Grupo de Convergencia: Transferencia en las psicosis
Grupo de trabajo: La transferencia en las psicosis. Integrantes - Clarisa Canda (EFBA)-
Graciela Corrao (EFBA)- Helga Fernández (EFA)- Diego Lozano (EFBA)- Mara
Musolino (MAYEUTICA)- Fernanda Restivo (EFBA) - Silvana Tagliaferro (EFLA)-
Adriana Zanón (EPFRos).
Primera presentación del grupo: Mayéutica, Institución psicoanalítica. 20 de Mayo 2017
Volver al futuro o leer a Daniel Paul Schreber
“Mi lámpara esta por apagarse,
por más que quiera reanimar
su luz moribunda, no podrá
durar tanto tiempo como mi desvelo”
Manfred, de Lord Byron1.
Hay un desvelo. “Las Memorias de un Neurópata” son el testimonio. Testimonian el
des-velo. El intento de componer una ficción perdida. Un argumento que dé derecho, la
defensa ante un tribunal de una ficción perdida.
Lacan en la clase X del Seminario “La lógica del fantasma” plantea una distinción,
“un pensamiento de repetición es de otro dominio que el de la Memoria.” La memoria
1
En el capítulo 2 de las Memorias, encontramos la referencia que nos da D.P Schreber al concepto de
asesinato del alma. Para ubicar dicho concepto nos abre tres referencias donde se plantea la posibilidad de
“tornarnos amos del alma del prójimo”. “Pienso en el Fausto de Goethe, en el Manfred de Byron y en El
Cazador furtivo de Weber”.
evoca la huella, el rastro, un real, pero ella tiene la no- repetición. No hay borradura de la
huella.
La repetición evoca la infancia. ¿En el lugar de la ausencia del recuerdo de infancia,
en el lugar de la no –infancia, las Memorias?
Del “Caso Schreber” no olvidemos que Freud sólo conoció este texto, y es este
texto el que trae consigo todo lo revelador que ha podido extraer. Freud se deja guiar por un
texto. Lee, y la soltura que se permite es decisiva, es la de introducir en él al sujeto en tanto
tal.
Vamos a la lectura del texto de Daniel Paul Schreber, en “Memorias de
Neurópata”, Capitulo 2.
¿Una crisis en los reinos de Dios? Almicidio
“En esta “construcción prodigiosa” se produjo reciente una falla que presenta una
relación muy estrecha con mi destino personal. Es imposible, incluso para mí, exponer sus
eslabonamientos más profundos de manera totalmente comprensible para el espíritu
humano. Hay hechos oscuros que sólo me es dado revelar en parte debido a lo que viví
personalmente, y hay otros sobre los cuales sólo puedo hablar de presentimientos y de
conjeturas.”
Hay una falla, un eslabonamiento, una construcción con falla en el eslabonamiento.
Hay también hechos oscuros y revelaciones, también conjeturas.
Leer a Daniel Paul Schreber es sostener la transferencia en las psicosis,
transferencia del analista a las psicosis. Donde el analista habitado por un enigma toma esa
ruptura, desgarro, fragmento para novelar lo que ha quedado forcluído. Es el analista el
que novela. Allí donde la palabra ha sido devastada o perdida. “Busquen la coyuntura
dramática y sigan la situación en sentido novelesco”, alentaba Lacan.
Vamos a Daniel Paul Schreber, ¿algo se descompone con el ascenso? Él había
soportado un ascenso y el descenso de la no descendencia. El Ascenso, la designación de
Presidente de Sala del Tribunal Supremo Provincial de Dresde lo lleva a una recaída, un
agotamiento que se lee en su testimonio. (Capitulo 4- Memorias)
“La carga de trabajo con la que me encontré era extraordinariamente grande. A ello
se sumó el afán, que de mi parte estaba inspirado por la ambición, pero que también era en
sí mismo conveniente para los intereses de la función de conquistar el prestigio ante mis
colegas (que superaban su edad)”.
“A las pocas semanas quedé espiritualmente agotado.” Sufre una mudanza”, el
cambio de domicilio, ”el hecho de ser desconocidos hacía que no hubiera casi ocasión para
distracciones sociales”. Como lo deduce de cierta velada donde luego pudo dormir y
sortear algo del insomnio. Algo de su cotidianidad con el nombramiento se desmorona.
A falta del No, ¿ahí en la no infancia?
Agradezco a Helga Fernández que nos aproximara al grupo este texto, Pablo
Farrés- Literatura argentina.
“Descubrir la posibilidad del no, simplemente de no, no hacerlo, no decirlo, no
pensarlo, no vivirlo, es la lucha contra la naturaleza. Nuestro aprendizaje no ha sido otro
que el de la ficción.”
Farrés me permite acercar a Schreber, a su escritura: “La ficción conlleva un
trabajo constante, un esfuerzo desmesurado en sostener aquello que se da en el espacio
evanescente del simulacro.
No se trata de engaño alguno sino del esfuerzo de persistir, como si ser lo que nos
era dado ser hubiera sido un trabajo más ligado a la destrucción que a la construcción.”
Los niños perros: “Cuando se escucha a alguno de nosotros ladrar, lo que se
escuchaba era un efecto tardío. Cuando se escuchaban los aullidos de los perros niños
nadie podía omitir que esos aullidos eran palabras, pero dichas desde la impotencia
alcanzada. Es fácil hacer como si aulláramos, lo difícil es aullar desde la impotencia de
hablar.
No es fácil dejar de hablar, no es fácil no hablar cuando se puede hablar, ni
tampoco andar en cuatro patas cuando se puede alcanzar alguna verticalidad.”
“Los hombre hablan y los perros ladran, pero los dos están absolutamente
determinados a hacerlo como cualquier otro animal está determinado y por lo tanto
humillado por la naturaleza. Nuestra lucha era una batalla contra la naturaleza entera, y
solo nosotros podíamos saber que es la libertad. Los perros ladran los hombres hablan.”
Aunque a veces los hombres ladran, incluso aúllan.
Los perros ladran los hombre hablan.
Segunda presentación del grupo: Escuela Freud-Lacan de La Plata. Abril 2018
El cuerpo de lo simbólico: singularidades de anatomía
1- Lo incorporal
No hay acceso a lo simbólico de forma común. El cuerpo de lo simbólico antecede
lógicamente al cuerpo en sentido ingenuo, al decir de lacan, en Radiofonía y televisión. Es
el primer cuerpo el que hace que el segundo se incorpore. Es el cuerpo de lo simbólico el
que aísla el cuerpo en sentido ingenuo, dando cuenta no sólo que no es metáfora sino que
es el lenguaje el que discierne cuerpo y soma. No todo es carne. El lenguaje aísla de lo
natural.
Es en el punto de aspiración de lo simbólico al cuerpo2 donde Lacan ubica una función,
sirviéndose de los Estoicos: Incorporal. Función incorporal.
Daniel Paola, en su libro “Lo incorpóreo” plantea que dicha función propone un lugar
que genera la abstracción producida por el signo en función del lenguaje. El lenguaje aísla,
dijimos, produce un espacio mental. Mentalidades. Y esto es posible desde la más primitiva
función del signo respecto del lenguaje.
El cuerpo, por el contrario, tiene que ser incorporado para existir. Primero tiene que
quedar restado de lo simbólico como elemento para luego ser incorporado. Esto propone la
Identificación a lo Real del Otro Real. También llamada canibalística, la que se produce por
amor al padre. Cuando el cuerpo se ha incorporado todo cuerpo es ya cuerpo muerto.
“Corpse queda, es lo que resta, el cuerpo que habitaba la palabra, que el lenguaje
cadaveriza, (corpsifica).”
La función incorporal, nos permite pensar una clínica donde la deficiencia simbólica en
la incorporación, no determina la ausencia de un espacio mental de abstracción. Es posible
un espacio incorpóreo donde operar.
En ese lugar que la función incorporal arma es posible que la transferencia como
artificio, artificio de lenguaje, opere. En ese espacio de abstracción es posible labore un
análisis.
2- La máquina del tiempo
Lacan nos propone para el sujeto analítico la temporalidad del Futuro anterior. Lo que
se realiza en mi historia no es el pasado definido de lo que fue, puesto que no es más, ni
incluso el pasado perfecto de lo que he sido en lo que soy, sino el futuro anterior de lo que
“habré sido” para lo que estoy llegando a ser.
Esto abre el espacio - tiempo a una acción venidera. Es posible pensar y Steven
Spielberg se divirtió bastante con la idea de un Volver al Futuro, donde el viajero podría
2
Radiofonía, Pregunta 2.-
regresar a su historia anterior e intervenir en los hechos, en algo que permita lanzarse hacia
adelante de un modo posible. Los hechos en tanto dichos pasan a estar en una acción
venidera. Desde H. G Wells padre de la ciencia ficción con su Viajero a través del tiempo
hasta el físico Stephen Hawking, con los agujeros de gusanos, han dado cuenta de su
existencia. Es posible deformar el espacio- tiempo de modo que se abra un atajo entre A y
B. Una manera de hacerlo sería creando un agujero de gusano: un fino tubo de espacio-
tiempo que puede conectar dos regiones casi planas muy distintas entre sí. La física
cuántica ha podido demostrarlo en 1935, Einstein y Nathan Rosen, a través de la relatividad
con lo que llamaron, puentes. Los puentes de Einstein- Rosen, donde la deformación
espacio-tiempo permite viajar en el tiempo a través de una región espacio- tiempo con
curvatura negativa.
Cuando Lacan propone que la verdad tiene estructura de ficción, es de alguna manera
porque pasa por el lenguaje y el lenguaje es ficcional. Se trata de una ficción
imaginariamente real, quizás lo más real.
3- Cuando el significante “ser padre” no conjuga
En el Seminario 3 “Las Psicosis”, Lacan da cuenta del significante “ser padre” a través
de un verbo Seguir, y lo plantea en un tiempo futuro
“Tú eres el que me seguirás”, segunda persona
“Tú eres el que me seguirá”, tercera persona
Con la diferencia que enfatiza entre el mandato, la delegación, el llamado que se
escucha en el “tú eres el que me seguirás”. A lo cual alguien podría oponerle: “te seguiré,
si quiero” es una elección donde es posible la inversión que plantea la segunda persona y el
carácter obligado “tú eres el que me seguirá”, de la tercera persona que plantea una
constatación penosa: “me seguirá” en la tercera persona es la ausencia de persona. “Me
seguirá” linda con lo persecutorio.
La función ser padre no es pensable en la experiencia humana sin la categoría del
significante. Que quiere decir ser padre? Ni la sumatoria de hechos en el sentido de
procrear pueden dar cuenta que es ser padre. Un efecto retroactivo es necesario para que
copular alcance el estatuto de significante primordial y consista. Es el significante ser padre
el que hace de carretera principal incluso hacia las relaciones sexuales con una mujer. Es
interesante la lectura que Lacan nos aproxima del presidente Schreber ante la carencia de
ese significante. Dice: “es por la carencia de ese significante…Por eso tuvo que cometer
un error, que enredarse, hasta pensar llevar él mismo su peso como mujer”.
Me interesa lo siguiente: tuvo que cometer un error. Enredarse, en el momento del
Ascenso, de la Designación. Ya había soportado la No descendencia. Es en el ascenso y en
el desplazamiento de su trama que ese enredo y el peso del verbo seguir retorna de modo
delirante: me persigue.
Conjugar el verbo seguir implica concebir la introducción del significante padre,
que da entrada a una ordenación en el linaje, la serie de generaciones. Plantea la filiación al
falo, la sucesión, en el sentido de orden matemático que difiere de lo natural.
¿Y si fuera posible intervenir en ese error? ¿Operar anulando la conjugación del “ser
padre”?
4- Anatomías
Préstenme atención y por un momento dejen que les cuente, una historia que podrá
parecerles de ciencia ficción. Me encontraba en un sitio no importa tanto, en un momento
que ya no recuerdo, el Viajero a través del tiempo (convendrá llamarlo así al hablar de él)
se presentó agitado, enfurecido, gritando que iba a matar a los padres! Burlado y
acorralado en su agitación derrama un veneno que llevaba a destriparlos. Se trataba de su
tripa: un frenillo en el pene que lo venia martirizando, inhabilitando su acceso al órgano. El
dolor de la masturbación había sido relevado por una cobertura religiosa que lo apartaba de
todo contacto con lo sexual. Su tensión sexual seguía traccionando y la calentura en forma
de agresión lo había dejado excluido del templo donde el sexo lo arrojaba a un odio a la
raza humana.
La ciencia logra entrar a modo de ficción a través de la fabricación de un recuerdo que
hecha sombra en esa tierra baldía. Hubieron juegos con el padre donde lo inmovilizaba
agarrándole el pene. Un corte en lo real, un corte en la anatomía procurado por una cirugía
opera en el lugar donde logra librar el pene de la garra del padre. El acceso al partenaire se
torna posible, por un tiempo.
Varias escenas se transcurren, y empieza a surgir un terror a la reproducción. Pasa a
estar pendiente del ciclo menstrual, aterrado por el control y cuidado. Cada coito retorna de
modo persecutorio, el encierro, y la inminente sensación de que lo van a liquidar propone la
suspensión de la copula. Y nuevamente se hunde en un celibato.
Una singularidad asoma, me propone que la solución que haya es una vasectomía, una
microcirugía, que lo que acompañe en el derecho al no. A introducir esa partícula que
quedo precluída del Nombre del Padre, el No, un No a Encarnar el significante Padre o
peor… No puede infectar el órgano de Padre. La única ciencia verdadera, dice Lacan, es la
ciencia ficción3.
Nuevamente la ciencia viene a ofrecer la posibilidad de introducir en lo real un límite.
“Vivir una limitación”. Algo que haga de límite a la infección del Ser Padre en la carne.
Que no encarne el Padre.
No plantea cortarse el pene, es la inclusión de un no a conjugar el significante “ser
padre”. “Una reparación”, como él la llama. El Viajero tiene que volver, para que haya
futuro. Regresar como en un cuadro de De Chirico a ese tiempo anterior intervenir
incluyendo un No que dé lugar a un porvenir. Un corte que propone una extracción,
extirpar el hijo, para esterilizar la relación al padre.
Para concluir, otra vez, agradezco a Pablo Farrés- Literatura argentina “Descubrir la
posibilidad del no, simplemente de no, no hacerlo, no decirlo, no pensarlo, no vivirlo, es la
lucha contra la naturaleza…
3
Entrevista publicada por la revista Panorama (Roma) en su número del 21 de diciembre de 1974
La ficción conlleva un trabajo constante, un esfuerzo desmesurado en sostener
aquello que se da en el espacio evanescente del simulacro. No se trata de engaño alguno
sino del esfuerzo de persistir, como si ser lo que nos era dado ser hubiera sido un trabajo
más ligado a la destrucción que a la construcción”.
Referencias:
Stephen Hawking, Brevísima historia del tiempo. Ed Critica
J. Lacan, Seminario 3 “Las psicosis”, Ed Paidós
J. Lacan, Seminario 23 “ El Sinthome”, trad. Efba
Daniel Paola, Lo incorpóreo. Ed Homo Sapiens
Herbert Wells, La máquina del tiempo, Ed Centauro
Tercera presentación del grupo: Congreso de Convergencia. Tucumán Noviembre 2018
De no existir un punto hace falta inventarlo
El cuerpo se nos presenta al mismo tiempo como algo que nos es extraño y a la vez
que hace círculo, nos cierra, lo podemos contar. Toma apoyo en esa antigua noción de lo
inconsciente: lo Unnerkante, ese punto umbilical donde se pierde el sentido. Ese lugar
donde el cuerpo se enraíza. Podríamos ubicar ahí un punto rígido donde la raíz nos impide
cambiar de imaginario. Una f(x) del falo donde es posible otra variable de la significación
pero no otro imaginario. Es posible el pasaje a otro sentido, otra versión sin por esto
liberarse del imaginario.
Yayoi Kusama4, la artista Japonesa de los infinitos puntos, inunda los lienzos,
esculturas, instalaciones y hasta su propia ropa con puntos, lunares y manchas. Su arte
performativa evoluciona una y otra vez “el punto” y su función. Expresión de su obra e
invención de una superficie. Puntúa el mundo. Un punto que se le infinitiza. Al decir de la
artista: “Un punto es sólido. Mi vida?… un punto”.
En el Seminario El Sinthome Lacan se detiene en una escena de James Joyce, “la
escena de la golpiza por parte de sus camaradas” que aparece como una confidencia y a la
vez un testimonio de la relación con su cuerpo. Luego de recibir una paliza, Joyce no lo
reprocha. Lo que más le interesa a Lacan es que hay un efecto de evacuación del asunto. Al
decir de Lacan, se le escabulle el imaginario. Joyce dice que es como si se le desprendiera
el imaginario como una cáscara. “Con la misma facilidad con la que se desprende la suave
piel de un fruto maduro.5”
Ese “dejar caer” en Joyce, la falta de afecto, propone sin embargo, una reacción, un
asco, como si intentara esbozar en algún sitio el rechazo que está ausente. Como si tuviera
que construir un punto rígido. En el cruce de lo real-simbólico donde ubicamos la cruz,
como un modo de aludir al síntoma, tal vez; en ese cruce Joyce tiene que construir una
pesada cruz. Recurre al armado de un artefacto. El ego de escritura lo construye ahí donde
falta el cruce de lo real por encima de lo simbólico. Construye en su escritura una
profundidad, una oscuridad que no tiene. Hace falta que lo real pase dos veces por encima
de lo simbólico dando cuenta del no todo del cuerpo simbólico y dos veces por debajo de lo
imaginario, donde el imaginario se enraíza. Duplicidad del imaginario como corte y sostén
que pone en juego la flexibilidad y adhesividad en la que consiste.
Debilidad mental, es como Lacan alude a un efecto de detención, stop, traba para
lo mental. Esa debilidad está enraizada al cuerpo mismo. La inhibición como detención, la
angustia como evidencia, de lo que del interior del cuerpo existe o el síntoma como aquello
que soporta lo que no funciona darán lugar a creer tener un cuerpo. Un cuerpo que existe
en tanto consiste como efecto de discurso.
4
Yayoi Kusama, Obsesión infinita, Publicación Malba, Bs As.
5
Lacan, Seminario El Sinthome, clase del 11 de Mayo de 1976. Circulación de Escuela Freudiana de Bs As.
El encuentro con un libro6 El punto idiota de Pablo Farrés, me permite dar cuenta a
través de esta ficción como de no existir ese punto débil hace falta inventarlo. Se trata de
Maurau quien encuentra demasiado rápido la fuente de la escritura, la aceleración infinita
de la maquina literaria pone en riesgo su descomposición. Sentado junto a la mesa, con los
ojos fijos en el cuadro de un ciervo que colgaba en la pared del rancho, iba encontrando un
estilo que seco y duro se concentraba en oraciones cortas. Sabía de tramas y finales
abruptos, pero esa voz con la que ir armando el relato que todavía no se animaba a escribir,
se hacía cada vez más rápida. La aceleración de las palabras, la indefinición, la
indeterminación lo volvía imperceptible a sí mismo. La invisibilidad puede hacer creer que
escondía algún secreto, nada de eso. Ojalá Maurau hubiera podido guardar, crear una
profundidad que lo haga invisible a los ojos del mundo, un agujero privado, un recoveco.
Nada de eso, ningún pliegue, núcleo o carozo, ningún cuarto vacío en el fondo de su
existencia, ninguna intimidad, palabra o murmullo interno. La concentración en el cuadro
del ciervo fue la promesa de sobrevivir como margen de la máquina literaria, tener un punto
y sobrevivir al menos como espectador de la fuga del mundo. No tanto el cuadro sino los
ojos del ciervo, no la pared sino una mancha de humedad, no la cortina sino los lunares de
las cortinas, no el vaso sino el pico mordido del vaso. El chico tenía su punto. Su estrategia
fue sostener la impotencia hasta el punto que nadie pudo distinguir el trabajo de hacerse
incapaz y la determinación de ser un absoluto incapacitado. No es fácil conquistar la
impotencia. El silencio hay que trabajarlo y producirlo. Ganarse la afasia. Alcanzar la
concentración, reconquistar el punto, hacer del punto un sobrepunto hasta que se transforme
en un agujero. No hay que hacer nada, no responder, no decir ni sí ni no, sostener la
renuncia, alcanzar la pura impotencia, y que todo el cuarto, la cama, las sábanas, las mesitas
de luz, papá, la pija, el asco, nosotros, todo se vaya por el agujero que cavamos en nuestro
punto.
Todos buscamos tener nuestro punto y su aniquilación al decir de Farrés se torna
abismo. El cuadrito del ciervo para Maurau fue su punto idiota y el riesgo de que
desaparezca ese punto su disolución.
6
Agradezco a Helga Fernández que fue quien me acercara al libro y a la obra de Farrés.
Cuarta presentación del grupo: Escuela de Psicoanálisis Sigmund Freud de Rosario. Abril
2019
Resonadores nocturnos
“La cuestión del saber del psicoanalista no es para nada que eso articule o no, la
cuestión consiste en saber en qué lugar hay que estar para sostenerlo.7”
Atrapada en una voz que ultraja: - Puta! Torta! que acecha poniéndola en alerta, ella
llega. En las tinieblas infernales de un andar coartado, vallado por rituales y signos. La
inminencia de un movimiento en lo que hasta ahí otorgaba una aparente estabilidad se ve
amenazada.
Surge una señal en el exterior, destinada a prevenir, aunque sea en forma de
alucinación. Alerta animal de un trozo sonoro que retorna acechando. “Orejas: ¿dónde está
vuestro prepucio? Orejas: ¿dónde están vuestros párpados? Orejas: ¿dónde están las
puertas, las persianas, la membrana o el techo?”8
No tenemos ninguna razón a negarnos a reconocer esas voces en el momento en que
el sujeto nos da fe de ellas como algo que forma parte del texto mismo de su vivencia.
-“No puedo salir a la calle, me van a matar”
La adquisición de la lengua materna, se forja en el seno de una vasija sonora. Es
preciso contar con una cavidad vacía donde el tic-tac del significante funcione como latir de
la pulsión. Freud refiere a la superficie corpórea del Yo como un tabique para que no
tengamos que estar escuchando permanentemente esa articulación que organiza nuestras
acciones habladas.
7
J.Lacan. “El saber del psicoanalista” Clase del 4 de noviembre de 1971
8
Pascal Quignar, El odio a la música. Ed El cuenco del plata
Puesto que no hay nada en el sonido que remita a una imagen es preciso el armado
de un espejo sonoro donde el emisor se contemple. Oído tendido hacia la gruta, ¿caverna
de lalengua? Estoy de acuerdo con Pascal Quignard cuando plantea que las primeras
grutas paleolíticas no son santuarios de imágenes. Son instrumentos de música cuyas
paredes, agregaría, visten imágenes. Resonadores nocturnos.
La transferencia en las psicosis intentará cual cámara de Eco hacer de muro a falta
de a(muro)9 para un sonido sentido. Es el analista el que injerta este artefacto. Que esa
ruptura en el texto, esas escenas desgarradas, fragmentadas, disgregadas en una gramática
sin pulsión10encuentren un engarce.
Sus rituales llamados por ella “la coreografía” o “las 101 reglas” la dejaban
intentando limitar el efecto de contagio de la palabra sida. Si ella escuchaba esta palabra- o
una mínima aparición, en una conversación donde alguien dijera Convencida la contagiaba.
El ritual la llevaba a tener que bañarse, lavar la ropa, clasificarla en ropa loca, ropa de
primer grado, de segundo grado, ropa neutra, ropa en período de recuperación, donde
llegaba a tirarla como último recurso de deshacer la infección. No fue sino hasta que un día
ayudando a mi hija a repasar una clase de geografía que hablaba de los suelos renovables y
no renovables. Aquellos que sufrían la contaminación de pesticidas, herbicidas, plaguicidas
se tornaban suelos infértiles, terrenos muertos. Fue ahí que la palabra Sida que sostenía su
anterior delirio de contagio, cual delirio de contacto encontró para mí otra sonoridad. El
anuncio -“Me van a matar”, encuentra en transferencia una transformación escritural en
una letra que va de la palabra Sida al sufijo Cida como alusión aniquilante. Una “s” por
una “c” modificó mi escucha.
Lo que reaparece en lo real de forma esporádica o de un modo mucho más amplio,
tanto la alucinación como el tapiz que organiza el delirio, nos permite dar cuenta de lo
rehusado en lo simbólico. ¡Busquen la coyuntura dramática y sigan las situaciones en
sentido novelesco! alentaba Lacan.
9
J. Lacan, Seminario “El saber del Psicoanalista” clase del 6 de Enero de 1972. “El amor, el amor, que eso
comunique, que fluya, que irrumpa, que sea el amor, o qué! El amor, el bien que quiere la madre para su
hijo, el “a(muro)” alcanza con poner entre paréntesis el a para reencontrar lo que palpamos a diario, es que
aún en entre la madre y el hijo, la relación que la madre tiene con la castración, eso tiene mucho que ver!”
10
Término acuñado por Fernanda Restivo, Seminario dictado en EFBA.
El fenómeno alucinatorio tiene su fuente en la historia simbólica de un sujeto.
¿Habría historia que no fuera simbólica? ¿Qué entendemos por lo rehusado en lo
simbólico? Lacan manteniendo una lógica que es posible seguir desde el Tercer Seminario
“Las Psicosis” hasta dos décadas después en su enseñanza, sostiene a modo de báscula:
“En el origen hay pues Bejahung, a saber, afirmación de lo que es, o Verwerfung”
cual “Debilidad mental o locura”. Sin dejar de sostener esta partición de aguas, sin
embargo, encontramos que plantea que “en el seno de la Bejahung ocurren toda clase de
accidentes. (plural) Nada indica que la primitiva sustracción haya sido realizada de
manera adecuada… con lo que queda el sujeto se forja un mundo”11
El cambio de una letra la “s” por la “c”, me orientó a preguntarle por la relación con
su gemela. ¿Si algo se estaba moviendo ahí?
-“Mi hermana ya no quiere vivir conmigo, podría irse”. Ese funcionamiento hasta
acá unicelular podría fragmentarse acarreando una descomposición de esa superficie
homeostática que la hospedaba.
“Ellas son una” pero el plural irrumpe señalando que son dos. Abolido el dos ellas
son una. -“No esperaban dos”. Alma gemelar, pegadas, fusión que no las deja exentas del
peligro. -“Las dos y un tubo de oxígeno”. Esa armazón de idénticas, da identidad pero
propone, sin embargo, en la anulación del dos, la eliminación de alguna.
-“Ella podría irse” la pone en un alerta fraticida sin poder cursar el odio de que la
deje, que por otro lado daría cuenta del amor por esta hermana. Al no tener acceso
simbólico al odioamoramiento12, eso rechazado en la simbolización, la falta del don de
amor retorna erotizado en la voz alucinada: “Sos torta” o en un sentido acuciante: “Me van
a matar, me persiguen”
Partimos de un enunciado: Yo lo amo, y tú me amas.
11
J. Lacan, Seminario “Las Psicosis”, clase del 11 de Enero de 1956. ED Paidos.
12
J. Lacan, Seminario “Aún”, clase 20 de Marzo de 1973. Lacan utiliza el neologismo “hainamoration”, donde
plantea “no hay amor sin odio”
Hay tres modos de negar esto dice Freud. Y nos ofrece un problema lógico- formal
implicado en una deducción. Una deducción gramatical13 de una proposición para
presentar el empalme con el otro en la psicosis. Una frase con tres elementos: Yo te amo
encuentra formas de negarse, que dan cuenta de por qué el psicótico es tan buen gramático
y tan mal filólogo14.
En el Delirio persecutorio, intento infructuoso de negar al verbo. “No le amo, le
odio” no alcanza a poder negarse y se transforma proveniente del exterior “el me odia (me
persigue)”.
“No le amo; le odio, me persigue”.
La negación puesta en juego es infructuosa, es necesario distinguirla de una
Verneinung de algún modo primitiva, como mecanismo que junto con la Bejahung dan
inicio a la simbolización.
Tanto en el Yo lo amo como tú me amas el drama es con el él. Sin ese él no podría
haber un yo (je). Cuando falta la palabra… nos topamos con una inexistencia de la
ubicuidad de la tercera persona.
¿Acaso las alucinaciones y el delirio como retorno en lo real, no serían, al decir
de Lacan, los carteles con palabras escritas a orillas de un camino, a la espera de una
lectura que haga de lo fraticida que amenaza “un separadas juntas” que vehiculice el lazo
fraterno cuando el amor estuvo muerto?
Silvana Tagliaferro
13
J. Lacan, De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis. 1958. Escritos 2. Ed Siglo XXI
14
J. Lacan, Seminario Las Psicosis, clase del 30 de Noviembre de 1955.