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MONOGRAFIA

Este documento presenta una introducción a los trastornos alimenticios. Explica brevemente la historia de estos trastornos y cómo se han conceptualizado a lo largo del tiempo. También define conceptos clave como anorexia nerviosa y bulimia nerviosa, y describe los criterios diagnósticos actuales según el DSM-V. Por último, presenta algunos factores de riesgo y consecuencias comunes de los trastornos alimenticios.

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MONOGRAFIA

Este documento presenta una introducción a los trastornos alimenticios. Explica brevemente la historia de estos trastornos y cómo se han conceptualizado a lo largo del tiempo. También define conceptos clave como anorexia nerviosa y bulimia nerviosa, y describe los criterios diagnósticos actuales según el DSM-V. Por último, presenta algunos factores de riesgo y consecuencias comunes de los trastornos alimenticios.

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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE


PSICOLOGÍA

MONOGRAFÍA 
TRASTORNOS ALIMENTICIOS

INTEGRANTES
Florián Alva, Alicia Leonor
Mendoza Pichon Nicole
Leiva Joaquin, David
Carvajal Valdivieo Esteysi

CURSO
2022
ÍNDICE
1. HISTORIA
La historia del Trastorno de conducta Alimentaria está entrelazada con la
historia de la humanidad. Es así como en la época de los romanos,
comer era visto como un comportamiento saludable y socialmente
aceptable, hasta el punto de que era necesario ir al baño para seguir
disfrutando del sabor de la comida. La restricción, o ayuno, existía en el
lado opuesto como un medio para lograr la "pureza del corazón", que se
prescribía como medio de penitencia y para lograr "un espíritu elevado"
en la edad media.
La palabra "anorexia" se deriva de las palabras griegas "a-/an-"
(negación) + "órexis" (hambre, deseo), y generalmente se usa para
describir la ausencia o falta de apetito. A pesar de que los primeros
casos de anorexia se descubrieron y reconocieron en épocas anteriores,
es muy probable que este trastorno también existiera en sociedades
anteriores. La anorexia se considera una enfermedad del "mundo
industrializado", sin embargo, no está claro si este es el caso.
Las referencias al hambre autoprovocada (ayunos, etc.) datan de
tiempos bíblicos. Combinan la verdad con el mito, la religiosidad, la
exageración, el pietismo y, en ocasiones, el engaño. Hay casos
ambiguos de santas del pasado que pudieron haber tenido anorexia
nerviosa, pero desarmaron estos comportamientos con una vida de
penitencia y sacrificio, lo que sólo hace pensar en el hecho de que eran
mujeres jóvenes.
La búsqueda de las virtudes espirituales a través de la mortificación del
cuerpo se persiguió con frecuencia durante la Edad Media, época en la
que los valores religiosos estaban fuertemente arraigados en las
personas. Como resultado, la anorexia fue vista como una meta
espiritual a alcanzar. De hecho, los términos "santa anorexia “y "el
camino del asceta “.
El término bulimia proviene del griego bulimos, que a su vez es una
combinación de bous (toro) y limos (hambre), literalmente “hambre de
vaca”. Las conductas alimentarias asociadas a comer en exceso seguido
de vómitos autoinducidos con la intención de seguir comiendo se
remontan a la antigua Roma13,1. Entre los siglos XV y XX se utilizaron
diversos términos, como B. Sinorexia, apetito canino, hambre patológica,
expresando el estado de glotonería asociado a comer en exceso.
Se ha estudiado en psicología y psiquiatría desde la década de 1930. 
La categoría diagnóstica de AN apareció en el DSM (Manual Diagnóstico
y Estadístico de los Trastornos Mentales) con su segunda edición (DSM-
II) en 1968, y desde entonces el trastorno ha sido incluido en el DSM en
todas las ediciones y revisiones hasta 1968. DSM actual - V.
Desde la década de los 50, ha habido preocupación por los trastornos
alimentarios, ya que han sido estudiados de varias maneras, no solo los
factores biológicos y psicológicos, sino también los factores sociales y
educativos que influyen en esta nueva cultura delgada. 
 El papel de la mujer también ha sido analizado desde la década de
1960 no sólo en relación con la moda, sino también por los cambios
sociales provocados por su participación masiva en el mundo del
trabajo. La ausencia de un responsable de las comidas (rol tradicional
atribuido a la madre), la desaparición del hábito de comer en la familia,
la eliminación de almuerzos y cenas son los factores que contribuyen a
una alimentación inadecuada para poder liderar.

0. PREVALENCIA

En cuanto a la prevalencia de la anorexia, trastorno por atracones y bulimia


suelen ser más frecuentes en la adolescencia. al pasar la niñez se describen
ciertos trastornos de conducta alimentaria, la de rumiación y restricción de
alimentos. La AN se da alrededor de 0.5-1% de adolescentes teniendo una
realidad más fuerte en mujeres que hombres. siendo una edad habitual 14 y 18
años. suelen estar asociadas a la depresión, fobia social y trastorno
compulsivo.

0. CONCEPTOS BÁSICOS
Según López y Treasure (2011), refieren que, los trastornos de la conducta
alimentaria (TCA) son enfermedades psiquiátricas complejas, multicausales,
que afectan principalmente a adolescentes y mujeres jóvenes.

Muñoz y Argente (2019) refieren que, la anorexia nerviosa (AN) es una


enfermedad psiquiátrica de comienzo en la infancia o adolescencia, que se
caracteriza por la excesiva disminución de la ingesta, conduciendo finalmente a
una pérdida de peso grave y mantenida, que genera una malnutrición
progresiva y síntomas psicopatológicos específicos.

0. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS

Criterios actuales de la anorexia nerviosa según el DSM-V

● Restricción del consumo energético relativo a los requerimientos que


conlleva a un peso corporal marcadamente bajo. Un peso
marcadamente bajo es definido como un peso que es inferior al mínimo
normal o, para niños y adolescentes, inferior a lo que mínimamente se
espera para su edad y estatura.
● Miedo intenso a ganar peso o a convertirse en obeso, o una conducta
persistente para evitar ganar peso, incluso estando por debajo del peso
normal.
● Alteración de la percepción del peso o la silueta corporal, exageración
de su importancia en la autoevaluación o persistente negación del
peligro que comporta el bajo peso corporal actual.
●  Se elimina el criterio de amenorrea.

Criterios e la bulimia nerviosa propuestos según el DSM-V

● Episodios recurrentes de atracones. Un episodio de atracón se


caracteriza por los dos hechos siguientes:
● Ingestión, en un periodo determinado (por ejemplo, dentro de un periodo
cualquiera de dos horas), de una cantidad de alimentos que es
claramente superior a la que la mayoría de las personas ingerían en un
periodo similar en circunstancias parecidas 
● Sensación de falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio
(por ejemplo, sensación de que no se puede dejar de comer o controlar
lo que se ingiere o la cantidad de lo que se ingiere) 
● Conductas compensatorias inapropiadas recurrentes para evitar el
aumento de peso, como el vómito autoprovocado, el uso incorrecto de
laxantes, diuréticos u otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio
excesivo
●  Los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas se
producen, de promedio, al menos una vez a la semana durante tres
meses 
● La autoevaluación se ve indebidamente influida por la constitución y el
peso corporal 
● La alteración no se produce exclusivamente durante los episodios de
anorexia nerviosa

Criterios de trastorno por atracón propuestos según el DSM-V

● Sobre ingesta frecuente (al menos, una vez a la semana durante 3


meses) con falta de control y sentimientos de malestar Los episodios de
atracones se asocian a tres (o más) de los siguientes: 
● Ingesta más rápido de lo normal.
● Ingesta hasta sentirse desagradablemente lleno.
● Ingesta de grandes cantidades de alimento sin sentir hambre
físicamente. 
● Comer solo por la vergüenza de la cantidad ingerida.
● Sentimientos negativos sobre sí mismo (asco, depresión, culpa),
posteriores a la ingesta.
0. MARCO TEÓRICO
DEFINICIÓN
Los trastornos de la conducta alimentaria son alteraciones severas que
se ponen en manifiesto en la ingesta de alimentos, se presentan
patrones distorsionados respecto a la acción de comer como respuesta
de un impulso psíquico y no por necesidad metabólica (Méndez,
Vázquez y García, 2008). Forman parte de  un grupo de trastornos
mentales, la cual se caracteriza por emitir una conducta alterada ante la
ingesta de alimentos o la manifestación de comportamientos dirigidos a
controlar el peso (Bermudez, Chacon y Rojas, 2021). En síntesis, los
trastornos de la conducta alimentaria, son alteraciones mentales
relacionadas al consumo o ingesta de alimentos, así mismo el individuo
evidencia patrones distorsionados en cuanto al acto de comer
provocando ya sea una excesiva ingesta de alimentos o el dejar de
comer.

CARACTERÍSTICAS
El trastorno de la conducta alimentaria cuenta con cuatro
características: 
(López y Treasure, 2011).
● Insatisfacción de la percepción de la imagen corporal
● Preocupación persistente y excesiva por la comida
● Preocupación persistente por el peso o figura corporal
● Uso de medidas no saludables para controlar el peso

CONSECUENCIAS
Benítez et al., (2018) refieren que el trastorno alimentario trae consigo
síntomas como la preocupación constante por los alimentos, el peso, la
imagen física y la aplicación de actividades poco beneficiosas para la
salud que busquen el disminuir sus medidas corporales, generando así
efectos negativos sobre el área física, mental y social en el individuo que
la presenta.  

FACTORES DE RIESGO
Martínez (2020) refiere que las personas con mayor incidencia de este
trastorno son las del género femenino, específicamente las que se
encuentran cursando la adolescencia, pero los varones también pueden
padecer de la patología ya que muchas veces son vulnerables, se puede
identificar a la anorexia como el que se presenta en mayor medida
durante la pubertad. 
Por otro lado, el entorno familiar es un aspecto relevante para identificar
la vulnerabilidad para padecer el trastorno, ya que se pueden presentar
casos de parientes que sufren de trastorno alimentario, asimismo los
conflictos dentro del núcleo familiar, y otros problemas sumergidos en
este entorno se identifican como posibles escenarios de acción para
lograr prevenir posibles casos de la patología mencionada
anteriormente, a través de un tratamiento adecuado. (Solario, 2012
citado por Martínez, 2020)
Para Fernández (2018) se presentan aspectos psíquicos, biológicos,
socioculturales y familiares que generan un trastorno alimentario, donde
se identifican conductas características como el darle poder a la
delgadez, las reglas frente a los roles de género, hechos de abuso
sexual, la autovaloración negativa, dificultades con el entorno y el
maltrato son posibles desencadenantes de la patología. (Citado por
Méndez & Cerquera, 2021)

0. TRATAMIENTOS:

Según Besser y Moncada (2013) refieren que existen 3 fases para el


tratamiento de trastornos alimenticios, donde hay etapas del proceso
psicoterapéutico

 1.-Psicoeducación,

 2.-Fase interpretativa y

3.-Fase de consolidación.

La primera fase se define porque todos los esfuerzos están orientados a


cambiar la conducta alimentaria del paciente; esta tendría relación con una fase
de psicoeducación, la cual es ejecutada por otros profesionales del equipo, ya
sean psiquiatras, nutricionistas y nutriólogos. En esta primera etapa el paciente
acude por lo general de manera forzosa, por lo que concurren a la sesión
bastante enfadada y están defendiéndose constantemente de las
interrogaciones de los profesionales, mostrándose testarudos a cualquier tipo
de intervención: “La anoréxica viene en general porque alguien la mandó,
porque alguien se preocupó, pero es difícil que la paciente anoréxica en sí ella
quiera mejorarse”. Es por este motivo que gran porcentaje de los pacientes
deja en esta etapa, sin la posibilidad de seguir a la siguiente fase. En esta
primera fase, y muchas veces frente a la psicoeducación, comienza la terapia
psicológica, la cual tiene como objetivo crear conciencia de enfermedad.
Dialogar con los que se preocupan por el paciente y con el que sufre trastorno
es crear conciencia de la enfermedad, ello permite construir un motivo de
consulta que le parezca atrayente a la paciente.

En la segunda fase, es la fase explicativa, empieza el trabajo psicoterapéutico


propiamente tal, en el que los cambios que se desean son a nivel cognitivo y
emocional. Crear una alianza terapéutica se hace trascendental para asegurar
la permanencia en el tratamiento y lograr un lazo que le permita a la paciente
confiar en el equipo. Por este motivo. Si los pacientes logran establecer una
alianza terapéutica basada en la confianza del terapeuta, se pasaría a la
tercera fase.

Con respecto a la tercera fase, los terapeutas indican que cuando se llega a
esta instancia ya hay una alianza terapéutica suficientemente consolidada y los
cambios empiezan a ser más inquebrantables. En esta tercera fase se busca
consolidar los cambios logrados en la segunda fase. En esta fase las pacientes
tendrían mayor autonomía en su vida, siendo uno de los objetivos centrales
que retomen su vida social y familiar. Además, en esta fase se empieza a
evaluar la alta terapéutica. Los terapeutas concuerdan en que uno de los
aspectos centrales que se relaciona con la alta terapéutica es la ocurrencia de
sucesos extra-terapéuticos que desarrollaría la motivación de las pacientes a
mantener los cambios logrados. El riesgo más grande en esta etapa son las
recaídas, ya que las pacientes que empeoran luego de su tratamiento o
durante el mismo vuelven inmediatamente a la primera fase, con las
características mencionadas anteriormente. Es importante resaltar que todos
los terapeutas concuerdan en que son muy pocas las pacientes que llegan a
esta tercera etapa y, en muchos casos, las terapeutas nunca han tomado esta
decisión por sí mismas, indicando que generalmente esto se evalúa cuando las
pacientes muestran la inquietud que les den el alta. En este sentido, más que
tener ciertos criterios específicos de alta, las terapeutas señalan que lo
fundamental es que hayan logrado un cierto grado de autonomía y hayan
retomado su vida social y familiar, contando así con redes de apoyo para hacer
frente a las situaciones de estrés.

Otro aspecto principal que señalan los terapeutas es que generalmente el


cambio va asociado a algún logro vital, por lo que resulta interesante considerar
este elemento en el proceso de alta de los pacientes.

Sin embargo, es importante relevar que las recaídas de los pacientes se dan en
la gran mayoría de los casos y todos los terapeutas señalan que ello debe ser
considerado como parte del proceso. En este sentido, y detallando el punto
anterior, las terapeutas señalan que muchas veces, luego de la tercera fase, se
produce algún evento que las hace recaer y volver a la primera etapa y algo
peor aún que la primera etapa.

Dificultades y fortalezas del proceso psicoterapéutico. Con respecto a las


dificultades, los elementos centrales apreciables por los terapeutas son la
desidia y los constantes retrocesos, los que dificultan el buen funcionamiento
del proceso psicoterapéutico.

Con respecto a las fortalezas, todas las terapeutas señalan que trabajar en un
equipo multidisciplinario es fundamental para afirmar un apropiado tratamiento.
Asimismo, cada cambio terapéutico. Los terapeutas perciben el cambio
terapéutico como un proceso cíclico, es decir, si bien piensan que hay cambios,
muchas veces estos se pierden y las pacientes vuelven atrás.

Para facilitar la comprensión, se han establecido dos grandes subcategorías


dentro de la categoría cambio:

 1.- Factores que influyen en el cambio y

 2.- Momentos de cambio/estancamiento.


Factores que influyen en el cambio. Entre los factores que influyen en el
cambio se hizo la distinción entre facilitadores y obstaculizadores del cambio.
Los facilitadores del cambio que los terapeutas atribuyen a las pacientes se
encuentran: el apoyo de la familia, la motivación al tratamiento, la conciencia de
enfermedad y la confianza en el equipo. Por otro lado, con respecto a los
obstaculizadores del cambio relacionados con los terapeutas, se destacan
emociones contra transferenciales que generan estos tipos de pacientes, tales
como rabia, frustración, pena, aburrimiento, impotencia y desgaste. Además,
hay momentos de cambio/estancamiento en donde existe un aspecto relevante
a considerar es que los terapeutas reconocen que cuando la paciente confía,
sus resistencias bajan y, de esta forma, el cambio se hace posible. Este
aspecto se relaciona con lograr establecer una alianza terapéutica, la cual sería
el factor primordial a la hora de lograr el cambio terapéutico.

Otro factor importante que facilita el cambio es la aparición de eventos extra-


sesión, ya sea que las pacientes inicien una relación sentimental, se vayan a
casar o salgan de la universidad, entre otros. Esto favorece que ellas decidan
cambiar, ya que es posible dar un sentido al cambio. Con respecto a los
factores que influyen en el estancamiento, llama la atención que los terapeutas
se adjudiquen ellas mismas la responsabilidad, señalando la dificultad de
establecer vínculo para hacerse cargo del problema del paciente. Cuando el
terapeuta está más motivado que la paciente en su cambio y eso lleva a que el
terapeuta trabaje más que el paciente crea momentos de estancamiento pasa
esto y el terapeuta se hace cargo y la paciente se estanca. Todos los
terapeutas reconocen que para salir del estancamiento la instancia de
supervisión es básica para hallar sus procesos personales y seguir avanzando.

Por otro lado, Martínez (2020) citó a Gómez (2016) indica que para el
tratamiento de trastornos es importante que la familia esté organizada y unida
ante el problema para que haya un soporte para su familiar.

• Terapia familiar estructural: cuyo objetivo principal es lograr una


transformación en la estructura del sistema familiar desde la forma de las
relaciones entre ellos a través de tres perspectivas, cuestionar el síntoma, en la
que cada miembro de la familia asume parte de la responsabilidad del
problema; segundo, cuestionar la estructura por lo que se tendrán que conocer
las jerarquías, asociaciones y límites que no ayudan a una adecuada
funcionalidad de la familia y promover un cambio en la organización de esta;
finalmente, cuestionar la realidad familiar, propone que existen pautas de
transacción entre los miembros producto de las experiencia familiar, cuando
estas pautas se modifican la experiencia de la realidad cambia, ello debe ser
reforzado en la terapia.

• Terapia centrada en emociones: esta terapia persigue una mejora en la


comunicación tanto verbal como no verbal, para regular la expresión de las
emociones, a través de técnicas de supresión y reevaluación, ello produce una
mejora a nivel alimenticio y psicológico ya que mejora la relación e interacción
familiar, es decir, genera cambios favorables sobre los conflictos en la familia.

• Terapia interpersonal: esta terapia está enfocada en las relaciones


interpersonales, ayuda a un adecuado conocimiento de los hechos y modifica
la relación padres e hijo sin enfocarse en el problema que es la comida, se
analiza el contraste entre los pensamientos y sentimientos de los padres y de
los pacientes.

7.-CONCLUSIONES:

●  Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son


enfermedades psiquiátricas complejas, multicausales, que afectan
principalmente a adolescentes y mujeres jóvenes.
● Los trastornos de la conducta alimentaria son alteraciones
severas que se ponen en manifiesto en la ingesta de alimentos,
se presentan patrones distorsionados respecto a la acción de
comer como respuesta de un impulso psíquico y no por necesidad
metabólica.
● El trastorno de la conducta alimentaria cuenta con cuatro
características:
● Insatisfacción de la percepción de la imagen corporal
● Preocupación persistente y excesiva por la comida
● Preocupación persistente por el peso o figura corporal
● Uso de medidas no saludables para controlar el peso.
●  Entre los factores de riesgo las personas con mayor incidencia
de este trastorno son las del género femenino, específicamente
las que se encuentran cursando la adolescencia, pero los varones
también pueden padecer de la patología ya que muchas veces
son vulnerables, se puede identificar a la anorexia como el que se
presenta en mayor medida durante la pubertad. 

● Para que el tratamiento funcione es importante que la familia esté


organizada y unida ante el problema para que haya un soporte
para su familiar.

8.-RECOMENDACIONES:

 Según Martínez (2020) nos da las siguientes recomendaciones:

Evaluación:

• Elaborar una guía de evaluación para TA que incluya: anamnesis, evaluación


de pensamientos y conductas, percepción corporal, ansiedad, depresión,
impulsividad y obsesividad.

Intervención:

• Fomentar la adherencia al tratamiento.

• Fomentar grupos de apoyo con otros pacientes con TA.

Prevención:
• Brindar charlas sobre: Autoestima, autopercepción, elaborar un plan de vida
empoderamiento, estilos de afrontamiento y resolución de problemas.

Familia

Evaluación:

• Elaborar una guía de evaluación sobre: estilos de crianza, clima familiar y


percepción de la función familiar.

Intervención:

• Identificar el modelo de interacción de la familia y trabajar en las relaciones


disfuncionales.

• Involucrar a la familia en el tratamiento.

• Psicoeducación sobre los estilos de crianza y sus consecuencias.

Prevención:

• Brindar charlas sobre los indicadores y principales características de los


Trastornos alimenticios.

 • Dar psicoeducación sobre pautas de crianza funcionales.

• Promover una comunicación asertiva.

Recomendaciones desde una visión multidisciplinaria

• Iniciar la intervención de los TA con la estabilización del paciente a nivel físico


y nutricional.

• Fomentar hábitos de salud favorable: alimentación saludable, deporte de


manera regular.

• Involucrar a la familia durante el proceso de recuperación del paciente y que


adopten también hábitos saludables.
• Elaborar una guía de abordaje multidisciplinario que de una pauta para el
abordaje de este trastorno.

 REFERENCIAS:

Bermúdez, L., Chacón, M. y Rojas, D. (junio de 2021). Actualización en


trastornos de conducta alimentaria: anorexia y bulimia nerviosa. Revista
Médica Sinergia, 6(8), 694-696.
https://www.medigraphic.com/pdfs/sinergia/rms-2021/rms218a.pdf 

Besser, M. C., & Moncada, L. (2013). Proceso psicoterapéutico desde la


perspectiva de Terapeutas que tratan trastornos alimentarios: un estudio
cualitativo. Psykhe (Santiago), 22(1), 69-82..

https://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-
22282013000100006&script=sci_arttexthttps://

 Lopéz, C. y Treasure, J. (diciembre de 2011). Trastornos de la conducta


alimentaria en adolescentes: Descripción y manejo. Revista médico clinica
condes, 22(1), 86-88.
https://www.clinicalascondes.cl/Dev_CLC/media/Imagenes/PDF%20revista
%20m%C3%A9dica/2011/1%20enero/10_PS_Lopez-12.pdf 

Martínez, (2020). Trastornos alimentarios y familia. Trabajo de investigación


para optar titulo de licenciado en psicología
repositorio.upch.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12866/8150/Trastornos_
MartinezDiaz_Elena.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Méndez, J., Vázquez, V. y García, E. (octubre de 2008). Los trastornos de la


conducta alimentaria. Medigraphic artemisa en línea, 65(1), 580-582.
https://www.medigraphic.com/pdfs/bmhim/hi-2008/hi086n.pdf 
Muñoz, C. y Argente J. Trastornos del comportamiento alimentario. Protoc
diagn ter pediatr. 2019;1:295-
306.https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/19_trastornos.pdf

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