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Pec Evaluación

Este documento contiene información sobre un paciente llamado Emilio García López que acude a consulta psicológica por episodios ansioso-depresivos e ideas autolíticas. También incluye siete hipótesis iniciales sobre el caso y un contrato terapéutico que establece las condiciones y compromisos de la terapia entre el psicólogo y el paciente.
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Pec Evaluación

Este documento contiene información sobre un paciente llamado Emilio García López que acude a consulta psicológica por episodios ansioso-depresivos e ideas autolíticas. También incluye siete hipótesis iniciales sobre el caso y un contrato terapéutico que establece las condiciones y compromisos de la terapia entre el psicólogo y el paciente.
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Máster Máster en Psicología General Sanitaria

Alumno/a Maialen García-Falces Cerdán


Asignatura Evaluación y diagnóstico en psicología sanitaria
Actividad PEC convocatoria ordinaria

Actividad 1

Apartado 1

Información personal del cliente (Universidad Isabel I, 2022)

Nombre: Emilio. / Apellidos: García López

Fecha de nacimiento: 2/4/1988. / Edad: 34 años

Estado civil: Casado. / Hijos: Sí, un hijo.

Información complementaria familiar: relación aparentemente buena con suegros,


así como con su mujer; no dice nada de sus propios padres.

Estudios: Ingeniero. / Empleo: Mecánico (trabaja en un taller). / Situación actual de


empleo: baja laboral.

Dirección: c/ Madres de la plaza de mayo, 35, 4ºA. / Teléfono: +34 689 70 55 90

Motivo de consulta y datos relacionados (Perpiñá et. al, 2012)

- Referente: no viene derivado por ningún especialista, sino por iniciativa


propia (aconsejado por familiares).
- Llamada realizada/cita solicitada por: el propio cliente.
- Motivo: según refiere el paciente, acude a consulta por una serie continuada
de episodios ansioso-depresivos e ideas y planes autolíticos, cuyo origen
atribuye al trato recibido en el lugar de trabajo, y que han empeorado tras la
baja por incapacidad.
Apartado 2

Podríamos solicitar al paciente el siguiente material complementario (Perpiñá et. al,


2012):

- Historiales e informes previos psicológicos, en caso de haber estado con


otros profesionales de la salud mental.
- Historial médico, que nos permita tener información sobre posibles
patologías orgánicas, tratamientos farmacológicos u otras circunstancias
fisiológicas que puedan influir sobre la conducta del paciente; así como
realizar un diagnóstico diferencial más apropiado, sobre todo respecto a
posibles causas orgánicas de los síntomas.
- Información sobre antecedentes familiares médicos y psicológicos (esto lo
trataríamos más en profundidad al rellenar el documento censal y hacer el
genograma).

Apartado 3

Hipótesis 1: El paciente presenta episodios ansioso-depresivos e ideas y planes


autolíticos. Justificación: Así lo comunica el propio paciente (aunque, como el resto
de hipótesis, será necesario contrastarlo con la evaluación psicológica posterior).

Hipótesis 2: Su nivel intelectual es, como mínimo, normal o se encuentra dentro de


la media. Justificación: ha sido capaz de obtener el título universitario de ingeniería,
lo cual requiere unas ciertas capacidades intelectuales.

Hipótesis 3: El paciente se mostrará colaborativo y con cierta disposición al cambio.


Justificación: Aunque refiere que sus familiares le motivaron para acudir a consulta,
es él mismo el que llama, y durante la llamada telefónica mostraba una actitud
colaborativa y no reticente ante las preguntas que se le realizaban.

Hipótesis 4: El paciente posee cierto nivel de autonomía, pero los síntomas le


limitan y/o le producen un malestar significativo. Justificación: Es Emilio el que
llama para pedir cita, lo que sugiere cierto grado de autonomía (aunque sea
mínimo). Sin embargo, refiere estar de baja laboral por incapacidad, lo que indica
que su estado de salud actual no le permite continuar trabajando con normalidad.

Hipótesis 5: Los síntomas descritos por Emilio podrían formar parte de alguno de
los cuadros psicopatológicos reconocidos por las principales clasificaciones
diagnósticas (DSM-5 o la CIE-10), como por ejemplo un trastorno depresivo, un
trastorno de ansiedad o un trastorno adaptativo. Justificación: La interferencia en el

2
ámbito laboral y, sobre todo, las ideas y planes autolíticos son factores que indican
un elevado nivel de gravedad, por lo que probablemente los síntomas formen parte
de un cuadro clínico más amplio (Muñoz et. al, 2022).

Hipótesis 6: El paciente atribuye el origen de los síntomas a factores externos.


Justificación: Así lo refiere en la llamada telefónica (considera el origen de su
problema el supuesto mal trato recibido por parte de su jefe, así como la baja
laboral por incapacidad, que, según Emilio, empeoró sus síntomas).

Hipótesis 7: Los síntomas no están asociados a una causa orgánica. Justificación: El


paciente no viene derivado por otro profesional. Además, considera que el origen de
su problema se sitúa en factores ambientales, existiendo una aparente contingencia
y contigüidad temporal entre ambas variables (supuesto acoso laboral y baja por
incapacidad), y la aparición y empeoramiento de los síntomas de Emilio.

Actividad 2

CONTRATO TERAPÉUTICO

La finalidad del presente contrato es especificar las condiciones generales del


trabajo terapéutico que se llevará a cabo en las sesiones entre el consultante y el
psicólogo. Asimismo, se detallan una serie de aspectos a los que se comprometen
ambas partes (terapeuta y cliente) durante dicho proceso (Universidad Isabel I,
2022).

CONDICIONES Y FUNCIONAMIENTO

1. El programa terapéutico estará focalizado en intervenciones de tipo


psicológico, principalmente en formato individual, pero con posibilidad de
aplicar un formato grupal o de pareja.
2. Los modelos que guiarán el trabajo terapéutico serán principalmente de
corte cognitivo, conductual y cognitivo-conductual, pero desde una
perspectiva integradora. Es decir, pueden incluirse elementos de otras
corrientes como las terapias de tercera generación (entre las que se
incluyen, por ejemplo, la terapia de aceptación y compromiso o la terapia
dialéctica conductual).
3. La elección de los componentes específicos y del tratamiento a aplicar,
dependerá de las características y necesidades de cada caso particular.
Asimismo, esta decisión se realizará teniendo en cuenta los últimos datos
disponibles sobre eficacia, niveles de evidencia y grados de recomendación
de cada intervención. Es decir, serán decisiones basadas en la evidencia.

3
4. Las primeras sesiones se dedicarán a realizar una evaluación.
Posteriormente, en una sesión reservada para ello, se procederá a la
devolución de la información obtenida en dicho proceso evaluativo. También
se explicarán las hipótesis planteadas sobre el problema y se diseñará un
plan individualizado de tratamiento.
5. El tipo de relación entre terapeuta y cliente ha de ser estrictamente
profesional, de forma que permita al terapeuta ser lo más objetivo posible y
no haya interferencias en el proceso terapéutico.
6. La remuneración económica será de 60€ por sesión, pudiendo realizarse el
pago por bizum, tarjeta (crédito y débito) o en efectivo.
7. La duración de cada sesión será de una hora, salvo que por cuestiones
concretas se requiera alargarla, o terminar antes.
8. La periodicidad de las sesiones se acordará con el consultante.
9. El número de sesiones requeridas para el abordaje de cada problema se
procurará que sea el mínimo posible, pero se realizarán tantas como el caso
y la persona concreta necesiten.
10. La modalidad de las sesiones es presencial, pudiendo llevarse a cabo online
si las circunstancias lo requieren.

COMPROMISOS DEL PSICÓLOGO

1. El psicólogo se compromete a tratar la información que surja durante las


sesiones terapéuticas bajo los principios de confidencialidad y cumpliendo la
ley de protección de datos.
2. El psicólogo se compromete a respetar los principios éticos profesionales, así
como el resto de principios señalados en el Código Deontológico del
Psicólogo.
3. El terapeuta se compromete a ofrecer al cliente las distintas alternativas de
tratamiento disponibles con validez empírica para su caso concreto, así como
se compromete a dar al paciente las explicaciones y la información
pertinentes.
4. El psicólogo se compromete a llevar a cabo el trabajo terapéutico teniendo
en cuenta los últimos datos disponibles sobre eficacia, evidencia y grados de
recomendación de los distintos tratamientos, es decir, se compromete a
ofrecer alternativas terapéuticas que estén basadas en la evidencia.
5. El psicólogo se compromete a avisar con un mínimo de 48 horas de
antelación, en caso de que requiera cancelar la cita o cambiarla.
6. El psicólogo se compromete a ofrecer al cliente un espacio seguro y libre de
prejuicios.

4
COMPROMISOS DEL CONSULTANTE

1. Se compromete a asistir de forma puntual y regular a las sesiones. En caso


de impuntualidad, la sesión terminará a la misma hora que si se hubiese
llegado puntual (por respeto al resto de clientes, principalmente).
2. En caso de querer cancelar una cita, el cliente se compromete a avisar con
un mínimo de 24h de antelación. En caso contrario, se cobrará la mitad del
importe de lo que costaría la sesión completa (es decir, 30€). Los motivos
por los que se aplica esta medida son varios. Por un lado, pretende reflejar
el valor y el trabajo que hay detrás de cada hora de sesión. Por otro,
previene que esto suceda de forma recurrente, ya que al no avisar con
suficiente antelación esa hora quedará libre, cuando podía haberse asignado
a otra persona.
3. El cliente se compromete a realizar, en la medida de lo posible, los ejercicios
que el terapeuta solicite, ya que para el adecuado desarrollo de la terapia, es
necesario que el cliente se implique activamente.
4. Al firmar este documento, el consultante muestra su consentimiento expreso
a la incorporación de sus datos personales a un fichero personal.

DISCURSO EXPLICATIVO DEL CONTRATO:

Antes de comenzar el proceso evaluativo y la terapia, es necesario que firmes un


documento. Se trata del contrato terapéutico. En él se especifica el encuadre
terapéutico, es decir, la metodología de trabajo que vamos a seguir, una serie de
condiciones generales que van a guiar el proceso y también una lista de
compromisos que ambos debemos respetar. Me gustaría hacer un pequeño
comentario respecto a las terapias, que tal vez es lo que te puede generar más
dudas. La corriente que seguimos habitualmente, como podrás leer en el contrato,
es la cognitivo-conductual, ya que es una de las terapias que cuenta con mayor
demostración empírica de la eficacia de sus técnicas. Este tipo de terapia considera
que hay una relación recíproca entre la persona y el ambiente, así como entre
eventos internos (como los pensamientos) y la conducta. No obstante, nos gusta
adoptar un enfoque ecléctico, de manera que trabajamos también con técnicas de
otro tipo, que también han demostrado tener base empírica. Así podemos
adaptarnos a cada caso particular, y ofrecer una evaluación e intervención flexible y
personalizada. Por ejemplo, el mindfulness es otra de las técnicas que podemos
emplear, y, de forma resumida, consiste en centrar la atención en el momento
presente y mantener una actitud no valorativa. Pero, como he dicho, las técnicas e
intervenciones concretas que vayamos a aplicar dependen de las necesidades de

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cada cliente. Puedes leer el contrato tranquilamente, y preguntarme cualquier duda
que tengas, ya que es importante que antes de firmarlo, comprendas bien los
términos que en él se describen.

ASPECTOS ÉTICOS

La Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), describe una
serie de principios éticos que todo psicólogo ha de tener en cuenta al ejercer su
profesión. Podemos encontrar dichos principios agrupados en 10 secciones
(Asociación Americana de Psicología, 2017, sección oficina de ética). Aunque todas
ellas tienen su importancia, el trabajo actual consiste en la evaluación y análisis de
un caso clínico, por tanto, la que más destacaría, y que describiré más en
profundidad, es la penúltima, puesto que hace referencia al proceso evaluativo. No
obstante, como ya he mencionado, esto no implica que el resto de principios éticos
no sean importantes, y, de hecho, es necesario tenerlos todos en cuenta para el
adecuado desarrollo de nuestra profesión.

Así, los aspectos éticos que tendría en cuenta a la hora de realizar una evaluación
psicológica son los 11 señalados por la APA en la sección 9, a saber (Universidad
Isabel I, 2022; APA, 2017, sección oficina de ética): bases para la evaluación, uso
de las evaluaciones, consentimiento informado en evaluación, comunicación de los
resultados de los test, construcción de los test, interpretación de los resultados de
la evaluación, evaluación realizada por personas no cualificadas, test obsoletos y
resultados desactualizados, sistemas de puntuación e interpretación de test,
explicación de resultados y mantener la seguridad del test.

También tendría en cuenta los artículos del Código Deontológico del Psicólogo, que,
al igual que los principios éticos mencionados por la APA (2017), es importante
tener siempre en consideración a la hora de realizar nuestro trabajo, ya sea en el
ámbito clínico (evaluación, diagnóstico e intervención), forense, de investigación,
educativo, o cualquier otro.

DOCUMENTO CENSAL:

Nº de caso 73451199D

Nombre y Emilio García López


apellidos

Nacimiento 02/04/1988 Edad 34

6
Fecha primer 16/11/2022 Medio del Llamada
contacto primer contacto telefónica.

Primera cita 21/11/2022

Dirección c/ Madres de la plaza de Código postal 31013


mayo, 35, 4ºA, Nueva
Artica, Pamplona.

Email [email protected]

Móvil +34 689 70 55 90 Otro teléfono 948307636

Estado civil Casado Hijos Sí / No

Familia Sí / No
numerosa

Estudios Ingeniero. Profesión Mecánico.

Estado actual de Baja laboral por


empleo incapacidad.

Motivo de Crisis ansioso-depresivas,


consulta ideación y plan autolítico.

Antecedentes Urgencias en marzo de Aspectos Nada


psicológicos 2022, tras agudización de médicos destacable.
ideas autolíticas y plan relevantes
autolítico, pero sin llegar
a consumar el acto.

Uso de servicios Sí / No Indique cuáles Servicio de


previo urgencias.

Ingresos Sí/No Nº de ingresos 1.


hospitalarios previos

Medicación Sí/No Cuáles

Otras sustancias Sí/No Indique cuáles Tabaco.

Antecedentes Depresión (madre).


familiares

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Actividad 3

Entrevista inicial:

En este caso, nos basaremos en la entrevista clínica general de Muñoz (2003)


(citado en Universidad Isabel I, 2022), una entrevista semiestructurada que evalúa
distintas áreas como pueden ser el propio motivo de consulta, el diagnóstico o la
situación vital actual, entre otros. Además, abarca desde aspectos aparentemente
superficiales (pero que pueden dar bastante información), como la puntualidad o la
apariencia física, hasta aquellos de mayor profundidad y especificidad, como puede
ser el diagnóstico.

Los motivos por los que se ha escogido una entrevista semiestructurada son varios,
los cuáles se expondrán a continuación a modo de lista, para facilitar su
seguimiento:

1) Las entrevistas semiestructuradas son más dinámicas, y pueden alcanzar


buenas propiedades psicométricas, aunque pierdan algo de fiabilidad
respecto a las entrevistas estructuradas (Sanz y Álvarez, 2022).
2) Las entrevistas semiestructuradas son más flexibles, ya que el guión que
presentan, aunque preestablecido, no es rígido como el de las entrevistas
estructuradas, por lo que permite adaptarse a cada paciente (Moreno
Rosset, 2003; citado en Sanz y Álvarez, 2022). Es decir, mantenemos la
ventaja del guión, pero con el añadido de la flexibilidad y la adaptabilidad.
Nos permite profundizar en aquellos temas que consideremos que son
relevantes, y que tal vez con una entrevista estructurada no podríamos
entrar a valorar, debido a ese guión fijo preestablecido.
3) Aunque las preguntas cerradas, propias de las entrevistas estructuradas,
tienen su utilidad, realizar de forma sucesiva una gran cantidad de estas
puede dar la impresión de estar bajo interrogatorio (Perpiñá et. al, 2012).
Por tanto, una entrevista semiestructurada nos aporta preguntas abiertas,
que impedirán que el paciente se sienta interrogado, y harán la entrevista
más llevadera para ambos (cliente y terapeuta).

Una vez expuestos los motivos de la elección tomada, se describe a continuación el


desarrollo de la entrevista.

La primera parte comienza desde que el paciente entra por la puerta, e incluso
antes de iniciar la entrevista propiamente dicha. Así, atendiendo a características
que no requieren de la interacción verbal con el paciente, se aprecia lo siguiente.

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Emilio llega puntual a consulta, incluso con unos minutos de antelación. A simple
vista, su apariencia física es adecuada: parece cuidar la higiene corporal, la
vestimenta no es extravagante, corresponde con el clima actual y es adecuada para
el contexto en el que se encuentra (es decir, la sesión con la psicóloga). Una vez
entra a consulta, se realizan una serie de preguntas informales para comprobar su
estado general, tal y como se ha mencionado al inicio de este apartado. A
continuación, se expone un ejemplo de dicha interacción:

T: Buenos días Emilio.

P: Buenos días.

T: ¿has tenido algún problema para encontrar la consulta?

P: No, la verdad es que la he encontrado bastante rápido, además ahora con esto
del maps y las tecnologías te ubicas rápido.

T: Ya, los móviles ofrecen un montón de ventajas. Y, ¿has encontrado sitio fácil?
Porque esta zona para aparcar es complicada a veces…

P: Sí, bueno, es que de hecho he llegado antes de tiempo porque había calculado la
hora de salir contando con que me iba a costar aparcar, pero al final he encontrado
sitio en seguida. He tenido suerte la verdad.

T: Qué bien. Por cierto, tengo puesta la calefacción porque hace mucho frío fuera,
pero si quieres que la baje, o incluso que la suba más, avísame.

P: Ah, no, tranquila, así está bien, pero gracias.

T: Genial. Bueno, Emilio, ¿qué tal estás?

P: Estoy, que no es poco.

T: Bueno, como te explique por teléfono, las primeras sesiones solemos dedicarlas a
la evaluación, con la información que obtengamos diseñamos un plan de
intervención, y después ya comenzaremos con la intervención propiamente dicha.

P: Sí, recuerdo que me comentaste algo en la llamada. Por cierto, he traído lo que
me pediste.

T: Perfecto, muchas gracias Emilio. Ahora, antes de empezar con la evaluación,


necesito que leas y firmes unos documentos. (Apartado correspondiente al contrato
terapéutico).

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Hasta ahora, la información que hemos podido obtener sobre el paciente es la
siguiente. Aparente buena orientación temporal y manejo del tiempo, dado que no
sólo llega puntual, sino que manifiesta haberse planificado, y lo hace además en
función de cuánto iba a tardar en llegar y cuánto le iba a costar aparcar. En relación
al punto anterior, también presenta, a priori, un buen funcionamiento de la
memoria y de las funciones ejecutivas. Su orientación espacial también parece
buena, pues se ha ubicado bien para llegar a consulta y sabe que está en la
consulta de un psicólogo (pues así lo expresa). Su autonomía está conservada y es
alta, ya que viene hasta consulta él solo, se maneja bien con las tecnologías,
además de todo lo mencionado en los puntos anteriores. Todos estos datos e
hipótesis iniciales, deberemos contrastarlas después con diversos instrumentos y
una evaluación psicológica clínica completa. Continuando con la entrevista:

T: De acuerdo, vamos a empezar por el motivo por el que vienes a consulta.


Recuerdo que me comentaste lo de los episodios ansiosos y las crisis
ansioso-depresivas, y también lo de la ideación autolítica, ¿no?

P: Sí, eso es.

T: Vale, ¿podrías contarme algo más?

P: Todo comenzó con el nacimiento de mi hijo. Mi jefe ya me trataba mal, pero


desde que nació mi hijo todo empeoró. Empecé a no poder dormir y a tener
ansiedad solo de pensar en ir a trabajar. No podía hacer bien mi trabajo y sentía
una carga emocional enorme. Y empecé a tener esas crisis de ansiedad también en
el trabajo, e incluso crisis de pánico. Al final tuve que dejarlo y pedirme la baja
porque no podía más. Estoy siempre preocupado, me encuentro hasta mal
físicamente, con dolor corporal y malestar general. No duermo, apenas como, lloro
muy fácilmente, no puedo concentrarme en nada, me siento un inútil…y cuando
estoy en el sofá o descansando me siento culpable…como si no tuviera derecho a
estar tranquilo…pero a la vez no me veo capaz de volver a trabajar. Y ya no disfruto
con nada…y no paro de fumar…es horrible…

T: Tiene que ser muy duro…¿hay algo más que te preocupe?

P: Sí…bueno…desde que me cogí la baja empecé también a tener las ideas


autolíticas que comentabas…y bueno, supongo que saldrá en mi historial, pero en
marzo de este año tuve un episodio muy serio, en el que sentía muchísima
angustia…y esas ideas se hicieron más y más intensas…Pensé en tirarme por el
balcón…pero cuando estaba a punto de hacerlo, me acordé de mi hijo, y no lo hice.

10
Fue ahí cuando acudí a urgencias, pero no duré mucho porque no conecté mucho
con el psiquiatra…así que lo dejé, hasta que hace un par de meses decidí buscar un
psicólogo privado porque no podía seguir así, y en parte también por mi familia.

T: Bueno, lo importante es que tú estés cómodo, y es un gran paso que, a pesar de


que no funcionase la primera vez, hayas decidido volver a intentarlo.

P: Ya…sí que me costó un poco tomar la decisión de volver, la verdad. Fue mi


familia la que me dió el empujón que necesitaba.

T: Es bueno que valores el apoyo de tu familia, y es cierto que es algo importante,


pero no olvides que en última instancia la decisión la tomas tú, y eres tú quien ha
decidido venir hasta aquí hoy.

P: Ya…eso es cierto.

T: Continuando con lo que veníamos hablando, ¿hay algo más que te gustaría
abordar en estas sesiones?¿algo más que te preocupe?

P: Pues…creo que no.

T: De acuerdo…y, la situación con tu familia, ¿qué tal es?

P: Pues bastante buena la verdad, con mi mujer tenemos las típicas discusiones de
pareja, pero solemos resolverlas bastante bien. Bueno, ahora que estoy yo así,
sexualmente no estamos muy activos, pero por lo demás todo bien, y mi mujer
siempre se muestra muy comprensiva…Con mis suegros fenomenal, y a mi hijo lo
adoro…la verdad es que son los cuatro un gran apoyo para mí.

T: Ya veo…qué suerte poder contar con tanto apoyo. Y, ¿con tu propia familia?¿qué
me puedes decir de ellos?

P: Pues…la verdad es que no tengo relación con ellos. Mi madre, que era la que
ponía algo de paz, murió hace unos años. Mi padre, que siempre ha sido muy difícil
y nuestra relación ha sido complicada, no llevó nada bien la muerte de mi madre, y
después de muchos intentos de dialogar y ayudarle, y tras muchas discusiones,
hemos terminado sin hablarnos…Y con mi hermana la relación tampoco es buena.

T: Entiendo…tiene que ser difícil esa situación con tu familia. Y con el resto de tu
círculo social ¿qué tal?

11
P: Bien, bueno, casi no veo a mis amigos porque viven los 3 algo lejos, pero sé que
siempre puedo contar con ellos y tenemos muy buena relación. La verdad es que
me siento afortunado por el apoyo social que tengo.

T: Qué bien, me alegra oír eso. Y, respecto a los últimos 6 meses, ¿ha sucedido algo
que consideres relevante y que haya supuesto un estrés para tí?

P: Pues no que yo recuerde...

T: Vale…pues, por lo que me has contado, Emilio, veo que hay varias cosas que te
preocupan. ¿Qué te parece si hacemos una lista? Dime cuáles son los problemas
que te interesaría abordar en las siguientes sesiones.

P: Pues…lo de las ideas autolíticas y los ataques de ansiedad, los problemas de


sueño, las pesadillas, los ataques de pánico, recuperar las ganas de hacer cosas,
dejar de llorar, volver a sentirme útil…

T: Vale, y de todas esas cosas, ¿cuál es más importante para tí?¿cuál te gustaría
abordar primero?

P: Pues supongo que las ideas autolíticas y recuperar la ilusión por la vida…que van
un poco unidas las dos cosas, pero bueno.

T: ¿Y cuál crees que es menos urgente?

P: Pues tal vez los problemas en la cama con mi mujer… Aunque sigue siendo algo
importante, pero igual no tanto como el resto de cosas…no sé.

T: De acuerdo. Entonces, ponemos como primer objetivo abordar las ideas


autolíticas y recuperar la motivación ¿no?

P: Eso es.

T: Vale…¿podrías decirme cómo se desencadenan las ideas autolíticas?¿en qué


situaciones surgen? Como si fuera una película.

P: Pues son varios tipos de situaciones…por ejemplo, la semana pasada: me levanté


por la mañana, y estaba solo en casa. Me costó levantarme, porque no tengo
ganas, y casi todos los días tengo que hacer un esfuerzo importante para salir de la
cama. Me senté en el sofá, y me quedé mirando a la nada. Empecé a dar vueltas a
toda esta situación, a que mi mujer tiene que meter el doble de horas porque yo
estoy de baja y sino no llegamos a fin de mes, en qué pensarán de mí ella y mi

12
hijo, que no soy un buen ejemplo a seguir, que igual mi padre tenía razón cuando
me decía que a veces era muy débil, en que no puedo estar sin hacer
nada…entonces, cogí el ordenador y me puse a buscar ofertas de trabajo. Pero
conforme miraba, y veía las descripciones de empleo, empecé a pensar que no iba
a encontrar trabajo nunca. Empecé a agobiarme, a no poder respirar bien, a ver
borroso, no veía salida a nada…y entonces surgió en mi mente la idea de
desaparecer, y que igual estarían mejor sin mí…Pensé en varias formas de quitarme
la vida, pero al final no lo hice porque pensé en mi hijo…

T: ¿En qué otras situaciones ocurre?

P: Pues suele ser cuando estoy solo, o rodeado de gente desconocida. Quiero decir,
cuando estoy con mi mujer y mi hijo, o con mis suegros, no me pasa. Bueno,
alguna vez me ha pasado, pero de noche, cuando mi mujer ya estaba dormida, y yo
no podía parar de dar vueltas a la cabeza. Siempre suele empezar con
pensamientos como los que te he dicho, que no puedo sacarme de la cabeza.
Empiezo a pensar en que mi padre tenía razón, en que soy un cobarde, en que mi
familia se merece algo mejor, que nunca voy a encontrar un trabajo mejor, que voy
a tener que soportar siempre a ese jefe, que no sirvo para nada, que soy una
carga, que no llegamos a fin de mes y mi pobre mujer tiene que trabajar el doble…y
empiezo a tener muchísima ansiedad, se me cierra el campo visual, me cuesta
respirar y no veo salida. No soy capaz de controlar mis pensamientos ni mi cuerpo,
y siento que no tengo el control de mi vida tampoco. Entonces se me pasa por la
cabeza lo de desaparecer, así acabaría todo...pero de repente pienso en mi hijo y
no me veo capaz de hacerle eso. Pero siento una angustia y un vacío tremendos.

T: Es decir, suele ocurrir cuando estás relativamente solo, sin hacer ninguna
actividad importante, ¿no?

P: Eso es.

T: Entonces, los pensamientos te abordan, no los puedes frenar, y tu ansiedad


aumenta, y es cuando aparece la idea autolítica, ¿es así?

P: Sí, eso es.

T: ¿Y qué haces después?

P: Pues pienso en mi hijo, lloro, y cuando me calmo un poco intento respirar hondo,
pongo una serie que capte mi atención o me distraiga, o me pongo música, y me
pongo a hacer cosas de casa o intento hacer algo medianamente productivo.

13
T: ¿Dirías que lo que haces después es intentar mantener la mente ocupada?

P: Sí…supongo, eso es.

T: Los episodios que me comentas de ideas autolíticas y ansiedad, ¿ocurren en


momentos que a parte de estar solo, no estás ocupando tu mente con nada?

P: Pues no lo había pensado, pero ahora que lo dices…sí, creo que siempre es en
momentos en los que no tengo la mente ocupada con otras cosas. Que no es que
las emociones negativas se me pasen cuando hago cosas, pero no es tan
intenso…no sé.

T: Y, estas ideas autolíticas, ¿van siempre asociadas a los ataques de ansiedad?

P: Pues no lo había pensado…no, no siempre. Es decir, sí que las ideas autolíticas


suelen aparecer junto a los ataques, pero no siempre que tengo un ataque tengo
ideas autolíticas.

T: De acuerdo…Y, ¿podrías decirme cuándo tuviste las ideas autolíticas por primera
vez?

P: Sí, no recuerdo el día exacto, pero sé que fue un día que volvía a casa del
trabajo…era cuando ya había nacido mi hijo…estaba tan cansado, tan harto, me
sentía tan humillado, que pensé “¿y si me estrello ahora mismo con el coche?”. No
lo llegué a hacer, pero me asustó pensar eso, porque lo pensé seriamente... Me dí
cuenta de que estaba muy mal, y de que mi jefe me estaba afectando más de lo
que pensaba.

T: ¿Y se lo contaste a alguien?

P: No…la primera vez que le dije algo de esto a alguien fue a mi mujer tiempo
después, pero no le dije nada de las ideas autolíticas. Lo de las ideas autolíticas se
lo dije cuando tuve el episodio de marzo de este año…que también fue la primera
vez que acudí a un profesional.

T: Entiendo. Y, aparte de la situación laboral, la primera vez que esto te sucedió,


¿tenías algún estresor más?

P: Pues no que yo recuerde. Tener un hijo pequeño no es fácil, y la situación con mi


padre siempre ha sido complicada y eso no ha ayudado…pero por lo demás todo
bien.

14
T: De acuerdo, y desde la primera vez, ¿el problema ha ido a mejor o peor?

P: A peor, diría yo.

T: Desde que empezó, hasta ahora, ¿cuándo crees que ha sido peor, y cuándo crees
que ha sido mejor o más leve?

P: Pues, cuando peor, diría que tal vez en el episodio de marzo de este año. Y
cuando mejor, pues antes de que naciera mi hijo, porque fue a partir de ese
acontecimiento cuando todo empeoró. De hecho, antes de que naciera, sentía
ansiedad por ir al trabajo, pero no tanta, y no tenía ideas autolíticas.

T: Comprendo…no tuvo que ser fácil…¿Podrías decirme si hay alguna ocasión


especial en la que el problema aparece más intensamente o es más probable que
ocurra?

P: No, bueno, igual es más probable que me ocurra pues eso, cuando estoy solo…o
por las noches…o cuando hay alguna reunión social en la que sale el tema de
nuestra situación actual y empiezo a sentirme culpable…

T: De acuerdo, y, actualmente, ¿cómo es la situación?

P: No muy buena, la verdad. Es cierto que el factor de mi jefe ya no está ahí, pero
al estar de baja me siento mucho más culpable y peor conmigo mismo…

T: Entiendo…y respecto a su salud física, ¿cómo te encuentras?

P: Excepto por lo del tabaco, bien…He perdido algo de forma física porque antes
hacía deporte, pero ya no tengo ganas ni de eso…Lo cual hace que me sienta
todavía peor conmigo mismo…

T: Estos episodios de los que hablábamos de ideas autolíticas y ansiedad, ¿con qué
frecuencia se dan?

P: Pues…no es una frecuencia estable, pero aproximadamente una vez por semana,
diría yo.

T: ¿Cuánto suele durar cada episodio?

P: Pues…una media hora.

T: ¿Y con qué intensidad se producen? Por ejemplo, en una escala del 1 al 10.

15
P: Pues depende del momento…en general, diría que un 7 o un 8.

T: De acuerdo…antes comentabas que los episodios ansiosos no van siempre


asociados a la ideas autolíticas, ¿con qué frecuencia tienes, en general, episodios de
ansiedad (con y sin ideas autolíticas)?¿y qué intensidad suelen tener?

P: Suelo tener uno al día, y la intensidad varía bastante, según distintos factores.
Por ejemplo, si estoy acompañado de mi mujer, la intensidad suele ser leve, porque
sabe cómo tranquilizarme.

T: Ya que has mencionado a tu mujer, ¿cómo están afectando estos problemas que
me comentas a tu entorno?

P: Pues…la que más lo está notando creo que es mi mujer. Porque mis suegros al
final no conviven conmigo. Mi hijo, aunque es pequeño, sabe que “papá no está
bien”. Pero, aún así, sigo pensando que la peor parte se la lleva mi mujer. Es ella la
que tiene que meter el doble de horas trabajando para que podamos subsistir, la
que no puede hablar de cómo le va en el trabajo por no hacerme sentir mal, la que
está cargando conmigo. Y bueno, como ya he dicho antes, económicamente nuestra
situación también se ha visto afectada, porque tuve que coger la baja. A nivel
social, no me quejo, tengo un buen apoyo…pero nuestras salidas se han reducido
mucho.

T: Comprendo…por lo que me cuentas, parece que estás sufriendo mucho…siento


que estés pasando por una situación tan difícil. Volviendo un poco a lo que
comentabas antes del inicio del problema, has mencionado que crees que se debe
al trato que recibías por parte de tu jefe, ¿no?

P: Sí, todo empezó por el mal trato que recibía de mi jefe…antes de eso yo me
sentía bien.

T: Ahora que estás de baja y no tienes relación con tu jefe, ¿cuál dirías tú que es la
razón por la que sigues sintiendo todo este malestar?

P: Creo que el no sentirme capaz de encontrar otro trabajo mejor, la idea de tener
que volver a trabajar con él, el sentirme tan improductivo y sentirme una
carga…todo eso hace que me sienta fatal conmigo mismo, y aunque me gustaría no
dar tantas vueltas a las cosas y ponerme a hacer cosas y dejar de lamentarme, no
siento que tenga energías ni siento que pueda parar esto…y lo he intentado…pero
no lo consigo.

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T: ¿De qué forma lo has intentado?

P: Pues, intento hacer respiraciones, razonar para controlar mis emociones o


distraerme cuando empiezo a pensar demasiado o a dar vueltas a lo mismo sin
parar y noto que estoy ansioso. Y luego está el intento de pedir ayuda que hice tras
el episodio que tuve en marzo de este año…pero nada funciona.

T: Bueno, aunque lo que has intentado hasta ahora no ha funcionado, no implica


que no sea posible el cambio. Emilio, ¿tú por qué solicitaste esta cita y estás hoy
aquí?

P: Pues porque mi familia me lo sugirió y porque no quiero seguir así, quiero estar
bien…quiero recuperar la ilusión por la vida…

T: Bueno, un paso importante para conseguir cambiar, es estar dispuesto a ello,


estar motivado. Por lo que me has comentado hasta ahora, parece que tú tienes
esa disposición.

P: Sí…no sólo por mí…también por mi mujer y mi hijo…

T: Ahora, me has dicho que quieres cambiar, pero, ¿qué esperas conseguir con
estas sesiones?

P: Recuperar la ilusión por la vida y dejar de tener estas ideas suicidas…Espero


volver a ser el de antes, tener recursos para saber manejarme mejor en caso de
que vuelva a sentirme mal, poder ser un buen padre y un buen marido, volver a
sentirme productivo, y ser capaz de afrontar situaciones como la que tuve que vivir
con mi jefe sin que me afecten tanto.

T: Bueno, son buenos objetivos, intentaremos ir trabajando en ellos poco a poco.

P: De acuerdo…

T: Ahora, me gustaría que me dijeras cómo te sientes tras la sesión de hoy.

P: Pues me he sentido bastante cómodo, cosa que no me pasó con los otros
profesionales con los que estuve…siento que tengo algo de esperanza y veo algo de
luz al final del túnel. No me quiero hacer ilusiones, pero sí que pretendo seguir
viniendo…a ver cómo va.

T: Bueno, me alegra saber que te has sentido cómodo y que estás dispuesto a
darme la oportunidad de ayudarte, pero, sobre todo, de dártela a tí mismo. Y,

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ahora, si te parece, voy a mandarte un ejercicio para que hagas en casa y me la
traigas en la próxima sesión. Se trata de la línea de la vida. En una hoja, dibujas
una línea recta, y vas poniendo, en orden cronológico (desde tu nacimiento, hasta
el momento actual), eventos que han sido relevantes en tu vida o que tú crees que
te han marcado, que han tenido un efecto en tí o te han dejado huella de alguna
forma, tanto positivos como negativos.

OTROS INSTRUMENTOS QUE EMPLEARÍA

Además de la entrevista inicial, emplearía alguna entrevista diagnóstica para


confirmar las hipótesis al respecto. Para establecer un diagnóstico, existen dos
manuales principales: la CIE y el DSM. Si bien es cierto que ambos tienen tanto
ventajas como limitaciones, el DSM es el que se ha tenido en cuenta de forma
mayoritaria para construir cuestionarios y entrevistas diagnósticas. Por tanto,
emplearía un instrumento basado en el DSM, tratando de hacer referencia también
a los criterios CIE, si es posible. Dentro de los muchos instrumentos que pueden
aplicarse con un fin diagnóstico, el más completo parece ser la SCID, a ser posible,
en su última versión (SCID-5), puesto que se basa en la versión más novedosa del
DSM (por lo que sus criterios estarían actualizados, aspecto que ya hemos
mencionado anteriormente que es relevante desde un punto de vista ético). En su
defecto, se emplearía la SCID-I, que evalúa trastornos del eje I del DSM-IV. La
SCID-5, a pesar de que conlleva una cantidad importante de tiempo aplicarla, tiene
cierta flexibilidad (al ser semiestructurada) y un gran contenido clínico. De esta
forma, garantizo que mis hipótesis son contrastadas con suficiente validez y
fiabilidad, y podría proceder con un elevado grado de seguridad a la fase del diseño
de intervención, ya que me permite realizar un diagnóstico diferencial exhaustivo
(Muñoz et. al, 2003). La SCID-I es igualmente útil de cara al diagnóstico, y aporta
las ventajas propias de las entrevistas estructuradas (Muñoz et. al, 2003). En caso
de confirmarse el diagnóstico de trastorno depresivo o ansiedad, emplearía
inventarios destinados a valorar la gravedad de los síntomas, como por ejemplo el
BDI de Beck (1961)(citado en Sanz y Álvarez) o la Escala de Ansiedad de Hamilton
(HAS)(1959)(citado en Sanz y Álvarez). Para la valoración de los rasgos de
personalidad aplicaría el NEO-FFI (Costa y McCrae, 1988), que permite valorar los
cinco factores del modelo Big Five de personalidad, pero en tiempo reducido (15-20
minutos)(Sanz y Álvarez, 2022). Por otro lado, dado que durante la entrevista
inicial el paciente se ha mostrado orientado en tiempo y espacio, parecía conservar
las funciones ejecutivas, seguía bien la conversación, su lenguaje era coherente, al
igual que su comportamiento y su comunicación no verbal; por lo que, siguiendo el
principio de utilidad (Universidad Isabel I, 2022), no consideraría necesario en un

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primer momento aplicar test neuropsicológicos. Por último, servirían como
herramientas de evaluación complementarias, al mismo tiempo que cumplirían una
función terapéutica (Almendro et. al, 2020), las tareas mandadas para casa.

Actividad 4

ANTECEDENTES

VARIABLES PREDISPONENTES
Internas: rasgos de personalidad neuróticos, baja tolerancia a la frustración, estilo atribucional
depresivo, estilo de afrontamiento evitativo, baja autoestima y baja sensación de autoeficacia.
Externas: madre con antecedentes de cuadro depresivo, estilo parental del padre distante y
crítico.
VARIABLES DESENCADENANTES
1) Del episodio actual: Baja laboral.
2) Antecedentes inmediatos a la emisión de la conducta problema: estar solo.,
pensamientos automáticos negativos (PAN’s) y pensamientos rumiativos.

CONDUCTA PROBLEMA

NIVEL FISIOLÓGICO:
- Síntomas somáticos como mareos, dolores continuados, etc.
- Insomnio.
- Episodios de pánico.
- Disminución del apetito.
NIVEL COGNITIVO:
- Ideas y planes autolíticas.
- Dificultades atención.
- Sensación de improductividad.
- Anhedonia.
- Culpabilidad excesiva.
- Pensamientos negativos automáticos (ej.: “soy un inútil”).
- Pensamientos rumiativos (ej.: “¿y si no encuentro otro trabajo?”)
- Preocupaciones respecto a su situación actual personal y económica.
- Evitación (ej.: técnicas de distracción como ponerse la televisión).
NIVEL MOTOR:
- Llanto.
- Incremento del consumo de tabaco.

CONSECUENTES

A CORTO PLAZO: disminución de la ansiedad, alivio síntomas, cierto refuerzo social.


A LARGO PLAZO: disminuye sensación de autoeficacia, aumenta la ansiedad y desesperanza.

El paciente presenta una serie de variables predisponentes como los antecedentes


familiares (depresión de la madre) y rasgos de personalidad neuróticos, entre otros.
Asimismo, se observan variables precipitantes como el hecho de encontrarse solo o

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sin tener la mente ocupada, y la presencia de pensamientos automáticos negativos
y rumiativos, que derivan en las ideas autolíticas y la ansiedad elevada. Como
respuesta ante estas ideas y la elevada ansiedad, la respuesta de Emilio es
principalmente de carácter evitativo, puesto que sus principales estrategias de
afrontamiento son la distracción y la supresión de emociones y pensamientos. A
largo plazo, estas estrategias no mejoran los síntomas, sino que los mantienen o
incluso empeoran, fomentando el desarrollo de una baja percepción de autoeficacia,
la baja autoestima, el bajo estado de ánimo y la desesperanza. A su vez, estos
síntomas mantienen (o incluso incrementan) los pensamientos automáticos
negativos y las rumiaciones. Asimismo, estos últimos incrementan otros síntomas
como el insomnio, la pérdida de apetito, la facilidad para el llanto, las
somatizaciones, etc. Es decir, los síntomas se retroalimentarían y mantendrían
entre sí, todo ello potenciado por un estilo atribucional negativo/pesimista,
distorsiones cognitivas depresivas y un estilo de afrontamiento evitativo. Por otro
lado, el factor social, más que un refuerzo de la conducta problema, puede jugar un
papel protector en este caso concreto, ya que no parece que el paciente busque esa
atención de su entorno, sino que hace que se sienta peor, aunque al mismo tiempo
valora el esfuerzo que hacen y lo mucho que le apoyan. Además, una de sus
motivaciones para venir a terapia es, precisamente, su familia (es decir, el paciente
verbaliza que quiere mejorar para poder ser un apoyo para su familia y dejar de ser
una carga). En cuanto a los criterios DSM-5, el paciente cumple criterios para un
trastorno depresivo mayor, los cuáles se mencionan a continuación (APA, 2014):

- Duración mínima de 2 semanas.


- Estado de ánimo depresivo y/o anhedonia.
- Además de uno o ambos de los dos síntomas mencionados en el punto
anterior, 4 o más de los siguientes (5 o más síntomas en total):
- Pérdida importante de peso o disminución o aumento del apetito.
- Insomnio o hipersomnia casi todos los días.
- Agitación o retraso psicomotor casi todos los días.
- Fatiga o pérdida de energía casi todos los días.
- Sentimientos de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada (que
puede llegar a ser delirante) casi todos los días.
- Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o para
tomar decisiones.
- Pensamientos de muerte recurrentes, ideas suicidas, intento de
suicidio o un plan específico para llevarlo a cabo.
- Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo
social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

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Actividad 5: INFORME PSICOLÓGICO DE DEVOLUCIÓN
(Fernández-Ballesteros, 2003; Universidad Isabel I, 2022):

Realizado por: Maialen García-Falces Cerdán. / Número de colegiado: N-01652

Nombre: Emilio García López. / DNI: 73451199D. / Sexo: hombre. / Edad: 34 años
/ Estado civil: casado. / Nivel estudios: Grado en Ingeniería. / Profesión: mecánico.
/ Estado de empleo actual: baja laboral por incapacidad. / A petición de: el propio
cliente. / Fechas de exploración: 21 y 28 de noviembre y 5 y 12 de diciembre de
2022.

Referencia y objetivos:

La demanda inicial del paciente, que acude por propia iniciativa, eran los episodios
continuados de carácter ansioso-depresivo y las ideas autolíticas. Asimismo, Emilio
presentaba otra serie de síntomas asociados, aunque no eran su principal motivo de
consulta, pero sí generaban interferencia. Por tanto, los objetivos que se plantearon
fueron la evaluación del estado general del paciente, el diagnóstico y la valoración
del nivel de gravedad de los síntomas.

Motivo de conducta e historia y evolución del problema:

Las variables históricas o predisponentes incluyen tanto variables internas como


externas. Por un lado, se observa un estilo educativo por parte del padre crítico y
distante, así como antecedentes familiares de depresión materna. Por otro lado,
Emilio presenta altos niveles de neuroticismo, baja tolerancia a la frustración, una
tendencia al estilo de afrontamiento evitativo y una baja autoestima. Como
variables precipitantes se encuentran los pensamientos negativos automáticos y los
pensamientos rumiativos, así como factores ambientales como el trato recibido por
su jefe, la baja laboral por incapacidad o el estar sólo o sin hacer ninguna actividad
que requiera concentración y un cierto nivel de productividad. Según refiere el
paciente, parece que el inicio de los síntomas se asocia, o por lo menos coincide en
el tiempo, con el trato recibido por su jefe en el taller en el que trabajaba. Este
trato empeoró tras el nacimiento de su hijo y la baja por paternidad
correspondiente, evento que era objeto de crítica y humillación por parte de su jefe,
según cuenta el paciente. Estos hechos empeoraron los síntomas, llegando un día
incluso a pensar en quitarse la vida mientras conducía, siendo este el primer
episodio de ideas autolíticas del paciente. Posteriormente, se vió en la necesidad de
pedir la baja por incapacidad, porque no se veía capaz de acudir al trabajo y rendir
adecuadamente. Relata haber vivido este momento como un hecho estresante, ya

21
que ha conducido a la problemática situación económica actual de su familia.
Refiere sentirse culpable por su situación actual y su situación familiar, síntomas
somáticos, episodios de pánico, facilidad para el llanto, aumento del consumo de
tabaco, insomnio, disminución del apetito, disfunción sexual y disminución de la
libido, así como un aumento de los episodios ansioso-depresivos y las ideas
autolíticas. De hecho, en marzo de este año destaca un episodio en el que sintió
elevada angustia, con una agudización de las ideas autolíticas, llevándole a salir al
balcón, aunque sin llegar a consumar el acto.

Pruebas:

Entrevista inicial de Muñoz (2003), SCID-I / SCID-5, BDI de Beck (1961), NEO-FFI,
línea de la vida (como tarea para casa) y autorregistros (tarea para casa).

Procedimiento:

Se inicia la evaluación con la entrevista inicial, durante la primera sesión. Se sigue


el orden estipulado en el guión de la entrevista, puntualizando de vez en cuando
aspectos que menciona el paciente, cuando se considera que estos pueden ser
relevantes para el problema actual. El apartado relativo al diagnóstico se pospone
para la siguiente sesión, donde aplicaremos una entrevista específica para ello. En
la segunda sesión, se procede a aplicar la entrevista diagnóstica SCID / SCID-5,
ocupando la sesión completa. En la tercera sesión se procede a aplicar la prueba
BDI, para valorar el nivel de gravedad de los síntomas. Por último, durante la
cuarta sesión, se aplica el NEO-FFI, y se comentan las tareas mandadas para casa,
que continúan revisándose en posteriores sesiones (también como parte de la
intervención terapéutica).

Resultados:

Entrevistas diagnósticas SCID: no se tiene acceso al sistema de puntuación


correspondiente, por lo que no se exponen datos concretos. BDI: 29 puntos.
NEO-FFI (puntuaciones T con DT= 10 y media=50): N (Neuroticismo) = 75, E
(Extraversión) = 45, O (Apertura) = 40, A (Amabilidad) = 50, R (Responsabilidad)
= 52.

Integración de los resultados:

Mediante la información obtenida en la entrevista inicial y la entrevista


semiestructurada SCID, junto al juicio clínico y la revisión de los criterios
diagnósticos DSM-5, se confirma el diagnóstico de trastorno depresivo mayor, con

22
episodios de pánico asociados y síntomas de carácter ansioso. Por otro lado,
mediante el BDI, con un resultado de 29 puntos, el nivel de gravedad, según los
puntos de corte de esta escala, corresponde con una depresión moderada. Mediante
el NEO-FFI, se observa una elevada puntuación en Neuroticismo, lo que puede
relacionarse con los estilos atribucionales depresivos y el estilo de afrontamiento
evitativo, así como con la hiperactividad vegetativa y los síntomas somáticos. La
línea de la vida y los autorregistros se analizan posteriormente con mayor
profundidad, en el informe relativo también a la intervención, ya que se emplearán
también con fines terapéuticos, por lo que su aplicación y revisión se extenderá a lo
largo de las sesiones no solo descriptivo-evaluativas, sino también
valorativo-interventivas.

Conclusiones y recomendaciones:

Como conclusión general, puede decirse que el paciente presenta un cuadro clínico
compatible con un diagnóstico de trastorno depresivo mayor, que ha sido
confirmado con las pruebas diagnósticas correspondientes. Asimismo, presenta una
serie de síntomas asociados como episodios de pánico ocasionales y síntomas de
carácter ansioso. El origen de estos problemas parece ser multicausal, derivando
tanto de factores externos (como los eventos vitales estresantes vividos en los 2 o
3 años por el paciente; y, a un nivel más histórico, los estilos de crianza recibidos)
como de factores internos (como el estilo de afrontamiento, rasgos de personalidad
o la tendencia al pensamiento rumiativo). La recomendación es continuar con una
fase de carácter interventivo, dedicando las próximas sesiones al diseño de un plan
de tratamiento adecuado y personalizado, estableciendo los objetivos a seguir en
conjunto con el paciente, en base a sus necesidades.

Actividad 6

Fernández-Ballesteros (2003)(citado en Sanz y Álvarez, 2022) define la evaluación


psicológica como “aquella disciplina de la psicología científica que se ocupa de la
exploración y análisis del comportamiento de un sujeto humano (o grupo de
sujetos) con distintos objetivos básicos o aplicados (descripción, diagnóstico,
selección/predicción, explicación, cambio o valoración) a través de un proceso de
toma de decisiones en el que se requiere de la aplicación de una serie de
dispositivos, tests y técnicas de medida” (p.31). Como bien se indica en esta
definición, y se menciona a lo largo de dichos manuales (y en otros muchos), la
psicología es una ciencia, y por tanto, ha de desarrollarse como tal. El método
científico puede definirse de forma genérica como el procedimiento para analizar y
resolver un problema con cierto orden y sistematización (Ventero et. al, 2020).

23
Precisamente, una de las características de la evaluación psicológica es que es un
proceso que, aunque dinámico, tiene cierto orden y estructura. Además, algunas de
sus características generales son: contar con una base empírica, tener diversidad
de formas (con distintas estrategias en función del método de estudio),
sistematicidad y control, fiabilidad y replicabilidad, validez y flexibilidad. Muchas de
estas características también las comparte la evaluación psicológica. Asimismo, las
fases de la evaluación psicológica son bastante similares a las del método científico,
en lo que a su esquema general se refiere, si bien es cierto que existen diversos
planteamientos al respecto (en evaluación psicológica)(Sanz y Álvarez, 2022). Por
tanto, según lo expuesto, la evaluación psicológica es un método de análisis de un
individuo (o grupo de sujetos), de carácter científico, que por sus características
permite dar un orden, estructura, validez y fiabilidad a un proceso que, de otra
forma, sería caótico y perdería utilidad. Asimismo, como resultado de dicho proceso
evaluativo, se obtienen una serie de datos que son esenciales para alcanzar
distintos objetivos (que van desde la descripción, hasta el diagnóstico o la
explicación de determinadas conductas o fenómenos). Es decir, según diversos
autores, como Fernández-Ballesteros (2003), la evaluación psicológica nos permite
describir, diagnosticar e incluso explicar la conducta humana. Además, según la APA
(2000)(citado en Muñoz et. al, 2003), las funciones de la evaluación psicológica en
el ámbito de la salud serían las siguientes: clasificación, descripción, predicción,
planificación de la intervención y seguimiento. Es importante que la evaluación
psicológica cumpla con las características del método científico citadas
anteriormente, puesto que, como hemos dicho, la información obtenida en la fase
de evaluación previa al tratamiento, influirá en la toma de decisiones respecto a
qué tratamiento seguir. Por otro lado, la evaluación psicológica puede incluso, en sí
misma, ser terapéutica. Sirva como ejemplo el caso de la entrevista, que aunque
tiene multitud de variantes (todas con distintos fines y formas), muchas veces
ayuda al evaluado a reflexionar, ordenar sus pensamientos, identificar emociones y
plantear alternativas, así como puede servir a veces de método catártico (al
verbalizar aquello que le preocupa). De hecho, algunos autores plantean como
funciones de la entrevista el ser motivadora, clarificadora y terapéutica (Sanz y
Álvarez, 2022). Por tanto, y en base a lo expuesto hasta este punto, la evaluación
psicológica es relevante porque cumple diversas funciones, otorga una base sobre
la que defender la psicología como disciplina científica, y ofrece un orden y
estructura a un proceso que, aún así, no deja de ser flexible y dinámico. Cabe
destacar que, a pesar de que en el proceso evaluativo se empleen instrumentos
como cuestionarios, entrevistas, baterías de test e incluso técnicas objetivas y/o
informatizadas, el juicio clínico no deja de ser una parte importante en dicho

24
proceso, y ningún aparato sustituye completamente al evaluador (Sanz y Álvarez,
2022). De ahí la importancia de una formación continuada, el cumplimiento de los
principios éticos y una adecuada base teórica y práctica (GAP, 2001; citado en
Muñoz et. al, 2003). En lo referente al diagnóstico, que es producto de la
evaluación psicológica, es un concepto algo controvertido, en especial ahora que
están en auge enfoques como la teoría de redes y la perspectiva transdiagnóstica,
que proponen una visión más dimensional y menos categorial de los trastornos
mentales, basándose en aspectos como las semejanzas en etiología, curso y
prevalencias, así como las elevadas tasas de comorbilidad. De hecho, la teoría de
redes ni siquiera considera que existan como tal los “trastornos”, sino que serían
más bien conjuntos de síntomas que se relacionan e interaccionan entre sí (Belloch
et. al, 2020; Santos et. al, 2022). Además, es cierto que, actual y
desafortunadamente, recibir un diagnóstico de trastorno mental suele ir asociado a
una serie de estigmas, prejuicios y conductas discriminatorias, que pueden
perjudicar (más que favorecer) al evaluado (Muñoz, 2003). Del mismo modo, puede
suceder que haya individuos que se refugien en el diagnóstico como justificación
para no realizar un cambio, o puede haber casos en los que el diagnóstico fomente
en el paciente la adherencia al rol de enfermo (disminuyendo su implicación en el
tratamiento). No obstante, el diagnóstico también tiene su utilidad. Por un lado, hay
pacientes que agradecen poder poner nombre a aquello que están experimentando.
Por otro lado, estas etiquetas permiten orientar y guiar la fase interventiva del
proceso valorativo-interventivo, así como facilitan la comunicación entre
profesionales, aspecto especialmente relevante en un ámbito como la psicología
(que no sólo suele requerir la interacción entre profesionales de la salud, sino
también con aquellos pertenecientes a otras disciplinas, como los trabajadores
sociales o el personal educativo). Sin embargo, las ventajas que ofrece el
diagnóstico tal vez no son las que cabría esperar (Muñoz et. al, 2003), lo que podría
explicar, junto al resto de limitaciones y críticas recibidas, que continúe siendo un
elemento controvertido (o, por lo menos, su utilidad), así como que sigan surgiendo
propuestas alternativas a los sistemas de clasificación categoriales tradicionales
(como las mencionadas al inicio de este párrafo).

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Bibliografía

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Pascual Orts, L.M., Perpiñá, C. (coord.), Roncero, M. (2012). Manual de la
entrevista psicológica. Saber escuchar, saber preguntar. Ediciones Pirámide.

Fernández-Ballesteros, R. (2013). Evaluación psicológica: conceptos, métodos y


estudios de casos (2.a ed.). Pirámide.

Muñoz López, M., Ausín Benito, B. & Panadero Herrero, S. (2003). Manual práctico
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Universidad Isabel I (2022). Unidad didáctica 1: El inicio del proceso de evaluación


en psicología sanitaria. Evaluación y diagnóstico en Psicología
Sanitaria.[Material no publicado].

Universidad Isabel I (2022). Unidad didáctica 2: Fundamentos básicos del proceso


de evaluación: principios, encuadre y contrato terapéutico. Evaluación y
diagnóstico en Psicología Sanitaria.[Material no publicado].

Universidad Isabel I (2022). Unidad didáctica 3: Entrevista inicial y entrevista de


detección en psicología sanitaria. Evaluación y diagnóstico en Psicología
Sanitaria.[Material no publicado].

Universidad Isabel I (2022). Unidad didáctica 4: Evaluación tras la entrevista inicial.


Evaluación y diagnóstico en Psicología Sanitaria.[Material no publicado].

26
Universidad Isabel I (2022). Unidad didáctica 6: El informe psicológico y el fin del
proceso de evaluación. Evaluación y diagnóstico en Psicología
Sanitaria.[Material no publicado].

27

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