Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Facultad de Ciencias de la Salud.
Escuela de Medicina.
Emergencias Medicas
Sustentante:
Katherine Leandra Díaz Pinales 100336604
Facilitador:
Rafael Antonio Guillen Marmolejos
Sección:
23
Tema:
Crisis hipertensivas, urgencias y emergencias.
Introducción
La HTA alcanza una prevalencia comprendida entre un 20 y
un 50% de la población adulta, afecta a más de 50 millones de
personas en Estados Unidos, mil millones de sujetos en todo
el mundo, y se le atribuyen aproximadamente 7,1 millones de
muertes al año.
Según el Plan Nacional de prevención y Control de las
enfermedades no transmisibles en RD. (2019-2024), en
ENPREFAR-HAS 2017 encontró que un 31% (30.8 %) de
dominicanos mayores de 18 años padecen HTA; siendo la
prevalencia mayor en mujeres (32 %) y para los hombres
(29.7%)
Las CH constituyen una situación clínica que puede poner en
riesgo la vida del sujeto hipertenso, estimándose que
aproximadamente un 1-2% de los pacientes hipertensos
desarrollarán una crisis hipertensiva en algún momento de su
vida, y su incidencia parece que ha aumentado en los últimos
años.
Son más frecuentes en ancianos y en varones, con una
relación 2:121. Más del 50% de las CH son atribuidas al
abandono terapéutico en la semana previa.
Definición:
se define como el aumento brusco e importante de la PA,
generalmente con cifras de PAS ≥180 mmHg y PAD ≥120 mmHg
Se caracteriza por la elevación aguda de la PA que puede poner en
peligro inminente la vida del paciente.
Es importante considerar que la gravedad de la condición no está
determinada por las cifras absolutas de la PA sino, más bien, por la
magnitud del incremento agudo de las cifras de PA.
Entre las patologías más comunes asociadas a estas alteraciones
se encuentran las
causas:
1) Neurológicas: Enfermedad cerebral vascular (ya sea isquémica o
hemorrágica), hemorragias intracraneana, encefalopatía
hipertensiva.
2) Cardiovasculares: Aneurismas disecante aórtico, insuficiencia
cardiaca aguda y síndrome coronario agudo, hipertensión arterial
maligna, bypass aortocoronario o historia de enfermedad
cardiovascular.
3) Renales: Insuficiencia renal aguda, trasplantes renales,
feocromocitoma.
4) Otras: Pre-eclampsia, eclampsia, traumatismo craneoencefálico,
quemaduras prolongadas, suspensión de tratamientos
antihipertensivos en pacientes con la enfermedad, interacciones
farmacológicas (como lo es el caso de los inhibidores de la MAO y
la tiramina), consumo de drogas (cocaína, por ejemplo), después de
un evento quirúrgico, vasculitis, enfermedad de Guillain Barré, etc.
Manifestación Clínica
El cuadro clínico está dado de manera general por cefalea, dolor a
nivel torácico, cuadro de disnea, edema, astenia, puede haber
epistaxis e incluso convulsiones, pérdida del estado de alerta,
alteraciones motoras y sensitivas. Aunque se debe de tener en
cuenta que el cuadro clínico característico de esta patología es
derivado de la lesión a órgano diana, por lo que dependiendo a que
nivel sea la lesión será la sintomatología esperada. Cabe recalcar
que se debe considerar el contexto integral del paciente, ya que en
aquellos con hipertensión arterial de larga evolución son capaces de
soportar las presiones arteriales elevadas sin ninguna
sintomatología, y por el otro lado pacientes jóvenes pueden tener
daño a órgano blanco de manera más rápida.
Cuadro de Signos y Síntomas según la Crisis Hipertensiva
Urgencias Emergencias
Cefalea Dolor torácico opresivo persistente
Epistaxis Cuadro marcado y súbito de disnea
Astenia Alteraciones del estado de alerta
Alteraciones motoras/sensitivas
Dolor Toraxico opresivo
Cuadro de disnea
Tratamiento
Los pacientes con probabilidades de experimentar complicaciones
resultantes HTA severa también corren el riesgo de sufrir
complicaciones por una reducción brusca en la PA, por lo que se
debe realizar sólo una reducción del 20-25% de las cifras de PA
iniciales.
Urgencia hipertensiva
Es posible administrar un tratamiento oral para reducir la PA a
niveles seguros en 24 a 48 horas. Los pacientes asintomáticos con
HTA severa no requieren reducciones inmediatas de la PA. Colocar
al paciente en lugar tranquilo y en reposo, evaluar leve sedación (se
puede utilizar clonazepam o alprazolam).
Emergencia Hipertensiva
Administrar fármacos endovenosos y hospitalizar al paciente. Los
recomendados son:
• Nitroprusiato de sodio: La infusión de nitroprusiato de sodio debe
comenzar a dosis muy bajas (0,25- 10 ucg/Kp/min), con aumentos
graduales separados por algunos minutos.
• Labetalol: bolo de 10 –20 mg cada 10 minutos, hasta 80 mg.
Comienzo de acción en tres a cinco minutos. Infusión: 0,5-2 mg/min.
• Esmolol: es un betabloqueante cardioselectivo con una duración
de acción ultracorta. Es un fármaco seguro en pacientes con
cardiopatía isquémica y útil en hipertensión severa en el
postoperatorio. Es el betabloqueante ideal en pacientes críticos.
• Nitroglicerina: es un agente vasodilatador directo,
predominantemente venoso, que también produce vasodilatación
coronaria. Iniciar dosis de 0,1 a 4 ucg/Kp/min.
• Enalaprilato: produce vasodilatación a través una disminución de
la actividad vasopresora de la angiotensina II y secreción de
aldosterona. La dosis es de 2,5-5 mg endovenoso lento, pudiendo
repetir la dosis.
• Dinitrato de isosorbide: es un vasodilatador que se puede utilizar
en algunos casos, sino se dispone de otros fármacos parenterales,
controlando estrictamente la posibilidad de hipotensión secundario
por lo que es poco recomendable; se puede utilizar principalmente
cuando se acompaña de angina de pecho.
Las crisis hipertensivas se pueden dividir en:
• URGENCIA HIPERTENSIVA: cuando se produce una elevación
brusca de la presión arterial (PA), en relación a las cifras
tensionales habituales del paciente o cuando la PA ≥ 180/120
mmHg (algunos consensos actuales hablan de sistólicas ≥180
mmHg), pero sin síntomas específicos ni daño de órganos diana.
El objetivo terapéutico sería reducir gradualmente la PA (en 24-48h)
con medicación oral ya que si se baja muy rápidamente puede
favorecerse la hipoperfusión de órganos diana. Debe distinguirse de
una pseudocrisis hipertensiva, que es la elevación de la PA reactiva
a una situación de stress o dolo
• EMERGENCIA HIPERTENSIVA: es una situación que requiere
una reducción inmediata de la PA (en menos de 1 hora desde el
diagnóstico) con medicación parenteral, debido al elevado riesgo de
que se produzca daño agudo o progresivo de órganos diana
(cerebro, retina, corazón, riñón, vasos sanguíneos, …) que pueden
quedar irreversiblemente afectados
EJEMPLOS:
URGENCIA HIPERTENSIVA:
Mujer de 58 años, sin hábitos tóxicos. Con AMC de DM tipo 2 desde
hace 4 años en tratamiento con metformina (1‐0‐1). HTA desde
hace 4‐5 años, con mal control de las cifras de PA (cifras de PA
entre 140‐160/90‐95 mmHg) en tratamiento con ENL‐HCTZ 20/12,5
cada 12h y amlodipino 5 mg/mañana. Acude a urgencias por
constatar cifras de PA en domicilio de 190/120 mmHg desde esta
mañana y cefalea intensa. No clínica de insuficiencia cardíaca, no
dolor torácico. HTA (urgencias): PA 170/110 mmHg, resto de
exploración anodina. Sobrepeso, no proteinuria, hemograma
normal.
EMERGENCIA HIPERTENSIVA:
Se trata de una mujer de 40 años sin AMC ni familiares de interés,
fumadora ocasional y que no realiza tratamiento farmacológico de
forma habitual incluyendo anticonceptivos. La PX acude a urgencias
por cuadro de cefalea holocraneal, mareo y presíncope de
instauración brusca, con alteración del lenguaje y debilidad en
extremidades y pérdida de sensibilidad. Previamente al día de
presentación presenta episodios similares de menor intensidad de
frecuencia semanal. En otras ocasiones ha tenido de forma
asociada temblor, palpitaciones, disnea, dolor torácico, nerviosismo
ni rubefacción. En la exploración física destacan unas constantes
vitales con cifras de presión arterial (PA) de 243/125 mmHg,
frecuencia cardiaca de 90 latidos por minuto, frecuencia respiratoria
de 15 respiraciones por minuto, saturación de oxígeno
Conclusión
La HTA puede ser secundaria a otra entidad y es fundamental
conocer en qué pacientes ha de sospecharse. Esto debe hacerse
con el objetivo de plantear la posibilidad de un tratamiento que
permita reducir la severidad de la HTA.
El tratamiento farmacológico de primera línea para una urgencia
hipertensiva es el Captopril, mientras que el tratamiento más
recomendado a la práctica médica de nuestro país para emergencia
hipertensiva se constituye de nitroglicerina, labetalol y furosemida,
ya que ha demostrado un fácil uso, gran disponibilidad y fácil
manejo por la población médica. Aunque se recalca en que el
tratamiento debe ser individualizado, se debe considerar la
presentación clínica, factores de riesgo, comorbilidades y si hay una
existencia de daño a órgano blanco.
Recapitular que las urgencias hipertensivas son aquellas en las
cuales se produce una elevación brusca de la presión arterial (PA),
en relación a las cifras tensionales habituales del paciente o cuando
la PA ≥ 180/120, mientras que las emergencias hipertensivas son
aquellas en las que se produce una elevación de la PA ≥ 220/120 y
que requiere manejo inmediato ya que esta afecta a órganos diana
y puede producir daños agudos o crónicos de estos.