LA SANTÍSIMA VIRGEN
MARÍA Y SUS VIRTUDES
UN MODELO A SEGUIR
LA SANTISIMA VIRGEN MARÍA y sus VIRTUDES
María fue una muchacha de su tiempo. Llevó la vida normal de una joven israelita. Creció con las
ilusiones lógicas de su edad.
Era muy joven cuando Dios le propone la noble misión de ser la madre del Salvador. Él irrumpe en su vida
cuando su corazón estaba lleno de ilusiones, de proyectos y de grandes ideales.
María se entregó generosamente al plan de Dios .Le dice “SI”. Esto es una gran capacidad de fe, de
confianza, de entrega y disponibilidad. Muestra su ESPIRITU JOVEN, por aceptar el compromiso arriesgado, por
su apertura a lo nuevo y por su gran corazón.
María como modelo de los jóvenes es la llena de Gracia y virtudes, para imitarla necesitamos conocerla
más. A continuación vamos a comentar sobre las distintas virtudes de la Virgen.
LA HUMILDAD: La humildad es confesar nuestra pequeñez en la presencia de Dios. Y María lo hizo
Es acto de humildad no presumir de las gracias dadas por Dios. María quiso ser tan humilde que no le dijo
a San José, inmediatamente, que sería la madre de Dios.
Los humildes sirven a otros, María sirvió a Isabel por tres meses.
No buscan ser ensalzados. Nunca se lee en el Evangelio que María se presentase en público, cuando Jesús
era recibido en triunfo, mas sí lo acompañó, incluso en el calvario.
No hay virtud más difícil de practicar que la humildad. Por lo cual no podemos ser hijos de María, si no
somos humildes.
FE Y ACEPTACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS: La Fe es un don de Dios que el Espíritu Santo nos comunica
para iluminar nuestro entendimiento y animar nuestro corazón.
María creyó el misterio de la Trinidad cuando el ángel le dijo que el niño que concebiría en su seno, por
gracia del Espíritu Santo, sería Hijo del Altísimo. Ella abriendo su corazón dijo: “He aquí la esclava del
Señor…”; estas palabras unen al cielo con la tierra, Jesucristo toma entonces nuestra débil naturaleza.
La fe de María es un modelo a seguir para cuando nuestra fe se tambaleada por las tentaciones y dudas.
LA OBEDIENCIA: María al conocer el plan de Dios, solo responde: “He aquí la esclava del Señor, hágase en
mi según tu palabra” (Lc. 1,38)
María desde su infancia se mostró obediente a la voluntad de sus padres, al desposarse con José, al
obedecer a un sencillo artesano.
Con resignación obedeció el edicto de Augusto y aunque estaba en vísperas de dar a luz, partió a Belén.
La virtud de la obediencia es más sublime cuando obedecemos a alguien inferior a nosotros.
LA CARIDAD: Algunos creen amar a su prójimo porque no les desean algo malo. El amor perfecto es
hacerles el bien, incluso a los que nos aborrecen y persiguen.
María al pie de la cruz ruega a Dios por los verdugos de su Hijo e implora la conversión, el perdón y la
gracia de Dios para ellos.
Y a nosotros cuánto nos cuesta perdonar la ofensa más ligera.
Jesucristo nos regaló como madre a la Virgen. Si una madre se interesa tanto por sus hijos, que no hará la
Santísima Virgen por nuestro bien.
SABIDURIA REFLEXIVA: Hoy se ha perdido el amor al silencio y a la reflexión profunda, así el hombre no
puede encontrarse con Dios ni consigo mismo; María en la anunciación “se inquietó por estas palabras y
pensaba que significaría aquel saludo” (Lc. 1,29) y ella “guardaba todas estas cosas en su corazón”. (Lc. 2, 19).
María nos invita a no dejarnos llevar por los sentimientos sin antes tener una reflexión profunda.
Cuando el ángel fue a anunciarle la encarnación, la encontró en oración.
Como María procuremos el silencio para poder así escuchar la voz de Dios en vez de la voz del mundo.
PIEDAD DE MARÍA: María con fortaleza afronta las penalidades. Ejemplo de paciencia y serenidad.
La paciencia nos hace soportar con resignación y calma los males de esta vida.
María sufrió un tormento superior al dolor de todos los mártires juntos: la Pasión de su hijo. Y nosotros
nos quejamos de sufrimientos inferiores cuando bien los merecemos
POBREZA LLEVADA CON DIGNIDAD Y CONFIANZA EN EL SEÑOR: María entendió el “si quieres ser perfecto,
vende todo lo que tienes y sígueme” (Lc. 19,21).
Ella se entrega sin reservas a plan de Dios, su corazón es del Señor, por ello es sagrario de la Trinidad.
María es rica en su pobreza, ella lo manifiesta en el Magnificat. Su pobreza fue voluntaria, tomó por
esposo a un descendiente de David pero que se sostenía con el trabajo de sus manos, dio a luz en un
establo por obedecer una orden injusta, su hijo es envuelto en pañales entre animales. A los cuarenta
días de su alumbramiento ofrece en el Templo lo que los pobres: palomas.
Después de la Ascensión de Cristo vivió en casa de San Juan.
Ella nació pobre, vivió pobre y murió pobre.
Hacer de los bienes medios y no impedimentos para llegar a Dios.
ESPERANZA DE MARIA: Esperanza es: virtud sobrenatural que Dios infunde en el alma cristiana para
confiar en el auxilio del cielo y mediante las buenas obras alcanzar la vida eterna.
Debe ser firme y constante. No excluye el temor o incertidumbre de nuestra salvación, pero cuanto
mayor la virtud, menor el temor. La esperanza produce confianza.
María esperó que su hijo salvaría al linaje humano y reinaría en cielo y tierra y aun viéndolo en manos de
los verdugos y la muerte, nunca dudó que su hijo resucitaría.
AMOR ARDIENTE DE MARIA: El que ama sufre siempre voluntariamente y con gusto por el objeto de su
amor. María hizo sólo lo que más agradaba a Dios. El amor es lo mismo que la caridad, es la virtud más
excelente que de Ella debemos aprender.
El amor ha de ser nuestro motor de conducta, observando los mandamientos, viviendo una entrega total
al Señor.
MODESTIA DE MARIA: Los actos exteriores son muestra de los interiores y si éstos están arreglados, son
prueba del orden que tiene el hombre en su interior.
La Virgen María fue un perfecto modelo de modestia Esta virtud resplandeció en María, sobre todo en su
amor al silencio, a fin de entregarse solo a Dios. La falta de modestia debilita las demás virtudes. Si estas
virtudes las aunamos a la modestia les aumentará su mérito y brillo. Por el contrario sin modestia se
doblarán las virtudes y se puede caer en vicio.
Imitemos a María que después de Jesucristo es el modelo más perfecto.
PUREZA VIRGINAL DE MARIA: María desde pequeña se consagró enteramente al Señor mediante la
virginidad.
Dos cosas propuso Dios a María en su voto de virginidad; quiso que María le sirviera con toda perfección
dando así a la Iglesia el mejor modelo de una pureza sin mancha; así mismo quiso que María fuera la
primera en presentar a los hombres este hermoso ejemplo de virginidad.
Dios nos manda ser santos como Él es Santo.
Para imitar a María hemos de evitar todo lo que puede manchar LA PUREZA, lo cual podremos lograr
mediante la mortificación de nuestros sentidos y pasiones, entregándonos constantemente a la oración,
huyendo de ocasiones y peligros que pueden menoscabar esta virtud, así como desconfiar de nosotros
mismos y confiar plenamente en la gracia de Dios.
CONCLUSIÓN
Como Dios la preparo desde siempre llena de virtudes, ella debe ser el Modelo de Mujer para todas las
mujeres de todos los tiempos.
El acto de devoción más agradable a María, junto con el rezo del Santo Rosario consistirá entonces en
imitar sus virtudes, porque es propio de los buenos hijos parecerse en todo a su Madre.