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Alicia en El Pais de Las Maravillas de Lewis Carroll

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Adoro Leer

adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas

LAS
AVENTURAS
de
Alicia
EN EL pAíS DE
LAS
LEWIS CARROLL

M!avill
as
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas antropomórficas. El libro juega con la
lógica, dando a la novela gran
Título original: Alice’s Adventures in
Wonderland popularidad tanto en niños como en
adultos. Está considerada una de las
Las aventuras de Alicia en el país de mejores novelas del género del
las maravillas, comúnmente Sinsentido. Su narrativa y estructura,
abreviado como Alicia en el país de junto con sus personajes, han sido una
las maravillas, es una novela de gran influencia tanto en la cultura
fantasía escrita por el matemático, popular como en la literatura, sobre
lógico, fotógrafo y escritor británico todo en el género fantástico.
Charles Lutwidge Dodgson, bajo el © De esta traducción: desconocida
© Del arte de la portada: John
seudónimo de Lewis Carroll,
Tenniel, ilustrador dela obra original
publicada en 1865. La historia cuenta
© de la portada: Adoro Leer
cómo una niña llamada Alicia cae por
un agujero, encontrándose en un © de esta edición: Adoro Leer
mundo peculiar y extraño, poblado
por humanos y criaturas
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas cerca de ella un Conejo Blanco de ojos
rosados.

CAPÍTULO 1 No había nada muy extraordinario en esto, ni


tampoco le pareció a Alicia muy extraño oír
que el conejo se decía a sí mismo:
EN LA MADRIGUERADEL
«¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Voy a llegar tarde!»
CONEJO
(Cuando pensó en ello después,decidió que,
desde luego, hubiera debido sorprenderla
mucho, pero en aquel momento le pareció lo
más natural del mundo). Pero cuando el
conejo se sacó un reloj de bolsillo del
Alicia empezaba ya a cansarse de estar
chaleco, lo miró y echó a correr, Alicia se
sentada con su hermana a la orilla del río, sin
levantó de un salto, porque comprendió
tener nada que hacer: había echado un par
de golpe que ella nuncahabía visto un conejo
de ojeadas al libro quesu hermana estaba
con chaleco, ni con reloj que sacarse de él, y,
leyendo, pero notenía dibujos ni diálogos.
ardiendode curiosidad, se puso a correr tras el
«¿Y de qués i r v e un l i b r o s in d i b u j o s
conejo por la pradera, y llegó justo a tiempo
ni diálogos?», se preguntaba Alicia.
para ver cómo se precipitaba en una
madriguera que se abría al pie del seto.
Así pues, estaba pensando (y pensar le
costaba cierto esfuerzo, porque el calordel día
Un momento más tarde, Alicia se
la había dejado soñolienta y atontada) si el
placer de tejer una guirnalda de margaritas la
compensaríael trabajo de levantarse y coger
las margaritas, cuando de pronto saltó
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas

Cogió, a su paso, un jarro de los estantes.


metía también en la madriguera, sinpararse a
considerar cómo se las arreglaría después Llevaba una etiqueta que decía:
para salir. MERMELADA DE NARANJA, pero
vio, con desencanto, que estaba vacío.
Al principio, la madriguera del conejo se
extendía en línea recta como un túnel, y
después torció bruscamente hacia abajo, tan No le pareció bien tirarlo al fondo, por miedo
bruscamente que Alicia no tuvo siquiera a matar a alguien que anduviera por abajo, y
tiempo de pensar en detenerse y se encontró se las arregló para dejarlo en otro de los
cayendo por lo que parecía un pozo muy estantes mientras seguía descendiendo.
profundo.
«¡Vaya!», pensó Alicia. «¡Después de una
O el pozo era en verdad profundo, o ella caía caída como ésta, rodar por las escal er as me
muy despacio, porque Alicia, mientras par ecer á algo sin i m p or t a n c i a ! ¡ Qué
descendía, tuvo tiempo sobrado para v a l i e nt e me encontrarán todos!»
mirar a su alrededor ypara preguntarse qué
iba a suceder después. Primero, i tentó mirar ¡Ni siquiera lloraría, aunque me cayera del
hacia abajo y ver a dónde iría a parar, pero tejado!» (Y era verdad.) Abajo, abajo, abajo.
estaba todo demasiado oscuro para distinguir ¿No acabaría nunca decaer?
nada. Después miró hacia lasparedes del pozo
y observó que estaban cubiertas de —Me gustaría saber cuántas millas he
armarios y estantes para libros: aquí y allá descendido ya —dijo en voz alta—. Tengo
vio mapas y cuadros, colgados de clavos. que estar bastante cerca del
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas

centro de la tierra. Veamos: creo quee s t á se alegró de que no hubiera nadie


a c u a t r o m i l m i l l a s d eprofundidad... escuchando, porque esta palabra no le sonaba
del todo bien.) Pero entonces tendré que
Como veis, Alicia había aprendido algunas preguntarles el nombre del país. Por favor,
cosas de éstas en las clases de la escuela, y señora, ¿estamos en Nueva Zelanda o en
aunque no era un momento muy oportuno Australia?
para presumir de sus conocimientos, ya que Y mientras decía estas palabras, ensayó
no había nadie allí que pudiera escucharla, le una reverencia. ¡Reverencias mientras caía
pareció que repetirlo le servía derepaso. por el aire! ¿Creéis que esto es posible?
—Sí, ésta debe de ser la distancia...pero me —¡Y qué pequeñaja tan ignorante voy a
pregunto a qué latitud o longitud habré parecerle! No, mejor será no preguntar
llegado. nada. Ya lo veré escrito en alguna parte.
Alicia no tenía la menor idea de lo que era la Abajo, abajo, abajo. No había otra cosaque
latitud, ni tampoco la longitud, pero le hacer y Alicia empezó enseguida ahablar otra
pareció bien decir unas palabras tan vez.
bonitas e impresionantes. Enseguida volvió a
empezar. —¡Temo que Dina me echará mucho de
menos esta noche! (Dina era la gata.) Espero
—¡A lo mejor caigo a través de toda latierra! que se acuerden de suplatito de leche a la hora
¡Qué divertido sería salir donde vive esta del té. ¡Dina, guapa, me gustaría tenerte
gente que anda cabeza abajo! Los conmigo aquí abajo! En el aire no hay
antipáticos, creo... (Ahora Alicia ratones,
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas de un salto. Miró hacia arriba,
pero todo estaba oscuro. Ante ella se abría
claro, pero podrías cazar algún otro largo pasadizo, y alcanzó a ver en él al
murciélago, y se parecen mucho a los ratones, Conejo Blanco, que se al ej aba a toda
sabes. Pero me pregunto: prisa. No había momento que perder, y
Alicia, sin vacilar, echó a correr como el
¿comerán murciélagos los gatos?
viento, yllego justo a tiempo para oírle decir,
mientras doblaba un recodo:
Al llegar a este punto, Alicia empezó a
sentirse medio dormida y siguió —¡Válganme mis orejas y bigotes, quétarde
diciéndose como en sueños: «¿Comen se me está haciendo!
m ur ci él agos los gatos? ¿Comen
murciélagos los gatos?» Y a veces: Iba casi pisándole los talones, pero, cuando
«¿Comen gatos los murciélagos?» Porque, dobló a su vez el recodo, no vio al Conejo
como no sabía contestar a ninguna de las dos por ninguna parte. Se encontró en un
preguntas, no importaba mucho cuál de las vestíbulo amplio y bajo, iluminado por
dos se formulara. Se estaba durmiendo de una hilera de lámparas que colgaban del
veras y empezaba a soñar que paseaba con techo.
Dina de la mano y que le preguntaba con
mucha ansiedad: Había puertas alrededor de todo el vestíbulo,
«Ahora Dina, dime la verdad, ¿te has comido pero todas estaban cerradas con llave, y
alguna vez un murciélago?», cuando de
cuando Alicia hubo dadola vuelta, bajando
pronto, ¡cataplum!, fue a dar sobre un por un lado ysubiendo por el otro, probando
montón de ramas y hojas secas. La caída puerta apuerta, se dirigió tristemente al centro
había terminado.
de la habitación, y se preguntó cómose
las arreglaría para salir de allí.
Alicia no sufrió el menor daño, y se levantó
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas m ul t i co l or e s y aquel l as f r escas
fuentes! Pero ni siquiera podía pasar lacabeza
por la abertura. «Y aunque pudiera pasar la
De repente se encontró ante una mesita de
cabeza», pensó la pobre Alicia, «de poco iba
tres patas, toda de cristal macizo.No había
a servirme sin los hombros. ¡Cómo me
nada sobre ella, salvo unadiminuta llave de
gustaría poderme encoger como un
oro, y lo primero quese le ocurrió a Alicia fue
telescopio! Creo que podría hacerlo, sólo
que debía corresponder a una de las puertas
con saber por dónde empezar.» Y es que,
del vestíbulo. Pero, ¡ay!, o las cerraduras eran
como veis, a Alicia le habían pasado tantas
demasiado grandes, o la llave era demasiado
cosas extraordinarias aquel día, que había
pequeña, lo cierto es que no pudo abrir
empezado a pensar que casi nada era en
ninguna puer ta. Sin embargo, al dar la
realidad imposible.
vuelta por segunda vez, descubrió una
cortinilla que no había visto antes, y detrás
De nada servía quedarse esperando junto a la
había una puertecita de unos dos palmos de
puertecita, así que volvió a la
altura. Probó la llave de oro en la cerradura,
y vio con alegría que ajustaba bien.
mesa, casi con la esperanza de encontrar
Alicia abrió la puerta y se encontró con que sobre ella otra llave, o, en todo caso, un libro
daba a un estrecho pasadizo, no más ancho de instrucciones para encoger a la gente como
que una ratonera. Se arrodilló y al otro lado si fueran telescopios. Esta vez encontró en la
del pasadizo vioel jardín más maravilloso que mesa una botellita («que desde luego no
podáis imaginar. ¡Qué ganas tenía de salir de estaba aquí antes», dijo Alicia), y alrededor
aquella oscura sala y de pasear entre del cuello de la botella había una etiqueta de
a q u e l l o s m a c i z o s de f l o r e s papel con la palabra
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas

llevaba la indicación «veneno», así queAlicia


«BÉBEME» hermosamente impresa en se atrevió a probar el contenido, y,
grandes caracteres. encontrándolo muy agradable (tenía, de
Está muy bien eso de decir hecho, una mezcla de sabores a tarta de
«BÉBEME», pero la pequeña Aliciaera muy cerezas, almíbar, piña, pavoasado, caramelo
y tostadas calientes con mantequilla), se lo
prudente y no iba a beber aquello por las
acabó en unsantiamén.
buenas. «No, primero voy a mirar», se dijo,
«para ver si lleva o no la indicación de
veneno.» Porque Alicia había leído preciosos —¡Qué sensación más extraña! —dijo
cuentos de niños que se habían quemado, o Alicia—. Me debo estar encogiendo como un
habíansido devorados por bestias feroces, u telescopio.
otras cosas desagradables, sólo por no haber
querido recordar las sencillas normas que las Y así era, en efecto: ahora medía sólo
personas que buscaban su bien les habían veinticinco centímetros, y su cara seiluminó
inculcado: como que un hierro al rojo te de alegría al pensar que tenía la talla
quema si no losueltas en seguida, o que si te adecuada para pasar por la puertecita y
cortas muy hondo en un dedo con un cuchillo meterse en el maravilloso jardín. Primero, no
suele salir sangre. Y Alicia no olvidabanunca obstante, esperó unos minutos para ver si
que, si bebes mucho de una bot el l a que seguía todavía disminuyendo de tamaño, y
l leva la i ndi caci ón esta posibilidad la puso un poco nerviosa.
«veneno», terminará, a la corta o a la larga, «No vaya a consumirme del todo, como una
por hacerte daño. vela», se dijo para sus adentros.

Sin embargo, aquella botella no


adoroleer.com
«¿Qué Alicia
sería de mí entonces?» E en el País de las Maravillas
intentó imaginar qué ocurría con la llama de rara vez los seguía), y algunas veces sereñía
una vela, cuando la vela estaba apagada, pues con tanta dureza que se le saltaban las
no podía recordarhaber visto nun ca una cosa lágrimas.
así.
Se acordaba incluso de haber intentado una
Después de un rato, viendo que no pasaba vez tirarse de las orejas porhaberse hecho
nada más, decidió salir en seguida al jardín. trampas en un partidode croquet que jugaba
Pero, ¡pobre Alicia!, cuando llegó a la puerta, consigo misma, pues a esta curiosa criatura le
se encontró con que había olvidado la gustaba mucho comportarse como si fuera
llavecita de oro y, cuando volvió a la mesa dos personas a la vez. «¡Pero de nada me
para recogerla, descubrió que no le era serviría ahora comportarme como si fuera
posi bl e a l c an z ar l a. P odí a ver l a dos personas!», pensó la pobre Alicia.
claramente a través del cristal, e intentó con «¡Cuando ya se me hace bastante difícil ser
ahínco trepar por una delas patas de la una sola persona como Dios manda!»
mesa, pero era demasiado resbaladiza. Y
cuando se cansó de intentarlo, la pobre niña Poco después, su mirada se posó en una
se sentó en el suelo y se echó a llorar. cajita de cristal que había debajo de la
mesa. La abrió y encontró dentro un diminuto
«¡Vamos! ¡De nada sirve llorar de esta pastelillo, en que se leía la palabra
manera!», se dijo Alicia a sí misma, con «CÓMEME», deliciosamente escrita con
bastante firmeza. «¡Te aconsejo que dejes de grosella. «Bueno, me lo comeré», se dijo
llorar ahora mismo!» Alicia se daba por lo Alicia, «y si me hace crecer, podré coger la
general muy buenos consejos a sí misma llave, y, si me hace toda deslizarme por
(aunque debajo de la
puerta. De un modo o de otro entraréen el
adoroleer.com
jardín, Alicia
y eso es lo que importa.» Dioen un
el País de las Maravillas EL CHARCO
mordisquito y se preguntó nerviosísima: DE LÁGRIMAS
«¿Hacia dónde? ¿Hacia dónde?»

Al mismo tiempo, se llevó una mano a la —¡ Cur i or íf i co y cur i or íf i co! —e x


cabeza para notar en qué dirección se c l a m ó A l i c i a ( e s t a b a t a nsorprendida,
iniciaba el cambio, y quedó muysorprendida que por un momento se olvidó hasta de
al advertir que seguía con el mismo tamaño. hablar correctamente)
En realidad, esto es lo que sucede —. ¡Ahora me estoy estirando como el
normalmente cuando se da un mordisco a un telescopio más largo que haya existido jamás!
pastel, pero Aliciaestaba ya tan acostumbrada ¡Adiós, pies! —gritó, porque cuando miró
a que todo lo que le sucedía fuera hacia abajo vio que sus pies quedaban ya tan
extraordinario, que le pareció muy aburrido y lejos que parecía fuera a perderlos de vista—
muytonto que la vida discurriese por cauces . ¡Oh, mis pobrecitos pies! ¡Me pregunto
normales. Así pues pasó a laacción, y en un quién ospondrá ahora vuestros zapatos y
santiamén dio buena cuenta del pastelito. vuestros calcetines! ¡Seguro que yo no podré
hacerlo! Voy a estar demasiado lejos para
ocuparme personalmente de vosotros:
tendréis que arreglároslas como podáis...
Pero voy a tener que seramable con ellos —
pensó Alicia—, ¡o a lo mejor no querrán
llevarme en la dirección en que yo quiera ir!
Veamos: les regalaré un par de zapatos
nuevos todas las Navidades.
CAPÍTULO 2
siguió planeando cómo iba aAlicia
Y adoroleer.com en elaPaís de las Maravillas
llevarlo Se sentó en el suelo y volvió a llorar.
cabo:
—¡Debería darte vergüenza! —dijoAlicia—.
—Tendrán que ir por correo. ¡Y qué gracioso ¡Una niña tan grande comotú (ahora sí
será esto de mandarse regalosa los propios que podía decirlo) yponerse a llorar de este
pies! ¡Y qué chocante va a resultar la modo! ¡Para inmediatamente!
dirección!
Pero siguió llorando como si tal cosa,
Al Sr. Pie Derecho de Alicia vertiendo litros de lágrimas, hasta que se
formó un verdadero charco a su alrededor, de
Alfombra de la Chimenea, junto al unos diez centímetros de profundidad y que
Guardafuegos (con un abrazo de Alicia). cubría la mitad del suelo de la sala.
¡Dios mío, qué tonterías tan grandes estoy
diciendo! Al poco rato oyó un ruidito de pisadasa lo
lejos, y se secó rápidamente los ojos para ver
Justo en este momento, su cabeza chocó con quién llegaba.
el techo de la sala: en efecto, ahora medía
más de dos metros. Cogió rápidamente la
Era el Conejo Blanco que volvía,
llavecita de oro y corrió hacia la puerta del
espléndidamente vestido, con un par de
jardín. guantes blancos de cabritilla en una mano y
un gran abanico en la otra. Se acercaba
¡Pobre Alicia! Lo máximo que podía hacer trotando a toda prisa, mientras rezongaba
era echarse de lado en el suelo y mirar el para sí:
jardín con un solo ojo; entrar en él era ahora
más difícil que nunca.
—¡Oh! ¡La Duquesa, la Duquesa!
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas que me sentía un poco distinta. Pero, si no
¡Cómo se pondrá si la hago esperar!
soy la misma, la siguiente pregunta es ¿quién
demonios soy? ¡Ah, este es el gran enigma!
Alicia se sentía tan desesperada queestaba dis
puesta a pedir socorro a cualquiera. Así pues, Y se puso a pensar en todas las niñas que
cuando el Conejo estuvo cerca de ella, conocía y que tenían su misma edad, para
empezó a decirle tímidamente y en voz baja: ver si podía haberse transformado en una de
ellas.
—Por favor, señor...

El Conejo se llevó un susto tremendo, dejó —Estoy segura de no ser Ada —dijo
caer los guantes blancos de cabritilla y el —, porque su pelo cae en grandes rizos, y el
abanico, y escapó a todo correr en la mío no tiene ni medio rizo.Y estoy segura
oscuridad. de que no puedo ser Mabel, porque yo sé
muchísimasc o s a s , y e l l a , o h , ¡ e l l a s a b e
Alicia recogió el abanico y los guantes, Y, poquísimas! Además, ella es ella, y yo s o y y
como en el vestíbulo hacía mucho calor, o , y. . . ¡ D i o s m í o , q u érompecabezas! Voy
estuvo abanicándose todo eltiempo mientras a ver si sé todaslas cosas que antes sabía.
se decía: Veamos: cuatro por cinco doce, y cuatro por
seistrece, y cuatro por siete... ¡Dios mío!
—¡Dios mío! ¡Qué cosas tan extrañas pasan ¡Así no llegaré nunca a veinte! De todos
hoy! Y ayer todo pasaba como modos, la tabla de multiplicar no significa
de costumbre. Me pregunto si habrécambiado nada. Probemos con la geografía. Londres
durante la noche. Veamos: es la capital de París, y París es la capital de
¿era yo la misma al levantarme esta
m añana? Me parece que puedo recordar
Roma, y Roma... No, lo he dicho todo mal,
t o y s e g u r a . ¡ Me deboAlicia
e sadoroleer.com h aenb eelr País de las Maravillas tendré juguetes parajugar, y ¡tantas lecciones
convertido en Mabel! Probaré, por ejemplo el que aprender! No, estoy completamente
de la industriosa abeja. decidida: ¡si soy Mabel, me quedaré aquí! De
nada servirá que asomen sus cabezas por el
Cruzó las manos sobre el regazo y notóque la pozo y me digan: «¡Vuelve a salir, cariño!»
voz le salía ronca y extraña y laspalabras no Me limitaré a mirar hacia arriba y a decir:
eran las que deberían ser: «¿Quién soy ahora,veamos? Decidme esto
primero, y después, si me gusta ser esa
¡Ves como el industrioso cocodrilo persona, volveré a subir. Si no me gusta,
mequedaré aquí abajo hasta que seaalguien
Aprovecha su lustrosa cola distinto...» Pero, Dios mío — exclamó Alicia,
Y derrama las aguas del Nilo hecha un mar de lágrimas—, ¡cómo me
gustaría que asomaran de veras sus cabezas
por el pozo! ¡Estoy tan cansada de estar sola
¡Con que alegría muestra sus dientes
aquí abajo!
Con que cuidado dispone sus uñas Y se
Al decir estas palabras, su mirada se
dedica a invitar a los pececillos
fijó en sus manos, y vio con sorpresa que
Para que entren en sus mientras hablaba se había puesto uno de los
Sonrientes mandíbulas! pequeños guantes blancosde cabritilla del
Conejo.
¡Estoy segura que ésas no son las palabras! Y
a la pobre Alicia se le llenaron otra vez los
ojos de lágrimas. —¿Cómo he podido hacerlo? —se
pregunt ó—. Tengo que haberme
—¡Seguro que soy Mabel! Y tendréque ir a
vivir a aquella casucha horrible, y casi no
adoroleer.com
encogido otra vez. Alicia en el País de las Maravillas Mientras decía estas palabras, le resbaló un
pie, y un segundo más tarde, ¡chap!, estaba
Se levantó y se acercó a la mesa para hundida hasta el cuello en agua salada. Lo
comprobar su medida. Y descubrió que, primero que se le ocurrió fue que se había
según sus conjeturas, ahora no medía más de caído de alguna manera en el mar.
sesenta centímetros, y seguía achicándose
rápidamente. Se dio cuenta en seguida de «Y en este caso podré volver a casa en tren»,
que la causa de todo era el abanico que tenía se dijo.
en la mano, y lo soltó a toda prisa, justo a
tiempo para no llegar a desaparecer deltodo. (Alicia había ido a la playa una solavez
en su vida, y había llegado a la conclusión
—¡De buena me he librado ! —dijo general de que, fuera uno a donde fuera, la
Alicia, bastante asustada por aquel cambio costa inglesa estaba siempre llena de casetas
inesperado, pero muy contenta de verse sana de baño, niñosjugando con palas en la arena,
y salva—. ¡Y ahora al jardín! después una hilera de casas y detrás una
estación de ferrocarril.) Sin embargo,
Y echó a correr hacia la puertecilla. pronto comprendió que estaba en el c h a r c o
Pero, ¡ay!, la puertecita volvía a estar cerrada de l á g r i m a s que h a b í a derramado
y la llave de oro seguía como antes sobre la cuando medía casi tresmetros de estatura.
mesa de cristal. «¡Las cosas están peor que
nunca!», pensó la pobre Alicia. «¡Porque —¡Ojalá no hubiera llorado tanto! — dijo
nunca había sido tan pequeña como ahora, Alicia, mientras nadaba a su alrededor,
nunca! intentando encontrar la salida—. ¡Supongo
¡Y declaro que la situación se está poniendo

imposible!»
que ahora recibiré el castigo Alicia
adoroleer.com en el País de las Maravillas
y moriré recordó haber leído enla Gramática Latina
ahogada en mis propias lágrimas! ¡Será de de su hermano «Elratón – del ratón - al ratón
veras una cosa extraña! Pero todo es extraño - para el ratón - ¡oh, ratón!» El Ratón la miró
hoy. atentamente, y a Alicia le pareció que le
guiñaba uno de sus ojillos, pero no dijo nada.
En este momento oyó que alguien chapoteaba «Quizá no sepa hablaringlés», pensó Alicia.
en el charco, no muy lejos de ella, y nadó «Puede ser unratón francés, que llegó hasta
hacia allí para ver quién era. Al principio aquí con Guillermo el Conquistador.»
creyó que se trataba de una morsa o un (Porque a pesar de todos sus
hipopótamo, pero después se acordó de lo conocimientos de historia, Alicia no tenía
pequeña que era ahora, y comprendió que una idea muy clara de cuánto tiempo atrás
sólo era un ratón que había caído en el charco habían tenido lugar algunas cosas.) Siguió
como ella. pues:

— ¿ S e r v i r á de al go ahor a —se —Où est ma chatte?


preguntó Alicia— dirigir la palabra a este
ratón? Todo es tan extraordinario aquí abajo, Era la primera frase de su libro de fr ancés.
que no me sorprendería nada que pudiera El Ratón dio un salto inesperado fuera del
hablar. De todos modos, nada se pierde por agua y empezó a temblar de pies a cabeza.
intentarlo. —Así pues, Alicia empezó a
decirle—: Oh, Ratón, ¿sabe usted cómo salir —¡Oh, le ruego que me perdone! — g r i t ó
de este charco? ¡Estoy muy cansada de andar A l i c i a a p r e s u r a d a m e n t e , temiendo
nadando de un lado a otro, oh, Ratón! haber herido los sentimientos del pobre
animal—. Olvidé que a ustedno le gustan los
Alicia pensó que éste sería el modocorrecto gatos.
de dirigirse a un ratón; nunca se había visto
antes en una situación parecida, pero
—¡No me gustan los gatos! —exclamó
adoroleer.com Alicia en elelPaís de las Maravillas odiado siempre a l os g a t o s : ¡ b i c h o s
Ratón en voz aguda y apasionada—. a s q u e r o s o s , despreciables, vulgares!
¿Te gustarían a ti los gatos si tú fueses yo? ¡Que no vuelva a oír yo esta palabra!

—Bueno, puede que no —dijo Alicia en tono —¡No la volveré a pronunciar! —dijo Alicia,
conciliador—. No se enfadepor esto. Y, sin apresurándose a cambiar el tema de la
embargo, me gustaría poder enseñarle a conversación—.¿Es usted...
nuestra gata Dina.Bastaría que usted la viera es usted amigo... de... de los perros?
para queempezaran a gustarle los gatos. Es
tan bonita y tan suave —siguió Alicia,
El Ratón no dijo nada y Alicia siguió
hablando casi para sí misma, mientras nadaba diciendo atropelladamente—: Hay
perezosa por el charco—, y ronronea tan
dulcemente junto al fuego, lamiéndose cerca de casa un perrito tan mono que me
las patitas y lavándose la cara... y es tan gustaría que lo conociera. Unpequeño terrier
agradable tenerla en brazos... y es tan hábil de ojillos brillantes, sabe, con el pelo largo,
cazando ratones... ¡Oh, perdóneme, porfavor! rizado, castaño.Y si le tiras un palo, va y lo
—gritó de nuevo Alicia, porque esta vez al trae, y se sienta sobre dos patas para pedir la
Ratón se le habían puesto todos los pelos de comida, y muchas cosas más... no me acuerdo
punta y tenía que est ar enf ad ado de ni de la mitad... Y es de un granjero, sabe, y
ver a s—. No hablaremos más de Dina, si el granjero dice quees un pe rro tan útil que
usted no quiere. no lo vendería ni por cien libras. Dicque mata
todas las ratas y... ¡Dios mío!
—¡Hablaremos dices! —chilló el Ratón,
que estaba temblando hasta la mismísima
punta de la cola—.¡Como si yo fuera a
hablar de semejante tema!Nuestra familia ha —exclamó Alicia trastornada—. ¡Temo que
lo adoroleer.com
he ofendido otra vez! Alicia en el País de las Maravillas
CAPÍTULO 3
Porque el Ratón se alejaba de ella nadando
con todas sus fuerzas, y organizaba una
auténtica tempestad en la charca con su
UNA CARRERA LOCA YUNA
violento chapoteo. Alicia lo llamó
LARGA HISTORIA
dulcemente mientrasnadaba tras él:
—¡Ratoncito querido! ¡vuelve atrás, y no
hablaremos más de gatos ni de perros, puesto
que no te gustan! El grupo que se reunió en la orilla tenía un
aspecto realmente extraño: lospájaros con las
Cuando el Ratón oyó estas palabras, dio plumas sucias, los otrosanimales con el pelo
media vuelta y nadó lentamente hacia ella: pegado al cuerpo, y todos calados hasta los
tenía la cara pálida (de emoción, pensó huesos,malhumorados e incómodos.
Alicia) y dijo con vocecita temblorosa:
Lo primero era, naturalmente, discurrir el
—Vamos a la orilla, y allí te contaré mi modo de secarse: lo discutieron entre ellos,
historia, y entonces comprenderás por qué y a los pocos minutos aAlicia le parecía de lo
odio a los gatos y a los perros. más natural encontrarse en aquella reunión y
hablarfamiliarmente con los animales, como
Ya era hora de salir de allí, pues la charca se si los conociera de toda la vida.
iba llenando más y más delos pájaros y
animales que habían caído en ella: había un
pato y un dodo, un loro y un aguilucho y otras
curiosas criaturas. Alicia abrió la marcha y
todoel grupo nadó hacia la orilla.
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas

Sostuvo incluso una larga discusión con el seguida.


Loro, que terminó poniéndose muy tozudo y
sin querer decir otra cosa que «soy más viejo —¡Ejem! —carraspeó el Ratón
que tú, y tengo que saberlo mejor». Y como con
Alicia se negó a darse por vencida sin saber
antes la edad del Loro, y el Loro se negó air es de i m por t anci a —, ¿E st ái s
rotundamente a confesar su edad, ahí acabó preparados? Ésta es la historia más árida y
la conversación. por tanto más seca que conozco. ¡Silencio
todos, por favor!
Por fin el Ratón, que parecía gozar de cierta «Guillermo el Conquistador, cuya causa era
autoridad dentro del grupo, les apoyada por el Papa, fue aceptado muy
pronto por los ingleses, que necesitaban un
gritó: jefe y estaban desde hacía tiempo
acostumbrados a usurpaciones y conquistas.
—¡Sentaos todos y escuchadme! ¡Os Edwindo Y M o r c a r o , d u q u e s de
aseguro que voy a dejaros secos en un M e r c i a y Northumbría...»
santiamén!
—¡Uf! —graznó el Loro, con unescalofrío.
Todos se sentaron pues, formando un amplio
círculo, con el Ratón en medio. —Con per dón —dijo el Ratón,
frunciendo el ceño, pero con mucha
Alicia mantenía los ojos ansiosamente fijos cortesía—. ¿Decía usted algo?
en él, porque estaba segura de queiba a pescar
un resfriado si no se secaba en —¡Yo no! —se apresuró a responder elLoro.
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas historia:

—Pues me lo había parecido —dijo el —«Lo encontró conveniente y decidió ir con


Ratón—. Edgardo Athelingo al encuentro de
Guillermo y ofrecerle la corona. Guillermo
Continúo. «Edwindo y Morcaro, actuó al principio con moderación.

P ero la i nso lencia d e sus


duques de Mercia y Northumbría, se
normandos...» ¿Cómo te sientes ahora,
pusi er on a su favor, e i ncluso
Stigandio, el patriótico arzobispo de C a n querida? —continuó, dirigiéndose a Alicia.
t e r b u r y , l o e n c o n t r ó conveniente...»
—Tan mojada como al principio — dijo
—¿Encontró qué? —preguntó el Pato. Alicia en tono melancólico—. Esta historia
es muy seca, pero parece que a mi no me seca
nada.
—Encontrólo —repuso el Ratón un poco
enfadado—. Desde luego, usted sabe lo que
—En este caso —dijo solemnemente elDodo,
lo quiere decir.
mientras se ponía en pie—, propongo que se
abra un receso en la sesión y que pasemos a
—¡Claro que sé lo que quiere decir! —
la adopción inmediata de remedios más
refunfuñó el Pato—. Cuando yo encuentro
radicales...
algo es casi siempre una rana o un gusano.
Lo que quiero saber es qué fue lo que
—¡Habla en cristiano! —protestó el
encontr ó el arzobispo.
Aguilucho— No sé lo que quieren decir ni
la mitad de estas palabras altisonantes, y es
El Ratón hizo como si no hubiera oído esta
más, ¡creo que tampoco tú sabes lo que
pregunta y se apresuró a continuar con su
adoroleer.com
significan! Alicia en el País de las Maravillas se fue colocandoaquí y allá a lo largo de la
pista. No hubo el «A la una, a las dos, a las
Y el Aguilucho bajó la cabeza para ocultar tres,
una sonrisa; algunos de los otros pájaros
rieron sin disimulo. ya», sino que todos empezaron a correr
—Lo que yo iba a decir —siguió el Dodo en cuando quisieron, y cada uno paró cuando
tono ofendido— es que el mejor modo para quiso, de modo que no era fácilsaber cuándo
secarnos sería unaCarrera Loca. terminaba la carrera. Sin embargo, cuando
llevaban corriendo más o menos media hora,
—¿Qué es una Carrera Loca? — preguntó y volvían a e s t ar ya s e c o s , el Dodo
Alicia, y no porque tuvieramuchas ganas de g r i t ó súbitamente:
averiguarlo, sinoporque el Dodo había hecho
una pausa,como esperando que alguien dijera —¡La carrera ha terminado!
algo, y nadie parecía dispuesto a decir nada.
Y todos se agruparon jadeantes a sualrededor,
preguntando: —¿Pero quiénha ganado?
— B u e n o , la m e j o r manera de
explicarlo es hacerlo.
El Dodo no podía contestar a esta pregunta sin
entregarse antes a largas cavilaciones, y
(Y por si alguno de vosotros quiere hacer
estuvo largo rato reflexionando con un dedo
también una Carrera Loca cualquier día de
apoyado en la frente (la postura en que
invierno, voy a contaros cómo la organizó el
aparecen c a s i s i e m p r e r e t r a t a d o s
Dodo.)
l o s pensadores), mientras los demás
esperaban en silencio. Por fin el Dodo dijo:
Primero trazó una pista para la carrera,más o
menos en círculo («la forma exacta no tiene
—Todos hemos ganado, y todos tenemos
importancia», dijo) y después todo el grupo
adoroleer.com
que recibir un premio. Alicia en el País de las Maravillas —Sólo un dedal —dijo Alicia.
—¿Pero quién dará los premios? —
—Venga el dedal —dijo el Dodo. Y entonces
preguntó un coro de voces.
todos la rodearon una vez más, mientras el Dodo le
—Pues ella, naturalmente —dijo el Dodo,
ofrecía sol em nem ent e el dedal con las palabras:
señalando a Alicia con el dedo.
—Os rogamos que aceptéis este elegante
Y todo el grupo se agolpó alrededor deAlicia,
dedal.
gri tando como locos:
Y después de este cortísimo discurso, todos
—¡Premios! ¡Premios!
aplau dieron con entusiasmo.
Alicia no sabía qué hacer, y se metió
Alicia pensó que todo esto era muyabsurdo,
desesperada una mano en el bolsillo, y
pero los demás parecían tomarlo tan en serio
encontró una caja de confites (por suerte el
que no se atrevió areír, y, como tampoco se
agua salada no había entrado dentro), y los
le ocurría nada que decir, se limitó a hacer
repartió como premios. Había exactamente
una reverencia, y a coger el dedal, con el aire
un confite para cada uno de ellos.
más solemne que pudo.
—Pero ella también debe tener un premio —
Había llegado el momento de comerse los
dijo el Ratón.
confites, lo que provocó bastante ruido y
confusión, pues los pájaros grandes se
—Claro que sí —aprobó el Dodo con
quejaban de que sabían a poco, y los pájaros
gravedad, y, dirigiéndose a Alicia,
pequeños se atragantaban y había que
preguntó—: ¿Qué más tienes en el bolsillo?
darles palmaditas en la espalda. Sin
por fin terminaron Alicia
adoroleer.com
embargo, con enlos
el País de las Maravillas Alicia una forma así:
confites, y de nuevo se sentaron en círculo, y
pidieron al Ratón que les contara otra Cierta Furia dijo a un Ratón al que se
historia. encontró en su casa: ‘Vamos a ir juntosante
la Ley: Yo te acusaré, y tú te defenderás.
—Me prometiste contarme tu vida, ¿te
acuerdas? —dijo Alicia—. Y por qué odias a ¡Vamos! No admitiré más discusiones
los... G. y a los P. —añadió en un susurro, sin Hemos de tener un proceso, porque esta
atreverse a nombrar a los gatos y a los perros mañana no he tenido ninguna otra cosa que
por su nombre completo para no ofender al hacer.’
Ratón de nuevo.
El Ratón respondió a la Furia:
—¡Arrastro tras de mí una realidad muy larga
y muy triste! —exclamó el Ratón, ‘Ese pleito, señora no servirá si no tenemos
dirigiéndose a Alicia y dejando escapar un juez y jurado, y no servirámás que para que
suspiro. nos gritemos uno a otro como una pareja de
tontos’.
—Desde luego, arrastras una cola larguísima
—dijo Alicia, mientras echaba una mirada Y replicó la Furia:
admirativa a la coladel Ratón—, pero ¿por
qué dices quees triste? ‘Yo seré al mismo tiempo el juez y el jurado.’

Y tan convencida estaba Alicia de que el Lo dijo taimadamente la vieja Furia.


Ratón se refería a su cola, que, cuando él
empezó a hablar, la historia que contó tomó ‘Yo seré la que diga todo lo que haya que
en la imaginación de decir, y también quien a muerte condene.’
—¡No me estás escuchando! —
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas
protestó Pero el Ratón movió impaciente la cabeza y
el Ratón, dirigiéndose a Alicia apresuró el paso.
—. ¿Dónde tienes la cabeza?
—¡Qué lástima que no se haya querido
quedar! —suspiró el Loro, cuando el Ratón
—Por favor, no te enfades —dijo Alicia con se hubo perdido de vista.
suavidad—. Si no me equivoco, ibas ya por
la quinta vuelta. Y una vieja Cangreja aprovechó la ocasión
para decirle a su hija:
—¡Nada de eso! —chilló el Ratón—.
¿De qué vueltas hablas? ¡Te estás burlando —¡Ah, cariño! ¡Que te sirva de lecciónpara
de mí y sólo dices tonterías! no dejarte arrastrar nunca por tu mal genio!

Y el Ratón se levantó y se fue muy enfadado. —¡Calla esa boca, mamá! —protestó con
aspereza la Cangrejita—. ¡Eres capaz de
—¡Ha sido sin querer! exclamó la pobre acabar con la paciencia deuna ostra!
Alicia—.¡Pero tú te enfadas con tanta
facilidad! —¡Ojalá estuviera aquí Dina con nosotros!
—dijo Alicia en voz alta, pero sin dirigirse a
El Ratón sólo respondió con un nadie en particular
gruñido, mientras seguía alejándose. —. ¡Ella sí que nos traería al Ratón en un san
—¡Vuelve, por favor, y termina tu tiamén!
historia! —gritó Alicia tras él.
Y los otros animales se unieron a ella y —¡Y quién es Dina, si se me permitela
gritaron a coro: pregunta? —quiso saber el Loro.
—¡Sí, vuelve, por favor! Alicia contestó con entusiasmo, porque
adoroleer.com
siempre Alicia
estaba dispuesta a hablar de en el País de las Maravillas
suamiga
—¡Ojalá no hubiera hablado de Dina!
favorita:
—se dijo en tono melancólico—.
—Dina es nuestra gata. ¡Y no podéis ¡Aquí abajo, mi gata no parece gustarle a
imaginar lo lista que es para cazar ratones! nadie, y sin embargo estoy bien segura de que
¡Una maravilla! ¡Y me gustaría que la es la mejor gata del mundo! ¡Ay, mi Dina, mi
vierais correr tras los pájaros! ¡Se zampa un querida Dina! ¡Me pregunto si volveré a verte
pajarito en un abrir y cerrar de ojos! alguna vez!

Estas palabras causaron una impresión Y la pobre Alicia se echó a llorar de nuevo,
terrible entre los animales que la porque se sentía muy sola ymuy deprimida.
r o d e a b a n . A l g u n o s p á j a r o s se Al poco rato, sin embargo, volvió a oír un
apresuraron a levantar el vuelo. Una vieja ruidito de pisadas a lo lejos y levantó la vista
urraca se acurrucó bien entre sus plumas, esperanzada, pensando que a lo mejor el
mientras murmuraba: «No tengo más Ratón había cambiado de idea y volvía atrás
remedio que irme a casa; el frío de la noche para terminar su historia.
no le sienta bien a mi garganta». Y un canario
reunió a todos sus pequeños, mientras les
decía con una vocecilla temblorosa:
«¡Vamos, queridos! ¡Es hora de que estéis
todos en la cama!» Y así, con distintos
pretextos, todos se fueron de allí, y en unos
segundos Alicia se encontró
completamente sola.
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas voluntad se puso también ella a buscar por
todos lados, pero no encontró ni rastro de
ellos. En realidad,todo
CAPÍTULO 4
parecía haber cambiado desde que ella cayó
en el charco, y el vestíbulo con la mesa de
LA CASA DEL CONEJO
cristal y la puertecilla habían desaparecido
completamente.
Era el Conejo Blanco, que volvía con un
A los pocos instantes el Conejo descubrió la
t r ot e ci l l o sal t ar í n y mi r aba
presencia de Alicia, que andaba buscando los
ansiosamente a su alrededor, como si hubiera
guantes y el abanico de un lado a otro, y le
perdido algo. Y Alicia oyó quemurmuraba:
gritó muy enfadado:
—¡La Duquesa! ¡La Duquesa! ¡Oh, mis
—¡Cómo, Mary Ann, qué demonios e s t
queridas patitas! ¡Oh, mi piel ymis bigotes !
á s h a c i e n d o a q u í ! C o r r einmediatamente
¡Me hará ejecutar, tanseguro como que los
a casa y tráeme un par de guantes y un
grillos son grillos ! ¿Dónde demonios puedo
abanico! ¡Aprisa!
haber l os dej ado caer ? ¿Dónde?
¿Dónde? Alicia se llevó tal susto que salió corriendo
en la dirección que el Conejo le señalaba,
Alicia comprendió al instante que sin intentar explicarle que estaba
equivocándose

estaba buscando el abanico y el par de


guantes blancos de cabritilla, y llena debuena
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas inmediata mente y
prepárese para salir de paseo!», diría laniñera,
de persona. y ella tendría que contestar:
«¡Voy en seguida!
—¡Me ha confundido con su criada!
—se dijo mientras corría—. ¡Vaya sorpresa Ahora no puedo, porque tengo que vigilar
se va a llevar cuando se enterede quién soy! esta ratonera hasta que vuelva Dina y cuidar
Pero será mejor que le traiga su abanico y sus de que no se escape ningún ratón»—. Claro
guantes...Bueno, si logro encontrarlos. que —siguiódiciéndose Alicia—, si a Dina le
daba por empezar a darnos órdenes, no creo
Mientras decía estas palabras, llegó ante una que parara mucho tiempo en nuestracasa.
linda casita, en cuya puerta brillaba una placa
de bronce con el nombre «C. BLANCO» A todo esto, había conseguido llegar hasta un
grabado en ella. Alicia entró sin llamar, y pequeño dormitorio, muyordenado, con una
corrió escaleras arriba, con mucho miedo de mesa junto a la ventana, y sobre la mesa
encontrar a la verdadera Mary Ann yde (como esperaba) un abanico y dos o tres pares
que la echaran de la casa antes de que hubiera de diminutos guantes blancos de cabritilla.
encontrado los guantes yel abanico. Cogió el abanico y un par deguantes, y, estaba
a punto de salir de lahabitación, cuando su
—¡Qué raro parece —se dijo Aliciaeso de mirada cayó en una botellita que estaba al
andar haciendo recados para un conejo! lado del espejo del tocador. Esta vez no había
¡Supongo que después de esto Dina también letrerito con la palabra «BÉBEME»,pero de
me mandará a hacer sus recados! —Y todos modos Alicia lo destapó
empezó a imaginar lo que ocurriría en este
caso: «¡Señorita Alicia, venga aquí
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas pensar en ello! Siguió creciendo,
y creciendo, y muy pronto tuvo queponerse
y se lo llevó a los labios. de rodillas en el suelo. Un minuto más tarde
no le quedaba espacio ni para seguir
—Estoy segura de que, si como o beboalgo, arrodillada, y tuvo que intentar acomodarse
ocurrirá algo interesante —se dijo—. Y voy echada en el suelo, con un codo contra la
a ver qué pasa con esta botella. Espero que puerta y el otro brazo alrededor del cuello.
vuelva a hacerme crecer, porque en realidad, Pero no paraba de crecer y, como último
estoy bastante harta de ser una cosilla tan recurso, sacó un brazopor la ventana y metió
pequeñeja. un pie por la chimenea, mientras se decía:

¡Y vaya si la hizo crecer! ¡Mucho más aprisa —Ahora no puedo hacer nada más, pase lo
de lo que imaginaba! Antes que pase. ¿Qué va a ser de mí?

de que hubiera bebido la mitad del frasco, se Por suerte la botellita mágica había
encontró con que la cabezale tocaba contra producido ya todo su efecto, y Alicia dejó de
el techo y tuvo que doblarla para que no se le crecer. De todos modos, se sentía incómoda
rompiera el cuello. Se apresuró a soltar la y, como no parecíahaber posibilidad alguna
botella, mientras se decía: de volver asalir nunca de aquella habitación,
no esde extrañar que se sintiera también muy
—¡Ya basta! Espero que no seguiré desgraciada.
creciendo... De todos modos, no paso ya por
la puerta... ¡Ojalá no hubiera bebido tan —Era mucho más agradable estar enmi
aprisa! casa —pensó la pobre Alicia—. Allí, al
menos, no me pasaba el tiempo
¡Por desgracia, era demasiado tarde para
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas ¡Eso si que no me gustaría nada! ¡Pero qué
tonta eres, Alicia! —se rebatió a sí misma—.
¿Cómo vas a poder estudiar lecciones metida
creciendo y disminuyendo de tamaño, y
aquí dentro? Apenas si hay sitio para ti, ¡Y
recibiendo órdenes de ratones y conejos. asi
desde luego no queda ni un rinconcito para
preferiría no haberme metido en la
libros de texto! Y así siguió discurseando un
madriguera del Conejo... Y, sin embargo,
buen rato, unas veces en un sentido y otras
pese a todo, ¡no sepuede negar que este
llevándose a sí misma la contraria,
género de vida resulta interesante! ¡Yo
manteniendo en definitiva una conversación
misma me pregunto qué puede haberme
muy seria, como si se tratara de dos
sucedido! Cuando leía cuentos de hadas,
personas.
nunca creí que estas cosas pudieran ocurrir en
la realidad, ¡y aquí me tenéis metida hasta el
Hasta que oyó una voz fuera de la casa, y
cuello en una aventura de éstas! Creo que
debiera escribirse un libro sobre mí, sí, señor. dejó de discutir consigo misma para
Y cuando sea mayor, yo misma lo escribiré... escuchar.
Pero yano puedo ser mayor de lo que soy
ahora —añadió con voz lúgubre—. Al —¡Mary Ann! ¡Mary Ann! —decía la voz—
menos, no me queda sitio para hacerme . ¡Tráeme inmediatamente mis guantes!
mayor mientras esté metidaaquí dentro.
Después Alicia oyó un ruidito de pasospor la
Pero entonces, ¿es que nunca me haré mayor escalera. Comprendió que era el Conejo que
de lo que soy ahora? Por una parte, esto sería subía en su busca y se echó a temblar con
una ventaja, no llegaría nunca a ser una tal fuerza que
vieja, pero por otra parte ¡tener siempre
lecciones que
aprender! ¡Vaya lata!
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas sobre un invernadero o algo por el estilo.
Después se oyó una
sacudió toda la casa, olvidando que ahora era voz muy enfadada, que era la del Conejo:
mil veces mayor que el Conejo Blanco y no
había por tanto motivo alguno para tenerle —¡Pat! ¡Pat! ¿Dónde estás? ¿Dónde estás?
miedo.
Y otra voz, que Alicia no había oído hasta
Ahora el Conejo había llegado ante la puerta, entonces:
e intentó abrirla, pero, como la puerta se abría
hacia adentro y el codo de Alicia estaba —¡Aquí estoy, señor! ¡Cavando en busca de
fuertemente apoyado contra ella, no manzanas, con permiso del señor!
consiguió moverla. Alicia oyó que se decía
para sí: —¡Tenías que estar precisamente cavando
en busca de manzanas! — replicó el Conejo
—Pues entonces daré la vuelta yentraré por muy irritado—. ¡Ven aquí inmediatamente!
la ventana. ¡Y ayúdame asalir de esto!

—Eso sí que no —pensó Alicia. Hubo más ruido de cristales rotos.

Y, después de esperar hasta que creyó oír al —Y ahora dime, Pat, ¿qué es eso que hay en
Conejo justo debajo de la ventana, abrió de la ventana?
repente la mano ehizo gesto de atrapar lo que
estuviera a su alcance. No encontró nada, —Seguro que es un brazo, señor —(y
pero oyó un gritito entrecortado, algo que pronunciaba «brasso»).
caía y un estrépito de cristales rotos, loque le
hizo suponer que el Conejo se había caído —¿Un brazo, majadero? ¿Quién ha
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas «¡Me pregunto qué harán ahora! Si se trata de
sacarme por la ventana, ojalá
pudieran lograrlo. No tengo ningunas ganas
visto nunca un brazo de este tamaño?
de seguir mucho rato encerrada aquí dentro.»
¡Pero si llena toda la ventana! Esperó unos minutos sin oír nada más. Por
fin escuchó elrechinar de las ruedas de una
—Seguro que la llena, señor. ¡Y sinembargo carretilla y el sonido de muchas voces que
es un brazo! hablaban todas a la vez. Pudo entender
algunas palabras: «¿Dónde está la otra
—Bueno, sea lo que sea no tiene por que estar escalera?... A mí sólo me dijeron que trajera
en mi ventana. ¡Ve y quítalo de ahí! una; la otra la tendrá Bill...
¡ B i l l ! ¡ T r a e la e s c a l e r a a q u í ,
Siguió un largo silencio, y Alicia sólo pudo muchacho!... Aquí, ponedlas en esta
oír breves cuchicheos de vez en cuando, esquina... No, primero átalas la una ala
como «¡Seguro que esto nome gusta nada, otra... Así no llegarán ni a la mitad... Claro
señor, lo que se dice nada!» y «¡Haz de una que llegarán, no seas pesado...
vez lo que te digo, cobarde!» Por último, ¡Ven aquí, Bill, agárrate a esta cuerda!...
Alicia volvió ¿Aguantará este peso el tejado?... ¡Cuidado
con esta teja suelta!... ¡Eh, que se cae!
¡Cuidado conla cabeza!»
a abrir la mano y a moverla en el aire como si
quisiera atrapar algo. Esta vez hubo dos
grititos entrecortados y más ruido de cristales Aquí se oyó una fuerte caída. «Vaya,
rotos. ¿quién ha si- do?... Creo que ha sido Bill...
¿Quién va a bajar por la chimenea?... ¿Yo?
«¡Cuántos invernaderos de cristal debe de Nanay. ¡Baja tú!...
haber ahí abajo!», pensó Alicia.
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas sola: «¡Cogedlo! ¡Eh! ¡Los que estáis junto a
¡Ni hablar! Tiene que bajar Bill... ¡Ven
la valla!» Siguió un silencio y una nueva
aquí, Bill! ¡El amo dice que tienes que bajar aval ancha de voces:
por la chimenea!» «Levantadle la cabeza... Venga un trago...
Sin que se ahogue... ¿Qué ha pasado, amigo?
—¡Vaya! ¿Conque es Bill el que tiene que ¡Cuéntanoslo todo!»
bajar por la chimenea? se dijo Alicia—.
¡Parece que todo se lo cargana Bill! No me Por fin se oyó una vocecita débil yaguda, que
gustaría estar en su pellejo; desde luego esta Alicia supuso sería la voz de Bill:
chimenea es estrecha, pero me parece que
podré daralgún puntapié por ella. —Bueno, casi no sé nada... No quiero más
coñac, gracias, ya me sientomejor... Estoy tan
Alicia hundió el pie todo lo que pudo dentro aturdido que no sé qué decir... Lo único que
de la chimenea, y esperó hasta oír que la recuerdo es que algo me golpeó rudamente,
bestezuela (no podía saberde qué tipo de ¡y salí por los aires como el muñeco de una
animal se trataba) escarbaba y arañaba dentro caja de sorpresas!
de la chimenea, justo encima de ella.
Entonces, mientras se decía a sí misma: —¡Desde luego, amigo! ¡Eso ya lohemos
visto! —dijeron los otros. —
«¡Aquí está Bill! », dio una fuerte patada, y ¡Tenemos que quemar la casa! —dijola
esperó a ver qué pasaba acontinuación. voz del Conejo.
Y Alicia gritó con todas sus fuerzas:
Lo primero que oyó fue un coro devoces que
—¡Si lo hacéis, lanzaré a Dina contra
gritaban a una: «¡Ahí va Bill!», y después la
vosotros!
voz del Conejo
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas Alicia para sus adentros, y añadió en

Se hizo inmediatamente un silencio de alta voz—: ¡Será mejor que no lo repitáis!


muerte, y Alicia pensó para sí:
Estas palabras produjeron otro silencio de
—Me pregunto qué van a hacer ahora. Si muer te. Alicia advirtió, con cierta sorpresa,
tuvieran una pizca de sentido común, que las piedrecillas se estaban
levantarían el tejado. transformando en pastas de té, allí en el suelo,
y una brillante ideaacudió de inmediato a su
Después de uno o dos minutos se pusieron cabeza.
una vez más todos en movimiento, y Alicia
oyó que el Conejo decía: «Si como una de estas pastas», pensó,
«seguro que producirá algún cambioen mi
—Con una car r et ada tendremos
estatura. Y, como no existe posibilidad
bastante para empezar.
alguna de que me haga todavía mayor,
supongo que tendré que hacerme
—¿Una carretada de qué? —pensó Alicia.
forzosamente más pequeña.»
Y no tuvo que esperar mucho para
Se comió, pues, una de las pastas, yvio
averiguarlo, pues un instante después una
con alegría que empezaba a disminuir
granizada de piedrecillas entró disparada por
inmediatamente de tamaño. En cuanto fue lo
la ventana, y algunas le dieron en plena cara.
bastante pequeña para pasar por la puerta,
corrió fuera de la casa, y se encontró con un
—Ahora mismo voy a acabar con esto grupo bastante numeroso de animalillos y
pájaros que la esperaban. Una lagartija,Bill,
—se dijo
en el centro, sostenidoAlicia
adoroleer.com
estaba por endos
el País de las Maravillas Un enorme perrito la miraba desde arriba con
conejillos de indias, que le daban a sus grandes ojos muy abiertos y alagaba
beber algo de una botella. En elmomento en tímidamente una patita para tocarla.
que apareció Alicia, todos se abalanzaron
sobre ella. Pero Alicia echó a correr con todas —¡Qué cosa tan bonita! —dijo Alicia, en
sus fuerzas, y pronto se encontró a salvo en tono muy cariñoso, e intentó sin éxito
un espeso bosque. dedicarle un silbido, pero estaba también
terriblemente asustada, porquepensaba que el
—Lo primero que ahora tengo que hacer — cachorro podía estar hambriento, y, en este
se dijo caso, lo más probable era que la devorara de
un solobocado, a pesar de todos sus mimos.

Alicia, mientras vagaba por el bosque Casi sin saber lo que hacía, cogió del suelo
—es crecer has ta volver a recuperarmi una ramita seca y la levantó hacia el perrito,
estatura. Y lo segundo es encontrar la manera y el perrito dio un salto con las cuatro patas
de entrar en aquel precioso jardín. Me parece en el aire, soltó un ladrido de satisfacción
que éste es el mejor plan de acción. Parecía, y se abalanzó sobre el palo en gesto de
desde luego,un ataque. Entonces Alicia se escabulló
rápidamente tras un gran cardo, parano
plan excelente, y expues to de un modo muy ser arrollada, y, en cuanto apareció por el otro
claro y muy simple. La única dificultad lado, el cachorro volvió a precipitarse contra
radicaba en que no tenía la menor idea de el palo, con tanto entusiasmo que perdió el
cómo llevarlo a cabo. Y, mientras miraba equilibrio y
ansiosamente por entre los árboles, un
pequeñoladrido que sonó justo encima de su
cabeza la hizo mirar hacia arribasobresaltada.
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas

se apoyaba contra una campanilla para


dio una voltereta. Entonces Alicia, pensando descansar y se abanicaba con una de sus
que aquello se parecía mucho a estar hojas—. ¡Lo que me hubiera gustado
jugando con un caballo percherón y temiendo enseñarle juegos, si... si hubiera tenido yo el
ser pisoteada en cualquier momento por sus tamaño adecuado para hacerlo! ¡Dios mío!
patazas, volvió a refugiarse detrás del cardo. ¡Casi se me había olvidado que tengo que
Entonces el cachorro inició una seriede crecer de nuevo! Veamos: ¿qué tengo que
ataques relámpago contra el palo, corriendo hacer para lograrlo? Supongo que tendría
cada vez un poquito hacia adelante y un que comer o que beber alguna cosa,pero
mucho hacia atrás, y ladrando roncamente ¿qué? Éste es el gran dilema.
todo el rato, hasta que por fin se sentó a
cierta d i s t a n c i a , jadeante, la Realmente el gran dilema era ¿qué? Alicia
l e n g u a colgándole fuera de la boca y los miró a su alrededor hacia lasflores y hojas de
grandes ojos medio cerrados. hierba, pero no vio nada que tuviera aspecto
de ser la cosa adecuada para ser comida o
Esto le pareció a Alicia una buena bebida en esas circunstancias. Allí cerca se
oportunidad para escapar. Así que se lanzó a erguía una gran seta, casi de la misma altura
correr, y corrió hasta el límite de sus fuerzas que Alicia. Y, cuando hubo mirado debajo de
y hasta quedar sin aliento, y hasta que las ella, y a ambos lados, y detrás, se le ocurrió
ladridos delcachorro sonaron muy débiles en que lomejor sería mirar y ver lo que había
la distancia. encima.

—Y, a pesar de todo, ¡qué cachorrito tan Se puso de puntillas, y miró por
mono era! —dijo Alicia, mientras
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas —¿Quién eres tú? —dijo la Oruga.
encima del borde de la seta, y sus ojos se
encontraron de inmediato con losojos de una No e r a u n a f o r m a d e m a s i a d o a l
gran oruga azul, que estabasentada encima e n t a d o r a d e e m p e z a r u n aconversación.
de la seta con losb r a z o s c r u z a d o Alicia contestó un poco intimidada:
s , f u m a n d otranquilamente una larga pipa
y sin prestar la menor atención a Alicia ni a —Apenas sé, señora, lo que soy en
ninguna otra cosa. este momento... Sí sé quién era al levantarme
esta mañana, pero creo que he cambiado
varias veces desde entonces.

—¿Qué quieres decir con eso? — preguntó la


CAPÍTULO 5 Oruga con severidad—. ¡A ver si te aclaras
contigo misma!

CONSEJOS —Temo que no puedo aclarar nada conmigo


DE UNA ORUGA misma, señora —dijo Alicia
—, porque yo no soy yo misma, ya lo ve.

—No veo nada —protestó la Oruga.


La Oruga y Alicia se estuvieron mirando un
rato en silencio: por fin la Oruga se sacó la —Temo que no podré explicarlo con más
pipa de la boca, y se dirigió a la niña en voz claridad —insistió Alicia con voz amable—,
lánguida y adormilada. porque para empezar ni siquiera lo entiendo
yo misma, y esode cambiar tantas veces
de estatura en un solo día res u l t a b a s t a n t
adoroleer.com
e desconcertante. Alicia en el País de las Maravillas que se puso tiesa como un rábano y le dijo
con severidad:
—No resulta nada —replicó la Oruga.
—Me parece que es
—Bueno, quizás usted no haya sentidohasta usted la quedebería
ahora nada parecido —dijo decirme primero quién es.

Alicia—, pero cuando se convierta en —¿Por qué? —inquirió la Oruga.


crisálida, cosa que ocurrirá cualquier día, y Era otra pregunta difícil, y como a Alicia no
después en mariposa, me parece que todo le se le ocurrió ninguna respuesta convincente
parecerá un poco raro, ¿no cree? y como la Orugaparecía seguir en un estado
de ánimo de lo más antipático, la niña dio
—Ni pizca —declaró la Oruga. media vuelta para marcharse.

—Bueno, quizá los sentimientos de usted —¡Ven aquí! —la llamó la Oruga a sus
sean distintos a los míos, porque le aseguro espaldas—. ¡Tengo algo importante que
que a mi me parecería muy raro. decirte!

Estas palabras sonaban prometedoras, y


—¡A ti! —dijo la Oruga con desprecio
Alicia dio otra media vuelta y volvió atrás.
—. ¿Quién eres tú?
Con lo cual volvían al principio de la —¡Vigila este mal genio! —sentencióla
conversación. Alicia empezaba a Oruga.
—¿Es eso todo? —preguntó
sentirse molesta con la Oruga, por esas Alicia,tragándose la rabia lo mejor que
observaciones tan secas y cortantes, demodo pudo.
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas —Pues bien, haremos una cosa.
—No —dijo la Oruga.
—¿Que?
Alicia decidió que sería mejor esperar, ya que
no tenía otra cosa que hacer, y ver si la Oruga
—Recítame eso de "Ha envejecido, Padre
decía por fin algo que mereciera la pena.
Guillermo..." —Ordenó la Oruga.
Durante unos minutos la Oruga siguió
fumando sin decir palabra, pero después
Alicia cruzó los brazos y empezó a
abrió los
brazos, volvió a sacarse la pipa de la boca y recitar el poema:
dijo: "Ha envejecido, Padre Guillermo,"dijo el
—Así que tú crees haber cambiado, chico, "Y su pelo está lleno de canas; Sin
embargo siempre hace el pino—
¿no?
¿Con sus años aún tiene las ganas? "Cuando
—Mucho me temo que si, señora. No me joven," dijo Padre Guillermoa su hijo,
acuerdo de cosas que antes sabía muy bien, y "No quería dañarme el coco; Pero
no pasan diez minutos sin que cambie de ya no me da ningún miedo,
tamaño. Que de mis sesos me queda muy poco."
"Ha envejecido," dijo el muchacho,
—¿No te acuerdas ¿de qué cosas? "Como ya se ha dicho;
Sin embargo, entró capotando—
—Bueno, intenté recitar los versos de "Ved
cómo la industriosa abeja... pero todo me ¿Como aún puede andar como un bicho?
salió distinto, completamente d i s t i n t o y "Cuando joven," dijo el sabio, meneando
s e g u í h a b l a n d o de cocodrilos". su pelo blanco, "Me mantenía el cuerpo
muy ágil
Conadoroleer.com Alicia
ayuda medicinal y, si puedo ser en el País de las Maravillas
franco, bien —reconoció Alicia con timidez
Debes probarlo para no acabar débil." "Ha
—.
envejecido," dijo el chico, "y tienelos
dientes inútiles para más que agua y vino;
Pero zampó el ganso hasta los huesos Algunas palabras tal vez me han salido
frágiles— revueltas.
A ver, señor, ¿que es el tino?"
—Está mal de cabo a rabo— sentenció la
Cuando joven," dijo su padre, "me empeñé en
Oruga en tono implacable, y siguió un
ser abogado, Y discutía la ley con mi esposa;
silencio de varios minutos.
Y por eso, toda mi vida me ha durado un a
m a n d í b u l a m u y f u e r t e y musculosa."
La Oruga fue la primera en hablar.
"Ha envejecido y sería muy raro," dijo el
chico,
¿Qué tamaño te gustaría tener? —lepreguntó.
"Si aún tuviera la vista perfecta;
¿Pues cómo hizo bailar en su pico
—No soy difícil en asunto de tamaños
Esta anguila de forma tan recta?"
"Tres preguntas ya has posado, —se apresuró a contestar Alicia—. Sólo que
Y a ninguna más no es agradable estar cambiando tan a
contestaré.Si no te vas menudo, sabe.
ahora mismo,
—No sé nada —dijo la Oruga. Alicia no
¡Vaya golpe que te pegaré! contestó. Nunca en toda su vida le habían
llevado tanto la contraria, y sintió que se le
—Eso no está bien —dijo la Oruga. estaba acabando la paciencia.

—No, me temo que no está del todo —¿Estás contenta con tu tamaño actual? —
adoroleer.com
preguntó la Oruga. Alicia en el País de las Maravillas por la hierba, al tiempo que decía:

—Bueno, me gustaría ser un poco más alta, si —Un lado te hará crecer, y el otro lado
a usted no le importa. ¡Siete centímetros te hará disminuir.
es una estatura tan insignificante!
—Un lado ¿de qué? El otro lado ¿de que? —
¡Es una estatura perfecta! —dijo la Oruga se dijo Alicia para sus adentros.
muy enfadada, irguiéndose cuan larga era
(medía exactamente siete centímetros). —De la seta —dijo la Oruga, como si la niña
se lo hubiera preguntado en vozalta.
—¡Pero yo no estoy acostumbrada amedir
siete centímetros! se lamentó la pobre Y al cabo de unos instantes se perdióde
Alicia con voz lastimera, mientras vista.
pensaba para sus adentros:
«¡Ojalá estas criaturas no se ofendieran tan
Alicia se quedó un rato contemplando
fácilmente!»
pensativa la seta, en un intento de descubrir
cuáles serían sus dos lados, y, como era
—Ya te irás acostumbrando —dijo la Oruga,
perfectamente redonda, el problema no
y volvió a meterse la pipa en la boca y resultaba nada fácil. Así pues, extendió los
empezó otra vez a fumar.
brazos todo lo que
Esta vez Alicia esperó pacientemente aque se
pudo alrededor de la seta y arrancó concada
decidiera a hablar de nuevo. Al cabo de uno
mano un pedacito.
o dos minutos la Oruga se sacó la pipa de la
boca, dio unos bostezos y se desperezó.
—Y ahora —se dijo—, ¿cuál será cuál?
Después bajó de la seta y empezó a deslizarse
adoroleer.com
Dio Alicia
un mordisquito al pedazo de en el País de las Maravillas
la mano
derecha para ver el efecto y al —¿Qué puede ser todo este verde? — dijo
Alicia—. ¿Y dónde se habrán marchado mis
instante sintió un rudo golpe en la barbilla. hombros? Y, oh mis pobres manos, ¿cómo es
¡La barbilla le había chocado con los pies! que no puedo veros?

Se asustó mucho con este cambio tan Mientras hablaba movía las manos, pero no
repentino, pero comprendió que estaba pareció conseguir ningúnr e s u l t a d o , s
disminuyendo rápidamente de tamaño, que a l v o u n l i g e r oestremecimiento que agitó
no había por tanto tiempo que perder y que aquella verde hojarasca distante.
debía apresurarse a morder el otro pedazo.
Tenía la mandíbula tan apretada contra los Como no había modo de que sus manos
pies que resultaba difícil abrir la boca, pero lo subieran hasta su cabeza, decidió bajar la
consiguió al fin, y pudo tragar un trocito del cabeza hasta las manos, y descubrió con
pedazo de seta que tenía en la mano entusiasmo que su cuello se doblaba con
izquierda. mucha facilidad en cualquier dirección, como
una serpiente. Acababa de lograr quesu
«¡Vaya, por fin tengo libre la cabeza!»,se dijo cabeza descendiera por el aire en ungracioso
Alicia con alivio, pero el alivio se zigzag y se disponía a introducirla entre
transformó inmediatamente en alarma, al las hojas, que descubrió no eran más que las
advertir que había perdido de vista sus copas delos árboles bajo los que antes había
propios hombros: todo lo que podía ver, al estado paseando, cuando un agudo silbido la
mirar hacia abajo, eraun larguísimo pedazo hizo retroceder a toda prisa.
de cuello, queparecía brotar como un tallo del
mar dehojas verdes que se extendía muy por Una gran paloma se precipitaba contra su
debajo de ella. cabeza y la golpeaba violentamente con las
adoroleer.com
alas. Alicia en el País de las Maravillas esperar a que la Paloma terminara su
discurso.
—¡Serpiente! —chilló la paloma.
—¡Como si no fuera ya bastante engorro
—¡Yo no soy una serpiente! —protestóAlicia empollar los huevos! —dijo la Paloma—.
muy indignada—. ¡Y déjame enpaz! ¡Encima hay que guardarlos día y noche
contra las serpientes! ¡No he podido pegar
—¡Serpiente, más que serpiente! — siguió la ojo durante tres semanas!
Paloma, aunque en un tono menos
convencido, y añadió en una especie de —Siento mucho que sufra usted tantas
sollozo—: ¡Lo he intentado todo, y nada ha molestias —dijo Alicia, que empezaba a
dado resultado! comprender el significado de las palabras de
la Paloma. —¡Y justo cuando elijo el árbol
—No tengo la menor idea de lo que usted está más alto del b o s q u e — c o n t i n u ó la
diciendo! —dijo Alicia. P a l o m a , levantando la voz en un chillido—
, y justo cuando me creía por fin libre de ellas,
—Lo he intentado en las raíces de los árboles, tienen que empezar a bajarculebreando desde
y lo he intentado en lasriberas, y lo he el cielo! ¡Qué asco de serpientes!
intentado en los setos
—siguió la Paloma, sin escuchar lo que —Pero le digo que yo no soy una serpiente.
Alicia le decía—. ¡Pero siempre estas Yo soy una... Yo soy una...
serpientes! ¡No hay modo de librarse de ellas!
—Bueno, qué eres, pues? —dijo la Paloma—
Alicia se sentía cada vez más confusa, . ¡Veamos qué demonios inventas ahora!
pero pensó que de nada serviría todo loque
ella pudiera decir ahora y que era mejor —Soy... soy una niñita —dijo Alicia, llena
deadoroleer.com Aliciatodos
dudas, pues tenía muy presentes en el País de las Maravillas lo que dio oportunidad a la Paloma de añadir:
los cambios que había sufrido a lo largo del
día. —¡Estás buscando huevos! ¡Si lo sabréyo! ¡Y
qué más me da a mí que seas una niña o una
—¡A ot ro con est e cuent o! — respondió serpiente?
la Paloma, en tono del más prof undo
despr eci o — . He visto montones de —¡Pues a mí sí me da! —se apresuró a
niñitas a lo largo de mi vida, ¡pero ninguna declarar Alicia—. Y además da la casualidad
que tuviera un cuello como el tuyo! ¡No, no! de que no estoy buscando huevos. Y aunque
Eres unaserpiente, y de nada sirve negarlo. estuviera buscando
¡Supongo que ahora me dirás que en tuvida te
has zampado un huevo! huevos, no querría los tuyos: no me gustan
crudos.
—Bueno, huevos si he comido — reconoció
Alicia, que siempre decía la verdad—. Pero —Bueno, pues entonces, lárgate — gruño la
es que las niñas también comen huevos, igual Paloma, mientras se volvía a colocar en el
que las serpientes, sabe. nido.

—No lo creo —dijo la Paloma—, pero, si Alicia se sumergió trabajosamente entre los
es verdad que comen huevos, árboles. El cuello se le enredaba entre las
ramas y tenía que pararse a cada momento
entonces no son más que una variedad de para liberarlo.
serpientes, y eso es todo. Al cabo de un rato, recordó quetodavía tenía
los pedazos de seta, ypuso cuidadosamente
Era una idea tan nueva para Alicia, que manos a la obra, mordisqueando primero uno
quedó muda durante uno o dos minutos, y luego elotro, y creciendo unas veces y
adoroleer.comotras, hasta que Alicia
decreciendo en el País de las Maravillas
consiguió Así pues, empezó a mordisquear una vez más
recuperar su estatura normal. el pedacito de la mano derecha, Y no se
atrevió a acercarse a la casita hasta haber
Hacía tanto tiempo que no había tenido un reducido su p r o p i o t a m a ñ o a u n o s
tamaño ni siquiera aproximado al suyo, que v e i n t e centímetros.
al principio se le hizo unpoco extraño. Pero
no le costó mucho acostumbrarse y empezó a
hablar consigo misma como solía.

—¡Vaya, he realizado la mitad de mi plan!


¡Qué desconcertantes son estoscambios!
¡No puede estar una segurade lo que va a
ser al minuto siguiente! Lo cierto es que he
recobrado mi estatura normal. El próximo
objetivoes entrar en aquel precioso jardín...
Me pregunto cómo me las arreglaré para
lograrlo.

Mientras decía estas palabras, llegó a un


claro del bosque, donde se alzaba
una casita de poco más de un metro de altura.

—Sea quien sea el que viva allí — pensó


Alicia—, no puedo presentarme con este
tamaño. ¡Se morirían del susto!
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas del brazo una gran carta, casi tan grande
como él, y se la entregó al otro lacayo,
mientras decía en tono solemne:
CAPÍTULO 6
—Para la Duquesa. Una invitación de la
Reina para jugar al croquet.
CERDO Y PIMIENTA
El lacayo-rana lo repitió, en el mismo tono
solemne, pero cambiando un pocoel orden de
las palabras:
Alicia se quedó mirando la casa uno o dos
minutos, y preguntándose lo que iba a hacer,
cuando de repente saliócorriendo del bosque —De la Reina. Una invitación para la
un lacayo con librea (a Alicia le pareció un Duquesa para jugar al croquet.
lacayoporque iba con librea; de no ser así, y
juzgando sólo por su cara, habría dichoq u e Después los dos hicieron una profunda
e r a u n p e z ) y g o l p e óenérgicamente reverencia, y los empolvados rizos
la puerta con los nudillos. Abrió la puerta entrechocaron y se enredaron.
otro lacayo delibrea, con una cara redonda y
grandes ojos de rana. Y los dos lacayos, A Alicia le dio tal ataque de risa que tuvo que
observó Alicia, llevaban el pelo correr a esconderse en el bosque por miedo a
empolvado y rizado. Le entró una gran que la oyeran. Y, cuando volvió a asomarse,
curiosidad por saber lo que estaba pasando y el lacayo- pez se había marchado y el otro
salió cautelosamente del bosque para oír lo estaba
que decían.

El lacayo-pez empezó por sacarse de debajo


adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas
—siguió el lacayo sin escucharla—, si

sentado en el suelo junto a la puerta, mirando


estúpidamente el cielo. tuviéramos la puerta entre nosotros dos. Por
ejemplo, si tú estuvieras dentro, podrías
llamar, y yo podría abrir para que salieras,
Alicia se acercó tímidamente y llamó a la
sabes.
puerta.
Había estado mirando todo el rato hacia el
—No sirve de nada llamar —dijo el lacayo—
cielo, mientras hablaba, y esto le pareció a
, y esto por dos razones.Primero, porque yo
Alicia decididamente una grosería. «Pero a lo
estoy en el mismo lado de la puerta que tú;
mejor no puedeevitarlo», se dijo para sus
segundo, porque están armando tal ruido
adentros.
dentro de la casa, que es imposible que te
«¡Tiene los ojos tan arriba de la cabeza!
oigan.
Aunque por lo menos podría responder
cuando se le pregunta algo».
Y efectivamente del interior de la casa salía
un ruido espantoso: aullidos,estornudos y de
vez en cuando un estrepitoso golpe, como si —¿Qué tengo que hacer para entrar?
un plato o una olla se hubiera roto en mil
pedazos. —repitió ahora en voz alta.

—Dígame entonces, por favor — preguntó —Yo estaré sentado aquí —observó el
Alicia—, qué tengo que hacerpara entrar. lacayo— hasta mañana...

En este momento la puerta de la casase


—Llamar a la puerta serviría de algo abrió, y un gran plato salió zumbando por
losadoroleer.com Alicia
aires, en dirección a la cabeza del en el País de las Maravillas
lacayo: con variaciones:
le rozó la nariz y fue a estrellarse contra uno
de los árboles que había detrás. —Estaré sentado aquí —dijo— días y días.

—... o pasado mañana, quizás —continuó el —Pero ¿qué tengo que hacer yo? — insistió
lacayo en el mismo tono devoz, como si no Alicia.
hubiese pasado absolutamente nada.
—Lo que se te antoje —dijo el criado, y
—¿Qué tengo que hacer para entrar? empezó a silbar.
—volvió a preguntar Alicia alzando la voz.
—¡Oh, no sirve para nada hablar con él! —
murmuró Alicia desesperada—.
—Pero ¿tienes realmente que entrar?
¡Es un perfecto idiota!
—dijo el lacayo—. Esto es lo primero que
hay que aclarar, sabes.
Abrió la puerta y entró en la casa.
Era la pura verdad, pero a Alicia no le gustó
La puerta daba directamente a una gran
nada que se lo dijeran.
cocina, que estaba completamente llena de
humo. En el centro estaba la Duquesa,
—¡Qué pesadez! —masculló para sí—. sentada sobre un taburete de tres patas y con
¡Qué manera de razonar tienen todas estas un bebé en los brazos. La cocinera se
criaturas! ¡Hay para volverse loco! inclinaba sobre el fogóny revolvía el interior
de un enorme puchero que parecía estar lleno
Al lacayo le pareció ésta una buena o de sopa.
p o r t u n i d a d p a r a r e p e t i r s uobservación,
—¡Esta sopa tiene por descontadoAlicia
adoroleer.com en el País de las Maravillas
demasiada que iba dirigida al bebé, y no a ella, de modo
pimienta! —se dijo Alicia para sus adentros, que recobró el valor y siguió hablando.
mientras soltaba el primer estornudo. —No sabía que los gatos de Cheshire
estuvieran siempre sonriendo. En
Donde si había demasiada pimienta era realidad, ni siquiera sabía que los gatos
en el aire. I ncluso la Duquesa pudieran sonreír.
estornudaba de vez en cuando, y el b e
bé estornudaba y aullaba —Todos pueden —dijo la Duquesa—, y
alternativamente, sin un momento de respiro. muchos lo hacen.
Los únicos seres que en aquella cocina no
estornudaban eran la cocinera y un rollizo
—No sabía de ninguno que lo hiciera
gatazo que yacía cerca del fuego, con una
sonrisa deoreja a oreja. —dijo Alicia muy amablemente,
cont enta de haber i ni ci ado una
—¿Por favor, podría usted decirme — conversación.
preguntó Alicia con timidez, pues no estaba
demasiado segura de que fuera correcto por —No sabes casi nada de nada —dijo la
su parte empezar ella la conversación— por Duquesa—. Eso es lo que ocurre.
qué sonríe su gato de esa manera?
A Alicia no le gustó ni pizca el tono de la
—Es un gato de Cheshire —dijo la observación, y decidió que sería oportuno
Duquesa—, por eso sonríe. ¡Cochino! cambiar de tema. Mientras estaba pensando
qué tema elegir, la cocinera apartó la olla de
Gritó esta última palabra con una violencia sopa del fuego, y comenzó a lanzar todo lo
tan repentina, que Alicia estuvo a punto de que caía en sus manos contra la Duquesa y el
dar un salto, pero en seguida se dio cuenta de bebé: primero los hierros del hogar, después
adoroleer.com
una Alicia en La
lluvia de cacharros, platosy fuentes. el País de las Maravillas tierra tarda veinticuatro horas en
Duquesa no dio señales de enterarse, ni
siquiera cuando los ejecutar un giro completo sobre su propio
proyectiles la alcanzaban, y el bebé berreaba eje...
ya con tanta fuerza que era imposible saber
si los golpes le dolíano no. —Hablando de ejecutar —interrumpió la
Duquesa—, ¡que le corten la cabeza!
—¡Oh, por favor, tenga usted cuidado con lo
que hace! —gritó Alicia, mientras saltaba Alicia miró a la cocinera con ansiedad,para
asustadísima para esquivar los proyectiles—. ver si se disponía a hacer algoparecido, pero
¡Le va a arrancar su preciosa nariz! —añadió, la cocinera estaba muy ocupada revolviendo
al ver que un caldero extraordinariamente la sopa y no parecía prestar oídos a la
grande volaba muy cerca de la cara de la conversación,de modo que Alicia se animó a
Duquesa. proseguir su lección:

—Si cada uno se ocupara de sus propios —Veinticuatro horas, creo, ¿o sondoce? Yo...
asuntos —dijo la Duquesa en un gruñido—,
el mundo giraría mucho mejor y con menos —Tú vas a dejar de fastidiarme —dijo la
pérdida de tiempo. Duquesa—. ¡Nunca he soportado los
cálculos!
—Lo cual no supondría ninguna ventaj a
—intervino Alicia, muy contenta de que Y empezó a mecer nuevamente al niño,
se presentara una oportunidad de hacer gala mientras le cantaba una especie de nana, y al
de susconocimientos—. Si la tierra girase final de cada verso propinaba al pequeño
más aprisa, ¡imagine usted el lío que se una fuerte sacudida.
armaría con el día y la noche! Ya sabe que la
y zurra al niñito si se Alicia
adoroleer.com
Grítale pone ena el País de las Maravillas Y la Duquesa salió apresuradamente
estornudar, porque lo hace el benditosólo de la habitación. La cocinera le tiró una
para fastidiar. sartén en el último instante, pero no la
alcanzó.
CORO
(Con participación de la cocinera y el
Alicia cogió al niño en brazos con cierta
bebé) ¡Gua! ¡Gua! ¡Gua!
dificultad, pues se trataba de unacriaturita de
forma extraña y queforcejeaba con brazos y
Cuando comenzó la segunda estrofa, la piernas en todas direcciones, «como una
Duquesa lanzó al niño al aire, estrella de mar», pensó Alicia. El pobre
recogiéndolo luego al caer, con tal violencia pequeño resoplaba como una maquina de
que la criatura gritaba a voz en cuel l o. vapor cuando ella lo cogió, y seencogía y se
Al i ci a apenas podí a distinguir las estiraba con tal furia que durante los primeros
palabras: minutos Alicia se las vio y deseó para evitar
que se le escabullera de los brazos.
A mi hijo le grito,
y si estornuda, ¡menuda paliza! Porque, En cuanto encontró el modo de tener elniño
¿es que acaso no le gusta la pimienta cuando en brazos (modo que consistió en retorcerlo
le da la gana? CORO en una especie de nudo, la oreja izquierda y
¡Gua! ¡Gua! ¡Gua! el pie derecho biens u j e t o s p a r a i m p e d i r
q u e s e deshiciera), Alicia lo sacó al aire
—¡Ea! ¡Ahora puedes mecerlo un pocotú, si libre.
quieres! —dijo la Duquesa al concluir la «Si no me llevo a este niño conmigo», pensó,
canción, mientras le arrojaba el bebé por el «seguro que lo matan en un día o dos.
aire—. Yo tengo que ir a arreglarme para
jugar al croquet con la Reina. ¿Acaso no sería un crimen dejarlo en esta
adoroleer.com
casa?» Alicia
Dijo estas últimas palabras enenalta
el País de las Maravillas La pobre criaturita volvió a soltar un quejido
voz, y el pequeño le respondió con un (¿o un gruñido? era imposible asegurarlo), y
gruñido (para entonces habíadejado ya de los dos anduvieron en silencio durante un
estornudar). rato.

—No gruñas —le riñó Alicia—. Ésano es Alicia estaba empezando a preguntarse a sí
forma de expresarse. misma: «Y ahora, ¿qué voy a hacer yo con
El bebé volvió a gruñir, y Alicia le miró la este chiquillo al volver a mi casa?», cuando
cara con ansiedad, para ver sile el bebé soltó otrogruñido, con tanta violencia
que volvióa mirarlo alarmada. Esta vez no
pasaba algo. No había duda de que tenía una cabíala menor duda: no era ni más ni menos
nariz muy respingona, mucho más parecida que un cerdito, y a Alicia le parecióque
a un hocico que a una verdadera nariz. sería absurdo seguir llevándolo en brazos.
Además los ojos se le estaban poniendo
demasiado pequeños para ser ojos de bebé. A Así pues, lo dejó en el suelo, y sintióun
Alicia no le gustaba ni pizca el aspecto que gran alivio al ver que echaba a trotar y se
estaba tomando aquello. «A lo mejor es adentraba en el bosque.
porque ha estado llorando», pensó, y le miró
de nuevo los ojos,para ver si había alguna «Si hubiera crecido», se dijo a sí m i s m a , «
lágrima. No,no había lágrimas. h u b i e r a si do un ni ño terriblemente feo,
pero como cerditome parece precioso». Y
—Si piensas convertirte en un cerdito, cariño empezó a
—dijo Alicia muy seria—, yo pensar en otros niños que ella conocíay a
no querré saber nada contigo. ¡Conque ándate los que les sentaría muy bien convertirse en
con cuidado! cerditos.
S i s u p i é r a m o s la m a Alicia
«¡adoroleer.com n e r a en de
el País de las Maravillas siempre que llegue a alguna parte — añadió
transformarlos!», se estaba diciendo, cuando Alicia como explicación.
tuvo un ligero sobresalto al ver que el Gato de
Cheshire estaba sentadoen la rama de un árbol
—¡Oh, siempre llegarás a alguna parte
muy próximo a ella.
—aseguró el Gato—, si caminas lo
El Gato, cuando vio a Alicia, se limitó a suficiente!
sonreír. Parecía tener buen carácter, pero
también tenía unas uñas muy largas Y A Alicia le pareció que esto no tenía vuelta
muchísimos dientes, de modo que sería mejor de hoja, y decidió hacer otrapregunta:
tratarlo con respeto.
¿Qué clase de gente vive por aquí?
—Minino de Cheshire —empezó Alicia
tímidamente, pues no estaba del todo segura —En esta dirección —dijo el Gato, haciendo
de si le gustaría este tratamiento: pero el Gato un gesto con la pata derecha
no hizo más que ensanchar su sonrisa, por lo — vive un Sombrerero. Y en esta dirección
que Alicia decidió que sí le gustaba—. —e hizo un gesto con la otra pata — vive una
Liebre de Marzo. Visita al que quieras: los
Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por dos están locos.
favor, qué camino debo seguir para salir de
aquí?
—Esto depende en gran parte del sitio al que
quieras llegar —dijo el Gato. — No me
importa mucho el sitio... —dijoAlicia.
—Entonces tampoco importa mucho el
camino que tomes —dijo el Gato. —...
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas perros gruñen cuando están enfadados, y
mueven la cola cuandoestán contentos. Pues
bien, yo gruño cuando estoy contento, y
—Pero es que a mí no me gusta tratar agente
muevo la cola cuando estoy enfadado. Por lo
loca —protestó Alicia.
tanto, estoy loco.
—Oh, eso no lo puedes evitar — repuso el
—A eso yo le llamo ronronear, no gruñir —
Gato—. Aquí todos estamos locos. Yo estoy
dijo Alicia.
loco. Tú estás loca.
—Llámalo como quieras —dijo el Gato—.
—¿Cómo sabes que yo estoy loca? —
¿Vas a jugar hoy al croquet con la Reina?
preguntó Alicia.
—Me gustaría mucho —dijo Alicia—, pero
—Tienes que estarlo afirmó el Gato—,o no
por ahora no me han invitado.
habrías venido aquí.
—Allí nos volveremos a ver —aseguró el
Alicia pensó que esto no demostraba nada.
Gato, y se desvaneció.
Sin embargo, continuó con sus preguntas:
A Alicia esto no la sorprendi ó
—¿Y cómo sabes que tú estás loco? demasiado, tan acostumbrada estaba yaa que
—Para empezar -repuso el Gato—, los perros sucedieran cosas raras. Estaba todavía
no están locos. ¿De acuerdo? —Supongo que mirando hacia el lugar dondeel Gato había
sí —concedió Alicia. estado, cuando éste reapareció de golpe.

—Muy bien. Pues en tal caso —siguió su —A propósito, ¿qué ha pasado con el bebé?
razonamiento el Gato—, ya sabes que los —preguntó—. Me olvidaba de preguntarlo.
—Se — en el País de las Maravillas
convirtió en un cerditoAlicia
adoroleer.com —Dije cerdito —contestó Alicia—. ¡Ya ver
contestó Alicia sin inmutarse, como si el Gato si dejas de andar apareciendo y
desapareciendo tan de golpe! ¡Me da mareo!
hubiera vuelto de la forma más natural del
mundo.
—De acuerdo —dijo el Gato.
—Ya sabía que acabaría así —dijo el Gato, y
desapareció de nuevo. Y esta vez desapareció despacito, con mucha
suavidad, empezando por la punta de la cola
Alicia esperó un ratito, con la idea de que y terminando por la sonrisa, que permaneció
un rato allí,cuando el resto del Gato ya había
quizás aparecería una vez más, pero no fue
así, y, pasados uno o dos minutos, la niña se desaparecido.
puso en marchahacia la dirección en que le
había dicho que vivía la Liebre de Marzo. —¡Vaya! —se dijo Alicia—. He visto
muchísimas veces un gato sin sonrisa,
—Sombrereros ya he visto algunos — se dijo ¡pero una sonrisa sin gato! ¡Es la cosa más
rara que he visto en toda mi vida!
para sí—. La Liebre de Marzo será mucho
más interesante. Y además,como estamos en
mayo, quizá ya no esté loca... o al menos No tardó mucho en llegar a la casa de la
quizá no esté tanloca como en marzo. Liebre de Marzo. Pensó que tenía que ser
forzosamente aquella casa, porque las
Mientras decía estas palabras, miró hacia chimeneas tenían forma de largas orejas y
el techo estaba recubierto de piel.
arriba, y allí estaba el Gato una vez más,
sentado en la rama de un árbol.
Era una casa tan grande, que no se atrevió a
—¿Dijiste cerdito o cardito? — acercarse sin dar antes un mordisquito al
pedazo de seta de la mano izquierda, con lo
preguntó el Gato.
creció hasta una altura de Alicia
adoroleer.com
que unosendos
el País de las Maravillas cabeza. «Muy incómodo para el Lirón»,
palmos. Aún así, se acercó con cierto recelo, pensó Alicia. «Pero como está dormido,
mientras se decía a sí misma: supongo que no le importa».

La mesa era muy grande, pero los tres


—¿Y si estuviera loca de verdad?
¡Empiezo a pensar que tal vez hubiera sido
mejor ir a ver al Sombrerero! se apretujaban muy juntos en uno de los
extremos.

—¡No hay sitio! —se pusieron a gritar,


cuando vieron que se acercaba Alicia.
CAPÍTULO 7
—¡Hay un montón de sitio! —protestóAlicia
indignada, y se sentó en un gransillón a un
UNA MERIENDADE extremo de la mesa.
LOCOS
—Toma un poco de vino —la animó laLiebre
de Marzo. Alicia miró por toda la mesa, pero
allí sólo había té. —No veo ni rastro de vino
Habían puesto la mesa debajo de un árbol, —observó.
delante de la casa, y la Liebre deMarzo y el —Claro. No lo hay —dijo la Liebre de
Sombrerero estaban tomando el té. Marzo.
Sentado entre ellosh a b í a u n L i r ó n , q u e
d o r m í a profundamente, y los otros dos lo —En tal caso, no es muy correcto por su parte
hacían servir de almohada, apoyando los andar ofreciéndolo —dijoAlicia enfadada.
codos sobre él, y hablando por encima de su
—Tampoco es muy correcto porAlicia
adoroleer.com en el País de las Maravillas
tu parte pensó Alicia. «Me encanta que hayan
sentarte con nosotros sin haber sido invitada empezado a jugar a las adivinanzas.» Y
—dijo la Liebre de Marzo. añadió en voz alta:

—No sabía que la mesa era suya — dijo —Creo que sé la solución.
Alicia—. Está puesta para muchas más de
tres personas. —¿Quieres decir que crees que puedes
encontrar la solución? —preguntó la Liebre
—Necesitas un buen corte de pelo — dijo el de Marzo.
Sombrerero.
—Exactamente —contestó Alicia.
Había estado observando a Alicia con mucha
curiosidad, y estas eran sus primeras
palabras. —Entonces debes decir lo que piensas
—siguió la Liebre de Marzo.
—Debería aprender usted a no hacer
observaciones tan personales —dijo Alicia
con acritud—. Es de muy mala educación. —Ya lo hago —se apresuró a replicar Alicia-
. O al menos... al menos pienso lo que digo...
Al oír esto, el Sombrerero abrió unos ojos Viene a ser lo mismo,
como naranjas, pero lo único que dijo fue: ¿no?

—¿En qué se parece un cuervo a un


escritorio? —¿Lo mismo? ¡De ninguna manera!
—dijo el Sombrerero-. ¡En tal caso,sería lo
«¡Vaya, parece que nos vamos a divertir!», mismo decir «veo lo que como» que «como
lo que veo»!
—¡Y sería lo mismo decir —añadió
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas
la Liebre miraba con ansiedad, propinándole violentas
de Marzo- «me gusta lo que tengo» que sacudidas y llevándoselo una y otra vez al
«tengo lo que me gusta»! oído.

—¡Y sería lo mismo decir —añadió el Lirón, Alicia reflexionó unos instantes.
que parecía hablar en medio de sus sueños-
«respiro cuando duermo» que «duermo —Es día cuatro dijo por fin.
cuando respiro»!
—¡Dos días de error! —se lamentó elS o m
b r e r e r o , y, d i r i g i é n d o s eamargamente a
—Es lo mismo en tu caso —dijo el la Liebre de Marzo,
Sombrerero. a ñ a d i ó — : ¡ Ya t e d i j e q u e l a
mantequilla no le sentaría bien a la
Y aquí la conversación se interrumpió, y el maquinaria!
pequeño grupo se mantuvo en silencio unos
instantes, mientras Alicia intentaba recordar —Era mantequilla de la mejor — replicó la
todo lo que sabía de cuervos y de escritorios, Liebre muy compungida.
que no erademasiado.
—Sí, pero se habrán metido tambiéna l g
El Sombrerero fue el primero en romper el u n a s m i g a j a s — g r u ñ ó e lSombrerero—.
silencio.
No debiste utilizar el cuchillo del pan.
—¿Qué día del mes es hoy? — preguntó,
dirigiéndose a Alicia. La Liebre de Marzo cogió el reloj y lo miró
con aire melancólico: después lo sumergió en
Se había sacado el reloj del bolsillo, y lo su taza de té, y lo miró de nuevo. Pero no se
ocurrió nada mejor que decir yAlicia
le adoroleer.com en el
repitió suPaís de las Maravillas Alicia quedó completamente
primera observación: desconcert ada. Las palabras del
Sombrerero no parecían tener el menor
—Era mantequilla de la mejor, sabes. sentido.

Alicia había estado mirando por encima —No acabo de comprender —dijo, tan
del hombro de la Liebre con bastante amablemente como pudo.
curiosidad.
—El Lirón se ha vuelto a dormir -dijo el
Sombrerero, y le echó un poco de té caliente
—¡Qué reloj más raro! —exclamó—.
en el hocico.
¡Señala el día del mes, y no señala la
El Lirón sacudió la cabeza con
hora que es!
impaciencia, y dijo, sin abrir los ojos:
—¿Y por qué habría de hacerlo? —rezongó
el Sombrerero—. ¿Señala tu reloj el año en —Claro que sí, claro que sí. Es justamente lo
que estamos? que yo iba a decir.

—Claro que no —reconoció Alicia con —¿Has encontrado la solución a laa d i


prontitud—. Pero esto es porque v i n a n z a ? — p r e g u n t ó elSombrerero,
dirigiéndose de nuevo aAlicia.
está tanto tiempo dentro del mismo año.
—No. Me doy por vencida. ¿Cuál es la
—Que es precisamente lo que le pasaal solución? —No tengo la menor idea - dijo el
mío —dijo el Sombrerero. Sombrerero. —Ni yo —dijo la Liebre de
Marzo.
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas den palmadas. En cambio, si estuvieras en
Alicia suspiró fastidiada.
buenas relaciones con él, haría todo lo que tú
quisieras con el reloj. Por ejemplo, supón que
—Creo que ustedes podrían encontrar mejor son las nueve de la mañana, justo la hora de
manera de matar el tiempo — dijo— que ir empezar las clases, pues no tendríasmás que
proponiendo adivinanzas sin solución. susurrarle al Tiempo tu deseo y el Tiempo en
un abrir y cerrar de ojos haría girar las
—Si conocieras al Tiempo tan bien com o lo agujas de tu reloj.
conozco yo —dij o el S o m b r e r e r o — ,
no h a b l a r í a s de matarlo. ¡El Tiempo es ¡La una y media! ¡Hora de comer!
todo un personaje! («¡Cómo me gustaría que lo fuera
—No sé lo que usted quiere decir — ahora!», se dijo la Liebre de Marzopara sí en
un susurro).
protestó Alicia.
—Sería estupendo, desde luego — admitió
—¡Claro que no lo sabes! —dijo el Alicia, pensativa—. Pero
Sombrerero, arrugando la nariz en un gesto
de desprecio—. ¡Estoy seguro de que ni
siquiera has hablado nunca con el Tiempo! entonces todavía no tendría hambre,
¿no le parece?
—Creo que no —respondió Alicia con
cautela—. Pero en la clase de música tengo
que marcar el tiempo con palmadas. —Qui zá no t uvi eras hambr e al
principio —dijo el Sombrerero—. Peroes que
—¡Ah, eso lo explica todo! —dijo el podrías hacer que siguiera siendo la una y
Sombrerero—. El Tiempo no tolera que le media todo el rato que tú quisieras.
—¿Es
adoroleer.com Alicia
esto lo que ustedes hacen conen el
elPaís de las Maravillas
¿no?
Tiempo? —preguntó Alicia.
—Quizá me suene de algo, pero no estoy
segura— dijo Alicia. —Tiene más estrofas
El Sombrerero movió la cabeza conpesar.
—siguió el Sombrerero
—. Por ejemplo: "Por sobre el Universo
— ¡ Yo n o ! — c o n t e s t ó — . N o speleamos el
vas volando,
pasado marzo, justo antes de que ésta se
con una bandeja de teteras llevando.
volviera loca, sabes (y señaló con la
Brilla, brilla..."
cucharilla hacia la Liebrede Marzo).
Al llegar a este punto, el Lirón se estremeció
—¿ A h , s i ?— preguntó Alicia
y empezó a canturrear en sueños: «brilla,
brilla, brilla, brilla... », y estuvo así tanto rato
interesada. que tuvieron quedarle un buen pellizco para
que se callara.
— S i. S u c e d i ó d u r a n t e el gr an
concierto que ofreció la Reina deCorazones, —Bueno —siguió contando su historia el
y en el que me tocó cantara mí. Sombrerero—. Lo cierto es que apenas había
terminado yo la primera estrofa, cuando la
Reina se puso a gritar:
—¿Y que cantaste?— preguntó Alicia.
—Pues canté: «¡Vaya forma estúpida de matar el tiempo!
¡Que le corten la cabeza!»
"Brilla, brilla, ratita alada,
¿En que estás tan atareada"? —¡Qué barbaridad! ¡Vaya fiera! — exclamó
Alicia.
—Porque esa canción la conocerás,
—Y desde entonces —añadió
adoroleer.com Alicia en elelPaís de las Maravillas principio de la mesa? —se atrevió a
Sombrerero con una voz tristísima—, el preguntar Alicia.
Tiempo cree que quise matarlo y no quiere
hacer nada por mí. Ahora son siempre las seis — ¿ Ys i c a m bi ár am o sd e
de la tarde. conversación? —los interrumpió la Liebre
de Marzo con un bostezo—. Estoy harta de
Alicia comprendió de repente todo lo que allí todo este asunto. Propongo que
ocurría. esta señorita nos cuente un cuento.

—¿Es ésta la razón de que haya tantos —Mucho me temo que no sé ninguno
servicios de té encima de la mesa? —
preguntó. —se apresuró a decir Alicia, muy
alarmada ante esta proposición.
—Sí, ésta es la razón —dijo el
—¡Pues que lo haga el Lirón!—
Sombrerero con un suspiro—. Siemprees la
hora del té, y no tenemos tiempo de lavar la
vajilla entre té y té.

—¿Y lo que hacen es ir dando la vuelta? a la


mesa, verdad? —preguntó Alicia.

—Exactamente —admitió el
Sombrerero—, a medida que vamos
ensuciando las tazas.

—Pero, ¿qué pasa cuando llegan denuevo al


adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas Elsie, Lacie y Tilie, y vivían en el fondo de
un pozo...
exclamaron el Sombrerero y la Liebre de
Marzo—. ¡Despierta, Lirón! —¿Y de qué se alimentaban?—
preguntó Alicia, que siempre se
Y empezaron a darle pellizcos uno por cada interesaba mucho por todo lo que fueracomer
lado. y beber.

El Lirón abrió lentamente los ojos. —Se alimentaban de melaza —


c o n t e s t ó el L i r ó n , d e s p u é s de
—No estaba dormido —aseguró con voz reflexionar unos segundos.
ronca y débil—. He estado escuchando
todo lo que decíais, amigos. —No pueden haberse alimentado demelaza,
sabe —observó Alicia con amabilidad—.
—¡Cuéntanos un cuento! —dijo la Liebre de Se habrían puesto enfermísimas.
Marzo.
—Y así fue —dijo el Lirón—. Se pusieron de
—¡Sí, por favor! —imploró Alicia. lo más enfermísimas.

Alicia hizo un esfuerzo por imaginar loque


—Y date prisa —añadió el Sombrerero sería vivir de una forma tan extraordinaria,
—. No vayas a dormirte otra vez antes de pero no lo veía ni pizca c l a r o , d e m o d o q
terminar. u e s i g u i ópreguntando:
—Había una vez tres hermanitas empezó —Pero, ¿por qué vivían en el fondo de un
apresuradamente el Lirón—, y se llamaban pozo?
—Toma un poco más de té —ofreció
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas
solícita —¡No existe tal cosa!
la Liebre de Marzo.
—Hasta ahora no he tomado nada — protestó Alicia había hablado con energía, pero el
Alicia en tono ofendido—, de modo que no Sombrerero y la Liebre de Marzo la hicieron
puedo tomar más. callar con sus «¡Chst! ¡Chst!»,m i e n t r a s e l L
i r ó n r e z o n g a b a indignado:
—Quieres decir que no puedes tomar menos
—puntualizó el Sombrerero —. Es mucho —Si no sabes com por t ar t e con
más fácil tomar más que nada. educación, mejor será que termines tú el
cuento.
—Nadie le pedía su opinión —dijo Alicia.
—No, por favor, ¡continúe! —dijo Alicia en
—¿ Q u i é n e s t á h a c i e n d o a ho r a tono humilde—. No volveréa interrumpirle.
observaciones personales? —preguntó el Puede que en efectoexista uno de estos pozos.
Sombrerero en tono triunfal.
—¡Claro que existe uno! -exclamó el Lirón
Alicia no supo qué contestar a esto.Así pues, indignado. Pero, sin embargo, estuvo
optó por servirse un poco de té y pan con dispuesto a seguir con el cuento
mantequilla. Y después, se volvió hacia el — . A s í p u e s , n u e s t r a s t r e shermanitas...
Lirón y le repitió lamisma pregunta: —¿Por estaban aprendiendo a dibujar, sacando...
qué vivían en el fondo de un pozo?
—¿Qué sacaban? —preguntó Alicia, que ya
El Lirón se puso a cavilar de nuevo durante había olvidado su promesa.
uno o dos minutos, y entonces dijo:
—Melaza —contestó el Lirón, sin
—Era un pozo de melaza.
t oadoroleer.com
mar se esta vez ti e m pAlicia
o pena rela País de las Maravillas no va a poder sacar melaza de un pozo de
reflexionar. melaza? ¡No seas estúpida!

—Quiero una taza limpia —les —Pero es que ellas estaban dentro, bien
interr u m p i ó el Sombrerero—. adentro —le dijo Alicia al Lirón, no
Corrámonos todos un sitio. queriéndose dar por enterada de las últimas
palabras del Sombrerero.
Se cambió de silla mientras hablaba, y el
Lirón le siguió: la Liebre de Marzo pasó a —Claro que lo estaban —dijo el Lirón
ocupar el sitio del Lirón, y Alicia ocupó a
regañadientes el asiento de la Liebre de —. Estaban de lo más requetebién.
Marzo. El Sombrerero era el único que salía
ganando con el cambio, y Alicia estaba Alicia quedó tan confundida al ver que el
bastante peor que antes, porque la Liebre de Lirón había entendido algo distinto alo que
Marzo acababa de derramar la leche dentro ella quería decir, que no volvió a
de su plato. interrumpirle durante un ratito.

Alicia no quería ofender otra vez alLirón, de —Nuestras tres hermanitas estaban
modo que empezó a hablar con mucha aprendiendo, pues, a dibujar —siguióel
prudencia: Lirón, bostezando y frotándose los ojos,
porque le estaba entrando un sueño terrible—
—Pero es que no lo entiendo. ¿De donde , y dibujaban todo tipo de cosas... todo lo que
sacaban la melaza? empieza con la letra M...

—Uno puede sacar agua de un pozo deagua —¿Por qué con la M? —preguntó Alicia.
—dijo el Sombrerero—, ¿por qué
—¿Y por qué no? —preguntó la Liebre
Marzo. Alicia guardó silencio. Alicia en el País de las Maravillas
deadoroleer.com aunque Alicia miró una o dos veces hacia
atrás, casi esperando que la llamaran. La
Para entonces, el Lirón había cerrado los ojos última vez que los vio estaban intentando
y empezaba a cabecear. Pero, con los meter al Lirón dentro de la tetera.
pellizcos del Sombrerero, se despertó de
nuevo, soltó un gritito y siguió la narración: —¡Por nada del mundo volveré aponer
—... lo que empieza con la letra M, los pies en ese lugar! —se dijo Alicia,
como m a t a r r a t a s , m un d o, m e m o r i a mientras se adentraba en el bosque—. ¡Es
y mucho... muy, en fin todas esas cosas. la merienda más estúpida a la que he
Mucho, digo, porque ya sabes, como cuando asistido en toda mivida!
se dice "un mucho más que un menos".
¿Habéis visto alguna vez el dibujo de un Mientr as decía estas palabras,
«mucho»? descubrió que uno de los árboles tenía una
puerta en el tronco.
—Ahora que usted me lo pregunta — dijo
Alicia, que se sentía terriblemente confusa— —¡Qué extraño! —pensó—. Pero todo es
, debo reconocer que yo no pienso... extraño hoy. Creo que lo mejor será que entre
en seguida.
—¡Pues si no piensas, cállate! —la
interrumpió el Sombrerero. Y entró en el árbol.

Esta última grosería era más de lo que Alicia Una vez más se encontró en el gran vestíbulo,
podía soportar: se levantó muy disgustada y muy cerca de la mesita de
se alejó de allí. El Lirón cayó dormido en el
acto, y ninguno de los otros dio la menor
muestra de haber advertido su marcha,
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas jardín: sus rosas eranblancas, pero había allí
tres jardineros ocupados en pintarlas de rojo.
A Aliciale pareció muy extraño, y se acercó
cristal. «Esta vez haré las cosas mucho
para averiguar lo que pasaba, y al acercarse a
mejor», se dijo a sí misma. Y empezó por
ellos oyó que uno de los jardineros decía:
coger la llavecita de oro y abrir la puerta que
daba al jardín. Entonces se puso a
mordisquear cuidadosamente la seta (se —¡Ten cuidado, Cinco! ¡No me salpiques
había guardado un pedazo enel bolsillo), así de pintura!
hasta que midió poco más de un palmo.
Entonces se adentró porel estrecho pasadizo. —No es culpa mía —dijo Cinco, en tono
Y entonces... e n t on c e s e st u vo por fi n dolido—. Siete me ha dado un golpe en el
en el maravilloso jardín, entre las flores codo.
multicolores y las frescas fuentes. Ante lo cual, Siete levantó los ojos dijo:

—¡ Muy boni t o, Ci nco! ¡Échale


CAPÍTULO 8 siempre la culpa a los demás!

—¡Mejor será que calles esa boca! — dijo


EL Cinco—. ¡Ayer mismo oí decir ala Reina
CROQUETDE que debían cortarte la cabeza!
LA REINA
—¿Por qué? —preguntó el que había hablado
en primer lugar.

—¡Eso no es asunto tuyo, Dos! —dijo Siete.


Un gran rosal se alzaba cerca de laentrada del
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas equivocación, y, si la Reinalo descubre, nos
—¡Sí es asunto suyo! —protestó Cinco
cortarán a todos lacabeza, sabe. Así que, ya
—. Y voy a decírselo: fue por llevarlea la ve, señorita, estamos haciendo lo posible,
cocinera bulbos de tulipán en vez de cebollas. antes de que ella llegue, para...
Siete tiró la brocha al suelo y estaba En este momento, Cinco, que había estado
empezando a decir: «¡Vaya! De todas mirando ansiosamente por el jardín, gritó:
«¡La Reina! ¡La Reina!», y los tres jardineros
las injusticias...», cuando sus ojos se fijaron se arrojaron inmediatamente de bruces en el
casualmente en Alicia, que estaba allí suelo. Se oía un ruido de muchos pasos, y
observándolos, y se calló enel acto. Los otros Alicia miró a su alrededor, ansiosa por ver a
dos se volvieron la Reina.

también hacia ella, y los tres hicieron una Primero aparecieron diez soldados,
profunda reverencia. enarbolando tréboles. Tenían la misma forma
que los tres jardineros, oblongay plana, con
las manos y los pies en las esqui nas.
—¿Querrían hacer el favor de decirme Después seguí an diez cortesanos,
—empezó Alicia con cierta timidez — por adornados enteramente con diamantes, y
qué están pintando estas rosas? formados, como los s o l d a d o s , d e d o s e n
d o s . Acontinuación venían los infantes
Cinco y Siete no dijeron nada, peromiraron a reales; eran también diez, y avanzaban
Dos. Dos empezó en unavocecita temblorosa: saltando, cogidos de la mano de dos endos,
a d o r n a d o s con c o r a z o n e s . Después
—Pues, verá usted, señorita, el hecho es que seguían los invitados, casi todos reyes y
esto tenía que haber sido unrosal rojo, y reinas, y entre ellos Alicia reconoció al
nosotros plantamos uno blanco por Conejo Blanco: hablaba
a t adoroleer.com
ropelladamente, m uy Alicia en el País de las Maravillas
nervioso, Corazones, pero el Valet no hizo más que
sonriendo sin ton ni son, y no advirtió la inclinarse y sonreír por toda respuesta.
presencia de la niña. A cont i nuaci ón
vení a el Valet de Corazones, que llevaba —¡Idiota! —dijo la Reina, agitando la cabeza
la corona del Rey sobre un cojín de terciopelo con impaciencia, y,
carmesí. Y al final de este espléndido cortejo
avanzaban EL REY Y LA REINA DE volviéndose hacia Alicia, le preguntó
CORAZONES.
—: ¿Cómo te llamas, niña?

Alicia estaba dudando si debería o no echarse —Me llamo Alicia, para servir a SuMajestad
de bruces como los tres jardineros, pero no —contestó Alicia en un tono de lo más cortés,
recordaba haber oído nunca que tuviera uno pero añadió para sus adentros: «Bueno, a fin
que hacer algo así cuando pasaba un desfile. de cuentas, no son más que una baraja de
«Y además», pensó, «¿de qué serviría un cartas. ¡No tengo por qué sentirme asustada!»
desfile, si todo el mundo tuviera que echarse
de bruces, de modo que no pudiera ver —¿Y quiénes son éstos? —siguió
nada?» Así pues, se quedó quieta donde pr egunt ando la Rei na, mi entr as
estaba, y esperó. señalaba a los tres jardineros que yacían en
torno al rosal.
Cuando el cortejo llegó a la altura de Alicia,
todos se detuvieron y la m i r a r o n , y la Porque, claro, al estar de bruces sólo se les
R e i n a p r e g u n t ó severamente: veía la parte de atrás, que era igual en todas
las cartas de la baraja, y la R e i n a no p o d í a
—¿Quién es ésta? s a b e r si e r a n jardineros, o soldados, o
cortesanos, o tres de sus propios hijos.
La pregunta iba dirigida al Valet de
—¿Cómo voy a saberlo yo? —replicó
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas salto, y empezaron a hacer profundas
Alicia, asombrada de su propia audacia reverencias al Rey, a la Reina, a los infantes
reales, al Valet y atodo el mundo.
—.
—¡Basta ya! —gritó la Reina—. ¡Me e s t á i s
¡No es asunto mío! p o n i e n d o n e r v i o s a ! —Y
La Reina se puso roja de furia, y, tras
después, volviéndose hacia el rosal,
continuó—: ¡Qué diablos habéis estado
dirigirle una mirada fulminante y feroz, haciendo aquí?
empezó a gritar:
—Con la venia de Su Majestad — empezó a
—¡Que le corten la cabeza! ¡Que lecorten...! explicar Dos, en tono muy humilde, e
—¡Tonterías! —exclamó Alicia, en voz muy hincando en el suelo una rodilla mientras
alta y decidida. Y la Reina se calló. hablaba—, estábamos intentando...
El Rey le puso la mano en el brazo, y dijo con
timidez: Considera, cariño, que sólo se trata —¡Ya lo veo! —estalló la Reina, que había
de una niña! estado examinando las rosas
La Reina se desprendió furiosa de él, ydijo al
Valet: —¡Dales la vuelta a éstos! ¡Que les corten la cabeza!
Y así lo hizo el Valet, muy
cuidadosamente, con un pie. — Y el cortejo se puso de nuevo en marcha,
¡Arriba! —gritó la Reina, en voz fuerte y aunque tres soldados se quedaron allí para
detonante. ejecutar a los desgraciados jardineros, que
corrierona refugiarse junto a Alicia.
Y los tres jardineros se pusieron en piede un
—¡No os cortarán la cabeza! —dijo
adoroleer.com Alicia en elyPaís de las Maravillas
Alicia, —¡Pues andando! —vociferó la Reina.
los metió en una gran maceta que había allí
cerca. Y Alicia se unió al cortejo ,preguntándose
con gran curiosidad qué iba a suceder a
Los tres soldados estuvieron algunos continuación.
minutos dando vueltas por allí,
buscando a los jardineros, y después se —Hace... ¡hace un día espléndido! —
murmuró a su lado una tímida
marcharon tranquilamente tras el cortejo.
vocecilla.
—¿Han perdido sus cabezas? —gritóla
Reina. Alicia estaba andando al lado del Conejo
Blanco, que la miraba con ansiedad.
—Sí, sus cabezas se han perdido, conla
venia de Su Majestad —gritaron los soldados —Mucho —dijo Alicia—. ¿Dónde está la
como respuesta. Duquesa?

—¡Muy bien! —gritó la Reina—. —¡Chitón! ¡Chit6n! —dijo el Conejo en voz


baja y apremiante. Miraba ansiosamente a sus
¿Sabes jugar al croquet? espaldas mientras hablaba, y después se
puso de puntillas, acercó el hocico a la oreja
Los soldados guardaron silencio, y volvieron de Alicia y susurró—: Ha sido condenada a
la mirada hacia Alicia, porque era evidente muerte.
que la preguntaiba dirigida a ella.
—¿Por qué motivo? —quiso saber Alicia.
—¡Sí! —gritó Alicia.
—¿adoroleer.com l a » ?en —
Has di cho « p o b r e c i lAlicia el País de las Maravillas Alicia pensó que no había visto un campo de
preguntó el Conejo. croquet tan raro como aquél en toda su vida.
Estaba lleno de montículos y de surcos. las
—No, no he dicho eso. No creo quesea bolas eran erizos vivos, los mazos eran
ninguna «pobrecilla». He dicho: flamencos vivos, y los soldados tenían que
doblarse y ponerse a cuatro patas para formar
¿Por qué motivo?»
los aros.
—Le dio un sopapo a la Reina... —
La dificultad más grave con que Alicia se
encontró al principio fue manejar a su
empezó a decir el Conejo, y a Alicia ledio un flamenco. Logró dominar al pajarraco
ataque de risa—. ¡Chitón! metiéndoselo debajo del brazo, con las patas
¡Chitón! —suplicó el Conejo con una colgando detrás, pero casi siempre, cuando
vocecilla aterrada—. ¡Va a oírte la Reina! Lo había logrado enderezarle el largo cuello y
ocurrido fue que la Duquesa llegó bastante estaba a punto de darle un buen golpe al erizo
tarde, y la Reina dijo... con la cabeza del flamenco, éste torcía el
cuello y la miraba derechamente a los ojos
—¡Todos a sus sitios! —gritó la Reina con con tanta extr añeza, que Ali ci a no
voz de trueno. podía contener la risa. Y cuando le había
vuelto a bajar la cabeza y estaba dispuesta a
Y todos se pusieron a correr en todas empezar de nuevo, era muyirritante descubrir
direcciones, tropezando unos con otros. que el erizo se había desenroscado y se
alejabaarrastrándose. Por si todo esto no
Sin embargo, unos minutos después bastara, siempre había un montículo o un
ocupaban sus sitios, y empezó el partido. surco en la dirección en que ella quería lanzar
al erizo, y, como además los soldados
adoroleer.com
doblados Alicia en de
en forma de aro no paraban el País de las Maravillas Al principio quedó muy desconcertada,pero,
incorporarse y largarse a otros puntos del después de observarla unos minutos,
campo, Alicia llegó pronto a la conclusión de descubrió que se trataba de una sonrisa, y se
que se trataba de una partida realmente dijo:
difícil.
—Es el Gato de Cheshire. Ahora tendré
Los jugadores jugaban todos a la vez, sin alguien con quien poder hablar.
esperar su turno, discutiendo sin cesar y —¿Qué tal estás? —le dijo el Gato, en cuanto
disputándose los erizos. Y al poco rato la tuvo hocico suficiente para poder hablar.
Reina había caído en un paroxismo de furor Alicia esperó hasta que aparecieron losojos,
y andaba de un lado a otro dando patadas en y entonces le saludó con un gesto. «De nada
el suelo y gritando a cada momento «¡Que le servirá que le hable», pensó, «hasta que tenga
corten a éste la cabeza!» o «¡Que le corten a orejas, o almenos una de ellas». Un minuto
ésta la cabeza!». después había aparecido toda la cabeza,
Y entonces Alicia dejó en el suelo su
Alicia empezó a sentirse incómoda: a decir flamenco y empezó a contarlo que, ocurría
verdad ella no había tenidotodavía ninguna en el juego, muycontenta de tener a alguien
disputa con la Reina, pero sabía que podía que la escuchara. El Gato creía sin duda que
suceder en cualquier instante. «Y su parte visible era ya suficiente, y no
entonces», pensaba, «¿qué será de mí? Aquí apareció nada más.
todo lo arreglan cortando cabezas. Lo extraño
es que quede todavía alguien con vida!» —Me parece que no juegan ni un pocolimpio
Estaba buscando pues a l g u n a forma de —empezó Alicia en tono quejumbroso—,
escapa r , Ypreguntándose si podría irse de allí y se pelean de un
sin que la vieran, cuando advirtió una extraña modo tan terrible que no hay quien se
aparición en el aire. entienda, y no parece que haya reglas
adoroleer.com
ningunas... Alicia
Y, si las hay, nadie hace en de
caso el País de las Maravillas —Es un amigo mío... un Gato de Cheshire —
ellas... Y no puedes imaginar qué lío es el que dijo Alicia—. Permita que se lo presente.
las cosas estén vivas.
—No me gusta ni pizca su aspecto — aseguró
Por ejemplo, allí va el aro que me tocaba el Rey—. Sin embargo, puede besar mi mano
jugar ahora, ¡justo al otro lado del campo! ¡Y si así lo desea.
le hubiera dado ahora mismo al erizo de la
Reina, pero se largó cuando vio que se —Prefiero no hacerlo —confesó el Gato.
acercaba elmío!
—No seas impertinente —dijo el Rey
—¿Qué te parece la Reina? —dijo el Gato en
voz baja. —, ¡Y no me mires de esta manera!

—No me gusta nada —dijo Alicia . Es tan Y se refugió detrás de Alicia mientras
exagerada... —En este momento, Alicia hablaba.
advirtió que la Reina estaba justo detrás de
ella, escuchando lo que decía, de modo que —Un gato puede mirar cara a cara a unrey —
siguió—: ... tanexageradamente dada a ganar, sentenció Alicia—. Lo he leído en un libro,
que no merece la pena terminar la partida. La pero no recuerdo cuál.
Reina sonrió y reanudó su camino.
—Bueno, pues hay que eliminarlo — dijo el
—¿Con quién estás hablando? — Rey con decisión, y llamó a la Reina, que
preguntó el Rey, acercándose a Alicia y precisamente pasaba por allí—. ¡Querida!
mirando la cabeza del Gato con gran ¡Me gustaría queeliminaras a este gato!
curiosidad.
Para la Reina sólo existía un modo de
resolver los problemas, fueran Alicia
adoroleer.com grandesen eloPaís de las Maravillas El erizo se había enzarzado en una pelea con
pequeños. otro erizo, y esto le pareció a Alicia una
excelente ocasión para ha cer una
—¡Que le corten la cabeza! —ordenó, sin c a r a m bo l a : la úni ca dificultad era que su
molestarse siquiera en echarles unaojeada. flamenco se habíalargado al otro extremo del
jardín, y Alicia podía verlo allí, aleteando
—Yo mismo iré a buscar al verdugo —dijo el torpemente en un intento de volar hasta las
Rey apresuradamente. ramas de un árbol.

Y se alejó corriendo de allí. C u a n d o hub o r e c u p e r a d o a su


flamenco y volvió con el, la pelea había
Alicia pensó que sería mejor que ella volviese terminado, y no se veía rastro de ninguno de
al juego y averiguase cómoiba la partida, los erizos. «Pero esto no tiene demasiada
pues oyó a lo lejos lavoz de la Reina, que importancia», pensóAlicia, «ya que todos los
aullaba de furor. aros se han marchado de esta parte del
campo».Así pues, sujetó bien al flamenco
Acababa de dictar sentencia de muerte contra debajo del brazo, para que no volviera a
tres de los jugadores, por no haber jugado escaparse, y se fue a charlar un poco más con
cuando les tocaba su turno. Y a Alicia no le su amigo.
gustaba ni pizca el aspecto que estaba
tomando todo aquello, porque la partida Cuando volvió junto al Gato de
había llegado a tal punto de confusión que le Cheshire, quedó sorprendida al ver que un
era imposible saber cuándo le tocaba jugar y gran grupo de gente se habíacongregado a su
cuándo no. Así pues, se puso a buscar su alrededor. El verdugo,e l R e y y l a R e i n a d i
erizo. s c u t í a nacaloradamente, hablando los tres a
la vez, mientras los demás guardaban
adoroleer.com
silencio y parecían Alicia en
sentirse el País de las Maravillas
muy asustado.) Alicia sólo se le ocurrió decir:
incómodos.
—El Gato es de la Duquesa. Lo mejor será
En cuanto Alicia entró en escena, los tres se preguntarle a ella lo que debe hacerse con él.
dirigieron a ella para que decidiera la
cuestión, y le dieron sus argumentos. Pero, —La Duquesa está en la cárcel —dijo la
como hablaban todos a la vez, se le hizo muy Reina al verdugo—. Ve a buscarla.
difícil entender exactamente lo que le decían.
Y el verdugo partió como una flecha.
La teoría del verdugo era que resultaba
imposible cortar una cabeza si no había La cabe za del Gat o em pezó a desvanecerse a
cuerpo del que cortarla; decía que nunca partir del momento en que el verdugo se fue, y, cuando
había tenido que hacer una cosa parecida en éste v o l v i ó con la D u q u e s a , h a bí a desaparecido
el pasado y que noiba a empezar a hacerla totalmente. Así pues, el Rey y el verdugo
a estas alturas de su vida. empezaron a corretear de un lado a otro en busca del
Gato, mientras el resto del grupo
La teoría del Rey era que todo lo que tenía
una cabeza podía ser decapitado, y que se
dejara de decir tonterías.

La teoría de la Reina era que si no


solucionaban el problema inmediatamente,
haría cortar la cabeza a cuantos la rodeaban.
(Era esta última amenaza la que hacía
que todos tuvieran un aspecto grave y
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas

volvía a la partida de croquet. pimienta en mi cocina. La sopa estámuy


bien sin pimienta... A lo mejor es la pimienta
lo que pone a la gente de mal humor», siguió
pensando, muy contenta de haber hecho un
CAPÍTULO 9
nuevo descubrimiento, «y el vinagre lo que
hace a las personas agrias.,. y lamanzanilla lo
que las hace amargas... y... el regaliz y las
LA HISTORIA DE LAFALSA
golosinas lo que hace que los niños sean
TORTUGA dulces. ¡Ojalá la gente lo supiera! Entonces
no serían tan tacaños con los dulces...»

Entretanto, Alicia casi se había olvidado


—¡No sabes lo contenta que estoy de volver de la Duquesa, y tuvo un pequeño sobresalto
a verte, querida mía! —dijo la Duquesa, cuando oyó su voz muy cerca de su oído.
mientras cogía a Alicia cariñosamente del
brazo y se la llevabaa pasear con ella. —Estás pensando en algo, querida, y eso
hace que te olvides de hablar. No puedo
Alicia se alegró de encontrarla de tan buen decirte en este instante la moraleja de esto,
humor, y pensó para sus adentrosque quizá pero la recordaré en seguida.
fuera sólo la pimienta lo quela tenía hecha
una furia cuando se conocieron en la cocina. —Quizá no tenga moraleja —se atrevió a
«Cuando yo sea Duquesa», se dijo (aunque observar Alicia.
no con demasiadas esperanzas de llegar a
serlo), «no tendré ni una pizca de
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas El amor hace girar el mundo.»

—¡Calla, calla, criatura! -dijo la Duquesa—. —Cierta persona dijo —rezongó Alicia
Todo tiene una moraleja, sólo falta saber
encontrarla. — que el mundo giraría mejor si cada uno se
ocupara de sus propios asuntos.
Y se apretujó más estrechamente contra
Alicia mientras hablaba. A Alicia no le —Bueno, bueno. En el fondo viene a ser lo
gustaba mucho tenerla tan cerca: primero, mismo —dijo la Duquesa, y hundió un poco
porque la Duquesa era muy más la puntiaguda barbilla en el hombro de
Alicia al añadir—: Y la moraleja de esto es...
f e a ; y, s e g u n d o , p o r q u e t e n í a
exactamente la estatura precisa para apoyar la «¡Qué manía en buscarle a todo una
barbilla en el hombro de Alicia, y era una moraleja!», pensó Alicia.
barbilla puntiagudade lo más desagradable.
—Me parece que estás sorprendida de que no
Sin embargo, como no le gustaba ser grosera, te pase el brazo por la cintura
lo soportó lo mejor que pudo. —dijo la Duquesa tras unos instantes de
silencio—. La razón es que tengo mis dudas
sobre el carácter de tu flamenco. ¿Quieres
—La partida va ahora un poco mejor
que intente el experimento?
—dijo, en un intento de reanudar la
conversación. —A lo mejor le da un picotazo — replicó
prudentemente Alicia, que no tenía las
—Así es —afirmó la Duquesa—, y la menores ganas de que se intentara el
moraleja de esto es... «Oh, el amor, el amor. experimento.
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas —Enteramente de acuerdo —dijo la
—Es verdad —reconoció la Duquesa
Duquesa—, y la moraleja de esto es:
—. Los flamencos y la mostaza pican. «Sé lo que quieres parecer» o, si quieres que lo
Y la moraleja de esto es: «Pájaros de igual diga de un modo más simple: «Nunca imagines
plumaje hacen buen maridaje».
ser diferente de lo que a los demás pudieras
—Sólo que la mostaza no es un pájaro parecer o hubieses parecido ser si les hubiera
—observó Alicia. parecido que no fueses lo que eres».

—Tienes toda la razón —dijo la Duquesa—. —Me parece que esto lo entendería mejor —
¡Con qué claridad planteaslas cuestiones! dijo Alicia amablemente— si lo viera escrito,
pero tal como usted lo dice no puedo seguir
—Es un mineral, creo —dijo Alicia. el hilo.

—Clar o que lo es —asinti ó la Duquesa, —¡Esto no es nada comparado con lo que yo


que parecía dispuesta a estar de acuerdo con podría decir si quisiera! — afirmó la Duquesa
todo lo que decía Alicia—. Hay una gran con orgullo.
mina de mostaza cerca de aquí. Y la moraleja
de esto es... —¡Por favor, no se moleste en decirlo de una
manera más larga! —imploró Alicia.
—¡Ah, ya me acuerdo! —exclamó Alicia,
que no había prestado atención a este último —¡Oh, no hables de molestias! —dijo la
comentario—. Es un vegetal. No tiene Duquesa—. Te regalo con gusto todas las
aspecto de serlo, perolo es. cosas que he dicho hasta este momento.
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas ellas, con los brazos cruzados y el ceño
«¡Vaya regalito!», pensó Alicia.
tempestuoso.
«¡Menos mal que no existen regalos de
cumpleaños de este tipo!» Pero no se —¡Hermoso día, Majestad! —empezó a
decir la Duquesa en voz baja y
atrevió a decirlo en voz alta. temblorosa.
—¿Otra vez pensativa? —preguntó la —Ahora vamos a dejar las cosas bien claras
Duquesa, hundiendo un poco más la afilada rugió la Reina, dando una patadaen el suelo
barbilla en el hombro de Alicia. mientras hablaba—: ¡O tú otu cabeza tenéis
que desaparecer delmapa! ¡Y en menos que
—Tengo derecho a pensar, ¿no? — replicó canta un gallo!
Alicia con acritud, porque empezaba a estar
harta de la Duquesa. ¡Elige!

—Exactamente el mismo derecho dijo la La Duquesa eligió, y desapareció a toda


Duquesa— que el que tienen los cerdos a prisa.
volar, y la mora...
—Y ahora volvamos al juego —le dijo la
Pero en este punto, con gran sorpresa de Reina a Alicia.
Alicia, la voz de la Duquesa se perdió en un
susurro, precisamente en m e d i o de su Alicia estaba demasiado asustada para decir
palabra favorita, esta boca es mía, pero siguió dócilmente a la
«moraleja», y el brazo con que tenía cogida a Reina hacia el campo de croquet.
Alicia empezó a temblar. Alicia levantó los
ojos, y vio que la Reina estaba delante de Los otros invitados habían aprovechado la
adoroleer.com
ausencia Alicia enael
de la Reina, yse habían tumbado laPaís de las Maravillas
—¿Nunca has comido sopa de tortuga?
sombra, pero, en cuanto la vieron, se
apresuraron a volver al juego, mientras la —preguntó la Reina—. Pues hay otra sopa
Reina se limitaba a señalar que un segundo de que parece de tortuga pero no es
retraso les costaría la vida. de auténtica tortuga. La Falsa Tortuga sirve
Todo el t i empo que est uvi er on para hacer esta sopa.
jugando, la Reina no dejó de pelearse con los
otros jugadores, ni dejó de gritar «¡Que le —Nunca he visto ninguna, ni he oído hablar
corten a éste la cabeza!» o de ella —dijo Alicia.

«¡Que le corten a ésta la cabeza!» Aquellos a —¡Andando, pues! —ordenó la Reina


los que condenaba eran puestos bajo la —. Y la Falsa Tortuga te contará su historia.
vigilancia de soldados, que naturalmente
tenían que dejar de hacer de aros, de modo Mientras se alejaban juntas, Alicia oyóque el
que al cabo de una media hora no quedaba ni Rey decía en voz baja a todo el grupo:
un solo aro, y todos los jugadores, excepto el «Quedáis todos perdonados.»
Rey, la Reina y Alicia, estaban arrestados «¡Vaya, eso sí que está bien!», se dijo Alicia,
y bajo sentencia de muerte. que se sentía muy inquieta por el gran número
de ejecuciones que la Reina había ordenado.
Entonces la Reina abandonó la partida, casi
sin aliento, y le preguntó a Alicia : Al poco rato llegaron junto a un Grifo, que
yacía profundamente dormido al sol. (Si no
—¿Has visto ya a la Falsa Tortuga? sabéis lo que es un grifo, mirad el dibujo).
—No —dijo Alicia—. Ni siquiera sé loque es —¡Arriba, perezoso! —ordenó la
una Falsa Tortuga. Reina—. Y acompaña a esta señorita a ver a
la adoroleer.com Alicia enYo
Falsa Tortuga y a que oiga su historia. el País de las Maravillas «Aquí todo el mundo da órdenes»,
tengo que volver para vigilar unas cuantas pensó Alicia, mientras lo seguía con
ejecuciones que he ordenado.
desgana. «¡No había recibido tantas
Y se alejó de allí, dejando a Alicia solacon el
Grifo. A Alicia no le gustaba nada el aspecto órdenes en toda mi vida! ¡Jamás!»No
de aquel bicho, pero pensó que, a fin de habían andado mucho cuando vieron a
cuentas, quizás estuviera más segura si se
quedaba conél que si volvía atrás con el la Falsa Tortuga a lo lejos, sentada
basiliscode la Reina. Así pues, esperó.
triste y solitaria sobre una roca, y, al
El Grifo se incorporó y se frotó los ojos; a c er c ar se, Al i ci a pudo oír que
después estuvo mirando a la Reina hasta que
se perdió de vista; después soltó una suspiraba como si se le partiera el
carcajada burlona.
corazón. Le dio mucha pena.
—¡Tiene gracia! —dijo el Grifo, medio para
sí, medio dirigiéndose aAlicia. —¿Qué desgracia le ha ocurrido? —
preguntó al Grifo.
—¿Qué es lo que tiene gracia? — preguntó
Alicia. Y el Grifo contestó, casi con las mismas
palabras de antes:
—Ella —contestó el Grifo. Todo son
fantasías suyas. Nunca ejecutan a nadie, —Todo son fantasías suyas. No le ha
sabes. ¡Vamos! ocurrido ninguna desgracia, sabes.
adoroleer.com
¡Vamos! Alicia en el País de las Maravillas — en que yo era una tortuga de verdad.

Así pues, llegaron junto a la Falsa Tortuga, Estas palabras fueron seguidas por un silencio
que los miró con sus grandes ojos llenos de muy largo, roto sólo por uno que otro
lágrimas, pero no dijo nada. graznido del Grifo y por los const antes
sollozos de la F al sa Tortuga.

—Aquí esta señorita -explicó el Grifo


Alicia estaba a punto de levantarse yde
— quiere conocer tu historia. decir: «Muchas gracias, señora, por su
interesante historia», pero no podía dejar de
—Voy a contársela —dijo la Falsa Tortuga pensar que tenía forzosamenteque seguir algo
en voz grave y quejumbrosa más, conque siguió sentada y no dijo nada.
—. —Cuando éramos pequeñas —siguiópor fin
la Falsa Tortuga, un poco más tranquila, pero
Sentaos los dos, y no digáis ni una sola sin poder todavía contener algún sollozo—,
palabra hasta que yo haya terminado. íbamos a la escuela del mar. El maestro era
una vieja tortuga a la que llamábamos
Se sentaron pues, y durante unos minutos Galápago.—¿Por qué lo llamaban Galápago,
nadie habló. Alicia se dijo para sus adentros: sino era un galápago? —preguntó Alicia.
«No entiendo cómo va a poder terminar su
historia, si no se decide a empezarla». Pero —Lo llamábamos Galápago porque
esperó pacientemente. siempre estaba diciendo que tenía a
«gala» enseñar en una escuela de
—Hubo un tiempo —dijo por fin la Falsa
Tortuga, con un profundo suspiro «pago» —explicó la Falsa Tortuga demal
adoroleer.com
humor—. Alicia en el País de las Maravillas La Falsa Tortuga siguió:

¡Realmente eres una niña bastantetonta! — R e c i b í a m o s u n a e d u c a c i ó n perfecta... En


realidad, íbamos a la escuela todos los días...
—Tendrías que avergonzarte de ti mi sma
por pr egunt ar cosas tan evidentes — —También yo voy a la escuela todos los días
añadió el Grifo. —dijo Alicia—. No hay motivo para
presumir tanto.
Y el Grifo y la Falsa Tortuga
permanecieron sentados en silencio, mirando —¿Una escuela con clases especiales?
a la pobre Alicia, que hubiera querido que se —preguntó la Falsa Tortuga con cierta
la tragara la tierra. Por fin el Grifo le dijo a la ansiedad.
Falsa Tortuga:
—Sí —contestó Alicia. Tenemos clases
—Sigue con tu historia, querida. ¡No vamos especiales de francés y de música. —¿Y
a pasarnos el día en esto! Y la F al sa lavado? —preguntó laFalsa Tortuga.
Tortuga si gui ó con estas palabras: —¡Claro que no! —protestó Alicia
—Sí, íbamos a la escuela del mar, aunque tú indignada.
no lo creas...
—¡Yo nunca dije que no lo creyera! — la —¡Ah! En tal caso no vas en realidad auna
interrumpió Alicia. buena escuela —dijo la Falsa Tortuga en tono
de alivio—. En nuestra escuela había clases
—Sí lo hiciste —dijo la Falsa Tortuga. especiales de francés, música y lavado.
—¡Cállate esa boca! —añadió el Grifo,antes
de que Alicia pudiera volver a hablar. -No han debido servirle de gran cosa
—observó Alicia—, viviendo en elAlicia
adoroleer.com fondo endel
el País de las Maravillas —Pues... eso sí, quiere decir hacer algo más
mar. bello de lo que es.
—Yo no tuve ocasión de aprender —dijo —Pues —respondió el Grifo
la Falsa Tortuga con un suspiro triunfalmente-, si no sabes ahora lo quequiere
decir feificar es que estás completamente
—.
tonta.
Sólo asistí a las clases normales. Con lo cual cerró la boca a Alicia, la que ya
no se atr evi ó a seguir preguntando lo que
—¿Y cuales eran esos? significaban las cosas. Dijo a la Falsa
—preguntóAlicia interesada. Tortuga:
—Nos enseñaban a beber y a escupir, —¿Qué otras cosas aprendías allí?
naturalmente. Y luego, las diversas materias
de la aritmética: a saber, fumar, reptar, —Pues aprendía Histeria, histeriaa n t i g
feificar y sobre todo la dimisión. u a y m o d e r n a . Ta m b i é nMareografía, y
dibujo. El profesor era un congrio que
—Jamás oí hablar de feificar — respondió venía a darnos claseuna vez por semana y
Alicia. que nos enseñó eso, más otras cosas, como la
tintura alboleo.
El Grifo se alzó sobre dos patas, muy
asombrado: —¿Y eso qué es? —preguntó Alicia.
— ¡ Cóm o! ¿Nunc a a p r en d i s t e a —No puedo hacerte una demostración, ya
feificar? Por lo menos sabrás lo que significa que ahora estoy muy baja de forma
"embellecer". —respondió la Falsa Tortuga. Y el Grifo,
adoroleer.com
como Alicia
él mismo podrá decirte, nunca en el País de las Maravillas
aprendió —Pues me resulta un horario muy extraño —
a tintar al boleo. observó la niña.
—Nunca tuve tiempo suficiente —se excusó
el Grifo. —Pero sí que iba a las clases de —Por eso se llamaban cursos, no
Letras. Y teníamos un maestro que era un entiendes nada. Se llamaban cursos porque se
gran maestro, un viejo cangrejo. —Nunca fui acortaban de día en día.
a sus c l a se s — di j o la F al sa T or t uga
lloriqueando—, dicen que enseñaba patín y Eso resultaba nuevo para Alicia y antes de
riego. hacer una nueva pregunta le dio unas cuantas
vueltas al asunto.
—Sí, sí que lo hacía —respondió elGrifo. Y
las dos se taparon la cabeza con las patas, Por fin preguntó:
muy soliviantadas.
—Entonces, el día once, sería fiesta, claro.
—¿Cuantas horas al día duraban esasl e c c
i o n e s ? — p r e g u n t ó A l i c i a interesada, —Naturalmente que sí —respondió la Falsa
aunque no lograba entendermucho qué eran Tortuga.
aquellas asignaturastan raras, o si es que no
sabíanpronunciar. Tintura al bóleo debería ser —¿Y el doceavo?
pintura al óleo, y patín y riego serían latín y
griego, pero lo que es las otras, se le —Basta de cursos ya —ordenó el Grifo
escapaban. autoritariamente. —Cuéntale ahora algo
sobre los juegos.
—Teníamos diez horas al día el primer día.
Luego, el segundo día, nueve y así CAPÍTULO 10
sucesivamente.
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas —Y quizá no hayas entrado nunca en
EL BAILE contacto con una langosta.
DE LA LANGOSTA
Alicia empezó a decir: «Una vez comí...»,
pero se interrumpió a toda prisa por si alguien
se sentía ofendido.
L a F a l s a T o r t u g a s u s p i r ó
profundamente y se enjugó una lágrima —No, nunca —respondió.
con la aleta. Antes de hablar, miró a Alicia
durante bastante tiempo, mientras los Pues entonces, ¡no puedes tener ni ideade lo
sollozos casi la ahogaban. agradable que resulta el Baile de la Langosta.

—Se te ha atragantado un hueso,p a r e c —No reconoció Alicia—. ¿Qué clase de baile


e — d i j o e l G r i f o p o c orespetuoso. Y se es éste?
puso a darle golpes enla concha por la parte
de la espalda. —Verás —dijo el Grifo—, primero se forma
una línea a lo largo de la playa...
Por fin la Tortuga recobró la voz yreanudó su
narración, solo que las lágrimas resbalaban
—¡Dos líneas! —gritó la Falsa Tortuga
por su vieja cara arrugada.
—. Focas, tortugas y demás. Entonces,
—Tú acaso no hayas vivido mucho tiempo en cuando se han quitado todas las
el fondo del mar... medusas de en medio...

—Desde luego que no», dijo Alicia. —Cosa que por lo general lleva bastante
tiempo —interrumpió el Grifo. —... se dan
dosadoroleer.com
pasos al frente... Alicia en el País de las Maravillas —¡Se cambia otra vez de langosta! — aulló
—¡Cada uno con una langosta depareja! el Grifo.
—gritó el Grifo.
—Se vuelve a la playa, y... aquí termina la
primera figura —dijo la F al sa T or t uga,
—Por supuesto —dijo la Falsa Tortuga
m i e nt r a s baj aba repentinamente la voz.
—. Se dan dos pasos al frente, se forman
parejas...
Y las dos criaturas, que habían estado dando
saltos y haciendo cabriolas durant e toda la
—... se cambia de langosta, y se retrocede en expl i caci ón, se volvieron a sentar muy
el mismo orden —siguió el Grifo. tristes y tranquilas, y miraron a Alicia.

—Entonces —siguió la Falsa Tortuga —Debe de ser un baile precioso —dijoAlicia


con timidez.
— se lanzan las...
—¿Te gustaría ver un poquito cómo sebaila?
—¡Las langostas! —exclamó el Grifo con —propuso la Falsa Tortuga.
entusiasmo, dando un salto en el aire.
—Claro, me gustaría muchísimo -dijo Alicia.
—...lo más lejos que se pueda en el mar...
—¡Ea, vamos a intentar la primera figura! —le
—¡Y a nadar tras ellas! -chilló el Grifo. dijo la Falsa Tortuga al G r i f o — . P o d e m o s
—¡Se da un salto mortal en el mar! — gritó h a c e r l o s in langostas, sabes. ¿Quién va a cantar?
la Falsa Tortuga, dando palmadas de
entusiasmo. —Cantarás tú —dijo el Grifo—. Yo he
olvidado la letra.
m p e z a r o n p u e s a bAlicia
E adoroleer.com a i lenaelrPaís de las Maravillas "¡Demasiado lejos, demasiado lejos!"y ni
solemnemente alrededor de Alicia, dándole siquiera se preocupaba de mirar.
un pisotón cada vez que se acercaban
demasiado y llevando el compás con las patas "No quería bailar, no quería bailar, no quería
delanteras, mientras la Falsa Tortuga bailar..."
entonaba lentamente y con melancolía:
—Muchas gracias. Es un baile muy
"¿Porqué no te mueves más aprisa? le interesante —dijo Alicia, cuando vio con
pregunto una pescadilla a un caracol. alivio que el baile había terminado
—. ¡Y me ha gustado mucho esta canción de
Porque tengo tras mí un delfín la pescadilla!
pisoteándome el talón.
¡Mira lo contentas que se ponen laslangostas —Oh, respecto a la pescadilla... —dijo la
y tortugas al andar! Nos esperan en la playa Falsa Tortuga—. Las pescadillas son...
—¡Venga! ¡Baila y déjate llevar! ¡Venga, Bueno, supongo que tú ya habrásvisto alguna.
baila, venga, baila, venga, baila y déjate
llevar! —Sí -respondió Alicia—, las he visto a
menudo en la cen...
¡Baila, venga, baila, venga, baila, venga y déjate
llevar!" Pero se contuvo a tiempo y guardó silencio.

"¡No te puedes imaginar qué agradablees el —No sé qué es eso de cen —dijo la Falsa
baile cuando nos arrojan con las langostas Tortuga—, pero, si las has visto tan a
hacia el mar! menudo, sabrás naturalmente cómo son.

Pero el caracol respondía siempre: —Creo que sí —respondió Alicia pensativa.


adoroleer.com
Llevan Aliciay envan
la cola dentro de la boca el País de las Maravillas ellas— dijo el Grifo.— ¿A que no sabes por
cubiertas de pan rallado. qué las pescadillas son blancas?

—Te equivocas en lo del pan —dijo la Falsa —No, y jamás me lo he preguntado, la verdad
Tortuga—. En el mar el pan rallado ¿Por qué son blancas? — Pues porque sirven
desaparecería en seguida. Pero es verdad que para darle brillo a loszapatos y las botas, por
llevan la cola dentro de la boca, y la razón eso, por lo blancas que son— respondió el
es... —Al llegar a este punto la Falsa Tortuga Grifo muy satisfecho.
bostezó y cerró los ojos—. Cuéntale tú la
razón de todo esto -añadió, dirigiéndose al Alicia permaneció asombrada, con la boca
Grifo. abierta.
— P a r a s a c a r b r i l l o — r e p e t í aestupefacta—
—La razón es —dijo el Grifo— quelas . No me lo explico.
pescadillas quieren participar con las —Pero, claro. ¿A ver? ¿Cómo se limpian los
langostas en el baile. Y por lo tanto las arrojan zapatos? Vamos, ¿cómo se les saca brillo?
al mar. Y por lo tanto tienenque ir a caer lo
más lejos posible. Ypor lo tanto se cogen Alicia se miró los pies, pensativa, y vaciló
bien las colas con la boca. Y por lo tanto no antes de dar una explicación lógica.
pueden después volver a sacarlas. Eso es
todo. —Con betún negro, creo.

—Gracias —dijo Alicia—. Es muy —Pues bajo el mar, a los zapatos se les da
interesante. Nunca había sabido tantas cosas blanco de pescadilla— respondió el Grifo
sobre las pescadillas. sentenciosamente.— Ahora ya losabes.

—Pues aún puedo contarte más cosas sobre —¿Y de que están hechos?
—De mero y otros peces, vamosAlicia
adoroleer.com hombre,en elsiPaís de las Maravillas
—No sería en realidad lo que le dijera
cualquier gamba sabría responder a esa
pregunta— respondió el Grifo con ¿con que fin?
impaciencia.
—¡Digo lo que digo!— aseguró la Tortuga
—Si yo hubiera sido una pescadilla, le ofendida.
hubiera dicho al delfín: "Haga el favor de
marcharse, porque no deseamos est ar con — Y a h o r a — d i j o e l G r i f o ,dirigiéndose
ust ed". — dijo Al i ci a pensando en una a Alicia—, cuéntanos tú alguna de tus
estrofa de la canción. aventuras.
—No— respondió la Falsa Tortuga.— No —Puedo contaros mis aventuras... a partir de
tenían más remedio que estar con esta mañana —dijo Alicia con cierta
él, ya que no hay ningún pez que se respete timidez—. Pero no serviría denada retroceder
que no quiera ir acompañadode un delfín. hasta ayer, porque ayeryo era otra persona.

—¿Eso es así? —preguntó Alicia muy —¡Es un galimatías! Explica todo esto
sorprendida.
—dijo la Falsa Tortuga.
—¡Claro que no!— replicó la Falsa
Tortuga.— Si a mí se me acercase un pez y —¡No, no! Las aventuras primero —
me dijera que marchaba de viaje, le exclamó el Grifo con impaciencia—, las
preguntaría primeramente: "¿Y con qué explicaciones ocupan demasiado tiempo.
delfín vas?
Así pues, Alicia empezó a contar sus
Alicia se quedó pensativa. Luego aventuró: aventuras a partir del momento en que vio por
vez al Conejo Blanco. AlAlicia
adoroleer.com
primera en el País de las Maravillas
principio —Dile que
estaba un poco nerviosa, porque las dos
criaturas se pegaron a ella, una a cada lado, empiece.El
con ojos y bocas abiertos como naranjas, pero Grifo indicó:
fue cobrando valor a medida que avanzabaen
su relato. Sus oyentes guardaron un silencio —Ponte en pie y recita eso de "Es lavoz
completo hasta que llegó el del perezoso..."

momento en que le había recitado a la Oruga —Pero, ¡cuántas órdenes me dan estas
el poema aquél de "Has envejecido, Padre criaturas! —dijo Alicia en voz baja —.
Guillermo..." que en realidad le había salido
muy distinto de lo que era. Al llegar a este Parece como si me estuvieran haciendo
punto, la Falsa Tortuga dio un profundo repetir las lecciones. Para esto lomismo me
suspiro y dijo: daría estar en la escuela. Pero se puso en pie
y comenzó obedientemente a recitar el
—Todo eso me parece muy curioso. poema. Mientras tanto, no dejaba de darle
vueltas en su cabeza a la danza de las
—No puede ser más curioso- remachó el langostas y en realidad apenas sabía lo que
Grifo. estaba diciendo. Y así le resultó lo que
recitaba:
—Te salió tan diferente... —repitió la
Tortuga—, que me gustaría que nosrecitases La voz de la
algo ahora. Langostahe oído
declarar:
Se volvió al Grifo. Me han tostado demasiado
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas suceder allí de una manera natural.
y ahora tendré que ponerme azúcar.
Lo mismo que el pato hace con lospárpados —Veamos, me gustaría escuchar una
hace la langosta con su nariz: ajustarse el
explicación lógica— dijo la Falsa Tortuga.
cinturón y abotonarse mientras tuerce los
tobillos. Cuando la arena está seca
—No sabe explicarlo— intervino el Grifo.—
Está feliz, tanto como una perdiz,y
Pero, bueno, prosigue con la siguiente
habla con desprecio del tiburón.Pero
estrofa.
cuando la marea sube
—Pero— insistió la Tortuga—, ¿qué hay de
El Grifo dijo:
los tobillos! ¿Cómo podíatorcérselos con la
nariz?
y los tiburones la cercan, se le quiebrala
voz
—Se trata de la primera posición de todo el
Y sólo sabe balbucear. baile— aclaró Alicia, que, sin embargo, no
comprendía nada de loque estaba sucediendo,
—No lo oía así yo cuando era niño. Resulta
y deseaba cambiar el tema de la
distinto.
conversación.
—Puede ser, aunque lo cierto es queyo
—¡Prosigue con la siguiente estrofa!—
jamás he oído ese poema— dijo la Falsa
reclamó el Grifo.— Si no me equivocoes la
Tortuga—, pero el caso es que me suena a
que comienza diciendo: "Pasé por su
disparates.
jardín...".
Alicia no contestó. Se cubrió la cara con las
Alicia obedeció, aunque estaba segura de que
manos, tras de sentarse de nuevo y se
todo iba a seguir saliendo tergiversado. Con
preguntó si sería posibleque nada pudiera
adoroleer.com
voz temblorosa dijo: Alicia en el País de las Maravillas diciendo! ¡Bueno!
¡Esto es lo más confuso que he oído en mi
Pasé por vida!
su jardín y
con un —Desde luego —asintió el Grifo—.Creo que
solo ojo lo mejor será que lo dejes.
pude observar muy bien cómo el búho y la
pantera estaban repartiéndose un pastel. La
Y Alicia se alegró muchísimo. —
pantera se llevó la pasta,
la carne y el relleno, mientras que al búho le ¿Intentamos otra figura del Baile de la
tocaba sólo la fuente que contenía el pastel. Langosta? —siguió el Grifo—. ¿O te gustaría
Cuando terminaron de comérselo, que la Falsa Tortuga te cantaraotra canción?

—¡Otra canción, por favor, si la Falsa


al búho le tocaba Tortuga fuese tan amable! — exclamó Alicia,
sólo la fuente que contenía el pastel. con tantas prisas que el Grifo se sintió
Cuando terminaron de comérselo, ofendido.
el búho como regalo, se llevó en el bolsillo la
—¡Vaya! —murmuró en tono dolido
cucharilla,
en tanto la pantera, con el cuchillo y el —. ¡Sobre gustos no hay nada escrito!
t e n e d o r , t e r m i n a b a el s i n g u l a r ¿Quieres cantarle Sopa de Tortuga, amiga
banquete. mía?

—Lo que digo yo— dijo la Tortuga, —es ¿de La Falsa Tortuga dio un profundo suspiro y
qué nos sirve tanto recitar yrecitar? ¿Si no empezó a cantar con voz ahogada por los
explicas el significado de los que estás sollozos:
adoroleer.com
Hermosa Aliciayen
sopa, en la sopera, tan verde el País de las Maravillas
rica, melancólicas palabras:
nos espera. Es exquisita, es deliciosa. ¡Sopa
de noche, hermosa s o p a ! ¡H e r m o o o o - sa ¡Soooo-pa de la noooo-che! ¡Hermosa,
s o o o o - pa! hermosa sopa!
¡Hermooo~-sa soooo-pa! ¡Soooo-pa de la
noooo-che! ¡Hermosa, hermosa sopa!

—¡Canta la segunda estrofa! — exclamó


el Grifo.

Y la Falsa Tortuga acababa de


empezarla, cuando se oyó a lo lejos un grito
de «¡Se abre el juicio!»

—¡Vamos! —gritó el Grifo.

Y, cogiendo a Alicia de la mano, echó a


correr, sin esperar el final de la canción.
—¿Qué juicio es éste? —jadeó Alicia
mientras corrían.

Pero el Grifo se limitó a contestar:


«¡Vamos! », y se puso a correr aún másaprisa,
mientras, cada vez más débiles, arrastradas
por la brisa que les seguía, les llegaban las
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas gran bandeja de tartas: tenían tan buen
aspecto que a Alicia se le hizo la boca agua al
verlas. «¡Ojalá el juicio termine pronto»,
pensó, «y repartan la merienda!» Pero no
parecía haber muchas posibilidades de que
CAPÍTULO 11
así fuera, y Alicia se puso a mirar lo que
ocurría a su alrededor, para matar el tiempo.
¿QUIÉN ROBÓLAS
No había estado nunca en una corte de
TARTAS? justicia, pero había leído cosas sobre ellas en
los libros, y se sintió muy satisfecha al ver
que sabía el nombrede casi todo lo que allí
había.
Cuando llegaron, el Rey y la Reina de
Corazones estaban sentados en sus tronos, y —Aquél es el juez —se dijo a sí misma—,
había una gran multitudcongregada a su porque lleva esa gran peluca.
alrededor: toda clase de pajarillos y
animalitos, así como la baraja de cartas El Juez, por cierto, era el Rey; y como llevaba
completa. El Valet estaba de pie ante ellos, la corona encima de la peluca, no parecía
encadenado, con un soldado a cada lado sentirse muy cómodo, y desde luego no tenía
para vigilarlo. Y cerca del Rey estaba el buen aspecto.
Conejo Blanco, con una trompeta en una
mano y un rollo de pergamino enla otra.
—Y aquello es el estrado del jurado —pensó
Justo en el centro de la sala había una mesa
Alicia—, y esas doce criaturas (se vio
y encima de ella una
obligada a decir «criaturas»,
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas Conejo Blanco gritaba: «¡Silencio en la
sala!», y al ver que el Rey se c a l a b a l o s
a n t e o j o s y m i r a b a severamente a su
sabéis, porque algunos eran animales de pelo
alrededor para descubrir quién era el que
y otros eran pájaros) supongo que son los
había hablado.
miembros del jurado.
Alicia pudo ver, tan bien como si estuviera
Repitió esta última palabra dos o tres veces
mirando por encima de sus hombros, que
para sí, sintiéndose orgullosa de ella: Alicia
todos los miembros del jurado estaban
pensaba, y con razón, que muy pocas niñas
escribiendo «¡bichejos estúpidos!» en sus
de su edad podíansaber su significado.
pizarras, e incluso pudo darse cuenta de que
uno de ellos no sabía cómo se escribía
Los doce jurados estaban escribiendo
«bichejo» y tuvo que preguntarlo a su
afanosamente en unas pizarras.
vecino.
«¡Menudo lío habrán armado en suspizarras
—¿Qué están haciendo? —le susurró Alicia antes de que el juicio termine!», pensó
al Grifo—. No pueden tener nada que anotar Alicia.
ahora, antes de que el juicio haya empezado.
Uno de los miembros del jurado tenía una tiza
—Están anotando sus nombres —susurró el que chirriaba. Naturalmenteesto era algo que
Grifo como respuesta—, no vaya a ser que se Alicia no podía soportar, así pues dio la
les olviden antes de que termine el juicio. vuelta a lasala, se colocó a sus espaldas, y
encontró muy pronto oportunidad de
—¡Bichejos estúpidos! —empezó a decir arrebatarle la tiza. Lo hizo con tanta habilidad
Alicia en voz alta e indignada. que el pobrecillo jurado (era
Pero se detuvo rápidamente al oír que el
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas i nt er r um pi ó ap r e s ur a d am e n t e el
Conejo—. ¡Hay muchas otras cosas antes de
Bill, la Lagartija) no se dio cuenta en absoluto esto!
de lo que había sucedido con su tiza; y así,
después de buscarla por todas partes, se vio —Llama al primer testigo —dijo el Rey.
obligado a escribir con un dedo el resto de la Y el Conejo dio tres toques de trompeta y
jornada; y esto no servía de gran cosa, pues gritó: —¡Primer testigo!
no dejaba marca alguna en la pizarra.
El primer testigo era el Sombrerero.
—¡Heraldo, lee la acusación! -dijo el Rey. Compareció con una taza de té en una mano
y un pedazo de pan con mantequilla en la
Y entonces el Conejo Blanco dio tres toques otra.
de trompeta, y desenrolló el pergamino, y
leyó lo que sigue: —Os ruego me perdonéis, Majestad —
empezó—, por traer aquí estas cosas, pero no
La Reina cocinó varias había terminado de tomar el té, cuando fui
convocado a este juicio.
tartasun día de verano azul,
el Valet se apoderó de esas tartasY —Debías haber terminado —dijo el Rey—.
¿Cuándo empezaste?
se las llevó a Estambul.
El Sombrerero miró a la Liebre de Marzo,
—¡Considerad vuestro veredicto! —dijo el que, del brazo del Lirón, lo había seguido
Rey al jurado. hasta allí.
—¡Todavía no! ¡Todavía no! Le —Me parece que fue el catorce de marzo. —
quince —dijo la Liebre deMarzo.
Eladoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas anteojos y empezó a examinar severamente
al Sombrerero, que se puso pálido y se echó
—El dieciséis —dijo el Lirón. a temblar.
—Anotad todo esto —ordenó el Rey al
jurado. —Di lo que tengas que declarar — exigió el
Rey—, y no te pongas nervioso, o te hago
Y los m i em br os del j ur ado se ejecutar en el acto.
apresuraron a escribir las tres fechas en sus
pizarras, y después sumaron las tres cifras y Esto no pareció animar al testigo en absoluto:
redujeron el resultado a chelines y peniques. se apoyaba ora sobre un pie ora sobre el otro,
miraba inquieto a la Reina, y era tal su
—Quítate tu sombrero —ordenó el Rey al confusión que dioun tremendo mordisco a la
Sombrerero. taza de té creyendo que se trataba del pan
conmantequilla.
—No es mío, Majestad —dijo elSombrero.
En este preciso momento Alicia
—¡Sombrero robado! —exclamó el Rey, experimentó una sensación muy e x t
volviéndose hacia los miembros del j ur ado, r a ñ a , q u e l a d e s c o n c e r t óterriblemente
que i nm edi at am ent e tomaron nota del hasta que comprendió lo que era: había vuelto
hecho. a empezar a crecer. Al principio pensó que
debía levantarse y abandonar la sala, pero lo
—Los tengo para vender —añadió el pensó mejor y decidió quedarse donde estaba
Sombrerero como explicación—. mientras su tamaño se lo permitiera.
Ninguno es mío. Soy sombrerero.
—Haz el favor de no empujar tanto — dijo el
Al llegar a este punto, la Reina se caló los Lirón, que estaba sentado a su lado—. Apenas
adoroleer.com
puedo respirar. Alicia en el País de las Maravillas concierto!
Lo que produjo en el Sombrerero tal ataque
—No puedo evit arlo —cont est ó de temblor que las botas se le salieron de los
humild emen te Alicia—. Estoy pies.
creciendo.
—Di lo que tengas que declarar — repitió el
—No tienes ningún derecho a crecer aquí — Rey muy enfadado—, o te hago ejecutar
dijo el Lirón. ahora mismo, estés nervioso o no lo estés.
—No digas tonterías —replicó Alicia con —Soy un pobre hombre, Majestad —
más brío—. De sobra sabes que también tú empezó a decir el Sombrerero en voz
creces. temblorosa—... y no había empezado aún a
tomar el té... no debe hacer siquiera una
—Sí, pero yo crezco a un ritmorazonable — semana... y las rebanadas de pan con
dijo el Lirón—, y no de esta manera grotesca. mantequilla se hacían cada vez más
delgadas... y el titileo del té...
Se levantó con aire digno y fue a situarse al
otro extremo de la sala. —¿El titileo de qué? —preguntó el Rey.

Durante todo este tiempo, la Reina no le —El titileo empezó con el té —contestó el
había quitado los ojos de encima al Sombrerero.
Sombrerero, y, justo en el momento enque el
Lirón cruzaba la sala, ordenó a uno de los —¡Querrás decir que titileo empiezacon la T!
ujieres de la corte: —replicó el Rey con a s p e r e z a — . ¿
C r e e s q u e no sé ortografía? ¡Sigue!
—¡Tráeme la lista de los cantantes del último
—Soy un pobre hombre —siguió elS o m
b radoroleer.com Alicia en elaPaís de las Maravillas
e r e r o - . . . y o t r a s c o s a sempezaron —De esto no puedo acordarme —dijo el
titilear después de aquello... pero la Liebre Sombrerero.
de Marzo dijo...
—Tienes que acordarte —subrayó elRey—,
—¡Yo no dije eso! —se apresuró a o haré que te ejecuten.
interrumpirle la Liebre de Marzo. —
¡Lo dijiste! —gritó el Sombrerero. El desgraciado Sombrerero dejó caer lataza
de té y el pan con mantequilla, y cayó de
—¡Lo niego!
rodillas.
—dijo la Liebre deMarzo.
—Ella lo niega
—Soy un pobre hombre, Majestad —
—dijo el Rey
empezó.
—.Tachad esta parte.
—Lo que eres es un pobre orador — dijo
—Bueno, en cualquier caso, el Lirón dijo...
sarcástico el Rey.
—siguió el Sombrerero, y miró ansioso a su
alrededor, para ver si el Lirón también lo
negaba, pero el Lirón no n e g ó n a d a , Al llegar a este punto uno de los conejillos de
porque estaba profundamente indias empezó a aplaudir, y fue
dormido—. Despuésde esto — continuó el inmediatamente reprimido por los ujieres
Sombrerero—, cogí un poco más de pan de la corte. (Como eso de
con mantequilla... «reprimir» puede resultar difícil de entender,
voy a explicar con exactitud lo que pasó. Los
ujieres tenían un gran saco de lona, cuya boca
—¿Pero qué fue lo que dijo el Lirón? se cerraba con una cuerda: dentro de este
—preguntó uno de los miembros del saco metieron al conejillo de indias, la cabeza
jurado. por delante, y después se sentaron
adoroleer.com
encima). Alicia en el País de las Maravillas todo irá mejor sin ellos.

—Me alegro muchísimo de haber vistoesto —Preferiría terminar de tomar el té — dijo el


—se dijo Alicia—. Estoy harta de leer en los Sombrerero, lanzando una mirada inquieta
periódicos que, al final de un juicio, hacia la Reina, que estaba leyendo la lista de
«estalló una salva de aplausos, que fue cantantes.
inmediatamente reprimida por los ujieres de
la sala», y nunca comprendí hasta ahora lo —Puedes irte —dijo el Rey. Y el Sombrerero
quequerían decir. salió volando de la sala, si n e s p e r a r
s i q u i e r a el t i em po suficiente para
—Si esto es todo lo que sabes del caso, ya ponerse los zapatos.
puedes bajar del estrado — siguió diciendo el
Rey. —Y al salir que le corten la cabeza - añadió
la Reina, dirigiéndose a uno de los ujieres.
—No puedo bajar más abajo —dijo el
Sombrerero—, porque ya estoy en el Pero el Sombrerero se había perdidode
mismísimo suelo. vista, antes de que el ujier pudiera llegar a la
puerta de la sala.
—Entonces puedes sentarte —replicó el Rey.
—¡Llama al siguiente testigo! —dijo elRey.
Al llegar a este punto el otro conejillo de
indias empezó a aplaudir, y fue también El siguiente testigo era la cocinera dela
reprimido. Duquesa. Llevaba el pote de pimienta en
la mano, y Alicia supo queera ella, incluso
—¡Vaya, con eso acaban los conejillos de antes de que entrara enla sala, por el modo
indias! —se dijo Alicia—. Me parece que en que la gente que estaba cerca de la puerta
adoroleer.com
empezó aestornudar. Alicia en el País de las Maravillas a ese Lirón!
¡Arrojad a ese Lirón de la sala!
—Di lo que tengas que declarar — ordenó el
¡Reprimidle! ¡Pellizcadle! ¡Dejadle sinbigotes!
Rey.
Durante unos minutos reinó gran confusión
—De eso nada —dijo la cocinera.
en la sala, para arrojar deella al Lirón, y,
cuando todos volvierona ocupar sus puestos,
El Rey miró con ansiedad al Conejo Blanco,
la cocinera había desaparecido.
y el Conejo Blanco dijo en vozbaja:
—¡No importa! —dijo el Rey, con aire de
— Su M a j e s t a d d e b e examinar
alivio—. Llama al siguiente testigo.
detenidamente a este testigo.
—Y añadió a media voz dirigiéndose a la
Reina-: Realmente, cariño, debieras
—Bueno, si debo hacerlo, lo haré — dijo el interrogar tú al próximo testigo. ¡Estas cosas
Rey con resignación, y, tras cruzarse de me dan dolor de cabeza!
brazos y mirar de hito en hito a la cocinera
con aire amenazador, preguntó en voz Alicia observó al Conejo Blanco, que
profunda—: ¿De qué se hacen las tartas?
examinaba la lista, y se preguntó con
curiosidad quién sería el próximo testigo.
—Sobre todo de pimienta —respondió la
«Porque hasta ahora poco ha sido lo que han
cocinera. sacado en limpio», se dijo para sí. Imaginad
su sorpresa cuando el Conejo Blanco,
—Melaza -dijo a sus espaldas una voz elevando al máximo volumen su vocecilla,
soñolienta. leyó el nombre de:
—Prended a ese Lirón —
chilló laReina—. ¡Decapitad —¡Alicia!
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas Y empezó a levantarlos a toda prisa, pues no
CAPÍTULO 12 podía apartar de su mente el accidente de la
pecera, y tenía la vaga sensación de que era
preciso recogerlascuanto antes y devolverlos
al estrado, ode lo contrario morirían.
LA DECLARACIÓNDE
ALICIA
—El juicio no puede seguir —dijo el Rey con
voz muy grave— hasta que todos los
miembros del jurado hayan ocupado
debidamente sus puestos... todos los
—¡Estoy aquí! —gritó Alicia. miembros del jurado — repitió con mucho
Y olvidando, en la emoción del momento, lo énfasis, mirando severamente a Alicia
mucho que había crecido en mientras decía estas palabras.

los últimos minutos, se puso en pie con tal Alicia miró hacia el estrado del jurado,y vio
precipitación que golpeó con el borde de su que, con las prisas, había colocado a la
falda el estrado de los jurados, y todos los Lagartija cabeza abajo, y el pobr e
miembros del jurado cayeron de cabeza ani m a l i t o, i ncapaz de incorporarse, no
encima de la gente que había debajo, y podía hacer otra cosa que agitar
quedaron allípataleando y agitándose, y esto melancólicamente la cola.
le recordó a Alicia intensamente la pecerade
peces de colores que ella había volcado sin Alicia lo cogió inmediatamente y lo colocó en la
querer la semana pasada. postura adecuada.
—¡Oh, les ruego me perdonen! — exclamó «Aunque no creo que sirva de gran cosa», se
Alicia en tono consternado. dijo para sí. «Me parece que el juicio no va a
en nada por el hecho deAlicia
adoroleer.com
cambiar que eneste
el País de las Maravillas empezando a anotar esto en sus pizarras,
animalito esté depies o de cabeza». cuando intervino a toda prisa el Conejo
Blanco:
Tan pronto como el jurado se hubo recobrado
un poco del shock que había s u f r i d o , y —Naturalmente, Su Majestad ha querido
h u b o e n c o n t r a d o y enarbolado de nuevo decir intrascendente —dijo en tono muy
sus tizas y pizarras, se pusieron todos a respetuoso, pero frunciendo el ceño y
escribir con gran diligencia para consignar la haciéndole signos de
historia del accidente. Todos menos la
Lagartija, que parecía haber quedado inteligencia al Rey mientras hablaba.
demasiado impresionada para hacer otra cosa
que estar sentada allí, con la boca abierta, los Intrascendente es lo que he querido decir,
ojos fijos en el techo de la sala. naturalmente —se apresuró a decir el Rey.

—¿Qué sabes tú de este asunto? —le dijo el


Rey a Alicia. —Nada —dijo Alicia. Y empezó a mascullar para

—¿Nada de nada? —insistió el Rey. sí:

—Nada de nada —dijo Alicia. «Trascendente... intrascendente...

trascendente... intrascendente...», como si


estuviera intentando decidir qué palabra
—Esto es algo realmente trascendente sonaba mejor.
—dijo el Rey, dirigiéndose al jurado.
Partedeljurado escribió
Y los miembros del jurado estaban
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas —Bueno, pues no pienso moverme de aquí,
«trascendente», y otra parte escribió
de todos modos —aseguró Alicia
—. Y además este artículo no vale:
«intrascendente». Alicia pudo verlo, pues usted lo acaba de inventar.
estaba lo suficiente cerca de los miembros del
jurado para leer sus pizarras. «Pero esto no —Es el artículo más viejo de todo el libro —
tiene la menor importancia», se dijo para sí. dijo el Rey.

En este momento el Rey, que había estado —En tal caso, debería llevar el Número
muy ocupado escribiendo algo en su l Uno —dijo Alicia.
i b r e t a de n o t a s , g r i t ó :
«¡Silencio!», y leyó en su libreta: El Rey palideció, y cerró a toda prisasu
libro de notas.
—Artículo Cuarenta y Dos. Toda persona
—¡Considerad vuestro veredicto! — ordenó
que mida más de un kilómetro tendrá que
al jurado, en voz débil ytemblorosa.
abandonar la sala.
—Faltan todavía muchas pruebas, con la
Todos miraron a Alicia.
venia de Su Majestad —dijo elC o n e j
o B l a n c o , p o n i é n d o s eapresuradamente
—Yo no mido un kilómetro —protestó de pie—. Acaba de encontrarse este papel.
Alicia.
—¿Qué dice este papel? —preguntó la Reina.
—Sí lo mides —dijo el Rey.
—Todavía no lo he abierto —contestó el
—Mides casi dos kilómetros añadió la Reina.
Blanco—, pero parece serAlicia
adoroleer.com
Conejo en el País de las Maravillas
una carta, —Con la venia de Su Majestad —dijo el
escrita por el prisionero a... aalguien. Valet—, yo no he escrito este papel, y nadie
—Así debe ser —asintió el Rey—, porque de puede probar que lo haya hecho, porque no
lo contrario hubiera sido escrita a nadie, lo hay ninguna firma al final del escrito.
cual es poco frecuente.
—Si no lo has firmado —dijo el Rey
—¿A quién va dirigida? —preguntó uno de —, eso no hace más que agravar tuculpa.
los miembros del jurado.
Lo tienes que haber escrito con mala
—No va dirigida a nadie —dijo el Conejo intención, o de lo contrario habrías firmado
Blanco—. No lleva nada escrito en la parte con tu nombre como cualquier persona
exterior. —Desdobló el papel, mientras honrada.
hablaba, y añadió—:Bueno, en realidad no es
una carta: es una serie de versos. Un unánime aplauso siguió a estas palabras:
en realidad, era la primeracosa sensata que el
—¿Están en la letra del acusado? — preguntó Rey había dicho entodo el día.
otro de los miembros del jurado.
—E st o pr ueba su c u l p a bi l i d a d,
—No, no lo están —dijo el Conejo Blanco— naturalmente —exclamó la Reina—. Por lo
, y esto es lo más extraño de todo este asunto. tanto, que le corten...

(Todos los miembros del jurado quedaron —¡Esto no prueba nada de nada!
perplejos).
—Debe de haber imitado la letra deotra —protestó Alicia—. ¡Si ni siquiera sabemos lo que hay
persona —dijo el Rey. (Todos los miembros escrito en el papel!
del jurado respiraron con alivio).
—Léelo —ordenó el Rey al Conejo
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas
Blanco.
él espera tú los libres
y sean como al principio. Me parece que tú
El Conejo Blanco se puso las gafas. — fuiste (antes del ataque de ella), entre él, y yo
¡Por dónde debo empezar, con la veniade Su y aquello
Majestad? —preguntó. un motivo de querella.
No dejes que él sepa nunca que ella losquería
—Empieza por el principio —dijo el Rey con
más, pues debe ser un secreto
gravedad— y sigue hasta llegar al final; allí
te paras. y entre tú y yo ha de quedar.

Se hizo un silencio de muerte en la sala, —¡Ésta es la prueba más importanteque


mientras el Conejo Blanco leíalos siguientes hemos obtenido hasta ahora! —dijo el Rey,
versos: frotándose las manos—. Así pues, que el
jurado proceda a...
Dijeron que fuiste a verla y que a él le
hablaste de mí: ella aprobó mi carácter y yo a —Si alguno de vosotros es capaz de
nadar no aprendí. explicarme este galimatías —dijo Alicia
(había crecido tanto en los últimos minutos
Él dijo que yo no era (bien sabemosque que no le daba ningúnmiedo interrumpir al
es verdad): pero si ella insistiera Rey)—, le doyseis peniques.
¿qué te podría
pasar?Yo di Yo estoy convencida de que estos versos no
una, ellos dos, tienen pies ni cabeza.
tú nos diste tres o más, todas volvierona ti, y
eran mías tiempo atrás. Si ella o yo tal vez Todos los miembros del jurado
nos vemos mezclados en este lío,
adoroleer.com
escribieron Alicia enestá
en sus pizarras: «Ella el País de las Maravillas murmurando para sí mientras examinaba los
convencida de que estos versos no tienen versos—: Bien sabemos que es verdad...
pies ni cabeza», pero ningunode ellos se Evidentemente serefiere al jurado... Pero
atrevió a explicar el contenido del escrito. si ella insistiera... Tiene que ser la Reina...

—Si el poema no tiene sentido —dijo el ¿Qué te podría pasar?... ¿Qué, enefecto? Yo
Rey—, eso nos evitará muchas di una, ellos dos... Vaya, esto debe ser lo que
complicaciones, porque no tendremos que él hizo con las tartas...
buscárselo. Y, sin embargo — siguió,
apoyando el papel sobre sus r o d i l l a s y —Pero después sigue todas volvieron ati —
m i r á n d o l o con oj os entornados observó Alicia.

—, me parece que yo veo algún —¡Claro, y aquí están! —exclamó


si gni f i cado. . . Y yo a nadar no aprendí... triunfalmente el Rey, señalando las tartas que
Tú no sabes nadar, ¿o sí sabes? —añadió, había sobre la mesa . Está más claro que el
dirigiéndose al Valet. agua. Y más adelante... Antes del ataque
de ella...
El Valet sacudió tristemente la cabeza. ¿Tú nunca tienes ataques, verdad, querida?
—le dijo a la Reina.
—¿Tengo yo aspecto de saber nadar?
—¡Nunca! —rugió la Reina furiosa,
—dijo. arrojando un tintero contra la pobre Lagartija.

(Desde luego no lo tenía, ya que estabahecho (La infeliz Lagartija había renunciado
enteramente de cartón.)— Hasta aquí todo ya a escribir en su pizarra con el dedo, porque
encaja —observó el Rey, y siguió se dio cuenta de que no dejaba marca, pero
se apresuró a empezar Alicia
adoroleer.com
ahora en el País de las Maravillas
de nuevo, poniéndose color púrpura. —¡No quiero!
aprovechando la tinta que le caía chorreando —dijo Alicia.
por la cara, todo el rato que pudo).
—¡Que le corten la cabeza! —chilló la Reina
—Entonces las palabras del verso no pueden a grito pelado.
atacarte a ti —dijo el Rey, mirando a su
alrededor con una sonrisa. Nadie se movió.

Había un silencio de muerte. —¡Quién le va a hacer caso? —dijo Alicia (al


llegar a este momento ya había crecido hasta
—¡Es un juego de palabras! —tuvo que su estatura normal)
explicar el Rey con acritud. —. ¡No sois todos más que una baraja de
cartas!
Y ahora todos rieron.
Al oír esto la baraja se elevó por los aires y se
—¡ Que el j ur ado c o n s i d er e su precipitó en picada contra ella. Alicia dio un
veredicto! —ordenó el Rey, por centésima pequeño grito, mitad de miedo y mitad de
vez aquel día. enfado, e intentó sacárselos de encima... Y se
encontró tumbada en la ribera, con la cabeza
—¡No! ¡No! —protestó la Reina—. Primero apoyada en la falda de su hermana, que le
la sentencia... El veredicto después. estaba quitando cariñosamente de la cara
unas hojas secas que habían caído desde los
—¡Valiente idiotez! —exclamó Alicia alzando la árboles.
voz—. ¡Qué ocurrenciapedir la sentencia primero!
—¡Despierta ya, Alicia! —le dijo su
—¡Cállate la boca! —gritó la Reina, hermana—. ¡Cuánto rato has dormido!
adoroleer.com Alicia en el País de las Maravillas Primero, soñó en la propia Alicia, y le pareció
—¡Oh, he tenido un sueño tan extraño!
sentir de nuevo las manos de laniña apoyadas
—dijo Alicia. en sus rodillas y ver sus ojos brillantes y
curiosos fijos en ella. Oía todos los tonos de
Y le contó a su hermana, tan bien como sus su voz y veía el gesto con que apartaba los
recuerdos lo permitían, todas las cabellos que siempre le caían delante de los
sorprendentes aventuras que hemos estado ojos. Y mientras los oía, o imaginaba que los
leyendo. Y, cuando hubo terminado, su oía, el espacio que la rodeaba cobró vida y se
hermana le dio un beso yle dijo: pobló con los extraños personajes del sueño
de su hermana.
—Realmente, ha sido un sueño extraño,
cariño. Pero ahora corre a merendar. Se está La alta hierba se agitó a sus pies cuando pasó
haciendo tarde. corriendo el Conejo Blanco; el asustado
Ratón chapoteó en un estanque cercano; pudo
Así pues, Alicia se levantó y se alejó oír el tintineo de las tazas de porcelana
corriendo de allí, y mientras corría no dejó de mientras la Liebre de Marzo y sus amigos
pensar en el maravilloso sueño que había proseguían aquella merienda interminable, y
tenido. la penetrante voz de la Reina ordenando que
se cortara la cabeza a sus invitados; de nuevo
Pero su hermana siguió sentada allí, talcomo el
Alicia la había dejado, la cabeza apoyada en bebé-cerdito estornudó en brazos de la
una mano, viendo cómo se ponía el sol y Duquesa, mientras platos y fuentes se
pensando en la pequeña Alicia y en sus estrellaban a su alrededor; de nuevo se llenó
maravillosas aventuras. Hasta que también el aire con los graznidos del Grifo, el chirriar
ella empezó a soñar a su vez, y éste fue su de la tiza de la Lagartija y los aplausos
sueño: de los
adoroleer.comconejillos de indias, Alicia
«reprimidos» en el País de las Maravillas
mezclado A l i c i a c u a n d o s econvirtiera en una mujer.
Y pensó que Alicia conservaría, a lo largo de
todo con el distante sollozar de la Falsa los años, el mismo corazón sencillo y
Tortuga. entusiasta de su niñez, y que reuniría a su
alrededor a otros chiquillos, y haría brillar los
La hermana de Alicia estaba sentada allí, con ojos de los pequeños al contarles un cuento
los ojos cerrados, y casi creyó encontrarse extraño, quizás este mismo sueño del País de
ella también en el País de las Maravillas. Pero las Maravillas que había tenido años atrás;y
sabía que le bastaba volver a abrir los ojos que Alicia sentiría las pequeñas tristezas y
para encontrarse de golpe en la aburrida se alegraría con los ingenuos goces de los
realidad. La hierba sería sólo agitada por el chiquillos, recordando su propia infancia y
viento, y el chapoteo del estanque se debería los felices días del verano.
al temblor de las cañas que crecían en él. El
tintineo de las tazas de té se transformaría en FIN
el resonar de unos cencerros, y la
penetrante voz de la Reina en los gritosde un
pastor. Y los estornudos del
bebé, los graznidos del Grifo, y todos los
otros ruidos misteriosos, se
transformarían (ella lo sabía) en el confuso
rumor que llegaba desde una granja vecina,
mientras el lejano balar de los rebaños
sustituía los sollozos de la Falsa Tortuga.

Por último, imaginó cómo sería, en el futuro,


esta pequeña hermana suya,c ó m o s e r í a

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