100%(1)100% encontró este documento útil (1 voto) 60 vistas24 páginasIntroducción A Los Siete Metales Planetarios
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Instituto para Formacién
en Medicina y Terapias Antroposofica:
Formacion enero 2013
Introduccion a los siete metales
planetarios
Elaborado por:
Argeo de la Guardiaindice
10.
Instituto para Formacion en Medicina y Terapias Antroposéficas _
. El principio de organizacién planetaria
Introduccién..
Aspectos césmicos de la naturaleza metilica ....
Esferas energéticas planetarias relacionadas con los metales .
Sustancias y rocesos..
Procesos metalicos y procesos vitales.
Procesos metilicos en el ser humano....
Procesos biolégicos ....
Procesos metalicos y érganos.....
Las etapas de la vida y los ciclos de maduracién natural ..
Salud y enfermedad a la luz de los procesos metalicos
La Terapéutica con metales...
Directivas generales.
Posologia y modo de administracién...
seeeeecceeeeenaeeneedd
Bibliografia.1. Introduccién
Los metales son lustrosos, pulidos, durables, flexibles y sin embargo sdlidos. Impresio
nan por su peso; sentimos que poseen un significado y una dignidad. No sélo los perci-
bimos con nuestros sentidos usuales, sino también con nuestros sentidos “desconocidos’
(por usar una expresién de Goethe). Sus propiedades evidentes los han convertido et
herramientas al servicio de la humanidad, e incluso han marcado etapas en su desarro-
Ilo, como las Edades del Cobre, del Bronce y del Hierro. Lo que percibieron esos senti-
dos “desconocidos” en el pasado revelaron al ser humano una relaci6n interna y profun-
da entre nosotros y los metales, que promovieron su uso como amuletos, ornamentos, )
como recipientes para la celebracién de varios cultos. Sin embargo, los metales no sdlc
estan relacionados con nosotros, sino también con todas las formas de existencia terres:
tre. En la medida que comparamos estas relaciones, nos damos cuenta de las grande:
transformaciones en que se encuentran implicados como funciones en los distintos rein-
os de la naturaleza.
En el reino mineral encontramos metales por doquier. Son los constituyentes indispen-
sables de muchos minerales y rocas. Sin embargo, las leyes del mundo mineral raramen-
te permiten observar las cualidades de los metales puros. Existen minerales nativo:
(Oro, Plata, Platino), pero por su escasez se han considerado como preciosos. Con mas
frecuencia los encontramos en forma de menas, combinados con otros elementos, que
solo algunas veces permiten revelar su naturaleza metilica. Los metales semipreciosos
han sido extraidos mediante practicas metalirgicas primitivas durante siglos, y siempre
un depésito de Estafio 0 una vena de Cobre ha valido una fortuna. Sin embargo, las ro-
cas comunes y los suelos también contienen ciertos metales, pero de una forma tan ocul-
ta que hasta el descubrimiento de la moderna tecnologia, su presencia era insospechada.
Pero no solo el reino mineral esta penetrado de metales. También lo estan las plantas.
los animales y el ser humano. Aqui tocamos un campo que s6lo en el futuro brindara los
mayores resultados, pero ya conocemos varias funciones vitales que requieren de lz
presencia de estos elementos. Sin el Magnesio, las plantas no podrian formar su clorofi-
lao construir sus cuerpos a base de aire y agua. Los animales inferiores no podrian res-
pirar sin el Cobre, ni los animales superiores sin el Hierro. La falta de Cobalto en lo:
suelos causa serias epidemias en el ganado, y en los humanos aparece en las en las en
fermedades con anemia perniciosa. En el organismo humano encontramos Oro, Plata
Mercurio, Estafio, etc. En trazas minimas, cada metal en una distribucion diferente, er
un 6rgano ms, en otro menos. Algunos juegan un papel esencial en la construccién de
determinados drganos, donde su materialidad se requiere como ladrillos de construc-
cién, como ocurre con el Calcio.
Instituto para Formacién en Medicina y Terapias Antroposéficas zVeamos una lista de concentraciones de metales en el plasma humano (extraido del ma-
nual de Bertalanffy):
Magnesio, Hierro, Aluminio, Zinc DiaD2
Cobre, Manganeso DlaD3
Be eee Vanadio, Cromo, Niquel, D3 aD4
| Plata, Cobalto, Rubidio, Estafio, Molibdeno | D4 a DS
Oro, Uranio DS aD6
Uranio en los huesos D6”
Uranio en misculos y dientes i : D9 : 7
Radium Di
(1) D es la potencia decimal utilizada en homeopatia. D1 corresponde a una dilucién de
una parte en 10, D2 de una parte en 100, D3 de una parte en 1000, ete.
Como podemos observar, la mayoria de los metales se encuentran en un alto grado de
dilucién, lo que nos indica que lo importante de su presencia no es su materialidad, sino
su forma dindmica de actuar. Recfprocamente, es evidente que el cuerpo humano es
“asequible” a los mas variados metales, con tal que éstos se encuentren tan finamente
divididos que se suprima su aspecto fisico, pero se pueda desarrollar su naturaleza
dinamica. Es también obvio que los metales estan dotados de una cierta “organotropia”,
una profunda relacién que dirige a determinados metales hacia determinados érganos.
Siguiendo esta organotropia de los metales individuales con medios modernos podemos
recuperar una compresi6n de las correlaciones entre ellos y los rganos internos, que era
conocida en tiempos antiguos y de la cual proceden muchos indicios para su utilizacién
con propésitos terapéuticos.
Los metales afectan al ser humano no solo en su cuerpo fisico, sino también en su alma,
espiritu y proceso de consciencia. Se manifiestan en un lenguaje que se expresa mas
poderosamente cuando sus efectos e mueven en las altas esferas del mundo vivo. Lo que
es un balbuceo indistinguible en el Ambito de lo organico se hace mis articulado en la
medida que es iniciado y utilizado en unos ambitos mas perfectos (desde la planta, pa-
sando por el animal, hasta el ser humano). En la medida que un ser es mas complejo y
es mas capaz de expresar su propia esencia, mejor podra manifestar su procedencia.
Dentro del mundo mineral, los metales muestran una existencia paraddjica. Son, por
cierto, componentes importantes de la Tierra, pero los procesos normales terrestres
estan mucho mas inclinados a ocultar o destruir la condicién metdlica que a producirla o
incluso a dejarla existir. Aquellos metales que son lo suficientemente fuertes para sopor-
tar los procesos terrestres y conservarse en forma pura, como el Oro, Plata 0 Platino,
son tan inusuales que se elevan a rango de metales preciosos. Sin embargo, en la mayor-
Instituto para Formacion en Medicina y Terapias Antroposoficas 4fa de los casos, sdlo se nos ofrecen en la forma de minerales, que al menos tienen er
ocasiones un parecido con las caracteristicas metalicas. En el proceso de extraccion de
metales hacemos interactuar lo pesado, lo ponderal terrestre con los “imponderables”
las energias sin peso que irradian del espacio, y sélo asi puede el metal puro, liberado de
sus cadenas, surgir de su combinacién con otros elementos. En el caso de los metale:
semipreciosos, como el Cobre, Mercurio y Estafio, este proceso es facil, requiere unz
aplicacién menor de estos imponderables. Con los metales comunes se necesita un es:
fuerzo mayor, por ejemplo, en el Hierro, Zine o Antimonio, y se requiere aplicaciones
tremendamente energéticas para liberar los metales escondidos en rocas y suelos. Po:
este motivo la Humanidad ha tardado en familiarizarse con el Magnesio, Aluminio 5
Calcio. Por tiltimo, los metales alcalinos producidos por Ja naturaleza salina terrestre
tales como Sodio, Potasio y sus similares, no sdlo se obtienen a cambio de una enorme
inversion de energfa, sino que ademés son inestables, muy artificiales, y tienden a regre-
sar a su estado de sal con la mayor rapidez posible. Debido a su suavidad, bajo punto de
fusion, ¢ inestabilidad, debemos denominarlos como parodias de sus propiedades, cari-
caturas de los verdaderos metales. Es necesario protegerlos con paredes de vidrio o bajc
petréleo, porque cualquier humedad ambiental o soplo de aire los hace reaccionar. {Une
verdadera existencia de laboratorio!
De esta forma, la tendencia de los procesos terrestres (meteorizacién) no es liberar le
cualidad metalica, sino de aniquilarla, quemarla, reducirla a cenizas, o al menos a 6xido
Con toda justificacién podriamos concluir que tal cualidad es en su esencia extrafia so-
bre Ja Tierra. Es mas un invitado que un ciudadano. En la actualidad, no se puede expli-
car ni entender desde el punto de vista de los minerales terrestres. ,De donde surge sv
existencia? Tiene quiza otro origen que el terrestre? ,Pertenece a otro mundo? Es
posible que su tarea sea fundir las esferas de la actividad extraterrestre con las de la Tie-
rra? 4Podriamos designar a los metales como césmico-terrestres, comparables quizds <
las plantas, las que a pesar de estar ancladas con sus raices a Ja tierra, dependen de la luz
césmica a través de sus hojas? Aparte de sus semillas que debido a su peso caen victi-
mas de la gravedad, las plantas son liberadas para regresar a su verdadera forma, me-
diante lo imponderable que les llega desde el cosmos, tales como la luz, el calor, etc. Er
este sentido se podria comparar a las menas con semillas y a los metales con las plantas,
que se liberan de sus semillas al interactuar con los imponderables, en el proceso de le
fundicién.
Los antiguos hablaban de los tres procesos en el reino mineral: Sal, Mercurio y Sulfur.
Para ellos, Sal era la materia ponderable, sujeta a las fuerzas terrestres. Sulfur era le
substancia saturada con lo imponderable, las fuerzas que irradiaban desde el cosmos.
Sin embargo, Mercurio era una substancia abierta a la interpenetracién ritmica de fuer-
zas desde ambas fuentes, una que radiaba desde la tierra, y otra desde el cosmos (en este
aspecto, todos los metales son Mercuriales).
Jnstituto para Formacion en Medicina y Terapias Antroposéficas ‘2. Aspectos césmicos de la naturaleza metalica
En la medida que se avanza en el conocimiento del cosmos, se comprende cada vez ma
que la naturaleza metdlica no es una propiedad terrestre, sino que se extiende en todo e
universo. Existen algunos minerales de origen extraterrestre, el Hierro metedrico con
tiene metales en una forma que no puede ser encontrada o producida artificialmente e1
la tierra. Ese Hierro que es el mds comtin de los metales, sdlo lo encontramos en form:
mineral, excepcionalmente en forma pura. Como metal puro no adulterado, solo pued:
provenir del cosmos, es decir, su forma metalica pura es un extranjero en la tierra, wl
viajero del cosmos.
Cuando hacemos arder una cinta de Magnesio, obtenemos la misma intensidad lumino
sa del sol. Con la ayuda de ese mismo Magnesio, la luz solar es incorporada a la clorofi
la de la hoja. Es como si cada rayo de luz solar terminara su viaje en el cloroplaste
como un granulo de almidén. El Hierro también es necesario en ese proceso de forma
cion de clorofila que tiene lugar en los érganos de recepcién césmica de la planta. D:
esta manera la planta necesita de los metales para conectarse con el aspecto césmico d
su existencia.
Pero también encontramos esferas vitales de naturaleza césmica en enclaves césmico
terrestres. Existen metales con papeles plurifuncionales que encontramos en los cuerpo
de seres cuya complejidad esta por encima del mundo vegetal. De hecho, lo que distin
gue a estos seres de las plantas es su aptitud para realizar de forma independiente esto
procesos que el vegetal sélo puede Ievar a acabo con el cosmos, como es la formacié:
de almidén hepatico. La planta carece de érganos internos; la hoja y el cosmos se perte
necen mutuamente. El animal posec la riqueza de los érganos internos, en forma de wi
cosmos interior.
La planta recibe del cosmos sus brotes, floracién y maduracién, mientras que el anima
lo hace mediante sus érganos internos. Con el ritmo de sus érganos el animal sustituy:
los ritmos césmicos. No es impropio considerar a estos ritmos organicos como algi
césmico interiorizado. Asi podemos comprender que ese cosmos organico ya no usa lo
metales por su presencia material, sino por sus efectos dindmicos. El Cobre prepara I
formacién de la hemoglobina, el Hierro construye la hemoglobina asi como los fermen
tos respiratorios. En resumen, el cosmos interior esté permeado por las actividade
metalicas.
Continuando esta linea de razonamiento, si en la actualidad algunos metales Iluevei
desde el cosmos a Ia tierra, por qué los metales, que ahora descansan en el claustr:
terrestre como menas, no pueden provenir como un regalo a la creacién de la tierra ?
Aqui tocamos con el antiguo conocimiento humano. Este saber no provenia de un pen
sar como el nuestro, sino de una genuina “percepcién” de sus antiguas fuerzas animicas
hace mucho tiempo extintas. Afirmaba especfficamente que el Hierro era un metal di
Marte; el Cobre era un metal de Venus; el Oro era algo semejante al Sol; habia asignad:
el Plomo a Saturno; el Estafio pertenecfa a Jupiter; la Plata era gobernada por la Luna; e
Mercurio tenia el nombre del mismo planeta. En la actualidad podemos recuperar uni
comprensién de este saber antiguo, heredado, mediante las investigaciones cientifico
espirituales modemas de Rudolf Steiner. Veamos si la fisica actual en su desarrollo so
bre el conocimiento de los metales, encuentra algunos puntos donde concuerde con esti
Instituto para Formacion en Medicina y Terapias Antroposéficas 1ciencia espiritual.
Las investigaciones modernas estan familiarizadas con las relaciones ponderales entr
las substancias, los denominados “Pesos atomicos”. Tomando los Pesos Atémicos de
los siete metales que los antiguos relacionaban con los cinco planetas mencionados, le
luna y el sol, los distribuimos en un circulo segtin su magnitud, y obtendremos ur
heptagono como el de Ja Figura 1. Como resultado obtenemos una distribucién muy
significativa.
EI sistema periédico de los elementos fue descu-
Fig.1 bierto en el Siglo XIX por Lothar Meyer y Mende-
Be leiev, cuando agruparon los elementos (substan-
cias) segin sus pesos atémicos, revelando las ar-
& He, monias singulares entre ellos. Haremos lo misme
con estos siete metales, salvo que en lugar de em-
plear columnas, los distribuimos en un circulo,
oS ps, Aunque esta distribucién solo es posible gracias ¢
que los métodos de andlisis modernos han estable-
cido los pesos atémicos, en este sistema de rela-
& ‘Ep ciones se encuentra escondido algo que ya era fa-
miliar a los antiguos. De esta forma, la nueva
distribucién combina el conocimiento de los antiguos con las investigaciones modernas.
Los pesos atémicos de los siete metales son:
METAL | PLANETA | Latin | simporo | PESO AT 6
Hierro Marte Ferrum Fe 55,85
Cobre Venus Cuprum Cu 63,45
Plata Luna Argentum Ag 107,88
Estafio Japiter Stannum Sn 118,7
Oro Sol Aurum Au 197,2
Mercurio Mercurio Hydrargyrum Hg 200,6
Plomo Saturno Plumbum Pb 207,2
En la figura anterior, comenzamos en la esquina derecha de la linea base en el heptago-
no equildtero con el Hierro (Fe) y su peso atémico de 55,85, y continuamos hacia la
izquierda con el Cobre, etc. Esta distribucién revela que en la parte superior el Oro se
encuentra en una posicién especial. Los restantes seis metales se enfrentan en parejas:
primero el Estafio y Mercurio, luego Plata y Plomo y finalmente Cobre e Hierro. Apare-
cen unas polaridades que se habfan perdido en la distribucién usual del sistema periddi-
co, sin embargo estas polaridades existen tanto en la naturaleza como en el ser humano.
Comencemos por la linea base. El Cobre e Hierro, aunque no son considerados coma
unos elementos vecinos en la quimica ordinaria, en la naturaleza parecen haber sido
creados con el mismo soplo. El mineral de Cobre mds importante, la Calcopirita, tam-
bién comparte mena con el Hierro, ya que combina Cobre, Hierro y Azufte. Es como si
la naturaleza quisiera atraer nuestra atencién hacia algo que alcanza su expresién maxi-
Tnstituto para Formacion en Medicina y Terapias Antroposéficas 7ma en el reino de lo viviente, ya que en este Ambito y no en otro, ambos _metales estar
relacionados con los procesos respiratorios, mediante los cuales, animales y humano:
permean su organizacién acuosa con lo aéreo. La hemocianina que usan para respiral
muchas criaturas inferiores, tales como mejillones, caracoles, cangrejos y cefalépodos
es un compuesto de proteinas y Cobre, mientras que los animales superiores y el se:
humano respiran gracias a un compuesto similar, la hemoglobina, sustituyendo al Cobre
por Hierro.
En Ja segunda linea horizontal de nuestro heptagono encontramos a la Plata y al Plomo
En la Quimica corriente no se estudian las polaridades de estos dos elementos, pero I
naturaleza nos lo demanda. El sulfuro de Plomo (Galena) es su mineral mas importante
y en ella también encontramos una pequefia cantidad de Plata. Las mayores cantidade:
de Plata se producen a partir de la Galena. La Plata tiene su nido natural en el regazo de
Plomo. Los depésitos de Plata pura, o sus minerales, son muy raros. También en ¢
cuerpo humano, la Plata y el Plomo muestran polaridades, pero no se muestran come
elementos fisiolégicamente normales como ocurre con el Hierro y el Cobre. Esto se
observa en sus efectos terapéuticos. El Plomo acenttia los procesos degenerativos pro-
venientes del polo neutro-sensorial, promueve el endurecimiento y la pardlisis. La Plate
por el contrario estimula los procesos regenerativos del polo metabdlico, vitalizandolos
También encontramos en la Plata el antidoto contra los efectos venenosos del Plomo, €:
Saturnismo.
De la misma forma, el Estafio y el Mercurio muestran polaridades en el cuerpo humano
Ambos acttian sobre la organizacién liquida como medicamentos, aunque de forma:
completamente diferentes. En su descripcién individual nos extenderemos al respecto.
En el diagrama, el Oro se mantiene aparte. También en la naturaleza, se sostiene a si
mismo, distribuido sobre la corteza terrestre segiin sus propias leyes. En el organisme
humano actiia como medicamento para el corazén, que es el centro del sistema ritmico.
Fig. 2
En la figura (2) encontramos sobre nuestro
heptdgono tres tridngulos isésceles: el izquier-
do relacionando los puntos del Cobre, Plata y
Mercurio; el derecho, los puntos del Hierro,
Plomo y Estafio; y el central, los puntos del
Cobre, Hierro y Oro. De nuevo encontramos
correlaciones entre los metales, no sdlo en sus
atributos naturales, sino en sus relaciones con
procesos organicos humanos.
Cobre, Plata y Mercurio, los metales del tridngulo de la izquierda, aparecen en la natura-
leza junto con el Antimonio, en los denominados minerales de cobre gris 0 tetrahedritas,
que son minerales tipicos de azufre. Se catalogan entre preciosos 0 semi-precfosos; sua-
ves, flexibles, plasticos, excelentes conductores de calor y electricidad (comparados con
el Mercurio). Los puntos de fusién de la serie van desde 1083° (Cobre), 960° (Plata),
hasta -39° (Mercurio).
Instituto para Formacién en Medicina y Terapias Antroposéficas 8Los metales del triangulo de la derecha, Hierro, Plomo y Estafio, no son preciosos, sor
malos conductores del calor y la electricidad; y sus puntos de fusién van respectivamen.
te des 1530°, 327° hasta 231°. En la corteza terrestre aparecen aislados, rara vez se en
cuentran combinados entre ellos o en sus minerales. De esta manera, la triada de la iz
quierda y de la derecha muestran una fuerte oposici6n, polaridades.
El tridngulo central comprende Cobre, Hierro y Oro. Podemos encontrar Oro en las me
nas de Cobre, asi como en piritas (sulfuros ferrosos). Como metal, el Oro se parece so
bre todo al Cobre, que por esto podria ser denominado como su plebeyo medio
hermano. El punto de fusién del Oro (1064?) esta muy cerca del Cobre (1083°). Sit
embargo, la sal mds importante de Oro, el tricloruro Aureo, se parece mucho al tricloru
ro Férrico. Es mas, Cobre, Hierro y Mercurio son alcalinos, y el hidroxido de Plata e:
una lejia muy fuerte. No obstante, Hierro, Plomo y Estafio forman dcidos cuyas sale:
son conocidas como ferratos, estannatos y plumbatos. También aqui el Oro se mantienc
en el centro, reconciliando las polaridades y armonizandolas.
Pero también en sus influencias sobre, y las relaciones con la organizacién humana
estas triadas muestran algo sorprendente. Plata, Mercurio y Cobre actian especialment«
sobre el sistema metabélico. Estimulan sus funciones regenerativas, acompafiando a lo:
procesos de la nutricién hasta la formacién de Ja sangre, en Ja cual el Cobre posee ur
papel importante. Plomo, Estafio e Hierro actian en la regién superior, en el polo neuro:
sensorial. Estén relacionados con los procesos degenerativos, endurecedores, de con:
formacién. El Hierro actéa mediante los procesos respiratorios la organizacién ritmica
como constituyente del pigmento respiratorio, y la triada Cobre-Hierro-Oro se refleja er
el sistema ritmico, el Oro hacia el corazén como centro, el Hierro en el aspecto respira-
torio, y el Cobre en direccién al metabolismo. De esta forma, la estructura trifunciona
de los triéngulos de nuestro heptdgono nos brindan un reflejo “metalico” de la organiza:
cién trifuncional humana.
Lo anterior demuestra que esta distribucién de los metales nos evidencia muchos aspec-
tos de su naturaleza que de otra forma permanecerian ocultos. Sin embargo, lo mas sig:
nificativo es las relaciones césmicas ocultas en ellos. En estas relaciones se adivina algc
sobre el origen de los metales.
Desde el punto de vista de las investigaciones cientifico espirituales, el sistema solar e:
una organizacién poderosa que evolucion6 hasta la forma presente, a partir de unos co:
mienzos primigenios germinales desorganizados y perneamos de fuerzas vitales. En este
desarrollo se han ido segregando gradualmente los minerales inertes, como una ostr
produce su concha o un 4rbol su corteza. (No es factible entrar aqui en detalles. Lo:
interesados se pueden dirigir a la literatura original’). La condicién “embrionaria” de k
Tierra debe ser contemplada no sélo como sostenida por fuerzas vitales, sino tambiér
permeada por una naturaleza animica y seres espirituales. El envejecimiento de ests
gigantesco organismo se realiza en etapas de gradual condensacién y materializacién
conduciendo a una cada vez mayor segmentacién, a la separacién del Sol, Jos planetas
Ja Luna y a la “secrecién” de los reinos naturales.
Esta esfera primitiva contenia originalmente el Sol, son sus fuerzas y seres. En un ciertc
punto de la evolucién el Sol se desprendié del cuerpo comin, que aun contenia a la Tie:
' “La evolucién de la Tierra. Cosmogonia de la Historia Terrestre - Un crecimiento Orgdnico”. G
Wachsmuth.
Instituto para Formacién en Medicina y Terapias Antroposéficas citra y ala Luna, y comenzaba a trabajar sobre estas desde fuera. Algunos de estos efecto:
solares consistian de energias, que condujeron al formacién del Oro. De una condiciér
que era solamente color y luz, se condenso en aire o vapor, luego a un estado liquido, y
finalmente al estado s6lido de nuestro presente metal. En un sentido profundo, el Orc
pertenece al Sol. Las relaciones entre el Oro y el Sol existen en la actualidad. Kolisko’
descubrié unos fendmenos impresionantes siguiendo ciertas reacciones de soluciones de
Oro con otras sales metalicas, usando el método dindmico capilar en papel de filtro. Po:
ejemplo, mostré como las sales 4ureas reaccionan de forma diferente durante un eclips¢
solar, demostrando la “sensibilidad solar” del oro. También se ha demostrado que en k
corona solar el espectro de las radiaciones coincide con el espectro emitido por el Oro.
En los tiempos en que ocurrié la separacién del Sol (Antiguo Sol), la Tierra con sus se
res habia alcanzado un estado etérico — vegetal, la dependencia actual del reino vegeta
es un reflejo de esta relacién con el Sol. Pero la condicién parecida a lo vegetal de aque-
los tiempos tenia una naturaleza completamente diferente del actual reino de las plan-
tas. Se tejid en la atmésfera, que era viviente en su totalidad, como una fina proteine
volitil. Como nubecillas, con coloraciones verdes que aparecian y desaparecian, estas
plantas flotaban en la atmésfera proteica. Esta atmésfera estaba Ilena y energizada cor
poderosos procesos de Azufre y Acido Silicico, cuyas dindmicas transmitieron a la:
plantas los efectos vitales, formadores y conformadores de la luz. Todas las substancias
estaban relacionadas con los procesos dindmicos, como en el mundo organico actual
Todavia no habian desarrollado las leyes de lo inorganico, de lo inerte. Las substancias
con que actualmente estamos familiarizados sélo son los cuerpos petrificados de aque
Ilas fuerzas dindmicas. Su naturaleza original son las funciones vitales. La materia es
solo su conclusién. Cuando Ilevamos estas substancias al ambito vivo de los seres ani-
mados, se convierten inmediatamente en la dindmica de lo vital. El Acido Silicico forme
y moldea en la actualidad plantas y animales, y transmite la actividad luminosa, El Azu
fre atin vive en la esfera proteica de todos los seres animados.
La evolucién procedié hacia posteriores condensaciones. De la biosfera terrestre, fueror
arrojados los procesos que tendian a la muerte, y se convirtieron en el principio de las
formaciones rocosas primitivas, junto con lo que seria denominado Silice. El mundc
mineral se retiré del mundo viviente. No obstante, dentro de los procesos de condensa-
cién y dentro de toda la actividad terrestre, brillaban el sol y los planetas, que en ese
tiempo también fueron separados del original cuerpo comun. De esa forma, los impul-
sos creadores de metales radiaron del universo hacia la Tierra. Estos impulsos eran de
naturaleza etérica, y se combinaron con la organizacién vegetal. La “secrecién” resul-
tante fueron las formaciones minerales, dentro de las cuales se tejian las venas minera-
les. El exceso de Azufre en la atmésfera fue absorbido por lo metalico, dando lugar a un
estado previo para nuestras piritas, minerales lustrosos, blendas, y sulfuros metalicos
La Tierra fue especialmente permeada por el Hierro después de su separacién del Sol;
puesto que con la expulsién de Marte y las condensaciones siguientes, el cuerpo comtn
original (que espacialmente era mucho mayor que la actual Tierra) sufrié una posterior
contraccion. La tierra, que atin contenja a la Luna, pasé por la esfera de Marte y recibié
el regalo césmico del Hierro. Por supuesto en estas descripciones no debemos pensar en
las actuales condiciones o formas de la materia.
Asi, la situacion de nuestro sistema planetario en aquella época era: La Tierra que atin
? Dr. Kolisko, médico Antropésofo, colaborador de Rudolf Steiner
Instituto para Formacién en Medicina y Terapias Antropos6ficas 10contenia a la Luna (Antigua Luna), se enfrenta al Sol, del cual atin no se ha separadc
Mercurio y Venus. La Tierra ha experimentado el impacto del Hierro mediante la in-
fluencia de Marte. De la organizacién vegetal proliferativa, que esta bajo la influenciz
del Sol, la Tierra segrega el mundo mineral, en el transcurso de posteriores condensa-
ciones. Se forman las rocas siliceas y los sulfuros metalicos se congelan dentro. Dentrc
de todas estas actividades se condensa el Oro, regalo del Sol. La esfera de las antiguas
formaciones dureas, las piritas y los sulfuros ferrosos, toman en su interior al Oro.
Contintia la evolucién. Las fuerzas lunares en la Tierra trabajan demasiado fuerte haciz
la condensacién. La luz del sol cada vez puede penetrar menos la cubierta terrestre.
Aumenta la oscuridad. Al final son expelidas la Luna y sus excesivas fuerzas de endure-
cimiento. Ahora la influencia solar puede penetrar de nuevo en la atmésfera purificada.
que otra vez se ha vuelto transparente. Las organizaciones vegetal y animal se encuen-
tran cada vez mas unidas a la Tierra que solidifica, y que ahora es liquida. La atmésfere
comienza lentamente a parecerse a la actual.
Entre tanto, el Sol habia expulsado lo que serian los planetas Venus y Mercurio. La Lu-
na, ahora actuando sobre la Tierra desde fuera, suministré el impulso para la formacién
de la Plata. Venus y Mercurio suministraron los impulsos para el Cobre y Mercurio, y le
cooperacién de la Luna, Mercurio y Venus, produjeron el impulso para la formacién de
Antimonio, segtin R. Steiner. Si contemplamos como un todo los eventos de esa etapa,
encontramos que se expresa como el segundo para - impulso para los depésitos aureos,
las formaciones jévenes de Oro-Plata, en las cuales no participa el Hierro, sino que el
Cobre, Mercurio, Plata y Antimonio juntos constituyen el alojamiento para el Oro.
Planeta | Saturno | Jupiter | Marte Sol Venus |Mercurio| Luna
Metal | Plomo | Estafio | Hierro Oro Cobre | Mercurio) Plata
Para demostrar el origen césmico de los metales y sus relaciones, es necesario regresat
al circulo dividido en siete partes. Pero en este caso, vamos a construir una estrella de
siete puntas, comenzando por el Plomo, omitiendo dos intervalos, y uniendo con una
diagonal al Estafio, y asi consecutivamente, de manera que la linea continta relacionan-
do Hierro, Oro, Cobre, Mercurio, Plata y regresando al Plomo. (En un heptagono sdla
podemos trazar dos estrellas, una aguda y otra obtusa, y ambas tienen significado, coma
veremos). A la vez, dibujemos al lado de cada metal el signo del planeta con quienes
han sido relacionados desde tiempo inmemorial:
Instituto para Formacién en Medicina y Terapias Antroposdficas iFig 3 Las lineas de nuestra estrella ahora traza le
Rue secuencia: Saturno-Jupiter-Marte-Sol-Venus-
Mercurio-Luna.
$n He En esta secuencia aparece una distribucién
espacial de nuestro sistema planetario, viste
desde la Tierra, como muestra el denominade
Ra, Pe sistema de Ptolomeo. Los planetas exteriores
% son Saturno, Jupiter y Marte, los planetas
interiores Venus y Mercurio, mientras que la
Luna es el cuerpo celeste mds cercano,
cw Fe Cuando los planetas interiores se sitian en
? ¢ conjuncién delante del Sol, y los planetas
exteriores en conjuncién detras del Sol,
tenemos la exacta secuencia que se muestra en la Figura 3, comenzando con Saturno
terminando con la Luna. De esta forma el orden césmico emerge en nuestro orden de
los metales. Los metales no sdlo pertenecen a la Tierra, sino a todo el cosmos. Esto es lc
que demuestra nuestro diagrama. Aqui esta oculta otra cadena de relaciones. Las descu-
brimos si, comenzando por el punto Plomo-Saturno, y ahora omitiendo un solo interva-
lo, trazamos diagonales que describen la segunda estrella de cinco puntas, obtusa. Lz
linea une los puntos Saturno-Plomo, Sol-Oro, Luna-Plata, Marte-Hierro, Mercurio-
Mercurio, Jupiter-Estafio, Venus-Cobre, y vuelta a Saturno-Plomo. Esta secuencia, que
se muestra en la Figura 4, no tiene que ver con el espacio, sino que muestra una estruc-
tura en el tiempo, un ritmo de la evolucién terrestre.
Fig 4 Nuestra existencia evoluciona en el tiempo.
Depende por completo de los ritmos que re-
sultan de la cooperacién de los movimientos
de la tierra y las estrellas. El afio refleja el
ritmo solar, la semana el ritmo lunar. Con
afios y meses contamos nuestras vidas. Los
dias en sucesién nos recuerdan, nuevamente
cada semana, una conciencia del ritmo de
siete, que contiene al Sol, la Luna, y los cin-
co planetas como se suceden en la estrella
obtusa de la Figura 4. Los nombres de los
cu ‘Fe dias de la semana, en los distintos idiomas,
z é nos recuerdan los ritmos césmicos.
°2
7?
La antigua sabiduria denominé a las unidades de tiempo seguin las estrellas. La expe-
riencia de cada semana nos recuerda la evolucién del universo, los secretos del devenir
césmico, y el que la tierra y todas sus criaturas, en cada momento, se encuentran en co-
nexién con Ja configuracién espacial del cosmos y sus leyes cronolégicas de evolucién.
Los dias de nuestras vidas siguen el ritmo de la evolucién terrestre; son imagenes de la
historia del mundo. En la antigiiedad, por el saber de aquellos tiempos, atin se podia
sentir la relacion armoniosa entre la evolucién humana y la terrestre. Cada sustancia en
la tierra participaba de ese devenir. En la actualidad intentamos, de una manera novedo-
sa, descifrar los secretos contenidos en cada sustancia terrestre, asi como en el individuo
Instituto para Formacién en Medicina y Terapias Antroposéficas 12y en el mundo extraterrestre. Es posible encontrar los signos de un orden temporal
relacionado con las fases de la evolucién terrestre, a la luz de Ja Antroposofia: Antigu:
Saturno, Antiguo Sol, Antigua Luna, Marte y Mercurio?
La distribucién del heptdgono es resultado de ciertos rasgos de los metales por si mis
mos. También hemos descrito ciertos fenémenos que implican que estos metales posee!
un aspecto césmico adicional al terrestre, y especialmente que cada uno estd relacionad:
con un planeta determinado. Es més, se puede demostrar las relaciones entre los proce
sos evolutivos en el cosmos y la formacién de ciertas condiciones planetarias. Pero gtie
nen algo que ver los metales con los planetas, no como campos de fuerza orientado
espacialmente, sino como fases en la evolucién de nuestra tierra, esto es, como forma
ciones orientadas femporalmente? {Las propiedades de los metales justifican la secuen
cia que se muestra en el heptagono obtuso de la Fig. 4?
Se pueden encontrar estos signos, aunque poseen un cardcter mds complejo. Al trabaja
con el Plomo encontramos que en su naturaleza existe un extrafio comportamiento res
pecto al calor. Cualquier incremento o disminucién de temperatura lo afecta intensa
mente. En el organismo humano, el Plomo como sustancia terapéutica, esta relacionad
con los procesos de formacién organica en los cuales el YO intensifica 0 disminuye e
calor orgénico. Esto apunta al aspecto Saturnino de su naturaleza.
El Oro, el metal solar, no sélo reacciona de forma definida respecto a la influencia de
Sol, sino que ademas pertenece al mundo luminico. Ningiin otro puede aparecer, comc
tal, claramente coloreado. Se muestra de un amarillo dorado brillante, en transliicida
hojas de un verde vegetal, en el purpura, rojo, violeta, azul e indigo de sus solucione,
coloidales. Lo fulgurante de la naturaleza luminosa es una caracteristica del mundo de
Antiguo Sol.
La Plata revela de manera particular el sonido y el tono, y también esta muy relacionadi
con la naturaleza de los liquidos. Pero la energia ordenada del sonido y la condicié1
fluida emergente eran las caracteristicas de la Antigua Luna.
Se sittia la condicion de Marte en la primera mitad de la evolucién terrestre. El Hierro e:
en cierto aspecto el mas importante en la formacién material de la tierra sélida. La tierr:
lo contiene por doquier en considerables cantidades, alrededor de un 5% como prome
dio. Es el metal de la vida terrestre. La primera inspiracién del recién nacido sobre |:
tierra se logra gracias su energia. También en los vegetales s6lo podemos encontrar e
verde si hay Hierro en el terreno. Minerales, plantas, animales y el ser humano no si
pueden concebir en su forma actual sin Hierro.
El Mercurio no es sélido. Ha retenido algo joven, una movilidad fluida que perdieror
los restantes metales. Se ha mantenido en esta condicién incompleta, a pesar de su grar
densidad, su gran peso. Por este motivo, la segunda mitad inconclusa del desarrollo te
rrestre, se ha designado a la condicién mercurial.
Es dificil prever los fenémenos implicados con Estafio (Jupiter) y Cobre (Venus) porqu:
estan situados en un lejano futuro. Lo que ya ha sido, incluso en'su inmediato pasado, e
perceptible a nuestra realidad sensorial, ha dejado su huella sobre la materia. Pero e
futuro ain se encuentra en el campo de lo suprasensible. Es inutil tratar de entenderk
con nuestros sentidos.
Instituto para Formacién en Medicina y Terapias Antroposdficas : 13. Esferas energéticas planetarias relacionadas con los me
tales
Una medicina ampliada hacia el 4mbito espiritual, contempla en los metales planetario
un sistema de fuerzas (cnergético) muy activo. Se subdivide en siete esferas diferencia
das, que se extiende hasta las érbitas planetarias correspondientes. Los planetas en si
materialidad slo constituyen sus limites visibles. Esos espacios energéticos se interfie
ren a nivel del cosmos, de la tierra y del ser humano. De forma muy concreta, vivimo
en ambitos planetarios diferenciados en relacién con los metales. Con la ayuda del sis
tema de Ptolomeo, Steiner brinda una representacién de estos fendmenos y los caracte
riza tomando como ejemplo la esfera lunar: “Aquel que considere de manera espiritua
al sistema de Ptolomeo, devolveria todos los fendmenos al humano en su integridad ;
los comprenderia como sigue: me encuentro sobre la Tierra, y de igual forma estoy e1
el interior de la Luna. La esfera lunar es de hecho, en cuanto a su didmetro, tan grand
como la distancia desde la Luna al centro de la Tierra. Es un cuerpo invisible, y po.
demds, constituido por una substancialidad (de Plata) en la que podemos vivir y esta:
penetrados.”
Esa zona lunar que penetra a la Tierra constituye con ella una organizacién que actta e1
todos los procesos de Ja naturaleza. Esta situacion es valida para las otras esferas plane
tarias. Podemos imaginar que de la misma manera que esos dos campos influyen en e
espacio, las otras también lo hacen; esto podria ser la esfera solar que es cualitativamen
te diferente a la lunar o la de los restantes planetas. Por encontrarse a la vez, interact
tian, y la expresion de esas relaciones reciprocas es una forma en el cuerpo terresire ¢
en todo el organismo. De esta manera podemos tener una vision de conjunto de las dis
tintas substancialidades que penetran en el organismo, asi como en la Tierra (R. Stei
ner)”.
Cada uno de esos espacios energéticos planetarios, relacionados con metales, sigue la:
leyes de su principio en los fenémenos luminosos y de movimiento de los planetas, as
como en su irradiacién (vibracién) metalica y sus corrientes energéticas.
4. Sustancias y procesos
Por tanto, es necesario distinguir los metales y los procesos metalicos. En la cortez
terrestre, las substancias poseen contornos bien delimitados, de una forma determina:
da. A niveles mds profundos, se encuentran en estado de fusién; pero en los alrededore:
de la Tierra, se encuentran en un estado de divisién muy fino y se manifiestan por unc
irradiacién (vibracion) continua. Es justamente su parte fina, “supra-homeopdtica”, Ic
que pasa sin interrupcién en el conjunto de la vida.
De esta forma, el sistema energético planetario comprende dos elementos: /a esferc
energética relacionada con los metales y sus efectos, y la substancia metdlica en si, cor
sus propiedades, estando cada una de ellas sometida a leyes diferentes: la substanciz
metalica a las leyes gravitacionales, sin embargo en las esferas energéticas actian leyes
muy diferentes, periféricas, opuestas, y cuya irradiacién actia hacia el centro de la Tie-
ra. Las esferas energéticas planetarias intervienen en el sentido de una diferenciacién.
de una direccién en las fuerzas periféricas.
Instituto para Formaci6n en Medicina y Terapias Antroposéficas 7 4El libro “La planta en el espacio y el contra-espacio” de G. Adams y O. Whicher, ilustr:
el tipo y la cualidad de esas esferas energéticas, césmicas, dindmicas, asi como de la:
fuerzas terrestres. Este libro ofrece de una forma novedosa desde el punto de vista de le
Geometria proyectiva, una compresién de los efectos energéticos césmicos frente a la:
fuerzas centrales terrestres.
El conocimiento de estas relaciones aporta unos criterios para su utilizacién terapéutica
Mientras que los metales, empleados en su cardcter sustancial (en cantidades ponderales
© como oligoelementos) estén sometidos a las fuerzas (energias) centrales terrestres, los
metales diluidos y dinamizados (homeopatizados) son portadores de fuerzas planetarias
dirigidas en sentido inverso.
5. Procesos metalicos y procesos vitales
Las esferas energéticas astrales relacionadas con los metales influyen sobre el mundc
viviente. En primer lugar, diferencian la proteina original y dirigen la formacién de los
distintos érganos. En su forma substancial, también son activos en los fermentos, pig:
mentos y enzimas. Es necesario destacar la correspondencia entre los catalizadores bio-
légicos y las transformaciones de la geogénesis: en esos fermentos y enzimas siempre
encontramos una sustancia con una base proteica compleja, relacionada con un metal.
Son unas relaciones metal-protefna que poseen unas propiedades funcionales sorpren-
dentes en lo concerniente a la formacién de otras sustancias (precisamente en razén de
la presencia del metal). Alli encontramos, sin ningtin problema, el estado original de
todo lo que es metalico y mineral, ese estado primordial de la vida’. en el que todo Ic
que es mineral se encuentra en el interior de las “proteinas”. Algo de ese estado original
ha sido conservado por ciertas formas de vida ulteriores, como base de sus procesos
biolégicos mas importantes. No obstante, seria absolutamente erréneo pensar que esas
relaciones metal-proteina son simplemente propiedades quimicas inorganicas cuya in-
teraccién tuviera como consecuencia las “funciones vitales”. El metal incluido en lz
proteina viviente se hace sensible gracias a las energias planetarias de que se encuentre
dotado. De esta manera la proteina viviente se hace asequible, gracias al metal, a las
energias periféricas planetarias centrifugas, y otras. Gracias a los que se encuentran in-
cluidos en la proteina, las fuerzas vitales (etéricas) y las fuerzas psiquicas (astrales) pro-
pias de los seres vivientes, pueden influir sobre las funciones corporales.
6. Procesos metalicos en el ser humano
6.1. El principio de organizacién planetaria
En el organismo humano se refleja el sistema energético planetario relacionado con los
metales. A éstos, con sus propiedades y efectos, se corresponden procesos biolégicos. A
las energias planetarias se corresponden nuestras facultades psiquicas. Ambos estar
sometidos a lo Astral, que es el elemento planetario en el ser humano. Como imagen del
sistema planetario, esta organizacién obedece a las leyes planetarias, con sus irradia-
ciones, movimientos, energias y relaciones armoniosas. Siguiendo las leyes de sus prin-
cipios de accién, la organizacién Astral esta formada de siete sistemas de fuerzas
energéticas, portadores de distintas cualidades, que constituyen los principales sistemas
directores del organismo funcional. Estos sistemas estan relacionados con los procesos
Instituto para Formacion en Medicina y Terapias Antroposéficas 1smetdlicos. Acttian en el seno de las actividades vitales e influyen sobre la formacién 5
funcionamiento organicos: recordemos que lo Astral (organizacién animica) es el ver.
dadero constructor de lo Etérico (organizacion vital) y de lo Fisico. De esta manera,
todo lo que circula y reacciona en el interior de lo Etérico tiene por origen lo Astral (R
Steiner).
6.2. Procesos biolégicos
Bajo la influencia de la organizacién Astral y sus siete sistemas de fuerza, el organismc
vital se subdivide en una sucesién de procesos bioldgicos diferenciados, relacionados
con los metales, que se encuentran escalonados entre la construccién y la regeneracior
por un lado, y la descomposicién y degeneracién por el otro. Steiner describe estos pro-
cesos con el término de “niveles o planos vitales” y da una corta sintesis de las claves
para comprenderlos:
La vida humana con sus diferentes niveles se encuentra relacionada con la vide
planetaria, césmica. En los érganos sensoriales, el cuerpo etérico vive ante todo.
una vida sensorial, un tipo de vida declinante, que de hecho no percibimos comc
tal. Esta vida se desarrolla bajo el efecto de Saturno (proceso Plomo). Se corres-
ponde con las funciones fisiolégicas de los érganos sensoriales.
La vida de los nervios es una continuacién de la vida sensorial. En la organizaciér
nerviosa encontramos una vida sensorial atenuada, conservadora, un tipo de vide
ralentizado, que se mantienen gracias a la influencia de Jupiter. En este caso se
trata de fendmenos bioldgicos del cerebro y del sistema nervioso (proceso Esta-
fio).
En la vida de la respiracién, encontramos una vida formadora, creadora, que se
corresponde con los efectos de Marte, o del Hierro.
La circulacién sanguinea, fuente central de Ja vida, recibe los impulsos solares
(proceso Oro).
La circulacién de las substancias nutritivas esta relacionada con la vida metabdli-
ca, que constituye el fundamento de los érganos materiales. La vida metabdlica
corresponde a la actividad de Venus en el cuerpo Etérico (proceso Cobre).
Lo que ocurre en el Ambito metabdlico, puede ser utilizado por el resto del orga-
nismo para la produccién de movimiento. Esta vida del movimiento se debe a la
influencia de Mercurio sobre el cuerpo Etérico.
Y luego nos encontramos con la vida reproductiva, de la regeneraci6n. Es la vida
de la renovacién, que descansa sobre la vida lunar (proceso Plata).
Esta gradacion de cualidades vitales descansa sobre una interaccién especifica entre las
organizaciones Astral y Etérica para cada actividad. La Etérica tiene 1a tarea de elaborar
el organismo, es portadora de procesos vegetativos inconscientes; donde prevalece, do-
mina el anabolismo. Esto es valido para la renovaci6n, el movimiento y el metabolismo.
El principio planetario Astral se sumerge en la esfera anabdlica del cuerpo Etérico, y
por tanto, en el inconsciente.
Instituto para Formacion en Medicina y Terapias Antropos6ficas 16Por el contrario, la organizacién Astral atentia esta vida y conduce a los procesos ca:
tab6licos. Donde quiera que predomine, se consume la fuerza vital, se sacrifica, pare
reaparecer a un nivel superior en forma de fuerzas animicas. En el seno de la vida respi:
ratoria, de los nervios y los sentidos, prevalecen procesos catabélicos. Estos se superpo:
nen a los procesos anabdlicos e implican gradualmente una disminucién de esa fuerze
vital para asi servir como base fisiolégica a la consciencia. Cada ambito vital contiene
en una determinada proporcién, anabolismo y catabolismo.
Estos niveles estén ordenados entre s{ de forma precisa: a cada proceso corresponde unc
contrario. A la regeneracién (principio lunar) se opone la degeneracion (Saturno); a
principio conservador (Jtipiter) se opone el impulso mercurial del movimiento; la vide
respiratoria (Marte) a lo metabélico (Venus), y la circulacién es el centro de ese triple
equilibrio (Sol).
6.3. Procesos metdlicos y érganos
Los siete procesos vitales relacionados con los metales penetran con su irradiacién, co-
rrientes energéticas y fuerzas formadoras a los organismos en formacién: todos sor
moviles y recorren sin cesar el cuerpo. Al igual que un sistema planetario, estos impul-
sos se encuentran en el ser humano. Durante la etapa embrionaria, forman los érganos
internos, que constituyen sus propios centros energéticos, donde acttian. Cada una de
estas actividades vitales sigue una trayectoria indicada, segin el sistema planetario. Si se
equivocan y van por otro camino, el bazo, por ejemplo, se encuentra con la vesiculc
biliar, y aparecen las enfermedades. Lo mismo ocurre para otras trayectorias (Paracel-
so).
Correspondencia
entre planetas, procesos (dinamicos) metalicos y érganos
Planeta | Proceso | Organo
| =
Saturno | Plomo ‘Sistema sensorial -cerebelo, epifisis, bazo- esqueleto
| - =
Japiter Estafio Cerebro, hipéfisis, higado, articulaciones
Laringe, pulmones, tiroides, paratiroides, vesicula bi-
Marte Hierro
liar.
Sol Oro Coraz6n - sistema circulatorio, timo
Venus | Cobre Rifiones, suprarrenales
Mercurio | Mercurio Sistema linfitico y glandular, pancreas
2 | ae a
Luna | Plata Sistema reproductivo, glandular genitales, piel, cerebro.
Es necesario diferenciar en cada drgano los efectos energéticos planetarios, de los rela-
cionados con los cuatro elementos (Fuego, Aire, Agua, Tierra). Podemos conocer alge
sobre los movimientos interiores constructores si los relacionamos con el mundo plane-
tario. Al comprender sus funciones, llegamos al mundo terrestre (es decir, el de los ele-
mentos); por ejemplo, los pulmones son, por su estructura interna, formados por los
Instituto para Formacién en Medicina y Terapias Antroposoficas tiprocesos Marte-Hierro, pero actuan en el ambito de los elementos, relacionandonos con
el medio (Tierra) sin mediar procesos como ocurre en la digestién, y lo mismo ocurre
con otros, como el Higado con lo acuoso (Agua) y el corazon con el calor (Fuego). De
esta manera, las caracteristicas de los diferentes procesos organicos resultan de la inter-
accién entre ambos niveles.
Los siete sistemas energéticos relacionados con los metales gobieman nuestro organis-
mo funcional y se corresponden con determinados érganos y tejidos, como se muestra
en la tabla siguiente:
; Procesos (o dinamicas) de la Plata (Argentum)
|Portadores de la vida de regeneraci6n, transmiten el crecimiento, anabolismo, renovacién, repro-
\duccion y eliminacién. En tanto que esfera de elaboracién embrionaria, de infancia, marcan
laquellas regiones donde predomina el anabolismo, tales como las mucosas y la piel, se concen-
Itran en el sistema genital y acttan sobre los movimientos de la reproduccién. La irradiacién de la}
[Plata se encuentra en los fendmenos centrifugos de la piel, tales como el sudor, las eliminacio-
es, ete.
Procesos del Mercurio (Mercurius)
|Portadores de la vida del movimiento, los encontramos en el origen de los movimientos respira-
|torios. Provocan los fenémenos quimicos en medio liquido, estimulan la circulacién linfatica y |
actividad glandular; estan concentrados y particularmente activos en esos sistemas. La irradia-
cién mercurial rige lo que proviene del sistema digestivo y la sexualidad.
Procesos del Cobre (Cuprum)
\Portadores del metabolismo, favorecen el anabolismo, la sintesis proteica y la hematopoyesis, el
Imetabolismo de glicidos y grasas. Gobiernan la circulacién venosa, la eliminacién y la excre-
lcién del gas carbonico y del nitrégeno (espiracién). Se encuentran concentrados en los sistemas
enal-suprarrenal y neurovegetativo. La irradiacién del Cobre se une a la del Hierro y activa las
funciones marciales de las esferas metabdlicas sanguinea y circulatoria.
Procesos Oro (Aurum)
[Portadores de la vida de la circulacién. Gobiernan el conjunto del sistema sanguineo y eirculato-
[rio (la hematopoyesis y la funcién sanguinea, la circulacién y el ritmo cardiaco). Se concentran
len la médula sea, el corazén y el sistema reticulo-endotelial, regulan la circulacién, y de esta
forma el equilibrio funcional de todos los procesos vitales organicos.
Procesos Hierro (Ferrum)
Transmiten la vida formadora, la vida de la respiracion (inspiracion). Gobiernan la formacién del}
lsistema respiratorio, la laringe y la palabra. Estimulan la formacién y la funcién biliar, asi como
lla actividad muscular, y activan los procesos Cobre (metabolismo y actividad renal).
Procesos Estafio (Stannum)
|Portadores de la vida de conservacién, mantienen las formaciones plasticas (formacién del cere-
|bro, higado, articulaciones) y gobiernan la funcin de las serosas. Sus centros estan constituidos
por érganos predominantes: el cerebro e higado.
Procesos Plomo (Plumbum)
[Son portadores de la vida declinante. Favorecen el desecamiento, la mineralizacién, la madura-
cién, el catabolismo y el envejecimiento. Sus centros de actividad estan constituidos por los
\organos de los sentidos, el esqueleto y el bazo. Permiten la bipedestacion, las funciones de deli-
Imitacién y el envejecimiento fisioldgico.
Instituto para Formacién en Medicina y Terapias Antroposoficas 187. Las etapas de la vida y los ciclos de maduraci6n natural
Nuestro conocimiento sobre los diferentes periodos de la vida pertenece al mas antiguo
bien espiritual de la humanidad. La antigua sabidurfa caldea, egipcia y griega conside-
raba que el organismo humano estaba sometido a la ley planetaria de la cifra 7, que rige
todas las transformaciones. En el “Libro de los Muertos” del antiguo Egipto encontra-
mos esta frase: “Veo a los dioses venir a mi encuentro, portando siete panes que me son
destinados y que me darén la vida”.
Desde el punto de vista fenomenoldgico, las diferentes épocas de la vida estan someti-
das hasta su funcién organica y espiritual, a los tipos de funciones metilicos correspon-
diente. Esto lo resumimos en una tabla:
Cuerpo ‘Alma Espiritu
en
2° 3° 4° 5° 6° oi 8° 9°
* 7 | 7> 14 | 14-521 | 21 ->28 | 28-35 | 35 42 | 42 49 | 49 ->56 | 562+
Plata _|Mercurio} Cobre Oro Oro Oro Hierro -| Estafio | Plomo
CF} CE. CAL AS. AR. AC. YO EV. HE.
Sol | Sol | Marte’ | Jupiter | Satumo
A Eee
Mercurio] Venus Sol
*
Nacimiento A.S.= Alma sensible | A.C.= Almaconsciente E.V= Espiritu vital
+= Muerte A.R. = Alma racional YO = YO espiritual H.E= Hombre - Espiritu
Durante el periodo embrionario y la infancia (hasta los 7 afios) culmina la dindmica
Plata o Luna: reproduccién y proceso vitales de renovacién. Favorece la fecundacién y
la vida embrionaria, el anabolismo, el nacimiento, el crecimiento y la edificacién del
cuerpo del nifio, asi como su consciencia Ilena de imagenes, su poder de mimetismo, su
fantasia, y su dependencia en la proteccién del medio.
En la edad escolar (de 7 a 14 afios) la dinamica mercurial es determinante en el cambio
de Ja denticién y el desarrollo del intelecto. El escolar crece, se despierta su interés por
el mundo. Salta rapidamente de un sujeto al otro, se adapta fucilmente y se parece a un
barémetro de mercurio, condicionado por el exterior. Aprende a utilizar su intelecto y se
apropia, en algunos aiios de estudio, de un conocimiento general superficial.
La adolescencia y juventud (de 14 a 21 afios) estén marcadas por la dinamica Cobre o
Venus, que inflama el sentimiento y actta fisiolégicamente sobre el metabolismo y la
sexualidad. De alguna manera, el adolescente contempla al mundo como en un espejo
coloreado de Cobre; todo trastorna su corazén, provocando reacciones sentimentales
violentas, simpatias y antipatias. Es la época de las emociones nacientes, del intercam-
bio de sentimientos, de las primeras amistades y amores, del desarrollo del instrumento
del sentimiento que oscila, en sus inicios, entre el exceso y el defecto.
Instituto para Formacién en Medicina y Terapias Antroposoficas 19La edad del Alma (entre los 21 y 42 afios) esta regida por la dinamica Oro o Sol. Est
dindémica marca el sistema cardiovascular y favorece un equilibrio armonioso de las
fuerzas. Es el “apogeo dorado de la vida”, el tiempo de la plena fuerza fisica y psiquica
la afirmacién de si mismo y de las alegrias de la actividad.
La edad del umbral del espiritu, los affos de lucha (entre los 42 y 49 afios) estan some-
tidos a la dinamica del Hierro o Marte, portadora de la fuerza muscular de energia y de
Ja voluntad. En este septenio el ser humano tiene que luchar por conservar sus fuerzas
fisicas, que disminuyen, y tiene que imponerse a las resistencias exteriores. Por asi de
cirlo, forja sus armas defensivas y ofensivas. Es una encrucijada donde las fuerzas espi-
rituales comienzan a adquirir un predominio fundamental, las fuerzas fisicas declinan, y
Ja evolucién de las fuerzas psiquicas va a depender de la biografia del sujeto.
La dindmica del Estaiio - Jupiter impregna los afios de sabiduria (49 - 56 afios) y diri-
ge los érganos mayores, como es el cerebro, mediante el cual sostiene las fuerzas animi-
cas que dependen de él: raz6n, circunspeccién y orden, asi como el sentido de la mesu-
ra. Mientras que por otro lado las fuerzas fisicas disminuyen, permitiendo renunciar <
todo lo que es secundario, por lo que los afios de sabiduria también son denominados
afios de renunciacion.
La dindémica Plomo - Saturno domina la edad en que llega el recuerdo cosmico (desde
los 56 afios, hasta la muerte) y conduce fisiolégicamente a la degeneracién y a la se-
nectud. Psiquicamente favorece la maduracién, en principio, con una creciente objetivi-
dad, interiorizacién y toma de conciencia que se va haciendo mas neta en la medida que
nos acercamos al gran salto. Es la época del crecimiento espiritual.
Como vemos en la parte superior de la tabla anterior, a cada proceso dindmico planeta-
rio también corresponde el desarrollo de un elemento constitutivo particular. De esz
forma el ser humano recorre varias etapas o planos diferentes de vida, a los cuales los
mitos atribuyen los nombres de planetas o metales. A cada uno de estos periodos se co-
responde una madurez corporal y psiquica, su forma de pensar, sentir y comportarse.
En cierto sentido, cada periodo conduce a forjar el instrumento particular con el que
trabajamos, y al final, ha desarrollado los siete instrumentos de su alma.
Por supuesto que estas etapas son atravesadas por cada ser humano, a veces muy pronto,
a veces muy tarde, intensivamente o de forma incompleta. Los mas tardios maduraran
después, o bien una parte de su ser queda bloqueada en alguna de sus etapas. Algunos
muestran, a lo largo de su vida, las caracteristicas de un nifio juguetén, otros parecen
eternos estudiantes que, hasta su vejez amasan conocimientos y pasan exdmenes (psi-
quis mercurial). Otros se quedan durante toda su vida como adolescentes entusiastas.
Una infancia 0 una juventud sin preocupaciones, una vida dirigida segin el placer y el
humor, sin deberes, favorecen una inmadurez. Por el contrario, los precoces atraviesan
répidamente las diferentes etapas de maduracién, antes de lo que corresponderia a su
edad. Algunos son demasiado pretenciosos e hiperactivos (psiquis marcial), otros des-
arrollan unos aires de gran sefior (psiquis jupiterina) 0 también pueden mostrarse pre-
cozmente criticos, pesimistas y de una seriedad imperturbable (psiquis saturnina). Una
vida llena de preocupaciones, un trabajo fisico duro, una sobreactividad intelectual o
una responsabilidad precoz, si no encuentran alguna compensacién, aceleran un enveje-
cimiento prematuro.
Instituto para Formacién en Medicina y Terapias Antroposéficas - 20Son elementos que permiten evaluar si un desarrollo se produce de forma armoniosa, 5
aportan muchos elementos de diagnéstico.
8. Salud y enfermedad a la luz de los procesos metalicos
La constelacién de las actividades (0 dindmicas metalicas), su fuerza y cualidad, influ.
yen sobre nuestra manera de ser. Cada proceso planetario metilico, preponderante, colo-
rea de forma especifica nuestro organismo en nuestra apariencia exterior y temperamen-
to. Steiner habla de estas influencias sobre razas enteras.
Los procesos metdlicos también actiian sobre cada individuo. Desde un punto de viste
puramente fenomenolégico, esto tiene como resultado distintos tipos de manifestaciones
de una enfermedad, temperamento, constitucién y disposiciones patolégicas psiquicas y
fisicas. En este caso no se trata de los tipos constitucionales de la medicina que practice
la homeopatia, a pesar de las similitudes con sus tipos carenciales metalicos.
Cada proceso metdlico marca su tipo y condiciona el temperamento. Por ejemplo, el
predominio de Plata-Luna en el metabolismo liquido implica una piel pura, fresca, pro-
cesos anabdlicos (digestién) activos, una constitucién picnica, un alma vegetativa muy
marcada y un temperamento flemdtico. Cuando estén en exceso, favorece un anabolis-
mo con adiposidad e inflamacién, sobre todo cutanea. Si es insuficiente esté acompafia-
do de delgadez, con una piel marchita, un metabolismo de liquidos labil, y perturbacio-
nes funcionales vegetativas. Se corresponde por una parte con la denominada constitu-
cién acuosa (retencién de agua en los tejidos) y por otra parte al tipo de carencia de Pla-
ta en la homeopatia.
El predominio de los procesos Mercurio marca con su influencia sobre el elemento Aire,
al tipo sanguineo, flexible y mercurial, que conserva a lo largo de toda su vida algo ju-
venil. Los procesos mercuriales fisiolégicos se manifiestan en un organismo de liquidos
movil y una funcién glandular activa. Las perturbaciones de estos procesos conducen a
una constitucién linfatica con predisposicién a las inflamaciones de las mucosas y ten-
dencias a la proliferacién mucosa y glandular.
El dominio de los procesos Cobre-Venus, en el seno de los elementos Aire y Agua im-
plican una constitucién con una tendencia femenina, agradable, a un temperamento sen-
sible, flematico-sanguineo, un sistema venoso marcado por una piel palida y un sistema
neurovegetativo hipersensible. Las perturbaciones del proceso Cobre predisponen a tras-
tomos venosos y renales, una diatesis espasmédica y a la distonfa (constitucién erético-
cianotica de la homeopatia).
El predominio de los procesos Oro 0 Sol en el seno de los cuatro elementos (Tierra,
Agua, Aire, Fuego) entrafian una constitucién armoniosa, vigorosa, con predominio de
los procesos sanguineos y un temperamento calido, radiante. Cuando son insuficientes.
disponen una falta de desarrollo de los érganos y una vitalidad débil, mientras que los
procesos Oro en exceso disponen a la corpulencia, la plétora y a una constitucién artriti-
co-apoplética que se corresponde con el tipo Oro de la homeopatia.
El ambito de los procesos Marte-Hierro, portadores de la vida y la respiracién, en el
seno de los elementos Calor (Fuego) y Aire, marcan la constitucién con tendencia mas-
culina, musculosa, atlética, con procesos sanguineos activos y un temperamento coléri-
Instituto para Formacion en Medicina y Terapias Antroposdficas 21co y discutidor. El Hierro en exceso predispone a inflamaciones violentas, sobre todc
del sistema respiratorio, arterial y a trastornos biliares. Si es insuficiente, conduce a le
anemia, a una carencia pigmentaria, a la debilidad muscular, que se corresponde con e:
tipo clorético, oxigenoide, de carencia de Hierro en la homeopatia.
El predominio de los procesos Estafio-Jupiter en los elementos de Agua y Calor (Fuego:
marcan la constitucién jupiterina, de bella apariencia, con un gran predominio de la ca:
beza, cuerpo bien modelado, y sistema nervioso central predominante; temperamentc
flematico - colérico. Los procesos Estafio insuficientes disponen a la neurastenia, la dis-
plasia, las enfermedades articulares, tendinosas y ligamentosas, los derrames serosos
exsicosis... se identifican con la constitucién sicética de la homeopatia.
Los predominios del proceso Plomo-Saturno determinan una constitucién magra, parti-
cularmente dsea, con una vitalidad disminuida en su conjunto y un temperamento me-
lancélico. El tipo Satumo es palido, gris, delgado, seco. Parece precozmente envejecidc
y tiende a un aumento del catabolismo con disminucién de las facultades de regenera-
cion, fragilidad, gravidez y cronicidad de todas las enfermedades, tendencia a la degene-
racién y a la esclerosis. Los saturninos recuerdan a los estados precoces de intoxicaciér
con Plomo, que en la actualidad denominamos Saturnismo.
9. La Terapéutica con metales
9.1. Directivas generales
Los siete metales constituyen una parte importante de la terapéutica Antropos6fica. El
elemento racional descansa (mas alld de toda praxis) sobre el conocimiento de los sis-
temas energéticos relacionados con los metales, comunes a la naturaleza y al ser huma-
no. Tomados como direccién o hipétesis de trabajo, estos principios coinciden con nu-
merosos resultados de la investigacién actual, por ejemplo, la de los oligoelementos, y
son confirmados por la experiencia practica. Las acciones metalicas acttian como prin-
cipio rector de forma especifica sobre sistemas organicos y sus trastornos funcionales.
Preparados segtin las reglas de la Alquimia, se vuelven eficaces y dirigen los procesos
biolégicos hacia los sistemas organicos cortespondientes. La homeopatia ha traspuesto
mas tarde esta similitud de los principios de accién a la similitud de los sintomas de la
patogenesia y del cuadro clinico, creando de esta manera la doctrina similia similibus.
En su forma natural, los metales se encuentran en un estado poco activo. Para usarlos
con propésitos terapéuticos es necesario conducirlos, mediante procedimientos adecua-
dos, a un estado dinamico muy activo, transformarlos segtin los “arcanos”.
Paracelso entendia bajo el nombre de “arcanos” una nocién global del principio de
energia y remedio. Es un principio de accién que corresponde, en el plano fisico-
quimico més bajo, a la energia libre. En la actualidad, sélo es concebido de manera
cuantitativa y no cualitativa; si queremos comprender lo que es arcano, tenemos que
ampliar de forma cualitativa el concepto actual de energia. En este sentido, el arcano de
un metal dado es portador de su fuerza curativa, que se encuentra en un estado libre,
disponible. La eficacia de un medicamento depende del nivel de la preparacién:
Sois ingenuos si pensdis que sélo se trata de triturar, amontonar y mezclar. No se
Instituto para Formacién en Medicina y Terapias Antropos6ficas 22trata de esto gQué afirma Hermes (Mercurio) sobre las fuerzas mercuriales? Mu-
chas cosas ciertas. Pero no sabéis como proceder
No sabéis hacerlo. Quien quiera preparar la naturaleza debe pasar por su escue:
la, Porque la naturaleza exige que su preparacién se ejecute seguin sus propia:
leyes y no segtin ideas de tontos.
La naturaleza te muestra cémo hacerlo. Ella no necesita ninguna de las arte:
para que las semillas de los campos se conviertan en espigas. ¢Qué transforma Ic
yerba en leche, qué lena las uvas y hace vino de la tierra seca? S6lo la alquimic
de la naturaleza.
Sabed que el verano trae los frutos con la ayuda de los astros, no sin ellos. Poi
tanto, si los astros son capaces de hacerlo, también los remedios deben ser pre-
parados con su ayuda. Porque los astros superiores nos enferman, nos matan, pe-
ro también nos curan. Ese es el coraz6n del asunto. Por esto hay que comprendei
que los remedios deben ser preparados por los (astros) sistemas energéticos pla-
netarios, y es asi como los metales (astros) se convierten en remedios.
Comprended, la fuerza se encuentra en una cosa muy sencilla, en el todo; nc
puede ser dividida. Es en el conocimiento de lo que se encuentra en ella y en st
extraccién —no en la combinacién- no es posible restituirla a partir de sus com-
ponentes recombinados.
Todas las cosas deben pasar por el fuego y renacer bajo otra forma, en la que
son utiles al ser humano. Porque el médico no debe utilizar los venenos (come
sustancias brutas) sino sus arcanos (sustancias activas)... En el fuego debe ocu-
rrir una disociacién de ambas cosas. Es una separacién de lo puro y lo impuro,
es la extraccion de lo puro y noble, o quintaesencia, a partir del cuerpo elemen-
tal, grosero y destructible. Sabed que los arcanos s6lo son las virtudes y las fuer.
zas. No son cuerpos, son caos (gas) claros y transparentes, sustraidos a la energ:
ia de los astros. (Paracelso).
9.2. Posologia y modo de administracién
La posologia y el modo de administracién modifican el efecto de los metales. Hay que
distinguir ante todo sus efectos materiales (que pueden llegar a la intoxicacién), de los
efectos en forma diluida y dinamizada. Steiner habla ademas de los efectos energético:
dindmicos diferenciados, que se van liberando segin las diluciones.
Diluciones proceso metalico influye sobre
Bajas (D3 hasta D6) inferior polo metabélico
Medias (D10 a D115) mediano sistema ritmico
Altas (D20 a D30) superior polo neurosensorial y piel
Instituto para Formacién en Medicina y Terapias AntroposéficasEl modo de administracién también influye sobre la accién de los metales:
- la via oral actéa mediante el polo metabélico,
- las inyecciones acttian mediante el sistema circulatorio, (sistema ritmico).
- las aplicaciones externas (bafios, compresas, ungiientos, aceites) acthan «
través de la piel y del sistema neuro-sensorial; la eficacia de estas aplicacione:
externas se debe a la accién irradiante de los metales. Apoyan la terapéutica in
terior. En este sentido es necesario tener en cuenta las diferentes zonas cutdnea:
y ciertos érganos (zonas de Head, campos energéticos de la acupuntura, etc.)
En resumen, prescritos en dosis y formas adecuadas, cada metal influye sobre las per
» turbaciones, de diversa etiologia, de sus propio equilibrio, pero no sobre fenémeno:
clinicos del mismo tipo, los cuales pueden descansar sobre diversas perturbaciones de
los procesos metdlicos, que se pueden mezclar (por ejemplo, un edema puede estar ori
ginado en un proceso Plata, Mercurio o Estafio perturbado. Por tanto hay que tratar cad:
uno con un metal diferente).
10. Bibliografia
Wilhelm Pelikan. “The secret of metals” Anthroposophic Press, Second Printing
1984
Alla Selawry. “Types fonctionnels métalliques en psychologie & médicine » Guy
Trédaniel Ed. 1992
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