! —vociferó la Reina.
los metió en una gran maceta que había allí
cerca. Y Alicia se unió al cortejo ,preguntándose
con gran curiosidad qué iba a suceder a
Los tres soldados estuvieron algunos continuación.
minutos dando vueltas por allí,
buscando a los jardineros, y después se —Hace... ¡hace un día espléndido! —
murmuró a su lado una tímida
marcharon tranquilamente tras el cortejo.
vocecilla.
—¿Han perdido sus cabezas? —gritóla
Reina. Alicia estaba andando al lado del Conejo
Blanco, que la miraba con ansiedad.
—Sí, sus cabezas se han perdido, conla
venia de Su Majestad —gritaron los soldados —Mucho —dijo Alicia—. ¿Dónde está la
como respuesta. Duquesa?
—No me gusta nada —dijo Alicia . Es tan Y se refugió detrás de Alicia mientras
exagerada... —En este momento, Alicia hablaba.
advirtió que la Reina estaba justo detrás de
ella, escuchando lo que decía, de modo que —Un gato puede mirar cara a cara a unrey —
siguió—: ... tanexageradamente dada a ganar, sentenció Alicia—. Lo he leído en un libro,
que no merece la pena terminar la partida. La pero no recuerdo cuál.
Reina sonrió y reanudó su camino.
—Bueno, pues hay que eliminarlo — dijo el
—¿Con quién estás hablando? — Rey con decisión, y llamó a la Reina, que
preguntó el Rey, acercándose a Alicia y precisamente pasaba por allí—. ¡Querida!
mirando la cabeza del Gato con gran ¡Me gustaría queeliminaras a este gato!
curiosidad.
Para la Reina sólo existía un modo de
resolver los problemas, fueran Alicia
adoroleer.com grandesen eloPaís de las Maravillas El erizo se había enzarzado en una pelea con
pequeños. otro erizo, y esto le pareció a Alicia una
excelente ocasión para ha cer una
—¡Que le corten la cabeza! —ordenó, sin c a r a m bo l a : la úni ca dificultad era que su
molestarse siquiera en echarles unaojeada. flamenco se habíalargado al otro extremo del
jardín, y Alicia podía verlo allí, aleteando
—Yo mismo iré a buscar al verdugo —dijo el torpemente en un intento de volar hasta las
Rey apresuradamente. ramas de un árbol.
—¡Calla, calla, criatura! -dijo la Duquesa—. —Cierta persona dijo —rezongó Alicia
Todo tiene una moraleja, sólo falta saber
encontrarla. — que el mundo giraría mejor si cada uno se
ocupara de sus propios asuntos.
Y se apretujó más estrechamente contra
Alicia mientras hablaba. A Alicia no le —Bueno, bueno. En el fondo viene a ser lo
gustaba mucho tenerla tan cerca: primero, mismo —dijo la Duquesa, y hundió un poco
porque la Duquesa era muy más la puntiaguda barbilla en el hombro de
Alicia al añadir—: Y la moraleja de esto es...
f e a ; y, s e g u n d o , p o r q u e t e n í a
exactamente la estatura precisa para apoyar la «¡Qué manía en buscarle a todo una
barbilla en el hombro de Alicia, y era una moraleja!», pensó Alicia.
barbilla puntiagudade lo más desagradable.
—Me parece que estás sorprendida de que no
Sin embargo, como no le gustaba ser grosera, te pase el brazo por la cintura
lo soportó lo mejor que pudo. —dijo la Duquesa tras unos instantes de
silencio—. La razón es que tengo mis dudas
sobre el carácter de tu flamenco. ¿Quieres
—La partida va ahora un poco mejor
que intente el experimento?
—dijo, en un intento de reanudar la
conversación. —A lo mejor le da un picotazo — replicó
prudentemente Alicia, que no tenía las
—Así es —afirmó la Duquesa—, y la menores ganas de que se intentara el
moraleja de esto es... «Oh, el amor, el amor. experimento.
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas —Enteramente de acuerdo —dijo la
—Es verdad —reconoció la Duquesa
Duquesa—, y la moraleja de esto es:
—. Los flamencos y la mostaza pican. «Sé lo que quieres parecer» o, si quieres que lo
Y la moraleja de esto es: «Pájaros de igual diga de un modo más simple: «Nunca imagines
plumaje hacen buen maridaje».
ser diferente de lo que a los demás pudieras
—Sólo que la mostaza no es un pájaro parecer o hubieses parecido ser si les hubiera
—observó Alicia. parecido que no fueses lo que eres».
—Tienes toda la razón —dijo la Duquesa—. —Me parece que esto lo entendería mejor —
¡Con qué claridad planteaslas cuestiones! dijo Alicia amablemente— si lo viera escrito,
pero tal como usted lo dice no puedo seguir
—Es un mineral, creo —dijo Alicia. el hilo.
Así pues, llegaron junto a la Falsa Tortuga, Estas palabras fueron seguidas por un silencio
que los miró con sus grandes ojos llenos de muy largo, roto sólo por uno que otro
lágrimas, pero no dijo nada. graznido del Grifo y por los const antes
sollozos de la F al sa Tortuga.
—Desde luego que no», dijo Alicia. —Cosa que por lo general lleva bastante
tiempo —interrumpió el Grifo. —... se dan
dosadoroleer.com
pasos al frente... Alicia en el País de las Maravillas —¡Se cambia otra vez de langosta! — aulló
—¡Cada uno con una langosta depareja! el Grifo.
—gritó el Grifo.
—Se vuelve a la playa, y... aquí termina la
primera figura —dijo la F al sa T or t uga,
—Por supuesto —dijo la Falsa Tortuga
m i e nt r a s baj aba repentinamente la voz.
—. Se dan dos pasos al frente, se forman
parejas...
Y las dos criaturas, que habían estado dando
saltos y haciendo cabriolas durant e toda la
—... se cambia de langosta, y se retrocede en expl i caci ón, se volvieron a sentar muy
el mismo orden —siguió el Grifo. tristes y tranquilas, y miraron a Alicia.
"¡No te puedes imaginar qué agradablees el —No sé qué es eso de cen —dijo la Falsa
baile cuando nos arrojan con las langostas Tortuga—, pero, si las has visto tan a
hacia el mar! menudo, sabrás naturalmente cómo son.
—Te equivocas en lo del pan —dijo la Falsa —No, y jamás me lo he preguntado, la verdad
Tortuga—. En el mar el pan rallado ¿Por qué son blancas? — Pues porque sirven
desaparecería en seguida. Pero es verdad que para darle brillo a loszapatos y las botas, por
llevan la cola dentro de la boca, y la razón eso, por lo blancas que son— respondió el
es... —Al llegar a este punto la Falsa Tortuga Grifo muy satisfecho.
bostezó y cerró los ojos—. Cuéntale tú la
razón de todo esto -añadió, dirigiéndose al Alicia permaneció asombrada, con la boca
Grifo. abierta.
— P a r a s a c a r b r i l l o — r e p e t í aestupefacta—
—La razón es —dijo el Grifo— quelas . No me lo explico.
pescadillas quieren participar con las —Pero, claro. ¿A ver? ¿Cómo se limpian los
langostas en el baile. Y por lo tanto las arrojan zapatos? Vamos, ¿cómo se les saca brillo?
al mar. Y por lo tanto tienenque ir a caer lo
más lejos posible. Ypor lo tanto se cogen Alicia se miró los pies, pensativa, y vaciló
bien las colas con la boca. Y por lo tanto no antes de dar una explicación lógica.
pueden después volver a sacarlas. Eso es
todo. —Con betún negro, creo.
—Gracias —dijo Alicia—. Es muy —Pues bajo el mar, a los zapatos se les da
interesante. Nunca había sabido tantas cosas blanco de pescadilla— respondió el Grifo
sobre las pescadillas. sentenciosamente.— Ahora ya losabes.
—Pues aún puedo contarte más cosas sobre —¿Y de que están hechos?
—De mero y otros peces, vamosAlicia
adoroleer.com hombre,en elsiPaís de las Maravillas
—No sería en realidad lo que le dijera
cualquier gamba sabría responder a esa
pregunta— respondió el Grifo con ¿con que fin?
impaciencia.
—¡Digo lo que digo!— aseguró la Tortuga
—Si yo hubiera sido una pescadilla, le ofendida.
hubiera dicho al delfín: "Haga el favor de
marcharse, porque no deseamos est ar con — Y a h o r a — d i j o e l G r i f o ,dirigiéndose
ust ed". — dijo Al i ci a pensando en una a Alicia—, cuéntanos tú alguna de tus
estrofa de la canción. aventuras.
—No— respondió la Falsa Tortuga.— No —Puedo contaros mis aventuras... a partir de
tenían más remedio que estar con esta mañana —dijo Alicia con cierta
él, ya que no hay ningún pez que se respete timidez—. Pero no serviría denada retroceder
que no quiera ir acompañadode un delfín. hasta ayer, porque ayeryo era otra persona.
—¿Eso es así? —preguntó Alicia muy —¡Es un galimatías! Explica todo esto
sorprendida.
—dijo la Falsa Tortuga.
—¡Claro que no!— replicó la Falsa
Tortuga.— Si a mí se me acercase un pez y —¡No, no! Las aventuras primero —
me dijera que marchaba de viaje, le exclamó el Grifo con impaciencia—, las
preguntaría primeramente: "¿Y con qué explicaciones ocupan demasiado tiempo.
delfín vas?
Así pues, Alicia empezó a contar sus
Alicia se quedó pensativa. Luego aventuró: aventuras a partir del momento en que vio por
vez al Conejo Blanco. AlAlicia
adoroleer.com
primera en el País de las Maravillas
principio —Dile que
estaba un poco nerviosa, porque las dos
criaturas se pegaron a ella, una a cada lado, empiece.El
con ojos y bocas abiertos como naranjas, pero Grifo indicó:
fue cobrando valor a medida que avanzabaen
su relato. Sus oyentes guardaron un silencio —Ponte en pie y recita eso de "Es lavoz
completo hasta que llegó el del perezoso..."
momento en que le había recitado a la Oruga —Pero, ¡cuántas órdenes me dan estas
el poema aquél de "Has envejecido, Padre criaturas! —dijo Alicia en voz baja —.
Guillermo..." que en realidad le había salido
muy distinto de lo que era. Al llegar a este Parece como si me estuvieran haciendo
punto, la Falsa Tortuga dio un profundo repetir las lecciones. Para esto lomismo me
suspiro y dijo: daría estar en la escuela. Pero se puso en pie
y comenzó obedientemente a recitar el
—Todo eso me parece muy curioso. poema. Mientras tanto, no dejaba de darle
vueltas en su cabeza a la danza de las
—No puede ser más curioso- remachó el langostas y en realidad apenas sabía lo que
Grifo. estaba diciendo. Y así le resultó lo que
recitaba:
—Te salió tan diferente... —repitió la
Tortuga—, que me gustaría que nosrecitases La voz de la
algo ahora. Langostahe oído
declarar:
Se volvió al Grifo. Me han tostado demasiado
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas suceder allí de una manera natural.
y ahora tendré que ponerme azúcar.
Lo mismo que el pato hace con lospárpados —Veamos, me gustaría escuchar una
hace la langosta con su nariz: ajustarse el
explicación lógica— dijo la Falsa Tortuga.
cinturón y abotonarse mientras tuerce los
tobillos. Cuando la arena está seca
—No sabe explicarlo— intervino el Grifo.—
Está feliz, tanto como una perdiz,y
Pero, bueno, prosigue con la siguiente
habla con desprecio del tiburón.Pero
estrofa.
cuando la marea sube
—Pero— insistió la Tortuga—, ¿qué hay de
El Grifo dijo:
los tobillos! ¿Cómo podíatorcérselos con la
nariz?
y los tiburones la cercan, se le quiebrala
voz
—Se trata de la primera posición de todo el
Y sólo sabe balbucear. baile— aclaró Alicia, que, sin embargo, no
comprendía nada de loque estaba sucediendo,
—No lo oía así yo cuando era niño. Resulta
y deseaba cambiar el tema de la
distinto.
conversación.
—Puede ser, aunque lo cierto es queyo
—¡Prosigue con la siguiente estrofa!—
jamás he oído ese poema— dijo la Falsa
reclamó el Grifo.— Si no me equivocoes la
Tortuga—, pero el caso es que me suena a
que comienza diciendo: "Pasé por su
disparates.
jardín...".
Alicia no contestó. Se cubrió la cara con las
Alicia obedeció, aunque estaba segura de que
manos, tras de sentarse de nuevo y se
todo iba a seguir saliendo tergiversado. Con
preguntó si sería posibleque nada pudiera
adoroleer.com
voz temblorosa dijo: Alicia en el País de las Maravillas diciendo! ¡Bueno!
¡Esto es lo más confuso que he oído en mi
Pasé por vida!
su jardín y
con un —Desde luego —asintió el Grifo—.Creo que
solo ojo lo mejor será que lo dejes.
pude observar muy bien cómo el búho y la
pantera estaban repartiéndose un pastel. La
Y Alicia se alegró muchísimo. —
pantera se llevó la pasta,
la carne y el relleno, mientras que al búho le ¿Intentamos otra figura del Baile de la
tocaba sólo la fuente que contenía el pastel. Langosta? —siguió el Grifo—. ¿O te gustaría
Cuando terminaron de comérselo, que la Falsa Tortuga te cantaraotra canción?
—Lo que digo yo— dijo la Tortuga, —es ¿de La Falsa Tortuga dio un profundo suspiro y
qué nos sirve tanto recitar yrecitar? ¿Si no empezó a cantar con voz ahogada por los
explicas el significado de los que estás sollozos:
adoroleer.com
Hermosa Aliciayen
sopa, en la sopera, tan verde el País de las Maravillas
rica, melancólicas palabras:
nos espera. Es exquisita, es deliciosa. ¡Sopa
de noche, hermosa s o p a ! ¡H e r m o o o o - sa ¡Soooo-pa de la noooo-che! ¡Hermosa,
s o o o o - pa! hermosa sopa!
¡Hermooo~-sa soooo-pa! ¡Soooo-pa de la
noooo-che! ¡Hermosa, hermosa sopa!
Durante todo este tiempo, la Reina no le —El titileo empezó con el té —contestó el
había quitado los ojos de encima al Sombrerero.
Sombrerero, y, justo en el momento enque el
Lirón cruzaba la sala, ordenó a uno de los —¡Querrás decir que titileo empiezacon la T!
ujieres de la corte: —replicó el Rey con a s p e r e z a — . ¿
C r e e s q u e no sé ortografía? ¡Sigue!
—¡Tráeme la lista de los cantantes del último
—Soy un pobre hombre —siguió elS o m
b radoroleer.com Alicia en elaPaís de las Maravillas
e r e r o - . . . y o t r a s c o s a sempezaron —De esto no puedo acordarme —dijo el
titilear después de aquello... pero la Liebre Sombrerero.
de Marzo dijo...
—Tienes que acordarte —subrayó elRey—,
—¡Yo no dije eso! —se apresuró a o haré que te ejecuten.
interrumpirle la Liebre de Marzo. —
¡Lo dijiste! —gritó el Sombrerero. El desgraciado Sombrerero dejó caer lataza
de té y el pan con mantequilla, y cayó de
—¡Lo niego!
rodillas.
—dijo la Liebre deMarzo.
—Ella lo niega
—Soy un pobre hombre, Majestad —
—dijo el Rey
empezó.
—.Tachad esta parte.
—Lo que eres es un pobre orador — dijo
—Bueno, en cualquier caso, el Lirón dijo...
sarcástico el Rey.
—siguió el Sombrerero, y miró ansioso a su
alrededor, para ver si el Lirón también lo
negaba, pero el Lirón no n e g ó n a d a , Al llegar a este punto uno de los conejillos de
porque estaba profundamente indias empezó a aplaudir, y fue
dormido—. Despuésde esto — continuó el inmediatamente reprimido por los ujieres
Sombrerero—, cogí un poco más de pan de la corte. (Como eso de
con mantequilla... «reprimir» puede resultar difícil de entender,
voy a explicar con exactitud lo que pasó. Los
ujieres tenían un gran saco de lona, cuya boca
—¿Pero qué fue lo que dijo el Lirón? se cerraba con una cuerda: dentro de este
—preguntó uno de los miembros del saco metieron al conejillo de indias, la cabeza
jurado. por delante, y después se sentaron
adoroleer.com
encima). Alicia en el País de las Maravillas todo irá mejor sin ellos.
los últimos minutos, se puso en pie con tal Alicia miró hacia el estrado del jurado,y vio
precipitación que golpeó con el borde de su que, con las prisas, había colocado a la
falda el estrado de los jurados, y todos los Lagartija cabeza abajo, y el pobr e
miembros del jurado cayeron de cabeza ani m a l i t o, i ncapaz de incorporarse, no
encima de la gente que había debajo, y podía hacer otra cosa que agitar
quedaron allípataleando y agitándose, y esto melancólicamente la cola.
le recordó a Alicia intensamente la pecerade
peces de colores que ella había volcado sin Alicia lo cogió inmediatamente y lo colocó en la
querer la semana pasada. postura adecuada.
—¡Oh, les ruego me perdonen! — exclamó «Aunque no creo que sirva de gran cosa», se
Alicia en tono consternado. dijo para sí. «Me parece que el juicio no va a
en nada por el hecho deAlicia
adoroleer.com
cambiar que eneste
el País de las Maravillas empezando a anotar esto en sus pizarras,
animalito esté depies o de cabeza». cuando intervino a toda prisa el Conejo
Blanco:
Tan pronto como el jurado se hubo recobrado
un poco del shock que había s u f r i d o , y —Naturalmente, Su Majestad ha querido
h u b o e n c o n t r a d o y enarbolado de nuevo decir intrascendente —dijo en tono muy
sus tizas y pizarras, se pusieron todos a respetuoso, pero frunciendo el ceño y
escribir con gran diligencia para consignar la haciéndole signos de
historia del accidente. Todos menos la
Lagartija, que parecía haber quedado inteligencia al Rey mientras hablaba.
demasiado impresionada para hacer otra cosa
que estar sentada allí, con la boca abierta, los Intrascendente es lo que he querido decir,
ojos fijos en el techo de la sala. naturalmente —se apresuró a decir el Rey.
En este momento el Rey, que había estado —En tal caso, debería llevar el Número
muy ocupado escribiendo algo en su l Uno —dijo Alicia.
i b r e t a de n o t a s , g r i t ó :
«¡Silencio!», y leyó en su libreta: El Rey palideció, y cerró a toda prisasu
libro de notas.
—Artículo Cuarenta y Dos. Toda persona
—¡Considerad vuestro veredicto! — ordenó
que mida más de un kilómetro tendrá que
al jurado, en voz débil ytemblorosa.
abandonar la sala.
—Faltan todavía muchas pruebas, con la
Todos miraron a Alicia.
venia de Su Majestad —dijo elC o n e j
o B l a n c o , p o n i é n d o s eapresuradamente
—Yo no mido un kilómetro —protestó de pie—. Acaba de encontrarse este papel.
Alicia.
—¿Qué dice este papel? —preguntó la Reina.
—Sí lo mides —dijo el Rey.
—Todavía no lo he abierto —contestó el
—Mides casi dos kilómetros añadió la Reina.
Blanco—, pero parece serAlicia
adoroleer.com
Conejo en el País de las Maravillas
una carta, —Con la venia de Su Majestad —dijo el
escrita por el prisionero a... aalguien. Valet—, yo no he escrito este papel, y nadie
—Así debe ser —asintió el Rey—, porque de puede probar que lo haya hecho, porque no
lo contrario hubiera sido escrita a nadie, lo hay ninguna firma al final del escrito.
cual es poco frecuente.
—Si no lo has firmado —dijo el Rey
—¿A quién va dirigida? —preguntó uno de —, eso no hace más que agravar tuculpa.
los miembros del jurado.
Lo tienes que haber escrito con mala
—No va dirigida a nadie —dijo el Conejo intención, o de lo contrario habrías firmado
Blanco—. No lleva nada escrito en la parte con tu nombre como cualquier persona
exterior. —Desdobló el papel, mientras honrada.
hablaba, y añadió—:Bueno, en realidad no es
una carta: es una serie de versos. Un unánime aplauso siguió a estas palabras:
en realidad, era la primeracosa sensata que el
—¿Están en la letra del acusado? — preguntó Rey había dicho entodo el día.
otro de los miembros del jurado.
—E st o pr ueba su c u l p a bi l i d a d,
—No, no lo están —dijo el Conejo Blanco— naturalmente —exclamó la Reina—. Por lo
, y esto es lo más extraño de todo este asunto. tanto, que le corten...
(Todos los miembros del jurado quedaron —¡Esto no prueba nada de nada!
perplejos).
—Debe de haber imitado la letra deotra —protestó Alicia—. ¡Si ni siquiera sabemos lo que hay
persona —dijo el Rey. (Todos los miembros escrito en el papel!
del jurado respiraron con alivio).
—Léelo —ordenó el Rey al Conejo
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas
Blanco.
él espera tú los libres
y sean como al principio. Me parece que tú
El Conejo Blanco se puso las gafas. — fuiste (antes del ataque de ella), entre él, y yo
¡Por dónde debo empezar, con la veniade Su y aquello
Majestad? —preguntó. un motivo de querella.
No dejes que él sepa nunca que ella losquería
—Empieza por el principio —dijo el Rey con
más, pues debe ser un secreto
gravedad— y sigue hasta llegar al final; allí
te paras. y entre tú y yo ha de quedar.
—Si el poema no tiene sentido —dijo el ¿Qué te podría pasar?... ¿Qué, enefecto? Yo
Rey—, eso nos evitará muchas di una, ellos dos... Vaya, esto debe ser lo que
complicaciones, porque no tendremos que él hizo con las tartas...
buscárselo. Y, sin embargo — siguió,
apoyando el papel sobre sus r o d i l l a s y —Pero después sigue todas volvieron ati —
m i r á n d o l o con oj os entornados observó Alicia.
(Desde luego no lo tenía, ya que estabahecho (La infeliz Lagartija había renunciado
enteramente de cartón.)— Hasta aquí todo ya a escribir en su pizarra con el dedo, porque
encaja —observó el Rey, y siguió se dio cuenta de que no dejaba marca, pero
se apresuró a empezar Alicia
adoroleer.com
ahora en el País de las Maravillas
de nuevo, poniéndose color púrpura. —¡No quiero!
aprovechando la tinta que le caía chorreando —dijo Alicia.
por la cara, todo el rato que pudo).
—¡Que le corten la cabeza! —chilló la Reina
—Entonces las palabras del verso no pueden a grito pelado.
atacarte a ti —dijo el Rey, mirando a su
alrededor con una sonrisa. Nadie se movió.