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Gentilicio y Sentido de Pertenencia

El sentido de pertenencia se refiere a la identificación subjetiva que siente un individuo con respecto a un grupo, organización o comunidad. Es una necesidad humana fundamental que permite que los grupos funcionen de manera conjunta y coordinada. Surge de forma natural entre personas que comparten intereses y experiencias, pero también puede construirse a través de la educación o el adoctrinamiento, al transmitir valores e identidad con un grupo más amplio. Representa un factor crucial para el desarrollo individual y el éxito de las organizaciones.

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Gentilicio y Sentido de Pertenencia

El sentido de pertenencia se refiere a la identificación subjetiva que siente un individuo con respecto a un grupo, organización o comunidad. Es una necesidad humana fundamental que permite que los grupos funcionen de manera conjunta y coordinada. Surge de forma natural entre personas que comparten intereses y experiencias, pero también puede construirse a través de la educación o el adoctrinamiento, al transmitir valores e identidad con un grupo más amplio. Representa un factor crucial para el desarrollo individual y el éxito de las organizaciones.

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Gentilicio

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El adjetivo gentilicio es aquel que «denota


relación con un lugar geográfico», ya sea por
barrio, pueblo, ciudad, provincia, región,
país, continente, o cualquier otro lugar o
entidad política. El adjetivo gentilicio se
puede sustantivar, es decir, se puede referir
a una persona mencionándola únicamente
por su gentilicio y así se puede decir
correctamente el bruneano (en lugar de
decir: el individuo bruneano), la alemana,
etc.
Los gentilicios ordinarios del idioma español se forman con una variedad
de sufijos: -a, -aco, -aíno, -án, -ano, -ar, -arra, -ario, -asco, -ato, -e, -eco, -ego, -
enco, -eno, -ense, -eño, -eo, -ero, -és, -esco, -í, -iego, -ín, -ino, -isco, -ita, -o, -ol, -
ón, -ota, -tarra, -ú, -uco, -ujo, -uso y -uz —más sus correspondientes variantes
femeninas—. Asimismo, el español reconoce un gran número de gentilicios
particulares puesto que, además de los fundamentos lingüísticos, son igualmente
válidos para determinar un gentilicio aquellos relacionados con la cultura, la
historia, la tradición y el uso.

Índice

 1Denominaciones
 2Hipocorístico
 3Terminología
 4Género de las terminaciones
 5Etnonimia
 6Véase también
 7Referencias
 8Bibliografía
 9Enlaces externos
Denominaciones[editar]
En español, los gentilicios se escriben con minúscula inicial. 2 Sea adjetivo o
sustantivo, el gentilicio denota el origen de las personas o de las cosas, no su
residencia o ubicación. Una persona conservará su gentilicio no importa dónde
viva. Así, un fiyiano, un kosovar, un lisboeta, un salmantino o
un bogotano seguirán siendo fiyiano, kosovar, lisboeta, salmantino o bogotano
respectivamente, sea que vivan en Nasáu, en Venecia, en Roma o en cualquier
lugar del mundo. Sin embargo, si bien es cierto que el origen de una persona es
inalterable, también es cierto que existe lo que puede llamarse el gentilicio por
adopción; es decir, el gentilicio que, por cariño, adopta una persona que se
establece en un lugar diferente de donde nació. También, por economía de
lenguaje, se usa el gentilicio dominante en un toponímico para designar a todos
los habitantes del lugar.

Hipocorístico[editar]
En algunos casos, para referirse a los nacidos en un lugar, se usa
un hipocorístico —una designación cariñosa— que no sustituye al gentilicio. Un
ejemplo de esto es la denominación para los habitantes del puerto de Veracruz
(México): jarochos. Algunas de estos hipocorísticos eran
originalmente peyorativos —como el caso de los oaxaqueños, llamados en
ocasiones oaxacos, o el de los de Ciudad de México,
denominados chilangos o defeños en vez de capitalinos; sin embargo, con el
tiempo, estos hipocorísticos adquirieron la calidad de nombres amistosos, que
incluso usan los propios habitantes del lugar en tono jocoso. Esto no solo ocurre
en México sino también en otros países, como los habitantes de Costa Rica,
quienes en vez de costarricenses son llamados ticos, o el de los habitantes
de Bogotá, a quienes se llama informalmente cachacos o rolos en vez de
bogotanos.

Terminología[editar]
Según el diccionario de la lengua española de la Real Academia Española la
palabra «gentilicio» proviene del latín gentilitius, sustantivo que proviene a su vez
de la palabra, también latina, gens. Para los antiguos romanos, la gens era la
cepa, la estirpe, el linaje, se podría decir incluso que es lo que corresponde a
nuestros modernos apellidos. Así la gens Iulia era la gente Julia, o la familia a la
que perteneció, por ejemplo, Julio César. Gens era también para los romanos una
manera de llamar lo que hoy en día designan palabras como «nación», «pueblo» o
«raza». De ahí que gens evolucionara hacia «gentilicio», palabra referente a los
habitantes de un pueblo, una ciudad, una región, un país, una nación o un estado.
El gentilicio se forma con un sustantivo particular, por ejemplo «bilbilitano», o —
cuando este no existe— con el sujeto seguido de la preposición «de» seguida
del topónimo o nombre del lugar del que se quiere denotar la procedencia, por
ejemplo: «hombre de Liechtenstein». La formación del gentilicio considerada a
partir del nombre del lugar presenta muchos casos (tanto irregulares como
regulares), formándose los regulares más comunes con la raíz y sufijos como -
ano, -co, -ense, -eño, -ero, -és o -ino (con algunas excepciones, como «argivo»,
originario de Argos). Existen también sufijos especialmente típicos en territorios
como Cantabria (-ego/-iego),3 el País Vasco (-arra) o Mesoamérica (-teco/-teca).

Género de las terminaciones[editar]


Al usar los gentilicios hay que tener en cuenta su género. La mayoría de las
terminaciones cambian con el género (por ejemplo, la terminación -eño, cacereño
para un hombre y cacereña para una mujer); otras, en cambio, tienen la misma
forma para el femenino y el masculino (por ejemplo, la terminación -ense:
nicaragüense sirve para referirse a un hombre o a una mujer).
En el caso de México y América Central, hay gentilicios que provienen de las
voces náhuatl tecatl y necatl, y que, además, usan terminaciones masculina y
femenina del idioma español, como el caso de los habitantes
de Chiapas (chiapaneco, -ca), Guatemala (guatemalteco, -ca)
y Yucatán (yucateco, -ca), y otros que usan una terminación para ambos sexos, de
igual modo que en náhuatl, como Tlaxcala (tlaxcalteca).

Etnonimia[editar]
Los gentilicios son generalmente derivados del nombre actual del lugar
(de Inglaterra, «inglés») pero, cuando un gentilicio o etnónimo está compuesto de
dos o más gentilicios distintos, se deja en su forma original al último gentilicio de la
serie, se modifican los radicales de los demás componentes de la serie
(añadiéndoles el sufijo "o") y se separan todos mediante guiones. Por
ejemplo, una película italo-ruso-estadounidense, ejemplo en el
que estadounidense (último término de la serie) no ha cambiado mientras que los
demás han sido cambiados por sus radicales acabados en «o». En algunos casos
son derivados de un antiguo topónimo o etnónimo (de Inglaterra: anglo-,
de España: hispano-, de Portugal: luso-, de Japón: nipo-, de China: sino-, etc.).
Algunos ejemplos de gentilicios que no siguen el nombre actual del lugar pueden
ser Alcalá de Henares (complutense, de Complutum) o Ciudad
Rodrigo (mirobrigense, de Miróbriga).
En caso de tratarse del nombre oficial de una institución, cada etnónimo debe ser
iniciado con una mayúscula (por ejemplo: Instituto Franco-Alemán).
Sentido de pertenencia
Te explicamos qué es el sentido de pertenencia, cómo surge, por
qué es una de las necesidades humanas y su importancia para la
sociedad.

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1 min. de lectura

El sentido de pertenencia favorece el funcionamiento grupal conjunto y


coordinado.
¿Qué es el sentido de pertenencia?
pertenencia es la
El sentido de pertenencia o sentimiento de
identificación subjetiva que un individuo
experimenta respecto a un grupo,
una organización o una comunidad, en
donde se siente cómodo, bienvenido y/o
aceptado, es decir, en donde siente que
pertenece. El sentido de pertenencia es un
elemento fundamental en la constitución
de las comunidades humanas.
Se trate de naciones, ejércitos, organizaciones dedicadas al trabajo o
equipos deportivos, este sentimiento permite que los integrantes de un
grupo operen de manera conjunta y antepongan hasta cierto grado el
bienestar colectivo al individual. Sin un sentido de pertenencia bien
arraigado, a los colectivos humanos les cuesta mucho más funcionar de
manera conjunta y coordinada.

Hasta cierto punto, el sentido de pertenencia se forja de manera natural y


espontánea entre individuos que comparten espacio e
intereses durante el tiempo suficiente. A fin de cuentas, somos seres
gregarios, y la experiencia compartida forja lazos de identidad entre
nosotros.

El problema está en los colectivos cuyos individuos no comparten buena


parte de su cotidianidad, ni piensan de manera similar, o simplemente ni se
conocen, como ocurre entre los ciudadanos de un país.

En esos casos, el sentido de pertenencia puede forjarse o construirse a


través de la educación (cívica, ciudadana, familiar, etc.) o el
adoctrinamiento (ideológico, religioso, etc.). En ambos casos se trata de
sistemas de valores transmitidos que fomentan en el individuo la noción de
formar parte de un grupo humano mucho más amplio, que incluso antecede
su existencia y al que debe cierto grado de afinidad, fidelidad o respeto.

De hecho, el sentido de pertenencia en el ámbito familiar se encuentra entre


los factores cruciales para la adecuada formación del individuo, ya que en la
medida en que se sienta aceptado, aprobado e integrado al núcleo familiar,
será más sólida su autoestima. De hecho, en la «Teoría de las necesidades
humanas» formulada por el psicólogo estadounidense Abraham Maslow
(1908-1970), el sentido de pertenencia forma parte de las necesidades
afectivas.

En conclusión, el sentido de pertenencia es de gran importancia para


nuestra especie, dado que nuestro éxito evolutivo radicó en la
capacidad para cooperar frente a los riesgos y peligros de la naturaleza.
De allí que en las organizaciones y empresas se busque un mayor
compromiso de parte de sus trabajadores, a través del fomento de este
sentimiento. Esto es lo que se conoce a menudo como moral, un término
proveniente de la jerga militar.

Fuente: https://concepto.de/sentido-de-pertenencia/#ixzz7TwQ6DX7K

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