CAPÍTULO
2 EDUCACIÓN INCLUSIVA
OBJETIVOS CONTENIDOS
» Educación inclusiva: definición, objetivo,
principios, elementos.
» Definir el concepto de educación
inclusiva, su objetivo, dimensiones, y » Dimensiones de la educación inclusiva.
proceso. » Proceso hacia un cambio escolar: educación
» Establecer las características y rol del inclusiva.
docente inclusivo. » Características de la escuela inclusiva.
» El docente inclusivo.
2.1 DEFINICIÓN DE EDUCACIÓN INCLUSIVA
La UNESCO (2008) define a la inclusión como: “un proceso de abordaje y respuesta a la
diversidad en las necesidades de todos los alumnos a través de la creciente participación
en el aprendizaje, las culturas y las comunidades, y de la reducción de la exclusión dentro
y desde la educación”.
Una sociedad que busca la inclusión acepta a todos sus miembros como diversos, enton-
ces crea las mismas oportunidades para todos, ajustándose a las necesidades individua-
les, para que ninguno de ellos quede fuera de las posibilidades de crecimiento y desarrollo,
es decir de la participación dentro de su entorno.
Por tanto, la educación inclusiva plantea:
» Acceso de niños, niñas y/o adolescentes con discapacidad a una educación formal
de calidad.
» Apoyo al trabajo en equipo para lograr la inclusión.
Educación inclusiva y especial 29
» Una visión global de la atención educativa, es decir a nivel institucional, no como
atención puntual para unos pocos estudiantes.
» Un desequilibrio entre las prácticas pedagógicas tradicionales y las prácticas inno-
vadoras que permiten atender a la diversidad.
» Preparación de ambientes y generación de recursos para atender a la diversidad.
» Identificación de las dificultades para convertirlas en una oportunidad de mejora y
avance dentro del sistema educativo.
» Transformaciones profundas en el Proyecto Educativo Institucional que respondan
a la diversidad.
» Trabajar con la comunidad en general, permitiendo una participación activa de
todos sus miembros.
» Generar una concepción natural acerca de las personas con discapacidad.
» Desarrollar una comunidad basada en valores inclusivos como: la solidaridad, el
respeto y la tolerancia.
El objetivo de la inclusión es brindar respuestas apropiadas al amplio espectro de necesi-
dades de aprendizaje tanto en entornos formales como no formales de la educación. La
educación inclusiva, más que un tema marginal que trata sobre cómo integrar a ciertos
estudiantes a la enseñanza convencional, representa una perspectiva que debe servir para
analizar cómo transformar los sistemas educativos y otros entornos de aprendizaje, con
el fin de responder a la diversidad de los estudiantes. El propósito de la educación inclusi-
va es permitir que los maestros y estudiantes se sientan cómodos ante la diversidad y la
perciban no como un problema, sino como un desafío y una oportunidad para enriquecer
el entorno de aprendizaje.
PRINCIPIOS DE LA EDUCACIÓN INCLUSIVA
IGUALDAD
Equivale a decir que todos los niños, niñas y/o adolescentes tienen las oportunida-
des para acceder a una educación de calidad, respetando las diferencias individuales
para lograr ciudadanos incluidos en el contexto social.
COMPRENSIVIDAD
Es la necesidad de mantener por parte de la escuela un currículo básico y común en
un período largo, sobre todo en la educación obligatoria, para atender la diversifica-
ción de los estudiantes en función de su origen económico, social y cultural.
Vicepresidencia de la República del Ecuador 30
GLOBALIZACIÓN
Es la visión mediante la cual se prepara al estudiante para enfrentarse con los proble-
mas de la vida y desde distintas disciplinas curriculares.
ELEMENTOS DE LA EDUCACIÓN INCLUSIVA
Se debe reconocer que las características del sistema educativo en cada país lo hacen
único e individual. Los siguientes cuatro elementos buscan establecer las particularidades
que permiten a la institución educativa comprender a la educación inclusiva desde su rea-
lidad:
» “La inclusión es un proceso”: es decir, la inclusión debe ser vista como el trabajo
constante que requiere de innovación y de cambios que se generen para atender a
los estudiantes. En este sentido, el tiempo es un factor importante ya que los cam-
bios no se han de realizar inmediatamente; por el contrario, es un proceso paulatino
que, para ser sostenible, necesita de la colaboración de todos los integrantes de la
comunidad en general.
» “La inclusión busca maximizar la presencia, la participación y aprendizaje de todos los
estudiantes”: este elemento hace referencia a la accesibilidad de todos y todas a la ins-
titución educativa y se encuentra relacionado estrechamente con el desarrollo de valo-
res, relaciones, actitudes hacia los demás y que son adquiridos desde la convivencia. La
participación de cada uno de los miembros debe ser activa, reconocida y aceptada para
garantizar la calidad de las experiencias educativas y por ende el éxito de cada uno.
» “La inclusión precisa la identificación y eliminación de las barreras”: las barreras
concebidas como obstáculos, impiden o limitan el aprendizaje y la participación de
un estudiante; éstas pueden generarse por creencias, actitudes, infraestructura, co-
nocimientos, que influyen directamente en el desarrollo de una cultura inclusiva, en
la creación de políticas y prácticas que impidan el ejercicio libre de los derechos de
las personas. Se han identificado cuatro tipos de barreras:
» Actitud: se relacionan con la conducta de la comunidad (maestros, compañe-
ros, familia, entre otros) y se pueden manifestar como rechazo, segregación,
exclusión, discriminación, entre otras.
» Conocimiento: se caracterizan por el desconocimiento de la comunidad frente
a la situación del estudiante y sus necesidades educativas.
» Comunicación: son las que interfieren el proceso de comunicación y obstaculi-
zan el entorno en cual se desenvuelve el estudiante.
» Prácticas: son aquellas identificadas en el entorno tales como: acceso, meto-
dología y evaluación, que impiden la participación y el aprendizaje.
Educación inclusiva y especial 31
» “La inclusión pone particular énfasis en aquellos grupos de atención prioritaria, que
podrían estar en riesgo de marginalización, exclusión, o fracaso escolar”: esto hace
referencia a la corresponsabilidad que tiene la sociedad de asegurarse de vigilar,
cumplir y hacer cumplir los deberes y derechos de los grupos prioritarios, adoptan-
do las medidas necesarias que aseguren su presencia, participación y el aprendiza-
je tanto dentro como fuera del sistema educativo.
Encaminar a la institución hacia una educación inclusiva requiere no solo de los cuatro ele-
mentos antes mencionados, sino de acciones conjuntas en las cuales todos los miembros
de la sociedad tengan la convicción de que la inclusión es un proceso posible gracias al
compromiso de todos.
2.2. DIMENSIONES DE LA EDUCACIÓN INCLUSIVA
La inclusión no está limitada a la oportunidad o posibilidad de acceso a las instituciones
educativas, sino que se relaciona con el hecho de eliminar las barreras frente al aprendi-
zaje y la participación. Varios han de ser los factores que generen estas barreras como:
gestión institucional, oferta curricular, estrategias de aprendizaje, entre otros; al modificar
estos aspectos se podrá evitar las desigualdades educativas, que trascenderán en igual-
dad social. Una escuela inclusiva debe asegurar la equiparación de oportunidades frente
al aprendizaje y una plena participación dentro de la comunidad educativa.
Para consolidar una escuela inclusiva es necesario relacionar de forma sistemática la cultu-
ra, la política y la práctica educativa (Índice de Inclusión, 2002); estos tres aspectos deben
estar en concordancia, ya que en conjunto promueven una verdadera educación inclusiva.
CULTURA INCLUSIVA
Este término se encuentra relacionado con las expectativas, compromisos, participación,
convicción en los principios y valores inclusivos (tolerancia, respeto y solidaridad) que brin-
dan soporte al desarrollo de un proyecto educativo institucional inclusivo. Este conjunto de
factores se dirige a toda la comunidad educativa.
Desarrollar una comunidad educativa inclusiva se relaciona también con que ésta sea
segura, acogedora, colaboradora y estimulante, en la cual cada uno de sus miembros es
valorado. Una comunidad que busca el diálogo y la resolución de conflictos, para generar
sonrisas en los docentes y en los estudiantes generando un entorno cordial, de confianza y
solidaridad, de buenas relaciones, manifestando una actitud positiva frente a la diversidad,
lo que favorece al aprendizaje y las interrelaciones.
Desarrollar una comunidad en donde el docente se encuentre satisfecho y orgulloso de
sus estudiantes motivándose y desarrollando altas expectativas sobre lo que puede lograr,
generando actividades desafiantes, valorando esfuerzos y logros, los que deben ser reco-
nocidos socialmente y retroalimentados constantemente.
Vicepresidencia de la República del Ecuador 32
Las expectativas de la familia y la participación activa de la comunidad en las actividades
influirán en el cumplimiento del desempeño que se espera.
Otro aspecto importante que forma parte de la cultura inclusiva es cuán involucradas se
encuentran las familias en el funcionamiento, organización y toma de decisiones, para lo
que deben existir formas institucionalizadas a fin de generar y garantizar la participación
de los miembros de la familia a lo largo de este proceso.
Una comunidad inclusiva se relaciona además con el desarrollo de valores inclusivos, los
que son compartidos por todos sus miembros.
La cultura inclusiva se verá reflejada en las políticas y en las prácticas que se ejecuten den-
tro de la institución. Por tanto, es indispensable generar respuestas educativas eficaces y
eliminar las barreras frente al aprendizaje y participación. Será realmente difícil generar
políticas y prácticas verdaderamente sólidas, sin que exista una verdadera convicción y
cultura inclusiva.
POLÍTICAS INCLUSIVAS
Se refiere a todos los manejos (gestión, liderazgo y colaboración, desarrollo profesional,
disponibilidad y organización de recursos y tiempo) que realiza la institución frente al de-
sarrollo de una educación inclusiva para que mejore el aprendizaje y la participación de
todos los estudiantes.
La gestión se enfoca en las tareas administrativas y todos aquellos aspectos que inter-
vienen en el cumplimiento del proyecto educativo institucional con enfoque inclusivo.
Este proyecto debe ser dinámico y flexible a través de un estilo de gestión basado en
el trabajo con la comunidad educativa, que apoye los progresos de cada uno de sus
miembros.
Para ello es fundamental la formación docente, que permitirá dar respuesta a la diversi-
dad; por tanto la actualización y capacitación, los momentos de diálogo y reflexión sobre
las prácticas educativas, el desarrollo de redes de apoyo, planificación y enseñanza cola-
borativa entre docentes y especialistas, el asesoramiento externo, promoverán y orientarán
el proceso de cambio y de mejora educativa.
El uso adecuado del tiempo es un factor esencial para generar y realizar actividades edu-
cativas, respetar el ritmo de aprendizaje de cada estudiante, sacar el máximo de provecho
de las experiencias que se ofrecen. Todo se encuentra ligado con no suspensión de clases,
puntualidad, optimización, organización y flexibilización del tiempo; estos aspectos ayu-
darán a alcanzar los objetivos de aprendizaje.
El material es otro elemento importante; la cantidad, calidad y adecuación de los recursos
de la institución educativa influirá en el desarrollo integral del estudiante. La utilización, el
acceso y la distribución equitativa apoyarán a la obtención de los resultados esperados.
Educación inclusiva y especial 33
Mantenimiento, higiene, iluminación, temperatura son condiciones que influyen en el pro-
ceso de enseñanza aprendizaje; de allí la importancia de cuidar y mantener en buen esta-
do las instalaciones y los materiales.
Proveer y organizar los recursos tanto humanos como materiales servirá para optimizarlos
e intervenir dentro del proceso educativo de una forma adecuada.
PRÁCTICAS INCLUSIVAS
Hacen referencia a las prácticas educativas que aseguran que las actividades que se reali-
zan dentro y fuera del aula promuevan la participación de todos los estudiantes. Es decir
que las estrategias y metodologías serán los elementos que reflejen cuán inclusiva es un
aula. El desarrollo de un currículo flexible es primordial pues ayudará a dar respuesta a
las necesidades educativas especiales y las características socioculturales que posea la
población, de allí la importancia de las adaptaciones y de las planificaciones de trabajo.
También hace referencia a los apoyos y a la enseñanza que deben enfocarse a superar las
barreras frente al aprendizaje. De igual manera, forman parte de estas prácticas la utiliza-
ción eficiente de los recursos de la escuela y la comunidad, con el objetivo de favorecer y
mantener un aprendizaje activo de todos.
Las estrategias son una de las mayores prácticas inclusivas y contribuyen a dar respuestas
a las necesidades educativas; entre ellas podemos mencionar: experiencias y actividades
variadas, aprendizaje cooperativo, tutoría entre pares.
La evaluación es otro aspecto esencial de las prácticas inclusivas y debe reunir ciertas ca-
racterísticas: es un proceso continuo, diversificado y flexible, en el que participan el docen-
te y el estudiante; enfatiza el carácter cualitativo y multidimensional; se realiza a través de
tareas realistas, contextualizadas, relevantes, cuyos resultados permiten valorar y regular
el proceso educativo.
Por tanto, una escuela inclusiva se mantiene atenta y en continua dinámica para dar res-
puestas efectivas a las necesidades educativas especiales de todos los estudiantes, con
el fin de que desarrollen sus potencialidades, se sientan acogidos, seguros y alcancen el
éxito.
La finalidad de la inclusión es garantizar una educación de calidad para todos, prestan-
do especial atención a aquellas personas o grupos excluidos o en mayor riesgo de ser
marginados o de tener rendimientos menores a los esperados. La atención educativa a
las personas con discapacidad caracterizada por etiquetamientos provocados por falsas
creencias, han encausado la educación especial hacia la segregación en la dinámica edu-
cativa de la institución, subestimando sus capacidades al utilizar un currículo de nivel muy
inferior de competencias. La atención a la discapacidad no pretende negar la presencia de
un déficit y sus consecuencias, pero tampoco el currículo desde marcar exclusivamente
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las necesidades educativas especiales de un estudiante. Para ello es necesario romper con
el “paradigma deficitario” dentro del sistema educativo dado que todos los estudiantes po-
seen capacidades y necesidades que el sistema educativo en su conjunto debe satisfacer
considerando sus motivaciones, intereses y posibilidades. Es importante anotar que todo
el contexto educativo posee una gran importancia en el momento de determinar las nece-
sidades y de elaborar las respuestas mejor adaptadas, basándose en las capacidades y no
en los déficits. (Muntaner Joan, 2001).
Los cambios de los paradigmas de la exclusión a la inclusión, de la homogeneidad a la
diversidad, obligan a que las escuelas rompan con la característica instructiva y que su
calidad no se limite a los resultados de los estudiantes que mejor se han adaptado a esas
demandas. Una institución inclusiva evitará segregaciones, brindará las mismas oportu-
nidades a todos sin excepción, rompiendo con estereotipos y favoreciendo el desarrollo
integral de todos quienes la conforman.
2.3. PROCESO HACIA UN CAMBIO ESCOLAR: EDUCACIÓN INCLUSIVA
Para dar una respuesta educativa de calidad a la diversidad de estudiantes debemos
partir de la elaboración del Proyecto Educativo Institucional -PEI- con enfoque inclusi-
vo, donde se establecen las pautas de funcionamiento general de la institución.
El Proyecto Educativo Institucional -PEI- es el segundo nivel de concreción curricular;
nos permite plasmar la filosofía e identidad de la unidad educativa en base al diagnósti-
co institucional, a través de la participación de la comunidad educativa (autoridades,
docentes, administrativos, padres de familia, estudiantes) para la gestión administra-
tiva, pedagógica y comunitaria, con la finalidad de promover una educación inclusiva
que atienda a la diversidad de los estudiantes.
EL PEI PERMITE:
» Conocer y priorizar los problemas de la institución, estableciendo las fortalezas, de-
bilidades, oportunidades y amenazas (FODA).
» Plantear con claridad los objetivos, estrategias y metas a alcanzar.
» Diseñar, ejecutar, monitorear y evaluar planes y proyectos para atender a la diversidad.
» Tomar decisiones adecuadas durante la implementación de los proyectos específicos e
incluso durante todo el proceso de la planificación estratégica.
Educación inclusiva y especial 35
PARA LA PUESTA EN PRÁCTICA DEL PEI SE REQUIERE:
» La conformación de un equipo designado en base a consenso por la comunidad
educativa.
» Que el equipo cuente con el respaldo de las autoridades y que se propicie con-
diciones como metas comunes, liderazgo compartido, interacción e involucra-
miento de todos los miembros en los desafíos que se plantee la institución, una
comunicación abierta y efectiva, capacidad para tomar decisiones, atención al
proceso de evolución de los proyectos, respeto a las diferencias que se produz-
can al interior y una capacidad para resolver constructivamente los conflictos.
» Elaborar el POA (Plan Operativo Anual) con el objetivo de poner en práctica el
Proyecto Educativo Institucional, implica un conjunto articulado de acciones en
el que se plasma la misión y la visión.
» Ejecutar el diseño curricular de aula, que corresponde al tercer nivel de concre-
ción, donde se planifica las unidades didácticas.
» Desarrollo de las adaptaciones curriculares que corresponden al cuarto nivel
de concreción curricular y se realizan para atender a cada necesidad educativa
especial.
» La creación de una cultura inclusiva.
Con el propósito de brindar una educación de calidad a la diversidad de niños, niñas y/o
adolescentes se plantea la importancia de una transformación hacia una escuela más in-
clusiva. En esencia este proceso tiene seis etapas:
ETAPA 1: INICIACIÓN
Se busca establecer un compromiso de cambio entre todos los miembros de la comunidad
educativa.
Dentro de esta etapa se encuentran dos fases:
» La decisión de iniciar el cambio.
» La creación de la cultura de mejora.
Lo esencial al momento de iniciar es que todos deseen el cambio, que nace de una nece-
sidad sentida por la comunidad o a causa de presiones externas.
Para que el cambio sea exitoso, deben involucrarse en él, el mayor número de personas,
especialmente los docentes.
Para que este cambio se lleve a cabo y sea sostenible es necesario que la institución tenga
una cultura de progreso, lo cual implica la necesidad interna de mejorar, una visión clara
y consensuada de lo que se quiere lograr, apertura, motivación y compromiso hacia el
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cambio, vivencias anteriores de cambios positivos o negativos, liderazgo claro y positivo
por parte de un directivo competente aceptado por la comunidad y capaz de entusiasmar
al equipo, organización institucional flexible, aprendizaje continuo por parte de los docen-
tes, estabilidad de los profesionales que laboran en la institución y disposición del tiempo
y recursos necesarios para la realización de las actividades de mejora.
ETAPA 2: DIAGNÓSTICO
Dentro de esta etapa se desarrolla una evaluación inicial a partir de la cual se detectarán
las áreas a mejorar. Para que el cambio tenga éxito es preciso contar con un buen diagnós-
tico en el que participe toda la comunidad educativa.
El proceso de evaluación puede variar de acuerdo a la institución y sus necesidades; mien-
tras para unas es preciso un proceso largo y profundo, para otras es suficiente con reunio-
nes cortas y colectivas.
Existen dos modelos de evaluación:
1. Índice de inclusión
2. Modelo de evaluación inclusiva
1.- El índice de inclusión (index for inclusion) fue elaborado por Tony Booth y Mel Ainscow en
el año 2000.
Es una guía de autoevaluación que permite a las instituciones educativas revisar si sus
proyectos educativos, curriculares y prácticas de aula tienen un enfoque inclusivo. Ayuda
a la identificación de las barreras que limitan el proceso de aprendizaje y participación
de los estudiantes. Por otro lado, es una guía de fácil manejo y aplicación para empezar y
mantener programas de mejora.
El índice se adentra y valora las tres dimensiones de la inclusión: las culturas, las políticas
educativas y las prácticas.
2.- El modelo inclusivo es un sistema de evaluación que permite a la institución educati-
va conocer su situación actual en relación a la calidad de la atención que brindan a la
diversidad de sus estudiantes, especialmente a aquellos con necesidades educativas es-
peciales. Permite identificar sus fortalezas y debilidades con el fin de tomar decisiones
acertadas y avanzar hacia mayores niveles de inclusión y de aprendizaje para todos.
Este modelo considera tres ejes para una respuesta eficaz a la diversidad:
Accesibilidad: facilitar recursos, medidas y apoyos para el acceso, la movilidad, la co-
municación, la participación y el aprendizaje de todos los estudiantes.
Flexibilidad y adaptabilidad: capacidad para adaptar el currículo y enseñanza en fun-
ción de las necesidades de los estudiantes.
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Clima socio-emocional: brindar un ambiente de confianza, aceptación y valoración de
la diversidad y de las potencialidades individuales a favor del desarrollo integral de
los estudiantes.
Estos ejes se expresan transversalmente en cuatro áreas que se evalúan y son:
Cultura escolar inclusiva: se refiere a los valores, creencias y actitudes que promueven
el respeto y valoración de la diversidad.
Prácticas educativas para la diversidad: son las acciones, recursos y apoyos que pro-
mueven el aprendizaje y participación de todos, favoreciendo la interacción y enrique-
cimiento mutuo.
Gestión centrada en el aprendizaje y la colaboración: organización, dirección y adminis-
tración de los distintos recursos orientados al desarrollo de una comunidad partici-
pativa.
Resultados: grado de satisfacción y logros alcanzados con la participación de la comu-
nidad escolar, la integración social y el desempeño académico de los estudiantes.
Una vez que se han detectado las áreas de mejora, es preciso priorizarlas en función
de las necesidades reales de la institución educativa y de todos sus miembros, para
lo cual la comunidad educativa debe:
» Jerarquizar las áreas de mejora.
» Seleccionar las prioridades de cambio, que deben ser reales y factibles de rea-
lizar.
» Consensuar las prioridades de cambio.
El análisis FODA (fortalezas-oportunidades-debilidades-amenazas) siempre es una herra-
mienta efectiva para hacer esta priorización en las áreas de mejora.
El diagnóstico no es utilizado como un instrumento para cuestionar los desempeños ni
competencias de los miembros de la comunidad educativa; por lo contrario, busca la opor-
tunidad de apreciar el contexto socioeducativo y contribuir al desarrollo integral de todos
sus miembros.
ETAPA 3: PLANIFICACIÓN DEL PROCESO DE CAMBIO
En esta etapa se planificará el proceso de cambio hacia una educación inclusiva y engloba
los siguientes aspectos:
1. Objetivos y metas: estos se plantean en función de las áreas de mejora priorizadas.
Deben ser objetivos realistas y ambiciosos. Es necesario establecer un cronograma
que permita cumplir las metas.
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2. Estrategias, actividades, beneficiarios y distribución temporal (tiempo y lugar).
3. Responsabilidades y recursos: participantes en el proceso, roles y responsabilidades.
Es necesario que cada miembro de la comunidad educativa tenga una función clara,
precisa y concreta. Se debe aprovechar además recursos de la comunidad en la que
se encuentra la institución educativa. Para lograr establecer las responsabilidades se
pueden hacer reuniones, distribuir roles, crear instancias y toma de decisiones.
4. Evaluación: lo esencial es establecer estrategias para el seguimiento y monitoreo
del proceso (evaluación formativa) y estrategias para la evaluación final del proceso
(evaluación sumativa). En cada uno de ellos se deben incluir aspectos como instru-
mentos, muestra, responsable, tiempo, otros.
ETAPA 4: DESARROLLO
En esta etapa se pone en marcha el proceso de cambio que se ha planteado, los cambios
que se realizarán deben ser adquiridos por un proceso que esté basado en la motivación,
un trabajo colaborador, buena comunicación y un compromiso por parte de toda la comu-
nidad educativa.
ETAPA 5: SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN
Se debe realizar una evaluación durante el proceso y a su finalización. Se tomarán decisio-
nes que permitan hacer futuras adecuaciones en el plan de mejoramiento.
Se debe analizar si se cumplieron las metas esperadas, las que deben tener indicadores
de logro con respecto a los aprendizajes, participación y satisfacción de los miembros de
la comunidad educativa.
Esto permitirá conocer el grado de avance de la institución en relación a la construcción de
una educación inclusiva, ayudará a establecer nuevas metas y líneas de acción consideran-
do las dificultades encontradas en la práctica, recursos, y a la población beneficiaria.
En la evaluación se debe considerar a todos los miembros de la comunidad educativa, en
función del rol y responsabilidad, lo que permitirá tener una visión global para que cada
uno asuma los resultados obtenidos y su compromiso frente al mejoramiento. Otro aspec-
to importante es socializar con la comunidad en general estos resultados y las decisiones
tomadas.
La evaluación debe contemplar el impacto del proceso de cambio en las diferentes dimen-
siones.
ETAPA 6: LA INSTITUCIONALIZACIÓN
La institucionalización se presenta una vez que se ha consolidado el proceso de cambio.
Para asegurar el éxito de esta fase es importante que el cambio se procure en la estructu-
ra, organización y recursos de la institución educativa, se eliminen las prácticas contradic-
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torias e incoherentes con los principios de la educación inclusiva, asegurar la participación
de todos los miembros de la comunidad educativa, fomentar el aprendizaje integral de los
estudiantes, contar con un equipo profesional comprometido con el proceso de cambio.
2.4. CARACTERISTICAS DE LA ESCUELA INCLUSIVA
Una escuela se ha de convertir en eficaz porque consigue mejores resultados de aprendi-
zaje en sus estudiantes, promueve su desarrollo integral, independiente de su situación
social, económica, psicológica, emocional, cultural, entre otras; y porque se encuentra
siempre preocupada por satisfacer y dar respuesta a las múltiples necesidades de los mis-
mos. Además, no solo mide los aprendizajes en los distintos aspectos académicos, sino
que les da el mismo valor a la satisfacción, felicidad, autoconcepto, actitud creativa y críti-
ca de cada uno de los que la conforman. Una escuela inclusiva se ha de caracterizar por el
valor que se da a la diversidad y gracias a esto, la interrelación entre sus miembros genera
oportunidades de aprendizaje entre unos y otros.
La inclusión busca maximizar la presencia, la participación y el aprendizaje.
El término presencia está relacionado con el lugar en el que son educados los estudiantes,
sin perder de vista que la inclusión demanda ciertas condiciones que deben poseer las ins-
tituciones. Sin duda alguna, los lugares son importantes; hay competencias relacionales,
valores que difícilmente se aprenden separados e interdependientes de la participación y
el aprendizaje.
La participación hace referencia a la calidad de las experiencias del estudiante en la ins-
titución, valorando su bienestar personal y social, escuchando sus puntos de vista. La
participación dentro de la inclusión permite ver a toda la diversidad y no se centra única-
mente en los niños, niñas y/o adolescentes con necesidades educativas especiales. Tam-
bién, aprecia todos los aspectos de la vida escolar y no solo del proceso de aprendizaje. La
participación es un componente dinámico de la inclusión ya que todos son reconocidos y
aceptados como miembros de la comunidad educativa.
El término aprendizaje tiene que ver con los resultados activos en relación con el currículo.
Esto se asocia no solo con la evaluación académica sino con la observación y la práctica
en la que se materialice la real percepción de los conocimientos, de tal manera que se eli-
minen las barreras de acceso al aprendizaje.
En este sentido, una escuela inclusiva manifiesta:
• UN SENTIDO DE PERTENENCIA
Establecer una filosofía y visión que genere convicciones en toda la comunidad que
pertenece al establecimiento educativo, y que permite aprender juntos en base a
una cultura inclusiva.
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• LIDERAZGO
La autoridad educativa del establecimiento se involucra activamente con toda la ins-
titución para promover, desarrollar y utilizar estrategias que respondan a las nece-
sidades educativas especiales de sus estudiantes, aspecto trascendental para crear
políticas inclusivas.
• TRABAJO CON FAMILIAS
La familia es parte esencial en la educación de los estudiantes, por lo que la institu-
ción inclusiva debe mantener programas permanentes de capacitación, orientación
y apoyo en el proceso educativo, para que estén en condiciones de apoyar a sus hi-
jos/as en sus hogares.
• COLABORACIÓN Y COOPERACIÓN
Involucra a los estudiantes en estrategias de apoyo mutuo (enseñanza entre igua-
les, aprendizaje cooperativo, enseñanza en equipo, coenseñanza). Además genera
una práctica docente de inclusión y atención a la diversidad (equipo de asistencia
estudiante-docente y equipo transdisciplinario).
• PROGRAMA DE APOYO
Los profesionales del programa de apoyo actúan junto al docente en las salas de cla-
se y todo el personal de la institución se involucra en el proceso de interaprendizaje.
Esta práctica educativa garantiza el éxito de cada uno de los estudiantes.
• OFERTA EDUCATIVA DIVERSIFICADA
Consiste en ofrecer un modelo educativo flexible con múltiples oportunidades de
ingreso a la institución educativa, que promueva y asegure la permanencia, parti-
cipación, promoción y continuidad de todos los estudiantes en el sistema educati-
vo, generando programas y modalidades educativas variadas, ampliadas y con las
adaptaciones indispensables para que puedan responder a las necesidades educa-
tivas de los estudiantes.
• CURRÍCULO INCLUSIVO Y FLEXIBLE
Esto hace referencia a la universalización del currículo nacional, para ello se han de
tomar en cuenta las necesidades de la población escolar a la cual atiende, con el
objetivo de generar un sinnúmero de modificaciones o programas especiales para
un estudiante o un grupo específico. Un currículo debe ser amplio, equilibrado y
flexible; es decir, que permita variarlo o enriquecerlo dependiendo de las individua-
lidades de los estudiantes y de sus contextos. No debe dejar de lado los aportes de
las distintas culturas, el uso de materiales o recursos adecuados.
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• FORTALECIMIENTO DE LA FORMACIÓN DOCENTE INICIAL Y CONTINUA PARA LA
ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD
Responder a la diversidad es un gran reto para el docente, de allí la importancia
de la formación que se le brinde. El docente debe estar en capacidad de responder
a las heterogeneidades presentes en un aula. De ahí cobra importancia la capaci-
tación continua, que contemple la comprensión del enfoque inclusivo y el reto que
implica responder a la diversidad.
Cuando hablamos de características de la escuela inclusiva no podemos dejar de
lado la necesidad de establecer políticas sobre inclusión encaminadas a facilitar y
brindar oportunidades efectivas de aprendizaje a todos los estudiantes, promovien-
do un conjunto variado y complementario de ofertas que forman parte de una red
escolar integrada y articulada. (OIE-UNESCO, 2008).
2.5. EL DOCENTE INCLUSIVO
2.5.1 COMPETENCIAS DEL DOCENTE INCLUSIVO
Álvaro Marchesi señala cinco competencias básicas que se esperan de un docente a
la hora de dar atención educativa a la diversidad:
1. Enseñar a los estudiantes, es decir que el docente sea capaz de gestionar un
aula para que todos los estudiantes alcancen las competencias que se esperan
para culminar los niveles primario y secundario.
2. Organizar el aula para que todos sus estudiantes aprendan con igualdad de
oportunidades. Siendo sensible a la diversidad de los estudiantes, lo que su-
pone adecuar la metodología, para trabajar en grupos diferenciados y estar
dispuesto a ayudar.
3. Favorecer el desarrollo social y emocional de los estudiantes y, en consecuencia,
generar entornos de convivencia equilibrados y tranquilos. Esto supone participa-
ción, diálogo, representación de los estudiantes. Para una sana convivencia.
4. Trabajar en equipo ya que la colaboración es vital para afrontar el reto de aten-
der a la diversidad.
Dentro del trabajo en equipo hay dos niveles:
a. La colaboración, que es conversar con el otro, compartir ideas, charlar; es
cooperación mutua, abriendo y viendo puntos en común.
b. El proyecto en equipo, es desarrollar entre varios un proyecto, una estra-
tegia y ponerse de acuerdo. La función de los docentes ya no es solo tra-
Vicepresidencia de la República del Ecuador 42
bajar y enseñar en un aula con los niños, niñas y/o adolescentes, implica
mucho más que eso.
5. Trabajar con las familias es fundamental en el progreso educativo; exige prepa-
ración, comprensión, empatía, cooperar con ella y saber entender sus proble-
mas y dificultades.
En la práctica docente hay que incorporar dos dimensiones, que son: el ámbito emo-
cional y el ámbito moral.
En el ámbito emocional, la docencia es una profesión cargada de emociones. Se debe
cuidar el equilibrio emocional del docente para evitar que los sentimientos naturales
(frustración, agotamiento, otras) se reflejen de forma negativa en su estudiante.
En cuanto al ámbito moral, la educación supone una acción ética y moral con las nue-
vas generaciones y con el desarrollo de un país.
La función del docente constituye el eje vertebrador de la sociedad del futuro y todo
aquel que la ejerza debe ser y estar orgulloso de su profesión a pesar de las dificulta-
des. La docencia tiene una relación enorme con las posibilidades de transformación
para conseguir una sociedad más justa y equilibrada.
El docente debe tener una actitud de apertura y replanteo. Apertura a no ser “indivi-
dualista”, sino que cuenta con un equipo que lo respalda en la tarea de la educación
inclusiva.
Debe ser un líder alegre, saludable en lo mental y espiritual, para poder desempeñar-
se de acuerdo a las exigencias de la sociedad actual.
2.5.2 EL ROL DEL DOCENTE INCLUSIVO
El docente inclusivo es el promotor del cambio hacia una sociedad más justa, equi-
tativa, incluyente, como actor de la transformación de la educación que garantiza y
permite el desarrollo de los estudiantes y comunidad en general.
El docente es quien mejor conoce las necesidades y características de su grupo de
estudiantes, por lo que le corresponde a él ser un investigador permanente sobre
práctica docente, incorporar y adaptar avances científicos, sistematizar las experien-
cias que puedan ser replicadas, socializarlas e intercambiarlas con otros colegas.
Todo esto se verá plasmado en el momento de adaptar el currículo, propendiendo al
logro de los objetivos a través de los contenidos, metodología, evaluación y recursos
propuestos.
La atención a la diversidad es, sin duda, uno de los desafíos más importantes que en-
frentan las escuelas y los docentes hoy en día, por esto es imprescindible que ellos/
Educación inclusiva y especial 43
ellas tengan la oportunidad de vivenciar estos aspectos, lo cual requiere cambios pro-
fundos en su propia formación.
Para lograr el entendimiento y trabajo conjunto con los docentes, es deseable que la
formación especializada se realice “a posteriori” de la formación general, e incluso
después de tener cierta experiencia de trabajo en el aula.
En primer lugar, las instituciones de formación académica deberán estar abiertas
para formar docentes capacitados y sensibilizados ante la diversidad.
En segundo lugar, se debe preparar docentes para desarrollar el proceso de intera-
prendizaje en diferentes contextos y realidades; y,
En tercer lugar, todos los docentes, sea cual fuere el nivel educativo en el que se de-
sempeñen, deberán tener conocimientos teóricos y prácticos sobre las necesidades
educativas asociadas a las diferencias sociales, culturales e individuales, estrategias
de atención a la diversidad en el aula, adaptación del currículum y evaluación diferen-
ciada, por señalar algunos aspectos.
La atención a la diversidad requiere un trabajo colaborativo, en el que cada cual apor-
te sus conocimientos y perspectivas, responsabilizándose de la educación de todos
los estudiantes.
Los profesionales de apoyo deberán colaborar, nunca sustituir a los docentes en el
análisis de los procesos educativos, identificando y promoviendo los cambios necesa-
rios para optimizar el aprendizaje y la participación de todos los estudiantes.
De esta forma se beneficiará la comunidad educativa, dando respuesta a las necesi-
dades educativas, eliminando las barreras de aprendizaje y de participación, fortale-
ciendo la atención a la diversidad.
Vicepresidencia de la República del Ecuador 44