0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos) 215 vistas33 páginasMalavassi, A. P. Historia ¿Ciencia, Disciplina Social o Práctica Literaria San José, Costa Rica, Editorial UCR, 2007, Pp. 1-54
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Historia: gciencia, disciplina social o
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practica literaria?
1 Cuadernos teorla y metodologia de la Historia
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‘Ane Pauli Molavoss Agulor exploreContenido
Priogo. Un debate necesaro.
Ana Paulina Malavassi Aguilar
‘Historia geiencia, dscipling social o prcticalterria?
‘Hector Pérez Brignoli
Narrativa histrics y na
sin Molina Jiménez
iva Hieraia
Historia ;ciencia, disciphina social o prctica literari?..
Patricia Fumero Vargas
Historia y literatura en el futuro primo: clsolucion
de la historia on la fiteratura © profundizacién de un
imercambio fructifero entre amas?
Patricia Alvarenga Verwtolo
{Cmo trabaja Clo? Los dilemas en la construccion
del pasado y cl papel de la imaginacién historica
David Diaz Arias
Historia: cieneia,diseiplina social o préctica literai
‘Una vision neoestructuralista en un contexto
de relativizacién del conocimiento
Ronny Viales Hurtado
2
8Prélogo
Un debate necesario
Ana Pauling Malavassi Aguilar®
“Qu fbn hioradorenando ‘hac Mtr’? En gu taba?
(Out prndace? nn De que rata este ofa?
Misa de Caton!
{Es la Historia una cioncia social, yo que los historiadores
utlizan el método cientfico para sus investigaciones? {Es la
Historia tan solo una diseplina socal, dado que los historindo-
res no enuncian lees? {Bs la Historia simplemente una prtica
Titerarin? Estas son las tres interrogantes especiicas que se des-
prenden de la pregunta generadora de este fasciculo: Historia
(eiencia, disciplina social 0 préctica iteraria?
El trasfondo de tal interrogante nos remite a fa naturaleza de
| Historia y «sus procedimientos de eseritura que han estado en
un costae proceso de revisin. En Ia atu la mejor mes-
tra de ello son Ins criticas vertidas por autores como Michel de
Certau (La escrituna de ta historia, 1975), Paul Veyne (Como se
excribe la historia, 1971), Hayden White (Metahisoria, 1973; El
contenido de la forma. Narrativa, discurso y representact6n his
rica, 1992; El texto histdrico como artefact lterario, 2003),
Paul Ricoeur (La memoria, la historia, el olvide,2000) y Facques
Rancigte (Los nombres de la historia, 1993), las euales han dado
Docete en i Excel de Historia y en In Escula de Ustuios Generales
fe inestigdorn en ol Cento de Tvestigicones Histrieas Je Améice
Cental (CIHAC) 8 Ia Univer de Costa Rica. Coneo elecénico
ruivastcariariucac.eorigen « un amplo debate sobre el narrativismo y las tradiciones
hhermenguticas. Las eriticas mas fuertes han sido vertidas por
‘White, quien ve en la Historia fa combinacién de una eiencia
social y um arte narrativ,
[Este debate sobre Ia veracidad histrica dehe ubicarse en el
ontexto de Ia denominada discusiGn modecnidad-posmaderni-
dad, ya que la Gitima ha tepresentado todo un reto para los histo
Fiadores, porque coloes en tela de juiio el sentido de la historia,
‘su funeién socal, su futuro y su modelo teérico, favoreciendo el
advenimiento de discursos como “el fin dela historia” y de cons-
‘rucciones ideolégicas como el neolihealisine que, en el caso de.
América Latina, han truncado el desarrollo de una teorfa social
propia.
Con el propésito de comprender el debate posmnoderno, es
necesario tener presente que la Historia, tal coma Ja entendemos,
fen la actualidad -como
‘rato de ln moderna y que es hasta el siglo XIX cuando, desde
positivisme 0 historicismo, se intenta imprimisle un cardeter
cientitic; es decir, converts en conacimiento postivo, Fl pos
Livismo enfatiza en el acopio de datos ¢ informacién por medio
e la hermencutica, asf como en la ubicacidn de los hechos en el
‘mareo de un discurso narrativo de corte cronokigieo, aqui radica
cl gran aporte del positivism; dent de esta corriente, Historia
¥ politica van de la mano; la teoria y Ja divesifieacign temétien
Gificitmente encuentran un espacio donde asentarse; Ia historia
relato continua siendo el principal marco de sec,
Pronto surgen las erticas, la Escuela de Marburgo euestiona
<1 concepto de ciencia utilizado por los positivistas, Dilthey est
blece una distinci6n entre las Ciencias Naturales, que conciben su
‘objeto libre de valores y de sentido, y las Ciencias del Esprit,
(que al referir su objeto valores le eonfieren sentido. Al quedat
Ja Historia incluida dentro de las skims, su trea es la compeen-
‘sién de los hechos particulares. Estos seflalamientos son muy
importantes, porgue ponen en entredicho el rigor objetivo del
Positivism, para dar paso a un cierto sentido de subjetivismo: es,
ras cei ca at i
‘decir, se toma conciencia de que el pasado no poede estudianse
desde el pasado, sino desde el presente
Las critcas posteriores al positivism, procedentes det mar-
xismo y de In Bscucla de los Annales, serén vitales para hacer
de la Historia algo més que un edimulo de datos, al otorgarle
tun papel central la interpretacién al relacionarla con Ja com-
pronsign del pasado; surge as{ Ia historia de las estrucuras. El
‘maraismo, con su énfasis en la lucha de clases como motor de
{a historia, permite analizar la sociedad a parti de fa dialética
centre Tas estructuras econdmicas, sociales y polticas, las mani
festaciones ideolégicas y Ia cultura en general, El marxismo
porta a la Historia uns feoria general del movimiento histérico,
una problemstica ¥ na terminologies vital pura el surgimien-
to de la historia econémica y marea nuevos desroteros para la
historia social,
Annales constituye una teorizaciOn desde Ja investigacida
histrica, la cual enfatiza que Ia meta suprema de In Historia es
estudiar la vida del hombre en sociedad en ese sentido, sus mayo=
res aportes son: el interés por la historia totaizamte en conira de
1a fragmentacin dela Historia en diferentes ramas y i muliis-
ciplinaridad en demério de Ia historia factual y politica
La preocupaciin por introducir el enfogue cientifico & Ia
Historia, no sélo se cukiva en Europa, sino también en Estados
‘Unidos através de Ia Nueva Historia. Desde esta dita corriente
se lanzan Tuertes erlieas en contra de la ebjetividad del conoc
mint histrico, aungue se le reeonoce su carder utilitario,
asta aguf podrfamos afirmar que la Historia es concebida
como una ciencia, hija de la modernidad. La modernidad como
proyecto lo que busea es el pragresn econsémico, social y moral
de In humanidad a costa del desarrollo cientifico tecnolégico.
Con la modernidad el culto a la razin se constituye en el instru
mento regulador de la sociedad; surgen también los metarelatos
de las Ciencias Sociales (nrxismo, funcionalismo y estructu-
ralismo) que ensayan explicaciones omnicomprensivas sobre el
desarrollo socialai nde erty Mma dni
Sin embargo, desde medisdos del siglo XX, especialmente
en Jas tos tes deca, se ha desarrolad wn critica mordar
‘contra os resultados reales cle Ia modernidl materilismo, ut
tarismo y pragmatismo, Este euestionamiento ha dado origen @ un
Peligroso discurso anthistrico, sein ef cul lt Historia ha pe
do su funcionslidad social en el presente, a ligirsce cone fallido
proyecto de In modernidad, "se presende que to hstirico es una
forma de pensamiento exclusivamente moderna que va dejando
de tener sentido en nuestro nuevo mundo postmoderno”?
La anterior ectca, sumadu a la dispessin tematica y meto-
dolgica de Ia disciplina, se ha convertido en el principal incen-
tivo para que en la actuaidad insistentemente se hable de crisis
dle Ia Historia, crisis de los paradigmas referenciate, dispersin
del objeto histérico, crisis de Ia funciéa bistérica, retorno de la
historia narrativa sin compromiso social y al servicio el poder,
Y “por si fuera poco, el giro linguistico ha dejado sentir su
‘efecto suscitando un gran debate en toro al relato histérico
come forma narvativa sometida a fas reglas, y alos limites, de
cualquier narracién’®
Lu diseusin sobre el relato histérioo tiene serias implicacio-
res, ya que su trasfondo es Ia objetividad y la espocifividad de la
Historia, Es en este contexto que debe ubicarse el contenido del
presente fasecuto
Este fasefulo ha surgido como iniciativa de la Seceién de
‘Teoria y Métodos de Ja Bscuela de Historia de la Universidad,
de Costa Rica, con e! propdsito de introdueir a fos estudiantes,
tanto de la cartera de Historia como de otras dseiplinas sociales,
a diseusi6n sobre las tendencias més recientes en cuanto a Is
construccién del conocimiento histrico. La confecciGm de este
‘opaisculo ha sido posible gracias « la valiosa y generosa colabo-
sacién de doventes de ia Escuela de Historia de la Universidad
"Navional, asf como de la Escuela de Historia y de la Escuela de
Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica, Esperamas
‘ue le publieacién cumpla con su objetivo y se constituya en Ia
base para la reflexién y el andlisis
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© practica literaria?
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1. La historia es un saber cienifico, no una eiencia en el senti=
do de una diseiplina con sus propios enfoques te6ricos y un
objeto de estudio deimitado,y también una prctica leraria
[No sé bien qué quieren decir con diseiplina social, pero si
apantan & que el copocimiento histGrico cumple una funcién
importante desde el punto de vista sociocultura, mi espues-
taes también afirmativa,
2. Lahistoria se ocupa de estuary reconstruir el pasado de las
sociedades, desde perspectivas, preguntas y preacupaciones
{efinidas en el presente, En este sentido el pasado es siempre
algo construdo, © mejor dicho, reconsiruido.
3. El conocimiento histérico se basa en fuentes, ante todo eseri-
1s, sometidas a un doble proceso de critica: externa 0 de
autenticidad, © interna o de veracidad. Los procedimientos
Iisicos de Ia critica de documentos fueron estableeidos en el
siglo XVII y alimentaron ya la historiografia producida bajo
fa Hustracién,
4. La intexpretacion ylo explicacion de los procesos recons-
‘vidos con base en Ia critica de documentos se efeetia
Profesor Emit ssl de Histor, Universidad de Costa Ri,Try Meee ie
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Sun Pero, 11 de jaa de 2008,
Narrativa historica y narrativa literaria*
Jin Motina Jimeénee**
Uhimamente, algunos autores ~especialmente erficos Tite-
rarios- han vuelto insstr en las semejsuzas entre la narrativa
histvicay la iteraria; a lx vez, han revalorado la novela histriea
‘camo una via para conocer el pasado, Voy a explcar por qué no
‘compart tal posicisn. Brapiez0 por inlicar que parto del supuesto
de que, a pesar de Iss limitaciones empiricas, metodoligicas y
‘concepiiales de toda investigacionhistrica, es posible conocer et
‘pasado y aciaro que al reforirme ala dsciplina histrica, la consi-
‘ero comio parte de la ciencias sociales y, por tanto, esencialmen-
te distinta de la historiografiaepisédiea 0 apologésica,
No voy a nogar que las erfticas de Haylen White y otros
han sido muy diles, en algunos casos, en poner en guardia a
1 exo se ba en ua coafeonaimpentin #9 de oetuteen I Bates
Juin Gare Monge dea Universidad Nacional en l marco del X Congreso
Nacional de Flog, Lingisies y Literatura “Alvaey Quesada Sowo”
(Uevedin, Cota Rich 10 de ostbre, 2003). La primera versn se publics
fn Tuo, Revista vu de exude Herris Yeulaescentroamericans
No # (ene jin, 2009, hpayienionedleibortions tn!
Proyectos?
*Caedticods a asula do Historia einsestzndor de Cem deavecgcion
« Kenhd y CutraLatinoamericonas (CUCL de a Universe de Conta
Ric, Coren lerraico: sane creersbi del is
los historiadores sobre ciertas debilidades analiticas de sus
harrativas, particularmente cuando los estutiosos del pasado
analizan procesos cuya vetficucién directa es muy limitada.!
Sin embargo, aceptar que lo que ol historidor produce no es
ins que otra forma de ficeiGn, implicaria descartar no solo Ta
posbilidad de lx historia como diseipiina social, sino impugnar
4a pertinencia de fas ciencias sociales mismnas. Lievade al exre-
‘io este posicién conduciia a defini todo conacimiento sobre
social como fieidn,
Paul Ricoeur, al polemizar con Hayden White, preci el
unto clave del debate, cuando destues que la teoria retsriea de
este timo pierde de vista un aspecto decisvo. Si bien, es log
‘io trtar Ins estructura profundas del imaginaro com matrices
‘comunes que generaron tanto Ia reacién de ls argumentos de las
novels de las obras histérieas, como lo demuestra la imbrica-
1. (Puede equipararse la narrativa historica
ala literaria?
La narraiva literoria estéorpanizada segtin un principio dra
Indtico y su verosimitind depende exchusivamente de ta capac
«dad det escritor para convencer a los lectores de aceptar las reglas
‘que 1, individual y arbiteasiamente, ha definido, Ee contrast, la
narrativa histrica tiene un ejeanaitico y, pese & que el historia
ddores el que selecciona el tema, las fuentes, la metodologiay los
Conceptos, realiza sus escogencias a partir dc los paradigmas de
las ciencias sociales, es decir, de un marco referencial que, ade-
nds de estar mas all de , es producto de um quehacer enlectivo
transnacional
AA diferencia de la narrativa leraria, cuya complejidad est
‘en funcidn inieamente de eésmo el escritor organiza la trama,
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2. 4s vl evalar obras istveas
Tterarias con los mismos erierio
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Paradigmas de ls ciencis sociales, Comnmente, toda erica de
us trabajo histGrio claborada por un cientifiee social se concen
tra en Ie escogencia y el tratamiento de ls fuente, los métotos
¥ conceptos utilizados, Ia representatividad y la escala de los
fenimenns bajo andliss y 1a dimensign historia y tedricamente
‘comparatva de ls resultados,
Result indudable, una obra historia escrta con un compe
tente dominio det idiom y un estflo ameno puede suscita elogios
de parte de los historindores por tales caracteristicas. Su valor sin
‘embargo, no depende en nian sentido importante de la foros,
sino de su adecuacin las exigenctas de los paradigms de las
ciencias sociales, el cual descarta Ia estétca. Pareceria asi una
‘contradiccién pensar en un texto literario de alta estima entre
| critica que estuviera pobremente escrito, peto en hisiria es
posible encontear obras cientificamente relevantes cuya redacciGn
Por decir lo menos apenas supera el imtite de lo aeeptable.
‘Una ditima rez6n por la cual obras lterariase histéricas no
calidad de las fuentes para amplios periodos de Ta historia 8% ttt i
‘como la complejidad de los procesos hist6ric«
aber a ponbilda de uc mesma ease
th de dia scones de san yb faders,
‘enciows Ber puso queen I ssn tts
evr ati xn ama sa
meio ars canoe Hrs a iad
ccs Se hs mis eves Paral halos
imaging sun ecuno vil Si eee des ve
‘st ese a ei pcos es
‘an aapretr las teclas de su computador personal para empezar a
Tmovdelar ese mundo que se erefa perdido y que él, cre, inlentaré
ecuperae. En sus espaldas siente el peso de sus antecesoresy I
mirada de sus contempardneos. Al comenzara divisar sus esha
dos se sone. Se afirma para sf que ests descubriendo algo impor-
tante, Se sumerge en su tareay dieiia un estudio que adquere ls
“oct on le Excute de Historia y en Esia de Eston Genes
ves ene! Cento de TnveiacioncsMistieas de Amirien Cental
TOAE) Gols Unneridad de Cste Rca. Coren elerinio: cis.36 andere Me et ine
forma de un andlisis. No obstante, en su viaje por la construcciin
de sus argumentos, qué lo hace asegurar que a logiado su come.
tido de recobrar ese passdo y no que en su lugar ha modelade uy
trabajo de fcciém literaria?
Es inspeceién del pasado con el objeto de encontrar en una
‘walidad es Ia constante misién de Ia Hisioria. Al hacerlo, utlia
tos rasttos de ese pasado que son posibles de Iocalizar en el pe.
Sente y que pueden ser de tipo tan dives como el documento off.
ial pasando por i memoria, las tas, os documentos juivicles
1esperiicos, lus revises, las fotograias, hasta avanzar hacia ag
revista de historia ora, a pitura, la escuture, fa Literatura
ain iis, Mare Bloch, el destacado histariador francés, yu habia
‘nunciaclo esta multiplicidad de fuentes en el quehacer invests
gativo de la Historia, cuando seis, en su thimo texto (antes
dle ser baridofisicamente por uno de fas fenmenos sociales de
21 historia del siglo XX), gue la diversiiad de los tetimenios
bistsrcos era infinita! Como mirando a través de un prisma, ok
mundo del que hablan esos ress es, como elles, heterogeneo
» fegmentario (en algunos periodos mucho mis queen oro), no
preitoy Meno de juicios. Con estas claves, el histriador lore
encontrar pequetias piezas de un rompecabezas que él mismo va
Benefando y at que él mismo va déndole coberenci, El resultado
sperado sera la reconstrucciém de una imagen de las sociedaes
pretéias
curren, sin embargo, tes cosas constantes en este trabajo
{ie suelven més compicado su tayect, Primeramente, el pro
blema pasa, estudisdo desde cl presente através de documentos
‘Que nos hablan acerca de i, est muchas veces construido desde
a isi de alguien yen ese sentido, conservado con hse en una
Percept de lo ocutrido que no necesariamente puede interpre:
tarse como Ia realidad. La duda que tal cosa geneeaes si se eed
haciendo andlisis de una reatidad 0 si se es
dlisearso de alguien acerca de esa realidad. Por
ue se acerwa a descifrar tas fuentes también
ve Jo fecta en sus representaciones y quo f i
‘otro lado, aquel
posce un mundo
invita a leer desde
0 Al
ein oni Sa omit
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aman visién del presente en el que vi
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fio asailo © el historiador se disc
coe ecm ‘ea
a cidén de las fuentes? En tal caso, (0
fepeienelertaratiaie oo
psi dns eee ps ws
ve i rca Fae ere
cand ‘se arma 1a interpretacién, en el resultado final avis i
ce le las pievas, hay espacios incompletos generac
aan evan ctl cami imei ls peas
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fessnshcem ministerial
‘de Edouard Manet-presenta un paisaje que nos aan
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funciona lo cientifico en esta disciplina,* “
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elecnspli us td oe ss
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‘escuelas historiogrificas mas importantes del siglo ses
"in cesin des! tesco plo em pss
‘iencia, los historiadores inte in
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naturales y en ese camino una buena ta de
brine qe cin rat esto
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ci6n, ta Rica, claramente, una buena parte de on
dels hyp ed BB, concen
te cust esonmicey denogti,ientaon hae conn
ise des ee pga
nies Si mv pric are »
El problema de estas formlaciones fue valorado pore histo
riador inglés Lawrence Stone en un polémico aniculo publicado
fen 1979? Su erica partié de sofalar que este tipo de Historia
hhabia generado un desencanto, aunado a una dectinacién en et
‘compromiso ideakbgico entre los iniclectuales accidentales, un
reconocimiento tardfo de fa importancia del poder, un vocab:
lario hiperespecializad en modelos mateméticos y el registro
tmixto de Ia cuantificackén, que generaban un rechazo hacia el
testo en que se habia entendido la Historia, Es importante iedi-
‘car esto porgue, et la contemplacién de Ia encrucijada a la que
tentsé Clio & principios de la década de 1980, se deben buen
parte de las preguntas que se han hecho al inicio de este ensayo
Y que ahora couviene reseatar.
‘Si a reaccién al historiismo cisco fue la visign de Ta
“Historia como uni ciencia capar de cuantficarse, la accin frente
‘este parsaligna fue la cosecta de una Historia de estilo amen,
tencantada con el detalle coidiano y exzaora de historias partiew-
fares, El anbelo por consteuit una narraiva atractiva hizo que 36
produjera un acercamient fuerte entre Ia Historia y la Literatura,
{gue ha terminado por impactar a amas de manera distnta. En
1 cas0 de ciertos historiadores, este acercamiento promovi6 fa
falsa crecacia de que utilizando la narracién tena asegurada un
kternativa alos sistem te6ricos, Estuban equivocados.
Entonces, ,o6mo interpretar los dilemas de Ia eonstruccién
del objeto en Ia investigacion histrica a Ia lz de estos debates?
'No parece existr una contradicciOn importante en el hecho de
acerearse al pasado desde los discursos que este pasido nos ba
‘dejada y ef interés por descubrir a partir de lls una reacad
social modelada en ese pasado, Percatarse de que las fuentes estén
ccargidas de visiones de} mango no involucra, inmediatamente,
tina descalificacign tal que a partir de elas sea imposible recons
‘ruir fos rasttos de realidad que cl historiador persizw. Si bien kt
descrigcin es subjetiva, cs posible lecrla en sus espacos fibres,
fen si silencios y sinsabores, y es posible advertir, més allé del
‘discurso individual, una realidad social histiea, Asimisao, le*» oar eel de awa
atin del material producido en una comunidad de histori
sores een cera forma tna garetia de que ef producto toned
valde sus afiemaciones,
Por ot lado, el discurso del hisoriador esa mal escondio
wando, «fuera de creer que los mimeros hablan de forma obj.
va, se construye la iden de redimir la subjtvidd del et tra
com el dito exaco, el lenguaje matemitico las teoriss puestas
‘tt marcha sin mucho dilogo eon la metoologta de ands dela
Historia, F “cintticismo” que resume esa posiin ex problem.
tio, ao solo porgue amarra el vwcabulariohistrico, sino porque
consraye 1a falsa ides de qu Jos resultados finales son ince
tionabes. EI hstriador cataln Josep Fontana anot lo patice
de al vsin cuando seilé que la concepcn de cient gue
opera en cla es, a todas luces, una eoncepeiin completamente
Superada.*Apartada de est ala soli, la Historia no debra
en stoi, rfiere ane todo al comportmiono y a sigifieado
Sinblcodeos hechos eque en a prctica ha redundado en una
Sproximacién corcana a a antropoogf cakuraly simbolica at
decontructiviomo.! a neoistorcismo" yal dialog.
“Tampoco despreco Is dimension dicotémies © mukidizen-
siooat si se quiere, que plantean los feuémenos hiséricos ast
como su causalid: las dimensiones estructural y Js repe-
Sentaciones sociales que, 0 ambos casos y como plantea et
eloque posmoderno de la Historia, son construcciones sociales,
ho mers objtivaciones, pero no concibo ta Historia sin teria y
Sin eausaidd de ali queen mi perspectiva de I
Gisciptina social, fa descripcién la conetbo como una operacin
Jmportante, per incl y la parte mds prfenda, que comports
dines interpretativos ubicados en ls noelosy esquemasteri-
cos desarollados desde Ta Historia y Ja eora social, esl inter
Spretacién basada en la eora, con un potenal de eransfrmar It
1, asf como con ua posiilidad cde comprener 1s
teorka origi
sociedad en divers tiempos y espacios.
'Bs mis, la tipifieacidn que hace Hayden White de In Historia
‘como vexto y discurso, en el danbito de le relativizaci6n posmo-
ema, integrs elementos de discusi6n importantes pero, desde
ti panio de vista, la desoripeign final obvenida es, asimismo, un
tiseurso, sobre otros probable, sobre una representacié de Ia
sociedad, por lo que esta perspectiva induce # una trampa, 2 el
sentido de limitar tos aleances de una Historia mas explicatva
La trampa del alcance limitado
de la Historia explicativa
DDefinit sila Historia es una préctia literati, una disciplina
socisl o une cigncia es tna labor interesante, siempre y cuando
se haga a partir dela consieracion de que el observador enon-
‘ia su punto de partida (a su concepcisn de Ia Tistoria, fo que
Senominamas aneriormente como posicion histérica"* para
jeurse en la dimensign de la discusion contemporsnea que;
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