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Malavassi, A. P. Historia ¿Ciencia, Disciplina Social o Práctica Literaria San José, Costa Rica, Editorial UCR, 2007, Pp. 1-54

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‘lll ey 9 Historia: gciencia, disciplina social o i practica literaria? 1 Cuadernos teorla y metodologia de la Historia nd de Cota Rice Inde Hinons indole todos moter de a seein ny ees Har ‘Ane Pauli Molavoss Agulor explore Contenido Priogo. Un debate necesaro. Ana Paulina Malavassi Aguilar ‘Historia geiencia, dscipling social o prcticalterria? ‘Hector Pérez Brignoli Narrativa histrics y na sin Molina Jiménez iva Hieraia Historia ;ciencia, disciphina social o prctica literari?.. Patricia Fumero Vargas Historia y literatura en el futuro primo: clsolucion de la historia on la fiteratura © profundizacién de un imercambio fructifero entre amas? Patricia Alvarenga Verwtolo {Cmo trabaja Clo? Los dilemas en la construccion del pasado y cl papel de la imaginacién historica David Diaz Arias Historia: cieneia,diseiplina social o préctica literai ‘Una vision neoestructuralista en un contexto de relativizacién del conocimiento Ronny Viales Hurtado 2 8 Prélogo Un debate necesario Ana Pauling Malavassi Aguilar® “Qu fbn hioradorenando ‘hac Mtr’? En gu taba? (Out prndace? nn De que rata este ofa? Misa de Caton! {Es la Historia una cioncia social, yo que los historiadores utlizan el método cientfico para sus investigaciones? {Es la Historia tan solo una diseplina socal, dado que los historindo- res no enuncian lees? {Bs la Historia simplemente una prtica Titerarin? Estas son las tres interrogantes especiicas que se des- prenden de la pregunta generadora de este fasciculo: Historia (eiencia, disciplina social 0 préctica iteraria? El trasfondo de tal interrogante nos remite a fa naturaleza de | Historia y «sus procedimientos de eseritura que han estado en un costae proceso de revisin. En Ia atu la mejor mes- tra de ello son Ins criticas vertidas por autores como Michel de Certau (La escrituna de ta historia, 1975), Paul Veyne (Como se excribe la historia, 1971), Hayden White (Metahisoria, 1973; El contenido de la forma. Narrativa, discurso y representact6n his rica, 1992; El texto histdrico como artefact lterario, 2003), Paul Ricoeur (La memoria, la historia, el olvide,2000) y Facques Rancigte (Los nombres de la historia, 1993), las euales han dado Docete en i Excel de Historia y en In Escula de Ustuios Generales fe inestigdorn en ol Cento de Tvestigicones Histrieas Je Améice Cental (CIHAC) 8 Ia Univer de Costa Rica. Coneo elecénico ruivastcariariucac.e origen « un amplo debate sobre el narrativismo y las tradiciones hhermenguticas. Las eriticas mas fuertes han sido vertidas por ‘White, quien ve en la Historia fa combinacién de una eiencia social y um arte narrativ, [Este debate sobre Ia veracidad histrica dehe ubicarse en el ontexto de Ia denominada discusiGn modecnidad-posmaderni- dad, ya que la Gitima ha tepresentado todo un reto para los histo Fiadores, porque coloes en tela de juiio el sentido de la historia, ‘su funeién socal, su futuro y su modelo teérico, favoreciendo el advenimiento de discursos como “el fin dela historia” y de cons- ‘rucciones ideolégicas como el neolihealisine que, en el caso de. América Latina, han truncado el desarrollo de una teorfa social propia. Con el propésito de comprender el debate posmnoderno, es necesario tener presente que la Historia, tal coma Ja entendemos, fen la actualidad -como ‘rato de ln moderna y que es hasta el siglo XIX cuando, desde positivisme 0 historicismo, se intenta imprimisle un cardeter cientitic; es decir, converts en conacimiento postivo, Fl pos Livismo enfatiza en el acopio de datos ¢ informacién por medio e la hermencutica, asf como en la ubicacidn de los hechos en el ‘mareo de un discurso narrativo de corte cronokigieo, aqui radica cl gran aporte del positivism; dent de esta corriente, Historia ¥ politica van de la mano; la teoria y Ja divesifieacign temétien Gificitmente encuentran un espacio donde asentarse; Ia historia relato continua siendo el principal marco de sec, Pronto surgen las erticas, la Escuela de Marburgo euestiona <1 concepto de ciencia utilizado por los positivistas, Dilthey est blece una distinci6n entre las Ciencias Naturales, que conciben su ‘objeto libre de valores y de sentido, y las Ciencias del Esprit, (que al referir su objeto valores le eonfieren sentido. Al quedat Ja Historia incluida dentro de las skims, su trea es la compeen- ‘sién de los hechos particulares. Estos seflalamientos son muy importantes, porgue ponen en entredicho el rigor objetivo del Positivism, para dar paso a un cierto sentido de subjetivismo: es, ras cei ca at i ‘decir, se toma conciencia de que el pasado no poede estudianse desde el pasado, sino desde el presente Las critcas posteriores al positivism, procedentes det mar- xismo y de In Bscucla de los Annales, serén vitales para hacer de la Historia algo més que un edimulo de datos, al otorgarle tun papel central la interpretacién al relacionarla con Ja com- pronsign del pasado; surge as{ Ia historia de las estrucuras. El ‘maraismo, con su énfasis en la lucha de clases como motor de {a historia, permite analizar la sociedad a parti de fa dialética centre Tas estructuras econdmicas, sociales y polticas, las mani festaciones ideolégicas y Ia cultura en general, El marxismo porta a la Historia uns feoria general del movimiento histérico, una problemstica ¥ na terminologies vital pura el surgimien- to de la historia econémica y marea nuevos desroteros para la historia social, Annales constituye una teorizaciOn desde Ja investigacida histrica, la cual enfatiza que Ia meta suprema de In Historia es estudiar la vida del hombre en sociedad en ese sentido, sus mayo= res aportes son: el interés por la historia totaizamte en conira de 1a fragmentacin dela Historia en diferentes ramas y i muliis- ciplinaridad en demério de Ia historia factual y politica La preocupaciin por introducir el enfogue cientifico & Ia Historia, no sélo se cukiva en Europa, sino también en Estados ‘Unidos através de Ia Nueva Historia. Desde esta dita corriente se lanzan Tuertes erlieas en contra de la ebjetividad del conoc mint histrico, aungue se le reeonoce su carder utilitario, asta aguf podrfamos afirmar que la Historia es concebida como una ciencia, hija de la modernidad. La modernidad como proyecto lo que busea es el pragresn econsémico, social y moral de In humanidad a costa del desarrollo cientifico tecnolégico. Con la modernidad el culto a la razin se constituye en el instru mento regulador de la sociedad; surgen también los metarelatos de las Ciencias Sociales (nrxismo, funcionalismo y estructu- ralismo) que ensayan explicaciones omnicomprensivas sobre el desarrollo social ai nde erty Mma dni Sin embargo, desde medisdos del siglo XX, especialmente en Jas tos tes deca, se ha desarrolad wn critica mordar ‘contra os resultados reales cle Ia modernidl materilismo, ut tarismo y pragmatismo, Este euestionamiento ha dado origen @ un Peligroso discurso anthistrico, sein ef cul lt Historia ha pe do su funcionslidad social en el presente, a ligirsce cone fallido proyecto de In modernidad, "se presende que to hstirico es una forma de pensamiento exclusivamente moderna que va dejando de tener sentido en nuestro nuevo mundo postmoderno”? La anterior ectca, sumadu a la dispessin tematica y meto- dolgica de Ia disciplina, se ha convertido en el principal incen- tivo para que en la actuaidad insistentemente se hable de crisis dle Ia Historia, crisis de los paradigmas referenciate, dispersin del objeto histérico, crisis de Ia funciéa bistérica, retorno de la historia narrativa sin compromiso social y al servicio el poder, Y “por si fuera poco, el giro linguistico ha dejado sentir su ‘efecto suscitando un gran debate en toro al relato histérico come forma narvativa sometida a fas reglas, y alos limites, de cualquier narracién’® Lu diseusin sobre el relato histérioo tiene serias implicacio- res, ya que su trasfondo es Ia objetividad y la espocifividad de la Historia, Es en este contexto que debe ubicarse el contenido del presente fasecuto Este fasefulo ha surgido como iniciativa de la Seceién de ‘Teoria y Métodos de Ja Bscuela de Historia de la Universidad, de Costa Rica, con e! propdsito de introdueir a fos estudiantes, tanto de la cartera de Historia como de otras dseiplinas sociales, a diseusi6n sobre las tendencias més recientes en cuanto a Is construccién del conocimiento histrico. La confecciGm de este ‘opaisculo ha sido posible gracias « la valiosa y generosa colabo- sacién de doventes de ia Escuela de Historia de la Universidad "Navional, asf como de la Escuela de Historia y de la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica, Esperamas ‘ue le publieacién cumpla con su objetivo y se constituya en Ia base para la reflexién y el andlisis rr ci ta ce eat Ne 2 a ve tern or SN ae SS ey tee ae aetna neat ee tears a XpweshowpageteT ncia, disciplina social © practica literaria? tor Pérex Brig 1. La historia es un saber cienifico, no una eiencia en el senti= do de una diseiplina con sus propios enfoques te6ricos y un objeto de estudio deimitado,y también una prctica leraria [No sé bien qué quieren decir con diseiplina social, pero si apantan & que el copocimiento histGrico cumple una funcién importante desde el punto de vista sociocultura, mi espues- taes también afirmativa, 2. Lahistoria se ocupa de estuary reconstruir el pasado de las sociedades, desde perspectivas, preguntas y preacupaciones {efinidas en el presente, En este sentido el pasado es siempre algo construdo, © mejor dicho, reconsiruido. 3. El conocimiento histérico se basa en fuentes, ante todo eseri- 1s, sometidas a un doble proceso de critica: externa 0 de autenticidad, © interna o de veracidad. Los procedimientos Iisicos de Ia critica de documentos fueron estableeidos en el siglo XVII y alimentaron ya la historiografia producida bajo fa Hustracién, 4. La intexpretacion ylo explicacion de los procesos recons- ‘vidos con base en Ia critica de documentos se efeetia Profesor Emit ssl de Histor, Universidad de Costa Ri, Try Meee ie ‘pnd mln cg vi cre ra dcpins dea cis socal) hans, Dea sek XVI Ie hoiopra se tin connant ce inca Lav ehorciones eras xsi opropis de hsris += ban lniado a mrad epi ep peso sacs) yao esa tas, npn, cane, chins corse). Las inode hn ao *io tas, enemas iets reat se oss, genrlnete pcs acadsy comer etn, tv ural mand de stn, Loses ea vestige expest nun ics iter, gteraentenaa Ex pul gs on tn fat ceca seen tnd oa alos como exes cts de lhisigas Fem ene on 10 de pric hea oie gu stra se een Yen et sen, pred cncwtoo lunoven Lorne 3174.1 elds, pee expan dren Ls historias csrben sina pr da icon ieee come de Ntifres ue pds desurale leg excita sl inal oka ents) yun conn spose, sn vedo estan dees y cles hasta prfscrales, lnprtane pio itor de ls historians trae ee func ois de hse ns ela ue el paso se neon dee feet no ie desir ue se “Poin cua nov Hy ant ane sn dl sate hitrico es ansmt tna ener 8 Lo que cabo ms ten nections cxpecaes ys enta Sun Pero, 11 de jaa de 2008, Narrativa historica y narrativa literaria* Jin Motina Jimeénee** Uhimamente, algunos autores ~especialmente erficos Tite- rarios- han vuelto insstr en las semejsuzas entre la narrativa histvicay la iteraria; a lx vez, han revalorado la novela histriea ‘camo una via para conocer el pasado, Voy a explcar por qué no ‘compart tal posicisn. Brapiez0 por inlicar que parto del supuesto de que, a pesar de Iss limitaciones empiricas, metodoligicas y ‘concepiiales de toda investigacionhistrica, es posible conocer et ‘pasado y aciaro que al reforirme ala dsciplina histrica, la consi- ‘ero comio parte de la ciencias sociales y, por tanto, esencialmen- te distinta de la historiografiaepisédiea 0 apologésica, No voy a nogar que las erfticas de Haylen White y otros han sido muy diles, en algunos casos, en poner en guardia a 1 exo se ba en ua coafeonaimpentin #9 de oetuteen I Bates Juin Gare Monge dea Universidad Nacional en l marco del X Congreso Nacional de Flog, Lingisies y Literatura “Alvaey Quesada Sowo” (Uevedin, Cota Rich 10 de ostbre, 2003). La primera versn se publics fn Tuo, Revista vu de exude Herris Yeulaescentroamericans No # (ene jin, 2009, hpayienionedleibortions tn! Proyectos? *Caedticods a asula do Historia einsestzndor de Cem deavecgcion « Kenhd y CutraLatinoamericonas (CUCL de a Universe de Conta Ric, Coren lerraico: sane creer sbi del is los historiadores sobre ciertas debilidades analiticas de sus harrativas, particularmente cuando los estutiosos del pasado analizan procesos cuya vetficucién directa es muy limitada.! Sin embargo, aceptar que lo que ol historidor produce no es ins que otra forma de ficeiGn, implicaria descartar no solo Ta posbilidad de lx historia como diseipiina social, sino impugnar 4a pertinencia de fas ciencias sociales mismnas. Lievade al exre- ‘io este posicién conduciia a defini todo conacimiento sobre social como fieidn, Paul Ricoeur, al polemizar con Hayden White, preci el unto clave del debate, cuando destues que la teoria retsriea de este timo pierde de vista un aspecto decisvo. Si bien, es log ‘io trtar Ins estructura profundas del imaginaro com matrices ‘comunes que generaron tanto Ia reacién de ls argumentos de las novels de las obras histérieas, como lo demuestra la imbrica- 1. (Puede equipararse la narrativa historica ala literaria? La narraiva literoria estéorpanizada segtin un principio dra Indtico y su verosimitind depende exchusivamente de ta capac «dad det escritor para convencer a los lectores de aceptar las reglas ‘que 1, individual y arbiteasiamente, ha definido, Ee contrast, la narrativa histrica tiene un ejeanaitico y, pese & que el historia ddores el que selecciona el tema, las fuentes, la metodologiay los Conceptos, realiza sus escogencias a partir dc los paradigmas de las ciencias sociales, es decir, de un marco referencial que, ade- nds de estar mas all de , es producto de um quehacer enlectivo transnacional AA diferencia de la narrativa leraria, cuya complejidad est ‘en funcidn inieamente de eésmo el escritor organiza la trama, rie i nol itt te inc eta on alg ms ue apse de rains deinen. Ant, et pole de rerecatidad rm, egrin y socalb o ne pe amt De seu ee sind seen Stel el anise ela cl depend lao ele uae serpin inaric Poss es pos, ay oe ie stem, conn aga slider de nvidia Spon ys trramcme eat yo clita Yar Spa an nse! nto mcsaro cnt dei cnet {Rien ee elena, snl fide salar porte poi ser coper desta leone enn waco Hes 3 tint compat Por, nat errr nor apace cai ahr seman, myerarnenteneae Scenics etsy nen leis in seams por popes ae por snd nee Snips cath a ees cece por ST ew de gr inal, en ees de Se po tet eros prs on pre my fee 8 I proce hsergre, Cabo ai tan ue, por fevone! obo a sin dels near {Cewperanets smal pono ab ruses &: amp ens ste 0 edna de lo soos seis ques nie pores 2. 4s vl evalar obras istveas Tterarias con los mismos erierio Enpecomos por aio ov era do oc sie ert aun premio ceiling on wet ei, evr cyos rer deevalacn pd er por aes tat ein como eta amples Gvergetes, Ea hi tra pc 9 ein wos ners en ron teas sgl pate ner ites inp ome sist Tore ean el lj cde ton et sempre 6 anna erty nade te Paradigmas de ls ciencis sociales, Comnmente, toda erica de us trabajo histGrio claborada por un cientifiee social se concen tra en Ie escogencia y el tratamiento de ls fuente, los métotos ¥ conceptos utilizados, Ia representatividad y la escala de los fenimenns bajo andliss y 1a dimensign historia y tedricamente ‘comparatva de ls resultados, Result indudable, una obra historia escrta con un compe tente dominio det idiom y un estflo ameno puede suscita elogios de parte de los historindores por tales caracteristicas. Su valor sin ‘embargo, no depende en nian sentido importante de la foros, sino de su adecuacin las exigenctas de los paradigms de las ciencias sociales, el cual descarta Ia estétca. Pareceria asi una ‘contradiccién pensar en un texto literario de alta estima entre | critica que estuviera pobremente escrito, peto en hisiria es posible encontear obras cientificamente relevantes cuya redacciGn Por decir lo menos apenas supera el imtite de lo aeeptable. ‘Una ditima rez6n por la cual obras lterariase histéricas no calidad de las fuentes para amplios periodos de Ta historia 8 % ttt i ‘como la complejidad de los procesos hist6ric« aber a ponbilda de uc mesma ease th de dia scones de san yb faders, ‘enciows Ber puso queen I ssn tts evr ati xn ama sa meio ars canoe Hrs a iad ccs Se hs mis eves Paral halos imaging sun ecuno vil Si eee des ve ‘st ese a ei pcos es ‘an aapretr las teclas de su computador personal para empezar a Tmovdelar ese mundo que se erefa perdido y que él, cre, inlentaré ecuperae. En sus espaldas siente el peso de sus antecesoresy I mirada de sus contempardneos. Al comenzara divisar sus esha dos se sone. Se afirma para sf que ests descubriendo algo impor- tante, Se sumerge en su tareay dieiia un estudio que adquere ls “oct on le Excute de Historia y en Esia de Eston Genes ves ene! Cento de TnveiacioncsMistieas de Amirien Cental TOAE) Gols Unneridad de Cste Rca. Coren elerinio: cis. 36 andere Me et ine forma de un andlisis. No obstante, en su viaje por la construcciin de sus argumentos, qué lo hace asegurar que a logiado su come. tido de recobrar ese passdo y no que en su lugar ha modelade uy trabajo de fcciém literaria? Es inspeceién del pasado con el objeto de encontrar en una ‘walidad es Ia constante misién de Ia Hisioria. Al hacerlo, utlia tos rasttos de ese pasado que son posibles de Iocalizar en el pe. Sente y que pueden ser de tipo tan dives como el documento off. ial pasando por i memoria, las tas, os documentos juivicles 1esperiicos, lus revises, las fotograias, hasta avanzar hacia ag revista de historia ora, a pitura, la escuture, fa Literatura ain iis, Mare Bloch, el destacado histariador francés, yu habia ‘nunciaclo esta multiplicidad de fuentes en el quehacer invests gativo de la Historia, cuando seis, en su thimo texto (antes dle ser baridofisicamente por uno de fas fenmenos sociales de 21 historia del siglo XX), gue la diversiiad de los tetimenios bistsrcos era infinita! Como mirando a través de un prisma, ok mundo del que hablan esos ress es, como elles, heterogeneo » fegmentario (en algunos periodos mucho mis queen oro), no preitoy Meno de juicios. Con estas claves, el histriador lore encontrar pequetias piezas de un rompecabezas que él mismo va Benefando y at que él mismo va déndole coberenci, El resultado sperado sera la reconstrucciém de una imagen de las sociedaes pretéias curren, sin embargo, tes cosas constantes en este trabajo {ie suelven més compicado su tayect, Primeramente, el pro blema pasa, estudisdo desde cl presente através de documentos ‘Que nos hablan acerca de i, est muchas veces construido desde a isi de alguien yen ese sentido, conservado con hse en una Percept de lo ocutrido que no necesariamente puede interpre: tarse como Ia realidad. La duda que tal cosa geneeaes si se eed haciendo andlisis de una reatidad 0 si se es dlisearso de alguien acerca de esa realidad. Por ue se acerwa a descifrar tas fuentes también ve Jo fecta en sus representaciones y quo f i ‘otro lado, aquel posce un mundo invita a leer desde 0 Al ein oni Sa omit ci venient Goreme er Se A ru evn a ons 9 < aman visién del presente en el que vi slaps dace vo gery frat mnie ont aes Pe fio asailo © el historiador se disc coe ecm ‘ea a cidén de las fuentes? En tal caso, (0 fepeienelertaratiaie oo psi dns eee ps ws ve i rca Fae ere cand ‘se arma 1a interpretacién, en el resultado final avis i ce le las pievas, hay espacios incompletos generac aan evan ctl cami imei ls peas Bee ars a wenta entances cs fr cms ase gn i fessnshcem ministerial ‘de Edouard Manet-presenta un paisaje que nos aan sme ee er mv Wn ire cand seer de pis? ES tes tes en i in sera tt con maps “ipl ens cone Spee ae Tens citrs easiest wri cera a eh sive ot eh posi sath anere amgo Fs, ged a ae naar post un rat aaa ct 10 puede aspirar a ser ciencia, en ronda opis se ch ence hess ee pia oo ne cr pres pts i ip nace cv ge eb Dessert sina st Se ac, ou ama a se pa Stim sapran pan cna pr caret oe Cs eon tu eo ani a dv Cos ri ene Ec alc Misono 99303 “ a Etec eo ae . uso ei fs pine en Iga css hen ce steno» comer coc ec fre a etc nage an oon apts haan po ea “ies Cine pr brisbane he id sili deer a an ona ese se hie, antennae en ca ste dca s am de ein a isa Cnn dees pael oh ech en gute am funciona lo cientifico en esta disciplina,* “ suntan npr po an ee elecnspli us td oe ss sn ams dina 5 oe athe ‘escuelas historiogrificas mas importantes del siglo ses "in cesin des! tesco plo em pss ‘iencia, los historiadores inte in shines coco ple naturales y en ese camino una buena ta de brine qe cin rat esto ifn ye amc eo mtn se finer ptr ‘erin mes ean sn) La roe alr ened Catia Po also lo economicist code Be crac i isco ts ce fie seid eto nesta sain ci6n, ta Rica, claramente, una buena parte de on dels hyp ed BB, concen te cust esonmicey denogti,ientaon hae conn ise des ee pga nies Si mv pric are » El problema de estas formlaciones fue valorado pore histo riador inglés Lawrence Stone en un polémico aniculo publicado fen 1979? Su erica partié de sofalar que este tipo de Historia hhabia generado un desencanto, aunado a una dectinacién en et ‘compromiso ideakbgico entre los iniclectuales accidentales, un reconocimiento tardfo de fa importancia del poder, un vocab: lario hiperespecializad en modelos mateméticos y el registro tmixto de Ia cuantificackén, que generaban un rechazo hacia el testo en que se habia entendido la Historia, Es importante iedi- ‘car esto porgue, et la contemplacién de Ia encrucijada a la que tentsé Clio & principios de la década de 1980, se deben buen parte de las preguntas que se han hecho al inicio de este ensayo Y que ahora couviene reseatar. ‘Si a reaccién al historiismo cisco fue la visign de Ta “Historia como uni ciencia capar de cuantficarse, la accin frente ‘este parsaligna fue la cosecta de una Historia de estilo amen, tencantada con el detalle coidiano y exzaora de historias partiew- fares, El anbelo por consteuit una narraiva atractiva hizo que 36 produjera un acercamient fuerte entre Ia Historia y la Literatura, {gue ha terminado por impactar a amas de manera distnta. En 1 cas0 de ciertos historiadores, este acercamiento promovi6 fa falsa crecacia de que utilizando la narracién tena asegurada un kternativa alos sistem te6ricos, Estuban equivocados. Entonces, ,o6mo interpretar los dilemas de Ia eonstruccién del objeto en Ia investigacion histrica a Ia lz de estos debates? 'No parece existr una contradicciOn importante en el hecho de acerearse al pasado desde los discursos que este pasido nos ba ‘dejada y ef interés por descubrir a partir de lls una reacad social modelada en ese pasado, Percatarse de que las fuentes estén ccargidas de visiones de} mango no involucra, inmediatamente, tina descalificacign tal que a partir de elas sea imposible recons ‘ruir fos rasttos de realidad que cl historiador persizw. Si bien kt descrigcin es subjetiva, cs posible lecrla en sus espacos fibres, fen si silencios y sinsabores, y es posible advertir, més allé del ‘discurso individual, una realidad social histiea, Asimisao, le *» oar eel de awa atin del material producido en una comunidad de histori sores een cera forma tna garetia de que ef producto toned valde sus afiemaciones, Por ot lado, el discurso del hisoriador esa mal escondio wando, «fuera de creer que los mimeros hablan de forma obj. va, se construye la iden de redimir la subjtvidd del et tra com el dito exaco, el lenguaje matemitico las teoriss puestas ‘tt marcha sin mucho dilogo eon la metoologta de ands dela Historia, F “cintticismo” que resume esa posiin ex problem. tio, ao solo porgue amarra el vwcabulariohistrico, sino porque consraye 1a falsa ides de qu Jos resultados finales son ince tionabes. EI hstriador cataln Josep Fontana anot lo patice de al vsin cuando seilé que la concepcn de cient gue opera en cla es, a todas luces, una eoncepeiin completamente Superada.*Apartada de est ala soli, la Historia no debra en stoi, rfiere ane todo al comportmiono y a sigifieado Sinblcodeos hechos eque en a prctica ha redundado en una Sproximacién corcana a a antropoogf cakuraly simbolica at decontructiviomo.! a neoistorcismo" yal dialog. “Tampoco despreco Is dimension dicotémies © mukidizen- siooat si se quiere, que plantean los feuémenos hiséricos ast como su causalid: las dimensiones estructural y Js repe- Sentaciones sociales que, 0 ambos casos y como plantea et eloque posmoderno de la Historia, son construcciones sociales, ho mers objtivaciones, pero no concibo ta Historia sin teria y Sin eausaidd de ali queen mi perspectiva de I Gisciptina social, fa descripcién la conetbo como una operacin Jmportante, per incl y la parte mds prfenda, que comports dines interpretativos ubicados en ls noelosy esquemasteri- cos desarollados desde Ta Historia y Ja eora social, esl inter Spretacién basada en la eora, con un potenal de eransfrmar It 1, asf como con ua posiilidad cde comprener 1s teorka origi sociedad en divers tiempos y espacios. 'Bs mis, la tipifieacidn que hace Hayden White de In Historia ‘como vexto y discurso, en el danbito de le relativizaci6n posmo- ema, integrs elementos de discusi6n importantes pero, desde ti panio de vista, la desoripeign final obvenida es, asimismo, un tiseurso, sobre otros probable, sobre una representacié de Ia sociedad, por lo que esta perspectiva induce # una trampa, 2 el sentido de limitar tos aleances de una Historia mas explicatva La trampa del alcance limitado de la Historia explicativa DDefinit sila Historia es una préctia literati, una disciplina socisl o une cigncia es tna labor interesante, siempre y cuando se haga a partir dela consieracion de que el observador enon- ‘ia su punto de partida (a su concepcisn de Ia Tistoria, fo que Senominamas aneriormente como posicion histérica"* para jeurse en la dimensign de la discusion contemporsnea que;

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