Habeas Corpus: Arturo Hoyos
Habeas Corpus: Arturo Hoyos
¿QUÉ ES? Una institución jurídica que obliga a que toda persona detenida sea presentada en un
plazo preventivo determinado ante el juzgado pertinente, quien podría ordenar la libertad inmediata
del detenido si no encontrara motivo suficiente de arresto.
OBJETO Tiene como finalidad concreta de proteger a los individuos contra amenazas comprobadas
a la libertad corporal.
ORIGEN Su origen se da en la carta magna otorgada por Juan sin tierra el 15 de junio de 2015, cuya
sección 48 determina que ningún hombre libre podrá ser apresado, puesto en prisión, ni desposeído
de sus bienes, costumbres, libertades. La persona que sea detenida tiene derecho a interponer la acción
de Hábeas Corpus con la finalidad de ser escuchado y que se resuelva si es o no fundada su detención.
El Tribunal Superior de Apelaciones es la instancia encargada de conocer las acciones de hábeas
corpus. La apelación, si se declara legal la detención, la resuelve la Sala Penal de la Corte Suprema
de Justicia.
DOCTRINA El Habeas corpus también procederá cuando exista una amenaza real o cierta contra la
libertad corporal, o cuando la forma o las condiciones de la detención o el lugar en donde se encuentra
la persona pongan en peligro su integridad física, mental o moral o infrinja su derecho de defensa.
Arturo Hoyos.
El jurista Carlos Humberto Cuestas.
En su diccionario de Derecho Procesal Penal, define el Habeas Corpus como una "Garantía
constitucional extraordinaria destinada a tutelar el derecho de libertad personal contra
detenciones o arrestos ejecutados contra cualquier persona fuera de los supuestos y
formalidades exigidas por la ley. El Tribunal de Habeas Corpus debe inmediatamente
acoger la demanda, solicitar un informe de la autoridad demandada y decidir en términos muy
breves sobre la legalidad o ilegalidad de la privación de libertad por medio de un procedimiento
sumarísimo, sin contradictorio y esencialmente informal. De ser ilegal la detención debe
ordenarse inmediatamente la libertad de la persona detenida".
DIFERENCIA ENTRE RECURSO Y ACCIÓN
El recurso es el medio que tienen las personas contra las que se ha dictado una resolución, para que
ésta sea revisada por la misma autoridad, juez o tribunal que la dictó o por el superior jerárquico, a
fin de que sea modificada, revocada o confirmada. Es la acción que queda a la persona condenada en
un juicio para poder acudir a otro juez o tribunal en solicitud de que se enmiende el agravio que cree
habérsele hecho.
La acción es el derecho o facultad que la ley concede a las personas para que puedan acudir a los
tribunales de justicia con el objeto de obtener protección de sus derechos.
NORMAS DEL GABEAS CORPUS
La persona que sea detenida tiene derecho a interponer la acción de Habeas corpus con la finalidad
de ser escuchado.
PROCEDIMIENTO
Paso 1: El usuario, u otra persona en su beneficio, pueden presentar la acción de hábeas corpus por
escrito o vía telefónica a través de la oficina judicial.
Paso 2: La oficina judicial asigna al magistrado sustanciador que se encuentra en turno.
Paso 3: Se levanta inmediatamente una resolución que libra mandamiento de hábeas corpus
Paso 4: Se notifica a la autoridad o funcionario demandado.
Paso 5: Recibida la contestación, se programa audiencia inmediatamente y se procederá a realizar
las notificaciones
Paso 6: Si la acción de Hábeas Corpus la interpone el propio interesado o un particular en su
representación, se le designa un defensor público.
Paso 7: El acto de audiencia es realizado por tres magistrados del tribunal superior de apelaciones
Paso 8: De ser declarada ilegal la detención
Paso 9: Si es declarada legal, cabe recurso de apelación
REQUISITOS
1- Identificar los datos generales del privado de libertad
2- Nombre de la autoridad o funcionario que ordenó la detención
3- Nombre de la autoridad o agente que lo tenga bajo custodia, si lo tuviera.
4- Pretexto o causa de la detención
5- Acciones que expresan la ilegalidad de la situación.
TIPOS DE HABEAS CORPUS
HABEAS CORPUS CORRECTIVO: Es una figura procesal cuya finalidad radica en cambiar el
lugar de reclusión, si se comprueba que el centro penitenciario en que se encuentra detenido el
imputado.
HABEAS CORPUS PREVENTIVO: Tiene como finalidad concreta de proteger a los individuos
contra amenazas comprobadas a la libertad corporal.
HABEAS CORPUS REPARADOR: En esta acción la corte establece mediante jurisprudencia que
el HABEAS CORPUS REPARADOR es una vía idónea con el objetivo de obtener que un detenido.
HABEAS CORPUS POR ESCRITO: La forma más común de ejecutar una acción de HABEAS
CORPUS es mediante la utilización de la escritura.
HABEAS CORPUS VERBAL: El procedimiento de HABEAS CORPUS se rige por el principio
jurídico de la oralidad, el que, por virtud de la ley.
HABEAS CORPUS POR OFICIO: En la práctica un tribunal adquiere el conocimiento de un
proceso de HABEAS CORPUS a petición de la parte afectada.
CONCEPCION PROCESAL DEL HABEAS CORPUS, COMO UNA ACCIÓN, V NO COMO
UN RECURSO: La conceptualización procesal del habeas corpus está en vigencia como una
institución garante de la libertad física o corporal de los individuos enp todo Estado de Derecho
HABEAS CORPUS ES UNA INSTITUCION DEL DERECHO PROCESAL
CONSTITUCIONAL: Es preciso resaltar que la naturaleza jurídica de la nueva rama del Derecho
Procesal existe un consenso amplio entre varios autores en reconocer la existencia y validez de esta
nueva disciplina jurídica.
La eficacia del Habeas Corpus depende en todo momento de la actuación de estos funcionarios, es
decir que son ellos los encargados de darle vida al Estado de Derecho. Su actuación debe ceñirse
siempre al principio de autoridad de la Ley. La institución de Habeas Corpus, al ser establecida con
un rango constitucional, cumple así con la finalidad de proteger la libertad corporal. Este rango le da
una total eficacia a la institución, porque los jueces una vez conozcan de una detención ilegal, no
pueden negar la solicitud de libertad utilizando la excusa de que la ley no establece protección a la
libertad corporal. Desde un punto de vista práctico, hay que tener en cuenta que no todas las demandas
de Habeas Corpus que se presentan proceden conforme a Derecho, debido a que en algunas ocasiones
la detención es decretada legal y el sindicado continuo bajo detención corporal hasta tanto se le haga
el juicio correspondiente.
HABEAS DATA
En sus inicios, el derecho de rectificación era entendido como un derecho exigible frente a las
informaciones falsas o erróneas emitidas por los medios. Pero la extraordinaria evolución de los
medios de comunicación audiovisuales y la consolidación de las redes sociales como instrumentos de
expresión y de información han hecho que el derecho de rectificación cobre ya una nueva dimensión.
En la actualidad, también es un derecho vinculado a la protección de datos que circulan en la red, es
el llamado derecho al habeas data o a la autodeterminación informativa.
El Hábeas data fue incorporado al sistema jurídico panameño con la Ley 6 del 22 de enero del 2002
sobre transparencia en la gestión pública. Es importante recalcar que el habeas data es un proceso
constitucional de "objetos múltiples", cuyo objeto es "traer los datos" (así como el habeas corpus
busca "traer el cuerpo"), cuyo objeto principal es disuadir a una cierta protección personal excesiva.
Conocido como el "computador de poder", protege un rango de libertad que sólo concierne a la
condición física de la persona y al entorno familiar
En Panamá se ha dado cabida con la ley de transparencia a dos clases de Hábeas data
EL TRADICIONAL O PROPIO:
Que busca mitigar los efectos perniciosos del poder informático sobre los derechos de las
personas
No tradicional o impropio: Este último tiene que ver con la pretensión de tutelar la libertad de
recabar y transmitir información de quienes pretenden recortar indebidamente el acceso a las
fuentes de información, generalmente el Estado.
La ley tiene facilitar el libre acceso a información pública de toda agencia o dependencia del Estado
y garantizar el derecho que tiene toda persona para solicitar y recibir información veraz y oportuna,
en poder de las autoridades gubernamentales de Panamá.
Toda persona tiene derecho a solicitar información de acceso público que se encuentre en poder de
instituciones o empresas privadas que brinden un servicio público. También puede obtener su
información personal contenida en archivos, registros o expedientes que mantengan las instituciones
del Estado y a solicitar la corrección o eliminación de información que sea incorrecta irrelevante,
incompleta o desfasada. Si la institución o empresa privada que suministren servicios públicos se
agregar, corregir o eliminar dicha información, el usuario puede solicitar al Órgano Judicial, la acción
de Hábeas Data.
BASE LEGAL:
Artículo 44 de la Constitución Política de la República de Panamá.
Mediante la Ley Nº6 de 22 de enero de 2002, por la cual se adoptan las normas pertinentes “para la
transparencia en la gestión pública”, se vino a establecer o incorporar a nuestro ordenamiento
jurídico, la acción de Hábeas Data, con lo cual se ha venido a actualizar y a la vez reforzar, el
sistema de garantías para la protección efectiva de los derechos fundamentales en nuestro país.
En cuanto al Hábeas Data, éste se regula en el Capítulo V, denominado “Acción de Hábeas Data”,
el cual abarca del artículo 17 al 19 inclusive.
PARTICULARIDADES DEL HABEAS DATA:
Una de ellas sería su calidad de garantía constitucional de índole jurisdiccional, lo que significa su
regulación en la máxima norma del país de que se trate, en este caso la Constitución, aunque ello no
impide o implica el que se regule en el ámbito legal, como es el caso de nuestro país. Por otra parte,
el reconocimiento del Hábeas Data va a traer como resultado la existencia de un mecanismo a través
del cual se va a brindar una tutela efectiva al derecho de la intimidad, al quedar legitimada la persona
que se considera afectada en su derecho, para recurrir ante la autoridad o tribunal competente que ha
de restablecer o impedir que dicha lesión continúe o se produzca, cuando de la protección de los datos
personales se trate o el que no se impida el acceso a la fuentes de información pública, cuando el
derecho a la información sea el infringido y que también queda dentro de la esfera de protección por
medio de una de las modalidades del Hábeas Data.
Otra particularidad de la que va a estar revestido el Hábeas Data, es que con su ejercicio se va a tener
derecho a conocer y, a su vez, el poder acceder a los bancos de datos o archivos de datos o las fuentes
de información pública. De acuerdo con esto, toda persona tiene el derecho, en cuanto a la
información o dato personal que le incumbe, a tener conocimiento sobre la existencia de la
información que sobre ella se ha recabado o se lleva a cabo en las dependencias estatales o públicas
y según ciertos ordenamientos, en los bancos de datos de particulares o de empresas particulares, por
tratarse de asuntos que le conciernen a la persona titular de tal información o dato. De igual forma, y,
en segundo lugar, conocida la existencia de estos archivos, registros o bancos de datos, tiene derecho
la persona, al acceso de estos, al objeto de saber e informarse lo que sobre ella se lleva y la finalidad
de tal recopilación.
Por consiguiente, por tratarse de datos o información que incumbe o corresponde a la persona, no se
le puede negar el conocimiento y el consiguiente acceso a ella. Por otra parte, resultan como
características del Hábeas Data propio, el derecho a la supresión, rectificación, confidencialidad y a
la actualización de los datos.
ELEMENTOS FUNDAMENTALES QUE DEBE INCORPORAR LA ACCIÓN
CONSTITUCIONAL
JURISPRUDENCIA ´
La Ley establece los principios, derechos, obligaciones y procedimientos que regulan la protección
de datos personales, considerando su interrelación con la vida privada y demás derechos y libertades
fundamentales de los ciudadanos.
Los principios generales son los que inspiran y rigen la protección de datos personales y que son la
base para su interpretación y aplicación de la norma, también complementan algunos vacíos de la
propia Ley 81:
Principio de lealtad: los datos personales se recaban sin engaño o falsedad y sin utilizar medios
fraudulentos
Principio de finalidad: los datos personales deben recolectarse con fines determinados y no ser
tratados posteriormente para fines distintos para los cuales se solicitaron, no conservarse por más
tiempo del necesario para los fines del tratamiento.
Principio de proporcionalidad: solo se solicitan los datos adecuados, pertinentes y limitados al
mínimo necesario en relación con la finalidad requerida.
Principio de veracidad y exactitud: deben ser exactos y responder con veracidad a la situación
actual del propietario del dato.
Principio de seguridad de los datos: los responsables del tratamiento de los datos personales deben
adoptar las medidas para garantizar la seguridad de los datos e informar al titular, lo más pronto
posible, cuando los datos hayan sido sustraídos sin autorización o haya indicios que su seguridad ha
sido vulnerada.
Principio de transparencia: la información y comunicación debe ser expresada en un lenguaje
claro y sencillo.
Principio de confidencialidad: todas las personas que intervengan en el tratamiento de datos
personales tienen la obligación de guardar secreto o confidencialidad respecto de estos.
Principio de licitud: los datos deben ser recolectados de forma licita, con el consentimiento previo,
informado e inequívoco del titular o por fundamento legal.
Principio de portabilidad: el titular de los datos tiene el derecho a obtener de parte del responsable
una copia de los datos personales en un formato genérico y de uso común.
El ámbito de aplicación de esta Ley se extiende a las bases de datos que se encuentren en el territorio
de la República de Panamá, que almacenen o contengan datos personales de nacionales o extranjeros
o que el responsable del tratamiento esté domiciliado en el país, quedan sujetos a la aplicación de esta
Ley y su reglamentación.
❑ El texto adoptado en 1941 fue modificado en la Constitución Política de 1946, en dos sentidos.
En el párrafo final se reemplazó "Poder Judicial" por "tribunales de justicia", lo que dio coherencia
al artículo en el contexto de la nueva Constitución Política, que abandonó la teoría de los poderes
públicos y adoptó la de los órganos del Estado.
❑ El segundo aspecto que se modifica en 1946 es la ubicación del artículo que corresponde al amparo.
En la Constitución Política de 1941 se ubicaba en el artículo 189, casi al final, en un título denominado
"Instituciones de garantía". En la Constitución Política de 1946 se ubicó en el título III, "Deberes y
derechos individuales y sociales", en el capítulo denominado "Garantías fundamentales", en su
artículo 51. Esta ubicación la mantendrá hasta la actualidad, estando vigente la Constitución Política
de 1972 (artículo 54 según la numeración actual).
❑ El texto que recogió el amparo en la Constitución Política de 1946, además, se modificó levemente
en la Constitución Política de 1972, "ya que los constituyentes consideraron que la frase “la Ley
determinará "insertada en la parte final del primer párrafo del artículo original estaba de más, “porque
la Ley 46 de 1956 ya viene regulando con suficiencia el procedimiento de amparo".
❑ El Código Judicial vigente, que entró a regir en 1987, y cuyo libro IV desarrolla los instrumentos
de garantía, contiene el desarrollo legislativo de la figura del amparo.
❑ Sólo la aprobación del Decreto de Gabinete No. 50, del 20 de febrero de 1990, significó un cambio
importante en el derecho positivo aplicable al amparo. Dicho Decreto de Gabinete desarrollaba la
posibilidad de utilizar el amparo contra decisiones jurisdiccionales. La regulación entonces expedida
dio un marco explícito a esa posibilidad.
❑ La modificación propuesta al artículo 16 del Código Judicial señaló: Esta acción de amparo de
garantías constitucionales puede ejercerse contra toda clase del acto que vulnere o lesione derechos
humanos o garantías constitucionales, que consagren la Constitución Política o los tratados de
derechos humanos ratificados por la República de Panamá, que revistan la forma de mandato de
obligatorio cumplimiento emanados de una autoridad o servidor público.
IMPORTANCIA DEL INSTITUTO DE AMPARO EN PANAMÁ
El Amparo de Garantías Constitucionales queda en manos del ciudadano como un mecanismo apto
para invocar la intervención de la jurisdicción constitucional, lo que da lugar a la revisión del acto o
la omisión del funcionario, produciendo su admisión al cese inmediato de todos sus efectos jurídicos,
sin perjuicio de las responsabilidades que ese abuso le acarrearía al funcionario. De modo que, junto
a otros mecanismos impugnatorios, el Amparo de Garantías Constitucionales forma parte del arsenal
de defensa procesal, puesto a disposición de las partes intervinientes dentro del proceso penal, en
igualdad de condiciones, poniendo en manos del interés particular (querellante, víctima o imputado)
o del interés colectivo (Ministerio Público), una herramienta eficaz de control de las actuaciones de
la autoridad.
CARACTERISTICAS DE LA REGULACIÓN CONSTITUCIONAL DEL AMPARO
Artículo 54. Toda persona contra la cual se expida o se ejecute, por cualquier servidor público, una
orden de hacer o de no hacer que viole los derechos y garantías que esta Constitución consagra, tendrá
derecho a que la orden sea revocada a petición suya o de cualquier persona. El recurso de amparo de
garantías constitucionales a que este artículo se refiere se tramitará mediante procedimiento sumario
y será de competencia de los tribunales judiciales.
❑ Existen diversas limitaciones constitucionales a la utilización del amparo de garantías contra los
fallos de la Corte Suprema de Justicia o de sus salas (artículo 207 de la Constitución). Veamos la
disposición correspondiente: "Artículo 207. No se admitirán recursos de inconstitucionalidad ni de
amparo de garantías constitucionales contra los fallos de la Corte Suprema de Justicia o sus salas".
❑ También hay límites constitucionales a la utilización de la acción de amparo contra las resoluciones
en materia electoral del Tribunal Electoral (artículo 143 de la Constitución): Artículo 143. El Tribunal
Electoral tendrá, además de las que le confiere la ley, las siguientes atribuciones que ejercerá
privativamente, excepto las consignadas en los numerales 5, 7 y 10: 11. Conocer privativamente de
los recursos y acciones que se presenten en contra de las decisiones de los juzgados penales electorales
y de la fiscalía general Electoral.
❑ Las decisiones en materia electoral del Tribunal Electoral únicamente son recurribles ante él
mismo y, una vez cumplidos los trámites de ley, serán definitivas, irrevocables y obligatorias.
❑ Contra estas decisiones sólo podrá ser admitido el recurso de inconstitucionalidad. Las
restricciones constitucionales al amparo son notorias y muy conocidas por la doctrina local. Se
refieren primordialmente a la descripción del acto sometido al contraste de constitucionalidad, como
orden de hacer o no hacer expedida por autoridad, lo que viene a ser el aspecto central de la restricción.
CARACTERÍSTICAS.
1.Es una acción pública o "popular" en el más amplio sentido. No es necesario, como
indiqué, que el demandante haya sido lesionado en sus derechos subjetivos por el acto cuya
inconstitucionalidad demanda. Pues, se considera que el actor en este caso actúa en defensa
del interés público y sobre todo de la supremacía e integridad de la Constitución. De ahí que
en el proceso de inconstitucionalidad no haya técnicamente partes.
2. La acción es imprescriptible. Es decir, la demanda puede ser interpuesta
independientemente de tiempo que tengan de existir la norma o el acto demandados, siempre,
desde luego, que estén vigentes. Es necesario, sin embargo, indicar que, según reciente
jurisprudencia de la Corte Suprema, ésta puede excepcionalmente declarar la
inconstitucionalidad de una norma legal o reglamentaria derogada por otra, si aquélla, por
ser de carácter esencialmente procesal, mantiene eficacia residual o "ultraactividad" jurídica
con respecto a hechos que ocurrieron mientras dicha norma estaba vigente.
3. La sentencia que declara un acto constitucional o inconstitucional es intangible. Con este
calificativo quiero significar que contra dicha sentencia no procede acciones ni recursos de
ninguna clase. Nuestras Constituciones han optado por calificar este carácter de las sentencias
de inconstitucionalidad diciendo que:
"Las decisiones de la Corte Suprema en materia de inconstitucionalidad son finales,
definitivas y obligatorias" Estos términos pretenden atribuir un carácter excepcional a los
fallos de inconstitucionalidad. Pero, lo cierto es que, si bien se mira, las decisiones del más
humilde juez municipal y del más intrascendente corregidor de barrio son igualmente finales,
definitivas y obligatorias, al adquirir firmeza jurídica y hacer tránsito a cosa juzgada material.
Quizás debido a esta realidad, la nueva Constitución colombiana dice: "Los fallos que la
Corte dicte en ejercicio del control jurisdiccional hacen tránsito a cosa juzgada
constitucional". Por esta y otras consideraciones, el ya mencionado anteproyecto de
Constitución del IDEN eliminó estos tres ampulosos e insustanciales términos; y, en su lugar,
formuló un precepto, análogo al colombiano, que dice: "Las sentencias de la Corte
Constitucional hacen tránsito a cosa juzgada constitucional".
4. La Corte Suprema de Justicia no puede declarar de oficio la inconstitucionalidad o
constitucionalidad de ninguna norma o acto jurídicos. Es menester que medie acción
interpuesta por cualquier persona; o consulta oficial elevada por una autoridad, de oficio o a
petición de parte, dentro de un proceso; u objeción de inexequibilidad constitucional
promovida por el Ejecutivo.
5.En Panamá la guarda de la integridad de la Constitución está centralizada, desde 1941,
en la Corte Suprema de Justicia. Esta es, por tanto, el único intérprete auténtico de las normas
constitucionales. En consecuencia, ninguna otra autoridad puede interpretarlas con carácter
válido y vinculante.
6. Continuamente se repite, como una especie de axioma jurídico, que las sentencias sobre
acciones de inconstitucionalidad tienen efectos erga omnes, es decir, efectos de carácter
general. Como quiera que en Panamá los actos individualizados emitidos por 'autoridad
pública, también son susceptibles de demanda de inconstitucionalidad, sólo las sentencias
referentes a normas de carácter general tienen realmente efectos erga omnes.
7. Se invoca, asimismo, como principio invariable, la regla de que las sentencias en materia
constitucional no tienen efecto retroactivo con respecto a las normas que declaran
contrarias a la Constitución. Se dice, en consecuencia, que dichas sentencias sólo tienen
efecto hacia el futuro o ex nunc. No inciden, par tanto, en los efectos que ya surtió la norma
invalidada, ni en los derechos adquiridos a tenor de ella. De ahí que nuestro Código Judicial,
en su artículo 2564, diga: "Las decisiones de la Corte proferidas en materia de
inconstitucionalidad son finales, definitivas y obligatorias y no tienen efecto retroactivo"
LA CONSULTA DE INCONSTITUCIONALIDAD
Al adoptar la Constitución de 1941 la jurisdicción constitucional, introdujo una institución
ajena que había instituido Colombia y al de muchos otros Estados donde existe dicha
jurisdicción. Aludo a lo que en nuestro país corrientemente se llama advertencia de
inconstitucionalidad; que algunos autores designan consulta judicial; y que prefiero
denominar consulta de inconstitucionalidad.
La fórmula adoptada en 1941 ha sido mantenida parcialmente, con apreciables
modificaciones de forma y de fondo. El precepto original decía:
"Todo funcionario encargado de impartir justicia, que al ir a decidir una causa cualquiera
considere que la disposición legal o reglamentaria aplicable es inconstitucional, consultará
antes de decidir a la Corte Suprema de Justicia para que ésta resuelva si la disposición es
constitucional o no".
El proyecto de la Constitución de 1946 y ésta mantuvieron la transcrita fórmula con algunas
modificaciones de redacción. Pero las reformas que le fueron introducidas a dicha Carta en
1956 hicieron à esa fórmula cambios sustanciales, los cuales se han mantenido con algunas
acertadas adiciones insertadas en la Constitución de 1972. Por tanto, en el vigente texto
constitucional (de 1983) el precepto es del siguiente tenor:
"Cuando en un proceso el funcionario público encargado de impartir justicia advirtiere o se
lo advirtiere alguna de las partes que la disposición legal o reglamentaria aplicable al caso es
inconstitucional, someterá la cuestión al conocimiento del pleno de la Corte, salvo que la
disposición haya sido objeto del pronunciamiento por parte de ésta y continuará el curso del
negocio hasta colocarlo en esta de decidir"
Es fácil advertir las diferencias entre la disposición originaria de 1941 y la vigente. A tenor
de aquélla, el funcionario que tramitaba un caso hacia la consulta a la Corte Suprema
únicamente por iniciativa propia. En cambio, según el actual precepto, el funcionario puede
hacer la consulta de oficio, si tiene dudas sobre la constitucionalidad de la norma aplicable;
pero está obligado a hacerla, si una de las partes litigantes le manifiesta que considera
inconstitucional la norma legal o reglamentaria aplicable al caso controvertido.
Es preciso advertir que la institución de la consulta de inconstitucionalidad, hecha por un
funcionario a petición de una parte en un litigio, sólo existe, hasta donde he podido investigar,
en Panamá y en Italia. Debo observar, asimismo, que dicho país la adoptó después que el
nuestro y con modalidades diferentes. Por tanto, no hay relación en cuanto al origen de una
y de otra. En consecuencia, puede afirmarse que la consulta oficial de inconstitucionalidad a
petición de parte es una creación jurídica puramente panameña.
En cuanto a esta institución, es interesante señalar que la fórmula originaria, contenida en
las Constituciones de 1941 y de 1946, se refería a "todo funcionario"; mientras que la vigente
habla de proceso. Pues, como puede observarse, comienza diciendo: "Cuando en un proceso".
Esta expresa mención del término "'proceso" engendra un problema técnico. Como es sabido,
para los neoprocesalistas el proceso sólo adviene cuando un negocio jurídico entra en la
esfera jurisdiccional. De ahí que, según una rígida interpretación del controvertido término,
solo los jueces y magistrados podrían hacer
La referida consulta de inconstitucionalidad_ Sin embargo, b Come Suprema
invariablemente ha acogido consultas, tanto de funcionarta judiciales como administrativos,
si la hacen mientras tramita cualquier caso litigioso, ¿aunque no sea técnicamente un
“proceso”
Por esto, no es exacta la expresión "consulta judicial”, ya que la aludida consulta puede ser
formulada, de oficio o petición de pare, por cualquier funcionario de cualquier órgano del
Estado, si esa tramitando un caso controvertido de cualquier clase.
Resulta obvio que la consulta de inconstitucionalidad debe necesariamente referirse a un acto
de carácter general, sea éste de categoría legal o reglamentaria.
Salvo el aludido requisito, la amplitud de esta creación panameña es tal que, aun dentro de la
propia Corte Suprema, cualquiera de sus Salas puede elevar al Pleno de ella una consulta de
inconstitucionalidad sobre un caso que tramita; y dicha consulta puede ser, como ocurre con
las demás autoridades, por iniciativa propia o por solicitud de una de las partes litigantes.
Las dos disposiciones finales sobre la consulta de inconstitucionalidad insertadas en 1972
son de lo más atinadas. Se trata de la que dispone que el funcionario "continuara el curso del
negocio hasta colocarlo en esta (sic) de decidir"; y la que establece que: "Las partes sólo
podrán formular tales advertencias una sola vez por instancia". Estas disposiciones producto
de experiencias adversas- han tratado de frenar el abuso de abogados que recurrían a
"advertencias" infundadas sólo para detener el proceso; o que, con el mismo fin. hacían
repetidas advertencias dentro de una misma instancia. Con todo, todavía hay litigantes que
utilizan dichas advertencias para retardar un proceso o para complicarlo indebidamente; y
como no se les sanciona, la nociva práctica sigue existiendo.
Se ha discutido si la consulta oficial de inconstitucionalidad es un recurso, Una excepción o
un incidente. Pero, quienes han debatido el tema no se han interesado en distinguir entre la
consulta que hace de vilicio el funcionario que tramita un caso y la que debe formular
apetición de cualquiera de las partes litigantes en dicho caso. sobre el particular estimo que,
si el funcionario hace la consulta propia, sólo está ejerciendo una facultad que le confiere la
Constitución y que ha devenido necesaria, para la mejor administración de justicia, desde que
la propia Carta Magna atribuyó su guarda privativamente a la Corte Suprema de Justicia. De
modo que, en cuanto a esta clase de consulta, resultaría bastante forzado considerarla un
incidente procesal; y sería inadmisible atribuirle carácter de excepción o de recurso.
Con respecto a la naturaleza procesal de la consulta que el funcionario debe hacer a petición
de una de las partes, ya he expuesto detenidamente en anteriores ocasiones por qué no puede
considerársele recurso ni excepción. De modo que, por las razones invocadas en disertaciones
y trabajos previos, considero que la llamada advertencia de inconstitucionalidad presentada
por una de las partes en un proceso, o en cualquier litigio, es un incidente procesal, o
simplemente procedimental, según el caso.
LA ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD ESTÁ REGULADA EN LOS
ARTÍCULOS 2559 A 2562 DEL CÓDIGO JUDICIAL. EL TEXTO DE ESTAS
NORMAS ES EL SIGUIENTE:
Artículo 2559: Cualquier persona, por medio de apoderado legal, puede impugnar ante la
Corte Suprema de Justicia las leyes, decretos, acuerdos, resoluciones y demás actos
provenientes de autoridad que considere inconstitucionales, y pedir la correspondiente
declaración de inconstitucionalidad.
REQUISITOS.
Artículo 2560: Además de los requisitos comunes a toda demanda, la de
inconstitucionalidad debe contener:
1. Transcripción literal de la disposición, norma o acto acusados de inconstitucionales; y
2. Indicación de las disposiciones constitucionales que se estimen infringidas y el concepto
de la infracción.
FINALIDAD
Hay que señalar que la finalidad de la acción y más propiamente del fallo que la decide,
además de preservar el ordenamiento constitucional lleva implícita igualmente defender el
status quo; el orden social.
Y esto es así toda vez que la Constitución refleja y recoge, en términos generales, las
instituciones, los derechos, las garantías, la idiosincrasia y las principales estructuras del
Estado y las regula para beneficio de la colectividad. ¿Con qué fin? Para mantener un orden
social, económico, político, cultural y otros. Claro está, esas realidades recogidas por el
Estatuto Fundamental no son estáticas.
Son realidades y circunstancias en constante evolución, cambiantes, que requieren y exigen
por lo tanto adecuación, actualización, renovación del pacto social denominado
Constitución.
INEXIQUIBILIDAD
En la actualidad y de acuerdo al país del que se trate, diversos son los mecanismos a través de los
cuales se lleva a cabo la importante y necesaria función del control de la constitucionalidad. Dicho,
en otros términos, la defensa de la supremacía constitucional se realiza por medio de distintos
instrumentos previstos explícitamente con esa finalidad. En Panamá, uno de esos mecanismos lo es
la denominada objeción de inexequibilidad, la que está revestida de una serie de particularidades
propias que la diferencian de los otros instrumentos que con igual objetivo se han regulado en nuestra
Constitución, como lo son la consulta de constitucionalidad y la acción de inconstitucionalidad.
INEXEQUIBILIDAD E INCOSTITUCIONALISMO
Una norma legal es inconstitucional cuando contraría la Constitución, cuando existe disconformidad
entre ella y la Constitución; y es inexequible cuando ha sido expulsada del ordenamiento jurídico por
contrariar la Constitución, por no estar conforme con ésta. En otras palabras, la norma es inexequible
cuando sucumbe en el examen de constitucionalidad.
FINALIDAD DE LA OBJECIÓN DE INEXEQUIBILIDAD
Lo que se busca es evitar o impedir que un proyecto de ley, el cual se considera contrario a la
Constitución, se convierta en Ley del Estado. Se ubica, por ende, dentro de lo que en la doctrina se
denomina “el control previo de constitucionalidad” y por el cual se va a verificar previamente, antes
de su perfeccionamiento, la adecuación a la Constitución o la constitucionalidad de los proyectos de
Ley, de los tratados internacionales y demás normas jurídicas que, según el sistema de cada país, deba
ser sometida a este control.
OBJECIÓN DE INEXEQUIBILIDAD EN EL CONSTITUCIONALISMO PANAMEÑO.
La objeción de inexequibilidad, es la figura jurídica mediante la cual se da el control preventivo de
una ley de la república o en cuyo caso sea reformada la constitución antes que esta tenga efectos tiene
la finalidad de evitar que sea aprobado un proyecto que su fondo o su forma es inconstitucional en tal
caso no podrá ser adoptada en nuestro sistema jurídico por violentar nuestra magna. La objeción de
inexequibilidad, a diferencia de la acción y de la consulta de inconstitucionalidad, fue regulada desde
la primera Constitución de nuestra era republicana, es decir, la Carta Política de 1904. Salvo ésta, no
preveía, pues, la citada norma suprema, otro instrumento por el cual proteger su integridad normativa.
En Panamá se han presentado en diez ocasiones la objeción de inexequibilidad y todos los casos han
sido admitidos por la Corte, en la práctica se considera que la objeción de inexequibilidad debe reunir
los mismos requisitos que los de la demanda de inconstitucionalidad.
Particularidades de la objeción de inexequibilidad
Diversas son las particularidades de este mecanismo por medio del cual se ejerce en Panamá, el
control de la constitucionalidad y con él, la tutela del principio de supremacía constitucional. Estas
las podemos resumir así:
CLASES DE NORMAS QUE SON OBJETO DE CONTROL A TRAVÉS DE ESTE MEDIO:
Es en la etapa de su formación cuando se produce la duda sobre su constitucionalidad, pudiendo ser
sometida a verificación con la finalidad de determinar si resulta o no compatible con la norma
suprema del Estado.
En Panamá, además de los proyectos de Ley, son susceptibles de verificación constitucional las
propuestas de reforma constitucional, en su etapa de formación.
Los proyectos de Ley pueden ser objetados tanto por razones de forma, por no ajustarse su
procedimiento de aprobación a lo previsto en la Constitución, como de fondo, al ser su contenido
contrario a los principios, valores y reglas establecidas en la Carta Política, el proyecto de reforma
constitucional sólo lo es por motivos de forma.
Esto es, cuando su aprobación se ha producido con desconocimiento o contrariando el procedimiento
establecido para introducirle reformas a la Constitución. Dicho, en otros términos, la objeción de
inexequibilidad contra actos reformatorios de la Constitución, se da cuando éstos no se ajustan en su
aprobación, a las formalidades previstas en la cláusula de reforma, que en nuestra Carta Política está
regulada en su artículo 308, en el que se prevé el procedimiento a seguir para la modificación
constitucional.
El control de que es objeto una reforma constitucional por razones de forma, es decir, por considerar
que no se ha ajustado a lo establecido por la Constitución, responde al hecho de que tal función, al
estar regulada en la propia Constitución, va a estar condicionada y limitada a lo que en tal norma
suprema se establece para su ejercicio, respondiendo esto, en última instancia, a la concepción del
Estado constitucional, según la cual, en éste, no hay ... poderes ilimitados... todo poder por derivar de
la Constitución y de la ley, por no ser un poder propio sino recibido, implica para su ejercicio válido
el respeto a las normas que lo atribuyen y regulan y, de consiguiente, es controlable, por lo cual sus
actos, sus decisiones, son justificables y susceptibles de invalidación.
CARÁCTER DEL CONTROL QUE SE EJERCE CON LA OBJECIÓN
El control que por medio de ésta se despliega, recae sobre leyes en proceso de formación, va a permitir
evitar o impedir que se expidan leyes que vulneren, infrinjan o desconozcan lo dispuesto en la
Constitución. Se trata, de allí, del ejercicio de un control previo o preventivo el cual, a decir del jurista
argentino, Osvaldo Gozaíni, “funciona anticipándose a la puesta en actividad de una norma...
permitiendo que se revise su constitucionalidad antes de haber finalizado el procedimiento de
aprobación definitiva”. Se evita con ello, en consecuencia, que ingresen al ordenamiento jurídico
leyes infractoras de la Constitución. Se logra, de igual forma, que no se lesione la integridad de tal
norma superior.
Esta particularidad ha sido recogida o sustentada, por demás, por nuestra jurisprudencia, cuando se
ha reconocido que:
“...mediante la objeción de inexequibilidad se ejerce un control previo de la constitucionalidad para
evitar que un proyecto de ley con vicios de inconstitucionalidad, y que posee gran potencial de
convertirse en Ley de la República, entre en vigencia”
LEGITIMACIÓN PARA PROMOVER LA OBJECIÓN DE INEXEQUIBILIDAD
En lo atinente a esta particularidad, no obstante que en el artículo 165 se indica que «cuando el
Ejecutivo objetare un proyecto por inexequible», el artículo 178 establece que ésta es una función que
compete, privativamente, al Presidente de la República.
En efecto, el artículo 178 de la Constitución dispone:
“Son atribuciones que ejerce por sí solo el Presidente de la República: Punto 6. Objetar los proyectos
de Leyes por considerarlos inconvenientes o inexequibles”.
De manera que el único legitimado para promover ante la Corte Suprema de Justicia, una objeción
de inexequibilidad en contra de un proyecto de Ley, lo es el Presidente de la República.
AUTORIDAD COMPETENTE PARA CONOCER DE LA OBJECIÓN Y SU
PROCEDIMIENTO
En nuestro ordenamiento jurídico se ha atribuido esta función el conocimiento de la objeción de
inexequibilidad, a una autoridad jurisdiccional como lo es la Corte Suprema de Justicia y dentro de
ésta, al Pleno de la Corte es al que corresponde resolver dicha controversia constitucional.
El artículo 165 de la Constitución así lo dispone y el 2545 del Código Judicial lo reitera, al establecer:
Artículo 2545. Al Pleno de la Corte Suprema de Justicia le corresponderá privativamente conocer y
decidir de manera definitiva y en una sola instancia:
De la inexequibilidad de los proyectos de ley que el Ejecutivo haya objetado como inconstitucional
por razones de fondo o de forma.
Lo que viene a significar que se ha optado por una vía jurisdiccional para resolver los posibles
conflictos o diferencias que puedan surgir durante la etapa de formación de las leyes o de una
propuesta de reforma constitucional, entre el Órgano Legislativo y el Ejecutivo.
ADVERTENCIA DE INCOSTITUCIONALISMO
A. LA CONSULTA DE INCONSTITUCIONALIDAD EN PANAMÁ
La consulta de inconstitucionalidad, denominada asimismo consulta sobre constitucionalidad y
conocida también como advertencia de inconstitucionalidad, es técnicamente una de las garantías
constitucionales destinadas a asegurar, o a hacer efectivo, el cumplimiento de ciertos derechos
fundamentales. En vista de que la doctrina, la jurisprudencia y las propias constituciones adolecen de
una marcada ambigüedad en cuanto a los conceptos de garantías y de derechos, es necesario, ante
todo, tratar de hacer una distinción entre ellos.
B. DERECHOS Y GARANTÍAS CONSTITUCIONALES
Para poder precisar los conceptos de garantías constitucionales y de derechos constitucionales, es
menester repetir ciertas cuestiones elementales del derecho. Así tenemos que el derecho objetivo
fundamental consiste en normas jurídicas establecidas por la Constitución, que deben ser
forzosamente aplicadas por las autoridades públicas y obligatoriamente cumplidas por éstas y por los
particulares.
Las referidas normas constitucionales automáticamente engendran facultades jurídicas
fundamentales en favor de las correspondientes personas: públicas o privadas; naturales o jurídicas.
Dichas facultades conforman los derechos subjetivos fundamentales de las personas. Por tanto, estos
derechos son una automática proyección o un necesario reflejo de las respectivas normas objetivas
contenidas en la Constitución. Ahora bien, las normas constitucionales objetivas y los derechos
subjetivos que de ellas fluyen requieren otras normas fundamentales destinadas a asegurar la
integridad del ordenamiento constitucional y la eficacia de los correlativos derechos fundamentales.
Estas normas protectoras vienen a ser las garantías constitucionales. Muchas de ellas son de carácter
simple y de aplicación directa, e incluso algunas aparecen insertadas en el propio precepto que tutelan.
En cambio, otras garantías fundamentales son instituciones de naturaleza procesal y han de ser
tramitadas por la vía jurisdiccional. Entre éstas en Panamá existen:
• Habeas corpus
• Acción de inconstitucionalidad,
• Consulta de inconstitucionalidad
• Las simples u ordinarias: generalmente no requieren actuación jurisdiccional; se aplican, por así
decirlo, en forma directa.
• Las jurisdiccionales: son instituciones procesales. Por tanto, su aplicación debe ser promovida por
las personas afectadas en sus derechos fundamentales o simplemente interesadas en preservar la
integridad del ordenamiento constitucional. A su vez, la jurisdicción constitucional puede clasificarse
en subjetiva y objetiva.
Las dos garantías jurisdiccionales de carácter subjetivo establecidas por la Constitución de Panamá
son el habeas corpus y el amparo de derechos constitucionales. La acción de amparo sólo puede ser
interpuesta, mediante apoderado judicial, por la persona contra la cual cualquier autoridad pública
haya expedido o ejecutado una orden de hacer o de no hacer, violatoria de derechos constitucionales.
En cambio, la acción de habeas corpus puede ser presentada, sin necesidad de apoderado judicial, por
el individuo arbitrariamente detenido o por cualquier otra persona.
La jurisdicción constitucional objetiva tiene como finalidad esencial la defensa de la primacía del
ordenamiento fundamental del Estado; y, en consecuencia, de la jerarquía y armonía jurídicas que en
él deben imperar.
Las instituciones que en Panamá configuran la jurisdicción constitucional objetiva son la acción de
inconstitucionalidad, la consulta de inconstitucionalidad y la objeción de inexequibilidad
constitucional
D. GÉNESIS DE LA JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL PANAMEÑA
La Constitución de 1904 fue la primera que tuvo Panamá después de su secesión de Colombia; y
siguió el modelo de la Constitución colombiana de 1886, la cual no había instituido aún la acción de
inconstitucionalidad. Esto explica que la referida acción no apareciera en la primera ley fundamental
panameña; y explica, asimismo, que en ella figurara la objeción de inexequibilidad constitucional de
los proyectos de leyes.
• Naturaleza de la objeción de inexequibilidad
Hay quienes alegan que la objeción de inexequibilidad constitucional de las leyes no es más que un
control previo de éstas y que, por tanto, debe usarse esta última expresión y no aquella. La expresión
control previo”, en contra de lo que algunos pretenden, no es más técnica y exacta que la de objeción
de inexequibilidad constitucional. En todo caso, ésta podrá ser una forma de control” previo o, mejor
dicho, de defensa previa de la Constitución. Por otro lado, la objeción de inexequibilidad es un
mecanismo procesal específico que solo debe ser ejercido por el ejecutivo cuando conceptúa que un
proyecto de ley, que le ha sido enviado para su sanción, es contrario al ordenamiento constitucional.
Algunos juristas panameños han emitido diferentes opiniones en torno a la naturaleza procesal de la
objeción de inexequibilidad. El profesor Jorge Fábrega afirma que dicha objeción no tiene carácter
jurisdiccional porque con ella no se resuelve una pretensión procesal. En consecuencia, considera que
la decisión emitida por la Corte Suprema sobre la exequibilidad o inexequibilidad constitucional de
un proyecto de ley, solo es un dictamen, aunque vinculante. Por su parte, el magistrado Arturo Hoyos,
sostuvo que la objeción de inexequibilidad constitucional es una acción. En cuanto a la tesis de que
la objeción de inexequibilidad es una acción, sucede que, según los procesalistas, la acción es el
derecho a demandar, vale decir, a hacer valer una pretensión. Este requisito impedirá que se atribuyera
carácter de acción a la objeción de inexequibilidad, porque el ejecutivo, según la Constitución, está
obligado a someter dicha objeción a la Corte Suprema.
Cuando el Ejecutivo objetare un proyecto de Ley por inexequibilidad y la Asamblea Legislativa, por
la mayoría expresada, insistiere en su adopción, aquél lo pasar a la Corte Suprema de Justicia para
que decida sobre su inconstitucionalidad”. Por su parte, el Código Judicial, al complementar el
transcrito precepto constitucional, establece que cuando el órgano Ejecutivo objete un proyecto de
Ley por considerarlo constitucionalmente inexequible dispondrá de un término de seis días hábiles
para enviar el proyecto con las respectivas objeciones a la Corte Suprema de Justicia, la cual decidir
definitivamente sobre la exequibilidad del mismo.
“Obsérvese que, tanto la Constitución como la ley, emplean un lenguaje imperativo para subrayar la
obligación, por parte del ejecutivo, de remitir a la Corte Suprema el proyecto de ley que ha objetado
y las objeciones por él presentadas ante el Parlamento. La ley incluso señala un término concluyente
dentro del cual el Ejecutivo debe enviar el proyecto con las respectivas objeciones a la Corte Suprema
de Justicia. “
E. ESTABLECIMIENTO PLENO DE LA JURISDICCIÓN CONSTITUCIONAL EN
PANAMÁ
La Constitución de 1941, la segunda de la República de Panamá fue la que estableció la guarda
jurisdiccional, centralizada y plena, del ordenamiento constitucional de este país. Dicho título
contenía, asimismo el llamado amparo de las garantas constitucionales y la jurisdicción contencioso-
administrativa.