Pec Evaluación
Pec Evaluación
Actividad 1
Apartado 1
Apartado 3
Hipótesis 5: Los síntomas descritos por Emilio podrían formar parte de alguno de
los cuadros psicopatológicos reconocidos por las principales clasificaciones
diagnósticas (DSM-5 o la CIE-10), como por ejemplo un trastorno depresivo, un
trastorno de ansiedad o un trastorno adaptativo. Justificación: La interferencia en el
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ámbito laboral y, sobre todo, las ideas y planes autolíticos son factores que indican
un elevado nivel de gravedad, por lo que probablemente los síntomas formen parte
de un cuadro clínico más amplio (Muñoz et. al, 2022).
Actividad 2
CONTRATO TERAPÉUTICO
CONDICIONES Y FUNCIONAMIENTO
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4. Las primeras sesiones se dedicarán a realizar una evaluación.
Posteriormente, en una sesión reservada para ello, se procederá a la
devolución de la información obtenida en dicho proceso evaluativo. También
se explicarán las hipótesis planteadas sobre el problema y se diseñará un
plan individualizado de tratamiento.
5. El tipo de relación entre terapeuta y cliente ha de ser estrictamente
profesional, de forma que permita al terapeuta ser lo más objetivo posible y
no haya interferencias en el proceso terapéutico.
6. La remuneración económica será de 60€ por sesión, pudiendo realizarse el
pago por bizum, tarjeta (crédito y débito) o en efectivo.
7. La duración de cada sesión será de una hora, salvo que por cuestiones
concretas se requiera alargarla, o terminar antes.
8. La periodicidad de las sesiones se acordará con el consultante.
9. El número de sesiones requeridas para el abordaje de cada problema se
procurará que sea el mínimo posible, pero se realizarán tantas como el caso
y la persona concreta necesiten.
10. La modalidad de las sesiones es presencial, pudiendo llevarse a cabo online
si las circunstancias lo requieren.
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COMPROMISOS DEL CONSULTANTE
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cada cliente. Puedes leer el contrato tranquilamente, y preguntarme cualquier duda
que tengas, ya que es importante que antes de firmarlo, comprendas bien los
términos que en él se describen.
ASPECTOS ÉTICOS
La Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), describe una
serie de principios éticos que todo psicólogo ha de tener en cuenta al ejercer su
profesión. Podemos encontrar dichos principios agrupados en 10 secciones
(Asociación Americana de Psicología, 2017, sección oficina de ética). Aunque todas
ellas tienen su importancia, el trabajo actual consiste en la evaluación y análisis de
un caso clínico, por tanto, la que más destacaría, y que describiré más en
profundidad, es la penúltima, puesto que hace referencia al proceso evaluativo. No
obstante, como ya he mencionado, esto no implica que el resto de principios éticos
no sean importantes, y, de hecho, es necesario tenerlos todos en cuenta para el
adecuado desarrollo de nuestra profesión.
Así, los aspectos éticos que tendría en cuenta a la hora de realizar una evaluación
psicológica son los 11 señalados por la APA en la sección 9, a saber (Universidad
Isabel I, 2022; APA, 2017, sección oficina de ética): bases para la evaluación, uso
de las evaluaciones, consentimiento informado en evaluación, comunicación de los
resultados de los test, construcción de los test, interpretación de los resultados de
la evaluación, evaluación realizada por personas no cualificadas, test obsoletos y
resultados desactualizados, sistemas de puntuación e interpretación de test,
explicación de resultados y mantener la seguridad del test.
También tendría en cuenta los artículos del Código Deontológico del Psicólogo, que,
al igual que los principios éticos mencionados por la APA (2017), es importante
tener siempre en consideración a la hora de realizar nuestro trabajo, ya sea en el
ámbito clínico (evaluación, diagnóstico e intervención), forense, de investigación,
educativo, o cualquier otro.
DOCUMENTO CENSAL:
Nº de caso 73451199D
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Fecha primer 16/11/2022 Medio del Llamada
contacto primer contacto telefónica.
Email [email protected]
Familia Sí / No
numerosa
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Actividad 3
Entrevista inicial:
Los motivos por los que se ha escogido una entrevista semiestructurada son varios,
los cuáles se expondrán a continuación a modo de lista, para facilitar su
seguimiento:
La primera parte comienza desde que el paciente entra por la puerta, e incluso
antes de iniciar la entrevista propiamente dicha. Así, atendiendo a características
que no requieren de la interacción verbal con el paciente, se aprecia lo siguiente.
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Emilio llega puntual a consulta, incluso con unos minutos de antelación. A simple
vista, su apariencia física es adecuada: parece cuidar la higiene corporal, la
vestimenta no es extravagante, corresponde con el clima actual y es adecuada para
el contexto en el que se encuentra (es decir, la sesión con la psicóloga). Una vez
entra a consulta, se realizan una serie de preguntas informales para comprobar su
estado general, tal y como se ha mencionado al inicio de este apartado. A
continuación, se expone un ejemplo de dicha interacción:
P: Buenos días.
P: No, la verdad es que la he encontrado bastante rápido, además ahora con esto
del maps y las tecnologías te ubicas rápido.
T: Ya, los móviles ofrecen un montón de ventajas. Y, ¿has encontrado sitio fácil?
Porque esta zona para aparcar es complicada a veces…
P: Sí, bueno, es que de hecho he llegado antes de tiempo porque había calculado la
hora de salir contando con que me iba a costar aparcar, pero al final he encontrado
sitio en seguida. He tenido suerte la verdad.
T: Qué bien. Por cierto, tengo puesta la calefacción porque hace mucho frío fuera,
pero si quieres que la baje, o incluso que la suba más, avísame.
T: Bueno, como te explique por teléfono, las primeras sesiones solemos dedicarlas a
la evaluación, con la información que obtengamos diseñamos un plan de
intervención, y después ya comenzaremos con la intervención propiamente dicha.
P: Sí, recuerdo que me comentaste algo en la llamada. Por cierto, he traído lo que
me pediste.
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Hasta ahora, la información que hemos podido obtener sobre el paciente es la
siguiente. Aparente buena orientación temporal y manejo del tiempo, dado que no
sólo llega puntual, sino que manifiesta haberse planificado, y lo hace además en
función de cuánto iba a tardar en llegar y cuánto le iba a costar aparcar. En relación
al punto anterior, también presenta, a priori, un buen funcionamiento de la
memoria y de las funciones ejecutivas. Su orientación espacial también parece
buena, pues se ha ubicado bien para llegar a consulta y sabe que está en la
consulta de un psicólogo (pues así lo expresa). Su autonomía está conservada y es
alta, ya que viene hasta consulta él solo, se maneja bien con las tecnologías,
además de todo lo mencionado en los puntos anteriores. Todos estos datos e
hipótesis iniciales, deberemos contrastarlas después con diversos instrumentos y
una evaluación psicológica clínica completa. Continuando con la entrevista:
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Fue ahí cuando acudí a urgencias, pero no duré mucho porque no conecté mucho
con el psiquiatra…así que lo dejé, hasta que hace un par de meses decidí buscar un
psicólogo privado porque no podía seguir así, y en parte también por mi familia.
P: Ya…eso es cierto.
T: Continuando con lo que veníamos hablando, ¿hay algo más que te gustaría
abordar en estas sesiones?¿algo más que te preocupe?
P: Pues bastante buena la verdad, con mi mujer tenemos las típicas discusiones de
pareja, pero solemos resolverlas bastante bien. Bueno, ahora que estoy yo así,
sexualmente no estamos muy activos, pero por lo demás todo bien, y mi mujer
siempre se muestra muy comprensiva…Con mis suegros fenomenal, y a mi hijo lo
adoro…la verdad es que son los cuatro un gran apoyo para mí.
T: Ya veo…qué suerte poder contar con tanto apoyo. Y, ¿con tu propia familia?¿qué
me puedes decir de ellos?
P: Pues…la verdad es que no tengo relación con ellos. Mi madre, que era la que
ponía algo de paz, murió hace unos años. Mi padre, que siempre ha sido muy difícil
y nuestra relación ha sido complicada, no llevó nada bien la muerte de mi madre, y
después de muchos intentos de dialogar y ayudarle, y tras muchas discusiones,
hemos terminado sin hablarnos…Y con mi hermana la relación tampoco es buena.
T: Entiendo…tiene que ser difícil esa situación con tu familia. Y con el resto de tu
círculo social ¿qué tal?
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P: Bien, bueno, casi no veo a mis amigos porque viven los 3 algo lejos, pero sé que
siempre puedo contar con ellos y tenemos muy buena relación. La verdad es que
me siento afortunado por el apoyo social que tengo.
T: Qué bien, me alegra oír eso. Y, respecto a los últimos 6 meses, ¿ha sucedido algo
que consideres relevante y que haya supuesto un estrés para tí?
T: Vale…pues, por lo que me has contado, Emilio, veo que hay varias cosas que te
preocupan. ¿Qué te parece si hacemos una lista? Dime cuáles son los problemas
que te interesaría abordar en las siguientes sesiones.
T: Vale, y de todas esas cosas, ¿cuál es más importante para tí?¿cuál te gustaría
abordar primero?
P: Pues supongo que las ideas autolíticas y recuperar la ilusión por la vida…que van
un poco unidas las dos cosas, pero bueno.
P: Pues tal vez los problemas en la cama con mi mujer… Aunque sigue siendo algo
importante, pero igual no tanto como el resto de cosas…no sé.
P: Eso es.
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hijo, que no soy un buen ejemplo a seguir, que igual mi padre tenía razón cuando
me decía que a veces era muy débil, en que no puedo estar sin hacer
nada…entonces, cogí el ordenador y me puse a buscar ofertas de trabajo. Pero
conforme miraba, y veía las descripciones de empleo, empecé a pensar que no iba
a encontrar trabajo nunca. Empecé a agobiarme, a no poder respirar bien, a ver
borroso, no veía salida a nada…y entonces surgió en mi mente la idea de
desaparecer, y que igual estarían mejor sin mí…Pensé en varias formas de quitarme
la vida, pero al final no lo hice porque pensé en mi hijo…
P: Pues suele ser cuando estoy solo, o rodeado de gente desconocida. Quiero decir,
cuando estoy con mi mujer y mi hijo, o con mis suegros, no me pasa. Bueno,
alguna vez me ha pasado, pero de noche, cuando mi mujer ya estaba dormida, y yo
no podía parar de dar vueltas a la cabeza. Siempre suele empezar con
pensamientos como los que te he dicho, que no puedo sacarme de la cabeza.
Empiezo a pensar en que mi padre tenía razón, en que soy un cobarde, en que mi
familia se merece algo mejor, que nunca voy a encontrar un trabajo mejor, que voy
a tener que soportar siempre a ese jefe, que no sirvo para nada, que soy una
carga, que no llegamos a fin de mes y mi pobre mujer tiene que trabajar el doble…y
empiezo a tener muchísima ansiedad, se me cierra el campo visual, me cuesta
respirar y no veo salida. No soy capaz de controlar mis pensamientos ni mi cuerpo,
y siento que no tengo el control de mi vida tampoco. Entonces se me pasa por la
cabeza lo de desaparecer, así acabaría todo...pero de repente pienso en mi hijo y
no me veo capaz de hacerle eso. Pero siento una angustia y un vacío tremendos.
T: Es decir, suele ocurrir cuando estás relativamente solo, sin hacer ninguna
actividad importante, ¿no?
P: Eso es.
P: Pues pienso en mi hijo, lloro, y cuando me calmo un poco intento respirar hondo,
pongo una serie que capte mi atención o me distraiga, o me pongo música, y me
pongo a hacer cosas de casa o intento hacer algo medianamente productivo.
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T: ¿Dirías que lo que haces después es intentar mantener la mente ocupada?
P: Pues no lo había pensado, pero ahora que lo dices…sí, creo que siempre es en
momentos en los que no tengo la mente ocupada con otras cosas. Que no es que
las emociones negativas se me pasen cuando hago cosas, pero no es tan
intenso…no sé.
T: De acuerdo…Y, ¿podrías decirme cuándo tuviste las ideas autolíticas por primera
vez?
P: Sí, no recuerdo el día exacto, pero sé que fue un día que volvía a casa del
trabajo…era cuando ya había nacido mi hijo…estaba tan cansado, tan harto, me
sentía tan humillado, que pensé “¿y si me estrello ahora mismo con el coche?”. No
lo llegué a hacer, pero me asustó pensar eso, porque lo pensé seriamente... Me dí
cuenta de que estaba muy mal, y de que mi jefe me estaba afectando más de lo
que pensaba.
T: ¿Y se lo contaste a alguien?
P: No…la primera vez que le dije algo de esto a alguien fue a mi mujer tiempo
después, pero no le dije nada de las ideas autolíticas. Lo de las ideas autolíticas se
lo dije cuando tuve el episodio de marzo de este año…que también fue la primera
vez que acudí a un profesional.
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T: De acuerdo, y desde la primera vez, ¿el problema ha ido a mejor o peor?
T: Desde que empezó, hasta ahora, ¿cuándo crees que ha sido peor, y cuándo crees
que ha sido mejor o más leve?
P: Pues, cuando peor, diría que tal vez en el episodio de marzo de este año. Y
cuando mejor, pues antes de que naciera mi hijo, porque fue a partir de ese
acontecimiento cuando todo empeoró. De hecho, antes de que naciera, sentía
ansiedad por ir al trabajo, pero no tanta, y no tenía ideas autolíticas.
P: No, bueno, igual es más probable que me ocurra pues eso, cuando estoy solo…o
por las noches…o cuando hay alguna reunión social en la que sale el tema de
nuestra situación actual y empiezo a sentirme culpable…
P: No muy buena, la verdad. Es cierto que el factor de mi jefe ya no está ahí, pero
al estar de baja me siento mucho más culpable y peor conmigo mismo…
P: Excepto por lo del tabaco, bien…He perdido algo de forma física porque antes
hacía deporte, pero ya no tengo ganas ni de eso…Lo cual hace que me sienta
todavía peor conmigo mismo…
T: Estos episodios de los que hablábamos de ideas autolíticas y ansiedad, ¿con qué
frecuencia se dan?
P: Pues…no es una frecuencia estable, pero aproximadamente una vez por semana,
diría yo.
T: ¿Y con qué intensidad se producen? Por ejemplo, en una escala del 1 al 10.
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P: Pues depende del momento…en general, diría que un 7 o un 8.
P: Suelo tener uno al día, y la intensidad varía bastante, según distintos factores.
Por ejemplo, si estoy acompañado de mi mujer, la intensidad suele ser leve, porque
sabe cómo tranquilizarme.
T: Ya que has mencionado a tu mujer, ¿cómo están afectando estos problemas que
me comentas a tu entorno?
P: Pues…la que más lo está notando creo que es mi mujer. Porque mis suegros al
final no conviven conmigo. Mi hijo, aunque es pequeño, sabe que “papá no está
bien”. Pero, aún así, sigo pensando que la peor parte se la lleva mi mujer. Es ella la
que tiene que meter el doble de horas trabajando para que podamos subsistir, la
que no puede hablar de cómo le va en el trabajo por no hacerme sentir mal, la que
está cargando conmigo. Y bueno, como ya he dicho antes, económicamente nuestra
situación también se ha visto afectada, porque tuve que coger la baja. A nivel
social, no me quejo, tengo un buen apoyo…pero nuestras salidas se han reducido
mucho.
P: Sí, todo empezó por el mal trato que recibía de mi jefe…antes de eso yo me
sentía bien.
T: Ahora que estás de baja y no tienes relación con tu jefe, ¿cuál dirías tú que es la
razón por la que sigues sintiendo todo este malestar?
P: Creo que el no sentirme capaz de encontrar otro trabajo mejor, la idea de tener
que volver a trabajar con él, el sentirme tan improductivo y sentirme una
carga…todo eso hace que me sienta fatal conmigo mismo, y aunque me gustaría no
dar tantas vueltas a las cosas y ponerme a hacer cosas y dejar de lamentarme, no
siento que tenga energías ni siento que pueda parar esto…y lo he intentado…pero
no lo consigo.
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T: ¿De qué forma lo has intentado?
P: Pues porque mi familia me lo sugirió y porque no quiero seguir así, quiero estar
bien…quiero recuperar la ilusión por la vida…
T: Ahora, me has dicho que quieres cambiar, pero, ¿qué esperas conseguir con
estas sesiones?
P: De acuerdo…
P: Pues me he sentido bastante cómodo, cosa que no me pasó con los otros
profesionales con los que estuve…siento que tengo algo de esperanza y veo algo de
luz al final del túnel. No me quiero hacer ilusiones, pero sí que pretendo seguir
viniendo…a ver cómo va.
T: Bueno, me alegra saber que te has sentido cómodo y que estás dispuesto a
darme la oportunidad de ayudarte, pero, sobre todo, de dártela a tí mismo. Y,
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ahora, si te parece, voy a mandarte un ejercicio para que hagas en casa y me la
traigas en la próxima sesión. Se trata de la línea de la vida. En una hoja, dibujas
una línea recta, y vas poniendo, en orden cronológico (desde tu nacimiento, hasta
el momento actual), eventos que han sido relevantes en tu vida o que tú crees que
te han marcado, que han tenido un efecto en tí o te han dejado huella de alguna
forma, tanto positivos como negativos.
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primer momento aplicar test neuropsicológicos. Por último, servirían como
herramientas de evaluación complementarias, al mismo tiempo que cumplirían una
función terapéutica (Almendro et. al, 2020), las tareas mandadas para casa.
Actividad 4
ANTECEDENTES
VARIABLES PREDISPONENTES
Internas: rasgos de personalidad neuróticos, baja tolerancia a la frustración, estilo atribucional
depresivo, estilo de afrontamiento evitativo, baja autoestima y baja sensación de autoeficacia.
Externas: madre con antecedentes de cuadro depresivo, estilo parental del padre distante y
crítico.
VARIABLES DESENCADENANTES
1) Del episodio actual: Baja laboral.
2) Antecedentes inmediatos a la emisión de la conducta problema: estar solo.,
pensamientos automáticos negativos (PAN’s) y pensamientos rumiativos.
CONDUCTA PROBLEMA
NIVEL FISIOLÓGICO:
- Síntomas somáticos como mareos, dolores continuados, etc.
- Insomnio.
- Episodios de pánico.
- Disminución del apetito.
NIVEL COGNITIVO:
- Ideas y planes autolíticas.
- Dificultades atención.
- Sensación de improductividad.
- Anhedonia.
- Culpabilidad excesiva.
- Pensamientos negativos automáticos (ej.: “soy un inútil”).
- Pensamientos rumiativos (ej.: “¿y si no encuentro otro trabajo?”)
- Preocupaciones respecto a su situación actual personal y económica.
- Evitación (ej.: técnicas de distracción como ponerse la televisión).
NIVEL MOTOR:
- Llanto.
- Incremento del consumo de tabaco.
CONSECUENTES
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sin tener la mente ocupada, y la presencia de pensamientos automáticos negativos
y rumiativos, que derivan en las ideas autolíticas y la ansiedad elevada. Como
respuesta ante estas ideas y la elevada ansiedad, la respuesta de Emilio es
principalmente de carácter evitativo, puesto que sus principales estrategias de
afrontamiento son la distracción y la supresión de emociones y pensamientos. A
largo plazo, estas estrategias no mejoran los síntomas, sino que los mantienen o
incluso empeoran, fomentando el desarrollo de una baja percepción de autoeficacia,
la baja autoestima, el bajo estado de ánimo y la desesperanza. A su vez, estos
síntomas mantienen (o incluso incrementan) los pensamientos automáticos
negativos y las rumiaciones. Asimismo, estos últimos incrementan otros síntomas
como el insomnio, la pérdida de apetito, la facilidad para el llanto, las
somatizaciones, etc. Es decir, los síntomas se retroalimentarían y mantendrían
entre sí, todo ello potenciado por un estilo atribucional negativo/pesimista,
distorsiones cognitivas depresivas y un estilo de afrontamiento evitativo. Por otro
lado, el factor social, más que un refuerzo de la conducta problema, puede jugar un
papel protector en este caso concreto, ya que no parece que el paciente busque esa
atención de su entorno, sino que hace que se sienta peor, aunque al mismo tiempo
valora el esfuerzo que hacen y lo mucho que le apoyan. Además, una de sus
motivaciones para venir a terapia es, precisamente, su familia (es decir, el paciente
verbaliza que quiere mejorar para poder ser un apoyo para su familia y dejar de ser
una carga). En cuanto a los criterios DSM-5, el paciente cumple criterios para un
trastorno depresivo mayor, los cuáles se mencionan a continuación (APA, 2014):
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Actividad 5: INFORME PSICOLÓGICO DE DEVOLUCIÓN
(Fernández-Ballesteros, 2003; Universidad Isabel I, 2022):
Nombre: Emilio García López. / DNI: 73451199D. / Sexo: hombre. / Edad: 34 años
/ Estado civil: casado. / Nivel estudios: Grado en Ingeniería. / Profesión: mecánico.
/ Estado de empleo actual: baja laboral por incapacidad. / A petición de: el propio
cliente. / Fechas de exploración: 21 y 28 de noviembre y 5 y 12 de diciembre de
2022.
Referencia y objetivos:
La demanda inicial del paciente, que acude por propia iniciativa, eran los episodios
continuados de carácter ansioso-depresivo y las ideas autolíticas. Asimismo, Emilio
presentaba otra serie de síntomas asociados, aunque no eran su principal motivo de
consulta, pero sí generaban interferencia. Por tanto, los objetivos que se plantearon
fueron la evaluación del estado general del paciente, el diagnóstico y la valoración
del nivel de gravedad de los síntomas.
21
que ha conducido a la problemática situación económica actual de su familia.
Refiere sentirse culpable por su situación actual y su situación familiar, síntomas
somáticos, episodios de pánico, facilidad para el llanto, aumento del consumo de
tabaco, insomnio, disminución del apetito, disfunción sexual y disminución de la
libido, así como un aumento de los episodios ansioso-depresivos y las ideas
autolíticas. De hecho, en marzo de este año destaca un episodio en el que sintió
elevada angustia, con una agudización de las ideas autolíticas, llevándole a salir al
balcón, aunque sin llegar a consumar el acto.
Pruebas:
Entrevista inicial de Muñoz (2003), SCID-I / SCID-5, BDI de Beck (1961), NEO-FFI,
línea de la vida (como tarea para casa) y autorregistros (tarea para casa).
Procedimiento:
Resultados:
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episodios de pánico asociados y síntomas de carácter ansioso. Por otro lado,
mediante el BDI, con un resultado de 29 puntos, el nivel de gravedad, según los
puntos de corte de esta escala, corresponde con una depresión moderada. Mediante
el NEO-FFI, se observa una elevada puntuación en Neuroticismo, lo que puede
relacionarse con los estilos atribucionales depresivos y el estilo de afrontamiento
evitativo, así como con la hiperactividad vegetativa y los síntomas somáticos. La
línea de la vida y los autorregistros se analizan posteriormente con mayor
profundidad, en el informe relativo también a la intervención, ya que se emplearán
también con fines terapéuticos, por lo que su aplicación y revisión se extenderá a lo
largo de las sesiones no solo descriptivo-evaluativas, sino también
valorativo-interventivas.
Conclusiones y recomendaciones:
Como conclusión general, puede decirse que el paciente presenta un cuadro clínico
compatible con un diagnóstico de trastorno depresivo mayor, que ha sido
confirmado con las pruebas diagnósticas correspondientes. Asimismo, presenta una
serie de síntomas asociados como episodios de pánico ocasionales y síntomas de
carácter ansioso. El origen de estos problemas parece ser multicausal, derivando
tanto de factores externos (como los eventos vitales estresantes vividos en los 2 o
3 años por el paciente; y, a un nivel más histórico, los estilos de crianza recibidos)
como de factores internos (como el estilo de afrontamiento, rasgos de personalidad
o la tendencia al pensamiento rumiativo). La recomendación es continuar con una
fase de carácter interventivo, dedicando las próximas sesiones al diseño de un plan
de tratamiento adecuado y personalizado, estableciendo los objetivos a seguir en
conjunto con el paciente, en base a sus necesidades.
Actividad 6
23
Precisamente, una de las características de la evaluación psicológica es que es un
proceso que, aunque dinámico, tiene cierto orden y estructura. Además, algunas de
sus características generales son: contar con una base empírica, tener diversidad
de formas (con distintas estrategias en función del método de estudio),
sistematicidad y control, fiabilidad y replicabilidad, validez y flexibilidad. Muchas de
estas características también las comparte la evaluación psicológica. Asimismo, las
fases de la evaluación psicológica son bastante similares a las del método científico,
en lo que a su esquema general se refiere, si bien es cierto que existen diversos
planteamientos al respecto (en evaluación psicológica)(Sanz y Álvarez, 2022). Por
tanto, según lo expuesto, la evaluación psicológica es un método de análisis de un
individuo (o grupo de sujetos), de carácter científico, que por sus características
permite dar un orden, estructura, validez y fiabilidad a un proceso que, de otra
forma, sería caótico y perdería utilidad. Asimismo, como resultado de dicho proceso
evaluativo, se obtienen una serie de datos que son esenciales para alcanzar
distintos objetivos (que van desde la descripción, hasta el diagnóstico o la
explicación de determinadas conductas o fenómenos). Es decir, según diversos
autores, como Fernández-Ballesteros (2003), la evaluación psicológica nos permite
describir, diagnosticar e incluso explicar la conducta humana. Además, según la APA
(2000)(citado en Muñoz et. al, 2003), las funciones de la evaluación psicológica en
el ámbito de la salud serían las siguientes: clasificación, descripción, predicción,
planificación de la intervención y seguimiento. Es importante que la evaluación
psicológica cumpla con las características del método científico citadas
anteriormente, puesto que, como hemos dicho, la información obtenida en la fase
de evaluación previa al tratamiento, influirá en la toma de decisiones respecto a
qué tratamiento seguir. Por otro lado, la evaluación psicológica puede incluso, en sí
misma, ser terapéutica. Sirva como ejemplo el caso de la entrevista, que aunque
tiene multitud de variantes (todas con distintos fines y formas), muchas veces
ayuda al evaluado a reflexionar, ordenar sus pensamientos, identificar emociones y
plantear alternativas, así como puede servir a veces de método catártico (al
verbalizar aquello que le preocupa). De hecho, algunos autores plantean como
funciones de la entrevista el ser motivadora, clarificadora y terapéutica (Sanz y
Álvarez, 2022). Por tanto, y en base a lo expuesto hasta este punto, la evaluación
psicológica es relevante porque cumple diversas funciones, otorga una base sobre
la que defender la psicología como disciplina científica, y ofrece un orden y
estructura a un proceso que, aún así, no deja de ser flexible y dinámico. Cabe
destacar que, a pesar de que en el proceso evaluativo se empleen instrumentos
como cuestionarios, entrevistas, baterías de test e incluso técnicas objetivas y/o
informatizadas, el juicio clínico no deja de ser una parte importante en dicho
24
proceso, y ningún aparato sustituye completamente al evaluador (Sanz y Álvarez,
2022). De ahí la importancia de una formación continuada, el cumplimiento de los
principios éticos y una adecuada base teórica y práctica (GAP, 2001; citado en
Muñoz et. al, 2003). En lo referente al diagnóstico, que es producto de la
evaluación psicológica, es un concepto algo controvertido, en especial ahora que
están en auge enfoques como la teoría de redes y la perspectiva transdiagnóstica,
que proponen una visión más dimensional y menos categorial de los trastornos
mentales, basándose en aspectos como las semejanzas en etiología, curso y
prevalencias, así como las elevadas tasas de comorbilidad. De hecho, la teoría de
redes ni siquiera considera que existan como tal los “trastornos”, sino que serían
más bien conjuntos de síntomas que se relacionan e interaccionan entre sí (Belloch
et. al, 2020; Santos et. al, 2022). Además, es cierto que, actual y
desafortunadamente, recibir un diagnóstico de trastorno mental suele ir asociado a
una serie de estigmas, prejuicios y conductas discriminatorias, que pueden
perjudicar (más que favorecer) al evaluado (Muñoz, 2003). Del mismo modo, puede
suceder que haya individuos que se refugien en el diagnóstico como justificación
para no realizar un cambio, o puede haber casos en los que el diagnóstico fomente
en el paciente la adherencia al rol de enfermo (disminuyendo su implicación en el
tratamiento). No obstante, el diagnóstico también tiene su utilidad. Por un lado, hay
pacientes que agradecen poder poner nombre a aquello que están experimentando.
Por otro lado, estas etiquetas permiten orientar y guiar la fase interventiva del
proceso valorativo-interventivo, así como facilitan la comunicación entre
profesionales, aspecto especialmente relevante en un ámbito como la psicología
(que no sólo suele requerir la interacción entre profesionales de la salud, sino
también con aquellos pertenecientes a otras disciplinas, como los trabajadores
sociales o el personal educativo). Sin embargo, las ventajas que ofrece el
diagnóstico tal vez no son las que cabría esperar (Muñoz et. al, 2003), lo que podría
explicar, junto al resto de limitaciones y críticas recibidas, que continúe siendo un
elemento controvertido (o, por lo menos, su utilidad), así como que sigan surgiendo
propuestas alternativas a los sistemas de clasificación categoriales tradicionales
(como las mencionadas al inicio de este párrafo).
25
Bibliografía
Almendro, M.T., Gómez, A., Erdocia, A., Díaz de Neira, M. & Jiménez, G. (2020).
Manual CeDe de preparación PIR: Psicoterapias (6.a ed.). CEDE.
Barrasa, A., Belloch, A., Carrasco Tornero, A., Carrió, C., Castro, A., Cortés, M.T.,
Fornés, G., Gallardo Ortín, L., García-Soriano, G., Morales Domínguez, Z.,
Pascual Orts, L.M., Perpiñá, C. (coord.), Roncero, M. (2012). Manual de la
entrevista psicológica. Saber escuchar, saber preguntar. Ediciones Pirámide.
Muñoz López, M., Ausín Benito, B. & Panadero Herrero, S. (2003). Manual práctico
de evaluación psicológica clínica. (2.a ed.). Síntesis.
Muñoz Parra, M., Álvarez Calderón, M., Ruiz García, C., Sanz Rodríguez, L.J., Santos
Ruiz, J.L., Antequera Iglesias, J. (2022). Psicología Clínica Adultos (6.a ed.,
Vol. 1). CEDE.
Sanz Rodríguez, L.J. & Álvarez San Miguel, C. (2022). Evaluación en psicología
clínica. (6.a ed.). CEDE.
26
Universidad Isabel I (2022). Unidad didáctica 6: El informe psicológico y el fin del
proceso de evaluación. Evaluación y diagnóstico en Psicología
Sanitaria.[Material no publicado].
27