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“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”
ESCUELA DE EDUCACION SUPERIOR TECNICA
PROFESIONAL
PNP- TARAPOTO.
ASIGNATURA :
TEMA : AUTORIA Y COAUTORIA.
CATEDRATICO :
ALUMNO :
SECCION :
2023
Introducción.
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El tema de la “autoría y coautoría” en el derecho penal, busca dar respuesta al
asunto de quién o quiénes son los autores de un delito y quién o quiénes sus
partícipes. la respuesta es inmediata: será autor quien realiza el tipo, será
partícipe quien coadyuva en su perpetración con acciones intencionalmente
cooperantes que tengan relevancia jurídico penal de cara al tipo catalogado y
realizado por el autor.
hasta aquí el tema no tiene complicación alguna. el autor por sí o
instrumentalizando a un tercero, tratándose de la autoría mediata, hace lo que
el verbo rector del tipo penal describe: mata; lesiona; roba etc. el participe lo es
porque instiga o presta en contubernio con el autor, y sin penetrar el tipo con él,
su ayuda haciéndose su cómplice.
de ordinario, el autor es señalado en la norma con la fórmula “el que”, para
significar con ello que cualquier persona con capacidad de culpabilidad puede
ser su protagonista principal.
así; el que mata a otro del art.106, es autor del delito de homicidio simple. no
requiere el dispositivo cualidades especiales del autor como puede fácilmente
advertir el lector. hay casos sin embargo, en que el tipo penal exige un autor en
particular, alguien con características o cualidades especiales para quien el
legislador ha querido un tratamiento punitivo específico, sea porque la cualidad
suscita misericordia, y criterio de política criminal impone una consecuencia
jurídica magnánima, tal el caso del infanticidio perpetrado por la madre
sufriente de un estado puerperal, en agravio de su hijo naciente o recién
nacido, sea que la cualidad, por el contrario, estimula un mayor reproche de la
sociedad pues de la cualidad surgen deberes especiales cuyo incumplimiento
son intolerables y la consecuencia jurídica ,por tanto, debe ser severa, tal el
caso del delito de peculado que perpetra el funcionario público a cuyo cargo
están los caudales públicos que se pierden por su lenidad o se los apropia por
codicia en flagrante infracción de deber.
A continuación se desarrollara con mayor amplitud el tema.
La autoría.
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Las descripciones de los hechos punibles de los tipos penales de la Parte
Especial del Código penal hacen referencia al autor de la manera anónima y
singular: "el que".
Sin embargo, no puede entenderse este concepto de manera unitaria, pues, a
veces, además del autor la pena alcanza también a quienes, sin ser autores,
pero, que aportaron desde su posición para la realización del delito. En efecto,
el inductor o el cooperador necesario pueden merecer la misma pena que el
autor material del delito, pero no por ello son realmente autores del mismo. En
los delitos dolosos es autor solamente aquél que, mediante una conducción,
consciente del fin, del acontecer causal en dirección al resultado típico, es
señor sobre la realización del tipo.
Pero cuando la realización del mismo sobreviene del obrar conjunto de varias
personas, la determinación de las aportaciones, corno también la delimitación
de unos con respecto a los otros, nos conduce al estudio de una problemática
especial de la tipicidad: la participación de las personas en el delito. La
expresión "participación", tiene dos sentidos diferentes. En un sentido
completamente amplio al fenómeno que se opera cuando una pluralidad de
personas toma parte en el delito, con el carácter que fuere, es decir, corno
autores, cómplices o instigadores: y en un sentido limitado o restringido,
«partícipes", cuando otras personas toman parte en el delito ajeno, sentido en
el cual son partícipes sólo los cómplices y los instigadores, quedando fuera del
concepto los autores.
Así, el que mata a una persona es autor de homicidio (Art. 106 C.P) y no
cómplice, como lo es quien colaboró con el autor proporcionando el arma
Igualmente, es autor del delito de hurto (Art. 185 C.P), quien, para obtener
provecho, se apodera de un bien mueble ajeno, mientras, instigador será, quien
hizo surgir en la voluntad del autor la idea de cometer el delito. La noción de
autor se cobija en el Art. 23 C.P.
La norma penal da un concepto de autor adelantando la idea general que
modelará la autoría, pues es la expresión "el que realiza por sí" es obvio que lo
que se ha querido es individualizar al sujeto sobre quien recaerá el título de la
imputación. Esta condición significa, además, que el autor debe obrar con el
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dominio ele la realización del hecho, que se supone una acción típica y
antijurídica como mínima: la sola realización de los elementos objetivos y
subjetivos de la descripción típica fundamentan únicamente el título de "sujeto
activa". En sentido parecido, los presupuestos generales que solventan la
participación, pueden extraerse de los numerales 24 y 25 del Código penal.
Significa, finalmente, que los criterios que nos permitirán saber quién es autor,
deberán deducirse de cada tipo legal en la parte especial del Código penal,
complementado por las prescripciones contenidas en el fraile general.
Autor será, en ese sentido el sujeto ("el que") a quien se le imputa el hecho
como suyo, esto es: el que mató, robó, estafó, etc., con un dominio final sobre
el acontecer y, partícipe, quien cooperó en el hecho dominado por el autor, o,
quien hizo surgir en el autor la idea de perpetrar el delito.
Autor y sujeto activo.
Antes de proseguir, conviene precisar la sutil diferencia, aunque importante del
concepto de autor con la expresión sujeto activo-. No son conceptos del mismo
nivel, ni iguales. La noción de autor contiene la responsabilidad criminal por el
hecho cometido, en tanto que, el sujeto activo es exclusivamente la persona
que realiza la conducta típica.
Es más, el concepto de sujeto activo es la base objetiva sustentadora de la
noción de autor, porque alude a la persona que realiza el tipo, ya que
efectivamente la tipicidad excepcionalmente no comporta antijuricidad; visto
así, el sujeto activo normalmente es el autor del hecho.
Distinción entre autor y partícipe.
El punto más discutido respecto de la concurrencia de las personas en el delito
lo conforma la diferencia entre autor y partícipe. Frente a esta situación la
doctrina ha esbozado varias tesis, agrupadas básicamente en dos teorías: la
primera (teorías negativas), que no ven razón de distinción entre los
participantes en el delito, por lo que resultan considerados todos como autores,
y, la segunda (teorías positivas), que, a diferencia de la anterior, sí distinguen al
autor del partícipe.
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Teorías negativas.
El concepto extensivo de autor.
Este concepto resulta del concepto de causa por el que todo aquel que,
poniendo una condición para el resultado sobrevenido, ha contribuido a su
producción, ha causado este resultado; que, como todas las condiciones del
resultado son de igual valor, no existe una diferencia esencial entre los distintos
participantes en la producción del resultado, y que, por tanto, su diferente
penalidad sólo se justifica dentro de la misma escala penal.
Es autor el que aporta una condición del resultado. Esta visión se funda en la
teoría de la equivalencia de las condiciones.
Los militantes del concepto extensivo de autor realmente practican una
inaceptable ampliación de los tipos, violando el principio garantista de la ley y
que, con justicia, "procedimiento desleal y de engaño del pueblo". Al
fundamentar que son autores todos aquellos que aportan una condición del
resultado, no importando para ello la entidad material de la cooperación,
llevarían al absurdo de considerar autores del delito de violación de la libertad
sexual (Art. 170) tanto a quien practica el acto sexual, como al que facilita la
habitación para el autor del delito. Que una condición causal sea más o menos
decisiva, no es argumento consistente. De allí que es consecuencia de este
criterio que no se pueda distinguir objetivamente entre autoría y participación
desde un punto de vista causal.
La teoría de la asociación criminal.
Dentro del carácter unitario del concurso de delincuentes rechaza la distinción
entre las aportaciones principales y accesorias. Si las distintas acciones de los
concurrentes no pueden contemplarse aisladamente en cuanto no son sino
parte de una operación única; si tales acciones no pertenecen sólo a los que
inmediatamente las han realizado sino a todos y cada uno de ellos, debe
deducirse que no sólo el que ejecuta la acción que parece principal, sino todo
"socius sceleris", es autor del delito.
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Un Derecho penal de hecho apunta a que cada sujeto responda por lo que
hace y realmente contribuye. Una cooperación diluida en todo el grupo no
permite una exacta valoración del injusto personal.
La doctrina del "acuerdo previo".
Entiende esta teoría que solamente el previo concierto de los participantes
convierte a todos en autores, sin interesar el quantum de la aportación. La
doctrina del acuerdo previo representa un posicionamiento ilegal e incluso,
inconstitucional, pues dogmática y objetivamente importa más la realización del
hecho que el acuerdo antelado.
Teorías positivas.
Dentro (le las teorías que admiten la existencia de una diferencia real entre
autores y participes se dividen, según la distinción del injusto, la culpabilidad, o
la mixtura de ambos -obteniéndose, así, un concepto restringido de autor-, en
objetivas, subjetivas y mixtas.
Teorías subjetivas
Parte de aceptar la equivalencia de las condiciones en el plano meramente
causasivo. La teoría subjetiva sólo atiende a la intención del sujeto, a su ánimo.
Autor será quien actué con ánimo de autor (ánimus auctoris), y partícipe quien
obre con ánimo de participe (ánimas socii). Para determinar en qué caso el
sujeto ha actuado con animus auctoris o animus socii los subjetivistas han
recurrido a diversas fórmulas: así, hay quienes consideran que autor es quien
quiere el hecho como propio, y partícipe, el que lo quiere como ajeno; otros
sostienen que autores quien tiene interés en la producción del resultado, y
participe, quien no lo tiene; por último, están quienes indican que partícipe es
quien somete su voluntad a la del autor, dejando al criterio de éste decidir
sobre la consumación del delito.
Esta teoría también encierra inconvenientes político criminales, por ejemplo, los
tribunales alemanes castigaron como meros partícipes a sujetos que habían
realizado por sí mismos todos los elementos del tipo, mientras que
consideraron autores a quienes no habían tenido intervención material en el
hecho, vgr., la Sentencia del Reichsgericht 74,84, condenó como cómplice, y
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no corno autor, a quien había matado a un niño recién nacido a solicitud y por
interés dula madre. Se produce, corno se ve, una discutible subjetivación de la
responsabilidad penal.
Teorías Mixtas
Se destacan por la importancia que confiere al aspecto objetivo o al aspecto
subjetivo: subjetivo-objetivas y objetivo-subjetivas. Para la teoría subjetivo-
objetiva, autor es el que actúa con voluntad autorial. En cambio, la teoría
objetivo-subjetiva indica que autor es el que ejecuta potencial o totalmente el
tipo legal. Como ejemplo de teoría mixta puede aludirse es el que actúa con
voluntad de autor, pero -según él-, para la presencia o ausencia de tal voluntad
"no es determinante saber cómo considera el autor su acción, sino qué es su
acción", siendo decisivo "lo querido por el autor", pero "lo querido en su
significación objetiva".
Formas de autoría.
Autoría directa.
Circunstancias generales
Es autor directo "el que realiza por sí el hecho punible" (Art. 23 C.P.), vale
decir, aquel cuya acción se le va a imputar por referirse a la realización directa
de los elementos objetivos y subjetivos del tipo.
La conformación del hecho mediante la voluntad de ejecución que dirige en
forma planificada es lo que transforma al autor en señor del hecho. Por esta
razón, la voluntad final de realización (el dolo de tipo) es el momento general
del dominio sobre el hecho (1976:145). No debe confundirse "dolo" con
"dominio del hecho". El dominio del hecho es expresión de la finalidad dolosa
del autor; por eso es sólo un criterio de imputación objetiva al autor en los
delitos dolosos. Dependerá de la posición relativa del sujeto concreto respecto
de los demás partícipes. Sólo en la medida en que el sujeto pueda sobre dirigir
el suceso total, habrá entonces dominio del hecho. Mientras tanto, como bien
dominio del hecho es un concepto abierto. De ahí que cuando la descripción
resulta insuficiente, interviene el principio regulativo justamente frente a la
gama de posibilidades.
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Circunstancias especiales.
Estas circunstancias no niegan, ni desplazan el criterio del dominio del hecho,
sino, únicamente lo complementan a nivel típico.
- La autoría de los delitos especiales.
Reciben el nombre de delitos especiales, o de delitos propios, aquellos, que
solamente pueden ser cometidos por una determinada categoría de personas
que el tipo indica. En tales casos se produce una limitación de la esfera de
autores; por ejemplo: funcionarios, jueces, depositarios, eclesiásticos, etc.
Sobrevendrá el título de la imputación (autor en sentido estricto) en el sujeto
que practique finalmente el supuesto de hecho de la norma con la calificación
objetiva especial.
Esto quiere decir que el solo dominio del hecho no basta, siendo necesario que
el autor reúna además todas las condiciones exigidas por el tipo. Así, en el
delito de prevaricato (art. 418 C.P.), el dominio del hecho no es suficiente para
ser autor, pues, para dictar resolución o emitir dictámenes contrarios al texto
expreso y claro de la ley, o citar pruebas inexistentes, o hechos falsos. Es
primordial tener la calidad de juez o Fiscal.
La autoría en los delitos cuyo tipo exige un especial elemento subjetivo (distinto
al dolo).
El autor deberá realizar un dominio sobre el hecho más el elemento subjetivo
especial. Por ejemplo, el Art. 185 C.P. exige que el sujeto se apodere
ilegítimamente de un bien mueble, total o parcialmente ajeno para obtener
provecho de él.
- La autoría en los delitos de propia mano.
Es autor sólo si el sujeto cumple personalmente la acción, la violación (Art. 170)
sólo puede realizarlo el propio sujeto y no tercera persona.
Como corolario de toda esta elaboración, creemos que es inexacto sostener
que, definitivamente, el concepto de autor debe extraerse de cada uno de los
tipos legales de la parte especial del C.P.; como lo dijimos, si bien en los tipos
de la parte especial aportan la base objetiva para la estructuración del concepto
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de autor, ello no es suficiente porque, precisamente, los tipos de la parte
especial, nada dicen acerca de las distintas formas de la participación delictiva.
Estimamos posible obtener una idea acabada sobre el concepto de autor,
solamente, si a cada tipo le acompañamos los criterios sobre la autoría fijados
en la Parte General.
- Autoría mediata.
Naturaleza Jurídica.
Es aquella en la que el autor no llega a la realizar directa ni personalmente el
delito. El autor en esta hipótesis se sirve de otra persona, generalmente, no
responsable penalmente, quien, al final de cuentas, realiza el hecho típico. Lo
que busca la ley es un fundamento que permita reprimir al autor real del delito,
mas no a su instrumento. El criterio rector es el dominio del hecho, ya aludido,
pues, no cabe duda que autor mediato (el hombre de atrás) es quien posee
todo el dominio de la realización del delito.
- Casos de autoría mediata.
El rasgo fundamental de la autoría mediata reside en que el autor no cumple
personalmente la acción ejecutiva, sino mediante otro (instrumento), y lo que
caracteriza el dominio del hecho es la subordinación de la voluntad del
instrumento a la del autor mediato.
- Caso de autoría mediata cuando el instrumento ejecutor carece de
capacidad de culpabilidad.
En este caso la autoría del hombre de atrás se produce si éste ha creado la
situación de inimputabilidad incapacidad de culpabilidad del instrumento, el
sujeto que embriaga a su amigo para que éste golpee a un tercero; o si
conocedor de la incapacidad de culpabilidad de otro se sirve de su condición
como instrumento para la perpetración de hechos delictivos, el menor de edad,
que, por encargo de un extraño, coloca una borraba en el banco.
Caso de autoría mediata cuando el instrumento obra sin dolo (error de tipo).
Este es el caso más común en la autoría mediata, el autor mediato introduce en
el vehículo de un amigo una importante cantidad de drogas, que lo desconoce,
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con objeto de aprovechar el hecho de que el vehículo ha de pasarla frontera y
proceder así al tráfico ilícito, que es descubierto en el control de aduana. El
hombre de atrás domina la voluntad del ejecutor directo, faltando el dolo en
éste siempre que obre con error o ignorancia de los elementos objetivos del
tipo. En estos casos el dominio de la voluntad se funda en el mayor
conocimiento que tiene el autor mediato de las circunstancias del tipo con
respecto al instrumento.
Coautoria.
La coautoría es una de las tres formas en la que puede manifestarse la autoría.
La coautoría es una forma de autoría en la que cada sujeto no realiza el hecho
por completo, sino que lo realiza junto con otros; supone, por tanto, la autoría
de un conjunto de personas, ninguna de las cuales por sí sola puede ser autora
del hecho consumado. Los elementos exigidos por la coautoría son dos: uno
objetivo, consistente en la aportación del sujeto al hecho, y otro subjetivo, el
acuerdo, resolución común o plan común.
Ambos elementos están conectados entre sí, ya que cada uno va referido al
otro y no pueden ser separados, y para el análisis de cada uno ha de tenerse
encuenta el otro. Como punto de partida y como premisa básica ha de tenerse
en cuenta en el estudio de la coautoría, además del concepto restrictivo de
autor, la regulación del Derecho positivo y, con ello, la riqueza de formas de
intervención contenidas en nuestro CP. Se rechaza la teoría objetivo-formal en
su versión clásica, así, no se considera correcto que la realización de cualquier
conducta ejecutiva pueda llevar a considerar a un sujeto coautor.
También se ha rechazado la versión moderna de la teoría objetivo-formal,
según la cual para ser coautor basta la realización de cualquier acción típica.
El punto de partida de la teoría del dominio del hecho se considera válido.
Sin embargo, no se acepta el modo en que mayoritariamente se caracteriza
ese dominio, especialmente los elementos o requisitos del dominio funcional
del hecho que se exigen para la coautoría, puesto que se considera demasiado
amplia. Se reconoce que esa amplitud se debe en gran parte a la necesidad
que se produce en el Derecho penal alemán de abarcar dentro del campo de la
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coautoría comportamientos necesitados y merecedores de la pena del autor y
que, de lo contrario, deberían ser reconducidos a la complicidad, que en
Alemania lleva aparejada una atenuación obligatoria.
Conclusión.
La autoría supone, que el delito es imputable:
- Al ejecutor material individual al que puede imputarse el delito, porque no
existe posibilidad de atribuirle a otro aquella pertenencia.
- Al autor mediato que utiliza a un instrumento bajo su total control.
- A quien pertenece el hecho o se comparte por quienes se distribuyen partes
esenciales del plan global de ejecución del delito (coautoría).
- No cabe autoría mediata en los delitos culposos, porque el dominio del hecho
mediante el dominio de la voluntad exige el dolo del sujeto.
- No es posible, la autoría mediata en los denominados delitos de propia mano,
aquellos en los que el tipo exige la ejecución personal, directa o física por el
autor
- La participación sólo comprende a la instigación y la complicidad.
- En los delitos dolosos es autor solamente aquél que, mediante una
conducción, consciente del fin, del acontecer causal en dirección al resultado
típico.
- No es admisible la participación culposa en delito doloso, ni la participación
dolosa en delito culposo. La única participación posible es la dolosa en delitos
dolosos.
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Recomendaciones.
Todo efectivo policial debe de reconocer las personas que participan o
colaboran de un delito y que dependen de manera accesoria de la voluntad del
autor son llamadas partícipes. Ningún partícipe realiza directamente el hecho
criminal, pero es sancionado por contribuir, colaborar o ayudar a que el autor
directo, autor mediato o coautores lo realice.
De tal forma conocer que los partícipes de un delito se pueden distinguir a los:
Instigadores: Es quien a propósito persuade o influye a una persona para que
realice un delito.
Cómplices primarios: Quien coopera o contribuye con el autor en la realización
del delito. Su participación debe ser indispensable, eficaz y trascendente.
Cómplices secundarios: Su participación es accidental y secundaria.
Finalmente, se recomienda realizar charlas y talleres sobre autoría y
participación aludiendo al código penal peruano, ya que regula todas las formas
en las que se puede cometer un delito con el objetivo de sancionar a todos los
responsables del hecho criminal.
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Bibliografía.
- Autoría y participación y la teoría de los delitos de infracción del deber.
Revista Penal N° 14, 8-9.
- Algunas consideraciones sobre los delitos de infracción de deber.
Derecho Penal Anuario, 4-5.
- Lima (Sala Penal Permanente de la Corte Suprema de Justicia 23 de
Mayo de 2013).
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