http://www.doi.org/10.14718/ACP.2021.24.2.
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Reseña bibliográfica
El deseo y el placer en las neurociencias
David A. Quebradas*
Morgado, I. (2019). Deseo y placer: La ciencia de las neurodegenerativa— o a pequeños cambios en neurotrans-
motivaciones. Editorial Paneta S. A. misores que afectan el deseo y el placer.
Traducir el conocimiento técnico de las neurociencias Es importante mencionar que el texto cuenta con pe-
a un lenguaje más sencillo para el público en general no es queños apartados (notas) que permiten que el lector neófito
una tarea fácil, mucho menos escribir un texto que no sea no pierda el hilo de la historia que el autor ha organizado.
tan ligero para que un académico o un profesional pierda el Así mismo, al final del texto hay un glosario técnico para
interés o tan denso que no pueda ser leído por una persona comprender un amplio conjunto de siglas, conceptos,
sin formación en neurociencias, medicina o neuropsicología. neurotransmisores, etc., que también serán útiles para los
No obstante, Ignacio Morgado, director del Instituto de estudiantes de las áreas de la salud. En lo que respecta a
Neurociencia de la Universidad Autónoma de Barcelona, los profesionales de medicina, neurociencias, neuropsico-
parece haber encontrado hace tiempo el secreto. Esta vez logía, psicología, hasta filosofía, el texto es un excelente
nos sorprende con el texto Deseo y placer: La ciencia de escenario para generar nuevas reflexiones e intuiciones
las motivaciones, donde expone un conjunto de ideas sobre sobe el deseo, el placer y la motivación. Sobre esto último
el origen del deseo y su relación estrecha con el placer para me concentraré a continuación.
comprender los dos tipos de motivaciones que tenemos
como seres humanos, a saber: la motivación homeostática, La ruta del deseo y la ruta del placer
que responde a necesidades vitales del organismo como el Es evidente, de acuerdo con lo expuesto en el libro, que
hambre, la sed y el sueño; y la motivación incentiva, que no el placer, el deseo y la motivación dependen del buen fun-
responde a una necesidad vital, sino al placer, de manera cionamiento del cerebro y el cuerpo en general. Cualquier
que nos lleva más allá de las necesidades básicas. desajuste en los pequeños elementos de nuestro cerebro y
Este libro está constituido por cinco capítulos que lle- cuerpo —neurotransmisores, hormonas u otras moléculas—
van al lector desde la definición del placer, el deseo y los o en algún sistema específico genera toda una reacción en
distintos tipos de motivación (capítulo uno) en un inicio, cadena que puede trastornar por completo la motivación
pasando posteriormente por la comprensión del sueño y de satisfacer las necesidades básicas de dormir, comer y
la vigilia (capítulo dos), el hambre y la gesta de alimentos beber, sin contar otras necesidades como la sexual y otras
(capítulo tres), y la sed y la homeostasis hidromineral que responden ante todo al placer y no a una necesidad vital.
(capítulo cuatro), hasta llevar al lector a uno de los capí- Como señala tempranamente el autor, los seres humanos
tulos quizá más controvertidos del texto, el capítulo sobre somos buscadores de placer, y lo conseguimos de manera
conducta sexual y parental (capítulo cinco), en el que el inmediata comiendo, bebiendo, descansando, durmiendo, con
autor no tiene miedo de abordar temas polémicos como caricias, besos, satisfaciendo nuestra sexualidad o aliviando
los relacionados con el por qué somos heterosexuales, el dolor. Así mismo, nos sumergimos en el placer a través
homosexuales, bisexuales o transexuales, y los laberintos de la cognición cuando imaginamos, soñamos, creamos,
de la motivación, la conducta sexual y la conducta parental. descubrimos, o cuando conseguimos logros artísticos, aca-
Para el final, el autor nos deja un epílogo corto que contiene démicos, deportivos o de otro tipo. Y todo con la ayuda de
una reflexión obligada y significativa sobre cómo mantener nuestro cerebro, que ha hecho del placer no solo un seguro
en forma las motivaciones y las ganas de vivir, las cuales de vida, sino también la mayor motivación para ir más allá
pueden perderse en algún momento de la vida debido a la de la inercia biológica. Lo último, cabe señalar, gracias al
erosión de nuestro cerebro —producto de una enfermedad desarrollo de la corteza cerebral; particularmente, de la
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Psicólogo de la Universidad del Valle, doctorando en Psicología, asesor de la fundación Parkinson de Colombia, Cali, Colombia.
[email protected]
Quebradas, D. A.
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corteza prefrontal, que nos dio la capacidad de disfrutar organismo como el hambre, la sed y el sueño (motivación
aquí y ahora de las consecuencias positivas de nuestras homeostática), u otras necesidades que no responden a una
decisiones a futuro (p. 28), y construir un mundo con ne- necesidad vital, sino al placer mismo (motivación incentiva).
cesidades más complejas, sagradas y ruines. De esto modo, el autor completa su diada deseo y placer,
El profesor Ignacio Morgado, iniciando el texto, nos que encontrará en el cerebro sus propias rutas de correlación.
brinda una definición sencilla del placer como un sentimiento, Actualmente, es ampliamente aceptado que, aunque
entendido como “una percepción consciente agradable y los genitales y los labios son zonas erógenas donde parece
deseable” que se manifiesta no solo en el mundo interno, habitar el placer, el cerebro es la verdadera residencia del
sino que incluye también posturas y expresiones corporales placer. De hecho, son múltiples las estructuras del cerebro
—p. ej., la relajación de los músculos del rostro, el rela- que hacen posible la experiencia del placer, desde los
merse los labios, etc.— (p. 29), y que se puede conseguir suburbios del cerebro —estructuras subcorticales como el
por diferentes medios; definición en la que se hace evidente núcleo accumbens, el pálido ventral y la amígdala— hasta
la sintonía de sus ideas con el trabajo llevado a cabo por las altas esferas de la corteza cerebral —la corteza prefrontal
Antonio Damasio (1994), quien define la emoción como dorsolateral, orbitofrontal, la región anterior del cíngulo y
un conjunto de cambios corporales, y el sentimiento como la ínsula—, en la medida en que existen diferentes aspectos
la percepción de estos cambios en el escenario del cuerpo del placer a procesar, como “la cantidad, probabilidad, valor
que se yuxtapone al estímulo que lo generó. subjetivo, utilidad formal y económica y riesgo que puede
Teniendo presente la definición anterior, cabe señalar que conllevar, etc.” (p. 35).
el placer, como todo sentimiento, cumple una función que, Por mucho tiempo se consideró que el sistema meso-
de acuerdo con el autor, sería la de asegurar la satisfacción límbico dopaminérgico transportaba el neurotransmisor
de las motivaciones homeostáticas, importantes para man- de dopamina desde el área tegmental ventral (atv) a los
tener la vida. Así, el placer de dormir puede garantizar el núcleos estriados, particularmente la parte ventral, y que
sueño, el placer de comer nos fuerza a saciar el hambre, y esta era la ruta del placer; sin embargo, siguiendo a Ignacio
el placer de beber nos impulsa buscar algo para calmar la Morgado, lo que ahora se cree es que la dopamina liberada
sed. Adicional a esto, el autor deja claro que el placer puede en el núcleo accumbens no genera la sensación de placer,
ir más allá de lo básico, lo necesario, lo homeostático, más sino que “lo que hace es aumentar el deseo de sentirlo, y
allá de la supervivencia, y que el placer mismo permite esto último promueve la conducta para conseguirlo” (p. 37).
la búsqueda de lo sagrado, lo científico, lo artístico, lo De este modo, la dopamina no sería el neurotransmisor del
tecnológico y otros logros que pueden resultar en algunas placer, ni el sistema mesolímbico dopaminérgico la ruta
ocasiones innecesarios, pero igualmente deseados; lo que del placer, sino del deseo, en tanto que la estimulación del
se conoce como motivaciones incentivas. núcleo accumbens no causaría placer, sino que incremen-
Respecto esto último, Morgado llama la atención sobre taría su búsqueda, es decir, la motivación para conseguir
la capacidad que tiene el placer de separarse de su función ese refuerzo positivo. Incluso, se afirma que las realmente
primaria y cambiar el orden de los factores, de manera que responsables del placer parecerían ser las encefalinas y las
puede convertirse en una condena cuando las motivaciones endorfinas (opiáceos endógenos), y que estas tendrían como
incentivas se transforman en necesidades vitales, tal como vía un sistema de recompensa con mayor velocidad que
sucede en las adicciones, donde el placer se vuelve una iniciaría en el nervio vago y continuaría hasta estructuras
necesidad vital para el infortunio de muchos. De hecho, el como el núcleo del tracto solitario o el núcleo parabraquial
exceso de placer puede alterar los mecanismos corticales y lateral, trazando “¡la ruta opiácea del placer!” (pp. 39-40).
subcorticales que nos permiten buscarlo de manera volun- Sumado a esto, es importante reconocer que tenemos una
taria (p. 211), de modo que la satisfacción del placer puede tendencia natural a repetir las acciones que nos producen
verse dramáticamente reducida por su repetición, lo que una fiesta de opiáceos endógenos en nuestro cerebro, de
a su vez aumenta su búsqueda, pero sin éxito, destruye el ahí que el placer no solo motive nuestra acción, sino que
equilibrio entre el deseo y el placer, y puede llegar incluso además está involucrado en el propio aprendizaje. Así, la
a amenazar la vida misma. relación estrecha entre el placer y el deseo es fundamental
Como señala Ignacio Morgado, “Los placeres crean y para potenciar, modular o suprimir ciertos tipos de com-
mantienen la ilusión de vivir más allá de la inercia bioló- portamientos. No obstante, no es suficiente sentir placer
gica, pero para obtenerlos hay que desearlos y buscarlos” para generar aprendizajes consistentes y mantener nuestras
(p. 207). Con esto, el autor deja ver que el deseo sería el motivaciones; se necesita el primer paso, un pequeño nudge
valor incentivo del placer, el interés de satisfacer las mo- de dopamina para comenzar a buscarlo e identificarlo más y
tivaciones que pueden responder a necesidades vitales del mejor (p. 42). De ahí que cuando los niveles de dopamina
El deseo y el placer de las neurociencias
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tienen una tendencia a la baja debido a una enfermedad Conservar las motivaciones en buen estado será siempre
neurológica —p. ej., la enfermedad de Parkinson— u otro una gran motivación para no “quitarnos la camiseta” en
tipo de desajuste producto de distintos factores —p. ej., los momentos más difíciles o en la vejez. Por fortuna, la
enfermedades físicas, situaciones adversas, trastornos de naturaleza nos ha dado una mano para soportar esa bús-
alimentación, problemas de sueño, etc.—, la motivación queda, el placer.
por buscar placer se diluye, y el desinterés entra en escena, Para finalizar, solo queda incitar a los lectores a buscar
aniquilando la acción y el aprendizaje pese a conservarse el texto Deseo y placer: La ciencia de las motivaciones, un
la capacidad de seguir sintiendo placer. libro que generará placer tanto a neófitos como a expertos,
Así, es evidente que cuidar nuestro cerebro es una tarea con definiciones adictivas y reflexiones inesperadas sobre
imperiosa para mantener en buen estado la ruta dopami- temas complejos de abordar —como las adicciones, la
nérgica del deseo y la ruta opiácea del placer, con el fin de obesidad, la transexualidad, entre otros—, que hoy como
mantener nuestras motivaciones homeostáticas e incentivas profesionales de la salud física y mental debemos asumir
en forma, conservando la motivación más importante de desde una mirada más amplia y empática, y, por supuesto,
todas: la ganas de vivir, nuestro compromiso con la vida con la ayuda de las neurociencias.
misma. Sin duda, después de la lectura del libro podremos
entender por qué es importante una alimentación sana,
el ejercicio físico de manera regular, un buen sueño, un Referencias
poco de placer incentivo (¡sin abusar!), con moderación
para evitar el deterioro de los mecanismos cerebrales que Damasio, A. R. (1994). Descartes’ Error: Emotion, Reason,
and the Human Brain. G. P. Putnam.
nos permiten buscarlo de manera voluntaria, y una buena
dosis de variedad y novedad en las actividades del día a día.
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